Tesis Doctoral
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
FACULTAD DE FILOLOGÍA PROGRAMA DE DOCTORADO EN ESTUDIOS FILOLÓGICOS LÍNEA MUJER, ESCRITURA Y COMUNICACIÓN TESIS DOCTORAL MONSTRUOSAS: ANÁLISIS DEL MITO DE LAS MUJERES TRANSGRESORAS Y SU REINTERPRETACIÓN EN LAS LITERATURAS María Burguillos Capel Directora: Dra. Mercedes Arriaga Flórez Co-directoras: Dra. Mercedes Comellas Aguirrezábal Dra. Eva María Moreno Lago Sevilla, 2019 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas 1 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 5 CAPÍTULO 1. MITOS Y ARQUETIPOS FEMENINOS .................................... 18 1.1. La percepción de lo femenino a través del discurso mítico ......................... 21 1.1.1. El mito tradicional: la perspectiva filológico-historicista y antropológica ............................................................................................................................ 21 1.1.2. El mito desde el simbolismo y el funcionalismo ....................................... 31 1.1. 3. El estructuralismo ................................................................................ 44 1.1.4. Post-estructuralismo y feminismo ............................................................ 47 1.2. La usurpación de la Diosa Madre como primera forma de violencia simbólica ................................................................................................................. 61 CAPÍTULO 2. ABYECCIÓN Y TRANSGRESIÓN: LA RAZÓN PATRIARCAL PRODUCE MONSTRUOS .......................................................... 82 2.1. La creación del monstruo femenino ................................................................ 85 2.2. Genealogía de figuras femeninas: funciones y símbolos .............................. 108 2.2.1. Representaciones del principio femenino .............................................. 108 2.2.2. La voz silenciada y el grito del monstruo: formas de resistencia femenina .......................................................................................................................... 126 2.3. Relecturas feministas del mito: algunas aproximaciones teóricas................. 141 CAPÍTULO 3. EL MITO DE LILITH COMO PRECURSORA DE UN ARQUETIPO FEMENINO ................................................................................... 160 3.1. Orígenes del mito .......................................................................................... 163 3.2. La evolución literaria del mito ...................................................................... 188 3.3. Reelaboraciones del mito en el cine .............................................................. 237 3.3.1. La mujer fatal en el cine negro .............................................................. 238 2 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas 3.3.2. Vampiresas y mujeres-monstruo en el cine de terror ............................ 252 CONCLUSIONES .................................................................................................. 261 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 270 3 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas 4 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas INTRODUCCIÓN 5 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas Cuando en lo alto el cielo aún no había sido nombrado, y abajo, la tierra no tenía nombre… (Enuma Elish, I, 1-2) El íncipit del Enuma Elish nos recuerda la importancia del nombre y la palabra, heredada de la tradición mítica: nombrar para designar, para ser, para reconocerse, para existir. Al principio, solo está la nada; el caos primigenio, la forma abismal del olvido. El nombre llama a la vida y a la creación: aquello que no se nombra no existe. La necesidad inherente al ser humano de codificar su experiencia, su percepción del mundo y de la realidad, encuentra en el primitivo relato mítico el medio a través del cual dar forma y difusión a estas ideas. Mediante estos relatos transmitidos de forma oral a lo largo de las generaciones se han ido forjando los distintos aspectos y referentes que configuran la identidad individual y colectiva. Si bien la morfología y la función de los mitos es amplia y atiende a numerosas variables, el elemento clave que actuará de hilo conductor de este estudio será la utilización del relato mítico como creador y perpetuador de discursos ideológicos. La creación o reinterpretación de mitos ha constituido históricamente una herramienta para la expresión de la identidad y para designar o dar forma a determinados fenómenos, valores o procesos de aprendizaje que se transmitirán colectivamente. El mito tiene la capacidad de actuar como filtro primario de la experiencia humana, ayudando a conceptualizarla y a estructurarla de modo que resulte accesible –e inteligible- a toda una comunidad. En este sentido, implica una de las primeras formas de identificación y categorización de la realidad previa a la instauración del pensamiento filosófico y científico. Teniendo en cuenta esta función, el mito y el polivalente material simbólico que lo acompaña ha constituido –y sigue 6 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas haciéndolo- una dimensión esencial del imaginario creador de las sociedades (Molina y Checa, 1997: 11). No obstante, esta difusión del legado mítico representa un arma de doble filo, puesto que también ha servido a lo largo del tiempo como estrategia de justificación o de legitimación de determinados constructos ideológicos, sociales y culturales. Señala Hélène Cixous que el pensamiento siempre ha funcionado por oposiciones duales. Las teorías de la cultura, de la sociedad, y el conjunto de los sistemas simbólicos constituidos por el arte, el mito, la religión, la familia y el lenguaje, se elaboran a través de movimientos opuestos mediante los que establecen los esquemas de dominación de unos sobre otros (Cixous, 1995: 14). El pensamiento binario organiza la realidad en opuestos irreconciliables y jerarquizados, excluyentes y exclusivos, a través de los cuales normalizamos y asimilamos una conceptualización del mundo sometida al hombre (varón). Estos esquemas dicotómicos, que se extienden a la formación de las identidades de género, raza y clase, constituyen el eje vertebrador de las culturas occidentales, y refuerzan los pilares fundamentales del patriarcado. El mito, como el resto de sistemas simbólicos, asimila las asimetrías de poder de la cultura y establece una relación de retroalimentación: se reformula a través de ellas, pero también contribuye a su perpetuación, sirviendo sutilmente como legitimador simbólico de las estrategias de dominación patriarcal y contribuyendo a configurar los roles sociales y los mecanismos de control a los que se adhieren. El orden masculino se erige como el absoluto, cimentándose en la autoridad del padre, y delimita los parámetros de la normatividad: qué debe ser aceptado, y qué excluido. El padre designa y conceptualiza la norma, convirtiéndose en creador; aquello que no es nombrado dentro del orden patriarcal permanece condenado a la invisibilidad y al silencio. 7 Monstruosas: análisis del mito de las mujeres transgresoras y su reinterpretación en las literaturas En esta configuración simbólica, en la que el poder masculino se erige en el centro de la cultura y asume la superioridad sobre lo femenino, que queda relegado a los márgenes, se asienta la siguiente cuestión clave de nuestro objeto de estudio. De acuerdo a esta concepción dualista y esencialista del pensamiento patriarcal, las mujeres quedan ligadas a los opuestos inferiores: la naturaleza, la pasividad, lo irracional. Ella es la alteridad y la diferencia frente al orden androcéntrico, que le impone una rígida categorización de roles, dividida entre el modelo a seguir, y lo que no debe ser: el ángel o el monstruo, la madre o la bruja, la esposa o la ramera. Los arquetipos femeninos se construyen para asegurar la subordinación de las mujeres, anatematizando a aquellas que rechazan el orden establecido a través de terribles castigos o monstruosas metamorfosis. La estigmatización constante este tipo de figuras femeninas impide a las mujeres encontrar otro referente con el que identificarse a sí misma más allá del rol de esposa y madre. Tal escasez de modelos femeninos ha dificultado a las mujeres durante siglos el planteamiento de su propio papel en la cultura y en la sociedad, a la hora de tomar la palabra, acceder al espacio público o convertirse en creadora. El mito actúa como advertencia contra aquellas que no se adapten al orden establecido, desplegando toda una genealogía de mujeres violentadas o reconvertidas en seres monstruosos para transmitir su mensaje ejemplarizante. Las distintas culturas reformulan sus propios monstruos y asimilan los de otros imaginarios, proyectando en ellos sus miedos y tabúes ancestrales, puesto que el monstruo representa la ruptura del orden, de lo aceptable; de lo que la mirada androcéntrica puede tolerar. El monstruo y la mujer se dan encuentro en el plano simbólico, puesto que ambos personifican la diferencia frente al orden dominante. Es por ello que, en su búsqueda identitaria, muchas