Pensamiento Poscolonial Cambio Social Y Relaciones Subalternas En America Latina
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1 PENSAMIENTO POSCOLONIAL CAMBIO SOCIAL Y RELACIONES SUBALTERNAS EN AMERICA LATINA 1 2 PRÓLOGO La fuente de todo poder, el fundamento de toda autoridad, reside en el consentimiento de los individuos; el individuo se convierte de esta forma en la referencia suprema, tanto en la esfera privada como en la esfera pública, mediante la figura del ciudadano. (Jacques Chavallier) El nacimiento de la sociología en Nariño, surge casi desde el mismo momento que se crea el Departamento y la Universidad de Nariño, en 1904; teniendo en cuenta que esta Entidad territorial es consecuencia del fin de la Guerra de los Mil Días (1898-1903), cruento enfrentamiento civil de comienzos del siglo XX y que termina con el asesinato fuera de combate del general Avelino Rosas (1856-1901), en el actual municipio de Puerres; nacido en el actual Departamento del Cauca, anticlerical y progresista liberal masón, encarnó como ninguno las aspiraciones de cambio de una Colombia que se resistía abandonar su origen decimónico y encarar el siglo XX, el general Rosas, encarnaba las luchas y los sueños de una América Latina, que ingresaba al nuevo orden internacional avalado por la creciente internacionalización del capitalismo y la creación de un mercado mundial de mercancías. Participó en las luchas intestinas de Perú y Ecuador, contra las dictaduras de José Balta (1814-1872) y de Gabriel García Moreno (1821-1875), inspiradores de las clases señoriales provenientes del pasado colonial, en Colombia se alistó en el ejército radical liberal de Aquileo Parra (1825-1900) en 1887, en su lucha contra los regeneradores de Rafael Núñez (1825-1894), luego viaja a Atlanta City, para alistarse con los ejércitos de Antonio Maceo (1845-1896), que enfrentaba a España en el Caribe, al terminar la guerra cubana, regresa por Venezuela y desde allí, alista un ejército de descamisados liberales, junto con el guerrillero liberal Tulio Varón (-1901), derrotado, es apresado en la ciudad de Manizales, escapa y caboteando la costa Pacífica, se refugia en Ecuador, donde Eloy Alfaro (1842- 1902), lo acoge; desde allí nuevamente se rearma y forma un pequeño ejército de refugiados liberales del sur de Colombia y arremete contra la teocracia del cura español, Ezequiel Moreno (1848-1906). El 20 de septiembre de 1901, el avance de sus tropas fue cortado en las montañas de Puerres por fuerzas gobiernistas muy superiores, bien armadas y hábilmente dirigidas por el general pastuso Gustavo Guerrero; herido y prisionero, fue llevado a la casa que servía de sede al mando conservador de la localidad. Allí, maniatado en un camastro, lo remataron a tiros junto con su secretario José María Caicedo. La muchedumbre se ensañó en vejaciones al cadáver. Conducido a Ipiales, tuvo un sepelio a cargo de los liberales de la localidad. Radical, panfletista, guerrillero, conspirador, internacionalista, aventurero, masón, maestro del disfraz, valeroso y arrogante, Rosas demuestra –después de un siglo largo de 2 3 su muerte– el grado de su compromiso con la libertad en Colombia y en América Latina. Por miedo, por celos o por odio, muchos han pretendido borrar las huellas de Avelino Rosas para que nunca se haga realidad el compromiso de honrar su memoria. (Arango Loboguerrero:1998). Con la muerte de Avelino Rosas, los sueños de una Colombia liberal y modernista se ahogaron por 30 años de hegemonía conservadora, donde se reforzaron las instituciones de la superestructura social y política que aún perduran, con algunos cambios, en la Colombia del siglo XXI, el sueño del General Rosas, aun no se cumple en su plenitud. Pero con la creación de la Universidad de Nariño, que desde su génesis, visibilizó el enfrentamiento de estos dos mundos, encarnados en el pensamiento de su primer rector, el ingeniero Fortunato Pereira Gamba (1886-1936), contra la poderosa élite premoderna influenciada fuertemente por la poderosa curia local, encarnada por los discípulos del obispo Moreno; precisamente uno de sus más aventajados alumnos el abogado Rafael Sañudo (1872-1943), vehemente conservador y crítico antibolivariano, pero profundo jurista e historiador, es el primero en reconocer la necesidad de la sociología como cátedra universitaria para poder comprender la conformación de la sociedad en el sur de Colombia, reconociendo la importancia de actualizar el currículo universitario, ingresando la crítica social como parte del arsenal ideológico conservador de una región desilusionada por una Republica lejana y de unas elites locales incapaces de enrumbar sus territorios al creciente mercado nacional y a las reformas sociales e institucionales que producía la vinculación creciente de la nación a la comunidad internacional. De esta manera, Colombia se caracteriza más por ingresar a la modernidad sin modernizar sus instituciones políticas y sociales, en un país, desigual, con altos índices de concentración de la propiedad y de la riqueza, con instituciones educativas débiles dedicadas más al aprendizaje básico que a la investigación especializada, con un trasfondo de violencia crónica durante todo el siglo XX, hoy, es el único país con un conflicto armado de alguna importancia en el mundo occidental, aunque refrendó una nueva constitución progresista en 1991, (como parte del proceso de paz con algunos grupos de la insurgencia armada), la preocupación posterior de sus actores políticos fue contraria a su desarrollo legal y se centró en retroceder los avances sociales y políticos que generó este nuevo pacto social. Por lo tanto, en un Estado y regiones con élites inamovibles e históricamente empotradas en el poder local y nacional, es que surge el debate sobre la actualidad del pensamiento postcolonial, donde el reconocimiento de las clases subalternas es requisito indispensable del funcionamiento de la maquina estatal y de sus diferentes actores, de esta modo, la democracia se convierte en el reconocimiento de las minorías políticas y sociales y de su importancia en la construcción de nuevos imaginarios nacionales que permitan revitalizar las instituciones y el nuevo pacto social iniciado en los años noventa del siglo pasado y que aún no se desarrolla plenamente, la insurgencia, como el pensamiento neoconservador, 3 4 son consecuencia de la dilatación en el tiempo de procesos intolerantes e inconclusos de doscientos años de independencia. Por eso el esfuerzo realizado por la UDENAR y el Departamento de Sociología y su Observatorio Social, en sus 20 años de creación, en iniciar el debate sobre la necesidad de cuestionar desde la academia la conformación del Estado nacional, desde lo local, recogiendo el pensamiento del sociólogo Orlando Fals Borda, sobre la necesidad de construir el concepto de nación sobre su diversidad cultural y étnica, destacando eso sí, sus rasgos homogéneos como nuestra cultura y tradición cultural e histórica, pasaporte indispensable para crear las bases de un Estado moderno, laico y diverso, que permita que los conflictos sociales sean resueltos en democracia, sin recurrir a casos de violencia extrema que dominen por la fuerza un debate nacional sobre lo que entendemos como debe ser la nación y lo más importe como participamos ampliamente sus actores y como debe ser su vinculación en una comunidad internacional cada vez más exigente con los patrones e indicadores de democracia y con una sociedad civil empoderada en cientos de Ongs, vigilantes de los procesos democráticos. Espero, que este texto que recoge las ponencias de los participantes en el PRIMER SEMINARIO INTERNACIONAL, realizado en la ciudad de San Juan de pasto, en septiembre de 2011, cuyo tema central fue el pensamiento poscolonial y sus relaciones con las clases subalternas y todas sus incidencias en la construcción de lo nacional y de ciudadanía a partir de la diversidad, sirva esta iniciativa de insumo para abrir el debate en una Colombia cada vez menos interesada en abrir sus brazos en una sociedad más interconectada y con grandes comunidades científicas que discuten temas de gran importancia para las ciencias sociales. RICARDO OVIEDO A DIRECTOR DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGIA UNIVERSIDAD DE NARIÑO 4 5 BIBLIOGRAFIA ARANGO LOBOGUERRERO, Leónidas. Avelino Rosas, el temible olvidado. Revista Credencial, edición 208, Febrero de 2008, Bogotá. CHAVALLIER, Jaques. El Estado posmoderno. Edición Universidad Externado de Colombia. Bogotá. 2011. PEREIRA GAMBA, Fortunato, La vida en los andes colombianos, imprenta El Progreso, Quito, 1919. SAÑUDO, Rafael. Estudio sobre la vida de Bolívar. Editorial Cervantes, San Juan de Pasto.1947. 5 6 UN HOMENAJE A ERIC HOBSBAWM TIERRA, GUERRA Y BANDIDOS, EN LA REALIDAD COLOMBIANA ELEGÍA A DESQUITE ….Sí, nada más que una rosa, pero de sangre. Y bien roja como a él le gustaba: roja, liberal y asesina. Porque él era un malhechor, un poeta de la muerte. Hacía del crimen una de las más bellas artes. Mataba, se desquitaba, lo mataron. Se llamaba ―Desquite‖. De tanto huir había olvidado su verdadero nombre. O de tanto matar había terminado por odiarlo. Lo mataron porque era un bandido y tenía que morir. Merecía morir sin duda, pero no más que los bandidos del poder………. …..Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir? Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará, y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas. GONZALO ARANGO RESUMEN Colombia ingresó al siglo XX con la guerra más cruenta, la llamada “guerra de los mil días” y terminó este siglo con un conflicto que aun no concluye. En cada periodo de violencia ingresan nuevos actores armados que defienden sus intereses políticos y/o económicos, en algunas ocasiones difíciles de diferenciar por sus intensiones bélicas; cada conflicto es generador de uno nuevo, hasta cubrir todo el territorio nacional y en algunas ocasiones afectando la convivencia internacional con sus vecinos, haciéndose necesario reconstruir procesos confiables en el tiempo, donde los diversos actores bélicos y políticos se comprometan a no mezclar, en el futuro, política y armas y donde se construya una sociedad sin exclusiones y profundamente tolerante.