VILLA OCAMPO TESTIGO PRIVILEGIADO DE LA HISTORIA CULTURAL

Victoria Ocampo pasó en esta casa la mayor parte de su vida. La construyó su padre el mismo año en que ella nació, 1890, y fue uno de los destinos obligados de los intelectuales del siglo XX. Su sobrina, Rosa Bengolea Ocampo de Zemborain, recorrió con ¡Hola! cada uno de los rincones

Refinada y monumental, la propiedad es de estilo ecléctico. Está rodeada por jardines que, con el paso del tiempo, Victoria reformó y rediseñó replicando los de las casas de la campiña inglesa. La fuente, titulada La Pélouse, fue traída desde Francia en 1900 y pertenece a la fundición Val d’Osne. Izquierda: retrato de la dueña de casa realizado por Sara Facio junto a uno de sus queridos eucaliptos. 4 5 El espíritu transgresor y el amor de Victoria por la historia convirtieron a Villa Ocampo en un lugar único. Un espacio en el que plasmó como pocos un cierto “estilo sudamericano”, despojado y vanguardista

“La sangre Ocampo es potente en materia de arte. Entre mis hijas y nietos hay poetas, pintores y músicos...”

Arriba: entrada a la casa que une la gran escalera de honor con el hall central. En medio de las dos puertas destaca un retrato de Clara Lozano, bisabuela de Victoria, que fue pintado por Prilidiano Pueyrredón en 1864. Izquierda: Rosita, como la llaman sus íntimos, posa delante del retrato de su tatarabuelo, Manuel José de Ocampo y González, también pintado por el artista sanisidrense. En la otra página: la monumentalidad de los espacios fue algo que Manuel Ocampo pensó cuando diseñó su casa de veraneo a finales del siglo XIX. Amante del arte moderno, Victoria colocó en la pared una alfombra hecha por la casa Myrbor sobre un diseño de Pablo Picasso, y que adquirió en París en 1929.

ra amante no solo de la despojado y vanguardista. música y la literatura, sino Ramona Victoria Epifanía Ru- E también de la arquitectu- fina Ocampo (1890-1979) nació ra. Y todas las casas que habitó en el seno de una familia que fueron repre- perteneció a una clase social sentaciones significativas de la que inauguró el siglo XX en evolución del arte y la aprecia- la cima del refinamiento. Fue ción estética. Su espíritu trans- parte de una generación en la gresor y su amor por la historia que la curiosidad intelectual y la convirtieron a Villa Ocampo, lucha por las libertades transfor- su casa por antonomasia, en maron el pensamiento nacional. un lugar único. Un espacio en Mecenas y empresaria editorial, el que plasmó como pocos un se convirtió en el puente más só- cierto “estilo sudamericano”, lido entre las culturas europea

6 7 “Me encantaba espiar por las puertas de vidrio de la terraza a ‘los grandes’ mientras almorzaban. Me quedaba largo rato viendo cómo charlaba tía Victoria con sus invitados en ese comedor con una mesa enorme y veinticuatro sillas”

El comedor era uno de los lugares favoritos de Victoria y guardaba la decoración más importante de la casa. Cubierto de boiseries de madera encerada, era el lugar de reunión donde ella convocaba a sus famosos “tés”, que reunían a distintas personalidades de la cultura. Derecha, arriba: cada uno de los espacios son amplios, con techos altos y con algunos elementos originales, como el entelado del pasillo. Derecha, abajo: la sala de música aloja el piano de cola en el que Stravinsky tocó durante su visita a Villa Ocampo. Victoria decoró este ambiente con el retrato que le hiciera el pintor francés Pascal Dagnan-Bouveret en 1910.

y latinoamericana. Y Villa Ocampo fue el El predio tenía una extensión de 10 hec- con sus cinco hermanas. Así, cumpliendo el lugar en el que su trayectoria alcanzó fama táreas y abarcaba desde Libertador hasta deseo de su tía, un día la primogénita here- mundial y desde donde se catapultó como el Río de la Plata. Perteneció a Francisca dó Villa Ocampo y subdividió el lote. En el una de las personalidades más influyentes Ocampo de Ocampo, quien lo cedió a su primer tomo de su autobiografía, Victoria de su tiempo. sobrino Manuel, padre de Victoria, para cuenta: “La construcción empezó antes de que construyera una quinta. El proyec- mi nacimiento, en 1890. Mi padre fue el ar- EN LAS BARRANCAS DE SAN ISIDRO to estuvo a cargo del mismo ingeniero quitecto de la casa y también quien diseñó La propiedad está ubicada en uno de los Ocampo, quien diseñó una mezcla entre el parque, grande en esa época (…). Solo 65 terrenos de la ribera norte que Juan de villa italiana y gran chalet, donde su fami- en verano residía allí la familia, compuesta Garay repartió en 1580, poco después de lia se instalaba cada año, de noviembre a por mis tías abuelas (con quienes hemos la fundación de . Con el paso marzo, para disfrutar del verano. vivido siempre), mis padres, mis hermanas del tiempo, estas tierras se usaron para cul- La “tía Pancha” dejó estipulado en su tes- (cinco) a medida que llegaban al mundo, y, tivos y plantaciones, hasta transformarse, tamento que, a la muerte de Manuel y su al principio, mi bisabuelo. Murió de mucha ya avanzado el siglo XIX, en quintas de ve- mujer, Ramona Aguirre, la heredera de la edad. Yo diría que la historia de la quinta raneo de familias aristocráticas. propiedad sería la hija mayor del matrimo- empieza con él, aunque poco tiempo pudo Villa Ocampo fue inaugurada en 1891. nio, quien debía repartir el amplio terreno disfrutarla. Este bisabuelo era gran amigo

8 9 Amante de la mezcla de estilos, Victoria colocó una alfombra diseñada por Fernand Léger sobre la chimenea estilo Luis XVI. En este espacio, la dueña de casa organizaba las tertulias con sus huéspedes e invitados y se reunía a jugar a las cartas. Izquierda, arriba: en esta pequeña sala –decorada con tres retratos de una joven Victoria realizados en París por Paul-César Helleu–, la intelectual, traductora y editora guardaba la colección completa de la revista Sur. Izquierda, abajo: Victoria blanqueó íntegramente los interiores de la casa para iluminarla. En la polaroid, ella junto a Igor Stravinsky –quien le compuso una obra y la estrenó en su casa– durante su última visita a Buenos Aires.

En todos los ambientes conviven elementos de diversa procedencia: columnas corintias, ornamentos renacentistas y artesonados de inspiración medieval

de Sarmiento y administraba sus escasos La mayor de las Ocampo heredó la casa casa comenzó a invitar a los grandes inte- bienes. Sarmiento no se ocupaba de ellos, y en 1930 y la siguió utilizando, junto con lectuales de la época a visitar Argentina. mi bisabuelo se obstinaba en enderezar sus sus hermanas y sus sobrinos como casa de Desde su segundo viaje a Europa, en 1908, finanzas caseras”. verano por once años más, hasta que deci- su interés por la literatura hizo que Victo- Victoria abandonó la casa familiar en dió mudarse definitivamente a San Isidro, ria tomara clases con Henri Bergson en La 1912, cuando se casó con Bernardo de en 1941. En cuanto se instaló, se dedicó Sorbona y que comenzara a frecuentar los Estrada, de quien se separó al poco tiem- a redecorarla e imprimirle su sello: pintó salones literarios más importantes del Vie- po. Desde entonces, su espíritu rebelde de blanco toda la boiserie de caoba que los jo Continente. Durante las largas tempora- la llevó a ser una pionera en muchos as- Ocampo trajeron de Europa para ilumi- das que pasaba en París, todos quedaban pectos. La arquitectura y las artes deco- narla. Llevó sus muebles predilectos, sus fascinados con esa criolla extrovertida. Fue rativas no fueron la excepción. Amante miles de libros, sus obras de Troubetzkoy, así que muchos de estos escritores, pinto- de las vanguardias, mandó construir la Helleu, Picasso, Léger y Figari. Todo un sa- res, músicos y filósofos pasaron largas tem- primera casa racionalista de Argentina, crilegio para esa época. Pero nada podía poradas junto a Victoria en su residencia en 1926, nada menos que en el exclusivo importarle menos a Victoria: amaba estar de San Isidro, para brindarle una historia y barrio de Palermo Chico, donde el estilo a la última moda. El exterior, sin embargo, un espíritu únicos. lineal impactó entre el resto de las sun- lo mantuvo intacto, incluido el color asal- tuosas edificaciones y las residencias de monado que don Manuel había elegido. NACE LA REVISTA SUR inspiración francesa allí ubicadas. Fue a partir de ese año que la dueña de A finales de la década del 20, mientras

10 11 Le Corbusier, José Ortega y Gasset, Antoine de Saint Exupéry, Pablo Neruda e Indira Gandhi fueron algunos de los huéspedes más sobresalientes de la casa que Victoria heredó en 1930

Izquierda: el escritorio era el lugar en el que Victoria guardaba sus libros más preciados. Allí respondía cartas, corregía escritos y traducía obras. Este ambiente es otro de los lugares en los que Victoria mezcló estilos: un escritorio eduardiano con un sillón Chippendale y un living de sillones Chesterfield tapizados en tela. Arriba: con sus inconfundibles anteojos blancos, Victoria en un rincón de su biblioteca sosteniendo en sus manos un libro sobre arte abstracto. El broche que lleva es una réplica del “ex libris” de T. E. Lawrence, escritor por el que sentía fascinación.

se alojaba en Villa Ocampo, el escritor durante el siglo XX. tinos en todo el planeta. Esta intención se ces pero agitadas (venía mucha gente a ver bert Camus (durante su estadía en Buenos para la Educación, la Ciencia y la Cultura estadounidense Waldo Frank convenció Victoria se concibió a sí misma como vio reflejada en las palabras de Octavio Paz: al poeta, y era necesario protegerlo e impe- Aires) y Graham Greene vino tres veces. (Unesco), ya que ese mismo año Juan Do- a Victoria de crear una revista literaria. una mujer civilizada dentro del caos que “Victoria hizo lo que nadie antes había he- dir que se cansara demasiado), me despedí Roger Caillois, cuatro años más o menos. mingo Perón, quien la había encarcelado A instancias del filósofo español José reinaba en la literatura nacional y, en un cho en América. Su trabajo demuestra la de él, que partió en un barco italiano, y me También a A.W. Lawrence (hermano del por su ideología política en mayo de 1953, Ortega y Gasset, la revista se llamó Sur. intento por romper el provincialismo cul- libertad de la literatura frente a los poderes pareció que había encontrado una manera de Arabia) y Waldo Frank, injustamente asumió por tercera vez la presidencia de Con el tiempo, se fue conformando un tural de Argentina, impulsó la apertura terrestres”. Por décadas, fue la anfitriona de pagarles a los escritores y artistas las ale- olvidado escritor estadounidense”. la Nación. Tenía temor a ser censurada y pequeño grupo de personas que perma- hacia el mundo. Victoria quiso levantar un más famosa del país. grías que les debía. La casa que dejó Tagore hostigada nuevamente por el peronismo neció unido durante muchos años y que puente de doble mano: divulgar en Argen- En un pequeño texto se refirió a esos se la ofrecí a Pedro Figari, quien pasó allí UN RECINTO PARA LA CULTURA y que el Gobierno le diera un destino no solo compartía una particular actitud tina la mejor literatura extranjera contem- grandes invitados: “Rabindranath Tago- ese verano. Esto fue un comienzo. Gabrie- Seis años antes de morir, en 1973, Vic- alejado de las artes. Ese fue el motivo por hacia el mundo y hacia la literatura, sino poránea, europea y estadounidense, y dar re pasó dos meses como huésped en San la Mistral fue mi huésped mimada todo un toria decidió donar Villa Ocampo a la el que Victoria recurrió a la Unesco, una que ayudó a trazar el curso de las letras a conocer la obra de los escritores argen- Isidro (...). Después de ocho semanas feli- otoño (…). En Villa Ocampo vivieron Al- Organización de las Naciones Unidas organización internacional respetuosa y

12 13 “Cuando hice La tregua, mi primera producción, y la película fue nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera, tía Vic, como feminista que era, me escribió una carta larguísima en la que me felicitaba”

El cuarto de Victoria es el ámbito en el que ella plasmó cierto “estilo sudamericano”, despojado y vanguardista. Allí murió en 1979. Izquierda, arriba: su padre mandó construir un espacioso y acogedor baño con deck de madera en la planta alta, toda una innovación para la época. Izquierda, abajo: una carta que Victoria escribió a su sobrina Rosa en 1974, después de que se estrenara La tregua, su primera producción cinematográfica, y una postal dedicada en la que le decía: “Querida Rosita: de este sombrero de hallada me quedaba bien “du temps que j’étais belle”. Cariños, V.”

confiable, para que siguiera reuniendo a Ocampo, el escenario identificado con rena”, recorría las terrazas y los balcones, largo con entusiasmo y grandes pasos. a la Unesco, la única condición que puso cada plato. A la hora del té llegaban autos la cultura en su casa. “Desde que dispuse Victoria como ningún otro, el mismo en que decoraba con jazmines y enredaderas –¿Cómo era un día de Victoria aquí? tía Victoria fue que el personal pudiera se- de Buenos Aires con sus amigos, Jorge Luis de mis quintas, fueron las de los escrito- el que vivió la mayor parte de su vida. de Santa Rita. También recuerdo cuando –Pasaba mucho tiempo en su cuarto le- guir viviendo en ella si así lo deseaban. Borges, Eduardo Mallea, Manucho Mujica res amigos. Deseo que gracias a la Unesco –¿Cuáles son sus primeros recuerdos jugaba con mis hermanos y primos en yendo y respondiendo cartas. De hecho, –Villa Ocampo fue siempre un lugar Láinez, María Rosa Oliver… Recuerdo to- conserven este destino”, escribió. Murió de esta casa? un lugar donde había un enorme pedes- los sirvientes –todos gallegos– se pasaban muy frecuentado por intelectuales… davía el aroma del bizcochuelo horneán- el 27 de enero de 1979. Y en 1997, el go- –Siempre amé esta casa, por su buen tal con un gran ciervo de hierro. Por ahí el día entero alejándonos de la puerta de –Siempre había visitas. Y recuerdo que dose, de las magdalenas recién hechas y bierno argentino declaró Villa Ocampo gusto y su jardín lleno de flores y ombúes. siempre pasaba tía Victoria antes de salir su cuarto y también de la ventana que daba me encantaba espiar por las puertas de del chocolate caliente con espuma que Monumento Histórico Nacional. Recuerdo a mi abuelo Manuel en el Co- a caminar, vestida con su pantalón ancho al jardín, advirtiéndonos que la “señora vidrio de la terraza a “los grandes” almor- nos servían. Testigo privilegiado, Rosa Bengolea rredor del Río, que era como se llamaba de seda gruesa color salmón, una blusa Victoria” estaba escribiendo y no quería es- zando. Me quedaba un largo rato viendo –Con el paso del tiempo, ¿cómo fue su Ocampo de Zemborain, la única sobrina antes a la terraza del frente, con sombrero sin mangas, alpargatas, un pañuelo en la cuchar ruidos. Los mucamos la adoraban cómo charlaba tía Victoria con sus invita- relación con Victoria? viva de Victoria, habló sobre los años en y bastón sentado en un sillón de mimbre, cabeza y anteojos de sol. No era una mu- y la servían con verdadero amor. Ella los dos en ese comedor con una mesa enorme –Dejé de ver a tía Victoria por varios que convivió con ella en la casona de San mirando sin cansarse el Río de la Plata. Mi jer a la que le gustaran los chicos, por lo tuteaba y los trataba como si fueran de su y veinticuatro sillas. A ella le gustaba comer años, ya que ella siempre estaba viajando Isidro. De su mano, ¡Hola! recorrió Villa abuela Ramona, a quien la llamaban “Mo- que nos miraba, nos saludaba y seguía de familia. De hecho, cuando se donó la casa muy bien, por lo que siempre comentaba por el mundo y yo era una mujer dedica-

14 15 “Recuerdo a tía Vic caminar con su pantalón de seda gruesa color salmón, una blusa sin mangas, un pañuelo en la cabeza y gafas de sol”

Derecha: Victoria recibió en 1924 al bengalí , Nobel de Literatura en 1913, de quien se declaraba gran admiradora. Abajo: Rosa Bengolea Ocampo de Zemborain posa en un rincón del “Jardín Burgués”, intervenido por Victoria bajo la influencia de una estética de paisajes de corte eduardiano. Derecha, abajo: detalle de la fachada principal de Villa Ocampo, en la que sobresale el nombre de la propiedad.

da completamente a mi familia. Para mi película, en la que comentaba cada actua- ma a cera, a flores y a chimenea, donde se gran sorpresa, un día recibí una carta des- ción y todos los detalles. Quiso conocer al quemaban piñas. También su temperatura, pués de que empecé a trabajar en cine. elenco y me pidió que los invitara a Villa gélida en invierno y muy fresca en verano. Corría el año 1974 y en aquel entonces Ocampo. La visita duró hasta las 10 de Cierro los ojos y escucho el piano que toca- formé con mi gran amiga Tita Tamames la noche. Todos quedaron maravillados ba mi tía Angélica, la hermana predilecta una productora. La tregua, nuestra prime- con la casa y encantados de haber cono- de tía Vic. Gracias a ellas fue que conocí ra producción, estuvo nominada al Oscar cido personalmente a la célebre Victoria por primera vez la música de Ravel, Debus- como Mejor Película Extranjera, por lo Ocampo, de la que seguramente tenían sy y Erik Satie. Siempre les estaré muy agra- que a tía Vic, como feminista que era, le una opinión diferente. decida por haberme enseñado a gozar del gustó que hiciera algo personal y diferen- –¿Qué viene a su memoria cada vez placer de la buena música. • te a lo que hacían las mujeres de mi cír- que regresa a esta casa? culo. Todavía guardo la larguísima carta –Creo que lo primero que viene a mi Texto y producción: Rodolfo Vera Calderón Fotos: Tadeo Jones y Unesco/Villa Ocampo que me escribió después de haber visto la mente son los olores. Todavía siento el aro- Agradecimientos: Villa Ocampo (www.villaocampo.org) 16 17