Cuentística Castellana Medieval. 1. Origen, Consolidación Y Evolución Del Calila E Dimna Al Exemplario Contra Los Engaños Y Peligros Del Mundo
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Cuentística castellana medieval. 1. Origen, consolidación y evolución Del Calila e Dimna al Exemplario contra los engaños y peligros del mundo Monografía coordinada por Marta Haro Cortés 2013 Colección dirigida por MARTA HARO CORTÉS Monografías Aula Medieval, 1 © De este monográfico: Marta Haro Cortés, los autores Enero de 2013 I.S.S.N.: 2340-3748 Maquetación: Héctor H. Gassó Aula Medieval http://parnaseo.uv.es/@Medieval.html Esta monografía forma parte del Proyecto de Investigación Parnaseo (Servidor web de Literatura Española) financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, referencia FFI2011-25429. Editado en Valencia por el Proyecto Parnaseo de la Universitat de València ÍNDICE CUENTÍSTICA CASTELLANA MEDIEVAL Marta HARO CORTÉS, Cuentística castellana medieval: origen, consolidación y evolución 5 Marta HARO CORTÉS, Bibliografía de la cuentística castellana medieval 31 Hugo Óscar BIZZARRI, Antología del cuento latino medieval 45 Mª Jesús LACARRA, Antología de cuentos de la Edad Media 87 DEL CALILA E DIMNA AL EXEMPLARIO CONTRA LOS ENGAÑOS Y PELIGROS DEL MUNDO Marta HARO CORTÉS, Calila e Dimna 141 Marta HARO CORTÉS y Mª Jesús LACARRA, Bibliografía del Calila e Dimna 159 Marta HARO CORTÉS y Mª Jesús LACARRA, Antología del Calila e Dimna 171 Mª Jesús LACARRA, Exemplario contra los engaños y peligros del mundo 195 Marta HARO CORTÉS, Mª Jesús LACARRA y José ARAGÜÉS ALDAZ, Bibliografía del Exemplario contra los engaños y peligros del mundo 205 Antonio DOÑAS, Héctor H. GASSÓ y Antonio HUERTAS, Antología del Exemplario contra los engaños y peligros del mundo 211 José Manuel PEDROSA, Los cuentos en la España medieval: entre la voz y la letra 229 VARIA David NOGALES RINCÓN, Coronas de Castilla y Aragón: línea sucesoria y mapa político 249 COMITÉ DE REDACCIÓN Y CONSEJO CIENTÍFICO 281 1 (2013), pp. 5-30 Cuentística castellana medieval: origen, consolidación y evolución Marta Haro Cortés Universitat de València La cuentística castellana medieval se desarrolla fundamentalmente en tres ámbitos culturales: el discurso cortesano, homilético y escolar. A los que hay que sumar, pese a que poco sabemos, el discurso oral, folclórico. 1. Orígenes de la cuentística medieval: ámbito cortesano Las primeras colecciones de cuentos en castellano fueron tradu- cidas directamente del árabe en el siglo XIII y auspiciadas por dos miembros de la familia real, el Calila e Dimna por Alfonso X (1221-1284, rey de Castilla y León 1252-1284) en 1251 —un año antes de ser co- ronado rey—, y el Sendebar por el Infante don Fadrique (1223-1277), hermano de Alfonso X, en 1253 —un año después de subir al trono su hermano—. En el reinado de Sancho IV [1258-1295, rey de Castilla 1284-1295), el Barlaam e Josafat (último cuarto del siglo XIII) contribui- rá a potenciar la ortodoxia religiosa a través de la cristianización de la vida de Buda. Estas tres colecciones de exempla jalonan los orígenes de la cuen- tística castellana de tradición oriental y legan al ámbito de la ficción castellana una serie de técnicas y recursos narrativos que serán asimi- lados y enriquecidos a lo largo de la Edad Media; sirvan como ejem- plo, por citar algunos, el diálogo didáctico entre maestro y discípulo, o rey y consejero; el marco narrativo o historia principal en el que se in- sertan otros relatos; así como diversas técnicas para enlazar narracio- nes, principalmente el ensartado y la caja china. Pero, además, son 6 MARTA HARO CORTÉS compendios de castigos destinados al círculo cortesano en los que las teorías éticas —y en el caso del Barlaam e Josafat, las religiosas— son expuestas por medio de la ficción, mostrando claramente la combi- nación de docere et delectare. Es así que, atendiendo al patrocinio, contenido y recepción, estos ejemplarios son las primeras muestras literarias de espejos de príncipes narrativos en castellano. La consolidación de la cuentística medieval se completa en el siglo XIV de la mano de don Juan Manuel (1282-1348) con El Conde Luca- nor, obra en la que se asimilan la tradición oriental y la occidental, todo ello enmarcado en la propia vivencia social, cultural, política y personal del autor, en forma de regimiento de nobles y con un claro propósito ideológico y propagandístico de todos aquellos principios que legitiman el pensamiento de la nobleza cortesana feudal. 2. Artes praedicandi y tratados de edificación La predicación fue una de las vías fundamentales de difusión del exemplum. A raíz del IV Concilio de Letrán (1215), promovido por el Papa Inocencio III, surgió un importante movimiento de reforma re- ligiosa que tuvo en la educación del clero una de sus disposiciones fundamentales. Se intentó paliar la pobreza intelectual de los miem- bros eclesiásticos creando escuelas en las catedrales e iglesias para instruirlos en gramática, teología y latín, y también se facilitó el que pudiesen cursar estudios universitarios. Así, a mayor preparación de los prelados, disminuiría la ignorancia religiosa del pueblo. Se potenció la instrucción de los feligreses a través de la predicación y se crearon las órdenes mendicantes (dominicos, franciscanos, agustinos y car- melitas) especializadas en la homilía y en el adoctrinamiento de los fieles. En el marco reformista también se incidió en la confesión como método de examen y preparación religiosa, hecho que favorecerá la producción de manuales de confesión y de tratados religiosos de carácter edificante. La implantación efectiva de las disposiciones lateranas en España se llevó a cabo con retraso respecto a Europa; puede considerarse el concilio de Valladolid de 1322 el punto de partida de la reforma religiosa que se extenderá con mayor o menor intensidad, según la época, durante toda la Edad Media. 2.1. Ejemplarios homiléticos El auge de la predicación llevó consigo la creación de manuales que sistematizaban la estructura y composición del sermón (artes praedicandi). Y uno de los elementos recomendados por las artes Aula Medieval 1 (2013), pp. 5-30 Cuentística castellana medieval: origen, consolidación y evolución 7 praedicandi era la inclusión de exempla para ilustrar las divisiones y amplificaciones de la cita bíblica que aportaba el tema del sermón. Los apólogos apoyaban el mensaje doctrinal de los predicadores, eran la plasmación práctica de la lección teórica y, a partir de la anécdota, se podía llegar fácilmente a la norma de conducta religio- sa universal. Además, el sermón era un adoctrinamiento oral (aunque el prelado lo hubiese redactado previamente o se conservasen repor- tationes), y había que procurar que la lección religioso-moral queda- se en la memoria de los feligreses; el exemplum, por tanto, favorecía la memorización y la comprensión de la doctrina, al tiempo que acer- caba los preceptos de la fe al universo del hombre medieval. Las fuentes de donde provenían los exempla eran principalmente de cariz religioso, entre otras: la Biblia, evangelios apócrifos, vidas de los Santos Padres, hagiografía, colecciones de milagros; pero, poco a poco, se van ampliando con relatos procedentes de la Antigüe- dad, con crónicas, leyendas, cuentos orientales, fábulas, tratados de geografía o de historia natural, etc. Y, también, con testimonios folcló- ricos: cuentos maravillosos, sucesos contemporáneos al autor, leyen- das populares, algunas de ellas de tono divertido e, incluso, atrevido, aunque eran rápidamente neutralizadas con un epílogo fuertemente moralizador. En el ámbito castellano son pocos los sermonarios que se han con- servado que contengan exempla: el manuscrito 1854 de Biblioteca Universitaria de Salamanca, el de Juan López de Salamanca, Libro de los evangelios del adviento fasta la dominica in passione y el más relevante, sin duda, el de San Vicente Ferrer (1350-1419), heredero de la tradición dominica. Prueba indiscutible de la dimensión que alcanzó el exemplum en el seno del sermón son las numerosas colecciones latinas de apólogos, que proliferaron en el siglo XIII, principalmente debidas a franciscanos y dominicos, destinadas a facilitar la tarea compositiva de los predi- cadores, aunque también fueron utilizadas, en muchos casos, como lectura edificante. Estos ejemplarios seguían distintos modos de dis- posición interna; por ejemplo, podían estructurarse como una mera sucesión de exempla, sin orden aparente y sin rúbricas; otro modelo era indicar, a través de una rúbrica, la significación del apólogo. Uno de los modos más utilizados fue el orden lógico por materias, señalado a través de títulos y capítulos. Y, también, la ordenación alfabética. El método más profuso fue la combinación del orden lógico y el alfabé- tico, así el predicador únicamente tenía que buscar el tema sobre el que versaba su sermón y en la sección correspondiente hallaba varios exempla que ilustraban la materia. Aula Medieval 1 (2013), pp. 5-30 8 MARTA HARO CORTÉS Al igual que sucede con los sermonarios, también son escasas las colecciones de cuentos en castellano para uso de la predicación o relacionadas directamente con el ámbito homilético que han llega- do hasta nosotros (Libro de los gatos, Espéculo de los legos, Ejemplos del yermo, Libro de los exemplos por a.b.c y Exemplos muy notables). Esto no significa que no circulasen ni se conocieran, ni se tradujesen los principales ejemplarios latinos, ni tampoco que tengamos a nues- tro alcance toda la producción de exempla homiléticos que se llevó a cabo durante la Edad Media. La traducción al castellano de los ejemplarios latinos más conocidos del siglo XIII fue una de las vías más prolíficas para dotar a los predica- dores de historias con que aliñar sus sermones. El Libro de los gatos y el Espéculo de los legos son buena prueba de ello. 2.1.1. Libro de los gatos El Libro de los gatos es una selección libre de las Fabulae de Odo de Chériton, probablemente perteneciente a la orden de los dominicos y vinculado a la Universidad de París, quien visitó España hacia 1224, siendo profesor de las universidades de Palencia y Salamanca. Sus Fabulae, redactadas con posterioridad a su viaje, gozaron de una gran difusión, se conservan numerosos manuscritos a los que deben sumarse las traducciones, tanto la de Nicolás Bozón al francés, Cuen- tos moralizados (hacia 1350), como la castellana.