Capitulo 10. Roedores De Las Turberas En Magallanes
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Roedores de las turberas en Magallanes 277 Capítulo 10 Roedores de las turberas en Magallanes Jonathan A. Guzmán1 1Dpto. Ciencias Básicas. Universidad de Concepción - Campus Los Ángeles Los Ángeles – VIII, Región - Chile. E-Mail: [email protected] Introducción e las 68 especies de roedores de En cerca de 2.000 kilómetros, se extienden las nuestro país, cerca de 23 habitan en la selvas austrochilenas dominadas principalmente Región de Magallanes y de éstas sólo por bosques bajos y abiertos del género Dtres se han registrado en los ecosistemas de Nothofagus, los que en las zonas más australes turberas. están insertos o asociados a los ecosistemas de turberas (Mann, 1960; Venegas y Sielfeld, 1998). La extensa región de la Patagonia abarca sobre Allí la topografía se diferencia de las homogéneas 560.000 km2 de territorio desde los Andes al unidades biogeográficas más septentrionales, océano Atlántico y al sur desde Limay y Río ya que todo el territorio va disminuyendo Negro en Argentina (39°S), al Estrecho de considerablemente en altura para sumirse en Magallanes en Chile (Johnson y Franklin, 1990). dirección austral en el océano donde a partir de 278 Roedores de las turberas en Magallanes los 42° S aparecen extensas zonas de canales y Patagonia desde aproximadamente Valdivia al fiordos, cuyas islas con sus cumbres representan sur. Sumado a lo anterior, es una región aún el relieve montañoso costero (Mann, 1960). En poco explorada ya que si bien la historia natural cuanto al clima, existe una franja oriental más de los mamíferos chilenos está entre las más árida y con grandes oscilaciones de temperatura estudiadas del continente (Kelt, 1994; Iriarte, y otra franja occidental o pacífica, que es más 2008), la extensa y estrecha costa comprendida húmeda con precipitaciones regulares y de entre el archipiélago de los Chonos y el Estrecho notable constancia térmica (di Castri y Hajek, de Magallanes prácticamente carece de colectas 1976). científicas por ser una zona de difícil acceso y severas condiciones climáticas. No obstante, su Respecto de la fauna, al compararla con otras flora y fauna es poco diversa, en particular de zonas temperadas del sur de Sudamérica, la aves y mamíferos (Osgood, 1943), y su paisaje Patagonia es relativamente pobre en cuanto a está dominado por abundantes bosques de mamíferos (Osgood, 1943; Pearson y Pearson, Nothofagus en la zona costera y más al interior, 1982) ya que más bien reúne las características por parches insertos total o parcialmente en de una zona insular y, por ende, con pobres ecosistemas de turberas. vías de acceso y/o salida para la biodiversidad que allí habita. Lo anterior está condicionado Respecto de las turberas, éstas se desarrollan en parte por las barreras geográficas que principalmente en territorios precordilleranos al legaron las glaciaciones del Pleistoceno, las este y oeste de la Cordillera de los Andes, entre cuales cubrieron el lado occidental de la las regiones de Los Ríos y Magallanes, donde Roedores de las turberas en Magallanes 279 adquieren importancia en términos de paisaje en el Archipiélago Patagónico ya que cubren un alto porcentaje de superficie sobre todo en Magallanes (Roivainen, 1954; Pisano, 1977). De manera general las turberas de Sphagnum corresponden a un tipo de humedales que se forman por la acumulación de los tejidos de las plantas que crecen sobre los restos de otras ya descompuestas. Se forman normalmente en el fondo de valles o en planicies de inundación cercanas a los ríos donde pueden crecer en profundidad y extensión. Sobre la base de las asociaciones vegetacionales y/o factores físico- químicos, tres son los tipos de turberas que de manera práctica se pueden diferenciar en terreno: a) Turberas de Sphagnum (con tres sub- unidades factibles de discriminar), b) Turberas pulvinadas y c) Turbera graminiformes (ver capítulo 6). Con pocas excepciones la edad de las turberas raramente supera los 10.000 años ya que se han establecido posterior al último ausencia de hielo (Hewitt, 2004). En ese sentido, máximo glacial durante el Pleistoceno (17.800 desde el punto de vista geológico, las turberas, la AP aproximadamente). Tal glaciación (que al flora y su fauna asociada, son unidades biológicas igual que otros eventos geológicos) propició y/o recientes en la zona. En cuanto a las condiciones afectó las distribuciones no sólo de las especies climáticas, en las turberas predomina el clima constituyentes de las turberas, sino que además oceánico con temperaturas templado-frías y de otras de flora y fauna, como por ejemplo las de mínimas invernales moderadas que impiden la roedores (Palma et. al., 2012; Rodríguez-Serrano congelación permanente del suelo (permafrost) et. al., 2006; 2008), la que a escala continental como en el Hemisferio norte, donde en invierno migró, se redujo poblacionalmente para las temperaturas son extremadamente bajas posteriormente recolonizar y expandirse en la (Pisano, 1983). 280 Roedores de las turberas en Magallanes Roedores de las turberas de Magallanes En Chile los roedores están representados En su conjunto estos roedores se componen por 68 especies de nueve familias, donde siete de especies propias del bosque valdiviano (e.g., son nativas. Además, existen seis especies Irenomys tarsalis), de los bosques de Nothofagus introducidas pertenecientes a dos familias (e.g., A. olivaceus) y de la estepa patagónica (e.g., más (Iriarte, 2008). De ese total 23 especies Eligmodontia morgani), que junto con otras están presentes en la Región de Magallanes, especies más ubicuas y de amplia distribución siendo 18 especies nativas y cinco exóticas (e.g., Oligoryzomys longicaudatus), la relacionan (Tabla 1) (Markham, 1971; Rau et al., 1978; tanto con la fauna de las regiones más Venegas y Sielfeld, 1998; Mann, 1978; Reise y septentrionales y de Magallanes (Mann, 1978). Venegas, 1987; Guzmán, 2010a, b; Pine, 1973; Rodríguez-Serrano et. al., 2008; Iriarte, 2008). Respecto de los roedores de Magallanes, la literatura es escasa y principalmente asociada a sectores de fácil acceso y/o turísticos como por ejemplo Torres del Paine. En ese sentido, Johnson et al., (1990) reportan una alta riqueza de roedores en Torres del Paine debido a la gran diversidad de hábitats (bosques, matorrales, turberas, estepas) y a la confluencia de la biota esteparia argentina y la fauna de los bosques de Nothofagus de los archipiélagos del sur de Chile. Sin embargo, cuando se revisa la bibliografía sobre los roedores asociados a la franja oceánica de Magallanes (donde predominan los bosques de Nothofagus y turberas), la riqueza de especies es baja. En ese sentido, Markham (1970; 1971a) proporciona un listado faunístico de los fiordos Toro y Cóndor en el extremo sudoeste de la Isla Riesco, donde informan la presencia de los roedores Oligoryzomys longicaudatus Roedores de las turberas en Magallanes 281 (ratón colilarga) y Loxodontomys micropus (ratón de pie chico). Posteriormente Sielfeld (1977) aporta nuevos antecedentes sobre Isla Hoste, lugar perteneciente al conjunto insular sud-fuegino al sur de Tierra del Fuego, donde señala tres especies: O. longicaudatus, Abrothrix olivaceus y la especie introducida Ondatra zibethicus. Pine (1973), revisando las colectas de Markham, erige Akodon markhami como una nueva especie de la Isla Wellington, la que posteriormente junto a colectas recientes de especímenes en el continente (Caleta Level) fue asignada al trinomio Abrothrix olivaceus markhami (Rodríguez-Serrano et al., 2008). Posteriormente Guzmán (2010 a, b) proporciona nuevas localidades para Abrothrix lanosus, especie conocida en Chile sólo en la Isla Madre de Dios desde donde fue descrita un siglo atrás (Galliari y Pardiñas, 1999; Feijoo et al., 2010). La validez de la especie Oligoryzomys magellanicus (Gallardo y Patterson, 1985; Gallardo y Palma, 1990) es todavía incierta (Belmar-Lucero et al., 2009), pero todo indicaría que corresponde a una subespecie de O. longicaudatus (Palma et. al., 2012). Respecto de las especies asociadas a los ecosistemas de turberas, en múltiples colectas realizadas en Magallanes y Aysén (Guzmán datos no publicados), los resultados evidencian tres especies: A. olivaceus (Figura 1), A. lanosus (Figura 2) y O. longicaudatus (Figura 3). Sobre la representatividad de cada una expresada en abundancias y éxito de captura, O. longicaudatus es siempre el roedor más abundante, seguido por A. olivaceus y finalmenteA. lanosus. Para plasmar lo anterior, en el Parque Nacional Bernardo O´Higgins, de un total de 101 especímenes capturados con Trampas Sherman (n = > 1.000 trampas) en 20 puntos muestreados de bosques, matorrales y turberas, más del 50% de las colectas correspondieron al “ratón colilargo” (Gráfico 1); y de estos tres ambientes, en las turberas esta especie representó el 70% de las especies capturadas (n = 3) (Gráfico 2). 282 Roedores de las turberas en Magallanes Figura 1. Abrothrix olivaceus Figura 2. Abrothrix lanosus Figura 3. Lygoryzomis longicaudatus Estos roedores viven en simpatría en los en esta zona, al igual que los ecosistemas que ecosistemas de turberas y Patagonia en habitan, los cuales se han visto fuertemente general, no obstante, todos son colectados modificados por las glaciaciones ocurridas principalmente en la periferia de las turberas durante el Pleistoceno (Hewit, 2004; Glasser siendo el “ratón colilargo” quien más se et al., 2004). Al respecto, A. olivaceus tiene un interna en ellos debido a su predilección por amplio rango distribucional en Chile (18°S hábitats húmedos y con abundante presencia a los 54° S) desde el desierto costero en el de agua. Sin embargo, estos roedores no son norte, alcanzando por el sur (a través de la exclusivos de las turberas ya que abarcan región mediterránea de Chile) los bosques una amplia distribución en Chile y Argentina, templados y bosques patagónicos de Chile y siendo también, roedores muy generalistas en Argentina, desde el nivel del mar hasta los 1.000 sus preferencias de hábitat (en menor grado A. m.s.n.m. en la zona central (Reise y Venegas, lanosus) (Kelt, 1994; Mann, 1978; Iriarte, 2008).