Campus Retrato: Todo al jazz en tiempos del reggaeton Salvador Sobral (Lisboa, 1989) sorprendió al mundo en 2017 al ganar Eurovisión con una balada compuesta por su hermana. Pocos meses después, un problema cardíaco le obligó a desaparecer de los escenarios durante un año. Recuperado y con nuevas energías, en 2018 la gira de presentación de su primer disco lo trajo a Pamplona. Con ocasión del concierto que ofreció en el Museo Universidad de Navarra, Nuestro Tiempo le acompañó durante dos días y pudo conocer de cerca a una de las figuras del panorama musical actual con un estilo más propio.

texto Manuel de La-Chica [Com Fia 19] fotografía Fátima Rosell [Com His 19]

«perdona, ¿eres salvador sobral?». la bonita» o meterse con los portugueses Luis Sobral, el padre de Salvador, es que habla es una señora de unos cincuenta que coreaban sus canciones durante ese anticuario. Vende cuadros y muebles. A años, canosa, que ha entrado hace cinco concierto mientras él las interpretaba. pesar de no haber estudiado en ningún minutos en el hotel Blanca de Navarra de Él prefiere hablar del jazz, de creación, de conservatorio, su hijo asegura que «adora Pamplona. Antes de preguntarle ya le ha volver a empezar una y otra vez. Sin mirar más la música que cualquier profesional, mirado varias veces: nada más acceder donde el resto está acostumbrado a mirar. precisamente porque no tiene la res- al hotel, desde la recepción y en el sillón Sin grabar las canciones que improvisa, ponsabilidad de tener que vivir de ella». mientras se tapaba con un periódico. «Sí, porque lo que importa es el incesante fluir Luisa María Cabral, su mujer, la madre soy yo», responde el cantante. «Ah, es que de la música. «Cada una de mis actuacio- de Salvador y de Luisa, tampoco tiene estuve en Peñíscola escuchándote y me nes es una búsqueda constante de la no- formación musical. Es cocinera. Aunque sonaba tu voz. ¡Es tan peculiar! Pero te has vedad», dice. «Tienen que pasar cosas, no para Salvador era sobre todo refugio, el cortado el pelo, ¿no?». «Sí, para que no me repetirse, provocar sentimientos distin- refugio en el que se encerraba para llorar reconozcan». tos. Y eso, a veces, es estresante». cuando se enamoraba de una chica mayor Salvador Sobral huye. Siempre está Antes no era así. Cuando cantaba con que él en el colegio y esa chica le decía que huyendo. De la fama, de la caricatura de su padre, Luis, y con su hermana, Luisa, no. Y otra. «Mamá…». Y otra y otra y otra. cantante triste que pintaron las críticas de en los viajes en coche a Algarve durante «Yo estaba viciado en el amor no co- Eurovisión, de las entrevistas... Le gusta su infancia, no había presión por cambiar. rrespondido», recuerda ahora, a sus vein- hablar, pero tiene que ser él quien lleve la Simplemente jugaban a hacer melodías. tinueve años, dando un sorbo a un café batuta, quien decida en torno a qué gira la Ponían canciones de los Beatles, de Si- en la sala de estar del hotel del que ya se conversación y cuándo se acaba. Porque, mon & Garfunkel, de Genesis. Su padre ha marchado la señora canosa. Lo dice y si no, se aburre. Y ya le han aburrido mu- les decía que se fijaran bien en las letras, en se queda en silencio, quizá recordando a cho con las mismas preguntas de siempre: lo que quería decir John Lennon; que lo aquella chica que hace diez años le obligó cómo fue el trasplante de corazón, qué tal entendieran de verdad para saber qué era a presentarse a Ídolos, la versión portu- el Erasmus en , qué buen español lo que estaban cantando. Así aprendieron guesa del programa cazatalentos inglés tienes. Por eso no le importa decir a su inglés y así, desde el amor de su padre, Pop Idol. En el casting apostó por una pieza interlocutora que «Peñíscola no es muy comenzaron a apreciar la música. de y otra de Ray Char-

72—Nuestro Tiempo invierno 2019 les. Luego cantó, a petición del jurado, ga a la ventana”. Tú te asomas y sonríes, aquel programa y continuar sus estudios otra más: Georgia On My Mind. Cambió porque eso sí es ser una figura pública. de Psicología en Mallorca con una beca la letra en el segundo verso, se jactó de ¡Uh! ¡Soy de todos! La vida es un selfie». Erasmus. Allí solo aprobó una asignatura, ello («Night through, day through, it’s the Psicología del Arte, y superó el examen same, men»), pero, ya fuese por el atrevi- la puerta de entrada al «jazz». porque consistía en interpretar una obra miento o por gusto, pasó de ronda. En la Su paso por Ídolos ha hecho a Sobral muy artística y él decidió cantar. El resto del segunda selección volvió a retar al jurado: crítico con los talent shows/realities como tiempo lo dedicó a tocar en bares con un solo tarareó la melodía. La excusa esta vez Operación Triunfo, en los que el concur- grupo. A veces tenía tres sesiones en el fue que, aunque es una canción que lleva sante tiene que repetir una y otra vez una mismo día y ponía el piloto automático, cantando desde los dos años, justo ese día canción y se convierte en una «máquina sin disfrutar. Desde el escenario también «había olvidado la letra». de la industria». «Si vas a un programa así, se fijó en algunas chicas, pero ellas no le Salvador entró en el programa. Y salió es importante no ganar», asegura. «Por- hacían caso. «Solo me miraban y se inte- asqueado. «La fama no es una cosa fácil. A que ganar supone un contrato asesino resaban después de verme cantar», re- ti te gusta la música, cantar, pero cantar es que te obliga a hacer no-sé-qué, una gira… cuerda. Era un dilema constante. Él habla un detalle mínimo de la fama», proclama Si ganas, estás perdido». Sin embargo, de paranoia. ¿Salvador es solo música en la versión en vivo de su canción Nada Salvador reconoce que últimamente hay o es también música? ¿Qué define quién que esperar, y continúa: «Pero la fama es músicos de verdad que van a esos progra- es? Esa pregunta, que le atormentó du- mucho más. La fama es sonreír. Tú vas por mas. Pone como ejemplo a la pamplonesa rante un tiempo, ya no le atosiga porque la calle, estás en un restaurante o en la sala Amaia Romero. «Ella ya era músico an- se ve a sí mismo como un músico pero, de espera de un hospital y la gente invade tes. El programa la ayudó a darse a conocer sobre todo, como una persona; la música tu privacidad; te saca una foto de repente un poco más. Y aunque hacía versiones, le emociona como ninguna otra cosa, pero o te filma: “¡Oh, ese animal del soul!”. Y tú las hacía suyas». procura ir más allá. tienes que sonreír. Eso es la fama. Y cuan- El problema es que él participó en Ídolos Mientras lo cuenta, suena una canción do llegas a casa, mientras estás tumbado sin saber aún quién era musicalmente. Por de fondo en el hall del hotel. «Es John en la cama, escuchas fuera: “Esa es la casa eso, harto de la fama, Salvador optó por Mayer, tío. Compuso cosas muy buenas, de Salvador Sobral. Sobral, Sobral, ven- abandonar la visibilidad que le había dado pero después se fue al pop y…». Y ahí ya no.

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«Me encanta que los espectadores se rían, lloren o les entren ganas de salir corriendo»

Porque para Sobral la mayor parte del pop Júlio dice algo al piano, Salvador le res- explica. «Me encanta que los espectadores actual es malo. No transmite. Es música ponde cantando, Bruno reacciona con se rían, lloren o que les entren ganas de fácil, la repetición continua de unos mol- la batería, André se sorprende desde el salir corriendo». des, la falta de vida. Como una película de contrabajo. Hablan de todo. De cosas ba- Desde esa capacidad de despertar emo- Hollywood en la que se busca un estímulo nales y de temas más íntimos. No hay un ciones, Salvador defiende que «la música tras otro. «Tocan lo que la gente quiere guion establecido. Como cuando unos tienen que construirla todos, también los escuchar. La estrofa tiene que entrar a amigos, una pareja, quedan a tomar al- que la están oyendo». Por eso, cuando se los diez segundos porque no hay tiempo go. «No hace falta que sea todo increíble dio cuenta de que en muchos que perder. Es todo estímulo, estímulo, —explica—. Si no, no podríamos distin- espectadores sacaban a menudo sus telé- estímulo». Sin atreverse, sin provocar, sin guir los conciertos increíbles de los nor- fonos durante el concierto, decidió poner desafiar a lo establecido. El jazz, su pasión, males». Siempre hay locuras, pero muy un mensaje en los altavoces antes de em- es todo lo contrario. pocas veces se llega a la magia, a lo tras- pezar: «Por favor, apaguen los móviles. Él lo descubrió gracias a uno de sus com- cendental, «y esa sensación que solo pasa Espero que disfruten del show o que lo pañeros de la banda de Mallorca, que, un a veces es viciante». Hay momentos en odien». día, le recomendó escuchar But Not for Me, los que no sabes cómo has llegado hasta Pero que la experiencia del arte sea sub- del trompetista y cantante Chet Baker. allí. Solo existe el presente, el ir y venir de jetiva no significa que todo valga. «Si una Salvador se fue a su casa, buscó la canción los cuerpos, la calma... Luego llegan los canción no tiene contenido, no hay lugar y… No pudo parar. Sacó la intro de la trom- momentos de locura. Solo después, el si- para la subjetividad». Y contenido no sig- peta, la melodía, la letra y el solo. Todo en lencio. El piano sigue sonando. Salvador nifica algo fuera de lo comercial, porque un día. Y descubrió que su voz se adaptaba se sienta en una silla con los ojos cerrados en los años veinte y treinta, el jazz estaba perfectamente al jazz. Ya no se cansaba y mira al suelo. Tambalea la cabeza. El re- de moda «y era bueno». como cuando cantaba a Ray Charles o cuerdo sigue allí. El espectador cierra los Stevie Wonder. «Es curioso —dice—: la ojos. Da pudor estar presente. Porque tú un año de altibajos. El flechazo con voz está esperando su alma gemela». solo observas. Porque eso no te pertenece. el jazz en Mallorca animó a Salvador a Y aun así puedes seguir mirando, por- trasladarse a . En 2010 entró un arte que incomode. En sus con- que, como explica Sobral, «el arte ¡es tan en el Taller de Músics, donde estudió Ar- ciertos y en sus ensayos, Salvador conver- subjetivo!». Cada uno lo vive de una mane- monía, Teoría Musical e Improvisación. sa con Júlio Ressende, Bruno Pedroso ra distinta. «Lo importante es que sientan Allí coincidió con Rosalía, «una voz que y André Rosinha. Lo hacen a su modo. algo fuerte, que no salgan indiferentes», puede hacer la música que quiera, un ta-

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lento increíble». En 2014 se presentó a Con ella se convirtió en el primer portu- Sudamérica. El otro sueño, cantar con la prueba del conservatorio superior de gués que ganaba el certamen y logró la ma- la artista española Silvia Pérez Cruz, a Ámsterdam para continuar su formación yor puntuación de la historia del concurso quien coloca a la altura de Veloso, ya lo musical. La superó pero, una semana an- (758 puntos). cumplió en 2017, pero dice que estaba tan tes de volar, su médico le obligó a quedarse Él cerraba, cierra, los ojos al cantarla. nervioso que no pudo disfrutarlo. en Lisboa. Su corazón estaba empeoran- No piensa en la letra, aunque sea «increí- Cuatro adolescentes que pasean por do. ble». Solo deja que su cuerpo la sienta. la calle se paran frente al cristal del hotel Ahora, mirando hacia atrás, reconoce En cada ocasión de una forma distinta. donde transcurre la entrevista. Una de que fue uno de los momentos más impor- Siempre íntima. A veces mira las caras de ellas mira a Salvador. ¿Será él? Avisa al tantes de su vida. Si se hubiese marchado la gente. resto. ¿Seguro? Los músicos que acompa- a Holanda, no habría grabado Cuatro meses después, como cuando ñan a Sobral y su manager, Elías, entran. (2016), su primer y hasta ahora único dis- escapó de Ídolos, Salvador despareció de Salvador se levanta del sofá, la camisa co. La culpa, la gracia, fue de una displasia los focos. Ingresó en un hospital en Lisboa gris con estampados de flores se le mueve arritmogénica del ventrículo derecho. Es y el 8 de diciembre recibió otro corazón. y, en medio del pecho, se nota la cicatriz decir, el ventrículo derecho de su cora- Fueron meses duros, de valorar un paseo, del trasplante. «Salvador, esas niñas es- zón era más grande de lo normal porque subir unas escaleras, el tráfico de un lunes tán preguntando por ti», le dice Júlio. tenía un tejido que no le correspondía. El por la mañana. De soportar los comenta- Él se acerca a la ventana, desde dentro. corazón no se contraía bien. Podía llegar rios de revistas, periódicos y televisiones Grita. «¡María! ¡María! ¿Eres tú?». Golpea a sufrir una muerte súbita en cualquier a diario. De enfermeros que «son mucho el cristal. Ellas se vuelven locas. momento. Necesitaba un corazón nuevo. más que los médicos en el día a día». Hasta Mientras, Júlio y André hablan con Mientras lo esperaba, su hermana Luisa el 12 de enero de 2018, cuando pudo regre- Elías sobre dónde irán a comer, a qué ho- le compuso una canción (Amor pelos dois, sar a casa. ra es la prueba de sonido, cuánto tiempo Amar por los dos), en la que se dice: «Si tu Hicieron falta otros cuatro meses para tienen libre... Salvador se gira hacia ellos. corazón no quiere ceder, no quiere sentir verle de nuevo encima de un escenario. Dice que se va a dormir un rato y sube al la pasión ni sufrir sin hacer planes de lo Y volvió en el concurso que le lanzó al es- ascensor. Las niñas siguen mirando desde que vendrá después, mi corazón puede trellato mundial y cantando a dúo con la ventana pero no se atreven a entrar. amar por los dos». Era su historia. No pu- su máximo referente: . «¿Has visto cómo provoca?», me pregun- do decir que no a cantarla en el Festival Por él, y por otros artistas como Jorge ta Elías. «Luego se queja cuando lo hacen RTP da Cançao y luego en Eurovisión. Drexler, uno de sus sueños es tocar en otros, pero él hace lo mismo». Nt

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