BRUJAS EN PALENCIA. DE LA CREENCIA POPULAR a LA RECREACIÓN LITERARIA César Augusto Ayuso Académico Numerario
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PITTM , 90, Palencia, 2019, pp. 199-226, ISSN 0210-7317 BRUJAS EN PALENCIA. DE LA CREENCIA POPULAR A LA RECREACIÓN LITERARIA César Augusto Ayuso Académico Numerario RESUMEN : Hasta la segunda mitad del siglo pasado existieron en el imaginario popular leyendas sobre las bru - jas. Para trazar el perfil de estas creencias acudimos a las noticias de la tradición oral palentina fijadas por escrito en relatos folklóricos y en la literatura de costumbres, así como a testimonios orales recogidos a fina - les del siglo. PALABRAS CLAVE : brujas, cuentos folklóricos, literatura de costumbres, creencias y supersticiones populares, maleficios y amuletos. WITCHES IN PALENCIA. FROM POPULAR BELIEF TO LITERARY RECREATION ABSTRACT : Legends about witches existed in the popular imaginary until the second half of the past century. In order to outline these beliefs, we turn to the news of the oral tradition from Palencia which have been writ - ten in folkloric tales and literary costumbrismo, and also oral testimonies gathered at the end of the century. KEY WORDS : witches, folkloric tales, literary costumbrismo, popular beliefs and superstitions, incantations and amulets. Hasta hace muy poco tiempo, en el humanos pueden rastrearse en todas las épo - mundo rural la creencia en las brujas fue cas y civilizaciones desde la más remota algo admitido. Ocupaba un lugar importante Antigüedad, en Europa fue al inaugurarse la en su imaginario, fuertemente impregnado edad moderna, precisamente, cuando la bru - por la existencia enfrentada de los princi - jería comenzó a ser un peligro real y una pios ontológico-morales del Bien y el Mal cuestión de Estado, y de Religión, que no establecidos por la religión. Tal conciencia pocas veces se solapaban. No en vano la estaba extendida en todo el campesinado persecución y quema de brujas es uno de los europeo, y prevaleció hasta el cambio de episodios más oscuros, controvertidos y paradigma socioeconómico propiciado por dolorosos de su historia en los siglos XVI y la industrialización y los nuevos progresos XVII. De aquellos perversos e implacables técnicos y científicos. interrogatorios inquisitoriales se alimentaría La cuestión no es baladí, pues aunque la el imaginario popular; pues de lo que aque - magia y los poderes ocultos en ciertos llas encausadas y encausados –también * Texto de la sesión científica celebrada el día 11 de abril de 2019. 200 César Augusto Ayuso había hombres, aunque menos– confesaban, manifestaciones. La política oficial cambia - se fue formando el acerbo de creencias y ría radicalmente, de tal modo que fue el supersticiones que, en adelante, predomina - papa Juan XXII el que primero decide per - ría entre el pueblo. Como muy bien apunta seguir la brujería en su bula “Super illius Julio Caro Baroja en su pionera obra sobre specula”, promulgada en 1326. Aunque no el asunto 1, sabemos lo que se dijo, pero lo llega a considerarlos herejes, sí que decide que de verdad ocurrió solo podemos dedu - castigar a brujos y hechiceros según las cirlo haciendo una correcta interpretación leyes contra la herejía. Los principios para de aquello que quedó escrito en tan severos la caza de brujas están puestos, y los pasos procesos, con declaraciones, por lo común, para ello se irán dando ordenadamente. Será sonsacadas a los reos bajo una gran presión el cantón suizo de Valais el que la inaugure sicológica, amenazas y sufrimientos. en 1426, un siglo después. La bula “Summis desideratis affectibus”, dictada por Inocen - 1. DEL PAGANISMO A LOS SIGLOS cio VIII en 1484, equipara sin ambages bru - RENACENTISTAS jería con herejía y la reconoce como suma - mente nociva para la Iglesia, por lo que La hechicería y las artes mágicas esta - pone en manos del Tribunal de la Inquisi - ban presentes en el mundo antiguo y múlti - ción su juicio y penalización. Dos años des - ples manifestaciones se nos han transmitido pués, los teólogos Sprenger y Kraemer a través de textos religiosos y de obras lite - publican el celebérrimo Malleus malefica - rarias. Por ejemplo, entre griegos y roma - rum , que a la postre habrá de convertirse en nos, mujeres había expertas en embauca - la auténtica guía para detectar y perseguir a mientos y filtros eróticos, dignas anteceso - las brujas. Sus ediciones se multiplicaron, ras de Celestina, la genial creación de la lite - sobre todo en los últimos decenios del siglo ratura española en el broche ya del siglo XV. XVI y la primera mitad del XVII. Este, sin Lo que ocurre es que en la Europa medieval duda, fue el período más intenso de la gue - tales prácticas y supersticiones se considera - rra contra las brujas, pues en él los procesos ban restos del paganismo y la Iglesia, aun - y purgas se acumulan en Europa occidental que las afeó y procuró su erradicación, y central: en las zonas rurales y montañosas nunca las castigó penalmente. Siguiendo a de Francia, Alemania, Países Bajos y Esco - san Agustín, en el Canon Episcopi no juzga - cia, principalmente. ba tales prácticas como productos del mal demoníaco. Santo Tomás, en el XIII, sí que Por la escisión occidental en dos bloques empezó a considerar tales prácticas como irreconciliables: el católico y el reformador contrarias al orden de lo sagrado y auspicia - protestante, tanto para el poder político das por el poder del Maligno; por tanto, dig - como para el religioso era este un periodo de nas de persecución. gran inseguridad en Europa. Los nuevos Estados pretendían controlar férreamente la Así pues, la teología escolástica, muy conciencia de sus fieles para consolidarse y combativa para anular el creciente poder de atajar así el grave peligro que denunciaban la herejía de los cátaros, es quien puso énfa - los teólogos, obsesionados con la omnipre - sis en la presencia del diablo en el seno de la sencia del demonio en la sociedad, cuyo fin Iglesia y exhortó a erradicarla en todas sus no era otro que debilitar al cristianismo. PITTM , 90, Palencia, 2019, pp. 199-226, ISSN 0210-7317 Brujas en Palencia. De la creencia popular a la recreación literaria. 201 Así pues, fueron los intelectuales, los Otro importante testimonio, esta vez del teólogos más competentes de la época, quie - siglo XIII, se halla en los escritos jurídicos nes, en realidad, crearon entre el pueblo cré - del rey Sabio. En Las siete partidas se con - dulo esa obsesión por la constante presencia dena a encantadores y hechiceros por ir en acechadora del mal en sus vidas, inventando sus prácticas contra la ley divina, particular - relaciones familiares de mujeres y campesi - mente contra quienes practican la hechicería nos con el diablo. La atemorización y la tor - erótica. No menos vigilantes eran los síno - tura en los tribunales les llevaban a los acu - dos diocesanos medievales, pues es fácil sados a confesar lo que no habían hecho y encontrar en ellos serios avisos sobre el desconocían, a fin de evitar el fuego de la mismo tema. Siguiendo admoniciones de hoguera punitiva y la condenación eterna. otros sínodos anteriores en la diócesis En sus sermones al pueblo, los frailes men - palentina, en el del obispo Diego de Deza, dicantes contribuyeron en gran parte a en el año 1500, se advierte para que nadie difundir estas conductas y aberraciones con - acuda a sortilegios, encantadores o adivinos, fesadas de manera más que dudosa, lo que y ni siquiera preste atención a agüeros; al fue conformando entre las gentes ignorantes tiempo que se manda a los predicadores que todo un imaginario mental acerca del ser y instruyan debidamente a los fieles para evi - el actuar de las denominadas brujas. No tarlo 4. menos contribuiría a ello la magna obra del En España fue la inquisición de Zarago - demonólogo hispano Martín del Río Disqui - za la primera en actuar contra las brujas, y sitionum magicarum libris sex, en la que en dicta su primera condena en 1485. Sin 1599 reunió cuantos bulos, sospechas y acu - embargo, es generalmente reconocido que el saciones corrían acerca del tema. Dada su celo inquisitorial en nuestro país, lo mismo enorme difusión, ejercería poderosa influen - que sucedería en Italia, en ningún momento 2 cia en el mundo católico . llegó a la dureza y ofuscación de los otros países europeos. La razón que da Delumeau 2. SU CASO EN ESPAÑA es que en estos dos países meridionales la Como ocurría en otras partes de Europa, Contrarreforma se había impuesto mucho antes y había acabado con la inseguridad que y como vestigios conservados del paganis - 5 mo, la magia y la hechicería continuaron en reinaba en Francia y los países protestantes . la España medieval. En la etapa visigoda Para el hispanista Joseph Pérez la indulgen - hay noticias de ello en las leyes y los cáno - cia mostrada por la Inquisición española se nes de los concilios toledanos, pues se cen - debe más bien a que esta siguió siempre la sura su práctica como contraria a la fe cris - doctrina tradicional del catolicismo, la defi - tiana. Incluso proliferaría, como lo demues - nida en el siglo X en el Canon Episcopi . tra el que la caída de la misma monarquía Esta, aunque admitía que se pudieran dar los visigoda se atribuyera precisamente al poder maleficios, nunca otorgó al diablo el omní - de la magia 3. San Isidoro incluso enumera y modo poder que le supusieron los teólogos trata las distintas supersticiones que preva - centroeuropeos, pues estaba supeditado a lecían en el siglo VI. Dios, que nunca le permitiría castigar tan severamente a sus fieles. Argumenta también que en nuestro país los canonistas se impu - PITTM , 90, Palencia, 2019, pp. 199-226, ISSN 0210-7317 202 César Augusto Ayuso sieron a los teólogos, pues mientras estos inducirles a la omisión de las prácticas juzgaban las actuaciones humanas desde el supersticiosas, más bien las enconaban, pro - foco de la herejía, y creían cosa cierta y real clives como eran a ello en su pasmosa cre - los aquelarres; aquellos se atenían exclusiva - dulidad 7.