Tesis Doctoral LA CRÓNICA EN LA NOVELA DEL CARIBE HISPANO
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Tesis Doctoral UNIVERSIDAD DE SALAMANCA DEPARTAMENTO DE LITERATURA ESPAÑOLA E HISPANOAMERICANA LA CRÓNICA EN LA NOVELA DEL CARIBE HISPANO: Alejo Carpentier, Edgardo Rodríguez Juliá, Antonio Benítez Rojo y Pablo Montoya Campuzano Doctoranda: DILCIA JOSEFINA FERNÁNDEZ ANGULO Tesis doctoral dirigida por la Dra. Dª. Carmen Ruiz Barrionuevo, presentada en el Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana, Facultad de Filología, Universidad de Salamanca. Vº Bº La Directora de la Tesis La Doctoranda Fdo.: Carmen Ruiz Barrionuevo Fdo.: Dilcia Josefina Fernández Angulo 2019 1 A ese fantasma impredecible e infinito, a quien unas veces persigo y tropiezo; otras, me empuja y, luego, me deja suspendida en el humo que se disipa tras las montañas de mis ancestros. Por la noche, me invade y finge una tregua. Me besa desde su espejo, mientras dibuja pliegues y líneas sobre mi lienzo, que él va difuminando en su color y, aunque él los posea o se encubra en todos, en ninguno parece dejar su huella. Me concede algunas dádivas convertidas en suspiros… Rocío y tormenta. Engaño… ¿Certeza? 2 No es fácil levantar una voz. Hay quienes la consiguen muy temprano, a otros les toma años. Pero esa voz propia no les pertenece. En ella se dibujan como sombras durante el sueño y la vigilia los rostros, o las miradas de la ternura y el espanto, de la censura y la magnanimidad. Ellas se pintan, y solo mencionaré unos nombres, en El Bosco, en Piranesi y en Goya; en Jacques Le Moyne, François Dubois y Théodore de Bry; también esas sombras las percibieron Cristóbal Colón y Bartolomé de las Casas; los poetas José Martí y Rubén Darío; los escritores Alejo Carpentier, Antonio Benítez Rojo; las ha descrito en La noche oscura del Niño Avilés Edgardo Rodríguez Juliá, y las ha poetizado en una novela el escritor Pablo Montoya Campuzano. Podría continuar la lista mencionando otros nombres, pero he seleccionado éstos porque son los artistas y escritores a los que he intentado acercarme en este viaje de hallazgos y de cuestionamientos, de palabras y silencios que aún aguardan futuros acercamientos. Un trabajo que comenzó en las aulas de la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca, entre los muros de una de las Casas de Estudios Superiores más antiguas del mundo. Casa y ciudad de la que partí, pero a la que no pude abandonar, ni renunciar, aunque mis pasos me condujeran a Barcelona y luego a Valencia, pensando en algún momento hacer patente los versos: “Es tiempo de que tornes/Es tiempo de que vuelvas” del poeta Francisco Lazo Martí, a Mérida, mi ciudad de origen, a Cumaná, tierra del poeta José Antonio Ramos Sucre, o a Margarita… Entonces me quedé con una tesis de doctorado, y unas hijas que exigen en paralelo el equivalente de esta investigación, junto a Joaquín, confidente y compañero de anhelos y batallas, quien es, como dijera Adaías, “el portafolio” dialéctico en esta travesía. En todo este tiempo ha estado presente con sus lecturas y sus orientaciones, como una gota constante a lo largo de la escritura, Carmen Ruiz Barrionuevo, mi directora de tesis, quien con el paso de los años se ha convertido en lámpara de algunas de mis noches oscuras, durante este recorrido a veces golpeado por inevitables infortunios de la existencia. Agradezco a los profesores del Doctorado de Español: investigación avanzada en Lengua y Literatura, especialmente, al Doctor Javier Sánchez Zapatero, por presentarse en este camino, dispuesto a ofrecer, en medio de las circunstancias, un gesto contundente de disponibilidad y cooperación. A María, por su voz constante más allá del mar y de la neblina. Y a Dalia, mi Alina Reyes… A todos los aquí nombrados, mi gratitud. 3 ÍNDICE Dedicatoria……………………………………………………………………………..2 Agradecimiento…..…………………………………………………………………….3 Introducción…………………………………………………………………………….6 Capítulo 1: EL LUGAR DE LA CRÓNICA: ENTRE LA HISTORIA Y LA LITERATURA……………………………………………………..………………….23 1.1.- Orígenes y transformaciones de la crónica en Hispanoamérica………………………………………………………………38 1.2.- La crónica en el siglo XIX……………………………………………..55 1.3.- Reinserción de la crónica en la narrativa hispanoamericana en el siglo XX……………………………………………………………………..69 Capítulo 2: ALEJO CARPENTIER Y EL DISCURSO DE LA CRÓNICA……………………………………………………………………………..84 2.1.- Carpentier: explorador y cronista……………………………………..91 2.2.- Las ruinas y las paradojas como construcción del relato en El reino de este mundo………………………………………………………………105 2.3.- Cartas a Toutouche: la figura inconclusa de un origen…………..121 Capítulo 3: LA CRÓNICA CULTURAL EN LA NOCHE OSCURA DEL NIÑO AVILÉS DE EDGARDO RODRÍGUEZ JULIÁ…………………………………..140 3.1.- Los cronistas y las versiones de la historia………………………..155 3.2.- El cuerpo y la danza: significación polirrítmica…………………….173 3.3.- Construcción del imaginario caribeño: abundancia, desbordamiento 4 y caos………………………………………………………………………...189 3.4.- El sueño de la razón produce monstruos de Goya en La noche oscura del Niño Avilés…………………………………………………...…207 Capítulo 4: EL MAR DE LAS LENTEJAS, MUERTE Y BÚSQUEDA DE LA MEMORIA………………………………………………………………….………..225 4.1.- Antón Babtista: un personaje marginal en el primer plano del relato……………………………………………………………………..247 4.2.- La voz de Pedro Valdés: de la periferia al poder………………….265 4.3.- El contrabando y el tráfico de esclavos: introducción del capitalismo en Pedro Ponte y John Hawkins…………………………………………..271 4.4.- De la fragmentación a la rebeldía en Paso de los Vientos de Benítez Rojo………………………………………………………………..278 Capítulo 5: ORÍGENES DE PABLO MONTOYA: ENTRE EL VIAJE Y EL EXILIO……………………………………………………………………………….300 5.1.- Tríptico de la infamia: voces y espacios del recuerdo y la imaginación………..………………………………………………………….313 5.2.- El viaje de Le Moyne y su encuentro con el cuerpo tatuado de los indígenas………………………………………………………………………329 5.3.- El exilio del artista como tradición…………………………………..351 5.4.- Théodore de Bry: entre la belleza y el horror………….…………..367 Conclusiones………………………………………………………………………..393 Bibliografía…………………………………………………………………………..414 5 INTRODUCCIÓN A partir de los años cuarenta, como lo señalan los estudios consagrados a la historia de la literatura hispanoamericana, comienza el camino de un cambio narrativo que abordará el inicio de una nueva estética en la producción del cuento y la novela. Jorge Lafforgue sostiene que “el proceso renovador” de la novelística se inicia en el cuarenta y “se consolida durante la década siguiente”1, y elabora una lista de obras significativas que comprenden desde 1940 hasta 1968.De ahí que, a mediados del siglo XX la narrativa experimenta una relectura de la historia y una reflexión del hecho literario, que arrojará en las décadas siguientes, en el campo de la teoría y crítica literaria, la revisión de las nociones de literatura. La novela viaja a los registros de la crónica y la transforma para reescribir la historia y la cultura desde otras perspectivas, que enriquecen y problematizan la mirada acerca de la historia y de los diferentes sujetos del pasado y la realidad del presente escenario, tanto cultural como literario. Con la llegada de los setenta en la narrativa latinoamericana se exploran nuevos núcleos temáticos en producciones, que hacia los años ochenta, despiertan un proceso de relectura de las fuentes bibliográficas guardadas en los viejos anaqueles del sistema crítico literario, como han sido los libros de viajes, los epistolarios y las crónicas de la época colonial, considerados, o bien textos históricos, o de “literatura menor”. Estos discursos entrarán en la escena narrativa por un conjunto de circunstancias histórico-culturales que conducen a los escritores a repensar su espacio contemporáneo, y encuentran en la 1 Jorge Lafforgue (Comp.): Nueva novela latinoamericana, Buenos Aires, Paidós, 1969, pp. 13- 29. 6 revisión del pasado, archivos que continúan hablando, a la espera de nuevas lecturas. Estas últimas se proponen para los escritores hispanoamericanos como retos de búsqueda, al abordar estrategias que les permitirán reescribir, citar y/o reinventar los lugares invisibles o censurados de las historias, tanto orales como escritas, de las culturas existentes, antes, en y después de la colonia. Posteriormente, la crítica delinea una visión de conjunto de la narrativa hispanoamericana desde un enfoque histórico con el trabajo de Jean Franco y con las aportaciones que realizan, en torno a la problemática de la nueva novela histórica, los trabajos de Seymour Menton en el año 1993 y de Fernando Aínsa en el 2003. Menton procura, siguiendo una línea temática, un estudio acerca de la novela histórica en tanto proceso evolutivo, cuyos antecedentes colocan al escritor Alejo Carpentier como primer renovador de esta tendencia, al incorporar el tratamiento de lo histórico y el archivo desde un punto de vista innovador en la novela moderna hispanoamericana. Sin embargo, tal renovación en la escritura, dentro del planteamiento de la nueva novela histórica, Aínsa la remite al escritor venezolano Arturo Uslar Pietri con la novela Las lanzas coloradas (1931)2. Ese mismo año se publica una novela corta en Venezuela bajo el título de Cubagua, por el escritor y cronista Enrique Bernardo Núñez que destaca por el planteamiento histórico, en el que se intercambian dos tiempos cronológicos: el siglo XVI y comienzos del siglo XX, tramados con unos personajes míticos desde el punto vista indígena con formación cultural europea encarnado en el 2 Véanse los trabajos de Jean Franco: (1975) Historia de la literatura hispanoamericana, Barcelona, Ariel, 1985; Seymour Menton: La nueva novela histórica de América Latina,