Cruz, Bandera Y Caudillo EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE CASTUERA
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cruz, bandera y caudillo EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE CASTUERA Antonio D. López Rodríguez Cruz, Bandera y Caudillo. El Campo de Concentración de Castuera Segunda edición Edita: CEDER-La Serena © De los textos: Antonio D. López Rodríguez © Del prólogo: Javier Rodrigo Sánchez Diseño de portada: Javier Milara (Mapas) Impresión y encuadernación: Tecnigraf, S.A. Tel. 924 286 006 Badajoz Dep. Legal: BA-3/2009 I.S.B.N.: 978-84-95635-04-4 Badajoz, 2009 “Espero que cuantos no estén privados de inteligencia comprenderán fácilmente que me bastarían unos manotazos para pulverizar estos grupitos de inferior calidad nacional y humana. FRANCO” (Publicado en el Diario HOY de Badajoz, el viernes 22 de julio de 1938). “La violencia es una aplicación de la razón”. Fernando Arrabal ÍNDICE: PRÓLOGO 11 POSICIONAMIENTOS, HISTORIOGRAFÍA Y FUENTES 19 I. INTRODUCCIÓN 21 I.1. Sobre un estado de opinión: Historia, Memoria y Justicia 21 I.2. Descripción de intenciones y breve bagaje historiográfico sobre los campos de concentración franquistas 31 I.3. Fuentes documentales utilizadas 35 MATERIALES PARA EL NUEVO ESTADO FRANQUISTA: LEYES REPRESIVAS Y CAMPOS DE CONCENTRACIÓN 43 II. LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN DE PRISIONEROS COMO ARMA REPRESIVA: CONTEXTO JURÍDICO, POLÍTICO Y PENAL 45 II.1. Introducción al devenir del ordenamiento jurídico, político y penal de los militares insurgentes 51 II.2. El Código de Justicia Militar del ejército golpista: los Consejos de Guerra 57 II.3. De la nueva legislación penitenciaria a la creación “legal” de los campos de concentración de prisioneros 61 II.3.1. La creación “legal” de los campos de concentración de prisioneros 63 II.3.2. Clasificación de los Prisioneros y Presentados 69 II.3.3. Reglas de funcionamiento interno 73 LA GUERRA CIVIL Y LOS PRISIONEROS EN LA SERENA 77 III. FRENTE EXTREMEÑO: DESDE EL CIERRE DE LA “BOLSA DE LA SERENA” ALA“BATALLA DE VALSEQUILLO”79 III.1. Las fuerzas republicanas y franquistas antes y después de la caída de la “Bolsa de La Serena” 83 III.2. El despliegue militar sobre los pueblos de La Serena 90 III.3. Los prisioneros de la “Bolsa de La Serena”: su itinerario 93 III.3.1. Los Batallones de Trabajadores en La Serena 101 DOCUMENTOS GRÁFICOS 109 EL FINAL DE LA GUERRA: CAMPOS DE CONCENTRACIÓN Y PRISIONES 129 IV. ÚLTIMOS MESES DE GUERRA CIVIL: DERRUMBE DE LOS FRENTES. DE SOLDADOS DE LA REPÚBLICA A PRISIONEROS DE FRANCO 131 IV.1. Ecos del “golpe de Casado” en el Frente Extremeño 133 IV.2. La organización de la derrota 140 IV.3. Detenciones en masa. Aplicaciones sobre el terreno de las medidas de clasificación 149 IV.4. Precisiones sobre el contexto concentracionario extremeño 157 IV.5. Las concentraciones de prisioneros en el entorno geográfico de Castuera 165 IV.5.1. Los campos de concentración de las provincias de Ciudad Real y Córdoba 167 IV.5.2. Campos de concentración franquistas en la ribera norte del Guadiana 172 IV.5.2.1. La práctica de los fusilamientos: el caserío de Zaldívar 177 PRISIONEROS EN CASTUERA. EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN Y LA PRISIÓN DEL PARTIDO 183 V. E L CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE CASTUERA: ESPACIO FÍSICO Y FUNCIONAMIENTO INTERNO 185 V.1. Descripción del espacio físico del Campo 186 V.2. Prisioneros y guardianes en los primeros meses del Campo de Concentración de Castuera 194 V.3. Siguen las clasificaciones: el proceso de detenidos a presos 207 V.4. Los interrogatorios a los detenidos y los distintos servicios de información 220 V.5. Vida y muerte en el Campo de Castuera. La necesidad de los testimonios orales y escritos 224 V.5.1. La vida cotidiana dentro del Campo de Concentración. La práctica del terror: los maltratos habituales y la violencia dosificada 226 V.5.1.1. Enfermedad y muerte. La sanidad e higiene dentro del Campo de Concentración 237 V.5.1.2. Los barracones de incomunicados: La Falange de Negrín 241 V.5.1.3. La arbitrariedad de las muertes y el uso dado a las minas 252 V.5.1.4. El silencio y los desaparecidos 259 V.5.1.5. De las visitas de los familiares a los intentos de fugas 264 V.6. La Cruz: evangelización de los “malos” españoles 269 V.7. La Bandera: la Falange de Franco 276 V.7.1. La Falange oficial 277 V.7.2. La Falange local 280 V.7.2.1. Castuera 281 V.7.2.2. Cabeza del Buey 285 V.7.2.3. Valle de la Serena 290 V.8. Del Campo de Concentración de Castuera a la Prisión Central 293 V.9. Situación fuera del Campo de Concentración: la prisión del Partido Judicial de Castuera 299 V.9.1. El espacio físico y la nueva normativa penitenciaria 300 V.9.2. Funciones y número de prisioneros 305 V.9.3. Estrategias represivas: sacas, ejecuciones y enfermedades 310 ACERCAMIENTO A UNAS PRIMERAS CONCLUSIONES 319 APÉNDICE DOCUMENTAL: LISTA PROVISIONAL DE “DESAPARECIDOS” EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE CASTUERA Y DE LA PRISIÓN DEL PARTIDO JUDICIAL DE CASTUERA 325 OTROS DOCUMENTOS 349 BIBLIOGRAFÍA 357 Prólogo Javier Rodrigo (Universidad de Zaragoza) Resulta casi imposible moverse ya entre las montañas de papel que la Guerra Civil ha generado y genera. Investigaciones precisas o libros de divulgación, acercamientos novedosos a temas poco o nada tratados o refritos propagandísticos de nulo valor comparten tanto espacio en estanterías de bibliotecas y librerías, que resulta imposible dar cuenta de todo lo publicado. Un análisis bibliográfico sobre el tema sería viejo ya en su mismo momento de publicación: casi cada semana aparecen títulos nuevos, tantos que empieza a embotarse tanto por parte de editores como de lectores la capacidad de discernir entre lo que vale y lo que no vale la pena leer. Y más aún en un año como el 2006, donde la lógica de los aniversarios, el impulso historiográfico y cívico por el conocimiento y la divulgación del pasado traumático y, por qué no decirlo, el interés de no pocos escritores avispados han creado una suer- te de aniversaritis mediática y editorial en torno a la Guerra Civil. El escritor Isaac Rosa, autor de dos de las novelas más brillantes sobre la guerra, el franquismo y sus consecuencias (La malamemoria y El vano ayer) alertaba hace no mucho sobre la posibilidad de estar creándose una sensación de cierre en torno al tema, de cerrojazo al debate, de quema de naves («Empacho de memoria», El País, 6 de julio de 2006). Lo que no se publique en este oficial «Año de la Memoria» no se publicará jamás, puede pensarse. Acabarán los aniversarios y, tras haberlo publi- cado todo, nuevo y viejo, reediciones y más reediciones, nadie querrá leer más sobre la guerra. Se habrá definitivamente embotado la empatía y la capacidad de absorción. 13 CRUZ, BANDERA Y CAUDILLO Puede que no le falte razón. Una mirada a las estanterías sobre el tema en cualquier librería deportará un sentimiento de confusión (y también de relativismo) que si resulta difícilmente sorteable para quien se dedica con más o menos empeño a la lectura de volúmenes de todo jaez sobre la guerra y la posguerra, sobre sus terribles consecuencias, cómo no habrá de serlo para el lector ocasional. Pero todo eso es tan cierto como que la investigación histórica, el trabajo con fuentes directas, el vaciado de archivos, la recolección de voces y el estudio, el análisis crítico de las fuentes, la escritura de libros originales con planteamientos alternativos a las tesis históricas predominantes, no se va a detener. Al margen de modas editoriales, al margen de utilizaciones públicas y políticas del pasado, e intentando —cosa cada vez más difícil— mantenerse alejados de un estruendo mediático que llega cada vez desde más partes, sigue habiendo —por suerte— libros y libros. De hecho, podría decirse que independientemente de las miles de adjetivizaciones posibles o que deseen usarse, libros de historia los hay de dos tipos: bien o mal hechos. Con o sin investigación y trabajo sobre los que sustentarse. Hay libros que arrasan en las nunca fiables listas de ventas, que acumulan edición tras edición, todo eso sin aportar ni un ápice al conocimiento histórico. Y hay otros que, tal vez con la mayor modestia que dictan la razón, la búsqueda de la complejidad frente al simplismo maniqueo y el ser cons- ciente de que el mayor conocimiento impide la creencia ciega en verdades y “datos objetivos”, aportan reflexión y juicio sobre el pasado. Y contribu- yen, de tal modo, con su lectura a la conciencia histórica, y crítica, de quien los lee. Este último es el caso del volumen que ahora comienza, escrito por alguien que sabe que el a primera vista sólido terreno de las verdades presuntamente absolutas es tan solo un espejismo que esconde detrás tierras más que resbaladizas. Un historiador, que ha escrito un excelente libro de historia. Y es que los buenos libros y las buenas investigaciones no saben de aniversarios, fastos o conmemoraciones. El libro que tengo el placer de prologar (todo sea dicho, con algo de pudor, y en cuanto el lector se aden- tre en sus páginas sabrá por qué) sitúa la historia del campo de concentra- ción franquista de Castuera en una múltiple y rigurosísima contextualiza- ción histórica militar, política, sociológica y memorialística, trenzando documentación y relatos orales, análisis y síntesis. Habla del campo de 14 El Campo de Concentración de Castuera Castuera, pero también de la guerra en Extremadura. Habla de las unida- des militares en liza, pero también de las miserias cotidianas sufridas por unos hombres a merced de sus captores dentro del recinto concentracio- nario. Pone rostros y nombres a las víctimas del campo y a los verdugos.