Revista Fuentes Humanísticas 42.Indb
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Contenido Elena Madrigal 3 Dossier Presentación Hacer y rehacerse mujer: cinco estrategias discursivas Ana María Peppino Barale 7 Paula Florido y Toledo. Identidad relegada Patricia Montoya Rivero 31 Diversas miradas en torno a La Corregidora Begoña Arteta 45 La Revolución Mexicana desde el hotel Bellavista Patricia Reguera Sánchez 59 Pita Amor y la construcción del yo Gerardo González Ascencio 71 El control social de las mujeres públicas visto a través de los libros de registro de prostitutas de la ciudad de Oaxaca (1890-1900) Jorge Alberto Rivera Mora 91 Historia La Revolución Mexicana entre los discursos académico y literario. Un atisbo historiográfico Cristian Sperling 107 Literatura El papel de la ciencia en la obra de Augusto dos Anjos: ¿Una poética microbio-mística? Jorge Olvera Vázquez 129 “El centenario”, una alegoría monterrosiana con apunte socrático para el Bicentenario 2010 Alejandra Herrera 139 “Responso del peregrino”, o la poesía levanta un muro de salvación Lingüística 149 Gloria Josephine Hiroto Ito Sugiyama Elizondo, Joyce y la nueva estética. Más allá de una ambigüedad aliterada 169 Ma. Dolores Serrano Godínez El requisito de lenguas extranjeras en la UAM: debate obligado Estudios 185 José Hernández Riwes Cruz culturales ¿Cómo leer una canción pop? Mirada 199 Elena Madrigal crítica Con la cara lavada: un acecho a El coloquio de las perras de Antonio Marquet 209 Christine Hüttinger Contarte en lésbico 215 Manuel Buelna La poesía silenciada de Javier Sicilia. Protesta por los asesinatos de jóvenes en México 221 Colaboradores 3 ELENA MADRIGAL* Presentación Hacer y rehacerse mujer: cinco estrategias discursivas as décadas que nos separan del re- tagonista (o protagonistas) y simultánea- Lclamo feminista inicial por recuperar mente atienden a las categorías constan- las voces y las historias de las mujeres en tes de la ginocrítica al margen de su lu- los distintos ámbitos de lo público aún gar geográfico o temporalidad: el cuerpo son insuficientes para cubrir la pléyade de y sus cargas simbólico-culturales en rela- testimonios y expresiones que aguardan ción con sistemas de control tales como a la estudiosa o al estudioso que por ellos la maternidad, la familia, las expectativas se interese. La avidez académica por ha- sociales, la lucha armada por el poder o la cer justicia a las mujeres relegadas halla ordenanza jurídico-legal. foro en este espacio de Fuentes Huma- En este sentido, el ensayo “Paula nísticas. Cinco ensayos dan cuenta de al- Florido y Toledo, identidad relegada” per- gunas de las vías para conformar y dar un mite la reflexión sobre una mujer que no sitio al conocimiento de las mujeres, sea conoció de problemas económicos pero como individuos o como colectividades. debió permanecer sujeta a varios mari- La genealogía, el rescate fotográ- dos que sí figuraron en la esfera públi- fico-documental, la relectura de las fuen- ca. El hecho de haber sido confinada al tes historiográficas clásicas o la autobio- ámbito privado opacó su injerencia en grafía sustentan los acercamientos a las la conformación del actual Museo Láza- esferas privadas y públicas de tres muje- ro Gadiano e incluso incide en el tipo de res y una colectividad: Paula Florido y documentos acopiados para su rescate: Toledo, Josefa Ortiz de Domínguez, Rosa cartas familiares, títulos de propiedad, King, Pita Amor y las prostitutas de la sucesiones testamentarias, linaje. La au- ciudad de Oaxaca en la última década del tora del artículo comenta que “ser rico siglo ���. Las particularidades de cada te- también tiene sus problemas” y, para Pau- ma de investigación iluminan a su pro- la Florido, éstos estribaron en la muerte de esposos, hijos y nietos por enferme- dades o circunstancias en su momento * Departamento de Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco. 4 Hacer y rehacerse mujer: cinco estrategias discursivas intratables por la ciencia médica. La admi- crito, el control sobre el cuerpo femeni- ración que suscitó la fortaleza de Paula en no presenta variantes atribuibles, antes el único hijo sobreviviente persiste hasta que nada, a la pobreza y la marginación. llegar a la ensayista, quien se pregunta: El positivismo decimonónico justificó el “¿Cómo sobrevive una madre ante tan- uso de la ciencia y de la técnica fotográfi- tas pérdidas, sin perder la razón?” ca como medios para acotar conduc- Otra figura materna ensalzada al tas amenazantes al “equilibrio social” punto de la mitificación es el núcleo de y lindantes con la delincuencia. Como “Diversas miradas en torno a La Corre- producto de tales procederes, han que- gidora”. Al igual que Paula Florido, la dado discursos visuales y textuales que vida de Josefa Ortiz tiene sentido en ahora pueden ser interpretados diferen- función de su cónyuge pero, a diferencia temente. Por ejemplo, los registros de de la primera, la situación extrema pre- jóvenes de 14 años, la vigilancia policial, valeciente en Nueva España la lleva a el chequeo hospitalario, el que a las mu- participar en sucesos públicos. Sin em- jeres “públicas” se les consignase por bargo, debe transcurrir alrededor de una su nombre e inicial de apellido, el que la década para que su intervención sea re- fotografía pretendiera hacerlas pasar por conocida. Paulatinamente historiadores mujeres “privadas” o el que sus ingresos y panegiristas decimonónicos –devela o salidas del oficio dependiesen en bue- Patricia Montoya, la investigadora–sub- na parte de la existencia de una suer- rayan su encarcelamiento, exoneración te de tutor, delatan la convicción de una y miserias y le aúnan valores “femeni- “condición de incapacidad permanente nos” como la emotividad y la fidelidad de la mujer”, como lo señala el autor del para construir a una “generosa matrona” ensayo. Pero no hay que suponer que digna de figurar en el panteón nacional. el estigma era privativo de las oaxaque- El sufrimiento de la madre y su familia ñas; éste operaba en distintos niveles de en lo privado es loable en tanto aporte encubrimiento y violencia hacia la mujer a la gran familia mayor: la nación recién y su cuerpo. Por ejemplo, Paula Florido fundada. En resumen, si bien es inne- es adjetivada por la autora del artículo gable la importancia de que una mujer correspondiente como “obstruida, tapa- –con nombre, apellido y hechos docu- da, frenada, truncada, cortada, estor- mentados– ostente un lugar en la mito- bada” por su condición femenina y la enu- logía patria, resulta cardinal dilucidar los meración para la prostituta, según los términos de género que intervienen en registros, es de “inútil para ejercer el ofi- la factura del discurso heroico. cio” (eufemismo de portadora de enfer- Manera muy distinta fue utilizada medad venérea incurable y mortal), o bien para presentar al sector de las prostitu- de “repuesta, enferma, prófuga, muerta”. tas, según indica el ensayo “Control sa- Paula, La Corregidora y las prostitu- nitario y control social. Los libros de re- tas son conformaciones discursivas en las gistro de mujeres públicas en Oaxaca que ellas poco o nada tuvieron qué decir, (1890-1900)”. No obstante, como tam- ni sobre su entorno, ni sobre ellas mis- bién lo señalan las ideas de fondo del es- mas. Podemos afirmar que fueron, y son, 5 Fuentes Humanísticas 42 > Dossier > Elena Madrigal mujeres hechas. Por el contrario, años vista la inglesa había entablado profun- después, Rosa King y Pita Amor hablan da amistad con la esposa de Felipe Ánge- “por ellas mismas” desde el género auto- les; en la noche del 11 al 12 de febrero la biográfico y el libro publicado. La prime- anfitriona había atestiguado una histó- ra, al enviudar y tener que hacerse cargo rica conversación entre el presidente Ma- de su familia, se convierte en empresaria dero y el General Ángeles; posteriormen- pionera en la comercialización de arte- te había entablado cordiales relaciones sanías morelenses y, a partir de un 9 de con Huerta y hasta con los emisarios junio de 1910, en propietaria del concurri- de Carranza. do Hotel Bellavista de Cuernavaca. Una Las penurias que comportó la Revo- cadena emocional e intelectual entre mu- lución alcanzaron también a Rosa, y fue- jeres de distintos momentos históricos ron éstas las circunstancias que le permi- inicia cuando Paz Barral de De la Fuen- tieron comprender su entorno mexicano. te, exiliada española, pone en manos de Agudamente incluso señala que su condi- Begoña Arteta la versión original en in- ción de madre y su actitud maternal le glés de Tempestad sobre México de Rosa valieron el respeto de gente de toda con- King, publicado en 1935. Inspirada por dición. Su nueva conciencia se tradujo una obra que a pesar de ubicarse dentro en Tempestad sobre México, puente que de la categoría de las escrituras del yo desde lo personal tendió Rosa King para está atravesada por tintes novelescos, el entendimiento entre culturas distan- en “La Revolución Mexicana desde el tes, con la esperanza de que trascendie- Hotel Bellavista” Arteta puntualiza los se a la esfera pública. sucesos revolucionarios que motivaron Pita Amor es otra mujer que se fac- la escritura de la extranjera. A la explica- turó a sí misma, pero que finalmente no ción histórica, la ensayista suma detalles pudo escapar a los constreñimientos que de las experiencias vitales de la auto- sujetaron a sus predecesoras. “Pita Amor biógrafa y selecciona pasajes harto inte- y la construcción del yo” es un afortuna- resantes, lo mismo sobre una supuesta do acercamiento al testimonio personal espía rumana que sobre personajes cla- de la poeta entreverado lo mismo a la ve en la historia revolucionaria. Desde obra que a los rumores y noticias que co- el Bellavista, las voces y las acciones rrieron a su alrededor. De ocupación de- de Zapata, Madero, Felipe Ángeles y Huer- miurga, Pita Amor se encarnó a sí misma ta se recuperan gracias al vívido relato en distintos momentos de su vida, siem- de una extranjera que, en un inicio, casi pre libertaria al extremo, siempre obe- no entendía el español, poco comprendía diente a sus deseos.