Sayago Redondo, Penélope.Pdf
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ÍNDICE INTRODUCCIÓN 1. OBJETIVOS 2. CONSIDERACIONES PREVIAS Y ESTRUCTURA DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN 2.1 MODELOS INTERPRETATIVOS DE LOS SISTEMAS SOCIOCULTURALES NEANDERTALES 3. PLANTEAMIENTOS TEÓRICO-METODOLÓGICOS: LA CONVERGENCIA INTERDISCIPLINAR 3.1 EL PATRÓN UNIVERSAL DE LA CULTURA 4. EL COMPORTAMIENTO HUMANO MODERNO 5. RASGOS ARQUEOLOGICOS DEL CHM 5.1 ASPECTOS ECOLÓGICOS DE LA CONDUCTA MODERNA 5.2 ASPECTOS TECNOLÓGICOS DE LA CONDUCTA MODERNA 5.3 ASPECTOS ECONÓMICOS Y DE ORGANIZACIÓN SOCIAL 6. ASPECTOS SIMBÓLICOS 6.1 COGNICIÓN, CONCIENCIA Y LENGUAJE 6.2 ELEMENTOS ARTÍSTICOS Y ORNAMENTOS 6.2.1 GRABADOS SOBRE HUESO Y PIEDRA Y OTROS ARTEFACTOS ESTÉTICOS 6.2.2 ORNAMENTACIÓN: OBJETOS PERFORADOS, COLGANTES Y ADORNOS 6.2.3 COLORANTES NATURALES SUSCEPTIBLES DE SER EMPLEADOS COMO PIGMENTOS CORPORALES O EN REPRESENTACIONES PICTÓRICAS 6.2.4 CURIOSIDADES Y EVIDENCIAS ESTÉTICAS 6.3 CONDUCTAS FUNERARIAS Y COMPORTAMIENTO RITUAL 7. CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA AGRADECIMIENTOS En este punto inicial del trabajo me gustaría destacar mi agradecimiento a aquellas personas que han contribuido al buen desarrollo de este trabajo de investigación. Quería agradecer su interés al tutor de este Trabajo de Investigación, el Dr. Manuel R. González Morales, así como al profesorado de la Universidad de Cantabria en general, quienes amablemente han respondido a mis dudas sobre un tema cuya complejidad y trascendencia es patente por las implicaciones que suscita. Desearía remarcar mi agradecimiento a la coordinadora del Máster, Alicia Ruiz Gutiérrez, por su gran ayuda y preocupación, así como a todos los miembros que componen este Tribunal por estar presentes en la lectura de este Trabajo de Investigación de Fin de Máster. Entre los organismos institucionales cuya contribución quiero destacar y agradecer se encuentra el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, en la persona de su Director, Don Guillermo Kurtz Shaffer y el arqueólogo Andrés Silva Cordero, quien me facilitó en todo momento el acceso y la consulta de los materiales y recursos de la Biblioteca de dicho organismo. Quiero destacar mi reconocimiento a todos aquellos investigadores e investigadoras que me han precedido en el estudio sobre el Comportamiento Humano Moderno de aquellas poblaciones humanas, que junto con Homo sapiens sapiens, conforman también la Humanidad, así como a los que continúan con dicha tarea, proporcionándonos la información empírica en la que nos basamos para documentar nuestras investigaciones. Deseo dirigir un agradecimiento muy especial a todos aquellos arqueólogos y prehistoriadores que, de forma altruista y a través de la red, realizan la gran labor de difundir de forma rigurosa las investigaciones científicas más actuales en Prehistoria y Arqueología, menciono especialmente a Millán Mozota Holgueras, David Sánchez y Martín Cagliani. Finalmente, en el plano personal, me gustaría agradecer el apoyo de todas aquellas personas que han estado a mi lado en este último año dedicado a la investigación: Mi pareja, mis suegros, mis amigos y por supuesto mis padres y hermanas, en especial mi hermana Vanessa, quienes han contribuido con su inestimable apoyo al desarrollo de este Trabajo de Investigación y a quienes se lo agradezco con todo cariño. Lo «sagrado» es un elemento de la estructura de la conciencia, no un estadio de la historia de esa conciencia Mircea Elíade INTRODUCCIÓN Este trabajo de investigación se centra en un tema que ha generado toda una serie de debates en el seno de la arqueología prehistórica: La posibilidad de que el pensamiento simbólico se haya manifestado en otros homínidos además de en nosotros. Las implicaciones del tema van más allá de la cuestión arqueológica propiamente dicha, en el fondo se trata de un debate de corte filosófico- antropológico sobre las diferentes formas que hay de interpretar la esencia de ese ente esquivo al que denominamos Humanidad. A lo largo de la mayor parte del S.XX, la arqueología prehistórica en general ha entendido el simbolismo como uno de los grandes rasgos definitorios de la humanidad moderna, identificándolo prácticamente de forma exclusiva con Homo sapiens. Durante la segunda mitad del siglo pasado, la idea de la exclusividad simbólica de los humanos modernos tomó fuerza, especialmente tras la confirmación de la existencia de gran cantidad de especies homínidas a lo largo del Pleistoceno. Con un género Homo cada vez más nutrido de especies, se puso de manifiesto que los rasgos que anteriormente habían sido propuestos como exclusivos de la supuesta “línea“ evolutiva que culminaba con Homo sapiens (la postura erecta y la bipedestación, la elaboración de herramientas, un gran órgano cerebral...) también eran compartidos por multitud de estos homínidos. Estas especies poseían bastantes de las características paleoantropológicas y socioeconómicas que habían sido consideradas como propias de los Homo sapiens sapiens, no cabía duda de ello gracias al registro arqueológico (que mostraba unas poblaciones homínidas cuyas formas de vida eran semejantes a las de los grupos de humanos modernos). A pesar de estas semejanzas, o quizás debido a ellas, distintos autores establecieron una separación insalvable entre Homo sapiens y otros homínidos, con ello otorgaron a nuestra especie la exclusividad de la posesión de un pensamiento simbólico, lo cual nos diferenciaba como los “verdaderos humanos“. La capacidad simbólica, con todo lo que implica, se convirtió para muchos en aquello que diferenciaba definitivamente a los humanos actuales de los demás. El simbolismo se esgrimió como el factor que situaba a los HAM en una posición de ventaja adaptativa frente al tipo humano objeto de nuestro estudio: Homo neanderthalensis1, supuestamente extinto por una incapacidad de adaptación frente a Homo sapiens sapiens o HAM (concebido como el cúlmen de la evolución humana y convertido en el representante más complejo y adaptado de la gran familia homínida). Hasta finales del siglo XX gran parte de los autores negaba la posibilidad de que el simbolismo se hubiese manifestado en otros representantes del género Homo, ello a pesar de que (concretamente en el caso de los Neandertales) existían evidencias que apuntaban a lo contrario, este es el caso por ejemplo de los enterramientos intencionales, interpretaciones que continúan generando grandes debates en el seno de la arqueología prehistórica. A pesar de que hoy día se ha aceptado la realidad de determinados enterramientos neandertales intencionales (y de la manipulación antrópica post mortem), las visiones son contrapuestas a la hora de interpretar dichas evidencias: Ante la posibilidad de que los Neandertales hubiesen desarrollado un pensamiento trascendental (mediante la existencia de un sistema simbólico consolidado a través de una cosmovisión) los autores que restringen la capacidad simbólica a los HAM proponen otro tipo de explicaciones, por lo general, de corte adaptacionista o funcionalista. En general, durante el S.XX el simbolismo fue el paradigma de la conducta moderna por excelencia y representaba el cúlmen de las capacidades cognitivas de los homínidos, reduciéndose su manifestación al Homo sapiens sapiens para muchos autores. Pero a partir de la década de los 90, 1 También denominado Homo sapiens neanderthalensis según autores como Trinkaus (Trinkaus y Smith, 1985). A la hora de explicar las relaciones filogenéticas entre Neandertales y HAM (Humanos Anatómicamente Modernos) existen diversas posturas que consideran que no estamos hablando de especies biológicas distintas (Cela Conde y Ayala, 2001): Podría tratarse de una única especie (Wolpoff, 1980) o de dos subespecies de sapiens entre las que el intercambio genético fue posible (Trinkaus y Smith, 1985). Por otra parte, gran parte de la comunidad científica ha apoyado tradicionalmente la postura de que estamos hablando de dos especies distintas entre las que no sería posible un intercambio genético (Stringer y Gamble, 1993; Tattersall y Schawrtz, 1999; Mellars, 2004), postura matizada en los últimos años debido a los recientes descubrimientos en paleogenética. las revisiones del registro arqueológico, junto a nuevas excavaciones y trabajos interdisciplinares, pusieron de manifiesto toda una serie de contradicciones y surgieron nuevos modelos teóricos que fomentaron el debate científico en torno a este tema. Actualmente distinguimos diversas visiones entre los investigadores en cuanto al surgimiento del simbolismo. Las posturas se alinean entre los dos polos opuestos de la cuestión: Están aquellos investigadores que continúan con una visión tradicional, otorgando la capacidad simbólica exclusivamente a Homo sapiens sapiens. Algunos de ellos tan sólo reconocen el simbolismo en los HAM a partir del Paleolítico Superior Europeo. En el otro extremo están los investigadores que apuestan por una concepción menos restringida de dicha capacidad, considerando que el simbolismo se manifestó en otros homínidos, al menos en diversos grados, en particular entre los Neandertales. Entre ambas visiones opuestas podemos encontrar autores con posturas intermedias que incluyen consideraciones de ambos modelos. Las concepciones que cada autor posee acerca de lo que es un ser humano se encuentran en la base de las interpretaciones realizadas sobre el registro arqueológico. Estas concepciones se reflejan en las distintas interpretaciones que se realizan en arqueología prehistórica a partir de un mismo registro arqueológico, en ocasiones totalmente contradictorias en función de la posición filosófico- antropológica y paradigmática del autor. Ello se observa