Historia De Jagüey Grande
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Joven Club de Computación, Matanzas, 2021. Historia de Jagüey Grande HISTORIA LOCAL DE JAGÜEY GRANDE INTRODUCCION Todo proceso o hecho histórico es digno de ser estudiado, aún cuando pensamos a priori que aquel pudo tener mayor o menor significación y que las figuras que lo protagonizan tuvieron una vida destacable o no en el contexto nacional. La formación de nuestro país con su cultura en sentido amplio, ha necesitado de momentos felices y dolorosos; que no deben ser olvidados por pequeños que parezcan a riesgo de quedarnos huérfanos de raíces, porque un pueblo que olvida su pasado se pierde el respeto a sí mismo. Por suerte, este no es el caso. Unas veces con más preocupación que otras, los cubanos de ayer preservaron hasta hoy, los principales hechos, costumbres y tradiciones tan necesarios para el conocimiento general y la educación patriótica de las futuras generaciones. Este trabajo ofrece el resultado de nuestra investigación, a la que podrán sumarse otras que incidirán en tareas inferidas como son: la preservación de sitios históricos, el rescate de tradiciones y la vinculación cada vez más estrecha del pueblo con su historia. La historia local de Jagüey Grande, lugar donde se inició la guerra por la independencia en Occidente de Cuba, donde la presencia del Ejército Libertador fue muy principal a fines del siglo XIX y donde tanto eventos llevaron a la zona a estar en cada proceso histórico destacado del país, tiene en este trabajo un referente válido para la preservación y rescate de nuestra identidad. La historia íntima y cercana que es nuestra primera mirada a la concepción que tenemos como seres humanos de un tiempo y un lugar determinados, está, de manera sintética, en este trabajo. Los autores I. PRESENCIA ABORIGEN La existencia de pobladores en nuestra isla antes de la llegada de los conquistadores españoles ha sido verificada, tanto por las noticias obtenidas por vías documentales, como por trabajos arqueológicos realizados en diferentes épocas. Las culturas existentes en la Cuba Precolombina, diferenciadas entre sí, son muestras de la comunicación existente entre los diferentes archipiélagos y tierra firme desde donde llegaron aquellos primeros pobladores en rudimentarias embarcaciones. Fundamentalmente, existieron tres vías de acceso para la llegada a la isla de los aborígenes: A través del Corredor de las Antillas De Yucatán a Cuba De Florida a Cuba Es decir, que a la llegada de los conquistadores se encontraron que existían en Cuba grupos de habitantes asentados en la isla, los cuales presentaban características diferentes entre sí. Existieron tres grupos bien diferenciados de aborígenes que dejaron sus huellas en nuestra provincia: Joven Club de Computación, Matanzas, 2021. Pre agroalfarero temprano Pre agroalfarero tardío Agro alfarero tardío Ahora bien, se debe a José A. Cosculluela, el haber descubierto al pre-agroalfarero temprano o mesolítico (Guayabo Blanco) en el año 1913, con sus excavaciones en la parte oriental en la Ciénaga de Zapata. A través de los años se han realizado múltiples trabajos destinados al conocimiento de nuestras culturas aborígenes y en consecuencia, se ha profundizado la apreciación sobre aquellos lejanos tiempos de nuestra historia, pero la desigual distribución de la población indígena, así como sus diferentes niveles de cultura indican todavía una mayor necesidad de trabajo en tal sentido. La zona donde hoy se ubica el territorio de Jagüey Grande, no aparece entre las más importantes por la presencia de habitantes precolombinos. No obstante, se han localizado sitios arqueológicos, que demuestran que en esta zona existieron grupos humanos antes de la llegada de los colonizadores europeos. La existencia de población indígena en el actual municipio de Jagüey Grande, ha sido probada. Trabajos futuros podrían indicar con mayor precisión otros sitios probables, pero hasta hoy el sitio La Peira y la zona de Guamajales aparecen como lugares comprobados de existencia de nuestros antecesores precolombinos. Las evidencias halladas en el sitio La Peira, se concretan en el hallazgo de majaderos o percutores, gubias, así como cucharas de conchas, lascas de sílex y piedras tintóreas. Estas últimas fueron utilizadas, al parecer, por los aborígenes para pintarse el cuerpo y para las pictografías. Se encontraron además, vasijas elaboradas con el caracol Strombus Gigas. La zona geográfica, otrora con abundantes bosques, ricos en frutas tropicales, así como poseedora de un manto freático muy cercano a la superficie y con "ojos de agua" frecuentes, posibilita la hipótesis de pequeños asentamientos indocubanos. No obstante, el actual desarrollo agrícola ha imposibilitado búsquedas de residuarios aborígenes en una zona mayor. Por otra parte, las semejanzas de los sitios del grupo cultural aborigen ubicado en La Peira con otros de las zonas costeras y el propio residuario, donde abundan elementos proporcionados por el mar teniendo en cuenta el carácter de zona interior del municipio posibilitan pensar en los asentamientos del territorio a la vez que en la posibilidad de que el hoy término municipal de Jagüey Grande, fuera "zona de cruce" entre la costa sur y la norte de la provincia. Esto es avalado por algunas evidencias aisladas encontradas en el territorio en lugares que no son precisamente residuarios aborígenes, aún y con la posibilidad del traslado "a posteriori" de dichas evidencias, pero teniendo en cuenta, que la mayoría de ellas se han hallado en los sitios que quedaban al paso de los aborígenes. Los sitios aún no estudiados eficazmente ofrecen una tendencia al sur que los relaciona con la Ciénaga de Zapata, sobre todo en la "costanera" de la misma. A pesar de lo impenetrable de sus pantanos, la fauna de este tipo de sistema ecológico era útil a la existencia o al paso de grupos aborígenes. II. ESTRUCTURACION DE LA SOCIEDAD CRIOLLA II.1 Proceso de mercedación El proceso de mercedación en la zona de Jagüey Grande, al igual que en otros territorios del país, fue desarrollándose a partir de las concesiones del Cabildo de La Habana y se caracterizó por el cambio de propietarios. Téngase en cuenta que, según la legislación vigente (Ordenanzas), aquellas tierras que no eran explotadas, podían ser demandadas y vueltas a mercedar. Nombres como los de Zayas Bazán, Antón Recio, Francisco Zamora, Joven Club de Computación, Matanzas, 2021. Velázquez de Cuéllar, Blas Pita y Juan de Júztiz, aparecen entre los principales propietarios de estas tierras. Este territorio tuvo su primer vínculo con la vida colonial el 24 de enero de 1566, cuando se mercedó la sabana de La Hanábana a Melchor Rodríguez, considerándose la misma como la merced más antigua de la zona de Jagüey Grande. Aparece además, con fecha 30 de enero de 1569, el sitio Hanábana, en posesión de Antón y María Recio. En este propio año, también se mercedó a favor de Francisco Zamora, la sabana de Jabaco, la cual fue abandonada y posteriormente se volvió a mercedar. En las actas capitulares correspondientes al Cabildo habanero aparece recogido que Antón Recio, con fecha 28 de julio de 1570, pidió que se le hiciera la merced de una Sabana denominada Pueblo Viejo, situada a cinco leguas de La Hanábana. En los años 1566 1572, Antón Recio amplió sus propiedades como resultado de que el Cabildo habanero le concedió las propiedades de La Palma, Camarioca, Hanábana y Pueblo Viejo, terrenos, estos últimos, vinculados a la zona de Jagüey Grande. Recio podía considerarse uno de los grandes hacendados de la isla. Próximo a la zona de Jagüey Grande, aparece la Sabana de Jabaco, mercedada en 1569 a Francisco Zamora y abandonada luego, como lo prueba una nueva merced, la que fue otorgada a Antonio Andino el 10 de abril de 1573. En 1573, con las ordenanzas de Cáceres, se produjo una reforma de gran alcance para el ulterior desarrollo de la vida colonial cubana. Entre lo más notable de las ordenanzas, estaba el artículo 88, que planteaba lo siguiente: Confirmación a los Ayuntamientos o Cabildos en su facultad de repartir o mercedar tierras. Creación del cargo de procurador del consejo, funcionario de que sería electo anualmente por los vecinos y fiscalizaría los actos del Cabildo. Rebaja de los derechos por el despacho de asuntos judiciales. El Cabildo habanero continuó en su labor, siguió mercedando nuevos territorios, apareciendo entonces el sitio Francisco López, situado junto a La Hanábana, adjudicado a Alonso Velázquez de Cuéllar con fecha 23 de abril de 1575. Tres años más tarde, el 17 de enero de 1578, le fue concedido al propio Velázquez de Cuéllar el sitio El Mulato, ubicado al norte de Jagüey Grande. Después de concedidas estas primeras mercedes, le continuaron otras. Debe tenerse en cuenta que, a partir de 1575, los hatos llegan a ser las propiedades más valiosas de la época, como resultado de que la ganadería ocupa en este período un lugar de preferencia entre los sectores más importantes, es decir, que la ganadería alcanzó un lugar privilegiado en Cuba. El corral Jagüey Grande, propiedad de la que surge el nombre de la actual cabecera del municipio, fue mercedado por primera vez el 31 de enero de 1578. Otras mercedaciones continuaron realizándose. El 5 de mayo de 1628 se le concedió a Alonso Velázquez de Cuéllar, el sitio Caobillas. Al año siguiente, con fecha 20 de octubre, fue mercedado el corral Guayabo Largo o Santa Rosa, a Hilario Estrada. Nuevamente aparece, con fecha 3 de noviembre de 1629, la mercedación del sitio Ojo de Agua de Jabaco, pero en esta ocasión a Marcos Solís. También el 4 de diciembre de 1629, se le confirió a Juan F. de Córdova el corral Quemado Grande. En la zona norte del territorio jagüeyense, Alonso Velázquez de Cuéllar introdujo un cargamento de vacas en el sitio El Mulato. Este lugar estaba ubicado exactamente en las cercanías de Santa Rita de Baró y el hecho ocurrió en 1630.