Athletic eta bere istorioak-El Athletic y sus historias agosto de 2004 61 Breves y curiosos relatos (II) Peque–as historias, anŽcdotas y curiosidades que el paso del tiempo nos ha deparado. En algunos casos inŽditas y en otros quiz‡ sabidas, aunque con aportaci—n de nuevos datos. Algo m‡s para saber, con un gui–o a la sonrisa. Texto Alberto Bacigalupe 1931. , campeón 1893. Zamacois cambia de sede de apodos JOSE Zamacois es parte de destacaba la de ense–ar a la historia bilbaina. Su gim- correr en veloc’pedo. (*) nasio prepar— los mœsculos En 1912 ces— en sus acti- de la m‡s selecta sociedad y, vidades el bueno de don Jo- como saben, fue en Žl donde sŽ, pero cre— la Gimn‡stica se gest— la idea de crear un Zamacois que, junto a la Fe- equipo de foot-ball con el deraci—n AtlŽtica Vizcaina y nombre de Athletic Club, en la Educaci—n F’sica, propi- 1898. ciaron en 1894 la creaci—n En el a–o de referencia, del Club Deportivo de Bil- mes de octubre, Zamacois bao, pionero del deporte en inaugur— nuevas instalacio- la Villa. Su domicilio social nes en la calle Ib‡–ez de Bil- qued— establecido en la ca- bao, letras D-I, que conta- lle Obispo Orueta, exacta- ban con los m‡s novedosos mente donde se halla el Ho- aparatos para la educaci—n tel L—pez de Haro. f’sica. Se anunci— como (*) La Real Academia de Gran Sal—n de Gimnasia e la Lengua define el veloc’- Hidroterapia y pod’a acoger pedo como Òveh’culo de A Agust’n Sauto Arana le confundieron el apelli- a ochenta alumnos de am- hierro, formado por una es- do a lo largo de unos cuantos a–os, hasta el pun- bos sexos. Las clases eran El primer gimnasio data nasio HigiŽnico y OrtopŽdi- pecie de caballete, con dos o to de que, por entonces, en la prensa se le llama- impartidas de siete a una, de 1884 y estuvo ubicado en co. (Observen la diferencia tres ruedas, y que mov’a por ba Sautu, incluso durante los primeros tiempos por la ma–ana, y de cinco a la calle Ronda, nœmero 23. de nomenclaturas). Entre medio de pedales quien iba de su estancia en el Athletic. Poco importaba, nueve, por la noche. Lo anunciaban como Gim- sus numerosas actividades montado en ŽlÓ. porque todos le conoc’an como Bata, un apelati- vo ganado de chaval, ya que no se quitaba la blu- sa confeccionada por su madre con el fin de res- guardar de la suciedad otras prendas m‡s impor- tantes. Hubo unanimidad en proclamar que era el de- 1933. ¿Gimnasia?... lantero centro ideal ; que el equipo rojiblanco iba a beneficiarse de sus virtudes realizadoras. Y a fe que no se equivocaron. Bata logr— much’simos ¿Qué gimnasia? goles durante su permanencia en el club - con una media de casi uno por cada partido disputa- DURANTE aquel verano, la se estableci— sobre quiŽn ga- do - , lo que provoc— una rendida admiraci—n ge- playa de Deba se convirti— en nar’a el pr—ximo campeona- neral. C—mo ser’a, que ya en el a–o referido se le lugar de cita para los futbolis- to. El peque–o de los Agui- apodaba con definiciones de singular calibre. Le- tas famosos. Por su arena co- rrezabala asegur— muy con- an :El Bertha bilbaino, El terror de San MamŽs y rreteaban Quincoces, Chirri II, vencido que el Athletic, cu- El le—n enfurecido.O sea, cuatro motes para un Muguerza, Carmelo Goyene- yas condiciones f’sicas ir’an a solo jugador. Los cr’ticos rememoraban al irunŽs chea, Olivares y otros de me- mejor con la llegada al ban- Zabala y al tambiŽn athlŽtico JosŽ Mari Laca pa- nor renombre en amigable gru- quillo de . ra proclamar que se trataba de un digno heredero. po. Como quiera que pertene- ÐVa a hacernos polvo con Las estad’sticas confirma que les super—. c’an a diversos equipos ÐAth- toda la serie de ejercicios que letic, Real Madrid, Deportivo nos obliga a hacer. levantarnos de la cama. No cemos m‡s contorsiones que AlavŽs...Ð y, por tanto, eran ri- ÐÀY antes? pong‡is esa cara de asombro, una bailarina negra. vales en la competici—n, no fal- ÐLos jugadores del Athle- que es verdad. No hac’amos Efectivamente, el Athletic taban las puyas m‡s o menos tic no hemos hecho m‡s gim- otra cosa que darle gusto al logr— el t’tulo de Liga en la 1985. Clemente embromadas. Un d’a el debate nasia que estirar los brazos al pie con el bal—n. Y ahora ha- campa–a 1933-1934. y la trompeta

ERA octubre y est‡bamos en Bruselas. , entrenador del Athletic, asist’a al en- 1976. Madariaga, nº 43 cuentro Racing White de Molenbeek-Lieja, de belga. Trataba de ver c—mo jugaba el equipo NO se trata de una direcci—n le surgi— un problema: los visitante, siguiente rival en la Copa de la UEFA. postal, sino de una historia habituales para ejecutar ese Un servidor oficiaba como enviado especial de la real como la vida misma. tipo de castigos no se atrev’- televisi—n, a fin de realizar un reportaje previo de Ocurri— el 8 de diciembre en an a asumir tal responsabili- la eliminatoria. De comœn acuerdo con el tŽcni- el estadio de San Siro o Giu- dad. Segundos de descon- co, a lo largo del partido le ir’a preguntando por seppe Meazza, como uste- cierto y, tras ellos, la solu- sus impresiones, para insertarlas junto a las juga- des prefieran. Jugaban el ci—n. I–aki Madariaga acep- das m‡s interesantes. Milan y el Athletic su paso a taba el reto. El baracaldŽs Futbol’sticamente, la tarde-noche fue un lata- los octavos de final de la Ðque lleg— a figurar en la zo. Eso s’, los espectadores locales no cejaban de Copa de la UEFA. Arranca- n—mina del Real MadridÐ se animar a los suyos, especialmente uno, situado ban los bilbainos con una aplic— con contundencia y, en la grada de enfrente, que, cada dos por tres, ventaja de tres goles, fruto de fuerte disparo, bati— la nos obsequiaba con unos tremendos solos de del 4-1 obtenido en San Ma- puerta milanista. El Athletic trompeta. Un homenaje a la desafinaci—n, amŽn mŽs. (El gol forastero fue segu’a adelante. de un tormento para los o’dos. marcado por , Cuando d’as despuŽs, Al finalizar la contienda y, a modo de resumen, que cumpl’a su primera conversando con el defensa solicitŽ de Clemente que me destacara a alguna temporada en el club, tras central, le pregunt‡bamos individualidad. Javier extendi— la vista sobre el marchar del Juventus). Pero por el secreto de su efectivi- horizonte y respondi—: los rojinegros salieron res- destinados a la eliminaci—n. ÁPenalti! dad, tambiŽn contrastada en ÐAquŽl. pondones y se colocaron un Y, en esto, aparecio Txetxu De nada sirvieron las pro- el corte a los delanteros, nos ÐÀQuiŽn? ÀQuŽ nœmero tiene? un 3-0 a escasos minutos del Rojo con una de sus geniali- testas de los tifosos. El ‡rbi- respondi—: ÐNo tiene nœmero; el nœmero lo monta Žl. final. Por aquello del valor dades. Internada por la iz- tro, con una valent’a rayana ÐSer‡ porque calzo un 43. Aqu’ el œnico destacado es el de la trompeta. Los doble de los tantos en cam- quierda, entretenimiento del en la temeridad, se–al— la Con un pie as’ es dif’cil per- dem‡s no valen mucho. po contrario, caso de empa- bal—n, ingreso en el ‡rea y falta sin titubeo alguno. De der el bal—n y cuando lo Ignoro si para entonces ya se hab’a decidido te, los rojiblancos parec’an derribo por parte de su par. inmediato, a chutas tiene m‡s fuerza. por el saxof—n, o la referida vivencia fue deter- minante.