Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones Michel Kazanski

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Michel Kazanski. Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones. Editorial Eas„ 2021, 978-84-122509- 6-1. ￿hal-03321841￿

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Título: Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones Título Original: Les Slaves: Les origines Ier - VIIe siècle après J. – C. Autor: Michel Kazanski Estudio Introductorio: Jesús Sebastián-Lorente Correcciones: Jesús Sebastián-Lorente Traducción: Jesús Sebastián-Lorente Maquetación: Manuel Quesada Diseño: SNS Designs

© Michel Kazanski © Editions Errance © Jesús Sebastián-Lorente por la traducción y el estudio introductorio © Por la presente edición, editorial Eas © Manuel Quesada Campos, por editorial Eas

1ª Edición, Editorial Eas, marzo de 2021

www.editorialeas.com [email protected]

Apartado de Correos 26 Guardamar del Segura 03140 (Alicante)

I.S.B.N.: 978-84-122509-6-1

Colabora: Elinactual.com

Impreso en Europa por los talleres gráficos Versus

Imagen de portada: Monumento a St. Alexander Nevsky, Príncipe de Rusia. (Kaliniingrado, Rusia) Escultura de Andrey Sledkov, instalado en Abril de 2018.

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ÍNDICE

Estudio Introductorio: Los eslavos antes de los eslavos, por Jesús Sebastián-Lorente 9 - Los orígenes de los eslavos 11 - Un pueblo tardío de la familia etnolingüística indoeuropea 15 - La expansión de los eslavos 18 - El espacio original de los protoeslavos 21 - Antropología y genética de los eslavos 26

Introducción: Los eslavos, de los orígenes a los primeros principados 35 - Un territorio inmenso, un rol histórico considerable 35 - La cuestión de los orígenes: testimonios escritos… 36 - … y vestigios arqueológicos 37 - La dominación goda 38 - El giro de las invasiones húnicas: la “liberación” de los eslavos 39 - Fuentes escritas y cuestiones de etimología 41 - Las guerras balcánicas: hacia una civilización eslava 42 - Los primeros principados eslavos 43 - Objetivo: seguirlos rastros arqueológicos de los eslavos 47

Capítulo I: Los primeros eslavos (siglo I – IV) 49 - ¿Dónde estaban los eslavos en la época romana? 49 - ¿Venethi o Stavanoi? 51 - La catástrofe del siglo I 55 - Los vénetos de Tácito y la realidad arqueológica 58 - Llegan los godos 65 - Los vénetos de 70

- ¿Tras las huellas de los stavanoi? 84 - En los bosques del norte y en la estepa boscosa del este 87 - Los vénedos en el mapa de Peutinger 92

Capítulo II: El nacimiento del mundo eslavo (siglo V) 99 - Las relaciones entre los eslavos y los godos en los siglos III – V 99 - La caída de los godos y los hunos salvadores 111 - Los eslavos siguen solos 117 - La época de los problemas con los bárbaros del norte 124

Capítulo III: Las grandes migraciones eslavas (siglos VI - VII) 133 - Los eslavos en las fronteras del Imperio 134 - Ataque al Imperio 141 - Los ávaros y los eslavos 143 - La batalla de los Balcanes: del Danubio a Constantinopla 149 - El lejano oeste eslavo 154

Capítulo IV: Arqueología del mundo eslavo (siglos VI - VII) 161 - La civilización de Praga 161 - La civilización de Penkovka 176 - La civilización de Kolotchin 195 - La civilización de Touchemlya 201 - La civilización de los Largos Kurganes 205

Conclusión: Hacia la formación de los pueblos eslavos medievales (siglo VIII) 213

Glosario 221

Bibliografía 231

Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

ESTUDIO INTRODUCTORIO

NUESTROS ANCESTROS, LOS ESLAVOS

Jesús Sebastián-Lorente

Los eslavos son el principal grupo lingüístico de Europa, ocu- pando prácticamente la mitad del viejo continente. Sin embargo, su historia es muy reciente. Y, pese a todo, la creación de la parte eslava de Europa resulta muy difícil de reconstruir. En la época del Imperio romano, la Europa no sometida a los destinos impe- riales estaba dominada en su zona oriental hasta la altura del Vístula, es decir, mucho más al este de la frontera occidental del territorio posteriormente dominado por los eslavos a orillas del Elba, por los pueblos germánicos. En los Balcanes, que formaban parte del imperio, habitaban diversos pueblos y etnias que ha- blaban, junto a algunos dialectos autóctonos indoeuropeos, latín y griego. Más al norte, en los territorios de la actual Rusia euro- pea, se encontraban los pueblos bálticos, no eslavos, aunque, en algún momento de su prehistoria, parece que conformaron un conjunto lingüístico baltoeslavo antes de su separación definiti- va. En las zonas más septentrionales nos encontramos, en aque- lla época, a las poblaciones finesas, no indoeuropeas. Más allá, hacia el sureste, estaban los escitas, poblaciones nómadas de ori- gen y lengua indoiranios.

Entonces, ¿de dónde surgieron los eslavos?, ¿quiénes eran?, ¿de dónde venían?, ¿cuáles fueron sus migraciones?, ¿formaban una entidad étnica, lingüística y cultural bien definida?, ¿es legíti-

~ 11 ~ Michel Kazanski mo hablar de ellos como si formaran un conjunto, una especie de bloque frente a otros pueblos latinos o germánicos?, ¿qué dife- rencias separan a estos grupos más allá de una posible unidad original?, ¿se trata de tradiciones o de costumbres específicas, de instituciones diferentes, de religiones opuestas, de lenguas leja- nas?, ¿cómo evolucionaron en relación a la Europa occidental y a la civilización oriental? Y, en fin, ¿qué aportaron en los dominios espirituales, culturales e incluso políticos? Los eslavos cubren hoy Eurasia y una parte considerable de Europa: esto quiere decir que conocerlos significa percibir más ampliamente los orí- genes de nuestra civilización y de su desarrollo. El pasado de los eslavos, sus orientaciones, sus problemas, determinan también nuestro futuro.

Mapa de las lenguas eslavas en la actualidad. (Fuente: Los indoeuropeos y los orígenes de Europa, de Francisco Villar)

~ 12 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Los orígenes de los eslavos

Se ha escrito mucho sobre los eslavos, tanto por razones cien- tíficas como políticas y nacionalistas, retorciendo hechos y des- cubrimientos, pero, en realidad, sabemos pocas cosas sobre ellos. Salvo que estos “bárbaros” indoeuropeos llegaron del noreste, tardíamente, hacia el V o el VI siglo de nuestra era, a partir del Dniéper, cerca de Kiev. Y que conquistaron la mitad de Europa. Según una teoría que no ha sido contestada en los últi- mos cincuenta años, la cuna original de los eslavos se encontra- ría en el territorio de la actual Polonia, sur de Bielorrusia y norte de Ucrania, en una región aproximadamente situada en la con- fluencia del Dniéper y el Pripet. Los ancestros de los eslavos, cer- canos a los baltos en el plano etnolingüístico, son conocidos desde finales del primer milenio antes de nuestra era, pero los autores antiguos realmente no comienzan a mencionarlos explí- citamente más que a partir del siglo V de nuestra era. En cual- quier caso, los orígenes de los eslavos pueden datarse aproxima- damente en 3500 años antes de nuestra era, en la parte norte de la cultura eurasiática Yamna y su expansión a través del centro y el noreste de Europa por la vía de su fusión con la cultura de la Cerámica Cordada., cuyos linajes predominantes se extendieron por las actuales Polonia, Bielorrusia, Ucrania y la Rusia europea constituyendo el núcleo de la original cultura “protobaltoeslava”.

Hasta hace poco, se identificaba a los primeros eslavos con la “cultura lusaciana” (al sureste de Berlín) y en particular, del sitio de Biskupin (al oeste del Vístula, en Polonia). Pero Biskupin no era eslavo, teoría hoy mayoritariamente compartida por los investigadores. La idea de un carácter protoeslavo de Biskupin se remonta a los años 30, cuando el gran profesor Jozef Kos- trzewski replicaba al arqueólogo alemán Gustav Kossinna, del que, curiosamente, era su discípulo y partidario de su método, si bien llegando a conclusiones diametralmente opuestas. Según Kossina, las tierras polacas constituían, de hecho, una herencia germánica, estaban pobladas por germanos. El descubrimiento,

~ 13 ~ Michel Kazanski en 1933, de Biskupin, una ciudad creada por la cultura lusaciana, de gran antigüedad, fue pan bendito para Kostrzewski, que así pudo formular su teoría sobre el “neoautoctonismo de los esla- vos”. Una ciudad construida en la época de la Grecia antigua, bien organizada, fomentaba la imaginación respecto a un gran pasado eslavo.

A la izquierda, distribución de los hidrónimos iranios en Europa oriental. Los nombres de los principales ríos derivan del iranio danu- (río): Dniéper, Dniéster, , Donets. A la derecha, el complejo Praga-Penkova-Kolochina. (Fuente: In search of the Indo-Europeans, by J.P. Mallory)

Según el profesor Godlowski, que no fue el primero en poner en duda las teorías de Kostrzewski, los orígenes de los eslavos no podían estar ligados a la cultura de Cherniajov (valle del Bug meridional y alto valle del Dniéster), que formaba parte de una civilización predominantemente goda, derivada de los migrantes de la cultura de Wielbark, pero de carácter multiétnico (segura- mente federaba a germanos, eslavos, sármatas y otros pueblos iranios, etc.), como insinuaban algunos eslavófilos autoctonistas, sino más al norte de esta cultura. Los primeros vestigios de esta

 Tcherniakhov, Chernyakhov, Cherniajov, Cernjachov… los historiadores y los arqueólogos utilizan varias denominaciones, según opten por respetar la etimología eslava original o la adaptación a sus propias lenguas. Nosotros hemos optado por utilizar la denominación de cultura de Cherniajov. ~ 14 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones cultura fueron hallados en el siglo XIX y, después, se encontraron alrededor de 2.700 sitios. Los arqueólogos asimilan esta cultura al inmenso imperio ostrogodo del siglo IV (su capital se encon- traba en el emplazamiento de lo que luego sería la ciudad de Kiev), y cuyo rey era Hermanarico. Según otros, se situaba entre el mar Báltico y el mar Negro, en los territorios de las actuales Ucrania y Bielorrusia. Cuando, en 375, se anunció la llegada de los hunos a sus fronteras orientales cundió el pánico, y el rey, consciente de su incapacidad para detener a los invasores, se suicidó. En medio del pánico, las tribus de su reino partieron hacia el oeste, hacia las fronteras del imperio romano. Así co- menzaron las grandes migraciones de los pueblos. Las excava- ciones de Cherniajov demuestran que, durante un tiempo, esta zona experimentó una fuerte despoblación. Más tarde, lentamen- te, van apareciendo rastros de otras tribus diferentes. Probable- mente eslavos. Los vestigios de las primeras culturas considera- das arqueológicamente como eslavas han sido descubiertas y estudiadas en los sitios de Kiev-Kolotchin, Praga-Kortchak y Penkovka.

A la izquierda, el área de la cultura de Cherniajov. Vemos cómo engloba a tribus eslavas, góticas y de lengua irania. A la derecha, el complejo Zarubinets-Przeworsk. (Fuente: In search of the Indo-Europeans, by J.P. Mallory)

Resulta complicado distinguir los sitios eslavos de los no esla- vos. Los germanos construían sus cabañas siguiendo un plan rec-

~ 15 ~ Michel Kazanski tangular. Sin embargo, en otros lugares aparecen cabañas se- mienterradas, como más tarde encontramos entre los eslavos. La cultura material de este pueblo era muy pobre: no conocían el torno, su alfarería era muy primitiva y disforme, los hallazgos de objetos metálicos son muy raros. En los siglos VI y VII, los esla- vos comienzan a extenderse sobre los territorios despoblados de Europa central y meridional, ocupando los lugares abandonados por los germanos. El historiador Jordanes los denomina como antas y esclavenos. La ciencia soviética intentó recuperar la cul- tura de Cherniajov para los orígenes eslavos: el profesor Boris Ribakov demostró que la cerámica goda estaba ricamente deco- rada, muy bella, pero la asimilaba al desarrollo cultural de los eslavos, sin que nadie osara decirle que estaba equivocado. El orgullo de los eslavos por sus ancestros no hay que buscarlo en la arqueología, que era muy pobre, casi un misterio, sino en el hecho de que ellos se encontraban en algún lugar de Europa oriental y de que conquistaron la mitad del continente, mientras otros pueblos históricos, como los hunos o los ávaros, desapare- cieron.

La historia temprana de los eslavos, su evolución y sus civili- zaciones, siguen parcialmente oscuras. Se trata de temas muy abiertos a apreciaciones divergentes y que, para la mayoría, no tienen todavía soluciones definitivas o admitidas unánimemente. Esto se debe a dos razones fundamentales: por un lado, la inves- tigación esencial, el examen minucioso y erudito del lejano pasa- do de los eslavos se encuentra en un estadio de descifrado par- cial; por otro, la vehemencia de los sentimientos nacionales, que periódicamente se extienden sobre la Europa central y oriental, con frecuencia se superponen a las dificultades propias de la investigación. Más allá de una civilización inicial, que siempre fue muy simple y extremadamente móvil hasta mediados del pri- mer milenio, las largas y difíciles gestaciones de los Estados esla- vos, tal y como hoy los conocemos, explican, en gran medida, los problemas y las tensiones. Sin embargo, las investigaciones actuales, llevadas a cabo tan- to en los países eslavos como en el resto del mundo, tienen la ~ 16 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones ventaja de apoyarse en más de un siglo de trabajos metódicos. Son permanentemente corregidos, revisados, reforzados, pro- fundizados por estudios complementarios que acaban cubrien- do, con más o menos éxito, el conjunto del marco eslavo. Progre- sivamente se derrumban barreras antes infranqueables: remon- tándonos en el tiempo, nos encontramos con los trabajos sobre los siglos IX-X, periodo de la cristianización de la mayoría de los eslavos, comienzo de la escritura y de los testimonios que ellos mismos nos aportan; después, la barrera de los siglos V-VI, mar- cada por la época de las grandes invasiones, a las cuales se unen los eslavos; finalmente, en el curso de nuestra era, con algunos hilos de luz que nos aportan los historiadores griegos y latinos.

Un pueblo tardío de la familia etnolingüística indoeuropea

Los eslavos representan una rama lingüística y cultural dis- tinta en el seno de la familia indoeuropea que entra en la historia tardíamente en relación con otros grupos indoeuropeos. Se formaron probablemente durante el Neolítico en las llanuras de la Europa oriental situadas entre el Vístula y el Dniéper. En torno a 1500 a.C., el área que hoy incluye el sureste de Polonia y noreste de Ucrania fue el hogar original de las antiguas tribus eslavas, es decir, de los protoeslavos. Pueblos-bisagra, se sitúan precisamente en la intersección de dos grupos humanos: el gru- po indoeuropeo occidental, cuyos miembros adoptarán la vida estable de los agricultores europeos, y el grupo indoeuropeo oriental, con una vida menos sedentaria e, incluso, en muchas ocasiones, de tipo nómada. Los miembros de este segundo grupo se despliegan ampliamente en las regiones de las estepas semi- desérticas, donde sus movimientos eran más complejos y más imprevisibles. Esta situación intermedia en el continente eura- siático, esta permanencia de flujos procedentes de la estepa, explican la fiereza de los combates que tendrán que llevar los eslavos para constituir Estados y preservarlos; permiten tam- ~ 17 ~ Michel Kazanski bién comprender su tenacidad, su voluntad para renacer y afir- marse, sin enfeudarse a Occidente, sin disolverse en Oriente.

Una de las cuestiones más debatidas, sin duda, es la proble- mática de la relación del eslavo con el resto de lenguas indo- europeas: la relación del eslavo con el báltico, que algunos auto- res interpretan como resultado de una antigua unidad de los dos grupos; la relación del eslavo (o del baltoeslavo) con otras len- guas, como el tocario o las lenguas germánicas, entre otras; y la localización y la historia primitiva del pueblo eslavo. Como los elementos comunes al báltico y al eslavo son incontestables, la más antigua escuela indoeuropeística construyó la teoría de la unidad baltoeslava. Esta teoría ha sido criticada posteriormen- te, si bien reconociendo la tendencia a las innovaciones coinci- dentes entre ambas lenguas, pero subrayando que se trata, fun- damentalmente, de lenguas muy conservadoras que se compor- tan de forma independiente y que reciben influencias lingüísti- cas diversas (urálico-finesas, por un lado, estépico-iranias, por otro). Otros, sin embargo, señalan que la toponimia, la arqueolo- gía y la historia presentan localizaciones diferentes de los pue- blos baltos y eslavos: la lengua báltica y la lengua eslava serían, simplemente, residuos del protoindoeuropeo, los restos que quedaban de la lengua original cuando los distintos dialectos comenzaron a diferenciarse y a entrar en la historia.

Pero existe cierto consenso entre los lingüistas a la hora de señalar que las lenguas baltas y las lenguas eslavas se derivan de una raíz común: el protobaltoeslavo, el cual se habría separado de las otras lenguas indoeuropeas hace aproximadamente 4500‒7000 años. Después, la separación entre el balto y el esla- vo se produciría hace 3500‒2500 y la división entre las diferen- tes ramas lingüísticas eslavas dataría entre 1700 y 1300 años, justo en el momento de dispersión de estas poblaciones. Estos movimientos afectaron a regiones ocupadas anteriormente por poblaciones bálticas, ugrofínicas y túrquicas en el este de Euro- pa, por poblaciones germánicas en el centro de Europa y por otras variadas poblaciones indoeuropeas en los Balcanes. ~ 18 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Por otra parte, la etimología del término “eslavo” es extrema- damente curiosa y caprichosa. Resulta evidente su pertenencia a la raíz indoeuropea *kleu-/klou-/-klu- (“oír”), que fonéticamente se convierte en slav-/slava (“fama”) y en slov-/slovo (“palabra”). En la familia de lenguas indoeuropeas es habitual la asociación entre los conceptos de “oír, escuchar” y los de “fama, reputación, gloria”, lo que ya describe una determinada interpretación de los valores indoeuropeos, para los que la “gloria” depende, en gran medida, de todo aquello que se dice sobre la nobleza y las gestas de una persona. Por supuesto, esta explicación debe quedarse limitada al terreno de la especulación lingüística.

De origen indoeuropeo, el pueblo eslavo se extendió desde el flanco norte de los Cárpatos, desde mediados del primer milenio, a lo largo de una amplia franja que va desde el alto Vístula hasta el Dniéper medio, al sur de la actual Polonia, Bielorrusia y el noroeste de Ucrania. Los eslavos estaban entonces divididos de forma irremediable tomando parte en las “grandes invasiones”, esos amplios movimientos caóticos que alteraron el conjunto de Europa ‒abriendo la puerta del mundo antiguo al espacio euro- peo tal y como hoy lo conocemos. Una serie de impulsos hacia el oeste, hacia el sur y hacia el este propulsó a los eslavos en direc- ción hacia el Elba, el Danubio y el Don para tomar apoyo sobre el Báltico, el Adriático, después en la franja de las estepas a lo largo del mar Negro y del mar Caspio.

Situado al este de nuestro continente, este territorio se en- contraba rodeado de pueblos muy diversos: baltos y finougrios al norte y al este; germanos al oeste, iranios al sur. Era conside- rado como un margen, a la vez, por el mundo mediterráneo y el mundo occidental, antes de ser una encrucijada durante la Edad Media. Sus ríos y sus caminos terrestres eran otras tantas vías de contactos entre Escandinavia y Germania, por un lado, y el im- perio bizantino y el mundo asiático, por el otro.

~ 19 ~ Michel Kazanski

La expansión de los eslavos

Desde los orígenes, la expansión de los eslavos se produjo como una especie de dilatación, de radiación, en mayor medida que de migraciones sistemáticamente organizadas. Algunas tri- bus permanecerían en su área inicial. Otras, por el contrario, hacia la mitad del primer milenio, comenzarán a bordear, hacia el norte, los pantanos del Pripet. Probablemente fue un movi- miento espontáneo, provocado por el hostil entorno ambiental de los pantanos del Pripet para, desde ese punto, buscar tierras de pasto para su ganado o, incluso, para las nuevas formas de cultivo.

Posterioremente, y casi con toda seguridad su rápida propa- gación pudo ser provocada en función de los movimientos incon- trolados de los pueblos vecinos, sometidos a las presiones de las “grandes invasiones”. Por ejemplo, el desplazamiento de los esla- vos hacia el oeste no fue propiamente una conquista, sino una ocupación de espacios que quedaron relativamente vacíos por el desplazamiento de los germanos en los últimos siglos del Impe- rio romano e inmediatamente después de su caída. Esto es, que las últimas migraciones eslavas (siglo V a X de nuestra era) vinie- ron a ocupar el vacío dejado por las tribus germánicas orientales que traspasaron el limes romano y acabaron estableciéndose en Europa occidental.

Hoy se admite, casi unánimemente, que la progresión simul- tánea de los eslavos hacia el noreste, el oeste y el sur, durante la Alta Edad Media, representa un hecho histórico de capital impor- tancia, con tantas consecuencias para el futuro de Europa como las invasiones de pueblos germánicos o de origen turcomongol. El espacio eslavo, relativamente conocido hasta ese momento, se extendería, en dos siglos, sobre la mitad del continente europeo, alcanzando puntos tan extremadamente alejados del territorio inicial como Kiel, Bamberg, Linz o Corinto.

~ 20 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Otros dos hechos históricos de primera importancia, de épo- cas cercanas pero distintas, marcarán el inicio de los movimien- tos migratorios de los pueblos eslavos: la defnitiva derrota de los hunos y el posterior desplazamiento de numerosos pueblos ger- mánicos desde sus asentamientos originales a las regiones cen- trales o periféricas de la parte occidental del Imperio romano, por un lado; y el debilitamiento del poder de los ávaros, a mitad del siglo VII, que oprimía a los eslavos militar y tributariamente, por otro. Comprimidos sucesivamente por los godos, los hunos y los ávaros, el despliegue eslavo se amplifica en los dos siglos siguientes hasta la formación de los primeros Estados eslavos.

Los primeros testimonios escritos de los que disponemos datan del siglo IX d.C. (fecha confirmada, además, por la tradi- ción histórica): es la época en la que dos misioneros, Constantino (más conocido bajo el nombre de Cirilo) y Metodio, inventan el alfabeto llamado cirílico, y traducen partes enteras de la Biblia, así como textos litúrgicos ortodoxos en una lengua que hoy de- nominamos “antiguo eslavo eclesiástico”. Pero, hay que recordar, que fue mucho antes de este acontecimiento cuando se conocie- ron a los eslavos por primera vez: los esclavenos, los antas y los vénetos, que probablemente eran tres grupos étnicos pertene- cientes a esta familia, fueron conocidos varios siglos antes, qui- zás incluso más.

Las primeras menciones a los eslavos son de los historiadores bizantinos, los primeros en entrar en contacto con los eslavos. Su opinión era muy desfavorable, para nada equivalente a ciertas ideas que circulan sobre los eslavos como pueblos idílicos y pací- ficos. Se les consideraba como salvajes, imprevisibles y sedientos de sangre. Pero su comportamiento en nada difería del de los otros pueblos de la época.

Los historiadores del Imperio Romano de Oriente dan testi- monio de la explosión de los pueblos eslavos y de la presión que ejercieron sobre el mundo bizantino: a partir del siglo VI, suce- sivas incursiones e invasiones llevaron a estas tribus hasta Gre- ~ 21 ~ Michel Kazanski cia y los Balcanes. Historiadores como Jordanes y Procopio, que escriben sobre los siglos VI-VII de nuestra era, ubican a las tribus de los esclavenos y los antas al norte del Danubio, en una franja territorial que se extiende del Dniéper al curso superior del Vís- tula. Los vénetos, por su parte, son atestiguados más pronto, y se siguen sus rastros desde el siglo I al II de nuestra era, pero son más difíciles de localizar, aunque la mayoría de las tentativas realizadas en este sentido no se alejan de la región mencionada más arriba.

Tanto los lingüistas como los arqueólogos que han trabajado sobre los orígenes de los eslavos señalan que sus fronteras están en constante movimiento desde el siglo V al X, período conside- rado no solo como el de su primer impulso, sino también como aquel en que el eslavo común, o protoeslavo, se divide en varios idiomas diferentes, ancestros de las lenguas modernas. Su pro- gresión hacia el este y el noreste (500-1000 d.C.), por ejemplo, llevó a los hablantes eslavos hasta las tierras antes ocupadas por los baltos y los fineses; estos eslavos orientales no son otros que los rusos, los bielorrusos (o rusos blancos) y los ucranianos de hoy. El avance hacia el sur y, más allá del Danubio, hacia el im- perio bizantino explica la existencia de eslavos meridionales (búlgaros, macedonios, serbios, croatas y eslovenos), mientras que en el oeste surgían los polacos, los checos y los eslovacos.

Encontramos, así, a los croatas, a la vez, en la región del alto Vístula (de los que puede derivarse el nombre de Cracovia) y en los bordes del Adriático; a los eslovenos en los confines alpinos de Carintia e Istria, pero también en Novgorod; a los serbios en el curso superior del Elba (los “srbi”, es decir, los sorabos) y en el oeste de los Balcanes; a los obroditas cerca del Danubio y en las riberas del Báltico; a los polianos cerca del Vístula y en la región de Kiev.

Tomando los Balcanes por asalto en sucesivas oleadas y desli- zándose hasta la punta extrema del Peloponeso (alcanzan inclu- so Creta), los eslavos no serán rechazados de Grecia por Bizancio ~ 22 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones hasta doscientos años más tarde, en el siglo IX. En el oeste, Car- lomagno detendrá su avance y después inaugurará un nuevo pe- riodo de germanización de las zonas eslavas de Baviera y Austria al suroeste, así como las cuencas del Elba y del Óder al noroeste. Este es uno de los puntos culminantes de la confrontación entre germanos y eslavos que continuará hasta las dos guerras mun- diales del siglo XX.

En el siglo X, el empuje germano reforzará la ruptura entre los eslavos del oeste y los eslavos del sur, que la invasión hún- gara procedente de Eurasia central hará definitiva. Los rumanos, por su parte, les separarán de los eslavos del este, Un punto sigue siendo fundamental: solo los eslavos del este (y, sobre todo, los rusos) podrán proseguir en dirección a Siberia un fenó- meno de continua expansión. En diez siglos, esta expansión los conducirá a asegurarse el control de un continente entero, Eura- , llevándolos incluso a pasar al continente americano ocupan- do Alaska hasta 1867.

La inmensidad del espacio a atravesar, a colonizar, es decir, a despejar, a desarrollar, pero también a defender, absorberá gran parte de la energía del pueblo ruso a lo largo de los siglos. A diferencia de los otros eslavos, permitirán que se desarrolle un sistema estatal cada vez más rígido, centralizado, autoritario y restrictivo. En este sentido, su camino será exactamente el opuesto al que experimentará la Europa occidental.

El espacio original de los protoeslavos

Volvamos ahora al espacio de los orígenes, porque los eslavos parecen haber vivido durante más de quince siglos en un cierto aislamiento geográfico, lo que explicaría en parte sus especifici- dades primarias. Debemos comenzar por abordar el territorio en el que se ubicaban a principios de nuestra era, es decir, en la época de los primeros testimonios escritos. A falta de testimo-

~ 23 ~ Michel Kazanski nios probatorios derivados de la arqueología o de la historia de los textos, el territorio eslavo de los orígenes no nos es conocido de forma precisa y solo podemos hacer conjeturas a partir del cambio de era.

A la izquierda, el área de los hidrónimos en antiguo eslavo (línea punteada), superpuesta a la de la cultura de Chernoles. A la derecha, la cultura de Komarov y su vecina occidental, la cultura de Trzciniec, que se atribuye a los primeros eslavos o a los primeros baltos. (Fuente: In search of the Indo-Europeans, by J.P. Mallory)

Como se ha dicho anteriormente, durante mucho tiempo se intentó identificar a los primeros eslavos con la “cultura lusa- ciana” (por el nombre de Lusacia, región situada al sureste de Berlín, donde mucho más tarde se instalaría un pueblo eslavo occidental, los sorabos), cultura que está en el origen, por ejem- plo, del sitio de Biskupin, alrededor de 1400 a 700 a.C., situado en Polonia al oeste del Vístula. Pero nada prueba que se tratara realmente de eslavos. También se ha intentado vincular esta cul- tura con cualquier otro grupo étnico, en concreto con los vénetos que entonces poblaban las tierras polacas, antes de que llegaran los eslavos en sentido estricto, así como con los celtas y los ger- manos, que entonces se encontraban diseminados por toda Europa, e incluso con alguno de esos pueblos nómadas que, de vez en cuando, llegaban al viejo continente desde las estepas eurasiáticas. Se ha sugerido que esta zona era una especie de

~ 24 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones continuum germano-balto-eslavo, pero su plena identificación como indoeuropeos es incierta.

Retrocediendo en el tiempo, los baltoeslavos eran, probable- mente, los portadores de la cultura de Milograd (siglo VII a.C.‒siglo I d.C.), en una región que va del sureste del mar Báltico a las cuencas del río Pripet y del alto Dniéper, comprendiendo las actuales Lituania, este de Polonia, Bielorrusia y noroeste de Ucrania. También se atribuye a los baltoeslavos la cultura de Chernoles (750‒200 a.C.), en Bielorrusia y norte de Ucrania (a veces asociada con los agricultores escitas, pero mayormente como una evolución de los ancestros indoeuropeos tardíos hacia los eslavos), así como la de Zarubincy (siglo III a.C.‒siglo I d.C.), en la región posteriormente denominada Polesia, correspon- diendo globalmente a la cuenca del Pripet, afluente del Dniéper, y la de Przeworski (siglo II a.C. ‒siglo IV d.C.).

En cuanto a la cuestión de saber dónde estaban instalados antes de hacer su aparición en los anales bizantinos, esta es, para los lingüistas y los arqueólogos de Europa del Este, objeto de constante preocupación. No hay, ciertamente, consenso absoluto en la materia, pero pueden definirse algunos puntos sobre los que el acuerdo es relativamente general. Nadie discute que, hacia el año 500 a.C., los eslavos habían ocupado total o parcialmente un vasto territorio que se extendía del Elba, el Óder y el Vístula superior en el oeste hasta, al menos, el Dniéper medio en el este. La discusión solo comienza realmente cuando se trata de definir una ubicación más precisa o más antigua.

Sin embargo, la mayoría de los historiadores eslavos coinci- den en señalar que, antes de ser conocidos por el mundo gre- corromano, algunas tribus protoeslavas pudieron formar parte de confederaciones integradas por diversos pueblos en migra- ción hacia el oeste de la estepa póntica, situada entre la zona forestal templada de Rusia y el mar Negro (es, por ello, que a esta teoría se le denomina como “patria del Este”). Estas regio- nes boscosas, hoy situadas en Ucrania noroccidental y en Bie- ~ 25 ~ Michel Kazanski lorrusia, son las que aportan los testimonios más antiguos de una presencia eslava

Ciertamente, sabemos que este territorio se situaba en la Europa oriental, pero, para ir más lejos, debemos trabajar por deducción, a partir de pruebas cuya interpretación es muy varia- ble. Los especialistas se contradicen en el intervalo de un puñado de años. Tal situación explica el elevado número de hipótesis.

Ese espacio original, por ejemplo, ¿estaría situado en la Pano- nia, en el Danubio? Se trata de una vieja teoría que fue avanzada en el siglo XII por la primera crónica rusa que conocemos (Cró- nica de los tiempos pasados, cuya compilación final habría sido efectuada en esa época por el monje Néstor). En efecto, nuestro cronista no describe el territorio de los orígenes del mundo esla- vo, sino el lugar donde las tribus eslavas se reunieron, sobre el Danubio, antes de partir a la conquista de los Balcanes a partir del siglo VI. Por otra parte, el texto nos permite penetrar un poco más en el universo mental de este monje que recopiló todas las crónicas precedentes para escribir la suya. Está claro que tenía una visión global, incluso paneslava, de la etnia a la que pertene- cía. Así que tenía, en el siglo XII, o sea, más de seis siglos después de la gran dispersión de los eslavos, el recuerdo de una comuni- dad inicial, la conciencia de una lengua común y la pervivencia de costumbres específicas.

Desde entonces, otras muchas teorías han sido emitidas para intentar precisar este espacio inicial cuya localización a veces se convierte en un fetichismo de los orígenes. En su conjunto, los investigadores se dividen en dos campos: los que sitúan la cuna original de los eslavos en el flanco noreste de los Cárpatos, y los que piensan en un territorio mucho más extendido, del Vístula al Dniéper medio. Estos últimos sitúan en una época más temprana los inicios de la diferenciación de los eslavos. En su opinión, la masa étnica protoeslava se habría formado en el primer milenio antes de nuestra era y se habría dividido en tres partes: la parte oriental, del Vístula al Óder; la parte septentrional, situada en las ~ 26 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones fuentes del Dniéper (o incluso del Don); y la parte sureste, sobre el Dniéper medio, el Bug y el Dniéster. En cualquier caso, se admite generalmente que los eslavos, tan numerosos a partir de los siglos V-VI que se desbordaron en todas las direcciones, no pudieron habitar, todos ellos, el territorio de la Polesia donde anteriormente se encontraban, es decir, en los pantanos del Pri- pet, en los confines de las actuales Polonia, Bielorrusia y Ucrania. Si se extendieron sobre tan amplio territorio, sus tribus debían ocupar regiones contiguas. De hecho, continuaron hablando una misma lengua, el eslavo común, hasta la época de las grandes migraciones (siglos V-VI) y los monjes bizantinos, que los convirtieron parcialmente, tuvieron que crear una sola lengua litúrgica, el antiguo eslavo eclesiástico, en el siglo IX.

Curiosamente, el mundo eslavo se nos presenta, en principio, y sobre todo, como un espacio psicológico: mundo de silencio, mundo sin escritura antes de los siglos IX-X, que solo conocemos en perspectiva, raramente desde el interior. Lo percibimos como un mundo salvaje a través de la visión de los pueblos que vivían en aquella época. En el primer milenio a.C., los inmensos espa- cios que van del Altái a la costa del mar Negro estaban habitados por poblaciones que los griegos llamaban “escitas”. Los historia- dores modernos han conservado esta genérica designación, aun- que su precisión deja mucho que desear. En nuestros días, la noción de “cultura escita” recubre un fenómeno étnico que cada vez es más diversificado. En el siglo V a.C., el exotismo griego descubrió la Escitia y sus fantasías, percibiendo más al norte a esos “escitas laboriosos” que bien podrían ser los ancestros de los eslavos. En el curso de los primeros siglos de nuestra era, fueron los romanos los que dan testimonio de ellos, a través de los contactos (directos o indirectos) que mantuvieron con los eslavos sobre la frontera oriental del Imperio, del mar Norte al mar Negro, de Germania a Tracia, siguiendo el curso del Danu- bio.

~ 27 ~ Michel Kazanski

Antropología y genética de los eslavos

En términos antropológicos, los protoeslavos, pueblos nórdi- cos, debieron ser dolicocéfalos en su origen, un tipo bastante mi- noritario hoy entre los eslavos. Antropólogos decimonónicos sostuvieron, basándose en numerosos hechos en apoyo de su tesis, que los originarios eslavos eran grandes rubios dolicocéfa- los idénticos a los germanos, de los que solo diferían por el color menos claro de sus cabellos. Entre los actuales eslavos más occi- dentales (polacos, checos, eslovacos, ucranianos, bielorrusos, ru- sos occidentales), sin embargo, persiste un abundante tipo nór- dico que los sitúa en proximidad antropológica con sus vecinos germánicos y bálticos.

Los antropólogos han venido distinguiendo, desde hace tiem- po, dos tipos antropológicos en la población ruso-eslava: uno grande, mesocéfalo, de pigmentación clara, y otro más pequeño, braquicéfalo y de pigmentación más oscura. Supuestamente, este segundo tipo se habría formado por la mezcla de los eslavos con las poblaciones finesas o con los nómadas turcómanos. Con todo, la población rusa se presenta bastante homogénea en el plano antropológico. Considerando tres criterios antropológicos (lar- gura de la cabeza, largura de la nariz, grosor de los labios), las poblaciones rusas no se distinguen demasiado de las poblacio- nes de Europa occidental. En cuanto a las otras dimensiones de la cabeza y del rostro, están próximos a la variante de Europa central caracterizada por unas dimensiones medias. La ausencia de pliegue epicántico característico del ojo mongoloide es carac- terística de la población rusa, igual que en Europa central. La frecuencia del perfil rectilíneo de la nariz en los rusos representa el 75 %, algo más elevado que el valor medio europeo (70%). La frecuencia del perfil curvo de la nariz en los rusos representa el 9 %, lo que se aproxima a los valores medios de Europa occiden- tal y central (10 %). La combinación de índices característicos de las poblaciones rusas (en comparación con la variante central de Europa occidental) arroja los siguientes resultados: a) pigmenta-

~ 28 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones ción relativamente clara (cabellos el 33%, cabellos casta- ños el 53,2%, cabellos oscuros el 13,8%; ojos claros el 45%, ojos mezclados o castaños el 49,9%, ojos oscuros el 5,1 %); b) creci- miento medio de las cejas y de la barba; c) largura moderada del rostro; d) preponderancia del perfil medio horizontal y de una raíz de la nariz media-alta; e) menor inclinación de la frente y débil desarrollo del arco supraciliar.

Sin embargo, durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, la antropología física, muy dominada por los estudiosos germanó- filos, acuñó innumerables estereotipos sobre los eslavos, la ma- yoría de ellos muy desfavorables o peyorativos. Así, Hans Gün- ther describía a la raza baltoeslava (o balto-oriental) como de baja estatura, cabeza gruesa, rostro amplio sin apenas mentón, pómulos desarrollados y mandíbula maciza, nariz corta y aplas- tada, cuello corto y espalda ancha, desarrollo muscular acentua- do, ojos claros de un gris o azul acuosos, pequeños y, en ocasio- nes, rasgados u oblicuos de tipo mongoloide, piel clara y cabellos rígidos tendentes al color rubio ceniza, que representan, en una primera impresión, la superposición del elemento nórdico origi- nal sobre el elemento asiático infiltrado. Este tipo antropológico se encontraría los Países Bálticos, mezclado con elementos ger- mánicos, y en los Países Eslavos, especialmente en Rusia, Eslova- quia y Polonia, penetrando en Alemania y Escandinavia, así como en Ucrania y Bielorrusia, en los que se habría producido un mes- tizaje partiendo de troncos originalmente nórdicos, pero que han ido derivando a una supremacía del elemento asiático.

Sin embargo, los estudios genéticos recientes han demostra- do que las poblaciones eslavas difieren poco de sus vecinos no eslavos. Señalan que los linajes masculinos y femeninos de la Europa del Este parecen más antiguos que la dispersión histórica de los eslavos a principios de la Edad Media y revela numerosos segmentos compartidos por diferentes poblaciones europeas

~ 29 ~ Michel Kazanski datadas hace entre 2.000 y 1.000 años. Alena Kushniarevich ha estudiado las variaciones genéticas patrilineales, matrilineales y autosómicas de diferentes poblaciones baltoeslavas. En los esquemas autosómicos y cromosómicos Y, la mayoría de las poblaciones baltoeslavas se dispersaron siguiendo un eje norte- sur correspondiendo a su posición geográfica. Así, los eslavos del este (rusos del sur y del centro, bielorrusos y ucranianos) forman un grupo. Los rusos del norte se separan de este grupo para aproximarse a sus vecinos geográficos fineses. Los eslavos del oeste están más diferenciados. Especialmente, los checos y, en menor medida, los eslovacos, se posicionan más cerca de los alemanes, mientras que los polacos están más próximos de los eslavos del este. La mayoría de los eslavos del sur están sepa- rados del resto de poblaciones balto-eslavas y forman un grupo aparte, con diferencias entre las poblaciones del suroeste (eslo- venos, croatas y bosnios) y las poblaciones del sureste (Macedo- nios y búlgaros). Los serbios se sitúan entre estos dos grupos. La distancia genética entre los eslavos del sur es también más importante que la de los eslavos del este, aun cuando su región geográfica es más pequeña. En fin, las poblaciones baltas se sitúan al lado de sus vecinos estonios en el esquema cromosó- mico Y, mientras que están más próximas a los eslavos del este en el esquema autosómico.

El esquema mitocondrial está, sin embargo, mucho menos estructurado. En el estudio citado se han examinado los compo- nentes ancestrales de las poblaciones baltoeslavas. Las pobla- ciones baltoeslavas incluyen principalmente 2 componentes k2 y k3, si bien en proporciones distintas. El componente k3 está presente en todas las poblaciones europeas y va decreciendo del noreste hacia el sur. Así, este componente es importante en los baltos y en los eslavos del este, y decrece notablemente en los eslavos del sur. Por el contrario, el componente k2 es importante

 Genetic Heritage of the Balto-Slavic Speaking Populations: A Synthesis of Auto- somal, Mitochondrial and Y-Chromosomal Data, estudio realizado con el programa Admixture. ~ 30 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones en torno a las regiones mediterránea y caucásica y decrece hacia el norte de Europa. Así, por ejemplo, alcanza alrededor del 30% en los eslavos del sur, pero cae en torno al 5% en los rusos del norte y en los baltos. Un tercer componente k5 solo se encuentra en las poblaciones eslavas del este y del oeste y en los rusos del norte.

Distribución del haplogrupo R1a en Europa. (Fuente: Eupedia.com)

El estudio aplica también un enfoque léxico-estadístico para estimar la filogenia de las diferentes lenguas balto-eslavas actua- les. La separación entre las lenguas eslavas del oeste, del este y del sur se estima en torno a 1900 años. Este estudio muestra la proximidad genética entre las poblaciones eslavas del oeste y del este, ocupando un área geográfica que se extiende entre Polonia y la región del Volga. Estas poblaciones están caracterizadas por una fuerte proporción de los haplogrupos mitocondriales (mtADN): H5, H6 y U4a. Al contrario, los eslavos del sur mue- stran una mayor diversidad genética en un área geográfica más

~ 31 ~ Michel Kazanski pequeña en los Balcanes. El estudio concluye caracterizando a los eslavos del este y del oeste mediante un sustrato europeo de centro-este definido por el componente autosómico k3 y una fuerte proporción del haplogrupo R1a del cromosoma Y, y a los eslavos del sur por un sustrato europeo sur-este definido por el componente autosómico k2 y una fuerte proporción de los ha- plogrupos I2a y E del cromosoma Y. Este sustrato europeo sur- este, sin embargo, no se extiende al conjunto de los Balcanes, puesto que los griegos están muy diferenciados de los eslavos del sur.

En definitiva, los eslavos, en su mayoría, pertenecen al haplo- grupo R1a (Y-ADN), típico de la Europa oriental, salvo los esla- vos del sur, a saber, los serbios, los croatas y los bosnios, que pertenecen su mayoría al haplogrupo I, con un porcentaje a veces superior al 70% (el caso de los habitantes de Herzegovi- na), y entre el 20 y el 30% pertenecientes al haplogrupo R1a (el 25% de los serbios, por ejemplo). Esto implica que los eslavos pertenecen al genérico grupo R1, que hoy es el más extendido en Europa (R1b en Europa occidental, R1a en Europa oriental). Actualmente, las frecuencias más elevadas de R1a se encuentran en Polonia (57,5% de la población), en Ucrania (40-65%), en Rusia europea (45-65%), en Bielorrusia (51%), en Eslovaquia (42%), en Letonia (40%), en Lituania (38%), en Chequia (34%), en Hungría (32%), en Noruega (27%), en Austria (26%), en Croacia (24%), en el noreste de Alemania (24 %), en Suecia (19%) y en Rumanía (18%).

La serie de mutaciones que hicieron evolucionar el grupo R1 en el haplogrupo R1a se produjeron, probablemente, durante el último máximo glaciar. El haplogrupo R1a pudo migrar directa- mente hacia Europa del este (Rusia europea, Ucrania, Bielorru- sia) o hacia el sur pasando por Asia central e Irán. En este último escenario, el R1a habría atravesado el Cáucaso durante el Neolí- tico, a costa del R1b, para colonizar la estepa póntico-caspiana. De hecho, se cree que el R1a fue el haplogrupo dominante entre las tribus de lenguas protoindoeuropeas del norte y del este que, ~ 32 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones posteriormente, se convirtieron en indoiranios, tracios, baltos y eslavos. Esto encaja con la reciente hipótesis (todavía no corro- borada antropológica, arqueológica ni lingüísticamente) según la cual los protoindoeuropeos serían originarios de la cultura Yam- na de las estepas eurasiáticas (3300-2500 a.C.). Se cree que los individuos de la parte sur de la estepa eran principalmente de linajes pertenecientes al haplogrupo R1b, mientras que los po- bladores de la estepa forestal, más al norte, pertenecían princi- palmente al haplogrupo R1a. La primera expansión de los pue- blos de la estepa forestal tuvo lugar con la cultura de la Cerámica Cordada. La migración de las tribus R1b hacia Europa central y occidental dejó un vacío en el sur de la estepa que fue ocupado por las poblaciones R1a con la expansión de la cultura de las Catacumbas (2800-2200 a.C.). Los análisis de ADN antiguo han confirmado la presencia del haplogrupo R1a en la cultura de la Cerámica Cordada en Alemania (2600 a.C.), en las momias de los tocarios (2000 a.C.) en el noroeste de China, entre las sepulturas de los kurganes (hacia 1600 a.C.) de la cultura de Andronovo en el sur de Rusia y Siberia, así como en diversos otros sitios de Rusia, Siberia y Asia.

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Los antiguos eslavos no parecen ser muy populares en el mundo hispánico. No existen monografías dedicadas a los esla- vos editadas en español, si exceptuamos El mundo de los eslavos. Introducción a la eslavística, de Enrique Javier Vercher García, así como otras obras dedicadas a la literatura y el folclore eslavos. Desde un punto de vista histórico, las mejores referencias siguen siendo el capítulo sobre “la oscura progresión de los eslavos” (en Las invasiones. El segundo asalto contra la Europa cristiana), de Lucien Musset, y el voluminoso capítulo sobre “la creación de la Europa eslava” (en Emperadores y bárbaros), de Peter Heather. Más recientemente, se ha editado el libro Los antiguos eslavos, de Susana Torres Prieto. Con todo, el presente libro de Michel Kazanski nos ofrece la primera monografía en lengua española

~ 33 ~ Michel Kazanski sobre los antiguos eslavos desde un punto de vista arqueohistó- rico.

En fin, en sus variadas tesis sobre los orígenes de los eslavos1, los godos en la Europa oriental en la época de la invasión de los hunos (375-454)2 y las relaciones entre los eslavos y los godos en los siglos III-V3, Michel Kazanski nos muestra claramente las aportaciones de la arqueología al conocimiento del mundo eslavo y de sus orígenes. Para ello, Kazanski estudia la fase final de la cultura de Cherniajov, «que es el resultado de una síntesis de elementos culturales germánicos y no germánicos: iranios (escito-sármatas) y tracios (geto-dacios)» Esta cultura arqueoló- gica se constituyó al norte del mar Negro y el sur del Danubio inferior, a donde los godos descendieron a partir del bajo Vístula en la primera mitad del siglo III. En su trayecto, probablemente rompieron el conjunto baltoeslavo que se encontraba en Bielo- rrusia occidental y que se corresponde con los “vénedos” men- cionados por Tácito. La prueba de esta ruptura parece confir- marse por «la desaparición de sitios e incluso de grupos arqueo- lógicos enteros». El autor muestra, a continuación, utilizando tanto las fuentes escritas como las arqueológicas, cuál fue la naturaleza de los contactos entre la poderosa federación goda y los antas-eslavos en el siglo IV y principios del siglo V: los pri- meros probablemente jugaron un rol acelerador en el desarrollo económico, social y militar de los segundos, cuya civilización y grado de organización eran mucho más simples. La interacción entre germanos y eslavos, con sus muchos aspectos negativos, pero también positivos, continuará durante siglos, de tal forma que, en muchas regiones de Europa central y oriental, es imposi-

1 Les Slaves. Les origines (Ier-VIIe siècle après J.-C.), Éditions Errance, París, 1999. 2 Les (Ier-VIIe siècle après J.-C.), Éditions Errance, París, 1991, 3 Les relations entre les Slaves et les Goths du IIIe au Ve siècle. L’apport de l’ar- chéologie, Revue des études slaves, LXV, 1993, n° 1; ver también el artículo de síntesis que este autor ha dedicado a «L’apparition des centres proto-urbains et ur- bains chez les Slaves orientaux: état des recherches», Cahiers de civilisation médié- vale, 32 (4), octubre-diciembre, 1989, pp. 333-345. ~ 34 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones ble discernir si sus poblaciones son de origen germánico o eslávico, salvo si nos limitamos a un riguroso criterio lingüístico que no siempre es determinante del elemento étnico.

~ 35 ~ Michel Kazanski

~ 36 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

INTRODUCCIÓN

LOS ESLAVOS, DE LOS ORÍGENES A LOS PRIMEROS PRINCIPADOS

Más de quince nacionalidades de Europa central y oriental se definen como eslavas. El origen y la historia antigua de los pri- meros eslavos, agrupados en comunidades agrícolas bajo la autoridad de un jefe parecen arrancar en el siglo V de nuestra era. Su vecindad con el Imperio Romano de Oriente, pretexto para numerosos choques, constituyó para los eslavos un pro-gre- so económico y cultural que permite constatar el nacimiento de una civilización eslava en el siglo X y su desarrollo en múl-tiples entidades específicas distintas a las que hoy conocemos.

Un territorio inmenso, un rol histórico considerable

Actualmente, los eslavos representan el mayor grupo lingüís- tico de la población europea y cuenta con aproximadamente 300 millones de personas. Se dividen en tres gru-pos: los eslavos orientales (rusos, ucranianos y bielorrusos), los eslavos occiden- tales (polacos, checos, eslovacos, sorbios o sorabos) y los eslavos meridionales (búlgaros, serbios ‒incluyendo los bosnios musul- manes o cristianos y los montenegrinos‒, croatas, eslovenos y macedonios). Ocupan un enorme territorio en Europa central y oriental y su papel en la historia europea ha sido muy importan- te, a veces incluso decisivo. Sin embargo, su historia antigua y,

~ 37 ~ Michel Kazanski por tanto, también su arqueología, son muy poco conocidas en Europa occidental, aparte de algunos escasos especialistas.

La cuestión de los orígenes: testimonios escritos…

Todas las lenguas eslavas guardan estrechos vínculos de pa- rentesco entre ellas, lo que significa que su diferenciación no se efectuó más que en un pasado relativamente reciente. Por ejem- plo, polacos y checos hablan todavía prácticamente la misma lengua que en el siglo XIV. De igual modo, el conjunto de eslavos orientales era considerado, durante la Edad Media, como ruso, sin ninguna otra distinción. Estas conclusiones aportadas por la lingüística han incitado a los historiadores a suponer la existen- cia, hasta los inicios de la Edad Media, de una zona compacta poblada por eslavos o por sus ancestros directos, los protoesla- vos: aquellos que habían tenido una misma lengua, una cultura material y espiritual común, así como estructuras sociales com- parables.

Gracias a los trabajos de los lingüistas, sabemos que los eslavos pertenecen a la familia de pueblos indoeuropeos. Sus parientes lingüísticos más próximos son los baltos –los lituanos y los letones de la actualidad. También se supone la existencia, en la Antigüedad, de una zona común de continuidad lingüística balto-eslava. En efecto, en sus relaciones con las lenguas baltas, las lenguas eslavas aparecen como una modificación relativa- mente tardía. Por otra parte, las lenguas eslavas con-tienen ras- tros evidentes de contactos con las antiguas pobla-ciones de len- gua irania de la estepa ruso-ucraniana. Así, hay que buscar la “patria” de los eslavos en algún lugar en la Europa oriental, entre los países baltos actuales, al sureste del mar Báltico y las estepas a orillas del mar Negro.

~ 38 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Los testimonios escritos más antiguos sobre los eslavos, o sus ancestros directos, parecen confirmar esta hipótesis. El autor romano tácito menciona, hacia 98 d.C., a los vénetos, un pueblo que sitúa en la frontera entre el mundo germánico sedentario de Europa central y el de los nómadas sármatas de la estepa de Europa oriental. Tácito no sabía con qué pueblo relacionar a estos vénetos: por un lado, eran sedentarios y combatían a pie, como los germanos, pero, por otro, tenían una lamentable incli- nación por el bandidaje, como los sármatas. Prácticamente, to- dos los investigadores están de acuerdo en el hecho de que se trata del texto más antiguo que evoca a los eslavos, aunque en la época antigua existía un cierto número de nombres de pueblos no eslavos designados por denominaciones semejantes, como los vénetos de , los del mar Adriático o incluso los de Bre- taña. Sin embargo, Jordanes, autor del siglo VI de nuestra era, confirma claramente que estos vénetos de Europa oriental no eran otros que los eslavos; además, en la época medieval, los alemanes y los fineses todavía daban este nombre de vénetos a sus vecinos eslavos.

…y vestigios arqueológicos

Una serie de sitios arqueológicos, llamados de “la civilización de Zarubincy tardía” ‒por el nombre de la ciudad ucraniana cercada a Kiev, donde se encontraron los primeros vestigios‒ o “post-Zarubincy”, son atribuidos a estos vénetos de los que ha- blaba Tácito. Estos sitios se han descubierto en la cuenca del Dniéper, en Ucrania septentrional, así como en las regiones limí- trofes de Bielorrusia y de Rusia. Se trata de hábitats no fortifica- dos, que se caracterizan por una corta duración de ocupación. Contienen, además, pequeños cementerios con tumbas de inci- neraciones –con los restos de la cremación de los difuntos. El carácter temporal de los sitios de “post-Zarubincy”, así como los claros restos de la expansión de esta población hacia el norte, en la región del alto Dniéper, en Bielorrusia, y del alto , en Rusia

~ 39 ~ Michel Kazanski central, confirman el testimonio de Tácito sobre la gran movili- dad de los vénetos, así como su capacidad para actuar mediante correrías de largas distancias. Los datos arqueológicos muestran que a principios de nuestra era la civilización de los vénetos englobaba diferentes elementos culturales, originarios de la Europa central celtizada y germanizada, así como otros rasgos típicos de poblaciones de la zona boscosa de la Europa oriental. Esta heterogeneidad prueba que la civilización de los ancestros de los eslavos estaba entonces en plena formación. Este proceso se acaba hacia el siglo III d.C., cuando en la cuenca del alto Dnié- per aparece una civilización relativamente homogénea, llamada de Kiev –porque sus primeros sitios se encuentran en torno a la capital ucraniana–, perteneciente a los descendientes directos de los vénetos de Tácito, una población numerosa con un modo de vida estable, basado en la agricultura. Sus vecinos al norte son los pueblos de las zonas boscosas, fineses y baltos, y al sur los sármatas y los alanos, dos pueblos iranios de la estepa ruso- ucraniana.

La dominación goda

Este territorio, sobre el cual se forman, en la época romana, los futuros eslavos, está atravesado por tres rutas fluviales que confluyen en el mar Báltico y el mar Negro: la primera es la que pasa por el Vístula, el Bug occidental y el Bug meridional; la se- gunda pasa por el Niemen, el Berezina y el Dniéper, y la tercera utiliza el Dvina occidental y el Dniéper. Estos ríos sirven de vías de comunicación y, por tanto, de migración para el conjunto de los pueblos de la región. Es así como una im-portante oleada de una población germánica llega por el Vístula y el Bug occidental hasta el sur de la Europa oriental a finales del siglo II y principios del siglo III de nuestra era. Estos nuevos recién llegados entran en contacto con las poblaciones autóctonas: escitas y sármatas del norte del mar Negro, dacios, getas y carpos del Danubio infe- rior, así como los vénetos del Dniéper. Todos ellos, agrupados

~ 40 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones bajo la égida de los recién llegados, establecen una federación de pueblos bárbaros, conocida en las fuentes escritas como los go- dos. La cultura arqueológica correspondiente es denominada de Cherniajov. Representa el resultado de la mezcla de todas estas poblaciones, bajo el velo de una fuerte influencia cultural roma- na. Sin embargo, la gran mayoría de los vénetos no entra en esta federación gótica, pues su territorio se encuentra más al norte, fuera de su zona de dominio. Pese a ello, algunos sitios de la civilización de Kiev ‒característica de los vénetos‒ pro-porcio- nan testimonios de precoces contactos con la población germáni- ca. Los hábitats que revelan una población mixta son conocidos gracias a los datos arqueológicos de la zona fron-teriza entre las civilizaciones goda y véneta. Los primeros con-tactos entre los godos y los vénetos parecen haber sido pacíficos. Pero, en los años 330-360, el rey ostrogodo Hermanarico emprende una se- rie de operaciones militares contra sus vecinos, a fin de tomar el control de las rutas fluviales de la Europa oriental. Los vénetos, numerosos pero mal organizados, más aptos para la guerrilla que para la batalla en formación, son rápidamente subyugados e integrados en el reino de Hermanarico. Jordanes, que relata las hazañas del rey godo, precisa claramente que se trataba de los ancestros de los eslavos.

El giro de las invasiones húnicas: la “liberación” de los eslavos

Con la llegada de los hunos comienza una nueva época de la historia europea, la de las grandes migraciones. Su irrupción en las estepas que rodean el mar Negro en los años 370 provoca la caída del reino gótico y “libera” a los vénetos de la dominación de Hermanarico. Los vénetos, o al menos una parte de ellos, se alinean con los hunos. Se les designa entonces como “antas”, que significa “aliados” en lengua húmica. Cuando, a finales del siglo IV, el rey ostrogodo Vinitario ‒literalmente, el vencedor de los vénetos‒ intente reconquistar a estos últimos y liberarlos de la ~ 41 ~ Michel Kazanski tutela húnica, es aplastado por los hunos, que no pueden tolerar la revuelta. El relato de Jordanes sobre esta guerra que opuso a godos, antas y hunos, es el único testimonio directo sobre los eslavos en la época romana. Contiene, no obstante, valiosas informaciones. Se constata, a través de este relato, la importante evolución de la sociedad véneta en relación con el pasado más próximo del reino de Hermanarico. Entonces, los antas no repre- sentaban más que una multitud desorganizada, incapaz de en- frentarse a los godos, pero luego lograron organizar una seria resistencia. Se constata también la presencia de un rey (rex) , a la cabeza de los antas, que visiblemente concentra en sus ma- nos el poder central, hasta el punto de que su muerte cambia – pero solo durante algún tiempo– el curso de la guerra. Así, solo en algunas generaciones, se dibuja una unión tribal, una “com- pleja jefatura” según la expresión de los etnólogos, que designa la reunión, bajo la autoridad de un jefe común, de una gran cantidad de comunidades, cada una dirigida por su propio jefe.

Durante la segunda mitad del siglo V, los eslavos, apro- vechando la partida de los godos hacia el oeste, salen de los bosques del Dniéper para apoderarse de las tierras fértiles de la estepa boscosa de Ucrania y Moldavia. En un segundo tiempo, hacia principios del siglo VI, ganan los territorios al norte del Danubio, en la Rumanía actual y, por otra parte, se instalan en la vertiente este y norte de los Cárpatos, hasta la cuenca del Elba, ocupando las tierras abandonadas por los germanos. Los eslavos se separan así de la antigua comunidad balto-eslava de la zona forestal para migrar hacia el sur y el suroeste. Puede considerar- se este acontecimiento como el punto de partida de la historia de los eslavos, en tanto que grupo étnico particular. En la frontera danubiana del Imperio Romano de Oriente entran, por primera vez en su historia, en contacto directo con la civilización clásica, considerada entonces como la civilización por excelencia. A partir de la primera mitad del siglo VI, los testimonios de los autores bizantinos sobre los eslavos se hacen más numerosos y precisos. Ahora, los eslavos son ya un elemento inevitable de la historia europea. ~ 42 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Fuentes escritas y cuestiones de etimología

El nombre de los eslavos propiamente dicho aparece en las fuentes escritas durante la primera mitad del siglo VI bajo Procopio de Cesárea. Los filólogos se pronuncian sobre el sen- tido de esta palabra. La primera identificación propuesta, tam- bién la más sencilla, con el latín slavus, fue rápidamente abando- nada en razón de la tardía aparición de los eslavos en las marcas romanas, así como por el hecho de que los primeros eslavos ignoraban el esclavismo. A continuación, se propuso una etimo- logía que la relaciona con el término slava, “la gloria”, pero esta hipótesis tampoco se impuso. Los eruditos polacos proponen también relacionar el término con la raíz skoak-sklav, en relación con el latín cloaca, alcantarilla. Los eslavos serían, entonces, los habitantes de las zonas pantanosas y pon-zoñosas, reconstitu- ción basada en su hipotético hábitat original. En fin, se ha suge- rido relacionar el término eslavo con el ruso slovo, “el verbo, la palabra”. Esta hipótesis parece verificarse puesto que, todavía hoy, los rusos llaman a sus vecinos alemanes como los nemtsy, “los mudos”: los eslavos serían, pues, “los que hablan”, una forma de oponer cultura y naturaleza, a su favor por supuesto, de la que la etnografía proporciona numerosos paralelismos. Sin em- bargo, el debate no está cerrado.

Los autores bizantinos y occidentales atestiguan dos grandes grupos de eslavos. El primero, el de los esclavenos –los eslavos propiamente dichos– ocupaba entonces el territorio al norte del Danubio y en torno a los Cárpatos, en el territorio de Rumanía, Moldavia, Ucrania, Polonia, Eslovaquia y Chequia actuales. El se- gundo, el de los antas, los antiguos protegidos por los hunos, situados en la esteba boscosa de Moldavia y Ucrania. Los con- temporáneos señalan su estrecho parentesco cultural y lingüísti- co, así como su origen común. Es muy probable que otros grupos eslavos vivieran en esta época en la zona forestal situada más al norte, en Ucrania septentrional, en Bielorrusia y en las regiones limítrofes de Rusia, pero los autores antiguos, que lo ignoraban

~ 43 ~ Michel Kazanski todo de estos territorios, no nos dicen nada al respecto. Los autores del siglo VI describen a los eslavos como pueblos seden- tarios, viviendo de la agricultura, en hábitats sencillos, esparci- dos por los bosques y los pantanos. Estas comunidades eslavas estaban formadas por hombres libres y todos los asuntos impor- tantes se decidían durante las reuniones tribales y comunales. No obstante, los jefes militares y las familias o “clanes nobles” están ates-tiguados en el siglo VI entre los esclavenos y los antas, señal de que su sociedad evolucionaba hacia una jerarquización más compleja.

Las guerras balcánicas: hacia una civilización eslava

Los nuevos vecinos del imperio de Oriente resultan incómo- dos. Sus primeros contactos con el imperio se traducen en pe- queñas incursiones, incesantes, contra la frontera bizantina o mediante su compromiso con el ejército bizantino como merce- narios. A partir de los años 520, una serie de guerras entre los esclavenos y el imperio estallan sobre el Danubio y, una vez fran- queado este obstáculo, en los Balcanes. Las invasiones esclave- nas en los Balcanes durante los años 530-560 se producen prác- ticamente cada año, siendo las más terribles las de 547-551. En 567-568 los ávaros, un pueblo nómada de origen ugrio, se insta- lan en las estepas húngaras. Hacia 580, logran someter a una parte de los esclavenos que entonces ocupaban la cuenca de los Cárpatos y se encuentran en el Danubio inferior. A partir de ese momento, las invasiones eslavas en los Balcanes son inspiradas por los ávaros o bien se efectúan directamente bajo sus órdenes. Todo el periodo entre 580 y 630 está marcado por una guerra casi permanente entre el Imperio bizantino y las hordas ávaro- eslavas. En 584, los eslavos alcanzan Grecia: todo el territorio entre el Danubio y el mar Egeo es objeto de sus correrías… ¡y devastado! En 626, Constantinopla, la capital del imperio, es asediada por los ejércitos ávaros que sostienen los eslavos. La ~ 44 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones ciudad imperial resiste. El asedio es un fracaso. Esta derrota entraña el final de las guerras balcánicas, pero también el de la potencia ávara. Muy rápidamente, en efecto, en los años 620- 630, los pueblos sometidos a los ávaros aprovechan el momento para rebelarse. La más célebre de estas revueltas es la de los eslavos del Danubio medio, dirigida por el comerciante franco Samo. Su éxito acaba con la destrucción del poder ávaro. Los eslavos siguen siendo los de los Balcanes.

Este periodo de guerras danubianas y balcánicas tiene una importancia capital en la historia de los eslavos porque, al con- tacto con la civilización mediterránea, la sociedad eslava se hace más jerarquizada y adopta, sobre todo en la región balcá-nica- danubiana, formas preestatales. Prueba de ellos es que, si en el siglo VI no conocemos más que a los pueblos de los esclavenos y de los antas, a partir del siglo VII, aparecen en las fuentes escri- tas otros nombres de pueblos y de tribus, tales como los serbios, los severios, los croatas, los draguvitas… Asistimos aquí al surgi- miento de los futuros pueblos eslavos de la época medieval. Ade- más, los progresos tecnológicos y económicos son igualmente considerables: aprendizaje, al contacto con la población no esla- va de los Balcanes, de una agricultura más compleja, del comer- cio, del artesanado, del arte de la guerra… En fin, a la luz de la civilización bizantina, con la cristianización de los eslavos en los siglos IX y X y la invención de la escritura cirílica, el nacimiento de una auténtica civilización se hace posible.

Los primeros principados eslavos

A partir de la mitad del siglo VII, tras el fin de la época “heroica” de las grandes migraciones balcánicas, los esclavenos y los antas dejan de representar entidades reales. En efecto, la homogeneidad inicial de estos pueblos disminuye necesariamen- te en razón de una creciente integración de sus diferentes ele- mentos en un marco regional específico.

~ 45 ~ Michel Kazanski

Los eslavos meridionales, instalados en los Balcanes sobre tierras antes bizantinas, son los primeros en entrar en la órbita de la civilización mediterránea oriental. En el sur de la penín- balcánica, algunos “esclavinios” prácticamente indepen- dientes –se trata de enclaves eslavos en tierras imperiales–, resisten la reconquista bizantina del siglo VII. Esta resistencia es particularmente larga y encarnizada en el Peloponeso, donde los pueblos de los melingas y los ezeritas no fueron definitivamente asimilados por la población griega hasta el siglo XIII.

Durante la segunda mitad del siglo VII, el territorio de la Bulgaria actual fue la sede de la confederación de las “siete tribus” eslavas, así como la de los severios. Pero en 681, el pue- blo turco de los búlgaros, dirigido por el kan Asparouke, se insta- la en el bajo Danubio. Estos búlgaros representan una fuerza militar considerable como, antes que ellos, los ávaros y los esla- vos del bajo Danubio, que ahora se convierten en sus aliados subordinados.

Rápidamente, sin embargo, en el siglo IX, los turco-búlgaros y los eslavos se fusionan en un solo pueblo, de nombre turco pero de lengua y conciencia eslavas y religión cristiana. Bulgaria y la Macedonia vecina se convierten, así, en los primeros grandes Estados eslavos de religión ortodoxa. En la misma época, con la llegada de los serbios y de los croatas, que habían descendido por la región del Elba en el siglo VII, se acaba la eslavización de los Balcanes occidentales. En fin, siempre en el siglo VII, los esla- vos de Carintia, los ancestros de los actuales eslovenos, avanzan hacia los Alpes.

Los eslavos occidentales, a partir de la mitad del siglo VII, experimentan cambios culturales importantes. Aparecen los hábitats fortificados, en gran número, en Polonia, , Mo- ravia, Eslovaquia y Alemania. Se trata, por un lado, de un signo del agravamiento de la situación militar y, por otro, de la prueba de una jerarquización creciente de la sociedad ya que algunos de estos sitios representan residencias principescas. Se advierte ~ 46 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones una fuerte influencia de la subcultura militar ávara, influencia particularmente clara en el sur de Moravia, la baja Austria y Eslovaquia. Al mismo tiempo, la influencia medi-terránea y bizantina se afirma cada vez más en la región del Danubio medio. Hacia los años 820, aparecen los primeros reinos medievales de los eslavos occidentales sobre el Danubio medio: la gran Moravia y el reino del príncipe Pribina.

En cuanto a los eslavos orientales, dos circunstancias domi- nantes determinan su historia a partir del siglo VIII. Se trata, por un lado, del desarrollo del reino jázaro (kazaro) en las estepas del mar Negro y del Cáucaso, y por otro, de un fuerte impulso eslavo hacia el norte, en la zona boscosa. Más al oeste, entre los Cárpatos y el Dniéper, en la parte occidental de Ucrania, la situa- ción parece estable: los “pueblos-principados” de los polianos, drevlianos, oulitches, volinianos y tivertses, se forman aquí en el curso de los siglos VII y IX. Por el contrario, al este del Dniéper, en la zona de la estepa boscosa, los sitios eslavos de las civiliza- ciones de Penkovka y de Kolotchin desaparecen tras una catás- trofe militar durante la segunda mitad del siglo VII. Su territorio, a partir de finales del siglo VII, es ocupado en su parte sur por una población estépica no eslava, y en su parte norte por una nueva población eslava, mayoritariamente procedente de la ribe- ra derecha del Dniéper. Es, sin duda, el pueblo eslavo de los seve- rios –parientes próximos de los severios de Bulgaria.

Otros eslavos, sin duda emparentados con los severios, se instalan entonces en el Don superior y en la región del Oka. Son conocidos en las fuentes escritas como viatiches. Es en sus tie- rras que, mucho más tarde, en 1147, el príncipe ruso Yuri Dolgo- rouky, construirá una ciudad llamada Moscú. Los acon-tecimien- tos de los siglos VII y VIII están ligados a la aparición de una nueva potencia estépica, la Kazaria, que impone su poder sobre el margen sureste del mundo eslavo. Los pueblos eslavos de la región pagan ahora sus tributos a los jázaros (kazaros).

~ 47 ~ Michel Kazanski

En la zona forestal de Rusia, los siglos VII y VIII están marca- dos por el establecimiento de los eslavos procedentes del Danu- bio. Estos nuevos recién llegados encuentran aquí a poblaciones lingüísticamente muy próximas, eslavos o balto-eslavos, lo que explica una eslavización relativamente rápida de esta región. En el siglo VIII, los eslavos penetran bastante lejos hacia el norte, hasta el lago Ladoga. Un centro protourbano, Ladoga, aparece en la desembocadura del Volkov, en tanto que colonia de comer- ciantes escandinavos, hacia mitad del siglo VIII.

Los contactos y los choques entre eslavos y escandinavos dan lugar finalmente al nacimiento de la futura Rusia, cuyo núcleo se forma en el siglo IX entre los lagos Ladoga e Ilmen, seguido de una alianza concluida entre los eslavos, los fineses y los escandi- navos. Gobernada por una dinastía escandinava, rápidamente eslavizada, Rusia engloba, desde su nacimiento, a numerosos pueblos fineses. Hacia el siglo X, los rusos se apoderan de dos grandes rutas fluviales de la Europa oriental, las del Volga y del Dniéper, siendo su capital desplazada de Ladoga a Novgorod, en primer lugar, y después a Kiev, en medio de las tierras eslavas, lo que está en el origen de una rápida eslavización de esta forma- ción eslavo-escandinava-finesa.

En definitiva, las migraciones eslavas de los siglos VII y VIII, seguidas de su establecimiento sobre un inmenso territorio, tuvo dos consecuencias principales: en primer lugar, la división del pueblo eslavo en entidades específicas, en razón de los diferen- tes contextos regionales –políticos, económicos y culturales; en segundo lugar, a su llegada en la zona cultural bizantina con po- blaciones más estructuradas, un notable cre-cimiento del nivel cultural de los pueblos eslavos. Por ello, a partir del intervalo en- tre los siglos VII y VIII, la historia del pueblo eslavo cede la his- toria a los principados eslavos.

~ 48 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Objetivo: seguir los rastros arqueológicos de los eslavos

Nos proponemos, pues, seguir los rastros arqueológicos de los eslavos, confrontarlos con los testimonios de las fuentes es- critas, comenzando por el primer siglo de nuesra era, época en la que aparecen las primeras menciones de los grupos étnicos que podemos considerar como los ancestros directos de los eslavos.

Hay que precisar que, para los sitios arqueológivos que men- cionaremos aquí, se trata de la identificación eslava puramente cultural, que no concierne a los aspectos lingüísticos, ni a los de la pertenencia política, ni a la conciencia étnica de las antiguas poblaciones que dejaron esos sitios. En efecto, los nombres étnicos, conocidos por las fuentes escritas antiguas, nos infor- man frecuentemente sobre las agrupaciones políticas de los anti- guos pueblos y cubre, también con frecuencia, a grupos bastante heterogéneos y heteróclitos. Así, las identificaciones étnicas de los sitios arqueológicos son más o menos posibles solo en los casos en que existen otro tipo de fuentes, tales como, por ejem- plo, los testimonios de autores antiguos y medievales.

Para todo lo que concierne a la investigación de los eslavos o de los protoeslavos en la época precedente, antes de que ellos se manifiesten en los testimonios de autores antiguos, somos muy escépticos. Aunque es cierto que puede seguirse, durante algún tiempo antes del siglo I, la evolución de las civilizaciones (cultu- ras) arqueológicas que dieron finalmente nacimiento a la cultura de la población que hoy consideramos como eslava.

Pero, como vamos a ver, la culturogénesis y la etnogénesis son dos procesos muy relacionados, aunque diferentes. Por otra parte, para toda civilización arqueológica existen generalmente varias versiones en cuanto a su nacimiento, con sus puntos fuer- tes y sus puntos débiles. En la medida en que las con-clusiones de los arqueólogos pueden ser verificadas por fuentes indepen- ~ 49 ~ Michel Kazanski dientes, escritas, antropológicas, lingüísticas, etc., re-sulta más fácil juzgarlas.

La historia antigua eslava ha dado lugar a numerosas exage- raciones nacionalistas, tanto por parte de los inves-tigadores eslavos como de sus colegas de países vecinos no eslavos. En estas polémicas, los eslavos aparecen como un gru-po étnico aparte, ya sean dotados de cualidades superiores (en las obras de algunos eruditos eslavos), o sean denigrados (se-gún algunos historiadores de países vecinos). Desgra-ciadamente, el reflejo de estos desbordamientos polémicos del pasado reaparece de vez en cuando en las publicaciones actuales. Así, se llega a que algunos investigadores occidentales presenten a los eslavos como un pueblo pacífico de bravos agricultores, pero incapaces de gestionar sus asuntos. Otros historiadores insisten en la crueldad de los antiguos eslavos hacia la población balcánica no eslava. Recordemos que, en la historiografía alemana del siglo XIX, los eslavos eran considerados como los futuros sepultureros de la civilización occidental…

~ 50 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

CAPÍTULO I

LOS PRIMEROS ESLAVOS (SIGLOS I - IV)

¿Dónde estaban los eslavos en la época romana?

¿Por qué los autores antiguos no conocían a los eslavos? En efecto, como veremos, los primeros testimonios sobre su exis- tencia aparecen en los autores antiguos solamente en los siglos I- II de nuestra era (Tácito, Ptolomeo). Bien poco. Tácito dedicó algunas frases a los presuntos eslavos, mientras que Ptolomeo simplemente los menciona en su mapa.

Dos respuestas son posibles. O bien los eslavos no jugaron un rol activo en la historia política de la Europa bárbara, siendo asimilados a otros pueblos de los que ellos llevaban sus nom- bres, o bien habitaban muy lejos de las fronteras del mundo antiguo. En fin, es posible que los eslavos, en tanto que grupo étnico diferenciado no existiera antes de la época romana. De hecho, una etnia que quiere distinguirse de otras siempre se dota de un nombre distintivo. El resto, es decir, la lengua, la civilización material, el estereotipo de comportamiento, el tipo físico, pueden ser comunes con otros grupos étnicos. Por el con- trario, el nombre indica que un grupo humano posee una con- ciencia de su particularidad, a veces puramente imaginaria.

Aparentemente, no conoceremos nunca la respuesta correc- ta, porque las fuentes escritas en una gran parte de la Europa no mediterránea, donde habría buenas razones para buscar en la

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época romana a los ancestros de los eslavos, son inexistentes. Sin embargo, ni los datos lingüísticos, ni los descubrimientos ar- queológicos, ni los resultados de las investigaciones arqueológi- cas pueden, por sí solos, responder a la siguiente pregunta: los eslavos ¿se consideraban como tales antes del primer siglo de nuestra era?

Los arqueólogos son capaces de verificar las filiaciones cul- turales entre las diferentes civilizaciones, pero la culturo-génesis no siempre está ligada a de una forma directa a la etnogénesis. Así, la civilización de Rusia en el curso del siglo XVIII adoptó el carácter europeo occidental sin ningún cambio notable en la composición étnica del pueblo ruso. Y la rápida occidentalización de Rusia a finales del siglo XX deja claros rastros materiales, pero el carácter étnico de su población continúa siendo estable.

De igual modo, la antropología física, que estudia la antro- pogénesis, muestra, ante todo, la diversidad de las fuentes de formación de una población determinada y prueba que toda etnia aparece como el resultado del mestizaje de diferentes grupos humanos. Es difícil, incluso imposible decir, sin recurrir a otras fuentes, cuál entre estos grupos impuso su conciencia étni- ca a los demás.

Los filólogos pueden identificar los parientes lingüísticos próximos y vecinos de los eslavos, que han dejado rastros en las lenguas de estos últimos, pero sus dataciones son frecuente- mente extraídas de la arqueología o de la historia escrita. Por otra parte, el parentesco lingüístico no siempre significa que las diferentes poblaciones tengan los mismos orígenes. De hecho, la lengua francesa es oficial en y en varios países del África occidental, pese a que la composición étnica es muy diferente en las poblaciones de estos países.

Así, es arriesgado buscar a los eslavos o a sus ancestros direc- tos antes de la aparición de los testimonios de fuentes escritas. Sin embargo, parece poco probable que los eslavos, si existían ~ 52 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones desde tiempos inmemoriales en las fronteras del mundo anti- guo, por ejemplo, sobre el Danubio, como piensan algunos lin- güistas, nadie hubiera hablado de ellos. De hecho, su presencia se habría manifestado realmente, ya sea en las fuentes escritas, que no estaban todas dedicadas a la historia política, o ya sea en los datos epigráficos, muy abundantes, que nos habrían propor- cionado algunos testimonios en lengua eslava. Pero nada de esto ha sucedido y ello prueba que, si los ancestros de los eslavos en la época antigua tenían ya una conciencia étnica o una lengua diferenciada, se encontraban lejos de la zona iluminada por las fuentes escritas o por los datos epigráficos.

Es necesario recordar que, gracias a los trabajos de los lin- güistas, sabemos que los eslavos pertenecen a la familia de los pueblos indoeuropeos. Sus parientes lingüísticos más próximos son los baltos, es decir, los lituanos y los letones actuales, así como los prusianos, los kourches y los yatviages medievales, hoy desaparecidos. Se supone también la existencia, en la Antigüe- dad, de una zona común de continuidad lingüística balto-eslava hasta la época romana. En sus relaciones con las lenguas baltas, las lenguas eslavas aparecen como una modificación relativa- mente tardía. Por otra parte, las lenguas eslavas tienen rastros evidentes de contactos con las antiguas poblaciones de lengua irania, probablemente con los nómadas de la estepa rusa, los escitas y los sármatas. Así, hay que buscar la “patria” de los eslavos en cualquier parte de la zona geográfica entre los países baltos actuales, al sur del mar Báltico, y las estepas del mar Negro.

¿Venethi o Stavanoi?

Los testimonios más antiguos de fuentes escritas sobre los eslavos o sus ancestros directos parecen confirmar esta recons- titución. Así, Tácito, en torno a 98 d.C., habla de “vénetos” (vene- thi), un pueblo en la frontera entre la Germania y la Sarmatia. La

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Germania en la obra de Tácito es la Europa bárbara sedentaria que, con el mismo modo de vida, engloba a diferentes pueblos germánicos, célticos, tracios y baltos, y cuyo límite oriental pasa entre el mar Báltico y el mar Negro en cualquier parte al este del Vístula y de los Cárpatos. Corresponde, grosso modo, a la parte occidental de la zona boscosa de Europa. La Sarmatia es el mun- do de los pueblos nómadas de la estepa, al norte y al este del mar Negro.

Figura 1. Localización de los venethi y los stavanoi según los datos de Tácito y Ptolomeo (según D.A. Matchinsky). Se encontraban en la parte meridional de la zona forestal, entre los baltos (aestii) y los fineses al norte, y los nómadas alano-iranios de la estepa póntica.

Prácticamente todos los investigadores están de acuerdo en el hecho de que se trata del texto más antiguo sobre los ances- tros de los eslavos. En efecto, como veremos, Jordanes, autor del siglo VI, indica claramente que los eslavos de su tiempo tenían antes el nombre de vénedos/vénetos; por otra parte, en la época medieval, los alemanes daban el nombre de “wendos” (die Wen- den) a sus vecinos eslavos.

~ 54 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Es cierto que, en la época antigua y medieval, existía un cierto número de pueblos no eslavos con nombres semejantes. Pensa- mos en los vénedos/vénetos de Anatolia, del mar Adriático, de Bretaña, de Gales, de la costa sur del mar Báltico, cerca del golfo del Vístula y de la Couronia (la Letonia occidental actual). Pero todas estas poblaciones eran costeras o marítimas, lo que no es el caso de los vénetos de Tácito, que se sitúan entre los bastar- nos del Danubio inferior y los Cárpatos y los fineses de la zona boscosa de la Europa oriental. Aparentemente, y este es el punto donde los especialistas llegan a un consenso, el nombre de véne- tos es de origen extranjero (¿ilirio?) dado a los eslavos (o más concretamente a sus ancestros) por sus vecinos.

Según M. Schukin, el gran especialista ruso de la arqueología de los pueblos bárbaros, es muy posible que el nombre de los vénetos/vénedos se haya convertido en la denominación de los mercaderes de ámbar, o más concretamente de los grupos de aventureros, en principio de origen ilirio, que monopolizaron el comercio del ámbar báltico. Llama la atención sobre el hecho de que este nombre aparezca en primer lugar en Venetia, en el noreste de Italia, donde comenzaba la famosa ruta del ámbar de la Antigüedad, hasta la costa sur del mar Báltico, cerca de la desembocadura del Vístula, donde se encuentran los mayores yacimientos de ámbar del mundo. M. Schukin piensa que estos grupos de aventureros, a semejanza de los vikingos de la Edad Media, podrían haber penetrado en las profundidades de los bosques de la Europa oriental, tomar el poder sobre la población indígena y darle así su nombre. M. Schukin señala una gran difu- sión, en la zona boscosa, en el siglo I de nuestra era, de las fíbulas llamadas “prusianas”, seguramente venidas de la costa sur del mar Báltico. Esto no es imposible, pero requiere ser mejor argu- mentado. ¿Por qué estos aventureros, cuya existencia todavía debe ser probada, se adentraron en la zona forestal, lejos de la ruta del ámbar?

Es mucho más difícil interpretar el texto de Plinio (24-79 d.C.), que habla de la isla o península de Aeningia, desde donde ~ 55 ~ Michel Kazanski puede verse la costa sur del mar Báltico. Solo puede decirse que estos vénetos/vénedos habitaban en cualquier lugar entre los sármatas (¿de la estepa póntica?) y los pueblos germánicos de la cuenca del Vístula. ¿Se trata de las mismas poblaciones que los vénetos de Tácito o de otro grupo, no eslavo, que habitaba en la costa sur del mar Báltico?

Es posible que, bajo otro nombre, los eslavos figuren en otro texto antiguo, el del geógrafo griego Ptolomeo, que actuaba a mitad del siglo II d.C., es decir, prácticamente en la misma época que Tácito.

En este texto aparecen, a la vez, los vénedos marítimos (¿no eslavos?), como un gran pueblo, y los misteriosos stavanoi, un pequeño pueblo, según Ptolomeo, en el que los historiadores ven a los eslavos. Es interesante que la situación geográfica de estos estavanos se corresponde perfectamente con la de los vénetos de Tácito. Examinemos, pues, el mapa de Ptolomeo (de hecho, no sabemos si Ptolomeo hizo un auténtico mapa o si solo preparó la descripción geográfica). En efecto, los estavanos se encuentran al este del Vístula, al sur de los pueblos baltos de Prusia, fácil- mente identificables en las fuentes medievales, tales como los galindos y los soudinos (los soudavos medievales), y al norte de los nómadas alanos de la estepa póntica, es decir, en la parte meridional de la zona boscosa de la Europa oriental, en Bie- lorrusia y/o en Ucrania del norte, y en las regiones limítrofes de la Rusia actual.

Sin embargo, siendo la zona concernida tan amplia, ¿se trata o no del mismo pueblo? Es muy posible que el nombre de vénetos sea una denominación extranjera de los stavanoi. Pero también es posible que se tratara de dos pueblos vecinos, emparentados pero diferentes. Como veremos más tarde, actualmente, en la parte meridional de la zona boscosa, dos civilizaciones arqueo- lógicas eslavas están atestiguadas, al menos a partir del siglo IV: la de Kiev y la de Praga, representada en su fase más antigua, de tipo Ostrov. ~ 56 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Si Ptolomeo es más concreto sobre la cuestión de la localiza- ción geográfica de los hipotéticos eslavos, Tácito proporciona, por su parte, una descripción etnográfica que puede ser compa- rada con los datos arqueológicos. Conviene señalar que los véne- tos de Tácito tienen hábitats duraderos y hacen la guerra “a la europea”, es decir a pie, con sus escudos. Señalemos, además, el carácter inestable de la población véneta, que se encuentra manifiestamente en estado de expansión militar, frecuentemente vinculada, en los pueblos bárbaros, a una migración.

La catástrofe del siglo I

En efecto, los datos arqueológicos testimonian la migración de la población véneta. Esta migración probablemente está vinculada a la invasión sármata, implicando la dislocación de la civilización llamada de Zarubincy en torno a la mitad del siglo I d.C., en los años 30-70.

Esta civilización ocupaba, en la época de La Tène final (siglo II a.C. – primera mitad de la Edad de Hierro d.C.), la cuenca del Dniéper medio, en el norte de Ucrania y en las regiones limítro- fes de Bielorrusia. Está representada por grandes hábitats fortifi- cados y necrópolis ‒campos de incineración. La civilización de Zarubincy pertenecía probablemente a los bastarnos de las fuen- tes escritas, una gran federación de pueblos bárbaros, entre los cuales, sin duda, se encontraban los ancestros de los vénetos.

Sin embargo, durante el segundo tercio y la segunda mitad del siglo I, estos hábitats fortificados son abandonados; en algunos se han encontrado flechas de tipo sármata. Al mismo tiempo, ce- san los enterramientos en las necrópolis de Zarubincy. Por el contrario, los arqueólogos atestiguan la aparición de numerosos túmulos sármatas de la segunda mitad del siglo I y los inicios del siglo II sobre la ribera derecha del Dniéper. Se piensa que eran los sármatas “”, procedentes de las estepas del norte del

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Cáucaso, que fueron probablemente la causa de la desaparición de la civilización de Zarubincy.

Sin embargo, los especialistas han señalado que no puede ha- cerse de los sármatas los responsables de todo esto. De hecho, los sitios de Zarubincy desaparecen de la estepa forestal del Dniéper medio, abierta a las incursiones de los pueblos nó- madas, pero también en las regiones boscosas y pantanosas del alto Dniéper y del Pripet, en Bielorrusia, inaccesibles para la caballería sármata. Conviene, pues, buscar otras razones, ante todo de orden climático y económico, que pudieran provocar la desaparición de la civilización de Zarubincy. De hecho, el ago- tamiento de la tierra y los importantes cambios climáticos po- drían haber provocado el cambio de forma de vida en mayor me- dida que un verdadero éxodo de la población. En fin, es posible que la crisis económica provocara también el debilitamiento de la federación de los bastarnos y que se convirtieran en víctimas de sus vecinos sármatas.

El éxodo de la población de Zarubincy hacia el norte, el este, el oeste y el suroeste está atestiguada por los datos arqueoló- gicos. Así, los sitios llamados de post-Zarubincy de finales del siglo I y del siglo II son conocidos tanto en el antiguo territorio de Zarubincy en la región del Dniéper medio (Subbotov, Jabotin, Lyoutej, Grini, Tacenki, Obolon, etc.), como en la región del Dniéper-ribera izquierda (por ejemplo, Kartamychevo, Ternvoka 2, Osipovka, Vovki), en el alto Dniéper (Abidnya), en el Bug meri- dional (Rakhny, Marianovka), en la (Potchep, Sinkovo, Kiselevka 3, etc.), en el Dniéster Dniestr (Zubra, Pidbircy) y en el Bug occidental (Hryniewicze Wiclkie).

Desde el punto de vista de la civilización material, estos sitios representan una mezcla de rasgos de Zarubincy y de las civiliza- ciones indígenas, especialmente de las de Milogrady, de Youhnov ou de la “cerámica estriada”, en la zona forestal. En algunos sitios, tales como Grini, Vovki, Zmecvka, Mena 5, etc. (grupo lla- mado Grini-Vovki), los rasgos de la civilización de Zarubincy son ~ 58 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones minoritarios en relación con los originarios de la civilización de la “cerámica estriada” del bosque. No debe excluirse que la difu- sión de la “cerámica estriada”, procedente de Lituania y de Bie- lorrusia central y occidental, así como la de las fíbulas “prusia- nas” del siglo I d.C., muestren otra migración de la antigua pobla- ción, venida esta vez del oeste. Es probable que las dos oleadas, occidental y meridional, se encontrasen en alguna parte en la zona del alto Dniéper y formaran conjuntamente una nueva población.

Figura 2. La desaparición de la civilización de Zarubincy en la región del Dniéper medio, bajo el empuje de los sármatas (según Schukin, 1989) (a: los sitios más importantes de post-Zarubincy; b: los sitios de la cultura de Kiev, de la época romana tardía; c: la zona de la civilización de la cerámica estriada).

~ 59 ~ Michel Kazanski

Los vénetos de Tácito y la realidad arqueológica

Los elementos de post-Zarunbincy están atestiguados más al norte, en la región del alto Dniéper, del alto Volga y del Oka, especialmente en los sitios de la civilización llamada de Tou- chemlya medio en la región de Smolensk, o en la civilización llamada de Diakovo en torno a Moscú. En la región del alto Oka, la civilización llamada de Moschino debe sus orígenes a los por- tadores de elementos culturales del tipo post-Zarubincy. En fin, los rasgos culturales derivados de Zarubincy están atestiguados, según parece, muy lejos hacia el este, en la región del Volga medio, cerca de la actual ciudad de Samara, pero esta opinión no tiene la unanimidad entre los especialistas. El territorio de la difusión de los sitios y los elementos de post-Zarubincy se corresponde claramente, además, con la zona de actividad de los vénetos según Tácito, entre los peucinos de los Cárpatos hasta los fineses de la zona forestal de la Rusia actual.

Los arqueólogos observan las nítidas pruebas de un choque militar en la zona boscosa, aparentemente provocado por dos nuevos recién llegados. Así, en el territorio de la Bielorrusia actual, sobre los hábitats de la cultura de la “cerámica estriada”, aparecen importantes fortificaciones, a veces precedidas de incendios; la población de esta civilización comienza su expan- sión hacia el este y hacia el sur. Así, las incursiones de los véne- tos encuentran su ilustración arqueológica.

Hay que señalar el carácter poco estable de los sitios de post- Zarubincy. Los hábitats son de débil duración; hay pocas necró- polis conocidas para esta civilización (Rahny en el Bug meridio- nal y Hryniewicze en el Bug occidental), y contienen un pequeño número de tumbas. Una fuerte variación de los rasgos culturales, de un sitio a otro, muestra también que se trataba de una civili- zación en estado de formación.

~ 60 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Los hábitats no fortificados se encuentran en los valles bos- cosos de los ríos y los afluentes, en lugares poco accesibles para la caballería nómada, frecuentemente rodeados de pantanos y de tierras inundadas. Uno solo de estos hábitats, Obolon, en el terri- torio de Kiev, fue íntegramente excavado bajo la dirección de A.M. Chovkoplyas. El hábitat sacó a la luz 55 edificaciones de habitaciones y más de 900 silos, repartidos en grupos compactos de 4 a 5 edificaciones, rodeadas de silos. Otro hábitat, Potchep, en el Desna, ha sido excavado parcialmente. Ha proporcionado 13 fondos de cabañas, algunas casas más amplias y más 55 silos. Las cabañas y las amplias residencias pertenecen al mismo periodo, con aparentemente dos grupos etnográficos (uno indí- gena, con amplias casas, y otro migrante), que formaban conjun- tamente una comunidad.

Otros hábitats, más numerosos, son más pequeños (pero no han sido excavados de una forma exhaustiva); aparentemente, todos los habitantes formaban un solo grupo económico (¿una gran familia?). Los investigadores piensan que la sociedad de post-Zarubincy estaba compuesta de pequeñas familias, o quizás de grandes familias, pero con varias células autónomas. También puede observarse la descomposición de una comunidad patriar- cal, con los grandes hábitats fortificados de la civilización de la clásica Zarubincy.

Las edificaciones (en torno a 15 o 20 m2) son de forma rec- tangular, frecuentemente en suelo excavado. Tienen general- mente un poste central sosteniendo el techo y en ocasiones se han encontrado rastros de postes en el perímetro. Los hogares están abiertos con, algunas veces suelos de arcilla. Numerosos silos, de un diámetro de 1 a 1,8 metros han sido encontrados en todos los hábitats. Estaban destinados a almacenar los exceden- tes alimentarios; por las huellas de los granos sobre la cerámica, sabemos que la población de post-Zarubincy cultivaba el mijo, el trigo y la avena. Las osamentas de animales domésticos descu- biertos en los hábitats testimonian la presencia de pórcidos,

~ 61 ~ Michel Kazanski bóvidos, cabras y ovejas, y de caballos. También están presentes las osamentas de perros.

Figura 3. La situación arqueológica en Europa oriental ruante la segunda mitad del siglo I (según Schukin, 1990). 1. Los sitios de post-Zarubincy (vénetos). 2. La presencia de elementos de la civilización de la cerámica estriada en los sitios de post-Zarubincy. 3. Los sitios de los sármatas. 4. Los hábitats fortificados de los escitas tardíos. 5. Los sitios del grupo Odry- Wesiory de la civilización de Wielbark (godos). 6. Los sitios de la civiliza- ción de Przeworsk (lugios y vándalos). 7. Los sitios del grupo Zvenigorodo (lugios y vándalos mezclados con tracios). 8. Los sitios de los baltos jemai- tes (ancestros de los lituanos occidentales). 9. Las villas griegas principales al borde del mar Negro. 10. La zona de la civilización de Zarubincy, que desaparece hacia mitad del siglo I. 11. La zona de la civilización de Prze- wordk. 12. La zona de la civilización de Wielbark (fase antigua). 13. La civilización de Youhnov, que desaparece en el siglo I). 14. Zona de la civilización de la cerámica estriada. 15. La civilización de Dniéper- Dvina/Touchemilya medio. 16. La civilización de los baltos occidentales (aestii). 17. El reino germánico de Vannius, estado cliente del imperio romano. 18. El reino sármata de Fardzoi al norte del mar Negro. 19. La frontera romana.

~ 62 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Conviene mencionar los rastros de actividad artesanal, tales como los hornos de hierro descubiertos en Lyoutej, en Uman y en Bobrava. En Lyoutej, puede tratarse de un pequeño hábitat especializado; se han descubierto 15 fuegos de hierro y sola- mente 3 edificaciones habitacionales.

El “pequeño mobiliario” descubierto en los sitios de post- Zarubincy es típico de las civilizaciones bárbaras de la época romana en esta parte de Europa. Así, la cerámica hecha a mano representa la mayor parte del material. Son vasijas de forma ovoide, tulipiformes ‒más raramente carenadas‒, con bordes ribeteados, con frecuentes rastros de huellas digitales sobre los bordes, a veces estriados o cardados. Los cuencos abiertos son de tipo carenado, con frecuencia lustrados, de color negro.

Entre los objetos de hierro, hay que citar los cuchillos, las hoces, las flechas, las hachas. Algunos objetos son seguramente de inspiración extranjera; citemos, como ejemplo, las espuelas con dos ganchos de fijación, descubiertas en Marianovka, en el Bug meridional, que imitan los prototipos getodacios o romanos. La presencia de espuelas es una marca cultural importante: son únicamente los pueblos de la Germania (germanos, celtas, baltos o tracios) los que la llevan, mientras que la población irania de la estepa y los fineses de la zona boscosa rusa no la conocían.

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Figura 4. Los objetos de la civilización de Zarubincy (según Skavtabe i ih sosedi, 1993). 1: Pasetchnoe. 2,5: Rakhny. 3,7: Potchep. 4,8: Maryanovka. 6,10: Osipovka. 9,11: Lyoute. 12: Prioskolskoe.

Recordemos, por otra parte, que Tácito menciona expresa- mente el uso del escudo entre los vénetos, otra arma “europea” arqueológicamente desconocida entre la mayoría de los pueblos de la Europa oriental. Todo esto revela contactos militares (hos- tiles o amistosos) de la población de post-Zarubincy con los pue- blos de la parte oriental de la Germania. La presencia en algunos hábitats de cerámica originaria de la civilización de Przeworsk (en la Polonia actual), o de fíbulas llamadas “prusianas”, origina- rias de la costa sur del mar Báltico, testimonian que estos con- tactos no eran solamente militares.

~ 64 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 5. Los objetos procedentes del hábitat de Potchep (según F.M. Zavernyaev, en la rec. Novye dannye o zarubinetskoi kulture… 1969).

Los objetos en aleación de cobre son más escasos, tales como los colgantes con forma trapezoidal. Los adornos de origen extranjero están bien atestiguados, por ejemplo, las fíbulas de la serie prusiana, originarias de la región báltica, las fíbulas roma- nas perfiladas o incluso esmaltadas (Abidnya en Bielorrusia). Citemos, además, las cuentas, especialmente una en loza egipcia, con forma de león, procedente de Potchep, en el Desna, los frag- mentos de ánforas mediterráneas o incluso los cuencos de cerá- mica gris torneada, de origen póntico.

Las tumbas de la población de post-Zarubincy son fundamental- mente conocidos gracias a las necrópolis de Rahny en el Bug meridional, y de Hryniewicze Wielkie en el Bug occidental. Son incineraciones en fosas, prácticamente sin mobiliario, aparte de algunas fíbulas y restos de adornos estropeados por el fuego.

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Figura 6. Las edifica- ciones del sitio de post- Zarubincy (según Slavyane i ih sosedi… 1991). 1: Lyoute. 2,3: Prioskolskoe. 4: Grini. 1,5: Potchep. 6,7: Sinko- vo. Los dos tipos de cons- trucciones están ligadas a dos tradiciones diferentes. Los pequeños edificios se remontan a la tradición de Zarubincy, mientras que los más amplios son típi- cos de la población indí- gena de la zona forestal.

Para concluir, hay que señalar, una vez más, que la civiliza- ción de post-Zarubincy no es la sucesión directa de la Zarubincy clásica, sino el resultado de una síntesis de las poblaciones autóctonas de la parte meridional de la zona forestal y de los grupos migrantes salidos de Zarubincy. Cuál era, entre estos gru- pos, el portador del elemento eslavo, no lo sabemos.

Una parte de los portadores de la civilización de post-Zaru- bincy, precisamente los grupos periféricos del Oka, el Volga, el alto Dniéper, el Bug meridional y el Bug occidental, así como en la frontera estépica del Dniéper medio, o bien fueron engullidos por otros pueblos, o bien formaron otras civilizaciones (Imenko- vo, Moschino) con dominio aparentemente no eslavo. Pero el núcleo de la cultura (es decir, la población de la región del Dnié- per medio en torno a Kiev, de la región del Dniéperribera izquierda, de la región del alto Dniéper entre Kiev y Mogilev actuales, del Desna inferior y media, del Berezina inferior), está en la base dela formación de la cultura vénetoeslava, llamada de Kiev, de la época romana tardía.

~ 66 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 7. Los centros de producción de hierro de la época de post- Zarubincy. 1: Lyoutej (según V.I. Bidzilya, S.P. Patchkova en la rec. Nvoye dannye o zarubinetskoi kulture… 1969). 2: Uman (según Slavyane Yougo- Vostotchnoi Evtopy… 1990). El nivel de la metalurgia de los vénetos corresponde al de los pueblos de Germania. Centros comparables están atestiguados en Polonia meridional, en el territorio de la civilización de Przeworsk (lugios y vándalos).

Llegan los godos

El territorio sobre el que se formaron los futuros eslavos estaba atravesado, en la época romana, por tres rutas fluviales que confluían en el mar Báltico y en el mar Negro: la del Vístula- Bug occidental-Bug meridional, la del Niemen-Berezina-Dniéper y la del Dvina occidental-Dniéper. Los ríos en Europa oriental eran también caminos en las migraciones de pueblos. Así, la ruta

~ 67 ~ Michel Kazanski del Vístula, del Bug occidental y del Bug meridional era frecuen- temente utilizada por los germanos. La presencia esporádica de grupos aislados de origen germánico está ya atestiguada, en el sur de la Europa oriental a principios de nuestra era, gracias a pequeñas necrópolis y las tumbas aisladas, tales como las de Mutin y Peresypka en la región del Dniéper-ribera izquierda, o en las sepulturas de la civilización llamada de Przeworsk (en el territorio de la actual Polonia) en Ucrania occidental.

Pero la oleada más importante de la población germánica llegó al sur de la Europa oriental a finales del siglo II y principios del siglo III. Fueron los godos y sus parientes los gépidos y los hérulos, llegados de la cuenca del Vístula. Su expansión hacia el sur se manifiesta por la difusión de sitios y de objetos aislados originarios de la civilización germánica de Wielbark. Esta última ocupaba, en la época romana tardía, la región del Vístula inferior y del Bug occidental. Al mismo tiempo, aparece en Ucrania un nuevo grupo de habitantes de la civilización de Przeworsk. Los nuevos recién llegados entran en contacto con la población autóctona, los sármatas y los escitas sedentarios (llamados “escitas tardíos”) del norte del mar Negro, los dacios, los getas y los carpos en el norte del Danubio inferior, los vénetos del Dnié- per. Todos juntos forman una federación de pueblos germánicos y no germánicos, conocidos en las fuentes escritas como los “godos”, que están dirigidos por la dinastía real de los “Amalos”, procedente, probablemente, de la Escandinavia meridional.

La civilización de estos nuevos godos, la de Cherniajov (o Sintana-de-Mures/Cherniajov, según la terminología de los arqueólogos rumanos) representa el resultado de la fusión de los rasgos culturales de todas estas poblaciones. Ocupa un gran territorio, del Danubio inferior al Donets, y del borde del mar Negro hasta la frontera de la zona de los bosques (casi en la región de la actual ciudad de Kiev). Bajo la capa de una fuerte influencia romana, los rasgos culturales germánicos se manifies- tan en las prácticas funerarias, en las costumbres, en la cerámica

~ 68 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones hecha a mano, en las tradiciones de construcción de las edifica- ciones, etc.

Figura 8. La evolución de la cultura de los vénetos (según P.N. Tretyakov). Elaborada en los años 1960-70, esta hipótesis del origen de los eslavos- vénetos de la época romata tardía siguie siendo la más convincente. 1: la civilización de Zarubincy (hasta mitad del siglo I). 2: los sitios de post- Zarubincy (siglos I-II). 3: la civilización de Kiev (siglo III-principios del siglo V). 4: la civilización de Kolotchin (siglo V-VII).

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Figura 9. La situación arqueológica en Europa oriental durante la época romana tardía (siglos III-IV), según M. Kazanski, 1992. 1: la fronera meridional de la zona boscosa. 2: la civilización de Cherniajov (federación gótica). 3: la civilización de Wielbark (germanos orientales). 4: la civiliza- ción de la “cerámica estriada” (baltos o balto-eslavos). 5: la civilización de Dniéper-Dvina/Touchemlya media y superior (baltos o balto-eslavos). 6: la civilización de Dyakovo tardía (fineses). 7: la civilización de Gorodez y sitios de Mordves (fineses). 8: la civilización de Kiev (vénetos). 9: la civili- zación de Moschino (baltos o balto-eslavos). 10: la civilización de Azelino (fineses). 11: la frontera meridional de los sitios de tipo Tsareva-Belazier (fineses). 12: la civilización de túmulos de piedras (fineses). 13: la civiliza- ción de necrópolis cercadas con piedras (fineses). 14: la civilización de Dolkeim Kovrovo (baltos occidentales-aestii). 15: la civilización de Bo- gaczewo (baltos occidentales, aestii, galindos, soudavos). 16: la civilización de túmulos cercados con piedras (baltos, leto-lituanos, aestii). 17: el grupo de necrópolis del litoral báltico con tumbas planas enterradas con piedras (baltos, aestii). 18: el grupo de tumbas planas del Niemen medio (baltos, leto-lituanos, aestii). 19: el grupo de tumbas planas del Niemen superior (baltos-aestii). ~ 70 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

La llegada de los godos provoca problemas y cambios en el mapa político y étnico del sur de la Europa oriental. Así, las antiguas ciudades del norte del mar Negro experimentan estas alteraciones. Los rastros de destrucción a mitad del siglo III están claramente atestiguados en Tyras, Tanais, Panticapé/ Bosporos, aunque la vida en estas ciudades continúe más tarde. La ruptura de la vida cotidiana está atestiguada en algunos hábitats fortificados escitas del Dniéper inferior. Los sármatas, que ocupan la estepa forestal de Ucrania y Moldavia, ceden su lugar a la federación gótica.

Los vénetos se encuentran al norte de la zona de Cherniajov. Sus sitios arqueológicos proporcionan testimonios de precoces contactos con la población germánica. Así, espuelas de finales del siglo II y principios del siglo III, originarias de Europa central, han sido descubiertas en los hábitats vénetos en Novye Bezra- ditchi y Gotchevo. Los descubrimientos arqueológicos también testimonian contactos entre los vénetos y la población de Cher- niajov. El hábitat de Golovino I, en la cuenca de Seversky Donets, datado por una fíbula del tipo Almgren VII del siglo III y una moneda de la ciudad de Tyras de 238-253, además del material cerámico y el tipo de edificaciones, tenía una población mixta, “chernajoviana” y véneta. Al lado, se sitúa una pequeña necró- polis con inhumaciones con la cabeza orientada hacia el norte, típicas de la cultura de Cherniajov, e incineraciones que son conocidas en ambas civilizaciones. Puede entonces suponerse que los primeros contactos entre los godos y los vénetos fueron mayormente pacíficos; en cualquier caso, algunas comunidades fronterizas, entre los vénetos y los godos, estaban formadas por habitantes de ambos grupos.

~ 71 ~ Michel Kazanski

Los vénetos de Jordanes

Antes de abordar la cuestión de las relaciones entre los godos y los vénetos, es necesario presentar la civilización arqueológica de estos últimos durante la época romana tardía. Esta civiliza- ción, llamada hoy “cultura de Kiev”, fue identificada por primera vez por el arqueólogo soviético V. Danilenko en los años 1960. Actualmente, las publicaciones de P. Tretyakov, E. Goryounov, R. Terpilovsky y A. Oblomsky proporcionan un cuadro bastante completo de la civilización de Kiev.

Ocupa la cuenca del Dniéper medio-ribera derecha, en la región de Kiev (sitios de Hodosovka, de Bolchaya Saltanovka, de Obukhov, de Kazarovitchi), la estepa boscosa del Dniéper-ribera izquierda (por ejemplo, Besedovka, Chmyrevo, Gotchevo), la cuenca del Seim (Bukreevka 2, Kamenevo 2), la del Desna (Ulyanovka, Roische, Mena 5, Lavrikov Les, Aleksandrovka), la cuenca del alto Dniéper (Taimanova, Abidnya, Novy Byhov), y, en fin, la del Berezina (Schatkovo).

Figura 10. La cronología de la civilización de Kiev (según Schukin, 1990). ~ 72 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Los hábitats no fortificados se sitúan en los bordes de los valles fluviales, a veces sobre terrazas o dunas, a una distancia entre 1 y 2 kilómetros entre ellos, en grupos compactos (hasta 10 sitios). Ocupan una superficie de 1 a 2 hectáreas, en pocos casos más grande (por ejemplo, Abidnya: 6 a 7 hectáreas). Nin- guno de estos hábitats ha sido excavado totalmente.

Actualmente se ha estudiado un centenar largo de edificacio- nes habitacionales. Son edificaciones rectangulares, de 10 a 17 m2, en suelo excavado, de 0,5 a 1,2 metros de profundidad, con un hogar abierto, donde los hornos de arcilla están escasamente atestiguados, sobre todo en los hábitats de la fase tardía de la civilización (Roische, Mena 5, Bukreevka 2, Ceplyaevo-2, Bogoro- ditchnoe). A veces se han encontrado, en estas edificaciones, rastros de postes. En el Desna, un poste central sostenía el teja- do, un tipo de construcción que se encuentra en otras partes. Las casas de adobe se encuentran, sobre todo, en la región de Kiev (Obukhov, Glevaha); el hogar, en la esquina de la casa, es igual- mente característico de la región de Kiev. Por el contrario, en Bielorrusia, en la región del alto Dniéper, se conocen hogares y hornos de piedra (Gudok, Taimanova y Abidnya). En la misma región, también se conocen casas construidas con postes sobre la superficie del suelo. Son edificaciones que se remontan a la tra- dición de post-Zarubincy. En los mismos hábitats se encuentran silos circulares, de 1 a 1,4 metros de diámetro y de 0,5 a 1,5 metros de profundidad, a veces agrupados cerca de las casas. Se encuentran, de vez en cuando, restos de grandes recipientes (Roische, Novye Bezraditchi). Algunos hábitats contienen tam- bién edificaciones auxiliares donde se efectuaban diversos traba- jos, así como hogares abiertos. En el hábitat de Vasilkov se des- cubrió un horno de hierro.

La situación topográfica de estos sitios era apropiada para las labores del cultivo y del pasto del ganado; los descubrimientos de herramientas agrícolas y los datos paleobotánicos prueban que la agricultura y la ganadería constituían la principal ocupa- ción económica de la población de la civilización de Kiev. Se sabe ~ 73 ~ Michel Kazanski que esta población cultivaba el mijo, el trigo, la avena y el cen- teno ‒que era el más rentable. La aparición de la reja del arado en hierro es una novedad en relación con la época de post- Zarubincy. La composición del ganado ha sido estudiada para la región del Desna; los bóvidos y los pórcidos representaban los dos tercios del ganado, la cabra, la oveja y el caballo también estaban presentes. Las osamentas de animales salvajes repre- sentan el 4%. Los descubrimientos de anzuelos testimonian una actividad de pesca.

Figura 11. Reconstrucción de una casa de la civilización de Kiev en el hábitat de Roische (según Terpilovsky, 1984).

Se conocen pocas necrópolis de la cultura de Kiev. Citaremos las Kazarovitchi, de Novye Bezraditchi, de Abidnya, que contie- nen de 25 a 30 incineraciones, la de Taimanova, que es la más grande y contenía un centenar; por el contrario, el pequeño cementerio de Kireevka solo tenía 5 tumbas.

~ 74 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Solo dos de estos sitios, Kazarovitchi y Kireevka, se han estu- diado de forma exhaustiva. Estas necrópolis se encuentran en la misma situación topográfica que los hábitats. Las incineraciones se dividen en grupos (¿familiares?), en fosas poco profundas, conteniendo una pequeña cantidad de esqueletos calcinados, con restos de la pira funeraria. El mobiliario es bastante modesto y se reduce a cuencos de cerámica, algunos fragmentos de fíbulas o de cuentas de vidrio.

Así, el mobiliario de la cultura de Kiev es conocido, sobre todo, gracias a los descubrimientos realizados en los hábitats. La cerámica es exclusivamente hecha a mano, sin decorar, a veces estriada o con impresiones digitales sobre los bordes. Son vasijas punzadas, tulipiformes, ovoides y carenadas. Los cuencos y los tazones están poco representados. La cerámica lustrada, carac- terística de los sitios de post-Zarubincy, desaparece progresiva- mente hacia los siglos III-IV.

El surtido de objetos de hierro representa dos decenas de tipos. Los hornos y las forjas de la civilización de Kiev eran, con toda evidencia, universales, y fabricaban todo tipo de productos, según las necesidades de la comunidad. Los cuchillos son nume- rosos, a veces también se encuentran navajas. Entre las herra- mientas, hay que citar las rejas de arado descubiertas en los hábitats de Ulianovsk en el Densa y de Chmyrevo en el Psel, o las hoces procedentes de los hábitats de Obukhov, Botnitchi, Abid- nya, Taimanova, Roische y Mena 5.

La mayor parte de las armas descubiertas en los sitios de la civilización de Kiev son “universales”, es decir, destinadas tanto a la guerra como a la caza, incluso a la actividad doméstica. Son lanzas (Ulyanovka, Aleksandrovka), hachas (Krasnaya Zorka- Uzvetchai), flechas, especialmente las de tres puntas (Kamenevo, Gotchevo), originarias de la estepa alano-sármata, o incluso de doble gancho (Krasnaya Zorka-Uzvetchai), sin duda de origen germánico.

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Figura 12. La necrópolis de Kazarovitchi, cerca de Kiev, con mobiliario de las tumbas y plano de la incineración de la época romana tardía (según E.V. Maksimov, R.S. Orlov, en la rec. Rannesrednevekovye vostoichnoslavyans- kie drevnosti… 1974).

Sin embargo, también se observa la presencia de un equipa- miento más específicamente guerrero, tales como las espuelas del tipo Przeworsk (Novye Bezraditchi, Gotchevo) o con ganchos (Taimanova, Aleksandrovka), o colgantes de los arneses en forma de enganches en plata (Roische).

Las joyas generalmente están hechas en bronce. Hay que señalar, no obstante, la ausencia de fuentes de aprovisiona- miento de este material en el territorio de Kiev; esto supone la existencia de un comercio de metales no ferrosos. Las fíbulas

~ 76 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones son, o bien en forma de aguja del tipo Almgren VII en el siglo III, o bien en forma de ballesta (Aleksandrovka, Kazarovitchi, Lavri- kov Les, Glevaha, etc.), todas ellas procedentes de la tradición germánica de Cherniajov. Hay que citar igualmente las hebillas de cinturón o de calzado, típicas de la época romana tardía (Tai- manova, Bolchaya Saltanovka, Ulyanovka, Roische, etc.), los alfi- leres y los anzuelos en madera (Abidnya, Taimanova, Lavrikov Les, Kireevka), los colgantes trapezoidales (Roische, Ulyanovka, Kireevka, Abidnya, Taimanova) o peltiformes (Glevaha, Taima- nova), los brazaletes, especialmente con los extremos acampana- dos (Ulyanovka).

Las joyas decoradas en esmalte tienen un interés especial, porque pertenecen a las particularidades “etnográficas” de la po- blación de la civilización de Kiev. Estas joyas han sido descubier- tas, aisladas o formando parte de tesoros (Bochaya, Saltanovka, Chichino 5), en varios sitios de la cultura de Kiev. Se han reperto- riado una gran cantidad de objetos en la zona de la civilización de Kiev, con una fuerte concentración precisamente en la región de Kiev, en la zona del río Ros (cuenca del Dniéper-ribera dere- cha) y del Desna inferior.

Su datación, como ha demostrado el arqueólogo ucraniano E. Gorohovsky, es fundamentalmente del siglo II y principios del III, pero su existencia en el siglo IV, e incluso en el V, es igualmente muy probable, como lo demuestran los descubrimientos en los países bálticos o en la región del Dniéper medio, especialmente en el hábitat fortificado de Demidovka, cerca de Smolensk, en el contexto del siglo V.

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Figura 13. Los objetos de la civilización de Kiev (según Slavyane i ih sose- di… 1993). 1,3: Ulyanovka. 2,4,7: Roische. 5,9,11,13: Taimanova. 6: Me- na. 5,8,17: Novye Bezraditchi. 10,12: Glevaha. 14: Lavrikov. 15,16,19: Abidnya. 18: Kazarovitchi.

~ 78 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 14. Cerámica de la civilización de Kiev (según Slavyane i ih sosedi… 1993). 1,5: Obuhov. 2,2,4: Roische. 3,10: Taimanova. 6,7,8: Obuhov. 3,9: Glevaha. 11: Desnyanka. 12: Kazamovit- chi. 13-15: Abidnya.

Figura 15. Herramientas de la civiliza- ción de Kiev (según Slavya- ne Yougo- Vostotchnoi Evropy… 1990). 1,4,5,6: Roische. 2: Taimanova. 3: Ulya-novka. 7: Obuhov

~ 79 ~ Michel Kazanski

Los más representativos son las fíbulas y los colgantes, sin- gularmente peltiformes. Las fíbulas tienen forma de T, triangula- res, perfiladas o en omega. Se conocen también cadenas decora- tivas, brazaletes, y más raramente otros objetos, como, por ejem- plo, las espuelas de finales del siglo II y principios del III. Otros objetos sin decoración esmaltada, como por ejemplo las diade- mas o los brazaletes macizos, forman parte de los mismos teso- ros. Estos esmaltes están ligados, en su origen, con la región sur del mar Báltico, donde se han encontrado prototipos. Las mis- mas joyas, además, están atestiguadas entre los baltos y los fine- ses en Prusia, Lituania, Letonia y Finlandia. Son relativamente numerosos en la zona boscosa de Rusia, entre los vecinos sep- tentrionales (bálticos o balto-eslavos y fineses) de la población de Kiev, especialmente en la civilización de Moschino en la cuen- ca del Oka superior.

Es interesante señalar que los esmaltes de la Europa del este difieren totalmente de los de origen romano. Estos últimos tie- nen un color de pasta de esmalte rojo teja, mientras que los esmaltes “bárbaros” son de color rojo cereza, como es, por otra parte, el caso de los esmaltes célticos, tanto en la Galia como en las Islas Británicas. Los contactos marítimos entre la costa sur del Báltico (Prusia, Lituania) y las regiones célticas del Atlántico no han sido estudiados, pero son probables. El pasaje de César en la Guerra de las Galias sobre la navegación de los celtas-véne- tos de la Armórica y su comercio marítimo es bien conocido. Recordemos que, según Tácito, los “aestii”, es decir, los baltos de la costa báltica, hablaban una lengua próxima a la de los breto- nes (lingua britannicae propior, Germania XLV). Quizás sea un error, como se piensa habitualmente. Pero es muy posible que, por razones comerciales, algunos grupos de aestii conocieran las lenguas célticas, lo que no escapó a los informadores de Tácito. Podemos imaginar los enclaves de comerciantes celtas en la cos- ta báltica. Así, el origen céltico de los esmaltes esteuropeos nos parecería más probable.

~ 80 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 16. Armas, equipamiento del jinete y del caballo de la civilización de Kiev (según M. Kazanski, 1997). 1,8: Aleksandrovka. 2: Ulyanovka. 3: Krasnaya Zorka-Kryjin-Uzvetchai. 4,6: Novyc Bezraditchi. 5: Gotchevo. 7: Taimanova. 9-13: Roische. Los tipos de espuelas muestran una influencia germánica, procedente de Europa central, mientras que los colgantes pelti- formes de los arneses imitan las decoraciones de los caballos propias del imperio romano.

Entre otros objetos de la civilización de Kiev, hay que citar las piedras de moler o las de afilar. Por otra parte, los objetos im- portados vienen, sobre todo, de la cultura de Cherniajov. Además de las fíbulas ya citadas, se trata de cerámica torneada o en peine de huesos. La importación romana es poco numerosa: monedas aisladas (3 piezas), cuentas de vidrio, ánforas, muy raramente de la cerámica sellada, una fíbula romana, un asa de bronce (Abid- nya).

~ 81 ~ Michel Kazanski

Figura 17. Flechas de la civilización de Kiev (según M. Kazanski, 1997). 1- 5,7: Kamenevo. 6,8: Gotchevo. 9: Kras- naya Zorka-Kryjin- Uzvetchai. 10: Ulyaovka. 11-12: A- bidnya.

El material arqueológico caracteriza a los vénetos de la época romana tardía como una sociedad poco estructurada, viviendo siempre en comunidades, organizadas en pequeñas familias reu- nidas por vínculos de parentesco. La aparición del equipamiento guerrero de prestigio, a juzgar por los posibles paralelismos con los germanos (espuelas, decoraciones de los arneses en plata) testimonia, quizás, el surgimiento de jefaturas, que todavía no agrupan a grandes uniones tribales. De hecho, el relato de Jorda- nes confirma esta visión de la sociedad véneta. Los vénetos, ata- cados por los godos de Hermanarico, no llegan a oponer una resistencia eficaz; se observa un débil nivel de su organización militar y la ausencia de guerreros profesionales. La influencia germánica, más precisamente gótica, se mani- fiesta claramente en el material arqueológico (fíbulas, armas,

~ 82 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones cerámicas). Las relaciones entre los vénetos y los godos, ante la acción de Hermanarico, eran probablemente pacíficas, lo que permitía los intercambios culturales, Sin duda, los grupos meri- dionales de la población de Kiev fueron absorbidos parcialmente por la federación goda. Las lenguas eslavas testimonian el apren- dizaje de nuevos sistemas sociales entre los vénetos al contacto con los godos. Así, las palabras eslavas «knyaz» (príncipe), «metch» (espada), «chlem» (casco) son, según los filólogos, de origen gótico.

Pero, en los años 330, el belicoso Hermanarico, el más célebre de la familia real ostrogoda de los Amalos, toma el poder. Em- prende, aparentemente en los años 350-360, una serie de accio- nes militares contra sus vecinos, en primer lugar, contra los hérulos, un pueblo predominantemente germánico que habitaba, en el siglo IV cerca del mar de Azov en la desembocadura del don. Esta región representaba una auténtica puerta del mundo mediterráneo hacia la Sarmatia asiática, es decir, hacia la estepa poblada por nómadas alano-sármatas. Estos últimos, en ocasio- nes, se muestran amenazantes. Así, Zósimo nos relata que, en 323, el rey de los sármatas pónticos, Rausimond, intenta una penetración hasta el Danubio, donde es derrotado por los roma- nos. Evidentemente, los ostrogodos querían protegerse contra estas desagradables sorpresas. Por otra parte, aquí comenzaban dos importantes rutas, la de la Seda, a través de las estepas ru- sas, rodeando por el norte el mar Caspio, y la otra que conducía, por el Don, el Volga y la Kama, hacia la taiga finougria, rica en pieles de animales. Es cierto que estas prendas todavía no eran utilizadas por los romanos y los griegos, como demostró el his- toriador polaco J. Kolendo, pero en esta época eran muy aprecia- das por los bárbaros, especialmente por los godos. Los hérulos, pese a sus capacidades guerreras, serán derrotados y, en gran parte, exterminados por Hermanarico.

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Figura 18. Fíbulas y colgantes del grupo del grupo de esmaltes y sus derivados (según Korzu- hina, 1978). 1: Grichin- cy. 2: región del Dnié- per medio. 3: distrito de Kanev. 4: Golovyatino. 5: Vichenki. 6: Staïki. 7: Maly Bukrin.

A continuación, Hermanarico ataca a los vénetos, que se encuentran en las rutas fluviales del Dniéper y del Becerina en dirección a la “Costa del Ámbar”, gran región báltica poblada por los baltos-aestii. Los vénetos, numerosos, pero mal organizados y poco experimentados en el arte de la guerra convencional, son masacrados y los aestii son conquistados totalmente. Herma- narico ataca seguidamente a los “arctoi”, es decir, a los pueblos esencialmente fineses (¿y balto-eslavos?) de la Rusia forestal, Entre estos “Goltescytha thiudans” (¿pueblos ‒thiudos, en gótico‒ de la “Celtoescitia” de los autores antiguos?), citando Jordanes específicamente a los merya y a los mordves fineses de la Edad Media, habitantes de la Rusia boscosa. La ruta hacia estos “arctoi” pasa por el Desna, es decir, nuevamente, por el territorio véneto. Así, los vénetos se sitúan en los importantes ejes estra- tégicos que conducen al Báltico, de una parte, y hacia la Rusia

~ 84 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones boscosa, de la otra: a saber, en el tramo este de la “ruta del ámbar” y en la sección principal de la “ruta de las pieles”.

Figura 19. El tesoro de esmaltes “bárbaros” des- cubierto en Borzna, en la región del Dniéper me- dio (según Korzuhina, 1978).

Con seguridad, es altamente improbable que Hermanarico realmente pudiera controlar todo este inmenso territorio, de la desembocadura del Don hasta el mar Báltico. Para crear seme- jante imperio en Europa oriental habría que esperar a Pedro el Grande. Sin ninguna duda, el poder de Hermanarico sobre todos estos pueblos se manifestaría en el pago de un tributo, bastante irregular por otra parte, y por el reconocimiento, aunque solo fuera teórico, del rey godo como su jefe supremo. Pero hay que conservar la idea de que, para los futuros eslavos, el contacto con los godos, pacífico o militar, fue de una extrema importancia. En efecto, la presión gótica les impulsó a organizarse de una forma más estructurada para oponer una resistencia más eficaz a los herederos de Hermanarico.

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¿Tras las huellas de los stavanoi?

Los vénetos de la civilización de Kiev, al parecer, no eran los únicos eslavos. Además, es probable que otro grupo etnocultural haya llevado, en la época romana tardía, este nombre. Recor- demos que, para una época posterior, el siglo VI, los autores antiguos mencionan varios grupos eslavos, esclavenos, antas, vénetos. Como veremos más adelante, los dos últimos grupos representan a los herederos directos de la civilización de Kiev, mientras que los esclavenos, los “auténticos eslavos”, son identi- ficados con la civilización llamada de Praga-Korchak, que exami- naremos en su momento, y que muestra pocas filiaciones con la civilización de Kiev.

Figura 20. Objetos importados, originarios del sur, descubiertos en la civilización de Kiev: un ánfora romana (1) y objetos de la civilización goda de Cherniajov (2-4) (según Terpilvsky, 1984, y Terpilvsky, Chekun, 1996). 1,4: Roische. 2,3: Aleksandorvka.

Sin embargo, más recientemente los arqueólogos bielorrusos han descubierto al oeste de la zona de Kiev un grupo eslavo de la época romana tardía, que representa a los ancestros directos de los esclavenos, portadores de la civilización de Praga-Korchak de

~ 86 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones la alta Edad Media. Se trata del hábitat de Ostrov, cerca de la ciudad de Pinsk, en la región de Polesia, en Bielorrusia meridio- nal, estudiada por A. Egoreitchenko. Aquí se han descubierto edificaciones de pequeño tamaño (unos 3 x 2,5 metros) con restos de hornos de piedra y el mobiliario habitual de la cultura de Praga-Korchak, especialmente vasijas ovoides hechos a mano, cuchillos, puntas de flecha, tornos de arcilla, etc. Pero el mismo hábitat ha sacado a la luz una fíbula con pie añadido, típica de la civilización de Cherniajov, datada en el siglo IV (teóricamente, pudieron existir raros ejemplares de este tipo todavía en el siglo V), así como cuentas poliédricas de vidrio azul de la época romana tardía. Así, el hábitat puede ser datado en el siglo IV, quizás a principios del V, es decir, en la época que nos interesa.

El arqueólogo moscovita I. Gavritukhin identificó un material del mismo tipo perteneciente a la época romana en otros sitios de la civilización de Praga-Korchak, en la frontera norte de la cultura de Cherniajov, en la región del Dniéper-ribera derecha (Korchak, Teterevka, Obolon, por ejemplo). Así, el material arqueológico testimonia la existencia de otro grupo cultural esla- vo, vecino y contemporáneo del de la civilización de Kiev.

Es el momento de recordar que Ptolomeo menciona separa- damente a los vénedos de la costa báltica (¿no eslavos?) y a los misteriosos stavanoi, en los que los historiadores reconocen a los esclavenos del siglo VI, es decir, a los eslavos propiamente di- chos. Estos últimos desaparecen en las fuentes escritas entre el siglo II y el VI. Se puede, en nuestra opinión, identificarlos, en todo caso para la época romana tardía, con los sitios del tipo Os- trov, precursores de la civilización esclavena de Praga-Korchak. Sus rastros arqueológicos están comenzando a hacer aparición, por lo que es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre sus orígenes y sobre sus vínculos con las civilizaciones de post- Zaburincy y de Kiev.

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Figura 21. El plano de la parte excavada del hábitat de Ostrov, en la región de Polesia, en Bielorrusia (según Egoreïtchenko, 1991). En la actualidad, es el hábitat más antiguo de la civilización de los esclavenos, denominada de Praga, que pertenece al siglo IV o principios del siglo V.

Figura 22. El movi- liario procedente del hábitat de Ostrov (se- gún Egoreïtchenko, 1991). La cerámica es característica de la civi- lización de Praga, mientras que la fíbula es originaria de la civil- zación de Cherniajov, y puede ser atribuida al segundo tercio del siglo IV o principios del V. Las cuentas poliédricas en vidrio, de origen romano, se han datado en el siglo IV.

~ 88 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

El tipo de economía y la estructura social de la población de la fase inicial de la civilización de Praga son igualmente difíciles de captar por el momento, En primer lugar, se trata de una civili- zación bastante arcaica, relativamente pobre, comparable con las de la zona boscosa situada más al norte. Hay que señalar, en particular, una evidente semejanza de la cultura material de la civilización de Praga con la de la civilización llamada de Dniéper- Dvina en Bielorrusia septentrional, en la cuenca del Dvina occi- dental. Esta última, bastante arcaica, todavía aparece en la pri- mera Edad de Hierro y se mantiene hasta la época romana. El mobiliario de los sitios es tan modesto que el célebre arqueólogo P. Tretiakov la calificaba en sus obras de “la civilización menos interesante” de Europa oriental. Según otro eslavista B. Ribakov, la zona de la civilización de Dniéper-Dvina corresponde a la loca- lización geográfica del pueblo de los “andrófagos”, o sea caníba- les, mencionado por Heródoto en el siglo V a.C., en algún lugar del norte de Escitia. De creer a Ribakov serían baltos. Parece que esta triste civilización de caníbales tiene posibilidades de con- vertirse en la de los venerables ancestros de los eslavos.

En los bosques del norte y en la estepa boscosa del este

La situación en la zona boscosa al norte de la civilización de Kiev es relativamente conocida por los datos arqueológicos, pero es muy difícil identificar los grupos culturales de esta región con los grupos étnicos, debido a la falta de pruebas de las fuentes escri- tas. La población susceptible de tener un componen eslavo (o más precisamente balto-eslavo) está representada por dos civili- zaciones. La primera aparece hacia el siglo IV en la cuenca del alto Dniéper, resultado de la fusión de las poblaciones indígenas con grupos de migrantes (¿vénetos, baltos?) llegados del exte- rior.

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Figura 23. Evolución de las antigüedades del alto Dniéper (según Tretya- kov, Chmidt, 1958). Estas antigüedades pertenecen, sin duda, a una pobla- ción “entre los baltos y los eslavos”, que revela una antigua unidad lingüís- tica y cultural balto-eslava. Las influencias venidas del sur, ligadas a la difusión de elementos de post-Zarubincy, son perceptibles en la fase de Touchemlya “media”. Los sitios de Touchemlya “superior” se formaron también bajo una influencia meridional.

Esta civilización, llamada de “Touchemlya reciente”, es cono- cida, sobre todo, gracias a las excavaciones de pequeños hábitats fortificados, rodeados de muros de tierra. A lo largo de estos muros se erigen edificaciones habitacionales colectivas y el

~ 90 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones centro del hábitat frecuentemente está ocupado por un santua- rio, cuyos restos aparecen bajo la forma de un círculo con agu- jeros para postes (¿ídolos?). El sitio homónimo de Touchemlya representa un buen ejemplo de este tipo de hábitat. Su mobilia- rio es extremadamente pobre, constituido sobre todo por cerá- mica hecha a mano y por algunos objetos aislados de hierro. Existen igualmente hábitats no fortificados. El descubrimiento de algunos objetos de tipo Cherniajov (un peino de hueso en Kislaya, una hebilla en Bliznaki y una fíbula en Chugailovo) per- mite afirmar que la civilización de “Touchemlya reciente” existía ya a finales del siglo III y principios del IV.

Esta civilización se considera frecuentemente como balta. Pero esta afirmación se basa en un único argumento: la concen- tración de la antigua toponimia balta en la zona de Touchemlya. Como ya hemos visto, las lenguas eslavas no son más que una modificación tardía de las lenguas bálticas; dicho en otros tér- minos, la antigua toponimia balta bien podría pertenecer a los ancestros de los eslavos. Por otra parte, los elementos culturales de post-Zarubincy, próximos a la civilización de Kiev, contribu- yeron, como vamos a ver, a la formación de la civilización de Touchemlya; su parentesco con el mundo eslavo, pues, no puede ser excluido.

En efecto, en el territorio de la civilización de Touchemlya en las cuencas del alto Dvina occidental y del Velikaya, en la parte sur de la región de Novgorod-Pskov, los investigadores han iden- tificado un nuevo grupo de sitios de la época romana tardía, llamado de Zaozerie, que manifiesta un evidente parentesco con la civilización de Kiev y que puede estar en el origen de la civili- zación de Touchemlya. Los sitios de tipo Zaozerie están datados por raros objetos importados de la zona de Cherniajov (una pla- ca de hebilla en Svinuhi y cuentas poliédricas de vidrio azul en Kamennaya Lava); pertenecen, pues, a la misma época romana tardía que los sitios más antiguos de Touchemlya. Pero este gru- po, quizás el más antiguo grupo eslavófono del noreste de Rusia, está todavía insuficientemente estudiado. ~ 91 ~ Michel Kazanski

En cualquier caso, su existencia confirma la penetración de los grupos vénetos bastante lejos hacia el norte. Es interesante señalar que los dialectos eslavos medievales de Novgorod, bien conocidos gracias a numerosos descubrimientos de textos sobre corteza de abedul, son los únicos en el mundo eslavo que no tienen ningún rastro de influencia germánica oriental. Esta in- fluencia, como hemos visto, se remonta a la época romana tardía y está ligada a los contactos con los godos. Así, los ancestros de los eslavos rusos de Novgorod debieron vivir, en la época roma- na, bastante lejos de la zona de la cultura de Cherniajov y la situación geográfica del grupo Zaozerie corresponde perfecta- mente a esta condición.

Figura 24. Mobiliario de la civilización de Moschino (según I.K. Frolov y T.N. Nikoslkaya, en la rec. Drevnie slavyane i ih sosedi… 1970). Esta civi- lización de los siglos III-V pertenece, sin duda, a una población balto-esla- va, formada bajo la fuerte influencia de la civilización de post-Zaburincy.

La aparición de un grupo véneto tan lejos al norte no es sor- prendente si tenemos en cuenta el hecho de que la época romana

~ 92 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones tardía, en la zona boscosa de Rusia y de Bielorrusia, es el periodo de grandes cambios culturales. Lamentablemente, la ausencia total de testimonios de fuentes escritas no permite dar nombres de pueblos a los grupos culturales de las antiguas poblaciones en desplazamiento. Sin embargo, está claro que se trata de cambios radicales en la composición étnica de la población de la zona forestal, cambios que pudieron dar como resultado, en esta zona, el reforzamiento del elemento balto-eslavo.

En Bielorrusia central y occidental desparece, hacia el siglo IV, la civilización de la “cerámica estriada”. El descubrimiento más reciente es una fíbula del grupo de los esmaltes, de los siglos II-III, en el hábitat fortificado de Malychki. Su territorio está ocu- pado por sitios del tipo Touchemlya reciente que, como ya he- mos dicho, aparece hacia el siglo IV en el alto Dniéper.

Más al este, en la región del alto Oka, hacia el siglo III, se for- mó la civilización de Moschino, representada por hábitats fortifi- cados y por grandes túmulos de incineraciones. La cerámica y las joyas de esmalte de Moschino manifiestan un parentesco con la civilización de Kiev, que se explica por la participación de ele- mentos de post-Zarubincy en la formación de esta civilización. Es la segunda civilización en la zona forestal después de la de Tou- chemlya y los sitios emparentados de Zaozerie, que pudo perte- necer a una población balto-eslava.

La población de Moschino, a partir del Oka, se extendió hacia el Volga superior y el alto Dniéper, englobando la parte occiden- tal del territorio de la civilización finougria llamada de Diakovo, entre el Oka y el Volga. La mezcla fue tan considerable que la atribución de algunos hábitats fortificados en la región de Moscú ha sido objeto de fuertes debates: ¿Moschino o Diakovo? La situación militar en esta zona es bastante incierta: huellas de destrucciones, de incendios, así como tesoros de objetos de los siglos III-IV han sido descubiertos en algunos hábitats fortifica- dos, tales como Moschino o Scherbinskoe. En fin, todavía más al este, en el Oka medio, aparece la civilización llamada de Riazan- ~ 93 ~ Michel Kazanski

Oka, representada por necrópolis con inhumaciones, donde algu- nos investigadores han viso un fuerte componente balto.

Un grupo de sitios cercanos a los de Kiev aparece muy al este, en la estepa forestal, más allá del Don, en la cuenca del Hoper, entre el Volga y el Don. Se trata, por ejemplo, del hábitat de Chapkino 2 y de la necrópolis con incineraciones de Inyasevo. Los dos sitios han sacado a la luz la cerámica hecha a mano cercana a la del tipo Kiev. Por otra parte, se han descubierto también, en la necrópolis de Inyasevo, colgantes trapezoidales, próximos a los de Moschino y del hábitat de Gotchevo 1, así como placas de hebillas datables de los siglos III-IV.

Por último, incluso en el Volga medio, un grupo de sitios, conocido como de tipo Lbische, se atribuye actualmente a los eslavos, portadores de la civilización de Kiev. Sin embargo, es demasiado pronto para pronunciarse sobre esta cuestión, ya que el material sigue inédito.

Así pues, aunque no siempre se llegue a captar el sentido de los cambios en la zona boscosa, está claro que una población que hablaba diferentes dialectos eslavos, balto-eslavos o simplemen- te baltos, cada vez está más presente.

Los vénedos en el mapa de Peutinger

Los vénetos aparecen todavía en el siglo III en un documento de primera importancia. Figuran bajo el nombre de “venedi” en algún lugar cerca de la desembocadura del Danubio y, además, en la vertiente norte o este de los Cárpatos, como “venadisar- matae”, en el mapa romano del siglo III llamado de Peutinger. En el último caso, el autor romano quería, sin duda, señalar la per- tenencia geográfica de estos venedi a la Sarmatia.

~ 94 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Actualmente, existen dos grupos de sitios arqueológicos que podemos atribuir a estos venedi del mapa de Peutinger.

El primero está formado por los hábitats y las necrópolis con incineraciones de la parte meridional de Besarabia, cerca de la desembocadura del Danubio, llamados sitios de tipo Etuliya- Chimichkoi, que reúnen los rasgos culturales de los escitas tar- díos y de los de post-Zarubincy. Entre los elementos caracterís- ticos se puede citar la cerámica hecha a mano, de la tradición de post-Zarubincy, y las pequeñas edificaciones con poste central (en Kokgaz, por ejemplo). Objetos de importación romana, tales como ánforas (Tomai, Kokoara III), recipientes en cerámica sellada (Chimichkoi), vasos de vidrio decorados (Kokgaz) u obje- tos típicos de Cherniajov, como los peines de hueso (Kokoara II), muestran que estos sitios existían a partir del siglo III y hasta finales de la época romana tardía, es decir, hasta finales del siglo IV y principios del V.

El segundo grupo está situado en la cuenca del alto Dniéster, al noreste de los Cárpatos. Son hábitats no fortificados (Bovchiv II, Demianov I, Ripnev II, Cherepin, etc.), que forman parte de los emplazamientos de la civilización Cherniajov y cuyo mobiliario, efectivamente, es típico de esta cultura, pero con particularida- des. La primera es la presencia dominante, en el conjunto de la cerámica, de recipientes ovoides, hechos a mano, que recuerdan a los recipientes eslavos de la Polesia. La segunda particularidad es el tipo de edificaciones, en suelo excavado y con hornos de piedra, tipo poco extendido en la civilización de Cherniajov, pero característica de los eslavos a partir del siglo V. Es posible que se tratara de dos grupos eslavos (venedi y venadisarmatae del mapa de Peutinger) integrados en la población de la federación gótica (civilización de Cherniajov) que, no obstante, lograron conservar algunos rasgos culturales arcaicos que permiten identificar sus orígenes.

Después de este breve examen de las antigüedades eslavas, o más precisamente protoeslavas, se imponen algunas observacio- ~ 95 ~ Michel Kazanski nes. Ante todo, hay que señalar que todas las civilizaciones arqueológicas del siglo I al IV que tienen alguna relación con los eslavos, se sitúan muy lejos de las fronteras del mundo antiguo (solo el grupo de Etuliya-Chimchkoi es una excepción), esencial- mente en la zona de los bosques. Es, pues, normal que los cono- cimientos de los autores griegos y romanos sobre los eslavos fueran tan fragmentarios. La civilización de los eslavos en la épo- ca roma es bastante arcaica, porque no experimentó la influencia directa del mundo civilizado.

También hay que señalar que no puede hablarse de eslavos en la época romana de una forma convencional. En realidad, se trata de una población que hay que llamar más bien balto-eslava, teniendo en cuenta el hecho de que la continuidad lingüística y cultural entre baltos y eslavos todavía no se había roto.

Figura 25. Material del grupo del alto Dniéster de la civili- zación de Chernia- jov (hábitat Tchere- pin, edificación 8), que podría pertene- cer a un grupo esla- vo incoporado a la federación gótica (según V.D. Baran, Tchernyahivska kul- tura, Kiev, 1981).

~ 96 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Por otra parte, también es evidente que los ancestros de los eslavos no vivían en un área cerrada, sino que entraron en contacto, pacífico o militar, con sus hermanos, los baltos, pero también con los fineses, los iranios (sármatas y escitas), los germanos y, quizás también, con los tracios, los ilirios e incluso los celtas. Así, no importa qué civilización protoeslava de la época romana represente el fruto de un mestizaje cultural y étnico de las diferentes poblaciones. Por su parte, los grupos eslavófonos se dispersaron entre la población no eslava, ante todo balta, finesa y germánica. En esto, los eslavos no se distin- guen en nada de los demás europeos.

Durante el período romano, las poblaciones eslavas pasaron por periodos de actividad militar y política bastante elevada, como es el caso de los vénetos de Tácito o, en otros periodos, experimentaron las expansiones de sus vecinos, como la que se produjo bajo Hermanarico. Una vez más, la historia eslava pre- senta los mismos fenómenos que la de los otros pueblos euro- peos.

Finalmente, dentro del mundo eslavo, los líderes no siempre fueron los mismo. Así, los autores antiguos hablan de los véne- tos, mientras que los stavanoi, los “verdaderos” eslavos, que re- presentaban quizás un grupo a parte en el territorio de Bie- lorrusia meridional, apenas son mencionados. Su gloria llegará más tarde.

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Figura 26. La zona de formación de las civilizaciones eslavas de la alta Edad Media de Praga (1), de Kolotchin y de Penkovka (2) y las direcciones de su difusión durante los siglos V-VI (según P.N. Tretakov). El grupo 1 podría corresponder a los stavanoi de Ptolomeo, ancestros directos de los esclavenos, mientras que el grupo 2 seguramente pertenece a los descen- dientes de los vénetos de las fuentes antiguas.

~ 98 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Los eslavos según Jordanes

«Entre estos ríos se encuentra situada Dacia, ceñida por los elevados Alpes [los Cárpatos] como por una corona. Cerca de su flanco izquierdo, que se inclina hacia el norte, y partiendo de la fuente del Vístula, habita la popu- losa raza de los vénedos, que ocupa una gran extensión de terreno. Aunque actualmente sus nombres se han dispersado entre varios clanes y lugares, son llamadas fundamentalmente esclavenos y antas. El hogar de los escla- venos se extiende desde la ciudad de Novioduno… hasta el Dniéster, y por el norte hasta el Vístula… Los antas, que son los más valerosos de estos pueblos… se extienden desde el Dniéster hasta el Dniéper, ríos que se en- cuentran a muchos días de marcha uno del otro». (Jordanes)

El origen de los pueblos eslavos según las crónicas rusas medievales

«… Los eslavos estaban instalados en el Danubio, donde hoy se encuentran los países húngaro y búlgaro. Y, derivados de estos eslavos, los pueblos es- lavos de dispersaron por la tierra y se dieron nombres según los lugares donde habitaban. Así, unos llegaron al río que se llamaba Morava y se denominaron los moravos, y otros fueron llamados checos. Y todavía otros eslavos: los croatas blancos y los serbios. En un tiempo, los valacos (ro- manos, bizantinos o una población de lengua latina – M.K.), atacaron a los eslavos danubianos y se instalaron entre ellos y comenzaron a oprimirlos; los eslavos partieron y se instalaron en el Vístula, que son el origen de los polacos. Del mismo modo, estos eslavos se instalaron en el Dniéper, y se dieron el nombre de polianos, mientras que otros se llamaban los dre- vlianos, porque vivían en los bosques, y otros se instalaron en el Pripet y el Dvina (es decir, sobre el territorio de la actual Bielorrusia – M.K.) y se llamaron los dagroviches, otros se instalaron en el Dvina y se dieron el nombre de polotianos, por el río Polota. Los eslavos que se instalaron en torno al lago Ilmen conservaron su nombre, los eslovenos, y ellos cons- truyeron la ciudad de Novgorod. Otros se instalaron en los ríos Desna, Seim y Soula y se llamaron los severios…». Crónica de los tiempos pasados (siglo XI)

~ 99 ~ Michel Kazanski

~ 100 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

CAPÍTULO II

EL NACIMIENTO DEL MUNDO ESLAVO (SIGLO V)

Las relaciones entre los eslavos y los godos en los siglos III-V

Los contactos entre los godos y los eslavos han sido, princi- palmente estudiados por los lingüistas y los historiadores. Sus trabajos han permitido no solo reconstruir las grandes etapas de las relaciones políticas entre estos dos pueblos, sino también dis- cernir las aportaciones germánicas en la lengua, la mitología y las epopeyas de los eslavos (Toporov, 1983). Nos proponemos presentar aquí los datos arqueológicos que testimonian la influencia goda en la civilización eslava del siglo III al V.

Las primeras relaciones duraderas entre godos y eslavos se remontan a los siglos II y III, cuando grupos germánicos forma- dos principalmente por godos portadores de la civilización de Wielbark abandonan la cuenca del Vístula inferior y se desplazan hacia el sureste (Shchukin, 1989). En Bielorrusia occidental se encuentran con una población de carácter eslavo, o más exacta- mente balto-eslavo, porque los eslavos y los baltos, como ha se ha dicho, formaban probablemente todavía entonces una conti- nuidad lingüística y cultural (Shchukin, 1989). Esta población, que corresponde, sin duda, a los vénetos mencionados por Táci- to, nos dejó los sitios arqueológicos del tipo post-Zarubincy (o

~ 101 ~ Michel Kazanski

Zarubincy tardío) encontrados en la cuenca del Dniéper medio y en parte del Dniéper superior.

La llegada de los godos a Ucrania y su migración hacia el mar Negro, completada durante la primera mitad del siglo III, trans- formó radicalmente la situación política y étnica al sur de Europa oriental; la desaparición de sitios e incluso de grupos arqueoló- gicos enteros lo demuestra. La poderosa federación de los godos extendió su dominio al norte del mar Negro y al sur del Danubio inferior. Nos dejó la civilización arqueológica de Cherniajov, re- sultado de una síntesis de elementos culturales germánicos (de- rivados de las culturas de Wielbark y de Przeworsk) y no germá- nicos: iranios (escito-sármatas) y tracios (geto-dacios). La insta- lación de los godos provocó especialmente un retroceso del territorio del grupo post-Zaburincy, desplazándose los portado- res de este grupo hacia el noreste, hacia la zona forestal, de tal forma que su territorio englobaba entonces no solo la cuenca del Dniéper medio sino también la totalidad de la cuenca del Dnié- per superior. Es precisamente sobre este territorio que se forma, en el siglo III, la civilización arqueológica de Kiev (Terpilovskij, 1984), que puede atribuirse a los vénedos, ancestros directos de los eslavos mencionados por Jordanes en el siglo IV.

Los contactos entre eslavos y godos se produjeron ciertamen- te dentro de un grupo local de la cultura de Cherniajov, el del alto Dniéster. En efecto, este grupo, representado en el estado actual de las investigaciones únicamente por hábitats no fortifi- cados, posee puntos comunes con los otros sitios de la cultura de Cherniajov, pero también con sitios de carácter eslavo: los de tipo post-Zarubincy anteriores a la aparición de los godos y los dejados por los eslavos que los poblaron más tarde, a partir del siglo V (Barn, 1981). Entre los rasgos eslavos del grupo del alto Dniéster, señalemos la cerámica no torneada y las viviendas en suelo excavado, que aquí son mayoritarias mientras que son mi- noría en otras partes de la cultura de Cherniajov. El grupo del alto Dniéster, atestiguado entre el siglo III y la primera mitad del siglo V, es decir, durante todo el periodo de existencia de la ~ 102 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones cultura, testimonia, pues, una presencia eslavo-véneda en el inte- rior de la federación goda.

Pero se trata de una excepción porque, según los datos de la arqueología, la mayoría de los vénedos de la civilización de Kiev no participaron en la formación de la federación gótica. Los raros descubrimientos de cerámica hecha a mano de tipo Kiev en los sitios de la cultura de Cherniajov (en Lepesovka, Novo-Kipvskoe, Lomovatoe 2 y Zukovcy) parecen únicamente demostrar la pre- sencia de mujeres aisladas de origen vénedo en las aldeas góti- cas, probablemente como consecuencia de matrimonios mixtos (Terpilovskij, 1989) o del rapto de prisio-neras. En efecto, en las sociedades primitivas, la cerámica no torneada era realizada por las mujeres para un uso doméstico; por ello constituye un índice etnográfico fiable. Las inves-tigaciones emprendidas en la zona fronteriza entre las culturas de Kiev y de Cherniajov, en la cuenca del Stugna y del Irpen, al sur de Kiev, atestiguan clara- mente el hecho de que las dos etnias, en general, no se mezcla- ron. Así las excavaciones de Glevaxa han evidenciado que la población de la cultura de Kiev que vivía en este hábitat durante la segunda mitad del siglo III y principios del IV, fue sustituida por los portadores de la cultura de Cherniajov. Sin embargo, aun- que el hábitat haya existido prácticamente sin discontinuidad, se observa una ruptura cultural muy clara entre las dos fases de ocupación. Este cambio rápido y total de la población a princi- pios del siglo IV fue, sin duda, provocado por la presión de los godos sobre los vénedos, interpretación corroborada por los autores antiguos.

En efecto, Jordanes nos dice que, bajo el reino de Hermana- rico, es decir, a partir de los años 30 del siglo IV, los godos em- prendieron una política de expansión hacia el norte. Tras haber combatido encarnizadamente contra los arctoi, pueblos esencial- mente finougrios de la cuenca del Oka y del Volga, Hermanarico dirige su ofensiva contra los vénedos. Estos últimos, aunque numerosos y, de creer a Tácito, generalmente dotados para la guerrilla, están mal armados y mal organizados, según Jordanes. ~ 103 ~ Michel Kazanski

Tampoco pueden resistir al ejército godo, incomparablemente mejor preparado gracias a su larga experiencia en las guerras danubianas y pónticas contra el Imperio romano. Tras los véne- dos Hermanarico someterá a los aestii baltos que, siempre según Jordanes, vivían al borde del “océano” (el mar Báltico). Es difícil determinar la amplitud exacta de la acción de Hermanarico entre estos pueblos del norte. Puede suponerse que se concentró en la proximidad de los grandes ejes fluviales de la zona boscosa y, en lo que respecta a los vénedos, a lo largo del Dniéper, del Desna y del Berezina. Al menos desde la época escita, estos ríos servían de vías de comunicación entre la región del Dniéper, los países baltos, grandes suministradores de ámbar, y el Ural, rico en cobre y en oro. Además, el bosque de la Rusia septentrional constituía una reserva inagotable de pieles. Estos factores pudie- ron incitar a Hermanarico a efectuar una demostración de fuerza a fin de abrir estas vías fluviales a los comerciantes góticos.

Tenemos pocos datos sobre las relaciones que mantuvieron los godos con los pueblos vencidos. En cualquier caso, no pueden aceptarse las reconstrucciones de algunos historiadores alema- nes que consideran que los nuevos amos germánicos organiza- ron la explotación de los “campesinos” eslavos. Nin-guna fuente escrita o arqueológica confirma este punto de vista que, además, contradice lo que sabemos sobre la organización social de los pueblos bárbaros de las épocas romana y medieval. Numerosos testimonios de autores antiguos muestran que, entre los bárba- ros de la Europa no mediterránea (de épocas diferentes pero que se encontraban en un estado de desarrollo social y económico comparable), las relaciones entre vencedores y vencidos se limi- taban habitualmente al pago de un tributo, frecuentemente en forma de regalos, y al envío de tropas auxiliares al pueblo diri- gente. Además, estos acuerdos se consolidaban con la entrega de rehenes elegidos entre las familias aristocráticas de los pueblos vencidos. Así, César, en La guerra de las Galias, relata que los galos sometidos a Ariovisto debían ceder una parte considerable de sus tierras (dos tercios en el caso de los secuanos), pagar un tributo anual (fue el caso de los eduos) y entregar rehenes. Pero ~ 104 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones sabemos que conservaron una estructura política propia, puesto que estaban representados por sus jefes ante César. También subraya las alianzas con los eduos, los secuanos y los remes, pueblos líderes de las diferentes federaciones. De la lectura del texto resulta evidente que cada tribu de la federación poseía su aristocracia y su clase de guerreros, por tanto, una jerarquía so- cial independiente. Igualmente, siempre según César, los suevos sometían a los ubienos germánicos a un tributo, pero estos últi- mos conservaban un territorio tribal y una estructura social pro- pios. César señala, además, que los pueblos germá-nicos no se mezclaban entre ellos y que sus tierras estaban rodeadas de una zona vacía de todo tipo de población. Señala que los germanos “tienen como marca de virtud guerrera la de expulsar a sus veci- nos de sus campos e impedir que cualquier audaz se establezca cerca de ellos”. Estas tribus eran, pues, homogéneas desde el punto de vista étnico, lo que excluye totalmente la posibilidad de una cohabitación en un mismo territorio entre los “campesinos” y los “señores” de tribus diferentes.

Finalmente, César nos dice que, en tiempos de guerra, los sue- vos exigían a los pueblos sometidos el envío de tropas auxiliares. Tácito proporciona informaciones similares porque, según él, todos los pueblos de la Germania poseían un territorio indepen- diente. Menciona con frecuencia la presencia de una aristocracia local, y el pago de un tributo aparece como la forma más extendi- da de explotación: para los cotines y los oses sometidos a los cuados y a los sármatas, por ejemplo. Señala igualmente, en algu- nos casos, la obligación de suministrar materias primas, un pago en especie de cualquier tipo: pensamos, en particular, en esos mismos cotines, que debían suministrar hierro a los cuados y los sármatas. Los autores medievales atestiguan el mismo tipo de relaciones entre bárbaros dominantes y dominados: según la costumbre, el pago de un tributo, lo que les permitía mantener su condición de aliados, pero conservando el poder en sus res- pectivos territorios. Finalmente, mencionemos la Crónica de los tiempos pasados, que muestra cómo los príncipes varegos de Kiev establecieron, en los siglos IX-X, su poder entre los eslavos. ~ 105 ~ Michel Kazanski

Aunque utilizaron, en un primer tiempo, la fuerza contra los drevlianos, los severios y los viatiches, ellos preferían los medios diplomáticos, especialmente en una segunda época, en la que los príncipes de Kiev imponían a todos esos pueblos el pago de un tributo, así como la obligación de proporcionar un contingente militar. Los pueblos sometidos conservaban su propia aristocra- cia y, por tanto, una estructura política independiente. Tenemos todos los motivos para pensar que la organización del “imperio” de Hermanarico no se separó de este esquema habitual y que los godos ejercieron sobre los vénedos, retomando la expresión uti- lizada por H. Wolfram, una especie de protectorado.

La arqueología confirma el relato de Jordanes sobre la pene- tración de los godos en territorio eslavo. De hecho, algunos hallazgos en los sitios de la cultura de Kiev testimonian contac- tos en el siglo VI y durante la primera mitad del siglo V con la gótica de Cherniajov (Terpilovskij, 1984). Señalemos, por ejem- plo, la presencia en varios hábitats de cerámica torneada gris de tipo Cherniajov, en particular en Kurilovka, Tajmanova, Ignatov- ka, Abidnja, Mezin, RoiSče, Uľjanovka, Zolotinka, Saltykova Devi- ca, Vybli, Kovčin, Gorica, Klockov, Zajare y Kiselevka 2. Entre los objetos cotidianos de la cultura de Cherniajov, citaremos los pei- nes de hueso hechos de tres placas y las herramientas agrícolas como las piedras de moler específicas. No puede excluirse que las espuelas de bronce, encontradas en Novye Bezradice y Goce- vo 1, de un tipo extendido entre los germanos, haya sido también importadas de la zona de Cherniajov o de la de Wielbark- Przeworsk. Además, algunas puntas de flecha de la cultura de Kiev tienen paralelismos con los sitios de la cultura de Chernia- jov. Pensamos, por ejemplo, en la pequeña flecha de sección cua- drada, encontrada en Uljanovka, idéntica a la del hábitat de Leski de la cultura de Cherniajov. Por otra parte, la flecha alambrada del hábitat de Krasnaja-Zorka-Uzvecaj tiene su contrapartida no solo en la zona de Cherniajov, en Lepesovka y en Oseli, por ejem- plo, sino también en sitios de las culturas germánicas de Wiel- bark y Przeworsk de la cuenca del Vístula (Gavrituxin, 1988). El origen germánico de este tipo de puntas de flecha, del que algu- ~ 106 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones nos ejemplares están atestiguados en la zona forestal de la época romana (Minasjan, 1978, Kazakjavicus, 1988), ha sido demostra- do por R. S. Minasjan (1978). Por último, cabe mencionar las fíbulas características de la cultura Cherniajov encontradas en varios sitios de la cultura de Kiev (en Kurilovka, Kazarovici, Abidnja, Birin, Kvetun 1 y Tajmanova). La influencia gótica expe- rimentada por los vénedos aparece, pues, en varios dominios, pero, sin embargo, no hay que sobreestimarla. Los sitios de la cultura de Kiev se distinguen claramente de los de la cultura de Cherniajov por su arcaísmo: los objetos de metal y de vidrio son mucho menos frecuentes; la cerámica hecha a mano es dominan- te; los hábitats son más pequeños, las edificaciones más primiti- vas. El alejamiento de los vénedos de la cultura de Kiev de cual- quier otra civilización de la tradición antigua explica ciertamente esta situación.

Sin embargo, la presión ejercida por los godos sobre los esla- vos, ciertamente, jugó un rol acelerador en el desarrollo econó- mico. Social, político y militar de estos últimos. La situación geo- gráfica de los vénedos-eslavos jugó en su favor. En efecto, el material arqueológico y numismático permite distinguir, en la zona boscosa comprendida entre los países baltos y el Ural, tres principales ejes de comunicación: las vías Dniéper-Báltico, Dniéper-Volga y Báltico-Volga. Formaban una especie de trián- gulo que tenía como extremos, por un lado, la región del Dniéper medio ocupada por la población de la cultura gótica de Chernia- jov, por otro, los países baltos poblados por tribus baltas y fine- sas, y en fin, la cuenca del Volga superior y del Oka donde vivían los finougrios. Pero el territorio de la cultura de Kiev se encon- traba en el centro de esta red de comunicaciones. La posición clave de los vénedos sobre las rutas que conducían a los godos hacia las regiones ricas en pieles y ámbar también contribuyó al crecimiento de su potencial económico y, por tanto, de su actividad política.

La arqueología también permite juzgar el impacto militar y social de la conquista goda sobre la sociedad eslava. Los descu- ~ 107 ~ Michel Kazanski brimientos de armas en los sitios de la cultura de Kiev son bas- tante raros. Se trata habitualmente de armas “populares”, co- rrientes en esta época entre las civilizaciones de la zona forestal de la Europa oriental (las de Moscino, del Dniéper-Dvina, de Djakovo o la de la cerámica estriada). Citaremos, por ejemplo, las flechas de tres alas de origen sármata en Barsucja Gorka, Gocevo 1), una flecha plana en forma de hoja en Gocevo 1, una pequeña de sección cuadrada en Uljanovka y las de púas de alambre de Krasnaja Zorka-Uzvecaj ya citadas, un hacha en Krasnaja Zorka- Uzvecaj, una lanza en Uljanovka, y en fin, una espuela de hierro con ganchos en Tajmanova. Teniendo en cuenta la presencia en Tajmanova de niveles estratigráficos de la Alta Edad Media, la atribución de esta espuela a la época romana tardía no es segura. Pero, contrariamente a otras civilizaciones contemporáneas de la zona boscosa, se han encontrado también, en la cultura de Kiev, piezas procedentes de equipamientos militares “prestigio- sos”, espuelas de bronce de finales del siglo II y primera mitad del siglo III en Bezradici y Gocevo 1, colgantes de arneses en plata en Roisce, que sin duda pertenecían a los jefes que detenta- ban funciones militares.

En nuestra opinión, esto debe verse como una prueba de los comienzos de la institución de las jefaturas entre los eslavos. Recordemos que una jefatura se caracteriza por la presencia de un jefe, con frecuencia sacralizado, que tiene funciones cultura- les, militares, administrativas y económicas (en particular, la recepción y la distribución de los dones recibidos de otros miembros de la comunidad). Este jefe está a la cabeza de una jerarquía fundada sobre la desigualdad de los clanes y de las familias. Una jefatura está dividida en grupos (comunidades, aldeas, clanes), cada uno con su “subjefe”. Es en este sentido que aparece, por primera vez, la especialización de los individuos por profesiones. Encontramos artesanos (en primer lugar, los herre- ros y fundidores, después los alfareros, por ejemplo), sacerdotes y, más tarde, guerreros (Hedeager, 1992). El ejemplo de los ugrios siberianos muestra que la presencia de guerreros profe- sionales en una jefatura no era obligatoria. Entre los príncipes de ~ 108 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Koda, los más poderosos en la región del Ob, el servicio de la guardia estaba a cargo de veinte guerreros no profesionales, renovados regularmente por un reclutamiento entre los hom- bres libres (Baxrusin, 1955).

Este sistema no puede, en ningún caso, ser calificado de esta- tal, porque la burocracia, las leyes escritas obligatorias y las estructuras para aplicarlas (el ejército, la policía, los tribunales) están ausentes. El orden reposa sobre la tradición, el derecho consuetudinario, el prestigio del jefe y de su clan. Existen dos tipos de jefaturas: las jefaturas simples, con un jefe que tiene el control sobre varias comunidades, y jefaturas complejas seme- jantes a las que se conocen, por ejemplo, en la antigua Irlanda (Dillon, Chadwick, 1974), cuando en torno a una jefatura central, con un jefe supremo, se forman varias jefaturas periféricas subordinadas: es en este estadio de evolución cuando aparece una élite dirigente (Lewis, 1968, Renfrew, 1983, Vasilev, 1981). Una jefatura puede corresponder a una gran tribu, como segura- mente fue el caso de algunos pueblos galos de la época de César y de ciertos germanos mencionados por Tácito.

El relato de Jordanes también permite suponer una evolución de la sociedad eslava en el siglo VI. Hemos visto que los vénedos fueron derrotados por Hermanarico porque estaban mal - rados para una auténtica guerra. Las piezas del equipamiento militar que hemos mencionado pertenecían a los jefes, pero que estaban, sin duda, a la cabeza de pequeñas jefaturas del tipo, innumerables, que conocemos, por ejemplo, en Escandinavia meridional en la época de las Grandes Migraciones (Hedeager, 1992) o, en la época moderna, durante la conquista rusa, en algunos pueblos siberianos (durante la expedición del príncipe Kurbskij contra los ostiacos del Ob inferior en 1499-1500, los rusos tomaron 42 hábitats fortificados donde capturaron a 58 príncipes indígenas). Pero unos años más tarde, tras la invasión húnica en las estepas pónticas en 375, cuando los eslavos ya no estaban subordinados a los godos, el rey ostrogodo Vinitario tuvo que enfrentarse a los antas. Pero estos últimos que, según ~ 109 ~ Michel Kazanski

Jordanes, eran los descendientes directos de los vénedos, ya están mejor organizados, puesto que ganan la primera batalla. Más tarde, los godos capturan al rey anta Boz, que seguramente tenía el poder central, y a setenta personalidades entre los “principales”, lo que en la lengua de Jordanes significa que eran los representantes de las familias nobles (Sverdlov, 1977, Gindin, 1991).

No compartimos la opinión de H. Wolfram, que considera a los antas de este pasaje de Jordanes como un pueblo no eslavo. A. N. Anfertev considera, por su parte, que la etnia de los antas del siglo IV no puede ser identificada. Pero todos los autores antiguos que hablan del carácter étnico de los antas, señalan, ya sea su parentesco, incluso su origen común con los esclavenos (Jordanes, Procopio de Cesárea), ya sea su gran semejanza (Mau- ricio). No existe ningún testimonio de fuentes escritas que permita suponer la existencia, en cualquier época, de otros antas salvo los de origen eslavo. Por otra parte, el nombre del vence- dor de los antes, Vinitario, significa, como hemos visto, el “vence- dor de los vénedos”. I. A. Levinskaja y S. R. Toxtasev, en su co- mentario sobre Menandro (Gindin, 1991) señalan que los jefes antas del siglo Vi tenían nombres de origen germánico, lo que pondría en duda su atribución eslava. Pero es notorio que la moda de adoptar nombres de origen extranjero estaba extendida entre los bárbaros de la época de las Grandes Migraciones, lo que los autores del comentario reconocen por otra parte. No hay que olvidar la posibilidad de matrimonios mixtos y, con frecuencia, la utilización de las dos lenguas en las familias nobles bárbaras. Todo esto explica que los nombres de los jefes antas no tuvieran una forma eslava.

Así, puede suponerse que la presión gótica sobre los eslavos en el siglo IV provocara el reagrupamiento de pequeñas jefaturas en grandes uniones de tribus. Las investigaciones etnológicas indican, por otra parte, que en las sociedades primitivas las jefa- turas se organizaban fundamentalmente en tribus para respon- der a la amenaza exterior que ejercían sistemas más desarrolla- ~ 110 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones dos (Fried, 1967). En Europa y en otros lugares, se observa, en la época de las Grandes Migraciones, la aparición, en tanto que for- ma de jefaturas complejas, de grandes uniones tribales, a veces poliétnicas, donde los vínculos políticos se superponían sobre los vínculos tribales y los de parentesco (Neusyxin, 1967). Estas uniones, la de los godos, de los alamanes, los burgundios, los francos y los vándalos, por ejemplo, tenían una vocación funda- mentalmente militar, caracterizándose por el creciente papel de una aristocracia guerrera, mientras que, habitualmente, en las sociedades primitivas, en tiempos de paz, el rol de los jefes gue- rreros era insignificante (Bataillon, 1977). Las dinastías reales sacralizadas, cuya función militar se convierte en preponderan- te, ocupan un gran lugar en la consolidación de estas uniones y en su transformación en pueblos medievales, aunque, en algunos casos, estén ausentes entre los sajones continentales, los bávaros y los esclavenos, por ejemplo (Wolfram, 1990). A este respecto, es significativo que el término eslavo «knyaz», que significa “príncipe”, sea un derivado del término germánico «konung» (o kuningaz», es decir, el rey o el jefe tribal (Toporov, 1983). El estudio de las fuentes escritas y arqueológicas atestigua, pues, que, entre los eslavos, la formación de la institución de las jefa- turas militares y la aparición de uniones de carácter tribal, se produjeron en la época de sus contactos con los godos y bajo la influencia de estos últimos.

La forma definitiva de una jefatura “compleja” es una forma- ción sociopolítica, llamada a veces “reino bárbaro”, con un rey sacralizado a su cabeza. En un reino de este tipo, las divisiones tribales desaparecen poco a poco y los jefes locales son progresi- vamente sustituidos por los representantes del rey. No son toda- vía auténticos Estados, porque la ley escrita codificada y las estructuras necesarias para aplicarlas no existen todavía. El prestigio personal del rey, así como la tradición y las costumbres juegan un rol predominante en la vida de la sociedad. Sin duda, pueden considerarse como una forma específica de “reino bárba- ro” las formaciones dirigidas por sacerdotes y sus oficiantes en

~ 111 ~ Michel Kazanski torno a un templo, conocidas en Europa entre los eslavos occi- dentales y entre los baltos (Kulakov, 1988).

Las relaciones directas entre eslavos y godos en Europa oriental cesarán con el periodo de los hunos (último tercio del siglo IV y primera mitad del siglo V). Ya hemos mencionado el hecho de que, al principio de la época húnica, los eslavos-antas se libraron de la dominación gótica. La tentativa del rey Vinitario para conquistar a los antas acabó en fracaso. En efecto, estos últimos no solo estaban mejor preparados en el dominio militar, sino que además se beneficiaron de la protección del rey huno Balamber.

Probablemente apoyados por los hunos, los eslavos se despla- zaron hacia el sur, en la estepa forestal entre la cuenca del Prout y la ribera izquierda del Dniéper, en el territorio ocupado, hasta mitad del siglo V, por la población de la cultura de Cherniajov. Los hábitats de Senca, Hitcy, Pescanoe o Poltavcy, en la ribera izquierda del Dniéper, toman el relevo de las culturas de Kolot- chin y de Penkovka, todas ellas formadas en el siglo V a partir de la cultura de Kiev. Estos hábitats fueron abandonados por los eslavos venidos del norte, mientras que las de Kodyn y de Luka- Kavetcinskaja, en la región del Dniéster, pertenecen a la cultura de Praga-Korchak, que resulta de la evolución interna del grupo eslavo del alto Dniéster de la cultura de Cherniajov. Se han descubierto, en estos hábitats, fragmentos de cerámica de tipo Cherniajov, pero no permiten saber cuáles eran las relaciones que esta población mantenía con la de la cultura de Cherniajov. Esta cultura desapareció en Europa oriental hacia mitad del siglo V cuando los ostrogodos salgan definitivamente de la región y se dirijan hacia el Danubio medio. Puede suponerse que esta salida fue provocada, por una parte, por el retorno de los hunos tras la caída de su “imperio”, cuando fueron expulsados de Europa cen- tral por los germanos orientales (especialmente, por los ostrogo- dos). El avance de los eslavos desde el norte, hacia el Danubio inferir y hacia la estepa forestal póntica también debió contri- buir a la desaparición de la cultura de Cherniajov. ~ 112 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Durante la fase final de los contactos entre godos y eslavos, a finales del siglo IV y durante la primera mitad del siglo V, los objetos originarios de la civilización de Cherniajov son bastante raros en los sitios del antiguo territorio de esta cultura. Además de los hallazgos de cerámica gris ya mencionados, se limitan a algunos escasos objetos: fíbulas y peines de hueso. Por lo demás, el mobiliario metálico, la cerámica no torneada, mayoritaria en los sitios eslavos, igual que los tipos de edificación y de sepul- tura, no muestran ninguna huella de la influencia gótica. Puede concluirse, entonces, que los godos no entraron en la composi- ción de la población eslava del sur de Europa oriental y que la herencia gótica en la cultura material eslava siguió siendo muy limitada. La influencia gótica en los eslavos se manifestó, sobre todo, como ya hemos señalado, en el dominio militar y social.

La caída de los godos y los hunos salvadores

Es muy difícil imaginar cuánto tiempo los eslavos habrían permanecido en los bosques sin la aparición de los hunos en la Rusia meridional cambiando totalmente el curso de la historia europea. En intervalos de 300 a 700 años de media, el gran corredor de la estepa eurasiática, que va de Manchuria a Hun- gría, es recorrido por los pueblos nómadas, empujados a la mi- gración por las condiciones climáticas, demográficas o militares. Las invasiones de los hunos y de los tártaros son las más conocidas en Europa occidental, porque precisamente afectaron a Occidente. Pero, para los pueblos de Europa del este, este mo- vimiento migratorio de los nómadas de la estepa siempre ha representado un peligro constante. Solo con la creación por Iván el Terrible, a mitad del siglo XVI, de una formidable artillería ‒cuyo especimen más impresionante se expone orgullosamente en el Kremlin bajo el nombre de Tsar-Pouchka (el cañón del zar)‒ y los regimientos de los streltsy (fusileros), la relación de fuerzas se invirtió definitivamente y Rusia comenzó la metódica conquista de la estepa, arrasando con fuego compacto a las hor-

~ 113 ~ Michel Kazanski das de caballeros nómadas. Pero, a finales del siglo IV, nada podía detener a los hunos, un pueblo de lengua altaica (turca o mongola) procedente, según parece, de Asia central.

Con la llegada de los hunos comenzó una nueva era en la historia europea, la de las Grandes Migraciones. Su primera fase, la de finales del siglo IV y la primera mitad del V, se caracterizó por la actividad militar de dos pueblos de la estepa, los hunos y los alanos, así como por el éxodo de los germanos orientales, sobre todo de los godos y los vándalos. Sin embargo, el Imperio romano, el objetivo privilegiado de los bárbaros, resistió a su empuje. Esta fase terminó con la derrota de los hunos en los Campos Cataláunicos en 451 y cerca de Nedao en 454-455. Pero los germanos se instalaron permanentemente en los territorios del imperio, en tanto que federados, y se hicieron progresiva- mente independientes. La segunda fase de las Grandes Migracio- nes, que va de la segunda mitad del siglo V a mediados del VI, estuvo marcada, en Occidente, por el surgimiento de nuevos reinos bárbaros y por la expansión de los germanos occidenta- les: francos, lombardos y anglosajones. En el este era la época de dominio, en la estepa, de los pueblos turcos y ugrios, sobre todo los búlgaros y los ávaros, y la de la gran expansión eslava hacia los Balcanes.

Hacia los años 370, los hunos aplastaron a los alanos en el Don y, con estos últimos, se lanzaron sobre los ostrogodos del rey Hermanarico, para someterlos, hacia 376, a su poder. A con- tinuación, es el turno de los visigodos danubianos que, empuja- dos por los hunos, abandonan su territorio y parten hacia Occi- dente para llegar a la Galia meridional y a Hispania. Es fácil ima- ginar que la caída del reino de Hermanarico provocó un cambio total de la situación política, e incluso étnica, en la Europa orien- tal. Los pueblos sometidos a Hermanarico seguramente pasaron a sufrir el dominio de los hunos. Tenemos el testimonio directo de Jordanes, según el cual los vénetos fueron uno de estos pue- blos.

~ 114 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Antes de hablar del relato de Jordanes, debemos dejar claro que no hace falta imaginar el dominio político de los hunos, o de otros nómadas, necesariamente como una forma de esclavitud. En efecto, la actividad militar de los nómadas estaba dirigida, sobre todo, contra los países civilizados, más ricos, donde podían obtener un botín más valioso. Los pueblos bárbaros sedentarios, formando parte de los “imperios” nómadas, normalmente repre- sentaban la periferia agrícola, necesaria para los caballeros de la estepa, así como una excelente infantería auxiliar, que seguía a los nómadas en sus batallas. En cualquier caso, los bárbaros sedentarios, y especialmente sus jefes militares, también extran- jeros su provecho en razón de su pertenencia a las grandes unio- nes tribales dirigidas por los nómadas. Por ello, los ostrogodos y los gépidos lucharon lealmente al lado de sus amos hunos en los Campos Cataláunicos. Así, el rey gépido Ardarico, o incluso los reyes ostrogodos, contaban con el favor de la Corte de Atila, de creer a Jordanes. El embajador romano Prisco, por otra parte, encontró en la residencia de Atila a numerosos extranjeros, germanos e incluso romanos, que ocupaban cargos confortables en su Corte. Algunos pueblos sedentarios no dudaron en abando- nar sus lugares de residencia para ir a instalarse a las tierras controladas por los hunos. Es así como explica K. Godlowski, un célebre especialista polaco de la arqueología bárbara, la des- población de la Polonia central y meridional en la época de las Grandes Migraciones. Los hunos, a cambio del reconocimiento de su supremacía, protegían a sus vasallos y hacían reinar el orden sobre el territorio de su efímero “imperio”. Está claro que los hunos consideraban cualquier ataque contra sus súbditos como un acto de guerra contra ellos mismos.

Así, la guerra desencadenada por el rey ostrogodo Vinitario, de la dinastía de los Ámalos, contra los antas, fue muy mal vista por los hunos. Los antas de Jordanes eran, según él, los eslavos, parientes próximos de los esclavenos y descendientes directos de los vénetos de la época anterior. Es muy posible que en la época en la que se desarrollaron estos acontecimientos (en torno a 400), este pueblo llevara, al mismo tiempo, ambas denomina- ~ 115 ~ Michel Kazanski ciones, antas y vénetos. En efecto, el nombre del rey gótico vencedor de los antas, Vinitario, significa, como hemos visto, “el vencedor de los vénetos”. La guerra descrita por Jordanes tuvo lugar en alguna parte de Ucrania, en el antiguo territorio del reino de Hermanarico. Y Jordanes señala que los ostrogodos, tras la invasión húnica, se mantuvieron en su patria, es decir, arqueo- lógicamente hablando, en la parte oriental de la zona de la civili- zación de Cherniajov. Por otra parte, esta civilización está bien atestiguada, para finales del siglo IV y principios del V, en diver- sos hábitats y por algunas tumbas en las necrópolis (unos cua- renta sitios), tanto en la zona forestal de Ucrania, en vecindad directa con el territorio eslavo, como en la estepa al borde del mar Negro, en el entorno de los sitios nómadas. No es por casua- lidad que, en el texto de Jordanes, aparezcan dos grupos de ostrogodos, con sus propios jefes, actuando de forma totalmente diferente frente a los hunos. Así, los ostrogodos de Vinitario atacaron a los antas e hicieron la guerra a los hunos, mientras que los ostrogodos dirigidos por el rey Gesimundo fueron fieles aliados de los hunos en esta guerra gótico-húnica.

Se puede suponer que los godos de Vinitario, vecinos de los antas-vénetos, ocupaban la estepa boscosa de Ucrania y que, en este caso, a ellos pertenecen los sitios con el material más tardío de la civilización de Cherniajov (Jurovka, Sumy-Sad, Cherniajov, Kiev, Danilova Balka, etc.), mientras que los godos de Gesimun- do, aliado fiel de los hunos, habitaban en la estepa, al borde del mar Negro, donde se conocen sitios de la civilización de Cherniajov de la época húnica (Ranjevoe, Gavrilovka, Lugovoe, Kamenka-Antchekrak).

Este texto de Jordanes es el único que habla directamente de los eslavos de la época húnica, pero es bastante rico en infor- maciones. Se constata, ante todo, la importante evolución de la sociedad véneta en relación a su pasado más próximo, la época de Hermanarico. Ahora, los eslavos en guerra ya no representan una multitud incapaz de hacer frente a los godos, sino, al contra- rio, logran organizar una seria resistencia, ganando incluso el ~ 116 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones primer enfrentamiento. Por otra parte, Jordanes testimonia la existencia de un rey (rex, en el texto latino) que, visiblemente, concentraban en sus manos el poder central entre las antas; su muerte cambió el curso de la guerra. Así, estamos en presencia de una unión tribal o si adoptamos la expresión de moda, de jefa- tura compleja, en la que un jefe gobierno sobre una gran canti- dad de comunidades dirigidas, a su vez, por sus propios jefes (recordemos los setenta notables ejecutados con el rey Boz).

Finalmente, la alianza, sin duda subordinada, de los antas con los hunos está muy clara: estos últimos entran en guerra para castigar al rey ostrogodo. Podemos imaginar que la actividad militar de los ostrogodos inquietaba demasiado a los hunos, por- que el centro de su federación se situaba, en torno a 400, en alguna parte en las estepas del norte del mar Negro. Una concen- tración notable de tumbas húnicas está atestiguada en las este- pas, entre el mar de Azov y el curso inferior del Dniéper. Será más tarde, en torno a 410-420 cuando su centro se traslada a la cuenca de los Cárpatos donde, en los años 440, se sitúa la resi- dencia del célebre Atila, jefe de los hunos.

Conviene abordar la cuestión del origen del nombre de los antas. Este nombre no es eslavo, sino de origen extranjero, caso, por otra parte, frecuente entre los pueblos europeos. Entre las etimologías posibles, el iranio (“confines”, “periferia”) tiene el beneficio de una popularidad excepcional entre los historiado- res. Esta etimología irania, es decir, para la Europa oriental, sár- mata o alana, se ha convertido en un dogma para muchos de los investigadores y ha dado lugar a diversas fantasías científica. Los antas han sido proclamados, a detrimento del sentido común, pueblo iranio o, al menos, gobernado por una élite alano- sármata. Huelga decir que los autores antiguos que hablan de los antas señalar, o bien su origen común con los esclavenos (Jorda- nes, Procopio de Cesárea), o bien su gran semejanza con estos últimos (por ejemplo, Mauricio), sin comprometer la posibilidad de su pertenencia, aunque se limitara a sus élites, a los no esla- vos. Es también notorio que ninguna fuente escrita menciona el ~ 117 ~ Michel Kazanski menor contacto de los antas con cualquier pueblo iranio, incluso si tal contacto, como veremos, está atestiguado en los siglos VI- VII por algunos descubrimientos arqueológicos. La arqueología atestigua, de forma irrevocable, la estrecha filiación entre la civilización de los antas y la de los vénetos de la época romana tardía. Y, sin embargo, el mito científico, nacido en la era de las pasiones nacionalistas del siglo XIX, muestra una sorprendente vitalidad y siempre encuentra su lugar en las obras consagradas a los eslavos.

Sin embargo, otra etimología, propuesta desde hace tiempo por los filólogos, la altaica, parece más lógica. En efecto, en las lenguas altaicas, a las que los hunos pertenecían, “antas” signi- fica “aliados”, “amigos”, “gente que presta el juramente de amis- tad o de fidelidad”. Esta etimología explica fácilmente la violenta reacción del rey de los hunos Balamber contra la actividad mili- tar de Vinitario. En efecto, a la llegada de los hunos, los pueblos que formaban parte del reino de Hermanarico desertaron de su bando. Jordanes habla, en particular, del “pérfido” pueblo de los rosomones (¿iranios o germanos?) que traicionó a Hermanarico. Los vénetos (que para Jordanes representan el mismo pueblo que los antas) hicieron, sin duda, lo mismo, y Hermanarico tuvo que reconquistarlos. Es lógico que los vénetos pasaran a estar bajo dominio de los hunos, nuevos amos de la Europa oriental, convirtiéndose en sus aliados subordinados y, por consiguiente, prestando un juramente de fidelidad, de ahí su nuevo nombre, mientras que el nombre de vénetos siguió siendo utilizado.

Para terminar, respecto a los alanos, conviene constatar que estos estaban bien presentes en la época húnica en las estepas ucranianas. Son, ciertamente, los alano-sármatas mencionados por el autor antiguo Marciano, hacia 400 en el Dniéper, como vecinos septentrionales de los hunos. Es interesante ver que, en la época precedente, los alanos se situaban más al este, en el Don y el norte del Cáucaso. No hay que excluir que una parte de los alanos hubiera sido desplazada por los hunos hacia el Dniéper,

~ 118 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones sobre antiguas tierras godas, tras la caída del reino de Herma- narico. Pero nada deja suponer un vínculo con los antas.

Los eslavos siguen solos

Como todos los imperios nómadas, el de los hunos no durará mucho tiempo. En 454-455, después de la muerte de Atila, se produjo una revuelta general de los pueblos germánicos del Danubio, con los gépidos a la cabeza, y con una activa participa- ción de los ostrogodos. Atila ya no estaba para llevarlos a la vic- toria y sus hijos no podían llevar tan pesada herencia. Los hunos son derrotados en una batalla que tuvo lugar cerca del río Nedao y son obligados a abandonar la cuenca de los Cárpatos. Entonces se producen dos movimientos migratorios: uno, el de los hunos y sus alados (como los angisciros germánicos) hacia las estepas del norte del mar Negro y del mar de Azov; otro, el de los ostro- godos, que abandonas definitivamente Ucrania para instalarse sobre el Danubio, en la Panonia. La región del Danubio medio era más atractiva, pues se encontraba en la frontera del Imperio romano y, además, los godos tenían todas las razones para temer el retorno de los hunos en las estepas del Dniéper. En efecto, los hunos seguramente no habían olvidado el papel de los ostrogo- dos en su derrota cerca del Nedao. Se puede constatar que el éxodo de los godos no fue pacífico. Un tesoro de 201 monedas romanas de oro, las más tardías de las cuales son monedas de Marciano (450-454), descubiertas cerca de Poltava, en Rublevka, dan testimonio de la problemática situación en esa época.

Los hunos y sus descendientes directos (¿o sus aliados búlga- ros?) no son los únicos afectados. ), los kutrigures, se asentaron permanentemente en las estepas del Dniéper, como los testimo- nian las tumbas nómadas de la segunda mitad del siglo V y la primera mitad del VI, llamadas de tipo Chipovo (por el nombre de un pequeño cementerio nómada entre el Volga y el Ural), des- cubiertas en las estepas ucranianas ‒especialmente una de las

~ 119 ~ Michel Kazanski tumbas de la necrópolis de Novogrisorievka en el Dniéper infe- rior, o la de Dmitirevka en el borde del mar de Azov.

Pero más al norte, en la zona sedentaria, los eslavos permane- cen, después de la partida de los ostrogodos, aunque bastante solos y aislados. Ciertamente, es difícil admitir que todos los ger- manos abandonaran la estepa boscosa de Ucrania. Algunos gru- pos aislados germanófonos debieron continuar en el Dniéper o en el Bug meridional; descubrimientos aislados de objetos de ti- po germánico, de mitad del siglo V, así lo atestiguan. Pero la población dominante en la estepa forestal era, sin ninguna duda, eslavófona.

Desde el segundo tercio del siglo V, podemos hablar de las tres civilizaciones arqueológicas eslavas que existieron hasta el siglo VI. Estas son las civilizaciones de Praga-Korchak, Penkovka y Kolotchin. Los examinaremos con más detalle en el próximo capítulo, ya que el material más revelador es de los siglos VI-VII. Digamos solamente que la primera de estas tres civilizaciones, la de Praga-Korchak, se remonta a los sitios de tipo Ostrov de la época romana tardía, mientras que las otras dos, Kolotchin y Penkovka, representan el resultado de la evolución de la civiliza- ción de Kiev. Esta conclusión se basa en el estudio comparativo de la cerámica hecha a mano y de los tipos de edificaciones. Las prácticas funerarias son idénticas en todas estas civilizaciones: encontramos necrópolis con incineraciones, en urnas o en tierra, prácticamente sin mobiliario. Las joyas no pueden servir, en este caso, como material de comparación, porque cambian por todos sitios en Europa durante la época de las Grandes Migraciones. Las armas y las herramientas, así como los objetos de la vida cotidiana, teniendo en cuenta su carácter funcional, no poseen particularidades etnográficas y no pueden ser utilizadas, por tanto, para extraer conclusiones sobre la etnia de las poblaciones antiguas.

~ 120 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 27. Fíbulas del siglo V descubiertas en los sitios pertenecientes a una población eslava o eslavófona (según Slavyane Yougovostolchnoi Evropy… 1990). 1: Hodosovka. 2: Kunya. 3: Teremcy. 4: Kodyn.

Es posible que algunos grupos culturales de la zona forestal también fueran eslavos o, más bien, balto-eslavos; pensamos, ante todo, en las civilizaciones de Touchemlya, Moschino y la lla- mada de los Largos Kurganes, pero su atribución étnica, conside- rando la ausencia de fuentes escritas relativas a esta región, sigue siendo hipotética.

Los sitios eslavos que pueden ser atribuidos al siglo V son extremadamente raros. Pero su distribución geográfica testimo- nia una progresión eslava, partiendo de la frontera meridional de la zona forestal hacia la estepa boscosa, en direcciones sur y suroeste. Así, algunos hábitats de la civilización de Praga-Kor- chak, datos del siglo V, están atestiguados en el Prout y el Dniés-

~ 121 ~ Michel Kazanski ter. Son los hábitats de Zeleny Gai, Luka-Kavettchinskaya, Bako- ta, Kodyn. Nos han proporcionado una pequeña cantidad de la cerámica gris torneada de la época romana tardía, que desapare- ció de Europa oriental a mitad del siglo V. Por otra parte, dos fíbulas danubianas de tipo Praga (algunos arqueólogos adolecen de falta de imaginación en cuanto a la terminología elegida), datadas del segundo tercio del siglo V, han visto la luz en el hábitat de Kodyn, en un contexto seguro, y una fíbula de tipo Cherniajov fue descubierta en una cabaña del hábitat de Bakota.

Sin embargo, el material dominante en estos sitios es de tipo eslavo, sobre todo la cerámica hecha a mano de forma ovoide alargada, típica de la civilización de Praga-Korchak. Las edifica- ciones descubiertas en estos hábitats son igualmente típicas de los eslavos. Son casas pequeñas en suelo excavado con un horno de piedra en una esquina. Así, puede afirmarse que, desde me- diados del siglo V, los portadores de esta civilización, partiendo de la región de la Polesia bielorrusa y ucraniana, progresaron hacia la vertiente este de los Cárpatos. No debe excluirse que, en el Dniéster, encontraran a sus hermanos lingüísticos, antes englobados en la federación goda. Pensamos en los sitios del grupo del alto Dniéster de la época romana tardía. Al mismo tiempo, el material de la civilización de Praga-Korchak, datado del siglo V, aparece en la región de Kiev, por ejemplo, en Sahnov- ka, donde se descubrió una hebilla de esta época. Tampoco debe descartarse que el hábitat de tipo Praga-Korchak excavado en los años 1970 por A. Chovkoplyas en Obolon, cerca de Kiev, perte- nezca al siglo V.

Más al este, en la estepa forestal entre los ríos Yuzhny Bug y Donets, aparecen los sitios más antiguos de la civilización eslava de Penkovka. Citemos los hábitats excavados de Hitcy y de Pol- tavcy en la región del Dniéper-ribera izquierda, que han sacado a la luz fragmentos de cerámica de tipo Cherniajov. Nos son pos- teriores a la mitad del siglo V. Un hábitat de la civilización de Penkovka en el Yuzhny Bug en Kunya, ha proporcionado una fíbula en forma de ballesta; recuerda a las fíbulas danubianas de ~ 122 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones finales del siglo IV y primera mitad del V (los periodos D1 y D2 del sistema cronológico de la Europa bárbara), descubiertas en Zlehov, Drslavice, Nitra-Prahose Haie. Fíbulas del mismo tipo fueron descubiertas en Penkovka, en Osokorivka y en Zvoneckie Porogi. Desgraciadamente, el material de estos tres sitios no ha sido publicado. Las fíbulas tardías de tipo Cherniajov proceden del hábitat de Parhomovka en el Youjny Bug. En el mismo hábi- tat fue descubierta una cabaña de 3,4 x 3,6 metros con un horno de piedra, pero el material tampoco ha sido publicado.

La cerámica de los hábitats más antiguos de tipo Penkovka, a juzgar por el mobiliario de Hitcy y de Poltavcy, está hecha a ma- no (excepto algunos fragmentos de tipo Cherniajov); las formas carenadas, típicas de Penkovka, son dominantes. Las edificacio- nes son pequeñas, en suelo excavado o construidas sobre la superficie de tierra, a veces con un poste en el centro y hogares de arcilla. En la región del Dniéper-ribera derecha, en la cuenca del río de Tyasmina, se descubrió en Velika Andrusovka un pe- queño cementerio con incineraciones en urnas de tipo Penkovka. Una de estas tumbas también proporcionó una hebilla de finales del siglo V o principios del VI.

Finalmente, todavía más al este, o más bien hacia el noreste, los sitios de la civilización de Kolotchin aparecen en la estepa boscosa. Podemos citar, por ejemplo, el hábitat de Pestchanoe, en el Psel, datado por una flecha huna y por algunos fragmentos de la cerámica de Cherniajov de la primera mitad del siglo V. Otros hábitats de la época húnica están atestiguados en la estepa forestal en el Seim (por ejemplo, Kamenevo 2). Pero aquí se conocen también sitios de sus ancestros directos, portadores de la civilización de Kiev. El mobiliario de tipo Kolotchin recuerda al de Penkovka en su fase inicial, pero los recipientes hechos a mano, cilindro-cónicos y tulipiformes son dominantes. Una serie de hábitats de la civilización de Kolotchin, pertenecientes al siglo V, están atestiguados en la zona forestal, en el territorio de Berezina en el Desna, en los antiguos límites de la civilización de Kiev (Taimanova, Kolodezny Bugor, Smyatch, Hodosovka, etc.). ~ 123 ~ Michel Kazanski

Los sitios eslavos del siglo V, tanto en la estepa forestal como en la parte meridional del bosque, tienen, a pesar de su atribu- ción a tres civilizaciones diferentes, muchos rasgos comunes. Son civilizaciones arcaicas, que no tienen rastros de contacto con el antiguo mundo civilizado. Tampoco muestran una estratifica- ción social notable, aunque el testimonio de Jordanes, como he- mos visto, sugiere la existencia de una jerarquía del tipo de las jefaturas. Hay que señalar el predominio de los pequeños hábi- tats no fortificados, con prácticamente el mismo tipo de edifica- ciones, la omnipresencia de la cerámica hecha a mano, la extre- ma rareza de las joyas, siendo casi exclusivamente de origen extranjero, sobre todo danubiano o meridional. En particular, las fíbulas con forma de ballesta de tipo Praga, ya citadas (Kodyn, Kolodezny Bugor), pequeñas fíbulas próximas a las de Moravia- Eslovaquia (Kunya, Osokorivka, Zvoneckier Porogi), fíbulas de tipo Miltenberg (Hodosovka), fíbulas de tipo Cherniajov (Bako- ta), hebillas (Sahnovka, Velika Andrusovka), y hebillas alargadas (Smyatch).

La presencia de objetos danubianos se explica, en nuestra opinión, de una parte, por la llegada de grupos de emigrantes germánicos danubianos con los hunos (por ejemplo, los angisci- ros), y de otra, por los contactos directos con los pueblos ger- mánicos de la cuenca de los Cárpatos. Creemos encontrar una alusión a la existencia de tales contactos en el relato de Procopio de Cesárea sobre la migración de los hérulos del Danubio a Escandinavia en torno a 494, poco después del tercer año de reinado del emperador Anastasio, según Procopio. Vencidos por los lombardos en algún lugar del sur de Moravia o de la baja Austria, los hérulos (o una parte de este pueblo) parten hacia el norte, hacia el país de Thule (Escandinavia), pero pasan primero por el territorio de “todos los pueblos eslavos).

~ 124 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 28. El material del hábitat esclaveno de Kodyn perteneciente a la civilización de Praga (según Rusanova, Timoschuk, 1984). Este hábitat, datado, conforme a las fíbulas danubianas, de mitad del siglo V, se encuen- tra en el Prout, cerca de la vertiente de los Cárpatos. Testimonia el principio de la migración eslava hacia el Danubio. 1: edificación 10; 2 edificación 21.

En esta época, a finales del siglo V y principios del VI, los eslavos, como veremos más adelante, habitaban al este y el noreste de los Cárpatos. Los hérulos, por tanto, debieron tomar un importante desvío para encontrarse en tierras eslavas. ¿Por qué razón? Aparentemente, ellos considerarían este itinerario como el menos peligroso. Recordemos que se trata de la retirada de un pueblo vencido, cargado con sus familias, su ganado y sus bienes. En estas condiciones, los hérulos debían evitar el enfren- tamiento con otras tribus, incluso militarmente más débiles que ellos. Sin ninguna duda, los hérulos intentarían pasar, o bien por tierras deshabitadas (lo que hicieron, según Procopio, tras atra- vesar las tierras eslavas), o bien por territorios de sus aliados. La travesía por las tierras eslavas, probablemente, transcurriría sin mayores problemas, pues Procopio no dice nada al respecto. Al parecer, los eslavos dejaron la vía libre para sus aliados hérulos.

~ 125 ~ Michel Kazanski

Otro rasgo que destaca claramente es la influencia nómada, húnica, en el armamento. Así, en algunos hábitats, han sido des- cubiertas puntas de flecha de tipo huno (Pestchanoe, Taimanova en Bielorrusia, Kolodezny Bugor en el Desna) y, en una edifica- ción del hábitat de Hitcy, datado del siglo V, una placa de hueso de un arco compuesto. Estas flechas, especialmente destinadas a la guerra, pues provocan importantes y dolorosas heridas, nece- sitan precisamente el uso de un arco muy potente. Este préstamo militar se explica por el hecho de que los eslavos entraron en contacto directo con los hunos, incluso formando parte, quizás, de sus tropas como infantería auxiliar.

El empuje de los eslavos hacia el sur y el suroeste fue de una importancia capital en su historia. Por primera vez, se separaron de la antigua comunidad balto-eslava de la zona boscosa durante la época romana. En cualquier caso, este acontecimiento es el punto de partida de la historia de los eslavos en tanto que grupo étnico aparte.

Los eslavos salieron de la frontera danubiana del Imperio de Oriente y entraron así, por primera vez en su historia, en contac- to directo con el mundo civilizado. A partir de la primera mitad del siglo VI, los testimonios de autores bizantinos sobre los esla- vos se hacen numerosos y precisos: los eslavos son ahora un ele- mento ineludible de la historia europea.

La época de los problemas con los bárbaros del norte

Los capitales cambios del siglo V en la parte meridional de Europa del este coinciden con una época de tensión militar en la zona forestal de Rusia, Bielorrusia y Lituania. Esta región no es un “rincón perdido del mundo” donde no pasada nada, sino que está afectada por las Grandes Migraciones.

~ 126 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 29. Objetos germánicos danubianos de la segunda mitad del siglo V, procedentes de la zona forestal de Europa oriental (según A.K. Ambroz, en la rec. Drevnie Slavyane i ih sosedi… 1970).

Las fuentes escritas están ausentes totalmente, pero el mate- rial arqueológico nos proporciona bastante información. Señala, ante todo, que el número de hábitats fortificados aumenta de forma considerable en relación con la época romana tardía. Esto significa la existencia de un peligro militar permanente. Por otra parte, en algunos sitios, tanto en Lituania como en Rusia, se iden- tifican claramente las huellas de acontecimientos militares, de destrucciones y de incendios. A veces, en los niveles de las des- trucciones, especialmente en Demidovka, cerca de Smolensk, en Aukchtadvaris y en Akuro-Kalnas en Lituania, se encuentran puntas de flechas de tipo nómada. Esto lleva a algunos investiga- dores lituanos a imaginar una invasión húnica en la zona bosco- sa hasta la costa báltica. Tal invasión nos parece poco probable por dos razones. En primer lugar, los bosques y los pantanos rusos, bielorrusos y lituanos representan una defensa natural muy eficaz contra la caballería nómada. Es, pues, difícil imaginar una operación militar global de los hunos en la región del alto Dniéper al Niemen, incluso si episódicas escaramuzas pudieron tener lugar. En segundo lugar, las puntas de flechas “nómadas” del siglo V eran utilizadas por diferentes pueblos, especialmente ~ 127 ~ Michel Kazanski por los eslavos, como ya hemos visto, y por los germanos orientales del Danubio. No todo puede adjudicarse a los hunos.

Por otro lado, se pueden observar los disturbios en el área de la civilización de Moschino en el río Oka. De hecho, los objetos más tardíos atestiguados para la civilización de Moschino son flechas húnicas (siempre las mismas flechas) en el hábitat fortifi- cado de Akinchino, y una hebilla con punta metálica alargada, característica del siglo V, en el túmulo de Kajaki. Sin embargo, los recientes descubrimientos sobre algunos hábitats fortificados de la civilización de Moschino permiten decir que la misma conti- nuó existiendo hasta el siglo VII. Cabe señalar que el período problemático coincide, en la zona boscosa, con una amplia difusión de objetos germánicos orienta- les, pertenecientes tanto a la vestimenta femenina como al equi- pamiento guerrero de la mitad al tercer cuarto del siglo V. Cite- mos, a título de ejemplo, los descubrimientos hechos en Plinkai- galis y Taurapilas en Lituania, en Demidovka y en Esmony en el alto Dniéper, en Chatrischi y Borki en el Oka o en Bezvodnoe en el Volga medio. Al mismo tiempo, en la Rusia forestal aparecen objetos femeninos y armas baltas, procedentes de Lituania o de Prusia oriental.

Es bien sabido que, en las sociedades arcaicas, la vestimenta femenina representa una particularidad etnográfica y solo se exporta junto a sus portadoras. En cuanto a las armas, se apren- día a utilizarlas desde la infancia (en la época sasánida, los niños persas comenzaban a practicar con el arco antes de los diez años), y hacía falta normalmente una generación para la difusión de nuevos modelos de armas. Ciertamente, también podría expli- carse la aparición de la vestimenta femenina, germánica o balta, en la zona forestal, por los matrimonios exogámicos, mientras que las armas germánicas podrían formar parte de una moda prestigiosa. Pero los matrimonios exogámicos entre los - nos danubianos y los fineses del Volga medio nos parecen impro- bables, teniendo en cuenta la enorme distancia entre estas dos regiones. Por otra parte, se conocen, en la zona forestal, armas ~ 128 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones ceremoniales de origen extranjero, como por ejemplo la espada germánica de la tumba de un jefe en Taurapilas, donde también se encontraron armas más comunes, como un hacha germánica en Demidovka o parte de un escudo lituano en una tumba de guerrero en Dolojsky Pogost, cerca de San Petersburgo. Creemos que la difusión de estos objetos está ligada a la presencia efectiva de grupos de residentes germánicos y baltos en la zona boscosa.

Figura 30. Material del hábitat de Yourevskaya Gorka (según Islanova, 1997). Es el más antiguo testimonio de la presen- cia de los esclavenos en el norte de Rusia. En la cerámica, las formas típi- cas de la civilización de Praga están bien atesti- guadas. También se manifiestan los ele- mentos indígenas. Parte del mobiliario tiene paralelismos con el mobiliario lombardo danubiano de la primera mitad del siglo VI.

Estos grupos eran, sin duda, poco numerosos, pero es evi- dente que bien armados y militarmente organizados, pudiendo haber contribuido, desde luego, a la desestabilización de la situa- ción en la zona forestal. Su aparición en los bosques del norte está ligada a las guerras entre los germanos danubianos tras la caída del imperio de Atila, cuando los perdedores (como el caso de los hérulos) fueron obligados a abandonar las tierras danu- bianas. No hay que descartar que uno o varios de estos grupos ~ 129 ~ Michel Kazanski germánicos pudieran lanzarse hacia el norte, en primer lugar, sobre Prusia y Lituania, a continuación, implicando a grupos bal- tos, sobre los bosques rusos y bielorrusos. Como veremos en el capítulo siguiente, en el texto de Jordanes, los aestii, es decir, los baltos, que según Jordanes habitaban al borde del océano (el mar Báltico), se situaban, durante la primera mitad del siglo VI en vecindad con los akatzires, es decir, de un pueblo húnico del norte del Cáucaso y del mar de Azov. Esto, por supuesto, es inve- rosímil y pueden proponerse dos explicaciones a este raro error de Jordanes. Es posible que Jordanes tuviera ante él un mapa de la Europa oriental, donde el enorme territorio de la actual Rusia se presentaba como un estrecho istmo entre el mar Báltico y el mar de Azov. Esto es así particularmente en el mapa de Ptolo- meo. Sobre un mapa de estas características, los aestii se con- vierten fácilmente en los vecinos de los pueblos de la estepa. Pero también es posible que Jordanes dispusiera de una infor- mación sobre la actividad militar de los baltos en la zona forestal, de tal forma que sus incursiones pudieran alcanzar la frontera sureste de esta zona, por tanto, zona de contacto con los akatzires.

Figura 31. Mobiliario de la necrópolis de Yourievskaya y las tumbas con incineraciones planas (según Islanova, 1991).

~ 130 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Pero volvamos a la población eslavófona. Hemos hablado de los sitios de tipo Zaozerie, próximos a la civilización de Kiev, que podrían estar en el origen también tanto de la civilización de Touchemlya como de la de los Largos Kurganes, que ocupaba la región entre el lago Chudskoe-Pskovskoe en el oeste y la cuenca del alto Volga en el este. La civilización de los Largos Kurganes, que sobre todo pertenece a la época de los siglos V-VII, será exa- minada en el capítulo siguiente. Pero los sitios más antiguos per- tenecen a la época húnica, y V.V. Sedov, uno de los más grandes especialistas de la arqueología eslava, encontró elementos de la civilización Praga-Korchak en la cerámica de los Largos Kurga- nes. Ve en esta civilización a un grupo de eslavos llegados de Europa central en el siglo V. No podemos compartir este punto de vista a falta de material eslavo del siglo V en Europa central. La formación de esta civilización sobre el terreno, en la zona forestal, a partir de elementos autóctonos (y no únicamente de eslavos o balto-eslavos, sino también fineses) nos parece invero- símil. Sin embargo, la presencia de cerámica de tipo Praga, llega- da por tanto del suroeste, así como los adornos de cinturón del siglo V, originarios de Europa central, es innegable. Aparente- mente, un grupo de migrantes, entre los que estaban presentes los eslavos portadores de la civilización de Praga-Korchak, par- ticipó en la formación de la civilización de los Largos Kurganes.

Un descubrimiento más reciente en la región de Tver, en el alto Volga, es bastante significativa en cuanto a la penetración de los eslavos en la zona forestal. Se trata del hábitat de Yourievska- ya Gorka, que ha sacado a la luz una importante cantidad de cerámica de tipo Praga-Korchak. Esta cerámica es predominante, pero otros tipos, pertenecientes especialmente a la civilización de los Largos Kurganes, también están presentes. Los objetos metálicos son fundamentalmente de finales del siglo V y princi- pios del VI, en particular una hebilla de punta alargada del siglo V. Otra hebilla, con punta de base trapezoidal, tiene paralelismos con las antigüedades baltas en Prusia oriental o en los germanos del Danubio, especialmente en la tumba 30 de la necrópolis lom- barda de Holubice en Moravia, datada de la primera mitad del ~ 131 ~ Michel Kazanski siglo V. Las pinzas recuerdan al mobiliario característico de los baltos occidentales. Algunos objetos se remontan a la tradición finesa local. Junto al hábitat se sitúa un pequeño cementerio que ha proporcionado tumbas planas con incineraciones, típicas de los eslavos, pero cuyo mobiliario contenía escasos objetos próxi- mos a los de la civilización de los Largos Kurganes. Este hábitat se encuentra en plena zona de la civilización de los Largos Kur- ganes, pero no formaba parte de ella. Un fuerte componente de tipo Praga-Korchak atestigua la presencia de grupos eslavos (junto a la población balto-eslava indígena) llegados del exterior, probablemente durante la segunda mitad del siglo V y primera mitad del siglo VI.

Acabamos de examinar los sitios del periodo de la historia eslava menos iluminada por las fuentes escritas. La separación de las poblaciones eslavas respecto a las fronteras del mundo antiguo explica la ausencia de información sobre estos pueblos, así como el carácter primitivo de su civilización. De hecho, fue la invasión de los hunos la que proporcionó a los eslavos la posibi- lidad de salir de los bosques y les abrió la puerta hacia el sur, es decir, hacia la civilización. En cualquier caso, este es el punto de partida de la historia eslava propiamente dicha. Según parece, solo una vez en el sur, en contacto con otros pueblos, los eslavos, al salir de su relativo aislamiento en la zona boscosa o forestal, comenzaron a tener una “conciencia étnica”, es decir, la concien- cia de sus particularidades en relación con sus vecinos. Así, los eslavos ya representaban un grupo étnico por completo y por derecho propio, jugando su papel en la historia europea.

~ 132 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 32. La situación étnica en Europa oriental, fruto de la época de las Grandes Migraciones, hacia finales del siglo V, según las fuentes escritas (según Parczewski, 1993). A: frontera de Bizancio. B: éxodo de los hérulos. C: primeras invasiones esclavenas y antas de principios del siglo VI.

~ 133 ~ Michel Kazanski

~ 134 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

CAPÍTULO III

LAS GRANDES MIGRACIONES ESLAVAS (SIGLOS VI -VII)

En primer lugar, unas palabras preliminares. En la arqueología de las migraciones cabe distinguir dos aspectos ‒los desplaza- mientos de los portadores del modelo cultural eslavo y la difu- sión de este modelo entre las poblaciones no eslavas. Sin duda alguna, los dos fenómenos tuvieron lugar, si bien una difusión del modelo cultural eslavo sin la participación de los verdaderos portadores de estos rasgos culturales es bastante poco probable, y en cualquier caso, ello supone que estos portadores debían vivir en vecindad durante un periodo bastante prolongado.

Entre los indicios, los arqueólogos consideran como tales los rasgos culturales siguientes:

‒ ciertas formas características de la cerámica hecha a mano, la cual era fabricada por las mujeres para uso doméstico y no estaba destinada a la difusión exterior de una familia o de una comunidad; ‒ las tumbas-incineraciones con un moviliario funerario mo- desto, pero conteniendo urnas de cerámica con formas típica- mente eslavas; ‒ una vestimenta femenina “habitual”, que en las sociedades tradicionales representa un indicio etnográfico de hábito más sacralizado y, por tanto, reglamentado; ‒ las edificaciones de viviendas de pequeño tamaño, con fre- cuencia sobre suelo excavado y muy habitualmente con un ~ 135 ~ Michel Kazanski

horno de piedra o de arcilla en una esquina. Independiente- mente de las condiciones geográficas y climáticas, estas pe- queñas casas se difundieron por todas partes en la zona de establecimiento de los antiguos eslavos.

Los eslavos en las fronteras del Imperio

Antes del siglo VI, el mundo civilizado no tenía contacto direc- to con los eslavos, y la información que los autores antiguos da- ban sobre este grupo étnica es muy escasa. La situación cambia hacia la primera mitad del siglo VI, cuando los esclavenos y los antas se convierten en vecinos del Imperio de Oriente. Habitaban entonces más allá del Danubio, en contacto visual con las forta- lezas bizantinas, pero ya eran unos formidables adversarios. No es casualidad que, en el Strategikon (manual del arte de la gue- rra), atribuido al emperador Mauricio (582-602), los esclavenos y los antas ocupen un lugar especial entre los enemigos del Im- perio. En efecto, toda la historia del siglo VI en la península bal- cánica es la de una guerra casi permanente entre los eslavos y Bizancio. Los eslavos, finalmente, salen vencedores de esta gue- rra y ocupan los Balcanes: los actuales serbios, croatas, búlgaros, macedonios y eslovenos son la prueba.

Durante el siglo VI y principios del VII, los dos grandes grupos eslavófonos están atestiguados, por las fuentes escritas, en la frontera danubiana: los esclavenos y los antas. Todos los autores señalan su parentesco, su origen común, la semejanza de sus len- guas, de sus costumbres y de sus modos de vida. No obstante, hay que señalar que solo los primeros, los más numerosos, han dado su nombre a los pueblos eslavos medievales. En la mentali- dad eslava medieval, y el examen de la Crónica de los tiempos pasados del siglo XI así lo de demuestra, solo los esclavenos son considerados los “auténticos eslavos” que están en el origen de los rusos y de otros eslavos de la Edad Media.

~ 136 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 33. La situación arqueológicva de Europa oriental durante la según- da mitad del siglo V y principios del VI (según Parczewski, 1993). A: la civilización de Praga (esclavenos). B: la civilización de Penkovka (antas). C: la civilización de Kolotchin. D: la civilización de Touchemlya. E: la civilización de Moschino. F: las civilizaciones germánicas (gépidos, turin- gios, lombardos, etc.). G: montañas. H: los sitios de la población eslava o eslavófona datados de finales del siglo IV y principios del VI. I: la zona de la civilización de Kiev en el siglo IV. J: la frontera suroeste de las civili- zaciones baltas. K: la frontera norte de la estepa forestal. L: la frontera norte de la estepa.

El territorio de los dos pueblos de habla eslava está bien deli- mitado, hacia la mitad del siglo de la VI, por Jordanes y Procopio de Cesárea. Los esclavenos ocupaban una vasta zona en Europa central, entre el Danubio y la vertiente norte de los Cárpatos, y ~ 137 ~ Michel Kazanski los antas se situaban en el este en relación con los esclavenos. El territorio de los antas, según Jordanes, era más compacto, se trataba, fundamentalmente, de la zona de la estepa forestal entre el Dniéster y el Dniéper. Procopio concede a los antas un territo- rio un poco más amplio. Los sitúa inmediatamente más allá del Danubio. Esta divergencia se explica, quizás, por el hecho de que, según Procopio, en los años 540, los antas habían perdido una guerra contra los esclavenos. Puede imaginarse que la derrota militar tuvo como consecuencia el abandono por los antas del territorio entre el Danubio y el Dniéster en beneficio de los esclavenos. Por otra parte, Procopio, generalmente mejor infor- mado que Jordanes sobre el Cáucaso y las estepas circundantes, precisa que los antas eran vecinos de los hunos outigures. Sin embargo, la frontera occidental de los outigures, como sabemos gracias a los autores antiguos, era el Don. Así, los antas proba- blemente ocupaban la estepa forestal más allá del Dniéper, hasta el Don. La zona de contacto directo entre el Imperio y los eslavos se situaba en el bajo Danubio, en la Rumanía actual, más precisa- mente en las actuales Moldavia y Muntenia, donde las tierras eslavas comenzaban más allá del Danubio.

Los nuevos vecinos danubianos del Imperio resultaban incó- modos. Aparentemente, sus primeros contactos con el Imperio se tradujeron en pequeñas incursiones permanentes contra la frontera bizantina, si bien, antes de la llegada de Justiniano al poder (527), los eslavos no habían osado emprender operacio- nes militares importantes, sin duda por la falta de un necesario nivel de organización militar y social. Incluso más tarde, hacia finales del siglo VI, Mauricio señalaba que era inútil firmar trata- dos con los jefes eslavos porque siempre había otros jefes que no respetaban estos acuerdos.

Los autores antiguos nos informan sobre los eslavos de la época de las guerras balcánicas. Los describen como pueblos se- dentarios, que vivían esencialmente de la agricultura en hábitats precarios y dispersos en los bosques y en los pantanos. Los eslavos cambiaban frecuentemente de lugar de residencia, lo que ~ 138 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones significa que su economía también era muy precaria. La ten- dencia al bandidaje, señalada por Mauricio, también es la prueba de una economía bastante primitiva.

Figura 34. Flechas y detalle de arco descubiertos en los sitios eslavos de los siglos V-VII. Las flechas pesadas de tipo “nómada”, con tres aletas, atestiguadas entre los eslavos, necesi- taban el uso de un arco reforzado con piezas de hueso. La existencia de estos arcos entre los eslavos está atesti- guada desde el siglo V.

Las comunidades eslavas estaban formadas por hombres libres y todos los asuntos importantes se decidían durante las reuniones tribales o comunales. Sin embargo, los jefes militares y las familias “nobles” están atestiguados en el siglo VI, tanto entre los esclavenos en el Danubio como entre los antas. Estos ~ 139 ~ Michel Kazanski

“nobles” desempeñaban, según las fuentes escritas, el papel de jefes militares (“knyaz”, en las lenguas eslavas medievales, que viene de “konung” del germánico oriental), pero no hay que excluir que tuvieran otras funciones. Por otra parte, Constantino Porfirogeneta, el emperador bizantino del siglo X, en su obra De administrando imperio, afirma que los serbios y los croatas, que se establecieron en la parte occidental de los Balcanes en el siglo VII, no tenían príncipes, sino solamente decanos ‒“joupans”‒, como es el caso, dice, entre los demás eslavos de los Balcanes.

Figura 35. Lanzas y hachas eslavas de los siglos V-VII. En las fuentes escritas, las lanzas y las jabalinas aparecen como las principales armas de los esclavenos y de los antas en el siglo VI.

Por otro lado, los autores bizantinos hablan de los “esclavos”. Se trata exclusivamente de extranjeros, especialmente rumanos occidentales capturados. Pero el estatuto de esclavo no es eter- no, los prisioneros rumanos deben pagar un rescate para su libe- ~ 140 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones ración y, sin no pueden hacerlo, recobran la libertad, de todas formas, después de cierto tiempo. Procopio habla de esclavos antas entre los esclavenos; cuanto regresan entre los suyos lo hacen automáticamente libres. Los esclavos, según Procopio, po- dían portar armas y participar, al lado de sus amos, en los com- bates.

Los autores bizantinos elogiaban la castidad y la fidelidad de las mujeres entre los eslavos. Aunque esto no sea más que un lugar común, casi obligatorio en la descripción del “buen salva- je”, podría testimoniar la existencia de familias patriarcales con fuertes tradiciones. Los autores más tardíos, especialmente ru- sos y musulmanes, hablan de la poligamia entre los eslavos orientales antes de la cristianización, en los siglos IX-X. Puede imaginarse que, en la época que nos interesa, tales prácticas hubieran sido todavía más habituales.

La religión eslava es conocida, sobre todo, gracias a los testi- monios de los siglos XI-XIV. Recordemos que, en esta época, los eslavos del mar Báltico todavía no habían sido cristianizados y que su panteón ha sido descrito por los contemporáneos. Por otra parte, los textos rusos medievales nos han proporcionado numerosos testimonios sobre la religión de los eslavos orienta- les. Según estos testimonios, la antigua religión eslava era total- mente comparable a la de otros pueblos indoeuropeos, con un panteón de dioses, donde el trueno y el rayo ocupan una posi- ción dominante. Pero es muy difícil saber si los datos de las fuen- tes tardías son aplicables a los eslavos del siglo VI. No obstante, Procopio habla de un dios del rayo, al que se ofrecían toros en sacrificio, en el que puede reconocerse el dios ruso del siglo X, dios de los guerreros y de los príncipes. Procopio atestigua igual- mente la existencia de un culto de los ríos y de las ninfas, tam- bién conocido en una época más tardía.

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Figura 36. Armas y piezas del equipa- miento del jinete y arneses descubiertos en los sitios eslavos de los siglos V-VII. La existencia de una caballería entre los esclavenos y los antas en el siglo VI está atestiguada por Procopio. El descu- brimiento de una funda de espada y de un elemento de armadura testimonia la aparición de armas “profesio- nales” (distintas de las “universales” o “populares” emplea- das en la caza).

Los testimonios de los autores antiguos sobre los eslavos en la guerra son muy numerosos. Se trataba, fundamentalmente, de una infantería ligera, armada de lanzas cortas (dos por guerre- ro), escudos, pequeños pero sólidos, aunque poco cómodos de manejar, y arcos con pequeñas flechas envenenadas. Esta infan- tería entraba en combate sin coraza ni casco, con el torso desnu- do. La táctica preferida por los eslavos era el combate mediante emboscadas en los bosques y en las montañas, por lo que fueron muy apreciados por sus “operaciones de comando” en el ejército bizantino, llevadas a cabo en Italia o en el Cáucaso, como lo prueban los relatos de Procopio y de Agatias.

~ 142 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Pero, por otro lado, los eslavos podían enfrentarse al ejército imperial en una batalla regular, como ocurrió en 549 cerca de Venecia o en 550 en Tracia, y sabían cómo asediar las ciudades. La caballería está atestiguada entre los eslavos desde 536, cuando un cuerpo montado de 1.600 mercenarios hunos, escla- venos y antas fue contratado por Belisario en Italia contra los godos.

Los mercenarios eslavos también están atestiguados, en los años 40-50 del siglo VI, en el frente del este, donde participaron en las guerras contra la Persia sasánida. La presencia de estos mercenarios muestra indirectamente la existencia de guerreros profesionales entre los eslavos, los cuales podían presentar cierto interés para los reclutadores bizantinos. Aparentemente, guerreros profesionales formaron los destacamentos que ataca- ron las provincias danubianas en 550-551 o Tesalónica en 598, como lo prueba el examen de los textos disponibles (efectuado, en el primer caso, por S. Evanov y, en el segundo, por P. Lemer- le). Pero el grueso de las tropas en los eslavos seguramente esta- ba formado por hombres libres, no profesionales. Solo así pue- den explicarse los numerosos testimonios de autores antiguos sobre el gran número de guerreros eslavos en los combates con- tra las tropas imperiales.

Ataque al Imperio

No podemos describir con detalle las guerras danubianas en un libro dedicado a la arqueología de los eslavos. Pueden seña- larse, no obstante, dos periodos en las guerras de los eslavos contra el Imperio. El primero comprende los años 520-560, cuando los esclavenos y los antas se conforman con hacer incur- siones sobre territorio bizantino, sin intentar después permane- cer en los Balcanes. El objetivo de estas incursiones era única- mente el botín y el rapto de prisioneros para el rescate.

~ 143 ~ Michel Kazanski

Estas incursiones se hicieron constantes en los inicios del rei- no de Justiniano, participando tanto los esclavenos como los antas, en ocasiones en alianza con los kutrigures (especialmente en 540-542 y en 559), los nómadas de origen búlgaro que pobla- ban entonces las estepas pónticas. El primer ataque fue efectua- do por los antas en 527, pero fueron derrotados por el general Germano y expulsados más allá del Danubio.

Sin embargo, los intentos del Imperio para organizar una defensa eficaz fracasaron. Un militar de talento, Hilbudo (lleva, además, un nombre atestiguado en esa época por Procopio entre los antas) es encargado por Justiniano para la protección de la frontera danubiana, pero cae muerto en tierras eslavas en 533. Otros generales logran ganar batallas, pero no consiguen detener la invasión. La diplomacia bizantina logrará, no obstante, un im- portante éxito, al convertir a los antas, en los años 543-544, en aliados del Imperio. Recibirán, en tanto que federados imperia- les, la fortaleza fronteriza de Turris, cuya localización es incierta. Alrededor de 545, una guerra estalla entre los antas y los esclavenos, y los primeros no participarán más en las invasiones, las más terribles de las cuales fueron las de 547-551.

Las invasiones esclavenos en Tracia e Iliria se producían, en este periodo, prácticamente cada año y cada vez eran más devas- tadoras. Procopio describe, en particular, la irrupción de un ejér- cito esclaveno de 3.000 combatientes en 550-551, guerreros profesionales, al parecer, que ganaron varias batallas regulares contra las tropas del Imperio, tomando al asalto ciudades y forta- lezas y partiendo después hacia el territorio de los gépidos (en Hungría oriental y Transilvania), pagando a estos último el dere- cho de paso, una moneda de oro por cada guerrero. Esta invasión esclavena ha dejado tristes recuerdos, porque los bárbaros tor- turaron y masacraron salvajemente a la población. Las atroces descripciones de estas torturas se encuentran en el libro de Procopio. Durante este periodo, Tracia e Iliria son saqueadas y las bandas esclavenas se plantan cerca de Constantinopla.

~ 144 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 37. Elementos de cinturón descubiertos en los sitios eslavos de los siglos V, VI y VII. Las hebillas de cinturón con múltiples capas, llamadas “heráldicas”, se difundie- ron en los siglos VI-VII sobre un amplio territo- rio, desde China hasta el reino Merovingio, sir- viendo de signos distinti- vos de los guerreros. Su fabricación por los esla- vos está atestiguada espe- cialmente por el descu- brimiento de un molino de hueso en Zimno.

Los ávaros y los eslavos

El segundo periodo de las guerras danubianas va de los años 560 hasta los años 620-630. Esta vez, todo el territorio de la península, Grecia y las islas del mar Egeo, se ve afectado por la invasión. Durante este periodo, los esclavenos permanecen defi- nitivamente sobre el territorio de la península balcánica, dando así nacimiento a los actuales pueblos eslavos del sur.

Otro detalle importante: los esclavenos actúan en la mayoría de los casos, aunque teóricamente, como vasallos de los ávaros. Este era un pueblo nómada de origen turco o ugrio procedente de las estepas eurasiáticas, que se instaló en la llanura húngara en 568. Representaban, entonces, si hemos de creer a Menandro, ~ 145 ~ Michel Kazanski una fuerza de 60.000 caballeros acorazados. A principios de los años 560, los ávaros entablan una guerra contra los antas, en algún lugar al norte del mar Negro, en el territorio de la actual Ucrania. Los antas sufren tremendamente, pero continuarán siendo insumisos respecto a los ávaros y se convertirán en sus enemigos incondicionales e irreconciliables. En dos ocasiones, en 586 y en 601-602, ellos asestarán duros golpes a la retaguardia de la alianza ávaro-esclavena.

En 567-568, los ávaros, ayudados por los lombardos, someten a los gépidos y toman sus tierras entre el Danubio y los Cárpatos. En la primavera de 568, los lombardos dejan sus tierras a los ávaros y parten hacia Italia. Puede suponerse que, en ese mo- mento, los esclavenos del Danubio medio, en las actuales Mora- via y Eslovaquia, se encuentran sometidos a los ávaros. En cual- quier caso, la dominación ávara sobre los esclavenos está atesti- guada por las fuentes escritas (Fredegario) para principios del siglo VII. No hay que excluir que los esclavenos de Ucrania occi- dental, también de Volinia, estuvieran sometidos a los ávaros. En todo caso, las crónicas rusas medievales hablan del terrible yugo ávaro impuesto a los “dulebes”, un pueblo eslavo. Estos últimos, según las mismas crónicas, habitaban antes en Volinia, al este de los Cárpatos. Pero también es posible que las crónicas en cues- tión confundan a los “dulebes” de Ucrania con el pueblo del mis- mo nombre que habitaba en el Danubio medio.

Los esclavenos del bajo Danubio, dirigidos por un jefe llama- do Davritas, se oponen, en principio, a los ávaros. En 578, una horda de 100.000 esclavenos (si creemos a los autores antiguos) ataca Tracia. Entonces, transportados por barcazas bizantinas, los 60.000 caballeros acorazados del Kan Bayan invaden a los esclavenos danubianos. Sus tierras son devastadas y los esclave- nos son obligados a pagar un tributo anual a los ávaros. Pero los nuevos sometidos resultan incómodos: rechazan pagar el tribu- to, masacran a los embajadores ávaros, no respetan la prohibi- ción del Kan de hacer la guerra al Imperio… Mauricio, a finales del siglo VI, tenía todos los motivos para escribir que los eslavos ~ 146 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones del Danubio no obedecían a nadie. Sin ninguna duda, los ávaros y los esclavenos del bajo Danubio terminaron encontrando una forma de convivencia. El Kan ávaro era considerado como el jefe supremo de los esclavenos, los cuales participarán en las guerras ávaras contra Bizancio, pero conservarán su autonomía y actua- rán frecuentemente por cuenta propia.

Figura 38. Mapa de los tesoros monetarios, enterrados en la región balcá- nica durante las invasiones ávaras, eslavas y huno-búlgaras, a partir del reinado de Tiberio II (según Popovitch, 1980). La difusión de los tesoros monetarios permite precisar la geografía de las invasiones bárbaras. Vemos que, a partir de 539/540 hasta 578-582, es la parte central de los Balcanes la que es amenazada. De 584-586 a 601-602, son los Balcanes orientales los que son devastados, mientras que la Grecia central y meridional se encuen- tra en la zona de las invasiones en 570/571, 574, 578-582, 610-620 y 623.

~ 147 ~ Michel Kazanski

El examen de las fuentes escritas, efectuado por P. Lemerle, muestra que los esclavenos que vivían al sur del Danubio, en las montañas de los Balcanes, permanecían independientes de los ávaros. Pero estos esclavenos, precisamente, buscaban una alianza militar contra el Imperio con el poderoso pueblo del Da- nubio, sobre todo para apoderarse de Tesalónica. Por supuesto, teniendo en cuenta la relación de fuerzas, los esclavenos balcá- nicos ocupaban en esta alianza un lugar subordinado, y era el Kan ávaro el que dirigía las operaciones.

Los esclavenos del norte de los Cárpatos, “cerca del océano” (¿el mar Báltico?), también continuaban independientes y, según Teofilacto Simocates, rechazaban todas las tentativas de los áva- ros para establecer una alianza entre ellos.

Así, a partir de los años 560-570, los esclavenos y los antas tenían orientaciones político-militares opuestas. Si los antas mantenían una alianza con el Imperio, los esclavenos de los Cár- patos, del bajo Danubio y de los Balcanes seguían la política del reino ávaro y seguían siendo enemigos del Imperio.

Con frecuencia, se presenta la situación de los esclavenos en el reino ávaro como una situación de esclavitud de la peor espe- cie, Aparentemente, las situaciones descritas en los textos (de Fredegario y las crónicas rusas) realmente tuvieron lugar, pero, en nuestra opinión, no hay que generalizarlas. En efecto, la aten- ta lectura de otras fuentes muestra, como hemos dicho, que las relaciones ávaro-esclavenas, según las épocas y las zonas geo- gráficas, podrían haber tomado direcciones diferentes. En efecto, es difícil imaginar que los ávaros impusieran el mismo régimen de esclavitud a las poblaciones del bajo Danubio y de los Balca- nes, a las que necesitaban, ante todo, como fuerza militar auxi- liar. Podemos constatar variadas formas de relaciones entre los eslavos y los ávaros en los años 560-620: ‒ La estrecha sumisión, una especie de simbiosis donde los eslavos formaban una población subordinada (los esclavenos

~ 148 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

del Danubio medio y, quizás, de Volinia, a principios del siglo VII). ‒ El vasallaje, cuando los eslavos formaban “reinos” autóno- mos, con sus propios príncipes, pero dependientes del impe- rio ávaro (los esclavenos del bajo Danubio en la época de Justino-Tiberio-Mauricio). ‒ La alianza militar temporal, en la que los eslavos ocupaban una posición subordinada (los esclavenos de los Balcanes, especialmente durante los sitios de Tesalónica). ‒El rechazo de la alianza política y militar con los ávaros (los esclavenos de la región del mar Báltico en la época de Mau- ricio). ‒ La abierta hostilidad, con una orientación hacia los enemi- gos de los ávaros (los antas en los años 560-600).

Además de los esclavenos, otras poblaciones sedentarias o nómadas formaron parte del reino ávaro. Eran los gépidos ger- mánicos, los búlgaros-kutrigures y los rumanos de la Panonia. Los sitios de la población sedentaria no eslava están representa- dos por necrópolis y hábitats como los de Bratei, Kornye o Kol- keded (germanos) o Keszthely-Fenekpuszta (¿rumanos?).

Los sitios de los ávaros son bien conocidos gracias a los tra- bajos de los investigadores húngaros, eslovacos y austríacos. Se trata de grandes necrópolis con tumbas planas. Entre las mejo- res publicados hay que citar las de Alattyan, Janoshida, Polisma- rot, Tiszafured, Kiskore, Szob, Devavanya, Tiszaderzs, Devninska Nova Vies, Zelovce, Leobersdorf, Sommerein. Las inhumaciones en fosas simples contenían difuntos acostados sobre la espalda, representando el tipo dominante entre las sepulturas. Los hom- bres están acompañados armas y adornos de cinturón con múlti- ples correas; las mujeres son depositadas acompañadas con sus joyas (pendientes, colgantes, brazaletes, etc.). Los enterramien- tos de caballos están atestiguados en varias necrópolis. Actual- mente, los arqueólogos distinguen, por el mobiliario funerario, tres fases cronológicas de la civilización ávara. La primera corresponde a finales del siglo VI hasta mitad del siglo VII; la ~ 149 ~ Michel Kazanski segunda se data del segundo tercio o de la segunda mitad del siglo VII más o menos; en fin, la tercera fase pertenece al siglo VIII. Un elemento eslavo se manifiesta entre los ávaros en los tipos de edificaciones (cabañas en suelo excavado con un horno de piedra en una esquina), en la cerámica no torneada, en la que existen formas próximas a las de la cultura tardía de Praga, en la presencia de algunas tumbas con incineraciones en urnas de tipo eslavo, y, en menor medida, en los adornos (probablemente algunos tipos de pequeñas fíbulas y de colgantes metálicos tra- pezoidales o de hilo metálico en forma de S). Según A. Kiss, que ha estudiado la región de Barania en Hungría, las comunidades ávaras y eslavas, en el primer periodo de existencia del imperio ávaro, vivían de forma separada. Los rasgos eslavos aparecen en algunos sitios y están totalmente ausentes en los demás. Los estudios antropológicos muestran una heterogeneidad manifies- ta de la población ávara. Así, están atestiguados individuos con rasgos mongoloides, según el antropólogo húngaro T. Toth, en 23 necrópolis, representando una media del 7,7% de la pobla- ción.

El imperio ávaro sobrevivió hasta los años 20-30 del siglo VII, cuando tras la derrota ante las murallas de Constantinopla, en 626, los pueblos sometidos a los ávaros se rebelaron. Al este, en las estepas pónticas, se liberaron los búlgaros-hunugures, un pueblo nómada de lengua turca; sus parientes outrigures tam- bién se desembarazaron de los ávaros e incluso propusieron un candidato para la sucesión del trono ávaro. En el Danubio medio, en algún lugar en Moravia o en Bohemia, se rebelaron los esla- vos, dirigidos por el comerciante franco Samo, originario de la ciudad de Sens, sobre el Yonne. En fin, en los Balcanes occidenta- les, en Dalmacia, los eslavos, los croatas del príncipe Porga, expulsan a los ávaros de la región. Un pequeño reino ávaro sobrevivió en la cuenca de los Cárpatos hasta la época de Carlo- magno, posteriormente eliminado por los francos.

~ 150 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 39. Mapa de la difusión de las pequeñas fíbulas en la región balcánica (según Popovitch, 1980). Testimonian la instalación de la población bárbara, esencialmente esla- va, en el territorio del imperio bizanti- no.

La batalla de los Balcanes: del Danubio a Constantinopla

Todo el periodo de los años 580-630 se presenta como una guerra casi permanente entre el Imperio bizantino y las hordas ávaro-eslavas. En 581, los esclavenos permanecen, por primera vez, sobre territorio bizantino; en 584, ya están en Grecia, ante las murallas de Tesalónica. Esto quiere decir que todo el territo- rio entre el Danubio y el mar Egeo ya había sido recorrido y devastado por los esclavenos.

~ 151 ~ Michel Kazanski

Ya fuera con los ávaros o solos, contrariamente a la época de Justiniano, tenían la clara intención de permanecer sobre territo- rio bizantino. Esto implicará la aparición de enclaves ocupados por los esclavenos en el interior de las tierras balcánicas, todavía bajo control del Imperio. Estas regiones, llamadas “esclavinias”, dirigidas por los príncipes o los “decanos” (“joupans”), en reali- dad escapaban al poder imperial y presentaban, en cualquier caso, una especie de pequeños reinos eslavos independientes, comparables a los fundados por los bárbaros en el territorio del Imperio de Occidente en el siglo V.

Los autores antiguos señalan, con frecuencia, el gran número de los invasores. Incluso si las cifras sobre los ejércitos esclave- nos son exageradas, está claro que los eslavos llegaron de forma numerosa. Según D. Theodor, el mejor especialista rumano de arqueología eslava, estos ejércitos debían incluir, no solo a los esclavenos del bajo Danubio, sino también a una multitud de eslavos (quizás a otros bárbaros no eslavófonos) venidos del exterior, es decir, de la Gran llanura rusa, como lo prueban algu- nos descubrimientos arqueológicos, especialmente de la cerámi- ca de tipo Kolotchin y Touchemlya en sitios rumanos.

Por supuesto, el “Imperio contraataca”, a veces con éxito. En 583-584, los ávaros, ayudados por los esclavenos del príncipe Ardagasto, procedentes del bajo Danubio, son derrotados ante Andrinópolis. En 586, según la crónica de Miguel Siriaco, la inva- sión esclavena fracasa porque los antas, aliados de Bizancio, ata- can la retaguardia esclavena. A partir de 593-594, el emperador Mauricio organiza una contraofensiva eficaz, que afecta a las tierras esclavenas al norte del Danubio, especialmente las del príncipe Mousoky. En 600-602, Mauricio rechaza a los asaltantes ávaros y esclavenos más allá del Danubio, operando el ejército bizantino sobre las tierras bárbaras y siendo el Kan obligado a firmar un armisticio. El Danubio es mencionado por última vez en 602 como frontera bizantina. Pero es evidente que las tropas imperiales no pudieron limpiar las “esclavinias” surgidas sobre territorio balcánico, montañoso y poco accesible. La prueba: en ~ 152 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

598, un ejército de 5.000 esclavenos, formado por combatientes de élite, aparece bruscamente ante las puertas de Tesalónica, y la ciudad escapa de milagro a la devastación.

En 602, las tropas danubianas se rebelan contra Mauricio y abandonan definitivamente la frontera a los bárbaros. Por consi- guiente, toda la Tracia, la Iliria y Grecia, o sea, toda la península balcánica, son inundadas por los esclavenos y los ávaros. Ahora, la suerte de Bizancio se jugará ante los muros de Constantinopla.

Al mismo tiempo, Bizancio es vencido en el frente del este por la Persia sasánida: Siria, Egipto y Asia menor son ocupadas por los persas. En efecto, durante las tres primeras décadas del siglo VII, un auténtico bloque militar ávaro-esclaveno-persa se forma contra el Imperio de Oriente. Se trata de un terrible movimiento de tenaza contra Bizancio; el Imperio solo se salva gracias al genio militar del nuevo emperador, Heraclio.

La guerra se hace por mar y por tierra. Los ávaros y los escla- venos, a veces aliados con los lombardos de Italia, atacan Istria en varias ocasiones (en 600, 602 y 611), en la costa del mar Adriático. En 615, bajo la dirección del príncipe Hazon, los escla- venos, más precisamente las tribus de los draguvites, los saguda- tes y los velegesites, asedian nuevamente Tesalónica. Los piratas eslavos comienzan a actuar en el mar Egeo. Con sus barcazas hechas de troncos de madera, los esclavenos irrumpen en Creta en 623, así como en las islas del archipiélago egeo. En fin, en 617, los ávaros hacen una incursión en los arrabales de Constantino- pla.

El episodio culminante de esta guerra es el sitio de Constan- tinopla en 626. En la primavera, el ejército persa, dirigido por el general Charbaraze, atraviesa Asia menor y aparece, hacia mitad de junio, sobre el Bósforo, a la vista de Constantinopla. Al mismo tiempo, el 29 de junio, la caballería ávara se presenta ante los muros de la capital. Un mes más tarde, las hordas ávaras y escla- venas, reforzadas por los búlgaros y los gépidos, emprenden el ~ 153 ~ Michel Kazanski sitio de Constantinopla. La batalla en torno a la ciudad comienza el 31 de julio, teniendo lugar el asalto general el 7 de agosto. Pero la marina bizantina ataca primero.

Figura 40. Los hallazgos proceden- tes de la necrópolis de Sarata-Monteoru, en Rumanía (según Sedov, 1995). Se tra- ta de la mayor necró- polis eslava de los siglos VI-VII, que ha sacado a la luz más de 1.600 tumbas. Las formas de la cerámica derivan esencialmente de la civilización esclave- na de Praga.

Durante la batalla naval, la flota esclavena es neutralizada y la guarnición de Constantinopla sale al ataque contra las tropas del Kan. Loco de rabia, ordena masacrar a todos los marinos esclave- nos que han sobrevivido a la batalla, lo que produce una negativa impresión en los otros esclavenos que formaban el grueso de las tropas ávaras. Los esclavenos se separan deliberadamente del ejército del kan en plena batalla y este último ni tiene otra opción más que levantar el sitio y batirse en retirada. Los persas, por su parte, también son obligados a partir. Este episodio mues- tra que los ávaros mantenían, con los diferentes grupos de escla- venos, diferentes relaciones: unos son masacrados porque no han cumplido las órdenes del kan, otros se separan impunemen- te del ejército ávaro en el campo de batalla.

~ 154 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

La derrota ante Constantinopla significó el fin del imperio ávaro. La guerra estalló entre los esclavenos y los ávaros, según el testimonio que puede encontrarse en el poeta Jorge de Pisidia. A partir de los años 30 del siglo VII, se trata y de un reino de segundo nivel que nunca podrá pretender la misma gloria que el primer reinado ávaro.

Ciertamente, el Imperio bizantino se había salvado, pero la ocupación eslava de los Balcanes se convierte, hacia los años 620, en una constante irreversible. Por ello, en los alrededores de 630, Heraclio acepta la instalación de croatas y serbios en Iliria, con la condición de que expulsen de la región al resto de los ávaros. Durante el siglo VII, los eslavos se instalan permanen- temente en el territorio de la actual Bulgaria, donde, en la según- da mitad del siglo VII, están atestiguados el pueblo de los seve- rios y otras siete tribus eslavas de las que no conocemos su nom- bre. En cuanto a la región al sur de los Balcanes, Macedonia y Grecia, las llamadas “esclavinias” surgidas durante finales del siglo VI y la primera mitad del siglo VII, continuarán existiendo en tanto que regiones independientes.

Una necrópolis eslava, descubierta en la península del Pelopo- neso, en Olimpia, publicada por T. Vida y Th. Völling, representa uno de los escasos rastros arqueológicos de poblamiento eslavo en Grecia. Este pequeño cementerio ha sacado a la luz 32 tumbas-incineraciones dispuestas en urnas o directamente en las fosas funerarias. Estas tumbas contienen la cerámica típica- mente eslava de los siglos VII-VIII ‒las copas ovoides, hechas a mano o al torno, frecuentemente ornamentadas con líneas hori- zontales y onduladas grabadas, así como el moviliario modesto, especialmente las cuentas de vidrio, los torques, los brazaletes y las hebillas de hierro para cinturón, una hebilla de bronce, cuchi- llos y encendedores de hierro.

~ 155 ~ Michel Kazanski

El lejano oeste eslavo

Durante el siglo VI, los esclavenos se instalan en Europa cen- tral, hasta el Elba, en las tierras abandonadas por la población germánica en el siglo V. Las fuentes escritas sobre estos aconte- cimientos son prácticamente inexistentes y son, sobre todo, los datos arqueológicos los que testimonian la progresión eslava. En efecto, a partir del siglo VI, el territorio de las cuencas del Vístu- la, del Óder y del Elba es ocupado por los sitios de la civilización de Praga. Los sitios eslavos también son atestiguados al sur de los Cárpatos, al sur del Danubio medio, en Eslovaquia, Moravia y Austria oriental. Los describiremos en el capítulo siguiente; aquí no presentaremos más que los testimonios de las fuentes escri- tas sobre los eslavos del oeste, particularmente el de Procopio de Cesárea.

Este testimonio, que concierne a los eslavos del Danubio me- dio, está ligado a la historia del príncipe lombardo Hildigesio. Perseguido por sus parientes, este pretendiente al trono lombar- do se refugió entre los esclavenos. Hacia 547-549, con tropas esclavenas y, en menor medida, lombardas y gépidas (con unos 6.000 guerreros en total), acude en ayuda del rey ostrogodo Totila, el cual estaba en guerra contra Bizancio. Hidigesio invade la región de Venecia aplastando un cuerpo del ejército bizantino dirigido por Lazario. Las peripecias de las guerras godas nos interesan poco, pero hay que señalar un punto importante: por el análisis de la situación geopolítica de la época, los esclavenos de Hildigesio solo pueden ser los del Danubio medio (Moravia y Eslovaquia) o de Bohemia, las únicas regiones desde las que Hil- digesio podía atacar directamente el norte de Italia.

~ 156 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 41. El uso de fíbulas danubianas y del Dniéper en las costumbres de la población no eslava (según J. Werner, en Sovetskaya Archeologiya, 1972, y A. Aibabin en Materialy po Archeologii, Istorii i Etnografii, 1, 1990). Los godos de llevaban fíbulas según sus costumbres, por pares sobre los hombros, mientras que los fineses y los ávaros solo llevaban una, según las costumbres eslavas, en la parte central del cuerpo.

Otro testimonio sobre los eslavos del oeste es el de Teofilacto Simocates. Según este, en los años 590, el Kan ávaro busca la alianza de los eslavos que habitaban cerca del “océano occiden- tal”, donde él ve la costa sur del mar Báltico o bien la región del Elba. Una alianza que estos eslavos rechazan.

A partir de las primeras décadas del siglo VII, los testimonios escritos sobre los eslavos son más numerosos y precisos. Los eslavos ya están bien implantados en el Danubio medio, en Moravia y en Austria oriental. Están sometidos a los ávaros y, según Fredegario, sufren un terrible yugo, porque los ávaros ~ 157 ~ Michel Kazanski utilizan sus tierras para invernar. Según Fredegario, a la llegada anual de los ávaros seguía una ola de saqueos y violaciones. En los años 610-620, los eslavos se rebelan. En 624, dirigidos por Samo, expulsan a los ávaros. Samo, que reina sobre los eslavos de 624 a 660, dio prueba de grandes capacidades como gober- nante. Organizó, con éxito, una ofensiva contra los ávaros y lo- gró, en 630-631, detener el ejército franco del rey Dagoberto. Recordemos que él mismo era de origen franco, de la ciudad de Sens en el Yonne. En esta guerra, Samo fue ayudado por los sor- bios (serbios) del príncipe Dervan que habitaban en la cuenca del Elba. Desde entonces, las fronteras orientales del reino mero- vingio, en particular Turingia, serán amenazadas por los eslavos de Samo.

El periodo de las guerras danubianas tiene una importancia capital en la historia de los eslavos. Puede decirse que, sin esos sucesos, los pueblos eslavos, tales como hoy los conocemos, ja- más habrían existido. Y no es la expansión militar o la ocupación de un enorme territorio lo más importante, sino la evolución so- cial y económica de los pueblos sociales. En efecto, por primera vez, los eslavos, procedentes del norte, entran en contacto direc- to con la civilización mediterránea de la Antigüedad tardía, es decir, en la Europa que en esta época marcaba la civilización por excelencia. Los acontecimientos balcánicos del siglo VI desempe- ñaron un rol decisivo en la historia de todos los pueblos eslavos, tanto en los del sur como en los del oeste y los del este. Efecti- vamente, en estas guerras tomaron parte tribus eslavas diferen- tes, con frecuencia de orígenes lejanos. Y las crónicas medievales rusas no se equivocan cuando hacen comenzar la historia de los eslavos orientales a partir del momento en que sus ancestros se instalaron sobre el Danubio.

En contacto con esta civilización mediterránea, la sociedad eslava se hace cada vez más jerarquizada y toma, sobre todo en la región balcánico-danubiana, formas preestatales. Los jefes guerreros, los “knyaz” y sus “droujina”, cuya riqueza y autoridad aumentan considerablemente durante las guerras permanentes, ~ 158 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones se convierten en una nueva aristocracia que está en el origen de la nobleza de los reinos eslavos de la Alta Edad Media. No es casualidad que los nombres de los príncipes eslavos sean cada vez más numerosos en las fuentes escritas durante la segunda mitad del siglo VI y la primera mitad del VII. A veces, los autores bizantinos (por ejemplo, Teofilacto Simocates a propósito de Mousoky, uno de los jefes esclavenos danubianos) les llaman “rex”, es decir, rey o príncipe.

Todavía hay que señalar un fenómeno interesante: si, para el siglo VI, no conocemos más que a los esclavenos y a los antas, a partir de las primeras décadas del siglo VII aparecen, en los auto- res, los nombres de pueblos y tribus, tales como los draguvites, los sagudates y los velegesites que asedian Tesalónica en 615, los croatas y los serbios que se instalan en Iliria en los años 630, los severios que pueblan la Tracia en los años 680. Se trata, sin duda, del surgimiento de futuros “pueblos-principados” medie- vales, tal que como los conocemos gracias a las crónicas rusas en Europa del Este o, más tarde, gracias a los autores alemanes, en los eslavos del Báltico.

Figura 42. Figuritas procedentes de Velestino en Grecia, conside- radas como eslavas del siglo VII (según Sedov, 1995).

~ 159 ~ Michel Kazanski

El progreso tecnológico es igualmente considerable. Por su- puesto, afecta, en primer lugar, a la tecnología militar. Los salva- jes del otro lado del Danubio, que entraban en combate con el torso desnudo, con armas ligeras, ahora poseen, como lo testi- monia en particular Juan de Éfeso, un armamento a la romana, una caballería importante, utilizan máquinas de guerra, especial- mente ante Tesalónica, y su marina representa un peligro real en el mar. Pero el progreso económico todavía es más importante. En contacto con la población grecorromana de los Balcanes y del Danubio, los eslavos aprenden la verdadera agricultura. El voca- bulario eslavo agrícola es, precisamente, en gran parte, de origen griego o romano, y las herramientas agrícolas eslavas de la época medieval son, en cualquier caso, una copia de las del mundo gre- corromano de la Antigüedad tardía. Igualmente, la terminología comercial y los pesos y medidas eslavos medievales deben casi todo a Bizancio.

Figura 43. Herramientas agrícolas eslavas de los siglos V-VII (según Slavyane Yougo- Vostotchnoi Evropy… 1990). Estas herramientas son, con frecuencia, de ori- gen romano (1, 2, 5-11) y muestran el impacto del mundo bizantino en la eco- nomía eslava. Otros útiles (3, 4) tienen paralelismos con los de las civilizacio- nes de la estepa.

~ 160 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

En fin, la cristianización de los eslavos, la invención de la escritura cirílica, el nacimiento de una auténtica civilización esla- va medieval, fueron posibles solamente después del estableci- miento de los eslavos en la zona de influencia bizantina.

Por supuesto, las invasiones eslavas fueron catastróficas para las poblaciones autóctonas del Danubio y de los Balcanes. Las tierras fueron devastadas, las ciudades y las aldeas destruidas y la gente atrozmente masacrada o puesta en cautividad. Sin em- bargo, no toda la población indígena desapareció, como prueban las últimas investigaciones arqueológicas balcánicas, en particu- lar las de A. Avramea en el Peloponeso. Las necrópolis de Alba- nia, llamadas de la civilización de Koman, testimonian también la supervivencia de la población indígena no eslava. En una gran parte de los Balcanes, esta población finalmente pudo integrarse en las comunidades eslava, formando parte así del proceso de etnogénesis de los pueblos eslavos modernos.

Figura 44. La situación étnica en Europa oriental en el siglo VI según las fuentes escritas (según Parcezwski, 1993). A: frontera de Bizancio. B: mi- gración de los ávaros. C: expansión eslava hacia el sur.

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~ 162 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

CAPÍTULO IV

ARQUEOLOGÍA DEL MUNDO ESLAVO (SIGLOS VI-VII)

Este capítulo está dedicado a la cultura material de las pobla- ciones eslavófonas de los siglos VI-VII en Europa central y orien- tal. Las presentamos como civilizaciones arqueológicas. Debutan a finales del periodo de los siglos IV-V y ya les hemos menciona- do en el capítulo relativo a la época de las “grandes migraciones”. Hacia la segunda mitad y finales del siglo VII, sobre la base de estas civilizaciones, se forman los grupos culturales locales; a partir de este momento, hay que hablar ya de tres grandes ramas de eslavos: oriental, occidental y meridional.

La civilización de Praga

Los primeros sitios de esta civilización fueron identificados antes de la Segunda Guerra Mundial en los arrabales de Praga por el arqueólogo checo de origen ucraniano I. Borkovski. Apro- ximadamente por la misma época, otro arqueólogo ucraniano, S. Gamtchenko, excavó en sitios similares cerca de la población de Korchak, en Ucrania, en la región del Dniéper-ribera derecha. Estas excavaciones fueron retomadas más tarde, con éxito, por L.P. Rusanova. Así, en la arqueología eslava de Europa del Este, se habla de la civilización de Korchak, o de Praga-Korchak, que representa, de hecho, una versión local de la civilización de Praga.

~ 163 ~ Michel Kazanski

El área de esta cultura abarca un vasto territorio desde el Dniéper medio hasta el Elba y desde el Danubio hasta el Vístula. Así, los sitios de tipo Praga están atestiguados en Ucrania, Polo- nia, Eslovaquia, Chequia, Alemania y Austria. Sitios comparables han visto la luz en Rumanía. En fin, algunos descubrimientos dis- persos próximos a los de Praga son también conocidos en los Balcanes, al sur del Danubio. El territorio de Hungría representa una “mancha blanca”, lo que puede ser debido, por una parte, a la realidad histórica y cultural de los siglos VI-VII, y por otra, a la ausencia de interés de los investigadores húngaros por la ar- queología eslava. En el siglo VII, los sitios eslavos están atesti- guados al sur del Danubio, en el territorio de la actual Austria. En los Alpes orientales y en el territorio de la Panonia romana, los eslavos ‒portadores de la civilización de Praga‒ aparecen ya durante el primer tercio del siglo VI, como lo demuestran los datos del carbono 14 sobre hábitats como Nova Tabla (543 y 547 d.C.) y Pod Kotom (535 d.C.).

La necrópolis bávara de Regensburg-Grossprüfnig testimonia la presencia eslava en el Danubio en el siglo VI. Aquí han salido a la luz 22 incineraciones eslavas conteniendo objetos merovin- gios, muy importantes para la datación de estas tumbas. Los investigadores alemanes suponen que se trata de un asenta- miento, con el permiso del duque de Baviera, de un grupo de élites militares eslavas que partieron hacia el oeste bajo la pre- sión de los ávaros en torno a 568.

Un grupo cultural emparentado con la civilización de Praga, llamado grupo de Sukow-Dziedzece, está atestiguado en Alema- nia y en Polonia. Estos sitios están bien estudiados. Aparecen en el siglo VI, como lo muestra el descubrimiento de una fíbula escandinava de los siglos V-VI en Radzeiejow Kujawski.

~ 164 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 45. La situación arqueológica en el siglo VI (según Parczewski, 1993). A: civilización de Praga (esclavenos). B: grupo de Sukow-Dziedzice (esclavenos). C: civilización de Penkovka (antas). D: civilización de Kolot- chin. E: civilización de Touchemlya. F: civilización de Moschino. G: civili- zación de los ávaros. H: sitios eslavos del bajo Danubio. I: montañas. J: frontera del imperio bizantino. K: importantes centros bizantinos. L: fronte- ra suroeste de las civilizaciones baltas (aestii). M: frontera norte de la este- pa forestal. N: frontera norte de la estepa.

Figura 46. El hábitat de Rach- kow de la civili- zación de Praga en el Dniéster (reconstrucción de V.D. Baran, 1988).

~ 165 ~ Michel Kazanski

El área de la cultura de Praga corresponde a la ubicación geo- gráfica de los esclavenos según las fuentes escritas. Por otro la- do, la filiación directa entre la civilización de Praga y las de los eslavos de épocas posteriores es evidente. Así, todos los investí- gadores están de acuerdo en ver la civilización de los esclavenos. Esta atribución seguramente es correcta, pero, no obstante, co- mo acabamos de ver, en el territorio donde los esclavenos son mejor conocidos por las fuentes escritas, es decir, en el bajo Danubio y en los Balcanes, sus sitios ofrecen una mezcla tanto de elementos de la cultura de Praga como de otras culturas eslavas, aunque sean de poblaciones no eslavas. Esto confirma nuestra visión de los pueblos bárbaros de finales de la Antigüedad y principios de la Edad Media más como entidades políticas y mili- tares que como etnias con una civilización específica.

Existen sitios próximos a la cultura de Praga, como hemos di- cho, en el bajo Danubio y en la región balcánica. Están presentes en la Moldavia rumana, en Muntenia, en Oltenia y en el Banato, a juzgar por el mapa publicado por D. Gh. Teodor. Hay que señalar una fuerte mezcla de elementos de culturas eslavas y no eslavas, “romanas” con toda evidencia, en la civilización material de estos sitios. Son hábitats no fortificados, estando constituido el tipo principal de edificación por cabañas con hornos; la cerámica de estos sitios está hecha a mano, más raramente torneada. Pueden citarse los hábitats de Suceava-Sipot, Davideni, Izvoare-Bahia, Dodesti. También se conocen necrópolis, como la de Sarata-Mon- teoru, que ha proporcionado más de 1.600 tumbas de incinera- ciones, que lamentablemente todavía no han sido publicadas.

~ 166 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Figura 47. Recons- trucción de una vivienda del hábitat de Rachkov (según Baran, 1988).

Se conocen algunos sitios de tipo Praga en Serbia y Croacia. Son, particularmente, incineraciones en urnas ovoides del siglo VI, o hallazgos aislados de cerámica, por ejemplo, en Bakar, Muntjana, Osijek, Stenjevac, Vinkovcy. En Bulgaria, al sur del Danubio, se conocen sitios del siglo VII: Jedjovi Lozya, Vyltche- drym, Lyubenovo. En Grecia, solo la necrópolis de Olimpia, ya mencionada, con urnas próximas al tipo Praga, puede ser atribuí- da a los siglos VII-VIII. Otros sitios, especialmente los descubier- tos en Argos, pertenecen a una época posterior, finales de los siglos VII-VIII. Los descubrimientos de la cerámica eslava de Musitchi o Petrovina en Bosnia, representan formas próximas, en nuestra opinión, a la civilización de Kolotchin, mientras que la cerámica eslava hallada en las fortalezas bizantinas del Danubio y de los Balcanes pertenece o bien a la civilización anta de Pen- kovka (por ejemplo, Dinogetia, Gamzigrad, probablemente Nova Cherna) o bien a la de Praga (Histria, Kladovo). Esto muestra la

~ 167 ~ Michel Kazanski compleja composición de las poblaciones eslavas instaladas en los Balcanes durante los siglos VI-VII.

Actualmente, se conocen unos 500 yacimientos de tipo Praga, de los cuales los siguientes han sido excavados a gran escala y publicados: Dessau-Mosigkau en Alemania, Korchak, Rachkov, Kodyn, Luka-Kavetctinskaya, Bakota en Ucrania, Hotomel en Bie- lorrusia, Brzezno, Roztoky en Chequia, Cracovia-Nowa Huta Mogila 1, Zlota, Bashorz en Polonia, etc. Actualmente, la civiliza- ción de Praga está entre las más estudiadas en la arqueología eslava, y los trabajos de síntesis de Rusanova, o los estudios regionales, como los de M. Parcezewski, ofrecen una buena pre- sentación de esta cultura.

Los sitios más antiguos claramente datados son Ostrov, en la región del Pripet en Bielorrusia, y Kodyn, en el Prout, en Ucrania. Pertenecen a la segunda mitad del siglo IV y principios del V (Os- trov) y al segundo tercio del siglo V (Kodyn). En Europa central, los sitios de tipo Praga están atestiguados, sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo VI. El hábitat de Brzezno en Cheque está entre los más antiguos y pertenece a la mitad del siglo VI. Los sitios más tardíos de la civilización de Praga son de la según- da mitad y tercer cuarto del siglo VI.

Los hábitats de la civilización de Praga son abiertos, situados en las terrazas bajas de los valles fluviales. Forman grupos don- de los sitios se encuentran a una distancia de entre 0,5 y 3 kiló- metros. La superficie habitual es de 0,5 a 1 hectárea, que contie- ne de 10 a 30 edificaciones, a veces más (Rachkov: 92 edificacio- nes). Los pequeños hábitats son característicos de la parte norte de la civilización, mientras que, en la parte sur, como es el caso de Rachkov en el Dniéster, los hábitats son mayores. Las edifica- ciones están dispuestas en grupos con numerosos silos entre ellos, que raramente pueden atribuirse a una casa concreta; apa- rentemente, eran utilizados conjuntamente, lo que muestra el nivel patriarcal de la organización de la comunidad. En ocasio- nes, las casas están alineadas a lo largo del borde de la terraza, ~ 168 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones como en Ustie, en Ucrania occidental, o dispuestas en círculo, como en Dessau-Mosigkau, en el este de Alemania.

Conocemos algunos hábitats fortificados, por ejemplo, Hoto- mel, en la región del Pripet en Bielorrusia, o incluso Zimno, en Volinia. Son relativamente pequeños (Zimno: 135 x 14 metros), y se sitúan en promontorios. Los muros de tierra se refuerzan con empalizadas; en el interior, a lo largo de las murallas, se encuen- tran construcciones de madera. Se trata de lugares de refugio utilizados durante las guerras. El elevado número de armas, pie- zas de arneses y elementos de cinturones de guerreros en Zimno y, en menor medida, en Hotomel, testimonian la vocación militar de estos lugares.

Figura 48. Plano del hábitat fortificado de Zimno (según Aulih, 1972).

El principal tipo de edificación de la civilización de Praga es una cabaña en suelo excavado de 5 a 20 m2, que contiene fre- cuentemente rastros de postes; un horno de piedra, más rara- mente de arcilla, se encuentra habitualmente en una esquína. Se encuentran escasos hogares abiertos de piedra en estas casas. Se han encontrado, una vez en Rachkov, rastros de planchas sobre el suelo. A veces, los silos se encuentran también en las casas. Las edificaciones eslavas de la región entre el Óder y el Vístula son diferentes, ovales, con hogares abiertos en piedra y en arci- lla. ~ 169 ~ Michel Kazanski

Otros tipos de construcción son escasos: mencionemos los hornos de fabricación de hierro en Ripnev II y en Rachkov, o los restos de una forja en Rachkov.

Las necrópolis de la civilización de Praga están actualmente mal estudiadas y mal publicadas. Citemos Przitluki en Chequia (436 tumbas, aunque una parte es más tardía) y Dessau-Mosig- kau en Alemania. Conocemos un considerable número de tum- bas aisladas y de pequeños cementerios, a veces bajo los túmulos (por ejemplo, en Korchak, Klementovitchi). Se trata de incinera- ciones en urnas, más raramente en tierra abierta, sin restos de la pira funeraria. Bajo los túmulos, se encuentran, en ocasiones, trazas de las piras funerarias. El mobiliario es muy modesto (algunos elementos de la vestimenta) y generalmente muy daña- do por el fuego.

Examinemos ahora el “pequeño mobiliario” de la civilización de Praga. La cerámica es, hasta mitad del siglo VII, exclusivamen- te hecha a mano. La forma dominante es una vasija ovoide de forma esbelta, alargada en la parte superior, prácticamente sin decoración. Otras formas de vasijas presentan excepciones. Se han encontrado algunas ollas planas en cerámica y grandes reci- pientes para la conservación de alimentos. En los sitios de Ruma- nía, la cerámica torneada, ligada a la presencia de un elemento no eslavo, de lengua latina, está bien atestiguada. La cerámica importada (ánforas) es extremadamente rara. A partir de mitad del siglo VII, al final de la civilización de Praga, en los sitios de Europa central y los Balcanes, la cerámica torneada se hizo dominante. Son vasijas ovoides, más robustas que las de Praga, decoradas con grabados lineales, horizontales u ondulados. A finales del siglo VII y principios del VIIII, esta cerámica torneada se difundió también por Ucrania, en los sitios de la parte oriental de la civilización de Praga.

Los objetos de metal son relativamente raros; sin embargo, hay que recordar que se trata de descubrimientos sobre hábitats que siempre son muy pobres en metal. Se conocen objetos de la ~ 170 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones vida cotidiana (cuchillos, leznas) y herramientas agrícolas, cuyas formas son frecuentemente de origen romano/bizantino. Han sido descubiertas hoces y guadañas en Zvynyatch, Koldyn, Goro- cheva, Ostrov, Gorodok; las rejas de arado provienen de Gorodok y Bakota. Esto es prueba de un cierto nivel de agricultura entre los esclavenos, así como una adaptación relativamente rápida a las técnicas agrícolas bizantinas (balcánicas) más avanzadas. Añadir a esto los descubrimientos de piedras de molino en Zimno y Bernachevka.

Las investigaciones paleobotánicas han demostrado la pre- sencia de trigo, centeno, guisantes, mijo, avena y cebada. Así, en Brzezno, en Bohemia, el trigo representa el 46%, la cebada el 32%, el centeno el 11%, la avena el 10% y el mijo el 1% de los granos descubiertos. En cuanto a la cría de ganado, los datos osteológicos de Brzezno también son significativos: el ganado vacuno representa el 52%, los cerdos el 22%, las cabras y ovejas el 24%, los caballos el 6%, las gallinas el 1%, los perros el 1%, entre los huesos encontrados.

Los descubrimientos de armas son relativamente poco nume- rosos, pero también representativos. Son flechas, descubiertas en Ostrov, Gorodok, Dodesti-Vaslui, Izvoare-Bahia, especialmen- te las de tipo llamado “nómada”, con tres alas, descubiertas en Hotomel, Rachkov, Davideni-Neamt, Dresden-Stetzsch, Ostroz- ska Nova Ves, Izvoare-Bahia, Sarata-Monteoru, o de alambre, con doble gancho, sin duda de origen germánico, atestiguadas en Suceava-Sipot, Struga 1, Kamen 6 y Dessau-Mosigkau. Se han encontrado lanzas en Gorodok 1, Luka Kavechinskaya, Dessau- Mosigkau; las hachas, con paralelismos, sobre todo, en los Balca- nes bizantinos, proceden de Luka Kavechinskya, Hangu-Neamt, Bratislava-Dubravka. Algunas piezas de arnés, es decir, hebillas y broches, proceden de Klementovitchi, Velemitchi, Kodyn, Sarata- Monteoru; se ha desenterrado una espuela en Zamczysko; no se puede excluir que algunas placas de armadura de tipo ávaro des- cubiertas en Hotomel sean igualmente del siglo VI (este hábitat fortificado contiene dos niveles: uno de los siglos VI-VII, el otro ~ 171 ~ Michel Kazanski de los siglos VIII-IX, de ahí la incertidumbre en cuanto a su atri- bución). Desgraciadamente, para el estudio del armamento esla- vo de los siglos VI-VII, no se pueden utilizar las numerosas pie- zas de armas y de equipamiento (sobre todo, lanzas, flechas, bo- cados, arneses) procedentes de Zimno, porque este hábitat forti- ficado ha proporcionado un mobiliario datado del siglo VI al VIII (especialmente un elemento de cinturón helicoidal ávaro del si- glo VIII). Pero, en cualquier caso, gracias a los descubrimientos bien documentados, los esclavenos de la civilización de Praga se presentan, ante todo, como una infantería ligera, armada esen- cialmente de arcos, lanzas y hachas; la caballería hace una tímida aparición. Conviene señalar que un cierto número de armas y, por tanto, de técnicas, militares, son prestadas.

Figura 49. El remache metálico de funda de espada del siglo V, de origen occidental, descubierto en Bielorrusia meridional, en Yaskovitchi, en un hábitat de la civilización de Praga. (Foto y diseño de Vadim Belevets) ~ 172 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Un reciente descubrimiento merece especial atención. Se trata del remache metálico de una funda de espada, descubierta en el hábitat de la civilización de Praga en Yaskovitchi, en la cuenca del Pripet, en el sur de Bielorrusia. Este objeto ha sido justamente identificado por el arqueólogo bielorruso Vadim Belevets como perteneciente a una espada de origen occidental, quizás germánica, de la segunda mitad del siglo V. Su descubri- miento da testimonio de los contactos entre las élites de las dife- rentes regiones de la Europa bárbara en la época de las Grandes Migraciones.

Figura 50. Cerámica típica de la civilización de Praga. 1: Obolon, en Kiev (excavaciones de A.M. Chovkoplyas, Museo histórico, Kiev). 2. Pavlov, en Moravia (Instituto de Arqueología, Brno). 3,4: Prjilucky, en Moravia (Insti- tuto de Arqueología, Brno). En todo su territorio, la civilización de los esclavenos manifiesta una sorprendente homogeneidad. ~ 173 ~ Michel Kazanski

La vestimenta de la civilización de Praga se formó bajo una fuerte influencia extranjera. Los ornamentos más antiguos, data- dos de finales del siglo IV al V, son todos de origen extranjero. Son algunas fíbulas de tipo Cherniajov (Ostrov, Bakota), o pro- cedentes de la Europa central germánica (Kodyn). Están atesti- guadas, en el siglo VI, dos tipos de fíbulas de origen bizantino- danubiano: las de ballesta en hierro fundido (Ripnev, Bacau- Curtea Domneasca, Birlalesti-Vaslui, Suceava-Sipot, Buhlitchsky Houtor) y las de soporto fijo (Luka Kavechinskaya, Davideni, posiblemente Gorocheva). A partir del siglo VII, las más difundi- das son las pequeñas fíbulas de origen germánico-danubiano (Demyanov, Rachkov, Chernovka, Gorocheva, Nowa Huta Mogila, Szeligi, Tcherepin, Suceava-Sipot, Sarata-Monteoru). Otras for- mas, como por ejemplo la imitación de una cigarra, descubierta en Sarata-Monteoru, en Rumanía, o una fíbula escandinava de cabeza rectangular procedente de Radziejow Kujawski, en Polo- nia, son muy raras.

Los brazaletes macizos con extremos alargados, llevados por las mujeres, están atestiguados en Zimno, Bratislava-Dubrowka, Rachkov. Un tesoro en Krylos, en la Galitzia, en pleno territorio de Praga-Korchak, ha proporcionado un recipiente bizantino de plata, siete brazaletes de este tipo también de plata. Los colgan- tes trapezoidales de chapa de bronce con decoraciones en relie- ve también formaban parte de la vestimenta femenina. Han sido descubiertos en Cracovia-Nowa, Huta, Ostrov, Zimno. Más tarde, hacia el fin de la civilización de Praga, aparecen colgantes en for- ma de rombo (Lubniewice, Szeligy). Las cuentas de vidrio, espe- cialmente las grandes cuentas acanaladas del siglo VI (Velatice), o pequeñas cuentas poliédricas (Ostrov), completaban la vesti- menta típica femenina.

Entre los accesorios del cinturón, la hebilla con adornos en relieve de los siglos V-VI, de tradición romano/bizantina, descu- bierta en Sahnovka, en el Dniéper, probablemente es la más antigua. Para el siglo VI, puede citarse también una gran hebilla de hierro (Przitluky), o una pieza ovalada más delgada con una ~ 174 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones larga punta metálica (Velatice). En el siglo VII aparecen placas de hebilla de forma rectangular. Placas de hebilla bizantinas han aparecido en varios sitios. Una pieza de tipo Sucidava (siglo VI) procede de Bornis Neamt, hebillas de saco del siglo VII están atestiguadas en Rachkov y Sarata Monteoru, una placa de hebilla de tipo Siracusa, del siglo VII, ha sido descubierta en una tumba de incineración en Balta-Verde, una hebilla con placa rectan- gular, de tipo Samos, ha sido encontrada en Dodesti Vaslui.

Figura 51. Taller de orfebrería del siglo VI en ¨Bernachevka y algunas piezas descubiertas en esta construcción (según Vinokur, 1997).

~ 175 ~ Michel Kazanski

Los adornos de cinturón de varias correas, con apliques y pie- zas metálicas, llamados “heráldicos”, representan un rasgo característico de la subcultura guerrera de la Alta Edad Media. Llevados por los guerreros, indicaban la posición social y los méritos de sus propietarios. Estos adornos estaban ampliamente difundidos por Eurasia a partir de mitad del siglo VI, de China a la Francia merovingia, y eran, sobre todo, característicos de los pueblos nómadas de la estepa y de sus vecinos sedentarios del Cáucaso, del Ural y del Volga. Estaban también extendidos entre los lombardos y los alamanes. Los adornos “heráldicos” eran usados por el ejército bizantino, como lo prueban los hallazgos realizados en las fortalezas imperiales, especialmente en Sado- vets. En la civilización de Praga, estos cinturones están atestigua- dos en Zimno, Sarata-Monteoru, Sabaoni. Su fabricación está atestiguada en Zimno (una forma en hueso para la fabricación del modelo en cera) y Bernachevka.

Figura 52. Cerámica del grupo Sukow-Dziedzice (según Sedov, 1995). 1: Gerke. 2: Wentchov. 3: Sukow. 4: Klein-Markow.

El descubrimiento en Bernachevka, en Podolia (Ucrania), rea- lizado sobre el hábitat eslavo por I.S. Vinokur, merecen una espe- cial atención, porque completa considerablemente nuestros co-

~ 176 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones nocimientos sobre la orfebrería eslava. Aquí, en una edificación (número 36) que contiene cerámica de tipo Praga del siglo VI, se encontraron varias piedras de moler que servían para fabricar diferentes útiles. Entre los adornos, se reconocen fácilmente los apliques de cinturón con múltiples correas, pequeñas fíbulas, prototipos de las del siglo VII, hebillas con relieves, diversos col- gantes y apliques, circulares, peltiformes, rectangulares, trape- zoidales. La mayoría de estos apliques o colgantes pertenecían, o bien a la vestimenta femenina, o bien a los arneses. Estas piezas llevan, con frecuencia, una decoración a base de plumas, típica de los objetos de la estepa, del Ural y del Cáucaso, del horizonte llamado de Chipovo. Los adornos de estilo Chipovo, aparecen hacia mitad del siglo V y existen hasta la segunda mitad del siglo VI. Al mismo tiempo, la presencia de pequeñas fíbulas y piezas de cinturón “heráldico”, indica una época situada en los alrede- dores del siglo VI. Puede datarse, pues, este descubrimiento de la segunda mitad del siglo VI. Se observa que, en esta fecha, los orfebres esclavenos habían asimilado la fabricación de diferen- tes joyas de diverso origen, germánico (fíbulas palmeadas), bizantino (hebillas de larga punta metálica) o estépico (joyas de estilo Chipovo).

Entre otras categorías de material, conviene mencionar los peines de hueso, bilaterales (Zlotniki, cerca de Cracovia, Luka Kavestchinskaya, Davideni), o los de reverso triangular (Komja- tice en Eslovaquia). También son formas de origen extranjero, seguramente tomadas prestadas del mundo germánico o bizantino.

Así, la cultura material de la civilización de Praga tenía nume- rosos rasgos de origen extranjero, bizantino, germánico o estépi- co. Manifiestamente, los esclavenos aprendieron rápidamente las nuevas técnicas y las nuevas modas prestadas por sus veci- nos.

Por otra parte, hay que señalar que el material de la civiliza- ción de Praga da la impresión de una sociedad arcaica e igualita- ~ 177 ~ Michel Kazanski ria, donde las trazas de estratificación social están prácticamente ausentes, Aparentemente, esto refleja una realidad. Recordemos, sin embargo, los inequívocos testimonios de autores antiguos so- bre la existencia de jefes militares entre los esclavenos del siglo VI y todavía con más énfasis en el siglo VII. Por otra parte, el descubrimiento de un pequeño tesoro en Krylos (siete brazale- tes de plaza maciza en el territorio en el que vivían los esclave- nos, muestra la concentración de una cierta riqueza en las manos de algunas personas, seguramente pertenecientes a la “nobleza” tribal.

Durante la segunda mitad y finales del siglo VII, sobre la base de la civilización de Praga, se forman grupos culturales eslavos por todas partes, que están en el origen de la civilización eslava medieval. Su formación tuvo lugar bajo la influencia de sus vecinos no eslavos y en condiciones diferentes, de tal forma que, a partir de finales del siglo VII, la división cultural entre los esla- vos orientales, occidentales y meridionales, se hizo muy visible.

La civilización de Penkovka

Otra civilización eslava, que puede vincularse directamente con los testimonios de las fuentes escritas, es la de Penkovka, que perteneció a los antas. Los primeros sitios fueron excavados en la población de Penkovka, en la región del Dniéper-ribera derecha, concretamente en el río Tyasmina, en los años 1950 por T. Berezovets. Al mismo tiempo, P.I. Havlyouk encontró sitios muy próximos en Podolia, en el Bug meridional, mientras que I.A. Rafalovitch descubrió otros en Moldavia. En fin, en los años 1970, E.A. Goryounov estudió los sitios de tipo Penkovka en Ucrania oriental, en la ribera izquierda del Dniéper, y el autor de este libro tuvo la oportunidad de participar en estos trabajos. Actualmente, conocemos cerca de 300 sitios en una franja de la estepa forestal situada entre el Prout y el Donets. El territorio de Penkovka es bastante menor y más compacto que el de Praga. Al

~ 178 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones oeste del Prout, en la Moldavia rumana, los elementos de la cultura de Penkovka penetran en el territorio de la cultura de Praga. Por contra, esta última se manifiesta en los sitios de Pen- kovka en Besarabia y en el Bug meridional. Como ya hemos dicho, la cerámica de tipo Penkovka aparece esporádicamente en los Balcanes o en el bajo Danubio. La coincidencia de la zona de Penkovka con la localización geográfica de los antas por las fuen- tes escritas es perfecta. Los vínculos de parentesco entre la civili- zación de Penkovka y la de Kiev de la época anterior son tan evi- dentes que actualmente todos los investigadores serios conside- ran los sitios de Penkovka como eslavos (antas), incluso si los elementos meridionales no eslavos, como veremos, están bien representados.

Figura 53. Plano del sector excavado del hábitat de Hitcy (según Goryounov.

~ 179 ~ Michel Kazanski

Los sitios más antiguos, con numerosos rasgos de la civiliza- ción de Kiev, pertenecen a la primera mitad del siglo V como muy tarde (el horizonte antiguo de Hitzy en la región del Dniéper-ribera izquierda, Kunya, Goliki en la región del Bug meridional). Una serie de tesoros enterrados entre la mitad y el tercer cuarto del siglo VII marca la repentina desaparición de la cultura de Penkovka.

En la actualidad, conocemos, sobre todo, los hábitats. Muchos sitios han sido excavados, estando entre los más importantes los de Penkovka-Molotcharnya o Hitzy en la región del Dniéper, Semenki en el Bug meridional, Selichte o el antiguo horizonte de Hanska en Besarabia, pero pocos de los hábitats excavados en grandes superficies han sido convenientemente publicados; cite- mos, a título de ejemplo, los trabajos de E.A. Goryounov en Hitzy, Ucrania, en la región del Dniéper-ribera izquierda. Sin embargo, gracias al considerable número de publicaciones parciales, pode- mos hacernos una idea bastante clara de esta civilización.

La topografía de los sitios es la misma que en la cultura de Praga. Se encuentran en las terrazas de los valles fluviales, con grupos de 5 a 7 hábitats, que se sitúan a distancias de entre 3 y 5 kilómetros. Son hábitats abiertos, de una superficie de 1,5 a 3 hectáreas, donde se encuentran hasta 30 edificaciones, dispues- tas sin un sistema aparente, en distancias de entre 15 a 50 me- tros. Numerosos silos están atestiguados.

Los hábitats fortificados son bastante raros. El caso de Selich- te en Moldavia es prácticamente el único. Este hábitat se encuen- tra sobre un promontorio, su superficie es de 130x60 metros y una muralla de tierra lo protege por el lado de la terraza.

El tipo principal de edificación es una cabaña rectangular en suelo excavado, a veces con rastros de postes a lo largo de los muros, de un tamaño de unos 16 m2; en la ribera izquierda del Dniéper, las edificaciones son más grandes (más de 20 m2). En las edificaciones de la fase antigua de Penkovka (siglos V-VI), los ~ 180 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones hogares son abiertos, después, en los siglos VI-VII, sobre todo en Moldavia, en el Bug meridional (las regiones de penetración de elementos de la civilización de Praga) y en la región del Dniéper- ribera derecha, aparecen hornos de piedra y de arcilla.

La influencia no eslava se manifiesta en la aparición de ras- tros de yurtas nómadas (tiendas con forma circular) en los hábi- tats de Osipovka y de Chernetchina en la región del Dniéper- ribera izquierda. Por otra parte, las casas con cimientos de pie- dra están atestiguadas en la región de los rápidos del Dniéper, en Mayroka-Balka Zvonetskaya y en lgren-Podkova I. Estas edifica- ciones pertenecen también a una tradición no eslava, probable- mente meridional.

Aparte de los hábitats, se conoce un centro de producción de hierro en Solgutov Ostrov Gaivoron, en el Bug meridional, donde han sido estudiados 25 hornos para la fabricación de hierro.

Pequeñas necrópolis y tumbas aisladas de la cultura Penkov- ka están atestiguadas en Velika Andrusovka, Selichte, Hanska III, Volochsko-Surskoi, Voronaya, Kizlevy y cerca de la desemboca- dura del río Samara en el Dniéper. Se trata de incineraciones en urnas o compactas en tierra abierta, con algunos elementos de la vestimenta (especialmente hebillas de cinturón y fíbulas en Veli- ka Andrusovka). El mobiliario de las incineraciones de la región de los rápidos del Dniéper es más variado. Así, por ejemplo, dos incineraciones en tierra abierta en Voloshskoe-Surskoi que con- tienen un pie de vidrio bizantino (tumba núm. 1), colgantes tra- pezoidales de bronce, tubos de bronce, pendientes de hilo metá- lico enrollado. La incineración en tierra abierta en Voronaya ha proporcionado cuentas, una campana de bronce, tubos y colgan- tes trapezoidales de bronce. La incineración de Kizlevy contiene también, tubos y una campana de bronce. En fin, la incineración próxima a la desembocadura del río Samara ha proporcionado dos fíbulas, una zoomorfa y otra de palma (a juzgar por la parte conservada). Pueden considerarse estas incineraciones como pertenecientes a la tradición eslava, porque prácticas semejantes ~ 181 ~ Michel Kazanski son típicas de otras civilizaciones eslavas, tanto de la misma épo- ca, especialmente la de Praga, como de la época anterior.

Pero, al mismo tiempo, las inhumaciones son también conoci- das en la civilización de Penkovka. Son tumbas planas (Selichte, Balakleya, Dantcheny, Martynovka, Mohnatch) o sepulturas rea- lizadas en kurganes de la época anterior (Postavmuki, Berezov- ka, Zvoneckie Porogi). Los difuntos son acompañados de orna- mentos, ante todo fíbulas de palma, zoomorfas y antropomorfas, características de la población de la estepa forestal en los siglos VI-VII. Se trata, sobre todo, de inhumaciones femeninas.

Figura 54. Diversos objetos del hábitat de Semenki (según I.P. Havlyouk, en la rec. Rannesrednevekovye Vostolchnoslavyanskie drevnosti… 1974).

Durante mucho tiempo, estas tumbas se han atribuido con razón a la población no eslava, porque las inhumaciones no apa- recen entre los eslavos de Europa oriental hasta el siglo X. En ocasiones, estas sepulturas han sido consideradas equivocada- ~ 182 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones mente como pertenecientes a los pueblos nómadas, hunobúlga- ros o ávaros. Sin embargo, los nómadas de la estepa eurasiática no portaban fíbulas en los siglos VI-VII. La atribución de estas tumbas a los alanos es más verosímil. En efecto, estos últimos llevaban fíbulas y enterraban a sus muertos según la costumbre de la inhumación. La cerámica de tradición alana está bien ates- tiguada, como veremos, en la región del Dniéper medio. Una tumba de nicho, descubierta en Mohnatch, en la región de Khar- kov, es efectivamente de tipo alano. Por otra parte, los adornos descubiertos en las inhumaciones sobre el territorio de la cultu- ra de Penkovka son incontestablemente de tradición local y la composición de la vestimenta y del mobiliario funerario de estas tumbas, en general, difiere considerablemente de los que cono- cemos de los alanos. En fin, ninguna fuente escrita atestigua la presencia de los alanos en el territorio al norte del mar Negro durante los siglos VI-VII.

En nuestra opinión, estas tumbas recuerdan, a excepción de la de Mohnatch, tanto por las prácticas funerarias como por la com- posición del mobiliario, a las de los germanos del Danubio del siglo VI, o incluso a las tumbas de Crimea oriental de la misma época, sobre todo las de Kertch, entonces bajo influencia germá- nica oriental. En estas dos regiones, las inhumaciones individua- les con fíbulas de palma están bien extendidas. Así, puede expli- carse la aparición de tumbas semejantes en Ucrania, entre los antas, ya sea por matrimonios mixtos con germanos y alanos (re- cordemos que la mayoría de estas tumbas pertenecen a muje- res), ya sea por la supervivencia, en el medio eslavo, de algunos enclaves de población germánica y alana de la época precedente, especialmente de la de Cherniajov, donde las tradiciones vesti- mentarias y funerarias no eslavas pudieron subsistir hasta el siglo VI, incluso hasta el siglo VII.

El “pequeño mobiliario” de la civilización de Penkovka es comparable al de la cultura de Praga. La cerámica está hecha a mano, sin decoración. Son vasijas de forma bicónica u ovoide, grandes recipientes y ollas. En el siglo VII, junto a esta cerámica, ~ 183 ~ Michel Kazanski se difunde la cerámica torneada, de color gres, con una decora- ción brillante. Sin duda, es de origen no eslavo, seguramente ala- no. Como veremos, esta cerámica es característica, sobre todo, de sitio con un fuerte componente no eslavo (Pastyrskoe) y, en los hábitats de la fase final de la cultura Penkovka (por ejemplo, Semenki, Tarancevo), es poco numerosa. Se han encontrado cen- tros de fabricación de este tipo de cerámica en Taranov Yar, cer- ca de Poltava, y en Kancerka, en los rápidos del Dniéper.

Los objetos de hierro son más o menos del mismo tipo que en la civilización de Praga. Son, de nuevo, objetos de la vida cotidia- na (cuchillos, leznas) o herramientas agrícolas, en parte de tradi- ción romana/bizantina. Las rejas de arado están atestiguadas en Selishte y en Lyubimovskaya Zabora, y se han encontrado guada- ñas y hoces en Belsk, Hanska, Semenki, Selichte, Goliki, Zelanya- nica, Kochubeevka. También se han encontrado piedras de moler en Belsk y Dantcheny.

Según los datos paleobotánicos, los antas cultivaban trigo, mijo, avena, centeno, guisantes. Su ganado consistía en ganado vacuno, cerdos, caballos, ovejas y cabras; las osamentas de - males salvajes están poco presentes. Los anzuelos y los restos de peces testimonian la práctica de la pesca.

Las armas y las piezas de arneses, descubiertas en los hábi- tats de la civilización de Penkovka, son comparables con los de la civilización de Praga. Se trata de lanzas (Surskaya Zabora), jaba- linas y flechas (Surskaya Zabora, Skibincy, Semenki, Belsk, Cher- nechina, Kizlevy, Suhaya Gomolcha), especialmente las de tipo “nómada” de tres alas (Tarancevo, Kizlevy, Miklachevsky, Novye Bratuchany, Trebujeny) y de “germánicas” de doble gancho (Se- menki, Selichte) bocados y lazos de arnés (Selichte, Belaya Cer- kov, Surskaya Zabora, Semenki), y un fragmento de cota de malla (Igren Podkova 1).

Un importante descubrimiento procede, lamentablemente, de las recientes excavaciones clandestinas cerca de Tcherkassy, al ~ 184 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones sur de Kiev, en la ribera derecha del Dniéper, en plena zona de la civilización de Penkovka. Aquí, han aparecido los fragmentos de un casco bizantino del tipo denominado Baldenheim, así como los restos de una cota de malla. Los cascos de este tipo, datados de finales del siglo V y del siglo VI, son raros, unos cuarenta para toda Europa. En el Barbaricum están atestiguados, sobre todo, en las tumbas de los “jefes militares” y, sin ninguna duda, indican el alto estatuto social de sus propietarios. Es significativo que estos cascos están totalmente ausentes en las tumbas de los nómadas esteparios del norte del mar Negro. Así, tenemos todas las razo- nes para atribuir este descubrimiento a un “jefe” guerrero de los antas, portadores de la civilización de Penkovka. Muy probable- mente el lugar del descubrimiento indica la proximidad de un centro de poder.

Figura 55. Horno de archilla en una edificación de la civilización de Pen- kovka en Kalnik (excavaciones de P.I. Havlyouk, Archivos del Instituto de Historia de la Cultura Material, San Petersburgo).

En la vestimenta de la población de Penkovka, las fíbulas son numerosas. Los tipos más antiguos, en forma de ballesta, de tra- dición danubiana del siglo V, han sido descubiertos en Kunya, ~ 185 ~ Michel Kazanski

Parhomovka, Osokorivka, Zvoneckyie Porogi. Las fíbulas bizanti- nas de hierro fundido (Hanska II, Zvoneckoe-Balka Tyaginka, Volochskoe) datan del siglo VI, mientras que las de pie con cierre, también de tradición bizantina, también pudieron existir en el siglo VII (Surskaya Zabora, Kizlevy, Mayorka-Balka Zvo- necka). Sus derivadas de asa ancha descubiertas en Balka Yaceva y en Kizlevy son datables de la segunda mitad del siglo VII. Pe- queñas fíbulas de palma de origen danubiano fueron descubier- tas en Hanska, Semenki, Surskaya Zabora. Una fíbula caucasiana, probablemente del siglo VI, de cabeza circular y pie de rombo, procede de Balka Yaceva.

Fuera del contexto de la civilización de Penkovka, pero siem- pre en su zona, una serie de fíbulas del siglo VI, originarias de Kertch, en Crimea oriental, de tipo germánico del Danubio me- dio, están también atestiguadas. Así, una inhumación femenina en Marynovka contenía dos fíbulas germánicas de origen danu- biano.

Figura 56. Inhuma- ción femenina en una tumba de tipo alano con joyas de tipo eslavo en Mohnatch (según V. Aksenov y L. Babenko, en Rosiiskaya Archeolo- giya, 1998/3).

~ 186 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Hacia finales del siglo VI, aparecen fíbulas de palma de tra- dición local, llamadas de tipo Dniéper. Fueron descubiertas en los hábitats de Penkovka en Mayorka-Balka Zvoneckaya, Belsk, Surskaya Zabora, Zvoneckoe-Tyaginka. Se han encontrado fíbul- as antropozoomorfas de fabricación local, datables del siglo VII en los sitios de tipo Penkovka en Penkovka-Molotcharnya, Hans- ka II, Velika Andrusovka IV, Grigorievka, Popove, Puzino, Taran- cevo, Balka Yaceva, Surskaya Zabora, Kizlevy, Dejki. En fin, una versión tardía de este tipo procede de Hanska.

Otros adornos recuerdan a los de la civilización de Praga. Así, por ejemplo, los brazaletes de bronce macizo, con extremos alar- gados, fueron descubiertos en Skibincy y Surskaya Zabora. En Selichte, Dereivka, Surskaya Zabora, Dneprovskoe-Yamburgo, Zvoneckoe-Tyaginka, Igren Podkova I, Kizlevy, Chulaevsky, así como en las incineraciones de los rápidos del Dniéper, citadas anteriormente. A diferencia de la civilización de Praga, los col- gantes son más grandes y forman parte de la misma decoración que los tubos y las campanas de bronce. Estos complementos están presentes en las incineraciones de los rápidos del Dniéper; por otra parte, tubos y campanas han sido descubiertos aislada- mente en los hábitats de Surskaya Zabora y Mayorka-Balka Zvo- neckaya.

Se encontraron pendientes de alambre enrollado, además de los de las tumbas ya citadas, en Semenki, Surskaya Zabora, Zvoneckoe-Tyaginka, Kizlevy, Mayorka-Balka Zvoneckaya. Más tarde, en el siglo VII, aparecen pendientes en forma de media lu- na con un colgante en forma de estrella, llamados de tipo Pas- tyrskoe. Estos ornamentos de tradición bizantina están atesti- guados en Semenki, Solgutov Ostrov-Gaivoron, Zadoneckoe.

Los adornos de cinturón están atestiguados por varios hallaz- gos. Así, una hebilla con adornos en relieve de los siglos V-VI procede de la pequeña necrópolis Velika Andrusovka III. Algunos elementos del cinturón llamado “heráldico” proceden de Koro- bovka, Surskaya Zabora, Mayorka -Balka Zvoneckaya, Igren- ~ 187 ~ Michel Kazanski

Podkova, Volochskoe, Un tesoro con placas y piezas de hierro de un cinturón “heráldico” fue descubierto en el hábitat de Vilhov- chik en una vasija de tipo Penkovka.

Para terminar con el mobiliario metálico, conviene mencionar el descubrimiento de un espejo de origen nómada en Hanska, una figurilla de león de origen bizantino, hallada en Skibincy, y una placa de hebilla, probablemente originaria de la Gotia de Crimea o del Danubio, en Tchapaevka.

En general, los objetos de importación bizantina en la zona de la cultura de Penkovka son poco numerosos. Citemos, por ejem- plo, los descubrimientos de ánforas o de sus fragmentos, esen- cialmente de tipo LRA 1 y 2 en Budische, Semenki, Selichte, Hanska II, Tcherntchina, una figurilla antropomorfa en Strekalo- vo, algunas placas de bucle, especialmente un lazo de saco del siglo VII en Semenki, y monedas bizantinas en la región del Dnié- per y en Moldavia.

Todos los objetos mencionados, con algunas excepciones (en particular, Strekalovo), proceden de los sitios de la civilización de Penkovka y su atribución cultural es incontestable, Sin em- bargo, en la región del Dniéper todavía existe una serie de descu- brimientos, cuya pertenencia todavía es objeto de intensos deba- tes. Son los llamados tesoros de los antas. Su catálogo, salvo los descubrimientos más recientes, fue establecido por G.F. Korzuhi- na en los años 1960. Estos tesoros contienen adornos femeninos y complementos “heráldicos”. O.A. Scheglova demostró que se pueden dividir en dos grupos cronológicos, correspondiendo el primero a la fase reciente de la civilización de Penkovka. La com- paración con las piezas de Crimea gótica y de la Italia lombarda muestra que los tesoros del primer grupo contienen objetos de los años 590/600-630/640. Los objetos más tardíos correspon- den a la mitad y tercer cuarto del siglo VII, lo que, sin duda, es la fecha de enterramiento de la mayoría de los tesoros del primer grupo. Se trató, seguramente, de alguna catástrofe militar que tuvo lugar en la parte oriental de la civilización de Penkovka y en ~ 188 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones las regiones limítrofes de la civilización de Kolotchin. En el terri- torio de Penkovka, han sido hallados algunos de estos tesoros en Martynovka, Hacki, Maly Rjavets, Vilhovchik, Blajki, Nizhnyaya Syrovatka.

Estos tesoros contienen fíbulas en forma de palma del tipo Dniéper, fíbulas zoomorfas y antropozoomorfas, brazaletes con los extremos ensanchados, pendientes en hilo metálico enrolla- do, colgantes trapezoidales, peltiformes o circulares, tubos y campanas de bronce, cinturones “heráldicos”, diademas de cha- pa metálica. El tesoro de Martynovka se distingue por una excep- cional riqueza. Además de los objetos habituales en este tipo de hallazgos, contiene en particular un recipiente bizantino de pla- ta, la empuñadura de una espada o de una daga, figurillas zoo- morfas o antropomorfas, que recuerdan a las de los escudos de los jefes lombardos. Se trata, sin ninguna duda, de un tesoro principesco, mientras que los mencionados anteriormente de- bían pertenecer a personas notables de menor importancia.

Figura 57. Fíbulas de tipo Dniéper, descu- biertas en la zona de la civilización de Pen- kovka (según Korzuhi- na, 1996). 1,2: Pastyr- ksoe. 3,4: Martynovka (tesoro). 5: Hmelna. 3: Isaïki.

~ 189 ~ Michel Kazanski

La mayoría de los objetos que forman parte de los tesoros, especialmente los adornos femeninos, tienen muchos paralelis- mos con el mobiliario de los sitios de la civilización de Penkovka. Otros, sobre todo los ornamentos de los cinturones “heráldicos”, pertenecen a la moda guerrera internacional, que abarcaba una gran parte de Eurasia. La moda internacional se manifiesta igual- mente en la vestimenta femenina. Así, los adornos de tubos con campanas y los colgantes circulares recuerdan a otros descu- biertos en Crimea, en la Italia lombarda o en la población del reino ávaro. Teniendo en cuenta la composición de estos tesoros y de numerosos paralelismos con los hábitats de Penkovka, esta- mos en disposición de atribuir estos hallazgos a los antas. Recor- demos que uno de los seis tesoros, el de Vilhovtchik, fue descu- bierto en una vasija de tipo Penkovka en un hábitat de esta civili- zación.

Figura 58. Dos figuritas del tesoro de Martynovka (Cliché D. Kidd).

Algunos estudiosos húngaros y rusos (por ejemplo, el famoso especialista ruso de los pueblos de la estepa, M.I. Artamonov) han atribuido los tesoros de los antas a los pueblos nómadas, ávaros, huno-búlgaros o alanos. Si dejamos de lado la polémica puramente política, provocada por las tensiones nacionalistas en la Europa del Este, hay que decir que los objetos ávaros, búlgaros o alanos de los siglos VI-VII no ofrecen ningún paralelismo en lo que concierne a los tesoros de los antas. Hay que recordar que ~ 190 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones una serie considerable de tumbas “nómadas” de los siglos VI-VII, descubiertas en las estepas pónticas y caucásicas, ya han sido publicadas. Sin embargo, su mobiliario es totalmente diferente de lo que se conoce de los tesoros del Dniéper. El mobiliario de las necrópolis ávaras en Hungría o de las necrópolis alanas en el norte del Cáucaso difiere igualmente de los descubrimientos he- chos en los tesoros en cuestión. Ciertamente, pueden encontrar- se objetos a la moda de la época por todas partes, tales como cin- turones “heráldicos”, o incluso figurillas antropomorfas o zoo- morfas. Pero también las encontramos entre los lombardos en Italia y nadie insistiría, en este caso, en el origen huno-búlgaro o ávaro de las tumbas lombardas. La diferencia entre los tesoros del Dniéper y las antigüedades “nómadas” es singularmente evi- dente cuando se comparan los vestidos femeninos. En las socie- dades antiguas, la vestimenta femenina representa una parte muy estable de la civilización material. En efecto, en los tesoros, aparecen numerosas fíbulas, mientras que las mujeres “nóma- das”, tanto de las estepas pónticas y caucásicas como de la cuen- ca de los Cárpatos, no las usaban. Por ello, los arqueólogos hún- garos atribuyen con razón a las mujeres de origen extranjero (germánico o eslavo) los escasos descubrimientos de tumbas con fíbulas en los cementerios ávaros. Por otra parte, es evidente que los antas pudieron incorporar a personas de origen extranjero que adoptaron la costumbre eslava (Mohnatch).

Así, los tesoros de los antas marcan el repentino final de la civilización de Penkovka, al menos en el Dniéper, en la parte oriental de su zona. En lo que concierne a la parte occidental de la civilización de Penkovka, Moldavia y la región del Bug meri- dional (Podolia), los cambios se produjeron de una forma más pacífica. Parece que el elemento originario de la civilización es- clavena de Praga se hizo progresivamente dominante, mientras que el de Penkovka desapareció hacia finales del siglo VII. En cualquier caso, a partir del siglo VIII, Moldavia y Podolia estaban pobladas por los descendientes de la civilización de Praga- Korchak.

~ 191 ~ Michel Kazanski

En la región del Dniéper, la situación es más compleja. Des- pués de la abrupta desaparición de la cultura de Penkovka durante la segunda mitad del siglo VII, los sitios eslavos llama- dos de tipo Sakhnovka, ligados al origen de la civilización de Praga-Korchak, aparecen en la estepa forestal del Dniéper-ribera derecha. Hacia finales del siglo VII y principios del VIII, los des- cendientes eslavos de la cultura de Praga ocupan la parte norte de la estepa forestal del Dniéper-ribera izquierda, dejando sitios de tipo Volyntsevo. Pero, al mismo tiempo, a partir de la mitad y el tercer cuarto del siglo VII, es decir, en el momento de la - parición de la cultura de Penkovka, un grupo de la población no eslava aparece en la parte sur de la estepa forestal, tanto en la ribera izquierda como en la ribera derecha del Dniéper, así como en las estepas vecinas del Dniéper inferior.

Este grupo ha dejado, ante todo, ricos vestigios “príncipes- cos”. Lugares conmemorativos o tumbas, siendo la más célebre el de “la tumba del Kan Kouvrat”, descubierta a principios del siglo XX cerca de la villa de Poltava. Este descubrimiento, tumba o lugar conmemorativo, ha proporcionado una gran cantidad de objetos de lujo, especialmente anillos, en los que los especialistas han podido leer el nombre del gran kan huno-búlgaro de mitad del siglo VII, Kouvrat. Otros sitios comparables han sido hallados en Glodosy, Voznsenka, Makuhovka, Kelegei. Su fecha, gracias a los descubrimientos de monedas, se sitúa en los años 640-660, mientras que algunos sitios, por ejemplo, el de Voznesenka, en los rápidos del Dniéper, pueden ser ligeramente más tardíos. Se ha encontrado una gran cantidad de armas ceremoniales, de arneses, recipientes bizantinos en metales preciosos, adornos, cinturones, monedas bizantinas de oro. Todos los investigadores están de acuerdo en atribuir estos ricos hallazgos a la aristocra- cia de los pueblos nómadas de la estepa. El debate sobre su atri- bución actualmente los atribuye a los huno-búlgaros o a los jáza- ros (kazaros).

El segundo tipo de sitios, mucho menos espectaculares, pero también importantes, está constituido por antiguos estableci- ~ 192 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones mientos de campamentos nómadas, que se distinguen por la presencia de la cerámica característica alano-búlgara, torneada, roja o gris con decoración brillante. Las edificaciones estaciona- les están prácticamente ausentes; en Stecovka, en la ribera dere- cha del Dniéper, se observaron las marcas de yurta. En esta re- gión, en la ribera derecha del Dniéper, estos campamentos son poco numerosos; por el contrario, están bien atestiguados en la región de los rápidos del Dniéper, especialmente cerca de Polta- va, en la región del descubrimiento de Pereschepino. Así, las prospecciones realizadas por E.A. Goryounov y por el autor de este libro, en los años 1977-1980, revelaron la existencia de este tipo de campamentos en Lavriki, Cheredniki, Belokoni, Poluzhny, etc.

Entre los sitios más importantes de este grupo no eslavo hay que citar el hábitat fortificado de Pastyrskoe, en la ribera dere- cha del Dniéper. Ha sido excavado varias veces y existe un estu- dio de síntesis de O.M. Prikhodnyouk. Una serie de edificaciones, especialmente los restos de una forja, han sido excavadas. El sitio ha proporcionado una gran cantidad de cerámica gris tor- neada alano-búlgara, numerosas joyas del mismo tipo que las de los “tesoros de los antas”, sobre todo fíbulas. No hay que excluir, por tanto, que este hábitat se remonte a la fase final de la cultura de Penkovka.

Se han desenterrado dos talleres para la fabricación de la cerámica gris de tipo norcaucásico, alano, uno en Kancerka, en los rápidos del Dniéper, donde se han estudiados 18 hornos de cerámica, y otro en Taranoiv Yar, cerca de Poltava.

Por último, citemos la tumba de inhumación en Yasinovataya, cerca de Donezk, del que tenemos conocimiento gracias a Mikhail Chvetsov. Ha proporcionado un pendiente de tipo Pas- tyrskoe, en forma de media luna con un colgante en forma de estrella y una fíbula de dos placas. Objetos idénticos han sido descubiertos en gran número en Pastyrskoe, por lo que podemos atribuir esta sepultura al mismo grupo cultural. ~ 193 ~ Michel Kazanski

Figura 59. Tesoro de Zaitsev (según Korzuhina, 1996). Muestra el cambio de estilo de los jue- gos de cuentas du- rante la segunda mi- tad del siglo VII en relación con la épo- ca precedente de la civilización de Pen- kovka y con los tesoros de los tipos Martynovka y Gapanovo.

De esta forma, estamos en presencia de un grupo no eslavo, de origen meridional, nómada o sedentarizado, con un fuerte componente huno-búlgaro o alano, que aparece durante el perio- do final de la civilización de Penkovka y que ocupa una parte del territorio de esta civilización tras su desaparición. Es tentador atribuir este grupo a los huno-búlgaros del Kan Asparuk ‒des- cendiente directo de Kouvrat‒, los cuales abandonaron el norte del Cáucaso, según las fuentes escritas, hacia mitad del siglo VII bajo la presión de los jázaros (kazaros), alcanzado más tarde, hacia los años 680, el Danubio. Puede suponerse que su estable- cimiento sobre el Dniéper provocara la guerra con la población de la civilización de Penkovka y la desaparición de esta civiliza- ción.

Pero el destino de los nuevos recién llegados tampoco fue envidiable. Una serie de tesoros, el segundo grupo cronológico, según O. Scheglova, marca el fin de este grupo búlgaro-alano. Son

~ 194 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones los tesoros de Harievka, Zaicev, Samgorodok y los tres tesoros de Pastyrskoe. Contienen pendientes de tipo Pastyrskoe, otros con un colgante globular, brazaletes con extremos huecos alargados y cruzados, complementos de cinturón de finales del siglo VII y principios del VIII, tipos más tardíos de fíbulas antropozoomor- fas de dos placas.

Figura 60. Cerámica de tradi- ción estépica pro- cedente del hábitat de Pastycskoe (excavaciones de M. You. Berait- chevsky, Instituto de Arqueología, Kiev).

El hábitat de Pastyrskoe, sin duda un centro importante, fue incendiado y destruido. Fueron probablemente los jázaros (ka- zaros) los que provocaron esta catástrofe militar, así como la salida de los huno-búlgaros del Dniéper hacia el Danubio. Pode-

~ 195 ~ Michel Kazanski mos imaginar que fue con la bendición de los jázaros que los eslavos de la civilización de Volyntsevo se instalaron en la región del Dniéper-ribera izquierda. Los hábitats de tipo Volynstsevo no eran fortificados, por lo que el peligro militar debía ser míni- mo. Por otra parte, hay que recordar que el pueblo eslavo de los severios, que habitaba sobre la ribera izquierda del Dniéper, a los que se les atribuye los sitios de tipo Volyntsevo, pagaba un tributo a los jázaros en los siglos IX-X. Manifiestamente, este tri- buto no debía ser considerado como una pesada carga, porque los príncipes rusos de Kiev, en 884, según La Crónica del tiempo pasado, se vieron obligados a hacer la guerra a los severios para sustraerles de la órbita del reino jázaro e imponerles un tributo más “ligero” en beneficio de Kiev. Puede suponerse que estas relaciones entre los severios y los jázaros surgieron en una épo- ca anterior, hacia finales del siglo VII y principios del VIII, duran- te el establecimiento de los severios en la ribera izquierda del Dniéper.

Volviendo a los antas de la civilización de Penkovka, conviene mencionar otro mito científico, el de los “antas-alanos”. Según B.A. Rybakov, los tesoros del Dniéper, ampliamente reseñados anteriormente, marcan el territorio de una formación política eslava de los siglos VI-VII, el embrión del Estado ruso medieval. En apoyo de su tesis, Rybakov cita el nombre del río Ros, que se sitúan en la zona de difusión de estos tesoros, y el testimonio de Zakharia el Retórico, autor del siglo VI que habla del pueblo “rhos”, en alguna parte en el norte, cuyos hombres eran tan gran- des que los caballos no podían soportar su peso. Sin embargo, si bien los filólogos están de acuerdo en su origen antiguo, iranio, del nombre del río Ros, no está probado que este nombre tenga alguna relación con el del Estado medieval o con el del pueblo ruso, cuyas primeras denominaciones solo se remontan al siglo IX. Por otra parte, el texto de Zakharia es difícilmente utilizable como prueba, porque los gigantes “rhos” aparecen en sospechosa compañía de un pueblo con cabeza de perro, el pueblo de los enanos y de las mujeres con un solo pecho (sin duda, las amazo- nas). Está claro que el norte, para Zakharia, estaba poblado de ~ 196 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones monstruos que no tienen ninguna relación con la población real de la Europa oriental.

Figura 61. El hábitat de los alfareros alanos en Kancerka, en el Dniéper y recons-trucción de uno de los talleres (según Smilenko,1975).

La civilización de Kolotchin

Mientras que las culturas de Praga y Penkovka son identifica- bles con los pueblos eslavófonos de los siglos VI-VII, los esclave- nos y los antas, las civilizaciones de la zona forestal permanecen en el anonimato, porque los autores antiguos no conocían estos territorios. Sin embargo, teniendo en cuenta los vínculos de parentesco entre los diferentes grupos culturales, puede llegarse

~ 197 ~ Michel Kazanski a la conclusión sobre la atribución étnica posible de sus portado- res. Es el caso de la civilización de Kolotchin, que resulta de la evolución interna de la cultura véneta de Kiev, y que manifiesta vínculos de parentesco estrechos con la civilización anta de Pen- kovka. No hay que excluir que los vénetos del siglo VI de Jorda- nes fueran los portadores de la civilización de Kolotchin.

Esta civilización fue descubierta en los años 1950-60 gracias a los trabajos de E.A. Symonovitch, P.N. Tretyakov y V.N. Dani- lenko. Ocupaba el territorio del alto Dniéper, aproximadamente entre Kiev y Mogilev, así como las cuencas del Berezina, Desna, Seim y Psel superior. En la actualidad, conocemos un centenar de hábitats, de los que unos veinte han sido excavados en diversos grados. Entre estos sitios, se han estudiado sobre todo los del Desna (por ejemplo, Roische, Smolyan) y del Seim, así como el sitio homónimo cerca de la villa de Gomel. Por otra parte, se conocen unas diez necrópolis, de las que las tres más grandes, Lebyajie, Knyajy y Kartamychevo, todavía no han sido correcta- mente estudiadas.

Los hábitats son abiertos, se sitúan en las terrazas de los valles fluviales. Un único hábitat fortificado, el de Kolotchin, tie- ne muros de tierra y edificaciones a lo largo de las murallas.

El tipo principal de las edificaciones está constituido por cabañas en suelo excavado, de 11 a 24 m2, con un poste central y hogares abiertos; en Taimanova, en Bielorrusia, se han hallado hornos de piedra en las esquinas de las casas. Numerosos silos están también atestiguados en estos hábitats. Estos silos, así como los datos paleobotánicos (los granos de mijo) testimonian la práctica de la agricultura entre la población de la civilización de Kolotchin, La osteología muestras que los bóvidos eran domi- nantes entre el ganado.

Los sitios funerarios están representados por grandes y pe- queños cementerios con incineraciones planas, en urnas y en tierra abierta, siendo estas últimas las más numerosas. En la ~ 198 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones necrópolis de Kartamychevo 2 se han observado rastros de cercas cuadradas en algunas tumbas. El mobiliario era bastante modesto, encontrando solo algunos detalles de la vestimenta. En algunas tumbas de Lebyajie y de Knayajy, se encontraron lanzas.

Figura 62. Objetos metálicos descu- biertos en los sitios de la civilización de Kolotchin (se- gún Goryounov, 1981). 1,2: Knyajy. 3: Hohlov. 4: Ka- zatchiya Loknya. 5: Veliki Budki. 6,11: Vorobievka. 7,-9,12,16: Lebya- jee. 10: Usoh. 13,14: Smyatch. 13: Posuditchi.

En el “pequeño mobiliario”, la cerámica no torneada es predo- minante. Las vasijas tulipiformes y cilindrocónicas son las más representativas. Los objetos de hierro son menos numerosos: cuchillos, leznas, hoces y guadañas (Kolotchin, Moschenka, Hoh- lov Vir, Demainka). Hay que señalar la ausencia de herramientas agrícolas de tradición romana/bizantina.

La panoplia de armas es similar a la de Praga y de Penkovka. Se trata de lanzas (Kolotchin, Knyajy, Lebyaje, Krasnaya Zorka- Ravniki), flechas “nómadas” de tres alas (Kolodezny Bugor, Hoh- lov Vir, Vladimirskoe), bocados de caballo (Lebvajie, Mokva, Somlyan), arneses (Moschenka), fragmentos de cota de malla (Moschenka). Conviene mencionar también las armas de presti- gio, particularmente una empuñadora de hierro, de espada o de ~ 199 ~ Michel Kazanski daga (Vecliki Budki), así como una espada bizantina de larga empuñadura de bronce (Kartamychevo).

Figura 63. El casco de tipo Baldenheim, proba- blemente de origen bizantino, del siglo VI, procedente de un depó- sito descubierto en el distrito de Klimovo, en la región de Briansk (Rusia). (Foto de Oleg Radiush)

Algunos descubrimientos recientes en el territorio de la cultu- ra de Kolotchin han cambiado profundamente nuestra visión del equipamiento militar de los portadores de esta civilización. Prin- ~ 200 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones cipalmente, se trata de descubrimientos fortuitos en la cuenca del Desna, en la región de Briansk (Federación rusa), donde han aparecido dos cascos del tipo Baldenheim ya citado, al filo de los siglos V-VI, en el distrito de Klimovo y en el distrito de Navlia. El descubrimiento de Klimovo ha sacado a la luz también los boca- dos de un caballo, decorados con cabezas de aves. Un poco más al sur, siempre en la cuencia del Desna, pero esta vez en la región ucraniana de Tchernigov, distrito de Glukhov, un tesoro descu- bierto por los excavadores clandestinos nos ha librado los arne- ses de un caballo (bocado, apliques, hebillas) perteneciente a un equipamiento de gala, datable de finales del siglo V-primera mi- tad del siglo VI. Estos descubrimientos, que forman parte de la “civilización principesca”, testimonian la existencia de centros de poder en estas regiones.

Figura 64. El tesoro de orfebrería descubierto en el hábitat de Veliki Budki, de la civilización de Kolotchin (según Foryounova, 1992). Objetos destinados a la refundición, como una fíbula germánica del siglo VI y un colgante de arnés sármata.

Entre las piezas de vestidos y sus adornos se encuentran las fíbulas con forma de palma, póntico-danubianas del siglo VI, des- cubiertas en Zamoschanskya Dyouna, en Trubtchevsk, tumba 4, ~ 201 ~ Michel Kazanski también una pequeña fíbula danubiana del siglo VII en Gomel. Se han descubierto brazaletes de extremos ensanchados en Veliki Budki y en Voribievka. La punta metálica de una hebilla danu- biana de la segunda mitad del siglo V procedente de Kartamy- chevo, una placa de la misma época y origen en Posuditchi. Ele- mentos del cinturón “heráldico” están atestiguados en Lebyajie, Veliki Budki-Hutor, Kartamuchevo 2, Mokva. Entre las cuentas, mencionar una rara pieza de origen mediterráneo o sasánida, en cristal de roca, en Kartamychevo 3.

En cuanto a la orfebrería de la cultura de Kolotchin, un hallaz- go en el hábitat de Veliky Budki-Hutor (excavaciones de V.M. Goriyonova), resulta particularmente interesante. Se trata de un tesoro de orfebre hallado en una edificación. Este tesoro conte- nía tanto objetos utilizados como materia prima (en particular, una fíbula póntico-danubiana del siglo VI y un gran colgante tra- pezoidal, probablemente sármata, de la época romana), como objetos producidos por el orfebre, como dos pequeñas fíbulas de tipo danubiano y pequeñas placas de hebillas.

Este descubrimiento forma parte de una serie de tesoros de los antas de mitad del siglo VII, hallado en la zona de la civili- zación de Kolotchin: Trubchevsk, Gaponovo, Kozievka, Novya Odessa, Sudija (en un hábitat de la civilización de Kolotchin), Veliki Budki, Koloskovo, Mena, Ugly, Ninyaya Syrovatka, Blajki, Smorodino. Puede constatarse que la población de la civilización de Kolotchin experimentó, en los años 650-660, el mismo impac- to o alteración que el de la cultura de Penkovka. Sin embargo, algunos sitios del Desna y del Seim de finales del siglo VII y principios del VIII muestran vínculos culturales entre la civiliza- ción de Kolotchin y la de los eslavos de la época posterior. Puede concluirse, al menos parcialmente, que la antigua población de Kolotchin contribuyó a la formación de la civilización de los eslavos de la región del Dniéper-ribera izquierda.

~ 202 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

La civilización de Touchemlya

Esta civilización ya ha sido mencionada en los capítulos pre- cedentes. Surgió gracias a la fusión de elementos autóctonos y de elementos derivados de la civilización de Kiev (los sitios de tipo Zaozerie) y, al menos, existió desde el siglo IV, como prueban las importaciones de Cherniajov. Como hemos visto, en el siglo V, un nuevo elemento cultural, de origen danubiano (¿germánico?) se manifiesta en algunos sitios de la cultura de Touchemlya. Al mis- mo tiempo, aparecen elementos baltos y esclavenos, derivados de la cultura de Praga. Los sitios más tardíos de Touchemlya, se- gún los descubrimientos en Nikodimovo y en Mikolcy, pertene- cen al siglo VII.

Recientemente, una gran parte de los arqueólogos “eslavizan- tes” han cambiado su punto de vista sobre la civilización de Touchemlya. Los estudios ceramológicos han demostrado la pro- ximidad de parentesco entre la alfarería de Touchemlya y la de la civilización eslava de Kolotchin (ver más arriba). Así, actual- mente se atribuyen los situios del alto Dniéper, tales como Niko- dimovo, Demidovka, Bliznaki etc., a la civilización de Kolotchin.

Figura 65. Hábitat fortificado de Touchemlya (según Tretyakov, Chmidt, 1958).

La cultura de Touchemlya fue identificada en la región de Smolensk en los años 1950 por P.N. Tretyakov y E.A. Chmidt. En ~ 203 ~ Michel Kazanski

Bielorrusia, los trabajos más importantes sobre esta civilización fueron conducidos por A.G. Mitrofanov y, en la parte meridional de la región de Pskov, por R.S. Minasyan. Estos investigadores estudiaron y publicaron varios sitios importantes, especialmente el de Touchemlya, Akatovo en la región de Smolensk, Uzmen, en la región de Pskov, o Dedilovitchi y Gorodische, en Bielorrusia. Pero otros sitios de gran importancia, tales como Demidovka, Nikodimovo o Bancerovschina, siguen siendo poco conocidos.

El territorio de la civilización comprende la cuenca del alto Dniéper, la parte superior del curso de los ríos Berezin y Viliya, la región del alto y medio Dvina y el curso superior del Velikaya, es decir, en Bielorrusia central y septentrional y en las regiones limítrofes de las provincias rusas de Pskov y de Smolensk.

Los hábitats fortificados relativamente pequeños, de los cua- les los más conocidos son Nikodimovo, Touchemlya, Dedilovit- chi, Bancerovschina, Demidovka, representan el tipo principal de estos sitios. También son conocidos los hábitats abiertos, parti- cularmente los de Mikolcy o de Uzmen. La superficie de los há- bitats abiertos es de 0,4-0,6-7-8 hectáreas, la mayoría de 1-2 hectáreas.

Figura 66. El interior del hábitat de Touchemlya, con los ídolos situados en círculo, en el centro (según Tretyakov, Chmidt, 1958).

Los edificios están construidos sobre una superficie de tierra de 15 a 20 m2, con hogares abiertos en el medio; en Dedilovitchi

~ 204 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones están atestiguadas cabañas en suelo excavado con hornos de piedra, de tradición esclavena, así como varios silos. Los hábitats fortificados servían frecuentemente como refugios temporales, cuyo clásico ejemplo es el de Touchemilya, de 800 metros, exca- vado en su totalidad y publicado por P. N. Tretiyakov y E.A. Chmidt. En estos refugios se han hallado edificaciones, construi- das a lo largo de las murallas de tierra. También algunos santua- rios a cielo abierto. Los ídolos de madera, de los que solo quedan trazas de los postes, estaban dispuestos en círculo alrededor del ídolo principal.

Las necrópolis (por ejemplo, Uzmen, Akatovo) son pequeñas, con incineraciones planas, en urnas o en tierra abierta, práctica- mente sin mobiliario.

El “pequeño mobiliario” es bastante pobre, fundamentalmen- te de la cerámica no torneada. Se trata casi exclusivamente de vasijas tulipiformes alargadas o en forma de tarro, poco perfila- das, a veces sumariamente lustradas.

Los objetos de hierro son más o menos de la misma categoría que los de los sitios de Praga, Penkovka o Kolotchin: cuchillos, leznas, guadañas y hoces (por ejemplo, Uzmen, Dedilovitchi, Jabi- no, Zagovalino, Kostrica Touchemlya, Demidovka, Mikolcy). En Mikolcy, se atestigua una reja de arado con una forma caracterís- tica de la zona forestal.

Las armas también son comparables con las de otras civiliza- ciones mencionadas anteriormente. Se trata de lanzas (Bliznaki, Cherkasovo, Demidovka, Novoselki, Nikodimovo, Zagovalino, Kovcharv), flechas (Esmony), especialmente del tipo “nómada” de tres alas (Uzmen, Gostimlya, Bliznaki, Demidovka, Nikodimo- vo), o doble gancho (Demidovka, Yazna), hachas (Demidovka, Zagovalino, Uzmen), bocados de caballo (Bliznaki, Jabino, Elovcy, Demidovka), espuelas (Blüiznaki, Cherkasovo, Demidovka, Dedi- lovitchi), una espada (Nikodimovo). Hay que señalar la presencia de algunas armas “occidentales”, como por ejemplo un hacha ~ 205 ~ Michel Kazanski

“francisca” merovingia descubierta en Demidovka, o las lanzas de tipo balto.

Las joyas y los accesorios de los vestidos son relativamente modestos. Se han descubierto anillos temporales de hilo metáli- co (especialmente en Akatovo y Demidovka), brazaletes con extremos ensanchados (Akatovo, Bancerovschina, Uzmen, Zmei- ka, Lukomle), colgantes trapezoidales, más raramente peltifor- mes, de chapa de bronce (Bancerovschina, Jabino, Yazna, Mikol- cy), pinzas de bronce de tipo balto, que se llevaban pegadas al cinturón (Jabino, Demidovka, Mikolcy), alfileres en forma de bas- tón.

Los adornos y complementos de cinturones y las fíbulas son prácticamente todos de origen extranjero. Conviene señalar la presencia de hebillas de placa reniforme (Demidovka) y otras con relieves (Esmony), originarias de Europa central. Un adorno del siglo V con numerosas lamas remachadas, originario de la región póntica o danubiana, ha sido descubierto en Demidovka. Una pequeña fíbula del siglo V, con pie en forma de diamante y cabeza semicircular, también de origen póntico-danubiano, pro- cede de Demidovka. Más tarde, en el siglo VII, aparecen las pe- queñas fíbulas de palma de origen danubiano (Mikolcy, Nikodi- moveo) o las de tipo Dniéper, originarias de la civilización de Penkovka.

El fin de la civilización de Touchemlya está indudablemente ligado a los acontecimientos de carácter militar del siglo VI. De hecho, muchos asentamientos fortificados fueron incendiados y destruidos. Desafortunadamente, la práctica ausencia de objetos datables con precisión en estos hábitats impide atribuir las capas de destrucción a una sola época; por otra parte, sabemos que, al menos una parte de estos refugios, fue destruida en el siglo V, particularmente el caso de Demidovka. En cualquier caso, a par- tir del siglo VI, el territorio de la civilización de Touchemlya esta- ba ocupado por una población con otras tradiciones culturales. Eran los portadores de la civilización llamada de los Largos ~ 206 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones kurganes de Smolensk, donde los elementos eslavos y baltos estaban mezclados.

La civilización de los Largos kurganes

Los túmulos funerarios de forma alargada, en el noroeste de Rusia y en Bielorrusia, han llamado la atención de los investiga- dores desde hace tiempo. Ahora sabemos que estos túmulos per- tenecen a dos civilizaciones: la llamada de los Largos kurganes de Pskov-Polotsk (siglos V-VII) y la de los Largos kurganes de Smolensk (siglos VIII-X). Vamos a conocer aquí la primera de ellas, la de Pskov-Polotsk. Los últimos estudios de investigación se realizaron en los años 1970-1990 por V.V. Sedov, que publicó el corpus principal de los sitios de esta civilización. Además de las obras de Sedov, existe un considerable número de publicacio- nes aisladas de los diferentes sitios. Los más estudiados son los kurganes de la región de Pskov-Novgorod, en el alto Volga y en Estonia.

Figura 67. El territorio de la civilización de los Largos Kurganes, siglos V-VII (se- gún Sedov, 1995). Actualmente, es- tos kurganes han sido descubiertos todavía más al es- te, en la cuenca del Volga supe- rior.

~ 207 ~ Michel Kazanski

La cultura de los Largos kurganes ocupaba el territorio del sureste de Estonia, la Bielorrusia septentrional, en la cuenca del Dvina, así como la región de los ríos Velikaya-Msta/alto Dvina/alto Volga en el noroeste de Rusia.

Se formó alrededor de la primera mitad del siglo V sobre la base de sitios del tipo de Zaozerie, como la civilización de Tou- chemlya. Se observa una importante aportación de elementos culturales, fineses, balto-eslavos, quizás esclavenos. Se trataba, pues, de una población autóctona (balto-eslava y finesa) mezcla- da con grupos de nuevos recién llegados esclavenos. Se piensa que los sitios más recientes de esta civilización pertenecen al siglo IX, incluso al siglo X. Sin embargo, hay que señalar que se trata de raras excepciones, perteneciendo la mayoría de los Lar- gos kurganes al intervalo de los siglos V-VII.

El tipo principal del sitio está constituido por túmulos alarga- dos de 12-15 a 40 metros, de una altura de 1 a 2 metros, que contiene incineraciones. No se excluye que los precedieran las tumbas planas. Están atestiguadas, en todo caso, para la época de los Largos Kurganes en la región de Novgorod, en Siezaya (excavaciones de E.N. Nosov).

Figura 68. Los Lar- gos Kurganes con di- versas incineraciones (según Sedov, 1974).

~ 208 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Estos kurganes fueron construidos de una sola vez o en varias acciones. En ocasiones, los túmulos son rodeados con pavés de piedra, lo que se remonta a las tradiciones finesas. Las incinera- ciones son depositadas en urnas o en tierra abierta. A veces son acompañadas de enterramientos de caballos. Los kurganes con- tienen un número variable de incineraciones, entre 1 y 22. El mobiliario funerario es modesto: se trata de elementos de la vestimenta, o más raramente de armas y piezas del equipa- miento guerrero o del caballo; otros objetos son excepcionales.

Los hábitats de la civilización de los Largos kurganes son poco conocidos en la actualidad. Se trata, sobre todo, de hábitats fortificados, como el de Siezaya, donde se ha descubierto una edificación con rastros de postes (5,3 x 6,9 m), y otra en Var- chavsky Chlyuz III, en la cuenca del Alto Volga, donde se descu- brieron tres casas construidas sobre el nivel de la antigua super- ficie, con hornos de piedra. Queda por probar el vínculo con esta civilización de los hábitats fortificados de la región de Pskov, tales como los de Izborsk o Kamno.

La cerámica está hecha exclusivamente a mano. Son vasijas poco perfiladas, próximas a las de la civilización de Touchemlya. Otras formas, especialmente las vasijas abiertas, son de tradición finesa (Severik), algunas formas están emparentadas con la cerá- mica de tipo Praga (por ejemplo, Mihailovskoe).

Se conocen objetos de la vida cotidiana en hierro, especial- mente cuchillos y pinzas de bronce, de tipo balto (Varchavsky Shlyuz I, túmulo 1, Lujasna, Rysna-Saare I, túmulo 8, Syyre-Rys- na, túmulo 7). Las guadañas y las hoces están atestiguadas en el hábitat de Vargany y en la necrópolis de Lindora, en el túmulo 11. Estas herramientas son una prueba de la agricultura de tala y quema. Las herramientas de orfebrería (crisoles, moldes de pie- dra) son conocidas en Arniko, túmulo 6, y en Vargany.

Las armas y las piezas de los arneses son escasas. Puede citar- se una jabalina de doble gancho en Syyre-Rysna, túmulo 9, una ~ 209 ~ Michel Kazanski espuela en Dorohi 4, túmulo 1, bocados de caballo en Dorohi 1, túmulo 1, y y en Jerebyatino, túmulo 9, lazos de arnés en Gurki, túmulo 2, Vargany, túmulo 2, Kziha, túmulo 19, Lipecy, túmulo 7, Pagadzica, Puiga, túmulo 20, Severik, túmulo 1/16, Ust-Belaya I, túmulo 1.

Figura 69. El mobiliario procedente de los Largos Kurganes descubiertos en la cuenca del Volga superior (según A.N. Bachenkin, en la rec. Problemy Istorii Severo-Zapada Rusi, San Petersburgo, 1993). Este material testimonia el esta- blecimiento de la población balto-eslava muy lejos ha- cia el este, desde el siglo V y principios del VI.

Se han encontrado piezas de adornos de cinturón en varios kurganes. Así, las piezas de hierro proceden de Varchavsky Chlyouz I, túmulo 1, Jerebyatino, Lezgi, túmulo 6. Una hebilla oval, de finales de la época romana o principios de la de las “grandes migraciones”, está atestiguada en Verepkovo, túmulo 3;

~ 210 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones las del siglo V, con alargado “ardillón” (punta metálica articula- da), proceden de Dubrovka, túmulo 5, Polibino, túmulo 2. Con- viene mencionar una serie de hebillas adornadas con forma de vaina u óvalo alargado, originarias de Europa central, de los siglos V-VI: Polibino, Lindora, Rysna-Saare, Mlevsky Bor, Ust- Belaya, Puiga, túmulo 20, Rysna Saare II, túmulo 9. Las hebillas “occidentales”, con punta articulada de base rectangular, son conocidas en Levotcha-Koboja, Lyoubahin I, túmulo 1, Rysna- Saare I, túmulo 8, Svetlye Vechki. En fin, una hebilla relativa- mente tardía, del siglo VII, hueca, en forma de B, se encontró en el túmulo 11 de Lipecy.

La costumbre femenina se caracterizaba por la ausencia de fíbulas, lo que era muy típico en la mayor parte de la población finesa autóctona de la zona forestal. Pueden distinguirse tres tra- diciones culturales diferentes.

Una es claramente finesa local. Es la vestimenta que contiene pequeñas placas aplicadas sobre el traje llamadas “coquillages” (en forma de conchas) (Arniko, túmulo 9, Volodi, túmulo 1/1, Gorsko, Jerebyatino, Lipecy, túmulo 9, Lyoubahin 1, túmulo 1, Mihailovskoe, túmulo 3/1, Rakha, túmulo 5, Repii, Severik, tú- mulo 1, tumba 16, Svetlye Vechki, túmulo 13, Yankavitchi-Atoki, túmulo 1/2). El segundo tipo de vestimenta contiene colgantes trapezoidales (Repu). Hay paralelismos con los fineses de la región del Oka-Volga. En fin, la tercera tradición se manifiesta por la presencia de brazaletes de extremos alargados y de diade- mas, compuestas por placas de bronce (los dos elementos: Lyu- bahin 1, túmulo 3, Polibino, túmulo 6, Repii, Gorodnya, túmulo 3; solo los brazaletes: Siezjee, tumba 8, Obryn, túmulo 6, Podol, túmulo 1, Chihino, túmulos 16 y 26; solo las diademas: Berezno I, túmulo 18/1, Volodi, túmulo 1/4, Lyubahin I, túmulo 6, Chihino 1). El origen de esta tradición, por el momento, no está demasia- do claro (¿quizás la civilización de Moschino?). En ocasiones, las incineraciones con vestidos femeninos de las diferentes tradicio- nes se encuentran en el mismo túmulo (Repii, Volodi), lo que significa que se trataba de las mismas poblaciones. ~ 211 ~ Michel Kazanski

Entre otros adornos, hay que citar los brazaletes baltos en largas placas con nudos (Gorodnya, Gorsko Soviet Bor, túmulo 2), los anillos en hilo metálico (Kaziha, túmulo 21), los colgantes peltiformes del siglo V (Berezno I, túmulo 15/1, Grosso, Lyuba- hin 1, Rysna-Saare II), los colgantes de cuentas enfiladas a la mo- da germánica oriental y los anillos en hilo metálico (Rysna-Saare II), las cuentas de collar en vidrio azul.

Es difícil saber cuál era el nombre étnico de la población de los Largos kurganes y hasta qué punto esta civilización se consideraba realmente como eslava. Sin embargo, su aportación en la etnogénesis del pueblo medieval ruso es innegable, así como la presencia de un elemento eslavo en esta población.

Por otra parte, la aportación báltica en la formación de la civilización de los Largos Kurganes es también muy importante. Se manifiesto, como hemos visto, en la vestimenta femenina de esta población, pejro también en los ritos funerarios, especial- mente en las incineraciones acompañadas de enterramientos de caballos. A veces, en los largos kurganes, como en las sepulturas de los batos occidentales en Prusia occidental, estas tumbas forman dos niveles: el caballo está enterrado en el fondo de la tumba y los restos de incineración humana están depositados en la parte superior de la sepultura.

* * *

Hemos pasado revista a las civilizaciones eslavas y a las que están emparentadas con ellas. Es sencillo señalar su arcaísmo, su forma de economía relativamente simple, basada esencialmente en la agricultura, su débil nivel de estratificación social. Aparen- temente, el mundo eslavo representaba entonces una entidad homogénea y los acontecimientos de la turbulenta época de las “grandes migraciones” no tuvo un impacto inmediato sobre los eslavos en el dominio económico, social y cultural. Parece que necesitaron un tiempo ‒el siglo VI y una parte del siglo VII‒ para “digerir” su entrada en la escena histórica. Esta homogeneidad ~ 212 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones cultural y económica explica, sin duda, el fenómeno bien conoci- do del cercano parentesco de las lenguas eslavas actuales. En efecto, los filólogos piensan que, hasta el siglo VIII, los dialectos eslavos tan apenas se distinguían. Así, como ya hemos dicho, en todas las lenguas eslavas actuales existe la palabra “korol” (“kral”, “krul”, etc.), que significa “el rey”, y que resulta, simple- mente, de la transformación del nombre de Carlomagno (Carolus Magnus).

Figura 70. Situación étnica en Europa oriental en el siglo VII (según D.A. Matchinsky). Los eslavos abandonan la región del bajo Danubio y parten hacia la zona forestal.

~ 213 ~ Michel Kazanski

~ 214 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

CONCLUSIÓN

HACIA LA FORMACIÓN DE LOS PUEBLOS ESLAVOS MEDIEVALES (SIGLO VII)

A partir de la mitad del siglo VII, las fuentes escritas mencionan cada vez más los nombres locales de las diferentes tribus esla- vas. Aparentemente, los esclavenos y los antas ya no representa- ban entidades reales. Por otra parte, puede señalarse que la his- toria de los diferentes pueblos eslavos se integra cada vez más en el marco regional Está claro que la época “heroica” de las Grandes Migraciones ha terminado.

Los eslavos del sur, que ocupan los Balcanes y la región del Danubio inferior, son más conocidos gracias a las fuentes escri- tas. Estos eslavos, instalados en las tierras antes bizantinas, en- tran en la órbita de la civilización metiterránea oriental ortodo- xa. En el sur de la península balcánica, algunos “esclavinios”, prácticamente independientes, resisten a la reconquista bizanti- na, que arranca en 658 con una expedición militar contra los eslavos macedonios. Tras largos combates por tierra y por mar, los eslavos son vencidos, la ciudad de Tesalónica liberada y 30.000 colonos-soldados eslavos son enviados en 688 a Asia menor por el emperador Justiniano II para hacer frente a la invasión árabe. Esta operación acaba en desastre cuando, en 692, durante la batalla de Sebastopolis en Armenia, los eslavos se pasan al lado árabe. Son instalados por los Omeyas en el norte de Siria y progresivamente se fusionan con la población indíge- na.

~ 215 ~ Michel Kazanski

La resistencia eslava en el Peloponeso fue incomparablemen- te más larga y encarnizada. Los pueblos de los melingas y de los ezeritas de las montañas representarán, durante siglos, una amenaza para el orden bizantino, en el sur de la Grecia actual. Todavía en los siglos VII-IX, el Peloponeso era considerado por la gente de Constantinopla como un país bárbaro y eslavizado. Es solo entre el siglo XIII y el XV que los montañeses eslavos serán bautizados y asimilados a la población griega. Actualmente, conocemos pocos rastros arqueológicos de estos eslavos. Cite- mos, no obstante, los descubrimientos de cerámica eslava de los siglos VII-VIII de Argos y de Mesenia en el Peloponeso, de Deme- trias en Macedonia, y de algunas pequeñas fíbulas del siglo VII de origen bárbaro, llevadas principalmente por los eslavos. Las mis- mas fíbulas están atestiguadas en Asia menor, en Pérgamo, sin duda aportados por los colonos de Macedonia.

El nacimiento de Bulgaria al sur del Danubio tiene lugar en la misma época. Las “Siete tribus” eslavas y la de los severios ocu- paban la región hacia la segunda mitad del siglo XII. Los arqueó- logos búlgaros han identificado sus necrópolis y sus hábitats, tales como Garvan o Popina. La civilización de los eslavos en Bulgaria representa una continuación de la de Praga. En 681, el pueblo turco de los búlgaros, dirigido por el Kan Asparuk, llega al sur del bajo Danubio. Estos búlgaros son expulsados de las estepas ruso-ucranianas por los jázaros (kazaros). Aunque derrotados por sus rivales, los búlgaros representan una fuerza militar considerable y los eslavos del bajo Danubio se convierten en sus aliados subordinados. Todo hace pensar que esta sumi- sión se produjo de una forma relativamente pacífica y que los eslavos no sufrieron bajo el yugo turco-búlgaro. Una civilización no eslava, de origen estepario, aparece en Bulgaria. Entre los sitios más representativos del periodo inicial (segunda mitad del siglo VII), hay que citar una tumba de caballero en Madra (túmu- lo 3), que ha revelado, en especial, un cinturón profusamente adornado, acompañado por el enterramiento de un caballo. La capital de este nuevo reino bárbaro, Pliska, ha sido estudiada por los arqueólogos. Era un campo militar fortificado, manifies- ~ 216 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones tamente construido por arquitectos bizantinos. Hacia el siglo IX, los turco-búlgaros y los eslavos se fusionan en un solo pueblo, de nombre turco, pero de lengua y de conciencia eslava, y de reli- gión cristiana. Bulgaria, con la vecina Macedonia, se convierten así en el faro de la cultura bizantina ortodoxa en el mundo esla- vo.

Con la llegada de los serbios y los croatas en el siglo VII, bajo Heraclio, se acaba la eslavización de los Balcanes occidentales. Según Constantin Porfirogeneta, ellos expulsaron a los ávaros de esta región. Los rastros arqueológicos del periodo de su instala- ción en su nueva patria son actualmente poco numerosos. Son hábitats con cabañas en suelo excavado, con hornos de piedra. La cerámica llamada danubiana, las vasijas ovoides con decora- ción ondulada, testimonian que los serbios y los croatas eran originarios del occidente eslavo, donde, por otra parte, los ser- bios están atestiguados en el siglo VII por Fredegario, y donde todavía hoy, en el este de Alemania, existen los sorbios. Hay que señalar que en el oeste de los Balcanes, como también el Pelopo- neso, la población no eslava no había desaparecido. Está repre- sentada en los sitios del siglo VII, especialmente en Dalmacia (las tumbas de inhumaciones) y hoy Albania (la civilización llamada de Koman).

Se supone que, en el siglo VII, los eslavos de Carintia, los ancestros de los actuales eslovenos, avanzaron hacia los Alpes. El autor de Historia de los Lombardos, Paul Diacre, los menciona frecuentemente. Pero estos sitios, antes de los siglos VIII-IX no están identificados de forma incontestable.

Los eslavos occidentales, a partir de la mitad del siglo VII, experimentan cambios culturales muy importantes. Los hábitats fortificados aparecen en gran número en el antiguo territorio de la civilización de Praga, en Polonia, en Bohemia, en Moravia y en Eslovaquia. Es, por un lado, el signo del agravamiento de la situa- ción militar, ciertamente, pero, por otro lado, como por ejemplo el hábitat fortificado de Mikulcice, que aparece a mitad del siglo ~ 217 ~ Michel Kazanski

VII, representan también residencias principescas, por tanto, centros de poder. La civilización eslava cambia: aparece la cerá- mica torneada con decoración ondulada, nuevos tipos de objetos en metal (joyas, anzuelos, hachas, etc.). Se observa una fuerte influencia de la subcultura militar ávara, que se manifiesta en la difusión de la decoración de los cinturones de tipo ávaro. Esta influencia es considerable, sobre todo, en la región del Danubio medio, en el sur de Moravia, en Eslovaquia y en la baja Austria, donde han aparecido tumbas de guerreros enterrados según la costumbre ávara, con sus caballos. Al mismo tiempo, la influen- cia mediterráneo-bizantina se afirma cada vez más en la región del Danubio medio. Hacia los años 20 del siglo IX, los primeros “reinos bárbaros” de los eslavos occidentales aparecen en el Danubio medio. Son la Gran Moravia y el reino del príncipe Pri- bina.

Para el lector español es interesante señalar que un gran número de eslavos occidentales llegó a la España musulmana en los siglos IX-X. Eran prisioneros, capturados por los alemanes en el curso de las guerras contra sus vecinos eslavos por el territo- rio del este de la Alemania actual. Los eslavos del Elaba y del Óder seguían siendo paganos por esta época y, por tanto, según la moral cristiana medieval, nada impedía venderlos a los infie- les. Además, el origen del término medieval “esclavo”, que deno- ta el nombre étnico de los desgraciados siervos, se remonta pre- cisamente a esta época. Se trató, según los historiadores, del sometimiento a la esclavitud de centenares de miles de perso- nas. Entre estos esclavos ‒saqāliba‒, los eunucos representaban una mercancía de lujo, muy buscada por las cortes musulmanas. Su posición de favoritos del poder árabe en España, en Sicilia y en el norte de África, es bien conocido. En el emirato de Córdoba, los saqāliba aparecen bajo el reinado de Al-Hakam I (796–822) y formaron, en particular, la guardia del califa Abd al-Rahman III. Y no es casualidad que, tras la caída del califato de Córdoba, 7 dinastías locales de los reinos musulmanes, las “taifas” en el sur de España (Almería, Badajoz, Denia, Mallorca, Murcia, Tortosa y Valencia), de un total de 36, perteneciesen a los saqāliba. ~ 218 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

En cuanto a los eslavos orientales, dos circunstancias domi- nantes determinan su historia a partir de la mitad del siglo VII. Por una parte, el nacimiento del reino kazaro en las estepas póntico-caspianas y, por otra, un fuerte impulso eslavo en la zona boscosa. En la parte central y occidental de la actual Ucra- nia, en los siglos VIII-IX, habitaba una población eslava, derivada de los esclavenos de la civilización de Praga. Aquí se forman los “pueblos-principados” de los polianos en la región de Kiev, los drevlianos en la región de Polesia, los volvinianos en Ucrania occidental. Su civilización es conocida con el nombre de Luka- Raikovetskaya. La situación en la estepa forestal entre el Dniéper y el Prout parece también estable. La población de Penkovka, los antas, se mezclan con los esclavenos; así aparecen los pueblos de los oulitches, entre el Dniéper y el Dniéster, y los tivertsi en la actual Moldavia.

Por contra, en la estepa boscosa del Dniéper-ribera izquierda y en las regiones limítrofes forestales del Desna, las civilizacio- nes de Penkovka y de Kolotchin desaparecen, como hemos visto, a causa de una catástrofe militar. Su territorio, a partir de la segunda mitad y el último tercio del siglo VII, es ocupado en la parte sur por una población no eslava, turca y alana, y en la parte norte por los eslavos portadores de la civilización de Volyntsevo. Se trata, sin ninguna duda, del pueblo eslavo de los severios (¿parientes de los severios de Bulgaria?), atestiguados por las fuentes escritas en esta región a partir del siglo IX.

Estos acontecimientos están ligados a la aparición de una nueva potencia estépica, la Kazaria, y por la huida de los turco- búlgaros hacia el oeste. Aparentemente, los eslavos de Volynt- sevo, descendientes de la civilización de Praga, y llegados en gran parte de la otra ribera del Dniéper, se encontraban aliados políticamente con los kazaros (o jázaros) (ver capítulo IV a propósito de la desaparición de la civilización de Penkovka). Es significativo que las fortificaciones no aparezcan de forma notable en los hábitats eslavos del Dniéper-ribera izquierda hasta el siglo IX. Pero, como lo demostró C. Zuckerman, durante ~ 219 ~ Michel Kazanski el primer tercio del siglo IX, los kazaros (o jázaros) perdieron el control de la estepa al oeste del Don, donde se instalaron los húngaros, que atacan constantemente a los eslavos.

Durante el siglo VIII, los eslavos procedentes de la zona de Volyntsevo se instalan en el Don superior y en el Oka. Estos últimos son conocidos, en las fuentes escritas, como los viatiches. Fue en las tierras de los viatiches donde el príncipe de Vladimir, Yuri Dolgorouki, construyó Moscú en el siglo XII.

En la zona boscosa, los siglos VII y VIII están marcados por la instalación de los eslavos, procedentes del Danubio. Esta migra- ción está atestiguada por las crónicas rusas, que atribuyen un origen danubiano a los eslovenos de Novgorod y a los polotcha- nos de la región del Dvina occidental, Pero los rastros arqueoló- gicos de estos eslavos son por el momento muy débiles. Se observa, no obstante, la aparición, en la zona forestal, de objetos metálicos, armas, herramientas y joyas, originarios de Europa central.

La migración eslava fue secundada por un importante despla- zamiento de los baltos, próximos a los Latgales letones, hacia el oeste. Así, puede explicarse la aparición, en el siglo VIII, en la región del alto Dniéper, de una nueva civilización llamada de “los largos kurganes de Smolensk”, donde los elementos eslavos y baltos se mezclan. En las fuentes escritas, esta población es conocida con el nombre de kriviches.

Un grupo de kriviches penetra bastante lejos en el norte, hasta el lago Ladoga, donde sus tumbas están atestiguadas en el centro protourbano de Ladoga. Aparecen también en la desem- bocadura del Volkov hacia mitad del siglo VIII. Ladoga tenía una importancia capital en la historia rusa de la Edad Meda, por este centro servía de cabeza de puente para la penetración escandi- nava en Europa oriental. A partir de finales del siglo VII, al sur del lago Ladoga y en torno al lago Ilmen, se forma una civiliza- ción mixta, llamada de “sopka” (grandes túmulos) que reúne ras- ~ 220 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones gos eslavos, fineses y escandinavos. Es a partir de esta región que, en el siglo IX, se forma la futura Rusia.

Así, las migraciones de los eslavos en los siglos VI y VII, y su instalación en los territorios nuevamente conquistados, tiene como consecuencia la división del mundo eslavo en tres ramas. Las diferentes tribus eslavas se encuentran en diferentes contex- tos políticos, económicos y culturales; tienen ahora, además, vecinos diferentes. A partir de mitad del siglo VII, la historia de los pueblos eslavos debe ser estudiada de forma separada.

~ 221 ~ Michel Kazanski

~ 222 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

GLOSARIO

Alanos: pueblo nómada de lengua irania que dominó las estepas rusas entre los siglos I-IV. A finales del siglo IV, vencidos por los hunos, los alanos se repliegan sobre las montañas del Cáucaso. Una parte de los alanos emigra hacia el oeste y se insta- la, en primer lugar, en la Panonia, después, en el curso del siglo V, en la Galia, en Italia, en España y en el norte de África. Los ose- tios del norte del Cáucaso son, en parte, descendientes de los ala- nos, y representan el último vestigio del antiguo mundo iranio en la estepa.

Antas: pueblo de lengua eslava que ocupaba, en los siglos VI- VII, la estepa boscosa de Ucrania y Moldavia. Su nombre signifi- ca, en las lenguas altaicas (turco y mongol) los “aliados”. Es pro- bable que llevaran este nombre en razón de su alianza con los hunos a finales del siglo IV. Los sitios de la civilización de Pen- kovka, así como una gran parte de los tesoros del tipo Martynov- ka, pertenecen a este pueblo.

Atila: jefe supremo de los hunos en los años 434-453. Fundó el imperio huno, que se extendía del Cáucaso hasta la Germania.

Ávaros: pueblo nómada de lengua turca o ugria, que ocupaba la cuenca de los Cárpatos a partir de 568 y hasta el siglo IX. En 568-630, el reino ávaro representaba una auténtica “superpo- tencia” europea y englobaba a una parte considerable de los esclavenos.

Balto-eslavo: según los lingüistas, la división de las lenguas bálticas y eslavas modernas se produjo tardíamente, en la Anti- güedad, probablemente en la época romana. Esta continuidad lingüística era característica de la población de la zona boscosa de Europa oriental, incluso tras la formación de las lenguas bálti-

~ 223 ~ Michel Kazanski cas en la periferia oeste de esta zona (en los países bálticos y en la antigua Prusia), y las lenguas eslavas en su frontera sur (en Ucrania septentrional, en Bielorrusia meridional y en las regio- nes limítrofes de la actual Rusia). Así, la población de la zona boscosa, desde la Edad de Hierro hasta la llegada de los “verda- deros eslavos”, los esclavenos de Europa central y del Danubio, durante los siglos VII-VIII, pueden ser calificados como balto- eslavos.

Bernachevka: un hábitat de la civilización de Praga en el Dniéster, en la provincia de Chernovci en Ucrania. Su arqueolo- gía permitió estudiar la orfebrería y las costumbres de los escla- venos.

Boz: rey de los antas a finales del siglo IV. A la cabeza de una unión tribal de los antas, aliada con los hunos, se opuso a los ostrogodos, Capturado, fue muerto por el rey godo Vinitario, pe- ro su muerto provocó las represalias de los hunos contra los ostrogodos.

Búlgaros: pueblo nómada de lengua turca que ocupaba, del siglo V al VIII, las estepas rusas. Los autores antiguos los asimi- lan a los alanos. Los pueblos de los outrigures y de los onogures son los más conocidos entre los búlgaros del siglo VI. En 681, los búlgaros se instalan en el bajo Danubio y fundan el primer reino búlgaro, del que los eslavos danubianos formaron parte. Entre los siglos VII y IX, se produjo una fusión entre los eslavos y los búlgaros que está en el origen del pueblo búlgaro moderno. Otro grupo de búlgaros se instaló en el Volga medio, cuyo reino exis- tió del siglo IX al XII, Los tártaros del actual Kazán se consideran como sus descendientes.

Croatas: pueblo eslavo, derivado de los esclavenos de Europa central, que se instaló en los Balcanes durante la primera mitad del siglo VII.

~ 224 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Cherniajov: la civilización de los pueblos germánicos y no germánicos que formaron la federación gótica, del siglo II a principios del V, al norte del mar Negro y en el bajo Danubio.

Demidovka: un hábitat fortificado de la civilización de Tou- chemlya, cerca de Smolensk. Fue destruido durante la segunda mitad del siglo V y sus niveles arqueológicos han proporcionado objetos danubianos germánicos, lo que testimonia los contactos entre la zona boscosa de Rusia y Europa central.

Dessau-Mozigkau: un grupo de sitios arqueológicos (vivien- das y necrópolis) de la civilización de Praga en la cuenca del Elba. Estos sitios muestran la progresión eslava hacia el oeste en el siglo VI.

Esclavenos: un gran grupo de pueblos eslavos que ocupó progresivamente, del siglo V al VII, un vasto territorio, de los Balcanes a la costa sur del mar Báltico, y del Elba a la ribera derecha del Dniéper. En la tradición eslava medieval, relatada por las crónicas, solo los esclavenos son considerados como “auténticos eslavos”. La civilización de Praga pertenece a este grupo.

Esclavinios: los territorios balcánicos ocupados por los escla- venos, a finales del siglo VI y durante el siglo VII. Teóricamente incluidos en el Imperio bizantino, en realidad escapan totalmen- te al poder de Constantinopla y representan auténticos reinos “bárbaros”, igual que los reinos germánicos de Occidente en el siglo V.

Esmaltes: objetos de bronce decorados con esmaltes rojos con figuras formadas mediante líneas de metal sobre el fondo, característicos de las civilizaciones baltas, vénetas y finesas de Europa oriental, esencialmente en los siglos II a IV.

Gaponovo: un importante tesoro de objeto de finales del siglo VI y de la primera mitad del siglo VII, descubierto en la ~ 225 ~ Michel Kazanski provincia de Kursk en Rusia, en un hábitat de la civilización de Kolotchin. Pertenece al grupo de tesoros de tipo Martynovka.

Godos: pueblo germánico oriental que se instaló al norte del mar Negro y sobre el bajo Danubio entre el siglo III y la primera mitad del V. Los godos estaban a la cabeza de una poderosa fede- ración de pueblos germánicos y no germánicos, cuyo testimonio arqueológico es la civilización de Cherniajov.

Grini-Vovki: grupo de sitios arqueológicos de post-Zarubincy (cuyos portadores serían los vénetos de tácito) en la cuenca del Dniéper, fundamentalmente en el siglo II, que se caracterizaba por una presencia considerable de elementos culturales proce- dentes del noroeste, de la civilización llamada de la “cerámica estriada” en el territorio de la actual Bielorrusia. La civilización de la “cerámica estriada” pudo pertenecer a una población de lengua báltica o balta-eslava.

Hermanarico: el rey ostrogodo de la dinastía de los Amalos en los años 330-375. Emprendió una serie de expediciones mili- tares contra los pueblos de la zona boscosa de la Europa oriental, especialmente contra los vénetos, ancestros de los eslavos.

Hunos: pueblo nómada de lengua altaica o ugria que se instaló en Europa a finales del siglo IV. En la época de Atila (du- rante los años 430-450), el “imperio huno” representó la forma- ción “bárbara” más poderosa de la época de las Grandes Migra- ciones en Europa.

Indoeuropeo: grupo lingüístico al que pertenecen la mayoría de las lenguas europeas modernas, a excepción de las lenguas finougrias (húngaro, finlandés, estonio) y de la lengua vasca. En el oeste, son las lenguas germánicas, itálicas y célticas las domi- nantes; al este, las más numerosas son las lenguas bálticas y esla- vas. La lengua Osetia, en el norte del Cáucaso, representa todo lo que queda de las lenguas iranias de la estepa en la Antigüedad. Los portadores de las lenguas indoeuropeas habitaban en Euro- ~ 226 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones pa, al menos, desde la prehistoria. El real parentesco físico de la antigua población indoeuropea es poco probable, aunque la difu- sión de estas lenguas puede demostrar su parentesco cultural.

Jordanes: historiador de mitad del siglo VI, de origen godo o alano, cuya Historia de los Godos conserva testimonios muy valiosos sobre los eslavos de los siglos IV a VI.

Kazaros o jázaros: pueblo nómada de lengua turca que ocu- paba las estepas del Cáucaso y del Volga en los siglos VI a X, del que eran tributarias algunas tribus de los eslavos orientales.

Kiev: civilización de los vénetos, que ocupaban, durante los siglos III-IV la cuenca del alto Dniéper, en el territorio de las actuales Ucrania, Bielorrusia y Rusia. Los primeros sitios arqueo- lógicos, descubiertos en los años 1950, dieron nombre a esta civilización.

Kodyn: un hábitat de la civilización de Praga en el Prout, en la provincia de Thernovcy en Ucrania, donde están atestiguados por primera vez objetos del siglo V. Muestra la progresión eslava hacia el sur al principio de la época de las Grandes Migraciones.

Kolotchin: civilización eslava de los siglos V a VII que ocupa- ba la cuenca del alto Dniéper y la estepa boscosa entre el Dnié- per y el don. El sitio homónimo es un hábitat fortificado cerca de Gomel en Bielorrusia.

Korchak: diversos hábitats de la civilización de Praga excava- dos cerca de esta ciudad en la provincia de Jitomir, en Ucrania, la región del Dniéper-ribera derecha. Estos hábitats, cuyo material es bien conocido, sirven de referencia para la civilización escla- vena en el territorio de Europa del este.

Largos kurganes: civilización de la población balto-eslava y finesa en el norte de Rusia, del siglo V al IX. Ocupaba el territorio entre la cuenca del alto Volga y el sureste de Estonia. ~ 227 ~ Michel Kazanski

Martynovka: un tesoro descubierto en la provincia de Kiev en Ucrania, en el territorio de la civilización de Penkovka. Con- tiene objetos “principescos” de finales del siglo VI y la primera mitad del siglo VII.

Mauricio: emperador bizantino (582-602). Se le atribuye un tratado militar que contiene una excelente descripción de los eslavos del siglo VI.

Olimpia: la necrópolis eslava con incineraciones de los siglos VI-VII, actualmente el sitio eslavo más antiguo en el territorio de Grecia.

Ostrov: un hábitat eslavo en la provincia de Brest, en Bielo- rrusia meridional. Este hábitat es uno de los más antiguos de la civilización de Praga, con objetos descubiertos del siglo IV y principios del V.

Penkovka: civilización de los antas que ocupaba, del siglo V al VII, la zona de la estepa boscosa entre el Donets y el Prout. El sitio homónimo, Penkovka-Molotcharnya, un hábitat abierto, se encuentra en la región del Dniéper medio-ribera derecha, en la actual provincia de Cherkassi en Ucrania.

Praga: civilización de los esclavenos que ocupaba, en los siglos V a VII, un gran territorio en Europa central y oriental, en- tre el Dniéper medio y la cuenca del Elba, en las actuales Ucrania, Polonia, Eslovaquia, Chequia, Austria, Alemania y Rumanía. Otros sitios aislados han sido descubiertos en Croacia.

Prisco: embajador de Constantinopla en la corte de Atila en los años 440, que dejó una descripción de los hunos, el docu- mento principal escrito sobre ese pueblo.

Procopio de Cesárea: historiador bizantino del siglo VI (ha- cia 500-560), secretario del famoso general bizantino Belisario. Pudo observar, por sí mismo a los mercenarios esclavenos y ~ 228 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones antas en el ejército bizantino. En sus obras, Historia de las gue- rras contra Vándalos, Godos y Persas, Los monumentos e Histo- ria secreta, proporciona testimonios muy interesantes sobre los eslavos.

Ptolomeo: autor griego del siglo II, cuya Introducción geográ- fica nos da la lista de los diferentes pueblos bárbaros de Europa oriental, desconocidos en otras fuentes.

Przeworsk: civilización de la época de La Tène y del periodo romano en la zona de la actual Polonia central y meridional. Du- rante mucho tiempo considerada como eslava, en realidad perte- nece a los germanos, los lugios y los vándalos. Grupos de la po- blación de Przeworsk, entre los siglos II y IV, penetraron en el territorio de la actual Ucrania, donde entraron en contacto, en particular, con los vénetos.

Samo: rey esclaveno, en su origen un comerciante franco. En los años 620, estaba a la cabeza de un levantamiento de los esclavenos del Danubio medio contra los ávaros. Como jefe de una poderosa unión tribal esclavena, fue aliado del príncipe Der- van, jefe de los esclavenos-serbios del Elba, enfrentándose victo- riosamente al reino franco.

Sarata-Monteoru: la mayor necrópolis de los siglos VI-VII en el bajo Danubio, en la actual Rumanía, que ha proporcionado más de 1.600 tumbas con incineraciones.

Sármatas: pueblo nómada de lengua irania que dominó las estepas rusas en los siglos IV a.C. a I d.C., antes de la llegada de los alanos. Un grupo de sármatas sobrevivió en las estepas de Hungría oriental hasta la segunda mitad del siglo V.

Siete tribus: las tribus eslavas que, junto a los severios, ocu- paban el territorio de la actual Bulgaria en el momento de la lle- gada de los turco-búlgaros. Su fusión con estos últimos dio naci- miento al actual pueblo búlgaro. ~ 229 ~ Michel Kazanski

Serbios (o sorbios): pueblo esclaveno que ocupaba, a prin- cipios del siglo VII, la región del Elba en Alemania. En esta época, una parte de los serbios partió hacia el sur y se instaló en el oeste de los Balcanes.

Severios: pueblo eslavo atestiguado en el siglo VII en la región del bajo Danubio, en la actual Bulgaria. Con las “siete tribus” eslavas y los turco-búlgaros, es uno de los ancestros de los actuales búlgaros. Un grupo de severios se desplazó hacia el noreste, en la región del Dniéper medio-ribera izquierda, donde están atestiguados entre el siglo IX y el XI. Esta migración pudo producirse durante los siglos VII-VIII.

Stavanoi: una etnia mencionada en el siglo II por Ptolomeo, en cualquier lugar en el territorio de la cuenca del alto Dniéper. No se excluye que fueran los ancestros directos de los esclavenos medievales.

Sukow-Dziedzice: grupo local de sitios eslavos en el este de Alemania y noroeste de Polonia, derivado de la civilización de Praga y datado a partir del siglo VI. Los sitios homónimos son los hábitats de Sukow en Alemania y Dziedzice en Polonia.

Tácito: historiador romano del siglo I, cuya descripción de la Germania (el territorio bárbaro entre el Rin y las estepas pónti- cas) menciona por primera vez a los vénetos, ancestros de los eslavos.

Tesalónica: ciudad bizantina en el norte de Grecia. Durante finales del siglo VI al VII, una importante Esclavinia estaba situa- da cerca de esta ciudad. Se sabe que, en 615, esta Esclavinia, que englobaba a las tribus de los draguvitas, los sagudates y los vele- gesitas, estaba dirigida por el jefe Hazon. Los esclavenos, a veces ayudados o dirigidos por los ávaros, intentaron varias veces ata- car la ciudad, pero sin éxito. La descripción de los combates alre- dedor de la ciudad en los Milagros de San Demetrio, representa un documento de gran importancia sobre los eslavos en Grecia. ~ 230 ~ Los antiguos eslavos: Orígenes y migraciones

Touchemlya: civilización de la cuenca del alto Dniéper y del Dvina occidental que aparece en el siglo IV y existe hasta el siglo VII. Pertenecía a una población balto-eslava. El sitio homónimo era un hábitat fortificado en la región de Smolensk.

Vinitario: rey ostrogodo de finales del siglo IV que condujo una guerra contra los antas-vénetos del rey Boz. En esta guerra, descrita por Jordanes, los vénetos-antas aparecen por primera vez como una importante unión tribal.

Vénetos (vénedos): nombre étnico aplicado a los diferentes pueblos antiguos. Los vénetos están atestiguados en Asia menor, en el Adriático, en Bretaña, en Gales, en la costa sur del mar Báltico y, en fin, en la zona forestal de la Europa oriental (por Tácito), entre los peucinos de los Cárpatos y los fineses de la Rusia septentrional. Es bastante probable que, en este último caso, se tratase de los ancestros de los eslavos. Este pueblo fue el portado de la civilización de post-Zarubincy. El nombre de los vénetos es incontestablemente aplicado a los eslavos por Jorda- nes, cuando habla de los acontecimientos del siglo IV. Los véne- tos de Jordanes habitaban en la cuenca del alto Dniéper. La civi- lización de Kiev, descendiente de post-Zarubincy, pertenecía a esta etnia.

Wielbark: civilización de la época de La Tène y del periodo romano, en el territorio de la actual Polonia oriental y septen- trional. Pertenecía a los germanos orientales, godos, gépidos, etc. La difusión de los sitios de Wielbark en Ucrania es el testimonio arqueológico de la migración de los godos hacia el mar Negro en los siglos II-III.

Zarubincy: la civilización de la época de La Tène y el debut de la época romana, en la cuenca del Dniéper medio. El sitio homónimo es una necrópolis en la provincia de Kiev. La pobla- ción de Zarubincy, cuya etnia es objeto de un debate (¿vénetos o bastarnos?), abandona, bajo la presión sármata, la región del Dniéper medio y se desplaza hacia la zona boscosa, donde se ~ 231 ~ Michel Kazanski produce el mestizaje con la población autóctona (¿báltica o alto- eslava?). Los sitios de post-Zarubincy (llamados a veces como horizonte de Rakhny-Vovki-Potchep, nombre de los sitios más representativos) pertenecen a esta nueva población, que puede identificarse con los vénetos de Tácito, los probables ancestros de los eslavos.

Zimno: hábitat fortificado de la civilización de Praga, en la provincia de Volyn en Ucrania. Destruido e incendiado durante un asalto, este sitio ha sacado a la luz una gran cantidad de mo- biliario de los siglos VI-VII, especialmente armas y elementos decorativos de los cinturones “militares” de la época. La voca- ción militar de Zimno (¿refugio, campo de guerreros?) es eviden- te.

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