Francisco Palau Y Quer, 1872-1972. Notas Para Un Centenario
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NOTAS Francisco Palau y Quer, 1872-1972. Notas para un centenario El 20 de marzo de 1872 moria en Tarragona el P. Francisco de Jesus Maria José (Palau y Quer), carmelita teresiano exclaustrado. Como tantos hombres de valor, ha quedado casi en la penumbra. Y, no obstante, su personalidad y su acti vidad en tiempos dificiles debieran ser mejor conocidas. Ademas, no pocos aspec tos de su vida y de su doctrina recobran hoy una actualidad especial. Son estos aspectos de persona inquieta en anos casi locos y de nuevas visiones los que desea mos exponer aqui brevemente 1. Ca/'âcte/', formaci61l, andallZas Francisco Palau y Quer presenta el recio temple de sus hombres y de sus tie rras. Nacio en Aytona el 29 de diciembre de 1811, mientras su padre luchaba en el Somatén contra los invasores franceses y su madre se debatia por sacar adelante a sus otros cuatro hermanos. Estas circunstancias dieron la base elemental al ca racter y temperamento de Palau: sobrio, concentrado, enérgico, luchador, perseve rante. En los estudios primarios demostro el nino cualidades nad a ordinarias para la ciencia. Por 10 que su hermana Rosa, ya casada, se 10 Hevo consigo a Lérida, para que cursara Humanidades como alumno externo deI Seminario. Estamos en 1823. El seminarista aytonense curso Filosofia en 1827, ganando par oposicion una beca. Sus estudios siguen normalmente segun el plan deI Seminario hasta terminar su primer curso de Teologia, vera no de 1832, en que los trunco inesperadamente y con gr an disgusto de sus padres, para hacerse Carmelita Descalzo. Esta resolu cion deI joven en modo alguno fue precipitada 0 aturdida. Durante anos se alimen taba ya con las ob ras de Santa Teresa de Jesùs y de San Juan de la Cruz. El 21 de octubre de 1832 fue recibido en Comunidad Francisco Palau y Quer, 1 He aqui la bibliografia màs importante sobre el P. Francisco: ALEJO DE LA VIRGEN DEL CARMEN, Vida deI P. Francisco Palau y Quer. Barcelona, Imprenta Imperia, 1933. GREGORIO DE JESÛS CRUCIFICADO, Brasa entre cenizas. Bilbao, Desclée de Brouwer, 1956. ALBERTO DE LA VIRGEN DEL CARMEN, Historia de la Reforma teresiana. Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1968, pp. 458-462. Herencia y testimonio. Antologia de los escritos deI siervo de Dios Padre Francisco Palau, O. C. D. Fundador de las Carmelitas Misioneras. Roma 1970. JOSEFA PASTOR MIRALLES, Hablo contigo. zAmas a la Iglesia? Barcelona 1971. MARÎA ROSARIO DEL CARMELO, El misterio de la Iglesia". 1811-1872. Tesis presentada en el Pontificio Instituto Regina Mundi de Roma. 1962. 356 A. RODRIGUEZ CUESTA en el convento de San José de Barcelona, Noviciado y Colegio a la vez por las adversas circunstancias deI pals. Era la Comunidad mas numerosa deI Carmelo Te resiano en el Principado. En el aspecto religioso-carmelitano, el ambiente de la Comunidad dejaba bastante que desear, no obstante los laudables esfuerzos de los Superiores y de los demas religiosos. Por donde la formacion teresiana de Fr. Fran cisco mas bien fue fruto deI trabajo personal que deI Maestro de novicios. El 15 de noviembre de 1833 se consagraba a Dios en el Carmelo Teresiano con el nombre de Fr. Francisco de Jesus Maria José, cuando ya rugla la tempestad contra las Ordenes Religiosas. El nuevo Carmelita era consciente de ello y estaba dispuesto a jugarse heroicamente la vida por su vocacion. Y aSI fue. El 25 de julio de 1835 las hordas revolucionarias asaltan los conventos de Barcelona y Fr. Fran cisco se salva por puntos de la muerte, primero en el Castillo de Montjuich y luego en los montes de Vich. Desde la ignorada soledad vicense se pone en contacto con sus Superiores, que 10 mandan al Seminario de Lérida, para que termine sus estudios teologicos y se ordene de sacerdote. ASI 10 hace y recibe las Ordenes Sagradas en la Catedral de Barbastro el 26 de abril de 1836. Su primer servicio ministerial 10 realiza gozoso en la parroquia de San AntoHn de su querida Aytona, coma ayudante deI Sr. pa rroco. Aqui permanecio el celoso Carmelita hasta el veranD de 1838. Ante la fuga deI senor Obispo de Lérida, Dr. D. Julian Alonso, al cuartel car lista de Berga, en la frontera pirenaica, nuestro Carmelita siguio su ejemplo, movido exelusivamente por sus ardientes deseos de auxiliar a la Iglesia y salvar las aImas de sus hermanos. Aqui desarrollo un apostolado eficadsimo entre los soldados, exponiendo inlcuso su vida al enfrentarse por este motivo con los propios jefes carlistas. Al caer Berga en manos de Espartero el 6 de julio de 1840, el P. Fran cisco transpuso la frontera francesa con las trop as derrotadas. Hasta 1851 el exiliado Carmelita vive en el Pirineo francés, entregado a una vida austerisima de penitencia y soledad. Su apostolado se reduce a los desterrados espanoles, a los que sostiene y alienta contra toda esperanza. La fama de sus vir tudes atrae a no pocos disdpulos, hombres y mujeres, con los que ensaya por pri mera vez un género de vida, muy similar a la de los Desiertos Carmelitanos 0 casas de retiro y mortificacion. Pensaba que con esto ayudaria a la Iglesia deI mejor modo posible en las aciagas circunstancias que atravesaba. Pero no es com prendido por las autoridades eelesiasticas galas, 10 que precipita el fracaso de sus experimentos fundacionales. Al amparo dei Concordato dei Gobierno de Bravo Murillo con la Santa Sede, 16 de marzo de 1851, el P. Palau retorno definitivamente a la patria y se puso a disposicion deI senor Obispo de Barcelona, Dr. Costa y Borras, quien le encomen do la direccion de los Ejercicios Espirituales deI Seminario. En la mente deI Car melita bulHa un apostolado original, que podriamos llamar de alta cultura religiosa, para luchar contra la ignorancia religiosa deI pueblo, una de las causas principales de su rebajamiento moral. El P. Francisco llamabalo "Escuela de la Virtud" y con sistla substancialmente en un cielo ordenado de lecciones sobre el dogma y la moral cristianos, expuestas en modo de controversias, en que el publico tomaba parte. Para que 10 probase el Sr. Obispo le cedio la parroquia de San Agustfn de Barcelona. En esta iglesia 10 ejercito el P. hasta 1854 con gran éxito y provecho de Barcelona. Ante ello, el Carmelita penso extenderlo a las grandes ciudades de Espana. Pero por eso mismo concito contra si el odio de los enemigos de la fe, que, aprovechandose de la primera huelga general de Barcelona, marzo de 1854, con gran astucia envolvieron con ella la ob ra deI P. Palau y las autoridades civiles cerraron violentamente la "Escuela de la Virtud" y a su autor 10 confinaron en Ibiza, 7 de abril de 1854. FRANCISCO PALAU Y QUER 357 No se arredro por esta injusta y safiuda persecucion el P. Francisco, sino que en la isla desplego una predicacion evangélica extraordinaria, recorriéndola varias veces y elevando su bajo nivel religioso. Beneficiandose de un indulto general de Isabel II, publicado por ü'Donnell el 1 de mayo de 1860, el P. Francisco se libro deI confinamiento ibicenco, y regreso a lldrcelona, julio de ese mismo afio. Venla con sus fuerzas flsicas mermadas, pero agigantadas las espirituales. Sobre todo, con la seguridad de su carisma en la Iglesia de Dios, a saber: ayudar a los miembros abandonados dei Pueblo de Dios pOl' las obras de misericordia de asistencia a los enfermos y ensenanza a los ignorantes. Convencido de que ésta era su carisma eclesial, como el Sefior se 10 habla rev~lado en la clausura de la Mision, que predicaba en la catedral de Ciudadela el 12 de noviembre de 1860, a su realizacion se entrego con la tenacidad impresionante que le era propia. Y adaptando a este carisma las distintas fundaciones, que tenla diseminadas por Baleares, Catalufia y Aragon, le sorprendio la muerte en 1872. Atm le sobraban fuerzas para evangelizar las grandes ciudades de Barcelona, Madrid y otras regiones de Espafia con misiones, etc. Y hasta probo en aquélla métoc1os originales de combate, coma el ejercicio dei Orden Sagrado dei Exorcis. fado, que tantos disgustos y persecuciones le acarrearon, incluso de las autoridades eclesiasticas. Sacerdote, no polftico Cuanc10 el sacerdote actua dentro de 10 sacral, no suele haber problemas. Estos aparecen en seguida cuando se proyecta en 10 secular. Sobre todo en ese campo inseguro de la poHtica. El P. Francisco se vio obligado a caminar por la difîcil vida poHtica deI si· glo XIX. Pero cuido siempre muy bien de distinguir su caracter sacerdotal deI de mero espafiol. Como éste, tenla sus preferencias, que iban con los tradicionalistas. Su sistema poHtico 10 creyo mas apto para fomentar y asegurar el progreso de Espafia. Pero ni aun entre ellos actuo coma poHtico; ni mucha menos se puso al frente de soldados. Sabemos que cuando en 1838 huyo al Cuartel General Carlista de Berga, alH se entrego a un apostolado sacrificado y heroico en bien espiritual de sus tropas. Cuando comprobo con dolor, que la moralidad de éstas no respon dIa al ideal que defendlan, las anatematizo con celo eliano. Y, jugandose la vida, se presento coma un vidente ante el Conde de Espafia, anunciandole de parte de Dios la derrota de sus ejércitos 2. Y se cumpli6 inexorablemente. En su retorno y permanencia en la patria, ya asegurado el liberalismo de Isa bel II, el P. Palau trabaj6 cuanto pudo, primero, para reducirse al ministerio sacer dotal ,y segundo, para que en él no apareciese para nad a el matiz poHtico. Es que el Carmelita era muy consciente de que los enemigos de la Religi6n tenlan en las manos la mejor y la mas facil arma para hundir sus empresas apost6licas con solo airear sus antecedentes carlistas.