CASO GALLARDÓN CONTRA FEDERICO

El 20 de junio de 2006 el alcalde de Alberto Ruiz Gallardón interpuso una querella contra el periodista Federico Jiménez Losantos por un delito de injurias graves y con publicidad. La querella, que a posteriori fue ampliada hasta en cuatro ocasiones, fue presentada en los juzgados a raíz de las opiniones que el director de Es la mañana emitió en la cadena COPE tras la intervención del popular en el Foro ABC-Deloitte.

En dicho encuentro, el regidor de la capital pidió no responder a la “radicalidad de la izquierda” con más radicalidad y atacar al Gobierno no por lo que hizo o dejó de hacer entre el 11 y 14 de marzo del año 2004, sino por su gestión posterior.

En el mencionado coloquio, que tuvo lugar el 7 de junio de 2006 en la capital española, uno de los periodistas asistentes preguntó a Ruiz-Gallardón la siguiente cuestión: “Parece que usted apuesta por un moderantismo ya que se ha referido a no contaminarse con el radicalismo de la izquierda gobernante y ha planteado también creo que una estrategia al decir que no se cansa de insistir en que no se insista sobre las fechas precedentes al 14 de marzo. ¿Usted cree que ésta es una idea ampliamente compartida en el Partido Popular o todavía tanto en la cuestión ideológica del moderantismo como en la cuestión táctica de lo que precedió al 14-M hay discrepancias?”.

El alcalde respondió de forma extensa a la pregunta. Dentro de su contestación Gallardón pronunció las siguientes palabras textuales: “El 14 de marzo. Yo si creo que este Gobierno le debemos sustituir por la mala gestión que ha hecho de la confianza que el 14 de marzo la mayoría de los españoles depositaron en él. Y que volver al debate de por qué depositaron esa confianza puede traer el efecto perverso de distraer los profundos errores de gestión que el Gobierno ha realizado desde el 14 de marzo. Hablar del 11 al 14 de marzo, podría hacer pensar a algunos ciudadanos que no tenemos argumentos del 14 aquí para proponer una sustitución del Gobierno. Y los tenemos y muy sólidos. Yo creí que en una democracia, al margen de cuáles fueran las circunstancias, y todos saben cuáles fueron las circunstancias, yo creo que este Gobierno no merece continuar cuatro años más como consecuencia de haber dilapidado esa confianza que recibió de los ciudadanos. Y yo creo que además de construir con moderación, además de argumentar los errores del Gobierno, nosotros tenemos que hacer una propuesta de futuro. Los ciudadanos votan futuro. Siempre en todas las elecciones hay dos partidos: uno que representa al pasado y las pierde; y otro, que representa al futuro y las gana y eso ocurre en cualquier sistema democrático. Y nosotros tenemos que convocar al futuro a los ciudadanos españoles y solamente desde esa convocatoria, con ideas, con proyectos, avalados por equipos y avalados por la gestión de allí donde hemos tenido responsabilidades de gobierno, solamente desde esa convocatoria de futuro conseguiremos que sean más los que nos apoyen que los que se distancien. ¿Eso significa dar por bueno lo ocurrido entre el 11 y 14? ¿Eso significa no insistir en los errores del Gobierno? Rotundamente no, es nuestra obligación hacerlo. Pero eso sí significa que cuando se pretende gobernar España tu tienes que llamar a un proyecto que desde esta generación se esté trabajando para la siguiente, y no caer, y vuelvo al efecto mimético del radicalismo, en revisionismos históricos o en miradas hacia atrás, que forman parte más de los equipajes sentimentales de cada uno de nosotros o del trabajo de las cátedras de investigación”.

Un día después de la celebración del Foro ABC- Deloitte el diario del grupo Vocento tituló en su portada: “Ruiz Gallardón invita a su partido a obviar el 11- M y a huir de la radicalización”.

Dicha información firmada por la periodista Cristina de la Hoz destacaba que el regidor “tras aclarar las cuestiones formales de cómo debe ser, a su juicio, la oposición popular, entró en el “fondo” al defender que al Gobierno socialista “se le debe sustituir por su mala gestión”, por lo que volver al debate del 11-M “puede distraer de los enormes errores que ha cometido” además de hacer pensar que “no tenemos argumentos, que los tenemos y muy sólidos”.

“Esta visión de la actuación política marca, sin duda, una estrategia diferenciada respecto a muchos dirigentes significativos de su partido, algunos de los cuales comparten con él la reunión de “maitines”, núcleo duro del PP en el que sus componentes ayudamos a Rajoy a conformar una propuesta”, señalaba la información de ABC.

Dicho diario interpretó y publicó que de las palabras de Alberto Ruiz Gallardón se desprende la recomendación de una estrategia de oposición basada en el silencio político sobre lo ocurrido en los días posteriores a los atentados del 11 de marzo en Madrid con el objetivo de acceder al poder en las próximas elecciones generales.

También lo entendieron así algunos miembros del Partido Popular. Según publicó el diario en su edición nacional dos días más tarde, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre rechazó la invitación a la moderación del alcalde de la capital. También mostró abiertamente sus discrepancias su número dos Ignacio González. El mencionado periódico titulaba así la noticia: “Aguirre replica a Ruiz Gallardón que en el PP se habla con moderación. El vicepresidente de Madrid contradice al alcalde en su deseo de obviar el 11-M”.

A raíz de esta noticia, Federico Jiménez Losantos criticó duramente el intento de Ruiz Gallardón de silenciar políticamente lo ocurrido desde el 11 al 14 de marzo para obtener a cambio mejores réditos políticos en forma de acceso al gobierno de la nación por parte del Partido Popular.

En los días posteriores al 7 de junio de 2006, el comunicador, en el ejercicio de su libertad de expresión, reconocida por el artículo 20 de la Constitución española, opinó sobre la conducta pública del alcalde de Madrid. No obstante, Jiménez Losantos no fue el único periodista, ni la COPE el único medio de comunicación, desde los que se reprobaron las palabras del dirigente popular.

Según denuncia la querella, el periodista pronunció las siguientes palabras: “Vamos a ver: tú lo que estás diciendo, tú alcalde, tu Gallardón, es que te da igual que haya 200 muertos, 1.500 heridos y un golpe brutal para echar a tu partido del Gobierno, te da igual con tal de llegar tú al poder. Esa es la historia; te conocemos hace tanto tiempo, has sido tan redomadamente traidor al fondo y a la forma de tu partido que hijo mío, quien no te conozca que te compre”.

GALLARDÓN SE QUERELLA CONTRA EL PERIODISTA

El 10 de julio de ese mismo año el juzgado de Instrucción Número 2 de Madrid admitió a trámite la querella interpuesta por Ruiz Gallardón contra el periodista. Diez días después, el comunicador declaró ante la magistrada Mónica Aguirre de la Cuesta. En su interrogatorio judicial, el periodista defendió que desde los micrófonos del programa que entonces dirigía hizo una “crítica al poder y no una crítica personal, sino a un cargo público que aspira a tener relevancia en la vida pública nacional”.

Por este motivo, así como porque la doctrina jurisprudencial y constitucional amparan la crítica política férrea dentro de la libertad de expresión, el director de Es la Mañana de esRadio solicitó a la Justicia el archivo de la causa. El comunicador pidió el sobreseimiento del caso “ante la ausencia total” de injurias, ya que éste aseguró que nunca actuó con ánimo de lesionar la dignidad del querellado.

Por otro lado, el periodista defendió que en una sociedad democrática puede parecer legítimo, razonable y, “hasta obligado”, criticar unas manifestaciones como las que produjeron en el Foro ABC, en las que se viene a comprar la preocupación por investigar el mayor atentado perpetrado en Europa. Más cuando la información sobre la que se opinó era a su juicio veraz y de relevancia pública.

Tal y como sostiene el Tribunal Constitucional, aunque en abstracto determinadas expresiones puedan ser injuriosas no es posible valorarlas separadamente de su contexto. En este sentido, el periodista recordó que las palabras de Ruiz Gallardón fueron pronunciadas cuatro días antes de la celebración de la manifestación en apoyo a las víctimas del terrorismo auspiciada por la AVT y su propio partido político en defensa de la investigación judicial y política de lo ocurrido entre los días 11 al 14 de marzo de 2004 en Madrid.

Jiménez Losantos defendió que el alcalde con su actitud buscó crear un estado de opinión indiscutiblemente nocivo para una determinada posición política y vital, la de las víctimas, y “decididamente proclive” a la tesis del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y a sus medios afines, el imperio Prisa.

La manifestación convocada para el 10 de junio de 2006, arropada y apoyada por el Partido Popular del que Gallardón es miembro, pretendía reclamar “el cese de la negociación con la banda terrorista ETA” y “conocer la verdad sobre la autoría y circunstancias en las que se produjeron los atentados del 11 de marzo de 2004”. Por esta razón, las valoraciones realizadas por el alcalde de Madrid, a tres días vista del acto, ponían al descubierto una flagrante contradicción y deslealtad con su formación política y con su masa electoral, atacando esta posición política y tildándola de radical.

En este contexto, el periodista de esRadio valoró las palabras de Gallardón “desde una perspectiva periodística, ética y moral, que le obligaba como a muchos ciudadanos a considerar que no pueden existir dobleces ni dudas acerca de la necesidad de investigar judicial y también políticamente hasta las últimas consecuencias estos hechos”. Asimismo, Jiménez Losantos insistió en que utilizó determinadas expresiones y afirmaciones sobre la conducta e intrahistoria de Gallardón “interpretando en clave periodística los hechos” y amparado siempre en su derecho fundamental a la libertad de expresión.

Por otro lado, en la querella se muestra como al regidor le molesta que se afirme que su postura es coincidente con la del fallecido Jesús Polanco y el grupo de comunicación Prisa y que junto con el PSOE persigue la idea de obviar el suceso del 11 de marzo y tildar de radicales a quien no consideran dicha posibilidad en su actuación diario.

Fueron especialmente hirientes para el alcalde de la capital las siguientes opiniones que el 8 de junio de 2006 Federico Jiménez Losantos pronunció desde los micrófonos de la COPE: “Vamos a ver, el primer argumento, Gallardón, el primer argumento que tiene que tener el partido de la oposición es ser decente, ser honrado, respetar a los ciudadanos, no ser un lacayo de la oposición o del gobierno, en tu caso da igual...de Polanco. Lo primero que tiene que demostrar el PP es que es capaz de pedir y conseguir que se haga justicia a 200 muertos y 1500 heridos en tu pueblo, alcalde, que te debería dar vergüenza, en tu pueblo, que es el nuestro, que es la capital de España”.

La solución propuesta por el periodista fue desde un primer momento clara: que Gallardón no sostuviera dicha tesis ante la ciudadanía como hizo en el Foro ABC-Deloitte, “porque le guste o no”, era la misma que se sostuvo desde aquellos foros, que como estaba quedando acreditado no reparaban en medios ni formas, “para conseguir el objetivo pretendido, el silencio”.

En este sentido, Federico Jiménez Losantos puso de manifiesto que “cuando alude a Gallardón como un farsante redomado no lo hace en el vacío, sino en relación a la intrahistoria del querellante, manifestando que sus actuaciones son conocidas desde hace tiempo, criticando su alineamiento sistemático con quienes sostienen posicionamientos políticos distintos a los de su propio partido político”, en referencia al Grupo Prisa y el PSOE.

“En este sentido, incluso en el acervo cultura y popular se ha acuñado públicamente como referencia a estas actuaciones disidentes del alcalde de Madrid con su partido político, el término “gallardonadas”, para referirse a actuaciones censurables, polémicas, desleales con el Partido Popular, su afinidad a los posicionamientos periodísticos y políticos del Grupo Prisa, presidido por el ya fallecido Jesús Polanco”, defendió el comunicador.

Grupo empresarial, que desde sus medios de comunicación y como era notorio, perseguía para Jiménez Losantos la misma idea que el señor Gallardón “no sólo obviar diariamente las investigaciones periodísticas y políticas del 11M sino tildar de radicales, reaccionarios y revisionistas a quienes no comulgasen con aquella pretensión omisiva”.

En un auto de 24 de enero de 2007, la titular del juzgado de Instrucción Número 2 de Madrid admitió a trámite las cuatro ampliaciones de querella interpuesta por el alcalde de Madrid entre el 18 de septiembre y el 1 de diciembre de 2006. Además, denegó el sobreseimiento libre del caso que pidió la defensa de Losantos. Para ello contó con el beneplácito del Ministerio Fiscal que se mostró favorable a que la causa penal abierta contra el comunicador de esRadio se ampliase.

LA JUEZ DESOYE AL PERIODISTA

El 31 de enero de 2007, el periodista interpuso recurso de reforma contra la decisión de la juez de no archivar la causa. En su escrito, la defensa de Federico alegó que se estaba vulnerando su derecho a la libertad de expresión, ya que “el ejercicio constitucional de un derecho no puede ser susceptible de ser calificado ni incidiariamente, como potencialmente merecedor de una sanción civil, penal o administrativa en ningún caso”. Amparándose en la teoría jurídica del discurso público, las críticas de “un hecho de relevancia pública como son las declaraciones de un destacado representante político, en este caso don Alberto Ruiz Gallardón”, están permitidas y además no es menos cierto que las opiniones nunca se producen en el vacío, “sino que van dirigidas a criticar hechos y conductas públicas de los protagonistas relevantes de la escena política o de cualquier orden en el contexto social en el que lo criticado se desenvuelve”.

Además, la defensa de Jiménez Losantos recordó en su recurso que “los límites constitucionales será mucho más amplios para un personaje público que en el caso de un personaje privado que se vea incurso en un asunto de actualidad, y ello por cuanto entre otras cosas, el aludido contará, como es el caso y así ha ocurrido, con medios sobrados para replicar ante la ciudadanía, por cuanto es la pauta que representa el modo normal en que tales polémicas discurren y por el interés público subyacente”.

Amén de estos argumentos se pide a la titular del juzgado de Instrucción Número 2 de Madrid que revoque el auto donde se acuerda no haber lugar al sobreseimiento y archivo de las actuaciones.

Por otro lado, y a raíz de las ampliaciones de la querella, el periodista tuvo que volver a declarar en sede judicial el 22 de marzo de 2007. Entre sus explicaciones recalcó que “como alcalde de Madrid, la obligación del denunciante era excitar el celo para que se investigase el 11M”. Además, el director de Es la Mañana enfatizó en que “Gallardón no considera eso como una prioridad política aunque parte de su partido considera lo contrario”.

Por su parte, en un auto de 23 de marzo la juez Mónica Aguirre de la Cuesta transformó las diligencias previas en procedimiento abreviado. “En esta causa se han practicado las diligencias necesarias –documental y declaraciones del imputado- y se ha llegado a la convicción de que de que sólo cabe acordar la continuación de la causa por los trámites del procedimiento abreviado, dándose por reproducidos los argumentos expuestos en las resoluciones mencionadas, dictadas por este juzgado. Existen indicios de que las afirmaciones referentes al señor Ruiz Gallardón efectuadas por el señor Jiménez Losantos en los programas de la cadena COPE pudieran ser constitutivos de infracción penal”. El 30 de abril el Ministerio Fiscal impugnó el recurso de reforma del periodista, mientras que el 11 de mayo de 2007, la magistrada, persistiendo en la idea de seguir adelante con el procedimiento, desestimó el recurso.

Entonces, el comunicador recurrió en apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid, alegando que se había vulnerado su derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24.1 de la Constitución. En este punto, el periodista planteó que “resultaba incomprensible para esta parte que Alberto Ruiz Gallardón tras negar, en los escritos obrantes en este procedimiento que sus declaraciones en el foro ABC implicaran este posicionamiento público a favor de obviar el 11M como estrategia política en busca de réditos electorales en forma de acceso al poder, no hubiera ejercitado acción alguna frente a todos los medios de comunicación nacionales que interpretaron al unísono y coincidentemente este posicionamiento público del querellante”.

Además, Jiménez Losantos puso de manifiesto que “las expresiones que utilizó no fueron sino interpretaciones de los hechos declarados veraces y, en segundo lugar, analizadas no en el vacío o abstracto, sino en el contexto informativo y periodístico en el que se desenvuelve la opinión”.

La apertura del juicio oral llegó el 12 de septiembre de 2007 cuando la juez acordó decretar la misma por un posible delito de injurias. Asimismo, la magistrada pidió que en el plazo de un día el comunicador prestase una fianza de 15.000 euros “para asegurar las responsabilidades pecuniarias con el apercibimiento de que de no prestarla se le embargarían bienes en cantidad suficiente para asegurar la suma señalada”.

Contra dicho auto, que era firme, no cabía recurso por lo que era ya inevitable que el periodista acabara sentándose en el banquillo de los acusados.

EL JUICIO

El 28 de mayo de 2008 se celebró el juicio que marcó un antes y un después para la libertad de expresión de los periodistas en España. El alcalde de Madrid logró sentar en el banquillo de los acusados a un periodista, a Federico Jiménez Losantos, propiciando una imagen insólita en la etapa democrática de España. Durante la vista, los políticos perdieron la memoria y Gallardón negó la evidencia pese a que la expresión "obviar el 11-M" que usó el ABC nunca fue rectificada por el regidor. Ignacio González, Esperanza Aguirre y Eduardo Zaplana no recordaron si habían discrepado de la opinión del alcalde. Por su parte, Ángel Acebes y Luis Herrero relataron sendos intentos infructuosos de convencer a Gallardón para que solucionara el conflicto con Jiménez Losantos. El director de Es la Mañana de Federico y Pedro J. Ramírez coincidieron en lamentar que había sido un día negro para la libertad de expresión.

Durante la celebración de la vista oral, Gallardón declaró que era falso que él estuviera en contra de la política de su partido de que se siguiera investigando el 11M y que en ningún momento pidió que se obviara la masacre de Madrid. El regidor sostuvo ante la juez que él defendió que era necesario hacer un cambio de futuro dirigido a las nuevas generaciones pero que deducir de ello que quisiera que salieran inmunes los autores de 192 asesinatos era “gravemente injurioso”.

Preguntado por la juez, el alcalde de Madrid utilizó unos papeles que tenía en su saco para leer parte de su declaración, recurso prohibido por la Ley de Enjuiciamiento Criminal. En su artículo 437 se señala que "los testigos declararán de viva voz, sin que les sea permitido leer declaración ni respuesta alguna que lleven escrita. Podrán, sin embargo, consultar algún apunte o memoria que contenga datos difíciles de recordar. El testigo podrá dictar las contestaciones por sí mismo".

Esto sucedió cuando durante el juicio la magistrada preguntó a Gallardón lo siguiente: "¿Recurrió usted de alguna manera o rectificó usted de alguna forma el titular del ABC que decía: 'Ruiz Gallardón invita a su partido a obviar el 11-M y a huir de la radicalización'?". Entonces, el alcalde bajó su mano derecha y extrajo unos papeles que utilizó para leer parte de su declaración: "Recurrí y pedí amparo cuando se me acusó de que no quería que se hiciera justicia sobre 192 asesinatos para llegar al poder, cosa que en España solamente dijo el acusado".

El alcalde aprovechó una breve pausa para dirigir su mirada al papel y prosiguió: "Recurrí cuando se me acusó de intentar tapar y ocultar la masacre, cosa que solamente dijo el acusado y ningún otro medio de comunicación". Poco después, levantó la mirada de su escrito, lo dobló, lo guardó para terminar: "Mi amparo judicial fue contra las injurias que el acusado lanzó contra mi".

El alcalde madrileño afirmó que las acusaciones de "intentar tapar y de que no se juzgase a los responsables del 11-M es lo más grave, injurioso y ofensivo" de todo lo que en su vida política se había dicho contra él. "Me sentí profundamente ofendido e injuriado", confesó. "Es la primera y única vez en mi vida que he ejercitado la acción penal", dijo.

"Me sentí profundamente ofendido e injuriado. Vi morir a muchas de las personas. Estuve con las familias en el tanatorio improvisado de IFEMA. La persona que me ha traído hoy vivió la angustia al pensar que su hermana estaba entre los muertos, y al final resultó estar", añadió. "Apoyé la política de mi partido y defendí la investigación del 11-M. Apoyé la investigación de los jueces y de los tribunales y me pregunto si eso es obviar los acontecimientos. A mí mismo me contesto que no", aseveró minutos después.

A las preguntas del fiscal de si había realizado actividad tendente a obstaculizar o impedir la investigación policial de los atentados, el alcalde de Madrid respondió que todo lo contrario: “Desde la misma estación de Atocha me puse en contacto con los juzgados centrales de instrucción de la para prestar colaboración a través del Ayuntamiento de Madrid y que la he mantenido durante la instrucción del sumario y durante juicio oral”. Además, Gallardón declaró que estuvo en Atocha viendo morir a muchas personas, que estuvo con los familiares que se improvisó en IFEMA, que pusieron todos los medios para paliar el dolor de las víctimas y colaborar con la justicia”.

Por otro lado, el dirigente popular intentó destacar que “tampoco era cierta la afirmación de la defensa de que todos los medios a nivel nacional interpretaron unánimemente que en el foro de ABC el querellante invitaba a obviar el 11 M y a huir de la radicalización”. Sin embargo, recordemos que por ejemplo, el 9 de junio de 2006, el diario El Mundo tituló: “Aguirre replica a Gallardón que en el PP se habla con moderación. El Vicepresidente de Madrid contradice también al alcalde en su deseo de Obviar el 11M”. De esta forma, el periódico daba por hecho que Gallardón instó a pasar página y olvidar el 11M.

Por su parte, Jiménez Losantos declaró que "todo” lo que decía el alcalde “era mentira" y aseguró que más de la mitad de las cosas que dijo Gallardón en el juicio ya lo había desmentido el fiscal. El alcalde no se apeó de su objetivo: reflejar palabras de Jiménez Losantos que ya habían sido puestas en conocimiento del fiscal.

Asimismo, el comunicador denunció el quebrantamiento de la ley que se había producido durante la celebración de la vista. “Le dejan leer lo mismo que ya se había desmentido ante el fiscal. Ha habido un cúmulo de irregularidades, las que merecía el héroe del juicio que sin duda es Gallardón".

Sobre la actuación de los políticos citados por director de Es la Mañana como testigos, Esperanza Aguirre, Eduardo Zaplana, Ángel Acebes e Ignacio González, éste dijo que "la garrapata futbolística ha tenido una derivación amnésica en la clase política". Jiménez Losantos consideró que Gallardón ha querido demostrar que "si me ataca" la derecha le va a respaldar a él. "Ha sido un espectáculo penoso que demuestra que cualquier político poderoso puede sentar en el banquillo a un periodista. Es un precedente terrible, al margen de lo que a mi respecta", dijo. Asimismo, el comunicador se reafirmó en sus ideas: "No voy a cambiar a estas alturas de ideas aunque hoy es un día negro para la libertad de expresión".

Para el periodista durante el juicio se demostró que el "honor" –entre comillas, como apostilló- de un político existe, "pero para los periodistas no, y para las víctimas del 11-M menos, ellas no tienen honor, ni derecho a que se haga justicia, ni siquiera a que se pida".

No era para menos la indignación del director de Es la Mañana. Ese día los políticos del PP que se desmarcaron un par de años atrás del cerrojazo que pedía el alcalde no se acordaban de nada. Las declaraciones de Ignacio González, Eduardo Zaplana y Esperanza Aguirre a pesar de que eran testigos a petición de la defensa fueron más bien un apoyo a Alberto Ruiz Gallardón.

Aguirre dijo que no recordaba exactamente las manifestaciones del señor Ruiz Gallardón en el foro ABC y señaló que “mirar al futuro” no era opuesto al Partido Popular. Por su parte, Eduardo Zaplana, portavoz del grupo parlamentario popular en el momento de los hechos, manifestó que el Partido Popular mantenía la línea relacionada con el 11M y que la línea política mantenida en la formación se acordaba, se hablaba, se debatía previamente y que Gallardón participaba en esas reuniones. Zaplana tampoco recordaba “con detalle” nada.

Por otro lado, Ángel Acebes, secretario general del PP en aquel entonces, tuvo la oportunidad de recordar su intento infructuoso de que Gallardón retirara la querella y pusiera fin al triste episodio que supuso este procedimiento judicial para los defensores de la libertad de expresión. No obstante, el exdirigente popular señaló que lo que recordaba que dijo el alcalde aquel día “es que no había que distraerse de los errores cometidos por el Gobierno de Zapatero en esa legislatura, que la postura del PP era investigar el 11M y todas sus consecuencias hasta llegar al máximo conocimiento de lo sucedido”. Al ser preguntado por la defensa si Gallardón dijo que había que obviar el 11 M y dejar el radicalismo Acebes dijo que “esos fueron titulares de prensa”.

Otro de los testigos del periodista, Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, señaló que no recordaba las manifestaciones del alcalde madrileño aunque ratificaba sus declaraciones tras el paso del Gallardón por el foro de ABC. “El PP siempre ha mirado hacia delante, desde el primer día. Lo que no puede hacer ahora el PP es entrar en el juego de lo que le interesa al Gobierno que se haga en la oposición; olvidarse de todo lo que no le gusta al PSOE”.

Ante dichos testimonios, la juez concluyó en la posterior sentencia condenatoria que “las manifestaciones de estos testigos desvirtuaron las alegaciones de la defensa del comunicador”.

Además, también testificaron a petición de Jiménez Losantos el expresidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, y el director de En Casa de Herrero, Luis Herrero.

Pedro J. afirmó que conocía las declaraciones de Gallardón y que éstas fueron recogidas en la prensa en el sentido de que invitaba a su partido a obviar el 11M y huir de la radicalización. Añadió que se sentía responsable de que esa vista se estuviera celebrando porque él fue quien en la tertulia de COPE del día siguiente al coloquio del Foro ABC, en la primera oportunidad que tuvieron de comentar los hechos, introdujo la reflexión de qué dirían los neoyorquinos y los miembros del partido republicano si Rudolph Giuliani -el alcalde de Nueva York cuando se produjeron los atentados de las Torres Gemelas- hubiera hecho unas declaraciones similares pidiendo pasar página y no esclarecer la verdad sobre unos hechos que habían quedado oscuros y continuaban estándolo.

Además, Pedro J, Ramírez al ser preguntado por la defensa si las declaraciones de Gallardón significaban pasar por encima de las víctimas dijo que estaba claro que las dos organizaciones representantes de las víctimas lo interpretaron así.

Por su parte, Luis Herrero se manifestó en este mismo sentido. El periodista afirmó que la declaración del alcalde la capital de que había que obviar el 11-M era contraria a la línea de las víctimas y contrarias a las asociaciones de víctimas, que esta postura era parecida a la mantenida por el PSOE y afines a medios de Prisa. En la misma línea se pronunció durante el juicio el periodista José Alejandro Vara.

SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA

Tras la celebración del juicio oral el 11 de junio de 2008, la magistrada Inmaculada Iglesias dictó una sentencia donde se condenó a Federico Jiménez Losantos por un delito de injurias graves con publicidad contra el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. El periodista tenía que pagar en concepto de indemnización 100 euros al día durante 12 meses al alcalde; en total, tenía que hacer frente a una multa de 36.000 euros, más el pago de las costas del juicio, incluidas las de la acusación particular.

En primer lugar, la sentencia señala que “con carácter previo al análisis de fondo, es preciso indicar que no se ha permitido en el acto del juicio oral que el querellante leyera el escrito en el que se recogía la transcripción de la pregunta que se formuló en foro de ABC el día 7 de junio de 2006 y la respuesta dada por éste, expresamente se le indicó al testigo que no procediera a su lectura. Sí se le permitió y ello porque así lo establece el artículo 437 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal consultar algún apunte que contenga datos difíciles de recordar”. A pesar que de la magistrada recogió esta afirmación en la resolución judicial, la vista fue grabada de forma íntegra por las cámaras de televisión y, por lo tanto, puede demostrarse que Gallardón sí que leyó una “chuleta” en el juicio y no para recodar datos complejos sino para dar un mitin.

Para la jueza, el periodista debía ser condenado porque “no se ha probado la veracidad de sus palabras en relación con las imputaciones realizadas, resultando que se pone en boca del señor Ruiz Gallardón cosas que no ha dicho”.

Además, la sentencia subraya que el propio Gallardón al ser interrogado por la defensa en el juicio oral, sobre si dichas declaraciones las realizó en contra de la política de su partido que era seguir investigando el 11M, contestó que eso era falso, que las realizó a favor de la política de su partido, apoyando la política de su partido defendiendo la investigación del 11-M, defendiendo las actuaciones de jueces y magistrados y diciendo que nosotros teníamos que construir un proyecto de futuro”.

“Resulta que el acusado imputó al querellante hechos falsos: que en el foro ABC había dicho que no hay que investigar el 11M, que había que olvidarlo y que intentaba tapar el 11M”, subraya la sentencia.

“Ha de concluirse de todo ello, que el acusado cuando hizo esas afirmaciones a través de la cadena COPE, no transmitió hechos veraces, en consecuencia, no actuó en el ejercicio del derecho a comunicar libremente información veraz protegido por el artículo 20.1d) de la Constitución”. De esta forma, la resolución judicial hace referencia a la libertad de información y olvida la libertad de expresión que promulga el artículo 20. 1a) de la Carta Magna.

Entre otras, la sentencia condena de forma expresa las siguientes opiniones del director de Es la Mañana de esRadio: “Tú lo que estás diciendo, tú alcalde, tú Gallardón, es que te da igual que haya 200 muertos, 1.500 heridos y un golpe brutal para echar a tu partido del gobierno, te da igual con tal de llegar tú al poder. Esa es toda al historia; te conocemos hace tanto tiempo, has sido tan redomadamente traidor al fondo y a las formas de tu partido que hijo mío, quien te conozca que te compre” o “lo único que me fastidia es que un tío que está abiertamente en contra de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, vaya a la manifestación a montar un numerito a lo Bono”.

Según la juez “no cabe duda” que dichas afirmaciones y calificativos recogidos, así como otros varios, “son formalmente vejatorias en cualquier contexto, innecesarias para la labor informativa o de formación de la opinión que se realice y suponen un daño injustificado a la dignidad del querellante, teniendo en cuenta que la Constitución no reconoce un pretendido derecho al insulto”.

“Es cierto que Federico Jiménez Losantos y los testigos Pedro J. Ramírez y Luis Herrero afirman en el plenario que en la radio información y opinión no se pueden separar, que hay espontaneidad y la forma de expresarse es distinta, que es un medio que se aproxima a la manera de hablar al ciudadano, pero debe tenerse en cuenta, por un lado, que las expresiones fueron proferidas reiteradamente en varios programas y, por otro, que el 21 de junio de 2006 se interpuso la querella que ha dado origen a este procedimiento y a pesar de ello el acusado siguió profiriendo expresiones similares en varios programas en los meses de junio, septiembre, octubre y noviembre, lo que motivó que Alberto Ruiz Gallardón presentara hasta cuatro ampliaciones de la querella”.

“Para rechazar el ejercicio de la libertad de expresión el querellado por un lado imputó hechos falsos y por otro, utilizó de forma reiterada insultos y descalificaciones con imputaciones gravemente ofensivas que afectan a la dignidad del querellante y se consideran atentatorias para su honorabilidad”, reza el texto judicial.

La jueza, desoye al periodista, y concluye que “en el caso presente la expresiones proferidas, por su propio sentido gramatical son tan insultantes o hirientes que el ánimo específico se encuentra ínsito en ellas, poniéndose al descubierto, con simple manifestación y no existe duda alguna de que pretendían vejar la imagen y dignidad del querellante en forma innecesaria y gratuita y desacreditarle públicamente en su condición de alcalde de Madrid y miembro del Partido Popular”.

Contra esta sentencia, cabía interponer recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid. Una acción que la defensa de Federico Jiménez Losantos llevó a cabo alegando que se había vulnerado su derecho a la tutela judicial efectiva. En el recurso, la abogada del periodista señaló que la sentencia de primera instancia “omitía que el 13 de septiembre de 2006 el señor Gallardón declaró en una entrevista en la revista Vogue que no había que hacer del 11M el centro de la vida política, siendo la investigación materia de jueces y fiscales”.

Además, también olvidó la magistrada que el 21 de septiembre de 2006, el PSOE y todos los grupos de la corporación anunciaron que se proponían bloquear todas las iniciativas políticas del PP sobre el 11M. Entonces Eduardo Zaplana, representante del grupo parlamentario popular, manifestó en una entrevista concedida en la cadena COPE que “al PP no me va a callar nadie” y calificó de “bastarda e histérica esa campaña emprendida por el PSOE y sus socios”.

SENTENCIA DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID

Por su parte, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Madrid en sentencia del 14 de mayo de 2009 desestimó el recurso de apelación interpuesto por la defensa de Federico Jiménez Losantos contra la sentencia de primera instancia donde se le condenaba al periodista por un delito de injurias con publicidad.

La ponente de la resolución judicial, la magistrada Carmen Compaired, sostiene que la sentencia condenatoria “lleva a cabo en su fundamentación jurídica en un juicio de ponderación para determinar si las expresiones vertidas quedaban amparadas por los derechos a la libertad de expresión y las omisiones que se citan resultan irrelevantes con el objeto del juicio que no es otro que enjuiciar si se trataba de un información veraz y si eran, o no, objetivamente ofensivas e innecesarias las descalificaciones reiteradamente empleadas por el acusado y ausentes de justificación”. En el presente caso, asegura la Audiencia madrileña, “no se ha podido probar la veracidad en relación con las imputaciones realizadas resultando que se ponen en boca del señor Ruiz Gallardón cosas que no ha dicho”.

Además, la sentencia subraya que ni Esperanza Aguirre, ni Eduardo Zaplana ni Ignacio González y tampoco Ángel Acebes –a pesar de ser testigos en la vista oral a petición de Jiménez Losantos- se refirieron a que el alcalde de Madrid dijese que había que obviar el 11M.

Asimismo, la magistrada sostiene que la sentencia de primera instancia está suficientemente motivada y que “no se ha incurrido en arbitrariedad ni en indefensión del acusado”.

Sobre las palabras del director de Es la Mañana, la sentencia manifiesta que constitucionalmente “puede hacerse una crítica dura pero no precisa de las expresiones utilizadas, expresiones que han sido conscientemente reiteradas en la emisora de radio y aceptadas en el acto de juicio oral por el acusado. Tales imputaciones suponen un grave atentado al honor por su significado en sí mismo”.

Recuerda la juez que la doctrina del Tribunal Constitucional recoge el “valor especial que la Constitución otorga a las libertades de expresión e información” aunque también señala que ésta “no puede configurarse como un valor absoluto, puesto que, si viene reconocido como garantía de la opinión pública, solamente puede legitimar las intromisiones en otros derechos fundamentales que guarden congruencia con esa finalidad, es decir, que resulten relevantes para la formación de la opinión pública sobre asuntos de interés general. La Constitución no reconoce en modo alguno un pretendido derecho al insulto”.

Por otro lado, según la sentencia “no se están enjuiciando únicamente calificativos ofensivos para el querellante sino múltiples expresiones en relación con la investigación del 11M que no tienen ninguna justificación en el contexto”. Para ello, el tribunal recuerda que en una rueda de prensa Gallardón señaló “que decir me da igual que haya 200 muertos y 1.500 heridos con tal de llegar yo al poder es el mayor insulto que he recibido en mis 23 años de ejercicio de la política, más que los calificativos de traidor, siniestro, bandido, lacayo de la oposición”.

“Tales expresiones y muchas más tienen un significado objetivamente ofensivo, según los parámetros sociales en los que las expresiones son proferidas, pues eran innecesarias y eran excesivas y no se precisaban para ejercer la libertad de expresión”. “El hecho de que concurra un ámbito de crítica no significa en todo caso que deba entenderse excluido el ánimo de injuriar”, añade la sentencia que confirma la condena interpuesta al comunicador.

AMPARO ANTE EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Contra esta sentencia no cabía recurso por la vía judicial ordinaria pero sí la interposición de un incidente de nulidad, el paso judicial previo para, a posteriori, poder recurrir en amparo ante el Tribunal Constitucional alegando una vulneración de derechos fundamentales.

El 19 de junio de 2009 el periodista Federico Jiménez Losantos presentó ante la Audiencia Provincial de Madrid el incidente de nulidad de las actuaciones contra la sentencia que dictó un mes antes dicho tribunal, condenando al comunicador.

En dicho escrito, el periodista solicitó que se suspendiese la sentencia condenatoria y alegó que en ella se habían vulnerado sus derechos a una tutela judicial efectiva, a la presunción de inocencia y los derechos a la libertad de expresión e información.

Una semana más tarde, el 26 de junio la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Madrid dictó una providencia donde se inadmitió a trámite el incidente de nulidad de Jiménez Losantos.

El 28 de julio de 2009 el periodista recurrió en amparo ante el Tribunal Constitucional. Nuevamente, el periodista de esRadio alegó que la justicia madrileña había vulnerado su derecho a la libertad de expresión, a la presunción de inocencia y a recibir una tutela judicial efectiva.

En el recurso de 78 páginas con abundante jurisprudencia tanto del Tribunal Supremo como del Constitucional, Jiménez Losantos sostuvo que las sentencias impugnadas no han contextualizado debidamente los hechos y que han omitido de forma “flagrante” hechos informativos que se produjeron en los días posteriores a la intervención del alcalde de Madrid en el Foro ABC.

Por otro lado, la petición de amparo subrayó como tanto en primera instancia como en segunda el tribunal había confundido la libertad de expresión –donde se regulan las opiniones- con la libertad de información –donde prima la veracidad de las actuaciones periodísticas-. Una confusión que había ido acompañada de la atribución de un ánimo injuriandi a las opiniones del periodista y que había obviado el ánimo de crítica férreo que guió las palabras de Federico Jiménez Losantos. Crítica molesta al poder político sí aunque sólo eso, críticas, hacia la actuación de Alberto Ruiz Gallardón.

Finalmente, el Tribunal Constitucional desestimó el recurso de amparo y el periodista ya ha anunciado que llegará hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo para defender su libertad de expresión.

ÚLTIMA PALABRA DE FEDERICO EN EL JUICIO

Federico Jiménez Losantos:

“Señoría me gustaría que éste hubiera sido realmente un juicio por injurias de mi persona contra el señor Ruiz Gallardón. Por desgracia estamos ante un hecho político; ante una querella manipulada políticamente desde el principio hasta el final con una colección de mentiras que si yo dijese una décima parte de las que me atribuye el abogado del señor Ruiz Gallardón me avergonzaría.

Empecemos por el principio; por las declaraciones del señor Ruiz Gallardón que dan origen a todo este asunto en el diario ABC. Dos años después del 11M, cuando al parecer ya había olvidado tanto el dolor de las víctimas que no lo conocían, el señor Ruiz Gallardón de manera inequívoca, absolutamente inequívoca, y lo digo para resaltar el aspecto de veracidad que me ha discutido, mejor dicho, que me ha negado el abogado del señor Ruiz Gallardón; tan veraz es lo que publica el diario ABC al día siguiente diciendo que Gallardón pide que obviar el 11M, que todos los medios que están a favor de obviar el 11M lo aplauden y todos los que están en contra y piden investigar lo critican, empezando por la AVT; la Asociación de Víctimas del Terrorismo que como hemos podido escuchar y repitió el señor Alcaraz y lo hemos escuchado de nuevo dice que vaya a ver a las víctimas que él se las presenta a ver si después vuelve a decir lo mismo.

Es decir, que el hecho era veraz, era indiscutible, avalado por el hecho de que el señor Ruiz Gallardón jamás mandó siquiera una carta de aclaración, ¡de aclaración no de réplica! ¿Por qué? Porque ése era el sentido veraz de sus manifestaciones o sea que eso de que yo no he dicho la verdad... yo he dicho la verdad de cabo a rabo. Absolutamente, totalmente. Y usted además lo sabe perfectamente, el letrado lo sabe perfectamente porque por desgracia él ha tenido que participar en la manipulación política de esta querella que viene ya de tiempo atrás.

Antes ha hablado el señor fiscal, cosa que le agradezco, sobre un concepto nuevo en la justicia, creo yo, por lo menos en el derecho, y es que cada una de las expresiones que yo he vertido sobre el señor Ruiz Gallardón o contra el señor Ruiz Gallardón en sí misma no sería constitutiva de delito pero que todas juntas... pero vamos a ver o es delito o no es delito...esto del delito continuado, ¿será continuado si es delito? ¿dónde esta el delito? ¿he mentido yo en algo? No. ¿He dicho yo la verdad? Sí. ¿He dicho lo que el señor Gallardón ha dicho y quería decir?; ¿el sentido político de las declaraciones del señor Gallardón quería decir? La prueba es que, los que estaban con el Partido Socialista lo aplaudían y los que estaban en contra lo silbaban y la prueba añadida es que las víctimas del terrorismo fueron las primeras al día siguiente en sentirse indignadas por las manifestaciones del señor Gallardón que, por supuesto, jamás corrigió porque obedecía a la tendencia tradicional del señor Gallardón de ser lo que él llama pomposamente un verso suelto; diríamos un disidente permitido o un verso de cabo roto por seguir con la lírica.

Junto a la veracidad, había también un elemento fundamental en lo que yo decía del señor Gallardón y por lo que repetía, aparte de por el hecho de que cada hora cambia la audiencia de la radio, y es la necesariedad de que lo dijera. Era necesario que yo dijera la verdad sobre lo que el señor Gallardón había dicho y la verdad sobre lo que pretendía el señor Gallardón y lo que pretendía era cambiar la línea política de su partido en lo que respecta al 11M. ¿Por qué? Pues porque afectaba a la legitimidad del Partido Socialista que llegó después de unos días tremendos de convulsión, después de la masacre y de una jornada de reflexión marcada por el cerco a las sedes del PP promovido por los medios más favorecedores y favorecidos del señor Gallardón. Era necesario que yo contara la trayectoria del señor Gallardón para que se entendiera que era lo que quería el señor Gallardón. Yo no podía limitarme a decir "dice Gallardón que no miremos al pasado, que nuestro equipaje sentimental"... No no, el señor Gallardón estaba marcando una estrategia política de manera muy sibilina pero que no por eso dejaba de ser insultante y ofensiva. Porque señoría, ¿es o no es injurioso que empiece el señor Gallardón su respuesta al pregunta del ABC diciendo claro "hay sectarios que como pertenecen a una secta esto no lo entenderán, como no tienen principios esto no lo suscribirán, como carecen de ideas pues por supuesto esto no lo podrán rebatir" porque por esto son sectarios? Es decir que los que les llevan la contraria al señor Gallardón ya por principios son insultados. Primera cuestión.

Segunda cuestión. Lo que dice, que es lo que dice todo el mundo y lo que dice la portada de ABC y lo que el señor Gallardón no se molesta siquiera en mandar una carta de aclaración porque esta absolutamente de acuerdo en que esa es la verdad última del sentido de sus palabras. Y una tercera cuestión, es que además lo aplica a la rentabilidad electoral que esa política pueda tener.

Es que él habla de los votos que se puedan conseguir, de la mayoría que se pueda lograr... ¿En qué quedamos?, ¿estamos con el dolor de las víctimas o buscando la rentabilidad electoral que nos pueda producir el olvidar a las víctimas porque han pasado ya dos años y esto ya no tiene trazas de arreglarse?. Era necesario además que yo dijera todo lo que dije y hubiera sido necesario probablemente más porque estábamos en plena campaña de crisis de todo el sumario y de la actuación de la fiscalía, de descubrimiento de todo tipo de irregularidades en el sumario, de la publicación de la gran cantidad de irregularidades, pruebas falsas y contradicciones que tanto en la actuación del juez instructor como de la fiscal, pariente del señor Gallardón sin que esto suponga menoscabo para ninguno de los dos pero es un hecho, tan contradictorio como hemos podido ver en uno de los días que se han repetido a propósito de algo tan esencial como que los presuntos autores, excepto tres que fueron absueltos, ¿cómo habían llegado al sitio donde dicen que se inmolaron?

Pues según la fiscal pegándose tiros con la policía desde Zarzaquemada a las seis y según el juez estaban ya metidos rodeados por la policía a las cuatro. Hombre, si esto no puede crear alarma, si esto no hace necesaria la crítica en un medio de comunicación e insistir en que se busque la verdad y además en criticar a los que no dicen que no se busque, ni siquiera el señor Zapatero lo ha dicho, pero los jueces decidirán y cuando decidan olvidémoslo. No, no. Las víctimas en ese momento, en el año 2006, estaban horrorizadas, alarmadas, indignadas, angustiadas por el proceder de los medios políticos, también por la instrucción y el proceder de la fiscal y también escandalizadas por el comportamiento de una parte de la derecha que simboliza y representa el señor Gallardón, que quería pues que esto forme parte de nuestro equipaje sentimental. Dice el señor Ruiz Gallardón que no se investigue el 11M expresamente literalmente, no. La verdad de lo que dice es esa, sin ninguna duda así lo entienden todos los medios, no lo desmiente el señor Gallardón y así lo aplauden los favorables al PSOE y así lo critican los favorables al PP. Y durante dos años ni el señor Ruiz Gallardón mandó una carta de rectificación ni siquiera el señor Gallardón tuvo el detalle de mandar una carta de rectificación a la COPE; lo podía haber hecho y no lo hizo. Y entramos señoría en un capítulo que es especialmente desagradable porque a nadie le gusta ser tomado por tonto y yo reconozco que en este caso el señor Gallardón me ha tomado el pelo.

El señor Gallardón interpuso esta querella, y después de esta querella por un honor tan vulnerado, tan lastimado, tan frágil, tan hecho polvo que me asombra que se tuviera en pie y después hablaba conmigo tranquilamente en el palco del Bernabeu como ha relatado Luis Herrero, en presencia de Luis Herrero, para prometer que por supuesto nada, iba a llamar a mi programa, iba a pedirle disculpas a la colaboradora mía a la que acusó de manipular las llamadas de los oyentes cosa que no había hecho, con lo cual nadie se ha querellado contra el señor Gallardón y después siguió en la misma tónica.

El otro día se jactó ante Iñaki Gabilondo de haber resistido y haber llegado hasta el final en esta querella. ¿Cuál era el final del señor Gallardón? Sentarme en el banquillo ¿Por qué? Porque era la prueba del poder político sobre el poder de la crítica al poder político. El señor Gallardón ha buscado en todo momento en esta querella, de ahí que haya anunciado (no sé las veces) que la retira en medios de su partido, en medios comunes, aquí lo han ratificado don Luis Herrero y el secretario general del PP, Ángel Acebes, que llegó al extremo de llamarme a mí para decirme que como Gallardón iba a retirar la querella, hombre, no fuera hacer mucha sangre, que una salida digna y ya está.

El honor vulnerado del señor Gallardón no le impedía traficar con esta gravedad de la lesión a su honor. Pero, es que llegó a más, es que además se lo prometió además de al secretario general, al presidente de su partido. Tanto se lo prometió que en mi presencia el señor Rajoy habló con él y dijo mañana por la mañana está retirada la querella y san se acabó. Al día siguiente yo llego al juzgado y digo bueno, ¿qué? ¿retiran la querella, no? Mi abogado era optimista. Y el señor Rodríguez Ramos me dice: "A mí no se me ha notificado nada. Al contrario, que siga que siga".

Exactamente lo contrario de lo que había dicho la víspera en mi presencia al señor Rajoy por teléfono por dos veces; antes al señor Acebes ; antes a don Luis Herrero en seis ocasiones, como hemos dicho. En fin, el señor Gallardón ha utilizado esta querella como una muestra de poder político para demostrarle a todo el mundo que aquí el único dueño político de la derecha es él. Y por desgracia está camino de conseguirlo. Y esto le ha ayudado.

Y si esta fuera una querella por injurias yo me daría contento por lo que fuera, pero ya sabe usted señoría lo que pasa con estas cosas. Después de la primera sesión prácticamente todos los telediarios abrieron con el hecho de que yo estaba en el banquillo. Si su señoría tiene a bien absolverme como espero o si no lo hiciera y tuviera que recurrir a una segunda, a una tercera o a una cuarta instancia y lo ganara...¿quién se acordaría de eso? Pues nadie. Los medios favorables al señor Gallardón que han estado machacándome todos estos días, injuriándome de manera minuciosa, iban a...nada..ni un minuto el señor Gallardón no se ha privado al final de jactarse de que ha llegado hasta el final.

Ha llegado hasta el final manipulando a la propia institución judicial, manipulando la Administración de Justicia, utilizándolo como un mecanismo de poder político que es lo que ha sido esta querella desde el principio. Y nada más señoría, lamento mucho haber sido protagonista de un suceso donde la libertad de expresión, mal que le pese o bien que le pese al abogado de Gallardón, queda bastante maltrecha y donde el poder político sale digamos todavía superior al que legítimamente puedo obtener. Gracias".

La juez: "Visto para sentencia".