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* 1984 Los granaderos disolviernnmwT — : ,!w «* oodestacion blanca S'ü, 'i£ t * WÍHl=2raS3SífiSrt su—-— ., .„vivadas del gobierno o del país. 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PRESENTACION El Centro Uruguay Independiente, CUI, continúa, con esta publicación, la edición de su serie "Estudios”, enfocada hacia la comprensión de los principales problemas del país. Este volumen encara la temática de la información desde la óptica del impacto del proceso autoritario y represivo Que vivió ni país en las últimas décadas, abundando en la documentación Qun pormite acceder a una cabal comprensión de la situación de lu Información en el periodo. El CUI entiende que “ Política, información y sociedad” se constituye en un antecedente valioso para considerar a la hora do disonar alternativas para la cuestión de la información Que «Inda tan hondamente a nuestra sociedad. I rito trabajo, referido a los medios de información durante la lili Indura militar y los años que la precedieron, complementa los «xlhtMiilus sobre otros campos de la vida del país afectados por «I pioouno autoritario de los años 70 y 80. I I Motor ofrece elementos documentales de ese periodo, dumdulMtlvos de los métodos represivos utilizados por la fuui/un armadas para monopolizar el uso de la palabra y la |ni«g«n, En el análisis Que precede a las cronologías de las prohibi ciones y clausuras desde 1967, y a las selecciones de docu mentos (leyes, decretos, bandos, resoluciones, etc.) a partir de 1933, el autor señala los privilegios asignados a las empresas privadas de difusión en detrimento de los medios del Estado, la perdurabilidad, en democracia, de prácticas y normas tutelares dictadas por la doctrina de la Seguridad Nacional y la sustracción al parlamento del poder de legislar en la materia. Surge entonces con claridad la necesidad de elaborar una política nacional de información y comunicación, conformando un cuerpo normativo racional y coherente Que regule la actividad de los medios en beneficio de todos los sectores de la sociedad. Marcos Gabay inició la actividad periodística en su juventud' siendo obrero de la industria gráfica y la continuó ejerciendo durante sus años de estudio. Desempeñó su oficio en múltiples publicaciones nacionales y extranjeras en todos los rubros de redacción, cumpliendo además funciones de corresponsal en agencias noticiosas internacionales. A comienzos de la década del 60 orientó sus estudios hacia el comportamiento de los medios de información colectiva y su función sociopolítica, temas sobre los cuales es autor de diversos trabajos teóricos y aplicados. Fue becario del Centro Internacional de Estudios Superios de Periodismo con sede en la Universidad de Quito y docente en institutos especializados en Buenos Aires. Actualmente dirige en el CUI el proyecto de investigación sobre “La estructura de los medios de información”, en el marco del programa de investigación "La clase dominante en el Uru guay” . A MODO DE INTRODUCCION La práctica de la censura en medios de información colectiva y modos de expresión artística tiene una larga historia en todas las sociedades sin excepción. Este fenómeno es de tal natura leza que difícilmente se ponga en evidencia sin la respectiva justificación doctrinaria: ótica, religiosa, filosófica y política. Nuestro país no estuvo ni está excluido de los que aplican res tricciones a los derechos de dar y recibir información y expresar ideas y emociones por escrito, en el escenario y en la represen tación por imágenes y sonido. Nos referimos, obviamente, a las limitaciones impuestas por el poder político a la sociedad en su conjunto, de acuerdo con objetivos y sistema de valoraciones del poder dominante. Ello impone, en cada caso, preguntarse cuál es la finalidad buscada, qué valores se pretende defender, contra qué y quienes se ejerce la censura. Nuestra historia política ,a partir de la década del 30, recono ce períodos de bloqueo con diversos grados de intensidad y ex tensión, ya sea por circunstancias internas (dictadura de Ga briel Terra y Alfredo Baldomir en 1933 y 1942, respectivamente, en las que se invocaron idénticos textos legales restrictivos), ya externas (segunda guerra mundial). (Anexos 3 y 4). Es precisamente bajo la dictadura de Terra, en 1935, que se promulgó el decreto-ley 9480, llamado "Ley de imprenta"(>4nexo 19), el Que con diversas modificaciones se mantuvo en vigencia hasta el 9 de noviembre de 1984 con la aprobación de la ley 15.672 (Anexo 23,) llamada ahora "Ley de Prensa", que derogó la anterior. En junio de 1940, se aprobó la ley 9936, llamada de "Orden Público" (Anexo 3), donde se definen las "sociedades ilí citas", dirigida especialmente a controlar las actividades de gru pos nazis durante la II guerra mundial. Esta ley está todavía vi gente y se sigue recurriendo a ella para reprimir a otras fuerzas sociales de signo opuesto a las que le dieron origen por necesi dades de la guerra hace más de cuarenta y siete años. El 28 de noviembre de 1934 Gabriel Terra decretó medidas extraordinarias ante lo que calificó como de "situación de intran quilidad y alarma en que ha puesto a la República la propaganda subversiva de las fracciones políticas debeladas el 31 de mar zo". (Se refiere a la oposición de un sector del batllismo encabe zado por Baltasar Brum y una fracción minoritaria del Partido Nacional) (Anexo 2 y 2a). A su vez, el presidente Baldomir, Quien fuera jefe de policía de Gabriel Terra, el 21 de febrero de 1942 dio un golpe de estado y adoptó medidas extraordinarias y de segu ridad, vista la situación "profundamente alterada por las reitera das y persistentes actitudes del Partido Nacional". Gabriel Terra, en el decreto sobre facultades extraordinarias del 30 de marzo de 1933, un día antes de su golpe de estado dijo: "El Presidente de la República no quiere, no desea, no busca la dictadura". En el decreto de censura previa de la misma fecha se establece que esta medida recaerá sobre los órganos "Que hayan atribuido o atribuyan propósitos dictatoriales al Presidente de la República". (Anexos 1, 1a. y 1b.) En términos Que aludían inequívocamente a los Que invocó Gabriel Terra, , Baldomir prohibió a las estaciones de radio y ór ganos de prensa toda difusión de conceptos "que tiendan a atri buir propósitos diferentes a los dirigidos a servir en la mejor for ma los intereses de la nación". (Anexos 5 y 5a). Cuarenta y un años después el ex-presidente Juan M. Bordaberry habría de defenderse también, infructuosamente, de la acusación de "dictador" en ocasión del golpe de estado del 27 de junio de 1973. En el art. 35 de ese decreto se prohibió a los medios de difusión todo tipo de información que mencione lo dispuesto, "atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo..." (Anexo 14). Nuevas circunstancias históricas habrían de determinar, desde mediados de la década del 60, la adopción de medidas de seguridad, no contra partidos y fracciones políticas rivales, sino contra el ascenso de otras fuerzas Que exigían cambios profun dos de estructura en el país, contra una política económica Que agravaba la crisis y que llevaría, en las postrimerías del gobierno del presidente Gestido, a firmar la Carta de Intención con el FMI para la obtención de préstamos y créditos de los organismos fi nancieros internacionales y en particular de la banca e institu ciones norteamericanas. Se inauguró en esa época, con el ad venimiento de Jorge Pacheco Areco como presidente, el período de transición a la dictadura con su sostén ideológico en la "doc trina de la seguridad nacional". r Los textos represivos Desde 1965 en cuatro momentos se aplicaron las medidas de seguridad de acuerdo con el inciso 1 del artículo 168 de la Cons titución de la República, para "la conservación del orden y tran quilidad en lo interior y la seguridad en lo exterior": el 7/10/65, 7/12/65, 9/10/67 (Anexo 7 y sgtes.) y 13/6/68, todas ellas con motivos de paros y huelgas generalizadas sobre las que expre sa e invariablemente se prohibía dar información. El 24 de junio de 1969 se decretó la movilización de los fun cionarios públicos bajo jurisdicción disciplinaria y penal militar. Estas medidas se complementan y unifican en un mismo con cepto de "lucha contra la subversión", englobando a grupos Que desde hacía unos años mantenían enfrentamientos armados con fuerzas policiales. (Anexos 7 y 7a). El 9/9/71 se dispone que los mandos militares y la policía asuman conjuntamente la conduc ción de la "lucha antisubversiva.