INDIOS Y NEGROS EN EL PAGO DE

María Amanda Caggiano CONICET –UNLP, IMIACH 2001. Actas del XIIIº Congreso Nacional de Arqueología , II:157-166. Universidad Nacional de Córdoba.

1. Introducción Al promediar el siglo XVIII el vasto territorio pampeano, que formaba un amplio abanico en torno a , no contaba con grandes poblados. Hecho éste que obligó a España a fijar nuevas estrategias para la ocupación territorial. Hacia la frontera oeste de Buenos Aires, la actual Luján estaba establecida en torno a la folklórica decisión de la imagen de la Virgen, que en 1688 decidió aquerenciarse. En 1745 se tornó imperiosa la necesidad de establecer unos kilómetros más hacia el oeste de Luján, (1) una fortificación que resguarde a los pobladores. Nace así la Guardia de Luján que servirá además como presidio, mercado de intercambio de bienes y productos entre blancos e indígenas y punto de partida de las caravanas hacia las Salinas Grandes. Crónicas y relatos de viajeros, como así también censos, dan cuenta del avance paulatino e incremento de población y del entretejido social. Es nuestro interés destacar algunos datos sobre la presencia de indios y negros en la región reconocida como Chivilcoy dentro la Guardia de Luján, y resaltar su participación como otros actores sociales y que fueron casi ignorados en la historia oficial. El rescate de aborígenes y de la presencia de negros o pardos, además de resultar una herramienta útil para la difusión de la historia propia, conlleva a la consolidación de una conciencia histórica y a la activación de una memoria crítica. Su valor es innegable en la medida que permite enriquecer el aún difuso conocimiento de nuestro pasado pampeano. Intentamos rescatarlos del olvido a través de la investigación lograda en variados documentos, actas parroquiales y testimonios orales, que dan cuenta de su presencia en el entretejido social desde antes de crearse el partido de Chivilcoy (Bs. As.)

2. Base documental Los censos poblacionales realizados aproximadamente entre 1740 y 1840, ordenados para Buenos Aires y la campaña adyacente, obedecían preferentemente a dos propósitos: el impositivo y el de servicios a las armas. Los empadronamientos constituyen listas de vecinos donde se indicaba no sólo en afincamiento al lugar, a los que se discriminaba en blancos, indios y una amplia gama entre mulatos, pardos y negros, sino también la carga tributaria al estado. El censo de 1744, ofreció los siguientes resultados:

______Blancos Indios Mulatos Negros Mestizos Pardos ______Buenos Aires 10056 188 330 1150 99 221 Campaña 6055 431 180 327 40 123

La creación del Virreinato del Río de determinó la necesidad de un nuevo censo general que, practicado en 1778, arrojó los siguientes resultados:

______Blancos Indios Mulatos Negros Mestizos Pardos ______Buenos Aires 24083 524 2997 3837 627 1 Campaña 12926 1620 760 49 - 263

Para esa época, Félix de Azara transita gran parte del territorio, señalando que “... está poblado de tres castas de hombres bien diferentes, que son indios, europeos o blancos y africanos o negros. Las tres se mezclan resultando los individuos de que voy a hablar, llamados con el nombre general de pardos, aunque bajo el mismo incluyen a los negros. Si el pardo es hijo de indio y blanco, se llaman mestizo y lo mismo a toda la descendencia de este, con tal que no intervenga en ninguna de sus generaciones, quien tenga sangre de negro poca ni mucha. Si el africano se une con blanco o con indio, llaman el resultado mulato y también a la descendencia de este, aunque por continuar sus generaciones con blancos llegan a resultar individuos muy blancos y rubios con pelo lacio y largo. En algunas otras partes les dan otros nombres por ejemplo, si el hijo mulato hijo de negro y blanco se junta con blanco, sale lo que llaman cuarterón por tener sólo la cuarta parte de negro; pero si tal junta o unión del mulato es con negro, le llaman salto atrás porque en vez de salir blanco se retira teniendo tres cuartos de negro”. El crecimiento vegetativo y la doble inmigración (la de los provincianos y la europea) pronto hacen eclosión en Buenos Aires. El siglo XIX se manifiesta por un constante avance de dispersos caseríos que, como isletas en la verde llanura de duras gramíneas, avanzan hacia el Salado incluyendo la región de Chivilcoy. La presencia de negros en la región que nos ocupa, se manifiesta a través del censo de 1836, cuando ya desde hacía aproximadamente una década la tierra fiscal fuera entregada a enfiteutas. El registro censal estaba a cargo de los alcaldes de cada partido, quienes apuntaron además del número con que se componía cada población, la denominación de tales. Lamentablemente, en uno de los cuadernillos donde se asentaban los datos no consta la denominación del partido. Discriminado en Blancos, Pardos y Negros y Extranjeros, el censo arroja un total de 3972 pobladores para el territorio de la Guardia de Luján, donde se distinguen los siguientes partidos, a saber:

______Partido Blancos Pardos y Negros Extranjeros Tropa Total ______Leones 531 26 1 9 567 M. Gallegos 256 16 - - - Salado Arriba 255 20 1 10 286 Saladas 251 11 - - 262 Cañada Rica 795 23 9 1 827 Chivilcoy 418 9 1 - 428 ¿? 1234 86 10 - 1330 Total general 3740 191 22 19 3972

Dos años después, en 1838, el padrón de habitantes de la Guardia de Luján ofrecía un incremento de pobladores, arrojando los siguientes datos: Blancos: 5009; Pardos o Negros: 335; Extranjeros. 46; Tropa: 1, Familia de Tropa: 43; Total: 5404. De acuerdo al censo de 1836 las poblaciones compuestas exclusivamente en la Guardia de Luján de negros o pardos, son las siguientes:

Partido Población Nº de negros que integran la población ______Leones José María Carro 10 Leones María Martines 4 Leones Manuel Vestad 4 M. Gallegos Bautista Ribero 10 Salado Arriba Lorenza Ibarra 4 Salado Arriba Petrona Ribero 10 Salado Arriba Antonio Lescano 2 Cañada Rica Bernardo Rocha 3 Cañada Rica Tránsita Olmos 3 ¿? Inocencia Benites 3 ¿? Francisco Donas 3 ¿? Justo Isuvin 1 ¿? María Gutiérrez 3 ¿? Pascuala Bello 1 ¿? José Iturri 2 ¿? Estanislao Rodriguez 1 ¿? Valentín Montiel 4 ¿? Andrés Almirón 3

De estas 18 poblaciones compuestas por sólo negros o pardos, en sólo 7 se registran mujeres como cabezas de familia, apellidos Martines (o Martínez), Ibarra, Ribero, Olmos, Benites (o Benítez), Gutiérrez y Bello. Cabe destacar que las familias establecidas hace más de 150 años en los partidos reconocidos como Cañada Rica y Salado Arriba, actualmente forman parte del partido de Chivilcoy. El partido de Chivilcoy nace como una necesidad de control del régimen rosista, dado el amplio espacio pampeano que ya ocupaba la diseminada población de la Guardia de Luján, algunos en terrenos otorgados por “boletos de indios” (2), otros por enfiteusis o simplemente ocupando tierras del estado. Se decreta su creación un 28 de diciembre de 1845. A partir de la fundación del pueblo de Chivilcoy, un 22 de octubre de 1854, se comienzan a registrar nacimientos, matrimonios y defunciones en libros propios pues con anterioridad a esa fecha debían asentarse en la iglesia de Mercedes, distante unos 60 km. En las actas parroquiales se discriminaba en cuanto al color de la piel y al tributo que exigía la iglesia para poder ser registrado. Los aranceles eclesiásticos para toda la campaña bonaerense habían sido fijados mediante decreto rubricado por Miguel García (Provisor Vicario Capitular y gobernador del Obispado) y aprobados por el Ministro de Gobierno Ireneo Portela. Entre la contribución a la iglesia se destaca que “nadie dejará de ser bautizado por no tener con que pagar el derecho parroquial pero los que no se hallen en este caso, satisfarán $20, siendo blancos, los que no lo sean abonarán $10”. Similar discriminación ofrecen los artículos referidos al matrimonio y permiso para las sepulturas. Con respecto al derecho al “matrimonio de personas blancas, son de $150 ... y toda otra clase pagará $100”. En lo que se refiere a los fallecidos, “quedan asignados $100 para sepultar el cadáver de los adultos, contándose estos desde la edad de 8 años en adelante, los de menor edad pagarán $50. Las gentes de color y de servicio, pagarán siendo adultos $50”. Por último mencionaremos que en el primer libro de actas de defunciones correspondientes a Chivilcoy, se especifican las muertes de “pardos” o “de color”, omitiéndose su ascendencia y lugar de origen como ocurre con el resto de fallecidos. Así se registran a: ______Parda Edad Fecha de muerte ______Florentina Díaz 50 años 7 diciembre 1854 Manuel Forner 80 años 21 mayo 1856

______De color Edad Fecha de muerte ______Narcisa Rodríguez 10 meses 3 mayo 1855 Paula Rodríguez 50 años 1 junio 1855 Manuel de Cardozo 70 años 25 enero 1856 Leonor Masa 40 años 28 enero 1856 Mercedes Mercado 60 años 16 noviembre 1856 Valerio Martínez 38 años 5 diciembre 1856 Eulogio Luna 7 días 8 febrero 1857 Casimira Medina 7 días 13 febrero 1857 Pedro Villafañe 42 años 28 febrero 1857 José Olivera 35 años 3 octubre 1857

También en los asientos matrimoniales, se destacan los de: ______Matrimonio Fecha Observación ______Luis Quintana con Tomasa Jimenez 15 de diciembre de 1854 pardos Reyes Galvén y Petrona Villalba 26 de abril de 1856 de color Doroteo Cos... (¿) y María Corvalán 31 de marzo de 1856 pardos Pablo Escurra y María Velarde 2 de agosto de 1856 de color Ipólito Ledesma y Rafaela Franco 3 de agosto de 1856 de color José Elías Moreno y Brígida Carras (¿) 12 de octubre de 1856 de color Roque González y Secundina Rosa 10 de marzo de 1857 de color Pedro Fornes y Lucía Gorosito 1 de diciembre de 1856 de color Julián Ävila y Estefanía Palleros 17 de mayo de 1856 pardos

Al escindirse el partido de Chivilcoy de la Guardia de Luján, trajo aparejado la subdivisión del territorio chivilcoyano en cuatro cuarteles, a cargo de alcaldes que eran secundados por tenientes alcaldes. Uno de esos cuarteles, el Nº 3, abarcaba “desde las saladas al Norte hasta los cuarteles 1 y 2 al Sud y desde la cañada de Chivilcoy al Oeste hasta el cuartel 1 por el Este y tiene para su celo y vigilancia a un Alcalde y dos Tenientes y un comisionado celador” (3). El alcalde al que alude el informe era Gabriel Ramírez, un mendocino radicado en Chivilcoy según su propio testimonio “desde 1842”. (4) A su vez en un plano realizado por el Agrimensor Vicente M. Sousa en el año 1868 que acompaña al expediente de las “Chacras de Chivilcoy”, (5) se establecen la ubicación de lotes y vivienda que ocupaba Ramírez y que solicitaba escriturar, coincidiendo con el área que estaba bajo su control cuando era alcalde. Aún hoy la laguna permanente de esa zona se designa como Ramírez, cuenca centrífuga que marca la naciente de la cañada de Montenegro y que desemboca en la cañada de Chivilcoy y ésta a su vez es tributaria del río Salado. El área que dominaba Ramírez se torna importante a raíz de los informes que él elevaba a su superior, mencionando indígenas no sólo de otras regiones, sino también a los que estaban establecidos en Chivilcoy. En nota fechada el 13 de marzo de 1846, Ramírez se dirige al juez de Paz interino Calixto Calderón, refiriéndose a la falta de noticias sobre los desertores mencionados en una circular. Asimismo informa que remite preso al indio Leandro Hernández acusado de robar a Patricio Hernández, empleado y vecino de Navarro, de 8 caballos y una marca de fuego. Hace referencia a la declaración del preso negando el robo y afirmando ser suya la marca. Hay declaración de que no está enrolado en Chivilcoy teniendo pase vencido como miliciano de Navarro. (6) Otra nota fechada el 30 de marzo de 1846 y elevada a Calderón, se refiere a la declaración tomada a Silverio Torres sobre 4 “indios militares jinetes” que llegaron a su casa el 27 y su remisión en calidad de preso por no haber dado parte del hecho de acuerdo con lo ordenado. (7) Tiempo después, el 8 de julio de 1846, Ramírez eleva a Calderón una nota a través del auxiliar Francisco Sánchez, quién porta a su vez $724 y 4 reales en donación de los vecinos federales de su cuartel para el Hospital General de Mujeres, con lista y pedido de publicación de la misma. Pero además remite “por el mismo conducto y bajo segura custodia al preso Domingo Luna por haber herido gravemente al indio Juan Simón Sánchez en la casa pulpería de Juan Lacrosse”, manifiesta Ramírez, “en el día de ayer, según parte del teniente alcalde Alejandro Molina, no habiéndo podido remitirse al herido por la imposibilidad en que se halla al presente preso he ordenado se presente en ese juzgado dentro de los 3 días o antes de lo que fuese posible”. (8) El pulpero Juan Lacrosse, (o Lacroze o Lacroz o Lacroce) ya había registrado su marca de ganado en la Guardia de Luján hacia 1822 declarando que ocupaba el campo reconocido como Cerrito de las Averías, (9) elevación registrada en variadas mensuras del siglo pasado (10). Lacroce había rodeado “su rancho de adobes con un amplio recinto foseado, guarnecido con cañoncitos de bronce”. (11) Una crónica a casi un siglo destaca que con el nombre de “Cerrillo de la Avería ... la historia de nuestro pueblo señala este sitio donde once valientes, enfrentaron al malón indio... once valientes cuyos nombres se perdieron en la eterna noche del olvido”, (12) y en 1938 se asigna a una de las calles del pueblo la denominación de “Cerrillo de la Avería” en recordación al suceso cuya placa identificatoria colocada sobre un inmueble al iniciar la arteria expresa: “Calle Cerrillo de la Avería, homenaje de Chivilcoy en su centenario a los once gauchos que en 1837 cayeron sacrificados por un malón; octubre 22 de 1954 “. Tiempo después, el 3 de octubre de 1846, Ramírez se dirige nuevamente al juez de Paz sustituto Calixto Calderón, informando que con el auxiliar Manuel Bustamante remite al vecino Ramón Payeros, tenedor de bueyes, sin dar parte. Asimismo hace referencia que “se le a ordenado a la vecina Da. Eutacia Brabo, se presente en ese juzgado a responder a la multa a que se a hecho acreedora por no haber dado parte de una vaca que el infrascripto a encontrado contra el palenque de su misma casa y que según confesión de los indios de la misma casa, otro animal a estado a la vista como cuatro días y es perteneciente al Señor Juez de Paz Dn. Lázaro Molina. Dios guarde a Ud. muchos años”. (13) Los siguientes testimonios se refieren indígenas en relación a localidades vecinas, algunas con implicancias sobre Chivilcoy. Una nota que lleva la firma del juez de Paz de la Guardia de Luján Pedro Casas fechada el 9 de septiembre de 1847, da cuenta de la filiación y señas de dos indios pampas asesinos de Rafael Navarro, José María Reinoso y un hijo de éste, el 11 de agosto de 1847 en Quequén Grande. El informe contiene datos personales y de indumentaria. Asimismo menciona caballos robados indicando pelajes, marcas y detalles de los objetos robados. El informe fue suministrado en Piedra el 13 de agosto por José M. García y verificado sucesivamente por Felipe Vela, José Letamendi, Rufino Martínez y Federico Terreros. Llega a Lobos el 7 de septiembre de 1847 y firma Manuel Antonio Caminos y a Navarro el 8 de septiembre de 1847 firmando Juan José Echeverría. Por último el 9 de septiembre de 1847 firma en la Guardia de Luján el juez de Paz Pedro Casas. Al describir a los asesinos brinda los siguientes detalles, del primero: “peón sobrenombre Cabezón – Indio Pampa. Edad como 25 años = Bajo y delgado de cuerpo – Color Blanco. Pelo negro = Ojos pardos y grandes = Boca grande = Nariz roma = Bigote escaso – Viste = Poncho de apala colorado listas amarillas = Chaleco punzó de Paño = Pertenece al Cacique Nagüel Trüpay” . Al segundo se menciona como “Juan N. Indio Pampa = Edad como 30 años = Estatura baja = Color Trigueño = Empañado la Cara = Ojos negros = Pelo negro = Nariz regular = Boca idem = Viste = Sombrero de paja ordinario = Poncho de Paño coral Viejo = Bota de potro”. (14) Otra nota elevada por el Ministro de Gobierno Ireneo Portela al juez de Paz de Chivilcoy, fechada el 14 de enero de 1854, hace mención a que “el gobierno a dispuesto que de conformidad a lo pedido por el Juez de Paz de la Federación, se oficie a Ud. como a los del Fortín de Areco y Salto, autorizándolos para que soliciten a los labradores de sus respectivos Partidos el trigo que voluntariamente quieran ceder en beneficio de los Indios del Fuerte Federación. Lo que aviso a Ud. para en cumplimiento”. (15) En declaración tomada el 19 de junio de 1854 por el juez de Paz sustituto Anastacio Chaves, a pedido de Calixto Calderón en representación de su hermana Bárbara Calderón, a José Ignacio Ríos sobre un dinero en metálico que conducía desde San Juan para la expresada señora entregado por Juan Correa, señala “que le fuera robado por los indios” en su viaje. Hace referencia a una carta orden de la citada señora, de la que era portador Amable Losada. Firma de Anastacio Chaves y testigos Triunfo Villafañe y Benancio Solano Sarabia. (16) Ya cercanos a la fundación del pueblo de Chivilcoy, una nota del Ministro de Gobierno Ireneo Portela al juez de paz de Chivilcoy fechada en Buenos Aires el 10 de agosto de 1854, comunica una disposición del Ministerio de Guerra a propósito de la cooperación de las Guardias Nacionales con los jefes de frontera para repeler invasiones de indios o ataques de enemigos del orden público. (17) Otra carta del Comandante en Jefe de la Frontera del Centro Laureano J. Díaz a Mariano Benites fechada en Santa Rosa del el 17 de diciembre de 1856, brinda noticias sobre incursión de los indios en 25 de Mayo. “Las Partidas descubridoras de aquel punto, habían descubierto el día 15 a las 4 de la tarde un bombero de los Indios que subió a un Médano denominado Queneguien, donde permaneció bombeando, la Partida nuestra hizo lo mismo observándolo hasta que anocheció, no sabiendo que dirección tomó este de allí y al moverse la Partida vieron prender un fuego en dirección a Quemuquemú y a consecuencia de esto tubo que reconcentrarse dicha Partida. Como quiero tenerlo al corriente de lo que ocurra en esta frontera es que le participo esta noticia siendo mi opinión que estos deben de ser alguna punta de Indios que intentan hacer una incursión ligera por ver si pueden robar alguna hacienda, pues no temo, por ahora invasión grande, sin embargo está preparado por cualquier caso. Mucho le agradezco el regalo que me mandó de los dos pájaros Castellano y Losano y le recomiendo que lo haga siempre que le sea posible”. (18) Casi al año, el 1 de abril de 1857, Laureano J. Díaz se dirige al juez de Paz Federico Soares, con instrucciones para que “se sirva recoger de poder del Teniente de Guardia Nacional Esteban Coria, una china y un hijo que tiene en su poder para ser entregada a una Comisión de Indios que viene a buscarla. En esta virtud espera que en el momento se sirva Ud. remitir a este punto la mencionada China”. Luego de los saludos de práctica, la rúbrica de Díaz. Al pie una nota donde consta que “la mencionada China se llama María y es de imprescindible necesidad que mañana este en este punto con el hijo que tiene”. (19) En Chivilcoy se recibe copia de una nota, fechada el 10 de junio de 1857, que le remitió el Coronel en Jefe accidental del Ejército del Sur al coronel Laureano J. Díaz jefe del departamento del Centro, sobre testimonio de cautivos fugados de los toldos de Cafulcurá, que han llegado con noticias de una posible invasión por Bragado. “Ha llegado a este destino un cautivo llamado Juan Rivera, de chile, y una cautiva, Marcelina Baldovina o Barrales, del partido de Mulitas, Estancia del Médano. Los dos cautivos dicen que los Indios de Calfucurá de donde ellos se han escapado, se preparan para invadir por el Bragado a la conclusión de esta luna. Cuya noticia trasmito a Uds. para su conocimiento y fines consiguientes; pues viéndole que ella ha sido confirmada por el Cacique amigo Catriel que tiene sospechas de que se efectúe en el tiempo que señale el Coronel Fourmantú”. (20) Dicha copia es enviada el 15 de junio de 1857 por el coronel Laureano J. Díaz al juez de Paz y comisario de Chivilcoy Federico Soares, donde se brinda la noticia de una futura invasión de indígenas y medidas tomadas a tal efecto a la que hace referencia el punto 18. Díaz le solicita a Soares “sin pérdida de tiempo remita Ud. a este punto cincuenta Guardias Nacionales ... He tomado esta determinación considerando que en ese Partido estarán en la puerta de los trabajos de labranza y por no perjudicar a los vecinos solo pido cincuenta hombres de pronto”. (21) El 13 de septiembre de 1857 se eleva copia de una nota del Jefe del Estado Mayor General del Ejército de la Frontera del Sur, Nicolás Granada, al Comandante en Jefe del Departamento del Centro, Laureano J. Díaz fechada en el Campo de Marte (Azul), sobre invasión de indígenas en la provincia de Buenos Aires (a Bragado y Quequén). Entre otros párrafos expresa que “El Indio Cas – Camemani procedente de los Toldos de Calfucurá sa a presentado al infrascripto, exponiendo que a la salida de dichos Toldos hace como doce días los Indios del Cacique Coliqueo en unión con los ranqueles y en nº de más de mil se disponían a practicar una invasión el mismo campamento del Bragado y los de Cañumil en el de doscientos poco más sobre Quequén suponiendo por esta circunstancia que a la fecha se habrán ya puesto en marcha sobre dichos puntos”. (22) Por nota el juez de Paz y comisario de Chivilcoy fechada el 24 de octubre de 1861, sin firma, se dirige al Ministro de Guerra y Marina Juan A. Gelly y Obes, por medio de la cual comunica la remisión de fuerzas al coronel Díaz al mando del capitán Apolinario Fernández “ en número de 87 individuos de tropa y tres oficiales. Hoy marchan ...105 hombres de los dispersos a habiéndoles dado a los primeros 50 caballos a mas de los montados y a los últimos 100 de repuesto. Remito también con esta fecha 28 guardias nacionales al juez de Paz de Bragado quién aunque me pedía la remisión de mayor fuerza, he atendido con preferencia las órdenes del Coronel Díaz, en atención al doble peligro de la frontera por indios y colorados”, en clara alusión al constante peligro con que se vivía en el incipiente poblado chivilcoyano y áreas circundantes. (23) Prueba de ello es, en parte, una insólita presentación de Santiago Bélorgey ante las autoridades municipales (s/f), solicitando recursos para construir en Chivilcoy un carro de su invención para defender las fronteras contra las invasiones de los indios. Ofrece detalles del “Carro modelo Chivilcoy” mencionando las ventajas de su uso. “Está montado sobre dos ruedas de una construcción fácil y poco costoso y bastante liviano para que 3 caballos puedan conducirlo al trote o al galope. Armado de 2 broqueles móviles que son proveídos de troneras en donde varios hombres pueden tirar con fusiles que están a cubierta. Encima la plataforma esta fijados una pequeña pieza de artillería que se carga a metralla. La madera de este carro estando pintada de una composición que la vuelve incombustible preservándolo por esta medio de todo incendio. En las expediciones si hubiese obstáculos para atravesar arroyos y caminos muy fangosos por un mecanismo particular al carro puede formar un puente de 5 metros que pueden estos prolongarse con otros carros según la necesidad y están construidos de una manera que pueden transportar víveres y municiones. Seis caros acompañados por 30 o 40 jinetes para una expedición pueden defenderse ventajosamente contra algunos centenares de indios y así perseguirlos con mucha facilidad se puede formar con estos carros un cuadro que puede rodear la pequeña tropa en tiempo y sitios para descansar con seguridad. Desmontado dicho carro de sus accesorios puede servir a toda clase de transporte por esta razón los Estancieros de la frontera pueden fácilmente proveerse de uno o dos que serán muy útiles y ventajosos”. (24) En actas bautismales de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario de Chivilcoy, se registran numerosas inscripciones de “pampas”, tal la denominación que figura en los asientos de nacimientos. En algunos casos constan los padrinos e incluso el apellido que se les otorgaba, en otros sólo se registra el nombre y como apellido Pampa, pero en ninguno el nombre de la madre o el padre. Entre 1854 y 1857 no se consignó la fecha de nacimiento; generalmente los bautizados a los que se les imponían “los deberes de cristiandad, óleo y crisma”, eran adultos. Recién a partir de agosto de 1857 se registran además de la fecha bautismal, la de nacimiento como ocurría desde los inicios con los “blancos”. (25) ______Fecha de bautismo Nombre Padrinos Ob. s/margen acta ______24/07/1855 Manuela Pampa Venancia Mendieta Manuela Castro, adulta 24/07/1855 Concepción Pampa Venancia Mendieta Concepción Castro, adulta 24/07/1855 Juliana Pampa Venancia Mendieta Juliana Castro, adulta 24/07/1855 Juana Pampa Venancia Mendieta Juana Castro, adulta 24/07/1855 Antonia Pampa Aristarco Castro Antonia Castro, adulta 24/07/1855 Jacinta Pampa Aristarco Castro Jacinta Castro, adulta 24/07/1855 Mercedes Pampa Aristarco Castro Mercedes Castro, adulta 24/07/1855 Josefa Pampa Aristarco Castro Josefa Castro, adulta 24/07/1855 Laureano Pampa Aristarco Castro Laureano Castro 24/07/1855 Adrián Pampa Aristarco Castro Adrián Castro 24/07/1855 Lucio Pampa Aristarco Castro Lucio Castro 12/12/1855 Felisa Pampa B. Doso y Andrea Rodríguez - 25/03/1856 José Pampa José Manuel Iraola - 31/8/1857 Fernando Isidoro Ponce y Francisca Gómez (x) - (x) En el acta constan los padres como “Indios Pampas”, aunque no se especifican sus nombres y se menciona como fecha de nacimiento de Fernando el 30 de mayo de 1851, es decir que se bautizó luego de 6 años.

3. Otros testimonios Antonia y Elena Villarino fueron hijas de uno de los fundadores de Chivilcoy (Manuel Villarino, casado en segundas nupcias con Alejandra Pérez) y habitaban una vivienda ubicada en Maipú nº 80 ó nº 73, (según testimonio 26 y 27, respectivamente) que les fue obsequiada por el pueblo de Chivilcoy hacia 1925. Son objeto de un reportaje publicado en la revista “El Despertar” de Chivilcoy en el año 1941. “- ¿Vio usted alguna vez algún malón de indios?”, menciona el periodista recibiendo como respuesta de Antonia con sus casi 90 años: “No, nunca vi a los indios. Ellos estaban más adentro; me parece que por Bragado o por allí cerca sabían cometer a menudo sus acostumbrados estragos. A veces llegaban noticias de que se acercaban a Chivilcoy, pero nunca lo hicieron. Cuando corrían esos rumores, muchos vecinos se venían a refugiarse en nuestra casa porque era la más segura ya que tenía azotea y estaba protegida por unos fosos que la rodeaban”. Con este relato Antonia, indirectamente afirma la existencia de indígenas y que en sus ataques familiares y vecinos se resguardaban en la vivienda protegida por un foso. A continuación el periodista le pregunta: “¿Dónde estaba ubicada la casa de ustedes?”. “En la costa del Salado. Allí nuestro padre tenía la estancia llamada “La azotea”, hoy de propiedad del señor Rizzi, actualmente la estancia se llama Villarino”, responde Antonia. Otro testimonio es aportado por la Prof. Ernestina Yavícoli quién en un diálogo que mantuvo una de las autoras (28), en relación a hechos y personajes de Chivilcoy, menciona la presencia de un “indio” en la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Chivilcoy. Se trata, dice Ernestina del “indio Horacio, que en una correría los indios perdieron a ese chico y es criado en la Iglesia. Yo lo conocí en la Iglesia. Podría decir más o menos la fecha, en el año 1920 cuando tomé la Comunión. Ese Indio estaba en la Iglesia. Lo que no puedo recordar a que grupo pertenecía”, comienza su relato Ernestina. Al preguntársele en que lugar de la Iglesia lo veía, responde: “Pedía la limosna, pasando el canastito por los bancos durante la misa. Era el indio Horacio, así lo conocían todos por el indio Horacio”. Luego Ernestina rememora otros pasajes de su niñez y su entorno barrial. Se imagina sentada en el zaguán de su casa, ubicada sobre la calle distante unas tres cuadras de la Iglesia, cuyas vecinas “eran unas señoras de apellido Mestre, que eran lavanderas y yo veía que este Indio Horacio traía ropa de la iglesia para lavar”. Por último cabe acotar que en el Archivo Histórico de Chivilcoy, se conservan imágenes e información periodística de comparsas de numerosos integrantes que participaron en las festividades carnavalescas de fines del siglo XIX, cuyas designaciones hacen referencias a la condición de negros, tales como “Negros africanos”, “Los negros candomberos” e “Hijos de África”. También en avisos publicitarios de negocios se hacen referencias a indígenas, como los publicados entre 1881/82, “Tienda del Indio” o “Droguería del Indio”, en clara alusión a la presencia de tales componentes sociales. (29)

4. Conclusiones Censos, informes de alcaldes o de jueces de Paz, como así también actas parroquiales y variados testimonios recogidos sobre indígenas o negros, dan cuenta que promediando el siglo XIX estos agentes sociales formaban parte de las poblaciones de Chivilcoy. Incluso algunas compuestas exclusivamente de negros o pardos. Los documentos analizados describen diversas actividades productivas, vestimentas, registros de propiedad, incluso sistemas empleados para la seguridad y costumbres de la época. Investigar y recrear a través de los documentos la vida cotidiana del pasado, se torna en una tarea atrapante.

5. Citas (1) A mediados del siglo XVIII estaba establecida en la región de Chivilcoy la tribu del cacique Calelian. José Calelian era un cacique cuya tribu estaba radicada en territorio chivilcoyano hacia 1717. En 1737 otras parcialidades indígenas que respondían a los caciques Rencunatu y Carú-Loncó atacan estancias y caseríos pampeanos en las inmediaciones de Areco y Salto. Son perseguidos por el Maestre de Campo Juan de San Martín, quién por equivocación degüella a José Calelian y a varios indígenas que dormían junto a él, ignorando éste el malón organizado por los otros dos jefes. Con posterioridad y ante la constante penetración española en territorio indígena, Manuel Calelian, hijo de José, decide saldar en parte el asesinato de su padre organizando un malón con unos 300 indígenas y ataca Luján en julio de 1744. Una crónica de aquella época afirma que a pesar de que fueron perseguidos hasta Chivilcoy no fue posible su captura. En 1745 las autoridades españolas recién apresan a Calelian y su tribu que habitaban “... a una legua de la frontera de Luján, donde se había admitido por haber manifestado deseos de paz”. En el proceso se le describe como “delgadito, de poco cuerpo y muy ladino”. Además de la documentación obrante en el Archivo General de la Nación, la extinción de Calelian y sus hombres es registrada años más tarde por Félix de Azara y particularmente por un viajero inglés que fue testigo de los últimos días de Calelian. Se trata de Isaac Morris quién testifica que en noviembre de 1745 a bordo del navío “Asia”, que partía de Montevideo rumbo a Europa, se encontraba “un jefe con diez de sus acompañantes que habían sido sorprendidos por una partida de soldados españoles unos tres meses antes. Morris relata la muerte de Calelian en el “Asia”, y el fatal desenlace de los restantes miembros masculinos de la tribu. En cuanto a las indias, fueron trasladadas hasta la reducción de Santo Domingo Soriano (Uruguay). Al respecto el Corregidor de Santo Domingo de Soriano informa en enero de 1746 que “... ymporta dozientos y un peso y cuatro reales gaztados como setenta yndias grandez y pequeñaz que se rremitieron a aquel Pueblo de Orden de El S. Govern. Que fue desta Provinsia D.n Domingo Ortiz de Rozaz de la parzialidad de El Casique Caleleana todoz infielez”. (2) Archivo Histórico de Chivilcoy, M 1: Escrituración. 23 de noviembre de 1863. En una nota fechada el 23 de noviembre de 1863, Agustina Monasterio de Haedo se dirige al gobierno de la Provincia solicitando la posesión de dos lotes, aduciendo su condición de enfiteuta haciendo mención a los Boletos de Indios. Solicitud de informes al Departamento Topográfico por el Jefe de la Oficina de Tierras Públicas Antonio Marcó del Pont. Respuesta del Departamento Topográfico con la indicación de que actúe la Municipalidad de Chivilcoy. Alegato de Agustina Monasterio de Haedo, presentado el 7 de enero de 1874 ante el ministro de gobierno, doctor Mariano Acosta. Respuesta de la Municipalidad de Chivilcoy, firmada por Federico Soares, con indicación de solicitud de informe a la mesa especial de Tierras públicas del partido. Comunicación con fundamentos firmada por Manuel P. De Haedo a la Mesa de Tierras de Chivilcoy. Los “boletos de indios” eran cédulas que el Estado entregaba en recompensa por acciones cometidas a favor del exterminio de indígenas e involucraba, a título gratuito, una determinada extensión de tierra. (3) Del informe elevado por Lázaro Molina a Antonio Reyes, edecán del Gral. Rosas, el 31 de diciembre de 1846. Archivo General de la Nación. (4) Nota dirigida por Gabriel Ramírez al presidente de la Municipalidad, Federico Soares, el 2 de junio de 1864 solicitando escriturar solares. Archivo Histórico de Chivilcoy, M 1. (5) Chivilcoy, trazado del pueblo. Ministerio de Obras y Servicios Públicos, Archivo de Geodesia, Duplicado de mensura Chivilcoy Nº 34. (6) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 1: 4 (7) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 1: 170 (8) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 1: 161 (9) Caggiano, María Amanda. 1997. Chivilcoy, biografía de un pueblo pampeano: 184. Editorial La Razón. (10) Caggiano, María Amanda. 1997. Chivilcoy, biografía de un pueblo pampeano: 156. Editorial La Razón. (11) Birabent, Mauricio. 1938. El pueblo de Sarmiento: 37. Editorial El Ateneo. (12) Semanario “Previsión”, Chivilcoy. 22 de octubre de 1948. Año 1, Nº 24. (13) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 1: 145 (14) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 1: 21 (15) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 5: 112 (16) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 4: 99 y 100 (17) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 5: 101 (18) Archivo Histórico de Chivilcoy. Orígenes de Chivilcoy, 9: 1 (19) Archivo Histórico de Chivilcoy. 9: 107 (20) Archivo Histórico de Chivilcoy. 9: 99 (21) Archivo Histórico de Chivilcoy. 9: 96 (22) Archivo Histórico de Chivilcoy. 9:51 (23) Archivo Histórico de Chivilcoy. M 18: Lista Auxilio de Bueyes y Caballos. (24) Archivo Histórico de Chivilcoy. 11: 125 (25) Archivo Parroquia de San Pedro. Actas de bautismo 1854 a 1861. (26) “El Despertar”. 22 de octubre de 1841 (27) Archivo Histórico Judicial, Chivilcoy. Villarino, Doña Antonia. Información. 1948. Exp.Nº 24.884, legajo 179. (28) Conversación mantenida entre M. A. Caggiano y E. Yavícoli, en el otoño de 1996. (29) Archivo Histórico de Chivilcoy, Hemeroteca Nº 39 y sección Fotografía antigua, carnavales.

6. Bibliografía Archivo General de la Nación Acuerdos del Extinguido Cabildo de Buenos Aires. T IX, Serie II, Libros XXV al XXVII. Archivo General de la Nación 1925. Toma de razón de despachos militares, cédulas de premio, retiros, empleos civiles y eclesiásticos, donativos, etc. 1740 – 1821. Kraft impresores. Buenos Aires. Azara, F. de 1923. Memoria sobre el estado Rural del Río de la Plata. Buenos Aires. Caggiano, M. A. 1997. Chivilcoy, biografía de un pueblo pampeano. Editorial La Razón de Chivilcoy, S.A.. Chivilcoy. Caggiano, M. A. 1997. Chivilcoy, ya tiene pueblo. En: 2º Jornadas Chivilcoyanas en Ciencias Sociales y Naturales: 31 a 39. Centro de Estudios en Ciencias Sociales y Naturales de Chivilcoy. Chivilcoy. Caggiano, M. A. 1997. Paleopaisaje y poblamiento chivilcoyano. En: Actas Cuarto Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires. Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires “Dr. Ricardo Levene”, I: 143 a 158. Ediciones Theoría. Buenos Aires. Caggiano, M. A. 1999. Chivilcoy y la ocupación de su territorio. En: Actas XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, III: 107 a 112. La Plata. Comando General del Ejército 1973. Política seguida con el aborigen. Círculo Militar, Biblioteca del Oficial. Buenos Aires. De Angelis, P. 1835 - 1838. Colección de obras y documentos relativos a la historia antigua y moderna de las Provincias del Río de la Plata, ilustrados con notas y disertaciones. Imprenta del Estado. Buenos Aires. Furlong, G. 1938. Entre los Pampas de Buenos Aires. Talleres Gráficos San Pablo. Buenos Aires. Lockhart, W. 1975. Soriano, antecedentes, fundación, consecuencias. Fundación de Cultura Universitaria. Montevideo. Vignati, M. A. 1956. Una narración fiel de los peligros y desventuras que sobrellevó Isaac Morris. En: Viajeros, obras y documentos para el estudio del hombre americano. Tomo I. Imprenta y Casa Editora Coni. Buenos Aires.