Una Crónica Transatlántica Del Boom (1963-1972) / Pablo Sánchez
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La emancipación engañosa. Una crónica transatlántica del boom (1963-1972) Pablo Sánchez La emancipación engañosa. Una crónica transatlántica del boom (1963-1972) Prólogo de Joaquín Marco Cuadernos de América sin nombre Cuadernos de América sin nombre dirigidos por José Carlos Rovira Nº 25 COMITÉ CIENTÍFICO: Remedios Mataix Azuar Carmen Alemany Bay Sonia Mattalia Miguel Ángel Auladell Pérez Ramiro Muñoz Haedo Beatriz Aracil Varón María Águeda Méndez Eduardo Becerra Grande Pedro Mendiola Oñate Helena Establier Pérez Francisco Javier Mora Contreras Teodosio Fernández Rodríguez Nelson Osorio Tejeda José María Ferri Coll Ángel Luis Prieto de Paula Virginia Gil Amate José Rovira Collado Aurelio González Pérez Enrique Rubio Cremades Rosa Mª Grillo Francisco Tovar Blanco Ramón Lloréns García Eva Mª Valero Juan Francisco José López Alfonso Abel Villaverde Pérez El trabajo está integrado en las actividades de la Unidad de Investigación de la Univer- sidad de Alicante «Recuperaciones del mundo precolombino y colonial en el siglo XX hispanoamericanos» y en los proyectos «Desarrollo y consolidación de las investiga- ciones sobre creación de un corpus textual de recuperaciones del mundo precolombino y colonial en la literatura hispanoamericana» (MEC/HUM 2005-04177/ FILO) y «La formación de la tradición hispanoamericana: historiografía, documentos y recupera- ciones textuales» (MCI FFI2008-03271/FILO). Los cuadernos de América sin nombre están asociados al Centro de Estudios Ibero- americanos Mario Benedetti. Ilustración: Perro sobre mesa. Antonio Audirac Camarena © Pablo Sánchez I.S.B.N.: 978-84-7908-725-8 Depósito Legal: MU-1064-2009 Fotocomposición e impresión: Compobell, S.L. Murcia Índice Unas palabras . 9 Agradecimientos. 15 1. Hacia una lectura sistémica del boom . 17 2. El mapa del éxito . 45 2.1. La importancia de la intercomunicación . 45 2.2. La primera y feliz fase expansiva. 66 2.3. Primeros antagonismos en la crítica . 82 2.4. Los críticos practicantes. 91 3. Historia de un contacto cultural . 101 3.1. La nueva mirada española . 101 3.2. La función de J.M. Castellet . 124 3.3. Barcelona como centro. 135 7 4. Movimientos transatlánticos . 143 4.1. Indicios de ruptura . 143 4.2. El nuevo proyecto parisino . 151 4.3. La querella cubana . 158 4.4. La ira de Calibán . 164 5. Retorno a Caracas. 173 5.1. El Coloquio del Libro . 173 5.2. Rama contra Vargas Llosa . 183 5.3. Transculturados pero no transatlánticos. 193 6. A modo de conclusión . 209 7. Bibliografía . 215 8 Unas palabras Recuerdo a Pablo Sánchez años atrás sentado tras una mesa, a mi derecha, en el despacho universitario, cuando era todavía un becario. Resultaba aquella una silla disputada, porque eran varios los jóvenes investigadores y sólo dispo- níamos de una mesa libre. Las otras dos eran las de profe- sores que preparaban allí clases, corregían exámenes o se dedicaban a otras tareas. Habíamos adquirido ya un primer ordenador gracias a una beca de investigación. El despacho no daba para mucho más, ni siquiera las repletas estanterías de libros, que siguen como siempre, como el ventanal que da al jardín, y el tiempo parece que no haya transcurrido. Pablo no pasaba muchas horas allí, salvo cuando dio algún curso. Andaba a vueltas con su tesis doctoral y su habitual y ácido sentido del humor que ha mantenido, por fortuna, y ha apli- cado aquí con valor y eficacia logrando, como comprobará el lector, excelentes resultados. Su libro, fruto de una compleja búsqueda a ambos lados del Atlántico, fermentado con rica y no frecuentada bibliografía, se lee con agrado. Novelis- ta también, ganador del XI Premio Lengua de Trapo (2005) 9 con su novela Caja negra, ha sabido incluso imprimirle un adecuado ritmo y hasta cierto misterio, porque el tema no se agota, se enriquece. En aquellos años todavía no había ido como profesor a la Universidad de las Américas, en México. Creo que su estancia fue bien aprovechada, tan distinta de la que había vivido en Barcelona. Le sentó bien en varios sentidos, aunque siempre se haya mostrado reacio –y no por falta de oportunidades– a cruzar la frontera del Norte para implicarse en centros estadounidenses, como tantos otros. Se requería valor para adentrarse en tema tan polémico y poliédrico como la recepción crítica del boom –porque aun- que no nos guste así va a quedar denominado aquel fugaz éxito editorial– que surge de un pequeño grupo de novelistas que consiguen situar la narrativa hispanoamericana, la suya, la anterior y hasta, tal vez, las sucesivas, en coordenadas antes jamás alcanzadas, pese a los Premios Nobel a Gabriela Mis- tral, Pablo Neruda y Octavio Paz, o a uno de los integrantes del propio núcleo duro, Gabriel García Márquez. La inten- ción de aquellos entonces jóvenes narradores, alguno de los cuales todavía sigue por fortuna en la brecha, no residía en la oportuna transformación formal del arte de escribir novelas (la poesía y el ensayo parece entenderse erróneamente que van por otros cauces). Sumando lo publicado entre los tér- minos cronológicos del período 1963-1972, acotado por el autor, la bibliografía sobre ello debe superar lo que se había escrito antes sobre el conjunto de la literatura hispanoameri- cana desde sus orígenes. Pablo Sánchez se ha visto obligado, pues, a sumergirse en un mar de papel y su aportación fun- damental consiste, a mi juicio, en que a caballo entre España y América, ha sabido rastrear el trasfondo crítico-ideológico que la mera comercialidad del fenómeno ocultaba. Por circunstancias que no corresponde mencionar aquí viví, como outsider, el fenómeno que, observado de cer- 10 ca, parecía entonces menos trascendente de lo que hoy se entiende. Una vez más, porque no le queda otro remedio, vuelve a revivir en sus páginas el caso del poeta cubano Heberto Padilla. Permítaseme una breve anotación. Si su libro El justo tiempo humano se publicó en aquella colección de poesía Ocnos, que dirigí, y vivió de prestado en varias editoriales, aunque con recursos económicos propios, fue porque, a sugerencia de José Agustín Goytisolo, que había propuesto ya a otros autores hispanoamericanos, empezan- do por Jorge Luis Borges y José Lezama Lima, me pareció un poeta interesante, como Francisco Urondo o Enrique Lihn. Cuando estalló «el caso», el crítico del Times Literary Supplement, J.M. Cohen –quien se ocupaba allí de las litera- turas en español, buen amigo de los poetas barceloneses de los cincuenta– me mandó una antología de Padilla para su edición que decidí no publicar. Me parecía obsceno aprove- char el escándalo y echar más leña al fuego. Al consejo asesor de la colección también le pareció inoportuno. Mi encuen- tro con Padilla, muchos años después, en Barcelona y más tarde en Miami, no viene ahora al caso. Pero, desde luego, no era la poesía ni su renovación lo que caracterizó aquel «boom» narrativo y los ecos de las polémicas llegaron hasta aquí matizadas, sin el enconamiento de los países de origen, sin los «compromisos» de Ángel Rama y otros críticos del momento, como observa muy bien Pablo Sánchez, pese a que el ojo del huracán estuvo en Barcelona, entre Carlos Barral y José Mª Castellet. No es mi propósito ni el de quienes me honraron pidiéndome unas pocas páginas a su estudio bus- car conclusiones y complementos al trabajo. El propio autor las ofrece en una apretada síntesis. Conocí personalmente a muchos de quienes aquí figuran como protagonistas, como Roberto Fernández Retamar, a quien vi en Barcelona, en La Habana y de nuevo en Barcelona. Me hacía llegar la revista 11 de la Casa de las Américas hasta que me contó que andaban tan mal de papel que se vieron obligados a reducir los obse- quios a los amigos, pero nunca fui invitado por la institución ni por los cubanos. Acudí a La Habana en octubre de 1979 en una delegación auspiciada por UNESCO y formada por un heterogéneo grupo: entre otros, el catedrático Gallego Morell, el embajador, entonces en Alemania, Antonio Garri- gues, el arabista Pedro Martínez Montávez, más tarde rector de la Universidad Autónoma de Madrid, y mi buen amigo Dario Puccini, brillante crítico y traductor. Allí me hice con la edición cubana de Calibán, libro, cuya polémica influencia Pablo Sánchez justamente hace notar, pero que en España apenas fue divulgado. Sobre el libro de Mario Vargas Llosa, García Márquez, historia de un deicidio podría decirse algo más de lo que pru- dentemente escribí en el prólogo de la reciente reedición de las Obras Completas del autor. Curiosamente, Vargas Llosa dio a la luz el primer volumen junto al sexto (que prologaría a petición suya, según me dijo Antoni Munné, que cuidó de esta edición de autor), donde figuraba su crítica litera- ria, ahora ya incompleta, por cuestiones de derechos. Pero aseguró que el libro, fruto de su tesis doctoral, no volvería a editarse exento. Pablo Sánchez analiza su recepción crítica con oportunidad, haciendo notar la polémica que acabará suscitando, no inferior a las que antes se habían generado con Óscar Collazos. Los esquematismos dogmáticos acom- pañaron parte de la recepción de la nueva novela, cuento, ensayo y poesía en América y no tanto en España, pese a que también aquí el marxismo dogmático tuvo sus representan- tes críticos. Fueran Caracas, París o Barcelona, tras la nueva novela latinoamericana se fraguaban proyectos que trascen- dían el arte literario. Y, aunque no resulte ninguna novedad al respecto, el papel de la Revolución Cubana ha sido consi- 12 derado siempre como catalizador en fases diversas y de signo bien diferente. Se rompió, en parte por razones políticas, el núcleo creador. Y la crítica militante ejerció cierto papel que el autor de este libro bucea y aclara en parte. La verdad es que en aquel despacho universitario, mien- tras estuvo Pablo –y cuantos le siguieron– se habló y se sigue hablando mucho de literatura (quizá ahora menos de la his- panoamericana), pero el autor de este libro participó por aquel entonces en un proyecto de investigación junto a otros profesores que, sin ser algunos de ellos específicamente lati- noamericanistas, se integraron en el equipo, del que surgió el extenso libro colectivo La llegada de los bárbaros.