EL RÍO BRAVO MEDITERRÁNEO Serie General Universitaria - 112 NATALIA RIBAS MATEOS (ed.)

EL RÍO BRAVO MEDITERRÁNEO

Las regiones fronterizas en la época de la globalización

Prólogo de

edicions bellaterra Diseño de la cubierta: Joaquín Monclús Fotografías de Abdelmajid Arrif (MMSH) y COLEF

©Edicions Bellaterra, S.L., 2011 Navas de Tolosa, 289 bis. 08026 Barcelona www.ed-bellaterra.com

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Impreso en España Printed in Spain

ISBN: 978-84-7290-540-5 Depósito Legal: M. 23.921-2011

Impreso por Impulso Global Solutions. Tres Cantos (Madrid) No existe un arte nacional ni una ciencia nacional. El arte y la ciencia, como todos los sublimes bienes del espíritu, pertenecen al mundo entero, y sólo pueden prosperar con el libre influjo mutuo de todos los contemporáneos, respetando siempre todo aquello que el pasado nos legó. GOETHE

A Juan, in memoriam

Índice

Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas, Natalia Ribas Mateos,17 De la línea geopolítica al conflicto en la época de la globalización, 19 • Una reconstrucción espacial, 25 • Recogiendo los frutos de un debate, 30 • Los frutos del libro: itinerario de los capítulos, 43 • Agradeci- mientos, 76

PARTE I Contrastes fronterizos

1. Cuatro temas en el estudio de la frontera contemporánea, Josiah Heyman,81 Introducción, 81 • La movilidad diferenciada en las fronteras, 82 • La distinción entre las cuestiones de fronteras y las de origen étnico/nacio- nal, 88 • El Simbolismo de la Frontera, 90 • Implicaciones de la mo- vilidad a partir de las culturas e identidades de la frontera, 92 • Conclu- siones, 96

2. Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urba- no, Pedro García Sánchez,99 La condición urbana: aperturas territoriales y cognitivas, 99 • La ciu- dad vulnerable: conflictos de urbanidad y entre-dos socio-espacial, 101 • La ciudad provisional: ambigüedad fundacional y entre-dos tempo- ral, 110 • La «extranjería-hospitalidad»: un continuum racional y sen- sible, 113

3. Analyzing conquest through a border lens: vulnerable communi- ties at the Mexico-U.S and Moroccan-Spanish border regions, Cynthia Bejarano y Cristina Morales,117 Transatlantic Crossings and Bifurcated Borders, 119 • Migrant Cros- sings, 119 • Transferability of Bodies, 121 • Political-economic Struc- tures and Exploitable Workers, 122 • Gender and Interlocking of Vio- lence, 123 • Place Subjugation through Drug Trafficking, Militarization 10______El Río Bravo Mediterráneo

and Policing, 125 • Drug Trafficking, 125 • Militarization and Global Policing, 126 • Emerging Forms of Resistance, 128 • Conclusion, 129

4. Políticas de emigración en países frontera: abriendo el debate ha- cia Marruecos a partir del caso mexicano, Guillermo Yrizar, 131 Un paradigma emergente: políticas de emigración multinivel, 132 • Transformación del perfil del migrante mexicano, 135 • Políticas opues- tas: endurecimiento versus acercamiento, 138 • Conclusión: Abriendo el debate hacia Marruecos, 141

PARTE II Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-socio- lógicos

5. Aspectos económicos de la migración en la Frontera Norte de Mé- xico y en el Magreb, Eduardo Mendoza, 147 Introducción, 147 • Las relaciones económicas en la frontera México- EUA, 148 • Características económicas y de la migración en la región del Magreb, 156 • Globalización económica y migración en la región mediterránea, 164 • La migración como una característica de la globa- lización, 166 • Conclusiones, 170

6. Competitive alliances: crossborder cooperation and competition in the transnational age, Moira Murphy, 173 Competitive Alliances: Crossborder Cooperation and Conflict, 173 • Introduction, 173 • Globalization and Regional Cooperation: El Cami- no Real (ECR; The Royal Road), 179 • The ECR: Crossborder Compe- tition and Cooperation in the Transnational Age, 184

7. Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza: Mé- xico y Marruecos, Rosío Barajas, 189 Introducción, 189 • Los procesos de cooperación en un contexto de glo- balización económica, 191 • Contexto del desarrollo socio-económico en México y Marruecos, 194 • Los procesos de cooperación bilateral y transfronteriza. El caso de México, 198 • La cooperación bilateral y transfronteriza entre Marruecos y España y otros acuerdos de coopera- ción, 203 • Conclusiones, 207 Índice ______11

8. Vidas ensambladas. Identidades femeninas e industria global en la frontera México-Estados Unidos, Luís López, 209 Resumen, 209 • Introducción, 209 • La femineidad como principio de organización de las maquiladoras, 213 • Conclusión, 219

PARTE III Las culturas de frontera

9. Fronteras imaginadas. Diez notas y una postal, Humberto Félix Berumen, 225 Imaginando fronteras, 227 • Las fronteras literarias, 228 • Visiones contrapuestas, 232 • Las disputas por la nominación, 233 • La fronte- ra estigmatizada: corridos del narcotráfico, 234 • La frontera de los mi- grantes: las aventuras de Ulises, 235 • La postal. Tijuana rima con adua- na… y con mariguana, 236 • La retirada. A manera de conclusión, 237

10. Crónica antropológica: «Los de la vieja Tijuana». Un «nosotros» urbano significativo en contexto fronterizo, Irina Georgieff, 239 Resumen, 239 • La colonia Federal, contexto del discurso, 240 • La Casa del Túnel Art Center y el proyecto Transferencia, 243 • La reali- zación del proyecto Transferencia, 244 • Emergencia del discurso de «los de la vieja Tijuana» en la Federal, 247 • Conclusión, 252

11. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art, Gilles Su- zanne, 255 Mutations artistiques et mondes de l’art transnationaux, 256 • Aires transfrontalières et migrations, 261 • Configurations productives et nouvelles villes transfrontalières, 264 • Les retombées urbaines de ces activités transfrontalières, 269 • Vers l’émergence d’un groupe social intermédiaire, 271

12. Lengua y frontera en el ámbito socio-económico de El Paso, Amado Alarcón, 275 Introducción, 275 • La frontera del español y el español en la fronte- ra, 277 • Las normas «Sólo inglés en el trabajo», 281 • La lengua en el ámbito socioeconómico de El Paso, 282 • Conclusiones, 287 12______El Río Bravo Mediterráneo

PARTE IV La pervivencia colonial

13. Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas: el caso de España y Marruecos, María Rosa de Madariaga, 293 La cuestión de las fronteras en los tratados a partir del siglo XVIII, 293 • Las relaciones transfronterizas: enfrentamientos e intercambios, 299

14. Une frontière européenne en terre marocaine. Analyse des rela- tions transfrontalières entre Nador et Melilla, Mimoun Aziza, 307 Introduction, 307 • Nador, ville d’émigration et de contrebande, 308 •Melilla, une ville européenne en terre d’Afrique, 309 • L’histoire de ces frontières, 310 • Les relations inter frontalières, 312 • Le fonc- tionnement de l’espace frontalier et typologie des passeurs de frontiè- res, 315 • Conclusion, 318

15. La frontera siria y los refugiados palestinos, Mar Gijón Mendi- gutía, 3221 El antes y el después, 322 • Conclusión, 332

16. The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925: History of the eastern mediterranean as we know it, Bil- gesu Sümer, 335 Abstract, 335 • Introduction, 336 • History: Orientalism Revisited, 339 • International Relations: Conflict Ridden History, 343 • Reclai- ming Rights to Have Rights, 345 • Conclusion, 347

PARTE V Las políticas de la frontera

17. El discurso político parlamentario en España sobre el control de la frontera: continuidades y rupturas (2000-2009), Belén Fer- nández, 351 Resumen, 351 • Introducción, 352 • Los rasgos definitorios del dis- curso político sobre la inmigración en España, 354 • Matizaciones so- bre el discurso político parlamentario en materia de control de fronteras, 356 • Rupturas y continuidades discursivas en materia de control de Índice ______13

fronteras entre los principales partidos políticos, 358 • Breves conclu- siones, 362

18. ¿La desinformalización de la frontera? Evolución de la dinámica territorial en el entramado fronterizo -Fnideq, Xavier Fe- rrer-Gallardo, 365 Introducción, 365 • Las tres dimensiones de la refronterización hispa- no-marroquí, 365 • (Dis)continuidades en el escenario fronterizo Ceu- ta-Fnideq, 368 • Hacia un nuevo orden territorial en el escenario fron- terizo, 374

19. Manoeuvres politiques et discours de l’urgence. La frontière égénne de la Grèce au coeur d’enjeux nationaux et européens, Pierre Sintes, 381 Réalité migratoire et équipement de la frontière, 382 • Le discours de l’urgence et ses enjeux durant l’été 2009, 389 • Conclusion, 394

PARTE VI Los muros de papel

20. Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien, Swanie Potot, 399 Introduction, 399 • Cadre de l’enquête, 400 • Entrés légalement, de- venus clandestins, 401 • Le mur de papiers, 405 • Travailleurs de l’ombre: de la culpabilité à la soumission, 409 • L’impossible retour, 412 • Conclusion, 413

21. La frontera de Barajas: estrategias migratorias y mecanismo de trá- fico de las mujeres latinoamericanas en España, Laura Oso, 415 La migración espontánea, 422 • A caballo entre la migración «espon- tánea» y el tráfico de migrantes. Entidades en el país de origen que par- ticipan en el éxodo de migrantes: instituciones bancarias, prestamistas privados y «agencias de viaje», 425 • El Tráfico de migrantes o la par- ticipación de individuos u organizaciones, con fines lucrativos, en la mayoría de las fases del éxodo. Migrantes ya asentados, individuos in- dependientes y empleadores, 426 • Redes y organizaciones de tráfico de inmigrantes, 428 • Conclusiones, 428 14______El Río Bravo Mediterráneo

PARTE VII Tránsito y circularidad

22. De las pateras al transnacionalismo; formas sociales e imagen de los movimientos migratorios en el Marruecos contemporáneo, Michel Peraldi y Ahlame Rahmi, 433 «Paterismo» y complejidad, 434 • Movilidades transnacionales, 438 • Héroes y víctimas, 443 • Conclusión, 448

23. La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb, Juan David Sempere, 449 Resumen, 449 • El creciente tránsito de los magrebíes por España, 450 • Los orígenes de la «Operación Paso del Estrecho», 452 • El funcionamiento de la operación, 455 • Tendencias en la «Operación Paso del Estrecho», 457 • Conclusión, 463

24. Migración y remesas: una doble responsabilidad para las mujeres que permanecen en las montañas de Yebala, Hafsa Afailal, 465 Las zonas seleccionadas como contexto de partida, 466 • El proyecto migratorio, 467 • Los cambios en el hogar, 469 • El contexto del ho- gar receptor de remesas, 472 • El impacto de las remesas en el desa- rrollo de la zona agrícola, 475 • Buscando ideas para futuros proyec- tos, 477

PARTE VIII La vulnerabilidad en el cruce

25. Fronteras del tiempo: Niños y jóvenes detenidos entre Ciudad Juárez y El Paso, María Eugenia Hernández Sánchez, 481 Clasificación y ritual, 484

26. De «dependientes» a «protagonistas». Menores migrantes como nuevos sujetos migratorios, Mercedes Jiménez y Francesco Vac- chiano, 495 Dibujando escenarios, 496 • Menores migrantes, entre protección y criminalización, 500 • Subjetividad migratoria y violencia estructural, 508 Índice ______15

27. Vivir con la frontera a cuestas: migrantes nigerianas de camino hacia Europa, Kristin Kastner, 513 Resumen, 513 • Introducción, 513 • En el camino, 514 • Espacios fronterizos. Pueblos fronterizos, 517 • Tánger, 519 • La importancia de las fronteras para la vida de los transmigrantes, 522 • Coping with the system. Tácticas para vivir con las fronteras, 525 • Conclusión, 527

PARTE IX Muerte en la frontera

28. Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de Es- paña y la región México-Estados Unidos, Guillermo Alonso Me- neses, 531 Flujos migratorios y fronteras internacionales, 532 • Del sur de Cali- fornia al sur de Arizona; del Estrecho de Gibraltar a las Islas Canarias, 538 • (In)conclusión: coyotes, cayucos y la frontera entre la vida y la muerte, 541

29. Rastros en el desierto: La muerte de migrantes y el rastreo de cuerpos en la frontera Arizona-Sonora, Rocío Magaña, 545 Contexto Regional, 547 • Desaparición, 549 • Recuperación tecno- crática, 551 • Búsqueda como denunciación, 554 • Conclusión, 556

PARTE X Los espacios de cierre

30. El rol de la profesión médica en las políticas de control de fron- teras y de gestión de inmigración no deseada. Estudio etnográfi- co de un centro de internamiento de extranjeros en Francia, Kà- tia Lurbe y Frank Enjolras, 559 Introducción al escenario del confinamiento, 559 • Lugares para se- gregar los indeseables y desincentivar los nuevos por venir, 560 • Al- gunos datos contextuales sobre el estudio empírico, 562 • La legitimi- dad del lugar de confinamiento en constante cuestionamiento, 564 • … Convertir en ordinario, un trabajo realizado en un lugar de excep- 16______El Río Bravo Mediterráneo

ción, 571 • Subyacente a las prácticas de excepción, la vigilancia de los riesgos vinculados al internamiento, 573 • A modo de conclu- sión…, 580

31. «Un elefante en el cuarto». Los campos de internamiento como frontera en Canarias, Carolina Puga, 581 El silencio como motivo, 581 • El campo para inmigrantes y la teoría, 582 • Vacío legal y selección: campos en España, 589 • Reflexiones finales: sobre la tela de una araña, 596

PARTE XI La frontera desde el activismo

32. Experiencias de resistencia femenina al mundo global, Marlene Solis, 601 Resumen, 601 • Introducción, 601 • Paralelismos entre dos ciudades fronterizas distantes, 604 • La condición femenina en transición, 606 •Organizaciones resistentes, 609 • Conclusiones, 613

33. La Posada Sin Fronteras: Disputando Fronteras a través de la Es- piritualidad Política, Pierrete Hondagneu-Sotelo, 615 Marco teórico, 616 • Descripción de Investigación, 619 • La Milita- rización en la Frontera Estados Unidos-México, 620 • Múltiples Par- ticipantes, Respuestas Multiples, 623 • Conclusión, 629

Conclusiones, Natalia Ribas Mateos, 631 El cierre del libro a partir de una video-conferencia, 633

Bibliografía, 637

Índice analítico, 701 Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas

Natalia Ribas Mateos

Durante siglos, gran parte de la humanidad se ha dedicado a levan- tar muros. Algunos son simplemente muros, otros murallas, líneas fronterizas o fortalezas que fueron levantados para impedir o difi- cultar la entrada en un lugar determinado, para protegerlo de su- puestas amenazas externas. Sin embargo, otros, por el contrario, fueron construidos para evitar la salida, convirtiendo el territorio en una especie de cárcel colectiva. Otros se han convertido hoy en es- pacios emblemáticos de las contradicciones que encierran los proce- sos socio-económicos vinculados a la globalización, tales como la frontera México-Estados Unidos, que nos sirve habitualmente como «modelo emblemático», o como el variado espacio mediterráneo res- pecto a la construcción de la «fortaleza Europea». El hecho de trazar paralelos entre la situación en el Estrecho de Gibraltar, en Canarias o en los enclaves de Ceuta y Melilla con la re- gión México-Estados Unidos no es realmente nada nuevo. De un modo u otro, la prensa, ciertos académicos y obras que abordan los te- mas de migraciones y fronteras, así como un público menos especiali- zado ha pensado una que otra vez en ello, y durante años nos anuncia- ban un funesto presagio en estas esquinas de África, en estas esquinas de América Latina. En esta introducción, como si de un cuaderno de bitácora se tra- tase, intentaremos trazar el rumbo, la velocidad y demás circunstan- cias de la navegación de la obra. El rumbo lo marcaran, primero los cambios en los dos primeros epígrafes que presentaremos a conti- nuación: de la línea geopolítica al conflicto en la época de la globaliza- ción, y sobre la reconstrucción espacial. Otras circunstancias de la na- 18______El Río Bravo Mediterráneo vegación vendrán marcados por los cuatro seminarios realizados so- bre el tema en los últimos años, y por último la velocidad y el ritmo vendrían marcados por la estructura misma que nos otorgan los auto- res del libro. Este conjunto de capítulos, que fueron gestados y crecieron a través de cuatro años de seminarios, se ocupa de las fronteras con- temporáneas y su persistencia. Aunque poco estudiado y valorado, es éste un tema de gran importancia en el campo de las ciencias sociales. Los autores se embarcan en esta obra en una ambiciosa perspectiva que engloba toda una serie de procesos de semejanzas y diferencias. El complejo contexto mediterráneo —donde su peculiaridad sería el de tener principalmente el mar como frontera— y la zona fronteriza en- tre México y Estados Unidos —la larga frontera terrestre y fluvial—, representan quizás las dos regiones del mundo donde se juega de ma- nera más explícita el futuro de los procesos de integración-interac- ción entre países asimétricos. En tanto que configuración de espacios regionales nos permiten elucidar lo que se puede llegar a captar en la frontera y en las representaciones de ésta, desde los distintos ángulos de investigación de la vida fronteriza. Por un lado el primer caso ha sido normalmente referenciado como «la frontera» por excelencia. Por el otro, el Mediterráneo, sue- le evocarse como ejemplo paradigmático y como el más ásperamente contrastado1 de los desequilibrios Norte-Sur existentes en este mun- do globalizado; pudiéndose establecer un intrincado recorrido geo- gráfico desde las ciudades alauitas del Magreb hasta las ciudades sirias del Machreq en oposición a su norte cercano. Pero el Medite- rráneo es asimismo un buen botón de muestra para el análisis de los diferentes niveles territoriales configurados por las actividades eco- nómicas, formales e informales, así como por las novedosas prácticas de circulación migratoria que se han puesto en evidencia en los estu- dios sobre migraciones realizados en las dos regiones en cuestión. El concepto de frontera es intricado. Por una parte se concibe la frontera como un límite o barrera (donde detrás de ésta se nos depara un espacio por conquistar —en el sentido del clásico oeste america- no—, o como también en los Balcanes durante la década de los no-

1. Por ello se dice que la frontera hispano-marroquí es la frontera más desequilibra- da del mundo a nivel de renta per cápita. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______19 venta). Por otra parte, nos transporta a nociones de intercambio, de contacto, de mezcla, encuentro, y sobre todo de mezcla cultural que pervive en la cultura méxico-estadounidense o en las imágenes nos- tálgicas de algunas ciudades mediterráneas como ocurre con Tánger. Los críticos a la vertiente culturalista de las fronteras suelen narran además los tipos de conflictos que emergen en el seno de las fronte- ras culturales. Entre otras razones, la revisión contemporánea de las transforma- ciones de la geografía capitalista (que hasta hace poco dividía el mun- do entre centro y periferia), así como la revisión de la noción de la fron- tera como laboratorio social, tal como lo hicieran en su época la escuela de Chicago respecto a su propia ciudad, fueron algunas de las razones que me llevaron a enzarzarme en este tipo de debates. En este libro se trazaran pues algunas pinceladas que conforman los bocetos, no del co- lapso de las fronteras, pero sí de la metamorfosis de éstas.

De la línea geopolítica al conflicto en la época de la globalización

En un sentido clásico entendíamos las fronteras como estructuras li- neales en el espacio que distinguían una discontinuidad geopolítica plasmada en tres vertientes: real, simbólica e imaginaria. Para Fou- cher (1991, p. 38) las fronteras resultaban operativas en la delimita- ción de un área espacial del estado, en la delimitación entre fronteras naturales y artificiales, entre fronteras buenas y malas, coloniales y nacionales, en la distinción entre línea y zona, en la distinción entre únicas y diversas…No obstante, en esta obra vamos a intentar apro- ximarnos a ellas desde otro ángulo, desde las lógicas y contradiccio- nes que encierra la globalización. Contrariamente a los estudios geo- políticos clásicos en los que las fronteras aparecían como marcos inertes de estudio, en nuestro esfuerzo etnográfico de visualización de las fronteras —y de muchos de los autores de este libro—, éstas son la expresión de intrincados procesos socio-económicos. En líneas generales, el concepto clásico de la frontera asume una noción geo- gráfica que incluye los límites administrativos en relación con las funciones políticas y estratégicas del estado (Foucher, 1991, p. 9); de 20______El Río Bravo Mediterráneo ahí que el rol del Estado sea analíticamente primordial y en muy bue- na medida siga siéndolo. Teniendo en cuenta una visión de la larga duración, la historia ha conseguido que las fronteras se enraícen hasta tal punto que llegan a convertirse en caracteres naturales incorporados al espacio y difíci- les de desplazar (Braudel, 1993, pp. 302-303). No obstante, esto no significa que nosotros defendamos —ni muchos menos—, una no- ción naturalizada de la frontera. Y estos espacios considerados aquí como estratégicos, son mucho más que una frontera pura y dura, son también un buen catalejo de mira del mundo, tal como lo indicaba el historiador Pierre Vilar cuando nos decía que «desde las fronteras la historia del mundo se observa mucho mejor» (Sahlins, 1989, p. xv). Y esta reflexión se agudiza sobre todo en lo que supone la relación específica con el Estado-Nación contemporáneo, tal como se muestra a través de las regiones seleccionadas, pues es en las fronteras donde el contexto de lo político es más susceptible de recibir un impacto po- lítico y un giro. Ciertamente, es en dicho paisaje donde la nación pue- de reaparecer con una fuerza sublime utilizando como bandera su so- beranía nacional, pero también su brazo securitario, territorializador y de protección de derechos y donde también puede presenciarse con mayor clarividencia una ausencia así como una mayor vulnerabilidad de los derechos humanos. De este modo, el análisis de la frontera supera el enfoque geo-po- lítico clásico y nos transporta también a otras realidades complejas pro- pias de las herramientas de estudio de las migraciones internacionales, como son las redes sociales, la circularidad de las movilidades contem- poráneas así como el transnacionalismo. Como por ejemplo entre las fronteras que surgen en unos barrios y otros de las ciudades globales, donde barrios típicos del primer Mundo se ubican de forma colindante con barrios del tercer Mundo. En este proceso, migrantes económicos o nómadas se establecen en la misma periferia de la frontera urbana, fronteras que internalizan la enemistad encontrada en la frontera real, y alimentada dentro de la creación o desarrollo de nuevas minorías que habitan esos espacios fronterizos marginales, como ocurre en Los Ángeles donde las comunidades coexisten unas al lado de las otras,2

2. Otro aspecto interesante de la composición, en este caso productiva, de las ciu- dades en relación con los procesos globalizantes es la ubicación de talleres textiles en Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______21 como estudia por ejemplo Vela (durante el seminario de A Coruña). Esta construcción del enemigo adquiere en los países de la Europa del Sur una peculiar relación con sus vecinos del sur y del Este. Empleo aquí el concepto del extranjero ante portas (utilizado por Quassoli, 2004, respecto al caso italiano, evocando referencias a Bauman), es aquel que amenaza la seguridad de nuestro propio hogar, es el que convierte el espacio en el que uno debe vivir semióticamente y so- cialmente, enfermo. La inseguridad y la incertidumbre ligada a la globalización se expresa en estos casos como una defensa del terri- torio: de nuestro barrio, de nuestra ciudad, de nuestro bloque de pisos y construye complejos paradigmas sobre el extranjero, el vecino y el enemigo. De este forma, en un sentido contemporáneo, concebimos aquí las fronteras en las regiones de estudio como núcleos de una econo- mía mundial que augura una nueva fase de acumulación capitalista y de estructuración urbana, donde la lectura interpretativa viene guiada por las fronteras en regiones específicas; en nuestro caso la lectura emerge del espacio situado en los márgenes, en las fronteras de este capitalismo global. Además, si no nos limitamos a retratar a la fron- tera en sí y nos esforzamos en adentrar en su interior hallamos el ca- lor de la vida fronteriza y en su extensión, cuando ello es posible, el de la vida transfronteriza (tal como lo mostraron de diversas formas Benedet, Bringas, Odgers y Ojeda en el seminario de Aix-en-Proven- ce). Este tipo de vida transfronteriza no es tampoco del todo nueva, pero quizás lo que si sea novedoso sean el tipo de implicaciones res- pecto a las movilidades contemporáneas. Las identidades de la gente que vive en la frontera están en continua reconstrucción, y hoy más que nunca en el marco del capitalismo global. En este sentido Staud (1998) intenta explicarlo para el caso de la ciudad estadounidense de El Paso, mostrando como al menos una tercera parte de los hogares que se sitúan en ambos lados de la frontera, participan en el trabajo informal, plasmándola como un espacio de cruce para generar ingre- sos —en este caso informales—. Para ella, este contexto está bien el corazón de las ciudades más dominantes del mundo, y por tanto lejos del modelo de la maquila. Piénsese a modo de ilustración en el caso de Los Ángeles, Nueva York o París en el contexto de las formas de organización industrial de los últimos treinta años, donde han florecido los talleres textiles que reclutan mano de obra básicamente inmigrante o de minorías étnicas. 22______El Río Bravo Mediterráneo

marcado por un tipo de capitalismo global típico del final de siglo XX y de sus fronteras porosas, de su libre informalización. La frontera México-Estados Unidos ha sido influyente desde el contexto histórico pero lo sigue siendo hoy porque nos resulta de gran utilidad en la representación del ejemplo paradigmático del cruce fronterizo, de los tipos de circulación —o incluso de la multi- plicidad de circuitos transfronterizos que se ponen en evidencia—, de las mezclas materiales y de las distintas formas de resistencia que entran en juego (véase en esta línea el caso de Ciudad Juárez en Vila, 2003b). Sin embargo, desde la perspectiva de los estudios culturales estadounidenses, el trabajo sobre la frontera ha fallado, a mi ver, en parte por utilizar un uso excesivo de la noción metafórica de la fron- tera y por quedarse atorada en las formas de hibridación cultural, so- bre todo ejemplificado la metáfora fronteriza para alcanzar conside- raciones claves sobre las identidades latinas en formación.3 En parte lo señala también de algún modo Vila cuando indica que los estudios actuales de la frontera pecan de dos tendencias extremas, una que esencializa la diferencia en cualquier encuentro fronterizo y la otra que ignoraría las tendencias (Vila, 2003c, p. 213). Este tipo de lite- ratura más culturalista se acerca a las visiones de un mundo posmo- derno descrito como fragmentado y en cual uno debe ir superando fronteras, un mundo donde se sitúa el migrante como topos para ilustrar los procesos de identidad diferencial y de desterritorializa- ción (Barrera, 1995, citado en Vila, 2003b, p. 310). En suma, una li- teratura que sitúa al migrante como el «saltimbanqui» de las fronte- ras y donde éste se ubica en sujeto estratégico de los estudios de frontera. Sobre todo, como señala también Vila, si éste es bilingüe, a pesar de que muchos mexicanos en Estados Unidos en realidad no lo sean. Finalmente, otro apunte interesante sobre las nuevas configura- ciones, siendo clásico en parte, pero novedoso también, es el tema re- lacionado con la experiencia de conflicto de frontera, donde se recal- ca la idea de la frontera como el conflicto al desnudo en este mundo

3. Son todo aquel conjunto de textos que celebran la nueva cultura fronteriza con- temporánea a partir de la emergencia de las identidades latinas, en la línea por ejem- plo del clásico texto de Gloria Anzaldúa (1999) sobre la frontera, cuando ésta es re- tratada como una herida abierta entre el Norte y el Sur. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______23 global. Mundo el que la frontera se puede ver como el escenario ideal para un conflicto o para un conflicto potencialmente militarizado, la guerra de baja intensidad, sobre todo a partir de los constantes cálcu- los de las muertes en la frontera (como veremos en los textos de Ma- gaña y Alonso Meneses). En este sentido, la regulación de las fronte- ras toma en principio una forma muy física. El aspecto fundamental de este marco fronterizo es el impacto del control fronterizo. De este modo, son múltiples los autores que analizan las políticas de control policial de la migración indocumentada estimando el número, las causas y la localización de las muertes de los migrantes en el sudoes- te de los Estados Unidos. En dicha frontera, muertes oficiales de hi- pertermia, de hipotermia y de deshidratación no hicieron sino incre- mentarse durante las últimas décadas, coincidiendo con el refuerzo de control fronterizo. Alonso Meneses muestra en este libro una de las aportaciones en la que la motivación de encontrar elementos comparativos de es- tudios paralelos se hace más evidente. En su esfuerzo comparativo el signo más significativo son los riesgos que se toman en la frontera en uno y otro lado del Atlántico. De este modo constata como España está asistiendo a una serie de reacciones en cadena que se parecen formalmente a lo ocurrido en la frontera norte de México hace años. Cuando las entradas que son utilizadas por migrantes y coyotes son obstaculizadas, se buscan nuevas vías de acceso, aunque eso supon- ga encarecimiento y, sobre todo, acciones peligrosas que acaban cos- tando la vida. Cuando los EE.UU. cerraron las entradas por Califor- nia y Texas, que fueron vías históricas de la migración, el flujo de migrantes se encaminó hacia el desierto de Arizona y Sonora. Cuan- do los migrantes marroquíes y subsaharianos no pudieron entrar por Ceuta y Melilla, o cruzar el Estrecho de Gibraltar, las nuevas rutas se abrieron por el Sáhara y norte de Mauritania, que implica navegar cientos de millas marinas. En este negocio de alto riesgo, Alonso Meneses describe también cómo se encarecieron también de forma paralela los servicios de coyotes y transportistas, tanto en América como en África. Los traficantes ofrecen a veces varios intentos por el mismo precio en el caso de llegar a ser detenidos. Ante el riesgo del cruce, este autor destaca el papel de los actores vulnerables. Las mu- jeres han sido uno de los grupos más vulnerables y maltratados (véanse también las aportaciones de Bejarano y Morales), y la viola- 24______El Río Bravo Mediterráneo ción de los derechos humanos una constante, y la persistencia de los flujos pese a los riesgos que se asumen; señalando que el flujo norte/ sur de migrantes puede ser más o menos intenso según la presión po- licial, pero es continuo, a pesar de los peligros y de los costes econó- micos. También Ferrer (en el seminario de A Coruña) aborda las im- plicaciones y características del actual modelo de gestión de las fronteras de Ceuta y Melilla, haciendo hincapié en su dimensión sim- bólica. El autor traza un recorrido descriptivo en torno al proceso de militarización del paisaje fronterizo, relatando e interpretando los trágicos sucesos que tuvieron lugar en los perímetros de los enclaves españoles en el Norte de África durante el otoño del año 2005 (la lla- mada crisis de las vallas en Ceuta y Melilla), así como las consecuen- cias de los mismos. El conflicto en frontera concierne estrechamente a los bloqueos a la libertad de movimiento, a todas las formas asociadas al cierre fronterizo (militarización, incremento del número de policías). Así si el conflicto era un aspecto clásico del escenario fronterizo vuelve a reafirmarse de forma novedosa también hoy, como conflicto y como resistencia. Resistencia en cuanto que afirmamos que las fronteras pueden también concebirse como formas de resistencia a la globali- zación neoliberal y por ende, las ciudades-frontera se presentan tam- bién para algunos autores del libro como lugares de resistencia. El análisis del contexto global en el tema fronterizo recurre re- petidamente a las metáforas de la apertura y cruce, sobre todo de capitales, y de cierre de ciertas categorías de personas. Sin embargo, en pocas ocasiones los estudios incurren en recapacitar sobre los efectos de la movilidad y del cierre como resultado de un terreno desigual del mismo sistema capitalista. En cierto modo, así ha sido indicado por Heyman y Campbell (2004), por ejemplo, cuando debatían sus pro- pios resultados en los denominados «ports of entry» en los Estados Unidos. Heyman, en muchos de sus estudios, alude a estos puertos como puntos-nodos del sistema mundial. Explica además que el mun- do global no consiste simplemente en un terreno abierto, pero más bien en un puzzle de terrenos desiguales donde el complejo patrón de maniobras que ponen en marcha los que cruzan las fronteras y los controles del estado, nos proporciona unas claves vitales sobre el «making and remaking» de la globalización. Las fronteras abarcan hoy amplios roles en los que el control se erige como éticamente pro- Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______25 blemático, así como también son contenedoras de procesos en un es- cenario contemporáneo que filtra a los individuos en función de la de- sigualdad y el poder social. Para ser más concretos, contamos con toda una serie de estudios de caso que nos sugieren como estos procesos existen en las ciudades fronterizas gracias a una serie de elementos específicos. En ciuda- des observadas tales como El Paso, Tijuana, Tánger, Ceuta y Melilla, se presenta un terreno particular donde las contradicciones rastreadas tienden a aparecer de una forma harto contundente, atañen a las dife- rencias entre el cruce (patrones parecidos que se repiten entre las mu- jeres que trabajan en el servicio doméstico y que cruzan Ceuta y Me- lilla, El Paso o Tijuana, de una forma cotidiana) así como también a múltiples formas de refuerzos de fronteras (Schengen, 1991 y la cons- trucción de la Europa fortaleza, el abuso de los derechos humanos de los migrantes subsaharianos en zonas fronterizas —especialmente en la década del 2000—, el refuerzo del cierre de la frontera entre los Estados Unidos y México después del 11-S, etc.)

Una reconstrucción espacial

La globalización se identifica a partir de una multiplicidad de fuerzas sociales. El cambio no seria únicamente de corte económico o tecno- lógico. La concepción de los globalistas hace alusión a un conjunto de procesos que operan en las estructuras de poder social (incluyen- do, también, los poderes militares, político y cultural). No obstante, los procesos no son mundialmente homogéneos, el análisis clave de los procesos de diferenciación pasa por la espacialidad como eje analí- tico. El análisis de la interrelación de las diferentes jerarquías espa- ciales (a través de la regionalización y del énfasis en la perspectiva local) se torna, desde esta perspectiva, en un análisis de relaciones fluidas y dinámicas. Asistimos a una reorganización del espacio y del tiempo en nuevos patrones de interrelación social, posibilitando nue- vas formas de organización social transnacional y reordenando, tam- bién, las relaciones entre el territorio y el espacio socio-económico y político. 26______El Río Bravo Mediterráneo

Corrientemente, en las bibliografías sobre la globalización im- pera una visión a-espacial, muy distinta de la que mostramos aquí. Los debates acerca de la globalización plantean constantemente un cuestionamiento sobre las coordenadas que se establecen en el tiempo —como cuando se alude a las conexiones y transacciones en tiem- po real— y en el espacio —como cuando se alude al fin de la geogra- fía, a la desaparición de las fronteras etc.—. Sin embargo, cuando no- sotros ponemos el acento sobre las fronteras como lugar estratégico teórico-empírico estamos reforzando la importancia del espacio. Nuestro énfasis puesto sobre la frontera y muy en particular en las ciudades fronterizas viene a reforzar el interés por una recuperación de los lugares materiales, que vendría a ser en la terminología de Sas- sen, una recuperación de los production sites and place-boundedness, claves que forman parte también de la globalización económica (Sas- sen, 2000). La bibliografía sobre la globalización enfatiza cómo la desterri- torialización y la circulación (de capital, de información, de ideas y de movilidad de las personas) tornan irrelevantes las barreras espa- ciales. Pero, podemos seguir afirmando que el espacio todavía es de- terminante (y por ende, la frontera, la importancia de los condicio- nantes geográficos); por ello la investigación en torno a la frontera se ha convertido, a mi ver, en un tema tan estratégicamente relevante. Este emplazamiento estratégico nos permite reflexionar sobre la re- lectura de las escalas espaciales en el marco de las transformaciones del capitalismo global, por ello creo que un esfuerzo debe realizarse a dos bandas, observando como el capitalismo se retorrializa por un lado, pero se desterritorializa por el otro (Deleuze y Guattari, 1980). De esta suerte seguimos un tipo de argumentación que sosten- dría una visión del espacio en la época de la globalización en la que el espacio se plasme cartográficamente; pero no en una cartografía de superficies planas en el sentido más tradicional de la visión espacial, sino integrada en una cartografía global. A mi ver, es especialmente en las fronteras donde podemos llegar a desconstruir los componen- tes fundamentales de la deslocalización: la descentralización desde regímenes orientados a nivel nacional, la privatización, la desterrito- rialización de instituciones y lugares de producción. De todas formas debemos ser cautelosos con estas afirmaciones, ya que, como obser- van muchos autores del libro, la globalización no implica una simple Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______27 deslocalización, sino una reterritorialización conformada por origi- nales configuraciones. Precisamente, los cambios relativos a los procesos de globaliza- ción y el modo en cómo éstos se captan a nivel espacial, nos llevan a reflexionar sobre nuevas cuestiones teóricas y empíricas, y más espe- cíficamente sobre la forma cómo se territorializan los procesos econó- micos y políticos en las zonas de estudio que afectan a las fronteras. Es evidente que las fronteras no se encuentran en la misma jerarquía de poder que las ciudades globales, pero están conectadas a éstas y jue- gan un papel preponderante en las relaciones Norte-Sur y en las rela- ciones que afectan a los procesos vinculados a la triadización de la economía global. Tanto las viejas como las nuevas fronteras nos con- ducen a plantearnos una redefinición de las escalas espaciales en dife- rentes lugares del mundo. No es tanto cómo comparar esos distintos lugares —que interesan a los autores de este libro— sino de poder apreciar el papel que juegan éstos como pasajes u obstáculos a la mo- vilidad o ambos simultáneamente. Son varios los autores que intentan aproximarse a esta realidad a partir de las relaciones siguientes: las nuevas relaciones laborales afectadas por la informalización del mer- cado de trabajo y en concreto del comercio transfronterizo, los nuevos patrones de trabajo en las zonas de exportación así como la configura- ción de hogares afectados por nuevos patrones de las migraciones in- ternacionales (a saber, feminización y «minorización» de los flujos migratorios, desarrollo de economías dependientes de remesas, com- pleja diversificación de la tipología de los migrantes etc.). De una forma u otra la totalidad de las contribuciones se rela- cionan con estos fenómenos y con casos concretos de análisis en el estudio del capitalismo global y sus escalas. Asimismo ocurre con la maquila o con el mercado del sexo. El capitalismo global, utilizando su brazo territorializador deslocaliza y relocaliza, activando los enla- ces de las commodity chains en una serie de vínculos que van desde la producción de materias primas hasta la distribución de los produc- tos, sobre todo en los casos de la industria del textil, la industria de automoción y de consumibles informáticos. Pero también, este capi- talismo global, en la búsqueda de beneficio y la falta de fuerza sindi- cal halla una fuerza de trabajo muy flexible típica de la maquila (a menudo clasificada dentro del fordismo periférico), que utiliza prác- ticas de género fuertemente marcadas (que están también presentes 28______El Río Bravo Mediterráneo en las formas de prostitución,4 turismo sexual y mail order brides) tí- picas de las regiones fronterizas. Ante un panorama de problemas comunes pero de ambientes tan desiguales en cuanto a magnitud, condiciones socio-históricas, contexto cultural etc., el problema escalar de los procesos globales se torna incluso más enrevesado. Es decir se mezclan los problemas comparativos con las dificultades escalares de cómo captar la globa- lización a nivel empírico. Al punto que los indicadores macro regio- nales nos resuelven sólo en parte nuestros problemas comparativos. Igual ocurre cuando buscamos escalas visibles a nivel micro. Busca- remos también a partir de este libro de qué forma las escalas territo- riales nos pueden servir para poder explicar las dinámicas socio-eco- nómicas globales y su interacción con los particularismos locales. Es en esta observación continuada de las escalas espaciales don- de reconocemos por lo menos tres fuerzas sustanciales, la de la tria- dización,5 que nos ofrece una pauta de lectura del capitalismo global a escala planetaria. En segundo lugar, la de la regionalización, que nos marca una pauta para verificar procesos económicos y de restric- ciones migratorias a la luz de la desterriorialización de las fronteras, pues las fronteras se proyectan también hacia fuera y se prolongan más allá de su espacio real con particulares formas de control y de di- ferenciación entre poblaciones, como la frontera sur andaluza hasta bien llegado el Sahara. La acción regional se trasluce por ejemplo a partir de los procesos de regionalización europea (papel de la cons- trucción de la Unión Europea) y sus cambios en su fronterización así

4. Este contexto de variadas transacciones no es nuevo. Jean Genet señalaba como las películas y las novelas habían hecho de Tánger un lugar terrible, «une sorte de tri- pot où les jouers marchandent les plans secretes de toutes les armées du monde» (Ge- net, 1949, «Journal du vouleur», en Boulouque, 2004, p. 21). Tahar Ben Jelloun (Ben Jelloun, 1985, Les amandiers sont morts de leur blessure en Boulouque, 2004, p. 22) dice de la ciudad: «tout pour un dollar de la cervelle en poudre du kif en portion, une nuit avec une fille, une nuit avec un gosse». Por su parte, Berumen (2003, p. 74) se- ñala cómo las ciudades de frontera mexicana aparecen en el cine estereotipadas como inmensos burdeles, podríamos añadir que este estereotipo típico de ciudad-frontera se extiende a otros lugares y a la época actual, al ver el rol que ejercen hoy las ciudades fronteras respecto a las «transacciones sexuales» del mercado global. 5. La base de esta triadización son básicamente los nuevos centros geográficos de acumulación —Estados Unidos (sur y oeste), Europa Occidental y Japón, además de los nuevos países industriales. El poderío de estos triángulos lo visualizo a partir de for- mas de dominación regional respecto a sus vecinos próximos, un poderío expresado en clave de relaciones económicas y de relaciones de movilidades poblacionales. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______29 como de la regionalización que implican los procesos económicos de NAFTA. A los actores regionales se les añaden también otros acto- res de peso en estos cambios globales, actores supra-nacionales tales como la Organización Internacional de las Migraciones, compañías privadas, y organizaciones no gubernamentales. En tercer lugar, reconocemos la fuerza de la escala urbana, es aquí donde identificamos los procesos concretos explorables, así como sus conflictos en el corazón de lo local. En esta discusión esca- lar la cuestión urbana se nos presenta como la unidad más clarividen- te en el estudio de los procesos de globalización, puesto que los espa- cios urbanos son a la vez síntesis y paradigmas de éstos. Nos ofrecen micro-modelos y en el caso de las ciudades-frontera nos iluminan las contradicciones y conflictos que implican el estudio de las fronteras hoy. Muy especialmente en las especificidades de las ciudades fron- terizas aquí tratadas (Tijuana, Tánger, Ceuta, Nador, Melilla —según Aziza, espacio clave de regionalización socio-económica), donde se plantean entre otras contradicciones las diferencias que experimentan las poblaciones entre el border crossing (a nivel de ilustración, las mujeres de la limpieza y cuidadoras de ancianos que transitan a dia- rio hacia Ceuta y Melilla, las redes de familias transfronterizas entre Tijuana y San Diego, los contrabandistas de productos básicos que entablan largas rutas desde Ceuta y Melilla) y el border reinforcing (como ya mencionamos: restricciones a partir de Schengen, 1991, múltiples operaciones de bloqueo en ambas regiones, abuso de los de- rechos humanos de los subsaharianos, refuerzo de la frontera Méxi- co-USA después del 11 de septiembre, etc.). ¿Una redefinición o una reconstrucción espacial? A través de los numerosos debates que hemos tenido en los últimos años, así como también a través de mis propias investigaciones, parece que se repite la idea de que estamos viviendo una compleja forma de desterritoria- lización que puede convertirse en el eje fundamental en el abordaje de los temas que relacionan fronteras y migraciones; donde el nuevo rol del Estado-Nación reproduce viejos roles y los combina con otros nuevos de carácter administrativo, así como de categorías y subcate- gorías clasificatorias de los tipos de movilidad en base a poblaciones distintas. Dicho planteamiento nos empuja a ir más allá de la noción de frontera en el sentido topográfico y geo-político del término, y nos con- 30______El Río Bravo Mediterráneo duce a una conceptualización sobre el significado de la externalización de fronteras (distinguiendo las diferentes nociones de tránsito y de al- teración de las rutas de los migrantes) así como de internalización de las fronteras (dentro del territorio del Estado-Nación en una paradójica lucha contra el irregular, que Potot denomina alegóricamente como «fronteras de papel», o bien a través de los casos empíricos vinculados a la construcción de los centros de internamiento de extranjeros (CIEs). Ciertamente, hay muchas fronteras europeas que están relacio- nadas con la restricción de las movilidades pero que no están ya si- tuadas en los lugares clásicos de los conflictos fronterizos de los años 90, como era por ejemplo el Estrecho de Gibraltar. Hoy, tenemos que reseguir un complejo y modificado listado: Lesbos, Malta, Lampedu- sa y otras fronteras de Italia del Sur, Calais-Dover (con una frontera Schengen), las fronteras del Este etc. No obstante, podemos decir, que en muchos frentes, España sigue siendo todavía uno de los países duros de la Fortaleza Europea, habiéndose convertido ésta en modelo emblemático durante casi ya más de dos décadas. Los cambios son evidentes. Tomando España como botón de muestra, somos hoy testigos de cómo ésta pasó por tener el Estrecho de Gibraltar y los enclaves africanos como fronteras problemáticas, y ahora más recientemente, las Islas Canarias. Por un lado, el cambio se debe al efecto de una reconstrucción de las rutas migratorias, y por otro, al desplazamiento de los controles fronterizos hacia el sur: éstos descienden hoy día hasta un país geográficamente tan lejano de la vieja Europa como es Gambia, y siguen reforzándose en los lugares de paso o tránsito (los países del Magreb). Y lo que es más, dicha re- definición espacial de las fronteras en la armadura del control de mi- gración no se acaba aquí, incube también a los puertos, y a los aero- puertos, descubriendo en el aeropuerto de Madrid-Barajas la puerta principal de entrada de la migración latinoamericana (véase con más detalle en el capítulo de Oso), tan notable hoy en España.

Recogiendo los frutos de un debate

Este libro es básicamente el fruto de un debate transcurrido durante cuatro años de vida. A través básicamente de una serie de seminarios Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______31 se ha perseguido una reflexión y un intercambio de investigación crí- tica, utilizando como base la producción de diálogos entre todos los investigadores y estudiantes que han participado a los diversos en- cuentros. Dicho intercambio, convertido en académico, institucional, asociativo y personal—, ha esclarecido una reflexión sobre las mira- das cruzadas posibles, en torno a diversas experiencias de la fronte- ra, el cual ha conseguido ensamblar un análisis de fenómenos trans- fronterizos comunes y divergentes desde una lectura contemporánea, global, de éstos. Dicho intercambio brindó también una oportunidad única para poder compartir ideas, teorías y estrategias transatlánticas con el fin de componer una perspectiva fronteriza desde la cual ana- lizar los crecientes problemas sociales relacionados con los impactos del capitalismo global. Asimismo, hemos logrado delinear una reinterpretación de los procesos sociales, teniendo en cuenta las dinámicas actuales de las mo- vilidades y de sus representaciones en las últimas décadas. Para ello, el eje de la discusión se ha situado en el estudio de fenómenos comu- nes en las dos regiones de interés: las prácticas transnacionales, la deslocalización industrial a través de las maquiladoras, la creación de zonas «off-shore», la emergencia de las movilidades transnacionales, el paso de los millares de trabajadores indocumentados, el nuevo rol central de las mujeres y las estrategias familiares en las representa- ciones y en las prácticas de estos espacios, la fuerza del control, la persistencia de los muros,6 la conexión entre muerte y cuerpo, la fi- gura de los menores y la ausencia de derechos, todo ello teniendo en cuenta las especificidades socio-culturales de cada conjunto regional. La trayectoria de estos seminarios ha funcionado durante una especie de itinerario marcado entre «paradas de autobús» señalizadas en lugares distintos del mundo así como con pasajeros distintos. El primer seminario se celebró en Aix-en-Provence (LAMES, MMSH) en mayo de 2006. El telón de fondo de este primer seminario fue un proyecto de cooperación ECOS-Nord del Ministerio de Asuntos Ex- teriores Francés (entre LAMES, MMSH Francia, y el Colegio de la Frontera Norte, México). El segundo seminario fue celebrado en Ti- juana (El Colegio de la Frontera Norte) en marzo de 2007. El tercer

6. Puede añadirse también el sinfín de referencias físicas a los límites: vallas, cer- cos, verjas, bardas. 32______El Río Bravo Mediterráneo seminario se celebró en A Coruña (ESOMI, Dpto. de sociología, U. Da Coruña) en junio de 2008, donde se siguieron las líneas de las discu- siones anteriores pero se añadieron dos ejes complementarios a los anteriores: la mirada del Mediterráneo desde su parte oriental y la centralidad de los temas de género en el estudio de la frontera. El úl- timo se celebró en la residencia de Dar Mezdar (Tánger), del 18 al 20 de junio 2009.7 De forma sintética, estos seminarios y debates nos han aportado básicamente tres ejes principales para abordar nuestra visión de las fronteras. En primer lugar nos brindan un eje de reflexión sobre la articula- ción de la frontera (desde qué lugar, desde qué tipo de actores, desde qué marco de interpretación global), teniendo en cuenta una perspecti- va histórica (con el peso de la conquista, la colonia y la ocupación). La noción frontera y su variedad tipológica así como las infinitas cons- trucciones de la frontera desde el ángulo metafórico y culturalista. En segundo lugar, estos seminarios, nos han ayudado a detallar los procesos a escala global. Nos referimos a los procesos ligados principalmente a las movilidades globales, a la apertura del capital transnacional y a las fuerzas económicas homogeneizadoras de la globalización que nos llevan a repensar la articulación de los proce- sos convergentes y divergentes. Dentro de estos circuitos ligados a la globalización detallamos también las formas de control, las formas del vivir transnacional de las personas y del capital como eje del aná- lisis de las prácticas transfronterizas. En tercer lugar, estos seminarios nos han servido para adentramos en la reflexión de la dimensión espacial, básica en esas reflexiones con- temporáneas sobre la globalización, convirtiéndose en foco imprescin- dible de la comparación. Hemos realizado un rastreo detenido del es-

7. Deben también añadirse otros eventos que forman parte del mismo debate inter- fronterizo, tales como: el Fórum Internacional de las Culturas, en Barcelona en 2004, los diálogos inter-fronterizos en el Colegio de Chihuahua en marzo de 2009, y el se- minario «Del Estrecho de Gibraltar a Damasco. Migraciones a lo largo y ancho del mediterráneo», en el Instituto Cervantes de Damasco, en mayo de 2009. Así como también otros diálogos que han tenido lugar en Barcelona (en el IEC, en el mes de oc- tubre de 2009 y en la UAB —Grup de Recerca Geografia i Gènere—, en febrero de 2010), y la sesión de fronteras árabes mediterráneas de WOCMES en Barcelona en ju- lio de 2010. Esta serie de eventos ha servido de cooperación intelectual para poder crear una plataforma en el diálogo sobre fronteras. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______33 pacio y las escalas, desde los parámetros más macro hasta la centrali- dad que adquiere la ciudad y muy en concreto la ciudad fronteriza. Si abordamos retrospectivamente el contenido de los seminarios, nos percatamos que desde el inicio de los trabajos realizados en torno al «Río Bravo Mediterráneo» entró de forma determinante en nuestros debates el protagonismo de los problemas comparativos. Las cuestio- nes de investigación que emergen en distintas sociedades desde los estudios de la frontera y de las formas actuales de control de la inmi- gración son ilustraciones potentes de problemas más amplios relacio- nados con la movilidad contemporánea, problemas a los que se en- frenta el Estado-Nación en el momento de la globalización. De todos modos todavía disponemos de pocas investigaciones así como de po- cos marcos teóricos de referencia plausibles para realizar estudios com- parativos, o bien estudios empíricos realizados en diferentes socieda- des que hagan emerger aspectos comunes y diversos que puedan ser articulados dentro de las escalas regionales propuestas. Además, no podemos tampoco remediar el desequilibrio de producción bibliográ- fica existente entre una u otra región. Pensemos a modo de ilustración en el hecho de que la entrada bibliográfica «región México-Estados Unidos», es una entrada por sí misma dentro de la catalogación de la biblioteca del Congreso del Estados Unidos.8 Ahora bien, tampoco pretendemos aquí abarcarlo todo ni ofrecer un vademécum fronterizo. En esta obra se constatan a mí ver dos grandes ausencias,9 una contribución sobre el impacto de la construcción del muro entre Pa- lestina10 e Israel y una contribución desde una óptica europea confi- gurada desde Bruselas respecto a la Europa fronteriza mediterránea.11

8. Sin embargo, desde otras producciones como son la producción de documentales sí las fronteras contemporáneas del Mediterráneo cuentan con muchas referencias: Lí- menes, No Comment, Paralelo 36, Solo Valiente, Miedo, , Welcome, los videos de Ursula Biemann, etc. 9. Y muchas otras que no podemos aquí tratar como los trabajos de los últimos años sobre el fenómeno de las migraciones en la Frontera Sur mexicana, las migraciones en Lampedusa, los efectos del cierre de Sangatte en Calais como fronteras-Schengen, la lectura conjunta del reforzamiento de las fronteras exteriores de la Europa Mediterrá- nea y del desdibujamiento de las fronteras intra-europeas. 10. Considerado normalmente como el modelo extremo de impacto colonial de fron- tera y de ocupación. 11.En cuanto al primer tema, considero que en los trabajos predomina una mirada más desde el activismo que desde las ciencias sociales, en cuanto al segundo tema, pre- domina una mirada desde los informes europeos y desde la ciencia política clásica. 34______El Río Bravo Mediterráneo

Durante los años noventa, una de las características fundamen- tales de las políticas migratorias en la Unión europea ha sido la cre- ciente integración de la política y de las técnicas de control de las fronteras. Según Mezzadra (2005) nos hallamos con los límites como el elemento «no democrático» de la democracia, límites que practi- can el control y la inclusión selectiva y que estarían en contra de lo que el autor denomina como derecho de fuga, el derecho del hombre o de la mujer migrante de controlar su propia movilidad. En este ámbito bien cabe situar una reflexión sobre Europa des- de sus propias fronteras. Esta construcción europea12 que tampoco puede limitarse a sus fronteras mediterráneas pero que se interrelacio- na íntimamente también con la relación que se ha construido respecto a la Europa del Este, como señala muy agudamente Goytisolo: ¿hay una Europa bella y culta, como la defendida por Kundera y, otra bal- cánica y bárbara a la que podemos ignorar y eliminar de nuestra con- ciencia? (Goytisolo, 2003, p. 10). En la Europa contemporánea la te- mática de las fronteras ha sido particularmente persistente en la región balcánica, aludiendo a la apertura de los países post-comunis- tas. De tal manera que la noción de frontera en un país como Albania (véase más en detalle en Ribas-Mateos, 2005), puede servirnos como paradigma, desde las implicaciones contemporáneas habidas con pos- terioridad a un largo tiempo de reclusión, aislamiento y de crisis po- lítica. Sin lugar a dudas, dicha apertura le han hecho abrirse a Europa y al mundo (globalizado).

12. Desde el 1992, fecha de la creación del mercado Único Europeo, hemos presen- ciado una progresiva cerrazón de fronteras respecto a las migraciones no europeas (más selectivas en algunos sentidos, más permisivas respecto a los movimientos intra- europeos). Son hitos en este sentido toda una serie de cumbres europeas (la cumbre de Tampere de 1995, La Haya 2005, Estocolmo 2009) y tratados (de Schengen en 1985, de Amsterdam en 1999). La lectura de esta fronterización de Europa se puede inter- pretar en dos sentidos, desde los esfuerzos de control conjuntos respecto a la totalidad de los países comunitarios, y en otro sentido, donde cada país puede aplicar su propia ley en función del momento histórico, político y social dado. Desde el programa de la Haya de 2005, se consolidan las políticas de control cen- tradas en la externalización de fronteras en terceros países y se crea un Fondo para Fronteras Exteriores así como la denominada cooperación operativa en las fronteras exteriores (FRONTEX, la cual comienza su labor en 2005), así como el Sistema de In- formación de Visados (SIV). Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______35

Desde mis propios trabajos he utilizado un punto de vista del Medite- rráneo concebido desde las dinámicas que suponen las localizaciones de las fronteras con el Sur de Europa (para una discusión más deta- llada, Ribas-Mateos, 2001, y posteriormente en 2005). El antiguo ca- nal entre España y el África del Norte, o el río braudeliano o bien El Río Grande13 Mediterráneo de Russell King (1998) no sea quizás una frontera natural. Especialmente, cuando rememoramos que a princi- pios del siglo XVI el Estrecho de Gibraltar se convierte en una frontera política por primera vez en la historia y subsecuentemente, el grado de permeabilidad de esta frontera ha sido variable desde entonces, marcando hoy una frontera política, económica, y posiblemente ideo- lógica.14 El reto comparativo se instaura de forma determinante, sobre todo cuando uno considera a la vez las similitudes y las diferencias en el marco del espacio trasatlántico, en los condicionantes históricos, en la aproximación macro y micro de las fronteras y en el acerca- miento a unidades de análisis tales como las regiones fronterizas y las ciudades fronterizas. No obstante, el reto comparativo incluye aquí múltiples problemáticas que sobrepasan el espacio de estas páginas, tales como si el Mediterráneo puede ser desde nuestra perspectiva un buen marco de referencia comparativa o no. Para ello pueden consul- tarse los argumentos de este extenso debate en Ribas-Mateos (2005, pp. 6-10 y 25-27). Podemos aquí hacer algunas puntualizaciones. Se- gún Sempere15 la frontera mediterránea es muy compleja, incluyendo fronteras de guerra, por ejemplo del Sáhara, la importancia de ciuda- des-puerto como Marsella y Génova, múltiples Estados-Nación. En definitiva, son regiones altamente dispares y ni siquiera utilizan el mismo concepto de región, ni de regionalización. A modo de de ejemplo pensemos que si desde la parte atlántica se alude a la región pobre de los Estados Unidos y donde está concebida desde Estados Unidos como región periférica (especialmente la que no forma parte

13. El Río Grande y el Río Bravo son el mismo río aunque denominados de forma distinta según se trate del país del norte —los Estados Unidos— o del país del sur, México. Idear la expresión de Río Bravo Mediterráneo me vino en su origen inspira- da por los trabajos de King. 14. Donde el Estrecho separaría entonces el Dar el Islam, espacio o espacios en los que reina el Islam, del mundo de los cristianos. 15. Hacemos aquí referencia a sus palabras dentro de los momentos de debate que tuvieron lugar en Aix-en-Provence. 36______El Río Bravo Mediterráneo de California), desde México el Norte de México no es considerado hoy en día como periférico económicamente. Al otro lado del Atlán- tico, ninguna de estas visiones encaja realmente con una concepción periférica de la totalidad de Andalucía o bien la totalidad del Norte de Marruecos como totalmente periféricos. Por otra parte, la metodología más o menos comparativa de es- tudio nos brinda aquí un terreno complejo en donde ubicar una inte- resante conjunción de lo macro y de lo micro, de la estructura y de la agencia, de lo global y lo local. El tema de la frontera en este doble polo geográfico de ultramares que nos interesa, nos ofrece una fuen- te fecunda de hipótesis y de reflexión teórica a varios niveles: global, regional, urbano, transnacional, entre varias disciplinas y entre varios enfoques: cultural, socio-económico. Sin lugar a dudas, «la frontera» se haya especialmente inmersa en los contextos socio-económicos más contemporáneos que vamos aquí resiguiendo constantemente: desdibujamiento de las fronteras nacionales,16 emergencia de los pro- cesos de triadización y de regionalización, desterritorialización y ex- ternalización de fronteras, deslocalización y relocalización industrial, emergencia de las migraciones globales. Y es asimismo un tema clave para aquellos que se interesan por el uso de los enfoques interdisci- plinares. Se imponen, así otros tipos de frontera distintos a los que nos enseñaron en la escuela. Las fronteras son hoy, en parte, zonas de fuer- te atracción migratoria (de migraciones internas, de espera de las migraciones internacionales de centro-americanos y sub-saharianos, de parada y etapa de otras migraciones). Son en parte también, zo- nas de no-derecho, son en parte espacios vulnerables. Me refiero a vulnerable en muchos sentidos, urbanísticamente, ecológicamente,17 o bien en cuanto a que allí se encuentran peculiares actores vulne-

16. Donde es preciso realizar también una relectura de las fronteras europeas, véase el caso de los conflictos en Calais a la espera de llegar a Dover, o véase el caso de las fronteras españolas (donde la frontera portuguesa y española albergan también toda- vía toda una serie de problemáticas comunes y diversas de las fronteras). 17. Según la presentación de Bringas (seminario de Aix-en-Provence), analizando el caso de Tijuana, las condiciones estructurales de inequidad social crean un espacio urbano segregado con severas deficiencias en urbanización y presionan a los grupos de bajos ingresos a establecerse en áreas de riesgo. En cierto modo también la contri- bución de Bordreuil en el mismo seminario apunta a esta vulnerabilidad ecológica en determinados espacios cuando analiza el caso de Louisiana. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______37 rables en la movilidad, como son los menores migrantes, los cuales, según Jiménez (seminario de Tijuana), se hayan atrapados entre las lógicas proteccionistas de protección a la infancia (universalistas y nacionales) y las lógicas expulsoras de la criminalización de las migraciones irregulares en Europa y Estados Unidos. Actores que emergen de una exclusión social configurada por una ausencia de políticas públicas de protección social, y además afectados por la fe- minización de la pobreza y por los procesos de deslocalización de la producción. En cierto modo si no atendemos a la clave comparativa utilizan- do unos indicadores socio-económicos fijos para cada zona a investi- gar, sí pensamos que se debe constreñir al máximo cuál es la relación social, cuál es el proceso social, cuál es la cuestión de investigación, lo cual, los autores, cada uno con su granito de arena, va perfilando, o por los menos sugiriendo, a través de esta obra. Vamos a ver a con- tinuación si podemos apreciar a partir de las diversas contribuciones de los seminarios el sentido de los procesos paralelos entre una región y otra. En primer lugar podemos indicar que seguramente sean Beru- men y Suzanne, los dos únicos autores que se adentraron desde un principio de los seminarios en las representaciones culturales de la frontera. Berumen desde la frontera física, como en el caso de la ciu- dad-frontera de Tijuana y Suzanne desde los productos desterritoria- lizados o transfronterizos que se forjan en el mundo del arte. Suzan- ne se refiere a muchos lugares distintos del mediterráneo donde fluye la música rai de origen argelino pero también hace alusión a la cultu- ra generada desde los territorios de la ciudad. También pretendemos alcanzar la frontera comparativa desde su representación, pues como señaló Berumen (durante el seminario en Aix-en-Provence), ésta es parte de su propia historia. Precisamente lo hizo hablando de una representación de una forma muy amplia: lite- raria, desde el cine, mediática, desde su fuente oral y desde la músi- ca en torno a ella. Entre el repaso de metáforas que escoge Berumen para hablar sobre Tijuana encontramos algunas que nos resultan tam- bién pertinentes para nuestro debate. La metáfora de ciudad abierta, junto con la metáfora de la frontera como límite entre el bien y el mal, trae aparejado otros tipos de metáforas, la ciudad de paso y la metá- fora de la válvula de escape, así también como la industria que se 38______El Río Bravo Mediterráneo desarrolla en base del llamado régimen de zona libre. No obstante, para nosotros la ciudad abierta no significa un espacio al margen de toda reglamentación y sin restricciones como en la Tijuana de Beru- men, sino que se inscribe en ese espacio de posible mezcla. En esta búsqueda de la condición fronteriza Tijuana sí reúne aspectos comu- nes con otras ciudades mediterráneas como Tánger. Comparten las poblaciones distintas el deseo de cruzar, las múltiples formas de trán- sito y de movilidades, ser soportes de la deslocalización industrial etc. Asimismo, Tijuana «representa todo aquello que se rechaza, lo que sólo puede ser excluido y, por así decirlo, expulsado o evacuado hacia los márgenes» del mismo modo que lo hemos visto en la con- formación de Albania en el sentido de una periferia europea (Ribas- Mateos, 2005). En segundo lugar, respecto a las investigaciones que se preocu- pan por los aspectos comparativos entre comunidades, cabe destacar aquéllas que ponen el acento entre comunidades de inmigrantes en un lugar especifico, así como aquellas que comparten experiencias de vida comunitaria similares, tales como se presenta con el caso de la comunidad mexicana en Los Ángeles y la comunidad magrebí en Marsella. Son muchos los estudios que han trabajado el tema de la fuerte presencia de la comunidad mexicana en los Ángeles y lo que esto representa para las nuevas fronteras en el mismo espacio de las grandes metrópolis. En cuanto a Marsella, son muchos también los estudios que durante la última década han puesto de relieve la fuerte importancia de las comunidades magrebíes, y en especial, argelina, que habitan en el centro de dicha ciudad así como en la periferia de ésta (Manry y Peraldi, 2004; Mazzela, 2001). Sempere (en el seno de los seminarios de Aix-en-Provence y Tijuana, e incluso en este libro), expone, desde el lado Mediterrá- neo, como en la Europa Occidental residen desde hace décadas va- rios millones de ciudadanos de origen magrebí que, con indepen- dencia de su lugar de nacimiento o de la nacionalidad que hayan adquirido, mantienen estrechos vínculos sociales, económicos y fa- miliares con sus regiones de origen en el Magreb. La presencia de una comunidad tan numerosa, que con los años se ha ido transfor- mando y asentando, acapara gran parte de las variadas relaciones existentes entre el Magreb y Europa Occidental. Uno de los aspec- tos más característicos del fenómeno migratorio magrebí en Europa Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______39 y en el Norte de África es todo el ir y venir de personas, servicios y bienes tanto materiales como inmateriales entre las dos regiones. La extraordinaria evolución de este trasiego a lo largo de varias décadas evidencia la creciente complejidad de los movimientos migratorios y de las minorías inmigrantes en Europa. España, que sólo puede considerarse recientemente un país con fuerte presencia magrebí es desde hace décadas un espacio de tránsito entre Europa y el Magreb, así lo recalca dicho autor a partir de datos que reflejan la intensifi- cación del tránsito de los marroquíes por España desde el 1994. Los puertos meridionales españoles son el origen de las conexiones más cortas —y más baratas— hacia el Magreb. Esta situación va acom- pañada de otros aspectos como son la mejora de las infraestructuras, el incremento de las líneas en ferry o la supresión de las fronteras en la UE. Mientras Sempere se centra en la colonia magrebí en Europa, al otro lado del atlántico, Cruz (seminario de Aix-en-Provence) destaca el papel de las migraciones mexicanas. Lo hace desde el análisis de dos de los principales flujos migratorios de mayor visibilidad y tras- cendencia: la migración internacional de mexicanos hacia Estados Unidos y la migración desde zonas rurales o urbanas hacia las gran- des áreas urbanas de México, en las que destaca la migración hacia las ciudades fronterizas del norte del país. Estos dos procesos migra- torios han marcado la pauta de fuertes transformaciones sociales y económicas en México. Según Cruz, los obstáculos a la movilidad la- boral de mexicanos hacia Estados Unidos se encuentran en contra- dicción con un mercado de libre comercio y con un mercado laboral de facto que se da entre ambos países. Durante la década de los no- venta, los mexicanos participaron activamente en la economía esta- dounidense, particularmente en los mercados urbanos de trabajo. Pero, desafortunadamente, su participación económica se está dando pri- mordialmente en empleos precarios y aunque su contribución a la economía de ambos países resulta relevante, es poco reconocida tan- to en Estados Unidos como en México. En tercer lugar, podría incluso hablarse de una desterritoriali- zación respecto a la frontera no sólo en el tema del textil como vere- mos más adelante a partir de la maquila sino también a partir de la agricultura intensiva. Hablamos de esta desterritorialización en el sentido de que las fuerzas de la globalización no sólo reestructuran 40______El Río Bravo Mediterráneo la fuerza de trabajo industrial sino que construyen también una com- pleja deslocalización interna dentro del mundo de la agricultura. Como seguramente ocurra en California respecto a la mano de obra mexicana en la agricultura, Potot nos lo transmite mismamente a tra- vés de la investigación sociológica en la agricultura del «plástico» en Andalucía en España y de Bouches du Rhône en Francia. Son zo- nas cercanas a las fronteras en las que se insertan nuevos flujos mi- gratorios caracterizados por una representación tanto de varones como de mujeres así como por una movilidad geográfica muy acen- tuada. Más que de relaciones de vecindad en un contexto de globali- zación económica, reseguimos los itinerarios de flujos migratorios altamente mundializados procedentes de una gran multiplicidad de áreas geográficas y no necesariamente de las áreas más vecinas a los lugares de trabajo. En cuarto lugar, podemos afirmar que uno de los ejes compara- tivos que aparecen con más fuerza a lo largo de los seminarios (fuer- za que se diluye después en el libro), procede de aquellas contribu- ciones que escogen la maquila como punto de mira, como las de, Barajas, López, Kopinak, Mercier, Naïr y Solis.18 De una manera muy distinta las aportaciones giran frecuentemente en torno a la cuestión sobre si el modelo clásico de la maquila mexicana explota- dora de mano obra barata y descualificada, típica de la primera ge- neración de maquilas de los años setenta, es el modelo que se en- cuentra hoy al otro lado del atlántico en el caso magrebí. Mientras que hoy la tercera generación de maquilas se caracteriza por un pro- ceso de mexicanización y de fuerte integración en un modelo local así como de utilización de tecnología dura y de incorporación de mano de obra masculina. Es Mercier la ponente que ofrece las pistas de dichas etapas: «l’industrie Maquiladora d’Exportation est qua- dragénaire, de simple usine d’assemblage elle est devenue petit à pe- tit le “fleuron” dans certains domaines de l’industrie mexicaine». Mercier observa dos grandes modelos en las maquilas mexicanas: el modelo neo-taylorista (de modernización regresiva) y el de la flexi- bilidad (proceso de modernización), éste último incorporando técni-

18. Quienes participaron en los siguientes seminarios: Naïr (Tánger), Barajas (tres primeros seminarios), López (A Coruña), Kopinak (Tijuana), Mercier (Aix-en Pro- vence) y Solis (en los cuatro seminarios). Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______41 cas de gestión más precisas, más numerosas y más innovadoras que el anterior modelo.

Al hilo de la intervención de Barajas (seminario de Aix-en-Proven- ce), se detalla cómo en la fase inicial de este proceso de desconcen- tración industrial, el corporativo mantenía en su país de origen el know how de la producción, el diseño del producto y la fabricación de los segmentos productivos de alto valor agregado; en tanto que trasladaban hacia su(s) filial(es) de los países en desarrollo las fases del proceso de menor valor y mayormente intensivos en mano de obra. Pero Barajas advierte de cómo dicho modelo ha sido modifica- do significativamente. El modelo fue alterándose en aras de una ma- yor competitividad, reorientándose desde una relación de tipo verti- cal y subordinada entre el centro de la firma y sus subsidiarias y/o empresas subcontratadas, a una relación con mayor grado de hori- zontalidad, un esquema donde las plantas maquiladoras iban ga- nando cierto nivel de independencia en la toma de decisiones res- pecto de sus matrices y fueron incursionando nuevas fases del proceso productivo. De este modo la autora identifica este gran cam- bio que ha dado paso a un modelo mucho más complejo, paso en el cual el ensamble simple coexiste con el proceso manufacturero y en el que la acumulación de capacidades de aprendizaje tecnológico y organizacional rápidamente se convirtió en un influyente factor de localización industrial. La contribución de Solis (seminario de Aix-en-Provence), más que basarse en la transición del modelo de maquila destaca sobre todo en lo qué ocurre con las mujeres que trabajan en la maquila hoy. En este caso el pilar del debate comparativo durante nuestro semina- rio se estableció más en el tiempo que en el espacio, al revisarse qué tipo de enfoque de género se utiliza en dicho estudio. Cabe mencio- nar aquí el ejemplo de dos estudiosas de la maquila tales como Fer- nández-Kelly (1983) y Salzinger (2003), las cuales nos aportan re- sultados muy distintos debido a la diferencia de enfoques utilizados para el estudio de las relaciones de género en la maquila. Ambas autoras utilizan estudios que distan entre ellos veinte años. Pero, cu- riosamente, mientras que utilizan un objeto de estudio muy simlar, Fernández-Kelly sólo reconoció un tipo de régimen de género de la 42______El Río Bravo Mediterráneo economía política, mientras que Salzinger distingue una multiplici- dad de regímenes. En quinto lugar, se repitió el fenómeno de las muertes como eje común, durante todos los seminarios, incluso comentando que el nú- mero de muertes en el Mediterráneo es mayor que en la frontera Mé- xico-Estados Unidos. El conflicto parece pues ser mucho más fuerte en el Mediterráneo, donde el cruce conlleva una mayor vulnerabili- dad (debate del seminario en Tijuana). El tema de la muerte se asocia siempre al cambio de las rutas. Respecto a los cambios en las rutas, una voz del público señaló: «la frontera es como un globo si se aprie- ta de un lado sale por el otro», además del incremento de la peligrosi- dad del cruce en el desierto o el cruce marítimo en distancias más lar- gas (por ejemplo por Canarias en vez de por el Estrecho de Gibraltar), de la vulnerabilidad de los cruces y mayores violaciones de derechos humanos. Además añadieron cómo este cambio de rutas está alcanza- do dimensiones kafkianas (según las conclusiones del debate en el se- minario de Tijuana). En sexto lugar, una reflexión reincidente en las reflexiones de los seminarios19 giraba en torno al arquetipo analógico entre México y Marruecos, sobre todo en el tema de la situación de los menores migrantes, en lo que sucede en el mundo de la maquila, en los pro- cesos de diversificación de rutas migratorias…De esta reflexión fronteriza se desprende también que hay una serie de países de nivel intermedio (en la lectura de las relaciones Norte-Sur) que adquieren un papel considerable en temas de relocalización industrial y de mi- graciones. De todos modos, el abanico comparativo, o mejor dicho, el aba- nico de procesos paralelos que se plasman cual más cual menos a través del libro, no se cierra ni mucho menos en estos cuatro ejes descritos sino que se ha ido también articulando a través de otros puntos y se puede ir perfilando mucho más allá del espacio de este li- bro.

19. Barajas, Kopinak, Peraldi, Pérez e Yrizar. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______43

Los frutos del libro: itinerario de los capítulos

Sobre los contrastes fronterizos

En primer lugar, los contrastes fronterizos se establecen a partir de toda una serie de problemáticas en cuanto a conceptos históricos, ter- minología fronteriza,20 utilización de un vocabulario específico rela- cionado con las migraciones y problemas comparativos en ciencias sociales. Iniciamos este recorrido fronterizo con dos aportaciones teóri- cas: la de Josiah Heyman y la de Pedro García Sánchez. Heyman subraya cómo el control de la movilidad dentro y fuera del espacio nacional es básico para estudiar las fronteras contempo- ráneas por lo menos considerando cuatro perspectivas:

1. la de la movilidad diferenciada en las fronteras, en cómo las fron- teras contemporáneas clasifican o filtran a las personas (utilizan- do aquí el esfuerzo clasificador como sorting, el cual se convier- te en el eje de sus estudios etnográficos de los últimos años) así como a los diferentes tipos de personas y mercancías, en base a una compleja serie de desigualdades sociales, culturales y econó- micas. El autor distingue así a los usuarios privilegiados; siendo más probable entre ellos encontrar la descripción de un cosmopo- litismo liberal a favor de las fronteras abiertas, una «comunidad imaginada», caracterizados por un próspero globalismo en vez de un cierre. Aquí se incluyen todas las fronteras, incluso los aero- puertos. La ecuación no nos parece tan simple como podría imagi- narse —un dilema entre apertura y cierre de fronteras—. Se trata más bien de una naturaleza simultánea, más que de un carácter abierto o cerrado de las fronteras contemporáneas, señala Hey- man. Y lo explica a partir del funcionamiento de los filtros regula-

20. Así por ejemplo, Gwinett (seminario de A Coruña), al considerar las fronteras en el mundo musulmán, señala como la idea europea post-medieval de estado era des- conocida para las teorías del Islam político. Las teorías otomanas del estado y de go- bierno derivaban del concepto islámico de Dios como fuente de la autoridad y de la ley, y donde el gobierno existía sólo para permitir a la comunidad de creyentes cum- plir con sus obligaciones hacia Dios. La comunidad, y no el Estado, era la base del or- den social. 44______El Río Bravo Mediterráneo

dores de la movilidad, noción que se convertirá, a mi ver, en clave de toda la obra.21 2. la que separa fronteras en función del origen étnico/nacionali- dad. Mencionando aquí el tan aludido caso de Los Ángeles, posi- cionándose como la segunda ciudad «mexicana» más grande del mundo, donde las poblaciones de origen mexicano en Estados Unidos se vinculan con una complicada variedad de identificacio- nes en términos culturales, étnicos y de ciudadanía de origen. El discurso del nacionalismo tampoco parece desaparecer en el aná- lisis de Heyman, pues el Estado soberano ocupa un lugar central defendiendo los aspectos nacionales y de seguridad en contraposi- ción con los aspectos vinculantes a las fuerzas del capitalismo neoliberal. 3. la perspectiva respecto al simbolismo de la frontera. En la línea de categorización de Mary Douglas (1966) sobre la existencia de todo tipo de «fronteras externas», desde cuerpos hasta castas. El riesgo, la impureza y la contaminación son además algunas implicaciones simbólicas del cruce fronterizo. 4. la perspectiva de culturas e identidades de la frontera a través de la relación entre poblaciones en distintos lado de la frontera El Paso- Juárez, utilizando como marco de análisis el tema identitario fron- terizo en las etnografías fronterizas de Vila (2000, 2005).

En segundo lugar, García Sánchez nos invita a una reflexión teórica sobre fronteras y umbrales de la urbanidad. El texto nos aporta una interesante forma de interrogarse sobre los fenómenos socio-espa- ciales contemporáneos ubicados en zonas en las que las fronteras y los umbrales son centrales, sobre todo abordando la definición va- riable de los lugares y su vida social, la segregación, la vulnerabili- dad, la provisionalidad y la hospitalidad a la que los límites y aper- turas territoriales dan lugar. En este capítulo apreciamos un buen grupo de términos que nos son muy útiles en la revisión terminoló- gica de este recorrido fronterizo. Tales como los que entresacamos a continuación:

21. Veremos a partir de toda la introducción como esa conexión espacio-tiempo es fundamental en el libro, a partir del capítulo de María Eugenía Hernández y las fron- teras del tiempo, o bien del de Rocío Magaña a partir de la noción de los cronotopos. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______45

Su aportación básica es la del concepto del entre-dos socio-es- pacial y temporal urbano. El entre-dos, sinónimo de la figura del en- tre-dos a escala urbana. A mi parecer éste es concebido de una forma muy amplia, como un abanico que va desde los conflictos en los um- brales hasta formas de exploración y apertura urbana. La concepción de contigüidad, la cual se entendería como víncu- lo que une en la separación en contraste con la concepción del espa- cio concebido como un empalme de intervalos conceptualizados a partir de la separación.22 El espacio intermedio denominado «mitoyen» en francés, viene a significar lo que es contiguo y está entre dos cosas, como por ejem- plo casa adosada o muro adosado. Pensamos que esta representación puede aplicarse para esos espacios in-between a los que tanto se re- fieren los estudios culturales estadounidenses a la hora de pensar la frontera. En cuanto a las ciudades-mundo, serían aquellas que presencian tanto los intercambios mercantiles vinculados a la globalización como la influencia incierta de la extranjería como forma de relación entre poblaciones urbanas. Serían aquellas en las que no cesan de afirmar- se la condición citadina sobre la base de los flujos migratorios, tecno- lógicos y simbólicos. Según el autor, esta perspectiva focaliza un án- gulo en el que las situaciones micro-sociales y donde los contextos de intermediación interesan en sí mismos y no sólo como efectos secun- darios de procesos binarios propios a la «ciudad global». La vulnerabilidad, entendida aquí dentro de la acepción de ries- go y vulnerabilidad, y no solamente, pues la idea del autor es conce- birla como una categoría pragmática —que permita medir la acción. Pues la vulnerabilidad como categoría desplegada de la (inter)acción facilita la comprensión de sujetos, objetos y relaciones caracterizados por una composición heterogénea y disimétrica.23 Por nuestra parte,

22. Tito Alegría (en el seminario de Tijuana) habla al respecto del concepto de ad- yacencia para las ciudades fronterizas de la región México-USA, un concepto que ha- bía desarrollado el autor años antes. 23. Tampoco fue ésta la primera acepción de vulnerabilidad que se presentó. Pues en el seminario de Tijuana, Bringas —con la ciudad de Tijuana en mente— nos ofre- ció un apunte más al estudio de la vulnerabilidad: «nos permite analizar las causas sociales que provocan que la población esté sujeta cada vez más a mayores riesgos, los cuales están íntimamente relacionados con las condiciones de pobreza, el creci- miento demográfico, la acelerada urbanización fuera de control, la exclusión social, 46______El Río Bravo Mediterráneo en el libro (ver próximas secciones del recorrido) utilizamos la no- ción de vulnerabilidad centrada en los grupos vulnerables situados en espacios fronterizos, que acostumbran a ser los menores y las muje- res, donde implícitamente entendemos la identificación de grupos con una ausencia de derechos. En cuanto a la idea de la extranjería y del extranjero en la ciu- dad, ésta se relaciona con la noción del extraño, el forastero; se rela- ciona con la hospitalidad, y se relaciona también con una concepción simmeliana, tal como lo hacen también Peraldi y Rahmi. Añade también el término de las gated communities, así prota- gonizamos hoy en día ciudades que se componen de enclaves de ga- ted-communities (zonas de seguridad como una medida contemporá- nea de la segregación y una forma de privatización del espacio dentro del mercado de vigilancia).24 Las gated-communities estarían en con- traposición a los «espacios sensibles» como se denominan en Francia a los barrios periféricos. Las alcabalas residenciales, a nuestro ver, harían las veces de check-point de la gated-community, como si se tratase de un puesto fronterizo. El autor aplica aquí la función de las «casetas de vigilan- cia». Estos dispositivos se instalan como barrera-balancín metálicas que atraviesan la calle de un lado al otro, manipuladas por vigilantes privados equipados frecuentemente con armas y perros, instalados en casetas ubicadas en la vía pública. Su genealogía y organización se inspira en la tradición de vigilancia y control de transeúntes ejercida mediante filtros de circulación intempestivos (en los casos intra-urba- nos) o continuos (en los extra-urbanos) por los aparatos de seguridad del Estado venezolano (policía metropolitana, policías municipales o el cuerpo paramilitar llamado «Guardia Nacional») para mantener la seguridad y el orden público. Éstos y otros muchos conceptos se vinculaban directamente a los términos conceptuales de nuestra mirada fronteriza: la noción de comunidad (diferentes de las clásicas de la comunidad étnica de Barth y de la comunidad imaginada de Anderson), la idea de filtraje la injusta distribución de la tierra, la pérdida de cobertura vegetal, el deterioro am- biental y la aplicación laxa de la reglamentación urbana, entre muchas cosas». 24. Hay incluso autores del libro que utilizan la idea de gated community para ha- blar del cierre de la Unión Europea y lo prefieren a la idea de «fortaleza Europea» (por ejemplo, Xavier Ferrer durante el seminario de A Coruña). Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______47 y de de los filtros asimétricos (que entraría en conexión también con las aportaciones de Heyman), el concepto de asimetría de poder25 inscrito en asimetrías territoriales (como hacen otros autores sobre todo en el análisis de la región Mexico-USA), el concepto de tempo- ralidad en la ciudad provisional, como útil para reflexionar sobre la situación de las personas que se ubican a la espera en las ciudades- frontera, sobre la concepción contemporánea de los países en trán- sito.26 En tercer puesto en la sección, Bejarano y Morales exponen sus argumentos en clave comparativa (México-Estados Unidos y Ma- rruecos-España) a través de lo que significa la vulnerabilidad social en las fronteras globales, especialmente al comprobar cómo como las autoras sitúan los múltiples sistemas de opresión existentes en estos lugares determinados. Este concepto se ha utilizado ya anteriormente por García, quien añadiría la acepción del riesgo en la identificación de estas poblaciones desprotegidas de los derechos humanos. Dichas autoras ubican estas fronteras en estos lugares confor- mados como puertas de paso así como lugares de obstáculos de las movilidades (por ejemplo, en relación con la militarización de la fron- tera) en la llamada nueva economía. Para ello revisan toda una serie de elementos contextuales como son las historias coloniales y neo-co- loniales, las formas de movimiento migratorio, las zonas de exporta- ción, las narrativas sobre violencia y tráfico de drogas. Dentro de es- tos elementos sitúan las experiencias de las poblaciones vulnerables, muy especialmente, las mujeres. Ubican además lo que denominan el BSC (Border Sexual Con- text) en un análisis de regiones marginales que sufren explotación económica, subyugación de lugar, y violencia sexual y de género ba- sada en la raza y la clase. El BSC se identifica en comunidades vul- nerables, las cuales también operan con unas capacidades concretas de respuesta.

25. Según los debates del seminario de Aix-en-Provence se trata de una asimetría económica que atrae a las personas —vinculada a la asimetría de poder clásica en los análisis de la región México-Estados Unidos— y de una política securitaria que cie- rra puertas. 26. Castillo (seminario de Aix-en-Provence) detalla la situación en la frontera sur de México con Guatemala, región poco conocida y relegada al tránsito desde mediados de los años ochenta. 48______El Río Bravo Mediterráneo

También Yrizar27 intenta una aproximación comparativa, en este caso en las políticas de emigración de los países-frontera (a través de sus políticas migratorias), especialmente México y detallando algunas extrapolaciones para Marruecos. Estos países-frontera, que el autor señala, se definirían a partir del control migratorio que ejercen (en la inmigración, la emigración y el tránsito), y del tipo de vinculación y dependencia directa con las políticas que dictan los países dominan- tes económicamente.

Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro- sociológicos

En esta sección se realiza un esfuerzo macro, meso y micro analítico de forma simultánea, el cual abarca las consecuencias globales en es- cenarios fronterizos. A diferencia del resto de los autores, el papel de la contribución de Mendoza es el de recordar el significado de la asimetría fronteriza desde un enfoque macro-económico. El punto de partida que fija el autor es el escenario global. Las tendencias a la globalización de las relaciones económicas y a la integración regional de las economías han permitido no sólo el incremento de los flujos financieros y co- merciales entre países, sino también del intenso cruce de fronteras por una creciente cantidad de migrantes. El estudio de los aspectos económicos de la migración en un contexto de globalización requie- re de una combinación de explicaciones para dar respuesta a la diná- mica de los flujos de personas tanto desde el punto de vista demográ- fico y social como del punto de vista económico. Los procesos de integración económica, política y social en el marco de los adelantos tecnológicos, no sólo posibilitan la existencia de la globalización eco- nómica internacional sino que incorporan a nuevas zonas al proceso migratorio. Así, el autor entresaca una de las complejidades diferenciales de la globalización, la cual parece haber impactado de diferente manera

27. Un tema que fue ya abordado en el seminario de Tijuana por Josefina Pérez, cuando presentó una comparación del papel de Marruecos y de México en la temática de desarrollo y emigración. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______49 a las relaciones económicas de los países y regiones, la cual se ha ex- presado en un proceso de integración económica contradictoria en ambas regiones: la del Mediterráneo y la del Río Bravo. El autor aúna dos variables que intentan explicar la escala re- gional: la de la integración económica y la de las migraciones. En cuanto a la integración, ésta se concibe aquí como un fenómeno eco- nómico donde los procesos económicos de dos países o regiones tien- den a seguir el mismo patrón de comportamiento. Entre los procesos disimilares que indica el autor, tenemos, entre otros, que los proce- sos de integración mediante acuerdos regionales no han contemplado el financiamiento para el desarrollo tanto para la región magrebí como sí se ha hecho para el caso de México. En cuanto al patrón migratorio, éste presenta tanto elementos comunes como particularidades especí- ficas. Entre los aspectos comunes derivados del proceso de globali- zación económica se sitúan: la migración irregular, la feminización de la migración y la migración de trabajadores poco cualificados, en- tre otros. De este modo, piensa el autor que sí existen semejanzas migra- torias (en cuanto al tipo de flujos hacia Europa y Estados Unidos, res- pecto al «descontrol» de los indocumentados), pero existen diferen- cias particulares en relación a las etapas de desarrollo económico y de integración a los centros económicos. Las tendencias a la globaliza- ción económica de las regiones, en el marco de la globalización, ha tenido un impacto decisivo en la redefinición de las características de los flujos laborales de los países receptores y expulsores de flujos mi- gratorios. Murphy también aborda los procesos de globalización, pero ahonda más en los procesos de regionalización en las regiones fron- terizas. En este sentido la articulación de NAFTA a través de funcio- nes horizontales y verticales parece ser la hipótesis principal del tra- bajo de la autora. Es también interesante como NAFTA marca también restricciones en quién, cuando y dónde se atraviesa la frontera, vin- culándose así esta observación a las de Heyman acerca del «sorting» o categorización de las poblaciones de paso. Según señala la autora, en sus vidas cotidianas, aquellos que viven y trabajan a lo largo de la frontera México-USA complementan la visión horizontal con otra de tipo más circular, a través de la vida que circula en un debatido espa- cio de «ciudad gemela». La autora aborda elementos de análisis inte- 50______El Río Bravo Mediterráneo resantes que se incluyen como fundamentales en la elaboración de una agenda binacional, tales como la inmigración, el medio ambien- te, la fuerza de trabajo y el comercio internacional que se intensifican en el lugar de un mayor contacto entre los países: la frontera. Barajas continúa el esfuerzo en describir los procesos de globa- lización económica en las regiones fronterizas supra-nacionales, pero aquí son abordados desde el prisma de las relaciones binacionales que tienen lugar entre dos países. En dichas relaciones se insertan las re- laciones empresariales e industriales. Relaciones, menciona Barajas siguiendo también a otros autores, que se establecen en una lógica de dominación que a su vez impulsa las transformaciones económicas en la región México-Estados Unidos. Un esquema de cooperación trans- fronteriza de corte medioambiental y en problemas que confrontan los gobiernos locales derivados del proceso migratorio (deportacio- nes, repatriación de enfermos, menores no acompañados, encarcela- miento de mexicanos que pierden su residencia etc.) sería el ejemplo clásico desde el punto de vista del artículo. Desde este esquema, la autora destaca como se ha podido definir una agenda de discusión, negociación y propuestas de cambio en los problemas transfronteri- zos, actuando de manera individual o colectiva. Acabamos esta sección con una visión más micro en torno al fe- nómeno de la relocalización industrial, en relación a la maquila como icono fronterizo sobre todo a partir del análisis de la identidades fe- meninas (en forma de resistencia cotidiana en el lugar de trabajo) e industria global en la frontera México-Estados Unidos propuesta por López. Su propuesta incluye un debate sobre el capitalismo fronterizo y la réplica a la visión de mujer víctima dentro de ese espacio-fronte- ra. Para ejercer la crítica a la femineidad fronteriza el autor revisa el ideal de trabajador de maquila como la antítesis de la femineidad tra- dicional mexicana, al vencer la idea de la víctima, y subraya el con- traste entre la victimización que exhiben los académicos en la fronte- ra y la auto-percepción personal de las mujeres de la maquila. La línea de producción se torna así un campo de batalla por la justifica- ción de lo que representa una buena mujer o un buen hombre, una buena madre o un buen padre. Además la participación femenina en la industria del ensamble y las tensiones que ella genera son dos fe- nómenos que se sitúan entre la tensión de lo global y lo local. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______51

Las culturas de frontera

Fotografías, pinturas, vídeos, canciones y un largo etcétera son las bases de análisis de la producción cultural de frontera que nos condu- ce hacia un polémico debate sobre si existe o no una forma cultural propia de ser, hablar, sentir, imaginar, identificarse…, en los lugares fronterizos. Humberto Félix Berumen nos recuerda que el estudio de las fronteras debe complementarse con el estudio de las formas cómo se imaginan y se simbolizan, se practican y se viven, pues las fronteras geo-políticas se trazan también desde las representaciones sociales y los símbolos que se han ido configurando a través del peso del «ima- ginario fronterizo» (lo que podría añadirse también al simbolismo que señalaba Heyman). De este modo, el texto incluye diez recorda- torios de cómo podemos captar las fronteras imaginadas, (i) las fron- teras se construyen y se imaginan, (ii) los procesos de «fronteriza- ción» componen el conjunto de las prácticas materiales, los discursos y los sentidos que dan cuerpo a la frontera como una entidad recono- cible, como proceso de alteridad radical en las diferencias culturales (frontera mexicana del norte), (iii) frontera practicada y vivida, la ex- periencia fronteriza como una realidad cotidiana, partir más de la in- teracción cotidiana (la frontera es relacional), más que de su delimi- tación territorial. (iv) las fronteras se construyen y se procesan con ayuda de distintas prácticas sociales, narrativas, creencias, estereoti- pos, metáforas, categorías conceptuales y mapas cognitivos que la proyectan dentro de las representaciones culturales. El imaginario fronterizo es parte activa de la «fronterización», (v) uso de gran can- tidad discursos de diversa naturaleza. Y sigue después el autor abordando las fronteras literarias, (vi) la repetida ficción de la frontera México-USA, distinguiendo la fic- ción desde dentro y desde fuera. La frontera heterotópica (normal- mente representada como lugar de paso o límite político, percibida desde el centro, y no desde la frontera (indicando si se observa desde donde fuera o desde la frontera siendo donde uno vive). Usando aquí como ilustración al escritor Carlos Fuentes y el bello libro de «La frontera de cristal». De ahí desarrolla el autor lo que indica «el dis- curso centralista» que sólo ve en las fronteras lugares de tránsito, una especie de no-lugar, y una división entre naciones. Son casos en los 52______El Río Bravo Mediterráneo que la frontera aparece como una frontera conceptual más que como un espacio social vivo, domina pues la visión heterotópica sobre la visión tópica. Continúa el autor con las visiones contrapuestas (vii) para los no fronterizos la frontera como problema: la cicatriz que no acaba de cicatrizar, en la versión de Anzaldúa, el enigma por explicar de Carlos Fuentes; para los fronterizos como vivencia experimentada y proyecto de vida. (viii) sobre la disputa a la naturaleza y la forma de representación del imaginario social más amplio, (ix) corridos del narcotráfico, y (x) la frontera de los migrantes: las aventuras de Uli- ses. Si el autor anterior nos ofrecía una panorámica sobre la dimen- sión cultural de los estudios de la frontera Georgieff se desplaza has- ta el corazón de Tijuana para hablarnos de un caso concreto sobre identidades fronterizas: un proyecto artístico llevado a cabo en una colonia —la Colonia Federal— de la ciudad adyacente a la línea fron- teriza. Así muestra la existencia de múltiples grados de la alteridad clásica: fronterizo-vecino fronterizo, frontera desde el centro-desde la frontera, etc. A partir de una ilustración de crónica antropológica, la autora se embarca en análisis discursivo de «los de la vieja Tijuana», el discur- so oculto detrás del discurso dominante postmoderno en este lado de la frontera. Un análisis del discurso que contradice muchas visiones académicas de la frontera, supuesta tierra de «pochos», «resistentes», o «híbridos», poblando un «laboratorio de globalización en marcha». Dentro de su estudio destaca también la incapacidad de crear un léxi- co común para estudiar las problemáticas fronterizas en términos ge- nerales. Según la autora, además, no sólo nos toca entender qué es lo común, qué problemáticas comparten esos territorios distantes de mi- les de kilómetros, sino también qué es lo que no comparten entre ellas pero sí con sus «centros» o territorios periféricos sin ser fronteras na- cionales. Una vez entendido eso, nos toca encontrar ese vocabulario en común. Ese ejercicio del comparatismo es uno de los más difíciles y sin duda el más necesario para entender nuestro presente. En tercer lugar llegamos hasta el capítulo de Suzanne, desde la perspectiva del «arte fronterizo», que en realidad casi ninguna de las contribuciones del libro abordan. Es capaz además de situar el mun- do de la industria cultural en un medio fronterizo y transnacional en conexión con el ámbito de las migraciones contemporáneas. Sin em- Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______53 bargo, dicho reto tiene también sus limitaciones, pues el arte fronteri- zo todavía da muestra de dificultades de definición estética —como bien señala el autor— y si en alguna ocasión así se ha definido ha sido sobre todo en la región fronteriza México-Estados Unidos. Es con el objetivo de conjugar el mundo artístico con el de las movilida- des contemporáneas que Suzanne identifica un camino de investiga- ción, un camino que se abre a partir de la descripción de unas deter- minadas formas de organización social y territorial, para poder hallar de qué modo la frontera es menos una línea de ruptura que divide a globalizadores y globalizados, que un espacio de desarrollo de fenó- menos artísticos transnacionales. Para ello utiliza como caso de aná- lisis la escena artística marroquí y sus extensiones fronterizas, en el contexto de las conexiones transfronterizas de las migraciones ma- rroquíes, en redes donde el arte conlleva una implicación económica, urbana y social. En cuarto lugar, Alarcón28 se embarca en un tema original sobre el estudio de los temas lingüísticos y fronterizos en el ámbito socio- económico de El Paso, donde intenta dar voz a las relaciones fronteri- zas desde una perspectiva poco trabajada desde la óptica de la socio- logía política del lenguaje. En dichas relaciones, los grupos establecen normas lingüísticas como cierre monopolizador en el control de los recursos. Uno de los ejemplos que nos parece a nosotros donde que- da muy bien plasmado es cuando el autor menciona que: «el proble- ma no es la desaparición de los idiomas minoritarios, sino la posición en la que quedan los miembros de cada grupo social y lingüístico frente al nuevo orden global». Además el autor también distingue en- tre las fronteras del español (hablando básicamente de algunos resul- tados cuantitativos sobre el estado del español en Estados Unidos). Este marco le lleva a hablar de una doble visión: por una parte de ca- rácter transnacional del español, y por el otro, del español de la fron- tera, o quizás podría decirse también el español en la frontera. Esta segunda visión correspondería con una forma más transfronteriza, marcada por la historia y la cultura fronteriza.

28. Autor que ha trabajado durante años sobre la conexión entre lengua, mercado y migraciones en el marco catalán, y que ahora hace extensibles sus análisis al área me- tropolitana de El Paso. 54______El Río Bravo Mediterráneo

La pervivencia colonial29

No podríamos pasar por alto el legado colonial ni el impacto que tie- nen hoy en día los estudios coloniales y postcoloniales en la explora- ción de la frontera. La denuncia misma a la frontera colonial puede analizarse como un objeto histórico de estudio. No contamos aquí con un contenido a fondo que repase esta memoria histórica de la fronte- ra, la cual nos ayude a comprender en su totalidad el bagaje colonial y postcolonial, sobre todo aludiendo a esa antigua cartografía opera- da «con tiralíneas» por los poderes imperiales, pero con los que las poblaciones afectadas no se han identificado tan fácilmente. El reco- rrido de esta sección nos conduce desde el Estrecho de Gibraltar has- ta Estambul, bajando luego hasta Siria y Palestina. En Oriente Medio, los países se cortaron y recortaron desde el desmembramiento del im- perio otomano. En el Estrecho de Gibraltar, las antiguas plazas han ido creando fronteras que hoy se piensan de forma un tanto anacróni- ca. Este Estrecho que sigue siendo una zona estratégica conformada geo-políticamente desde tiempos remotos es hoy todavía uno de los lugares con mayor tránsito del mundo marítimo. En nuestro caso, ha coincidido que los tres autores incluidos en esta sección presenten investigaciones realizadas en el Mediterráneo, pero eso no significa que no se haya tratado en las bibliografías ni en los seminarios organizados el peso de la construcción histórica de la frontera México-Estados Unidos (quizá la única autora que haga una alusión directa es el caso de Hernández en la sección de «la vulnera- bilidad en el cruce»). Sin embargo, a pesar de que no haya sido ob- servada detenidamente en esta obra, no debemos olvidar la existencia de una amplia bibliografía sobre el impacto del Tratado de Guadalu- pe Hidalgo del 1848 por el que se estableció la frontera actual entre México y los Estados Unidos. Por su calidad de historiadora, es precisamente la primera autora de esta sección quien aborda más directamente el tema de la perviven-

29. Los participantes del seminario de Tánger concedieron a los aspectos históricos un lugar central. Éstos comenzaron el programa haciendo referencia a un largo período histórico para hablar de las fronteras contemporáneas. Subrayamos las llamados «fron- teras del tiempo», aquellas que nos marcan que a veces las novedades se encuentran en el pasado. Asimismo se abrieron preguntas que no pudieron cerrarse tales como: ¿qué era la frontera antes del Estado-Nación?, ¿cuál es el concepto árabe de frontera? Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______55 cia colonial en la frontera. En el texto de De Madariaga encontramos la primera referencia a una visión de las fronteras como divisiones ci- vilizaciones, «entre civilización y barbarie» que imperaron durante tiempo en la mentalidad hispana. La autora realiza una reconstrucción de las fronteras geopolíticas y las relaciones transfronterizas en el caso de España y Marruecos,30 donde abarca el tema de las posesiones españolas del Rif marroquí a partir del siglo XVIII, remontándose a la historia de la ocupación española del siglo XV y de los enclaves en Marruecos, considerándose ésta como una continuación de la Recon- quista del otro lado del Estrecho (desplazando la frontera entre el Dar el Harb y el Dar el Islam, que se dividía en el derecho clásico musul- mán). Se detiene especialmente en el caso de los enclaves, como ocu- paciones seculares que se reivindicarían desde principios del siglo XX como argumento para reivindicar los «derechos históricos» de Espa- ña en el Imperio jerifiano. Este trabajo nos brinda una contextualización histórica particu- lar a partir de dos ejes: 1) la cuestión de las fronteras en los tratados a partir del siglo XVIII, 2) la revisión de las relaciones transfronterizas en base a enfrentamientos e intercambios. En concreto, recalca la im- portancia del establecimiento de una aduana en el 1866, conllevando un aumento de las relaciones comerciales entre la reina de España y el rey de Marruecos, de las que nos informa la autora, las cuales nos in- dican de una connotación muy actual sobre las relaciones económicas en los enclaves, y que se apuntan también seguidamente el capítulo de Mimoun Aziza. El texto expone un marco histórico que refleja una gran actualidad, en cierto sentido, aunque con muchas limitaciones acerca de la permeabilidad de las fronteras en los trasvases de pobla- ción en las proximidades de los enclaves. Resaltando además cómo las guarniciones de las plazas españolas y las poblaciones de las ca- bilas aledañas se fueron creando con el tiempo vínculos e intereses. La autora acaba esta reflexión histórica con la importancia de las fron- teras en las regiones de estudio a través de dos frases: No se pueden poner puertas al campo. Ni remar en contra del curso de la historia.

30. En el seminario de Tánger, Idir Amar nos ofreció una lúcida explicación de cómo debemos entender hoy en día las fronteras de Marruecos en el marco histórico, geográfico, así como en la complejidad de las relaciones contemporáneas con todos sus vecinos. 56______El Río Bravo Mediterráneo

A continuación Aziza, incide también en ubicación de la fronte- ra desde el mapa del Mediterráneo Occidental, analizando como du- rante el período del XV al XIX, la ideología estática, tanto en España como en Marruecos reproducía una percepción de la frontera como si fuese una línea divisoria entre la civilización y la barbarie, una barre- ra entre dos espacios de soberanía política y religiosa, además nos in- dican como ciertos analistas piensan el Mediterráneo como la frontera natural31 entre Europa y África. Igualmente, las fronteras, han jugado también el rol de bases militares para la ocupación del norte marroquí por parte de la armada española. Desde tiempo inmemorable, éstas han sido también sólidos polos de atracción comercial. Así el autor, se aproxima a un caso concreto y significativo, el de Melilla con una es- fera de influencia que llega hasta el oranesado argelino. En este contexto fronterizo de Melilla-Nador, subraya los im- pactos macro-políticos y locales al unísono. Respecto a los macro- políticos, sitúa la adhesión de España a la UE en 1986 y en 1999 al espacio Schengen. Para Aziza, ambos condicionantes, han trastocado completamente las relaciones fronterizas. En cuanto a los aspectos locales, asegura como los acontecimientos locales pueden influir so- bre la permeabilidad de las fronteras, haciendo que el paso se agilice o ralentice a expensas de las relaciones políticas que se den a escala local. Retomando esta perspectiva histórica hasta el Mediterráneo oriental era imprescindible no pasar por alto el caso de Palestina, y para ello el lector puede revisar un caso muy interesante y poco estu- diado como es el de la frontera siria32 y los refugiados palestinos. La política colonialista durante el siglo pasado ideó la segmentación de la «Siria Histórica» en diferentes países controlados por las potencias coloniales de Francia e Inglaterra. Esta última puso la semilla para que otro tipo de colonización naciera de la mano del sionismo, con la creación del estado de Israel en tierras palestinas. Gijón parte de una

31. Fronteras naturales marcadas por mares, ríos, montañas y desiertos. El Medite- rráneo, El Río Bravo, Los Alpes, los Pirineos, El Sahara, el desierto en Oriente Pró- ximo o en la frontera México-USA. Son todos lugares que han sido sometidos a un anclaje territorial para definir las fronteras políticas del Estado-Nación. 32. En los seminarios también se exploró el contexto de Siria, por ejemplo por Safi Fadel (en el contexto histórico, seminario de Tánger) y por Ribas Mateos (en el con- texto de las movilidades contemporáneas, seminario de A Coruña). Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______57 perspectiva histórica para abordar la situación del pueblo que ha su- frido más fuertemente la imposición de fronteras geo-políticas en el Mediterráneo Occidental. Además de su condición histórica se desta- ca también la envergadura de la noción de diáspora para el caso pales- tino. En este sentido la autora aporta unos ordenados apuntes acerca de la evolución de los palestinos en Siria dividiéndolo en dos partes. Al principio, sobre la noción de frontera, en cuanto a una perspectiva histórica del territorio (en una perspectiva del antes y del después), pasando después por la transformación en el tiempo, a partir de la mi- gración forzosa de los refugiados palestinos a la luz del caso de Siria y la noción de frontera en la actualidad. Siguiendo el itinerario fronterizo a través del Mediterráneo Oriental era primordial considerar uno de los tantos impactos que tu- vieron las fronteras en la disolución del imperio otomano. Así Sümer se ciñe al intercambio de población entre Turquía y Grecia entre 1923 y 1925. Estos intercambios afectaron a medio millón de cristianos or- todoxos de Turquía y medio millón de turcos de Grecia. Comparte con los otros trabajos una perspectiva de desarrollo histórico, pues revisa cómo en los dos últimos siglos, los movimientos de población hacia el Este del Mediterráneo son consistentes con el desarrollo de las políti- cas de vigilancia tecnológica, dominación y de colonización. Los mo- vimientos de población de estos dos últimos siglos serían bases sobre las que se sostienen las sociedades contemporáneas. Para ello el autor problematiza sobre cómo algunas poblaciones deben ser movilizadas mientras pierden su mundo de referencia. El argumento que sostiene el caso según el autor es el del «derecho a tener derecho» como el principio básico de la ciudadanía cosmopolita. Según dicho autor, para entender las fronteras contemporáneas entre Grecia y Turquía, el conflicto en Chipre, la cuestión kurda, la inmigración forzosa de los kurdos en Turquía, debe revisarse el fenómeno de los intercambios poblacionales y bajo qué condiciones se realizaron. El autor hace también hincapié en los aspectos de importancia colonial y neo-colo- nial, por ejemplo cuando subraya cómo las políticas imperiales del Im- perio británico sirvieron para la creación de una identificación religio- sa33 entre los estados naciones modernos. Aparte de que se considere

33. En otra ocasión también se puso en relieve la importancia de la religión en los espacios fronterizos. Fue en concreto en el seminario de Aix-en-Provence, a partir de 58______El Río Bravo Mediterráneo el Mediterráneo como un crisol de civilizaciones, también nos perca- tamos en textos como el de Sümer, de la importancia de la adscripción religiosa en el Mediterráneo como nexo comunitario y de otredad.

Las políticas de la frontera

Las políticas de frontera pueden abarcarse desde una multiplicidad de enfoques, teniendo normalmente como escenario de las políticas europeas en ajuste con las nacionales desde el Mediterráneo. En cuanto a la región México-Estados Unidos, els escenario son las po- líticas de dominación de Estados Unidos, la política nacional y regio- nal mexicana y los proyectos bi-nacionales. Sin embargo, en esta sec- ción más que realizar un estudio analítico de dichos escenarios desde el contexto clásico de la ciencia política, lo abordaremos desde el análisis del discurso político y desde el enfoque de la geografía polí- tica. Se repite también en esta sección el predominio de textos en tor- no al área Mediterránea. La apertura a esta sección se inicia con un análisis sobre el dis- curso político parlamentario en España en relación al control fronte- rizo efectuado en los últimos nueve años. La autora muestra muy cla- ramente como en España, la construcción de un discurso político (discourse-building) sobre inmigración es un proceso incipiente en que priman los argumentos defensivos, es decir, aquellos que perci- ben la inmigración como problema a resolver o como realidad ante la cual se debe actuar. En general, el discurso del control de fronteras ha estado vinculado a las decisiones de la Unión Europea y ha buscado la vía diplomática de la cooperación al desarrollo para vincular a los países emisores y de tránsito de las migraciones clandestinas. Pero también posteriormente se puede ver una dialéctica de confrontación con los países emisores frente a la incentivación diplomática en los procesos de control de fronteras. la presentación de Odgers. La construcción de un espacio de circulación marca la vida de todos los habitantes fronterizos de manera distinta. La frontera les separa pero tam- bién los relaciona. Es a partir de esta lectura que la autora centra el fenómeno religio- so en la zona fronteriza México-Estados Unidos. En el caso de la frontera norte de México el particularismo sería un espacio católico menos importante que en el centro del país, añadiendo además que es un espacio muy heterogéneo. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______59

A diferencia del resto de los autores, el trabajo sobre la frontera de Ceuta-Fnideq (Castillejos) de Ferrer sí se inscribe en una escala geo-política contemporánea. El autor apunta a la coincidencia entre la frontera nacional clásica interestatal con un segmento del perímetro de la UE: un contenedor territorial de carácter post-nacional. Así el autor escoge de una forma muy interesante la superposición de líneas territoriales para reflexionar sobre los elementos comunes entre el paisaje fronterizo colonial y el postcolonial. Más detalladamente mos- trando las similitudes entre (i) el lebensraum (nacional) español en el norte de África en el contexto colonial y el (ii) espacio político-eco- nómico euro-Mediterráneo impulsado por la UE (proceso de Barce- lona, Política Europea de Vecindad). El autor agrega después en su conclusión como ese perímetro Ceuta-Fnideq ejemplifica muy ade- cuadamente todas estas contradicciones y los reajustes que simboliza dicho ese espacio respecto también a las fuertes transformaciones que está experimentado la península tingitana. Un buen número de ele- mentos que desarrolla apuntan a los procesos de refronterización geo- política, funcional y simbólica (choques culturales e identitarios etc.) para abarcar finalmente el comercio fronterizo. En sus páginas desta- ca este ejemplo a partir de un original enfoque de continuidades (in- tegración, conexión y acercamiento fronterizo, mercado laboral y un espacio social transfronterizo), y discontinuidades que acontecen en un escenario fronterizo. En tercer lugar, el texto de Sintes aporta una rica aportación de información y conocimientos de primera mano de un tema descono- cido para el público fuera de Grecia. Supone también una contribución clave para un aporte que no está realmente correctamente integrado en el libro: la frontera del mediterráneo oriental que se suma al com- plejo puzzle de situaciones parejas, Canarias, el Estrecho de Gibral- tar. El autor sitúa el tema en la frontera del mar Egeo a partir del dis- curso de la «urgencia» (sobre todo durante el verano de 2009) en relación a la migración clandestina, retratando la situación de estos casos de países que se encuentran en «primera línea», como Francia e Italia ante la migración clandestina. Nos describe unas políticas de emergencia en la inmigración que nos recuerdan los estudios sobre las políticas de emergencia en la inmigración en la Italia de los años 90. 60______El Río Bravo Mediterráneo

Los Çmuros de papelÈ

Utilizamos aquí la expresión de «muros de papel», la cual retomamos del capítulo de Swanie Potot. Esta autora alude a la situación de aque- llas personas extranjeras que viven la frontera más allá de su delimita- ción física, en relación a la situación de los «sans-papiers» y de ahí la ocurrencia de muros de papel, expresando la idea de unos muros que se encuentran en el interior del país y que dependen de la existencia o no de una documentación en regla. En este caso, Potot destaca como el control externo no es siempre el control único que es ejercido, sino como en el caso de los «sans papiers» en Francia, el control que se ejerce no se intenta evitar desde los límites que impone el Estado-Na- ción, sino desde dentro, en relación con el mercado de trabajo o en re- lación con la residencia. La autora distingue aquí la característica de los «sans-papiers» en Francia o los llamados irregulares en otros paí- ses, por el hecho de no poseer un permiso de residencia en el país. Este trabajo nos recuerda que ya hace casi 15 años que en Europa se empe- zaron a realizar este tipo de estudios en el ámbito de la irregularidad, de cómo ésta conllevaba a una criminalización de las personas. La autora señala como los «sans-papiers» se hayan confrontados a una administración kafkiana así como a los múltiples controles de policía. Potot toma en consideración una perspectiva del sujeto, donde las condiciones contextuales son interpretadas por los sujetos mismos —los jornaleros agrícolas— los cuales orientan sus prácticas caras al empleo y a los empleadores. La autora llega a establecer un perfil de estos jornaleros irregulares —los cuales se topan con unas condicio- nes de trabajo —horarios, descansos etc.— abismales respecto a los jornales regulares. Proceden mayoritariamente de los medios popula- res, sobre todo de zonas rurales del noroeste de Túnez. Curiosamen- te, ninguna de las personas entró en el país de manera clandestina. Cuando el permiso de residencia (titre de séjour) llega a su fin en vin- culación con el contrato de trabajo se encuentran automáticamente como irregulares en suelo francés. Como cabezas de familia (de pa- dres e hijos en origen), tienen una gran responsabilidad como mante- nedores y evitan pues volver a regresar al origen (tanto por la manu- tención como por la pérdida de status adquirido en la emigración). Esto es válido para tunecinos y marroquíes sobre todo, en cambio, en el caso de los polacos volvían a sus lugares de destino, y gracias a la Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______61 circulación europea, volvían de nuevo al país. Esta aplicación prácti- ca de las diferencias entre unas poblaciones y otras es lo que constru- ye la autora como el muro de los papeles, «le mur de papiers». A nuestro ver, una de las contribuciones fundamentales de este trabajo respecto al marco del libro, es la denominación «del muro de los papeles» y las consecuencias de la construcción de dicho muro en las formas de exclusión de las sociedades europeas del norte del me- diterráneo. También se inserta en una línea de trabajos que de un modo u otro intentan valorar como se ubica el nuevo rol del Estado en un contexto global. De este modo, el rol de Estado como controlador de los flujos de inmigración no queda relegado hacia el ámbito exte- rior, hacia fuera, sino que se repliega sobre un control interior: «il ap- paraît clairement que ces migrants ne sont pas invisibles aux yeux de l’Etat. Plutôt que celui-ci les garde sous contrôle, dans une situation inconfortable, qu’il ne cherche pas à tout prix à éviter». Además aporta al libro la descripción del rol que juegan estos actores sociales, como mano de obra altamente flexible, en un contexto post-fordista:

confrontés à une réalité quotidienne difficile, où les tours chômés sont nombreux et où les salaires sont maigres, ces derniers ne se conçoivent pas, en effet, comme les maillons indispensables d’une chaîne de pro- duction. Bien au contraire, ils ont l’impression, lorsqu’un employeur —souvent agriculteur, parfois maçon— les embauche, qu’ils s’agit d’une condescendance à leur égard […] ils considèrent que l’emplo- yeur prend de gros risques dans le seul but de témoigner une certaine compassion envers des personnes dans le besoin. La recherche menée a permis de conclure que ce risque était quasi-nul dans l’agriculture.

Una ilustración en forma de investigación sociológica que va más allá del escenario de la frontera física es también el estudio de Oso sobre la frontera de Barajas en Madrid, donde integra el tema de las estra- tegias migratorias de las mujeres latinoamericanas. En ésta frontera reconstruye la totalidad del proyecto migratorio, desde la estrategia migratoria hasta cómo conseguir reunir el monto del dinero para el via- je, en segundo lugar, en cómo esquivar el control de fronteras y los im- pedimentos de entrada, y en tercer lugar, en cómo se establecen los contactos con el país de recepción. También detalla la autora los dife- rentes tipos de migración espontánea, o fundamentalmente apoyada por las redes familiares y comunitarias, y las diversas modalidades de 62______El Río Bravo Mediterráneo tráfico más organizado, o aquel que, con fines exclusivamente lucrati- vos, recubre buena parte de las fases seleccionadas (reclutamiento, fi- nanciación, organización del viaje e inserción inicial). El proyecto puede ser de tres tipos, autónomo (el monto de dinero se reúne por la propia migrante), el que cuenta con el respaldo económico familiar y de amistades, y el tercero, el que cuenta con los migrantes en España.

Tránsito y circularidad

En esta sección las tres aportaciones giran básicamente alrededor de la realidad marroquí y del cambio en la forma de ver las migraciones. Los trabajos de Peraldi han supuesto en los últimos años una ruptura en relación a los análisis clásicos de las migraciones.34 En este caso el propósito de Peraldi y Rahmi es ir más allá de una visión victimista de las migraciones, cuando se ejemplifica a partir del análisis del dis- curso acerca de las pateras (incluso podríamos incluir aquí todo el tema del discurso sobre los harragas),35 utilizando las dicotomías so-

34. Esta figura del clandestino como el anti-héroe ya estaba trazada anteriormente en los estudios de Peraldi del seminario de Aix-en-Provence. Los flujos migratorios se distinguirían de la era fordista según la combinación de cuatro características esenciales que señala así este sociólogo-antropológo en dicho seminario: «1) Ils s’appuient sur la force sédentaire des anciennes migrations et les niches de légiti- mité qu’elles ont su composer dans les sociétés d’accueil, de sorte que le voyage mi- grant n’est plus comme il l’était un saut vers l’inconnu mais un parcours de “proche en proche” entre différents établissements diaporiques. 2) C’est le statut d’entrepre- neur qui domine les carrières et les oriente. Même s’il n’est pas forcément réalisé et emprunte des chemins de traverse, il est le modèle de référence qui a détrôné celui du salarié dans les rêves de la plupart des aspirants à la mobilité. 3) En partie à cause des législations occidentales très restrictives, en partie parce que la migration devient de plus en plus une quête personnelle et un désir d’être, elle n’est plus un basculement durable mais un moment dans un cycle plutôt marqué par la pendularité et l’itiné- rance, cycle qui alterne des séjours plus ou moins long en terres de migration et des retours plus ou moins longs eux aussi en terres d’origine. 4) Parcours migrants et activités commerciales se combinent enfin et il est peu de “migrants” qui ne soient impliqués à une place ou à une autre, sur un mode ou sur un autre dans des disposi- tifs commerciaux transnationaux qui branchent les nord producteurs aux sud con- sommateurs». 35. En los últimos años podemos dar cuenta de una gran producción acerca de esta figura casi icónica del harraga (el «quemador», de fronteras en este caso; una expre- sión del árabe dialectal magrebí). Como también lo hace Sempere («Los harraga en- tre Argelia y la Península Ibérica», II encuentro del fro de investigadores sobre el Mun- do Árabe Musulmán, FIMAM, Universitat Autònoma de Barcelona, 28-29/1/2010). Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______63 bre la visión del clandestino como el anti-héroe o como héroe aven- turero, optando por un enfoque transnacional de las migraciones ma- rroquíes a través de las fronteras mediterráneas. Así dichos autores nos ofrecen una serie de pistas para toda una serie de retos teóricos al respecto. Nos referimos concretamente a cuando los autores aluden a: una «pérdida de sentido» (de significa- do y consecuencias para las sociedades, en la línea de Bauman),36 for- mulando una hipótesis de esa contemporaneidad precisamente en la falta de sentido de las migraciones poniendo como botón de muestra los cambios en la migración marroquí. Es novedoso también por el he- cho de llegar a detallar esos elementos de la emigración como expe- riencia social plena, como una «condición» en el sentido simmeliano del término, tanto inscrita en los enclaves de ausencia de derechos de los países de acogida, como en los espacios de extraterritorialidad, en las sociedades de partida. Y van más allá, pues según los autores, des- cribir la migración es, fundamentalmente identificar los espacios- tiempo «transnacionales». Es decir, lugares improbables que la glo- balización inserta como si de aporías se tratara, ubicadas en el interior de las soberanías nacionales debilitadas. A la luz de este tipo de argumentación vinculado a un intento de superar las migraciones clásicas y haciendo parte de aquellos análisis que van más allá del análisis fordista de las migraciones —apuntando a formas de circularidad,37 prácticas transnacionales, etc. Sempere se

Sempere parangona el «harraga» con el jóven magrebí ansioso por marcharse en bús- queda de un proyecto de vida inmediato. Sin embargo, dicho proyecto migratorio acaba por difuminarse con los chicos llegan a las costas españolas. Normalmente, son detenidos en tierra, pues es una operación más sencilla que en alta mar. Muchos de ellos no consiguen ser repatriados debido a diversas causas: los CIES están llenos, han pagado un tanto de dinero a la policía o al cónsul etc. Por eso, Sempere cree que el análisis de los itinerarios de los «harraga» pone en evidencia que las políticas mi- gratorias no son reales y que son en definitiva, ineficientes con sus propósitos. 36. En el contexto de las características de contingencia, ambivalencia y riesgo aso- ciadas a las sociedades postmodernas. Tanto la meta-historia como las narrativas in- dividuales y colectivas están afectadas por una decadencia o crisis de valores, en de- finitiva, por una pérdida de referentes de sentido. 37. Han sido varios los participantes a los seminarios que hicieron eco de esta cir- cularidad con investigaciones concretas. Así, Arab hace referencia-en el seminario de Aix-en-Provence a las migraciones de marroquíes que circulan entre Marruecos y Europa (con el ejemplo de los Aït Ayad), circulaciones que son posibles gracias a una red migratoria que se remonta a los años 60. Red modificada y alterada hoy creando nuevos espacios migratorios, funcionando también gracias a los cambios geo-estraté- gicos de los países del sur del Mediterráneo. 64______El Río Bravo Mediterráneo adentra en un caso práctico de la circularidad. El interés de este capí- tulo radica especialmente en su inscripción en una escala circulatoria, que pocos autores han trabajado directamente en el libro. Un buen nú- mero de elementos que desarrolla en su interior son de relevante inte- rés, sobre todo consigue mostrar una mirada explicativa y descriptiva de lo que supone la operación paso del estrecho. En tercer lugar, Afailal traza detalladamente la visión de los es- calafones globales en una región fronteriza y montañosa del norte de Marruecos, Yebala. En concreto revisa la cuestión de las remesas y su impacto en el hogar y en el desarrollo comunitario en las zonas rura- les a través del análisis de los patrones en el envío y en la gestión de las remesas y su uso, así como en el status económico de la mujer. Evidentemente, sólo se valoran los cambios cuando hay una mutación a largo plazo y el cambio es en principio perceptible en origen res- pecto a resolver las necesidades básicas y elevar el status social de las familias. En este artículo hemos podido comprender el rol que juegan las mujeres que permanecen en el campo. En las zona de la región de Yebala, las campesinas asumen toda las responsabilidades domésticas y exteriores durante todo el año. En el caso de las esposas que per- manecen en el campo, estas responsabilidades se multiplican. Los hombres y jóvenes vienen y van a Europa según el ritmo de ofertas de trabajo. Las remesas recibidas por esas mujeres, que generalmente acostumbran a ser individuales, suelen emplearse para satisfacer las necesidades inmediatas.

La vulnerabilidad en el cruce

En primer lugar, se observa a los menores o bien la condición de me- nor como puntal fronterizo de la desprotección de sus derechos, pa- sando por las discusiones acerca del concepto de niñez y de las for- mas de atención a la infancia, así como desde la introducción de la comprensión del fenómeno familiar que hay detrás de cada caso. Son dos los capítulos que giran sobre esta temática, metaforizando las fronteras como «cicatrices planetarias» que colisionan con los dere- chos de los niños, en el primer caso desde una perspectiva temporal y desde el segundo caso desde una perspectiva de aproximación com- parativa entre las dos regiones. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______65

Hernández aborda el tema desde las fronteras del tiempo en la región fronteriza de Ciudad Juárez-El Paso, pues se sitúa en una es- cala temporal, de perspectiva histórica, en la que se exploran los años veinte en la frontera de México y Estados Unidos; ya que durante esta época la Revolución Mexicana provocó la migración de menores por orfandad o en busca de una nueva integración familiar. Viajar en el tiempo permite a la autora discernir la institucionalización de la mi- gración para reproducir asimetrías entre países. Dicha perspectiva histórica nos facilita una visión contrastada en las detenciones de me- nores en frontera durante dos épocas distintas, que se caracterizan por sus elementos comunes y elementos divergentes: «si en aquel enton- ces la deportación era una pregunta por responder, en el presente es la consecuencia, el castigo». Formas rutinizadas que coinciden, pero formas de castigo que difieren: la deportación es el acto que divide fa- milias, si en los años veinte sólo intervenía una institución, en el pre- sente se transita por siete en un período de 48 horas. Y en este trans- curso se pasa de un país a otro, de formas registradas en una lengua y en otra, y en definitiva de nociones culturales bien diferenciadas sobre lo qué es un niño, sobre lo que es la infancia y sobre lo que es la ado- lescencia. La observación de los centros donde se albergan los jóvenes asoman notas muy interesantes y parecidas a lo que significan hoy en día las fronteras, como cuando la autora distingue los espacios insti- tucionalizados donde se manifiesta una finalidad de su estancia, son lugares de un momento, que no se entienden en sí mismos, sino en el conjunto del recorrido de los menores por todas las instituciones, en donde se cambia de sitio, pero el evento de la deportación sigue su curso. Si en este capítulo y en esa zona del mundo se incide sobre los condicionantes históricos, en el caso del capítulo de Jiménez y Vac- chiano se pone el acento sobre la novedad del fenómeno en las últimas décadas: los menores migrantes como nuevos sujetos migratorios, to- mando como marco las migraciones en el Mediterráneo Occidental y el tipo de migraciones autónomas de dichos menores, mientras que tradicionalmente se había analizado la migración de los menores en función de sus familias. El reto de entenderlos como nuevos sujetos migratorios englo- ba, según los autores, una serie de esfuerzos que se enumeran a con- 66______El Río Bravo Mediterráneo tinuación: comprender su autonomía, su papel en la toma de decisio- nes, en la gestación de su proyecto migratorio y en las vinculaciones que estos procesos tienen con sus familias. Conlleva además reparar en su particular papel en las redes de iguales, donde podemos valorar las estrategias que ponen en marcha y en reparar cómo la movilidad basada en dichas redes de iguales provoca frecuentemente formas de maltrato pero al mismo tiempo formas de agencia. Este trabajo con- templa múltiples elementos sobre la condición de los menores. Com- prender su doble condición de protección y control. Comprender la forma transnacional de dichas perspectivas que combinan lugares y procesos migratorios. Y finalmente, comprender procesos desde una visión científica pero también desde el activismo pro-derechos hu- manos de los menores. Sin embargo, no toda la vulnerabilidad del cruce se rige en fun- ción de la edad, sino también en función del género, como lo ejem- plifica Kastner, a partir de esta forma de «vivir con la frontera a cues- tas» en el caso de las migrantes nigerianas que pretenden cruzar el Estrecho de Gibraltar desde Marruecos. La vulnerabilidad en el cru- ce puede realmente tratarse desde ángulos muy diversos y en el caso de Kastner lo hace desde la bio-política y desde el impacto en los re- gistros lingüísticos en situaciones de frontera cerrada. El marco de este análisis es el paso del tiempo y la cerrazón fronteriza en la per- cepción de las mujeres nigerianas que se encuentran a la espera. En esta forma de vivir la espera, las mujeres crean un vocabulario espe- cífico que refleja las condiciones de la clandestinidad, la transición, la esperanza, experiencia vivida sobre todo a partir de la orilla sur del Estrecho de Gibraltar. La autora pone un énfasis particular sobre el hecho en cómo en condiciones límites el cuerpo es un medio, el úni- co capital disponible, y en la forma en cómo estas personas llegan a vivir en sus propios cuerpos el cierre de las políticas europeas. Según los detalles etnográficos de la autora, una vez las perte- nencias son robadas, cazadas y deportadas por las fuerzas de seguri- dad, les queda el cuerpo; el cuerpo como único (re)medio. La reduc- ción al propio cuerpo deja experimentar los propios límites, que, a menudo, tienen que ser superados para seguir adelante. A veces, sólo resta la vida desnuda, como lo denota Giorgio Agamben (2004) en Homo Sacer, haciendo alusión tanto a las víctimas del holocausto como a los refugiados contemporáneos (citados por la autora). El Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______67 cuerpo es al unísono, medio y objeto, objeto de violencia. Esta cen- tralidad del cuerpo en el espacio fronterizo, será abordada también después por Magaña, cuando expone cómo la búsqueda del cuerpo migrante refuerza y hace visible el desierto como frontera y espacio de exclusión. Las prácticas de conteo, localización y categorización de cuerpos así como la repatriación de éstos visibilizan el espacio es- cogido por la autora en la relación existente entre: espacio fronterizo, estado, sujetos y cuerpos. A fin de cuentas, señala Magaña, como su- giere el crítico Paulo Virilio (1989), el campo de batalla es, antes que nada, un campo de percepción, entonces el controlar las condiciones en que desaparecen migrantes y aparecen sus cuerpos es el terreno en el cual se pelea la guerra de las fronteras sobre autoridad y derecho, vida y abandono.

Muerte en la frontera

La mercantilización de las personas así como la construcción de cuer- pos explotables y desaparecidos ha servido como emplazamiento es- tratégico para el análisis de las regiones fronterizas. De igual forma lo podemos constatar a través de los casos de las mujeres muertas en Ciudad Juárez (los conocidos feminicidios, véase más en detalle en el capítulo anterior de Bejarano y Morales), los cuerpos desparecidos en el desierto de Arizona, y en general a través de la ausencia de dere- chos humanos para los que cruzan frontera así como para muchas co- munidades que viven las movilidades desde una óptica transnacional. En estas regiones el desequilibrio social central pase seguramente por la movilidad, distinguiendo a las personas que no gozan del privile- gio de poderse mover libremente y las que sí lo gozan (como lo seña- laron también de diversas maneras gran parte de los autores). Alonso Meneses considera las dos regiones objeto de estudio del libro, que son según el autor, donde mayor número de muertes de migrantes indocumentados se registra en todo el mundo durante el cruce clandestino de una frontera.38 La principal diferencia existente

38. Véase al respecto el blog de Fortress Europe del periodista Gabrielle del Gran- de. Este blog es un observatorio on-line de las víctimas de la migración en el Medite- rráneo. 68______El Río Bravo Mediterráneo entre las dos regiones, según Alonso, es que las fronteras del sur de España son mayormente marítimas y la frontera entre México y Esta- dos Unidos es la mitad terrestre y la mitad fluvial. Otra diferencia fundamental es la antigüedad de las migraciones, puesto que la mi- gración México-Estados Unidos data de más de 100 años y que se ini- ció probablemente al día siguiente de trazarse la frontera. El interés de este capítulo radica especialmente en su inscripción en una escala comparativa, que cuál más cuál menos de los autores ha podido alcanzar. Este texto refleja cómo los movimientos migratorios internacionales clandestinos utilizan ahora también intermediarios del crimen organizado y deja a los migrantes más expuestos a riesgos y también deben pagar cuotas más caras por los cruces. De un lado, los intereses estatales invirtiendo en infraestructuras y tecnologías de control-represión, y del lado de los migrantes, las altas tasas de mor- talidad de las regiones fronterizas. Todo ello considerando el caso español a la luz de la experiencia trasatlántica. Una de las contribu- ciones esenciales de este texto es informar sobre el re-routing o di- versificación de las rutas en las dos regiones. Incide además, como hacen otros autores del libro, en la importancia del análisis de la muerte dentro de estas regiones-bisagra de los flujos migratorios in- ternacionales. Siguiendo con el hilo conductor de la muerte, Magaña39 parte de un enfoque téorico-empírico eligiendo como trabajo de campo el de- sierto de Arizona. A medida que los fenómenos ligados a la globali- zación y al transnacionalismo han provocado simultáneamente el re- lajamiento así como el endurecimiento de las fronteras, éstas se han convertido en gran foco de atención para académicos, políticos y el público en general. En dicho contexto, la autora hace hincapié en la complejidad de los espacios fronterizos, y como tales han sido foco de atención y fuente de inspiración para la conceptualización de es- pacios intermedios y postmodernos, en donde se manifiestan tanto conflictos como posibles respuestas a los retos de un presente marca- do simultáneamente por circuitos fluidos de capital, ideas, mercan-

39. Debería aquí subrayarse que en la región euro-mediterránea no contamos toda- vía con tesis doctorales en relación con la muerte en la frontera, pero sí de un amplio activismo político. Este activismo que pretende consolidarse dentro de una estrategia global, está además muy presente en la Web. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______69 cías y personas por un lado; y por el otro el alzamiento de muros y la implementación de estrategias de control y exclusión de sujetos cada vez más rígidas. La autora propone un enfoque analítico dirigido a la demarca- ción cronotópica de espacios fronterizos, utilizando como pretexto el fenómeno de la desaparición de migrantes y la recuperación de cuer- pos en el desierto de Arizona. Con tal finalidad establece un marco etnográfico y bio-político en la línea de Mikhail Bakthin (1981), con- siderando la dialéctica de topografías y temporalidades como fuerzas centrífugas y centrípetas en la creación de espacios. Así también uti- liza el marco de Certeau para visibilizar una geografía social que hace que el desierto en sí opere efectivamente como frontera: el desierto/ frontera. En este desierto/frontera ubica el movimiento específico de actores y cuerpos que visibilizan dicha geografía social. La noción de frontera aquí es un tanto original respecto a los otros capítulos del libro, pues parece ser mucho menos fija, como menciona la autora: «la frontera se crea, se aplica y se navega de forma fluida, constante y multidimensional», como un espacio fronterizo que separa y excluye sin necesidad de muros. Curiosamente, ahí vemos en común los ele- mentos que caracterizan también otros autores del libro cuando nos informan sobre la existencia de los centros de internamiento para ex- tranjeros lejos también de la división fronteriza tradicional. Los es- fuerzos de recuperación y repatriación de restos humanos se articulan por parte de la autora a partir de tres temáticas: 1) la muerte como de- saparición, 2) la muerte como manejo tecnocrático de restos y 3) los esfuerzos de búsqueda y recobro por civiles como subversión del es- pacio fronterizo.

Los espacios de cierre

Siguiendo a los itinerarios sobre la muerte, pasamos con dos capítu- los más, a otro escenario alrededor de los tipos de obstáculos fronte- rizos, vehiculados por los efectos de las políticas de cierre del control fronterizo. La construcción de fronteras y la instalación de «campos de extranjeros» es una forma de poder que pasa por el acceso y el obstáculo a la movilidad, llegando a configurarse como una especie de «espacio aparte» que ni son fuera (el extranjero) ni son dentro (el 70______El Río Bravo Mediterráneo espacio nacional o comunitario), y que ni siquiera pueden configu- rarse como espacios fronterizos. Lurbe y Enjolras nos brindan una acertada introducción al es- cenario del confinamiento contemporáneo, indicando la instauración de una variedad de lugares de internamiento de distintas característi- cas: unos cerrados cuyo funcionamiento se asimila al ambiente peni- tenciario, otros de régimen abierto pero no menos apremiantes e ine- ludibles; unos institucionalizados, otros improvisados rápidamente por el advenimiento inesperado de una afluencia de migrantes; unos fijados en el tiempo y en el espacio, otros efímeros, con la idea de evitar un foco mediático demasiado incómodo o reacciones de pro- testa por parte de la sociedad civil. Asimismo, aparecen zonas de ais- lamiento en los puntos fronterizos (aeropuertos, puertos, aduanas), centros de internamiento de extranjeros, centros de estancia (forza- da), temporal de demandantes de asilo político e inmigrantes, campos de acogida humanitaria de urgencia, etc. Todos ellos vienen a mos- trarnos ilustraciones de estos nuevos encierros contemporáneos. Estas formas de encierre ante la inmigración enfatiza los dispo- sitivos de filtraje y confinamiento de los extranjeros, institucionali- zando unas prácticas policiales que no consiguen plenamente el cie- rre fronterizo, sería pues el remiendo a la frontera porosa. De este modo el internamiento del inmigrante expulsable instituye un haz de lugares fronterizos en el interior del Estado-Nación, como una especie de fronteras interiores de Schengen. Están compuestos por los más de doscientos Centros de Internamientos de Extranjeros con los que cuenta hoy día la UE-27. Son formas que según los autores (y si- guiendo a Bietlot, 2005), derivan de la emergencia de un orden, polí- tico y simbólico global: lo que Bietlot denomina como neoliberalis- mo de la seguridad pública. Los autores desarrollan el tema a partir de una etnografía con- creta que gira en el ejercicio de la salud en un centro parisino, una sa- lud reducida básicamente a la atención primaria. Enfocan el trabajo sobre el constatado choque entre los tiempos del procedimiento admi- nistrativo de orden de expulsión (tiempos de una media de duración de 12 a 15 días, siendo un máximo permitido de 32) y los tiempos de diag- nóstico (espera para la obtención de resultados). Paradójicamente, di- cho desfase provoca que lleguen informes clínicos de extranjeros que están fuera ya del centro. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______71

Uno de los resultados más interesantes del estudio es que per- mite situar la unidad médica como un escenario sometido a un régi- men de seguridad y vigilancia. Así se articulan protocolos de estan- darización de la práctica médica, con estrategias individuales de excepción y una gestión cotidiana de los eventos y comportamientos percibidos en clave de riesgo de múltiple naturaleza, y en la cual las estrategias de excepción son funcionales al objetivo de alcanzar una armonía que posibilite la convivencia en el sí de un espacio atravesa- do por una multiplicidad de dilemas morales. Si estos autores destacaban el tema para el caso de Francia, Puga lo traslada a la línea fronteriza, a las Islas Canarias dentro del escena- rio fronterizo que intentamos trazar con este libro. Para ello apunta a la idea de la existencia de los centros de internamiento de extranjeros con el sugerente título de «un elefante en el cuarto» (expresión ingle- sa, «an elephant in the room»), aludiendo a aquello que es realmente evidente y no logramos ver. El tema de los centros vuelve a remover preguntas muy actuales y presentes en las preocupaciones del libro sobre el desplazamiento del control en el espacio. Es decir, de la fron- tera como restricción dentro de la noción de la configuración de los espacios-frontera ora como re-ubicación: desplazándose hacia al Sur, reforzándose en las zonas de tránsito, así como articulando una diver- sificación de rutas migratorias. De este modo este capítulo expone cómo los campos para inmigrantes aparecen como el último eslabón que impiden la circulación de las personas y nos esclarece la temática del libro sobre la paradójica reorganización escalar utilizando como botón de muestra las formas más próximas al individuo en la repre- sión de la movilidad. Configuran el fuera de dentro, el síntoma de un espacio externo global (referencia de Rahola en el trabajo de Puga), la expresión del desplazamiento de la frontera formal en los países de tránsito, el símbolo de las zonas-tampón. Siguiendo a Puga, el tema de los centros como lugares de excep- ción, remueve lecturas clásicas sobre el tema de la disciplina y el con- trol (aquí respecto al control migratorio), respecto a la distribución de los individuos en el espacio y de la importancia de las instituciones totales. Además como reflexión teórica, el tema de los centros de in- ternamiento vuelve a poner en evidencia la relación del control de la movilidad como una forma constitutiva del capitalismo y como com- ponente mismo del capitalismo contemporáneo. 72______El Río Bravo Mediterráneo

La frontera desde el activismo

Imagina que diste a luz el domingo pasado en un hospital público ma- rroquí. Un niño precioso. Imagina que te dieron el alta al día siguiente, lunes. Imagina que volviste a casa, cansada, sangrando del post-parto, con dolores aún en un útero que lucha por volver a su sitio. Imagina que en casa te está esperando tu niña de dos años y dos meses y tu pareja. Imagina que esta mañana mientras bañabas al bebé comenzaste a ver que le costaba respirar. Imagina que corriste al hospital público marroquí. Imagina que te dijeron que no podían atenderte. Imagina que fuiste dos veces. Imagina que la tercera vez tu bebé dejó de respirar casi en la puerta del hospital. Imagina que pediste auxilio por tu bebé muerto. Imagina que se lo llevaron a la morgue del hospital. Imagina que a ti, a tu niña de dos años y dos meses y a tu pareja os llevaron a comisaría.

Ahora imagínate retorciéndote de dolor en las entrañas, el dolor agrio de la muerte de tu hijo, el dolor de un útero que te recuerda re- cién parida, el dolor de una leche que sube a tus senos duros como piedras. Pero imagínate NEGRA, imagínate AFRICANA, imagínate POBRE, imagínate SIN PAPELES.

Estás sentada, doblada sobre tu vientre en aquel sucio despacho de policías que van y vienen y te hablan en una lengua que no entien- des. Allí te miro e intento traducirte las preguntas que me parecen es- túpidas, crueles e inhumanas. Quieren saber qué hacéis en su reino, cómo habéis entrado y cuánto tiempo lleváis aquí. Quieren saber cómo os llamáis, cómo se llaman vuestros padres y porqué habéis venido. Tu pareja grita y pide piedad. Sabe que todas las preguntas van dirigidas a justificar una deportación al desierto. Tu pareja grita y te tranquiliza llamándote «honey». Tu niña sonríe, juega con su gorro y canta «haleluya». Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______73

La policía busca un intérprete de árabe a inglés para hacer el parte y llevaros a Tribunal. Me dices que si te deportan al desierto y allí te violan no crees que aguantarás el dolor, que aún estás recién parida. Un policía se me acerca y me pregunta: ¿Por qué hacéis esto? ¿Por placer? Este amable policía llama «esto» a acompañar a unos padres sumidos en el dolor, a comprar algo de comida para una niña que lleva todo el día sin probar bocado y a intentar traer un poco de humanidad o al menos de buen trato a esa puñetera comisaría. Entonces le miro, me horroriza su frialdad, y le contesto, lo ha- cemos por amor. Veo en él a esos seres que comen, cagan y hacen de policía para poder seguir comiendo y cagando. Siento lástima. Detienen a tu pareja en comisaría y me dicen que como caso hu- manitario te dejan dormir en casa. Mañana tienes que pasar al Tribu- nal junto a tu marido. Te hundes. Es la primera vez que te veo enderezar ese vientre que te duele. Gritas y lloras hasta que un policía te manda callar. No lo soporto, me puede la escena y le pido por favor que en- tienda que tu hijo ha muerto hoy, que estás recién parida, que te due- len las entrañas. Me responde con desprecio que en este reino hay unas leyes, que aquí se hace lo que dice el procurador del rey y que tú eres una NEGRA CLANDESTINA. Mañana iremos al Tribunal, mañana un hombre de este reino de- cidirá si te tiran a ti y a tu niña al desierto de madrugada. A partir de ahí la suerte decidirá si serás violada, si tu hija será raptada o porqué no violada también.

Imagínate que todo eso te ha pasado hoy. Imagínate que a todas nos duelen sus entrañas. Imagínate que a todas nos duelen nuestras entrañas.

Helena Maleno, Tánger 16 de febrero de 2010

Para finalizar, nos parecía fundamental cerrar la obra con el tema del activismo fronterizo. Tal como también finalizamos el último semi- nario en Tánger, donde se integró por primera vez una mesa redonda 74______El Río Bravo Mediterráneo de «activistas de la frontera»—, detallando las distintas formas de resistencia en el marco de la de la defensa de los derechos humanos. Algunos casos de intervención expuestos aludían a: buscar casos de litigio estratégico para los subsaharianos en tránsito,40 parar las re- patriaciones de menores hacia Marruecos, la militancia contra los muertos en la frontera, por ejemplo, a partir de formas asistenciales (como la de asistir con agua en el desierto), o bien las redes de soli- daridad femenina contra la violencia (sobre todo para el caso de Ciu- dad Juárez), o bien la creación de formas de denuncia de la vulnera- bilidad femenina en el cruce así como acciones cooperativas para mujeres que trabajan de forma transfronteriza.41 En esta forma de activismo podemos ubicar primeramente el ca- pítulo de Solis a través de un trabajo de campo en lugares tan distan- tes y en asociaciones distintas tales como Factor X en Tijuana y Ata- wasoul en Tánger, compuestos por grupos de mujeres que trabajan en las fábricas que operan en el marco de la relocalización industrial. La autora destaca como una parte sustancial de la fortaleza de estas or-

40. Helena Maleno denuncia las violaciones de los derechos humanaos, que ocurren precisamente en las zonas de frontera como Líbia, Níger, Marruecos. Remonta el fe- nómeno al año 2000, con la externalización de fronteras en el Norte de África. Su marco de investigación-acción es la proximidad con las comunidades y el afianza- miento de las redes comunitarias, puesto que éstas cuentan con una gran capacidad de auto-organización. Su trabajo previo fueron las concentraciones de población subsa- hariana en dos bosques: Bel Yunech y Guru Guru. Con su trabajo busca visibilizar la deportaciones a Marruecos, efectuadas sin orden de expulsión y sin ningún tipo de do- cumentación. Además se trata de personas que han vivido varias expulsiones: los ma- rroquíes los echan hacia Argelia y los argelinos los devuelven a Malí. Entre las accio- nes de denuncia que llevan a cabo es la de juntar huellas dactilares y que consigan llegar a España. Por primera ve un Estado Europeo tuvo que aceptar que realmente habían expulsado a un demandante de asilo. Otras acciones han sido: demandas pre- sentadas al comité contra la tortura, conseguir frenar las deportaciones masivas. Las redes actúan sobre todo a partir de sit-in y buscan conseguir las tarjetas de residencia para conseguir los derechos a la salud y a la educación 41. Me refiero concretamente a la asociación Nahda en Castillejos que presentaron sus trabajos durante la mesa redonda en el seminario de Tánger de 2009. Se trata de una asociación de mujeres que han identificado muy bien lo que supone Castillejos (Fnideq) como puerta de la migración clandestina, de la economía sumergida y del trasiego de mujeres transfronterizas (mujeres que trabajan como empleadas de hogar y como porteadoras; también viene de Rincón, Tetuán y Tánger. Han realizado actos de denuncia por la muerte de las dos mujeres porteadoras en la avalancha de Biutz (en 2009), «ese mundo vulnerable donde la persona se va y pierde allí su dignidad. Ese mundo cerrado donde no acceden ni activistas ni periodistas, sólo policías. La asocia- ción ha puesto en marcha la creación de tres cooperativas (dedicada a la pastelería, a la confección y a las manualidades-artesanía). Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______75 ganizaciones proviene de sus vínculos con organizaciones de Estados Unidos y Canadá en el caso de Tijuana, y con España, Francia e Italia en el caso de Tánger, así como con otras organizaciones dentro del país. Al adentrarse en el estudio del fenómeno de las maquilas, el tan señalado icono fronterizo, estos trabajos se vinculan así con otras aportaciones del libro como la de López y con una presentación repe- tida de la temática en el caso de varios de los seminarios celebrados. En estos espacios urbanos, se han incorporado intensivamente a los mercados de trabajo de empresas para la exportación en condicio- nes de vulnerabilidad social. Frente a estas condiciones han empren- dido distintos esfuerzos organizativos centrados en la formación de un discurso de resistencia, yendo más allá de la integración en el de- sarrollo social y vinculándolas como ciudadanas. Sin embargo, se en- cuentran con problemas de liderazgo y financiamiento y constituyen serias limitaciones para la recreación de estos espacios colectivos, así como de negación sistemática de las identidades colectivas en las em- presas, por eso las identidades resistentes se constituyen a partir de la experiencia de procesos de exclusión en el trabajo. En último lugar, el capítulo de Hondagneu-Sotelo ofrece una et- nografía de la «La Posada Sin Fronteras», como forma de disputa de las fronteras a través de la espiritualidad política. Un trabajo, elabora- do, como dice la autora, sobre una de las fronteras más peligrosas del mundo, la frontera México-Estados Unidos. La Posada sin Fronteras es un evento híbrido que combina protesta política y ceremonia religiosa. La Posada Sin Fronteras proporciona a las personas una experiencia didáctica sobre las fronteras y las identidades, así como una reafirma- ción espiritual. A través del estudio etnográfico la autora desvela un discurso de «personhood» universal, un «claim» —una reclamación como derecho—, no sólo derivada del discurso de la solidaridad étni- ca o del discurso de los derechos humanos del análisis postnacional (en la línea de Soysal), sino de la creencia religiosa y moral, construyén- dose pues una experiencia y promulgación de unidad como expresión de una espiritualidad politizada en una región fronteriza. Señala también la autora a partir de la etnografía, una cuestión clave en la literatura de los movimientos sociales, referida a la deter- minación de la eficacia de las movilizaciones. A través de «La Posa- da», los participantes aprenden colectivamente acerca de las políticas fronterizas y comparten la injusticia de las políticas nacionales. 76______El Río Bravo Mediterráneo

En esta introducción, como si de un cuaderno de bitácora se tra- tase, hemos dado algunas indicaciones sobre el rumbo, la velocidad y demás circunstancias de la navegación de la obra. El rumbo lo mar- carán algunas notas de esta introducción, pero, sin lugar a dudas, otras circunstancias claves de la navegación vendrán marcadas por el conjunto de autores del libro, los cuales nos abren el tema de las fron- teras contemporáneas en una navegación42 por muchos puertos pero que todos pueden ser agrupados por un denominador común, la uni- versalidad de la problemática aquí presentada.

Agradecimientos

Este libro no hubiera sido posible sin el apoyo último de Olga Ber- nardo en el trabajo para la edición final ni sin el apoyo siempre ani- moso del editor José Luís Ponce. Son cinco las personas que colabo- raron directamente con la organización de los cuatro seminarios: Paulina Yurén, Brigitte Coche, Marisa Chong, Estefanía Calo y Alma Trejo. En cuanto al marco institucional para la realización de los se- minarios tuvimos el apoyo de: El Programa ECOS-Nord del Ministe- rio de Asuntos Exteriores francés, LAMES (Laboratoire Méditerra- néene de Sociologie, MMSH Aix-en-Provence), El Colegio de la Frontera Norte, ESOMI (Equipo de Sociología de las Migraciones In- ternacionales, Universidad de A Coruña), El Centre for Inter-border Studies (UTEP, El Paso), la Universidad Muley Ismail de Meknés, la Universidad de Abdemalek As-Saadi de Tánger, la Asociación Al- Khaima —Tánger, y el Departamento de Geografía de la Universi- dad de Alicante). En cuanto a los debates fronterizos, éstos fueron apoyados por: El Colegio de Chihuahua (Ciudad Juárez), L’Institut d’Estudis Catalans, El GEDIME (UAB) y la video-conferencia por el Grup de Recerca de Geografía del Gènere de la UAB. Y claro está, debe añadirse mi propio contrato de investigación Ramón y Cajal (en el ESOMI,43 Universidad da Coruña, agradecien-

42. Y valga aquí la redundancia, una navegación sobre las fronteras de tipo militan- te, como por ejemplo la labor que se hace desde Migreurop a partir de la web. 43. Especialmente quería indicar aquí cómo en alguno de los debates aquí abiertos me ayudaron a expresar una articulación más clara los alumnos del master de migra- ciones internacionales del ESOMI del año 2010-2011. Presentación: Cuatro años de reflexiones fronterizas ______77 do también los comentarios al manuscrito de los alumnos de máster de migraciones de los años académicos 2009-2010 y 2010-2011) y du- rante mi estancia en el LAMES (Aix-en-Provence) el contrato Marie Curie, además de las estancias de investigación en el Colegio de la Frontera Norte (Tijuana, 2007, financiado por el proyecto ECOS Nord), en el Departamento de Sociología de UTEP (2009, El Paso) y en la Universidad Muley Ismail de Meknés (2009). Además de los autores de este libro que han sido pacientes en conservar los textos sin publicar durante varios años y han sido aten- tos a nuestras meticulosas y cansinas sugerencias en la edición del manuscrito, hay muchísimos nombres que cabría aquí mencionar. Hemos calculado aproximadamente unas ochenta. Nos referimos a todo un grupo de personas que participaron en los seminarios y que ofrecen al lector de una manera indirecta sus conocimientos y sus ele- mentos de debate y reflexión sobre el mundo de las fronteras, estas personas ocupan un lugar en la bibliografía del libro. En último lugar, debe agradecerse la paciencia del equipo de Edicions Bellaterra en atenderme siempre, telefónicamente y perso- nalmente durante meses, para que estas fronteras viesen un día la luz.

PARTE I

CONTRASTES FRONTERIZOS

1. Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea

Josiah Heyman

Desde la perspectiva de la frontera Estados Unidos-México, se anali- zarán en este capítulo cuatro temas actuales en estudios de la fronte- ra. Las fronteras se analizarán básicamente como complejos sistemas de filtración y diferenciación, en vez de rígidos contenedores territo- riales o restos existentes de un pasado. En ocasiones, los estudios de la frontera confunden los límites de la nacionalidad con los límites ét- nicos así como los límites territoriales y los derechos del estado; por lo tanto, es necesario aclarar la relación que existe entre ambos. El simbolismo de las fronteras tiene unos rasgos muy peculiares y pode- rosos y se suele asociar a la cuestión de las confusiones conceptuales alrededor de las fronteras y la nacionalidad/ etnicidad. La escuela hí- brida y sus críticos han discutido las culturas regionales de la fronte- ra y han hecho énfasis en la polarización; por lo tanto, es necesario que en el análisis de las culturas fronterizas se incluyan también estas ob- servaciones sobre la compleja filtración y los diversos alineamientos.

Introducción

El objetivo de este capítulo es el de proponer algunas ideas y deter- minados temas para los estudios de la frontera, los cuales retomo de mi área de investigación, el estudio de la región fronteriza entre Mé- xico y Estados Unidos. No obstante, este motivo no implica que la frontera entre México y Estados Unidos sea única o la de mayor pre- dominio en el mundo. Debemos además tener presente que se han rea- 82______Contrastes fronterizos lizado un buen número de importantes trabajos en otras fronteras, es- pecialmente en los últimos años y gran parte de estas interesantes in- vestigaciones se han llevado a cabo en la región Mediterránea o en Europa. Así que me presento humildemente al lector, con estas ideas que provienen de mi lado del mundo. El enfoque que presento aquí considera las implicaciones que conlleva una perspectiva de frontera en la cual éstas no son concebi- das ni como barreras ni como pasos abiertos, sino como un sistema de flujos diferenciados. Dichos flujos son desiguales en su tratamiento en el momento del cruce de las fronteras, a partir de este momento se pueden entender los efectos que tiene esta clasificación sobre la so- ciedad en la frontera así como los efectos de las fronteras sobre la sociedad. Considero asimismo, las identidades complejas que se en- cuentran en las fronteras, siendo un tema que ubica la cuestión —sub- rayada frecuentemente— de las migraciones en un contexto amplio de identidades y de diferentes experiencia de movilidad en fronteras. En consonancia con el tema de las identidades complejas analizo también el fenómeno del simbolismo de la frontera. Al final, hago un esfuerzo de síntesis de esta argumentación desde una perspectiva de las culturas fronterizas contemporáneas basadas en las experiencias diferenciadas de poder y movilidad. Quisiera también precisar qué agrupo aquí dentro de la noción de frontera, pues incluyo no sólo los límites terrestres y marítimos, sino también los aeropuertos internacionales, incluso si se encuentran en el interior del territorio nacional. Como veremos a continuación, el control de la movilidad dentro y fuera del espacio nacional es básico para estudiar las fronteras contemporáneas.

La movilidad diferenciada en las fronteras

Una importante cualidad de las fronteras contemporáneas es que cla- sifican o filtran a los diferentes tipos de personas y mercancías mó- viles, en base a una compleja serie de desigualdades sociales, cultu- rales y económicas. La movilidad siempre ha sido importante en las relaciones que se efectúan a través de las fronteras y es todavía más crucial en la era Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______83 presente de «compresión del tiempo y espacio» (globalización). Sin embargo, las fronteras tienen roles cada vez más amplios en el control de personas y mercancías; por ejemplo, en migrantes y visitantes de diversos estatus y en mercancías de contrabando. La tarea de control en las áreas fronterizas donde la entrada está prohibida (no en los puertos de entrada) es relativamente simple en concepto, aunque su implementación puede ser todo un reto (y éticamente problemático). Un ejemplo es el patrullaje de los 3.200 km de frontera terrestre entre los Estados Unidos y México, por alrededor de 20.000 oficiales, cien- tos de helicópteros y aviones de ala fija, sofisticadas cámaras y de- tectores de movimiento, cientos de kilómetros de muro y así sucesi- vamente, que hacen peligroso el cruce, pero que no lo disuaden ni lo detienen. Aún así, lo ideal es detectar y detener cada cruce no autori- zado de la frontera. Este tipo de fenómeno ha llevado a una limitada interpretación de las fronteras como rígidos indicadores territoriales, que se encuentren bien abiertos o cerrados, pero no de las dos formas simultáneamente. La función de control en los puntos de entrada legal es mucho más complicada, tanto desde su forma conceptual como de su aplica- ción práctica (véase a Coleman, 2005). Aquí deseo además destacar que en dichos puertos de entrada se dan cientos de millones de entra- das, en contraste con los cientos de miles que se efectúan fuera de és- tos. La entrada de personas y mercancías puede realizarse tanto legal como ilegalmente a través de un sinfín de complejas evaluaciones le- gales y de juicios socio-políticos. Los funcionarios estatales estadou- nidenses no pueden verdaderamente llegar a impedir cada entrada efectuada, de lo contrario su trabajo acabaría con el comercio y la movilidad global. Del mismo modo, los oficiales tampoco pueden permitir cada entrada, en base de las políticas actuales (dejaremos para después las premisas de dichas políticas). El control del tráfico normalizado en las fronteras siempre tiene un costo, en términos de obstrucción y retraso de movimiento. Cada persona que se interroga, cada vehículo que se inspecciona, requiere de algún esfuerzo, algo de tiempo e implica de algún modo una toma de decisiones. Se realiza un intercambio entre la forma de conseguir la movilidad (rapidez del paso, el trato ofrecido) y la calidad del escrutinio efectuado. Este can- je se plasma a dos niveles. Por un lado, es el de la fuerza vinculada al control de fronteras, que se aplica a cada persona que desea entrar al 84______Contrastes fronterizos país. Por el otro, se concede una atención diferenciada que se aplica a determinadas personas en su entrada al país. Así por ejemplo, una persona determinada puede realizar el cruce rápidamente, mientras ésta otra es llevada a un cuarto aparte para ser interrogada. A un ca- mión sólo le echa un vistazo, mientras que a éste otro se le lleva a cabo un completo escrutinio de revisión. Por consiguiente, la dife- renciación de las personas que cruzan es un aspecto crucial para en- tender las fronteras contemporáneas. Otra forma actual de etiquetar este fenómeno de manera teórica, según Adey (2004), es la palabra «sorting» en lengua inglesa, el esfuerzo de clasificación, que se tra- duciría como la «clasificación y separación» entre diferentes flujos o grupos de personas. Podemos afirmar que son dos son las maneras principales que tienen las fronteras para diferenciar a los viajeros. En primer lugar, existen programas formales de identificación y de inspección diferen- ciada. Por ejemplo, en la frontera entre Estados Unidos y México, el programa SENTRI, también conocido como Línea Express o progra- ma DCL (en inglés, «Dedicated Commuter Lane»). Esta se aplica a los viajeros que han sido previamente autorizados. Para poder obtener un permiso de la Línea Express, los viajeros deben rellenar una solicitud, pagar aproximadamente $400 dólares anuales y pasar una verificación de antecedentes, utilizando las bases de datos del gobierno de Estados Unidos. En realidad, desconocemos mucho acerca de esta verifica- ción, pero debemos asumir que involucra revisiones por parte del Ser- vicio de Inteligencia en cuestiones como el contrabando y la supuesta seguridad, así como comprobantes de residencia permanente para los extranjeros (de manera que no emigren sin autorización). Curiosa- mente la Línea Express no requiere que el solicitante sea ciudadano o residente legal de los Estados Unidos. De hecho, se trata más de un fenómeno dependiente de la clase económica, estatus social y de in- teligencia de estado, que de un fenómeno de ciudadanía, en el sentido clásico. El permiso de la Línea Express le proporciona al vehículo re- gistrado, una pequeña etiqueta de identificación de radio transmisión. La persona cruza a los Estados Unidos por un puente especial exclusi- vo para los viajeros del programa DCL. Esta identificación le indica a la garita de inspección quién está entrando. Dicha garita cuenta con in- formación acerca del viajero y del vehículo al momento de cruzar, así como de cualquier «señal» (indicador) para una inspección más a fon- Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______85 do, lo que sucede en raras ocasiones. Existen además programas espe- ciales similares para los transportistas comerciales. El resultado es que el viaje a través de la Línea Express es muy rápido, a menudo con poco o nulo tiempo de espera y comportando un muy limitado interrogatorio directo. Esto reduce para las personas ser un objeto particular en el proceso de revisión y en este tipo de paso es bajo el riesgo de ser arrestado o que a uno le denieguen la en- trada. De este modo, la Línea Express es una manera privilegiada de cruzar la frontera, la cual contrasta con los cruces regulares que invo- lucran tiempos de espera regularmente largos —desde media hora hasta varias horas— y un minucioso interrogatorio, verificación de documentos y revisión de vehículos. En este sentido de las distincio- nes entre unos y otros en el cruce, una pregunta importante que se hacen hoy en día los estudiosos de la frontera (como, por ejemplo, Sparke, 2006 y Amoore, 2006) es: ¿cuáles son realmente las bases so- ciales y los efectos de estos programas formales de desigualdad en la movilidad? En breve, regresaremos a este tema. La segunda manera en que las fronteras hacen diferencias entre los viajeros es a través de la aplicación de prácticas informales de cla- sificación y de toma de decisiones por parte de los funcionarios estata- les estadounidenses en los puntos de entrada estándar. En los puertos fronterizos, las decisiones deben tomarse rápidamente, de lo contrario se detendría el movimiento. Los oficiales toman una decisión inicial, llamada «primaria», que se basa en los documentos, unas cuantas pa- labras y una inspección visual. Un pequeño porcentaje de usuarios que cruza —menos del 1,5 % en la frontera entre México y Estados Uni- dos— es conducido a una inspección «secundaria», lo cual conlleva un período de tiempo más largo y un escrutinio más elaborado. A través de mis estudios he dedicado a esta tarea mucho tiempo de investiga- ción (véase Heyman, 1995, 2000, 2001, 2004, 2009a) con la finalidad de llegar a comprender los motivos detrás de este tipo de toma de de- cisiones, la cual es compleja, flexible e inconsistente entre los funcio- narios y los puertos de entrada. Comentando aquí muy esquemática- mente mis resultados, diría que los oficiales desarrollan rápidamente una descripción figurada de la persona entrante y la encajan en las ca- tegorías preexistentes de personas sospechosas o confiables. Dicha descripción es resultado de una recopilación de los ele- mentos vinculados a la nacionalidad y a la documentación de viaje, 86______Contrastes fronterizos así como también la presunta clase social, la raza y el origen étnico, la edad, sexo, los elementos sociolingüísticos y las declaraciones so- bre el lugar y propósito del viaje. Además, los funcionarios están atentos a cualquier indicio psicológico (interpretado o no de manera exacta), tales como nerviosismo, falta de amabilidad, así como a las características psico y paralingüísticas, etc. En este criterio que se uti- liza para la toma de decisiones, influye además la información sobre la persona y el vehículo, disponible en las bases computarizadas de datos, así como las políticas del gobierno central y del puerto local. No obstante, las entrevistas y observaciones (tanto cualitativas como cuantitativas) indican que los oficiales conservan una buena cantidad de criterio personal en el trabajo de «sorting» realizado en la frontera entre Estados Unidos y México. Estos dos sistemas formales e informales de toma de decisiones, recurren a importantes formas de distinción social como clase social, el grupo étnico, etc. En mi propio marco analítico se ha considerado que estas decisiones se basan en categorías de «riesgo» contra «confian- za», relacionadas con patrones más amplios de clasificación de gru- pos como «mexicano», ver como «trabajador», visto como «riesgo» de migración no autorizada (Heyman, 2009a, 2009b). Debido a que estas decisiones en la frontera facilitan o impiden el desplazamiento en un mundo donde la movilidad es crucial para obtener y mejorar unas opor- tunidades de vida, estas decisiones no sólo afectan sino que también ayudan a producir y reproducir importantes desigualdades sociales. En estos sistemas interfieren una gran diversidad de alineamien- tos sociales, consideremos a continuación el caso de la clase social. La clase es un concepto interesante porque es fundamental en el proceso de la toma de decisiones en la frontera, pero no es tan obvia como la nacionalidad o el origen étnico. No obstante, los programas formales como el de la Línea Express, no diferencian a los viajeros por su esta- tus de nacionalidad respecto a los Estados Unidos, ya que tanto los ciudadanos norteamericanos como los mexicanos tienen la misma po- sibilidad de inscribirse en el programa. Aún así, la cuota de $400 dó- lares anuales para poder cumplimentar la solicitud representa una ba- rrera de clase —no tan grande, pero sí significativa en una región con bolsas de pobreza— y la revisión de ocupación (o negocio) y residen- cia permanentes también es de manera significativa, un filtro de clase social. Además la Línea Express también clasifica a las personas de Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______87 acuerdo con su vinculación con el sistema policial legal de Estados Unidos, como la verificación de posible —aunque no necesariamente comprobada— vinculación con las organizaciones del narcotráfico. Las descripciones informales de los oficiales involucran tam- bién la clase social. En base a indicios superficiales, los oficiales tra- tan de prever quiénes son los mexicanos que tienen la necesidad eco- nómica de trabajar en Estados Unidos sin documentos y quiénes son lo suficientemente prósperos o profesionales para no tener que hacerlo. Tratan a los sospechosos con pronta seguridad y a los no sospechosos con tacto y amabilidad. Por lo tanto, he conceptualizado las diferen- cias de trato en las fronteras como un componente en los patrones más amplios de privilegio y de no privilegio en la sociedad (Heyman, 2009a). A su vez, la habilidad para cruzar las fronteras de manera fluida afecta las situaciones de clase y estatus, entre las que se en- cuentra la categoría en el empleo, el tipo de empresas —pequeñas y grandes— especialmente en el comercio y transacciones transfronte- rizas, educación, consumo, servicios de salud y así sucesivamente. La frontera es un significativo filtro de clase, aunque no sea rígido y ab- soluto y podemos realizar análisis similares para otros ejes de la dife- renciación social antes mencionada, como criterios que utilizan los oficiales fronterizos para tomar decisiones. Así que en ocasiones, las fronteras contemporáneas tienen la cualidad de ser estrictas barreras que separan dos territorios. Dichas fronteras tipo barrera en ocasiones se reducen e incluso se eliminan. Sin embargo, las fronteras contemporáneas funcionan a menudo como filtros complejos que diferencian entre personas y mercancías que cruzan los puertos. Al respecto, en publicaciones geográficas ha sur- gido en fechas recientes, una explicación relativamente convincente (Coleman, 2005; Sparke, 2006; Purcell y Nevins, 2005). Con algunas diferencias, en general podemos decir que estos autores ven dos fuer- zas en tensión en las fronteras actuales: el nacionalismo y el discurso de la seguridad que están llevando a reforzar las fronteras; y el capi- tal neoliberal, la información y (algunos) movimientos humanos que llevan a la apertura de las fronteras. La resolución un tanto improvi- sada e incompleta de esta contradicción, es el desarrollo de progra- mas formales de diferenciación en las fronteras y la continuación y elaboración de prácticas informales. Considerando este desarrollo, se necesita una gran cantidad de investigación y teorización para enten- 88______Contrastes fronterizos der de qué manera fluyen la clasificación y el filtro en las diferentes fronteras, como esto forma y canaliza la movilidad y qué bases de de- sigualdad y poder social se incorporan en dichos procesos de filtra- ción. En este sentido, invito a otros colegas a que desarrollen trabajos de investigación en esta área.

La distinción entre las cuestiones de fronteras y las de origen étnico/nacional

Las fronteras efectúan una demarcación entre poblaciones en función de la relación que les vincula al estado territorial. En contraste, el ori- gen étnico y la raza son construcciones sociales que pueden o no co- rresponder con las fronteras internacionales. Incluso no puede asu- mirse que la nacionalidad, como fenómeno de integridad grupal, esté determinada por las fronteras, aunque fuera precisamente el objetivo del proyecto de los Estados-Nación de los siglos XIX y XX. Permítan- me ofrecerles un ejemplo claro e importante. Existe un gran número de poblaciones de origen mexicano en ambos lados de la frontera Es- tados Unidos-México. Esto se debe tanto a que la frontera de 1848 (li- geramente cambiada en 1853), divide en dos a la región de mexicanos establecidos en los Estados Unidos, dejando importantes poblaciones de origen mexicano al norte de la frontera y también por la importan- te migración de México a los Estados Unidos, desde 1880 hasta el día de hoy. Actualmente, Los Ángeles, California es la segunda ciudad «mexicana» más grande del mundo. Pudiera decirse que la nacionali- dad sigue la frontera, si las principales poblaciones de los Estados Unidos se identificaran étnica y nacionalmente como «estadouniden- ses», pero unos se identifican así y otros no. Entonces, la cuestión no es tan simple. Las poblaciones de origen mexicano en los Estados Unidos muestran una complicada variedad de identificaciones en términos culturales, étnicos y de ciudadanía de origen y no forman una sola «nacionalidad» en el sentido estrictamente europeo de la palabra.1

1. De este modo, no podemos caracterizar monolíticamente la población de origen mexicano, muy heterogénea, en Los Ángeles, utilizando como criterio la nacionali- dad. Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______89

Es probable que este punto sea evidente para todos los lectores, pero tiene su importancia. Las publicaciones académicas sobre las fronteras por supuesto que están fuertemente influenciadas por un mayor contexto socio-político. En la política, se asume con frecuen- cia que las fronteras marcan distinciones entre comunidades imagi- nadas, como nacionalidades, origen étnico y razas. De ahí que las fronteras, se utilicen a menudo como una palabra-código para referir- se a los temas políticos, sociales y culturales que involucran raza y origen étnico, especialmente migración. Sin embargo, no todos los migrantes son característicos de su origen y no todas las poblaciones de distintas características étnicas son migrantes. Este punto puede demostrarse fácilmente de nuevo haciendo referencia a las personas de origen mexicano que residen en ambos lados de la frontera: una persona que emigra de Ciudad Juárez, Chihuahua, México a El Paso, Texas, en Estados Unidos, puede experimentar pocos cambios étnicos (el 82 % de El Paso es de origen mexicano). Una persona de origen mexicano en San Antonio, Texas puede haber perdido más de su ex- periencia migratoria (cien años o más) que sus vecinos anglo-ameri- canos. Por lo tanto, las fronteras están categorizadas de manera ina- propiada, pues únicamente se centran en la migración, origen étnico, raza en incluso nacionalidad (en el sentido estrictamente europeo de la palabra). Si utilizamos las fronteras como una palabra-código en los temas relacionados con la inmigración y la nacionalidad primor- dialmente, estaremos empobreciendo el campo de estudio. Las fron- teras unen muchos fenómenos diferentes, pero sobre todo, yo sosten- dría que las fronteras tienen que ver con las formas territorializadas de relación hacia el gobierno del Estado, que en su formulación puede o no ser etno-nacional. Este es un punto aclaratorio que creo que los académicos sensa- tos lo deberían tener presente. El segundo de discusión y más impor- tante conlleva preguntar cuál es la relación en las fronteras, entre los límites etno-nacionales y los otros tipos de identidades y procesos fronterizos. Para continuar con la cuestión de las poblaciones de ori- gen mexicano en la frontera entre Estados Unidos y México, existe un debate muy complicado dentro de esta población con respecto a su afiliación con los Estados Unidos y con México. Varían en la relativa «mexicanidad» de sus prácticas culturales específicas. Varían en el grado en que se identifican como mexicanos en un sentido étnico. Y 90______Contrastes fronterizos varían en cuánto se identifican con México o Estados Unidos. A modo de ilustración puedo indicar un estudio que realicé sobre los funcionarios del Servicio de Inmigración de Estados Unidos de des- cendencia mexicana, quienes en su mayoría, se identificaron a sí mismos como de origen mexicano y ciudadanos estadounidenses y contrastaron fuertemente con los migrantes mexicanos, con quienes tratan en sus labores fronterizas (Heyman 2002). De manera más ge- neral, un componente importante de la crítica de Pablo Vila (2003) hacia la condición híbrida de la frontera, de la cual hablaré en breve, es la presencia de personas que se identifican como fronterizos, de cultura y origen mexicano, pero distanciados de México. Para com- prender esta situación, es necesario examinar a su vez, las formacio- nes que han tenido lugar en Estados Unidos, siendo resultantes de una diversidad de orígenes étnicos, de identidad nacional cívica y unida étnicamente. Sin embargo, no discuto que debamos ignorar la cuestión de cómo las fronteras políticas se relacionan con el origen étnico, la na- cionalidad, la migración y la identidad. Más bien, estoy señalando que debemos preguntarnos sobre la existencia simultánea de diferen- tes alineamientos de identidad en las fronteras. Como por ejemplo, la identificación con un país y también con una nacionalidad que se da a través de varias naciones diferentes. ¿Cómo negocian y debaten esta complejidad las poblaciones fronterizas? Asimismo, ¿cuándo y cómo las fronteras llegan a simbolizar inmigración, raza y políticas de ori- gen étnico? ¿De qué manera eso confunde y esconde otros tipos de identidad y prácticas culturales dentro de los países territorializados? ¿Y cómo confunde eso, nuestro conocimiento de las fronteras, en sí?

El Simbolismo de la Frontera

Como ya ha sido largamente reconocido por los académicos (Donnan y Wilson 1999), las fronteras son símbolos poderosos en el discurso político y social. El punto esencial de inicio para analizar el simbo- lismo de la frontera es el trabajo de Mary Douglas (1966) sobre «fron- teras externas» de todo tipo (desde cuerpos hasta castas). Las fronte- ras representan importantes distinciones conceptuales, de manera que Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______91 una frontera internacional bien puede representar «a nosotros, el pue- blo estadounidense» como una comunidad imaginada, en una serie de contrastes con «los países pobres» (México, etc.), «los países caóticos y peligrosos» (el Medio Oriente) y así sucesivamente. Como Douglas señala, el cruce de la frontera es particularmente poderoso, dramático y también peligroso en este rol simbólico. Esto implica la penetración y mezcla de aquello que está delimitado y separado. El riesgo, la im- pureza y la contaminación son algunas implicaciones simbólicas del cruce fronterizo. Por lo tanto, las fronteras se enfocan y representan ansiedades sobre migración y cambio en los países-nación que son ét- nica y nacionalmente puros, vistos como «comunidades imaginadas». Recuerden que ahora estoy hablando sobre el pensamiento simbólico con su extrema claridad y rigidez y no de las realidades de cualquier país o frontera, las cuales son interna y externamente complejas y su- mamente interpenetradas. El simbolismo de la frontera tiene un gran impacto sobre las po- líticas nacionales. Podemos comprobar como desde finales de 1993 se han concentrado en Estados Unidos, especialmente en la frontera de Estados Unidos con México así como a nivel global toda una se- rie de temerosas e intensas políticas simbólicas. Dicho impacto ha comportado un elevado aumento de agentes del orden público situa- do justamente en la frontera, como ha sido relatado y analizado por Peter Andreas (2000), Joseph Nevins (2002) y por mis trabajos (Hey- man 1999). Esto representa un cambio importante pero también es bien comprensible. En este sentido, un aspecto que no se ha analiza- do con demasiada atención es el relativo a las características especí- ficas de los debates sobre las fronteras, especialmente en estos mar- cos simbólicos. Así por ejemplo, los dos principales trabajos de análisis simbólico se centran en los migrantes en sí y no en la repre- sentación de las fronteras, aunque incluyen algunos ejemplos de la frontera (véase en Chavez 2001, Santa Ana 2002). No contamos ver- daderamente con un análisis exhaustivo que incluya las representa- ciones de la frontera fuera de la preocupación migratoria, como po- drían ser sectores como el turismo, el comercio, o el contrabando de drogas. Asimismo, precisamos de datos más detallados sobre el pro- ceso de representación, incluyendo información sobre cómo se origi- na, se transmite y se recibe el simbolismo de la frontera, semejante a algunos de los análisis clásicos de «pánicos morales» (Cohen, 1980; 92______Contrastes fronterizos

Hall et al., 1978). El simbolismo de la frontera tiene una fuerza tan poderosa en la determinación de las políticas y administraciones fron- terizas prácticas, que hacen que éste sea un eje de estudio fundamen- tal en los estudios fronterizos. Es también relevante hacer hincapié en la idea de que en un mundo complejamente conectado, móvil y diferenciado, necesitamos explicar la continua y, sin duda, presencia amplificada de los símbo- los fronterizos. De la misma manera, necesitamos explicar el enfoque cambiante de las «fronteras inquietas», teniendo presente la relación entre unas fronteras y otras (por ejemplo, de las fronteras europeas in- ternas y de a aquellas con países más pobres que envían emigrantes). Existen procedimientos críticos para crear, reproducir y cambiar las comunidades imaginadas donde las representaciones fronterizas, son centrales. ¿De quién y cómo se habla en los debates sobre las fronte- ras? Es posible que tengamos ideas generales sobre dichos temas, pero nos hacen falta estudios que sean verdaderamente detallados, ri- gurosos, empíricos y analíticos.

Implicaciones de la movilidad a partir de las culturas e identidades de la frontera

En los años noventa, varios autores (Anzaldúa 1987, García Canclini 1995, Rosaldo 1995) desarrollaron una visión distinta de las culturas fronterizas que se había tenido hasta el momento. Dichos autores con- trastaron con las culturas nacionales puras, cruzaron, mezclaron y transgredieron dichas culturas. Esta visión llegó también al ámbito académico, donde las fronteras llegaron a ser un eje de estudio fun- damental para simbolizar el cruce e hibridación de culturas. Pablo Vila (2000, 2005 y particularmente 2003) ha sujeto estas publicacio- nes a una crítica poderosa y convincente, tanto conceptual como em- pírica. Es imposible resumir la crítica completa de Vila, pero vale la pena analizar ciertos puntos. En primer lugar, señala la mezcla de dos fenómenos diferentes —aunque relacionados—, las prácticas cultura- les inconscientes y las identidades conscientes. Por ejemplo, existe una mezcla considerable de prácticas culturales mexicanas y norte- americanas en la vida diaria de la frontera estadounidense (por ejem- Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______93 plo, el Spanglish) y algunas en la frontera mexicana. Sin embargo, muchas de las personas que realizan prácticas culturales híbridas, se identifican fuertemente con una u otro Estado-Nación. En segundo lugar, existe un excesivo énfasis en la idea de cruce cultural de la frontera, en vez señalar la polarización de identidad en ambos lados y la presencia de fuertes formaciones culturales nacionales (incluso en las fronteras). Por último, hay un punto de vista exageradamente positivo del encuentro, mezcla y combinación de la frontera y del in- suficiente recuento de poder, desigualdad y conflicto. Los ricos estudios cualitativos de Vila (2000, 2005) utilizan la perspectiva de análisis desde la forma en que las personas describen su relación (añadiendo el uso de imágenes) con otros grupos, tanto desde su propio lado de la frontera como desde el otro. A modo de ilustración menciona como durante generaciones, los mexico-ameri- canos describen su propia y buena mexicanidad cultural, heredada de un pasado idealizado, en contraste con la corrupción y el sufrimiento del México contemporáneo, así como la pobreza y degradación de los migrantes mexicanos recién llegados. Su descripción también compara su auto-imagen cultural mexicana con la escasa cultura de los anglo-americanos, pero existe aún un grado de identificación con la prosperidad, modernidad y eficiencia de los Estados Unidos. Es importante recordar que estas son construcciones narrativas, que con frecuencia se desvían en forma considerable de la realidad observada (por ejemplo las fotografías que Vila mostró a sus informantes, fue- ron a menudo, malinterpretadas y descritas de manera errónea). Vila estaba interesado en la red de narrativas e identidades en la frontera y no en un enfoque histórico y socio estructural para explicar dichas descripciones. El ejemplo que acabo de mostrar surge en un contex- to de ideologías estadounidenses dominantes que estigmatizan a Mé- xico y en particular a los inmigrantes mexicanos recién llegados. Pero, también surge en el seno de la larga lucha histórica en pro de la revalorización de la cultura y origen mexicanos en Estados Unidos (como se indica por ejemplo en la publicación sobre «Ciudadanía cultural latina» [Flores y Benmayor, 1997]). Mi trabajo actual involu- cra tanto mi propia investigación así como la revisión de los estudios de Vila con el objetivo de conseguir delinear los contextos histórico- estructurales más amplios de estas narrativas. También involucra mi participación en una encuesta aleatoria a gran escala, que cuantifica- 94______Contrastes fronterizos rá la frecuencia y correlatos de algunos aspectos básicos de las ten- dencias de la frontera y los comportamientos del cruce fronterizo. Estos dos proyectos son demasiado extensos para introducirlos aquí, sólo me limitaré aquí a algunas preguntas básicas en relación con este capítulo. Empecé por señalar que las fronteras contemporáneas no sólo están abiertas o cerradas, sino que son filtros y reguladores de la mo- vilidad. Seguidamente destaqué cómo esto resulta en experiencias di- ferenciadas del cruce fronterizo y en la desigual clasificación social de las personas que cruzan. Las personas involucradas, aunque divi- didas, todas cruzan la frontera. Otras la regulan, como los funciona- rios estatales. Algunos cruzan la frontera de manera casual, mientras muchos la cruzan y se incorporan regularmente a la sociedad del otro lado. Este panorama del cruce describe la experiencia directa de la frontera. Al mismo tiempo presenté el fenómeno de comunicación y consumo de la frontera Estados Unidos-México, como un símbolo a menudo distante (en cuanto a geografía y contenido). Este segundo panorama es indudablemente distinto de la experiencia directa. Entonces, ¿cuáles son los efectos sobre la identidad y, de una ma- nera más amplia, sobre las tendencias y prácticas culturales de esta di- versidad de posiciones, con respecto a la movilidad fronteriza? No contamos con una respuesta sistemática. No obstante, permítanme ofrecer algunas ideas. Primero, es probable que aquellas personas que no cruzan regularmente la frontera, se apeguen a la característica más reduccionista del debate de la «frontera como un símbolo», el cual en la mayoría de los casos conlleva una carga emocional y es negativa.2 Este tipo de simbolismo no se encuentra sólo en las comunidades del interior del país, sino también, y curiosamente, en un importante seg- mento de fronterizos, identificados por Oscar Martínez (1994) como fronterizos «mono-nacionalistas». Estas son las comunidades imagina- das de cierre. En contraste, podríamos proponer que todas las personas que cruzan la frontera con regularidad, ya sea de manera privilegiada, normal e incluso tratados como sospechosos, tengan una perspectiva

2. Es probable que los oficiales estatales sea el grupo que tenga un más vasto cono- cimiento del cruce fronterizo, quienes al mismo tiempo son los que son más propen- sos al discurso nacionalista del «simbolismo fronterizo» como pude comprobar en mi estudio sobre los funcionarios de origen mexicano del Servicio de Inmigración de Es- tados Unidos (Heyman 2002). Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______95 más compleja de las fronteras, así como una serie de aptitudes cultu- rales fronterizas más vasta. Esta es la base social para el fenómeno de lo híbrido en el contenido de la cultura fronteriza. Asimismo, me pre- gunto si la práctica regular del cruce fronterizo disminuye los tipos de estereotipos y materialización «del otro» que Vila detectó en su estu- dio de narrativas. Aunque no sea el enfoque principal del trabajo de Vila, existe relativamente poca evidencia acerca de las prácticas di- rectas del cruce fronterizo en las personas que entrevistó, a diferencia de las imágenes lejanas de las descripciones del «otro lado». A su vez, los usuarios privilegiados difieren de quienes cruzan de manera normal y en especial de los sospechosos. Como mínimo, esta es mi propuesta. Es más probable encontrar la descripción de un cos- mopolitismo liberal, a favor de las fronteras abiertas, entre los usua- rios privilegiados (Sparke 2006). En el caso de la frontera Estados Unidos-México incluimos aquí a personas como propietarios y ge- rentes de empresas manufactureras transnacionales, mexicanos de la élite social, operadores comerciales transfronterizos, académicos y así sucesivamente. Estas personas también están desarrollando una comunidad imaginada, pero de un próspero globalismo en vez de una prosperidad cerrada. Una de las cuestiones más importantes que estoy investigando actualmente, es la de las complicadas similitudes, dife- rencias y dificultades entre los dos diferentes tipos de privilegios en el mundo actual, una que promueve las dinámicas de capital, mano de obra, consumo y conocimiento transfronterizo y otra cuestión que se involucre en la riqueza y prosperidad, pero tomando una actitud de- fensiva en vez de dinámica y expansiva. Es probable que surja una narrativa a favor de la frontera, pero con más sólidos elementos de crítica hacia la justicia social, entre las personas que cruzan regularmente la frontera, tanto en los grupos «normales» como en los sospechosos, pero especialmente en estos úl- timos. Dependiendo de sus experiencias personales de vida y las cir- cunstancias actuales, su crítica descriptiva podría encaminarse hacia la injusticia en los Estados Unidos, en México o en ambos países. Sus comunidades imaginadas se basan en poblaciones específicas, pero se mueven para conseguir la distribución del acceso social y de los bie- nes redistribuidos. Sus posturas críticas pueden parecer polarizadas (por ejemplo, criticando la manera en que las personas de origen me- xicano son tratadas por los oficiales fronterizos, muchos de los cuales 96______Contrastes fronterizos son también de origen mexicano), pero esta polarización no pretende hacer que la frontera sea más estricta y cerrada, sino una descripción que enfatice las posibilidades de hacer una frontera más justa y más abierta. Aquí incluyo mi trabajo como antropólogo con la Red Fron- teriza de Derechos Humanos (Border Network for Human Rights), una organización de base comunitaria de inmigrantes de diferentes status legales, cuyas narrativas de la frontera encajan con esta última cate- goría descrita. Una de sus principales demandas políticas es en pro de un justo manejo de la frontera, incluyendo la legalización del cruce fronterizo no autorizado y respetuoso, abierto y seguro y no para la eliminación de fronteras, ni siquiera por reforzar las leyes fronterizas asociadas con la seguridad de la comunidad.

Conclusiones

Sin importar si mis ideas iniciales y especulaciones son correctas o no, el punto central es que necesitamos explorar los efectos de la mo- vilidad diferencial en las fronteras en diferentes marcos. Necesitamos examinar sus prácticas para entender exactamente si se da una dife- renciación y en qué modo. Necesitamos relacionar dicha movilidad con sistemas más amplios de diferenciación, desigualdad y poder so- cial. Sin embargo, la movilidad en y a través de las fronteras, necesita ubicarse en una economía e ideología política más amplias, las cuales concibo desde una formación triangular. Por un lado, sitúo las fuerzas de reificación fronteriza, con fre- cuencia arraigada en y usando un simbolismo fronterizo de tipo espe- cífico y poderoso, que apela al temor de perder privilegios. Estos compiten frecuentemente con otras fuerzas, formas de privilegio que promueven conexiones, flujos y globalismo. La tercera esquina del triángulo lo componen las poblaciones «desprivilegiadas», si se nos permite utilizar este complicado término. Estas surgen de los mismos procesos y flujos que crean y reproducen privilegios dentro y a través de las fronteras, pero al mismo tiempo nos proporcionan diferentes narrativas, unas que reconsideran nuestra imaginación de comunida- des y vuelven a pensar en quién puede y quién no cruzar de manera legítima y vivir dentro de las fronteras contemporáneas. Cuatro temas en los estudios de la frontera contemporánea ______97

La cuestión de culturas e identidades fronterizas ha sido también una fuente de ideas de alta importancia. En cuanto a este tipo de lite- ratura puedo dar mi contribución en forma de perspectiva, en la cual la cultura y la identidad existen en un campo social, basadas en la ex- periencia cotidiana y yendo más lejos, basadas en procesos de poder que se manifiesta en una serie de derechos, recursos, clasificaciones y tratamientos desiguales.

2. Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano

Pedro José García Sánchez1

La condición urbana: aperturas territoriales y cognitivas

Hasta ahora no he tenido la oportunidad de etnografiar fronteras te- rritoriales a gran escala (regionales, nacionales, continentales) como de las que se ocupa Río Bravo Mediterráneo. En cambio, una parte importante de mi trabajo interroga fenómenos socio-espaciales ubi- cados en zonas en las que las fronteras y los umbrales son centrales. La definición variable de los lugares y de su vida social, la segrega- ción, la vulnerabilidad, la provisionalidad y la hospitalidad a la que los limites y aperturas territoriales dan lugar, permiten interrogar las formas contemporáneas de la urbanidad. Desde el ámbito de la socio-antropología, y mediante trabajos de campo consagrados a espacios públicos urbanos de diversa esca- la (aceras, calles y avenidas; plazas, plazoletas y parques; centros comerciales, paradas y unidades de transporte público o cibercafés- locutorios; barrios, urbanizaciones y centros periféricos), he investi- gado sobre la configuración ecológica de los territorios y sobre la construcción plural de su territorialidad. Este interés en el cruce en- tre los modos de organización propios a los espacios públicos y las dinámicas propiamente territoriales conduce a considerar la impor- tancia del «entre-dos» socio-espacial y temporal urbano. Identificar como dicho entre-dos se forja a través de la experiencia citadina or-

1. Profesor de Sociología y Antropología Urbana en la Universidad de París Oeste Nanterre—La Défense. Investigador en el Laboratorio Mosaïques Umr Cnrs Lavue 7218 y asociado al Laboratorio de Sociología Mediterránea (LAMES-CNRS). 100 ______Contrastes fronterizos dinaria y es puesto a prueba por los conflictos de urbanidad no es una tarea irrelevante. Al contrario, sirve para comprender desafíos esenciales propios a las «ciudades-mundo»: esas aglomeraciones en las que el contacto cotidiano con el (lo) que se desconoce es mucho mayor. El citadino del entre-dos aparece entonces como aquel que se carea, más frecuentemente, con la riqueza de la heterogeneidad, los avatares de la aculturación y los desafíos de la interculturalidad. Y si bien en él se cristaliza mayormente el desarrollo de competen- cias de (inter)acción que favorecen su desenvolvimiento frente a las «oportunidades» o «riesgos» de lo desconocido, nada garantiza que dichas competencias le conduzcan a una experiencia cívica exitosa. Se resume así una paradoja y una potencia de la condición urbana: por un lado, el citadino no es necesariamente un ciudada- no; por el otro, la riqueza de su repertorio pragmático frente a lo in- cierto puede permitirle relativizar los límites formales de la inte- racción. Sabemos que los territorios y sus fronteras se convierten en de- safíos sociales, políticos, a veces geo-políticos y hasta humanitarios, según la atención que en términos de «problema público» (Gusfield, 1985) pueden llegar a captar. Pero por otro lado, pareciéramos aún conocer (o valorizar) poco el interés heurístico de auscultar los in- tersticios y los umbrales plurales propios a las situaciones y contex- tos definidos por la figura del entre-dos. Cuando éste incita a las di- námicas urbanas a cuestionar los límites fronterizos y a redefinir sus políticas territoriales o, al contrario, se vuelve problemático, parece que ciertamente hay allí algo que necesita ser pensado para, entre otras cosas, conectar las investigaciones sobre migración con la re- flexión urbana. Los recorridos fronterizos que presento acá resaltan el rol que juega la porosidad socio-espacial (o su ausencia) en una aproxima- ción ecológica de lo público. Los miembros de ese público fungen así, circunstancial o continuamente, como «conectores», «pasadores», «mezcladores» o «traductores» de culturas en principio diferentes. Asumiendo dicho rol, estos encarnan la figura misma del citadino (Hannerz, 1983) y someten la territorialidad a la prueba de la condi- ción urbana en el contexto globalizado de hoy día, es decir, aquel en el que las «ciudades-mundo» emergen no solo lejos, sino también Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______101 cerca o, simplemente, al otro lado de la frontera.2 Hacer de la recu- rrencia una interrogación socio-histórica,3 de las acciones algo situa- do4 y de la cognición socio-espacial algo distribuido5 me permite identificar las ciudades-mundo por su carácter vulnerable, provisio- nal y sensible. Cuestión de importancia si nos interesa documentar la manera como «las culturas urbanas proliferan justamente por sus márgenes» (De Certeau, 1993, p. 211).

La ciudad vulnerable: conflictos de urbanidad y entre-dos socio-espacial

Así como de la ciudad a cualquiera de sus formas morales (polis, cité, municipalidad, políticas urbanas, proyectos urbanísticos) no hay sólo lo urbano (Choay, 2006), es imposible pretender seriamen- te dar un orden a la ciudad y organizar su vida pública si no se iden- tifica y (re)conoce su condición vulnerable. Podemos así no sola- mente bosquejar el panorama crítico sino además identificar los repertorios de acción. Reflexionar sobre la urbanidad de una ciudad como, por ejemplo, Caracas, no puede entonces limitarse a rendir

2. Cuando, gracias al programa Río Bravo Mediterráneo, conocí en 2007 la fronte- ra entre Tijuana y San Diego, me impresionaron tanto la inmensa inversión institu- cional para reforzar la segmentaridad de los límites de lado y lado como la multiplici- dad de umbrales (económicos, sociales, cognitivos, simbólicos, migratorios) que hacen de esa zona un singular «entre-dos» urbano. Más allá de los lugares comunes discursivos y políticos que tienden a estigmatizar «el otro lado», así como en relación a un pasado no muy lejano la memoria poblacional e histórica ha podido relativizar- los, la condición urbana ligada a la adyacencia entre Tijuana y San Diego pone a prue- ba cotidianamente las territorialidades nacionales y sub-continentales. 3. «No se trata tanto de asociar un camino histórico y una evolución que vendrá sino más bien estudiar los modos de presencia del pasado. Las sociedades urbanas no se deslizan en cascaras vacías de encuentro, sino que proceden permanentemente a una reactualización y a un cambio de sentido de sus formas antiguas. Ellas las reinterpre- tan. Habría que darle un sentido menos metafórico a esta expresión y sacar las conse- cuencias» (Lepetit, 1993, p. 294). 4. «El objetivo principal de la acción situada es de ubicar el formato informativo de la experiencia en un medio-ambiente socio-ecológico preciso» (Borxeix y Conein, 1994, p. 416). 5. «La cognición social distribuida focaliza el hecho de que los individuos que tra- bajan en cooperación son susceptibles de poseer conocimientos diferentes y deben dialogar para reunir sus fuentes y negociar sus diferencias» (Cicourel, 1994, p. 429). 102 ______Contrastes fronterizos

cuenta de los criterios normativos que desde el siglo XIX han servido para establecer el modelo de referencia típico-ideal para la identifi- cación político-urbanística (tamaño, densidad, heterogeneidad, go- bernabilidad) y sociocultural (sociabilidad, civismo, superficialidad relacional, civilidad) de la vida urbana (Wirth, 1938; Revel, 1985; Carreño, 1957). Interesa más bien ver como: 1) la urbanidad se cons- tituye a través de formas socio-espaciales y de usos citadinos diver- sos, 2) su medida tiene menos que ver con su cercanía al tipo ideal de lo urbano que con las pruebas de ajuste (políticas, organizativas, éticas…) entre las formas y los usos y 3) su identificación se facili- ta manteniéndose atentos a los conflictos con los que estos interac- túan. La urbanidad reglamentaria se muestra útil en las maquetas de arquitectos, los PowerPoint de urbanistas y en los manuales de civili- dad. Identificar, en cambio, los procesos por los cuales esta urbanidad se constituye, adquiere formas, es objeto de conflictos, de reparos y de recomposiciones define uno de los objetos mayores de la socio- antropología urbana. El espacio y sus formatos interesan ciertamente al contribuir a modelar las conductas. Pero lo que ameniza el espacio en términos sensibles y las actividades que allí se realizan permiten bosquejar su especificidad socio-espacial. Las relaciones de poder que crean efectos de sistema por los que el orden público se formali- za (por ejemplo, las políticas de seguridad), interesan tanto como las interacciones mínimas que dan una fluidez cotidiana a ese orden (por ejemplo, las «ojeadas» mutuas entre los miembros de una banda de rateros en plena acción en la Plaza Caracas). Lo cual representa una invitación a estimar como las dimensiones «macro» y «micro» pue- den irrigarse mutuamente (Cicourel y Knorr-Cetina, 1981) para pen- sar los modos por los que las asimetrías de poder se inscriben en las actividades territoriales. Las «ciudades-mundo» son aquellas en las que, paralelamente a los intercambios mercantiles de la globalización, la influencia móvil, interactiva e incierta de la «extranjería-extrañeza»6 sobre la condición

6. Me parece saludable suscribir la definición «minimalista» de la extranjería pro- puesta por Isaac Joseph (2007, p. 215), quien bajo la influencia simmeliana, la concibe como «la relación que mantienen las poblaciones urbanas entre ellas» («étrangeité» en lugar de «étrangeté»). Esto permite identificar sus manifestaciones y sus dificultades propias en los marcos heterónomos al cosmopolitismo urbano y evitar las confusiones Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______103 citadina no cesa de afirmarse sobre la base de los flujos migratorios, tecnológicos y simbólicos. Esta influencia estaría llamada a engendrar «mecanismos convergentes de fabricación de nuevos universos urba- nos» (Berry-Chikhaoui, Deboulet y Roulleau-Berger, 2007, p. 10). Sin embargo, la gestión cotidiana de la alteridad en dichos universos (que usualmente toman la forma territorial y reivindican una gramática co- munitaria) resulta frecuentemente problemática. En todo caso, las ciu- dades-mundo son un contexto central para las «culturas de encruci- jada» (Battegay, 2000) que modelan el cosmopolitismo propio a la civilización urbana cuando ésta es pensada a partir de los procesos de la vida citadina.7 El enraizamiento y la movilidad definen tanto las reglas de composición del proceso de urbanización (Remy & Voyé, 1981), como la tensión entre las cualidades «comunitarias» y «públi- cas» de una sociedad. Los dispositivos socio-políticos contribuirán a que dichas cualidades sean complementarias o antinómicas. Esto no evita que, tanto la ciudad como su «persona moral», evolucionen bajo las contradicciones de un mundo en el que coexisten la civilización reticular y la territorialización a ultranza de pertenencias, de conforts citadinos y de conflictos colectivos. Caracas es un buen ejemplo de la contemporaneidad de estas contradicciones. Por un lado, ella substituye a la Nación del siglo XIX como «escena de culto a la cultura» (Delgado, 1999, p. 25). Por el otro, esta ciudad capital se ha convertido en el espectro de un archi- piélago de enclaves con sus «gated comunities» que dan la medida contemporánea de la segregación, sus barrios pobres poco accesibles por el urbanismo ausente o impracticables por la violencia que los do- mina, sus «plazas liberadas» o sus «zonas de seguridad» de tinte ideo- lógico. Las formas privativa y autoritaria de la urbanidad han podido así imponerse y alimentar la tendencia a la homogenización residen- cial. Una semántica del miedo y su alter ego, el magma de la insegu- ridad, se propagan de manera general e incontrolada gracias a ciertas figuras de la interacción: el repliegue sobre sí mismo, la sociabili- dad vigilante y una paradójica participación comunitaria que, ade- semánticas ligadas a la significación próxima pero distinta entre «extranjero» (étran- ger) y «extraño» (étrange). 7. Esta perspectiva focaliza un ángulo en el que las situaciones micro-sociales y los contextos de intermediación interesan en sí mismos y no solo como efectos secunda- rios de los procesos binarios propios a la «ciudad global». 104 ______Contrastes fronterizos más, auspicia la privatización del espacio público, la promoción in- mobiliaria híper-segmentada y un mercado de vigilancia privada cuyo desarrollo se hace a expensas de la seguridad pública (García Sánchez y Villá, 2001). Si desde fines del siglo XIX, cuando los últimos caudillos regio- nales fueron sometidos por las dictaduras centralistas, Caracas for- malmente desconoce la guerra, una parte significativa de los conflic- tos de urbanidad que han ocurrido desde hace un cuarto de siglo, han sido percibidos, identificados, reconocidos, calificados y tratados (por la mayoría de los actores) como hechos de guerra. Así, una gra- mática de la guerra ha hecho su camino convirtiéndose en el espejo frágil y errado de los enfrentamientos de una sociedad a la que le cuesta que sus comunidades convivan entre ellas. Lo que puede in- cluso comprenderse cuando las muertes violentas se cuentan por mi- llares cada año, la impunidad reina por las disfunciones extremas de los sistemas policial y judicial, la función pública se militariza, los gobernantes tratan a los adversarios como enemigos y el modelo de «la urgencia como cultura» (Sánchez y Pedrazzini, 1992), pero tam- bién como pilar de gobernabilidad se generaliza. Cuando la sospecha y el maltrato de aquellos que no son percibidos como de la misma «comunidad» se vuelve hábito y las diversas formas de vulneración de la persona y del vínculo civil (insultos, amenazas, agresiones delin- cuentes y/o políticas, secuestros «clásicos» o «exprés», etc.) encuen- tran la vía libre, la emergencia de una cierta amnesia, no solo demo- crática sino civilizatoria, afecta la ciudad, relativiza las posibilidades morales y prácticas del entre-dos socio-espacial y condiciona sobre- manera la urbanidad. Caracas, ciudad vulnerable y vulnerada en la que lo «común» de las «comunidades» no sólo son las desigualdades sino el careo de sus extremos. La contigüidad espacial entre las urbanizaciones pu- dientes y los barrios pobres caracteriza una parte importante de la geografía urbana de Caracas. La constructibilidad alrededor de los riachuelos y montañas que atraviesan el valle discrimina las zonas en función de la instalación más o menos riesgosa y regularizada de ha- bitantes. Una gestión ordinaria e institucional de registros de la con- tigüidad y de la segregación se impone: marcas territoriales, normas sociales, índices de extranjería—proximidad, dispositivos de reco- nocimiento. Esta vecindad de fuertes desigualdades pone a prueba la Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______105 intermediación8 y el sentido público de «la comunidad». Para precisar este aspecto fundamental del entre-dos socio-espacial interrogamos los procesos comunes a la homogeneización del hábitat (producción de espacios residenciales) y del habitar (usos y prácticas citadinas) entre una «gated community» (Monteclaro), y el barrio de ranchos (La Pomarosa) que surge a su lado en la periferia lejana de Caracas (García Sánchez y González, 2008). Seguir de cerca el hilo de esta mutua evolución segregativa permitió 1) medir la amplitud de su con- flictualidad territorial, interaccional y sociopolítica, 2) documentar las formas segmentarias de la comunidad y del urbanismo «de segu- ridad» y 3) analizar lo que se vuelve común (o no) en la materialidad urbana y en los usos socio-espaciales. La solidez del establecimiento y la movilidad asegurada hacen de la homogeneidad un elemento operacional en la «gated commu- nity» mientras que la precariedad generaliza la inestabilidad y el con- flicto en el barrio pobre. Si esta asimetría forja la materia de una im- probable «communitas»,9 dos elementos comunes se hacen flagrantes: la reticencia al «extranjero-extraño» y el desprecio de lo público. En Monteclaro esto se precisa con el filtraje sistemático de los descono- cidos efectuado por las «alcabalas residenciales urbanas (ARU)»,10 la vigilancia permanente de la que son objetos por los residentes y su personal, y el desinterés y/o la indiferencia en relación a lo que tenga

8. En francés el término utilizado es «mitoyen», que significa a la vez «lo que es contiguo y está entre dos cosas, siendo así común a las dos», lo cual permite corres- pondencias semánticas con el término «citoyen» (ciudadano). 9. Distanciándose del logos que privilegia el comunitarismo y los valores domésti- cos, R. Esposito (2000, p. 20) aboga por una concepción de la comunidad como «so- porte de una convivencia forjada por impropiedades radicales y coincidencias que puedan conducir al aprendizaje de la convivencia». 10. También llamadas «casetas de vigilancia». Estos dispositivos consisten en la co- locación de una barrera-balancín metálica que atraviesa la calle de un lado al otro, ma- nipulada por vigilantes privados instalados en casetas construidas sobre la vía públi- ca y equipados frecuentemente con armas y perros. Su genealogía y organización se inspira en la tradición de vigilancia y control de transeúntes ejercida mediante filtros de circulación intempestivos (en los casos intra-urbanos) o continuos (en los extraur- banos) por los aparatos de seguridad del Estado venezolano (policía metropolitana, policías municipales o el cuerpo paramilitar llamado «Guardia Nacional») para man- tener la seguridad y el orden público. El funcionamiento de las ARU articula la rea- daptación urbanística del espacio, la disponibilidad de instrumentos de control y la regularización de rutinas de trabajo. Significa entonces que su semántica va más allá de la «neutralidad» de una caseta y de una simple acción de vigilancia (García Sán- chez y Villá, op. cit.). 106 ______Contrastes fronterizos que ver con el dominio público: servicios, transporte, parques, etc. En La Pomarosa es la inquietud frente a los desconocidos que pueden en- carnar la hostilidad a su instalación o la llegada de nuevos invasores y la tradicional reivindicación basada en «la necesidad» que hace que los habitantes prefieran recomenzar en el nivel primario y más preca- rio (la invasión-apropiación en un sitio, además, lejano) que seguir viviendo en los barrios centrales pero más violentos y caros. Esta dificultad a entablar relaciones constructivas con la res publica tie- ne que ver con la dificultad de cada comunidad a edificarse de un modo que no sea dándole la espalda al otro. Así, no solo se reprodu- ce un modo de desarrollo urbano que no parece haber capitalizado aprendizaje alguno de lo sucedido anteriormente, sino que evitarse y/o afrontarse se convierten en las formas privilegiadas de la expe- riencia de la alteridad. En el seno de una dinámica socio-espacial, ambos fenómenos son los índices significativos de la polarización so- cietal de la Venezuela actual. En el mosaico urbano de la «ciudad diseminada» (Bordreuil, 1999), las fronteras no desaparecen pero tampoco constituyen una gramática conjunta sino que funcionan como filtros asimétricos.11 La contigüidad en lugar de contribuir a «pensar el espacio como un em- palme de intervalos» incita a emprenderlo como una «relación de dis- tancia» en la que se pierde de vista la importancia «del vínculo que une en la separación» (Tassin, 1991, p. 33). El enraizamiento territo- rial hace proliferar las asimetrías por los bordes. Ni mitoyen, ni cito- yen, la pobreza del caraqueño es patente respecto a la comunidad con el otro. La fenomenología del control a la accesibilidad sirve para es- clarecer no sólo como una división territorial del espacio se vuelve más o menos permeable al desplazamiento, el recorrido o la deambu- lación, sino también el rol que en dicha actividad juega el (re)conoci- miento de lo desconocido. El (re)conocimiento de individuos y de sus actividades es la marca instrumental y antropológica de la delimita- ción territorial. Si sus imperativos y consecuencias son morales, su

11. «Cuando las diferencias entre los residentes de dos zonas son pequeñas, estos pueden desarrollar la tolerancia hacia el otro e incluso ponerse de acuerdo para igno- rar algunas de ellas y obtener un consenso. Una extrema heterogeneidad no lleva a los mismos resultados sino que auspicia la inhibición comunicativa y los resentimientos mutuos» (Gans, 1963, p. 180). Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______107 realización es perceptivo-cognitiva. Controlar el acceso depende de la gradación (estricta o flexible) de las cualidades fenomenológicas (apariencia), históricas (costumbre) o cognitivas (información cons- tatable) que permiten la identificación y conducen a una evaluación. De este reconocimiento depende no sólo el acceso y la movilidad ex- traterritorial sino también que las alarmas se activen, las quejas se manifiesten y los miedos se anclen. A este respecto, la distinción pro- puesta por Richard Sennet (1979, pp. 49, 54-56) entre el «extranjero- extranjero» y el «extranjero-desconocido» no parece apropiada.12 Frente al acertijo a resolver en un contexto de desconocidos («¿Cómo hacer para que aquellos que no te conozcan te crean?»), el que la iden- tificación se vuelva conminación termina por relativizar la naturali- dad de la respuesta y su capacidad informativa.13 Sin embargo, la movilidad puede vulnerar la lógica territorial de la seguridad y el orden público, sobre todo cuando esta última hace abstracción de la pertenencia a un contexto urbano donde hay espa- cios que escapan a ella. La consecuencia, ayer previsible y constata- da desde fines de los años 1990 en Caracas, es la opción privilegiada por los agresores de esperar que los vecinos salgan de sus territorios seguros para atacarlos.14 Más allá del aspecto delincuencial o crimi- nológico, esto constituye una muestra de inteligencia urbana y de competencia pragmática adquiridas por los agresores, que han pare- cido escasear en los vecinos y las policías. Estos insisten en dar res- puestas territoriales, segregacionistas y autoritarias sin comprender el condicionamiento propio a una ecología urbana

12. En el primer caso la extranjería no causa problemas pues los autóctonos no so- lamente «conocen los intrusos» por sus trazas físicas, su lengua, sus habitudes, etc. (por ejemplo, chinos en el medio de italianos), sino también «porque cuentan con el suficiente sentido de su propia identidad para determinar quien pertenece o no a su mundo». Este no es el caso del «extranjero-desconocido» quien «puede confundir o inquietar aquellos que no disponen de una sensación clara de su propia identidad, han perdido la imagen tradicional de ellos mismos o pertenecen a un nuevo grupo social que no posee todavía una marca distintiva nítida». 13. Se trata entonces de un «reconocimiento» que tiene poco que ver con el descri- to por Axel Honneth (2002), en el que toda consideración cognitiva debe tomar en cuenta los valores de «estima social» y de «solicitud personal» que forman parte del patrimonio personal del otro. 14. El aumento de delitos y crímenes cuyo modus operandi se centra en desvalijar y/o agredir a los ocupantes de vehículos privados y públicos que transitan por las ca- lles o autopistas de la ciudad o al momento de pararse en semáforos, estaciones de ga- solina, parkings, etc., es notorio. 108 ______Contrastes fronterizos

En los contextos en los que la semántica del miedo funciona como telón de fondo, una micro-ecología de la movilidad atenta al disturbio muestra toda su pertinencia sociológica. Desde el nivel micro de un transeúnte inquietante, pasando por el nivel medio de los robos y agresiones «à la Far West» en los transportes colectivos, hasta el nivel macro que representan los saqueos como disturbio mayor al orden público, la etnografía del disturbio urbano permite analizar, in fine, las dinámicas interactivas que materializan el paso de lo incierto al peligro. El disturbio perturba, retiene la atención y se vuelve el objeto de una preocupación y la fuente de numerosas oportunidades de acción, en particular para aquellos acostumbrados a «arreglárselas como puedan»: comercios itinerantes, tráficos de va- riado tipo y mercado negro, robos y agresiones, ajustes de cuenta o actividades de mendicidad, seducción o manoseo… El disturbio cues- tiona un elemento crucial del funcionamiento de los espacios públi- cos urbanos: la confianza mutua y la política relativa a su manteni- miento. Cuando el disturbio se generaliza y se impone por exceso, la confianza sacudida convierte lo desconocido en la percepción de un riesgo o de un peligro radical. El régimen de atención ordinaria del citadino varía pues entra en un estado de vigilancia casi permanente que fragiliza la civilidad (García Sánchez, 2006). Una cotidianidad abundante en disturbios que vehiculan más peligros que incertitudes constituye uno de los registros de la urgencia como modo de vida y, de este modo, un límite cierto a las posibilidades sociales del entre-dos. La sociedad de riesgo propia al mundo contemporáneo se vuel- ve inteligible entonces no sólo a través de los fenómenos que convo- can la perspectiva de la excepción (catástrofes naturales o humanas, revoluciones, estados de sitio, etc.), sino también aquellos en los que se asienta su «operatividad discreta». Es necesario entonces desple- gar la vulnerabilidad (García Sánchez, 2008), considerándola en tér- minos plurales. Vulnerabilidad identitaria pues detrás de un rostro, un nombre, un cuerpo o un grupo no sólo cuentan la autonomía y la per- tenencia sino también las pruebas situacionales de consistencia y de coherencia social a las que estas son sometidas. Vulnerabilidad insti- tucional pues cuando los espacios y las interacciones son sometidos mayormente a las contingencias relativas al carácter de apertura y al elevado grado de publicidad propio a los espacios públicos, las lógi- cas institucionales que participan en su gestión se invaden, confunden Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______109 y dificultan unas con otras. Vulnerabilidad relacional pues si los acuerdos negociados materializan ciertamente las salidas a los con- flictos, aquellos se logran reconociendo las disensiones que orientan las voluntades y las tensiones que acompañan la acción. Es el campo de las interacciones, con sus arreglos circunstanciales y las incerti- dumbres de una reciprocidad que puede pretender al acuerdo y la conjunción más que a la simetría o a la semejanza. Vulnerabilidad socio-espacial pues las cualidades de un contexto dado nunca son extranjeras a la manera en que se conciben las escalas y las articula- ciones entre territorialización y pasaje. Que una frontera dada se con- vierta en umbral depende tanto de la apertura de los límites que de la hospitalidad hacia «cualquiera que venga». El escalonamiento visible y legible entre lo público, lo comunitario y lo privado se convierte así en un incentivo para que la porosidad de nuestras sociedades plurales sea percibida como una fuente de recursos más que como una contra- riedad. La vulnerabilidad como categoría desplegada de la (inter)acción facilita la comprensión de sujetos, objetos y relaciones caracterizados por una composición heterogénea y disimétrica. Así se trata de abrir brechas de reflexión para pensar las cualidades de transición propias a la figura del «entre-dos». Tomemos entonces en cuenta la recipro- cidad que emerge de la intermitencia y de la fragilidad sobre la cual se asienta la ciudad vulnerable. Esta perspectiva permite mostrar los errores del modelo que niega la autonomía de los citadinos en su de- venir ciudadano actuando como si su vulnerabilidad necesitase siempre una asimetría relacional para ser tomada en cuenta (Ricoeur, 2001). Esto es lo propio del autoritarismo y, por ejemplo, ese mínimo común múltiplo ciudadano que es la paz civil, no cesa de pagar el precio en Caracas. De allí el interés de explorar los interfaces entre la antropo- logía urbana y la sociología moral para reconsiderar las potencias y paradojas del entre-dos socio-espacial. Esto abre las perspectivas res- pecto al reconocimiento de la cognición distribuida necesaria para per- catarnos que la vulnerabilidad en las sociedades contemporáneas rara- mente se encuentra allí donde las «buenas conciencias» compasivas, insurreccionales, alarmistas o convencionales quisieran. Llegados a este punto, tratemos de entender como tal devenir no es ajeno de una temporalidad provisional que condiciona el lugar que la figura del entre-dos puede ocupar. 110 ______Contrastes fronterizos

La ciudad provisional: ambigüedad fundacional y entre-dos temporal

¿Qué significa que una ciudad esté marcada por lo provisional? ¿Cómo dicha marca puede orientar el reconocimiento de un orden pú- blico de usos urbanos y volverse, a la vez, frontera y umbral de la ur- banidad? En la apertura de un coloquio sobre «La arquitectura y el proce- so de modernización urbana de Caracas», el artista cinético Carlos Cruz Diez (1989, pp. 7-8) se pregunta: «¿Esta cosa es el modelo de futuro de nuestras ciudades? ¿Es provisional o definitiva? ¿Esta ciu- dad está siendo construida o demolida?» Luego, perplejo, pregunta: «¿Puede decirse que acá hay aceras? Pues esto que uno encuentra se corresponde apenas a los códigos internacionales de lo que se entien- de que es una acera». Al describir pasillos llenos de huecos, de obs- táculos, de escaleras provisionales y de desvíos que dificultan el uso peatonal, el prestigioso artista reitera su impresión inicial subrayando «el impacto caótico y la incoherencia urbana». Pero, pasar cierto tiempo en Caracas permite ubicarse un poco y familiarizarse con los usos de la ciudad. Entonces una percepción diferente parece imponerse: «Comienzan a crearse en nosotros una especie de habito y de fascinación que nos hace olvidar el caos. Acep- tamos entonces lo que existe como algo normal que puede, incluso, ser confortable» reconoce Cruz Diez. Este acomodamiento a las circuns- tancias se basa en la sucesión y el retorno permanentes de tres fenó- menos que, imperativamente, debemos tomar en cuenta si queremos comprender como se construye la vida urbana en Caracas: la acepta- ción, el arreglárselas como se pueda y la violencia. El hecho de acep- tar un estado de cosas considerado como problemático, de arreglárse- las frente a estas dificultades y de violentarse cuando estas últimas parecer no tener solución conforma una dinámica citadina relativa- mente común en Caracas. Si esta se vuelve cíclica, es porque en la vida ordinaria, es decir, esa franja de acción que está más acá o más allá de toda regla, acostumbrarse a los perjuicios políticos y civiles corrientes es el mejor pasaporte para su normalización. ¿Qué sucede entonces cuando al final de cada ciclo aparece una oportunidad para que lo político ocupe un lugar central pero sólo amenaza con hacer- lo? Las crisis y las urgencias se normalizan, fungiendo como lugares Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______111 de pasaje obligatorio para definir los espacios de lo urbano, los luga- res de la cité, los usos del citadino y los compromisos del ciudadano. Hablar de Caracas como una ciudad provisional no significa ne- cesariamente que se la perciba como un lugar que está en obras per- manentemente, lo cual no sería problema. De hecho, este último es uno de los atributos que permiten considerar el devenir urbano de las aglomeraciones como un proceso histórico abierto. Justamente aquel que permite descubrir el proceso de «construcción social de la ur- banidad» (Joseph, 1998). Son más bien el timing y los ritmos de esta construcción, lo que es problemático. Estos hacen que el reconoci- miento citadino de la ciudad (por su materialidad y sus usos) este su- jeto a una ambigüedad fundacional que hace del entre-dos temporal una frontera de la urbanidad. Me interesa lo que el carácter provi- sional puede tener no de caótico, sino de revelador y también de in- quietante. Se trata menos de cernir «lo definitivo» oponiéndolo a lo provisional, que de identificar los factores que instalan lo provisional como dinámica de acción o como modelo político (incluso cuando es por inercia). Una temporalidad inacabada define lo que se hace provisional- mente: «aquello que existe mientras se espera otra cosa» (Le Petit Robert, 1981). Caracas toma la forma de una ciudad provisional pues desplaza de manera recurrente y por diversos medios la construcción citadina y ciudadana de su urbanidad esperando que fenómenos exte- riores (identificados en general por su carácter «crítico», «natural» o «caótico») señalen el final de la espera. La ciudad provisional no es aquella que abandona el modelo sino la que, en el curso probatorio de la acción, eleva su espera pasiva, improvisada u oportunista al rango de modelo, y lo sigue contra todo cuestionamiento. La mayoría de las aceras caraqueñas, atestadas de objetos y de actividades, han tenido sus proyectos, sus «guías de uso», su «legis- lación». Pero sus usuarios se han preocupado poco en ejercer sus cua- lidades de citadinos y de ciudadanos más allá de sus propias e inme- diatas conveniencias. En la medida en que los obstáculos pueden ser salvados o integrados en su «camino» sin que esto suponga una mo- lestia personal, el caraqueño acepta sus aceras recargadas y se aco- moda a ellas. Cuando algún obstáculo se transforma en molestia y le impide de alcanzar su objetivo, él se las arregla para evitarlo. Si no lo logra, manifiesta su descontento sin miramientos. Entonces, saldrá 112 ______Contrastes fronterizos momentáneamente de su burbuja privativa y se percatará de su cuali- dad de citadino que hace uso de un espacio público. Una vez que la situación se haya resuelto a su conveniencia, se deshará de su «vesti- menta pública» y se reacomodará en la aceptación cultural de las ace- ras atestadas. Es así que lo provisional se constituye para gobernar el uso de los acondicionamientos urbanos en Caracas. El que estudios y análisis pocas veces hayan servido para orien- tar su urbanismo o su urbanidad es otro índice de la provisionalidad caraqueña. Dichos útiles cognitivos son, en general, recubiertos por enfrentamientos, diferimientos y olvidos de diversa índole que pro- ducen una misma y doble consecuencia práctica: 1) negarle a la ciu- dad la posibilidad de convertirse en lugar de lo político y suscitar así el laboratorio ciudadano del citadino, 2) relegarla a ser sólo el espa- cio de la política, es decir, el teatro en el que esta se independiza de la vida pública ordinaria para convertirse en un dominio encerrado so- bre sí mismo. Las dinámicas de urgencia que deben activarse para economizar el número de muertos, de damnificados, de pérdidas ma- teriales cada vez que alguno de los elementos naturales adviene en proporciones que pueden apenas sobrepasar las cantidades normales, son un buen ejemplo de esta negligencia. Aunque a escala más redu- cida, no ha habido que esperar la catástrofe de 1999, ni «El Niño» ni otros desarreglos climáticos generales para tener que lamentar la lle- gada de la estación de lluvias. Prácticamente todos los años, el cara- queño está confrontado a la escenificación de la urgencia natural, en particular en los barrios y en los sectores situados en los bordes de ce- rros y colinas: desbordamiento de canales y quebradas, obstrucción de cloacas, derrumbes, casas y ranchos destruidos, pequeñas y grandes tragedias, luego «operativos»15 de salvaguarda, de rescate, de reafec- tación o de reconstrucción llevados a cargo por las instituciones res- ponsables, victimización de los afectados, desamparo… Y cada vez las alarmas han sonado, han habido estudios y evaluaciones, a veces son señaladas responsabilidades o se escuchan mea culpa, son anun- ciadas transformaciones, son lanzados proyectos, para luego ser aban-

15. Este es el término con el que se califica «un tipo de acción colectiva —las cam- pañas— en las que un organismo público o privado intenta en algunos días, sin visión alguna de largo plazo e invirtiendo sin medida los recursos prestar un servicio que normalmente es deficitario o inexistente» (Hernández, 1997, p. 43). Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______113 donados y desembocar de nuevo en la misma dinámica. De las urgen- cias a los «operativos», el dominio público urbano en Caracas se de- fine por la improvisación como principio de acción, la institución de lo provisional como estructura de organización y la parada como mar- co de evaluación pública. Hilo histórico fundacional y conductor de una temporalidad, creador de un carácter y de un modo de hacer convertido en cultura, lo provisional en la ciudad se impone como lógica o consecuencia de la inercia, del desapego y de la arbitrariedad. Reuniendo costumbres e influencias, definiendo usos y desusos, fijando olvidos y recurren- cias, la ciudad provisional endosa al entre-dos urbano una ambigüe- dad temporal que convierte el pasado y el futuro, cuando más en una pregunta, cuando menos en una duda o un olvido. Queda así sólo el presente como…¿oportunidad?

¿Cómo es tu casa? Como yo mismo, si no la miro desde afuera.

¿De qué está hecha? De pasaporte roto. De pasaje de ida. De déjame ver.

¿Dónde se encuentra? La de verdad se perdió. La de mentira, esperándome.

Mientras tanto… y por si acaso. (Cabrujas, 1988, p. 14)

La «extranjería-hospitalidad»: un continuum racional y sensible

En su ensayo sobre los fundamentos sociales de la acogida al otro, Anne Gotman (2001) muestra hasta que punto la hospitalidad, antes de ser una virtud moral es una puesta a prueba. La hospitalidad supo- ne, gracias a una serie de ajustes, estrategias y compromisos, una in- versión de situación: la transformación del enemigo en huésped. La hospitalidad se convierte así en una cualidad relacional hecha de ries- gos que se corren y de intentos de mutualizar la acción. Un imperati- vo socio-antropológico de consecuencias políticas la condiciona: la 114 ______Contrastes fronterizos reciprocidad se construye menos por el «don / contra-don» maussia- no que por el intercambio de perspectivas (Cicourel, op. cit.). De allí la importancia social del continuum «extranjería-hospitalidad» para aprehender el estado de espíritu de una cultura en relación al otro (que este sea un «conocido» o a un «cualquiera »). Se trata de un con- tinuum racional y sensible del que se nutren las ciudades-mundo pues permite al repertorio de interacciones suscitadas por el prefijo «co» (copresencia, coordinación, cooperación…) activar sus registros y or- ganizar las hibridaciones necesarias para crear «ese “más” de socie- dad que hace la sociedad posible» (Simmel, 1986). En su alegato «El migrante como un cualquiera que viene», Isaac Joseph (2007, p. 218) cita un recuerdo de vacaciones en Yugos- lavia para ejemplificar lo que llama «la prueba mayor de la extranje- ría»: «En una playa de la costa dálmata, al entrar al agua, un grupo de hombres y mujeres africanos son rodeados y acosados por una banda de niños y adultos burlones y agresivos que sin remilgos tocan sus par- tes íntimas». Tomar al otro como superficie de una curiosidad que no se preocupa de cultivar manera alguna para satisfacerse, habla de un olvido fundamental: la existencia del umbral civil que define la hu- manidad. ¿Qué rostro toma en ese caso la hospitalidad? Este cuestio- namiento del vínculo civil quebranta los muelles del cosmopolitismo (los principios de indiferencia, de tacto y de reserva, la reciprocidad de perspectivas) y de la alteridad (el respeto a la persona y al mante- nimiento de la dignidad humana). Un grado cero que pone a prueba la relación de hospitalidad y que invita a preguntarse «¿qué significa, justamente, una apertura?». Es lo propio de la amenaza instaurar en la percepción la inquie- tud y la sospecha de manera tal que sea difícil precisar las referencias y su realidad. Percibir como una amenaza la circulación de los hom- bres cuestiona la base antropológica de la hospitalidad que, para A. Gotman, consiste a ejercerse siempre al abrigo de defensas y de ba- rreras. Pero ¿podemos contentarnos con el acto-reflejo crítico frente a dichas apuestas por la asimetría relacional o habría también que sa- car el máximo provecho analítico de las situaciones de duda que ellas engendran? El tacto micro-sociológico invita a la precaución: ¿Qué debemos hacer con el tiempo de incertitud en el que dos medios cul- turales se observan? (Joseph, 1986, p. 262). El migrante se convierte en un «analizador» excepcional y sus competencias sociales emergen Fronteras y umbrales de la urbanidad: pensar el «entre-dos» urbano ______115 como los elementos fundamentales de una «concepción laica del cos- mopolitismo»: doble lenguaje, code-switching, rendir cuenta, justifi- car (su presencia, su conducta, su trayectoria, sus proyectos). Mante- nerse atento al continuum «extranjería-hospitalidad» facilita el trabajo de identificación y de valoración de una sociabilidad que se genera y se despliega «de un modo diferente a la del “nosotros” que esta ya constituido». «Espacios sensibles» se llama en Francia a las zonas urbanas en las que vive una mayoría de inmigrantes que acumulan las precarie- dades y vehiculan simbólicamente «la inseguridad». Pero si tomamos en serio el término, pienso que ganaríamos a entenderlo en su triple significación: no solamente como caja de resonancia de temores liga- dos al «cualquiera que vino», sino también como ambiente en el que pueden ser valorados los elementos que enriquecen la experiencia perceptiva, o también como lugar en el que son invertidos los impul- sos y saberes creativos. Los trabajos del laboratorio CRESSON son pioneros en la exploración de las dimensiones ambientales de la sen- sibilidad (Amphoux, Thibaud y Chelkoff, 2004), así como los de Ro- selyne de Villanova (2004) lo son sobre la manera en que una arqui- tectura del entre-dos ha podido materializarse en el hábitat popular y, de esta manera, crea una cultura a la vez profesional y socio-espa- cial. En ambos casos, el acento es puesto en la manera en que la in- termediación emerge y es objeto de atención, de (re)conocimiento y de valoración. Hay también un cuidado en no recubrir la experiencia sensible que se acomoda a una heteronomía contextual con interpreta- ciones teleológicas como la del mestizaje. Pensar la figura del entre- dos, desde una urbanidad que precisa sus formas y fronteras venti- lando sus conflictos en los umbrales, requiere entonces continuar la exploración y la apertura.

3. Analyzing Conquest through a Border Lens: Vulnerable Communities at the Mexico-U.S. and Moroccan-Spanish Border Regions1

Cynthia Bejarano New Mexico State University

Maria Cristina Morales University of Texas at El Paso

As the global community grows smaller and technology connects people and economies, patterns of migration and marginalization across the globe become more visible. Underdeveloped economies are increasingly unstable and migrating people who seek opportuni- ties confront dangerous international borders-both land and water. In the process of waiting to cross these violent frontiers, disenfranchised migrants work in export-processing zones, which serve as temporary housing for refugees of globalization. This essay draws upon the ex- periences of vulnerable populations in Mexico-U.S. and Moroccan- Spanish border regions through our concept of border sexual con- quest (BSC). In this essay, we use BSC to explore migration, global industry, drug trafficking, the policing of vulnerable people, and the further militarization of two transatlantic border regions. There are four interlocking components of BSC: 1) political- economic structures that exploit «disposable» and displaced workers; 2) the subjugation of local place and region due to its «exploitable» profitable appeal; 3) gender and class inequality as a basis for gender and sexual violence; and 4) women’s resistance and agency to wres- tle human and regional exploitation (Morales and Bejarano, 2009). The subjugation of place is especially relevant since global industries and legal and illegal trade search for the most vulnerable, managea- ble and marginalized places and its people to take advantage of. The Mexico-U.S. and Moroccan-Spanish border regions are characterized

1. Thanks to Jeff Shepherd for reviewing this work and Natalia Ribas Mateos and Mercedes Jiménez for sharing their knowledge on the Mediterranean. 118 ______Contrastes fronterizos as geo-politically charged and exploitable profit driven places. Ribas Mateos observes these areas as paradoxical for «the role they [border cities] play either as gates of passage or as obstacles of mobility. Bor- der cities are specific places in terms of their role that they play in the new economy» (2005, p. 2). BSC serves as a comparative analytical tool to explore violent phenomena in ostensibly different border regions. We discuss the mi- gration patterns of vulnerable people through these subjugated regions, and the police and militarized measures used by colonized and/or co- lonizing nation-states to stop migration flows and drug trafficking. In these migratory processes, «violence surfaces as a form of border se- xual conquest that draws upon colonialism to describe how global neo- liberalism represents a form of contemporary conquest that routinizes sexual and gendered violence in everyday activities at transnational locations» (Morales and Bejarano, 2009, p. 424). Although BSC ori- ginally examined gender and sexual violence; here we apply these arguments more broadly to entire communities within regions made vulnerable by illicit economies, the desperation of poor people, the heightened militarization of borders and policing, and billion-dollar global corporations using neoliberal practices to buttress their power. Our earlier use of BSC reflected research and advocacy in the El Paso, Texas, USA-Ciudad Juarez, Chihuahua, Mexico border. Based on living and working on the Mexico-U.S. border and preliminary observations of the -Spanish border, we recognize colonized histories, migratory movements, export processing zones and drug trafficking narratives in both places. Both have also become increa- singly militarized through strategies and tactics that are joined with criminal justice systems used to justify «wars» on drugs and immi- gration. We argue that within the Mexico-U.S. border region, colo- nialism has resurfaced as neo-colonialism where neo-liberal policies damage vulnerable communities forcing mass migrations of econo- mic refugees through policed spaces. Similar patterns are found in the Moroccan-Spanish border region. Our intent is to offer a broad fra- mework to explore similar phenomena in other borders.2

2. Our research is influenced by the Mexico-U.S. border, although we hope to fur- ther develop our knowledge of the Moroccan-Spanish border. We believe the surface comparisons of these two regions are glaring. Analyzing conquest through a border lens ______119

Transatlantic Crossings and Bifurcated Borders

Mexico and the U.S. share a highly contested, highly fortified and controversial 2,000 mile border, while Morocco-Spain shares at its narrowest point, the eight mile Strait of Gibraltar. Both regions have marginal status compared to the rest of their respective countries. The U.S.-Mexico border is socially isolated from the rest of the U.S. not only since it neighbors a developing country, but it has the highest le- vels of poverty in the U.S. and is largely populated by people consi- dered «racial and ethnic minorities» (Nuñez and Heyman, 2007; Mo- rales and Bejarano, 2009). Morocco and Spain share a land border between the Spanish enclave cities of Ceuta and Melilla located off the European conti- nent and on the northern coast of Morocco, which makes it the sou- thernmost point of the European Union and the only land border with Africa (Carabaza and de Santos, 1992). In this area where Melilla and Ceuta share a border with Morocco, similar to border control measu- res in the U.S., the Spanish government erected three parallel ten-foot fences with barbed wire, spotlights, noise and movement sensors, and video cameras (Andreas, 2001; Cimadomo and Martínez, 2006). Spain and the U.S. similarly argued that these measures would stop illegal immigration and drug trafficking. Furthermore, the U.S. has defended this militarization by employing post 9/11 fears about also fighting «wars» on terror.

Migrant Crossings

Along Moroccan-Spanish and Mexico-U.S. border sites, migrants risk their lives in hopes of securing a better life by crossing the Strait of Gibraltar known as the «Moat of Fortress Europe» (Driessen, 1996, p. 180), or traversing the Rio Grande, mountains, or deserts in the U.S. Southwest. Since 2002, 3,713 people have died trying to cross the Strait and some estimations claim 5,000 migrants have died since the nineties (No Border Network; Couzens, 2009). Human rights watch advocates along the Mexico-U.S. border have also documented approximately 5,000 migrant deaths since the 1990s (Coalición de 120 ______Contrastes fronterizos

Derechos Humanos, 2007). Migrants in both regions hire smugglers for «safe» passage through borders reinforced by razor wired fencing, while oftentimes, danger manifests in the state itself. In 2005 in the cities of Ceuta and Melilla, Spanish and Moroccan border police in- jured or killed several migrants trying to cross (Cimadomo and Mar- tínez, 2006).3 Millions of dollars and euros are spent to keep migrants and economic refugees from Central America, Mexico, North Africa and Sub-Saharan Africa from entering the U.S. and Spain. Boat smugglers or migrants use pateras (small boats) to cross the Strait of Gibraltar with media coverage from the region calling them «wet- backs» employing the same hateful rhetoric used in the U.S. (Dries- sen, 1992). Interestingly, immigration control was a nonissue until 1985, the year prior to Spain entering the European Community (An- dreas, 2001). In the U.S., before the border patrol operation in El Paso, TX ca- lled Operation Blockade and later Operation Hold the Line (1994), migrants or laborers from Juarez would hire lancheros (people paid to cross migrants on inner tubes across the Rio Grande) into El Paso (Bowden, 1998). In Morocco, «in order to pay for the expensive cros- sing [of the Strait] (estimated at $700-$1,000 U.S. dollars per per- son), some migrants would carry packages of hashish-which in turn reinforced the popular perception in Spain of a close association be- tween illegal immigration and drug trafficking» (Hibbs, 1994, p. 44). Similar arguments have been made about migrants at the Mexico- U.S. border validating the conflation of drug and illegal immigration enforcement policies and xenophobia (Cornelius, 2001). In the U.S. the dangers of crossing the border escalated with the implementation of the Immigration Reform and Control Act (IRCA) in 1986 (Massey, Durand and Malone, 2002) and with the rise of bor- der operations (Dunn, 1996). IRCA made it more dangerous and costly to cross the border, and El Paso’s Operation Hold the Line changed migration streams from urban areas to more dangerous de-

3. Border fencing includes corrugated steel, razor barbed wire, cement barriers and cattle barrier wiring at the U.S.-Mexico border, to razor barbed wire in Ceuta and Me- lilla. Areas of Southern Spain have no fencing along its border shore, while the U.S. San Diego border wall juts out into the Pacific Ocean (Bowden, 1998; Andreas, 2001). Analyzing conquest through a border lens ______121 sert mountainous regions (Heyman, Morales and Núñez, 2009; Beja- rano, 2007; Massey et.al., 2002). While it is difficult to record the number of migrant-related-deaths, Cornelius (2001) documented an increase of 509 % in the deaths of unauthorized border-crossers from 1994-2000 in the U.S. Southwest to 499 deaths mostly attributed to hypothermia, dehydration, and sunstroke.

Transferability of Bodies

Migrants searching for opportunities in an unstable global economy face violence and uncertainty. They are overworked in volatile indus- tries, discarded when no longer useful, and forced to locate elsewhe- re for employment opportunities. In effect, they become transferable bodies displaced and used repeatedly as they make their migratory route from home to subjugated border region and then transferred from these areas by smugglers or self-smuggle onto cargo ships (Mo- rocco-Spain) or cargo freight trains (Mexico-U.S.). If caught, they are held or transferred yet again to deportation centres or back across borders to the subjugated regions they launched off from. Ironically, the transferability of bodies can become part of what Nuñez and Heyman (2007) call the «process of entrapment» whe- re, «people who live inside the border zone never leave the area of crossing… they experience a near-permanent sense of liminality, in- volving nearly constant presence of fear, anxiety, and stress» (ibid., p. 357). This phenomenon holds true for many Southern Mexicans, Central Americans and Sub-Saharan Africans in their respective bor- der-crossing regions. Those who are deported back to Morocco or Mexico wait in unfamiliar border zones to cross again. These tran- sient people attempt to transfer once more or suffer from paralyzing border stagnation where they wait for transferral by a smuggler or another chance to cross the border themselves. These border zones are like transfer stations where migrants, goods (legal and illegal ex- ports), and services (migrant smuggling and drug trafficking) await the next chance to cross. Until then, border policies create «trapped refugee communities with residents of similar ethnic, national, and economic backgrounds and circumstances» (ibid., p. 359). 122 ______Contrastes fronterizos

If the transferability of bodies successfully occurs by one’s own accord if they arrive to their desired destination, this agency negates the socio-economic control of states deploying policies to govern the- se bodies. Keeping migrants contained in border cities through heigh- tened border enforcement and with limited access to networks or re- sources, paralyzes migrants making it less likely for them to transfer themselves out of these cities. These processes transform them into better bodies for work and smuggling, and make them vulnerable to border control «war» rhetoric justifying the militarization and poli- cing of borders. At the U.S.-Mexico and Moroccan-Spanish borders neoliberalism and nation-states «produce» vulnerable bodies.

Political-economic Structures and Exploitable Workers

Rigorous border controls reinforce national security and neo-liberal economic interests. In the U.S., the General Agreement on Tariffs and Trade (GATT) (1986) and the Northern Free Trade Agreement (1994) accelerated migration flows from Mexico to the U.S. These political- economic treaties increased migration via the number of business visitors, temporary documented workers, and the displacement of workers that proliferated from the global economy (Massey et al., 2002). In Spain, the importation of Moroccan temporary workers and Latin American immigrants in 1999 filled a need for cheap labor in construction, agriculture, and service industries (Andreas, 2001). Global capitalism then creates a situation where developed na- tions such as the U.S. and Spain need and lure «cheap» labor from their neighboring undeveloped and developing nations. The U.S. has political-economic arrangements with Mexico to recruit «cheap» la- bour; namely through the Bracero Program (1942-1964) which used Mexicans to alleviate labour shortages during and after WWII (Cra- vey, 1988). This economic treaty negatively impacted the border so- cio-economically when approximately 200,000 braceros were displa- ced and pushed into both sides of the Mexican-U.S. border (Martínez, 1975). To ease the high unemployment rate, the Border Industrial Program was created in 1965. Under this program the idea of the ma- quiladoras (twin plants that have tandem operations on both sides of Analyzing conquest through a border lens ______123 the border) was created (Martínez, 1975). Yet, maquiladoras» capita- lists motives prevented the reduction of male unemployment rates be- cause similar to other free-trade zones globally, the preferred laborer was young, «Third-World» women (Cravey, 1988; Fernández-Kelly, 1983; Wright, 2001). This corporate and national pursuit for «cheap» labor continued with NAFTA.

Gender and Interlocking of Violence

The arguments made in BSC state that gender interlocks with neo- liberalism and region, which reinforce and shape violence. Sexual and gendered violence then represent gender oppression in subjuga- ted regions where women’s statuses as «underdeveloped», «poor», and «brown» translate into exploitable labor. The history of racism and imperialism (i.e. slavery and colonialism) illustrate how sexual con- quest has permeated the cultures of European and U.S. expansion as a form of eroticized power (i.e. the sexualization and scrutiny of wo- men’s bodies) (Bhattacharyya, Gabriel and Small, 2002). Although racism is experienced by women and men, it is experienced diffe- rently in the context of gender and expectations of «proper» gende- ring (Bhattacharyya et al., 2002). In this book, Luis Lopez’s essay discusses global processes that structure how maquiladoras function, while also describing the local norms that socio-culturally impact the ways women and labor are de- fined as productive/unproductive and as quality worker producing quality work. These local interpretations from the shop floors of ma- quiladoras also shape how workers are identified as moral or immoral women, as sexually promiscuous women, or as unfit single mothers working in sexually charged workplaces. Despite their agency as ac- tivists fighting labor, sexual, patriarchal and social exploitation, the image of the docile, subservient worker is not only preferred, it is used to justify the control of workers for the production of quality workers. As such, the «Brown» bodies of women more so then men, become symbolic of currency exchange for global industries. In Morocco, women make up 70 % of garment industry workers (Henderson and Jeydel, 2007). In Mexico, a country where the elec- 124 ______Contrastes fronterizos tronic and garment industry first surfaced there are 3,000 maquilado- ras employing roughly one million workers-a quarter of who work in Ciudad Juarez, 60 % which are women (Wright, 2006). It is com- monly argued that poor «brown» women make better workers since they are perceived as docile, controllable, and have dexterous hands for intricate labor in the rapidly growing electronics and textile in- dustries (Cravey, 1998; Wright, 2006; Henderson and Jeydel, 2007). In border regions like the Moroccan city of , women are transported in vans to factory work much like the factory-owned or public transportation buses in Ciudad Juarez, Mexico. While it is generally agreed upon that women are the model workers of factory work in the global economy, there is disagreement of the implications of such employment. Some argue that maquilado- ras integrate women into society by offering paid employment op- portunities and releasing them from patriarchal constraints (Tiano, 1994). Others acknowledge that women take jobs out of economic necessity but that their continual labor force participation integrates them into society (Iglesias Prieto, 1985). Still others illustrate the ex- ploitative nature of maquiladora employment where supervisorial lo- gic is that women workers are untrainable, unambitious, and/or go against corporate models of production and promotion by prioritizing children, or simply become worn out and experience what Wright (2006) calls a «corporate death.» A significant number of women also work in the informal eco- nomy. Women represent a considerable portion of non-agricultural workers informally employed 58 % in Latin America and 84 % in sub-Saharan Africa where people are migrating north at disquieting rates. In North Africa, less than half (43 %) of women workers labour in the informal sector, which is partly due to social customs that res- trict women’s mobility (International Labour Organization, 2002). Globalization however, has forced women to step out of traditional socio-cultural roles and into work outside of the home, subsequently making observable the feminization of labor, the feminization of po- verty and the feminization of migration while forging an inevitable path for now youth to step into the migratory paths of their paisanos and family members (Morales and Bejarano, 2009; Ribas Mateos, 2005; Empez, Jiménez and Vacchiano, 2009). Analyzing conquest through a border lens ______125

Place Subjugation through Drug Trafficking, Militarization and Policing

A component of BSC is that space matters. The profit seeking moti- ves of neoliberalism come at the expense of not only vulnerable peo- ple but marginal places (Morales and Bejarano, 2009). Neoliberalism heightens the violent socio-historical aspects of place while also sha- ping exploitive experiences of migrants in the marginal border spaces of nation-states. Indeed, the success of neoliberalism is dependent upon the subjugation of place and is more than the backdrop of social occurrences. Place intersects with oppressive systems of class, race, ethnicity, gender, and sexuality (Morales and Bejarano, 2009), and in the case of migrants, their nationality. As subjugated places near de- veloped nation-states (i.e. the U.S. and EU via Spain), these border zones become the testing sites for globalization. Due to their perceived vulnerability borders are foci of militari- zation and policing. The Mexico-U.S. border is a pseudo war zone where civilians have daily confrontations with armed border patrol agents, immigration and customs enforcement, and previously Natio- nal Guard troops. Border control policing initiatives have expanded from the apprehension and prevention-of-entry of undocumented im- migrants, to drug enforcement and anti-terrorism in the U.S. (Dunn, 1996; Andreas and Nadelmann, 2006); this surge in border enforce- ment increased the number of border deaths (Cornelius, 2001; Dunn, 1996). The Mexican border is also subjected to heavy militarization and policing largely attributed to drug cartel fighting.

Drug Trafficking

«The United Nations has estimated the value of the global market in illicit drugs at $400 billion, or 6 % of global trade» (Nadelmann, 2007, p. 27). The Mexico-U.S. and Moroccan-Spanish borders are main transport zones for the drug market. Most arguments made are how to curb drug trafficking from underdeveloped nation-states; less is argued about curbing drug use in the U.S. and Spain. The issue ins- tead is framed as poor violent countries produce dangerous drugs and 126 ______Contrastes fronterizos people. The U.S. consequently, harnessed cross-border initiatives with the EU and elsewhere by employing post 9/11 rhetoric for reinforced interdiction and policing of people globally. In 1992, the King of Morocco declared a «war on drugs and ille- gal immigration» (Beck and De Mas, 1996, p. 19) in an attempt to ap- pease the Spanish government. This corresponds with the 1960s U.S. Nixon Administration’s war on drugs and how seamlessly the rheto- ric of «war» became a catch-all phrase for illegal immigration and terrorism. This rhetoric obscures the realities of policies that con- flate drug trafficking with immigration, terrorism and national se- curity while effacing the real impact on the marginalized popula- tions victimized by globalization. Thus, the «war on drugs» directs attention towards the «enemies»—drug producers, traffickers, and «others»— and away from «us»; the societies consuming the drugs. Military and police checkpoints dot respective border countryside’s as agents look for drugs near the Rif mountainous region of Northern Morocco or drugs and undocumented people in the U.S. Southwest deserts. The drug trafficking industry does continue to grow by leaps and bounds with more interdependence on drugs for business, peo- ple’s livelihoods, and for vulnerable communities struggling to survi- ve (Empez, Jiménez and Vacchiano, 2009; Ribas Mateos, 2005). Vio- lence also associated with drugs continues; from January to early December 2009, 2,365 people were killed in Juarez, many of them in- nocent bystanders. Indeed, Juarez is now one of the most violent ci- ties attributed to what Campbell (2009) calls the «Drug War Zone».

Militarization and Global Policing

What does a global model of policing borders look like? Andreas and Nadelmann describe a «transatlantic security community based more on policing alliances against nonstate actors than traditional security alliances against state-based military threats… increasingly dense set[s] of transgovernmental policing networks and international agre- ements, [have] been quietly built up and largely overlooked…» (2006, p. 190). Traces of militarization in border enforcement like military support surveillance and military surveillance equipment Analyzing conquest through a border lens ______127 used by U.S. border patrol point to past and current conversations of deploying National Guard troops to the border once again. Despite U.S. President Barrack Obama stating, «We’ve got a very big border with Mexico… I’m not interested in militarizing the border» (Recio, 2009), the Mexico-U.S. border has always been heavily militarized (Dunn, 1996).4 On the Mexican border during 2007-2009 Mexican President Felipe Calderon deployed 5,000 troops to fight drug cartels and street violence (i.e. kidnappings, car jackings, extortion schemes, robberies, and drug cartel murders) in Juarez which oftentimes exacerbated vio- lence. The militarization and global policing of border regions subju- gate place, and the processes of migration thereby negatively affect vulnerable communities. Like illicit drug economies, facets of border societies and governments grow dependent on the economies military and policing bring as they continue to grow and fortify creating U.S. Southwest fortresses and a fortress Europe against clandestine immi- gration, drug trafficking and other unwanted cross-border activities (Andreas, 2001; Ribas, 2005). These billion-dollar economies are easi- ly justified by nation-states, and as one side of drug trafficking or ille- gal immigration escalates, it is met twofold by nation-state responses. Transatlantic subjugated places begin to eerily resemble each other. Place and soldier, and place and police share similar uniforms and checkpoints; the main difference are the sophistication of their wea- ponry and the policing technologies employed. Facilitating global policing are intergovernmental arrangements like the Schengen accords and the Schengen Information System (Andreas and Nadelmann, 2006; Ribas Mateos, 2005; Empez, Jimé- nez and Vacchiano, 2009). Spain joined the Accord in 1991 and be- gan to impose visa restrictions on North Africans which further drew illegal immigration underground (Andreas 2001).5 Tighter external border checks resulted from this Accord including a shared computer

4. After the U.S.-Mexico War, the border became contested ground and U.S. mili- tary forts and bases, like Ft. Bliss in El Paso (1848) were established (Utley, 1984). The militarization of border-states led to an unbroken history of military bases and border policing to date (i.e. Texas Rangers). 5. On May 1, 1999, Schengen institutional structures were incorporated into the fra- mework of the EU and the Treaty of the European Union which «shifts responsibility for immigration policies from individual governments to the European Commission» (Andreas 2001, p. 117). 128 ______Contrastes fronterizos system for information exchange and millions invested in Star Wars- like policing apparatus. When nation-states build ever greater global powers and economies under the rubric of security and policing, com- munities must learn to resist and protect themselves from those char- ged to protect them.

Emerging Forms of Resistance

The final component of BSC is that the exploitation of people and place is confronted by individual or collective resistance representing complex interactions between structures, oppression and agency (Morales and Bejarano, 2009). Foucault (1988) argued that a state of domination occurs when social groups block power by economic and political or military means, yet the deficiencies in such domination allow power to flow more freely giving individuals the ability to alter the outcomes of social relations. Moroccan youth for instance, refe- rred to as the «new rebels of globalization» (Empez, Jiménez and Vacchiano), «show the ruptures in their socio-economic conditions of the countries of origin and the paradoxes in the policies, external and internal of European states» (2009, p. 12). Youth learn to investigate through networks where Moroccan enclaves exist throughout Europe for their survival. Through necessity, vulnerable communities employ strategies to resist and defy the restraints of nation-states throughout border regions. Nuñez and Heyman’s concept of «morality of risk» (2007) builds on the literature on immigrant kin and support networks which occurs throughout these analogous regions, where strong reci- procal obligations and moral duties solidify social networks in com- munities despite the risk involved to the individual at hand (Nuñez and Heyman, 2007). Consequently, offering food, transportation or lodging to migrating peoples across heavily border enforced regions are forms of defiance and resistance in the Moroccan-Spanish and Mexico-U.S. borders. Despite significant levels of human and civil rights violations at both borders, the most defiantly brave act of resistance by vulnerable people is to continue to migrate across borders. Ironically, the billions in pesos and dirhams received as remittances by Mexico and Moroc- Analyzing conquest through a border lens ______129 co keep those countries from crumbling; Spain (EU) and the U.S. would follow suit since their global economies are also built on the backs of migrants who generate their billions in dollars and euros.

Conclusion

The premise border sexual conquest (BSC) analyzes regions that suf- fer from economic exploitation, the subjugation of place, and sexual and gendered violence based on race and class, and countering res- ponses by community members using their agency to resist violence. Foucault stated that

in our societies, the systems of punishment are to be situated in a cer- tain «political economy» of the body: even if they do not make use of violent or bloody punishment, even when they use «lenient» methods involving confinement or correction, it is always the body that is at is- sue— the body and its forces, their utility and their docility, their dis- tribution and their submission. (1984, p. 172)

The transferability of bodies represents Foucault’s political economy of the body where those displaced by neoliberalilsm migrate in search for better economic opportunities who find themselves in border zo- nes consumed by drug and human trafficking and militarization and policing. This juncture is where BSC factors coalesce with migrant crossings, drug trafficking and global policing and militarization de- monstrating that subsequent nation-state responses negatively affect place and people. Border crises continue escalating at alarming rates, yet few gains are made in crafting borders and fortifying the imagi- nary of Transatlantic Fortresses when attempting to build a global community. The end result devastates marginalized regions and vul- nerable communities that grow increasingly exposed, neglected and exploited.

4. Políticas de emigración en países-frontera: abriendo el debate hacia Marruecos a partir del caso mexicano

Guillermo Yrizar Barbosa El Colegio de la Frontera Norte

Los estudios sobre la intervención de los estados-nación y sus go- biernos en la movilidad de las personas a través de fronteras interna- cionales han dejado un hueco en cuanto a lo que se sabe que hacen o dejan de hacer los gobiernos de los países de origen frente al éxodo de sus poblaciones al extranjero. La política de emigración es una fa- cultad de los gobiernos nacionales o centrales. En otras palabras, es un tema que se discute entre jefes de gobierno debido a que está rela- cionado con la soberanía y el control fronterizo. Históricamente se observa que cada país ha tenido el derecho a decidir no sólo quién en- tra (inmigración), sino también quién transita (trasmigración) y quién sale (emigración) de su territorio. En este contexto, durante los últimos casi treinta años algunos países en vías de desarrollo expulsores de migrantes, tales como Ecuador, India, Filipinas, Marruecos y México, han comenzado a es- tablecer e implementar políticas de emigración elaboradas por sus go- biernos nacionales/centrales (ver González Gutiérrez, 2006). Esto ha ocurrido ante la dificultad que experimenta estos gobiernos y sus ad- ministraciones para gestionar los flujos internacionales de personas, así como debido a los efectos diferenciados que provoca la migración indocumentada a nivel nacional, regional y local. De ahí la necesidad de analizar las políticas de emigración a nivel subcentral y no única- mente a nivel nacional. Especialmente en países-frontera como Mé- xico y Marruecos, denominados así por su proximidad geográfica a los países económicamente dominantes y por las funciones disuaso- rias que pueden adoptar ante los transmigrantes. En este capítulo se definen las políticas emigratorias nacionales 132 ______Contrastes fronterizos y subcentrales a partir de la experiencia de México. La revisión del caso mexicano en cuanto a la transformación del perfil del migran- te y los acercamientos del gobierno a sus connacionales permitirá extraer algunas reflexiones para el caso marroquí, a pesar de que am- bos países presentan diferencias notables. Noventaiocho por ciento de los mexicanos van a un solo destino, Estados Unidos, mientras que los marroquís presentan una mayor diversidad de países, entre los que destacan Francia, Holanda, Bélgica, Italia y España. Marruecos ha recurrido a políticas emigratorias nacionales, diseñadas, gestiona- das e implementas desde el centro y hacia la periferia. En México, en cambio, se observa cómo desde la década de los noventa, y con ma- yor énfasis a partir de 2000, el gobierno nacional y los gobiernos sub- centrales han llevado a cabo políticas y acciones de gobierno que bus- can un reconocimiento y acercamiento con el «México de afuera». A pesar de estas diferencias, la intención de este trabajo es abrir el de- bate sobre la necesidad de estudiar a las políticas de emigración a fi- nales de la primera década del siglo XXI, en tiempos de reforzamien- tos de fronteras.

Un paradigma emergente: políticas de emigración multinivel

La política de emigración tradicionalmente ha sido definida como una facultad de los gobiernos nacionales o centrales, al margen de las luchas o tensiones por competencias que se puedan tener con los go- biernos subcentrales. De acuerdo con Torpey (1998), el Estado cuen- ta con el monopolio de la producción de los medios legítimos de mo- vimiento para identificar a sus nacionales en el extranjero. De ahí que la emisión de pasaportes sea una competencia de los gobiernos cen- trales, además de ser utilizado como el medio de identificación por excelencia para registrar los cruces de personas por fronteras políti- cas internacionales. Mediante la expedición de pasaportes, visados y otros permisos, el gobierno de cada país tiene el derecho a decidir no sólo quién entra, sino también quién transita y quién sale de su terri- torio. Esto último fue evidente en la Unión Soviética y la República Democrática Alemana hace dos décadas cuando la salida de la pobla- ción de estos países fue altamente restrictiva. Políticas de emigración en países-frontera ______133

La política de emigración nacional agrupa aquellas decisiones públicas tomadas por los gobiernos centrales que se refieren a la sali- da de sus nacionales al extranjero, al establecimiento de vínculos for- males con ellos y con sus familias, así como a la promoción de la identidad nacional en otros países. Además, en ella se define que para la salida de los nacionales al extranjero hay establecidos puntos de partida terrestre, marítima o aérea. Así, se identifican diferentes va- riantes de políticas de emigración entre los extremos de restricción y apertura totales a la salida al exterior, o entre los acercamientos y distanciamientos entre los migrantes y sus gobiernos en las comuni- dades de origen. Las políticas de emigración no solamente son aque- llas que atienden o incentivan a que la población se vaya a otro país, sino también aquellas que regulan, restringen o desincentivan la sali- da. Autores como Schmitter (1985) para países de Europa del Este, Brand (2006) para Marruecos, Asis (2006) para Filipinas, así como Durand (2005), García y Griego (2006), Alarcón (2006) y Fitzgerald (2008) para México, han hecho referencias a las políticas de emigra- ción nacionales. Por política de emigración subnacional se entiende a aquellas decisiones públicas tomadas por los gobiernos subcentrales en cuan- to a la salida de su población al exterior, al establecimiento de víncu- los formales con ellos y sus familiares en las comunidades de origen y destino, así como a la promoción de la identidad regional. Para el caso mexicano, estas acciones en el discurso político aseguran estar dirigidas a mejorar la vida de los oriundos en otro país y la de sus fa- miliares en México. Pero, ¿cómo podemos probar la existencia de po- líticas de emigración subnacionales? Nuevamente, para el caso mexicano la respuesta a esta interro- gante se encuentra en el discurso de los actuales gobernantes y funcio- narios públicos, así como en la incipiente actividad que actualmente desempeñan las agencias públicas para emigrantes internacionales en los estados mexicanos. En concreto, diversos gobiernos estatales es- tán considerando de orden público e interés social la vinculación y la atención a sus emigrantes en Estados Unidos, así como a sus familias y comunidades de origen, mediante la creación de políticas públicas, programas o acciones que los beneficien en territorio propio y ex- tranjero. Porque el operar programas más allá de los límites de la en- tidad federativa (estado); de incidir en las prácticas culturales o en el 134 ______Contrastes fronterizos mejoramiento del nivel de vida en el extranjero; de estar en contacto con los emigrados y sus familias; así como el sostener abiertamente en el discurso que «no hay que dejarlos salir» o «que se vayan y se queden allá» (Alanís, 2006), son decisiones relativas a la emigración internacional. El sostener públicamente que se toman acciones públi- cas específicas para que los oriundos no se vayan de la entidad fede- rativa también es una política de emigración. Una postura crítica a este planteamiento de la política de emi- gración subnacional podría venir de internacionalistas que aboguen por manejar la migración internacional como un tema inscrito en la política exterior, que en términos genéricos podría decirse responde a lo que se conoce como el «interés nacional». Por lo que los acerca- mientos del gobierno nacional a la «diáspora» quedarían circunscri- tos a las representaciones diplomáticas y las redes consulares, lo que ha sucedido tradicionalmente en México. Bajo esta argumentación no puede dejarse de reflexionar en cuestiones como las siguientes: el que los gobiernos de las entidades federativas realcen el papel de los emi- grantes como sujetos sociales merecedores de atención pública espe- cializada, especialmente por su aportación a sus economías locales o por considerarlos héroes-catalizadores del desarrollo, ¿no incentiva la emigración? ¿Qué pasa cuando los gobiernos subcentrales se acercan a sus oriundos en el extranjero y los premian por sus contribuciones al desarrollo en la comunidad de origen? O bien cuando las autorida- des civiles (y hasta las religiosas) los ponen como ejemplo ante sus comunidades. ¿Esto último no incentiva a la emigración de la pobla- ción de regiones con alta intensidad migratoria? Frente a este escenario el gobierno federal mexicano, en con- junto con académicos y representantes de los gobiernos estatales, se ha valido del concepto de «diplomacia federativa» (Schiavon, 2004), también conocido como «para-diplomacia» (Velázquez Flores, 2006). Este término básicamente quiere decir que los estados mexicanos manejan una política exterior como resultado de la descentralización y la democratización, pero especialmente por la emergencia de las re- giones frente a la globalización (Schiavon, 2004). Además se sostie- ne que las entidades federativas, u otros entes subnacionales, a pesar de tener una agenda vis a vis un país, u otras regiones, no pueden lle- var a cabo acciones en el exterior sin pasar antes por el «visto bueno» del gobierno nacional. Políticas de emigración en países-frontera ______135

Transformación del perfil del migrante mexicano

La migración internacional es uno de los temas más importantes del México contemporáneo. Desde finales del siglo XIX, y especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, Estados Unidos y México experimentan una intensa dinámica migratoria que los posiciona como uno de los casos más fascinantes a nivel global. Sobre todo de- bido al volumen de migrantes mexicanos documentados e indocu- mentados en el «norte», así como debido a la gran diferencia en tér- minos de desarrollo palpable entre las ciudades a ambos lados de la frontera. A pesar de ser un territorio de tránsito y receptor de inmigrantes, México es principalmente un país de emigrantes (ver gráfica 1). No- venta y ocho por ciento de los migrantes mexicanos radican en terri- torio estadounidense, merced a redes sociales y comunidades trans- fronterizas que se reproducen en un contexto caracterizado por una asimetría de poder económico. Esto representa un reto mayúsculo para el futuro de ambas sociedades y gobiernos, debido a que sus ca- pacidades de interacción y respuesta han sido limitadas ante el mayor corredor migratorio del mundo (ver gráfica 2).

GRÁFICA 1. Principales países de emigración, 2005 (millones de emigrantes)

14 -

12 - 11,5 11,5

10 - 10

8 - 7,3 6 - 6,1 4,9 4,4 4,2 4,1 4 - 3,7 3,6 3,5 3,4 2,7 2,4 2 -

0 - quía India India r Rusia China Egipto México Tu Ucrania Filipinas Pakistán Alemania Kazajistán Marruecos Bangladesh Reino Unido

FUENTE: Ratha y Xu, 2008. 136 ______Contrastes fronterizos

GRÁFICA 2. Principales corredores migratorios, 2005 (millones de migrantes)

Filipinas-EE.UU. 1,6

Rusia-Kazajistán 1,8

India-E.A.U. 2,2

Kazajistán-Rusia 2,6

Turquía-Alemania 2,7

Bangladesh-India 3,5

Ucrania-Rusia 3,6

Rusia-Ucrania 4,8

México-EE.UU. 10,3

024681012

FUENTE: Ratha y Xu, 2008.

Este flujo de personas, con más de cien años de historia, incre- mentó vertiginosamente entre las décadas de los setenta y ochenta. Sin embargo, el mayor número de mexicanos que entraron a Estados Unidos lo hicieron entre los años 1996 y 2006. Hoy, la población de origen mexicano en Estados Unidos ronda los 30 millones, y aproxi- madamente uno de cada diez nacidos en México vive en territorio es- tadounidense (11,6 millones en 2008), más de la mitad (cerca de 6 millones) permanecen ahí como indocumentados (ver Passel y Cohn, 2009). Fundamentalmente son razones de tipo económico y social las que han impulsado a los mexicanos a abandonar sus lugares de origen con dirección al norte. La añeja, constante, masiva y vulnerable emi- gración mexicana a Estados Unidos ha servido para aliviar tensiones sociales provocadas por la explosión demográfica (durante los años setenta) y el pobre desempeño económico del país durante las déca- das más recientes. Además, se ha señalado la existencia de un amplio diferencial salarial atractivo para los migrantes y sus unidades fami- liares, quienes responde a un efecto endógeno de demanda-atracción de mano de obra de los sectores productivos estadounidense a tra- vés de una oferta-expulsión de trabajadores temporales y permanen- Políticas de emigración en países-frontera ______137 tes. Esto ocurre en un mercado laboral de facto en donde las redes so- ciales actúan como vínculo entre estas fuerzas, al mismo tiempo que disminuyen los riesgos asociados a un cada vez más complicado y pe- ligroso cruce fronterizo. La reunificación familiar, la privación relati- va, los avances tecnológicos en la comunicación y el transporte, así como otros factores de tipo cultural han sido incentivos para la emi- gración mexicana en Norteamérica. El perfil de los migrantes mexicanos ha variado luego de más de cien años. A fines del siglo XIX y principios del XX se reconocía el ca- rácter temporal, masculino y rural del flujo. Es decir, el de hombres jóvenes que viajaban para realizar labores en la construcción de vías férreas o en las tierras agrícolas de California y Texas, así como a la industria de Illinois u otros puntos del Medio Oeste, quienes regresa- ban periódicamente a sus lugares de origen principalmente en el Cen- tro Occidente de México. Los acuerdos bilaterales de trabajadores temporales mantenidos entre México y los Estados Unidos durante veintidós años, también conocidos bajo el nombre de Programa Bra- cero o Convenios Bracero (1942-1964), determinaron no sólo los lu- gares de origen y destino para miles de migrantes mexicanos, sino también sus características sociodemográficas en función del trabajo para el que habrían de ser contratados. Con el Programa Bracero ocu- rre la institucionalización de la migración mexicana a Estados Unidos a través de más de 4 millones de contratos de empleo temporal. Hoy no es posible hablar de un perfil ni de destinos fijos, sino de varios perfiles de los mexicanos en el extranjero. Como afirman Mark Leach y Frank Bean (2009), «los migrantes mexicanos en los nuevos destinos son un grupo heterogéneo». Más allá de analizar la diversi- dad y movilidad geográfica de los nuevos contingentes migratorios, una de las contribuciones más recientes e importantes de Douglas Massey y otros investigadores especialistas en el tema consiste en mostrar la transformación de los perfiles de los inmigrantes en Esta- dos Unidos durante las últimas décadas. Para Charles Hirschman y Douglas Massey (2009) un elemento sobresaliente de la ola migrato- ria post-65 era su concentración en cinco destinos: New York, Los Angeles, Houston, Miami y Chicago. Sin embargo, la última gran sorpresa para estos autores es la emergencia de nuevos destinos para los inmigrantes por todo Estados Unidos, como pequeñas comunida- des en Iowa, Georgia o Carolina del Norte, fenómeno asociado direc- 138 ______Contrastes fronterizos tamente con el creciente volumen de los recién llegados en busca del sueño americano y la consecuente saturación de los mercados regio- nales.

Políticas opuestas: endurecimiento versus acercamiento

Dado que la mano de obra mexicana ha sido empleada en Estados Unidos para realizar aquellas tareas que los nativos no quieren reali- zar, además de ser más barata y flexible cuando es indocumentada, la política de inmigración estadounidense ha sido más relajada o estric- ta dependiendo del ciclo económico. Aunque por lo general con un alto contenido simbólico ante la opinión pública, expresado en la construcción de muros, el aumento de personal vigilando la frontera sur, o a través de la implementación de redadas en lugares de trabajo. La ley Simpson-Rodino de 1986, también conocida como The Immi- gration Reform and Control Act (IRCA), fue la última gran reforma migratoria del siglo XX en Norteamérica, marcando un antes y un des- pués para la migración mexicana al permitir la regularización del es- tatus migratorio de más de dos millones de trabajadores indocumen- tados. Aún a sabiendas de que la política inmigratoria de Estados Uni- dos es diseñada y aprobada por el Congreso y ejecutada por el Presi- dente de ese país, desde finales del siglo pasado los gobiernos sub- nacionales estadounidenses (estatales y locales) han tomado con mayor frecuencia decisiones que afectan a los indocumentados, como las restricciones al acceso a servicios públicos de salud, educación, o a documentos de identificación como licencias manejo. Esto ha cau- sado debates y conflictos en torno a la competencia y cooperación que debe de existir entre los niveles de gobierno ante una problemá- tica con efectos diferenciados para cada una de las partes, razón por la cual también los diferentes niveles de gobierno en México han re- accionado. El endurecimiento de la vigilancia fronteriza por parte del De- partamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Secu- rity) a través de la Patrulla Fronteriza, así como las redadas en el in- terior del país a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Políticas de emigración en países-frontera ______139

Aduana (Immigration and Custom Enforcement o ICE), han provoca- do que los costos de ir a México por un tiempo y volver a Estados Unidos sean muy elevados. Esto es así porque cada vez es más peli- groso y caro cruzar la frontera sin papeles (Cornelius y Lewis, 2007; Sisco y Hicken, 2009; Fuentes y Garcia, 2009). En marzo de 2008 la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) afirmó que unas 4.000 personas murieron entre 1993 y 2005 al intentar cruzar la frontera entre México y Estados «cifra que supone 15 veces más muertes en poco más de una década que el muro de Berlín en sus 28 años de existencia». Este trágico número es equiparable con el saldo negativo estadounidense de la Guerra en Iraq, pues al 24 de marzo de 2008 la agencia de noticias AP contabilizó 4.000 muertes de soldados estadounidenses desde 2003 (para el caso de las muertes de migran- tes y el rastreo de cuerpos en el desierto de la frontera Arizona-Sono- ra ver en este libro el capítulo de Rocío Magaña). Fuentes y García (2009, p. 95) encuentran que los precios actuales por cruzar la fronte- ra sin documentos migratorios, caminando por el desierto, van de los 800 a los 5.000 dólares, dependiendo del género, el lugar de cruce así como el destino final, y si se trata de una persona que requiera ayuda extra, como una embarazada o un menor. Por otro lado, las acciones del gobierno mexicano hacia los emi- grantes pueden identificarse en cuatro grandes períodos (ver García y Griego, 2006 y Durand, 2005). El primero va de finales del siglo XIX a 1940 que es cuando se realizan campañas disuasivas a la salida al extranjero y en donde ocurren repatriaciones masivas. Luego vendría el período del Programa Bracero (1942-1964), y en tercer lugar se en- cuentra la etapa de la migración indocumentada, que termina con las regularizaciones de IRCA en 1986. Este último período fue denomi- nado por García y Griego como el de «la política de no tener política» hacia la emigración mexicana. Un último período se sitúa a finales de los ochenta y principios los noventa, cuando ocurren acercamientos a la «diáspora mexicana». Diversos autores coinciden en que es a par- tir de entonces cuando el gobierno mexicano desarrolla una serie de políticas y acciones gubernamentales con la intención de difundir el nacionalismo y promocionar el envío de remesas (García-Acevedo, 2003, Alarcón, 2006, Imaz, 2006, Irazuzta e Yrizar, 2006). Mediante diferentes acciones de gobierno, como el Programa de las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME), el Programa 140 ______Contrastes fronterizos

Paisano y los Grupos Beta, México cambió su actitud hacia los «hijos ausentes». El PCME de 1990 —anterior a la apertura económica al- canzada con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte en donde se excluyó de la agenda trilateral la migración laboral—, pro- movía la identidad nacional, la actividad consular y la organización de las comunidades mexicanas en Estados Unidos. El Programa Paisano ha brindado asistencia a los connacionales en su regreso a México ante las extorsiones experimentadas por diferentes cuerpos policía- cos. Los Grupos Beta ofrecen asistencia humanitaria a los migran- tes en zonas peligrosas de cruce fronterizo, aunque con un personal y presupuesto insuficientes. Con el cambio de partido político en la presidencia de México en 2000, los migrantes mexicanos contaron por primera vez en la his- toria con un espacio en la administración pública exclusivo para sus demandas y cercano al ejecutivo: la Oficina Presidencial para los Me- xicanos en el Exterior. En 2003 desaparece esta agencia pública jun- to con el PCME para dar paso a la creación del Instituto de los Mexi- canos en el Exterior, dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores y que cuenta con un consejo consultivo integrado por mi- grantes mexicanos. Para Rafael Alarcón (2006) el cambio de actitud en el gobierno nacional hacia la emigración se cifra a inicios de los 90. Argumenta en su análisis que entre los factores que llevaron a que el gobierno de México diera inicio a la elaboración de políticas para apoyar a los oriundos en Estados Unidos, junto con la importancia que alcanzaron las remesas y el crecimiento acelerado de la población mexicana en el país vecino se encuentra la Proposición 187 en California (Alarcón, 2006). Ante la vulnerabilidad mostrada por la diáspora mexicana es que el gobierno mexicano se decide por apoyar la ley de la no pérdi- da de la nacionalidad, como una medida que incentivara a los emi- grados a regularizar su situación legal en el extranjero sin temor a perder la «mexicanidad». Siguiendo a este autor, México se encuen- tra en el camino «hacia la construcción de una política de emigra- ción» en la que cada vez es más importante la participación de los ex- patriados ahora bajo la modalidad del voto desde el extranjero. Desde mediados de los noventa diversos gobiernos estatales mexicanos, especialmente los que experimentan altos índices de in- tensidad migratoria, han negociado y cooperado en la promoción del Políticas de emigración en países-frontera ______141 desarrollo comunitario a través de redes sociales de migrantes orga- nizados en Estados Unidos. Incluso en los últimos diez años han lle- vado a cabo políticas y acciones de gobierno que, en colaboración o no con el gobierno central, se encargan de la repatriación de cadáve- res, la localización de personas, facilitan la salida al empleo temporal en el exterior, fomentan el envío de remesas monetarias y promueven la identidad regional en el extranjero (Yrizar, 2008). Lo han llevado a cabo mediante experimentos institucionales u organizacionales, que van más allá del ampliamente difundido programa 3×1, como es la creación de agencias públicas para los emigrantes internacionales, también conocidas en México como Oficinas de Atención a Migran- tes. Para Valenzuela estas respuestas institucionales, entendidas como espacios para los migrantes, «son muy frágiles pues dependen del gra- do de influencia del gobernador, así como de las relaciones persona- les de éste con la diáspora organizada y de los recursos económicos del estado» (Valenzuela, 2007, p. 25). Este hallazgo sobre el rol del gobernador en turno es crucial, ya que habla de las limitaciones de es- tas respuestas de gobierno y de la necesidad de dotarlas de un mayor grado de institucionalización en términos de marco legal y atributos, o de estructura y presupuesto, pero especialmente de competencias.

Conclusión: Abriendo el debate hacia Marruecos

Las acciones llevadas a cabo por los gobiernos hacia la migración in- ternacional varían entre países y regiones en función no sólo de las características de la diáspora, sino también del sistema político, la si- tuación económica, la geografía, y la historia. Al revisar el caso me- xicano aparece un paradigma emergente, el surgimiento de una polí- tica de emigración multinivel. En ella participan no sólo las agencias públicas del gobierno federal, que es el nivel nacional/central, sino los gobiernos estatales y municipales en tanto niveles subcentrales. La política de emigración multinivel mexicana, sin embargo, no se ha consolidado y se perciben más acciones en el discurso que en la rea- lidad. De manera que el reto para los gobiernos de países y regiones de emigración que ya cuentan con leyes e instituciones hacia los ex- patriados está en pasar de las palabras a las acciones. 142 ______Contrastes fronterizos

Los casos de México y Marruecos también ofrecen puntos de comparación en cuanto al cambio del discurso oficial hacia los mi- grantes y en la institucionalización de políticas de emigración y orga- nizaciones especializadas en acercarse a los emigrados, como lo ha demostrado De Hass (2007) en este país Magrebí (ver también Yrizar, 2009). En ambos países es evidente el interés de los gobiernos por las remesas y la inversión de los migrantes en las comunidades de origen. Este interés se mantiene constante a nivel nacional para ambos casos, y a nivel de las regiones periféricas en el caso mexicano. Como países en vías de desarrollo interesados en hacerse de divisas, en México y Marruecos existen administraciones públicas deseosas de hacerse de la confianza de los emigrados y con ello garantizar el envío de reme- sas a sus familias. Además, sus gobiernos están conscientes de que no es posible, y al parecer poco deseable, detener completamente la mi- gración internacional, ya que ello significaría el dejar sin un salario a las familias de los «hijos ausentes». El futuro de la migración internacional en México y Marruecos es incierto aunque diversos elementos ofrecen algunas luces. Clara- mente el reforzamiento de las fronteras no será una medida que pueda frenar el éxodo masivo y constante de individuos atraídos por el de- seo de mejorar su situación económica y social, quienes provendrán cada vez más de nuevas regiones y con rumbo a destinos no tradi- cionales. A propósito de esto, tanto Marruecos como México se con- vierten en «países frontera», que a través del control de sus políticas migratorias (in-, trans- y e-), podrían estar comprometidos con los países más ricos para colaborar en la contención de los flujos «inde- seados» de individuos de países pobres y marginados que se dirigen a la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá. En este sentido, los di- ferentes niveles de gobierno en ambos países deben apuntar a la bús- queda de fórmulas más sofisticadas de gestión migratoria que priori- cen los derechos humanos de todos los migrantes. En el caso de México, como resultado del endurecimiento de la política inmigratoria estadounidense, las muertes de los migrantes no se reducirán y lo mismo sucederá con el número de indocumentados, quienes habrán de sufrir las redadas en lugares de trabajo y luego la deportación. De seguirse frenando la circularidad del flujo migratorio y la entrada a Estados Unidos las remesas internacionales experimen- taran un decremento acelerado que será resentido por miles de fami- Políticas de emigración en países-frontera ______143 lias y podría poner en riesgo la estabilidad económica y la paz social de los países de origen. Una situación similar se podría esperar para el flujo migratorio Sur-Norte de indocumentados en el Mediterráneo. En el ocaso de la primera década del nuevo milenio Marruecos y México son países en vías de desarrollo cuya estabilidad social y económica depende en buena medida de sus migrantes internaciona- les. Dado que los dos están todavía lejos de incorporarse a procesos de integración supranacional integral, no únicamente comercial, la libre circulación de personas a través de sus fronteras nacionales más pró- ximas es todavía una quimera. Las actuales condiciones políticas y económicas globales hacen imperativo que los gobiernos de estos dos países prioricen el acercamiento con sus expatriados y que fomenten la cooperación multilateral con miras a una migración internacional menos forzada, menos vulnerable, pero sobre todo, más humanitaria y ordenada.

PARTE II

VISIONES MACRO-ECONÓMICAS DE LAS REGIONES E IMPACTOS MICRO-SOCIOLÓGICOS

5. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México y en el Magreb

Dr. Jorge Eduardo Mendoza Cota1

Introducción

Las tendencias a la globalización de las relaciones económicas y a la integración regional de las economías han permitido no sólo el incre- mento de los flujos financieros y comerciales entre países, sino tam- bién del intenso cruce de fronteras por una creciente cantidad de mi- grantes. El estudio de los aspectos económicos de la migración en un contexto de globalización requiere de una combinación de explica- ciones para dar respuesta a la dinámica de los flujos de personas tan- to desde el punto de vista demográfico y social como del punto de vista económico. Los procesos de integración económica, política y social en el marco de los adelantos tecnológicos, no sólo posibilitan la existencia de la globalización económica internacional sino que incorporan a nuevas zonas al proceso migratorio. Lo anterior ha generado un dile- ma en la definición de los mecanismos para promover el proceso de integración económica en lo relacionado con aspectos como el co- mercio y la inversión que, sin embargo, coexisten con procesos de migración no deseados por los países receptores. Es en esta perspectiva que el presente trabajo busca establecer, como procedimiento de análisis, algunos conceptos y variables que

1. Investigador del Departamento de Estudios Económicos de El Colegio de la Frontera Norte y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 3. Autopis- ta Tijuana-Ensenada, km 18.5, San Antonio del Mar, Baja California; tels.: (664) 6316300-3416; fax: (664) 313556; e-mail: . 148 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos nos permitan definir comparar la región de Norteamérica y la región de los países que tienen frontera en el Mediterráneo del sur. En el es- tudio se relacionan y comparan las experiencias de integración asi- métrica en estas dos regiones, retomando el análisis económico y el estudio de los flujos de migrantes como fenómenos derivados del proceso de globalización.2 De esta manera, en el presente estudio se destacan las similitudes y las diferencias de la relación económica asimétrica en México y los EUA, por un parte, y la de Marruecos, Ar- gelia y Túnez3 con respecto a España y Francia. Cabe destacar que este estudio parte de un enfoque teórico con- ceptual y metodológico que resalta, el término de «integración eco- nómica», concebido para analizar la vinculación económica en la frontera de México y EUA y puede ser aplicado al análisis de los paí- ses de la región del Mediterráneo. Así pues, la integración se entien- de como un fenómeno económico donde los procesos económicos de dos países o regiones tienden a seguir el mismo patrón de comporta- miento económico (Shatz y López-Calva, 2004).

Las relaciones económicas en la frontera México-EUA

Integración económica México-EUA

Desde la década de los ochenta, México inició un proceso de apertu- ra económica, mediante el desmantelamiento del sistema proteccio- nista y de intervención directa del estado en la economía. Así mismo, en este período inicia el proceso de incorporación a los acuerdos mul- tilaterales (GATT, 1987) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994 (TLCAN). En el contexto del marco de la creciente globalización, se ob- serva la intensificación de los flujos de capital y de los flujos comer-

2. Baste señalar las diferencias de los alcances observados en el TLCAN y los acuerdos comerciales en la zona sur del mediterráneo (Mella, Regnault, 2003). 3. Estos son los principales países que conforman la región del Magreb, que literal- mente significa «oeste» en árabe. Esta región comprende el norte de África del Saha- ra hasta el oeste del Nilo. Los países que la componen son Marruecos, Algeria, Túnez, Libia y en algunas ocasiones Mauritania. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______149 ciales, así como la expansión de los flujos migratorios provenientes de las diferentes regiones de México hacia los EUA y las ciudades fronterizas de México. Los cambios económicos de México se pro- fundizan a partir de la liberalización comercial de la década de los ochenta (GATT y TLCAN). Entre estos se destacan por su importan- cia, la dinámica comercial con Estados Unidos y las actividades ma- nufactureras que están vinculadas con el sector externo.

Las causas económicas de la migración de mexicanos hacia los EUA

Durante el período que va de 2000 hasta el 2004 la economía mexi- cana se caracterizó por un crecimiento positivo pero oscilante. En particular se destaca la recesión moderada experimentada durante los años 2001 y 2002 y la severa crisis de empleo de 2008-2009. Cabe mencionar que esta recesión estuvo directamente vinculada a la caída de la actividad económica experimentada en esos mismos años en los EUA. Asimismo se aprecia que la economía mexicana representó una fracción muy pequeña de la economía norteamericana si se compara el PIB con el de ese país (cuadro 1). Esta brecha en los niveles de pro- ducción e ingreso ha tenido implicaciones en las decisiones de migrar hacia los EUA de los trabajadores mexicanos, pues el diferencial de actividad económica se convierte, entre otros factores, en un estímu- lo para el movimiento migratorio. Además, de acuerdo a la información del Banco Mundial, se aprecian importantes diferencias en la dotación de infraestructura en áreas como la del consumo de energía eléctrica, ya que mientras que en los EUA el consumo por persona alcanzaba los 13.078,4 de Kwh. en 2003, en México esa cifra solamente llegaba a 1.801 Kwh. en ese año. Además, en lo que corresponde a indicadores de desarrollo y de potenciación de la productividad y la educación de la fuerza de traba- jo, se observa que los usuarios de Internet en los EUA alcanzan una proporción de 630 usuarios por cada mil personas, mientras que en México esa participación solamente alcanzó 135 personas. Estos da- tos reflejan aspectos asimétricos entre economías que conforman la región de Norteamérica (incluyendo Canadá) y que impactan al fenó- meno migratorio. 150 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos 1. México y EUA: estructura desarrollo económico EUA 9.764.800.000 10.075.900.000 10.434.800.000EUA 10.951.300.000 11.711.830.000 3,7 0,8 1,9 3,1 4,2 UADRO C servicios (% del PIB)servicios (% del PIB)(2000 = 100) EUAdólares corrientes) EUA 11,23(% de manufacturados) 15,11 10,25 EUA EUA 13,89 EUA 100 9,63 35,29 13,7 102,8 34,26 9,55 14,1 104,36 33,46 102,98 32,62 101,24 32,29 (% del PIB)(% del PIB) EUA EUA 1,2 24,2 1,2 23 1 22,2 1,2 22,3 Exportaciones de bienes yImportaciones de bienes y MéxicoTérminos de intercambio México 31 plazo (miles de Deuda de largo 32,9 México MéxicoExportaciones de alta tecnología 131.381.500 27,5 México 100 131.117.800 29,8 130.263.700 22,4 132.462.700 98,8 26,8 129.599.800 28,6 22 98,7 27,8 29,5 21,4 30,1 97,9 31,9 21,3 98,4 21,2 PIB miles de dólares corrientes MéxicoCrecimiento anual del PIB 581.426.400 622.092.700Agricultura: valor agregado México 649.075.600Industria: valor agregado México 639.076.200 6,6 676.497.100 4,2 México –0,2 28 4,2 0,8 27,3 3,9 1,4 26,5 3,9 4,4 25,8 4,1 26,4 Actividad económica País 2000 2001 2002 2003 2004 Comercio externo Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______151 (Continuación) 1. UADRO C : World Development Indicators 2005, World Bank. Development Indicators 2005, World : World (kWh per cápita)per cápita)de población urbana con acceso) EUA EUApersonas) 13667,43 13029,89 EUA 8164,32 13125,88 7916,16 EUA 13078,35 439,37 7937,88 500,57 7842,89 551,38 555,8 629,99 (% del PIB)netos, miles de dólares corrientes EUA 321.274.000compañías listadas (% del PIB) 167.020.000 EUA 80.840.000 EUA 154,68 67.091.000 20,49 106.831.000 137,5 18,85 106,36 18,05 130,27 18,04 139,38 Consumo de electricidad (kg de petróleo Uso de energía México MéxicoInfraestructura sanitaria urbana (% México 1.802 1.535Usuarios de internet (per 1.000 .. México 1.804 1.528 52 .. 1.825 1.543 75 1.801 1.564 90 107 ...... 119 .. 135 Formación bruta de capital Inversión externa directa, flujos México MéxicoCapitalización de mercado 17.077.000 23,8 27.687.000 México 15.477.000 21,5 20,9 12.279.000 17.377.400 20,3 20,7 15,9 20,6 19,2 21,3 25,4 UENTE Actividad económica País 2000 2001 2002 2003 2004 Desarrollo económico e infraestructura Inversión y financiamiento F 152 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

Las relaciones económicas entre México y los EUA

Durante la década de los noventa, México cambió su estructura eco- nómica, al transformarse en una economía abierta a los flujos inter- nacionales de capital y de mercancías. Como se aprecia en el cuadro 1, las exportaciones de México como proporción del PIB en el 2003, al- canzaron un porcentaje del 27,8 % contra un 9,6 % de los EUA. No obstante, se destaca que el nivel de exportaciones de alta tecnología con respecto al total de productos manufacturados alcanzaba un 21,2 % mientras que en los EUA era de 32,1 %. Las cifras anteriores reflejan que, aunque con un nivel creciente de producción manufac- turera y de exportaciones, el nivel de valor agregado y el nivel tecno- lógico eran menores en la economía mexicana que en su contraparte estadounidense. Otra característica del comportamiento económico reciente de México ha sido la creciente presencia de la inversión extranjera di- recta orientada a las actividades manufactureras para la exportación, actividad que ha tenido un importante impacto en la estructura y di- námica del empleo de los estados de la frontera norte; en particular se destaca el rápido crecimiento de los flujos de capital foráneo en Baja California y Chihuahua (cuadro 2). Este rápido crecimiento ha estado relacionado con el crecimiento del empleo en la industria maquilado- ra y el comercio intraindustrial que se expandió a partir de 1994, en particular para los estados de Baja California, Tamaulipas y Chi- huahua.4 Como resultado de lo anterior, se ha observado que la actividad económica de las ciudades localizadas en la frontera norte de México ha permitido el crecimiento del empleo en dichas localidades, lo que se ha reflejado en relativamente bajas tasas de desempleo laboral, con- virtiendo a esta región en un polo de atracción de trabajadores de otras regiones de México. Por otra parte, los condados fronterizos de Norteamérica pre- sentan un elevado dinamismo en el comercio al menudeo, el trans- porte y la actividad de los gobiernos estatales y locales (Nogales, San Diego, McAllen, y Eagle Pass). Por ello, el proceso de integración se ha reflejado en el incremento de los cruces de personas y vehículos

4. De acuerdo a la información del Banco de Información Económica del INEGI. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______153 2. Inversión extranjera directa en México (millones de dólares) UADRO C Baja Coahuila Frontera 1994199519961997 10.661,7 8.348,4 227,11999 7.837,22000 12.081,4 538,12001 427,6 102,3 677,72002 13.414,02003 17.077,5 120,4 1.1672004 27.687,2 147,6 114,4 972,3 308,3 15.476,8 839,6 12.279,0 528,7 213,4 927,4 17.377,4 534,3 293,3 710,9 937,4 503,8 180,3 921,4 704,2 187,8 603,8 107,1 2.371,2 354,6 1.074,8 108,4 155,4 146,4 740,1 362,4 159,7 108,3 2.390,6 1431,7 600,0 393,7 707,0 1.804,0 2.044,6 283,7 334,3 214,0 416,6 710,4 1.388,0 2.440,5 1.091,5 179,1 461,8 4.110,5 1.906,7 488,7 186,3 834,6 127,4 345,4 4.091,7 5.636,3 322,0 253,9 311,3 4.088,5 3.611,5 294,4 3.056,5 3.161,1 : elaboración propia con base en datos de la Secretaría Economía. Dirección General Inversión Extranjera. 1998 p/ 8.366,2 726,4 134,6 620,0 671,6 170,7 345,7 2.669,0 Período a/ Total California de Zaragoza Chihuahua Nuevo León Sonora Tamaulipas Norte UENTE p/ Cifras preliminares a partir de la fecha que se indica. TCPA: Tasa de crecimiento promedio anual. Tasa p/ Cifras preliminares a partir de la fecha que se indica. TCPA: F TCPA 2000-2002TCPA 1994-2003TCPA 4,70 % 0,40 % 17,60 % –1,30 % 7,60 % –17,40 % –10,40 % 8,30 % –26,30 % –12,40 % 4,90 % –12,70 % 6,90 % –14,50 % –1,50 % 7,10 % 154 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos entre ambos países, mostrando la profundización de las relaciones económicas y sociales en la frontera de ambos países.

La migración laboral mexicana desde una perspectiva regional

Heterogeneidad económica regional en México

El comportamiento de la economía mexicana se ha caracterizado por creciente aumento de las diferencias en la actividad económica regio- nal. Estas disparidades estructurales en la dinámica regional se refle- jan en los flujos de la migración mexicana, los cuales están relacio- nados con problemas macroeconómicos, como son el desempleo, los bajos salarios y la limitada habilidad laboral. Al respecto se observa que los estados con menores niveles de PIB al iniciar los noventas, como fueron Chiapas, Oaxaca, Michoa- cán, Guerrero y Zacatecas han experimentado una rápida expulsión de migrantes (cuadro 3). Adicionalmente, en el DF y los estados de Hidalgo, Jalisco, Tlaxcala, Veracruz, México y Zacatecas también se caracterizaron por expulsar migrantes y por haber experimentado altas tasas de desempleo que incluso tendieron a elevarse entre 1993 y 1996.

CUADRO 3. Los estados con mayores niveles de PIB y migrantes al exterior

PIB a Precios Constantes de 1993 Migrantes 1995-2000

Distrito Federal 274.667.008 Jalisco 159.612 México 119.971.573 Michoacan 156.901 Jalisco 75.815.855 Guanajuato 153.607 Nuevo León 74.074.508 México 119.171 Veracruz 52.693.995 Veracruz 72.969 Chihuahua 45.225.902 Guerrero 68.351 Guanajuato 38.802.028 Puebla 65.376 Puebla 37.665.933 Zacatecas 61.969 Coahuila de Zaragoza 33.759.964 San Luis Potosí 58.942 Baja California 32.382.523 Hidalgo 58.439

FUENTE: elaboración propia con datos del Censo General de Población y Vivienda 2000, Banco de datos del INEGI, Sección Producto Interno Bruto Trimestral. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______155

CUADRO 4. Población de 15 años o más nacida en México residente en Estados Unidos por características laborales, 1994-2003

Año TCPA (%)

Característica laborales 1994 2000 2003 1994-2003

Condición de actividad Población económicamente activa 65,6 68,5 69,1 Ocupados 58,2 63,5 62,4 0,70 Desocupados 7,4 4,9 6,7 –1,00 Población económicamente inactiva 34,4 31,5 30,9 Sector de actividad Primario 11,9 12,1 4,4 –9,90 Secundario 36,2 36,6 35,8 –0,10 Terciario 51,9 51,2 59,8 1,40 Tipo de trabajador 100 100 100 Asalariado 95,2 95,5 93,9 Otro1 4,8 4,5 6,1 Ocupación laboral Profesionistas2 6,1 7,2 N.D. 2,40 Servicios3 49,0 51,7 N.D. 0,80 Operadores4 44,9 41,0 N.D. –1,30 Horas trabajadas por semana 34 o menos 15,6 9,3 11,1 De 35 a 44 horas 69,3 76,8 75,1 45 o más 15,1 13,9 13,8 Promedio de horas trabajadas por semana 39,2 39,7 39,6 0,10 Salario anual Salario promedio anual (dólares) 14.431 18.507 21.495 4,00

NOTAS: 1. Incluye cuenta propia, sin pago y personas que laboran menos de dos semanas conti- nuas de tiempo completo. 2. Incluye a los administradores, profesionistas y técnicos. 3. Incluye a los que trabajan en servicios, ventas y reparación. 4. Incluye a operadores de maquinaria, fa- bricantes, obreros y jornaleros. TCPA: tasa de crecimiento promedio anual. N.D. No disponible. FUENTE: elaboración propia con estimaciones de CONAPO con base en Bureau of Census, Cu- rrent Population Survey (CPS), de marzo de 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002 y 2003. 156 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

Así pues, el proceso migratorio parece estar correlacionado con la di- námica y el nivel de la actividad económica y con los ingresos de la población. Adicionalmente a los determinantes económicos, es importante resaltar un factor socioeconómico como lo es la existencia de redes sociales que facilitan los mecanismos para migrar y con ello permiten la reducción de los costos del proceso migratorio y la obtención de empleo. Así pues, los estados con mayores movimientos migratorios también se caracterizan por contar con una mayor población resi- diendo permanentemente en los EUA. Este es el caso de Jalisco, Mi- choacán y Zacatecas, que en 1990 contaban con un porcentaje del 16,8 %, 10,5 % y 6,7 %, respectivamente.5 Por otra parte, se observa que la población nacida en México residente en los EUA mayor de 15 años exhibió un incremento del porcentaje de personas empleadas en 2003 (69,1 % contra 65,6 % en 1994), lo cual evidencia mayores opor- tunidades de empleo relativas para los trabajadores mexicanos en los EE.UU. durante la década de los noventa (cuadro 4).

Características económicas y de la migración en la región del Magreb

Estructura económica de los países del Magreb

Los países que componen la región del Magreb se caracterizan por estar también en un nivel relativamente bajo en cuanto a su desarro- llo económico. Así mismo, se destaca que estas economías se carac- terizan por haber sido colonias de países europeos. La cercanía geo- gráfica y el espacio compartido del Mediterráneo han determinado que estos países tengan fuertes nexos económicos con algunos países europeos, además de contar con importantes movimientos migrato- rios hacia este continente europeo. Entre las particularidades del perfil económico de las economías del Magreb, se aprecia el lento crecimiento de las actividades econó-

5. Fuente: elaboración propia con estimaciones de CONAPO y de INEGI, Encuesta Nacional de Empleo (ENE) módulo sobre migración, 2002. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______157 micas. En particular se destaca que a partir de la década de los noven- ta, las economías que componen esta región han mostrado un notable desaceleramiento de la actividad económica, que es aún más agudo en el caso de Argelia. Al generalizar el perfil económico de los países que tienen una frontera en el Mediterráneo (tanto de Europa con del norte de África), se distingue que las economías europeas cuentan con un nivel más elevado de desarrollo económico. Así, en 1998 estos países tenían una participación del 86 % del PIB de la región mediterránea. En lo que toca a los países árabes (incluyendo Israel) estos contabilizaban un 13,4 % del PIB regional (Escribano, 2000). Las diferencias en la capacidad económica de la región también se observan en los niveles de bienestar de la población, reflejados en términos del indicador de ingreso per cápita. De esta manera, en 1998 la región se caracteriza- ba por tener países como Francia con ingresos per cápita elevados y países con bajos niveles de bienestar económico como Jordania o Marruecos, con ingreso per cápita en los últimos lugares del ranking mundial. Específicamente, en este estudio se analizan los países que hacen frontera en la región oeste del Mediterráneo, que está compuesta por Francia y España en Europa y Marruecos, Algeria y Túnez en el norte de África. A continuación se presentan las características de la estruc- tura económica de los países origen de la migración de esta región.

Principales actividades económicas

Al analizar la estructura económica de los países del noroeste de Áfri- ca (Marruecos, Algeria y Túnez) se destaca que de estos tres países del Magreb, Marruecos sobresale por su mayor volumen de actividad económica; por su parte, las economías de Algeria y de Túnez mues- tran un menor nivel de actividad económica. Así, el PIB de Marrue- cos en el 2004 fue de 500 mil millones de dólares, muy superior al ex- hibido por Algeria y, en particular, Túnez. Así mismo, durante la década de los noventa los países de la región mostraron una tasa de crecimiento promedio anual moderada, con tasas de 2,2 y 2,6 para el caso de Argelia y Marruecos, aunque en el caso de Túnez se observa un crecimiento más acelerado de un 4,6 % (cuadro 5). 158 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos 2004 2.046.6462004 1.039.927 84.6492004 2,32 500.3082004 28.185 2,49 3,09 21,75 3,47 5,2 29,22 9,81 4,24 56,62 15,87 30,38 5,84 12,59 27,76 20042004 25,972004 25,72 25,72004 110,8 29,32 102,12 25,76 125,58 30,38 33,12 98,17 47,89 44,61 99,16 31,98 14,03 13,69 5. Europa del sur y el Magreb: estructura desarrollo económico UADRO C asa de desempleo como % la población activa 2002 8,9 11,4 11,6 27,3 ND PIB millones de dólares corrientesCrecimiento anual del PIBAgricultura: valor agregado (% del PIB)Industria: valor agregado (% del PIB) 2000Crecimiento promedio anual del PIB 1.327.964 2000T 580.674 53.455 2000 2,84 2000 333.341 1990-2002 19.468 4,07 4,38 22,9 1,9 8,77 4,4 29,23 2,8 13,83 59,74 2,4 12,36 31,93 2,2 0,96 28,56 2,6 4,67 4,6 Exportaciones de bienes y servicios (% del PIB)Importaciones de bienes y servicios (% del PIB) 2000Términos de intercambio (2.000 = 100) 2000 28,57 plazo (miles de dólares corrientes)Deuda de largo 27,66 29,03 2000 2000 32,16 21,89 100 31,36 31,93 44,16 47,69 100 100 100 20,97 100 20,07 Actividad económica Francia España Algeria Marruecos Túnez Comercio externo Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______159 (Continuación) 5. 2004 19,75 28,27 32,492004 25,042004 7816,45 24,7 5701,082004 4519,37 796,25 3240,28 414,04 576,73 1035,53 1.118,11 377,98 335,74 837,42 26,11 117,36 84,07 UADRO C : elaboración propia con datos del World Development Indicators 2005, World Bank. Development Indicators 2005, World : elaboración propia con datos del World miles de dólares corrientes(% del PIB) 2004 24.521 16.594 882 2004 769 90,75 594 50,1 (% de exportaciones manufacturados) 2004 19,15 7,04 1,05 10,17 4,93 Inversión externa directa, flujos netos, Capitalización de mercado compañías listadas 2000 2000Consumo de electricidad (kWh per cápita) 108,94 42.369 (kg de petróleo per cápita)Uso de energia 38.835Usuarios de internet (per 1.000 personas) 2000 438 7492,44 2000 221 5176,5 4371,56 2000 696,28 32,7 3078,39 752 143,64 500,06 960,24 991,27 358,21 135,46 793,64 4,92 27,19 27,19 Exportaciones de alta tecnología Formación bruta de capital (% del PIB) 2000 2000 23,75 20,47 7,64 26,28 4,14 23,77 11,28 23,63 3,42 27,28 UENTE Desarrollo económico e infraestructura Inversión y financiamiento Actividad económica Francia España Algeria Marruecos Túnez F 160 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

Al comparar los países árabes con Francia y España, se observa que el nivel de la actividad económica de los países europeos es muy superior, como lo corrobora el PIB anual para el año 2004. Así la pro- ducción de Francia era cuatro veces superior al de Marruecos y diez veces superior al de Túnez, en ese año. Por otra parte, la estructura económica de estos países muestra que los tres países árabes exhiben un predominio de la producción de bienes del sector industrial, en par- ticular se destacan los casos de Algeria y Marruecos. Mientras donde los sectores agrícolas de estos países muestran una menor participa- ción en el producto interno bruto. No obstante, aunque se destaca que los países europeos de Fran- cia y España experimentan tasas de desempleo relativamente eleva- das, es importante subrayar que los países árabes del Magreb mues- tran tasas de desempleo aún más elevadas, lo que se convierte en un factor más de la migración árabe.

Las particularidades del desarrollo económico

Al analizar los componentes del índice de desarrollo humano para el año 2003, se aprecia que el PIB per cápita de Francia y España era muy superior al de los países del Magreb, alcanzando los $27.677 y $22.391 dólares por habitante, respectivamente. Además, cuando se analizan más detenidamente los avances que se tienen respecto a los indicadores de desarrollo humano, los países árabes también se equi- paran negativamente con los países europeos analizados. En particu- lar las tasa de alfabetización de adultos era muy inferior, lo que mues- tra problemas estructurales en los niveles de educación que afectan las posibilidades de acceso a mejores condiciones de vida (cuadro 6). En lo que corresponde al desarrollo de la infraestructura tam- bién se experimentan diferencias importantes en los países de ambas regiones. El consumo de energía de Francia y España refleja la mayor capacidad de producción y consumo, que se traduce en los niveles más elevados de bienestar de estos países con respecto de los países ára- bes. Así mismo, la capacidad productiva fundamentada en los mayo- res niveles tecnológicos de comunicación e información requeridos para el desarrollo económico basado en el conocimiento y la innova- ción se expresa en el tamaño de las redes de Internet disponibles, que Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______161 g Mexico f EUA . 1995. d. 1998. e. 2000. t Programe data base. e Túnez d Marruecos c Argelia b Francia a España 6. Índices de desarrollo humano, ingresos y desigualdad (2003) UADRO C (paridad de poder (dólares) 4,04 7,61 0,75 0,65 0,63 5,15 0,49 1 1 : datos del PNUD 2004 y Banco Mundial. Los coeficientes de Gini por país, son para los siguientes años: a. 1990. b. 1995. c compra de dólares) 4,42 7,02 2,25 1,77 1,82 N.D. 0,73 primaria, secundaria y terciaria (%) 94 92 74 58 74 93 75 asa de alfabetización adultos (%)asa bruta combinada de matriculación 97,7 N.D. 69,8 50,7 74,3 N.D. 90,3 UENTE Salarios minimos Coeficiente de Gini 32,5 32,7 35,3 39,5 39,8 40,8 54,6 IDH (2003)Ranking al nacer (años)Esperanza de Vida T T 79,5PIB pc (dólares ppp por habitante) Salarios minimos 79,5 22.391 71,1 79,5 27.677N.D. No disponible. 6.107F 0,94 21 69,7 0,72 4.004 16 73,3 7.161 77,4 0,63 103 37.562 75,1 9.168 0,75 124 0,94 89 0,81 10 53 f. 2000. g. 2000. 1. La información de salarios mínimos se obtuvo de International Labour Organization, Conditions of Employmen f. 2000. g. 1. La información de salarios mínimos se obtuvo International Labour Organization, 162 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos los países árabes se encuentran muy por debajo de sus contrapartes europeas (cuadro 5).

La integración económica entre Europa y el Magreb

Los países del Magreb han tenido un proceso lento de integración a la economía internacional, e incluso algunos investigadores han consi- derado que los países árabes del sur Mediterráneo han tenido una me- nor oportunidad de aprovechar los flujos de IED, aún y cuando existen factores de proximidad geográfica a los mercados europeos (Martín, 2000). No obstante, el establecimiento de la Sociedad Euro-Medite- rránea en 1995 y de las políticas de apertura en los países de Magreb, los flujos de IED provenientes de Europa todavía se mantienen en rangos muy bajos. Al igual que en el caso de la economía mexicana, a partir de la década de los ochenta, los gobiernos de los tres países árabes empe- zaron a establecer condiciones para permitir la entrada de IED, con el objetivo de modernizar el sector industrial y con el fin de contrarres- tar el déficit en balanza de pagos, derivado del déficit comercial y el pago del servicio de la deuda. Sin embargo, las tendencias de los flujos de capital han sido os- cilantes. De esta manera, desde mediados de la década de los ochenta hasta mediados de la década de los noventa, se observa una tenden- cia creciente a la captación de inversión, que cayó durante la segun- da mitad de la década de los noventa tanto para el caso de Marruecos como de Túnez.6 Para el caso de Algeria se aprecia que el desmante- lamiento de las barreras a la IED se realizó posteriormente. Así mis- mo, Martin (2000) resalta que gran parte de las inversiones se han orientado hacia la construcción de las tuberías de gas entre Europa y el Magreb. De esta manera, en el caso de Túnez se apreció un crecimiento de la IED de pequeñas y medianas empresas multinacionales.7 De

6. World Development Indicators, 1999. 7. Este proceso se observa claramente en el caso de Túnez, a partir de la firma del Acuerdo Bilateral de Asociación de las Comunidades Europeas y sus estados Miem- bros en 1995. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______163 acuerdo a foráneo El Ouardani (2006) lo anterior ha impulsado el cre- cimiento del sector textil y de vestido, las industrias electrónicas y el sector de cuero y calzado, en un ambiente de poca atracción a los grandes flujos de capital. Sin embargo, en años recientes se ha observado un ritmo de cre- cimiento más dinámico de los flujos de inversión extranjera directa. De esta manera se aprecia que Algeria incrementó la captación de IED de 438 millones de dólares en el 2000 a 882 millones en el 2004, mientras que Marruecos y Túnez pasaron de 221 millones de dólares a 769 millones de dólares y de 752 a 594 millones de dólares, en el mismo período respectivamente. La apertura al comercio internacional ha sido un pivote de las principales de las estrategias de crecimiento en el contexto de libera- lización económica. En general, estos países iniciaron un proceso de estabilización en la segunda mitad de la década de los ochenta, que fue seguido por el llamado proceso de ajuste estructural dirigido a li- berar el comercio exterior y promover las economías de mercado. Así mismo, la incorporación a la Organización Mundial del Comercio y la firma del acuerdo bilateral con las comunidades europeas de 1995, estimuló la apertura comercial de los países árabes. De forma similar a los acuerdos tomados en el marco del TLCAN, los países árabes es- tablecieron convenios con la Unión Europea, con el fin de eliminar gradualmente las restricciones cuantitativas para los productos de es- tos países en la comunidad europea. Debido a la localización geográfica el comercio de la región del Magreb estaba concentrado con la Unión Europea (alrededor del 70 %), siendo las principales exportaciones las de alimentos, productos ener- géticos, bienes de capital y productos intermedios de la industria me- talmecánica y eléctrica. De esta manera, se observa un nivel elevado de apertura económica de los países árabes del noroeste de África, al- canzando en el 2004 una elevada proporción tanto de las exportacio- nes como de las importaciones con respecto al PIB (más del 30 % para los casos de Marruecos y Túnez). En el caso de los países del Magreb, sin embargo, el contenido de las exportaciones, en particular las manufactureras, cuentan aun con un bajo contenido tecnológico. Lo anterior refleja las limitaciones que tiene el modelo de apertura económica en el crecimiento sostenido de esos países en el mediano plazo (cuadro 5). 164 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

Globalización económica y migración en la región mediterránea

Integración regional

La contraparte de la globalización, expresada en el regionalismo de la dinámica económica, ha cobrado una importancia creciente en la re- gión Mediterránea que vincula a Europa del sur y la el norte de Áfri- ca. Así, dicha zona se caracteriza por la complejidad de las interac- ciones económicas, políticas y culturales, y las asimetrías que se dan en este terreno entre los países de la región. Debido a los nexos económicos existentes y la vecindad geo- gráfica, la Unión Europea (UE) estableció, en 1995, el proceso de Barcelona con el fin de impulsar una sociedad (Partenariado Euro- mediterráneo) entre los países del sur Mediterráneo y la UE, para crear una área de libre comercio en el 2010, considerando los objeti- vos de propiciar una mejor organización y control de la seguridad, el comercio y los flujos de migrantes. Al igual que en el caso, de Mé- xico y el TLCAN, se buscó dinamizar la economía del Magreb con el fin de reducir los flujos migratorios de esa región hacia la UE. Adi- cionalmente, existe un acuerdo horizontal como el acuerdo de libre comercio (AGADIR por sus siglas en ingles) entre Jordania. Túnez, Marruecos y Egipto que se estableció en el 2004, con el objetivo de generar un bloque comercial de los países árabes. Con respecto a la estructura económica de la región, se aprecia que las economías de la costa árabe mediterránea se caracterizan por estar enfocadas hacia actividades agrícolas y de generación de ener- gía. No obstante el contexto general nos muestra que un número im- portante de países árabes del mediterráneo ha experimentado políti- cas de industrialización basadas en la sustitución de importaciones y el proteccionismo comercial, y se encuentran en etapas de transición hacia la liberalización económica (Siria, Libia, Argelia). Las tendencias al proceso de integración económica han sido el resultado de la influencia de la UE. En términos generales, esto se co- rresponde con la estrategia europea de impulsar el proceso de regio- nalización económica como el mecanismo de integración económica, incorporando, en el caso del Mediterráneo, la propuesta de la EMFTA. Algunos autores han destacado que los acuerdos de comercio prefe- renciales no han tenido impacto suficiente como para promover el Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______165 crecimiento de la región. Finalmente, debe subrayarse que existen condiciones que limitan la expansión del comercio de la región, ya que el comercio intra-industrial parece no ser relevante y se encuentra por debajo de los niveles que existen entre los países de América Latina y los Estados Unidos.

La migración Mediterránea en el Magreb

Tradicionalmente, los países del noroeste de África, en particular, Marruecos, Algeria y Túnez, han mostrado históricamente un flujo migratorio de trabajadores hacia los países europeos. Debido a las características geográficas que vinculan a los países del norte de África con España y Francia, se han experimentado elevados flujos de migración en el sur del Mediterráneo provenientes de los países del Magreb. Adicionalmente, esta región se ha convertido en un punto de paso de movimientos migratorios de países del Sub-Sahara, lo que ha generado redes migratorias que operan en Marruecos y Algeria (Auba- rell y Aragall, 2005). Con relación a los aspectos demográficos Al respecto, cabe mencionar que Francia es el país con mayor población en Europa con 60 millones de habitantes en el 2003, seguido de España con 41 mi- llones. Por su parte, se destaca que tanto Algeria como Marruecos son países con niveles importantes de población con alrededor de 30 mi- llones de personas en cada país para el año 2003. Así mismo, es importante subrayar que los países árabes conta- ban con un índice de fecundidad muy superior al de los países europeos, en particular de España. De esta manera, mientras que este índice era de 2,8 hijos por mujer en el caso de Argelia y Marruecos, era de 1,3 y 1,9 en España y Francia respectivamente.8 Si se relacio- nan los indicadores demográficos con la presión migratoria, se apre- cia que en el año 2000 el mayor número de migrantes provenía de Marruecos (250.000), mientras que Túnez y Algeria se encontraban muy por debajo con 38.000 y 26.000 migrantes, respectivamente.

8. De acuerdo a información del Instituto Europeo del Mediterráneo, IEMED, 2005. 166 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

La migración como una característica de la globalización

La globalización ha impactado de diferente manera a las relaciones económicas de los países y regiones. Por una parte, se ha expresado en un proceso de integración económica contradictoria en ambas re- giones: la del Mediterráneo y la del Río Bravo. Lo anterior se entien- de como la presencia de procesos económicos que tienden a la mayor interacción de actividades económicas, en un contexto de un sistema económico internacional que por una parte favorece flujos de bienes y capital y la relocalización industrial. Por otra parte, señala King (2001), la migración de los países menos desarrollados ha cumplido la función de cubrir la demanda de trabajos de pocas habilidades laborales en los países receptores y re- ducir el fenómeno del desempleo en las economías menos desarrolla- das, afectando así al comportamiento de los mercados laborales en ambas economías. A continuación se argumentan algunos de los as- pectos que vinculan, y a su vez diferencian, los proceso migratorios en la globalización, experimentados entre México y los EUA y entre la región del Magreb y el sur de Europa.

Aspectos comparativos de la migración en el Río Bravo y en el Mediterráneo

Los fenómenos migratorios en la región del Río Bravo y del Medite- rráneo presentan tanto elementos comunes como particularidades es- pecíficas. En el caso de México existen diferencias regionales impor- tantes que se reflejan en flujos migratorios diferenciados al interior de ese país. Por su parte, en el caso de la migración en el Mediterráneo existen también diferencias importantes. Entre estas se destacan los movimientos migratorios Este-Oeste (de Turquía hacia Europa del Este), los elevados flujos de migrantes que provienen del Magreb (de- bido a la gran cantidad de marroquíes viviendo en la UE) y la emer- gencia de España, Italia, Grecia y Portugal como países que reciben migración del norte de África. No obstante, existen fenómenos que se relacionan aspectos comunes derivados del proceso de globalización económica como son: la migración ilegal, la feminización de la migra- ción, la migración de trabajadores poco calificados, entre otros. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______167

No obstante, la cantidad de migrantes de México que se locali- zan en los EUA supera en gran cantidad a los movimientos migrato- rios de los países del noroeste de África hacia Francia y España. De esta manera, el número de mexicanos en EUA en el 2000 era 9,34 mi- llones, de los cuales 7,12 millones eran legalmente mexicanos y 2,2 millones se habían naturalizado americanos, representando un 3,8 % de la población total de los EUA (cuadro 7). Por su parte, Francia cuenta con 1,25 millones de migrantes pro- venientes de Algeria y 0,71 millones de Marruecos, representando un

CUADRO 7. Porcentaje de migrantes del Río Bravo y del Magreb como porcentaje de los países receptores (2000)

% respecto a a la Personas población de España

Estados Unidos México Total de población de EUA 246.787.150 Nacional 2.220.830 0,90 Extranjeros 7.115.700 2,88 Total de nacional y extranjeros 9.336.530 3,78

Francia Marruecos Total de población de Francia 52.142.848 Nacional 387.654 0,70 Extranjeros 321.867 0,60 Total de nacional y extranjeros 709.521 1,40 Algeria Nacional 418.884 0,80 Extranjeros 827.822 1,60 Total de nacional y extranjeros 1.246.706 2,40 Túnez Nacional 120.713 0,20 Extranjeros 220.039 0,40 Total de nacional y extranjeros 340.752 0,70 168 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

CUADRO 7. (Continuación)

% respecto a a la Personas población de España

España Marruecos Total de población de España 38.603.844 Nacional 231.564 0,60 Extranjeros 82.175 0,21 Total de nacional y extranjeros 313.739 0,81 Algeria Nacional 23.799 0,06 Extranjeros 5.036 0,01 Total de nacional y extranjeros 28.835 0,07 Túnez Nacional 318 0,00 Extranjeros 927 0,00 Total de nacional y extranjeros 1.245 0,00 Ecuador Nacional 212.928 0,55 Extranjeros 5.439 0,01 Total de nacional y extranjeros 218.367 0,57

FUENTE: elaboración propia con información de la OECD. Migration, Labour Market and Inte- gration of Migrants.

2,4 % y un 1,4 % de la población total de ese país europeo. Final- mente, el caso de España se caracteriza por un creciente dinamismo del proceso migratorio, en el que los países árabes del Magreb utili- zan al país como destino y como lugar de tránsito hacia otros países europeos. Por ello, en España el número registrado de migrantes de los países del Magreb es menor comparativamente a los que se loca- lizaban en Francia. Así, Marruecos era el país árabe con mayor po- blación en España con 313 mil personas, seguido de Algeria con 28.835 personas. Sin embargo, migrantes de Latinoamérica y en par- ticular de Ecuador se han incrementado notoriamente en los primeros cinco años de 2000. Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______169

Cabe destacar que el elevado número de migrantes de México comparados con los que emigran a España y Francia, ha tenido un im- portante impacto en ese país y en los EUA. La tasa de migración calculada como el total de migrantes dividido por el total de la pobla- ción nativa del país, era de 8,7 % de la población en México mientras que en Marruecos era del 5,2 % y de 4,4 % y 4,2 % en Túnez y Alge- ria (cuadro 7). Este fenómeno tiene un impacto de reducir el factor trabajo lo que limita las posibilidades de expansión de la producción en los países de origen de la migración. Otro aspecto importante para destacar es que la tasa de migración de personas que tienen un nivel alto de educación (al nivel terciario), es muy reducida en México (5,8 %), comparada con la que se experi- menta en Túnez y Marruecos (21,4 % y 19,5 %). Lo anterior tiene im- plicaciones relacionadas con la pérdida de la fuerza de trabajo califi- cada en los países del noroeste de África y demuestra, por otro lado, la poca calificación de los migrantes mexicanos, lo cual se refleja en la calidad de los trabajos en los que laboran en los EUA. Respecto a los determinantes económicos de la migración, adi- cionalmente a los aspectos relacionados con el grado de desarrollo al- canzado en ambas regiones estudiadas, un elemento fundamental que explica la intensidad de los flujos migratorios se relaciona con los diferenciales salariales y los niveles de desigualdad. Al analizar in- formación sobre el ingreso per cápita, los salarios mínimos y la con- centración del ingreso en ambas regiones se observa una brecha im- portante en los ingresos per cápita de ambas regiones. Sin embargo, los países Magrebíes se caracterizan por tener un ingreso per cápita menor incluso que el de México (cuadro 6). No obstante, en lo rela- cionado a los niveles de desigualdad, la economía mexicana se carac- teriza por tener elevados niveles de concentración del ingreso, lo cual se refleja en el hecho de que, aun con mayores niveles de actividad económica, los salarios mínimos son inferiores a los de los países ára- bes, lo cual permite vincular los flujos masivos de trabajadores mexi- canos a los EUA, con la elevada brecha de ingreso. En general, los resultados parecen sugerir que, tanto en Améri- ca del Norte como en el sur del Mediterráneo los diferenciales y concentración del ingreso han generado una atracción de migrantes. Adicionalmente, se aprecia que las diferencias de ingresos en la re- gión de América del Norte parecen determinar que los costos y ries- 170 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos gos de la migración experimentados a lo largo de la frontera sean menos relevantes en las decisiones de migrar de los trabajadores me- xicanos. Otros aspectos similares que se destacan en el fenómeno de la migración en ambas regiones son:

— Los aparentes límites al proceso de integración comercial y de in- versión en ambas regiones. — La falta de financiamiento para el desarrollo tanto en el marco de las negociaciones de los países magrebís y la Unión Europea y de México con los EUA y Canadá en el contexto del TLCAN. — Una expresión de la globalización económica ha sido la tendencia a la deslocalización de las actividades industriales, lo que genera una pérdida de empleo de poca habilidad laboral en los países re- ceptores de migración, tendiendo a separar los empleos al nivel de países de acuerdo a la calificación del trabajo en este sector eco- nómico. — Incapacidad tanto de los EUA como de España y de Francia para controlar los flujos migratorios ilegales a través de las fronteras.

Conclusiones

El proceso de globalización y creciente vinculación económica entre países del «norte» y del «sur» está generando presiones para el aumen- to de los flujos migratorios. La liberalización económica y la migra- ción de trabajadores de los países del noroeste de África y de México exhiben características comunes, y también presentan diferencias par- ticulares relacionadas con las diferentes etapas de desarrollo econó- mico y de integración a los centros económicos más dinámicos. Entre los procesos similares tenemos, entre otros, que los procesos de inte- gración mediante acuerdos regionales no han contemplado el finan- ciamiento para el desarrollo tanto para la región magrebí como para México. Por su parte, el ritmo de la integración en ambas regiones ha perdido fuerza, por lo que las ratificaciones o ampliaciones de los acuerdos económicos preferenciales parecen estar estacadas. Así mis- mo, se observa una falta de control por parte de los EUA como de Es- Aspectos económicos de la migración en la frontera norte de México… ______171 paña y de Francia para manejar las fronteras y los flujos migratorios ilegales a través de las fronteras. Por su parte, las particularidades de la frontera en el caso e Nor- teamérica tienen implicaciones para la migración hacia los EUA. La existencia de una frontera con relativamente fácil acceso mediante mecanismos informales e ilegales, implica que una mayor cantidad de trabajadores puede incorporarse al proceso migratorio. Así, esta fron- tera determina, conjuntamente con los diferenciales de ingreso, un importante estímulo para el flujo masivo de migrantes. A partir de la definición de las particularidades de la estructura y dinámicas de los países expulsores de migrantes en el Magreb y en México, y de los principales países receptores en la región Francia y España en Europa y los EUA en Norteamérica, así como de las carac- terísticas de los flujos migratorios en los países mencionados nos per- mite concluir que las tendencias a la integración económica de regio- nes, en el marco de la globalización económica, ha tenido un impacto decisivo en la redefinición de las características de los mercados labo- rales de los países receptores y expulsores de flujos migratorios. Este fenómeno está relacionado directamente con la expansión de los mo- vimientos de trabajadores a través de las fronteras nacionales, situa- ción que en las negociaciones sobre integración, paradójicamente, ha sido abordada marginalmente, dejando de lado aspectos tan impor- tantes como la relación entre la migración-movilidad del factor tra- bajo. 172 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

CUADRO 8. Tasas de migración de México y los países del Magreb

Tasa de migración, 2000 (% población total)1 México 8,67 Marruecos 5,21 Túnez 4,39 Algeria 4,24

Tasa de migración, 2000 (% población mayor de 15 años) México 11,33 Marruecos 7,23 Túnez 5,86 Algeria 6,17

Tasa de migración de personas con niveles altos de educación2 (%) De acuerdo con Barro y De acuerdo con Cohen y la base de datos de Lee la base de datos de Soto (población 15+) (población 15+)

Túnez 21,43 13,99 Marruecos 19,46 N.D. Algeria 18,03 15,03 México 5,75 6,35

1. La tasa de migración del país de origen i es calculado dividiendo la población fuera del país entre el total de la población nativa residente de ese país. 2. La tasa de migración de personas al- tamente educadas del país i se calcula dividiendo a los migrantes altamente educados de la po- blación nativa residente en el país y que es altamente educada. Se considera a personas altamen- te educadas cuando estas tienen el nivel de educación al nivel terciario. N.D. no disponible. FUENTE: elaboración propia con información de la OECD. Migration, Labour Market and Inte- gration of Migrants. 6. Competitive alliances: crossborder cooperation and competition in the transnational age

Moira A. Murphy, Ph.D.

Competitive Alliances: Crossborder Cooperation and Conflict

Abstract: Ongoing changes in the international economy (which is it- self an aggregation of interests) lead to new interest alignments among various groups in society. These new interest alignments, coined «com- petitive alliances», alter the interplay between domestic development concerns and the international market-based system. This article exa- mines the formation stage of crossborder competitive alliances addres- sing international surface transportation issues at the Mexico-United States border in order to analyze the interchange among domestic and international interests in the present stage of capitalist development. Key words: competition, cooperation, conflict, Mexico, United States, alliance, NAFTA, transportation.

Introduction

The North American Free Trade Agreement (NAFTA) unites Canada, the United States and Mexico in a trading bloc; it is an example of the ongoing changes occurring in the international economy (which itself is an aggregation of interests). These global changes lead to new in- terest alignments among various groups in society. The study of the formation of these new interest alignments, which I call «competitive alliances», allows new insights into the effects of globalization and regionalization on cross-border cooperation and competition. 174 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

The purpose of this chapter, then, is twofold: to contemplate the multilayered connections among globalization, regionalization and borders using a case study along the Mexico-U.S. border in the 1990s, and, in doing so, to contribute to an understanding of the shifting inte- rest alignments that result from economic integration. I use a case study of a specific binational group called El Camino Real (ECR: The Royal Road) addressing international transportation issues (and other issues) in the era of the NAFTA in the Chihuahua (Mexico), New Mexico (United States) and West Texas (United States) region to examine how and why crossborder alliances formed around surface transportation is- sues as well as to analyze the characteristics of crossborder alliances. The study of alliances formed during the beginning of the NAFTA era will permit, I hope, insights that can both help explain global-regional- local linkages as well as predict possible shifts in interest alignments in other economic integration schemas. Three elements form the basis of all cross-border competitive alliances: binational contact (cross-border), a perceived common cau- se (alliance) and cross-cutting cleavages (competition). An analysis of these three elements can help us understand how and why the alliances form, and thus contribute to our understanding of interna- tional borders and the effects of globalization on them. The competitive alliances analyzed in this chapter partake in a complex dialectic. They coalesce formally and informally around do- mestic and international common interests. The groups involved try to ignore the inconsistencies in their priorities in order to share a po- sitive outcome. Therefore, it is necessary to analyze both the «allian- ce» aspect of these new interest groupings which results from their shared goal of benefiting from economic integration, and their «com- petitive» aspect, which supersedes the commonly stated goal.

Globalization, Regionalization and the U.S.-Mexico Border Context

The present era of the expansion of capitalism is distinguished from previous phases by the marked «transformation from a nation-cente- red system of capitalism to a transnational, globalized world» (Hen- drickson, 1995, p. 7). Clark and Lipset (1991) go so far as to pose the question «Are social classes dying?» as a result of increasing af- Competitive alliances: crossborder cooperation and competition… ______175 fluence, education, globalization of markets and other characteristics associated with the new phase of capitalism (So, 1995, p. 313). Some scholars suggest that global economic restructuring creates a border- less world (Ohmae, 1993). Yet, as Heyman (2004, p. 305) explains, this new phase of capitalism marked by globalization impacts goods, capital and people in different ways: flows of goods across borders are becoming more liberalized while restrictions on flows of people across the same borders are not. As scholars such as Sklair (1990, 1992, 1993), Drucker (1997) and Gilpin (2000) herald in this «new» phase of capitalism, the nation-state remains the principal locus of identity for ordinary citizens, governments, policy-makers and others who are functioning within a globalized economy (Cunningham and Heyman, 2004). Lamont and Molnár point out that at borders «citi- zenship is strongly enforced» through processes such as passport checks (2002, p. 183) and Paasi (2005) and Paasi and Prokkola (2008) show how national borders continue to be key to national politics, identity narratives, culture, and social boundaries. One of the contra- dictions of the present world is that while capitalism is a global phe- nomenon, nation-states still defined by national borders are entering into regional agreements such as the NAFTA and participating in the organizations such as the World Trade Organization (WTO) in order to protect themselves from the merciless dictates of uncontrolled market forces. The move toward economic liberalization and free trade agree- ments restructures divisions within the population. Interest groups previously isolated within separate economic, social and political systems now must attempt to benefit from the economic integration that results from agreements such as the NAFTA. Capital flows move freely across borders yet at the same time each state must encoura- ge capital accumulation within its national boundaries. Competitive alliances are sandwiched between a domestic system still based on national allegiances, and a contemporary international system where capturing access to unregulated capital is the key to success. Within globalization, understanding the border environment is important in the analysis of competitive alliances in the era of econo- mic integration because it provides the basis for understanding the cross-border context in which the alliances operate. Sklair’s (1993) concept of the border’s horizontal and vertical functions aids in un- 176 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos derstanding the immediate environment in which competitive cross- border alliances form and function. The horizontal aspects of the bor- der reflect its political and legal role of dividing two nations. The ver- tical aspect reflects its permeability and the interconnectedness of the social, ecological and economic systems on both sides. The NAFTA is based on a complex blending of the vertical and horizontal functions of the border. Three sovereign nations, divided legally and politically by defined horizontal borders, negotiated and implemented the agreement. Each signatory country competes with the other two in several arenas (labor and technology, for example) although the agreement protects the economic union from outside competition. Competition within the regional bloc combined with protection from nations outside the bloc are supposed to lead to be- nefits which are vertically distributed among the three nations by en- couraging efficient production using abundant factors.

Border Communities and the NAFTA

In reaction to the NAFTA, various groups of actors along the Mexi- co-U.S. border realigned themselves to attempt to benefit from the agreement. Their realignment reflected changes in the global capita- list system that resulted in the NAFTA and at the same time the con- tinued influence of the nation state within the global economy. Star- ting in the early 1990s competitive alliances began to form within the complex border environment in which vertical economic integration propelled by the NAFTA coexisted with policies and legalities base on the horizontal separation of sovereign states. Border communities continued to provide links to the exterior within parameters often dic- tated by national policies. Yet, the national policies emanated from nations that did not operate in isolation, either. Rather, the broader global context influenced both domestic policy and nation-to-nation links. Given this multilayered web of associations, the study of bor- der issues requires an analysis of the intricate contacts among various levels of domestic and international interests that coalesce at borders. In their daily lives, those who live and work along the Mexico- US border complement a horizontal vision of the border with a verti- cal one. Many of NAFTA’s real and potential effects are viewed ver- Competitive alliances: crossborder cooperation and competition… ______177

SOURCE: .

MAP 1. U.S.-Mexico border region tically along the border because many border cities are organized in «twin city» spatial, economic and social relationships. Several scho- lars (del Castillo-V, 1986; Stoddard, 1986; Herzog, 1986, 1992; Sklair, 1990, Martinez, 1994, Saint-Germain, 1994; Pick, Viswanathan and Hettrick, 2001; Anderson and Gerber, 2007) note the symbiotic rela- tionship between twin border cities such as Cd. Juárez and El Paso, and the irrelevance of many federal and state regulations based on the separating border function, to daily border reality. Map 1 provides an overview of the U.S.-Mexico border region and allows an apprecia- tion of the proximity of border cities on one side of the border to tho- se on the other side for those who may not be familiar with the region. Despite the asymmetric relationship between Mexico and the United States, binational alliances form in part because vertical ties across the border foster the perception of a common cause. Amidst all the different limitations placed on functions and strategies by the ho- rizontal role of the border, there is an underlying unity based on his- tory, precedence, and geography. In addition, binational contacts are more numerous along the border and are of a different type than binational contacts at other le- vels. Often, cross-border relations take place within an informal sys- tem specific to the situation at hand. Interactions are frequent, often based on kinship ties, and commonly shaped by a sense of common 178 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos destiny in the urban centers on either side of the border (Herzog, 1986, 1991, 1992; Martinez, 1994). Issues on the binational agenda such as immigration, the en- vironment, labor and international trade are intensified at the place of most contact—the border— between Mexico and the U.S. Ports of entry (or exit) reinforce the horizontal role of the border by making crossborder movements subject to regulation, including the sorting of people and products according to a perceived value (Heyman, 2004, p. 323). Although antagonism may develop, generally residents in the borderlands are friendly and cooperative toward each other (Marti- nez, 1994) Nonetheless, interactions in the Mexico-U.S. borderlands are asymmetrically interdependent, dominated by the United States (ibid.). The integration of the economies of Mexico and the United Sta- tes through the NAFTA1 necessitated more frequent contact and dif- ferent types of contacts between actors on each side of the border, thus altering binational relations. However, the dividing line between the two countries continued to influence the form those relations took as did the different niches occupied by Mexico and the United States in the international economy. Not to be outdone, however, as this chapter suggests, the changing nature of cross-border relations also influences the global economy by altering the way in which interests are aligned around key issues. In short, the global economy both in- fluences and is influenced by what happens along national borders in a dynamic, constantly active, mixing and rearrangement of interest alignments.

Economic Integration and the Surface Transportation Sector

Transportation is a key element for the development of any country. From 1988-1994, the heyday of the NAFTA negotiations and imple- mentation, the then President of Mexico, Carlos Salinas, focused the country’s infrastructure on getting ready for increased trade with the United States. The National Development Plan 1989-1994 (El Plan

1. NAFTA also included Canada. However, the U.S.-Canada border is not the case addressed in this paper. The Canadian case is mentioned in the conclusion, however. Competitive alliances: crossborder cooperation and competition… ______179

Nacional de Desarrollo; PND) of the Salinas administration emphasi- zed the importance of Mexico’s relationship with the United States. The transportation plan contained within the PND sought to increase competition within the transportation industry by increasing the par- ticipation of the private sector in the financing of additional infras- tructure and to improve the efficiency of the physical transportation of products to the north. These changes took place (and continue to take place) based on market calculations. At the same time that Mexican President Salinas was grappling with the questions of how to make his country competitive in the world economy, President George Bush and other government lea- ders pondered the question of how the United States could maintain its global competitiveness through preparations for the NAFTA. The U.S. government, like the Mexican one, saw transportation as a key element in the competitiveness of the country. Therefore, President Bush signed the Intermodal Surface Transportation Efficiency Act (ISTEA) on December 18, 1991. Within the ISTEA, section 6015 fo- cused on identifying and improving transportation infrastructure along major trade routes between the United States, Mexico and Ca- nada. It called for a review of border infrastructure and emphasized that «the review shall specifically address issues related to the align- ment of United States and Canadian and Mexican highways at the border crossings…» (Public Law 102-204, Section 6015). During the 1990s both the U.S. and the Mexican governments focused their efforts on surface transportation and particularly on im- proving highways and highway connections since 80 % of trade bet- ween the two countries crossed the border in trucks (Olivas, 2004). It is within this climate of impending economic integration and a focus on improving surface transportation linkages between the U.S. and Mexico that the competitive alliance addressed in this work formed.

Globalization and Regional Cooperation: El Camino Real (ECR; The Royal Road)

The competitive alliance the ECR, named after the historical trade route that had linked the cities during the Spanish colonial era, for- 180 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

SOURCE: Federal Highway Administration, Map titled «Border Region, Zone 3», .

MAP 2. View of the Chihuahua, West Texas, New Mexico Border Region and the cities of El Paso, Santa Teresa, San Jeronimo and Ciudad Juarez med in late 1992 as a collaborative effort among economic deve- lopment offices in Chihuahua City, Cd. Juárez, and El Paso. New Me- xico joined the alliance in 1993. The historical links among the parti- cipating cities and the expectations of benefiting from the NAFTA provided the fundamental basis for organizational coherence in the for- mation stage of the ECR. Map 2 shows the region included in the ECR, as well as the location of border crossings. The ECR billed itself as a «public-private partnership collabo- rative» and stated as its principal goal the economic integration of the «emerging trade corridor» (Executive Trade Summary, 1992) with end points in Chihuahua City, Chihuahua and Santa Fe, New Mexico. Like those clamoring for the ratification of the NAFTA, the ECR viewed the private sector as the impetus for economic development within a context provided by the public sector. The focus within the ERC on the importance of transportation for reaping benefits from economic integration echoed the focus on trans- Competitive alliances: crossborder cooperation and competition… ______181 portation at the national levels in both Mexico and the United States. After decades of neglect, border crossings, transborder transportation linkages, and the coordination of institutions dealing with transporta- tion issues at the border became a priority for Mexico and the United States and the ECR mirrored those priorities. The alliance based its unity on a tenuous agreement among its supporters to try to secure a common positive outcome from closer economic ties between Mexico and the United States. During its for- mation stage, the group de-emphasized internal cleavages and inste- ad focused on the commonly stated goal of harmony for the benefit of the region. The alliance members ignored intra-regional competition among border cities and states by emphasizing the historical ties which bound the ECR region together.

Competition amidst Cooperation

As the NAFTA became imminent, the impending reality of tangible gains from economic integration exerted two contradictory pressures on the alliance. On the one hand, intra-regional borderland competi- tion convinced several interest groups that an alliance was still the best way to protect their interests and to secure as many as many of the benefits from integration as possible. It had already been esta- blished that creating a seamless surface transportation corridor through the region was the key to benefitting from economic integra- tion and that the different possible corridors along the border —So- nora-Arizona, Chihuahua-West Texas/New Mexico, Baja California- California— were all in competition with each other in a zero sum game to attract crossborder commercial traffic. On the other hand, the cross-cutting cleavages within the ECR intensified as different sectors maneuvered to better position themselves for gains. Starting in 1993, when the NAFTA became a future reality, different sectors involved in the ECR mobilized to protect their interests within the group. Cleavages which in the formation and issue prioritization sta- ge seemed unimportant, or at least reconcilable, now gained new im- portance. The emergent cross-cutting cleavages revolved around spe- cific projects and around threats to already established regional interests. 182 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

These intra-regional network orientation in either country had led to different levels of competition among states in part because of the systemic differences between the Mexican and U.S. bureaucracies and in part because the existing transportation network orientation in either country had led to different levels of competition and states. In terms of the transportation bureaucracies, the cross-cutting cleavages resulted from the different allocation of decision-making power on either side of the border. The U.S. bureaucratic framework cedes more decision-making power to non-federal entities whereas the Mexican bureaucracy concentrates decision-making at the federal level, thus making cross-border cooperation complicated (St. Germain, 1995; Cabrero-Mendoza, 2000; Tuman and Neely, 2003). The different manifestations of the cleavages also stemmed from the previous existing transportation linkages in each country. On the U.S. side, border cities compete with each other because high- ly developed transportation linkages exist among the cities, thus pro- viding transportation suppliers with various route alternatives. States also compete with each other for federal funding and for permission from the federal government to improve highway connections to the border. Mexican border cities and states, on the other hand, exist in vir- tual isolation from each other with each regional economy similar to an enclave economy tied by laws, history and bureaucratic regimen to the center, but isolated from each other because of weak surface trans- portation linkages. Hence, for the Mexican interests involved in the ECR, the alliance served as leverage in the decisions of neighboring states and cities in the United States, as an opportunity to forge ties with U.S. entities that would most benefit Chihuahua’s interests, and as an opportunity to manipulate intra-regional competition on the U.S. side to secure benefits.

Cooperation Amidst Competition

The previous section shows that originally the competitive underto- nes affecting the ECR emanated from outside the alliance. However, after the ratification of the Agreement and as the implementation pha- se began, the competitive undertones infiltrated the internal structure Competitive alliances: crossborder cooperation and competition… ______183 of the alliance. Cross-cutting cleavages began to cause rifts in the group as the only unknown remaining was which region, state, and/or cities would be in the best position to capture benefits. Two interrelated factors lead to outright conflict after 1993: first, the passage of the NAFTA meant that economic integration would take place and benefits would materialize, thus linking the priorities of the ECR with a real rather than hypothetical event; and, second, the state of New Mexico, even though a relative newcomer to inter- national trade, refused to defer all benefits to Chihuahua and West Te- xas, instead, pushing forth its plans to develop a functional border crossing (meaning a crossing with customs, immigration etc.) along its border with Mexico in Santa Teresa, New Mexico. The reality of the NAFTA, then, placed the powerful interests in Cd. Juarez and El Paso in a difficult position. On the one hand, they needed the cooperation of New Mexico in order to compete for trade- related traffic that traditionally had crossed through Arizona and in order to consolidate a regional alliance of West Texas-New Mexico- Chihuahua capable of competing with the other vertical alliances also strategizing about how to benefit from increased trade between the U.S. and Mexico as a result of the NAFTA. On the other hand, New Mexico had never been a major player in trade and thus the powerful, established interests in El Paso and Ciudad Juarez did not want to have to share any benefits from trade with New Mexico. Despite vehement opposition by the other geographical re- gions represented in the ECR, eventually New Mexico did open the border crossing. The opening of the crossing also permits another observation: the interest realignments resulting from agreements such as the NAFTA make possible the participation of previously ex- cluded interests in the development processes and, consequently, the exclusion or diminishment of others. Ciudad Juarez and El Paso re- alized that they needed New Mexico in order to better their chances of benefitting form the increased trade traffic expected under the NAFTA and thus opened the door for development along New Me- xico’s border. 184 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

The ECR: Crossborder Competition and Cooperation in the Transnational Age

The purpose of this chapter, as stated in the introduction, is to con- template the multilayered connections among globalization, regiona- lization and borders using a case study along the Mexico-U.S. border and, in doing so, to contribute to an understanding of the shifting in- terest alignments that result from economic integration. The analysis of the ECR suggests that the repercussions of changes in the interna- tional economy are apparent in local and regional social, political and economic relations. The similarities between the regional develop- ment strategies devised by the ECR to confront economic integration and those used by Mexico and the United States to confront changes in the international economy suggest some of the intricate local-re- gional-national-international linkages which are caused by, and af- fect, the international economy. The ECR’s members espoused free trade ideals, just as did Mexico and the United States during the NAFTA negotiations, yet the ECR, like the NAFTA, is based on pro- tectionism under the banner of free trade. Like the NAFTA, the ECR employs the political and economic strategy of using regional agree- ments to fend off competition and to secure access to benefits within a constantly changing environment. Just like the NAFTA, the ECR did not aim to threaten established interests but rather to make sure they were protected from outside competition, thus ensuring that even though the development context may change, the interests pro- tected will not. In the ECR case, public and private interests in West Texas, Chihuahua and New Mexico deemed it beneficial to form a crossbor- der alliance based on the common goal of benefiting from economic integration. The groups involved tried to ignore the inconsistencies in their priorities in order to coordinate shared positive outcomes. They developed a unifying philosophy, signed mission statements, and prioritized projects. They emphasized a regional perspective on eco- nomic development based on potential gains increased trade between Mexico and the United States. Nonetheless, the underlying cross-cutting cleavages among in- terests surfaced as the group attempted to undertake specific projects. Interest groups within the alliance tried to ensure their own positive Competitive alliances: crossborder cooperation and competition… ______185 outcome, and the loyalty to regionalism, though still spoken about, waned as the groups confronted the reality of conflicts of interest. These observations are important because they allow a nuanced explanation of why crossborder cooperation continues to be an elusi- ve goal along the Mexico-United States border. No one factor can be isolated that will predict the effects of globalization and regionaliza- tion on crossborder cooperation and competition; rather, development outcomes are the result of a series of tangentially related factors in- terwoven with the necessities of established border interest groups. Some scholars (Thorup, 1991; Miyosh, 1993; Marks, 1996; Hoo- ghe, 2002) suggest that the new regional conception of interests along the border such as those addressed in this case study of the ECR may indicate an evolution of subnational-national relations in which sub- national units and actors assume some of the negotiation duties cu- rrently undertaken by the state. Yet, my data suggest that the locus of power remains firmly embedded in the state since it is the state that provides the context within which cross-border alliances function. Numerous other studies along the U.S. border with Mexico support this observation (Del Castillo-V, 1986; Alegria, 2000; Embong, 2000). The study of the ECR also sheds light on the forces of develop- ment because it redefines domestic issues within the international context. The binational aspect of the alliances forming around issues such as surface transportation holds important repercussion for deve- lopment because it indicates the internationalization of previously domestic issues such as transportation. The internationalization of the transportation issue implies that, for example, that highways in New Mexico and highways in Chihuahua are now viewed as different seg- ments of the same transportation system. The challenge to binational coordination is that legal and bureaucratic mechanisms still operate based on the nation-state, while important issues are now perceived as part of the binational domain. Nonetheless, it is important to con- sider that although domestic issues may be becoming internationa- lized, that does not imply that their solutions are becoming interna- tionalized. Rather, as previously mentioned, decision-making power still rests with each nation state on how to confront transnational is- sues. Paradoxically, though my data suggest that crossborder compe- titive alliances contribute to a more equitable distribution of develop- 186 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos ment opportunities, the internationalization of domestic interests, and closer binational ties—-all integrative functions— the alliances them- selves stem from fierce intra-core competition for expanded trade rou- tes and capital accumulation opportunities. Furthermore, their very survival is dependent on continued conflict throughout the chain of social relations altered by economic integration. Interest groups form alliances as a way to compete with other alliances forming along the border which also want to capture the benefits from free trade. Though underlying competitive tendencies supercede the stated common go- als, the alliances do not disband because the interests represented in them consider the alliance as the best protection against outside en- croachment. It is important to note that the multilayered connections betwe- en globalization, regionalization and borders within the context of the NAFTA examined in this chapter are not unique to the Mexico-United States border. Furthermore, competition and cooperation can take many forms along international borders. For example, Brunet-Jailly (2006, pp. 3, 10-11) conducted a study of cross-border cooperation and competition along the United States-Canada in the Niagara, De- troit, and Vancouver border regions in the era of the NAFTA. His study suggests that competitive alliances along that border partook in the same type of complex dialectic as those along the Mexico-United States border as they tried to benefit from economic integration under the NAFTA. Yet, his study shows that in different geographical re- gions along the border cooperation and competition resulted from dif- ferent factors. In the Niagara region competition with the state of New York is paramount in the chase for investor and tourists. In the Niagara, Detroit-Winsor region, little cross-border coordination takes place because of the competition for tourists although there are some attempts to coordinate with respect to water issues. Brunet-Jailly con- cludes that competition best characterizes the cross-border relations in those geographical areas. The chapter by Barajas Escamilla in this volume also addresses crossborder relations within the context of economic integration. In- terestingly, Barajas Escamilla compares the Mexico-United States border with the Morocco-Spain border and suggests that economic integration agreements such as those signed between Morocco and the European Union and Morocco and Spain in 1996 can lead to new Competitive alliances: crossborder cooperation and competition… ______187 opportunities for crossborder cooperation. The articles by Medoza and by Bejerano and Morales in this volume which address crossbor- der movements of people suggest, however, that conflict and compe- tition also play a role in the crossborder relations of Morocco and Spain, and Morocco and the European Union in the area of migration. The plethora of recent studies on the effects of integration on border societies throughout the world (Ghimire, 2001; Ghosh and Molina, 2002; Feng and Genna, 2003; Hellström, 2003; Diez, Stetter and Albert, 2006; Fuller, 2008) suggests that the contradictory ten- dencies of cooperation and competition across borders in the present stage of capitalism marked by transnationalism is important but not yet understood. I see this article first and foremost as a contribution to border studies through the coining of the phrase «competitive alliances» and the subsequent attempt to examine the development and characteristics of these crossborder groupings through a study of the ECR. I hope that this case study will spark further research on competitive alliances that will help uncover the subtle, multilayered, and complex interactions between domestic and international inte- rests that coalesce at national borders.

7. Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza: México y Marruecos1

María del Rosio Barajas Escamilla El Colegio de la Frontera Norte

Introducción

Debido a características geográficas e históricas, México ha manteni- do una fuerte relación comercial, industrial y de flujos financieros con los Estados Unidos, lo cual ha producido una economía altamen- te dependiente del propio ciclo económico estadounidense. Por su parte, y también por razones históricas, el norte de Marruecos por muchos años fue protectorado español y como país sufrió la coloni- zación francesa, lo cual marca las relaciones de integración económi- ca que este país ha desarrollado y lo hace fuertemente dependiente de los flujos comerciales, industriales y financieros que provienen de España y Francia. A partir de la firma del TLCAN, los flujos de inversión extran- jera directa en México crecieron de manera importante, y el modelo exportador que implementó México desde la mitad de la década de los ochenta, experimentó un especial desarrollo en el norte de Mé- xico, debido en gran medida a la existencia de una normatividad y política pública que permitió la libre importación de bienes y servi- cios, y la reexportación de productos acabados o semi-acabados (Ba- rajas, 1986), y el surgimiento de una serie de acuerdos de cooperación entre actores regionales, entre actores de los estados del norte de Mé-

1. Este artículo esta vinculado a dos proyectos de investigación: El Río Bravo- Mediterráneo: las regiones fronterizas en la época de globalización, bajo el financia- miento de SEP-CONACYT y ECOS-NORD, y el proyecto: Los procesos de relocali- zación industrial en dos espacios fronterizos: México y Marruecos, financiado por CONACYT. 190 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos xico2 (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) y del sur de los Estados Unidos (California, Arizona, Nuevo México y Texas). En tanto, y a partir de la década de los noventa, el proceso de in- corporación de Marruecos hacia la Unión Europea, ha producido cambios importantes en su sistema político y económico, toda vez que el avance en dichos cambios se convirtió en una condición nece- saria para beneficiarse del acuerdo de integración económica que sur- ge con la Unión Europea: agresiva política de inversión extranjera, acuerdos de cooperación con España y Francia para el desarrollo de regiones específicas, en particular para aquellas ubicadas en el norte y centro de Marruecos3 (Tánger, Ceuta-Tetuán, Fez-Meknes, Rabat, Casablanca y Marrakech, entre otros). Una similitud importante entre México y Marruecos, es la in- teracción que se ha dado entre actores de la esfera pública y priva- da de estos países con sus vecinos de países desarrollados, quienes de manera formal e informal y a partir de diversos arreglos institu- cionales, han desplegado diversas formas de cooperación que tienen como objeto resolver problemas específicos, en particular de los paí- ses en desarrollo, o discutir problemas comunes o compartidos, acor- dar mecanismos de colaboración para confrontar problemas comunes, desarrollar determinados programas de ayuda financiera en diversos ámbitos como educación, formación de la fuerza de trabajo, creación de infraestructura, promover el desarrollo económico (principalmen- te industrial), etc. A pesar de la similitud en los procesos, también se advierten marcadas diferencias en el tipo de experiencias de cooperación entre países como México y Estados Unidos y la que se suscita entre Ma- rruecos y España. Lo anterior se explica por las diferencias que pre- sentan las dinámicas fronterizas que caracterizan cada región, ya que en el caso de México se comparte una frontera terrestre, la cual ha dado lugar al surgimiento de una región transfronteriza,4 que compar-

2. La organización política-administrativa en México esta dada por 32 entidades fe- derativas y el Distrito Federal. 3. La organización político-administrativa de Marruecos esta dada en 14 regiones. 4. De acuerdo a Jessop (2002), una región transfronteriza (RT) se desarrolla a partir del intercambio basado en proximidades geográficas, y complementariedades razones económicas, políticas, sociales y de seguridad. Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______191 te y gestiona el uso de recursos naturales, enfrenta problemas vincu- lados al medio ambiente, narcotráfico, cruces fronterizos, al comer- cio y a la migración, entre otros. En tanto, Marruecos comparte una frontera marítima con España, pero al igual que una frontera terrestre se ve obligado a buscar mecanismos de cooperación para resolver y gestionar problemas similares a los que se confrontan en la frontera de México con Estados Unidos. De manera particular, este artículo está orientado a analizar los distintos esquemas de cooperación que se han desarrollado en la fron- tera México-Estados Unidos y Marruecos-España, los cuales han in- cidido de manera importante en el desarrollo socio-económico de im- portantes regiones de ambos países. Estos esquemas de cooperación buscan resolver problemas comunes y proponer proyectos conjuntos para impulsar el desarrollo socio-económico en los países de estudio. El trabajo se organiza en tres grandes apartados. En el primero se reflexiona sobre los efectos del proceso de globalización en la coo- peración para el desarrollo. En un segundo apartado se discute breve- mente el proceso de transformación socioeconómica de México y Marruecos respectivamente; en el apartado tercero y cuarto se pre- sentan algunas evidencias de las formas de cooperación que se han producido en la frontera de México con Estados Unidos, y de Ma- rruecos con España; finalmente se ofrecen breves conclusiones.

Los procesos de cooperación en un contexto de globalización económica

Como es sabido, distintas regiones de los países en desarrollo se dis- putan la relocalización de los procesos productivos (Dicken, 1998), re- curriendo inicialmente a factores de localización tradicional5 e incor- porando luego otros factores dinámicos,6 ya que las regiones plantean el desarrollo de capacidades competitivas (Porter, 1991). Sin embargo,

5. Para Porter (1991), los factores tradicionales de localización industrial se vincu- lan a los bajos costos de producción que se ofrecen en la región y la disponibilidad de mano de obra barata. 6. Como serían la búsqueda de mano de obra calificada, incorporación de tecnolo- gía y fuerte desarrollo organizacional. 192 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos no todas las capacidades son competitivas, ya que la calidad de las ca- pacidades locales y regionales pueden variar dependiendo de las es- trategias de obtención de las mismas: proceso evolutivo o planeación integral del desarrollo. Así mismo, la reconfiguración industrial se ha visto fuertemen- te influenciada por procesos de regionalización, de tal forma que la incorporación de distintos países a bloques económicos de corte re- gional (TLCAN y Comunidad Europea), implica la emergencia de nuevos arreglos institucionales que posibilitan la cooperación bilate- ral, multilateral o fronteriza-transfronteriza. De tal forma que los acuerdos de cooperación económica (donde se incluye el desarrollo industrial y tecnológico), social, así como de protección al medio ambiente son las principales dimensiones que cubre dicha coopera- ción. La cooperación para el desarrollo es un concepto que cada vez cobra mayor importancia, en particular, cuando la pobreza parece ser un problema endémico de muchos países, entre ellos de América La- tina, Asia y África. En esta cooperación para el desarrollo, juegan un papel importante como financiadores diversos organismos internacio- nales como Naciones Unidas, UNCTAD, Banco Mundial y gobiernos de países desarrollados. Para Larrú (2005, p. 2), la ayuda internacional además de ser un mecanismo eficaz para reducir la pobreza, también podría ser un in- centivo para mejorar la capacidad institucional de los llamados países de renta media y baja, que les capacite para dotar a sus poblaciones de mejor infraestructura, tal como la mejora del sistema sanitario, el sis- tema educativo, de servicios públicos (electricidad y agua potable, entre otros). Sin embargo, el autor sostiene que sin una adecuada eva- luación de los efectos de la ayuda internacional, la misma también podría socavar la responsabilidad de colocación de recursos fiscales y el esfuerzo propio por parte de los países receptores para procurar un desarrollo endógeno y participativo. Como ya se señalo, una particularidad de nuestro artículo, es que intenta analizar la cooperación internacional que se da en el con- texto de las relaciones transfronterizas, las cuales se producen en es- pacios geográficos contiguos, pero que no siempre están vinculados al apoyo financiero para resolver problemas de pobreza y de capaci- dad institucional, sino también la cooperación que es producto de las Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______193 interacciones de diverso tipo y de la necesidad de colaborar para re- solver problemas conjuntos. Por ello recurrimos a los planteamientos de Perkman y Sum (2002), quienes definen una región transfronteriza como «una unidad territorial que comprende unidades subnacionales contiguas de dos o más estados-nación». Estos mismos autores hablan de la permeabili- dad de las fronteras, en donde los espacios fronterizos se dedican a la realización de diversas actividades, algunas de las cuales están basa- das en arreglos transnacionales. Estos autores, también refieren los movimientos en estas regiones con diversas capacidades (tales como empresariales, industriales, académicas, sociales, entre otras) de los estados-nación, y advierten que una característica importante en las relaciones fronterizas y transfronterizas es el hecho de esperarse que exista un espacio en la frontera que domine sobre el otro, y que esta relación impulse transformaciones económicas en la región. Para los casos estudiados, es claro que los Estados Unidos y la Unión Europea (a través de España y Francia) sean los países dominantes. En su discusión sobre las fuentes de competitividad de las re- giones, Porter (1991), señala la necesidad de fomentar la cooperación no solo entre países, sino también entre espacios fronterizos. Y en re- ferencia a las sinergias que se producen en los espacios fronterizos, se menciona que una función importante de la planeación binacional es la reconceptualización de la cooperación entre empresas, institucio- nes públicas y privadas, con objeto de construir mecanismos de coo- peración que incrementen la competencia de una región. Lo anterior es apoyado por, Vázquez (2005), para quién la cooperación trans- fronteriza excede los límites del Estado-Nación, y a consecuencia de las interacciones existentes, puede constituir la base de una planea- ción regional, que reconozca las diferencias entre espacios fronteri- zos, pero que también reconozca las similitudes y carácter de las in- teracciones, como es el caso de varios espacios de la frontera entre México y los Estados Unidos. Sin duda, uno de los principales problemas que confronta la cooperación transfronteriza, es la falta de mecanismos claros y trans- parentes para procesar la cooperación. Y ello tiene su base en la emer- gencia de diversos esquemas de cooperación informal que surgen como respuesta a la necesidad de resolver problemas compartidos, o que sus resultados afectan a dos espacios fronterizos. Sin embargo, 194 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos también surgen esquemas de cooperación formal, aun y cuando exista dificultades para procesar o arribar a decisiones conjuntas. De acuerdo a Fuentes (2005), los gobiernos locales y las comu- nidades fronterizas pugnan por el establecimiento de mecanismos formales de cooperación transfronteriza. Siendo las principales di- mensiones de cooperación transfronteriza: económica (desarrollo in- dustrial, agrícola, comercial, educación y ciencia y tecnología, pro- tección al medio ambiente y recientemente la seguridad).

Contexto del desarrollo socio-económico en México y Marruecos

Tanto México como Marruecos pueden ser considerados como países en desarrollo. Sin embargo, México es un país tres veces mayor en población a Marruecos, y por lo tanto su economía es también más grande. Pero ambos países se han convertido en importantes recepto- res de inversión extranjera y se han incorporado a redes globales de producción. En el caso de México, el país contaba en 2005 con una pobla- ción que ascendía a 103’263,388 habitantes,7 y la tasa de crecimiento de la población en el quinquenio 2000-2005 se mantuvo en 1,8 %. El país también se caracteriza por contar con una alta tasa de urbaniza- ción, 76 %.8 En tanto, en 2009, la Población Económicamente Activa (PEA) del país ascendía a 59,81 %9 de su población, y enfrenta una de las más altas tasas de desocupación en su historia reciente, 5,94 %.10 México cuenta con una fuerte corriente migratoria hacia los Estados Unidos y es a la vez paso de poblaciones migrantes provenientes par- ticularmente de centro y Latinoamérica. Lo anterior constituye un serio problema, más aun cuando se ha experimentado una fuerte caída en la tasa de inversión extranjera di- recta, la cual ha constituido en los últimos años una de las principales

7. INEGI. , consultada el 20/11/2009. 8. INEGI. , consultada el 20/11/2009. 9. INEGI. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 2009. 10. INEGI. (ENOE), 2009. Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______195 fuentes de inversión en el país. Entre enero y septiembre de 2009, el monto de la IED total reportada11 ascendió a 9.750 millones de dóla- res, cantidad 37,3 % menor a la reportada en igual período de 2008, que fue de un monto de 15.560 millones de dólares. Es importante re- saltar que entre 1999 y 2008, el 54,5 % de los 218.658 millones de dólares que recibió el país como IED, provino de los Estados Unidos. En términos geopolíticos, México ha estado históricamente ba- jo la influencia de los Estados Unidos, compartiendo una frontera de 3.141 km. A lo largo de dicha frontera se han desarrollado diversas ciudades que mantienen importantes relaciones transfronterizas en el ámbito económico, social, ambiental, cultural e incluso político. Esta región está compuesta por 6 estados del norte de México y 4 estados del sur de los Estados Unidos. La región fronteriza forma en su conjunto un territorio de 2.678.569,1 km2, y está integrada por 39 Municipios y 25 condados contiguos a la línea internacional, y cuenta con 25 puertos de entrada. Desde 1937, en la región fronteriza se instrumentó el régimen de Franjas y Zonas Libres, que permitió a la zona abastecerse de insu- mos, y bienes de consumo para satisfacer las necesidades de su po- blación. En 1965, el gobierno federal da origen al régimen de la In- dustria Maquiladora de Exportación, por medio del cual se produce el proceso de relocalización industrial en el norte de México y la ins- tauración de un modelo de crecimiento dual (Barajas, 2006). En gran medida el crecimiento económico en la región fronteri- za del norte de México se ha centrado en el desarrollo de actividades económicas vinculadas al comercio y la industria. En 2006, los esta- dos fronterizos fueron receptores de la cuarta parte del PIB Nacional, y también de la IED, que alcanzo una cantidad de 53.134 millones de dólares. En cuanto a Marruecos, ya se señalo antes la particularidad de su ubicación geográfica. Se sitúa en el noroeste de África, donde limita al norte con el océano Atlántico, el mar Mediterráneo y las ciudades es- pañolas de Ceuta y Melilla, y al este con Argelia: mientras al sur co- linda con el Sahara Occidental, con quién mantiene una área en litigio. Marruecos se ubica en una extensión territorial de 710.850 km2.

11. Lo anterior, de acuerdo a la Dirección General de Inversión Extranjera de la Se- cretaria de Economía. 196 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

Marruecos ha pasado por diversas etapas en su agitada vida polí- tica.12 En 1961, Hassan II es nombrado Rey de Marruecos, y en 1969 logra la reintegración del enclave español situado en el sur, incluyen- do la recuperación del puerto de Tánger, el cual constituye la entrada de África a Europa. El proceso de apertura económica en Marruecos inicia en 1983 con la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para liberalizar la economía y abrir las puertas a la IED. Este proceso de apertura se profundiza en 1987 con la adhesión de Marruecos al GATT, y con el ascenso de Mohammed VI como rey de Marruecos en 1999, el cual emprende una profunda reforma política y económica a través de la puesta en marcha del Plan Nacional de Desarrollo Eco- nómico y de Modernización. Como ya se menciono antes, Marruecos es un país de mediano tamaño, cuya población total en 2008 ascendió a poco más de 34 mi- llones de personas, con una tasa de crecimiento anual de la población de 1,2 %,13 menor al que presenta México. Asimismo, la tasa de ur- banización en 2007 ascendía al 60 % de la población (OMC, 2009), lo cual indica la permanencia de una cantidad importante de habi- tantes en zonas rurales, lo cual se evidencia con la alta tasa de mi- gración de marroquíes hacia Europa, en particular hacia España. Y como en el caso de México, Marruecos es el paso obligado a Europa (principalmente España y Francia) de migración proveniente de paí- ses como Mauritania, Senegal, Guinea, Sub-Sahara, y Cabo Verde, entre otros. Como resultado de las medidas económicas tomadas en años re- cientes, Marruecos logro sostener entre 1990 y 2004 modestas tasas de crecimiento de su PIB nacional, 2,9 %; sin embargo en 2004, esta tasa se elevó al 3,5 %, y siguió creciendo hasta 2006, en que las acti- vidades económicas mostraron un crecimiento sobresaliente en el va- lor agregado: 17 % en la agricultura; 30 % en la industria y 5 3 % en los servicios (OMC, 2009). A pesar de este dinamismo económico, en 2003, solo el 51,9 %

12. En 1912, se firma el Tratado de Fez, reconociendo a Marruecos como protecto- rado de Francia y el noroeste y suroeste del Sahara como protectorados de España. Entre 956 y1958 Marruecos recobra su independencia de Francia. 13. Este dato es calculado para el quinquenio de 2005-2010. Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______197 de la población marroquí estaba integrada a la PEA, la tasa de de- sempleo se ubicaba en un 11,9 %. De acuerdo al PNUD, Marruecos se ha caracterizado por ser un país con un bajo índice de desarrollo hu- mano, ya que en 2005 ocupó el lugar 124 de 177 países, siendo su tasa de alfabetización en adultos de 57 %, lo cual significa que un poco más de 40 % de la población adulta de este país es analfabeta, y su tasa de población con acceso a servicios de salud es de apenas 61 %, lo cual implica un alto rezago social (OMC, 2009). A pesar de esfuerzos recientes por incorporar a la mujer al de- sarrollo, Marruecos sigue siendo un país segregacionista con su po- blación femenina, y esto se constata con el Índice de Desarrollo de Género que el PNUD identificó en 2003: 97/140. De acuerdo a este informe solo el 35 % de la PEA, se encontraba verdaderamente acti- va, lo cual es bastante desventajoso para las mujeres, en particular para aquellas que tienen una edad entre 15 y 64 años y que represen- tan el 50,17 % de población femenina. Así mismo, las mujeres tienen una mayor desventaja respecto de los hombres, ya que solo el 39,4 % de la población femenina es alfabeta. El panorama descrito anterior- mente, muestra la importancia que tiene para Marruecos, los proce- sos de cooperación con otros estados-nación y otras regiones fronte- rizas. De acuerdo al Informe de la Organización Mundial del Comer- cio (2009), en 1995 es creada la primera Zona de Exportación en Ma- rruecos. Actualmente, funciona la Zona Libre de Exportación en el Puerto de Tánger. Sin embargo, a partir de julio de 2006, se le conce- de a estas empresas la posibilidad de vender en el mercado local has- ta el 15 % de su producción en el año anterior. Asimismo, en el año 2007, los intercambios comerciales de tipo bilateral se incrementaron en un 30 %, en particular el de productos industriales tales como pro- ductos eléctricos, productos textiles e ingeniería. A finales de 2008, en la Zona Libre de Exportación de el Puer- to de Tánger se habían establecido 379 empresas, que empleaban a más de 42.000 personas y que contabilizaban una actividad económi- ca de más de 1.000 millones de euros. 198 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

Los procesos de cooperación bilateral y transfronteriza. El caso de México

En el caso de la frontera México-Estados Unidos, el compartir el es- pacio geográfico ha dado lugar a una intensa relación transfronteriza que se da en distintos ámbitos: económico (con especial énfasis en el desarrollo económico, industrial y en el proceso de integración eco- nómica), educativo y científico, y también social. La normatividad y políticas públicas diseñadas para la frontera norte desde una perspectiva centralista y que dieron lugar al surgi- miento de una economía dual (Barajas, 2006) en la región fronteriza del norte de México, se relacionan con la lógica planteada por Jessop (2002) de aprovechar la cercanía geográfica de una región de inci- piente desarrollo con otra de mayor desarrollo, y de buscar comple- mentariedades a partir de un proceso de industrialización basado en arreglos trasnacionales (Perkman y Sum, 2002), como es la participa- ción en redes globales de producción. Durante la década de los ochenta y los noventa se fortalecieron diversos esquemas de cooperación transfronteriza, a través de los pro- gramas conocidos como ciudades gemelas, tales como Tijuana-San Diego, Nogales-Nogales, Ciudad-Juárez-El Paso, Nuevo Laredo-La- redo, Matamoros-Brownsville. A partir de dichos esquemas se lleva- ron a cabo diversos proyectos de cooperación para financiar proyectos de tipo ambiental y de desarrollo de infraestructura urbana, de cola- boración entre universidades fronterizas y otras instituciones educa- tivas, proyectos conjuntos de promoción del desarrollo económico, e incluso de gestión de procesos migratorios (albergues, retorno de me- nores no acompañados, reunificación familiar, violación a derechos humanos, entre otros). Así mismo, en 1980, surge un nuevo esquema de cooperación, llamado Conferencia de Gobernadores Fronterizos (CGF), bajo el li- derazgo de los seis gobernadores de los estados fronterizos del nor- te de México y los cuatro gobernadores de los estados fronterizos del sur de Estados Unidos. Dicho mecanismo constituye el marco de dis- cusión y resolución de problemas que confrontan los gobiernos fron- terizos y que requieren de una acción conjunta. Entre los principales te- mas que han sido abordados a lo largo de los 27 años de existencia de este mecanismo de cooperación se encuentra el de los obstáculos al Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______199 desarrollo económico,14 los problemas del medio ambiente y de los recursos naturales compartidos,15 los rezagos de la infraestructura bá- sica de las ciudades fronterizas del norte de México, los problemas compartidos de salud pública, los intercambios en la educación, los problemas de la seguridad y los cruces fronterizos,16 los problemas colaterales de la migración,17 entre otros. La CGF no ha gozado de gran popularidad, ya que se le atribu- yen pocos logros. Sin embargo, la CGF es en si una instancia que a través de sus mesas de trabajo y su dirección anual rotativa, aborda problemáticas particulares de la región transfronteriza. Una virtud de este esquema de cooperación es la capacidad desplegada por sus ac- tores para definir una agenda de discusión, negociación y propuestas de solución a viejos y nuevos problemas transfronterizos, esto a tra- vés de la actuación de algunos o todos los actores de la conferencia. Es importante señalar que en los últimos años, la CGF logro tener un representante en las reuniones anuales de la Comisión Bilateral entre México y los Estados Unidos, lo cual constituye una ventaja para acer- carse a soluciones de mas largo plazo y que requieren la intervención de los gobiernos centrales de cada país. Desde años atrás, se ha propuesto contar con un plan maestro de desarrollo que permita construir una verdadera región binacional, y con ello disminuir las asimetrías en el espacio transfronterizo. En 2009 es creado el Plan Indicativo para el Desarrollo Competitivo y Sustentable de la Región Transfronteriza de México-Estados Unidos. Esta iniciativa es desarrollada bajo la presidencia de la CGF del Go- bierno de Nuevo León y bajo la coordinación para su elaboración de instituciones académicas, entre ellas El Colegio de la Frontera Norte. Aún y cuando el esfuerzo resulta insuficiente, este plan representa un

14. En gran medida vinculados a los efectos negativos del desarrollo industrial en el norte de México, donde el capital norteamericano es importante. 15. Como el agua, la conservación de especies en extinción, el manejo conjunto de zonas naturales protegidas, entre otros. 16. Esto como consecuencia de los eventos del 11 de septiembre de 2001 en los Es- tados Unidos, y la expansión del problema del narcotráfico y del crimen organizado en la región transfronteriza. 17. Ello incluye abordar problemas relativos a los procesos de deportación, de re- patriación de enfermos, de menores no acompañados, de ex encarcelamiento de me- xicanos sin documentos o con tarjetas de residencia en los Estados Unidos, entre otros). 200 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos cimiento sobre el cual es posible desarrollar e impulsar una serie de iniciativas y acciones que den sentido a las estrategias que se propo- nen para abordar el problema de la competitividad, la sustentabilidad, la calidad de vida y la seguridad de la región transfronteriza. De acuerdo al trabajo de Barajas y Rodríguez (2007), en los años de 1990, diversos actores emergieron en la región y se crearon múlti- ples organismos públicos, privados, sociales y mixtos, cuyas funcio- nes se pueden ubicar en dos niveles de complejidad: como fuente de promoción al desarrollo industrial, como fuente de información, como medio de interacción con otros actores, como facilitador de relacio- nes transfronterizas y como capacitador y formador de competencias a nivel básico. En un segundo nivel, y por su grado de complejidad, se identificaron funciones tales como el desarrollo de alianzas estra- tégicas, la protección al medio ambiente y el impulso a la creación de infraestructura, el impulso a la investigación científica y a la innova- ción, así como a los programas estratégicos de desarrollo. En el tra- bajo mencionado, se encontró el predominio de organismos que rea- lizan actividades de primer nivel. Otra área de considerable cooperación bilateral y transfronteriza, es la de educación y desarrollo científico y tecnológico. Entre 1990- 1991 surge la Comisión México-Estados Unidos para el intercambio académico y cultural (COMEXUS), y en 1993, la Fundación México- Estados Unidos para la Ciencia (por sus siglas en ingles, FUMEC). Bajo estos esquemas de cooperación se proponía alcanzar una mayor vinculación universidad-industria (Celaya, 2008). Siguiendo a Porter (1991), se puede decir que este tipo de mecanismos de cooperación abona a mejorar la competitividad de las naciones. En el caso de es- tudio, se encuentran un gran número de universidades y centros de in- vestigación de alto nivel, localizados principalmente en los estados fronterizos de California, Arizona, Nuevo México y Texas, con alta posibilidad de crear un mayor número de sinergias con instituciones académicas del norte de México. Dichos esquemas de cooperación binacional, resultan ser a la vez, valiosos instrumentos de coopera- ción transfronteriza, ya que los principales usuarios y beneficiarios de este esquema son las comunidades fronterizas. Asimismo, en 1992, México y Estados Unidos firman el Plan Integral Ambiental Fronterizo. Este esquema de cooperación bilate- ral, pero de acción transfronteriza, ha constituido la base de una am- Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______201 plia cooperación en materia de medio ambiente, y ha incluido impor- tantes financiamientos para resolver disputas por recursos naturales compartidos (agua, principalmente) y de protección y educación am- biental. Bajo este programa se determinó inicialmente la delimitación geográfica del espacio fronterizo, marcado inicialmente en 100 km a cada lado de la frontera, para posteriormente expandirse en el caso de los estados fronterizos mexicanos a 300 km. Sin embargo, no es hasta 1994, que surgen los primeros esque- mas de cooperación internacional para el desarrollo, siguiendo el mo- delo de la Unión Europea. A partir de la firma del TLCAN, es creada la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF), emana- da de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA). Dicha comisión tiene como objetivo resolver las disputas en materia de diferencias en el manejo y efecto de impactos ambientales. Cabe señalar que esta comisión ha sido fuertemente activa, dada la sensibilidad del tema del medio ambiente en el espacio compartido. En 1994, y también emanado del TLCAN, es formado el Banco de Desarrollo de América del Norte (BANDAN, por sus siglas en in- glés). Cabe señalar que tanto COCEI como BANDAN han represen- tado importantes esquemas de colaboración entre México y los Esta- dos Unidos. En el caso de BANDAN, esta banca es conceptualizada como una banca de desarrollo, cuya misión se propuso fuese el de apoyar proyectos de infraestructura en beneficio del medio ambiente. Sin embargo, a la fecha los proyectos financiados por este organismo incluyen también obras de equipamiento urbano en municipios fron- terizos de menor desarrollo. El Banco de Desarrollo de América del Norte fue concebido como un mecanismo para mitigar la asimetría que existe dentro de la región transfronteriza entre México y Estados Unidos. Entre 1995 y 2008, NADBANK ha otorgado créditos y recursos no reembolsables por una cantidad cercana a los 1.000 millones de dólares. De esta cantidad, el 90 % ha sido destinado a financiar pro- yectos de infraestructura y de protección al medio ambiente, y el 10 % se ha destinado a inversión en proyectos comunitarios para fa- vorecer la integración económica. En el 2008 a través de esta banca de desarrollo se financiaron 9 proyectos, con una inversión crediti- cia de 72 millones de dólares, mientras se financiaron otros 8 proyec- tos con recursos no reembolsables que ascendieron a 18 millones de 202 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos dólares. Sin duda estas cantidades son bastante menores a las reque- ridas para disminuir la asimetría que guarda la propia región trans- fronteriza, sin embargo, entre 2006 y 2008, la cartera crediticia de esta banca se incremento en 176 % (). Entre los proyectos de obras básicas que se han apoyado por NADBANK (Informe NADBANK, 2005) y COCEF entre 1995 y 2005 se encuentran: 64 sistemas de distribución de agua potable y drenaje; 16 plantas de tratamiento de aguas; 40 plantas de tratamientos de aguas residuales; 9 rellenos sanitarios y mas de 2 millones de metros cuadrados de calles pavimentadas, entre otros. Entre los nuevos pro- yectos que se están ya financiando por NADBANK se encuentra el apoyo financiero a proyectos de transporte y energías limpias para contrarrestar los efectos del cambio climático, así como a proyectos de drenaje pluvial, agua potable y alcantarillado y saneamiento. Fi- nalmente cabe señalar que esta banca de desarrollo opera también con fondos del Fondo de Infraestructura Ambiental Fronterizo (BEIF), el cual ha recibido aportaciones de la Agencia de Protección Ambiental en Estados Unidos (EPA). Existen muchos otros esquemas de colaboración, en particular entre actores del sector privado (cámaras empresariales), pero resulta relevante destacar otros acuerdos de colaboración fronteriza que van a ser dinámicos e importantes para apoyar la colaboración real en la región: en 1996 es creado el Programa Frontera XXI, en el 2000 sur- ge la Comisión de Salud de la Frontera México-Estados Unidos, que se encarga de crear programas de difusión e investigación sobre los problemas de la salud transfronteriza, derivado del intenso flujo de población documentada e indocumentada en la región. En 2002, se crea el Programa Frontera México-Estados Unidos 2012, que con- templa un programa del tipo de medio ambiente que se desea alcan- zar para esa fecha, y finalmente en 2001 se crea el Programa Fronte- ra Saludable, que va a ser un programa impulsado por la Comisión de la Salud en la Frontera México-Estados Unidos. A manera de conclusión puede decirse que los esquemas de coo- peración institucionalizada que se han revisado en este texto, tienen como característica común que han sido en muchos de los casos, di- señados e impulsados desde la política bilateral, pero cuyos actores locales-regionales han jugado un papel importante. Sin embargo, tam- bién se ha mostrado en este trabajo la emergencia de esquemas de co- Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______203 laboración propiamente transfronterizos, que utilizan los esquemas de cooperación bilateral para llevar a cabo parte de sus objetivos pro- puestos.

La cooperación bilateral y transfronteriza entre Marruecos y España y otros acuerdos de cooperación

Sin duda, existen marcadas diferencias en los esquemas de coopera- ción para el desarrollo que han seguido países como México y Ma- rruecos. Sin embargo, también hay similitudes en cuanto a que en am- bos casos, los países donantes buscan paliar la pobreza y rezago en los países receptores de ayuda internacional. Una particularidad importante de la cooperación para el desa- rrollo en Marruecos, es su creciente intercambio comercial con Espa- ña y su relación como antiguo protectorado. Larrú (2005), refiere la significativa correlación existente entre el destino de las exportacio- nes españolas y su política de cooperación para el desarrollo, en par- ticular a través de los fondos para microcréditos. Prueba de lo anterior, es la creación del Fondo Hassan II para el Desarrollo Económico y Social, que ha venido apoyando de manera importante las ramas industriales vinculadas a la industria textil (prendas de vestir y confección), fabricación de equipos para la in- dustria del automóvil, fabricación de componentes para conjuntos y subconjuntos electrónicos, fabricación de equipos para la industria aeronáutica, fabricación relacionada con la nanotecnología, la micro- electrónica y la biotecnología. Cabe señalar que entre 1991 y 1993, se establecieron importan- tes acuerdos de colaboración entre Marruecos y España: la firma en 1991 del Tratado de Amistad Hispano-Marroquí; en 1993, los gobier- nos de Marruecos y España firman un acuerdo para promover una ma- yor apertura económica, culminando en 1994 con la adhesión de Ma- rruecos a la Organización Mundial del Comercio (OMC), con lo cual se establecía claramente la plena apertura comercial y económica de este país del norte de África. En materia comercial, para Marruecos fue muy importante la firma en 1996 de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea 204 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos por un período de 12 años (2000-2012), al mismo tiempo que se fir- ma en ese mismo año el Segundo Acuerdo Marco de Cooperación Económica y Financiera con España. Es a partir de este acuerdo que España se convierte en un importante inversionista en Marruecos. La relación marroquí-española, estuvo precedida por reuniones bilaterales para discutir y acordar diversos esquemas de cooperación. En 2001, se produce la firma del Tercer Acuerdo entre Marruecos y España de conversión de Deuda en Inversiones, que le permitió a Marruecos contar con recursos frescos para la inversión productiva, en particular en el sector industrial dentro del corredor Tánger-Ma- rrakech. Entre 2005 y 2007, le siguieron la VI y VII reunión de alto nivel Hispano-Marroquí. Este país ha firmado ya más de 50 convenios para evitar la doble tributación, buscando resolver un tema de suma im- portancia para las grandes trasnacionales, que ven en Maruecos una excelente plataforma de exportación hacia la Unión Europea. A partir de la década de los años de 1990, distintos programas y proyectos de cooperación en materia económica se han desarrollado entre Marruecos y España. Estos esquemas de cooperación tienen como objetivo apoyar el desarrollo económico marroquí, incidir en la reducción de la pobreza, prevenir la explotación de extranjeros no do- cumentados, apoyo en la reducción de rezagos urbanos, apuntalar el desarrollo industrial a través de la inversión financiera. Así mismo, y dado el creciente problema en materia de narco- tráfico, ya que el reino de Marruecos ha sido un fuerte productor de «cannabis». Marruecos y España se han propuesto trabajar en la pre- vención del consumo de drogas, en particular entre la población joven e incidir en la educación, como un eficaz medio de prevención. Sin duda, los acuerdo Marco firmados en distintos momentos Marruecos y España, han dado lugar a otros proyectos de cooperación conjunta entre distintas ciudades de España con ciudades Marroquíes. Algunos de los proyectos que vale la pena destacar, y que refieren la gran diversidad y dinamismo de la cooperación transfronteriza son los que a continuación se documentan (véase ). Proyecto de Cooperación para mejorar el acceso de Agua Pota- ble en la región de Tiznit-Sidi Ifni. Este programa fue acordado en 2009, y tendrá una duración de 2 años. La inversión de 500.000 euros, Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______205 representa una aportación de la AECID. Con este proyecto se buscar fortalecer la infraestructura de abasto de agua para poblaciones rura- les de la región mencionada. Se señala que este es un proyecto de de- sarrollo integral, que busca sensibilizar a las poblaciones beneficia- rias sobre la necesidad de cuidar y proteger el recurso hídrico en la región. Otro interesante proyecto de cooperación entre España, Francia, Alemania y Marruecos es el relativo a energías renovables, a través de la creación de un macroplan para producir energía solar. Este es un proyecto de 10 años, que contempla la construcción de 5 centra- les solares a ubicarse en Quarzazate, Ain Beni Mathar, Sebjate Tah, El Aaiúm y Cabo Bojador. Dados los pocos recursos petrolíferos con que cuenta Marruecos, la opción del desarrollo de la energía solar se convierte en un proyecto estratégico para este pequeño país del nor- te de África. Este proyecto contempla una inversión de 6.000 millo- nes de euros, y se espera que en 2015, la energía solar se convierta en la segunda fuente de energía en el país, después del carbón y gas na- tural. Otro proyecto de cooperación entre Marruecos y España se re- fiere a la campaña hispano-marroquí para evaluar los recursos pes- queros en la costa mediterránea de Marruecos. En este proyecto par- ticipan El Instituto Nacional de Investigación Pesquera, con sede en Nador y el Instituto Español de Oceanografía de España. Como se se- ñala antes, este proyecto busca identificar los recursos pesqueros existentes en la plataforma y el talud de la costa mediterránea de Ma- rruecos, así como analizar su crecimiento y sus lugares de reproduc- ción. Otro proyecto de cooperación interesante es el del programa Na- cional de mejora medioambiental de las Escuelas Rurales de Marrue- cos. Este es un proyecto de 3 años, que busca contribuir al saneamien- to del agua y de las escuelas rurales, buscando educar y concientizar sobre su uso a padres, alumnos y profesores, y con especial énfasis a las jóvenes, que en todos los casos asisten a escuelas rurales. Este proyecto tendrá una inversión de 700.000 euros, el cual constituye un apoyo de la AECID y en principio beneficiará a la región de Souss Massa y Draa. En 1985, nace CODESPA, que es una Organización No Guber- namental de Desarrollo (ONGD), que tiene como principal objetivo 206 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos apoyar la formación profesional de los cuadros técnicos que requiere el sector productivo, proveer de microcréditos a población de bajos recursos y apoya a través del fortalecimiento institucional, el acceso a los mercados de pequeños productores. Esta institución surge como una iniciativa empresarial y de académicos, sin embargo el 84 % de los fondos que maneja provienen del sector público (AECID, CCAA y ayuntamientos y otros organismos internacionales), y solo el 16 % de sus fondos proviene de empresas privadas, otras fundaciones, par- ticulares y patronatos. Entre los proyectos que se financiaron en 2007 por medio de CODESPA, destacan los siguientes: 1) Centro de Formación Profe- sional especializado, con objeto de apoyar el desarrollo del sector tu- rístico en Larache, se capacitaron a 90 personas y la inversión fue de 460, 728 euros; 2) Formación de trabajadores en confección y pro- moción laboral en Tánger, ciudad que se ha caracterizado por el de- sarrollo importante de la rama de la confección, se apoyaron a través de este programa a 130 personas y se invirtieron la cantidad de 161.200 euros; 3) Construcción de 15 unidades escolares en las ciu- dades de Tánger y Alhacemas, en las que se imparten clases de alfa- betización y otras materias, en este proyecto se benefició a 2.250 per- sonas y se realizó una inversión de 561.334 euros; 4) Centro para impartir clases de educación no formal en Tetuán, en esta ocasión, fueron beneficiadas 56º personas y se llegó a invertir 176.187 euros. Como se puede apreciar, hay una fuerte inclinación a proyectos que fomenten la educación y la formación técnica y profesional. Para CODESPA, la profesionalización de los agentes de la coo- peración para el desarrollo ha sido constante. Ello lleva a que este or- ganismo, junto con otros, tales como el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad CEU San Pablo, den origen al Centro de Estudios de Cooperación al Desarrollo, el cual va a tener varios objetivos de gran trascendencia para el proceso de cooperación: evaluar la eficacia de la ayuda brindada, apoyar el fortalecimiento institucional de los acto- res del desarrollo, propiciar alianzas público-privadas y políticas de desarrollo (). Algo novedoso en este esfuerzo de cooperación encabezado por CODESPA, es su preocupación por la evaluación y la eficacia para resolver problemas relacionados con la pobreza y la capacidad insti- tucional. Algunos de los proyectos actuales se relacionan con pre- Dos experiencias de cooperación bilateral y transfronteriza ______207 vención de situaciones de riesgo en población de menores en Tetuán, con una inversión de 552.870 euros; programa de acceso al empleo de jóvenes con discapacidad sensorial y psíquica en Tetuán. Este pro- yecto se puede llevar a cabo en alianza con HANAN, la inversión es de 690.441 euros; Formación Profesional pública e inserción labo- ral de jóvenes en situación de riesgo en Tetuán. Este proyecto se lle- vo a cabo en conjunto con la asociación Tetuaní de Iniciativas Labo- rales, y tuvo una inversión de 320.341 euros. Sin duda, Marruecos ha tomado gran ventaja de los procesos de cooperación para el desarrollo, principalmente de países como Espa- ña, quién además de ser su segundo socio comercial, ha mantenido una relación histórica de dominación, pero también de cooperación.

Conclusiones

Como se ha podido constatar a lo largo de este trabajo, México y Ma- rruecos, a pesar de sus diferencias, cuentan con ciertas características comunes que los identifican. Ambos mantienen una frontera terrestre y marítima muy importante. En el primer caso, con la primera poten- cia económica en el mundo, Estados Unidos, y en el otro caso, con España, como puerto de entrada a Europa. La segunda mitad de la década de los ochenta y la década de los noventa, constituyó para México y Marruecos un parte aguas en su modelo de desarrollo económico. En el caso de México, este contaba ya con la experiencia de un régimen fronterizo de exención fiscal (Régimen de Franjas y Zonas Fronterizas), que data de 1937, y de la adopción en 1965 de un programa de industrialización basado en pro- cesos de subcontratación y de redes globales de producción. En el caso de Marruecos, es fundamentalmente durante la década de los años de 1990, con el ascenso del Rey Mohammed VI y la apertura económica, que surgen las primeras zonas francas de exportación en el norte de Marruecos. Hacia la década de los años noventa, México y Marruecos se embarcan en sendos procesos de liberalización de sus economías, y de integración a marcos regionales de comercio, como es el primer caso, el TLCAN, y en el segundo, la Asociación con países de la Co- 208 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos munidad Europea y otros acuerdos de integración regional, que in- cluía los Estados Unidos y países africanos. En ambos casos su economía empieza a presentar fuertes tasas de crecimiento, y con ello viene la intensificación de un conjunto de relaciones económicas, sociales, políticas, culturales, etc., las cuales las lleva a generar amplios procesos de cooperación con otros actores del entorno regional. Sin duda, las experiencias de cooperación en cada caso son bas- tante distintas. Sin embargo, puede decirse que en ambos casos, di- chas experiencias se inscriben en acuerdos bilaterales previos. En el caso de México con los Estados Unidos y sus zonas transfronterizas, y en el caso de Marruecos, su principal relación bilateral es con Es- paña, así como de cooperación transfronteriza. En el caso de México, predomina una cooperación que desafor- tunadamente no viene acompañada de recursos económicos para desa- rrollar tal o cual proyecto; regularmente los proyectos transfronterizas requieren recursos de ambos países. En el caso de Marruecos, este país se ha beneficiado de los fondos y programas de cooperación para el desarrollo que se han propuesto en el marco de la creación de la Unión Europea, y de los fondos de nivelación económica de regiones de me- nos desarrollo. En ambos casos hemos analizado brevemente los más importantes para las regiones fronterizas y transfronterizas. 8. Vidas ensambladas. Identidades femeninas e industria global en la frontera México-Estados Unidos

Luis López1, 2

Resumen

El objetivo de este artículo es mostrar la relación entre los procesos globales en la región fronteriza y las trayectorias individuales de las trabajadoras de las maquiladoras fronterizas. Interesa particularmen- te la construcción de subjetividades femeninas en la industria como un elemento central del funcionamiento de la misma. Se observan también los efectos socioculturales de la transformación de las rela- ciones entre los hombres y las mujeres que ha venido aparejada al de- sarrollo de la industria.

Introducción

Teresa tiene sesenta años y vive en un barrio obrero en Tijuana, en la frontera México-Estados Unidos. Durante más de la mitad de su vida se ha desempeñado como obrera en las maquiladoras,3 desde que llegó

1. Doctor en Sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de Paris. Profesor en la Escuela de Arquitectura de Paris La Villette. Inves- tigador asociado al Cadis (Centro de Análisis y de Intervenciones Sociológicas). 2. Una primera versión de este texto fue publicada en la Revista El Topodrilo n.º 7, 8/7/2008, bajo el título «Ensamblando identidades». Agradezco a Saúl Gutiérrez por sus comentarios. 3. Maquiladoras o maquilas es el nombre genérico dado a las empresas que aprove- chan de los regímenes de exención de aranceles que algunos países instauran con el fin de aprovechar las cercanías geográficas entre los países y la abundancia de mano 210 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos a la frontera proveniente del estado de Veracruz. Cuando llegó a Ti- juana por primera vez, ella tenía 17 años. Dos años más tarde, se casó con un vendedor ambulante, con quien tuvo dos hijas. Después, se re- gresó a Veracruz, donde se encontró con otro hombre con quien pro- creó otras dos niñas antes de volver a Tijuana porque «…lo que yo quería era volver a trabajar en las fábricas». A su regreso, comenzó a trabajar en una empresa electrónica, después en otra de fabricación de componentes médicos y después en otra más. Así hasta completar un total de más de veinte fábricas. Años más tarde, tuvo una última hija con un hombre quince años menor que ella. Los hombres de su vida, en sentido estricto, los padres de sus hijas, nunca han contribuido a la manutención de las mismas. Es Teresa quien se ha tenido que encargar de ellas a pesar del poco tiempo que le deja el trabajo en la maquila. Cuando hablé con ella por primera vez, Teresa participaba en la única asociación interesada en las trabajadoras de las maquilas, «Factor X».4 La vida de Teresa, se estructura en torno a las tres facetas de madre, de trabajadora y de activista. Pero de esas tres, es la imagen de obrera de maquiladora la que predomina a la hora de definirse a sí misma. Y ello se debe a que, como la mayoría de los habitantes de la frontera, la vida de Teresa se organiza al ritmo del trabajo. Su histo- ria personal está ligada de una u otra manera a las vicisitudes de la in- dustria maquiladora. De la abundancia del trabajo en los primeros años del Programa de Industrialización Fronteriza (PIF), hasta la más reciente y probablemente más dura crisis provocada por los atentados del once de septiembre. Su historia personal permite comprender el significado de la movilidad del mercado de trabajo, o la precariedad urbana en las vidas de los habitantes. También nos enseña acerca de de obra barata. En el caso de México, se llaman maquiladoras a las empresas que rea- lizan actividades de ensamblado, de manufactura o de producción de mercancías o de partes cuyos componentes entran del extranjero y salen del país para los mercados in- ternacionales. 4. Factor X fue una asociación que se ocupaba de las trabajadoras de las maquilas a principios de los noventa y que se disolvió en 2005. Originalmente fue creada por un grupo de feministas de Tijuana con conexiones con feministas norteamericanas. La mayor parte de las activistas eran militantes de la izquierda trotskista y su proyecto original era formar sindicatos en las maquilas, pero con el tiempo sus preocupaciones fueron variando hacia problemáticas mucho más específicas de las mujeres de las ma- quilas. Teresa y otras veinte mujeres formaron, en el seno de Factor X, una agrupación de trabajadoras llamada «Las promotoras por los derechos de las trabajadoras de la maquila». Para una historia de Factor X ver López (2007). Vidas ensambladas ______211 la experiencia de la soledad y de las dificultades para educar a cinco niñas sin ningún apoyo; hasta la satisfacción que otorga alcanzar una cierta estabilidad económica, que le permite adquirir un departamen- to con el exiguo salario ganado en las maquiladoras. El relato de Te- resa nos habla también de la toma de conciencia de la explotación de la que es objeto, pero también de su participación en la acción colec- tiva para combatir esa dominación. Teresa es el tipo ideal de trabajador de las maquiladoras y, al mis- mo tiempo, es la antítesis de la femineidad tradicional mexicana. Es disciplinada, productiva, móvil, estratégica y tiene un fuerte sentido de la individualidad. Pero por otro lado, es independiente y afirma una li- bertad sexual que no corresponde ni a su condición de mujer pobre con hijos ni a lo que la sociedad mexicana permite a una mujer de su edad. A pesar del hecho objetivo de su explotación en las maquilas, del hecho que vive en un barrio pobre y con pocos servicios, del hecho que se en- cuentra sola y no tiene muchas posibilidades de desarrollo profesional, Teresa no se considera como una víctima. «Yo no soy una víctima» re- pite a cada momento durante nuestra primera entrevista. «No soy una víctima. Decidí yo sola venir vivir aquí. Decidí sola trabajar en las ma- quilas. Decidí sola vivir en este barrio y tener a mis hijos sin la ayuda de nadie». ¿Cómo no sorprenderse por esta extraña afirmación de or- gullo personal en medio de un contexto definido por la explotación, por la violencia y la soledad? En el transcurso de mi investigación realiza- da en Tijuana entre los años de 2003 y 2005,5 encontré muchos otros re- latos similares de parte de muchas otras trabajadoras de las maquilas. La importancia de esos relatos es no sólo lo que ellos enuncian, sino sus efectos performativos, es decir, lo que éstos hacen cuando emergen en una situación de comunicación. En efecto, ¿porque los relatos de las obreras presentan una imagen personal que dista mucho de las figu- ras con las que los propios académicos tienden a definirlas? En los relatos de las mujeres como Teresa, lo global y lo local se mezclan, creando una imagen mucho más cercana de fenómenos que normalmente las ciencias sociales abordan desde la frialdad y la dis-

5. En el contexto de mi tesis de doctorado (Lopez, 2007), realicé tres estancias de investigación de una duración de entre dos y cinco meses en Tijuana, entre 2003 y 2005. En cada una de ellas efectué una serie de entrevistas con trabajadoras, con acti- vistas y con académicos. También llevé a cabo dos estancias de observación etnográ- fica en dos filiales de dos multinacionales japonesas. 212 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos tancia. Para éstas, la globalización es una consecuencia del poder de los flujos financieros y comerciales sobre los estados y los actores so- ciales. Para el discurso científico en boga, la conexión entre la subje- tividad y la globalización es una impostura. Para una buena parte de los especialistas de la globalización, incluidos aquéllos que defienden una perspectiva un poco más etnográfica (Burawoy, 2001; Tsing, 2005 y Appadurai, 2001), las identidades personales aparecen como la con- secuencia de estructuras sistémicas que escapan no solo al control sino al entendimiento por parte de los actores sociales. Quisiera mos- trar en este artículo que no es posible comprender los procesos globa- les sin atender a los actores sociales, a sus interacciones y a sus capa- cidades para actuar en medio de esas fuerzas. Esta postura desautoriza los enfoques socioeconómicos que sobredimensionan los mecanismos económicos de la globalización sin tomar en cuenta que el funciona- miento mismo de la economía global descansa en una serie de situa- ciones e interacciones situadas localmente. Voy a sostener que las es- tructuras que hacen funcionar las maquiladoras están basadas en interpretaciones culturalmente situadas de lo que es productivo o no, de lo que significa la calidad o no, de lo que es un buen trabajador o no. Estas definiciones culturales, o tropos, son concepciones localmen- te producidas de lo significa ser un «hombre» o ser una «mujer». Es- tos tropos no sólo definen formas de ser, sino que sancionan y delimi- tan espacios de acción. Dichos tropos son objeto de disputas por parte de los propios actores sociales y, debido a ello, pueden también cam- biar de una situación a otra. Son estas definiciones las que ordenan y dan sentido al mundo de trabajo en las maquiladoras. ¿Cuál es la relación entre la constitución de la identidad personal y los procesos globales? Un examen más atento de la trayectoria de Teresa en la industria maquiladora puede mostrar no sólo cómo las decisiones de las multinacionales afectan la vida de personas situa- das lejos de donde fueron tomadas, sino cómo ellas mismas son afec- tadas por la acción de individuos localmente situados. Las estrategias de localización de las grandes multinacionales tienen que tomar en cuenta las particularidades socioculturales allá en donde ellas se im- plantan. En ese sentido, la globalización, será el proceso por el cual entran en contacto actores y fuerzas situados en diferentes escalas te- rritoriales y sociales. Esas interacciones se insertan en situaciones lo- cales-regionales, las cuales los afectan y les dan contenidos. Vidas ensambladas ______213

Es posible entender la implantación de las maquiladoras en la frontera México-Estados Unidos como el resultado de un relato ela- borado por los dirigentes de la industria, cuya función fue la de justi- ficar la preferencia de éstas por la mano de obra femenina. Dicho re- lato construye la femineidad como lo que explica el funcionamiento de la industria. Este relato presenta una «femineidad tradicional me- xicana» como un hecho incontrovertible, que permite a las industrias contar con un nuevo tipo de trabajador, eficiente y rendidor, pasivo y sumiso, obediente y ágil. Sin embargo, este discurso que busca or- ganizar el espacio de trabajo choca con los conflictos de interpreta- ción que se presentan en el seno mismo de las líneas de producción. Más que la dominación absoluta, lo que se puede encontrar uno en las fábricas, es la tensión entre diferentes figuras de la femineidad, que emergen como tentativas de colonizar simbólicamente el lugar de trabajo. La línea de producción de vuelve así en un campo de ba- tallas por la justificación del significado de ser una buena mujer o un buen hombre, una buena trabajadora o un buen trabajador, una buena madre o un buen padre. Esas disputas no sólo afectan la imagen per- sonal de los obreros, sino que inciden directamente, como voy mos- trarlo, en las definiciones mismas de lo que es un buen trabajo, en la calidad de los productos o en la organización en la línea de produc- ción.6

La femineidad como principio de organización de las maquiladoras

El mundo del trabajo se estructura en torno a una serie de esquemas simbólicos y de narrativas que sancionan y dan sentido a las prácticas

6. Una buena parte de los estudios realizados desde los años ochenta (Fernandez- Kelly, 1983; Iglesias, 1986; Carrillo y Hernández, 1986; Tiano, 1990) hasta los años noventa (Sklair, 1993; Kopinak, 1996; y Cravey, 1998) y dos mil (Salzinger, 2001, 2003 y 2004; Wright, 2001, 2004) ha señalado la particularidad del discurso esgrimido por los dueños de las maquiladoras. La femineidad idónea en las maquilas es aquélla que se manifiesta en la agilidad y la destreza en el trabajo y en la sumisión y la pasi- vidad frente a la autoridad. Aunque concuerdo con la mayoría de estas apreciaciones, sostengo que en el espacio de trabajo coexisten otras formas de definir la femineidad que cuestionan esos mismos atributos. 214 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos de los individuos. Uno de estos elementos estructurantes del mundo de la maquiladora es la narrativa en torno a la «disponibilidad natural» de las mujeres mexicanas para el trabajo de ensamble. Otros de esos elementos estructurantes es la narrativa en torno a la naturaleza de esta dominación. Las mujeres de la maquiladora aparecen así como «víc- timas de la globalización neoliberal» encarnada por las maquiladoras. Estas dos narrativas son compartidas tanto por los managers de las empresas como por los especialistas de las maquiladoras. Presentar únicamente a las mujeres como objetos de la explotación y como víc- timas de la globalización, impide observar lo que realmente tiene lu- gar al interior del espacio de trabajo: las estrategias de producción tienen que tomar en cuenta la diversidad de identificaciones que tie- nen lugar en la línea de producción Lo anterior me lleva a plantearme la cuestión central de este ar- tículo: ¿Cuáles son los significados de «ser mujer» en el mundo de le maquila? En efecto, tanto en el mundo académico como en el mundo de las maquiladoras, parece prevalecer un consenso en torno a la «rea- lidad» de la narrativa sobre la mujer «diestra, dócil y paciente» (Sal- zinger, 1997, 2003 y 2004). En este trabajo analizaré los porqués de la importancia de este relato en el funcionamiento de las maquiladoras, pero también inten- taré comprender cuál es el significado de esas identidades (en plural) en la vida de las trabajadoras. Para ello me serviré de la noción de «experiencia social» tal y como ha sido desarrollada por François Du- bet (1994). Para Dubet, la experiencia social no es producto ni de de- terminaciones estructurales (la estructura de las relaciones de género) ni de prácticas situadas en la vida cotidiana. Es más bien el resultado de la capacidad de los individuos para articular diferentes lógicas que aparecen en tensión. Así, incluso la experiencia más íntima de un su- jeto no le pertenece totalmente puesto que ella se organiza según principios socialmente construidos. Así algunos principios estructu- ran la relación entre el individuo y su entorno. El primero es el de la identificación por el cual, la relación del individuo a su medio se es- tructura dando prioridad a lo emotivo, a la sensación. Esta dimensión de la experiencia ha sido teorizada por la sociología clásica de la re- ligión (Durkheim, Weber) como un estado de «pérdida de sí mismo», de fusión del yo personal con una emoción común (Dubet, 1994). Un segundo principio es el de la relación con el mundo mediada por una Vidas ensambladas ______215 actitud cognitiva en la que el individuo se construye una relación con- sigo mismo y con los otros en la que predomina una racionalidad es- tratégica. En fin, un tercer principio es el de la subjetivación mediante el cual los individuos se refieren al mundo a través de un distancia- miento reflexivo. Estos tres principios (identificación, racionalización y subjeti- vación) permiten observar que lo que llamamos «masculinidad» y «femineidad» no son realidades inmutables, ni estructuras fijadas por siempre, ni tampoco pueden ser reducidos a roles sociales interiori- zados. La definición de lo que es «ser hombre» o «ser mujer» es un producto social y cultural (Gutiérrez, 2007). Esto significa que las de- finiciones socialmente disponibles de lo que significa ser hombre o mujer aparecen como narrativas históricamente situadas que sancio- nan y legitiman las conductas sociales, pero que estas narrativas no son adoptadas por los individuos de manera mecánica, ni irreflexiva, ni tampoco están exentas de contradicciones y de críticas. La expe- riencia de «ser mujer» o de «ser hombre» se construye en una cons- tante tensión entre lo «vivido», lo «sancionado» y lo «reflexionado». Dicho de otro modo, la identificación a una imagen de la femineidad o de la masculinidad responde al mismo tiempo a una emoción que surge de la experiencia más íntima, a una estrategia por medio de la cual los individuos se adaptan a las condiciones que se les presentan y a una capacidad crítica hacia sí mismo. Para entender mejor esta proposición es necesario regresar al mundo de las maquiladoras. En una de las empresas en las que estu- ve realizando observaciones etnográficas, una filial de una multina- cional japonesa fabricante de bocinas que llamaré «Bocinas de Cali- fornia», los responsables habían instaurado un nuevo reglamento que fijaba las reglas de comportamiento que se tenían respetar en el espa- cio de trabajo. En mis charlas con las trabajadoras, el tema del control y de la supervisión a la que estaban sometidas apareció recurrente- mente. Sus principales quejas eran sobre los controles a los que eran sometidas a la entrada de la fábrica, las prohibiciones de hablar o masticar chicle en la línea de ensamble o, aún más sorprendente, la prohibición de mantener relaciones afectivas en el espacio de trabajo. Adela, una obrera con varios años de antigüedad en la empresa enu- mera las causas del descontento general. 216 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

Ahorita hay un reglamento que dice que no debemos correr, no debe- mos comer en la línea, que no debemos estar platicando. Vamos a su- poner de lejos o gritarnos una a la otra no. Como dice la supervisora, pueden estar platicando discretamente pero ya de estarse gritando, pues no. Pues esos son los reglamentos que hay. El gerente es el que puso. Ahorita el gerente esta tratando de solucionar muchos problemas que hay adentro. Por ejemplo, el otro día nos llevaron unas fotos y nos mostraban que no debemos llevar al trabajo tenis con rayas o con otro color ni zapatos de otro. Tiene que ser tenis blanco. No entendemos porque. Nunca nos explicaron porque que por el piso que porque se ra- yaba o no se. Y pero nos dieron uniformes y todo eso. Que no deben de tener novio. (Adela)

Cabe preguntarse, ¿porqué los gerentes de la empresa asimilaban como problemático el tener noviazgos? ¿Por qué la obsesión por con- trolar hasta el mínimo gesto de las trabajadoras? Cuando pregunté al encargado de supervisión del área en la que estaba realizando mis ob- servaciones, las razones por las que había especial cuidado en no per- mitir los noviazgos entre los miembros de la plantilla, me aseguró que esas medidas fueron en respuesta a una baja sensible en la calidad de los productos. Para el supervisor, esta baja en la calidad se expli- caba por la proliferación de los conflictos entre los operadores y los supervisores.

Desde el nivel gerencial hasta el nivel de operador. A todos los niveles hay relaciones de trabajo que llegan a relacionarse de un modo que se forman las parejas y muchas de las personas que trabajan aquí tienen parejas. Eso acarrea conflictos. (Lauro)

Esta lectura que los dirigentes de la empresa hacen de las causas de la baja en la calidad de los productos, muestra las ambigüedades de la concepción de la femineidad en las maquiladoras. El problema prin- cipal de la baja en la calidad de los productos es en el fondo el «com- portamiento promiscuo» de las trabajadoras. Así, uno de los tropos dominantes en las maquiladoras es el que presenta a las mujeres como promiscuas y libertinas. El relato de Lauro, el supervisor de área lo confirma.

La mayoría aquí son muchachas o son señoras que son madres solteras, o que ya han tenido más relaciones, son casadas o son divorciadas. Y a Vidas ensambladas ______217

nivel de operadoras si son un nivel de muchachas que están entre los 16 o 24 años que si andan, que si son muy promiscuas […] Por lo mismo de la rotación de parejas se ve. Andan con un muchacho y de repente andan con otro. O si vemos por ahí los jueves, el día de paga caen mu- chos galanes que vienen a bajarles sus suelditos. Ahí en la fábrica pue- des ver que después de cobrar están ahí pegados en las bardas, con mu- chos muchachos que vienen a sablearlas.

El cuidado de la calidad introdujo en la fábrica nuevas formas de cali- ficación que no se refieren a las capacidades o a las calificaciones pro- fesionales, sino a la calidad «moral» de las obreras. Las nuevas formas de control no buscan mejorar la calidad de los productos, sino califi- car a las personas según un esquema en el que la calidad moral es el común denominador. Una persona de «mala calidad moral» es una fuente de conflicto que afecta, contamina, la calidad de los productos. Los conflictos ligados a la calidad son asimilados a la trasgre- sión de uno de los supuestos de la «femineidad tradicional mexica- na»: la pasividad sexual de las mujeres. En su trabajo de tesis sobre la construcción de la masculinidad y el riesgo en las relaciones extra- matrimoniales, Saúl Gutiérrez (2007) argumenta que la construcción de la masculinidad en el contexto de las relaciones sexuales se pro- duce a partir de la asunción de relatos sobre la actividad sexual, juz- gada como una «evidencia» de la masculinidad y de la «ausencia de actividad sexual» como una prueba de la femineidad. Estos relatos tienen como objetivo no sólo afirmar una experiencia íntima de la pro- pia identidad sexual, sino el «confirmar» el sentido común que asocia a la masculinidad un rol sexual activo. El tropo acerca de las «muje- res de las maquiladoras» como sexualmente activas, transgresoras del orden simbólico, tiene como objetivo sancionar un comportamiento juzgado negativo, a partir de un principio no moral, es decir, a partir del principio de eficiencia laboral. Así, cuando las mujeres dejan de comportarse según lo marca el ideal de feminidad, es decir cuando son sexualmente activas, el discurso moral se muta en administrativo. Las mujeres son controladas para mejorar la calidad de los productos. ¿De donde vienen esos discursos sancionadores de los compor- tamientos femeninos? ¿Cuál es su impacto en la experiencia misma de las mujeres, en la manera en que éstas se definen a sí mismas? A mi parecer esos discursos están ligados a la percepción social de las maquiladoras. 218 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos

La construcción social de las maquiladoras como lugares de in- moralidad es un dispositivo que permite a la sociedad fronteriza juz- gar los comportamientos femeninos. La imagen de «manos dóciles, ágiles y pasivas» que los gerentes y supervisores gustan de imponer a las trabajadoras, choca con la idea que esas mismas mujeres puedan ser capaces de gozar de autonomía personal y sexual. En un estudio sobre el impacto de las maquiladoras realizado en el estado de Sonora, en la localidad de Arizpe que contaba en la épo- ca con 1500 habitantes, su autor (Nuñez, 1988) muestra que a partir de la llegada de las fábricas, las habitantes de la localidad comenza- ron a ser tratadas como mujeres fáciles y como prueba de su compor- tamiento inadecuado se argumentaba el supuesto aumento de los em- barazos adolescentes. La maquila era identificada como un lugar inmoral y los discursos públicos hablaban de una explosión de los embarazos después de la instalación de la empresa y eso a pesar de que las estadísticas contradecían estas afirmaciones. El autor muestra como la maquila aparece como una fuente de transgresión a las prác- ticas tradicionales y este discurso construyó el tropo de los embara- zos adolescentes como «evidencia» de esa desviación. La imagen de la mujer libertina juega un rol importante tanto en la organización del espacio de trabajo como en la organización del es- pacio público fronterizo. El tropo de la mujer libertina organiza el campo de significaciones de lo que significa «ser mujer» en la fron- tera. En él se reflejan no sólo los discursos machistas que niegan a las mujeres un lugar en el espacio de trabajo, sino también las fantasías sexuales masculinas que definen a las maquiladoras como lugares de mujeres liberadas y sexualmente disponibles. Estos mismos discursos crean una imagen ambigua de la femineidad puesto que si las mujeres aparecen como disponibles, ellas aparecen asimismo como más autó- nomas e independientes. La ruptura del rol pasivo por parte de las mujeres cuestiona las bases de la identidad masculina (en la que la ac- tividad sexual y la agresividad son parte fundamental). En los relatos de los hombres en torno a sus compañeras de trabajo (Salzinger, 2004; López, 2007), la imagen de las trabajadoras oscila entre la ad- miración, el deseo y el temor. Estas transformaciones no prueban en absoluto que las identidades femeninas «tradicionales» estén desapa- reciendo, sin embargo obligan a preguntarse sobre la plasticidad de las concepciones de ser hombre o de ser mujer. Vidas ensambladas ______219

Del lado de las mujeres trabajadoras, la experiencia de la propia femineidad es también ambigua. En la investigación realizada en el marco de mi investigación de doctorado (López, 2007) encontré que los discursos que las mujeres utilizan para referirse a su propia expe- riencia en el trabajo oscilan entre el sentimiento de explotación, el sentimiento de estigma por ser consideradas casi como prostitutas y la afirmación positiva de su autonomía sexual. A la pregunta ¿cómo son vistas las mujeres trabajadoras por los demás? Las respuestas pueden clasificarse en dos principales: como libertinas y como madres irresponsables. Ambas concepciones de la femineidad son interiori- zadas por las trabajadoras como dos figuras negativas de la identidad femenina. Por un lado, ambas definiciones aparecen como estigmas sobre la identidad personal. Por el otro lado, aparece una tendencia a buscar revertir esta imagen o, al menos, buscar construir una cohe- rencia biográfica entre las diferentes identificaciones. Si el trabajo en la maquiladora es fuente de una identificación negativa, también re- presenta una fuente de independencia financiera y de autonomía per- sonal. Puestas a decidir entre el trabajo y la casa, las trabajadoras bus- can articular los dos mundos, el de la fábrica y el doméstico. Ello muestra que la definición de lo que es «ser mujer» no es incontrover- tible y es más bien el objeto de una disputa permanente. «Ser mujer» en el mundo de la maquila varia según se sitúe en medio de una es- trategia de control de la producción, o en la búsqueda de un espacio de autonomía personal.

Conclusión

La imagen más conocida de las trabajadoras de la maquila, la que las presenta como víctimas de la globalización económica, dista mucho de las realidades sociales que enfrentan las mujeres día a día. Esto no quiere decir que las mujeres no padezcan condiciones de trabajo, rit- mos de labor y condiciones de vida más que precarias, ni que ellas sean objeto de violencia tanto en el ámbito del trabajo como en sus hogares o en las calles. De lo que se trata es de entender cómo ésas mujeres se perciben ellas mismas. Esta auto percepción no es un sim- ple auto engaño, puesto que lo que interesa no es el régimen de verdad 220 ___ Visiones macro-económicas de las regiones e impactos micro-sociológicos que se esconde detrás de los discursos de las mujeres que se niegan a percibirse en tanto que víctimas, sino el hecho que esos discursos ha- cen posible para las mujeres la transformación de sus condiciones de vida. En los estudios realizados sobre las experiencias de las mujeres trabajadoras en China, en Tailandia, en Taiwán, en India, en Centroa- mérica, la participación de las mujeres en la industria es un fenóme- no masivo, su actividad genera tensiones sociales que desembocan a menudo en la violencia contra las mujeres. La búsqueda de autonomía de las trabajadoras como Teresa, no puede reducirse a la frágil independencia económica que les permite su trabajo en las maquiladoras. Es un deseo mucho más profundo que explica su compromiso con organizaciones sociales que denuncian las injusticias en las fábricas. Su propia actividad cuestiona las cate- gorías tradicionales de la masculinidad y de la femineidad, categorías que siguen siendo vigentes en los relatos que sancionan el comporta- miento de las obreras. Su experiencia, junto con la de miles de traba- jadoras, permite replantear la problemática del género y su relación con el desarrollo económico de una manera distinta a cómo ha sido tematizado hasta ahora. La presencia de las mujeres en los espacios de producción (las maquilas) y de reproducción (la familia, el barrio), las convierten en un actor social capaz de organizar su entorno frente a los efectos destructivos de la globalización que parecen agudizarse en las regiones fronterizas. La experiencia de las obreras de las maquiladoras abre pues el espacio para el cuestionamiento de la identidad personal a partir de una reflexión sobre la propia femineidad. Para ello tienen que enfren- tar no sólo sus propias concepciones de lo que significa ser mujer, sino la mirada de los otros. Las definiciones sociales del trabajo en la maquila, buscan estigmatizar la presencia de las mujeres en los luga- res anteriormente exclusivos de los hombres (el mundo del trabajo y la calle). Estas definiciones puedes también ser el objeto de una apro- piación por parte de las obreras con el fin de producir contrarrelatos que justifiquen la presencia femenina en el espacio de trabajo y en el espacio público. La capacidad de las mujeres de las maquilas para ha- cer frente a las injusticias de la globalización parece ir a la par de su capacidad para redefinir sus propias identidades femeninas. La participación femenina en la industria de ensamble y las ten- siones que ella genera son dos fenómenos que se sitúan en la tensión Vidas ensambladas ______221 entre lo global y lo local. La organización del trabajo oscila también entre disposiciones generales de las empresas (flexibilidad, just-in- time, aplicación de la tecnología) y creencias locales acerca de la fe- mineidad idónea para el trabajo de ensamble. Lejos de los clichés que encierran a las mujeres en la dominación masculina y en la explota- ción, es necesario abrir puentes para entender como, a pesar de esta dominación y de esta explotación, diariamente se producen resisten- cias en el lugar de trabajo. Son estas resistencias las que dan sentido a las nuevas identidades femeninas que emergen en la frontera.

PARTE III

LAS CULTURAS DE FRONTERA

9. Fronteras imaginadas. Diez notas y una postal1

Humberto Félix Berumen

¿La frontera? La frontera que es línea y espacio. La frontera que nos une y nos aparta como un padre celoso. ¿Qué dices? La fron- tera que duele y huele y suele ser estigma y encanto.

2 LUIS HUMBERTO CROSTHWAITE

Comenzaré por lo evidente: las fronteras se construyen y se ima- ginan. No son hechos de la naturaleza sino de la historia. O mejor to- davía: son realidades culturales, creadas, configuradas, consolidadas en y a través de la historia. Implican, por principio de cuentas, una ruptura y una forma de discontinuidad espacial. Constituyen así el re- sultado de un corte histórico, de una delimitación territorial entre lo interno y lo externo, entre «lo de adentro» y «lo de afuera». Por lo que tampoco son hechos definitivos ni conforman datos fijos, estableci- dos de una vez y para siempre. Representan el resultado de los nume- rosos procesos sociales e históricos que, literal y metafóricamente, van haciendo las fronteras (Medina García, 2006). Estos procesos, que bien podrían definirse como los procesos de la «fronterización», integran el conjunto de las prácticas materiales, los discursos y los sentidos que dan cuerpo a la frontera como una en- tidad reconocible (Grimson, 2003). La construcción de la frontera pasa entonces por el proceso de su propia «fronterización». En este sentido —segunda evidencia— las fronteras constituyen realidades tanto empíricas, físicas o territoriales (fronteras geopolíticas) como simbólicas (fronteras culturales, lingüísticas, religiosas, étnicas y so- ciales) y son representadas de alguna manera. Una vez establecida la frontera con Estados Unidos, por ejemplo, comenzó el lento proceso

1. Este artículo forma parte del proyecto «Fronteras reales / fronteras imaginadas», apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales (México). 2. Luis Humberto Crosthwaite, «La frontera como el huele-de-noche en el jardín de mamá», Los Universitarios (UNAM), n.º 83, mayo de 1996, pp. 12-13. 226 ______Las culturas de frontera de su construcción simbólica. Había que fijarla también dentro del te- rreno de las representaciones imaginarias para asegurar con ello su justificación y su vigencia. Al mismo tiempo que se le otorgaba un significado particular como el límite necesario para resguardar la so- beranía nacional. Si la frontera mexicana del norte fue el resultado de un hecho mi- litar violento, se configuró también mediante el tropo de las diferen- cias culturales, de la alteridad radical. «La frontera —como lo señala- ra Norma Klahn— fue el límite establecido para delinear e inscribir dicha diferencia».3 Fue éste un proceso discursivo y de simbolización que acompañó a su establecimiento como delimitación territorial, de- terminó su contenido y fijó finalmente la forma de su percepción so- cial. Por eso es que las fronteras ayudan a establecer los deslindes que son necesarios para conformar y proteger las identidades sociales. Sirven también para definirnos y comprendernos (Aínsa, 2002). Para decirlo en breve, las fronteras se reconocen por las diferencias que han sido establecidas con el transcurso de los años. Pero hay asimismo —tercera y última evidencia— una frontera practicada, vivida y articulada mediante la experiencia fronteriza de quienes las viven como una realidad cotidiana. Se trata de la frontera escenificada o puesta en acto por los actores locales mediante el con- junto de las experiencias diarias, las rutinas y las formas de su apro- piación e interiorización subjetiva. Es decir, una frontera configurada a partir no tanto de su delimitación territorial como de la interacción cotidiana con los otros (toda frontera es siempre relacional), en el cruce frecuente del límite territorial y por quienes establecen su sen- tido a través de una gran cantidad de relatos, usos y discursos socia- les (Zúñiga, 1998). Llegados a este punto la pregunta es inevitable: ¿cómo, simbó- licamente, se ha representado la frontera mexicana dentro del imagi- nario social? Para responder a una pregunta tan amplia es preciso lle- var a cabo un trabajo de investigación que por ahora sólo queda enunciado. De ahí que sólo se apunten unas cuantas observaciones en

3. Aunque la autora se refiere a la diferencia construida desde el lado norteamerica- no, me parece que la idea es también aplicable a la diferencia establecida desde el lado mexicano. Véase Norma Klahn, «La frontera imaginada, inventada o de la geopolíti- ca de la literatura a la nada», en M.ª Esther Schumacher (coord.), Mitos en las rela- ciones México-Estados Unidos, FCE / SRE, México, 1994, pp. 260-280. Fronteras imaginadas ______227 torno a la frontera abordada desde la literatura, el cancionero de la migración y los numerosos corridos norteños, en particular en los lla- mados corridos del narcotráfico. Por ahora dejo de lado la frontera ci- nematográfica, una de las más consistentes y que exigiría un trata- miento más amplio y minucioso.

Imaginando fronteras

Avancemos reconociendo entonces que las fronteras se deslindan, se construyen y se procesan con ayuda de distintas prácticas sociales, narrativas, creencias, estereotipos, metáforas, categorías conceptua- les y mapas cognitivos que la proyectan dentro de las representacio- nes socioculturales: «son límites materiales cargados de sentidos di- versos» (Grimson, 2000). Resalta por ello su condición simbólica y su notable capacidad de simbolización. Pero esta frontera, segunda o paralela con relación a la frontera territorial, no es un mero reflejo de la primera. Y no tiene porque coincidir necesariamente con ella: el imaginario social no «refleja» simplemente a la frontera; la «produce» y la «reconfigura». Por lo que, cabe reconocerlo de una buena vez, el imaginario fronterizo también constituye una parte activa en el pro- ceso de «fronterización» de las fronteras. La frontera mexicana, por citar un ejemplo, no sería la frontera que creemos conocer sin tomar en consideración el conjunto de las representaciones sociales y los símbolos que la han configurado. Sin ellos no podríamos tener una vi- sión completa del fenómeno fronterizo. Un dato es cuando menos demostrable: la frontera del lado mexi- cano aparece tematizada a través de una gran cantidad de discursos so- ciales de diversa naturaleza. Por lo que bien podría hablarse de varias fronteras trazadas desde la imaginación social, y entre otras más, de una frontera cinematográfica, una frontera literaria (novelas y cuentos, principalmente), una frontera massmediática, una frontera testimonial (expresada a través de los relatos personales de los fronterizos, los mi- grantes o los turistas extranjeros) y hasta de una frontera musicalizada, presente en los corridos del narcotráfico o en las canciones que hacen referencia al fenómeno de la migración indocumentada. Detrás de cada frontera imaginada se encuentran diferentes formas de uso, estrategias 228 ______Las culturas de frontera de apropiación y de escritura, miradas sociales y dispositivos cultura- les. Su finalidad última estriba en hacerla reconocible.

Las fronteras literarias

Con más frecuencia de la pensada la frontera del lado mexicano ha sido el tema predilecto en una gran cantidad de cuentos y novelas. Lo mis- mo en la narrativa de autores locales que de autores nacionales y no po- cos extranjeros. Podría decirse que existen tantas fronteras como na- rradores la han abordado en distintos relatos. Como quiera que sea, en la tarea de ficcionalizar la frontera norte pueden reconocerse clara- mente dos actitudes diferentes: aquella que —por lo regular— asumen los escritores que la narran desde afuera y la que, por su parte, adoptan los escritores fronterizos. Las diferencias no son secundarias ni podrían considerarse como un dato circunstancial. Aluden sobre todo al lugar de la enunciación narrativa, a la visión cultural de quienes se proponen recrearla; entre otras razones, porque la narración no se da nunca en el vacío social.4 Razón por la cual podamos reconocer la existencia de una frontera heterotópica y una frontera tópica. Con estos dos conceptos quiero distinguir dos formas de acercarse a la frontera, dos maneras di- ferentes de representarla dentro de la narrativa de ficción y, sobre todo, dos modos particulares de buscar su interpretación literaria. Conviene aclarar que estas formas de clasificación no constitu- yen de ninguna manera juicios de valor literario. Tampoco creemos que, en términos artísticos, una actitud sea mejor o peor que la otra. Son sólo diferentes posturas en torno a un mismo fenómeno social. La importancia de las obras literarias no depende de la actitud asumi- da sobre la frontera. Su valoración es un asunto extratextual. En todo caso sólo se reflejan las diferencias discursivas en cuanto a la mane- ra de percibirla o de interpretarla. He aquí algunos ejemplos de ambas formas de clasificación:

4. Entiendo por «lugar de la enunciación» no un lugar geográfico sino una práctica discursiva y, por tanto, desplegada en función de ciertas «condiciones sociales de pro- ducción, que son condiciones institucionales, ideológico culturales e histórico coyun- turales». Hablar del lugar de la enunciación es hablar de miradas culturales y de ma- neras particulares de interpretar el mundo observado. Fronteras imaginadas ______229

a. La frontera heterotópica. Se trata de la visión centralista que los escritores no fronterizos tematizan desde sus relatos. En la mayo- ría de los casos la frontera se da por hecho, y casi nunca se profundi- za en su comprensión social. Aparece representada como un lugar de paso o el límite político entre las dos naciones, pero percibida siempre en función del centro y por no por ella misma. Resulta un territorio extraño, el lugar de los «otros», de paso, con mexicanos que son in- cluso diferentes a los demás. No se ofrece una recreación más amplia y profunda de la vida fronteriza, sino apenas los datos necesarios para la ilustración de una determinada tesis. La visión heterotópica puede reconocerse en las novelas Gringo viejo y La frontera de cristal, ambas de Carlos Fuentes. En estas dos novelas la frontera resulta un espacio abstracto o metafórico, antes que un espacio experimentado y vivido por los protagonistas. Las vo- ces narrativas parecen empeñadas siempre en demostrar el ser-ahí-de- la-frontera. Buscan sobre todo resaltar su papel en cuanto al deslinde cultural entre dos naciones diferentes. Por lo que a menudo tiene un valor más de signo que de símbolo (Castillo, 2001), y más de mapa que de croquis, ya que se asume desde una posición esencialista. Se resalta la idea de la frontera como límite territorial antes que la no- ción de un espacio social. Una «frontera conceptual» la llama Danny J. Anderson (1995); esto es, la frontera entendida como el recurso ne- cesario para establecer sobre todo las diferencias culturales y políti- cas con los que se encuentran del otro lado. Dos ejemplos más me ayudan a ilustrar con mayor detalle lo di- cho hasta aquí. Se trata de las novelas Sueños de frontera (1990), de Paco Ignacio Taibo II, y Tijuana Dream (1998), de Juan Hernández Luna. Aunque la lista podría ampliarse a un número bastante más nu- trido, las dos novelas mencionadas son representativas de la manera como se ha representado la frontera mexicana desde una visión na- rrativa que hemos llamado heterotópica. Es decir, como el espacio de los otros. En la novela de Taibo II el protagonista principal recorre varias ciudades de la frontera México-Estados Unidos en busca de una ac- triz que ha desaparecido sin dejar rastro alguno. Para la voz narrativa el recorrido le permite reconocer que las ciudades fronterizas son «ciudades sin signos reconocibles, más allá de su calidad de tierra final, frontera». Por lo que el recién llegado se siente como un «ex- 230 ______Las culturas de frontera tranjero» dentro de su propio país: «no reconocía el paisaje, no se sen- tía en casa ante el retocado México fronterizo», afirma en otro mo- mento. En su recorrido a lo largo de la frontera el protagonista de esta novela no cree encontrarse con el mexicano típico sino con una espe- cie de «pseudomexicano». Tampoco considera que se trate de una par- te de su país. Dicho en sus propias palabras: «Tres horas en un país extraño, ni mexicano ni norteamericano; tierra donde todos eran ex- tranjeros. No resultaba fácil ser mexicano en aquellas ciudades llenas de luz agresiva, polvo y anuncios en inglés» (Taibo II, 1990). Persephone Braham, quien se ha detenido a reflexionar en las ra- zones de esta actitud narrativa, considera que mediante «esta efímera geografía, Taibo sugiere que el defeño (naturalizado) ha llegado así a los límites de su comprensión histórica, como al margen de su auto- concepción» (Braham, 2005). La marginalización de la frontera, de- duce Braham, tiene por objetivo reforzar la centralidad del centro polí- tico nacional. Con lo cual se reproduce el discurso centralista que sólo ve en las fronteras lugares de tránsito, una especie de no-lugar, y sin más propósito que servir de línea de contención entre una nación y otra. En Tijuana Dream, la novela de Juan Hernández Luna, la fron- tera corresponde a la ciudad de Tijuana, y como el mismo título lo se- ñala, puede interpretarse como la historia de un sueño. Pero de un mal sueño o, peor aún, de una verdadera e inquietante pesadilla. Tijuana es aquí el inmenso burdel fronterizo, infestado de tugurios, la ciudad violenta en extremo, y por supuesto inmersa en el narcotráfico. Este- reotipos que de tan repetidos (en la narrativa mexicana, el cine y el periodismo de la nota roja) no parecen ofrecer ya novedad alguna para el lector. Como Fuentes, Tabio II y otros escritores más, Her- nández Luna no se interesa tanto en la frontera real, sino en aquello que se espera que sea la frontera. Con una diferencia: sólo ve una frontera estereotipada, sin vida propia. En esencia estos escritores proyectan la visión del centro a cerca de la frontera. En los tres casos la frontera aparece textualizada a través de una «frontera conceptual» más que una frontera asumida como espacio social vivo, por lo que el mapa predomina sobre el croquis, la línea sobre el espacio y la visión heterotópica sobre la visión tópica.

b. La frontera tópica. Otra es la actitud de los escritores que nacieron en la frontera, o la de quienes hoy residen en alguna de las Fronteras imaginadas ______231 ciudades del norte del país. No sólo porque el lugar de la enuncia- ción resulta distinto, sino también porque la visión cultural que se tiene de la frontera es notablemente más compleja y, diríamos no- sotros, mucho más completa y diversificada. Se parte de un espacio so- cial vivido, concreto, no de una mera abstracción. Pues no hay en su caso una esencialización de la frontera ni se considera en los térmi- nos de una simple metáfora negativa. Tampoco se persigue la identi- ficación de ningún sujeto fronterizo (Tabuenca, 1998). Núria Vilanova va más allá al argumentar que los textos que se originan en la frontera norte están permeados estéticamente por el es- pacio de la frontera. En su opinión, el espacio fronterizo es absorbido textualmente como espacio físico, real, conflictivo, problemático; y, claro, con sus especificidades geo-políticas, sociales, económicas, culturales, lingüísticas y artísticas. Esta frontera múltiple, argumenta, es «la que impregna, a veces de manera muy explícita y otras sólo im- plícitamente, la estética textual de la narrativa de la frontera norte de México» (Vilanova, 2006, p. 6). Los relatos «Marcela y el rey al fin juntos por el paseo costero» (1988) e «Instrucciones para cruzar la frontera» (2000), ambos de Luis Humberto Crosthwaite, son un buen ejemplo de la manera como la frontera puede incidir en la estética discursiva de los textos publicados por los autores fronterizos. Así, pues, la frontera tópica es aquella frontera considerada como espacio propio y reconocible. Si no se considera totalmente seguro sí se asume como parte de las vivencias cotidianas de quienes se desen- vuelven en alguna de las ciudades fronterizas. Por eso creo, con San- tiago Vaquera-Vázquez (1997), que los narradores fronterizos han dado cuerpo ya a varias «geografías imaginarias» de la frontera mexicana. Desde el desierto hasta las ciudades o los pequeños pueblos del norte del país. Y lo han hecho con propuestas y estilos de escritura de una creciente calidad literaria. El lugar de enunciación se ubica clara- mente en un espacio fronterizo, ya que se narra desde una posición periférica y en contraste con el centro. La condición fronteriza del es- pacio narrativo es, en este caso también, la condición para articular la enunciación discursiva y la visión narrativa.5 Se trata, pues, de textos

5. La condición fronteriza como lugar de enunciación y visión narrativa se acercan a los conceptos de «pensamiento fronterizo» (border thinking), «gnosis fronteriza» y «conocimiento subalterno» de Walter D. Mignolo, pero requieren de una mayor pre- 232 ______Las culturas de frontera literarios de la frontera, con «epistemologías fronterizas», sobre la frontera (aunque no necesariamente ni en todos los casos) y escritas por autores de la frontera.

Visiones contrapuestas

Si para los escritores no fronterizos la frontera es sobre todo un pro- blema (la cicatriz que no acaba de cicatrizar, en la versión de Gloria Anzaldua) y un enigma todavía por explicar (en Carlos Fuentes); para los escritores fronterizos del lado mexicano, en cambio, representa sustancialmente una vivencia experimentada y un proyecto de vida. Si los primeros parecen empeñados en buscar la frontera en sí misma (una esencia), los segundos se interesan en recrear lo que la frontera sería para ellos mismos (una experiencia de vida y muerte). Las diferencias son pues significativas. Mientras que el escri- tor no fronterizo asume la frontera como mito o conflicto, el fronte- rizo busca recrear el sentido del lugar (sense of place), es decir, alu- de a una frontera habitada, poseída y practicada. Si el primero la problematiza y la convierte en metáfora para ilustrar una visión par- ticular, para el segundo es primordialmente el espacio de las viven- cias personales (un «lugar practicado», en los términos de Michael de Certeau). Por eso el narrador fronterizo narra siempre desde su propia experiencia personal. Intenta dar cuenta del imaginario fronterizo, ofreciendo una visión más rica y heterogénea de la vida en los pue- blos y ciudades de la frontera. Frente al discurso centralista sobre la frontera, se interpone hoy lo que podríamos designar como el contra- discurso fronterizo (Tabuenca, 1997). Lo que hace diferente a una frontera de otra son los imaginarios que la recubren en cada relato. Pero en ambos casos la frontera narra- da no es una simple referencia extratextual, sino el resultado del tra- bajo discursivo que se opera desde los relatos mismos. Y lo que está en juego en estas representaciones no es, por supuesto, quién puede

cisión conceptual de nuestra parte. Véase de este autor Historias locales/diseños glo- bales. Colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo, Madrid, Akal, 2003. Fronteras imaginadas ______233 ofrecer la imagen más «fidedigna» a cerca de la realidad, sino la disputa por su representación social: la nominación equivale a la do- minación simbólica. Por eso lo más significativo de esta diferencia es la competencia por ejercer el monopolio de la reproducción legítima, campo de batalla en el cual hoy se dirime y se negocia la representa- ción literaria de esta parte del país. La disputa por su nominación pasa por la ficcionalización literaria desde los márgenes mismos o, en su defecto, por la ficcionalización realizada desde el centro cultural do- minante. Un centro, por cierto, que sólo parece ver en la frontera el baluarte defensivo de la patria.

Las disputas por la nominación

Una muestra de este debate se dio en fecha reciente a través de las páginas de la revista Letras libres. En esta ocasión la polémica, en- tre Rafael Lemus y Eduardo Antonio Parra, tuvo por tema la pre- sencia o no del narcotráfico en la narrativa del norte y el valor de la narrativa de los escritores de la frontera. Para el primero toda la «escritura sobre el norte es sobre narcotráfico» (Lemus, 2005) y lo haría desde un costumbrismo candoroso, dócil, sin poder superar todavía «la abulia formal»; para el segundo, en la mayoría de los narradores del norte el «narcotráfico no tiene presencia ni siquiera como situación», pero resalta, en cambio, la vitalidad literaria, la re- novación del lenguaje y la variedad de propuestas narrativas (Parra, 2005). En el fondo de la polémica lo que se puede advertir es el desen- cuentro entre las imágenes que se han articulado desde el centro na- cional y aquellas otras que han sido elaboradas desde la frontera mis- ma. La disputa literaria pasa también por la disputa en torno a quién o quiénes establecen la nominación simbólica de la frontera. Disputa que se extiende a la naturaleza y a la forma de su representación den- tro del imaginario social más amplio. 234 ______Las culturas de frontera

La frontera estigmatizada: corridos del narcotráfico

Los corridos del narcotráfico, llamados también narco-corridos o de la mafia, constituyen una variedad particular del corrido mexicano tradicional en cuanto género musical, pero no así en cuanto a su con- tenido temático ni en cuanto a su intención social (Giménez, 2001) Su aparición data de mediados de los años sesenta del siglo pasado y tienen como núcleo temático el fenómeno relacionado con el contra- bando ilegal de estupefacientes, con todo y su secuela de actos de- lictivos, encarcelamientos, corrupción policiaca, violencia extrema, exaltación de la valentía de quienes se involucran en el tráfico ilegal de estupefacientes, etc. La notable cantidad de corridos producidos a la fecha, junto con el éxito que han alcanzado en cuanto a su aceptación social y el incremento de las personas relacionadas con el narcotráfico, han llevado a que se hable de una verdadera mitología del narcotrafi- cante (Astorga, 1995); incluso de una narcocultura (estilos de vida, hábitos de consumo, ostentación pública, arquetipos sociales, etc.) (Valenzuela Arce, 2002). No obstante: «Quien canta (oye, memori- za) la vida y la muerte de un narco no encumbra sentimentalmente a un bandido social, tan sólo precisa lo innegable: él no se siente mo- ralmente superior a los protagonistas del corrido» (Monsiváis, 2009). En este tipo de corridos la frontera mexicana (ciudades, regio- nes, poblados) es, en principio, la zona de tránsito para el contraban- do de estupefacientes requeridos por los consumidores norteamerica- nos. Mientras que la línea internacional constituye el obstáculo físico y legal que hay que librar a cualquier precio. Como se puede recono- cer en uno de los narco-corridos más famosos, titulado precisamente «Contrabando y traición»:

Salieron de San Isidro procedentes de Tijuana traían las llantas del carro repletas de hierba mala eran Emilio Varela y Camelia la Texana Fronteras imaginadas ______235

Como acto enunciativo el narco-corrido configura la existencia de una verdadera frontera negra, inmersa en la violencia o en la que priva la ausencia de toda ley. Tiene por ello un carácter performativo, es decir, da forma a lo que se enuncia desde cualquiera de estos co- rridos. No resulta extraño entonces que en los corridos del narcotráfi- co se realice un verdadero proceso de estigmatización de la frontera mexicana. En la mayoría de los casos sus atributos corresponden a un espacio social que se encuentra al margen de la ley o, cuando menos, un espacio social que facilita las actividades ilícitas, permitiendo ade- más la violencia social indiscriminada. Se fortalece con ello la ima- gen maléfica atribuida a las ciudades norteñas.

La frontera de los migrantes: las aventuras de Ulises

Zona de un intenso tráfico migratorio la frontera mexicana ha propi- ciado asimismo la creación de una gran cantidad de canciones que aluden de modo directo o indirecto a dicho fenómeno social. Tales canciones dan cuenta de los motivos, las dificultades, los peligros y los anhelos personales de quienes han tenido que emigrar para buscar una mejor oportunidad de vida. Son los mexicanos expulsados del país, los «requeridos de la mínima abundancia que los compense de la prodiga escasez», como escribiera alguna vez Carlos Monsiváis (1985, p. 224). Al acervo de canciones que tienen como tema general el fenóme- no migratorio mexicano Gustavo López Castro, autor de una valiosa recopilación de canciones sobre el tema, lo identifica con el título de «cancionero de la migración» (López Castro, 1995). Se trata del testi- monio musicalizado de la migración indocumentada, y en el cual se puede advertir el cúmulo de los obstáculos y las experiencias («decan- tadas en el alambique de la nota musical») que deberá afrontar el mi- grante para alcanzar el destino deseado. Pero quizá lo que más llama la atención en este tipo de canciones es el hecho de que se tematiza un mismo sociograma de base (o conjunto de representaciones sociocul- turales), y en torno al cual se articula una serie de distintos ideologe- mas: desde la despedida al momento de partir, la aventura, los proble- mas para cruzar la frontera, el triunfo o los fracasos de los migrantes. 236 ______Las culturas de frontera

Me refiero al viaje que el migrante mexicano se ve obligado a em- prender para escapar de la miseria que vive en su propio país. Por eso es que atravesar el límite internacional constituye la mayor proeza a la que se enfrenta cualquier persona que aspire a lograr su propósito. Tal como se puede advertir en una gran cantidad de canciones y corridos. Un ejemplo, entre muchos otros, es la canción titulada «Frontera interna- cional».6 En la letra de esta canción se escuchan los siguientes versos, tan elocuentes en su mensaje que apenas requieren comentario alguno:

Frontera, dejo mi patria y mi hogar, todo por querer ganar un poquito de dinero

Pero, ¿cómo, en términos culturales, se define el viaje de los mi- grantes referido por tales canciones? ¿forman parte acaso de lo que James Clifford identificara como «las culturas del viaje»? Esto es, las «prácticas materiales y espaciales que producen saberes, historias, tradiciones, comportamientos, músicas, libros, diarios y otras expre- siones» (Clifford, 1995, p. 67). Cualquier observador diría que sí, que el viaje del migrante es una práctica espacial y que su experiencia se traduce en toda suerte de saberes y testimonios (orales o escritos). Aunque tal vez no haya que conceptualizarlo, sino, más bien, inter- pretarlo. Quiero decir, si atendemos a la naturaleza del viaje, las características que asume, las secuencias del recorrido que ha reali- zado, los obstáculos que se presentan. Verlo, en pocas palabras, como el relato de una dolorosa aventura que bien puede culminar en el triun- fo, la derrota o la desgracia.

La postal. Tijuana rima con aduana… y con mariguana

En mi libro Tijuana la horrible. Entre la historia y el mito (2004) bus- qué aproximarme a la representación imaginaria de Tijuana. La pro-

6. «Frontera internacional» (Enrique Valencia), Los tigres del Norte, Carrera con- tra la muerte, Musi/4006 (Lado B3 2:59), Musivisa Internacional, México, 1989. Fronteras imaginadas ______237 puesta consistía en explicar la forma como se fue configurando la imagen pública de la ciudad mexicana que, a la postre, devino en el símbolo de la inmoralidad y la violencia por antonomasia. Un símbo- lo que desde mi punto de vista se ha convertido en un mito y hoy con- diciona la percepción social que se tiene de Tijuana. Tal como se pue- de advertir en una de las canciones más conocidas de Manu Chao, del grupo Mano Negra:

Welcome to Tijuana tequila, sexo y mariguana con el coyote no hay aduana7

Estos versos condensan en forma por demás elocuente varios de los motivos temáticos (o culturemas) que articulan la visión que se tiene de la frontera mexicana. Representada en este caso por la ciudad de Tijuana. Además de la asociación de Tijuana con aduana y con mariguana, debido en parte a las facilidades de la rima pero también a su estrecha relación con la realidad fronteriza, en esa canción apa- recen algunas de las figuras que integran el imaginario fronterizo: la ciudad mexicana que es emblema de la inmoralidad y el vicio, la pre- sencia ubicua del «coyote», la huella inconfundible del narcotráfico y la posibilidad del cruce fronterizo. Símbolos todos de una realidad social que no se agota en ninguno de ellos, pero que forman parte ine- ludible de la frontera imaginada. Esa que, como hemos visto, es par- te también de la frontera territorial.

La retirada. A manera de conclusión

Me detengo en este punto, doy la vuelta y regreso al principio. El pro- blema de cómo se imaginan y cómo se representan las fronteras es por supuesto un tema mucho más amplio y complejo de lo que por ahora solo hemos podido explicar a medias. No obstante, conviene señalar que el estudio de las fronteras debe complementarse con el es- tudio de las formas como se imaginan y se simbolizan, se practican y

7. Manu Chao, «Welcome to Tijuana», El clandestino, 1998. 238 ______Las culturas de frontera se viven (Montenegro, 2006). Porque las fronteras geopolíticas, como hemos intentado demostrarlo con las limitaciones de tiempo y espa- cio, se hacen también desde las representaciones sociales y los sím- bolos que las han ido configurando; son parte de su historia, de su va- loración e interpretación cultural. En ese contexto cobra sentido un concepto clave, el concepto de imaginario fronterizo. Por ahora solo enunciado en sus aspectos más generales, pero que deberá desarro- llarse en futuras aproximaciones. No menos importante resulta considerar la posibilidad de am- pliar, desde los estudios comparativos, la comprensión de imagina- rios fronterizos de diferentes lugares (Río Bravo-Mediterráneo), o de regiones transfronterizas (México-Estados Unidos). 10. Crónica antropológica: «Los de la vieja Tijuana». Un «nosotros» urbano significativo en contexto fronterizo

Irina Georgieff Doctorante en Antropología Université de Provence Maison Méditerranéenne des Sciences de l Homme Laboratoire Méditerranéen de Sociologie

Introducción

La identidad casi siempre necesita un «desvío» para ser abordada. Más aún en un contexto fronterizo caracterizado hasta el estereotipo por una población flotante, un caos urbano, una ausencia de historia o particularidad local genuina. A través del ejemplo concreto de un proyecto artístico llevado a cabo en una colonia de Tijuana, que colinda con el muro fronterizo, propongo una lectura de la configuración de un «nosotros» significa- tivo. El discurso de «los de la vieja Tijuana» tardó en llegar hasta mi. Quizás porque no pude descifrarlo antes, ocultado detrás del discurso postmoderno, sin duda el discurso dominante en esta frontera. Efec- tivamente esa autodenominación contradice muchas visiones aca- démicas de la frontera, supuesta tierra de «pochos», «resistentes» o «híbridos» poblando un «laboratorio de la globalización en marcha» según el eslogan de García Canclini. Quiero compartir aquí la apertura que representó para mí enfrentarme con este otro discurso fronterizo. Esta contribución se sitúa en un campo de investigación abierto desde mediados de los sententa en esta región México/Estados Uni- dos pero poco consolidado, el de las identidades fronterizas. Este ar- tículo pretende participar de la comprensión de la complejidad fron- teriza, resultado de la cohabitación de modelos heterogéneos pero no incompatibles aquí. 240 ______Las culturas de frontera

La colonia Federal, contexto del discurso

La colonia Federal es una de las más antiguas y de las más pequeñas de Tijuana. En una ciudad que festeja este año sus 120 años, se puede de- cir que una colonia formada hace 80 años es vieja. Hoy en día tres de sus extremidades están cerradas por muros de concreto. El que cierra el lado este, pegado al cruce fronterizo, es obra de la aduana mexicana, que en 1968 separó así la puerta de entrada a México de la colonia. Por ahí entraban antes personas y vehículos desde EE.UU. La avenida Padilla, calle principal de la colonia que cuenta con sólo unas decenas de metros, también termina en un muro. Éste es mucho más reciente y es petición de los vecinos de la calle Chapo Marquéz donde se encuentra hoy la Casa del Túnel Art Center (ese centro cultural ampara el proyecto Transferencia, del cual parti- cipé y que contribuyó a esta lectura sobre una identidad fronteriza). Hartos del paso cotidiano de cientos de trailes, debido a la proximi- dad de los patios de importación de mercancía,1 en la época en que la barda fronteriza todavía era de alambre «de pollos», los vecinos de esa cuadra se juntaron para exigir la construcción de un muro, que si- gue el mismo recorrido que lo que es hoy el muro fronterizo. Esa es una de las primeras características de la colonia: todo aquí funciona por cuadras. Aunque la colonia tenga solo dos calles paralelas y cua- tro perpendiculares, todos los vecinos hablan y viven por cuadra. El tercer muro es el que cerca los patios de importación tempo- ral de vehículos, al oeste de la colonia. Eso generó la instalación de agencias de importación de vehículos que ocupan toda la calle que bordea la colonia. Por esa misma calle salen buena parte de los pea- tones que vienen de EE.UU., por las puertas rotativas que se encuen- tran ahí. El hecho de haber cercado la colonia dejó a ésta con un mapa to- talmente asimétrico. Las amplias calles por las cuales se entraba des- de EE.UU. se convirtieron en callejoncitos. De hecho una de ellas era la prolongación de la avenida Internacional. Es díficil imaginar que todo el flujo de carros pasaba por una colonia tan pequeña. Desde esa calle Internacional la vista es impresionante: se adivina el recorrido

1. Antes de que ese cruce se realizara por la otra puerta internacional, la de Otay, más al este de la ciudad. Crónica antropológica ______241 caótico de la barda que sigue la topografía accidentada de la ciudad. Las luces de los carros en la avenida Internacional permiten evaluar la densidad del tráfico hacia el oeste de la ciudad y Playas de Tijuana. A ciertas horas es una serpiente inmóvil que nomás subraya las cur- vas de los cerros pelones que corren hacia el mar.

Esa proximidad del cruce fronterizo condiciona varios elementos de la colonia: la presencia de estas agencias de importación, la del grupo Beta2 y de los deportados que acuden ahí a pedir ayuda. Aparte, el ho- tel Londres, frente a la Casa del Túnel, fue durante muchos años un hotel de «pollos» y «polleros». Varios candidatos a la migración si- guen llegando al hotel en busca de alguien que los lleve o de un lugar donde esperar, pero ya en vano. La Federal era un punto de cruce clandestino muy utilizado hasta hace unas décadas. En la colonia emerge un paísaje extraño a ciertas horas: las ca- lles se llenan de carros aparcados en doble fila. Sus conductores po- cas veces bajan de su vehículo. La Federal se convierte en territorio de la espera —que aquí es asociada generalmente con el cruce hacia EE.UU.— para todos los que tienen que hacer tiempo mientras su novia, hijo o amigo cruza a pie desde San Ysidro. Así la colonia se convierte para algunos en un «no lugar» (Augé, 1992). Un espacio- tiempo sin interacción, suspendido, sin sentido propio, mientras a un lado sigue la vida, socialmente densa, de la colonia. Ahí como en la Línea3 la gente duerme, lee, llama por télefono o radio, se maquilla, come, fuma, bebe, reza, canta, limpia los recovecos de su carro, de su bolso o de su mente. La espera, deporte inevitable en esta frontera.

La colonia se llama en realidad Empleados Federales. Como su nom- bre lo indica, estos terrenos que colindan con la línea fronteriza mar- cada en 1848 se les brindaron a toda clase de empleados federales,

2. El Grupo Beta está compuesto por patrullas y centros de atención a migrantes. Rescatan y proporcionan ayuda a los migrantes clandestinos y a los deportados aun- que también se señalan abusos de parte de los miembros de estos grupos. 3. Aunque sean varias las acepciones, en Tijuana se le llama Línea básicamente a la fila de carros y peatones que esperan para llegar a la garita, ser controlados y pasar al otro lado. 242 ______Las culturas de frontera desde agentes de migración o aduanales que ahí trabajaban hasta maestros o empleados de la comisión de electricidad. «Cuando mi pa- dre llegó en los años 30, le decían “Cerca lo que quieras”. No había nada aquí, desde el centro hasta aquí, nada. Mi padre decía “Yo claro que no me voy a quedar en este rancho”. Y así fue como terminó mu- riendo aquí en Tijuana» cuenta la hija menor de uno de los primeros habitantes de la colonia, cuya casa familiar —una de las únicas que realmente tiene diseño, obra de un arquitecto— fue pintada en el mar- co de este proyecto Transferencia. La particularidad de Tijuana empieza ahí: la existencia de la frontera es su razón de ser y la migración lo que la construyó. Cuan- do se formó la colonia, todos los empleados federales y la población en general era de «fuera». Lo que se brindaba entonces al venderles esos terrenos y facilitarles la construcción de su casa, era la posibili- dad de un arraigo. De hecho la gente que nació en la colonia son to- dos primera generación de tijuanenses. Los primeros que contestaron «De aquí» a la pregunta más frecuente en la socialidad tijuanense: «Y tú… de dónde eres?». Esos niños crecieron con un alambrito de po- llos agujereado como frontera, se brincaron a recoger tomates en los sembradíos gringos, o a buscar pelotas de baseball caídas al otro lado. Siempre tuvieron pasaporte y siempre consideraron el país vecino como la banqueta de enfrente, el lugar donde uno iba y sigue yendo a hacer compras, visitar familiares y amigos, a desayunar. Muchas ve- ces los agentes los conocían por sus nombres. Crecieron yendo al ce- rro vecino de día de campo, con el paísaje totalmente abierto. Y tie- nen bien fresca la memoria de esos tiempos. Pero el tiempo pasó. Muchos se fueron yendo, al otro lado o a otras colonias, y muchos otros muriendo. Fueron remplazados por in- quilinos, gente que también vino de fuera y consiguió casa en la co- lonia. Muchos de ellos porque trabajan al otro lado y la cercanía con la Línea les ahorra el tráfico matutino dentro de Tijuana. Extranjeros, americanos o mexicanos de otras ciudades. Rentaron las casas que habían construido los empleados federales. Algunos de ellos quedan, descendientes ya. Son pocos y se conocen todos. La afinidad va por cuadras, y la vida también. Muchas veces no se enteran de lo que pasa en la cuadra de atrás. Los que quedan de esa época se fueron convir- tiendo en líderes de la colonia. De eso nos dimos cuenta tarde. Crónica antropológica ______243

La Casa del Túnel Art Center y el proyecto Transferencia

En 2008 abre en la colonia Federal la Casa del Túnel, un centro cul- tural cuya ambición es claramente binacional e internacional. Se tra- ta según las palabras de su director de traer a Tijuana ecos del arte mundial. Darle brillo y relevancia a la producción local en el escena- rio artístico global, llevándola afuera. Él está convencido de que Ti- juana es the place to be en esta época del mundo, el famoso «labora- torio de la globalización en marcha», de la posmodernidad, definición que quedó apegada a Tijuana como un apellido desde que N. García Canclini la propuso y la academia lo aplaudió. El trabajo para reno- var la Casa fue colosal y significativo. El nombre del centro, que generó controversia con ciertos veci- nos desde el principio, se refiere a la historia del lugar. Durante varios años, ese edificio albergó un narcotúnel por el cual transitaron tone- ladas de drogas hacia California. Después de un millón de pesos in- vertidos y año de trabajo, el centro es un edificio original, que ofrece exposiciones y actividades culturales. Entre la Casa del Túnel y los habitantes de la colonia se teje una relación compleja. El ruido molesta. El director piensa que ha hecho todo lo posible, sin embargo los habitantes no se sienten incluidos. No se entiende bien qué pasa ahí. O simplemente, lo ven como ajeno, elitista. Da miedo entrar, para qué confrontarse a su propia —y su- puesta— ignorancia. Están ahí «entre ellos» los artistas; «Eso no es para nosotros» piensan muchos. Algunos lo dicen. El director tam- bién reside en la colonia pero no es visto como un habitante. Proba- blemente porque no convive con la gente de la colonia sino que sus actividades son claramente enfocadas hacia afuera. Y hasta hace poco él vivía sobretodo en Los Angeles. Este año la Casa del Túnel vió como una necesidad el establecer una relación con la colonia a partir de proyectos dirigidos hacia la co- munidad de vecinos. La idea era intervenir la colonia con un proyec- to de pintura y/o instalaciones. Con esa voluntad convocaron proyec- tos artísticos, con financiamiento de CONACULTA y apoyo del Instituto Municipal de Cultura (IMAC) de Tijuana. Así fue como lle- gó a la colonia un colectivo de cuatro pintores (un grafitero, un espe- cialista del estencil, un artista-instalador y un pintor más clásico en sus técnicas), el bien llamado Colectivo 4 cuya propuesta era realizar 244 ______Las culturas de frontera intervenciones sobre fachadas de casas de la colonia. El trabajo se pensó como una alianza con el habitante de dicha casa. Se trabajaría en base a entrevistas con él o ellos, cuestionando su historia, su ori- gen, su arraigo a la colonia. Así fue también cómo llegué yo, contra- tada para hacer la mediación entre los artistas y la comunidad y para registrar todo el proceso del proyecto. Empecé por realizar una entre- vista con cada uno de los artistas para entender su visión de esa inter- faz entre público y privado, entre la intimidad y la calle que es la fa- chada de una casa en esta cultura. Quería entender su interés por trabajar con la comunidad (creo que siempre es bueno desconfiar de los proyectos con tan buenas intenciones como «trabajar con la co- munidad», porque pueden justificar todo, hasta lo peor). Me pareció interesante el cuestionamiento de uno de ellos:

Existen dos cosas. Una es el arraigo y la otra la pertenencia. El arraigo se da porque naciste aquí, porque viviste toda tu vida en la colonia. Porque ahí está la memoria de tus padres, y la tuya y ahí se construye la de tus hijos. La pertenencia se elige, se da porque vives en un lugar, te relacionas con tus vecinos, convives, te vuelves visible y tomas res- ponsabilidad en tu comunidad.

Como si una fuera cuestión de biografía y la otra de afinidad. Como si una existiera en base al pasado y la otra se construyera en el pre- sente. Para ellos, se trataba de explorar esas dos facetas de la relación al espacio y al tiempo en su ciudad. El planteamiento me pareció acertado en una ciudad fronteriza. Y más en una colonia pegada al muro. Por mi lado estaba trabajando esa cuestión de la configuración de los «nosotros» en esta ciudad y acababa de descubrir ese discurso de una «vieja Tijuana», entrevistando a gente nacida aquí, sea cual sea su lugar de residencia en la urbe. Los dos cuestionamientos se termi- naron juntando de una forma inesperada.

La realización del proyecto Transferencia

Los artistas ya habían elegido sus lienzos y preparado el terreno con el habitante. El proceso siempre iba a ser el mismo. De la entrevista Crónica antropológica ______245 el artista sacaría bocetos y propuestas, que se debatirían en otra(s) platica(s) hasta llegar a un acuerdo con el habitante y realizar el mu- ral, creando una convivencia cotidiana entre el residente y el artista. Cada uno fijaría en la práctica los párametros de la convivencia. Como sea entrarían a dialogar dos mundos. El proyecto empezó rápido. Demasiado creo. En unas semanas ya se había pintado un edificio propiedad de uno de los líderes de la colonia, y la casa familiar que ya mencioné. El contacto fue fácil con esos dos «viejos» habitantes, cosa que nos dió la ilusión que el pro- yecto estaba aceptado por la colonia entera. Pero después de esos dos murales, realizados en las extremidades de la colonia, los pintores se acercaron al corazón de ese espacio. A la avenida Padilla, que es el eje, porque también cuenta con la única tienda de la colonia. Ésta es una verdadera institución tanto por la importancia de la tienda en la vida de la comunidad, como por las mujeres, madre e hija, que estuvie- ron a cargo de ella desde el principio. Una de las esquinas de esa ave- nida fue literalmente «atacada». Tres pintores trabajaban al mismo tiempo sobre tres casas distintas, de las cuales dos edificios de dos plantas. Cada uno de ellos se enfrentó con reacciones que no solo le die- ron sentido al proyecto —confirmando que actuar sobre el paisaje es actuar de forma directa sobre la sociedad— sino que generaron un diálogo y un cambio radical en nuestra relación con los habitantes. Hasta ahí la colonia nos parecía —al colectivo que terminamos for- mando los pintores y yo al estar conviviendo a diario con los habi- tantes de la Federal— muerta. Parecía no haber niños, casi todas las casas de una cuadra estaban en renta, muchas otras solas y en el terri- ble calor del verano tijuanense la colonia se veía vacía. Los «proble- mas» surgieron sobretodo con habitantes cuyas casas no iban a ser pintadas, confirmando que el proyecto tenía un impacto colectivo fuerte. Dos de los pintores eligieron casas que se encuentran en la esqui- na central de la colonia. Una de ellas es actualmente residencia de V., que primero ocupó el lugar y luego llegó a un acuerdo con los propie- tarios, que desaparecieron desde entonces. Vive en la casita que está a un lado y cuida del edificio, bodega-esqueleto de concreto que los propietarios dejaron a mediohacer y que se fue llenando de cosas, que no llegan a ser basura pero que los vecinos igual llaman «cochinero». 246 ______Las culturas de frontera

Él aceptó que se pintaran esas paredes porque los propietarios tenían cuatro años sin venir y ya no pensaba volver a verlos. Uno de los pin- tores empezó un mural en el edificio: una señora empujando un carrito de mandado. Eso fue lo primero que se vió. Para el pintor-instalador «representa las idas y vueltas de este habitante, todo lo que lleva con- sigo en sus movimientos, ese itinerario de vida que tuvo V. y también eso que tenemos todos, nuestro carrito de experiencias que vamos lle- nando y vaciando permanentemente». El especialista del estencil de- cidió pintar a V. sobre su casa, y de pronto apareció su rostro estenci- leado, como una foto del tamaño de la fachada. V. sonríe con un orgullo nada oculto frente a su imagen y explica su decisión:

Me enamoré de ese personaje que a pesar de no tener mucha historia en la colonia me parece ser un pilar. Conoce a todo el mundo, le hace tra- bajos a todo el mundo y plasmarlo en esa pared también es a la vez ex- presar y participar de su proceso de arraigo a la colonia. […] Sí, ahora es una responsabilidad.

Un día que estaban trabajando en ese rostro llegó un líder de la colo- nia. Enojado.

¿Porqué pintas aquí alguien que no es nadie en la colonia? No repre- senta nada para nosotros, no es nadie aquí. Hubieras pintado a alguien que represente la memoria de esta colonia, que tenga historia aquí.A lo sumo a M, el vendedor de periódicos que también estuvo en esa casa un tiempo. A ese señor nadie lo quiere…¿Y ese otro mural, hagan algo bonito, porqué un carrito de mandado que no significa nada? Otro in- digente en la pared. A mí me molesta ver eso cuando salgo de mi casa.

Había salido de su cuadra para decir eso…Desde ese día empezamos a oír comentarios negativos y llegaron hasta nosotros ecos de des- contento por medio de otro líder de la colonia. Alguien de la colonia llamó al propietario de la casa de V. y, después de cuatro años de ausencia, éste vino a la Federal sólo para regañar a su encargado. Pa- ramos los trabajos una semana. Nos cuestionamos mucho. Surgió como una necesidad entre nosotros hacer frente y resolver eso rápido. Explicar, escucharlos, entendernos. Se hizo evidente que nos había faltado la dimensión colectiva de este proyecto. Acostumbrados a vi- vir en Tijuana sin conocer a nuestros vecinos y sin notar casi los cam- Crónica antropológica ______247 bios del paisaje, tuvimos que entender que aquí no era así. Cuestio- namos a los líderes y organizamos un convivio en la calle.

Emergencia del discurso de «los de la vieja Tijuana» en la Federal

Cerramos un callejón. Los habitantes prestaron sin que necesitemos pedirlo mesas, sillas, escobas. La comunidad nos apoyó claramente. Los lideres y más habitantes acudieron. Trayeron vino, tequila, bo- tanas. Otra vez, el espacio habló solo. Al centro de la mesa se junta- ron naturalmente los viejos habitantes, y a las orillas los nuevos. Pudimos notar el poco contacto entre los dos estatus de habitantes. Fueron horas de recuerdos contados. Y en un momento se dió algo inesperado. Los habitantes explicándose y defendiendo el proyecto entre ellos. Doña V. dándole sentido al mural que ve cada mañana. L., verdadero pilar de la colonia, alzando la voz para contestarle al líder enojado «Pero sí tiene sentido un carrito de mandado, piensa en toda la gente que transitó por la colonia con carritos, llevando y trayendo su trabajo, y lo sigue haciendo.» También se habló del frente de de- fensa de la colonia. De la posibilidad que habían creado de defender sus intereses, de su movilización incondicional cuando se trata de la colonia. Se mencionaron a casi todos los muertos de la colonia, tam- bién los que se marcharon. Y llegamos, desde la memoria de la gente hasta la del espacio, que siempre van juntas. Nos contaron cómo habían «mutilado» su espacio, reduciéndo- lo, cercándolo. Como el horizonte se les acercó cada vez más. La hu- millación de los tramites para la visa, de la espera en la línea cuando uno está acostumbrado a que los agentes lo llamen por su nombre. Surgió también la nostalgia de tiempos con más convivencia, con más solidaridad. Cuando se armaba la bola de niños que salían de la Fe- deral hacia el centro para ir a misa, al cine, o a comprar dulces de a centavo del otro lado del puente México que desembocaba casi en la colonia. Lo que se expresó muy claramente fue que cuando esos vie- jos habitantes dicen «eramos», «nosotros» saben perfectamente a qué se refieren. Comparten esa memoria de todos los cambios ocurridos, y guardan algo de esa vieja Tijuana que describen, porque en la Fe- 248 ______Las culturas de frontera deral el tiempo a veces parece suspendido. Como si se hubiera para- do en ese tiempo en que el centro parecía lejos y fuera de ahí todo era rancho. En esa época en que «se hacía dinero» y todo el mundo en Ti- juana podía confirmar que era un territorio de oportunidades. Una época en la cual se pensaba que todo duraría, y que la existencia de la frontera era parte de la oportunidad. Esos habitantes crecieron en una ciudad de alrededor de 60 000 habitantes4 y viven en una de, ni el IMPLAN5 sabe, más de dos mi- llones. No sólo conocían a toda su colonia pero también a buena par- te de Tijuana que veían y reconocian en un restaurant cuando iban a desayunar al otro lado. Las referencias les permiten reconocerse: si te acuerdas de tal personaje, si sabes dónde estaba tal edificio, si has presenciado tal evento en tal año entonces sí eres «de la vieja Tijua- na». Pero sobretodo lo eres si reínvindicas ese arraigo. Y ese discur- so los pone no en contra pero si a un lado de la población, flotante o no, de la Tijuana actual. Los aísla también. Porque no es lo mismo vi- vir en lo que uno considera como un rancho a vivir en una megapolis con balaceras cotidianas. No es lo mismo estar acostumbrado a ganar en dólares a ver tanta necesidad y tantos deportados a la puerta de su colonia. Perdieron la cuenta, la ciudad ya no tiene límites y ya no les pertenece. Aunque…Al menos les queda ese discurso. «A mí me due- le esa imagen de Tijuana… me duele lo que es la ciudad… porque an- tes no era así. Era bien tranquilo todo» dicen L. y varios más con una nostalgia manchada de enojo. Esa memoria. Esa comunidad que for- man y les da legitimidad para defender su territorio. Y ese nosotros. Que al final es quizás lo más fuerte: una identidad sólida, individual y colectiva, una red real. En esta época en que buena parte del mundo acádemico decreta que la identidad ya se desterritorializó, que ya no sabemos quienes somos ante una fragmentación irreversible, el dis- curso de «los de la vieja Tijuana» cobra aun más sentido, como para obligarnos a matizar nuestros analisís.

4. , censo de población, año 1950: 65,364 5. Instituto Municipal de Planeación, entrevista con H. Martinez, responsable de planeación realizada en junio 2009. Crónica antropológica ______249

¿Qué podemos sacar de esa experiencia para contribuir al campo de estudio de las identidades fronterizas? Primero, que la visión de un mundo fragmentado, con identida- des en proceso de «virtualización» irremediable, con pertenencias múltiples y contradictorias, basadas en un individualismo feroz no es la Realidad. Esos procesos y problématicas humanas existen pero co- habitan con otros modelos. Y no se trata de un antes y un después, sino de lo que la cultura es capaz de albergar de versiones distintas de un mismo material. Lo resume claramente V. Zuñiga, en un intere- sante recuento de las visiones de las identidades fronterizas desde la literatura académica mexicana: «La frontera es eso, muchos puntos de vista y solamente se puede narrar desde la dispersión de los puntos de vista» (1999, p. 5). También nos da una pauta interesante en la construcción del no- sotros como diferenciación de «los otros». Siempre nos construimos en relación a lo que no somos, a los demás, desde Bourdieu se consi- dera como una premisa. Vila y Zuñiga han subrayado esa multiplici- dad de «los otros» para los fronterizos y el hecho de que no sean me- ramente los anglosajones (Vila, 2003; Zuñiga, 1999). En el caso de la Federal entendemos que aquí los «otros» son los nuevos, los inquili- nos, los que no nacieron ni crecieron en la colonia. También son «otros» los que generan la imagen de inseguridad, y los que la man- tienen.Y eso da una gran diferencia de legitimidad. Los «otros» viven ahí, y no hay problema entre las dos esferas pero tampoco interac- ción. De hecho los «viejos» sitúan el cambio de la colonia hacia me- nos convivencia y menos respeto a esa partida de los propietarios. «Todo empezó a cambiar cuando los propietarios fueron remplazados por inquilinos. Esa gente viene y se va, no le importa la comunidad.» dice uno de los líderes.

Aparte esta lectura acerca de la identidad es fruto de un trabajo de campo de varios meses, que se extendió también fuera de la colonia Federal. Lo que se escribió sobre el tema de la frontera combinado con el de la identidad nos muestra la importancia del trabajo de cam- po, de observar y analizar esas cuestiones con lentes etnográficos. Por- que los enfoques políticos, los que asocian la frontera con una lucha cultural donde uno es necesariamente «resistente», «invadido» o «hí- 250 ______Las culturas de frontera brido» (Zuñiga, 1999), hijo de una «tercera nación» imaginada ocul- tan una realidad bastante más interesante: seguramente existen entre la población tijuanense gente que se pueda identificar con uno de esos tres modelos identitarios. Pero esos perfiles estereotípicos cohabitan con otros que seguramente seducen menos una mirada que busca com- probar el fín de una supuesta identidad «tradicional», «heredada» y parece esperar con ansia una nueva era que no termina de llegar. Aquí eso también existe: gente que ya tiene toda su historia aquí, la memo- ria de su familia, que siente y expresa arraigo. Gente que no está lle- gando ni yéndose. Que no sueña con vivir al otro lado ni regresar a su pueblo, ciudad, país. Que no considera Tijuana ni como infierno ur- bano ni como la ciudad más «cool» del planeta. Sólo es su paisaje co- tidiano, el lugar donde les tocó desenvolverse. Y de eso no se habla mucho cuando se trata de esta frontera: la banalización que es capaz de producir el hecho de vivir a diario pe- gado a esas realidades. Por haber trabajado cuatro meses cotidiana- mente en la Federal, puedo decir que la existencia del muro, de una fila de carros esperando el día entero a dos pasos de ahí, los helicop- teros pasando por el cielo de la colonia desaparecieron de mi mente por completo. De pronto lograba tomar distancia y realizar que un pintor estaba terminando un mural sobre una barda que separa Méxi- co de Estados Unidos… De ahí llegué a pensar que las definiciones de una identidad fronteriza raras veces fueron dadas desde una esca- la humana. Se contempló esa definición de la identidad como si ésta fuera una premisa dictada por una situación objetiva —el hecho de ser fronterizo— cuando la identidad se construye desde el cotidiano. La identidad fronteriza —el primer error está en el uso del singular— ha sido mirada como desde un helicoptero, desde lo alto donde la di- mensión de los «pequeños arreglos» —que son para mí la única vi- sión válida de la identidad— es invisible. Autores como Vila y Zuñi- ga han mostrado en sus trabajos que las identidades fronterizas se caracterizan también por ese deseo de participar en los debates sobre su identidad. En efecto la discusión acerca de quienes son los fronte- rizos ha sido tratada entre académicos, durante mucho tiempo. Aquí también se expuso algo importante en ese sentido. Ese in- terés por realizar obras sobre fachadas y abordar así la relación al es- pacio, al tiempo y a la pertenencia surgió de personas arraigadas a Ti- juana, aunque no a la colonia. Tanto el director de la Casa del Túnel Crónica antropológica ______251 como los cuatro pintores crecieron en esta ciudad, en distintas épocas desde los años cuarenta hasta los noventa. Todos ellos son primera o segunda generación de tijuanenses, en general primera por un lado y segunda por el otro. Esto nos habla también de un cuestionamiento de la identidad desde adentro. A través de este proyecto, cada uno de los actores se enfrenta a su identidad y a la de un «otro»: el artista, el ha- bitante y todos como tijuanenses. En todo este proceso, se plantean implicitamente discursos significativos sobre la identidad. Otro veci- no que reaccionó a uno de los murales lo hizo diciendo: «Está bien feo este mural, parece Barrio Logan» refiriéndose a un barrio latino de San Diego considerado como bastión chicano de mala fama. Así expresó la asociación entre un proyecto de pintura en el espacio de una colonia y murales con una reinvidicación política chicana. Tra- duciendo: «nosotros no nos queremos parecer a ellos y lo que están haciendo uds es arruinar la imagen de la colonia». Todo lo dicho nos demuestra una vez más que Tijuana, la fron- tera México EE.UU. ni ninguna otra son laboratorios donde se prepa- ra «lo que va a pasar en muchas regiones del mundo posmoderno ca- racterizado por la desterritorialización, las identidades múltiples y la hibridación» (Zuñiga, 1999, p. 6). Aunque sea terreno de experimen- tación para intereses transnacionales, la frontera no es una bola de cristal donde podemos ver el futuro. Es como cualquier otro lugar, una versión del presente. También existen en la frontera «nosotros» que no son para nada característicos de esa región o de esa situación sino que corresponden a modelos que se encuentran en el «interior» de los países y las cul- turas tanto como en sus límites. Y que el hecho de cruzar fronteras, de haber vivido siempre con un «otro» tan radicalmente definido no pro- duce necesariamente identidades de «border crossers» ni radicales. Los «otros» son muchos, y el gringo no es necesariamente el más dis- tinto. No se vive con resentimiento hacia él y se hace una diferencia clara entre el pueblo y las políticas estadounidenses. En esta «tentativa de entender las lógicas implicadas en ese apa- rente caos» (Friedman, 2002, p. 340) urbano que es Tijuana encon- tramos que hay dinámicas todo menos caóticas. Quizás el caos que creció alrededor hizo que se cristalizaran. Esas lógicas no existen en margen de otra cosa, en enclavas protegidas o bastiones resistentes, sino en el corazón de esta ciudad fronteriza. En este contexto pode- 252 ______Las culturas de frontera mos comprobar a qué punto es cierta la fórmula del antropólogo bra- sileño Darcy Ribeiro: en la humanidad muchas construcciones surgen básicamente de «la negación de ser nadie». Y quizás sea esa la fuerza más eficaz de la cultura. En Tijuana, creo que esa condición común de haber llegado de otro lugar, de tener esa memoria fresca, da una flexibilidad que permite que se construyan a la vez discursos como el de «la vieja Tijuana» y que éste cohabite sin problemas con todos los demás discursos. Sin duda habrá que seguir «recogiendo esas narra- ciones en toda su contradicción, en su positividad y negatividad, en su movimiento y construcción» (Zuñiga, 1999; Novelo, 1998). Esa multiplicidad de voces y de «arreglos» son quizás la característica do- minante de esta frontera, y hay que seguir escuchándola. Estamos en un punto crítico donde reconocemos que nuestros conceptos se que- darón cortos frente a la realidad. El afán de producir nuevos elemen- tos conceptuales que se ajusten a nuestro presente no debe llevarnos a desprendernos de la observación y de la descripción. La frontera nos recuerda que tan peligroso puede ser para nuestras disciplinas ol- vidarse de eso.

Conclusión

A lo largo de estos tres años de investigación comparativa sobre fron- teras, una cosa ha quedado muy clara. Somos capaces de ver la im- portancia de los territorios fronterizos en nuestro presente, como lugares clave donde se expresan más brutalmente que en los «cen- tros» tradicionales las lógicas del capitalismo global pero también el ingenio humano cuando se trata de supervivencia. Espacios donde co- habitan modelos que en otros lugares serían incompatibles. Pero aun no fuimos capaces de crear un léxico común para estudiar las proble- máticas fronterizas en términos generales. Sabemos que esos territo- rios periféricos de las entidades nacionales son los centros mundiales de esas lógicas de maquiladoras, de tráficos, de migración. Estamos viendo también que eso genera lógicas particulares de construcción urbana, de configuración identitaria. Pero carecemos de términos para estar seguros que hablamos de lo mismo. Esa carencia se hizo evi- dente en los seminarios. Varias investigadoras del equipo (R.Barajas, Crónica antropológica ______253

M.Solis, D. Mercier) subrayaron por ejemplo la similitud de condi- ción de las mujeres trabajadoras de maquiladoras (no hay término equivalente para el Mediterraneo…). Sin embargo carecían de pala- bras comunes para describir su experiencia social en la ciudad, sus re- des, su definición de ellas mismas. Y eso se repitió en varios casos. No sólo nos toca entender qué es lo común, qué problemáticas com- parten esos territorios distantes de miles de kilometros, sino también que es lo que no comparten entre ellas pero sí con sus «centros» o te- rritorios perífericos sin ser fronteras nacionales. Una vez entendido eso, nos toca encontrar ese vocabulario en común. Ese ejercicio del comparatismo es uno de los más díficiles y sin duda el más necesario para entender nuestro presente. Es fácil justificar esa falta de vocabu- lario común pero es díficil superarla. También nos enfrentamos a dos perspectivas sobre un campo común, reciente y complejo. En Europa los estudios fronterizos no son aun un campo de investigación en sí y sin embargo algunas cues- tiones se han tratado de manera muy fina desde hace varias décadas, como en el caso de la «doble ausencia» (trabajo sobre las reconfigu- raciones de la identidad de los migrantes argelinos en Francia, por el sociólogo A. Sayad), o los comercios individuales ligados al cruce de la frontera (numerosos trabajos de M. Peraldi y V. Manry sobre el «comercio a la valija»). En el caso de la frontera mexicano america- na algunas cuestiones han sido desarolladas al punto de generar estu- dios específicos como los Chicano studies o la creación de institucio- nes orientadas exclusivamente a eso, como el Colegio de la Frontera Norte en Tijuana y otras ciudades fronterizas. Desgraciadamente esa madurez del campo en ciertos aspectos no llega a borrar una carencia total en otros. Es impactante ver que no existe casi ningún trabajo et- nográficamente digno sobre narcotráfico, sobre el control y los que lo aplican, sobre la clase política, sobre las burguesías de la frontera ni siquiera sobre la organización de la migración. Y yo tampoco lo he hecho. Entonces se plantea la verdadera cuestión: Dónde se situán nuestras fronteras, como investigadores de este presente? Debemos reconocer que sí sabemos mirar «para abajo» (pero solo hasta cierto punto, cuestionamos la pobreza pero raras veces la indigencia que toca a la locura, con la cual convivimos a diario en las calles de Ti- juana y, me imagino, de otras ciudades fronterizas del Mediterraneo) en cambio nos cuesta mirar «para arriba» (no sabemos nada del modo 254 ______Las culturas de frontera de vida de los políticos, y todo queda oculto detrás de palabras como corrupción). Muchas veces nos han superado otras areas en el trabajo de describir y analizar la realidad. Un documental como Maquilapo- lis nos dice más sobre la identidad y la vida de las trabajadoras de ma- quilas que todas las tesís reunidas sobre el tema. Participar del pro- yecto Transferencia me ha permitido entender más de lo que es vivir en esta frontera que cualquier libro académico que he leído sobre el tema… Creo que a nosotros que nos ocupamos de fronteras nos toca iniciar este trabajo: volver a plantearse cuales son las herramientas, el papel y los límites de un investigador en ciencias humanas en este presente. 11. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art

Gilles Suzanne

L’élévation d’une enceinte électrifiée le long de Ceuta ou la militari- sation de la zone frontalière mexicaine, soulève la question de la na- ture des rapports que les États promeuvent avec les pays qui consti- tuent leurs pourtours immédiats. Entre les lignes de la déclaration de partenariat euro-méditerranéen ou derrière les articles fondateurs des accords commerciaux de l’ALENA, c’est le credo de la sécurité à la frontière qui s’impose. La nécessité de se protéger prend le pas sur l’ambition de favoriser la compréhension entre les cultures. De la même manière que la coopération économique (sous la forme de dé- localisation de la production) subsume toutes autres formes d’échan- ges entre les sociétés civiles. Partout l’asymétrie économique et so- ciale entre nord et sud se creuse inexorablement et, au Maroc comme au Mexique, la frontière saillit comme une ligne de démarcation qui n’a de cesse de se durcir. Une ligne de crête d’un côté de laquelle l’Europe comme les Etats-Unis se retranchent à l’abri de réglementa- tions (politique des visas ou des quotas) qui visent à barrer la route aux migrants qui, sur l’autre versant, sont pressés par l’élaboration de politiques migratoires de plus en plus restrictives. Il est à craindre que Ceuta, Melilla, Laredo ou Tijuana, soient les premiers bastions d’un monde qui envisage à nouveau son avenir de l’intérieur de forteresses. Existe-t-il pour autant des transformations plus profondes qui mettent d’ores et déjà ces frontières à l’épreuve? De nombreux tra- vaux sur les économies informelles et sur la circulation transfronta- lière des entrepreneurs économiques ou des élites marchandes mon- trent que ces phénomènes de mondialisation par le bas (Portes, 1999) constituent une part non négligeable du fait migratoire. Les échanges 256 ______Las culturas de frontera artistiques et la circulation de leurs acteurs entrent dans ce type de globalisation. Le rap dialectal ou la littérature marocaine hispanop- hone, tout autant que l’art chicano ou le roman hispano-américain, sont des formes artistiques dont les circulations et les modes d’orga- nisation transfrontaliers les signalent en tant que phénomène culturel émergent. On parle d’ailleurs de celles-ci comme relevant d’un «bor- der art» qui demeure encore aujourd’hui à qualifier esthétiquement. Une émergence culturelle qui, loin de se réduire à l’acculturation de modèles génériques dominants ou à l’exacerbation de singularités lo- cales, repose sur des formes transfrontalières d’organisation sociale et territoriale dont les productions et les acteurs s’inscrivent dans un espace transnational de l’art. C’est précisément à travers la descrip- tion de ces formes d’organisation spatiale et sociale que nous cher- cherons à comprendre dans quelle mesure la frontière est moins une ligne de partage abrupte qui clive mondialisateurs et mondialisés, qu’un espace de développement de phénomènes artistiques transna- tionaux. Le développement de scènes artistiques articulées entre Me- xique et Etats-Unis ou multi-centrées dans l’espace euro-méditerra- néen nous servira de fil conducteur. Par suite, et nous recentrant sur le cas de la scène artistique marocaine et de ses extensions transfron- talières, nous rendrons compte du déploiement de routes migratoires le long desquelles la figure classique de l’immigré se recompose. Par- venus à ce point, nous nous arrêterons sur ce que la vitalité de ces ré- seaux transfrontaliers propres aux mondes de l’art implique en termes économiques, urbains et sociaux.

Mutations artistiques et mondes de l’art transnationaux

Sur les franges américano-mexicaines du Rio Grande, comme de part et d’autre de l’espace méditerranéen, l’émergence de phénomènes ar- tistiques transnationaux reconfigure les rapports des acteurs culturels à la frontière. Le suivi de différents types de recompositions esthéti- ques met à jour les façons très diverses dont la frontière se matériali- se dans l’existence des acteurs culturels et les qualités formelles et symboliques des œuvres. Lorsque, de manière habituelle, le débat s’instaure autour de la Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______257 mondialisation culturelle, l’imposition de productions culturelles sur- plombantes et l’inexorable dématérialisation des cultures locales en constituent les thèmes majeurs. Si nous prenons le cas du rap maro- cain, il s’agira de savoir si nous avons affaire à l’imposition par le haut d’un modèle musical générique inventé loin de Casablanca ou de Tan- ger, ou bien, si nous sommes face à un engouement des jeunes pour cette musique et dont ils se contenteraient de reproduire les canons esthétiques. Pour les jeunes rappers marocains, la situation est plus complexe qu’il n’y paraît. Il ne s’agit pour eux ni de reproduire le modèle américain à l’identique, ce qui impliquerait d’adopter d’un bloc l’anglais et les conventions stylistiques propres au genre (toasting, dj- ying, etc.), ni de trop s’en éloigner, au risque de perdre en cours de route les qualités sonores qui font l’authenticité musicale du genre. Ils ne se contentent pas plus d’une version âarbi du rap, dans laquelle l’arabe se substituerait à l’anglais, ou d’une sorte de rap new-yorkais orientalisé qui transposerait les sources sonores du rap US dans leurs propres conventions musicales. En interprétant leurs textes en darija et en recyclant des sources sonores issues du patrimoine musical maro- cain, ils parviennent à produire un rap maghrebi. En somme, ils pro- duisent, grâce au format rap, une écoute moderne de musiques ancien- nes qui trouvent dans les villes marocaines des oreilles en quête de nouveauté et qui renouvellent l’intérêt de ces amateurs pour les musi- ques populaires marocaines. L’émergence du rap marocain relève par conséquent d’une territorialisation des musiques châabi. La dernière décennie de création contemporaine au Mexique relève d’un proces- sus similaire. La critique de l’art moderne mexicain et du néo-mexica- nisme, tout autant que la déconstruction du mythe de la mexicanité auquel ces courants créatifs ont apporté leur contribution militante, sont le résultat d’une nouvelle forme de territorialisation de l’art me- xicain. Dans les années 1990, le recours au symbolisme japonais a pu devenir le cœur actif de projets artistiques inédits. Souvent réduit à une sorte d’orientalisme néo-moderne, ce programme artistique a été plus qu’une hybridation culturelle. L’usage du symbolisme japonais a modifié les cadres de la création mexicaine sans reproduire à l’identi- que des conventions picturales qui lui seraient étrangères. L’utilisation du vide et l’ordonnancement équilibré des formes propres aux estam- pes japonaises a tranché avec la texture bigarrée des symboles mexi- cains et la saturation des surfaces du néo-mexicanisme. Le travail sur 258 ______Las culturas de frontera l’abstraction de symboles ouverts, plutôt que la représentation de sym- boles à lecture immédiate issus du religieux, de l’indianité ou de l’his- panisme, a largement contribué à l’émergence d’œuvres dont le conte- nu expressif, sans être en rupture avec ce qu’est le Mexique, n’a pas non plus été une simple utopie orientaliste.1 Il s’agit plutôt, au même titre que l’émergence du rap marocain, d’une forme de territorialisa- tion inédite des arts visuels mexicains. Dans ce cas, bien que symboli- que, le rapport à la frontière est bel et bien réel. Il la signale comme l’espace d’un rapport fort entre un ici et un ailleurs, et comme le creu- set de recompositions artistiques majeures. Les formes d’organisation spatiale et sociale qui soutiennent l’essor de la littérature marocaine hispanophone déploient d’une tout autre manière la frontière. Une production non négligeable de romans d’auteurs marocains hispanophones ne cesse de passer le détroit de Gibraltar pour se faire une place dans la sphère littéraire espagnole.2 Cette extension spatiale du roman marocain hispanophone correspond à un mouvement de déterritorialisation à travers lequel le roman ma- rocain se renouvelle: l’emploi de l’espagnol et des techniques stylisti- ques et narratives propres à cette langue s’affine; un projet littéraire commence à transparaître entre l’arabe classique, l’espagnol et le ma- rocain dialectal, et, surtout, les thèmes du roman marocain et espagnol se renouvellent. Lorsque M. Sibari évoque l’émigration marocaine en Espagne, il le fait du point de vue marocain et non pas espagnol.3 Quand M. Bouissef Rekab évoque le Maroc, il s’agit du Maroc sep- tentrional, de son urbanisation et de son patrimoine espagnol.4 La scè- ne littéraire chicana, quant à elle, se développe selon des logiques so- ciales et spatiales comparables. La déterritorialisation du roman mexicain et de ses auteurs propose en effet de nouveaux canons litté- raires. L’aller-retour dans le texte entre l’anglais et l’espagnol peut ex- primer pleinement des émotions complexes, rendre compte d’expé- riences quotidiennes ou décrire des états d’âme qui ne pourraient l’être autrement; enfin elle peut diversifier la production littéraire anglop-

1. On peut citer l’œuvre de Daniela Rossell, Los Pecados. 2. Nous pouvons citer des romans tels que: La llave y otros relatos, M. Chakor; Re- latos del Hammam, M. Sibari; Intramuros, M. Bouissef Rekab; Entre dos mundos, M. Akalay. 3. El Caballo, M. Sibari; Regulares de Larache, Sibari. 4. El vidente, M. Bouissef Rekab. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______259 hone. La référence à la terre comme lien indéfectible à l’identité me- xicaine ou le dépassement de ce rapport nature/culture dans la promo- tion de nouvelles identités ancrées dans la circulation et la fluidité des mégapoles contemporaines, sont autant de points de vue chicanos qui alimentent le thème central de la mexicanité dans la production litté- raire mexicaine.5 L’enracinement du roman chicano dans les réalités sociales du barrio de Los Angeles ou de Chicago et les singularités lin- guistiques et syntaxiques qu’il en extrait sont à l’origine de qualités littéraires qui le différencient par exemple du roman porto-ricain de New York et lui confèrent un rôle crucial dans la vitalité de la scène littéraire hispano-américaine.6 De ce point de vue, le roman marocain hispanophone ou la littérature chicana sont des phénomènes de déte- rritorialisation artistiques qui renvoient, certes, à une conception de la frontière comme densité symbolique, voire poétique, mais également physique et territoriale puisque leurs auteurs la franchissent. Un dernier type d’organisation socio-spatiale permet de décrire la frontière dans ses consistances sociales et ses formes de traduc- tions artistiques. La vitalité de la scène artistique marocaine, et pour part rifaine, en Hollande est une illustration de la créativité marocai- ne dans le monde.7 Une partie des dynamiques artistiques qui agitent la scène hollandaise puise dans l’implantation en Hollande de nom- breux acteurs des mondes de l’art marocains.8 Ils font partie des cré- ateurs qui comptent dans ce pays et qui, à la fois, contribuent à re- territorialiser la créativité artistique marocaine dans la mesure où ils renouvellent, à partir de ce qu’ils sont, les formes de productions ar- tistiques qui se développent en Hollande.9 L’implantation mexicai-

5. Nous pouvons illustrer ces deux tendances en prenant pour références les œuvres de R. Anaya, Bless Me, Ultima et de S. Cisneros, The House on Mango Street. 6. Citons par exemple les auteurs R. Anaya, S. Cisneros, D. Chavez, T. Rivera ou encore la poésie de J. Santiago Baca, de L. Dee Cervantes ou de L. Quintana. 7. Nous pourrions ici nous intéresser de la même manière à l’implantation de la lit- térature marocaine en France et plus largement en Europe. Najat El Hachmi lauréate du prix Ramon Llull en 2008. 8. On en trouve une illustration dans la série d’entretiens que D. Caubet réalise avec le mime Y. Gaier, les écrivains H. Bouazza et A. Ben Ali, l’acteur et metteur en scène C. Massaoudi, le jeune plasticien R. Ben Ali, les rappeurs Ali B. et K. Ouaziz ou en- core le comédien M. Ouaïssa. Caubet (2005). 9. Un développement artistique qui n’a rien avoir avec une quelconque narco-cultu- re malgré des conditions qui pourraient sembler comparables avec la situation ameri- cano-mexicaine: à savoir celle de l’existence de mondes du narcotrafic entre le Maroc et la Hollande. 260 ______Las culturas de frontera ne dans le east-L.A. a, quant à elle, servi de fond au déploiement d’une scène artistique chicana à partir des années 1960.10 La fonda- tion du Teatro Campesino de L. Valdès en 1965, les premiers murals dans les années qui suivent, l’ouverture en 1969 du Mechicano Art Center, les groupes féministes chicanos des années 1970, l’action critique des collectifs de performers Los Four et ASCO, l’entrée de l’art Chicano dans les musées d’art de Los Angeles et, dans les anné- es 1980 et 1990, le développement du punk puis, aujourd’hui, du rap chicano, sont quelques indices qui montrent toute la vigueur de cette scène et donnent une idée de ce en quoi cette reterritorialisation de la dynamique créative mexicaine dans Los Angeles a contribuer à sig- naler cette ville comme un haut lieu de la création contemporaine transfrontalière. Ces phénomènes de territorialisation, de déterritorialisation et de reterritorialisation des formes artistiques rendent compte d’une globalisation culturelle et des rapports complexes que les acteurs des mondes de l’art entretiennent à la frontière. Dans chacun de ces cas, la réalité de la frontière ne peut être réduite à une ligne de démarca- tion le long de laquelle les civilisations se confronteraient (Hunting- ton, 2000). Ces processus d’emprise spatiale montrent bien que la mondialisation est un processus qui articule différentes échelles terri- toriales à partir desquelles —nous allons le voir— l’artistique, l’éco- nomique et l’urbain se constituent. Entre mondialisation par le bas et hégémonie des industries culturelles internationalisées, la globalisa- tion culturelle s’invente aussi par son milieu et, précisément, à partir d’espaces transfrontaliers. D’ailleurs, ces phénomènes émergents tiennent ensemble plus qu’ils n’opposent les mouvements de mon- dialisation qui s’opèrent par le haut et par le bas. Ils le font selon des continuités qui n’ont rien de linéaires. À chaque moment, la circula- tion des acteurs culturels enveloppe les frontières dans des épaisseurs humaines et des densités sociales tout autant que leurs traversées les développent sur d’autres étendues territoriales. En ce sens, la fron- tière constitue plus un ensemble régional qu’une ligne de démarca- tion. Le cas du déploiement transfrontalier de la narcoculture illustre

10. La présence d’œuvres chicanas dans l’exposition, Los Angeles 1955-1985. Nais- sance d’une capitale artistique, que le Centre Pompidou a consacré de mars à juillet 2006 à Los Angeles, est un indice de cette créativité mexicaine detrritorialisée à Los Angeles. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______261 parfaitement cette complexité. Los Tigres del Norte ou Los Tucanes de Tijuana développent, entre les deux pays, une musique emprein- te de valse, de polka et de traditions musicales mexicaines. Sur ce fond sonore, leurs répertoires respectifs célèbrent la vie héroïque des narcotrafiquants et dénoncent la situation des immigrants, non sans un certain conformisme et avec le renfort de majors comme Sony ou Universal. À travers la mobilisation du narcotrafiquant comme píca- ro, ils remettent certes à portée d’oreille des norteños une forme de chant épique qui loue le modèle du bon bandit mais dont les rapports aux chants révolutionnaires du début XXème sont en grande partie my- thifiés et demeurent à interroger. Par ailleurs, en littérature, avec plus de recul critique, les années 2000 ont vu apparaître des romans met- tant à jour les liens transfrontaliers étroits entre narcotrafiquants, ac- teurs politiques et sociétés civiles,11 tout autant que dans le domaine des arts plastiques, à travers des formes contemporaines, des artistes comme Carlos Ranc, Teresa Margolles et Santiago Sierra dénoncent régulièrement le caractère total de ce phénomène social transfronta- lier.

Aires transfrontalières et migrations

Ces types de transformations artistiques reposent sur des régimes sin- guliers de mobilité qui rappellent de fait la notion de frontière à sa vocation d’espace de circulation. Ils indiquent aussi que le déplace- ment des acteurs des mondes de l’art ne correspond pas exactement aux modèles classiques de l’immigration. Les circulations qui se dé- veloppent dans ces mondes relaient différents pays et les connectent entre eux. C’est le cas par exemple du romancier A. Serhane qui quit- te le Maroc au printemps 2000 pour Montréal à partir de laquelle il circule à présent entre le Maroc, le Canada et les États-Unis. C’est le cas également E. Lam Jay, un chanteur marocain, qui après avoir grandi en Suisse se réinvestit à présent dans la vie culturelle maro- caine tout en circulant entre l’Égypte, la Turquie, le Liban, l’Europe et les Etats-Unis. Le caractère original de ces mobilités tient à la di-

11.Elmer Mendoza, Un asesino solitario, El amante de Janis Joplin. 262 ______Las culturas de frontera versité des projets migratoires sur lesquels elles s’indexent et qui ne se résument plus à des exils économiques ou politiques. Ces régimes de mobilité peuvent être indexés sur l’acquisition de connaissances et de compétences via l’accès à des formations académiques12 ou infor- melles.13 D’autres, plutôt des artistes, sillonnent les bassins d’audien- ce publique14 ou se déplacent pour accéder à des formes de protec- tions juridiques.15 En d’autres termes, ces mobilités diversifient la nature de l’émigration marocaine: ses chemins et ses destinations,16 tout autant que ces formes.17 Les caractéristiques de ces déplacements redéfinissent le portrait classique de l’immigré en travailleur. Celui-ci ne suffit plus à qualifier les acteurs de ces mobilités. Dans ces mondes de l’art, la mobilité se généralise en tant que forme d’organisation sociale et marque profon- dément l’existence de leurs acteurs. Ces mondes de l’art prennent de plus en plus sens dans ce que l’on peut appeler le «paradigme mobili- taire» (Tarrius, 1989). Ils forment un espace dans lequel il existe des formes de mobilité qui ne sont ni celles des élites économiques (du star-system) ni celles des pateras. Ces circulations qui s’indexent sur des projets personnels et sont à l’initiative d’acteurs qui parviennent à se déplacer sur d’autres régimes que ceux de l’évidence ou de la contrainte (Suzanne, 2009).

12. C’est le cas d’artistes comme M. Asli qui a fait ses études cinématographiques en Italie, de M. Darsi qui a étudié les Beaux Arts à Mons (Belgique) ou de Fatmi pour les Beaux Arts de Rome. 13. C’est le cas de M. Benslim, co-fondateur d’une radio jeune marocaine, qui s’est formé au métiers de la production radiophonique dans les studios des radio parisien- nes ou encore le cas de nombre d’ingénieurs du son marocains qui se sont formés aux techniques les plus modernes en Europe, en Algérie lorsqu’il s’agit de la production de la musique raï ou en Egypte pour les musiques classiques. 14. C’est le cas d’artistes ou de groupes musicaux qui conduisent leurs carrières en- tre les cabarets de Casablanca et ceux de Genève, entre les soirées dites «communau- taires» de Lille et les plateaux de la télévision marocaine ou encore entre les studios des radios locales européennes, ceux d’enregistrement du Caire ou de Londres et les scènes de festival du nord de l’Europe. 15. Ce sont par exemple des auteurs compositeurs qui font protéger leurs œuvres par des organismes européens de collecte et de redistribution des droits d’auteurs (du type de la SACEM). 16. Des migrations qui, de plus en plus, passent et connectent ensemble de nombreu- ses places urbaines entre les pays nord-européens, sud-méditerranéens ou du Proche- Orient. 17. Ces mobilités transnationales peuvent par exemple allier lors d’un même itiné- raire des modes de circulation légales et clandestines des hommes et des productions. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______263

Ajoutons qu’au fil de ces circulations s’ouvrent parfois des pers- pectives de promotion sociale ou, tout au moins, se présentent des si- tuations à partir desquelles les acteurs culturels se construisent non seulement des positions sociales plus valorisées mais aussi une plus grande estime d’eux-mêmes. En d’autres termes, ces circulations peuvent offrir à ceux qui en sont les acteurs des voies de notabilisa- tion à la fois localement, en conférant à leur statut (artistes, acteurs des mondes culturels) plus de dignité, et, à d’autres échelles, en cons- truisant une image de ces personnes qui tient dès lors moins de la fi- gure de l’immigré que de celle de l’expatrié ou du baroudeur roman- tique. Si tel est le cas nous assistons peut-être —il reste alors à savoir dans quelle mesure— à la formation d’une sorte de groupe social in- termédiaire transnational. Cela étant dit, prémunissons-nous de toute vision picaresque à propos de telles formes de circulations. Car, en parallèle, le durcissement des réglementations à la frontière rend cha- que jour plus pénibles ces formes de mobilité. Il vulnérabilise la si- tuation de ceux qui l’ayant franchi se retrouvent à la merci de règles du jeu inégalitaires qu’ils ne peuvent refuser. Cette autre réalité des déplacements transfrontaliers dit tout le paradoxe de ce nouveau pro- fil des migrants qui à la fois bénéficient de toute l’aura sociale qui émane de la traversée des frontières et font l’expérience de la fragili- té consubstantielle au statut de migrant ou d’étranger. Une ambiguïté que le rajeunissement des migrants et la féminisation des circulations transnationales, dans le domaine artistique aussi, ne feront probable- ment qu’accentuer. Et ce, d’autant plus, que ces nouveaux migrants défient les représentations sociales à travers lesquelles ils sont com- munément appréhendés (Suzanne, 2009). Alors que l’on envisage ha- bituellement les migrations comme pendulaires, les déplacements des acteurs culturels correspondent plutôt à des rondes migratoires cons- tituées de points de chute multiples dont ils font le tour. Comme un ensemble de scènes sociales nécessaires à leurs existences en tant qu’acteur culturel. Scènes sur lesquelles ils performent leur identité et mobilisent les ressources qui, en chaque endroit, leur permettent de se construire comme des acteurs culturels, circulants légitimes, et non plus seulement comme des immigrés ou des étrangers. Ajoutons que les acteurs qui se meuvent dans ces espaces transfrontaliers n’ont de cesse d’y développer des vies d’une grande complexité culturelle. En retour, ces existences confèrent une intensité culturelle et humaine 264 ______Las culturas de frontera aux espaces transfrontaliers. Elles les détendent quand les Etats exer- cent sur eux des forces toujours plus compressives.

Configurations productives et nouvelles villes transfrontalières

Ces réalités sociales et circulatoires constitutives d’une certaine épaisseur sociale de la frontière se matérialisent à travers différentes dimensions extensives. Une de ces dimensions est productive et éco- nomique. Les acteurs construisent et étirent le secteur productif cul- turel qui sous-tend les champs de la création artistique marocaine à différentes échelles du territoire. L’«économie de comptoir» (Tarrius, 1995) constitue une première logique d’extension transfrontalière. L’édition arabophone marocaine qui s’accomplit à Beyrouth à partir de succursales installées sur place (Mermier, 2005) et l’écoulement des productions musicales dans toute l’Europe à partir d’un réseau dense de détaillants plus ou moins spécialisés (Suzanne, 2005), sont deux cas qui correspondent à ce modèle productif transfrontalier. L’un comme l’autre impliquent des économies nomadiques qui nouent des réseaux multi-centrés le long desquels les hommes, les productions et les capitaux circulent et s’inscrivent dans des territoires constitués en comptoirs commerciaux. L’«économie de bazar» (Péraldi, 2001) est une seconde forme d’étagement spatial de ce secteur productif. L’avènement du roman marocain hispanophone relève de cette forme de diffusion économique. Largement stigmatisés dans la sphère litté- raire marocaine, les romanciers marocains hispanophones ont en effet le plus souvent financé à compte d’auteur l’édition de leurs œuvres, auto-organisé sa production et assuré sa distribution à dos d’homme. Un tel commerce de filière demande à ses acteurs d’élaborer un mai- llage social et territorial complexe pour franchir les frontières. Il se compose d’un treillis de villes et d’acteurs. Ce sont autant de places marchandes et de sociétés locales que les auteurs et leurs productions relaient pour les investir et soutirer du rôle central qu’elles tiennent (en matière d’édition, de lectorat, etc.) des appuis professionnels et des ressources économiques qui leur permettent de s’établir par-delà les frontières. Une troisième forme d’extension transfrontalière co- rrespond à un pontage direct, translocal, qui procède par inserts pro- Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______265 ductifs locaux à partir de l’international. C’est le cas de jeunes en- trepreneurs culturels d’origine marocaine qui, sur la base de leurs ac- tivités articulées entre différents pays, s’associent avec des firmes internationales, telles qu’Universal dans le cas du chanteur E-Lam Jay, et se jouent de leur ancrages locaux pour créer, comme il le dit lui-même, une «autoroute à travers le monde» pour des jeunes talents marocains. Il s’agit en quelque sorte d’un investissement du local sous la forme de têtes de pont inversées.18 Ces trois types de configu- rations productives font de la frontière un espace économique trans- national dans lequel les productions artistiques circulent entre le Ma- roc et le pourtour méditerranéen. Dans ces dispositifs productifs, d’autres places urbaines que ce- lles situées en bordure des frontières géographiques acquièrent le sta- tut de villes-frontières. Ces villes sont l’espace dans lequel se met en scène la frontière en tant que lieu de frottement entre du local et de l’extra-local. Casablanca et Ouarzazate en devenant des centres créa- tifs dans les secteurs de la musique ou du cinéma contribuent au dé- veloppement transfrontalier de l’économie culturelle marocaine. Ces villes sont des centres d’innovation artistique, des laboratoires peu- plés d’acteurs dont les activités coopératives s’organisent autour de l’extraction et de la diffusion de la créativité. L’expérience du jardin de l’Hermitage, à Casablanca, développé par H. Darsi; le festival de poésie que M. Bennis et M. Nissabouri ont organisé en 1998 à Casa- blanca; le Boulevard des musiciens; ou encore de simples cafés mu- sicaux et des galeries sont directement branchés sur les mondes ur- bains de la création ou, pour le dire autrement, sur les ressources créatives de la ville. De la même manière, on trouve dans ces villes un ensemble d’entreprises de l’édition littéraire19 ou phonographique, d’institutions publiques (type musées) et de fondations mécénales (par exemple La Villa des Arts), d’associations corporatives des mé- tiers du livre et de l’édition20 ou encore d’acteurs de l’Internet et des

18. A. Portès développe, quant à lui, l’idée que l’entrepreneur diasporique fait offi- ce de «tête de pont» en Europe pour le commerce transnational. Portès (1999). 19. On peut citer, entre autres, les éditions Le Fennec, Eddif, Marsam,Tarrik ou Yo- mad. Les maisons d’édition liées à des galeries d’art comme Nadar, Salah Stetie, Al- Manar, Fata Morgana, etc. dont certaines ont disparu. 20. On peut citer à titre d’exemple, l’Association Marocaine des Professionnels du Livre (AMPL) qui regroupe les éditeurs et les acteurs du livre en majorité francopho- 266 ______Las culturas de frontera radios,21 qui sont connectés à la ville pour être à la pointe de la créa- tion artistique marocaine. Cette topographie d’acteurs confère à ces places urbaines en tant qu’observatoire de la créativité urbaine, que laboratoire d’élaboration des nouvelles formes artistiques et que scè- nes sur lesquelles elles s’expriment, un rôle central dans la vitalité des configurations de l’économie culturelle transfrontalière. En arrière-fond de ces rapports complexes entre des activités créatives locales et la dimension transnationale des mondes de l’art, ce sont les réseaux de production et de distribution que les acteurs cul- turels étendent à différentes échelles du territoire, et qu’ils connectent entre eux, qui mettent ces économies urbaines en lien dans des confi- gurations productives transfrontalières. Cela signifie que le maillage territorial que ce secteur productif transfrontalier constitue (Suzanne, 2006b), met à contribution des villes et des régions marocaines. Il y puise ses ressources (créatives) à l’heure où la tendance du tissu éco- nomique et industriel du pays est plus que jamais à sa concentration productive et à sa littoralisation.22 Ce secteur économique prend, quant à lui, sa place dans la division internationale de la production culturelle23 et place des villes éloignées de toutes frontières géograp- hiques sous l’influence de l’activité transfrontalière des mondes de l’art marocains. Ces activités transfrontalières font de ces villes des lieux straté- giques de l’avènement d’une économie culturelle supranationale. Des espaces dans lesquels s’opèrent, la recomposition des flux de capi- nes ou l’Association des Editeurs Marocains qui sont principalement arabophones et liés à l’édition des livres scolaires. 21. Des radios libéralisées par le Parlement marocain en mars 2005. 22. Pour la musique on trouve des festivals à Casablanca, Tanger, Essaouira, Ma- rrakech, Fès, Agadir, Rabat… Pour le cinéma, des festivals à Tétouan, Safi, Marra- kech, Tanger, Khouribga… Quelques données financières relatives à ces économies culturelles nous renseignent par ailleurs sur le dynamisme du secteur culturel en tant que secteur économique même s’il reste entendu que cette économie demeure fragi- le: il existe plus de 70 festivals de musique par an au Maroc, certains d’entre eux, comme Mawâzine, dépassent les 700.000 euros de budget; le Maroc compte 700 tour- nages par an (source: Le Monde, édition du 4/10/2001); des succès commerciaux com- me «Les Bandits» de S. Naciri mobilisent 8 millions de dirhams et comptabilisent 1 million d’entrées, d’autres films comme «Ali Zaoua» compte 500.000 entrées et re- cueille 24 récompenses internationales (Daoud, 2005) ou encore certains best-sellers se vendent à plus de 10.000 exemplaires. 23. Ce sont par exemple l’ensemble des productions cinématographiques réalisées dans les studios de Ouarzazate. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______267 taux, des rapports entre les secteurs publics et les opérateurs privés, des formes d’entreprenariat et de la demande sociale liée à ces offres artistiques singulières. La concentration capitalistique qui émane de ce secteur productif relève moins de la spécialisation que d’une di- versification des investissements. Ce secteur est un agent de l’inves- tissement national, en ce sens qu’il investit sur ses propres ressources créatives et humaines et dans les ressources économiques et indus- trielles du pays, et international, en aiguillant des investissements vers l’étranger.24 Par ailleurs, ce secteur est un lieu d’investissement qui séduit les investisseurs privés25 et publics nationaux et internatio- naux.26 Les rapports entre les secteurs publics et les opérateurs privés trouvent également dans ces configurations productives transnationa- les d’autres coordonnées pour s’établir. Le secteur culturel, souvent réduit à une économie paradoxale tiraillée entre libéralisme et plani- fication économique d’Etat, organise pourtant des continuités entre les deux plutôt qu’il n’en accentue la schizophrénie. C’est le cas de festivals comme Mawâzine qui mettent en œuvre de telles continuités en devenant l’interface entre des municipalités et des sponsors privés. Ou encore, de nombreuses manifestations culturelles et artistiques qui s’appuient sur les pouvoirs publics marocains, des sponsors pri- vés (nationaux et internationaux) et des centres culturels étrangers liés aux ambassades. Dans les coulisses de ces astucieux montages productifs des formes d’entreprenariat singulières transparaissent. La gestion des festivals marocains par des agences de communication et leur manière de nouer des réseaux avec des initiatives largement en prise avec les dynamiques culturelles locales tout autant qu’interna- tionales, sont un indice de formes innovantes de management qui allient des modèles d’organisation verticale du travail à un maillage horizontal de réseaux locaux et transnationaux. Ces innovations pro- ductives et organisationnelles sont enfin concomitantes de l’élabora- tion de nouveaux segments de publics. L’apparition et la concentra-

24. C’est le cas de détaillants de musiques qui possèdent des boutiques à Casablan- ca, Marseille ou Bruxelles entre lesquelles les catalogues de références sont échangés. Dans le secteur de l’édition, l’impression des livres arabophones se fait par exemple au Moyen-Orient (Mermier, 2005). 25. Ce sont par exemple des sponsors privés qui financent 80 % du budget du festi- val d’Essaouira qui est d’environ 600.000 euros. 26. Par exemple, Meditel (entreprise espagnole de téléphonie) parraine le festival d’Essaouira. 268 ______Las culturas de frontera tion d’un lectorat et d’un auditorat ne sont pas seulement dues à la ré- actualisation de l’offre culturelle inscrite dans les villes. La formation d’un public d’amateurs dans la ville est également due au fait que c’est dans la ville que les innovations artistiques cherchent leurs pre- miers soutiens (confrères, réseaux de sociabilité, etc.) et qu’elles bé- néficient en ces lieux de publics déjà rassemblés autour d’autres pro- positions artistiques et qu’elles dérivent. Inversement, l’émergence d’un public a tout à gagner de l’implantation dans la ville de mondes de l’art articulés à différentes échelles du territoire et de l’arrimage qu’ils assurent à des productions artistiques inédites. Ils contribuent à diversifier les usages de la ville (sous l’aspect de pratiques culturelles encore inédites) et les modes de consommation des biens culturels. Ce sont précisément ces nouveaux usages culturels de la ville et ces modes de consommations culturelles, étroitement liés à des formats de réception originaux (concerts, festivals de cinéma ou de musi- ques), qui permettent à une demande sociale pour ces productions d’émerger sous la forme de publics de l’art.27 Cette économie culturelle largement inscrite dans la ville sous forme de district (Suzanne, 2006a), est un ferment possible pour l’avènement de nouveaux segments productifs et d’emplois assimila- bles au secteur tertiaire.28 C’est à ce titre que ce type de secteur pro- ductif a un rôle d’importance à jouer dans une économie-monde où la concurrence est à la fois celle des économies d’ensemble et celle des hommes et de leurs qualifications. Les recompositions auxquelles ces secteurs invitent montrent par ailleurs en quoi la ville et plus large- ment les territoires sont au cœur de ces organisations postfordistes et de leur productivité fondée sur le décloisonnement des fonctions pro- ductives (conception, production, logistique, distribution, promotion, ré-achalandage) et le croisement d’échelles géographiques entre local et global (trans-régionales et transnationales). C’est ce qui explique que la valeur ajoutée des productions de ce secteur provient non pas

27. Le nombre d’entrées de quelques festivals marocains atteste de tels phénomè- nes: Festival Timitar d’Agadir: 150.000 personnes en 2005; Boulevard des Musi- ciens: 120.000 personnes en 2005; Festival d’Essaouira: 400.000 spectateurs en 2005. 28. Les 100 millions de dollars de chiffre d’affaires réalisés par les sociétés de tour- nage de Ouarzazate et de Marrakech et leurs retombées en termes d’emplois urbains, attestent du dynamisme de ce nouveau segment productif de l’économie marocaine. Données issues de la Caisse Centrale de Garantie de Rabat, 2001. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______269 directement d’un équilibre entre une offre globale pré-calibrée et une demande locale ciblée, mais d’ajustements permanents entre les res- sources sociales, urbaines et productives qui construit l’offre et la de- mande. En d’autres termes, la flexibilité productive —tant recherchée par ailleurs par l’économie marocaine et mondiale en général— dont ce secteur fait preuve exprime une véritable potentialité économique.

Les retombées urbaines de ces activités transfrontalières

L’implication de certaines villes dans ce secteur productif transnatio- nal n’est pas sans effet retour sur ces dernières. Le devenir central de ces villes dans les mondes transnationaux de l’art et l’investissement spatial de ces derniers impliquent des contiguïtés entre des mondes urbains: d’abord entre des artistes, d’autres acteurs moins centraux des mondes de l’art et des citadins qui sont les premiers publics de ces activités artistiques. Plus largement, se rencontrent des acteurs cultu- rels et des acteurs économiques, des associations, des responsables politiques locaux, des aménageurs urbains ou encore de nouveaux usagers de la ville (touristes et publics internationaux des festivals). Le double ancrage, local et transnational, des mondes de l’art dans les villes marocaines complexifie encore cette diversité urbaine. Le fait que certaines villes acquièrent une place centrale dans les mon- des de l’art transnationaux, accélère la fluidification du corps social et citadin. Les rencontres interculturelles, la confrontation des modes de vie, la coexistence de populations d’origines sociales et nationales di- verses, qui s’organisent dans ces mondes de l’art sont autant de formes de la vie urbaine qui renouvellent les existences individuelles qui s’y mettent en scène et restructurent les mentalités métropolitaines. À l’échelle de la ville, ces activités artistiques transnationales et les proximités sociales qu’elles autorisent dégagent une dimension culturelle à la ville. Vocation culturelle, et son pendant récréatif, qui détend les fonctions urbaines classiques et, entre autres, sa fonction résidentielle.29 Car les acteurs des mondes de l’art font de la ville au-

29. À l’instar, nous l’avons dit, de l’arrimage de ces villes à des configurations pro- ductives transnationales qui détend les fonctions de productions classiques. 270 ______Las culturas de frontera tre chose que le lieu de l’habiter, et de l’habiter autre chose qu’une fonction résidentielle. Habiter représente en fait pour eux une moda- lité de la participation à la vie citadine: c’est-à-dire la dimension ci- toyenne de la vie urbaine et une manière de se brancher sur les exten- sions transnationales des mondes de l’art. Ce desserrement de la fonction résidentielle qui doit autant aux ancrages transnationaux des mondes de l’art qu’au déploiement lo- cal de leurs activités, transforme les ordonnancements territoriaux de la ville et opère une forme de synthèse centrale. Au plus ces mondes acquièrent une place de choix sur le champ transnational de la pro- duction artistique, au plus les espaces dont ils s’emparent, pour y puiser leurs ressources créatives, deviendront centraux pour les acti- vités qui s’y inscrivant par la suite, bénéficieront au mieux de cet ef- fet central. En retour, ces activités contribueront à renforcer l’am- biance de ce dernier.30 De tels phénomènes locaux, connectés à des dynamiques transnationales, constituent la ville, ou du moins cer- tains de ses espaces centraux, comme un centre attractif. Ce type de phénomène explique la constitution et l’existence, à Casablanca, de quartiers comme le Maarif dont on parle comme d’un quartier d’affaire et d’activités culturelles (librairies, cafés, etc.), comme ce- lui de la Médiouna qui a la réputation de condenser nombre d’artis- tes et d’artisans ou comme celui de la Corniche qui regroupe cafés, restaurants, boîtes de nuit et autres clubs privés. De fait, le dévelop- pement de cette vie culturelle, liée à la dimension transnationale des mondes de l’art, crée de nouveaux ordres symboliques dans la ville. De nouveaux ordonnancements spatiaux qui correspondent à la constitution de nouvelles catégories symboliques: par exemple, par- ler du quartier du Maarif comme d’un quartier branché et que cer- tains désignent —de manière peut-être encore exagérée— comme un quartier latin ou culturel.31 Au-delà de cette re-grammaticalisation des territoires de la ville

30. Par exemple, dans un quartier déjà largement composé de cafés, lieux de con- certs, etc. d’autres activités pourront s’installer, du type restaurants ou magasins de prêt à porter, mais à conditions que ceux-ci s’adressent principalement aux publics jeunes qui fréquentent déjà l’endroit: ces activités bénéficieront alors pleinement des flux de publics relayés par les activités créatives et récréatives tout en les renforçant. 31. On parle également des quartiers de Sidi Kacem, de Hay Mohammadi ou de Sbata, à Casablanca, comme des fiefs du rap. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______271 intimement liée à leur avènement en tant que centralité à l’échelle transnationale, les villes acquièrent une valeur d’usage plus grande. La question urbaine ne peut plus dès lors se résumer à leurs fonctions de production et de distribution. La ville culturelle et créative est une des conditions modernes de la société urbaine. À la ville technopôle (vi- lle de la maîtrise technique et scientifique) s’ajoute alors une ville des usages sociaux (une ville du temps des corps, de l’espace des désirs). L’usage des villes, de leurs rues, de leurs places, c’est aussi la fête, di- sait L. Lefebvre (1968): l’actualité de ce phénomène est probable- ment que l’on peut imputer la multiplication des activités créatives dans certaines villes marocaines et les transformations profondes de la réalité urbaine du royaume à la réalité transnationale des mondes de l’art qui s’y déploient. Le phénomène est d’importance dans la mesure où il transcende toute opposition entre local et global. Car, si l’expression de désirs créatifs et récréatifs et le besoin de cette vie urbaine à dimension transnationale sont concomitants, c’est que le désir de l’un ouvre des perspectives à l’expression du désir de l’autre. Une conjonction qui se traduit dans la ville par l’existence de lieux qui ménagent un mini- mum de latéralité entre les différentes composantes de la mosaïque urbaine et qui vivent de l’articulation entre local et global. Et, entre autres, entre les segments de populations mues par des circulations transnationales et d’autres moins mobiles, mais dont l’inscription lo- cale des uns et des autres dans les mêmes entours sociaux assurent à chacun ancrages locaux et transnationaux. Terreau de ces dynamiques transfrontalières, les mondes de l’art participent alors en retour au ra- yonnement transnational de la ville.

Vers l’émergence d’un groupe social intermédiaire

Pour conclure, notons que les circulations transnationales qui inner- vent ces mondes ne sont pas sans effets sur leurs acteurs. Les modes de vie qu’elles impliquent leurs font prendre de la distance vis-à-vis du Maroc. Ils les confrontent à la différence en mettant à l’épreuve leur indifférence à celle-ci. À travers l’expérience migratoire les ac- teurs culturels s’affranchissent et s’individuent. Ils se forgent et se 272 ______Las culturas de frontera dotent de compétences relationnelles dans leurs déplacements, ils élargissent leur capital social, et s’inventent des positions sociales qui ne correspondent plus uniquement à l’espace social marocain. Cela signifie que les perspectives artistiques, sociales et économiques qu’ouvrent ces circulations, ce franchissement des frontières, détendent la nature encore familiale et ethnique de l’entreprenariat, instaurent d’autres formes de rapport à l’artistique et desserrent les normes qui organisent la vie publique et les existences individuelles. À l’échelle locale, cette recomposition de l’inventaire des rôles sociaux rend pos- sible pour ces individus des combinaisons inédites dans les répertoi- res de rôles. De ce fait, les carrières sociales qui se déroulent dans ces milieux artistiques urbains transnationaux se complexifient. L’avène- ment de mondes artistiques transnationaux à partir des villes maro- caines inaugure alors des innovations dans la division sociale du tra- vail artistique. Il impulse des modes d’organisation du travail qui promeuvent le cumul d’activités professionnelles hétérogènes, la di- versification des savoir-faire et des compétences, l’articulation d’ac- tivités entre les secteurs officiels et informels ou encore la combinai- son de revenus hétérogènes et à différentes échelles du territoire. Au-delà de cette fluidité accrue des existences urbaines et de l’élargissement des mentalités métropolitaines, l’emprise locale et transnationale des mondes de l’art ouvre des espaces de mobilité so- ciale qui transforment leur structure sociale. Des formes de promo- tion sociale inédites s’y dessinent sous l’influence de quatre formes de régularités sociales qui apportent chacune leur contribution à la transformation des mondes de l’art au Maroc.32 Premièrement, les proximités sociales (entre des personnes issues de groupes sociaux hétérogènes) que les mondes de l’art organisent, rendent possibles des stratégies d’évitement de la grande pauvreté qui cumule souvent immobilité sociale et sédentarité.33 La seconde tient à l’indifférence à la différence qui régit ces mondes et que les circulations transnatio-

32. Une forme de promotion sociale non pas seulement entendue comme l’accès à des emplois plus qualifiés ou à des statuts professionnels supérieurs, mais aussi vécue comme la construction de nouvelles formes d’estime de soi. 33. Ce sont par exemple les parcours artistiques que suivent de nombreux jeunes marocains et qui les inscrivent progressivement dans des espaces sociaux caractérisés par des formes de contiguïtés sociales qui en font pour eux de possibles surfaces de rebonds vers d’autres espaces sociaux plus valorisés. Frontières et transnationalisme des mondes de l’art ______273 nales accentuent jusqu’à faire de ces espaces des lieux de possibles jusque-là inenvisageables.34 La troisième forme de régularité relève du rôle et de la place croissante des femmes sur le marché de l’emploi via leur passage par ces mondes artistiques et leurs extensions trans- nationales qui, par ailleurs, fonctionnent également comme un trem- plin pour leur accès à la vie publique.35 La quatrième régularité sig- nale l’instauration d’un processus d’autonomisation de l’artiste, et plus largement de l’individu, dont les usages s’inscrivent dans des ca- dres différents de ceux dans lesquels l’expression artistique prend tra- ditionnellement sens au Maroc.36 Quel est alors le résultat de la convergence de ces quatre formes de régularités sociales propres au déploiement transnational des mondes de l’art? Elle est constitutive de nouvelles formes de mobili- tés sociales qui servent de trames à l’émergence d’un groupe social intermédiaire dont les acteurs se distinguent avant tout par des usages sociaux et spatiaux ancrés à différentes échelles du territoire. Des ac- teurs dont les compétences à traverser les frontières et les mondes so- ciaux, à composer avec la différence culturelle et sociale, leur assu- rent un accès à des positions sociales intermédiaires inédites. Cette émergence des mondes de l’art dans certaines villes marocaines et de leurs extensions transnationales, transforment en profondeur la so- ciété locale dont les acteurs voient s’ouvrir d’autres alternatives que les modèles de la mondialisation par le haut ou par le bas. Le dé- ploiement transnational des mondes de l’art a ainsi pour conséquence d’ouvrir un espace social dans lequel, et à partir duquel, de nouvelles

34. C’est le cas par exemple de Lahcen, danseur-chorégraphe, qui malgré la stig- matisation dont il est l’objet en tant qu’homme marocain et danseur contemporain, arrive tout de même à créer à Casablanca une école de danse, qui aimante les danseurs du bassin méditerranéen et du royaume, et fait rayonner la ville par l’organisation d’un festival de danse contemporaine et par son militantisme dans l’association, «A contre-temps», qu’il a fondé pour encourager la danse et faire de l’expression corpo- relle une question publique (Daoud, 2005). 35. De nombreux exemples peuvent illustrer cette réalité comme celui de N. Tazi, directrice du festival d’Essaouira ou celui de T. Hadraoui auteur-interprète de mal- houn, romancière et ex-journaliste de Kalima. Ainsi, les champs de la production lit- téraire, musicale ou cinématographique, se caractérisent par une féminisation de plus en plus large: c’est le cas de romancières comme N. Chafik ou B. Trabelsi. 36. Ceux des événements profanes ou sacrés liés à des contextes familiaux ou cla- niques en dehors desquels l’artiste, et par extension de l’individu, n’a pas d’existence en tant que tel. 274 ______Las culturas de frontera formes d’existences se profilent: celles de personnes qui forment, malgré leur hétérogénéité sociale, un groupe social intermédiaire qui n’émerge ni par le haut ni par le bas, mais bel et bien par le milieu. En d’autres termes, dans les années qui viennent, les sociétés locales, qui ne suffisent plus à l’émergence de leurs classes moyennes, verront le retour de celles-ci se faire sous l’influence de dynamiques transnatio- nales. C’est pour cette raison que les Etats du sud comme ceux du nord ont dès à présent à trancher sur le renchérissement sécuritaire qu’ils opèrent à leurs frontières respectives. Il y a fort à parier en effet que la réduction des aires frontalières à des enceintes imprenables forme les lignes de crête sur lesquelles se brisent chaque jour les modes d’organisation sociale et spatiale des mobilités constitutives, demain, d’une nouvelle classe moyenne alimentée tout autant par la circulation de nouveaux migrants (scolairement qualifiés, provenant de milieux urbains et pour certains des classes moyennes du Maroc, etc.) que par les promus des instances éducatives, économiques ou institutionne- lles de l’Europe continentale. 12. Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso1

Amado Alarcón Universidad Rovira i Virgili

Introducción

El presente texto aborda de forma exploratoria las relaciones entre frontera y lengua y sus implicaciones en el ámbito socioeconómico de El Paso (Texas), situado en la frontera entre Estados Unidos y Mé- xico.2 En el texto nos referimos a dos contextos y discursos en los que las fronteras cobran implicaciones lingüísticas diferentes. Por un lado, el marco cultural y lingüístico fronterizo. Por otro, desde la represen- tación de la frontera que se ha desarrollado históricamente en torno al Estado-nación y en la que hoy se esgrime al referirnos las ciudades globales. Respecto al abordaje teórico consideramos la relación entre gru- pos sociolingüísticos desde la sociología política del lenguaje. Bajo esta óptica, el interés se centra en las desigualdades lingüísticas entre grupos sociales y en el establecimiento de normas lingüísticas (for- males o informales) de cierre monopolizador como medio de control

1. El presente capítulo se ha redactado en el marco de una estancia de cuatro meses en el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Texas en El Paso (Texas) y de una segunda estancia de tres meses de duración en el Centro de Mi- graciones y Desarrollo de la Universidad de la Universidad de Princeton (Nueva Jer- sey). Se trata de una primera fase de un proyecto mas amplio iniciado en el marco del Programa José Castillejo (JC2008-00011) y que bajo el programa Salvador de Mada- riaga del Ministerio de Educación (PR-0202) prosigue durante el año 2010. 2. Dado nuestro objeto de estudio, nuestro interés por el Condado de El Paso radica en su Historia y economia fronteriza, el elevado porcentaje de población mexicoame- ricana, muy superior al resto de orígenes y el hecho de ser la segunda Area Estadísti- ca Metropolitana (MSA) con un mayor porcentaje de bilingües (español-inglés) de los Estados Unidos, sólo por detrás del Condado de Hidalgo (Gibson et al., 2008). 276 ______Las culturas de frontera sobre el acceso a los recursos (Weber, 1993, p. 276). En este tipo de cierre diferentes grupos sociales actúan de acuerdo a su posición res- pecto a dos divisorias: a) Las fronteras geopolíticas e institucionales que delimitan un Estado, un Condado, el sistema escolar, una empre- sa, etc. en las que el cierre monopolizador se aplica, y b) Las fronte- ras entre grupos lingüísticos que definen a los agentes implicados en el cierre social. El cierre monopolizador a través de las políticas lin- güísticas varía desde la dificultad en el acceso a la información cuan- do ésta es producida en idiomas en los que no todos tienen competen- cia, hasta la obligatoriedad del dominio de las variedades legítimas de una lengua como requisito en el acceso al empleo público o privado. El cierre depende del volumen de recursos en manos de cada grupo social y lingüístico y del interés en abrir o cerrar el acceso a los re- cursos a otros grupos sociales y lingüísticos. Cumple de forma más eficiente su propósito cuando: 1) Los distintos grupos sociales no co- rresponden con los grupos lingüísticos y por tanto diferentes grupos sociales pueden utilizar de forma política las lenguas como instru- mento de segmentación de los recursos; 2) Cuando las fronteras lin- güísticas son más difíciles de traspasar, esto es, cuando más difícil es adquirir la lengua dominante por los dominados ya sea por la distan- cia lingüística como por la ausencia de recursos para su aprendizaje (Pool, 1993; Myers-Scotton, 1993). En relación a la investigación desarrollada, nuestro objeto de es- tudio son las políticas y prácticas lingüísticas en empresas y sus con- secuencias sobre la estratificación ocupacional de los grupos lingüís- ticos. Respecto a la metodología, se ha desarrollado una estrategia exploratoria basada en entrevistas en profundidad y explotación de fuentes secundarias. Realizamos 12 entrevistas en profundidad miem- bros de la comunidad universitaria y del Instituto de los Mexicanos en el Exterior. Se realizaron 10 entrevistas con empleadores. 7 hispa- nos y 2 anglo-americanos y 1 coreano-americano. Las empresas per- tenecían a sectores de comercio al detalle, mensajería, restauración, nuevas tecnologías y editorial y periodismo. También se realizaron 30 entrevistas con empleados. 11 con personal universitario a distintos niveles (desde docentes a personal de limpieza y mantenimiento). Otras 19 se realizaron en las empresas el los sectores mencionados. Se ha tratado de representar a tres perfiles con los que partía nuestra metodología inicial: 1) trabajadores de servicios rutinarios a la pro- Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso ______277 ducción; 2) trabajadores de servicios personales, en contacto directo con el cliente final, y 3) analistas de símbolos, dedicados al análisis de información.

La frontera del español y el español en la frontera

La medida en que los Estados Unidos son un contenedor lingüístico respecto a otras entidades políticas soberanas es un asunto comple- jo tanto a nivel lingüístico y social como a nivel político-jurídico. Respecto al nivel lingüístico y social, el debate sobre la situación del español se ha reavivado3 conforme los hispanos se convierten en la primera minoría del país. El Censo del año 2000 cifraba en 35,3 millones los hispanos en Estados Unidos, el 12,5 % de la población total, produciéndose un aumento del 57,9 % respecto al a 1990. 28,1 millones (el 79,6 %) de los hispanos indicaban hablar español en casa, aunque se desconocía su grado de competencia lingüística en español. Según la American Community Survey (ACS), en 2008 podían conta- bilizarse 34,2 millones de estadounidenses mayores de cinco años, que eran hablantes de español, de los que sólo poco más de la mitad (52,8 %) hablarían, además, «muy bien» el inglés. En el marco de este debate, el Instituto Cervantes de Nueva York publicó en 2009 la «Enciclopedia del español en los Estados Uni- dos» (López Morales, 2009). En esta publicación se concibe el espa- ñol como espacio de afirmación y resistencia e indica un cambio en la tendencia en el proceso de asimilación lingüística favorable al es- pañol (Lago, 2009, pp. 23-24). Sin embargo, bajo un enfoque crítico, el rápido aumento en el número de hispanohablantes ha conducido a una cierta «superstición estadística» sobre la lengua española en Es- tados Unidos.4 Así, existiría un fuerte desajuste entre el peso demo-

3. Existe una importante tradición académica en el estudio de la situación lingüís- tica y social del español en los Estados Unidos. Lipski (2008, p. 33) hace notar que a partir de los años 90 algunas de las principales editoriales mostraban reticencia a aceptar nuevas colecciones, argumentando que la temática no resultaba ya novedosa y que las cuestiones abordadas estaban suficientemente tratadas. 4. El Mundo, suplemento El Cultural, «Muñoz Molina: El avance del español en EE.UU. no se corresponde con la extensión de la cultura», 13/10/2008. De acuerdo 278 ______Las culturas de frontera gráfico y la valoración de la lengua española como capital cultural y como capital económico, capaz de generar interés en su conserva- ción y en la transmisión intergeneracional por parte de los hispanos. Continuando con esta lectura crítica, la preocupación institucio- nal sobre la relación entre lengua española y sus hablantes parece ha- berse decantado hacia la disociación entre la dimensión lingüística y la dimensión social. Por una parte tenemos agentes preocupados por le mejora de las condiciones sociales de los hispanos, que entre otros factores pasarían por el aprendizaje del inglés e incluso la acultura- ción. Por otra parte, aquellos preocupados por mantener la pureza del español en Estados Unidos y una persistente crítica al Spanglish, como forma de code-switching (cambio o alternancia de código). Por ello, el primer número del Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española declaraba que sus miembros trabajarían por «la preservación de la unidad, universalidad, pureza, belleza y mayor di- fusión del idioma español en los Estados Unidos» y ofreciendo al cas- tellano «la ardua tarea de limpiarlo, fijarlo y darle esplendor» (Chang- Rodríguez, 1976, pp. 5-6).5 Esta visión históricamente ha chocado con aquellos que adaptan una visión de la comunidad hispana en Es- tados Unidos como comunidad de habla, aglutinada bajo el Spanglish (Stavans, 2000). Respecto al nivel jurídico, los Estados Unidos llegan relativa- mente tarde al proceso de establecimiento de lenguas oficiales en sus confines territoriales. Históricamente, no han tenido una lengua ofi- cial. Ni a nivel federal ni estatal. Sin embargo, bajo la influencia del movimiento «English-Only», a partir 1978, 30 de los 50 Estados de Estados Unidos han adoptado el inglés como lengua oficial y otros se encuentran en fase de aprobación de la oficialidad del inglés. En el pasado, en cambio, la homogeneización lingüística se habría produ- cido aparentemente sin necesidad de este tipo de reconocimiento le- gal. Fishman (1966, pp. 29-30) atribuyó el poder asimilador del inglés en la sociedad de los Estados Unidos a que se percibía fundamental- con Muñoz Molina, «Es importante poner los pies en el suelo e ir más allá del opti- mismo estadístico», criticando la «incapacidad de las instituciones para contribuir realmente a que esa presencia hispana en EE UU exista de verdad». 5. Hoy en día los estatutos de esta asociación siguen reflejando esta preocupación inicial, aunque se observa una mayor preocupación también por la situación social de sus hablantes. Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso ______279 mente como un idioma «no étnico». Bajo la perspectiva de Woolard (2007) el hecho de que el inglés fuera considerado como una «lengua anónima» hacia que fuera considerada como una lengua neutral y, por tanto, la lengua de las oportunidades con independencia del origen nacional. Según diversas investigaciones, el patrón de asimilación lin- güística y la generalizada pérdida de la lengua española en la tercera generación se mantiene con pocos cambios respecto al pasado debi- do, principalmente a que la aculturación lingüística entre los hispanos sigue percibiéndose como un mecanismo de movilidad social ascen- dente (Portes y Hao, 1998; Shin y Alba, 2009). La tendencia a la acul- turación lingüística de los hispanos tendría poco que ver con la oficia- lidad del inglés en muchos Estados, y habría estado mas relacionada con decisiones lingüísticas en la esfera social, económica, educativa, etc. Sin embargo, algunos estudios apuntan a un cambio de tendencia no planificado (Hidalgo, 2001). Concretamente, en un 40,7 % de las áreas metropolitanas de los Estados Unidos analizadas por Hwang, Xi y Cao (2007) existe un efecto positivo del bilingüismo sobre los sala- rios, observándose que a más tamaño y segregación de las minorías, menor es la asociación positiva entre salarios y conocimiento de in- glés. De acuerdo con López Morales (2000) el crecimiento de los en- claves étnicos y el aumento de poder económico y político de grupos no anglófonos en determinadas áreas del país han supuesto un reto a la subordinación sociocultural de la inmigración hispana. La subordi- nación dejaría de producirse a través de mecanismos civiles en los en- claves étnicos, lo que conduciría a una pugna por el control político de los usos legítimos de la lengua. Un último punto a destacar es la heterogeneidad de la comuni- dad hablante de español en Estados Unidos. Centrándonos sólo en el grupo de origen lingüístico español, no existe una taxonomía estadís- tica, política, social ni académicamente compartida, con diversas eta- pas históricas un intenso debate nominalista. Cabría considerar: a) La adscripción a diferentes países de origen con volumen desigual (mé- xicoamericanos, cubanoamericanos, puertorriqueños, etc.) y con ni- veles de capital humano, modos de asentamiento, niveles de trans- nacionalismo y orientación política diferentes (Portes, 2007, p. 280); b) La situación generacional en el proyecto migratorio; c) La relación con la «raza» blanca o negra y el «origen hispano o latino» a nivel es- 280 ______Las culturas de frontera tadístico; d) El grado de legalidad en el asentamiento, distinguiéndo- se ciudadanos, residentes legales o irregulares y transmigrantes; e) El grado de militancia respecto a la conservación de las raíces cultura- les: «chicanos» frente a «pochos»; f) El grado de aculturación y bi- lingüismo; g) La relación con el establecimiento de fronteras entre Estados Unidos y México y que conduce a la diferenciación entre his- panos de origen migrante frente a no inmigrante. Entre los segundos, nuevomexicanos y tejanos con familias establecidas antes del Trata- do Guadalupe Hidalgo (1848) por el que se estableció la frontera ac- tual entre México y los Estado Unidos. Según la ACS de 2007, en el caso de Texas, el 63 % de los hispanos eran descendientes de méxi- coamericanos llegados antes o durante la revolución mexicana. Finalmente, hemos de hacer referencia a la pluralidad del espa- ñol hablado en Estados Unidos y a lo que popularmente se conoce como Spanglish, en tanto que combinación de las siguientes varia- ciones estilísticas: 1) Uso del español popular; 2) Español mixto con una influencia de inglés; 3) Cambio de código (code-switching) entre oraciones o dentro de oraciones; 4) Empleo del Caló en un sector de la sociedad formado por jóvenes, hombres frecuentemente margina- les («Cholos», «Pachucos»). La complejidad aumenta cuando consi- deramos del efecto del español sobre el inglés y que en la frontera produce el Chicano English (Tapia-Godínez, 1989). Frente a las explicaciones del cambio de código cognoscitivas (la falta de dominio) y culturalistas (expresividad), una explicación alternativa es que los hispanos y especialmente los méxicoamerica- nos viven cognoscitivamente una vida repartida entre dos mundos. Y, por tanto, su idioma también está también repartido. Bajo esta pers- pectiva el code-switching no es un cambio, es una realidad cultural, es su idioma. Por ello, no sería suficiente conocer dos idiomas sino utilizar las reglas del cambio de código.6

6. Conversación personal con John Amastae. Respecto a las restricciones morfosin- tácticas en el cambio de código: Amastae y Elías-Olivares (1982), Lipski (1985), Dus- sias (2003). Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso ______281

Las normas «Sólo inglés en el trabajo»

A partir del marco trazado hasta ahora, la cuestión es cómo las prác- ticas privadas producen jerarquías lingüísticas entre grupos sociales. En el caso de Estados Unidos, las llamadas English-only work rules o «Sólo inglés en el trabajo» (SIT) obedecen a decisiones empresaria- les privadas que establecen la obligatoriedad del conocimiento y uso del inglés en el funcionamiento de las empresas. Diferentes autores indican que este tipo de normas está experimentado un importante avance en el conjunto de los Estados Unidos (Rodríguez, 2006; Pres- cott, 2007). Sin embargo, el número de demandas y reclamaciones por este motivo es relativamente pequeño, aunque su resonancia me- diática es importante y vinculada al movimimiento English-Only. Los únicos datos que nos constan sobre la extensión de las SIT derivan de la estadística de demandas y reclamaciones tramitadas a través de la Equal Employment Opportunity Comission (EEOC).7 Debido a su elevado grado de informalidad y legitimidad desde la perspectiva em- presarial, y vinculado a ello, por el hecho de que en absoluto se de- nuncian todas las prácticas lingüísticas en la empresa basadas en las SIT, su extensión real resulta difícil de conocer. Estas normas empresariales se caracterizan por ser: a) Muy va- riables en cuanto al grado de restricción en el uso de lenguas diferen- tes al inglés; b) De carácter generalmente no escrito; c) Aplicadas en la selección de personal; d) Generalmente explicitadas a través de re- primendas verbales por parte de los empleadores; e) Más frecuentes en pequeños establecimientos y con trabajadores en contacto oral con el público. Sin embargo, se han producido litigios y reclamaciones en grandes establecimientos, líneas de montaje en grandes plantas in- dustriales, grandes hoteles y hospitales, etc. Se observa una correla- ción entre el peso de la población hispanohablante y las demandas y reclamaciones (Rodríguez, 2006, pp. 1.698-1.699).

7. De acuerdo con los datos de la Equal Employment Opportunity Comisión (EEOC), en 1996 se produjeron sólo 32 casos registrados, frente a 155 en 2004. Estas cifras son poco importantes si las comparamos con las demandas y reclamaciones tra- mitadas por EEOC en 2004: 27.696 por discriminación racial, 24.294 por discrimina- ción de sexo, 8.361 por origen nacional (entre las que se encuentran las relativas a la lengua) o las 2.468 relativas a la religión. Véase The Wall Street Journal, «Testing “English Only” Rules», 8/11/2005. 282 ______Las culturas de frontera

Las SIT se implementan bajo la premisa que es prerrogativa em- presarial organizar a la fuerza de trabajo de la forma que considere organizativamente más eficiente. Desde una aproximación económi- ca la homogeneización lingüística en el ámbito empresarial se consi- dera con frecuencia como una estrategia para alcanzar una mayor eficiencia organizacional, basada en la reducción de los costes de transacción (Lang, 1993; Dicker, 2003). Sin embargo, y de forma crí- tica, hemos de considerar la jerarquización lingüística no es social- mente inocua en un contexto de migraciones y de desigualdades lin- güísticas. Atribuir a un idioma una posición de privilegio en el acceso a los recursos equivale a otorgar a su grupo lingüístico un mayor po- der económico y de negociación. Bajo esta perspectiva, el problema no es la desaparición de los idiomas minoritarios, sino la posición en la que quedan los miembros de cada grupo social y lingüístico frente al nuevo orden global (Pool, 1991; Van Parijs, 2002). En este marco, las SIT, pueden ser consideradas como una mani- festación del deseo de los empleadores por controlar las dinámicas so- ciales de los espacios de trabajo. De acuerdo con Rodríguez (2006, pp. 1.689-3) lo importante de las SIT no es tanto que limiten la libertad de expresión (al amparo del Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964) sino debido a que: 1) Interfieren en las dinámicas asociativas y en los lazos que se establecen entre trabajadores; 2) Crean una división entre el importante espacio público que supone el ámbito laboral y la identidad de la comunidad en la que se sitúa ese ámbito; 3) Compro- meten la habilidad de los grupos no anglófonos para mantener el uso de sus lenguas en el espacio público, y no sólo en el ámbito familiar. En tanto que las SIT suponen implícitamente la extensión del requisito del inglés en el acceso al trabajo afectan a la movilidad laboral. A partir de lo anterior, nuestra pregunta es, ¿Qué alcance y legi- timidad tienen este tipo de prácticas lingüísticas en el mercado de tra- bajo de un enclave étnico y fronterizo como El Paso?

La lengua en el ámbito socioeconómico de El Paso

El Paso es una ciudad fronteriza con México situada en el extremo oriental de Texas. Su ciudad hermana al otro lado de la frontera es Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso ______283

Ciudad Juárez suponiendo entre ambas un área metropolitana fronte- riza de más de 2 millones de personas. Centrándonos en el lado esta- dounidense, en 2008 el Condado de El Paso contaba con 742 mil ha- bitantes estimados (ACS, 2008), Desde la perspectiva sociolingüística los rasgos más destacados, de acuerdo con la ACS de 2008, son: 1) Mayoría de origen hispano. El 81,4 % de los habitantes del Condado era de origen hispano, de los cuales el 77,7 % de origen mexicano; 2) Mayoría hablante de espa- ñol. Entre los mayores de 5 años de origen mexicano el 89,2 % ha- blaba una lengua diferente del inglés en casa. Además, el 78,1 % de los que tenían origen mexicano y nacieron en Estados Unidos man- tiene su lengua materna en el hogar; 3) Elevado nivel de bilingüismo. El 63,9 % de los que tenían origen mexicano indicaba tener un muy buen domino de la lengua inglesa. Sólo el 10,8 % de este grupo indi- caba hablar sólo inglés en casa; 4) Límites en la extensión del inglés. Un 13 % de los nacidos en Estados Unidos no tiene plena competen- cia en inglés. Aproximadamente un 30 % de los niños en educación primaria y secundaria tienen limitaciones con la lengua inglesa y par- ticipan en programas transicionales al inglés.8 Respecto a las lenguas en juego, en todos los establecimientos y centros estudiados en la investigación se observa de forma diferencia- da el uso de español, inglés y la alternancia de código (Spanglish). Cada uno de estos instrumentos de comunicación se emplea de forma diferencial en función de la situación, el grado de formalidad y del ori- gen de los interlocutores. La persistencia del español en el ámbito so- cioeconómico de El Paso se explica por cuatro factores principales: 1) La presencia histórica de población de origen mexicana en el lado americano de la frontera, previa al Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848; 2) El continuo flujo de inmigrantes procedentes de México (183.553 nacidos en México, el 57,1 % llegados antes de 1990) (ACS, 2008); 3) Los lazos comerciales, sociales y familiares a ambos lados de la frontera (Heyman, 2001), y 4) La existencia de un mercado de trabajo metropolitano trasfronterizo (Carrillo, 1991; Alegría, 2002); 5) Un relativo éxodo de «blancos no hispanos», de acuerdo a las catego- rías oficiales. Los blancos no hispanos eran 157.842 en 1980. 151.313 en 1990, 115.535 en 2000 y 101.769 en 2008. En el mismo período, la

8. El Paso Times, «U.S. Students May Neglect Native Language», 4/1/2005. 284 ______Las culturas de frontera población hispana ascendió desde 297.001 en 1980 a 411.619 en 1990, 531.654 en 2000 y 606.810 en 2008 (Census Boureau, 1980, 1990 y 2000 y ACS, 2008). Según parte de nuestros entrevistados este éxodo obedece en parte a un rechazo a la «mexicanización» de El Paso, pero también está asociado a cambios en la percepción sobre las oportuni- dades laborales en el área. Pese a la presencia histórica y el dominio demográfico de la po- blación de habla española, existe una notable jerarquía lingüística en favor del inglés. Así, se observa una acentuada situación de diglosia, con el español como lengua subordinada y el inglés como lengua de prestigio en numerosas esferas de la vida pública e institucional. Esta diferencia en el prestigio tiene su correlato en las diferencias sociales entre los grupos sociolingüísticos. Respecto al efecto del origen étni- co en las desigualdades sociales, en 2008, los blancos no hispanos te- nían un ingreso medio per cápita de 33.452 dólares, frente a 13.326 en el caso de los de origen mexicano. El 29,8 % de los hablantes de espa- ñol en El Paso estaban por debajo de la línea de la pobreza, frente a un 14,1 % en el caso de aquellos que sólo hablan inglés (ACS, 2008). En el caso de las empresas estudiadas, la lengua española no era requisito imprescindible en el reclutamiento para los trabajos de con- tacto con el público en los centros de distribución al detalle. En cam- bio el inglés sí lo era. Estas prácticas se explican por el elevado nú- mero de hispanohablantes dispuestos a ocupar este tipo de trabajos (y a los que se presupone el conocimiento de español) y una minoría de clientes monolingües en inglés con diverso grado de rechazo al espa- ñol. Pese a ello, debido a la extensión social del bilingüismo, todos los establecimientos y centros de trabajo contaban con personal con capacidad para atender en español y en inglés. Al respecto en el sec- tor del comercio al por menor, el 61,1 % de los empleados son bilin- gües (Gibson et al., 2008). La lengua inglesa se considera irrelevante para los trabajos de menor calificación y sin contacto con el público, es decir para los si- lent jobs o trabajos silenciosos. Sin embargo, se considera el criterio lingüístico del inglés en el momento de «ordenar las colas» de solici- tantes de empleo. Por otra parte, conforme aumenta la calificación de los puestos de trabajo y la intensidad lingüística en el desempeño, mayor es el requisito de conocimiento tanto de lengua inglesa como de español. Por ejemplo, entre los profesionales de la lengua (perio- Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso ______285 dismo, correctores) que han de utilizar laboralmente el español en El Paso existe la percepción de que las compañías prefieren a personal formado en México, debido a que consideran que la formación en es- pañol de los hispanos nacidos en Estados Unidos es deficiente. Al respecto, menos del 1 % de los alumnos participan en programas bi- lingües duales, en los que el alumno finaliza con perfecto conoci- miento de las dos lenguas. Aunque existe la posibilidad de aumentar la oferta en programas duales.9 En relación a las «English-only rules in the workplace», en ge- neral, no se observaron a nivel local prácticas que prohibieran el uso del español a nivel informal. Al contrario, la comunicación escrita orientada a los clientes se encontraba frecuentemente en español. Se observa que en las compañías de base estatal predomina el inglés en la comunicación intercentros, siendo esta la única reconocida a nivel formal, y prácticamente la única utilizada en comunicaciones telefó- nicas a nivel nacional. La documentación interna en todos los casos es predominantemente en inglés, mostrándose con frecuencia defi- ciencias en el español escrito cuando era en este idioma. Hemos de considerar las relaciones entre jerarquías sociales y jerarquías lingüísticas, y cómo se manifiestan en el cambio de código entre bilingües atendiendo al estrato social y situación en las que se produce la interacción social. Sólo un 35,2 % de los ocupados en el sector agrícola son bilingües y un 47,6 % en el sector de limpeza y mantenimiento (47,6 %), predominando en los sectores de baja cali- ficación un conocimiento bajo de la lengua inglesa, frente a un 65,2 % en los trabajos de oficina y soporte administrativo (Gibson et al., 2008). Estas diferencias de estatus socioprofesional se manifies- tan en el interior de las empresas en forma de cambio de código como símbolo de estatus, favoreciendo al inglés cuanto mayor estatus se asocia a la profesión. En las relaciones entre desconocidos en el ám- bito laboral y del comercio se adopta con frecuencia el inglés de for- ma inicial para después variar hacia el español o al Spanglish, depen- diendo de la relación de confianza, igualdad y origen étnico existente entre los interlocutores. A más igualdad y confianza, mayor uso del español. Resulta especialmente acusado el uso del llamado Spanglish entre los paseños de un mismo estrato social y de origen hispano. Es

9. El Paso Times, «U.S. Students May Neglect Native Language», 4/1/2005. 286 ______Las culturas de frontera decir, tanto entre las grupos más cualificados como entre los más ba- jos es frecuente el uso del cambio de código, especialmente cuando los interlocutores se conocen de forma previa (compañeros de trabajo, fa- miliares, etc.). Así, se observa un elevado interclasismo del Span- glish, pero entre miembros de un mismo grupo de estatus. En las re- laciones más formales o que involucran juegos de reconocimiento social, se adopta fundamentalmente el inglés y, ocasionalmente el es- pañol, siendo mucho más reducida la alternancia de código. Las asimetrías de poder entre ambos lados de la frontera afectan al poder social de los habitantes de cada país y de sus lenguas. Sin embargo, a nivel fronterizo también se observa, sino una inversión, si una moderación de los papeles,10 con unas ciudades fronterizas esta- dounidenses relativamente pobres en el lado americano, y un norte de México relativamente rico. La renta de los hogares en El Paso es casi la mitad que la media del país (ACS, 2008). En cambio, las renta me- dia en Ciudad Juárez, se ha beneficiado históricamente por el comer- cio fronterizo y en las últimas décadas por la industria maquiladora (Peña, 2003; Ortiz, 2004).11 Fruto de las necesidades de coordinación transfronteriza, en el sector del transporte y movimiento de material, así como en los servi- cios a la producción encontramos algunos de los mayores niveles de bilingüismo (64,7 % y 65,9 %). También en los servicios sanitarios, a los que acude población mexicana (61,3 %) (Gibson et al., 2008). La importante industria maquiladora en el Estado de Chihuahua (Méxi- co) así como la importancia de El Paso en la provisión de servicios sanitarios12 generan ya no sólo enormes cantidades de empleo relati- vamente barato, sino que también producen empresarios locales y pro- fesionales cualificados y bien retribuidos13 para los que resultan cla- ves en las relaciones entre ambos lados de la frontera.

10. Pese a ello, una trabajadora doméstica que se emplea en El Paso ganaba cinco veces más que una trabajadora doméstica que trabajaba en Ciudad Juárez (Ruiz, 1987, p. 62). 11. Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática dicha indus- tria empleaba a 235.000 personas en 2006. 12. Conversación personal con Josiah Heyman en la Universidad de Texas en el Paso. 13. En la industria maquiladora, en 2004 el salario medio de los obreros apenas su- peraba los 50.000 pesos mensuales, mientras que el de los directivos se situaba en el entorno de los 450.000 (Jiménez, 2006). Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso ______287

De aquí se deriva un relevante rasgo sociolingüístico y cultural distintivo: La relevancia de los binacionales y bilingües que se pue- den encontrar a ambos lados de la frontera, en todos los estamentos sociales, desde los trabajadores de origen humilde hasta las nuevas distribuciones de élites locales (Heyman, 2001). Viven a un lado y trabajan o estudian en el otro en un número considerable, con más de 15.000 transmigrantes diarios entre Ciudad Juárez y El Paso (Alegría, 2002). En unos casos se debe a una estrategia orientada a beneficiar- se de ambas culturas como medio de tener mejor acceso a los recur- sos. Están relacionados principalmente con el mundo comercial y un importante número de élites económicas locales muestran esta bina- cionalidad. Pero en todos los estratos encontramos lazos de familia- res, sociales y laborales a ambos lados de la frontera. El uso intercla- sista del cambio de código o uso del Spanglish obedece a la existencia de un tejido SOCAL y comercial históricamente tejido a ambos la- dos.14 En un conjunto amplio de situaciones sociales, vivir a un sólo lado, físico o cultural, durante toda la vida es insuficiente.

Conclusiones

En el caso de los Estados Unidos la relación entre lengua y frontera remite a dos cuestiones principales. La primera, de carácter transna- cional, es la situación de la lengua española en el interior de las fron- teras, en plural, de los Estados Unidos. La segunda, de tipo trans- fronterizo, es la situación de la lengua española en la frontera con México, marcada por la Historia y cultura fronteriza. Sin embargo, consideramos que el proceso de globalización puede trasladar lógicas transfronterizas a transnacionales y viceversa. Al respecto, habría- mos de diferenciar entre lo que es antropológicamente diferencial en la cultura fronteriza y lo que es sociológicamente estructural en sus consecuencias sociolingüísticas. Así, el prestigio de la lengua ingle- sa en El Paso no se explica por lógicas locales ni estrictamente trans- fronterizas, sino por factores nacionales, esto es, debido a que el in-

14. Vease New York Times, «2 Cities and 4 Bridges Where Commerce Flows», 29/3/2007. 288 ______Las culturas de frontera glés es la lengua oficiosa y de prestigio de los Estados Unidos. Del mismo modo, la situación social y lingüística en las ciudades globa- les de los Estados Unidos toma elementos de frontera en tanto que se acortan las distancias gracias a las mejoras en el transporte aéreo y a las transacciones electrónicas y se mantiene, como en la frontera, un flujo constante de inmigrantes hispanos recién llegados que se asi- milan no necesariamente a la cultura americana en abstracto, sino a la cultura de los migrantes de su mismo origen nacional y que han llegado previamente y con cierta regularidad. Portes (2007, pp. 274- 275) identifica los factores que hacen preveer la llegada constante de inmigrantes de origen hispano a los Estados Unidos: a) El papel es- tructural de los inmigrantes en la Economía de los Estados Unidos; b) Consolidación de redes sociales entre los espacios de origen y de destino en la Son estos factores estructurales los que conducen a indicar que en diferentes partes de Estados Unidos donde se concentra población hispana puede estar produciéndose un reversión del cambio lingüísti- co favorable al español (Language shift reversal) como consecuencia de factores no intencionados y, por tanto, alejados de la planificación lingüística tradicional para la conservación de las lenguas minorita- rias (Reversing language shift) (Hidalgo, 2001; Fishman, 1991). Por este motivo, en la arena política se percibe con más urgencia la pug- na por el establecimiento de la oficialidad del inglés, que habría de ratificar claramente al grupo sociolingüístico dominante. El Paso ha resuelto una parte de sus problemas sociolingüísticos con, por una parte, la salida de buena parte de sus anglófonos. Per- diendo al 37 % de sus «blancos no hispanos», generalmente anglófo- nos monolingües, entre 1980 y 2008 (Census Boureau 1980 y ACS 2008). Por otra, de forma poco funcional y contradictoria con las ne- cesidades económicas locales, diferenciando el prestigio de las dos lenguas sin reconocer el valor del español en el nivel socioeconómi- co. Para una mayoría, tal y como hemos indicado más arriba al refe- rirnos a la baja preferencia por programas bilingües escolares para los hijos, el inglés es la única lengua de prestigio y es un vehículo de asi- milación a la sociedad americana. Sin embargo, la subordinación so- cial de la lengua española entra en contradicción con la esfera socio- económica. Como hemos observado, en la producción y el consumo la lengua española juega un papel relevante por dos motivos princi- Lengua y frontera en el ámbito socioeconómico de El Paso ______289 pales: 1) Es la lengua principal de los consumidores y; 2) Es una len- gua vital en el comercio con México. Las nuevas exigencias derivadas de la mayor intensidad lingüís- tica en los procesos productivos posiblemente acentuará esta contra- dicción en el futuro. Por ello, el cierre monopolizador de tipo lin- güístico opera en contra de los intereses de los propietarios de las empresas. Limitar el tamaño del grupo con un cierre lingüístico dis- minuiría los recursos totales, observándose la estrategia de obertura al español. Incluso los centros universitarios establecen programas especialmente diseñados en español para atraer a los hijos de las cla- ses medias y altas de Ciudad Juárez. Respecto a las condiciones para el ejercicio del cierre monopolizador, la extensión del bilingüismo hace que no exista una divisoria en inglés entre una mayoría de mé- xicoamericanos y anglófonos. A través del sistema de escolarización, la frontera lingüística es relativamente fácil de traspasar para los hi- jos de los inmigrantes, que son los que compiten con los anglófonos por posiciones laborales similares. Una población creciente de hispanos sueña con un mundo glo- balizado en que las culturas minoritarias y de los inmigrantes pueden tener cabida, combinada con los beneficios de vivir en los Estados Unidos, como nación avanzada. La pérdida de idioma se hace más lenta por el continuo flujo de inmigración y por la insistencia en los derechos lingüísticos y culturales. En relación a estos derechos lin- güísticos en el ámbito de las empresas, las English-only work rules tienen de forma creciente dificultad para su justificación por motivos de eficiencia o eficacia económica. Ello se debe a las contradicciones que supone la homogenización lingüística en una economía globali- zada donde un amplio repertorio lingüístico constituye cada vez más una ventaja competitiva.

PARTE IV

LA PERVIVENCIA COLONIAL

13. Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas: el caso de España y Marruecos

María Rosa de Madariaga

La cuestión de las fronteras en los tratados a partir del siglo XVIII

Nos proponemos abordar aquí el tema de las relaciones transfronte- rizas, desde una perspectiva histórica, entre las posesiones españo- las del litoral marroquí y las poblaciones de las cabilas limítrofes, con especial referencia a la ciudad de Melilla y al peñón de Alhuce- mas. La ocupación por España desde finales del siglo XV de toda una serie de enclaves en el litoral norteafricano, y más concretamente en Marruecos, puede considerarse como una continuación de la Recon- quista del otro lado del Estrecho. Ocupada en 1497 por Don Pedro de Estopiñán, caballero de la Casa ducal de Medina Sidonia, Melilla pa- saría posteriormente a ser posesión de la Corona. En cuanto a los dos peñones, el de Vélez de Gomera (Badis) fue ocupado en 1508 (perdi- do en 1522 y recuperado en 1564) y el de Alhucemas en 1673. El caso de Ceuta fue algo diferente. Ocupada por los portugueses en 1415, pasó a la Corona española en 1580 con Felipe II, y, cuando Portugal obtuvo la independencia de España en 1580, Ceuta siguió siendo po- sesión de la Corona española. Estas ocupaciones seculares, a las que vino a sumarse en 1848 la de las Islas Chafarinas, situadas a 50 km al este de Melilla, condicionarían en el futuro la intervención de España en Marruecos y servirían a principios del siglo XX de argumento para reivindicar los «derechos históricos» de España en el Imperio jeri- fiano. Con estas ocupaciones, la frontera, según el derecho clásico mu- sulmán, entre el «dâr el-harb» (país de guerra o país enemigo, al que 294 ______La pervivencia colonial había que ganar para el credo y la ley del Islam), y el «dâr el-Islâm» (país en el dominaba el credo y la ley del Islam), que durante siglos había estado en la Península Ibérica, se desplazó al otro lado del Es- trecho. El pretexto para la ocupación de esos enclaves era la necesidad de combatir las incursiones en el Mediterráneo de los corsarios berbe- riscos, que solían encontrar refugio en el litoral norteafricano (del Pe- ñón de Vélez se decía que era un nido de corsarios) y la de impedir nuevas invasiones de la Península Ibérica procedentes de África. Ni los sultanes ni las poblaciones aledañas se resignaron fácilmente a esta situación y fueron numerosos los ataques a las plazas ocupadas para recuperarlas. Tanto Melilla como Ceuta fueron sitiadas y atacadas en numerosas ocasiones, particularmente después del acceso al trono marroquí de la dinastía alauí en 1659. Famosos fueron los sitios a Me- lilla en 1687 y en 1696 y 1697, y el de Ceuta de 1694 a 1720, es decir, durante 26 años. Fue solo a partir de la segunda mitad del siglo XVIII cuando los sultanes marroquíes terminarían por resignarse a aceptar el hecho consumado, como así lo prueban los tratados firmados con el rey de España Carlos III, y el famoso de 1799, firmado ya con su hijo Carlos IV, que recoge los anteriores de 1767 y de 1782. El tratado de 1799, en su artículo 15, fijaba los límites del cam- po de Ceuta, conforme a lo acordado en 1782, y hacía constar que si entre dicha Plaza y los «moros» del campo fronterizo reinaba buena armonía, no sucedía lo mismo con los Melilla, Alhucemas y el Peñón, que eran «inquietos y molestos». Aunque correspondía al sultán casti- garlos, de no conseguir que cesaran sus ataques podrían las fortalezas españolas usar del cañón y el mortero. Este Tratado de Paz, Comercio y Navegación tuvo gran importancia, y aunque, según Becker, el ar- tículo 15 reconocía la soberanía del sultán en el Rif, permitía, no obs- tante, castigar a «los moros» fronterizos de las plazas, sin que el cas- tigo implicase «el rompimiento con el Imperio» (Tratados, Convenios y acuerdos…, 1918, pp. 20-21). Estuvo en vigor hasta 1861 y por él se regirían las relaciones entre España en Marruecos hasta el firmado después de la guerra de Tetuán de 1859-1860. Si los anteriores tratados hacían sobre todo alusión a las fronte- ras de Ceuta, el 24 de agosto de 1859 se firmaba en Tetuán el Conve- nio, en virtud del cual se ampliaban los términos jurisdiccionales de Melilla y pactaba la adopción de las medidas necesarias para la segu- ridad de los presidios españoles en la costa de África. En virtud del Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas ______295 artículo 1 de este Convenio, el sultán cedía a la reina de España «en pleno dominio y soberanía el territorio próximo a la plaza española de Melilla hasta los puntos más adecuados para la defensa y tranquilidad de aquel presidio». El artículo 2 preveía que los límites de esa conce- sión los trazarían ingenieros españoles y marroquíes. De otro lado, en conformidad con el artículo 4, entre la jurisdicción española y la ma- rroquí se establecería un campo neutral, y, en virtud del artículo 5, el rey de Marruecos se comprometía a «colocar en el límite del territo- rio fronterizo a Melilla un caíd o gobernador con un destacamento de tropas para reprimir todo acto de agresión de parte de los rifeños, ca- paz de comprometer la buena armonía entre ambos Gobiernos». El artículo 6 de este mismo Tratado estipulaba que con el objeto de evi- tar las hostilidades de que en algunas épocas habían sido objeto las plazas del peñón y de Alhucemas, el rey de Marruecos dispondría para que en la proximidad de aquellas plazas se estableciera también un caíd con las tropas suficientes «a fin de hacer respetar los derechos de España y favorecer eficazmente la libre entrada en dichas plazas de los víveres y refrescos necesarios para sus guarniciones». Los desta- camentos que habían de situarse, tanto en la frontera por parte de Me- lilla como en las cercanías del peñón y Alhucemas, se compondrían de «tropas del Ejército marroquí», sin que pudiera encomendarse este cargo ni a «jefes ni a tropas del Rif» (ibid., pp. 43-45). Los sucesos que se produjeron meses más tarde y que llevarían a la guerra de Tetuán de 1859-1860 hicieron que este Convenio no fuera ratificado, hasta que, después de restablecida la paz por el tra- tado del 26 de abril de 1860, lo fue en virtud de lo dispuesto en el ar- tículo 5 de este último. Las ratificaciones se canjearon en Tetuán el 26 de mayo de 1860. En Tánger se firmaba el 26 de junio de 1862 el Acta de demar- cación de los nuevos límites de Melilla (ibid., pp. 85-87), por el que los ingenieros españoles y marroquíes procedieron a hacer el trazado de los límites tras la cesión de territorio fronterizo a Melilla, estipu- lado en el Convenio del 24 de agosto de 1859. De nuevo, en virtud del Acuerdo relativo a la conservación de los límites de Melilla, fir- mado el 14 de de noviembre de 1863, se volverían a colocar postes en los puntos señalados por los ingenieros españoles y marroquíes, y los que los arrancaran o los destruyeran serían severamente castigados. En este mismo Acuerdo se decía que el rey de Marruecos había deci- 296 ______La pervivencia colonial dido indemnizar a aquellos de sus súbditos que tenían propiedades dentro del territorio cedido a España, a fin de hacer entrega de aque- llas tierras a la reina de España, a quien correspondían en pleno do- minio y soberanía. Los súbditos marroquíes que se hallaban en este caso deberían abandonar sus propiedades que pasarían a ser propie- dades de la nación española, y no deberían bajo ningún pretexto vol- ver a ocuparlas, ya que esto pudiera ser motivo de disturbios en la frontera (ibid, pp. 89-91). Hay que decir que para llevar a cabo la demarcación con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2.º del Convenio del 24 de agosto de 1859, se tomó como base para determinar la extensión de los nuevos límites de Melilla el alcance del tiro de cañón de 24, de los antigua- mente conocidos. Pero como, a consecuencia de esto, algunos adua- res quedaban sin terreno, el sultán en vez de indemnizar a los perju- dicados o imponerles el respeto a lo pactado, se dirigió a la Reina pidiendo el favor generoso que debía haber entre vecinos. Con ello se creó una situación de cierta gravedad, y, para resolver las dificultades, marchó a Marrakech el representante de España en Tánger, Merry i Colom, gracias a cuyas gestiones fue a Melilla Muley el Abbas, her- mano del sultán Muley Mohamed, con 1200 caballos, llevando ade- más 85.000 duros para pagar las indemnizaciones. Después de varias conferencias en las inmediaciones de Melilla, el 31 de julio de 1866 se firmaba el Convenio para el establecimiento de una Aduana en la frontera de Melilla. El establecimiento de esta Aduana conllevaba un aumento de relaciones comerciales entre la reina de España y el rey de Marruecos. La Aduana se establecería en el lugar designado por de- legados marroquíes de acuerdo con el gobernador de Melilla. En el lugar que eligiesen podrían los marroquíes construir las casas nece- sarias para la Aduana, almacenes y habitación de los administradores y empleados marroquíes. Por la Aduana de Melilla se podrían impor- tar y exportar todos los artículos de comercio que se importaban y exportaban por los puertos marroquíes. Los artículos de comercio prohibidos por los puertos marroquíes se considerarían también prohi- bidos por la Aduana de Melilla. Las mercancías pagarían los mismos derechos que se abonaban en dichos puertos, conforme a lo estableci- do por los tratados. Aunque esa Aduana no sería intervenida por em- pleados españoles, el rey de Marruecos, deseando dar a la Reina de España una prueba de amistad, comunicaría las órdenes convenientes Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas ______297 para que la mitad de los productos de la Aduana de Melilla ingresara en el tesoro español. El artículo 6 decía que, a fin de evitar los males que pudieran resultar de que los habitantes de Melilla se internasen con el pretexto de comerciar con el Rif, la Reina de España comuni- caría órdenes más terminantes al gobernador de aquella Plaza para que no permitiera a dichos habitantes pasar la frontera bajo ningún pretexto. Se exceptuaban solo los negociantes «moros», súbditos del Sultán. Para resolver las cuestiones que se suscitasen entre las gentes que concurrían a la Aduana, se procedería de manera que si la cues- tión tuviese lugar entre dos españoles, sería resuelta y juzgada por las autoridades de Melilla; si era entre dos marroquíes, por el gobernador marroquí. Si el demandante fuese marroquí y el demandado español, se sometería la decisión del caso a la justicia española, y si el deman- dante fuese español y marroquí el demandado, a la justicia marroquí. Para mantener el orden en el sitio de la Aduana, los gobernadores de Melilla y del Rif enviarían allí todos los días a un oficial con algunos soldados. El artículo 8 del mismo Convenio estipulaba que si un ne- gociante de Melilla quisiera entregar a un súbdito marroquí cualquie- ra cantidad de mercancías al fiado para que las vendiera en el interior, o dinero para que hiciera compras por su cuenta, se dirigiría previa- mente por escrito al bajá gobernador del Rif con el fin de que le in- formase de las garantías que ofrecía dicho súbdito marroquí y de los bienes que poseía. Si a juicio del bajá el comisionado marroquí no tu- viera con que responder del metálico o efectos que recibía, y el nego- ciante, a pesar de esto, depositase en él su confianza, no se daría cur- so a su queja ni se podría exigir responsabilidad alguna al gobierno del sultán en el caso de que dicho comisionado marroquí malversara los caudales o huyera con las mercancías (ibid., pp. 99-102). Becker, en sus comentarios al citado convenio de 1866, dice que la idea de establecer aduanas en las fronteras de Ceuta y Melilla fue del Ministro de España en Tánger, Merry, por creer que ambas plazas podían obtener positivas ventajas de cambio de productos con los na- turales y que eso aumentaría la influencia española. El sultán se ha- bría mostrado dispuesto a aceptar la instalación de esa Aduana, pero, temiendo el efecto que podía producir entre la población local, nom- bró una Junta compuesta de hombres religiosos y civiles y de las prin- cipales autoridades y personajes de Fez, para que informase, cuya Junta opinó que el establecimiento de amplias relaciones comerciales 298 ______La pervivencia colonial por tierra entre Marruecos y las fortalezas españolas era contraria a las tradiciones seculares de la política marroquí y podía ser causa de incidentes entre los fronterizos. No obstante, a fin de satisfacer los de- seos del gobierno español y estrechar las relaciones entre ambos paí- ses, podía el sultán conceder, como ensayo y por un tiempo limitado, el establecimiento de la Aduana en la frontera de Melilla y, si la con- cesión no producía alarma en el país y que la comunicación comercial con la Plaza no daba lugar a conflictos y era provechosa para los in- tereses marroquíes, podía establecerse más adelante en la frontera de Ceuta (ibid., p. 102). La Aduana no llegó a funcionar hasta los últimos meses del año siguiente, por la resistencia de las cabilas vecinas a la Plaza, que consideraban como un monopolio que de derecho les correspondía el suministro de Melilla, y cuando se instaló fue a petición del sultán dentro de la Plaza. Años más tarde, una vez edificado el barrio del Polígono, se pensó en la conveniencia de trasladar la Aduana a la frontera, pero nada se hizo por temor de que el sultán denunciase el Convenio. En el Acta firmada el 29 de abril de 1891 quedaba consignado el replanteo de los límites jurisdiccionales de Melilla en los términos fi- jados por los comisionados nombrados a tal efecto por ambas partes (ibid., pp. 139-145). El siguiente Convenio firmado en Marrakech el 5 de marzo de 1894 para el cumplimiento de los tratados en la parte referente a Melilla, aunque relacionado sobre todo con la indemniza- ción de los gastos ocasionados a España por los sucesos ocurridos en los alrededores de Melilla en los meses de octubre y noviembre de 1893, y con el castigo que las autoridades marroquíes se obligaban a infligir a los culpables, abordaba también la cuestión de la zona neu- tral que solo debería servir de paso para los súbditos de ambas nacio- nes que fueran de un territorio a otro, siempre que no llevaran armas (ibid., pp. 147-152). El Convenio adicional del del 5 de marzo de 1894 referente a los sucesos de Melilla, firmado en Madrid el 24 de febre- ro de 1895, no contenía ninguna cláusula relacionada con los límites jurisdiccionales. Para encontrar una nueva referencia a los límites de las plazas españolas en el litoral marroquí, habrá que esperar la De- claración franco-británica del 8 de abril de 1904, en virtud de la cual Francia dejaba a Gran Bretaña las manos libres en Egipto a cambio de que Gran Bretaña le dejara a ella libertad de acción en Marruecos. En Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas ______299 los considerados artículos secretos de dicha Declaración, el 3.º esti- pulaba que ambos gobiernos convenían en que una cierta extensión de territorio marroquí adyacente a Melilla, Ceuta y demás presidios de- bería caer dentro de la esfera de influencia española el día en que el sultán dejase de ejercer sobre ellos su autoridad (ibid., pp. 163-167). Esa «esfera de influencia» era la forma de designar eufemísticamen- te lo que constituiría a partir de 1912 el Protectorado. Era el regalo que Gran Bretaña le hacía a España para evitar que del otro lado del Estrecho de Gibraltar se estableciera una potencia como Francia. En el Convenio fijando la respectiva situación de España y Francia en Marruecos, firmado en Madrid el 27 de noviembre de 1912, después del Convenio franco-marroquí del 31 de marzo del mismo año, por el que se establecía el Protectorado, no se hacía referencia a los límites territoriales de las posesiones españolas en el litoral marroquí. Sí se hacía dos años antes en el Acuerdo para poner término a las dificulta- des surgidas con motivo de los sucesos de Melilla de 1909, firmado en Madrid el 16 de noviembre de 1910. En éste se hablaba de los caídes o gobernadores que el sultán nombraría en las regiones fron- terizas de Ceuta y Melilla, quienes, al mando de una fuerza, se en- cargarían de garantizar el orden y la seguridad, y evitar así que se repitieran los sucesos que dieron lugar al conflicto bélico de 1909 con las cabilas limítrofes de Melilla.

Las relaciones transfronterizas: enfrentamientos e intercambios

Tanto en la guerra de Tetuán de 1859-1860 como en la llamada de Melilla de 1893, la causa del conflicto estaba estrechamente relacio- nada con una cuestión de límites fronterizos. La primera fue origina- da por la construcción, dentro de los límites del campo fronterizo de Ceuta, de un blocao, el de Santa Clara. Esta iniciativa de la guarni- ción de la plaza española irritó a los de la vecina cabila de Anyera, que se dirigieron a los trabajadores para reprocharles que no respeta- sen los tratados y exigirles que destruyesen las obras de fortificación que acababan de construir. Al no dar resultado sus reclamaciones, de- rribaron las obras de fortificación, rompiendo el escudo de España, así como arrancando los mojones que marcaban los limites del cam- 300 ______La pervivencia colonial po de Ceuta. Después de este incidente, las escaramuzas y enfrenta- mientos cotidianos entre la guarnición de Ceuta y los cabileños de Anyera, y la negativa del nuevo sultán Muley Mohamed a castigar a los culpables de los ataques crearon una situación que desembocó en conflicto armado entre España y Marruecos. En cuanto al motivo de la guerra de 1893, éste fue la construcción de una fortificación en el terreno denominado «el campo de Melilla». Aunque en virtud del ar- tículo 7 del Tratado del 26 de abril de 1860, el sultán daba a España la autorización de levantar fortificaciones sobre el terreno que se le había concedido, las cabilas eran hostiles y habían mostrado ya su oposición a que se levantaran. La fortificación que los españoles se proponían construir se hallaba situada junto a una kubba (mausoleo con cúpula), donde estaba sepultado Sidi Aguariach, un morabito muy venerado por ellos. La obstinación de las autoridades militares de Melilla de seguir adelante con las obras indujo a los cabileños a atacar a las tropas españolas, que tuvieron que replegarse a los fuer- tes. Los continuos ataques de que éstos eran objeto y las escaramuzas entre los soldados de la guarnición y los atacantes desembocarían en conflicto armado entre España y las cabilas limítrofes de Melilla. Con todo, pesar de los frecuentes enfrentamientos, escaramuzas y hasta conflictos bélicos entre españoles y marroquíes, las fronteras entre los enclaves españoles y Marruecos eran permeables, con fre- cuentes trasvases de población: estaban, por un lado, los numerosos desertores de las plazas españolas, no solo soldados de la guarnición, sino penados o confinados, que saltaban las murallas y pasaban al «campo moro», a los que se refieren diversas Ordenanzas Reales del siglo XVIII, particularmente en relación con la penas a las que debían ser condenados, así como los que se veían obligados a refugiarse en el «campo moro» para no morir de hambre, al agotarse los víveres de la guarnición, cosa que sucedía bastante a menudo; y, por otro lado, estaban los cabileños que buscaban refugio en las plazas españolas para huir de las represalias de que podían ser objeto por otros miem- bros de su cabila. El paso al «campo moro» de confinados políticos o de presidiarios era bastante común. Hartos de soportar privaciones y penurias sin fin, y también la falta de libertad, algunos penados lograban evadirse y nadar hasta la costa si se fugaban del presidio del Peñón de Alhuce- mas, o descolgarse de las murallas si se evadían de los fuertes de Me- Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas ______301 lilla. Eran en general bien recibidos por los cabileños y tras conver- tirse al Islam y tomar esposa en el aduar que los había acogido, ter- minaban por fundirse con la población. Muchos de ellos procedían del penal de Melilla, antes de que éste se suprimiera en 1907, y, los más modernos, de la Brigada Disciplinaria de Melilla, ella misma compuesta de antiguos penados o de individuos sujetos a alguna san- ción penal. Si poseían conocimientos en algunos campos u oficios de- terminados como los de herrero, albañil, carpintero o armero, eran apreciadísimos y los cabileños se los disputaban (Ruiz Albeniz, 2007, pp. 56-58). Así, entre sufrir toda suerte de miserias, penalidades y ve- jaciones y ser apreciado, mimado y agasajado, no había lugar a dudas. Lo importante aquí es señalar que entre las guarniciones de las plazas españolas y las poblaciones de las cabilas aledañas, se fueron creando con el tiempo vínculos e intereses. Vamos a referirnos más particularmente a los cabileños fronterizos de Melilla y del Peñón de Alhucemas, muchos de los cuales mantenían tradicionalmente buenas relaciones de vecindad con los españoles. Según el padrón de Melilla de 1887, había en ese año en la ciu- dad 1.470 habitantes, de los cuales 159 eran extranjeros, todos judíos, procedentes de las cabilas cercanas a la Plaza en su mayor parte, so- bre todo de la cabila de Beni Sidel, aunque también los había oriun- dos de Tetuán, Gibraltar o Argelia. La población se había mantenido prácticamente invariable desde principios del siglo en torno a las 200 personas hasta que una Real Orden de 1868, que permitía el libre es- tablecimiento en la ciudad de cualquier persona que lo desease, im- pulsó un aumento considerable del número de habitantes (Saro Gan- darillas, 2000, p. 61). Si cuando la guerra de Melilla de 1893 eran en torno a los 2.000, cuando la guerra de 1909 alcanzaban ya los 12.000. La supresión del presidio de Melilla en julio de 1907, la instalación de empresas mineras en los aledaños de las ciudad, las obras del nue- vo puerto, contribuyeron poderosamente a que en los años siguientes la población experimentase un crecimiento espectacular. Solo en un año, de 1909 a 1910, la población casi dobló, pasando de unos 12.000 a 21.000 habitantes. En los años siguientes, la curva demográfica ex- perimentó un ascenso vertiginoso: el número de habitantes era de 32.655, en 1915; de 36.700, en 1920; de 52. 548, en 1925; de 55. 548, en 1926; de 53.749, en 1927; y de 60.897, en 1928 (Osuna Benaven- te, 2000, p. 43). Como se ve, con excepción de 1927, en el que la po- 302 ______La pervivencia colonial blación disminuyó en relación con el año anterior, el crecimiento de- mográfico prosiguió su ascenso imparable. Si pensamos que, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), el censo de pobla- ción de Melilla de 2006 arrojaba la cifra de 66.871 habitantes, ello significa que en este año era solo superior en 6.000 habitantes a la del censo de 1928, 78 años antes. Hay que decir, no obstante, que en 1966 la población había disminuido respecto a la de años anteriores. Pese a ello, la ciudad, cuya superficie es solo de 12 km2 (la de Ceuta, algo mayor, es de 16) está superpoblada. En el padrón de 1887 no había en Melilla ninguna persona de re- ligión musulmana, aunque un comerciante, oriundo del sur marroquí, sin residencia fija en la ciudad, viajaba entre ésta y la región occi- dental de Marruecos, de donde traía mercancías que vendía en una barraca suya del barrio melillense del Mantelete (Saro Gandarillas, 2000, p. 62). Fue en este barrio donde empezaron a surgir desde los años de 1880 toda una serie de barracas, en las que había instalados al- macenes y tiendas, pertenecientes algunas a comerciantes marro- quíes, que aparecen ya empadronados a finales de esa década, mien- tras que otros fueron estableciéndose en el barrio del Polígono, cuando empezó éste a construirse a principios de los años de 1890. En 1907, el número de empadronados de origen marroquí había aumentado considerablemente en Melilla, hasta el punto de que las autoridades españolas consideraron útil la creación de una escuela primaria desti- nada a los hijos de los marroquíes establecidos en la ciudad. En esa «Escuela Indígena» enseñaría de 1907 a 1913 Abd-el-Krim el Jatabi, futuro líder de la resistencia rifeña contra la ocupación española en los años veinte del pasado siglo, y aprendería sus primeras letras y el idioma castellano su hermano pequeño, M’hamed. En 1909 el núme- ro de marroquíes de las cabilas aledañas establecidos en Melilla o con casa en la ciudad era ya considerable. Después de los ataques de los cabileños a los obreros del ferrocarril minero el día 9 de julio de ese año, El Telegrama del Rif del día 13 daba una lista de 17 «caídes afec- tos», entre los que figuraba en primer lugar Mohamed Asmani, alias «el Gato», oriundo de Farhana, una de las cinco fracciones de la ve- cina cabila de Mazuza. Los 17 notables mencionados, que se habían destacado por su participación junto a España en los combates de 1909, eran personas de toda consideración, con arraigo en Melilla. Años más tarde, en 1924, en una lista de principales propietarios de Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas ______303

Melilla (Anuario-Guía Oficial de Marruecos-Zona española, 1924, pp. 814-815), de la que formaban parte 65 personalidades, incluidos herederos de familias adineradas o entidades empresariales (Compa- ñía Hispano-Marroquí de Gas y Electricidad, Compañía Española de Minas del Rif, Casino español) figuraban cinco personas de origen marroquí, entre los cuales, se contaba de nuevo en primer lugar Mo- hamed Asmani («el Gato»). La población de origen marroquí representa hoy en Melilla en torno a un 40 % de la población total. Es la ciudad que registra la tasa de natalidad más alta de toda España, debido precisamente a esa po- blación. Mientras que la de origen español decrece, la de origen ma- rroquí aumenta no solo por ser mayor entre ella la tasa de natalidad, sino también por la reagrupación familiar. La ley de 1863, que declaraba puerto franco a Melilla (también a Ceuta y a las islas Chafarinas) y el establecimiento en 1866 de una aduana en dicha Plaza favorecieron los intercambios comerciales: venta por parte de los cabileños de productos frescos de sus huertos —verduras, frutas—, además de otros productos como gallinas y hue- vos, y adquisición por parte de los cabileños de productos tales como bujías, té y azúcar. En el caso de Melilla, la mayoría eran cabileños de los alrededores, de poblados como Mezquita, Farhana o Beni Emzar, de la cabila de Mazuza, que vendían sus productos en puestos del mercado no permanentes, aunque con el tiempo los hubo que instala- ron puestos fijos o tiendas, en general en el barrio del Mantelete. Había, pues, todo un intercambio de productos entre las plazas españolas y las poblaciones aledañas de Melilla, o, en el caso de Al- hucemas, poblaciones costeras, particularmente el poblado de Axdir —situado frente al Peñón, y de donde era oriundo Abd-el-Krim el Ja- tabi—, con el que había un intenso intercambio de productos. Lo mismo que en el caso de Melilla, los cabileños solían llevar a Alhu- cemas pieles, cera virgen, patatas, frutas, huevos, gallinas, almendras, miel y pasas, y compraban a los españoles aceite, arroz, tabaco, bu- jías, té, azúcar y tejidos, además de otros productos de los que ellos carecían. Algunos comerciantes de Alhucemas, que mantenían bue- nas relaciones con los cabileños de la costa asistían a los zocos de las cabilas y allí compraban todo tipo de productos, incluidas reses y cor- deros para abastecer a la guarnición y a la población de la Plaza. Ni que decir tiene que cuando se producían enfrentamientos, las comu- 304 ______La pervivencia colonial nicaciones se cortaban y ello provocaba grandes trastornos al comer- cio entre ambas partes, además de crear serios problemas de abaste- cimiento a la población del islote. Situado entre los cabos de Morro Viejo y Quilates, a 95 km al este de Melilla y a unos 800 metros de la costa, el Peñón de Alhucemas tiene una superficie de 150 metros de largo por 75 de ancho y una altura de 27 metros. La población de Al- hucemas era en 1924 de unos 450 habitantes, incluida la guarnición (Anuario-Guía Oficial de Marruecos-Zona española, 1924, p. 835). Después de la guerra del Rif (1921-1927), los civiles se establecieron en 1928 en la recién fundada Villa Sanjurjo (hoy Alhucemas), y tras la independencia de Marruecos en 1956 la mayoría se trasladaron a Ceuta o a Melilla. Además de este comercio, importante, pero después de todo a pe- queña escala, estaba el del contrabando, al que se dedicaban algunas poblaciones costeras, particularmente los Bocoya, cabila aledaña de la de Beni Urriaguel. En cooperación con traficantes de Málaga o de Gi- braltar, adonde se trasladaban frecuentemente, trasportaban diferen- tes productos de contrabando, incluidas armas, género más lucrativo, que descargaban clandestinamente en determinadas calas. El contrabando por mar era muy activo en ambos sentidos. Cuando en España estuvo prohibida la introducción de cereales por la política proteccionista del Estado en la década de los noventa del si- glo XIX, había faluchos que iban a buscar cereales al Rif y los intro- ducían en determinados puntos de la Península. Para poder realizar este contrabando, los españoles contaban necesariamente con la complicidad de los rifeños que les suministraban la mercancía, como se desprende particularmente del despacho del cónsul de España en Tetuán, del 13 de abril de 1896 (MEE, Marruecos, correspondencia, Caja H 1643). Una de las mercancías más objeto de contrabando era el tabaco, al que se dedicaban no solo muchos cabileños de la costa, sino también vecinos de Melilla, ya fuera por mar, desde Málaga o Gibraltar, o por tierra desde Orán. Pero, evidentemente, el más renta- ble era el contrabando de armas. Éste, aunque se intensificaba en los períodos de conflicto armado —1893, 1909, 1921-1927—, era per- manente: por tierra, desde la vecina Argelia o desde la zona francesa del Protectorado después de establecido éste en 1912; por mar, desde Málaga y Gibraltar, sobre todo, pero incluso desde puertos más aleja- dos como Hamburgo (Alemania). La mercancía transportada en bu- Fronteras geopolíticas y relaciones transfronterizas ______305 ques desde este puerto alemán era luego transbordada en alta mar a embarcaciones más pequeñas y, por tanto, más difíciles de detectar por los patrulleros de vigilancia costera (AGMM, Fondo África, Co- mandancia General de Melilla, 1909, legajo 36, carpeta 7, rollo 183). El fenómeno del contrabando es inherente a la existencia de fronteras entre los Estados cuando en uno de ellos se pueden adquirir los productos a mejor precio e introducirlos en el otro clandestina- mente. No hay país en el que no exista este tipo de tráfico en la o las fronteras con el país o los países vecinos. El contrabando entre Espa- ña y Portugal siempre ha desempeñado un importante papel en la eco- nomía de las poblaciones fronterizas de ambos países. También el desarrollado en la frontera franco-española. Hoy día, el llamado «pe- queño comercio irregular fronterizo» entre las ciudades de Ceuta y Melilla y Marruecos, que no es otra cosa que contrabando, genera en torno a los mil millones de euros anuales, según Ignacio Cembrero en un artículo en El País, titulado «La huella española se borra en Marruecos» (19/2/2006), basándose en estimaciones de Luis Carrei- ra, consejero ceutí de economía. De él viven miles de familias. Se tra- ta de un comercio basado en la diferencia de precios entre los pro- ductos europeos en España y el que tienen en Marruecos, país en el que están gravados por altos aranceles. El carácter irregular del co- mercio transfronterizo proviene de que Marruecos no reconoce las fronteras marítimas y terrestres en el Norte de África. El proceso de «desarme arancelario» de Marruecos frente a la Unión Europea ter- minará en 2012 y entonces el pequeño comercio irregular fronterizo experimentará sin duda una brusca caída (González Enríquez y Pérez González, 2008). Pero este asunto pertenece ya al futuro. A guisa de epílogo de este rápido recorrido histórico, podemos decir que si en determinadas zonas geográficos las fronteras entre Es- tados tienden, si no a desaparecer por completo, a difuminarse para dar paso a conjuntos geopolíticos que engloban a varios Estados, en- tre los cuales la circulación de personas y de mercancías es libre, como es el caso en la Unión Europea del «espacio Schengen», en otras zonas, en cambio, vemos erigirse junto a las fronteras tradicionales nuevas barreras cada vez más elevadas e infranqueables. Estas barre- ras, a veces auténticos obstáculos físicos, no son obra de la naturale- za como los ríos o las montañas, sino creación humana y adoptan la forma de muros. Si el de Berlín, muro ideológico por excelencia en- 306 ______La pervivencia colonial tre el «comunismo» y el «capitalismo» desapareció ya del escenario europeo, hoy vemos erigirse otros muros, que, más que ideológicos, separan el desarrollo del subdesarrollo, la prosperidad de la miseria. Los muros o vallas erigidos en los límites de Ceuta y Melilla con Ma- rruecos, el erigido en la frontera de los Estados Unidos de América y México son hoy los ejemplos más patentes de estas nuevas barreras entre dos mundos. No obstante, por muy elevados y espesos que sean estos muros, no conseguirán impedir la inmigración ilegal, principal objetivo para el que los que los idearon dicen que fueron construidos. No se pueden poner puertas al campo. Ni remar en contra del curso de la historia. 14. Une frontière européenne en terre marocaine. Analyse des relations transfrontalières entre Nador et Melilla

Mimoun Aziza Faculté des Lettres et Sciences Humaines de Meknès

Introduction

L’objectif principal de cette étude est de mener une réflexion sur les types de relations que entretiennent les deux villes. Melilla une en- clave espagnole au Maroc, ville européenne moderne et Nador une ville du Nord-Est marocain, région marginale dans le territoire maro- cain. Dix kilomètres seulement séparent les deux villes. Chaque jour des dizaines de milliers de Marocains traversent la frontière afin d’ac- quérir à Melilla, port franc, des marchandises en provenance des qua- tre coins du monde. Elle vise également à analyser les effets des échanges transfrontaliers sur la vie matérielle et culturelle des habi- tants du territoire frontalier. Elle ambitionne de clarifier le poids de cette frontière dans la vie politique et économique locale. Ces rela- tions transfrontalières s’inscrivent dans une dynamique économique et se manifestent à travers des relations commerciales, l’émigration et les liens familiaux qui se créent des deux côtés de la frontalière. La frontière qui les sépare est devenue depuis un certain temps une frontière de l’Union Européenne avec le Magreb. Les énormes enjeux autour de cette frontière sont d’ordre politique, économique, stratégique… etc. Ladite frontière a la réputation d’être une plaque tournante des activités économiques illégales: contrebande, trafic de cannabis, émigration illégale… etc. Ces relations transfrontalières, essentiellement économiques, impliquent aussi des interactions so- cioculturelles. Une frontière qui sépare deux mondes différents, le monde de la pauvreté, du sous-emploi, et le monde de la prospérité. Une frontière 308 ______La pervivencia colonial qui sépare l’Afrique de l’Europe. Le grand écart dans le niveau de vie entre les deux côtés de la frontière, fait que le passage de la frontière devient une nécessité pour toute une couche sociale de la popula- tion: femmes de ménages, ouvriers frontaliers, petits contrebandiers, chômeurs, mendiants, prostituées… etc.

Nador, ville d’émigration et de contrebande

Ville méditerranéenne, située au nord-est du Maroc. Son origine re- monte au début du XXe siècle. Elle a été fondée par les Espagnols en 1909 pour des raisons militaires et économiques. Sa population a con- nu un accroissement spectaculaire, elle est passée de 28.950 habitants en 1960 à 140.000 en 1999. (Berriane et Hopfinger, 1999). Le commerce est un secteur important de l’économie de la ville. La contrebande en est un autre. Les produits européens y sont vendus à des tarifs très avantageux. La marchandise qui arrive par Melilla est réceptionnée et distribuée par Nador, une vraie plaque tournante en la matière. Au début des années quatre vingt dix, la ville compte plus de 1.500 boutiques spécialisées dans cette activité. L’image véhiculée à propos de Nador et sa région fait de la ville un lieu privilégié des acti- vités illégales. Situé en périphérie, ce système réagit toujours de façon disproportionnée à la conjoncture économique nationale. La ville tour- ne ainsi le dos au Maroc tandis qu’elle reste ouverte à l’Europe. Nador est la deuxième place financière au niveau national après Casablanca, grâce à l’importance des transferts d’argent effectués par les émigrés rifains vers les banques de la ville. Elle est aussi une véri- table cité champignon où se sont édifiés des milliers d’immeubles qui ne s’animent réellement qu’en été lors du retour annuel des émigrés. Mais l’intérêt de l’étude de la ville de Nador dépasse cette probléma- tique relevant du spectaculaire, de son poids économique évident ou de la problématique de développement régional et local. Selon Ber- riane (1999), cette agglomération a une spécificité qui lui est propre et une forte originalité qui en font un cas difficilement classable. Elle a souffert pendant toute la période coloniale de l’ombre de Melilla, pour connaître une véritable explosion à partir des années soixante. La ville met justement à profit la proximité de l’enclave pour développer Una frontière européenne en terre marocaine ______309 tout un pan de son économie urbaine. Son modèle de croissance s’ap- puie sur les éléments déjà identifiés pour d’autres villes, mais intègre des éléments propres à Nador tel que les recettes de la contrebande, de l’émigration internationale et de l’argent du trafic de haschich, blan- chi et recyclé. Elle cumule les paradoxes dont le plus remarquable est le décalage entre une ville sous-équipée et apparemment pauvre et les flux de savoir-faire et d’argent dont elle est le réceptacle (Berriane, 1999).

Melilla, une ville européenne en terre d’Afrique

Enclave espagnole au sein du Maroc, 12 km2 et 66.871 habitants selon le recensement de 2006 (INE, 2006), 45 % de la population est d’ori- gine marocaine. La ville est espagnole depuis 1497, elle est restée un «préside» jusqu’au XIXe siècle, devenue depuis 1863 zone franche. La vraie naissance de la ville date du début du XXe siècle. Elle représen- tait une base pour la pénétration espagnole au Maroc, à travers laque- lle agissaient les différents acteurs économiques. Durant le protecto- rat et jusqu’aux années 1970, son port était avant tout minier, relié par voie ferrée aux mines de Ouixan dont il exportait le fer vers l’Europe. Après l’indépendance du Maroc et de l’Algérie, beaucoup d’Espag- nols de l’ancienne zone du protectorat espagnole se sont installés à Melilla. Une personne qui se rend pour la première fois à Melilla, sera très probablement surprise par l’aspect très moderne et européen de cette ville européenne située sur le territoire marocain. On se croi- rait en Andalousie, à part la grande mosquée, aucun édifice ne porte la marque de l’architecture locale. Cette ville a une grande influence sur la région, elle a été pen- dant longtemps la capitale occulte du Rif oriental grâce à ses fonctions portuaire et commerciale: transit de travailleurs émigrés en Europe, distributions de marchandises de contrebande, tourisme commercial. Elle crée une intense activité d’échanges dans son espace environ- nant, mais elle reste sous la dépendance de son arrière-pays, sur plu- sieurs niveaux: main-d’œuvre, approvisionnement en eau et en pro- duits alimentaires frais… etc. Le commerce est l’activité principale de la ville, d’immenses bazars, des quantités impressionnantes de 310 ______La pervivencia colonial marchandises y sont déversées chaque année. Il est en quelques sor- tes la ville des épiciers comme le reflète le slogan de l’office du tou- risme: «Venez à Melilla le paradis des achats». Elle est par excellen- ce la ville espagnole où il y a le plus grand nombre de boutiques par habitants. Les 4/5 de la population active est employée dans les ser- vices, essentiellement dans le commerce. La ville jouit d’un régime fiscal d’exception, d’une extraterritorialité douanière faite d’exemp- tions et d’exonérations d’impôts. Cela fait que la ville crée une inten- se activité d’échanges dans son espace et elle en dépend grandement. Ces dernières années Melilla a acquis dans les médias espagnols l’image d’un paradis fiscal, paradis des trafiquants de cannabis et de devises (IRUJO, 2004).

L’histoire de ces frontières

Les possessions espagnoles au Maroc furent à l’origine dénommées des fronteras. C’est l’unique appellation qu’on leur connaît au XVIe siècle où l’on parle communément de la frontera de Melilla ou des fronteras en général. Le terme évoque la notion française de marche, de limites ou de zones de contact avec l’ennemi. Les Marocains uti- lisaient le terme de taghr (pluriel tughur) pour signifier une réalité similaire. (Ayache, 1979, p. 307). En fait c’était ainsi que ces pos- sessions apparaissent aux habitants de la péninsule ibérique: des for- teresses perdues sur le littoral maghrébin au contact d’un ennemi irré- ductible, comme une sorte de frontière oubliée. Ces frontières étaient conçues essentiellement comme bastion avancé de la catholicité, un nouveau mode de défense par l’agression, un moyen de contenir l’en- nemi héréditaire sur ses propres terres, d’interdire la piraterie des mu- sulmans sur les côtes ibériques et de prévenir toute nouvelle initiative des Marocains de franchir le détroit (Zaim, 1990, p. 105). Cette for- teresse marquait la présence espagnole sur les territoires africains, elle avait un intérêt politique et stratégique. C’est des frontières avan- cées dans la terre de l’islam. Cette situation a duré au moins jusqu’à la fin du XIXe siècle. Du- rant des siècles, ce territoire frontalier autour de Melilla s’est carac- térisé par l’accentuation des affrontements entre les Espagnols et les Una frontière européenne en terre marocaine ______311 tribus des alentours (Guelaya). Les rapports frontaliers sont demeurés ainsi tendus jusqu’à la fin de la résistance rifaine en 1927. Durant la période qui s’étale du XVe au XIXe siècle, l’idéologie étatique, en Es- pagne autant qu’au Maroc, eut une perception de la frontière comme si c’était une ligne de partage entre la civilisation et la sauvagerie, une barrière entre deux espaces de souveraineté politique et religieu- se. La guerre sainte était alors le credo constamment affiché en vue de défendre la «terre de l’islam» et faire face à la présence étrangère. (El Harras, 2001, p. 166). Cette frontière a fait l’objet, à travers l’histoi- re, de plusieurs contentieux et accords entre l’Espagne et le Maroc afin de la délimiter. Depuis le XVIIe siècle, les tribus voisines et l’ar- mée régulière des Sultans se relayèrent dans les attaques de Melilla, protégée par une quadruple enceinte. Elle fut assiégée par Moulay Is- maïl de 1694 à 1696, puis par le sultan Mohammed ben Abdellah en 1775. En 1863 et suite à un conflit sur la délimitation des frontières, les tribus de Guelaya attaquèrent Melilla. Une convention est signée le 14 septembre de la même année qui régla momentanément la ques- tion des limites de Melilla: «limites fixées par la portée d’un coup de canon d’une pièce de 24 ancien modèle, tiré depuis le sommet de la forteresse de Melilla» (Rezette, 1976). Les assauts des Guelaya con- tinuèrent en 1871 et en 1893 suite à la construction d’un fortin par les Espagnols près de la ville. Suite à ces événements une deuxième con- vention est signée entre le Maroc et l’Espagne établissant une zone neutre de 500 mètres de largeur autour de Melilla et décidant l’entre- tien par le Makhzen marocain d’une «mehalla» espagnole destinée à défendre Melilla des attaques des tribus des alentours. Ce passé con- tinue de peser dans les relations entre les habitants des deux villes. L’idée avancée par G. Ayache (1981, p. 107) selon laquelle la présence multiséculaire d’enclaves espagnoles sur la côte méditerra- néenne explique en grande partie la marginalité et le retard historique de ce fragment d’espace marocain, est partiellement fondée. A notre avis elle ne peut s’appliquer qu’à la période précédant l’établissement du protectorat au Maroc. Car ces présides qui ont joué le rôle de pos- tes frontaliers pendant plus de quatre siècles (du XV au XIXe siècles), sont devenus au début du XXe siècle un facteur essentiel de la péné- tration européenne au Maroc. Ils ont également joué le rôle de base militaire pour l’occupation du nord marocain par l’armée espagnole. Tout en devenant des pôles d’attraction commerciale importante. Le 312 ______La pervivencia colonial cas de Melilla est très significatif, son influence commerciale allait au-delà de la frontière algérienne pour toucher la région oranaise. Certaines analyses considèrent la Méditerranée comme la frontière naturelle entre l’Europe et l’Afrique. Mais la particularité de notre frontière c’est qu’il se trouve sur le continent africain, et fait de Me- lilla, la dernière frontière de l’Union Européenne avec le Magreb. Elle est en quelque sorte la frontière entre deux mondes.

Les relations inter frontalières

Dix kilomètres de frontières terrestres et trois kilomètres de frontiè- res maritimes jalonnés de quatre postes-frontières séparent le Maroc de l’Espagne, Nador de Melilla. Une seule route mène vers cette fron- tière où plutôt vers ce poste frontalier situé en plein ville de Beni An- sar merveilleusement bien décrit par Carolina Galmot:

Le poste de douane est débordé, il ressemble un peu à la sortie d’un su- permarché: les gens rentrent sans rien et en ressortent chargés de mar- chandises énormes et modernes, que, quelques frigos par-ci, des ma- chines à laver par-là, des sacs remplis à craquer…les gens gueulent, c’est la cohue. Mais qu’y a-t-il donc derrière cette frontière qui crée tant de remous, d’intérêts et de convoitises? Ah oui, c’est vrai: l’Euro- pe. (2003, pp. 32-33)

L’un des aspects marquant des ces relations c’est la traversée quoti- dienne de cette frontière par des dizaines de milliers de Marocains. Il s’agit de la population frontalière composée essentiellement de fem- mes qui se rendent à Melilla pour s’approvisionner en marchandises revendues par la suite à Nador. Ce phénomène apparut dans les anné- es soixante-dix a pris de l’ampleur à partir des années quatre-vingt. Il est actuellement en régression pour des raisons liées à la libéralisa- tion de l’économie marocaine et au phénomène de la mondialisation. La relation que maintiennent les habitants de cette enclave avec la province de Nador est assez particulière. Comme nous l’avons déjà signalé, cette relation est marquée par un passé conflictuel et par un certain nombre d’événements historiques. Notamment les attaques Una frontière européenne en terre marocaine ______313 répétées des tribus des alentours contre cette frontière et par la reven- dication incessante du Maroc pour récupérer cette ville. Dans son en- semble la population de Melilla d’origine péninsulaire a le regard tourné vers l’autre côté de la méditerranée, vers la mère patrie. Du Maroc elle a appris à se méfier, les attaques des tribus Guelaya durant les siècles derniers et la guerre de résistance menée par Mohamed Ben Abdelkrim El Khattabi contre l’occupation espagnole, ont large- ment marqué sa mémoire. Elle conçoit une vraie frontière physique, une sorte de ligne de démarcation entre sa ville et le reste du Maroc. Cette image de la frontière se nourrit de l’imaginaire populaire qui crée une autre frontière symbolique et historique cette fois-ci qui sé- pare le monde des «maures» de celui des chrétiens. Cette situation favorise un nationalisme fervent et crée un senti- ment d’attache à l’Espagne sans équivalent ailleurs. L’histoire offi- cielle locale présente Melilla de la façon suivante: «Ici nous sommes espagnols 18 ans avant que Navarre soit incorporée à la Couronne de Castille, 162 ans avant que le Roussillon soit français, et 279 avant la création des Etats-Unis d’Amérique». Même si l’histoire et la géo- graphie les ont condamnés à vivre ensemble pendant des siècles, des frontières ethniques se sont créées, des frontières entre deux mondes. Au-delà des douze kilomètres carrés que représente la superficie to- tale de Melilla, c’est un autre pays. Une partie de la population se rend assez souvent au Maroc et une autre partie souffre d’une sorte de phobie envers cet espace frontalier considéré par eux comme une li- mite entre le monde civilisé, développé, prospère et celui du sous-dé- veloppement et de la misère. Il convient de rappeler que la mémoire historique a joué un rôle important dans la construction de cet imagi- naire. Le gouvernement marocain n’a jamais cessé de réclamer cette ville, cela a des conséquences psychologiques sur la population qui vit dans une peur permanente de voir le Maroc récupérer «leur ville». Mais pour des raisons économiques, ils ont besoin de maintenir des relations avec leur entourage. Melilla est une ville qui vit essentielle- ment du secteur commercial. Une fermeture définitive de cette fron- tière aboutira certainement à un désastre économique sans précédent. On imagine mal la situation économique sans les dizaines de milliers de Marocains qui franchissent quotidiennement la frontière pour s’ap- provisionner de marchandises qui arrivent des quatre coins du mon- de, afin de les revendrent sur le marché marocain par la suite. Ces 314 ______La pervivencia colonial quantités énormes de marchandises qui traversent la frontière vers la ville de Nador d’une manière illégale, c’est ce qu’on appelle la con- trebande. De telle manière que nous avons l’impression que les rela- tions entre Melilla et Nador se réduisent à ce phénomène. Antonio Zapata Martínez essaye de dépasser ce rapport réduc- tionniste en souhaitant une amélioration dans ces liens:

Melilla maintient des relations particulières avec son hinterland maro- cain. Cinq siècles de présence espagnole dans ces terres africaines ont profondément marqué les relations frontalières. Ce qui nous unit avec le voisin marocain est beaucoup plus que ce qui nous sépare. Des siè- cles de coexistence ont fait des relations frontalières un “modus viven- di” spécial. Les diverses guerres entre les Espagnols et les Rifains n’ont pas fait entaille dans l’idiosyncrasie de ce qui est le Melillense. Ce dernier continue de penser qu’il est plus positif de resserrer les liens avec le voisin que de continuer à vivre dans la méfiance continue. (1987, p. 9)

Quant à la population marocaine du territoire frontalier, elle maintient des relations familiales, commerciales intenses avec cette ville. Nous sommes dans une région où le passage de la frontière a toujours été une nécessité vitale. Déjà à la fin du XIXe siècle les habitants des alen- tours de Melilla fréquentaient quotidiennement cette ville pour y ven- dre leurs produits agricoles et acheter des marchandises européennes. Encore de nos jours le passage de la frontière est un geste quotidien des habitants de cette région. Cela implique une conception et un re- gard différent à la frontière et à l’espace frontalier. Le fait de traver- ser cette frontière plusieurs fois dans la journée, crée une certaine fa- miliarité dans leur rapport à cet espace.1 Ces liens sont tellement forts que cette frontière disparaît de leur imaginaire. La construction d’une vraie frontière est récente, elle date de la fin des années 90. Avant cette date, une simple clôture de fil de fer barbelé entourait la ville, mais il y avait des passages partout qui per-

1. Il est intéressant de signaler que les habitants de la province de Nador peuvent ac- céder à Melilla sur une simple présentation d’une pièce d’identité, cependant l’accès à Melilla ne leur permet pas de voyager vers la Péninsule Ibérique. Il y a en fait un autre contrôle ou une autre frontière pour accéder à l’Europe. Juridiquement Melilla comme Ceuta ont un statut particulier dans l’espace Schengen. L’Espagne est la seu- le responsable de sa frontière. Una frontière européenne en terre marocaine ______315 mettaient l’accès à la ville sans passer par les postes de contrôle offi- ciels. Autrement dit cette frontière se caractérisait dans le passé par sa perméabilité. Elle a été tracée en 1976 suite au conflit Hispano-maro- cain concernant l’affaire du Sahara. Dans les années quatre vingt dix l’espace frontalier a subi de grands changements. Cela est dû à l’inté- gration de l’Espagne dans l’espace Schengen et à l’arrivée dans la vi- lle des immigrés subsahariens et algériens. Une nouvelle frontière fut construite en 2000. Il s’agit d’un double mur de barbelés de plus six mètres de hauteur dotée de tour de contrôle à chaque 500 mètres. Après les événements qu’a connu cette frontière en septembre 2005, une nouvelle version a vu le jour.2 Officiellement le Maroc a toujours refusé la reconnaissance de cette frontière appelée «les frontières ima- ginaires ». Mais dans la pratique la frontière est là, dont le principal poste-frontalier s’appelle Bab Mlilia (porte de Melilla).

Le fonctionnement de l’espace frontalier et typologie des passeurs de frontières

La frontière est un espace d’échange et d’interaction entre les popu- lations limitrophes. Les liens ethniques agissent dans ces relations frontalières, les Rifains qui habitent à Melilla entretiennent des rela- tions avec la province de Nador par l’acquisition de logement ou d’une résidence secondaire, visites familiales ou de loisirs, comme la fré- quentation des magasins, café et restaurants… etc. Plusieurs facteurs déterminent ce rapport avec cette ville, tels que la proximité géograp- hique, les liens familiaux, des raisons économiques et de travail. Dans l’ensemble, nous distinguons plusieurs types de frontaliers:

— Il y a en premier lieu les contrebandiers, dont les revenus dépen- dent exclusivement de cette activité. On peut distinguer deux types de contrebandes et de contrebandiers. A chaque type de contrebande

2. La frontière est sécurisée par une double clôture de 6 mètres de haut et des tours de guet. Malgré cela, des réfugiés parviennent régulièrement à la traverser illégale- ment. Le 28 septembre 2005, plus de 800 clandestins ont pris d’assaut cette clôture, et une centaine parmi eux sont parvenus à pénétrer sur le territoire espagnol, 6 ont été tués par des tirs de la Guardia Civil, selon la presse. 316 ______La pervivencia colonial

correspond un «profil» particulier de contrebandier, des moyens déterminés, des méthodes particulières et des produits réservés. — Les petits contrebandiers: Ils traversent quotidiennement la fron- tière par des passages qui leur sont réservés. Ils travaillent en co- llaboration avec un certain nombre de courtiers et de passeurs qui les aident à faire passer la marchandise vers le Maroc. Ils passent en moyenne sept à huit heures dans ce territoire frontalier et sont très sensibles à tous les changements qui y interviennent. Ils sont sou- vent victimes des vicissitudes politiques surgissant entre le Maroc et l’Espagne (El Harras, 2001, p. 166). Ils sont de l’ordre de 20.000 personnes, mais leur nombre est en permanente régression pour des raisons liées à la libéralisation de l’économie marocaine et à l’entrée en vigueur de l’accord de libre-échange entre le Maroc et l’Union Européenne, commencé en 2000 et qui se parachèvera en 2010. La population locale représente une minorité de ces contre- bandiers, ils viennent des autres régions du Maroc, principale- ment de la région du Gharb: Kénitra, Sidi Sliman Sidi Kasem, ils viennent aussi de la région de Beni Mellal, de Khémissat, de Fès, Taza… etc. Des réseaux se sont crées, les premiers arrivants ont fait venir leurs familles. — Quant aux grands contrebandiers, ils sont originaires de la pro- vince de Nador. Ils sont moins nombreux mais disposent de grands moyens logistiques et de capitaux. Pour eux la contreban- de est un secteur de spéculation et une seconde profession. Ils se spécialisent et exercent un certain monopole sur des produits plus rentables comme le tabac, l’alcool, les pièces de rechanges de voitures. — Les travailleurs frontaliers qui traversent chaque matin la frontiè- re. Cette main d’œuvre composée essentiellement de domesti- ques, d’ouvriers dans le bâtiment et d’employés dans les maga- sins, bars et cafés. Cette population est attirée par le mode de vie des Espagnols, par leurs acquis sociaux et par le haut niveau des salaires par rapport au Maroc. Elle finit souvent soit par s’insta- ller définitivement à Melilla, soit par émigrer vers l’Europe. — Une population composée de marchands ambulants, de mendiants, prostituées… etc. Ils traversent la frontière d’une manière assez régulière, ils établissent des liens à l’intérieur de Melilla, dans certains cas y résident temporairement. Una frontière européenne en terre marocaine ______317

— Les passeurs occasionnels: Il s’agit principalement des habitants de la ville de Nador. Ils fréquentent la ville une fois ou deux par semaine pour les achats et loisirs. Ils disposent, en général, d’un niveau de vie moyen.

Ces relations frontalières fonctionnent aussi sous forme de réseaux fa- miliaux tissés de part et d’autre de cet espace comme l’a bien démon- tré M. Berriane (1994) dans une intéressante étude monographique prenant comme exemple le cas du village frontalier de Beni Ansar. Il a choisi le cas de 7 familles installées à Beni Ansar à différentes dates et dont l’activité principale est intimement liée à la présence de la frontière. Parmi les résultats dégagés de cette étude le fonctionnement de réseaux de part et d’autres des frontières. Une autre précision im- portante: des liens réels existent entre le projet migratoire et l’activi- té parallèle qui est la contrebande. La pratique de la contrebande peut pousser dans certains cas l’individu à passer au statut d’émigré, ce passage étant considéré comme un stade supérieur de l’activité. Les grands bouleversements que traversent les zones frontaliè- res conduisent les autorités espagnoles dans l’enclave à penser à la ré- orientation de la vie économique dans la ville vers de nouveaux sec- teurs économiques autres que le secteur commercial et le transit des marchandises vers le Maroc. Pour le moment la prospérité économi- que dépend dans une grande mesure du phénomène de la contreban- de du transit des marchandises vers le Maroc. Ce n’est pas un hasard que la ville de Melilla est la ville espagnole qui compte le plus grand nombre de magasins par tête d’habitants. Nos analyses démontrent que la contrebande est un élément fon- damental dans les relations entre ces deux villes voisines. Dans cette région du Maroc, la contrebande est une réalité séculaire, devenue aujourd’hui un mode de vie et une ressource importante de revenus pour une large partie de la population locale. Une composante de l’éco- nomie régionale. Tout ce qui se vend et s’achète est touché par ce phé- nomène. Plusieurs facteurs favorisent cette activité, il y a d’abord les facteurs socio-économiques: le chômage. Les secteurs d’activités éco- nomiques de la région sont incapables d’occuper l’ensemble de la po- pulation en âge actif. Il y a aussi des raisons purement économiques. Il s’agit de la différence des prix entre les produits nationaux et les mar- chandises étrangères ramenées en contrebande qui sont moins chères. 318 ______La pervivencia colonial

Il convient de signaler que nous ne disposons pas d’études pous- sées sur ce phénomène, ni de statistiques fiables concernant le nom- bre de personnes qui s’adonnent à cette activité, ni sur son poids et son impact sur l’économie locale. Pour toute coopération transfronta- lière viable entre Melilla et ses alentours il faut un accord préalable de l’Etat espagnol. Il existe depuis 1992 un Comité mixte hispano- marocain, présidé par les Ministres de l’Intérieur respectifs, dans le cadre de l’Accord entre le Royaume de l’Espagne et le Royaume du Maroc relatif à la circulation des personnes, le transit et la réadmission des étrangers entrés illégalement, signé à Madrid le 13 février 1992. Afin qu’il puisse avoir une coopération transfrontalière, il est néces- saire de créer un organisme de coopération transfrontalier avec les collectivités locales marocaines des alentours. L’essentiel c’est la vo- lonté politique pour qu’il ait une vraie coopération. Cela implique que le Maroc reconnaît la représentativité des institutions de la ville autonome de Melilla (Casadevante, 1999, p. 151) et reconnaît égale- ment la légitimité de cette frontière. Du moment que le Maroc conti- nue de réclamer sa souveraineté sur la ville de Melilla et les autorités espagnoles augmentent la hauteur des barrières frontalières, la coo- pération transfrontalière ne verra pas le jour.

Conclusion

Cet espace frontalier connaît actuellement d’importants changements. Melilla qui a pendant longtemps joué le rôle de la capitale de la ré- gion du Rif oriental, est depuis quelques temps en train de perdre ce rôle. Cela est dû au fait que la réalité socio-économique de sa région environnante est en permanente mutation. La ville de Nador qui était jusqu’aux années soixante du siècle dernier une ville satellite de Me- lilla est devenue ces dernières années un pôle économique régional important.3 L’arrivée des subsahariens dans la région après l’adhésion

3. Au niveau démographique la population de la ville de Nador est deux fois plus grande que celle de Melilla. La population de Melilla est stable depuis au moins une dizaine d’année (environ 70.000 habitants), alors que celle du Grand Nador dépasse les 250.000 habitants selon de recensement de 2004. Una frontière européenne en terre marocaine ______319 de l’Espagne à la Communauté Européenne en 1986 puis à l’espace Schengen en 1999 a complètement bouleversé les relations frontaliè- res. Ces changements ont fait de cette frontière, une frontière europé- enne sur le continent africain. Cet espace frontalier est en permanen- te mutation. Il subit directement les vicissitudes des relations hispano marocaines. Des événements locaux peuvent également influer sur la perméabilité ou l’imperméabilité de la frontière. A certaines occa- sions cet espace devient un lieu de démonstration de force de la part des autorités des deux côtés. Il faut parfois de longues heures d’at- tente pour le «franchir».

15. La frontera siria y los refugiados palestinos

Mar Gijón Mendigutía1

La imposición artificial de «fronteras» en Oriente Medio, como re- sultado de las políticas colonialistas del siglo pasado, provocó que se establecieran barreras divisorias donde antes no existían, lo que tuvo como consecuencia la creación de nuevos estados. Estos países; Siria, Jordania —inicialmente «Transjordania»—, Líbano y Palestina, «am- putados» de lo que se consideraba hasta entonces «La Gran Siria» o Biløad aùs-Samù , comenzaron una nueva historia por separado bajo el fé- rreo control de las potencias coloniales que se habían repartido este terreno. Este artículo se centrará en la frontera y en el marco espacial y territorial sirio, con el caso concreto de los refugiados palestinos. Para ello será necesario exponer y destacar la importancia, en primer lugar e históricamente, de Biløad aùs-ùSam como un único territorio y de los numerosos vínculos que unían a la población de esta zona. Asi- mismo esto llevará a cómo se formó y se concebía la frontera siria y a cómo se ha ido transformando a través del tiempo, para después, en- trelazarse, en un mismo contexto, con la migración a la que fueron obligados los palestinos como resultado directo de otra creación arti- ficial, Israel, dentro de lo que en ese momento era ya Palestina. De esta forma se desarrollará la idea de lo que han significado las fronteras —en particular la siria e indirectamente la de los demás países árabes e Israel— y su implantación geopolítica. Del mismo

1. Becaria del Programa III.D del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Coopera- ción (MAEC)-Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID) en Siria. Candidata a Doctora en Estudios Internacionales Mediterráneos. 322 ______La pervivencia colonial modo se tratará cuál fue la situación de los refugiados palestinos una vez estuvieron en ese nuevo «espacio», «Siria», y cómo ha ido evo- lucionando hasta nuestros días.

El antes y el después

La noción de frontera. Una perspectiva histórica del territorio

Debemos partir de la idea, desde un punto de vista histórico, de que antes de 1920 no existía el «concepto» de frontera en Oriente Medio y que los países que en la actualidad conocemos como Líbano, Jorda- nia, Siria, Palestina e Israel y lo que corresponde al sur de Turquía (Antioquía), formaban parte desde tiempos inmemoriales de un mis- mo conjunto geográfico, de una misma «entidad», denominada por los habitantes que formaban parte de ella Biløad aùs-Samù o en otros ám- bitos conocida como la «Gran Siria», la «Siria Histórica» o simple- mente «Siria». Este área que se extendía desde las montañas Tauro, en el norte septentrional, hasta la franja del Sinaí, en el sur, y desde el oeste de Iraq a la orilla este del Mar Mediterráneo fue siempre concebido como un único territorio hasta que la división colonialista de la zona —oficializada en la Conferencia de San Remo en 1920—, restringió el término a lo que hoy en día es la República Árabe de Siria.2 Por otra parte son numerosos los estudios de intelectuales ára- bes que tienen como objeto la «Siria Histórica», y tampoco son me- nos los que con frecuencia hacen referencia a alguna anécdota sobre familias vecinas, amigas o incluso las suyas propias en las que hacen hincapié en que antes de la partición colonial todos eran parte de un mismo territorio, donde era normal que sus habitantes viajaran de un lado a otro y que al hacerlo simplemente dijeran que se dirigían al sur, hacia el este, etc., y no a «Líbano» o a «Jordania», impensable en ese momento. También están las familias que quedaron divididas por la línea trazada en los Acuerdos secretos de Sykes-Picot y depen-

2. Talhami, 2001, p. 1. La frontera siria y los refugiados palestinos ______323 diendo del lado en el que «cayeron» son ahora «jordanos» o «sirios». Como relata sarcásticamente el intelectual Hisham Bustani:

Quizá mi abuelo Subhi Abdel Qader al-Bustani [ahora] nos recordaría que cuando escapó de Damasco hacia Ammán en 1916 (para evadir ser reclutado por el ejército otomano) pasando por los puertos de Beirut y Haifa, nadie le paró para preguntarle: ¿dónde demonios te crees que vas?, desde luego que no había ningún policía de fronteras que le pi- diera el pasaporte o un visado.3

Todo ello nos lleva al ya sabido intento de independencia árabe del yugo otomano y de cómo les utilizaron y engañaron las potencias co- loniales para obtener su apoyo y así ganar la primera guerra mundial. Creemos necesario desarrollar con mayor detenimiento esta parte de la historia para dar mayor fuerza a este sentimiento de pertenecer a un mismo territorio, de tener una misma identidad, de ser una «nación» —ni considerada ni consolidada como tal— pero donde sus habitan- tes se sentían unidos a lo largo de los siglos por numerosos lazos pri- marios, lo que consecuentemente nos ayudará a tratar mejor la mi- gración forzosa que tuvo lugar posteriormente. Además de ser a partir de aquí donde se gesta la creación del «concepto de frontera» en esta parte del mundo. Por lo tanto, cuando las tropas sublevadas dirigidas por Faysal, junto con el célebre Lawrence de Arabia, alcanzaron exitosamente su objetivo y tomaron Damasco en 1918, lo que sería un símbolo del triunfo del nacionalismo, rápidamente daría paso a los verdaderos pla- nes de las potencias occidentales. Éstas habían ido trazando a espaldas de sus aliados árabes los Acuerdos de Sykes-Picot en 1916 —hasta la filtración bolchevique—, la Declaración Balfour de 1917 —misiva británica favorable para el establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina— y finalmente la oficialización de la repartición de la zona, ya acordada entre Sykes-Picot, en la Conferencia de San Remo en 1920. Como contrapartida, previamente encontramos los esfuerzos por parte de los árabes de abogar y reivindicar su nacionalismo y la uni- dad territorial que era Biløad aùs-Samù , y por otro lado, luchar contra el

3. Bustani, 2005, pp. 107-109. 324 ______La pervivencia colonial añadido «factor» sionista y la rotunda oposición a la separación de «Palestina» de este territorio. Algunos de los actos que llevan a cabo para demostrar los deseos de la población árabe es, entre otros, la ce- lebración por parte palestina del primer Congreso de Asociaciones Musulmano-Cristianas reunido en Jerusalén el 10 de febrero de 1919. En él se mostraba el rechazo nacional palestino a la Declaración Bal- four, al Mandato, y a la inmigración sionista, y se acuñó el término de «Siria del sur» (Søuriya al-ˆyanøubiyya) para referirse a Palestina.4 Des- tacamos los siguientes párrafos:

Consideramos Palestina como parte de la Siria árabe, de la que nunca se ha separado en ninguna época. Estamos conectados con ella por vínculos nacionales, religiosos, lingüísticos, naturales, económicos y geográficos. A la vista de lo anterior deseamos que ni Palestina ni ningún distrito de la Siria del sur sea separado del Gobierno Árabe Independiente Sirio, y que permanezca libre de toda influencia o protección foránea.5

En el mismo año, se dio otra muestra de este movimiento en el Con- greso General Sirio, celebrado en Damasco el 2 de julio de 1919. En él se reclamaba poder establecer un gobierno democrático en forma de una monarquía constitucional —que cubriese los límites naturales del territorio— encabezada por Faysal. Las resoluciones séptima y octa- va, las más significantes, decían lo siguiente:

Nosotros, los abajo firmantes, miembros del Congreso General Sirio […] compuesto por delegados de las tres zonas, sur, este y oeste, y autorizados […] para representar a los musulmanes, cristianos y judíos habitantes de nuestros distritos respectivos, hemos resuelto […] 7. Rechazamos las peticiones de los sionistas para el establecimiento de una entidad judía en parte de la Siria del sur, conocida como Pales- tina, y nos oponemos a la inmigración judía en cualquier parte del país. […] Nuestros compatriotas judíos seguirán disfrutando de los derechos y asumiendo las responsabilidades que mantenemos en común. 8. Deseamos que no se produzca un desmembramiento de la parte de la

4. Søuriya al-ˆyanøubiyya es como siguen denominándola en la actualidad algunos autores árabes, de una forma natural y asimilada, en obras que tienen como contexto histórico «La Gran Siria». 5. Kayyali, 1978, pp. 60-63. La frontera siria y los refugiados palestinos ______325

Siria del sur, conocida como Palestina, ni del litoral occidental que in- cluye a Líbano en el país sirio. Y pedimos que la unidad del país se mantenga bajo cualquier circunstancia.

Como consecuencia de estos actos en los que se insistía y se daba voz a las persistentes reivindicaciones árabes —para defender la uni- dad territorial de Siria, mostrar la total oposición a la separación de Palestina y a la creación de un hogar nacional judío, además de la unanimidad para la elección de Faysal como soberano—, se creó pro- bablemente una comisión norteamericana independiente de investi- gación, apoyada por el presidente Wilson, que se plasmó en el Infor- me King-Crane el 28 de agosto de 1919 con el objetivo de probar sobre el propio terreno la opinión de los habitantes de este territorio y en el que concluían su investigación así:

[…] El mayor porcentaje en cualquier encuesta es de 1500 peticiones (80,4 %) a favor de una Siria Unida, incluyendo Cilicia, el desierto de Siria y Palestina […]

Esta Comisión además de recopilar las opiniones vertidas en las dis- tintas entrevistas realizó también unas recomendaciones en las que aconsejaba seguir y preservar los designios del pueblo sirio.6 Por lo tanto, las conclusiones a las que se llega mediante la lec- tura de este Informe, sobra decir nunca aplicadas, se reafirman y ejemplifican en el Congreso Nacional Sirio del año siguiente. En esta reunión el 8 de marzo de 1920 —más bien de una forma simbólica—, proclamaron la independencia de acuerdo con los límites territoriales naturales, y a Faysal como rey. Sin embargo en abril del mismo año se terminaría abruptamente este sueño, dado que la nueva fórmula de «Mandato», mantenido por los negociadores del tratado de Versalles y del pacto de la Sociedad de Naciones, propició que la Conferencia de San Remo concediera, finalmente, a Francia la tutela de Siria y de Líbano y a Inglaterra la de Palestina e Iraq. Es decir, esta conferencia, oficializa —algo modificados— los planes de Sykes-Picot ya acorda- dos desde 1916. Meses después, en julio de 1920, todo termina por

6. Véase el texto completo del Congreso Nacional Sirio y el Informe King-Crane en Hellenic Resources Network, también (Mesa, 1983, p. 19; Oliván, pp. 1-20; Bustani, 2005, pp. 107-09). 326 ______La pervivencia colonial completo cuando el general Gouraud vence a los partidarios de Fay- sal en la batalla de Maysalun, lo que da comienzo al Mandato Fran- cés que durará más de veinte años. Ese mismo mes de agosto, por el tratado de Sèvres, el nuevo gobierno turco renunciaba a su soberanía sobre las provincias árabes, y en septiembre, el general Gouraud pro- clamaba el estado del Gran Líbano. La «Siria Histórica» fue dividida definitivamente en varios es- tados, pero no por ello desapareció el sentimiento de una «“Gran Si- ria” natural».7 Por el contrario, el nacionalismo sirio, presente como hemos visto antes de la guerra, se reforzó para dar paso a un senti- miento unitario y profundo del arabismo que propició, un año des- pués de alcanzar la independencia en 1946 —entre 1947-1949—, acoger a más de 90.000 palestinos obligados a una injusta expulsión como consecuencia de la fundación del estado de Israel.

Transformación en el tiempo. La migración forzosa de los refugiados palestinos. El caso de Siria. La noción de frontera en la actualidad

Parte del pueblo palestino —más de 750.000 personas—, fue obligado al exilio y a abandonar sus hogares (esto es conocido como la Nakba o el «Desastre» para los palestinos), siendo el momento álgido de la ex- pulsión en 1948 cuando se creó e impuso el estado de Israel en la mis- ma tierra que Palestina (la Siria del sur histórica), y lo pudieron lograr ejecutando una expulsión a conciencia «según lo dispuesto en un plan político-militar jalonado de matanzas».8 En un principio se refugiaron como pudieron en los países colindantes, la mayor parte en Líbano, Si- ria, lo que en ese momento era «Transjordania», actual Jordania, y en menor medida en Egipto e Iraq. De 1947 a 1949 los palestinos que hu- yeron de sus tierras pudieron penetrar en estos países, pues aunque ya eran estados independientes y con fronteras creadas —relativamente hace poco—, se les permitió la entrada, aunque en un principio se cre- yera que iba a ser de forma temporal. En este momento y ante la per-

7. Chevallier y Miquel, 1995, pp. 650. Según declaró un líder local en 1937, A.B Abdul-Hadi, a la Comisión Peel antes de la partición: «No existe tal país (como Pa- lestina), ¡“Palestina” es un término que inventaron los sionistas! […] Nuestro país fue durante siglos parte de Siria» (Antonius, 1945, p. 471). 8. Vidal, 2004, p. 132. La frontera siria y los refugiados palestinos ______327 plejidad e impotencia de la situación tan dramática que se estaba dan- do tanto en Palestina como entre los refugiados, éstos pudieron encon- trar en los territorios limítrofes un lugar donde acomodarse, donde las fronteras estuvieron abiertas para ellos, y desde donde pudieron trasla- darse de un lugar a otro siguiendo diferentes rutas. Sin embargo, esta situación se debió a las circunstancias extre- madamente críticas de ese momento, ello no ha significado que con el paso del tiempo sus derechos hayan ido acordes con su estancia y las fronteras de estos estados hayan seguido siendo permeables para los refugiados, especialmente en la actualidad. La legalidad y los temas relacionados con los palestinos que resi- den en los países árabes de acogida son regulados por leyes, decretos u órdenes gubernamentales que la mayoría de la veces permiten diferen- tes lecturas y abusos, al igual que pueden ser fácilmente modificados o abolidos como respuesta a las necesidades o a los dictámenes políti- cos del momento. Por lo tanto la situación y la legalidad de los refu- giados difiere en cada país.9 De hecho la discriminación institucional, que sufren los palestinos en la mayoría de los países árabes, ha resulta- do muy dañina en lo que respecta a la vida cotidiana de los refugiados, especialmente, en la educación y la sanidad. Tanto el estatus legal como los derechos civiles de la comunidad palestina en estos países de acogida tienen un futuro incierto y pueden dar un giro en cualquier momento debido a un determinado cambio político. En el caso concreto de Siria más de 90.000 refugiados palesti- nos de entre más de 750.000 se dirigieron hacia este país. A pesar de que los que huyeron a Siria lo hicieron por la cercanía, también algu- nos de ellos lo hicieron por familiares que ya estaban allí —fruto de los antiguos vínculos territoriales mencionados— o se trasladaron posteriormente procedentes de otros lugares atraídos por unas mejo- res condiciones de seguridad y estabilidad. Este influjo de refugiados no amenazó nunca la economía o las estructuras sociales de este esta- do, como eran los casos en Líbano y «Transjordania», en los que ape- nas había empleo del mismo modo que tampoco los suficientes recur- sos naturales. El origen de la gran mayoría de estos refugiados palestinos de 1948 en Siria procedía de la Galilea Palestina, en el norte del actual

9. Gijón Mendigutía, 2008, p. 55. 328 ______La pervivencia colonial estado de Israel. Eran, principalmente, del distrito de Safad, Haifa, Tiberiades y Acre. Huyeron hacia Siria siguiendo distintas rutas, por ejemplo desde Líbano —a través del cual podían ir a los Altos del Golán o desde el sur de este mismo país para llegar a Siria en tren—, otra opción era directamente desde los puertos de Palestina, en botes y barcos, hacia Tartús y Lataquia, también desde las áreas de Tiberia- des y el Valle de Hula a los Altos del Golán y finalmente, desde el área del litoral de Haifa a Tulkarem y desde allí a Siria a través de «Transjordania».10 Procedentes de todos los puntos cardinales llegaron refugiados en tren, en barco, en camionetas e incluso a pie (algo que se puede aplicar en términos generales para todos las zonas a los que huyeron), al principio la mayor parte se concentró en la frontera que tenía más cercana, ya que pensaban que iba a ser algo transitorio, pero con el paso del tiempo y al desvanecerse la esperanza de regresar se fueron trasladando a otros lugares. Una gran parte decidió refugiarse en Damasco y el resto se distribuyó en distintas zonas del país. En la primera mitad de 1950 la mayoría se desplazó a la capital siria por unas mejores oportunidades laborales, educativas, religiosas y condi- ciones económicas en comparación con otras áreas de Siria, además de que fuera más fácil el acceso a los distintos servicios. Las zonas en las que se concentraron (y se concentran) un mayor número de pales- tinos, a parte de la capital, son en las ciudades de Alepo, Der‘?, Qune- ytra, Homs, Hama y Lataquia. Desde la llegada de los refugiados, el gobierno adoptó una serie de leyes que definieron una estrategia para una «concienzuda» inte- gración en la estructura socioeconómica siria, al mismo tiempo que separaba y preservaba la identidad palestina.11 Es en 1949 cuando po- dríamos decir que la comunidad refugiada palestina se incorpora en la vida económica, social, educativa y política de este país. En esta fe- cha, se iniciaría el principio de la promulgación de una serie de leyes, que gradualmente, con el transcurso de los años, han garantizado a los refugiados palestinos prácticamente el mismo trato que a los nacio- nales, con algunas pequeñas excepciones.12

10. Badwan, 2004, pp. 5-6 y Al-Ma‘wid, 1999, p. 12. 11. Gijón, 2008, p. 56. 12. Ibid. La frontera siria y los refugiados palestinos ______329

Las dos instituciones que han desempeñado en Siria un papel fundamental en la vida de los refugiados han sido, por una parte, lo que hoy en día se llama la Autoridad General para los Refugiados Árabes Palestinos (GAPAR en sus siglas en inglés) que fue estableci- da en 1949 con el nombre de Institución para los Refugiados Árabes Palestinos (PARI). Por otro lado tenemos la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Próximo Oriente, más co- nocida por sus siglas en inglés, UNRWA. Si GAPAR ha realizado un papel esencial en la adaptación y legalización de los refugiados den- tro de la frontera siria al crear los elementos necesarios para adqui- rir e implantar sus derechos: como poder viajar, tener propiedades, trabajar, etc., la UNRWA, ha sido su equivalente en el lado humani- tario para la asistencia, especialmente en los campos. El registro en GAPAR es prácticamente obligatorio, ya que si no están reconocidos no pueden poner en práctica los derechos adquiridos al no tener un carné que los identifique, en cambio el registro en la UNRWA es op- cional. En esta misma línea, los palestinos en este país nunca han cons- tituido mucho más del 4 % del total de la población siria. Los refugia- dos registrados en la UNRWA rondan el medio millón, cifra a la que hay que sumar los más de 6.000 refugiados que lo están solamente en GAPAR, además de los refugiados que no están reconocidos en nin- guna parte y que se estima que puedan ser de 40.000 a 50.000 perso- nas. Según los últimos datos que se tienen los más jóvenes aparecen en los documentos de sus padres hasta los quince años y posterior- mente se les dan los suyos propios. Para los palestinos, después de su expulsión, la posibilidad de viajar fuera de los países de acogida y entrar de nuevo en ellos ha dependido de la situación política, especialmente de las relaciones inter-árabes del momento y de los acuerdos arabo-israelíes. En Si- ria fue en 1960 cuando Gamal Abdel Nasser, como presidente de la República Árabe Unida, hizo que fueran emitidos carnés de identi- dad para los refugiados palestinos, además de facilitarles un pre- documento de viaje a través del cual se fue fijando los primeros pa- sos para que, tiempo después, pudieran moverse libremente por el país.13

13. Brand, 1988, p. 623. 330 ______La pervivencia colonial

Ulteriormente se fue avanzando en el «documento de viaje» pa- lestino hasta hacer las veces de pasaporte en la actualidad. Según dis- tintas fuentes este «documento» es válido durante seis años, y lo que es más importante, permite a su poseedor el retorno a Siria sin nece- sidad de visado. Además, este «pasaporte» puede ser nuevamente emitido por cualquier oficina representativa siria fuera del país. Esta ventaja se dará siempre y cuando los refugiados estén registrados en GAPAR.14 Es decir, dentro de las fronteras sirias y de sus fronteras hacia el exterior los refugiados palestinos tienen total libertad de movimien- tos, tanto para vivir en cualquier parte del país como para salir al ex- tranjero. Sin embargo, el gran problema para ellos es que cuando lle- gan a la frontera de un país vecino o de otro árabe, una vez que han salido de Siria, se encuentran con la dificultad de poder traspasar esos otros límites fronterizos, especialmente en Egipto, Jordania o en al- gunos países del Golfo, por ejemplo Kuwait, en los que no se les per- mite el paso. Las exigencias y los requisitos que les imponen son de- masiados e incluso cuando los cumplen deben esperar un tiempo excesivamente largo para saber si les han concedido el permiso de en- trada. El caso de Líbano es la excepción, en la actualidad y debido a una ley que se aprobó en 1999, los refugiados palestinos en Siria tie- nen la facilidad de viajar al país de los cedros utilizando únicamente sus carnés de identidad, eso sí, deben tramitar un permiso con un par de semanas de antelación. Después de 1948, en diferentes momentos de la historia, otros palestinos, refugiados y desplazados, han encontrado en Siria un refu- gio pues una vez más la frontera siria estaba abierta para ellos. Prime- ro fueron los desplazados que provocó la guerra de 1967 contra Israel, que aunque no se les considera refugiados supusieron unas 125.000 personas más (cifra a la que habría que añadir a sus descendientes hoy en día), posteriormente los huidos de Jordania por el Septiembre Negro en 1970, años más tarde la población que llegó de Líbano por la guerra civil que asoló el país entre 1975-91, al igual que los proce- dentes de la invasión israelí de 1982, de Iraq tras la ocupación esta- dounidense en el 2003 y de Líbano de nuevo por los bombardeos is- raelíes en julio de 2006.

14. Delegación de los Países Bajos, 2002, p. 41. La frontera siria y los refugiados palestinos ______331

Hay que mencionar que a pesar de que cuando se ha vuelto a la «normalidad» y han regresado a su lugar de procedencia —excepto los desplazados de 1967 y muchos de los palestinos-iraquíes (y refu- giados iraquíes)—, Siria ha hecho frente de la mejor forma que ha po- dido, dentro de sus posibilidades y con un escaso apoyo internacio- nal, a la llegada masiva y a la «manutención» de los refugiados. El ejemplo extremo es el que se produjo en julio y agosto de 2006 y en el que confluyeron en el país; los palestinos que ya había previamen- te, los refugiados iraquíes y palestinos-iraquíes que llegaron a partir de 2003 y los refugiados libaneses y palestinos-libaneses que huían de los bombardeos israelíes de ese verano. El estado de Siria no cerró en ningún momento la frontera y no fue un mero hecho simbólico, ya que no solo Siria como país, si no también toda su población, se vol- có ayudando a los recién llegados. No obstante, también está la parte negativa, puesto que la fron- tera siria no ha sido permeable para todos los individuos en todo mo- mento. Los refugiados iraquíes y los palestinos-iraquíes, los más re- cientes y necesitados, que llevan huyendo a Siria desde el 2003 han significado, a lo largo de estos años, un incremento considerable en la población en muy poco espacio de tiempo, lo que ha provocado que las infraestructuras, al no estar preparadas para un contingente tal de personas, se hayan resentido y no hayan tenido la capacidad para es- tar a la altura de las circunstancias, como facilitar una cobertura ple- na en la educación, sanidad o en el empleo.15 En un principio el go- bierno, al igual que la población, acogió a estos refugiados, pero cuando esta situación, que sigue sin resolverse después de seis años, ha comenzado a influir negativamente en el nivel de vida (con una su- bida sin precedentes de los precios acompañado de escasas oportuni- dades laborales), la ayuda y solidaridad inicial se ha ido transforman- do en un rechazo que ha provocado una «mutación» en una frontera hermética.

15. Numerosos iraquíes en Siria están regresando a Iraq a pesar del peligro que co- rren sus vidas porque ya no les permiten trabajar en suelo sirio. 332 ______La pervivencia colonial

Conclusión

La política colonialista de Oriente Medio durante el siglo pasado tuvo como consecuencia la segmentación de la «Siria Histórica» en dife- rentes países controlados por las potencias coloniales de Francia e In- glaterra, ésta última puso la semilla para que otro tipo de coloniza- ción naciera de la mano del sionismo, con la creación del estado de Israel en la tierra de Palestina. Esta imposición político-territorial asestó un golpe mortífero a la población nativa palestina e impulsó a los emigrantes recién llegados, para formar parte de ese nuevo esta- do, a que forzaran a los palestinos a un exilio que dura hasta día de hoy. No obstante, debido a esos antiguos vínculos históricos, lingüís- ticos, naturales y «sanguíneos» se les permitió a los refugiados tras- pasar los nuevos límites fronterizos dibujados de lo que era Biløad aùs- Samù , y ellos se abrieron paso en esos países de la mejor forma que pudieron. Siria como «corazón» de lo que había sido este terreno en épocas pasadas afrontó «su» acogida de los refugiados palestinos como una «responsabilidad» unida a un sentimiento de arabidad y de nacionalis- mo sirio (en el sentido de «La Gran Siria»), y esto se dejó ver prácti- camente desde el principio de la llegada de los refugiados palestinos. Desde 1950 todos los gobiernos que se han ido sucediendo han puesto las medidas necesarias para su integración en la sociedad, han asen- tado unas bases, que gradualmente, han conseguido ampliar los dere- chos de los refugiados hasta poder ser prácticamente equiparados a ciudadanos sirios, pero lo esencial, es que al mismo tiempo que se ha producido esta integración y se les ha ofrecido un hogar temporal, han logrado preservar «la identidad palestina» como una forma de proteger su derecho a regresar a la tierra de la que fueron expulsados. Es decir, Siria como fruto de esta línea o trayectoria histórica, además de que les permitió pasar la frontera, también se preocupó del bienestar de los refugiados palestinos en su territorio,16 posterior- mente, este pasado ha influido también en que la «aceptación» de re- fugiados y desplazados se haya repetido en diversas ocasiones a lo largo de la época moderna de Oriente Medio, e incluso a veces pro- duciéndose al mismo tiempo. Sin embargo, en la época actual esto ha

16. Su posición es única en la actualidad comparado con los demás países árabes. La frontera siria y los refugiados palestinos ______333 cambiado. Debido a determinados factores, por una parte, a la limi- tada ayuda exterior, y por otro lado al delicado equilibrio económico sirio como país en vías de desarrollo y con un problema bastante gra- ve de paro (dado que la mayor parte de su población son jóvenes), la situación se ha agravado, especialmente después del año 2005, hasta el punto de no poder afrontar ya más el papel que había desempeña- do y por lo tanto prohibiendo la acogida de más refugiados.

16. The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925: history of the eastern mediterranean as we know it

Bilgesu Sümer

Abstract

This study looks at the forced population exchange that was carried out by Greece and Turkey between 1923-25 in order to understand current policies and disposition of the nation states in the East Medi- terranean. The purpose is to show the historical lineage in the ten- dencies of these nation states to solve their problems. The argument locates a conflict within the construction of the nation state and the article offers a basic principle to act upon the conflict which is the de- privation of people of their right to have rights.

In the summer of 2009, the government of Turkish Republic formed by the Justice and Development Party under the leadership of Recep Tayyip Erdogan launched a campaign to solve the Kurdish conflict. The government articulated that the campaign be called Democratic Reforms.1 However the media coined the name that spoke out of the national consciousness: the Kurdish Reform. Vast public and media interest dwelled around the prospect of solving the conflict. But it was not long before Mümtaz Sosyal, professor of constitutional law and ex-member of the parliament, proposed that the conflict could be resolved by exchange of population between Iraqi Kurdistan and Tur- key. This proposal neither created any political turbulence nor was ta-

1. I chose to translate the Turkish term «açılım» which literally means «opening» as «reform». The campaign is know as Demokratik Açılım or Kürt Açılımı in the press. 336 ______La pervivencia colonial ken seriously by any political leadership. Nevertheless his former stu- dent Baskın Oran2 criticized this attitude and underlined that the pro- blem of Turkey does not lie in the unitary state but in being a nation- state.

Introduction

After waging war in Asia Minor, Turkey and Greece agreed to ex- change Greek and Turk populations between 1923-25 known as «Mu- badele».3 How do we understand a state that distinguishes between its subjects and even makes this distinction to be the premises of its fo- reign policy? during the population exchanges, Turkish speaking Christian Orthodox peasants were shipped off but, by contrast, Ara- bic speaking Christian Orthodox inhabitants were left behind. How does the different treatment of Arab and Greek Christians inform our current understanding of modern Turkish and Greek national iden- tity? This article aims to form a grid to understand how international policy was formed in the last two century in order to address these questions. The article proposes to reclaim the ontology of the social group as to never again let any human being lose his/her right to have rights; borrowing the term from Seyla Benhabib’s theoretical work.4 The conceptual framework offers that when someone loses the certain right to be a citizen, to be member of a polity or to belong to a com- munity, he/she also loses the rights not to live but to survive. The day when those who were going to be included in the population exchan- ge were decided and they were handed in the final verdict of their fate; they lost their rights as citizens of their former nation, their ba- sic right to have every right that was previously granted to them.

2. Baskın Oran owes his public fame to a report he prepared that was known as the «Minorty Report». He ran in the 2007 elections as an independent candidate for par- liament membership. He was not elected due to the broken alliance between him and the Kurdish movement. 3. «Mübadele» literally means «exchange» and «mübadil» means «exchanged». 4. I shall refer to group ontology as the de facto and de iuri evalution of people and communities by the law, decision and policy makers. This approach does not propose an alternative ontology. It is merely application of the term I borrow from Benhabib (2004) in the case of this study. The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925 ____ 337

In the last two centuries, demographical movements towards and outwards in East Mediterranean are consistent with develop- ments of political technologies of surveillance, domination, and co- lonization. In order to problematize how certain bodies are being mo- bilized, while they face the loss of their worlds, we must look at the four different problems from different eras, the resulting group onto- logies,5 their conditions and the space of terror6 as they are made sub- ject to international policy making. The first grand question that was made subject to international policy making was the Social Question of the 19th century. The group ontology was the working class, and the space of terror these particular group faced was the factory. The condition of the working class was the constant misery. The same era saw another problem that transcended the 19th century. The colo- nies, their maintenance and their partition among European powers were the subject of international debate. The resulting group ontology was the colonized people and the space of terror the public sphere. The condition of the colonized was envy and hatred against the colo- nizers. Thirdly, the start of 20th century brought a different problem as the nation state formation in the world reached to its climax. The problem now was the minorities, and the space of terror par excellen- ce for those who belonged to this particular group ontology was the concentration camp. The condition of the minorities was their eradi- cation from the land and oblivion; to become as if never has existed in the world. And the last distinctive problem is the immigrants. This particular group existed for a really long time however the space of terror they face had been recently invented in its final form: the bor- der. The international policy making processes took these problems, attributed to certain group ontology, and acted on the particular groups of people to solve these problems. In reality, these crude analytical distinctions overlap, transcend and may appear only contemporary or intrinsic to their political epoch while they are historically rooted in previously existing problems and group ontologies. One of my arguments is that the political project of nation state

5. I want to underpin the attitude towards people on which social, ethic, economic etc. group they are deemed to belong to without people’s choice or disposition. 6. Terror is used by Hannah Arendt (1958) to describe the ultimate phase of totali- tarianism as an ideology. In this article I elaborate on her concept to define the condi- tion of a group at its most undesirable situation and space. 338 ______La pervivencia colonial reveals to us that the mobility of the immigrant is not due to the free will to migrate, but it is the systematic creation of the conditions of uprooting. The grid I have already proposed, historically chases how certain groups of people became subject to these processes of uproo- ting. Once a problem is attributed to certain social group, the policy making decides to frame ontology to act on the problem. The popula- tion exchanges between Turkey and Greece stands out as a compe- lling case that mentions about the past and determines the future of the Mediterranean as we know it, and it is a viable case to examine in- ternational behavior regarding the problem of minorities. And I tend to use this case to derive a conclusion on the «right to have rights» as basic principle of a possible cosmopolitan citizenship. This study looks into this neighborly arrangement in order to understand how Greek and Turkish governments carved out and rei- fied their political spheres of influences in the Mediterranean. Histo- rical facts, testimonies, and academic literature are used in this study however are not re-reflected. The purpose is to historicize immigra- tion in East Mediterranean by making a linkage visible to better fo- llow behavior of the local nation states. Thus my final arguments stands on the proposition that in order to understand the current bor- der and the sea line between Greece and Turkey, the conflict in Cy- prus, the Kurdish issue, the forced internal immigration of Kurds in Turkey, we have to look at the population exchanges and on what pre- mises and how they were carried out by both governments. The population movements in the 19th and 20th century have shaped most contemporary societies in the East Mediterranean. The influx of refugees and the social, economic and political problems that threatened the survival of refugees [or refugee communities] made it imperative that central states impose order and discipline. Thus, it is not a coincidence that the first municipality that formed in the Ottoman Empire was intended to organize the muhacir —(i.e., the displaced people from the Balkans during the Ottoman-Russian Wars) into residential settlements/communities and to order their affairs and impose order on their behavior. The purpose of this first munici- pality was not, for example, to redress the growing need for public hygiene. The conflict-ridden history of international relations of these two centuries shows that demographic engineering became a com- The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925 ____ 339 mon short term approach to long term problems. But the problems and the issues that these short term solutions left their imprint on the long term dispositions of the centralized states. These dispositions required the states to further their social engineering capacities. As these capacities historically did not develop from cosmopolitan rights of their citizens, the reflex of the nation states leaned towards guarding their particular social group. These capacities were developed not only by the local decolonized states, the European powers contri- buted to their development in accord with their colonial interest. The societies that were deemed not be intact or to have potential of inter- nal conflict were the target of social dismantling and displacement. The problems defined by international actors drove them to act upon these groups and in this case Greeks and Turks were the subjects.

History: Orientalism Revisited7

The agreement on the population exchange were reached during the Lausanne Conference in 1923 between Turkey and Greece after wa- ging a war in Anatolia. The idea was proposed by Lord Curzon, the British representative at the Conference and an important historical figure in British colonization. The proposal was taken up positively by both Turkish and Greek sides with ease. The exchange would in- volve around two million souls, around one and half million Christian Orthodox from Turkey and half million Muslims from Greece. A committee was going to be formed with Greek, Turkish and neutral representatives.8 Lord Curzon was the viceroy of India. Afterwards, he became the minister of foreign affairs of the British Empire. I think that it should be a coincidence that a figure like Lord Curzon proposed the

7. Said writes that Orientalism is «rather a distribution of geopolitical awareness into aesthetic, scholarly, economic, sociological, historical and philological texts» (1978, p. 12). Here I propose to extend the argument to international relations policy making procedures and formulation of conflicts. 8. The introduction by Özsoy (2007) states that the idea was proposed by Lord Cur- zon himself. However Yıldırım (2006) shows that the idea was already clinging be- fore the Lausanne Conference however no one had proposed a compulsory exchange. 340 ______La pervivencia colonial plan of the population exchange to be mandatory. Because later on, on the verge of India independence, Pakistan and India would face the same fate; partition of countries on the basis of religion. These impe- rial policies of the British Empire in 20th century served for the crea- tion of religion9 between modern nation states. The Ottomans distinguished the peoples they dominated mostly on the basis of their religion. This has been referred as the millet system and it was sustained through religious communities; in cases of Christians via the church. The attempts to dismantle citizenship on basis of communities and introduce universal citizenship started in the 19th century but mostly failed and resulted in dissolution of the empire with other dominant factors. Thus a strong influence of na- tionalism based on a new Turkish identity, among the state bureau- crats and intellectuals came to dominate the ideas of the pre-nascent Turkish state. However, the only factor that could start a modern na- tion building process seemed to be of religious affiliation which was known to the state. The beginning of 20th century also has witnes- sed one of the first general censuses of the Greeks in the empire re- gistering the population and their whereabouts. All these factors physically enabled the Turkish state to carry out such population ex- change. But how were the conditions in which Ottoman Greeks lived? How were they organized and what occupational tendencies did they possess in the community? First of all, they can be divided into two classes in order to examine better: the peasants and the city dwellers. The peasants were scattered around different regions in Anatolia. Most of the population that was forced to leave was composed of the- se peasants. Secondly, the Greek population was concentrated in big trading port cities. Greeks in the cities were usually bankers, traders, merchants, light industrialists or artisans of different sorts. The same schema of social classes also applies for Muslims living in Greece. For example in 1912, just before the Great War, half of the doctors in the Ottoman Army were Greeks. The economic efforts of the Greeks also helped the empire to strive against its industrialized European

9. I take use of religion in the international arena by the modern states to be distinct from its earlier uses and I refer to creation of religion as a category to define groups of people, nations vis-a-vis the other. The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925 ____ 341 competitors. Greeks, along with Armenians and Jews, held strong web of economic relations throughout the Mediterranean and exten- ding as far as Manchester, England, where they were cooperating with the British textile industry. The condition of the Ottoman Greeks and their economic position would tell that Ottoman Greeks would uphold the desire of unification with Kingdom of Greece as a primary concern. Their commercial ties indicate that they had been enjoying a domination of economic privileges by controlling the resource flow from Anatolian hinterland, which European merchants could not se- cure. The Ottoman Greeks permeated all sectors of the economy in the age of nationalism and had previously formed commercial webs throughout the Mediterranean.10 Despite the relatively peaceful economic coexistence prior to the invasion of Anatolia by Greece, both Greece and Turkey started to see their religious minorities as dormant reasons for [or, inherent justification for] conflict when the Great War ended. This ideal was also accompanied by the belief that multi-ethnic and religious state leads to loss of national consciousness. Both sides wanted to cherish capitalism, development and industrialization, and the modernization theories of those times called for a national bourgeoisie class to emer- ge. It could be argued that both sides lacked an industrial capitalist class however this did not mean that they also lacked production of some sorts that would compete with European products in the market, which they surely did not. However the Great War almost destroyed every web of commercial link that remained. The population exchan- ge can be seen to have taken place within these developments and pu- blic mentality. Returning to the ideological positions, the mentality of creating a national industrial bourgeoisie could also be used to un- derstand the Armenian conflict in the late Ottoman history which en- ded up with the forced deportation of more than one million people. However historically these are shaky arguments that cannot be subs- tantiated due to this sole reason. Because the conflicts did not arise from economic disputes between differing social classes or between state and the bourgeoisie, they were political at the core. Yet, if we were to talk about a common denominator between the Armenian Ge-

10. The book edited by Gondicas and Issawi (1999) lay the great deal of information I chose to acknowledge in this text. 342 ______La pervivencia colonial nocide and the forced population exchange, we could argue that the very means that availed such demographical movements orchestrated by a centralized state lies in the late organizational history of the sta- te. The public census, the residues/remains/traces of the millet system and a centralized state bureaucracy that collected and registered data, used the very same data in order to carve out a political domination through sweeping of «unwanted» elements on the ground. For Gree- ce, they were the Muslims, for Turkey they were the Christians, irre- gardless of their ethnic and linguistic backgrounds. The first article of the agreement between Turkey and Greece wrote that every Muslim Greek subject and every Christian Orthodox Turkish subject were going to be exchanged and none of these emi- grants would be allowed to resettle in their old country unless the new country would allow them to do so. It was stated clearly that the po- pulation exchange was to be done on the basis of religion. However few issues did come up. For example, in the Mid-Anatolia a Turkic tribe had converted to Christian Orthodoxy long time ago and they were never considered as Greeks even though the Ottoman legislation allowed them to handle themselves under the same Church. These pe- ople were called Karamanli’s. They were praying in Turkish, writing Turkish using the Greek alphabet and living under Turkish rule mostly as peasants and artisans. Some deal of dispute took place bet- ween Greek and Turkish officials, on whether these people should be a part of the exchange or not. Finally, it was decided that they be a part of the exchange. The prime minister of Greece is Konstantinos Karamanlis, with his family name indicating his origins and for this study it confers that the establishment of Greek identity based on re- ligious origins have been consolidated to a great extent. A good coun- ter-factual argument would be that Turkey, for instance, has never had prime minister or presidents of Alevi sect of Islam. We have seen that a prominent Orientalist, Lord Curzon, was one of the people who came up with the idea to displace two million people assuming (solely on the basis of their religion) that they thre- atened stability and were at risk of being assimilated by the majority. I believe this detail of history provides an extraordinary clue on why Arab Christian Orthodox subjects of the Turkish Republic were not included in the population exchange. Even though the agreement qui- te clearly indicated that the population exchange was to be done on The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925 ____ 343 the premises of religion, it was not applied to the Arabic speaking pe- asants of the Mid-South Anatolia. So the question is not about why the Arabs were left behind, but why they were not wanted. Up until this point, the examples proved to have no racial prejudice, irregard- less of the maternal languages but this very peculiar example compels every scholar to go back and revisit Orientalism and its impact on the making of the East Mediterranean. How come Christianity applies to Turkish or Greek speakers but not to Arabs? Is this also related to our conceptualization of contemporary Arabs and their religious disposi- tions? I believe the history of the population exchange is a tiny part of these two great questions that modern scholars are after in order to bring about an answer. And the literature tells us that Arab minorities in Turkey have been treated in accord with this exclusion; they beca- me subject to vigorous assimilation politics resulting in many of them to flee to Syria or Europe only leaving a few left behind.

International Relations: Conflict Ridden History

The peace agreement, the population exchange, change of policy in Greece and peaceful diplomacy of young Turkish Republic brought the years of peaceful coexistence between Turkey and Greece. The prospect of a new war in Europe perpetuated the peaceful environ- ment, leaving aside a century of dispute between two East Mediterra- nean countries. The memories of people living together in peace were still fresh, to the extent that when Greece was invaded by the Nazi Germany, many Greeks from the nearby islands fled to Turkey where they were welcomed by their old neighbors.11 But after a couple of peaceful decades the tension grew once more over the issue of Cyprus. After the Second World War, the Bri- tish Empire was forced to retreat from many of its colonies; however, they still wanted their strategically crucial bases in the East Medite- rranean. Turkey and Greece were not directly involved with the con-

11.I have witnessed accounts on continuation of visits between the Greek island Xios and Turkish port Çe¸sme in which families keep the bond their grandparents for- med despite not having a language in common. 344 ______La pervivencia colonial flict but as soon as the British left, both nations assumed guarantors- hip of the population. In 1955, the news of arson from Thessalonica regarding Atatürk’s house caused turmoil in Turkey. The government had secretly organized the attack and a mass organization. Following the attack, the organized mass mobilization soon took out of their control. It is argued that the purpose of the government was to gain national support over the issue of Cyprus in order to present the con- flict as a must for the Turkish society in front of the international community. However, the events that later became known as The 6-7 September Events left more than a dozen non-Muslim dead, caused unprecedented damage to non-Muslim property, and was accompa- nied by rapes and other forms of assault. These events forced many Christians in Istanbul, who were excluded from the population ex- change under the entitlement of established,12 to flee. And this va- cuum helped the Turkish state to further consolidate a national bour- geoisie class by gradually stripping away the last remaining pieces of capital and artisanship from the non-Muslims. From a certain critical perspective of political power and agenda, these attempts do seem like a programmed maneuver of displacing Christians. Because also in 1942, a property tax was introduced for the war effort; while Tur- key was striving to stay neutral. However the property tax was ap- plied to non-Muslim and partially to converted subjects, forcing them to sell their property in order to pay the taxes or be sent to forced la- bor camps. The result was a huge transfer of property to the Muslim population. The conflict in Cyprus was exacerbated when Turkey decided to intervene and occupy the northern side in 1974 in order to protect the Muslim population. The conflict is still unresolved. But we follow the history of the conflict and see how Turkish and Greek state acted in the international arena; we will see the impact of the population ex- change. Turkey and Greece both accept universal citizenship and both have Christian and Muslim populations that were kept intact despite the population exchange according to the agreement. So logi- cally, it should be expected of these nations to protect the rights of their citizens and to approach to protect the rights of all people if it is a case like Cyprus which is composed of a community of different re-

12. The Treaty states in French as établis. The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925 ____ 345 ligions. However, when Turkey and Greece agreed to become gua- rantors of the peace and unity deal between two communities along- side the United Kingdom, their disposition rested on protecting a «Greek» or a «Turk» which was predefined through religion. This suggests that neither state anticipated that the communities in Cyprus would live together in peace. That is why I argue that Turkish side in- tervened on the behalf of the north, where the Turkish speaking Mus- lim people mostly live, not because Turkey was their guarantor, but due to the historical outcomes that Turkey and Greece produced jointly, that the construction of Turkish and Greek identity rested on an Orientalist conception of Turks and Greeks. The making of the East Mediterranean was the outcome of the conditions which created the forced population exchange. And the conditions that the popula- tion exchanges reified the political unities of Greece and Turkey.

Reclaiming Rights to Have Rights

The first question that must be addressed is that can nation-states, unitary or federal, protect rights of all their citizens? The first step to answer such a question should be to look in to what is the nation de- fined by the nation state. The nations defined by the Turkish and Gre- ek nation states are not the sole imagined communities but also pac- kets of group ontology for all subjects. So I argue that states that do have a history of failing to protect rights of their citizens are states that failed to establish cosmopolitan rights for all their citizens and Turkish and Greek states stands as cases that historically created an ontological distinction between their subjects regarding subjects’ po- sitions vis-à-vis the nation. But this neither implicates nor compells us to conclude impossibility to argue and ask for cosmopolitan civic rights for all in a nation state as a concept; yet it should make us abs- tain from a national state or state for the nationals. The obvious side of the beginning of the 20th century was the denationalization of peoples in vast numbers. Denationalization would indicate loss of all authority over the person and this authority made sure the protection of the person granting him or her the very human rights and liberties. Since the nation state was the supreme 346 ______La pervivencia colonial authority; once a group was rendered stateless, thus it became super- fluous eventually redundant. The population exchange denationalized all those who were subject to it; the moment that the people were in- cluded, their rights as a bundle were stripped away. The reports of the voyages, the state registries and academic literature all indicate, but do not conclude; the very fact that once a person was made part of the agreement, neither the authorities nor the polity respected or granted their rights. However, when I make use of the term right, «what is in- voked is a moral claim to membership and a certain form of treatment compatible with the claim of membership».13 So this right is correla- ted with membership to the polity and presence and the power of an authority to cancel this deal is what strikes us in the 20th century. My inclination towards reclaiming right to have rights stems from this understanding of the concept I borrow from Benhabib’s and most ba- sically Hannah Arendt’s work. The inner conflict of an authority over a polity such as the nation state is that when it is capable of depriving one’s rights of belonging to a group, it is in conflict with the fact that the authority exists to sustain the rights of those who belong to the group. The obvious must be rearticulated in the light of such argu- ments. The international system is based on nation states; however, no supreme sovereignty should be attributed to them. The state is not for the group that is ethically and ethnicly regarded as the nation; it is for all that is part of the community. Despite the fact that the nation state is the ultimate authority to choose, grant or deprive of mem- bership, it should not be forgotten that it also has the moral imperative to never let anyone in its territorial sovereignty to be stripped of their rights. The population exchange as the milestone of creation of Tur- kish and Greek identities in the 20th century must be reevaluated by historians, states and governments from each side instead of being used as the element of reification of Turkish and Greek nations. The possibility of reclaiming the right to have rights starts with the ac- ceptance of each and every individual, despite his or her group be- longing, is a part of the larger community and cannot be deprived of his or her membership as anyone pleases. And as such no historio- graphy should be a part of such attitude as to grant any one or any na-

13. Benhabib, Seyla, p. 56. The population exchange between Turkey and Greece from 1923 to 1925 ____ 347 tion state the capability of defining a group ontology carved out of the larger community and the capacity to deprive people’s off their mem- bership unlawfully.

Conclusion

The main concern of this article was to show behavioral tendencies of the nation states in the East Mediterranean regarding their approaches to inner conflicts and international problems. I presented a case in or- der to historicize this peculiar approach to the social groups and how their composition is evaluated by the authorities. I established a link between contemporary problems and historical dispositions towards already disputed problems in order to reach an argument on citizens- hip and right to have rights. Even though I do feel much of the work to substantiate my arguments is left out of this article, the current path I laid down and the grid I proposed to understand international con- flicts should shed some light to further understand East Mediterrane- an. As I reiterate «No Human is Illegal», I come to conclude this ar- ticle by hoping to remind that even our best guesses of who people are, lies with the history of them being «illegal» for some time.

PARTE V

LAS POLÍTICAS DE LA FRONTERA

17. El discurso político parlamentario en España sobre el control de fronteras: continuidades y rupturas (2000- 2009)

Belén Fernández Suárez1 Equipo de Socioloxía das Migracións Internacionais (ESOMI) Universidade da Coruña

Resumen

Este capítulo analiza el discurso político parlamentario español sobre el control de fronteras durante la VII (2000-2004) y VIII Legislatura (2004-2008). El discurso político como política de inmigración está condicionado por una serie de factores como son la agenda política, los medios de comunicación, la posición del actor político (gobierno, oposición y minoría parlamentaria), la ideología del partido, el con- texto en el que se produce el discurso, y el individuo responsable de dicho discurso. Estos elementos configuran la existencia de dos tipos de discursos predominantes acerca del control de fronteras en la polí- tica española, el discurso defensivo-paternalista y el discurso utilita- rista-humanista. En esta aportación, se estudiarán estos arquetipos y señalaremos que prácticas discursivas son continuistas y rupturistas en ambas legislaturas.

Palabras clave: inmigración, control de fronteras, análisis del discur- so, partidos políticos, parlamento, inmigración irregular, actores polí- ticos, lenguaje, ideología, políticas, opinión pública, medios de comu- nicación, reproducción social, gobierno, oposición, agenda política, metáforas, sociedad, electorado, España.

1. Para la realización de esta contribución académica he contado con una ayuda de Formación de Personal Investigador (FPI) del Ministerio de Ciencia e Innovación (BES-2006-12706). 352______Las políticas de la frontera

Introducción

En este capítulo analizaremos la construcción del discurso parlamen- tario en España en relación al control de flujos migratorios durante la VII Legislatura, comprendida entre el año 2000 y el 2004, y la VIII Legislatura, que se extiende desde año 2004 hasta el 2008. La inves- tigación sobre el discurso nos permite reflexionar sobre la relevancia de los mensajes, es decir, las palabras enunciadas, en las construccio- nes sociales significativas (Torfind, 1998). La importancia del estu- dio del discurso parlamentario, como parte integrante de la política española, reside en su potencial como práctica razonadora de crear o influir en la opinión pública y por extensión en la sociedad. Es decir, tiene la capacidad de generar cambios sociales, lo que es sinónimo de construcción, y a la vez, cuenta con poder para apuntalar un orden so- cial determinado, que equivale a potencial de reproducción social (Berger y Luckman, 1966; Foucault, 1992; Dijk, 2003). La comunicación individual y, en mayor medida, la colectiva —instituciones y los medios de comunicación principalmente— con- tribuyen a fijar las pautas de la convivencia y la participación refor- zando el consenso institucional en el que asienta una sociedad concre- ta, y creando de esta forma un universo simbólico (Berger y Luckman, 1966). En este esquema, el análisis del discurso cobra relevancia pues nos descubre el poder del lenguaje, y especialmente, del discurso po- lítico dominante ya que instaura visiones sobre la realidad, a la par que clasifica y define problemas sociales (Bourdieu, 1999). En este sentido, la presente investigación nos servirá para co- nocer cómo se piensa la inmigración desde las distintas ideologías representadas en el parlamento español, y en concreto, cómo se con- figuran los discursos acerca del control migratorio. El lenguaje em- pleado por parlamentarios suele presentarse como neutral en el senti- do de exponer los acontecimientos como objetivos y resaltar su lado más descriptivo; sin embargo, éste tiene una capacidad preformativa y colabora en la construcción, o deconstrucción, de aquello que apa- rentemente sólo nombra (Gil Araujo, 2007). El área de investigación sobre el discurso político parlamentario acerca de la inmigración dentro del marco del análisis del discurso se va consolidando en España con estudios como los realizados por Ri- bas Bisbal, 2001; Zapata y Dijk, 2007; Gil Araujo, 2007; Márquez El discurso político parlamentario en España sobre el control de la frontera ___ 353

Lepe, 2007; Zapata, 2008; y Zapata, González y Sánchez, 2008. En consonancia con estas aportaciones, en este capítulo observaremos el discurso político parlamentario sobre el control de los flujos migrato- rios, y más concretamente en el control de las fronteras españolas, por el papel relevante que juega España como frontera Sur de Europa en dicha contención de los flujos migratorios. La alocución sobre control de fronteras es predominante en la producción discursiva institucional acerca de la inmigración de los organismos comunitarios en detrimento de debates sobre acomoda- ción y relación con terceros países (González, 2008). Mientras que en España la discusión sobre control fronterizo ocupa un lugar predomi- nante en el debate parlamentario durante las últimas tres legislaturas (1996-2008), pero su producción no supera en ningún caso el 30 por ciento del discurso sobre inmigración, siendo más relevante los temas relacionados con la acomodación, en este sentido, se invierte la ten- dencia europea (Sánchez Montijano, 2008). No obstante, los discursos políticos y parlamentarios sobre in- migración en España están condicionados por un entorno político global en el cual priman las posiciones restrictivas en la entrada y el incremento de recursos en el control de fronteras, como sucede en el caso estadounidense con la frontera México-Estados Unidos (Cor- nelius y Salehyan, 2007) y en el caso europeo, donde la influencia de los partidos radicales de derecha ha provocado que los partidos tradi- cionales de izquierda y derecha se hayan movido a la derecha en te- mas de control de fronteras, y por lo tanto, han ubicado este debate en la agenda política y mediática (Thränhardt, 1995). En esta reflexión hemos considerado las intervenciones políti- cas realizadas durante el período señalado (2000-2008) en el plena- rio del parlamento en la Cámara Alta y en la Cámara Baja; en las co- misiones parlamentarias de Interior, Trabajo e Inmigración/Trabajo y Asuntos Sociales, y en la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo encargadas del trabajo legislativo y de realizar la función de control al gobierno durante la duración de las legislatu- ras. En el análisis podemos ver la importancia de contextualizar los discursos parlamentarios sobre inmigración para averiguar el cómo o los contextos conceptuales, es decir, con que temáticas se relacio- na el control de fronteras; el dónde o los contextos procedimentales, que hace referencia a qué tipo de escenarios se produce el debate, en 354______Las políticas de la frontera el pleno o en comisión; y cuándo, que se refiere a los momentos tem- porales en los que se produce el debate en cuestión (Márquez Lepe, 2008). Este período se ha seleccionado por dos cuestiones de suma rele- vancia en el debate acerca del control de fronteras por parte de los par- lamentarios españoles: la etapa de mayor intensidad en la llegada de flujos migratorios a España, caracterizándose éste por su irregulari- dad, lo cual, ha generado una preocupación política por la gestión del control fronterizo; por la riqueza discursiva a raíz del intercambio de roles entre gobierno y oposición a raíz del cambio de gobierno de mar- zo de 2004; y por la mayor presencia a partir del año 2000 de este tema en la agenda política, es decir, la inmigración pasa a ser uno de los asuntos de los que debe ocuparse el gobierno, convirtiéndose en un elemento de fuerte confrontación política a raíz de la ruptura del con- senso entre los grandes partidos españoles y en uno de los principales problemas de los españoles según los Barómetros de opinión elabo- rados periódicamente por el Centro de Investigaciones Sociológicas (Delgado, 2007; Méndez, 2007). Para conseguir profundizar en el investigación es necesario con- textualizar o describir los rasgos definitorios de la plática sobre la in- migración en España, centrarnos en las especificidades o matizacio- nes sobre el corpus lingüístico que define los enunciados políticos en un tema como es el de control de fronteras, y finalmente, señalar aquellos puntos de continuidad y de ruptura en el discurso de control de fronteras de los diferentes actores políticos en el nuevo escenario gubernativo abierto a comienzos del año 2004.

Los rasgos definitorios del discurso político sobre la inmigración en España

El lenguaje tiene un gran potencial en el campo político, pues al fin y al cabo las políticas públicas guardan en sí mismas un carácter argu- mentativo, son finalmente sustentadas por el discurso, y la comunica- ción exitosa de las premisas que sostienen dichas políticas es esencial en la legitimación social de las mismas (Majone, 1992). El discurso político es percibido como una política en sí misma, otorgándole al El discurso político parlamentario en España sobre el control de la frontera ___ 355 lenguaje la misma categoría que a la acción, a lo cual se le ha deno- minado política del discurso (Zapata, 2008). En España, la construcción de un discurso político (discourse- building) sobre inmigración es un proceso incipiente en el que priman los argumentos defensivos, es decir, aquellos que perciben la inmigra- ción como problema a resolver o como realidad ante la cual se debe actuar. Estas premisas políticas están en permanente proceso de re- troalimentación con la comunicación mediática que en líneas genera- les, se define por la conceptualización de la inmigración en términos de subalteridad, lo cual provoca la transmisión de representaciones culturales negativas que estigmatizan a los inmigrantes pues refuer- zan estereotipos sociales (Nash, 2005). Estos rasgos generales sobre el discurso político sobre la inmi- gración son recurrentes en el debate parlamentario en España. Aun- que, los actores políticos, en este caso, los partidos con representación parlamentaria, se sitúan en un continuum heterogéneo de posiciones que deriva entre un discurso defensivo-paternalista y un discurso uti- litarista-humanista. Este intento de definir el discurso en estas cate- gorías, no implica la existencia de matices en los posicionamientos y la alternancia de mensajes emitidos por los actores analizados depen- diendo del rol representado en cada período legislativo que deriva del juego entre gobierno y oposición. Por discurso defensivo-paternalista se definen aquellas inter- venciones que conciben a las personas inmigrantes como un proble- ma social, y por lo tanto, esta percepción genera una visión de la al- teridad como amenaza para la seguridad interna de un estado, a la par, que este discurso tiende a concebir las personas no-nacionales como víctimas permanentes de la delincuencia internacional, y por lo tanto, son personas sin voluntad propia en la toma de decisiones sobre su proyecto migratorio. Este modelo discursivo concreto, no es propiedad exclusiva de una determinada ideología, es un discurso ciertamente transversal. Si bien es cierto que es más frecuente en partidos políticos con un idea- rio de centro-derecha, especialmente, el que hace referencia a la par- te defensiva del discurso. No obstante, el discurso paternalista es una constate, y vemos como partidos de izquierdas también se hacen aco- pio del mismo. Por discurso utilitarista-humanista se entiende a la inmigración 356______Las políticas de la frontera como un factor positivo en términos relativos, siempre vinculando la misma al impacto provechoso sobre factores económico-laborales o demográficos en la sociedad de destino, y no como una riqueza en si misma, es decir, en términos absolutos. La llegada de inmigrantes sue- le entenderse como una consecuencia directa de las desigualdades en el reparto de la riqueza en el mundo actual, lo que provoca cierta con- cepción autocomplaciente de las sociedades de acogida como socie- dades solidarias e igualitarias. Este tipo de declaraciones parlamentarias son más comunes en- tre fuerzas progresistas, sin embargo, en determinados momentos este tipo de discurso puede ser utilizado por fuerzas conservadores en el juego político de control de la actividad parlamentaria. Aunque el rol de oposición parlamentaria puede incidir a la hora de defender posi- ciones más humanistas por parte de partidos alejados de una ideolo- gía política de izquierdas. A esto hay que añadir que el contexto tam- bién influye en gran medida en el discurso, lo que significa que, las declaraciones parlamentarias realizadas en la Comisión de Coopera- ción Internacional para el Desarrollo tendrán un tinte más marcado por enunciados utilitaristas-humanistas que las exposiciones que rea- licen los mismos actores políticos en la Comisión de Interior, o en el propio debate plenario en el Congreso o en el Senado.

Matizaciones sobre el discurso político parlamentario en materia de control de fronteras

En la fijación de posiciones, y en el debate político parlamentario do- minante durante la VII y la VIII legislatura, encontramos una serie de factores que tercian en los enunciados de los partidos políticos en re- lación a la política de control de fronteras. Aunque los parlamentarios son las voces de sus partidos políti- cos, y por extensión de las ideologías sobre las que descansan los mismos, los diputados son capaces de influenciar o diversificar el dis- curso de estos partidos. En el período considerado, los posiciona- mientos sobre extranjería han madurado, y algunos de estos avances se deben a los propios emisores del mensaje. Es más, características como la experiencia, la formación y la sensibilidad hacia el tema de El discurso político parlamentario en España sobre el control de la frontera ___ 357 los parlamentarios son importantes a la hora de construir un discur- so coherente. La posición jerárquica que el emisor ocupa en el partido condiciona un discurso con mayor grado de ideologicismo o más téc- nico-teórico. Pero en términos generales, nos encontramos con que los con- textos procedimimentales, es decir, los diversos escenarios en los que se produce el debate, bien sea en pleno o en comisión, afectan en gran medida a la forma y contenido de los mensajes emitidos por los par- lamentarios (Márquez Lepe, 2008).Esto se hace extensible al contex- to en el que se realiza la discusión, lo que significa que con frecuen- cia los debates en el pleno del Congreso de los Diputados finalizan en discusiones entre las cabezas visibles de los partidos representados, lo que provoca un mayor grado de demagogia en las declaraciones y de polarización de las posiciones. En las comisiones podemos ver un discurso más técnico y más expositivo hacia los principales asuntos en temas de control de fronteras, aunque, hay períodos en que el en- frentamiento partidario puede extenderse a todo el sistema parlamen- tario y recrudecer la dialéctica de confrontación, lo que viene justifi- cado por la importancia que ejerce sobre el discurso los contextos temporales en el que se produce el mismo, como por ejemplo durante el debate de la normativa sobre extranjería en el año 2000. Siguiendo esta línea argumentativa, conviene señalar que, en general, en las co- misiones la información suele ser más densa y concreta, que la que pueda recogerse durante la celebración de plenos en el Congreso y en el Senado. Los distintos roles jugados en estas legislaturas por los partidos mayoritarios en España han provocado una alternancia en la asunción del discurso «institucional» de lucha contra la inmigración ilegal y de eficacia en el control de fronteras por parte del partido gobernante, aún así, predomina cierto el acerbo ideológico en la toma de posicio- nes de los partidos. Pero se asume la responsabilidad de gestión de las fronteras por el partido gobernante, y por lo tanto, se busca una ma- yor eficacia en este objetivo político (Izquierdo y Fernández, 2009). Sin embargo, hay cierta movilidad en los discursos entre gobierno y oposición en temas concretos como pueden ser la mayor preocupa- ción por las consecuencias del control de fronteras en los partidos en la oposición (situación de los centros de internamiento, muertes en las travesías marítimas, etc.). 358______Las políticas de la frontera

Finalmente, el análisis ratifica la importancia en el discurso de los contextos conceptuales, es decir, con qué temáticas se relacionan las políticas de control de fronteras (Márquez Lepe, 2007). Esta mati- zación puede percibirse de forma clara en la variación de los discursos sobre control de fronteras en las distintas áreas de acción guberna- mental, es decir, podemos encontrarnos con posiciones más defensi- vo-paternalistas en la Comisión del Interior frente a discursos más utilitaristas-humanistas en las Comisiones de Trabajo y Asuntos So- ciales y Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Rupturas y continuidades discursivas en materia de control de fronteras entre los principales partidos políticos

La competencia en materia de control de fronteras, debido a la firma de España del Tratado de Schengen en el año 1991, es cada vez más una responsabilidad europea, hecho que en el caso de España, adopta un cariz especial pues sus fronteras también coinciden con las de la propia Unión Europea. La frontera Sur de Europa, formada por Espa- ña, Italia y Grecia, ha sido puesta como ejemplo de ineficiencia por parte de otros estados miembros, y por lo tanto, ha provocado un ma- yor debate interno en estos países a raíz de la presión política externa. Esto ha suscitado que parte del discurso de argumentación y de legi- timación de las políticas de control de fronteras repose en legislacio- nes o medidas comunitarias. Pero, todavía el margen de actuación en este campo para las políticas nacionales es lo suficientemente amplio como para que existan ciertas diferencias entre países europeos. El discurso sobre control de fronteras puede caracterizarse por su lenguaje técnico-tecnológico y su narrativa discursiva. Este uso lingüístico neutral sirve en gran medida para legitimar las medidas políticas puestas en marcha para luchar contra la inmigración irregu- lar. En el debate parlamentario sobre control de fronteras es usual la utilización de imágenes retóricas y mensajes dramáticos sobre las consecuencias de dicha travesía del inmigrante para acceder al terri- torio español, pero siempre referidas a las fronteras marítimas espa- ñolas, en detrimento de las entradas masivas por vía aérea que gene- El discurso político parlamentario en España sobre el control de la frontera ___ 359 ran menos atención por parte de los políticos. Esto también refuerza la gran conexión existente entre medios de comunicación y realidad política en España. Estas citas pueden ser un buen ejemplo de lo ex- puesto:

Hoy existe una percepción, que no obedece a la realidad, desde mi pun- to de vista, que asocia ese drama humanitario a un alud, a una avalan- cha, a la devolución, al conflicto, a la repatriación, a la invasión inclu- so. Y la distancia entre la realidad y la percepción se debe a que algunos partidos políticos —y me atrevo a decir que incluso algunos medios— lo que hacen es intentar describir lo que se vive en Canarias como una invasión cuando todos sabemos que el pasado fin de sema- na, en el momento más álgido de la entrada de inmigrantes en Cana- rias, han entrado muchos menos inmigrantes por Canarias que por Ba- rajas, cuando todos sabemos que la cifra máxima de inmigrantes que entrarán por Canarias este año será de 25.000 o 30.000 personas y que, en cambio, van a entrar entre 500.000 y 600.000 personas, de forma irregular, por las fronteras aéreas y terrestres. (16/6/2006, Pleno del Se- nado, Herrera Torres, Izquierda Unida)

Respecto al control de fronteras y lucha contra la inmigración irregular, los análisis […] denotan una creciente participación de grupos mafio- sos, de crimen organizado en el control del fenómeno de la inmigración irregular. […] la inmigración debe ser tratada con toda la solidaridad posible con la pobre gente que trata de acceder a nuestras fronteras en las pateras, pero también debe ser tratada con toda la contundencia des- de el punto de vista de la respuesta del Estado frente a las mafias que controlan la inmigración ilegal. (17/5/2005, Comisión de Interior, Alonso Suárez, PSOE)

El discurso parlamentario relacionado con el control de fronteras sue- le provenir de aquellas intervenciones de responsables del Ministerio del Interior. Esto provoca que las palabras escogidas para referirse a la inmigración irregular estén plagadas de metáforas bélicas como «asalto», o «invasión», pero la metaforización aplicada a las migra- ciones para caracterizarlas como fenómeno inquietante y preocupan- te es una característica del discurso hacia las migraciones en su con- junto. Las figuras que evocan términos bélicos muestran el peligro de la propia inmigración, y como tal amenaza, la respuesta debe darse en ese mismo campo de batalla, es decir, aparecen las medidas de im- 360______Las políticas de la frontera permeabilización y fortificación de las fronteras (Santamaría, 2002). A este tipo de metáforas hay que sumarle las de carices acuosos o hí- dricos relacionadas en cierta medida con la llegada de inmigrantes a las costas españolas, por lo que es frecuente el uso de términos como «tsunami», «alud», «riada» o «avalancha». Como ejemplo de este tipo de utilizaciones podemos señalar las siguientes citas textuales:

Mientras existió en la frontera la alambrada militar, el ejército se des- plegó ampliamente en toda su extensión para evitar intrusiones, pero pronto se reveló como una situación inadecuada para hacer frente a una nueva realidad […] como conocen sus SS.SS., se experimenta un nota- ble incremento de las tentativas de entrada masivas con fuerza y sin- cronizadas […] estas entradas se han recrudecido produciéndose […] 21 intentos de entrada sincronizada con fuerza. (28/9/2005, Comisión de Interior, Camacho Vizcaíno, PSOE)

Es evidente que la Unión Europea y España no pueden asumir a todos los desheredados de la tierra, pero también es verdad que todavía tene- mos un cierto margen de maniobra y no es menos cierto que Europa y España estén llenas o que no quepa ya más gente […] Por lo tanto, hay que acabar con la idea de la invasión extrajera […] Es moralmente re- chazable y políticamente peligroso meter miedo a la gente con una in- vasión de inmigrantes ilegales si esos inmigrantes son, a la vez, explo- tados por empleadores inhumanos. (18/12/2002, Comisión de Justicia e Interior, Rejón Gieb, Izquierda Unida)

Por último, en el discurso político de las Cortes españolas sobre el control de fronteras es habitual el argumento de la corresponsabilidad por parte de la Unión Europea y de los países de origen y tránsito de los inmigrantes, y por lo tanto, las principales medidas van destinadas a la externalización de las fronteras. En este sentido, ha primado el clima de colaboración en el período 2004-2008 en cuanto a la firma de acuerdos diplomáticos con terceros países frente al de culpabiliza- ción del gobierno anterior hacia los países de tránsito. Hasta ahora nos hemos centrado en las continuidades discursi- vas definen los posicionamientos sobre el control de fronteras de los parlamentarios españoles. Pero, a continuación analizaremos la rup- tura discursiva que se produce a raíz del cambio de gobierno en el año 2004 que provoca la salida del partido conservador del ejecutivo y la El discurso político parlamentario en España sobre el control de la frontera ___ 361 entrada del partido progresista. En líneas generales, la permuta se produce en la intensidad de la utilización de la inmigración como ele- mento de confrontación política y por lo tanto, como discurso públi- co del partido gobernante. Durante el gobierno de mayoría absoluta del Partido Popular proliferan los debates parlamentarios acerca de la inmigración y esta temática es utilizada de manera electoral para atraer a determinados votantes. Mientras que, la VIII Legislatura se define por un perfil bajo en la utilización de la inmigración como dis- curso político, es decir, el Partido Socialista Obrero Español no ha concedido especial importancia a la emisión de mensajes en esta po- lítica sectorial frente a otras áreas del gobierno (Delgado Godoy, 2007). La gran ruptura en la argumentación sobre esta temática en es- tas dos legislaturas es que para el Partido Popular las políticas de in- migración tenían como objetivo central la lucha contra la inmigración irregular, y ello aparecía constantemente reflejado en su declaracio- nes en las Cortes; y para el Partido Socialista Obrero Español, las po- líticas contra la inmigración irregular y de reforzamiento de las fron- teras continuaron el sendero marcado por el gobierno anterior y fueron un fiel reflejo de los planteamientos europeos, sin embargo, el discurso sobre inmigración se centró en las políticas de integración y en la visión de la misma como un proceso global cuyas causas se de- rivan del desigual reparto de la riqueza mundial. El desarrollo de po- líticas de antidiscriminación y proinmigración está muy ligado a par- tidos liberales de izquierda, lo que da margen para que la derecha ocupe las posiciones más restrictivas (Givens, 2007). Podemos pues resaltar la permuta de un discurso dominante de tipo defensivo-paternalista entre 2000 al 2004, en el que la visión del extranjero se asocia a ser víctima de redes de delincuencia, que por lo tanto, se encuentra desposeído de su voluntad migratoria y engañado. Y pasamos a una visión de la inmigración más estructural donde los extranjeros buscan mejores oportunidades en la tierra prometida, son inmigrantes emprendedores que huyen de un reparto desigual de la ri- queza, se trata pues de una visión de la inmigración de tipo utilitarista- humanista. Si en ambos períodos las prédicas de control de fronteras han es- tado vinculadas a las decisiones en el marco de la Unión Europea y han buscado la vía diplomática y de cooperación al desarrollo para 362______Las políticas de la frontera vincular a los países emisores y de tránsito de las migraciones clan- destinas, podemos ver un cambio en que durante la VII Legislatura se ha empleado con mayor énfasis una dialéctica de confrontación con los países emisores y de tránsito, frente a la incentivación de la di- plomacia como solución para la cooperación de dichos países en los procesos de control de fronteras.

Breves conclusiones

El discurso sobre inmigración es una política en sí misma, en ocasio- nes, independiente de la política real en materia de extranjería. El mensaje parlamentario puede alejarse de las medidas políticas pues- tas en práctica (Brunsson, 1989). Los enunciados sobre control de fronteras realizados por nues- tros parlamentarios se caracterizan por su homogeneidad en relación a una serie de ítems, como son el uso de metáforas bélicas o hídrico- acuosas para referirse a la llegada de inmigrantes clandestinos a las costas españolas remarcando en ellas la necesidad de defenderse fren- te a esta amenaza simbólica. Estas metáforas suele ir acompasadas de un discurso dramático sobre la realidad de las sociedades expulsoras y sobre el propio viaje migratorio (Bañón, 2007). Es constante el re- curso a la victimización de la inmigración, y por lo tanto, son fre- cuentes las actitudes paternalizadoras ante esta problemática. El discurso cambia y se transforma en relación a una serie de elementos coyunturales como pueden ser el propio emisor, es decir, el individuo juega un papel importante; la jerarquía que ocupa el emisor en el seno de su propio partido; el escenario parlamentario en el que se produce el mismo, bien Comisión o Pleno, nos señala un discurso más ideológico o más técnico reflexivo; y a esto debemos añadir, el rol que juega el actor político en el parlamento: de gobierno, oposi- ción o minoría parlamentaria. No obstante, el cambio gubernativo del año 2004 ha provocado un giro en los enunciados, pasando de unas connotaciones más defen- sivo-paternalistas a una visión más utilitarista-humanista. De las con- notaciones delictivas y de los inmigrantes como víctimas de las ma- fias internacionales pasamos a la llegada de inmigrantes víctimas de El discurso político parlamentario en España sobre el control de la frontera ___ 363 la pobreza y, asediadas por la desesperación y el hambre. Pero lo más relevante de este cambio político ha sido sin duda la baja intensidad del discurso sobre control de fronteras que se ha producido en el go- bierno socialista durante los años 2004-2008 frente a la constante uti- lización de la inmigración irregular y del control de fronteras en el úl- timo gobierno de Aznar para movilizar electoralmente a aquellos sectores que pedían medidas más restrictivas en el control de flujos mi- gratorios. El discurso utilitarista-humanista refuerza la visión del inmi- grante como trabajador y a la par intenta sensibilizar a la opinión pú- blica sobre la desigualdad en el reparto de la riqueza en el mundo. Sin embargo, los análisis de las percepciones de los ciudadanos señalan que los discursos pro-inmigración se encuentran básicamente condi- cionados por factores ideológicos, lo cual supone una cierta desven- taja hacia argumentos contrarios a la inmigración que pueden verse influenciados por otro tipo de factores como son la marcha de la eco- nomía, los propios intereses del afecto y la ideología de las personas (Wilkes, Guppy, y Farris, 2008). Y si el mensaje parlamentario puede cambiar propiamente en boca del mismo emisor, esto puede provocar cierto desconcierto so- cial, pero lo innegable es que con posterioridad a las elecciones ge- nerales de marzo de 2008 se ha producido dicho punto de inflexión en el discurso del socialismo. El discurso ha mutado de una forma más rápida que las propias medidas desarrolladas por el aparato legislativo y ejecutivo. Simplemente, la constatación de la escasa fortaleza de discurso utilitarista-humanista, a raíz de la campaña electoral de 2008, ha provocado un acento en la visión utilitarista de la inmigración de- jando apartado el humanismo para mejores tiempos económicos y para valores más posmodernos que la sociedad española va acep- tando con cierta parsimonia. La importancia de analizar el lenguaje radica en el valor de anticipación que este posee sobre cambios más estructurales y futuros en las políticas planificadas en cuanto a la ges- tión de la inmigración en España.

18. ¿La desinformalización de la frontera? Evolución de la dinámica territorial en el entramado fronterizo Ceuta- Fnideq

Xavier Ferrer-Gallardo Universitat Autònoma de Barcelona, Departament de Geografia, Nijmegen Centre for Border Research, Radboud University Nijmegen

Introducción

Esta contribución aborda la evolución de la dinámica de interacción que discurre entre las ciudades norteafricanas de Ceuta (España) y Fni- deq (Marruecos) —desde el ingreso de España en la Unión Europea. El texto explora las perspectivas de desarrollo en la región abiertas por el despegue económico de Marruecos y, en particular, por la imple- mentación de proyectos económicos e infraestructurales de gran ca- lado en el norte del país. En primer lugar, el texto repasa el proceso general de reconfiguración de la frontera hispano-marroquí iniciado en 1986. A renglón seguido, explora la evolución de la dinámica te- rritorial en el escenario Ceuta-Fnideq desarrollada bajo el influjo del proceso de reconfiguración. Se subrayan los cambios experimentados en el ámbito del comercio irregular y el trabajo transfronterizo. En su parte final, el texto destaca la emergencia de nuevos parámetros de interacción transfronteriza y se interroga sobre la necesidad de ahon- dar en el proceso de «desinformalización económica» del entramado territorial fronterizo y en las prácticas de cooperación transfronteriza.

Las tres dimensiones de la refronterización hispano-marroquí

La evolución de la dinámica de interacción transfronteriza entre las ciudades de Ceuta y Fnideq se enmarca en el contexto de reconfigu- ración geopolítica, funcional y simbólica de la frontera hispano-ma- 366______Las políticas de la frontera rroquí iniciado tras el ingreso de España en la UE (Ferrer-Gallardo, 2008). A continuación se repasan sintéticamente los principales ras- gos de las tres dimensiones del proceso de refronterización.

Refronterización geopolítica

Desde 1986 la frontera hispano-marroquí es también parte constitu- yente de la frontera exterior comunitaria. Desde entonces la frontera nacional clásica entre los Estados español y marroquí coincide con un segmento del perímetro de la UE: un contenedor territorial de carác- ter post-nacional. Este contexto de superposición de líneas territoria- les invita a reflexionar sobre las comunalidades que existen entre el paisaje fronterizo colonial y el poscolonial. Pueden establecerse al- gunas comparaciones entre la imagen del lebensraum (nacional) es- pañol en el norte de África en el contexto colonial (véase González Alcantud y Martín Corrales, 2007; Nogué y Villanova, 1999) y la imagen del espacio político-económico Euro-Mediterráneo impulsa- do por las instituciones comunitarias. Los dibujos del Proceso de Bar- celona/Unión por el Mediterráneo y del «anillo de amistad» promo- vido por la Política Europea de Vecindad entrañan ciertas similitudes con la lógica de expansión geopolítica española durante los años del Protectorado. La analogía entre el paisaje colonial y el poscolonial evoca una frontera que, en el contexto de una cierta integración polí- tico-económica, sigue preservando una diferencia institucional clave entre unidades territoriales. El lema que parece anidar en el proceso de «Europeización» estimulado por la Política Europea de Vecindad, «todo menos las instituciones» (véase Bialasiewicz, 2009; Boedeltje y Van Houtum, 2008; Jones y Clark, 2008; Del Sarto y Schumacher, 2005), alberga los fundamentos de esta preservación de la diferencia.

Refronterización funcional

En lo que concierne a la dimensión funcional del proceso de refronteri- zación, cabe poner de relieve la existencia de una creciente divergencia entre las necesidades securitarias de la frontera exterior de la UE (véa- se Andreas, 2000; Berg y Ehin, 2006; Bigo, 2001; Broeders, 2007; Fer- ¿La desinformalización de la frontera? ______367 nández Bessa y Mazkiaran, 2008; Lahav y Guiraudon, 2000) y las exigencias mundialización del libre mercado. Por un lado, la frontera se permeabiliza ante los flujos de mercancías y de capital, a remolque de la globalización y de la gradual liberalización del espacio comer- cial Euro-Mediterráneo. Por otro lado, la frontera se impermeabiliza frente al flujo de algunos tipos de migración laboral. Los segmentos marítimos y terrestres de la frontera hispano-marroquí han sido re- forzados legal y físicamente con objeto frenar (selectivamente) a la inmigración (véase, por ejemplo, Zapata-Barrero y De Witte, 2007; Van Houtum y Boedeletje, 2008). El desarrollo del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) (Migreurop, 2004), la creación de FRONTEX (véase Illamola Dausà, 2008; Carrera, 2007; Jorry, 2007) y la fortificación de las fronteras de Ceuta y Melilla (Ferrer-Gallardo, 2007) constituyen tres pilares fundamentales del proceso de reconfi- guración funcional de la frontera. En sintonía con el espíritu general del régimen de gestión de la frontera exterior de la UE, la frontera hispano-marroquí está siendo gobernada sobre la base de criterios crecientemente selectivos.

Refronterización simbólica

En relación con la dimensión simbólica de la reconfiguración, la frontera hispano-marroquí puede ser descrita como un instrumento de creación de identidad nacional y posnacional. Con posterioridad a su europeización, el remarcaje simbólico de la frontera contribuye a la profundización y a la (re)producción de la identidad colectiva de la UE; de carácter posnacional y aún en fase embrionaria. En paralelo, este remarcaje también contribuye a la (re)producción de la identidad na- cional española. En cierto modo, los efectos colaterales del proceso de construcción de la Unión Europea pueden ser vinculados al legado excluyente de la formación simbólica de España posterior a la Re- conquista. En esta tesitura, la frontera hispano-marroquí se la puede ser entendida como un «productor de alteridad» con un fértil pasado y con fructífero presente. Marcar y reforzar la frontera con Marruecos (y consecuentemente reforzar la alteridad) ha sido utilizado históri- camente como una herramienta al servicio de la cohesión de la na- ción española. De forma similar, las tareas de «protección» y securi- 368______Las políticas de la frontera zación de la frontera exterior de la UE también juega un rol simbólico clave en proceso de forja territorial de la UE. Dichas tareas aumentan la homogeneidad de la emergente identidad socio-espacial de la UE.

(Dis)continuidades en el escenario fronterizo Ceuta-Fnideq

La reconfiguración general de la frontera hispano-marroquí ha dado lugar a la aparición de dos lógicas territoriales opuestas en el escena- rio Ceuta-Fnideq (Ferrer-Gallardo, 2010). Por un lado, un conjunto de prácticas y dinámicas territoriales acentúa la desintegración, la des- conexión, el alejamiento entre los dos lados de la línea fronteriza. Es decir, reúne fenómenos que ponen de relieve la discontinuidad terri- torial: las fisuras político-territoriales, los choques culturales e iden- titarios, las prácticas comerciales irregulares y las prácticas securita- rias destinadas a bloquear la movilidad de personas a través del perímetro fronterizo. Por otro lado, un segundo conjunto agrupa pro- cesos territoriales que sugieren la integración, la conexión y el acer- camiento transfronterizo. Es decir, aglutina factores que ponen de manifiesto la continuidad territorial: la existencia de un mercado la- boral y un espacio social transfronterizo, la consolidación y progresi- va desinformalización de un espacio económico que abarca ambos la- dos de la frontera, así como las crecientes potencialidades de la cooperación transfronteriza. En las líneas sucesivas se presentan dos de los elementos más relevantes citados en el párrafo anterior: en primer lugar, en el plano de la discontinuidad territorial, se aborda el fenómeno del comercio irregular en la frontera (la respuesta a la ruptura en la continuidad de la actividad comercial formal entre los dos lados del perímetro fron- terizo). En segundo lugar, en el plano de la continuidad territorial, se examina el componente transfronterizo del mercado laboral de la re- gión. La lenta decadencia del primero de los factores, unida a la fir- me consolidación del segundo, es indicativa de los cambios que azo- tan a la región. ¿La desinformalización de la frontera? ______369

Comercio transfronterizo

Un aspecto capital en las dinámicas fronterizas entre Ceuta y Fnideq viene determinado por el no reconocimiento del carácter comercial de la frontera por parte de Marruecos. El desacuerdo geopolítico entorno a la soberanía de Ceuta induce la discontinuidad de la actividad co- mercial formal. No obstante, a pesar de que no existe una aduana comercial oficial entre Ceuta y Marruecos y, por lo tanto, el paso de mercancías entre los dos territorios no es legal, una vigorosa activi- dad comercial —de carácter informal— se desarrolla alrededor del perímetro fronterizo (véase Ferrer-Gallardo, 2008; Moré, 2007; Pla- net, 2002; Gold, 2000; Chahboun y El Achhab, 1989). La pregunta sobre si el comercio fronterizo puede ser o no pue- de ser tildado de contrabando es compleja. Y sus respuestas dispares. En Marruecos el comercio transfronterizo es unánimemente tachado de contrabando. En Ceuta, en contraste, las definiciones tienden a adoptar fórmulas eufemísticas (comercio atípico, comercio fronteri- zo, comercio irregular, etc.). La utilización de estas expresiones al- ternativas no responde únicamente a la voluntad de maquillar la su- puesta ilegitimidad del comercio transfronterizo. En buena medida, esta práctica está fundamentada en la ambigüedad manifiesta por la que discurre la actividad comercial fronteriza. Dicha ambigüedad se cimienta sobre dos elementos: en primer lugar, un país reconoce la oficialidad de la frontera y el otro no. Y en segundo lugar, la toleran- cia con la que las autoridades (españolas y marroquíes) actúan frente a este fenómeno es notoria —hecho por el cual la esencia subversiva del concepto contrabando se ve desvirtuada. Así pues, se podría ar- gumentar que la actividad comercial entre Ceuta y Marruecos se de- sarrolla en el marco de una grieta abierta entre al legalidad y la ilega- lidad. En cualquier caso, resulta evidente que la actividad comercial que tiene lugar entre Ceuta y Marruecos constituye un motor econó- mico de notable importancia en la región. Las cifras relativas al volu- men de la actividad comercial, en consonancia con su esencia, son de carácter borroso. Des de la Cámara de Comercio de Ceuta se calcula que, a pesar de la inexistencia de una aduana comercial, hasta el 80 por ciento de las mercancías que llegan a Ceuta tienen Marruecos como destinación. 370______Las políticas de la frontera

Lógicamente no hay cifras oficiales porque no existe una aduana co- mercial. Entonces… estimamos que puede ser entre el 75 y el 80 por ciento de las importaciones de Ceuta…van para Marruecos. Fuera de ese detalle, pues no hay ninguna estadística de ninguna clase. (Luis Moreno, Presidente Cámara de Comercio de Ceuta)1

Un informe de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Marruecos del año 2002,2 cifraba el volumen de negocio del comer- cio a través de las fronteras de Ceuta y Melilla3 en 1.453 millones de euros. Según esta misma fuente, alrededor de 45.000 personas traba- jan en Marruecos en empleos vinculados con el comercio irregular (de los cuales, el 75 % son mujeres). Asimismo, el economista Iñigo Moré (2007, p. 60) indica que una estimación razonable del contra- bando de Ceuta y Melilla podría ser de 1.000 millones de euros anua- les. Una cifra que equivale a la mitad de las exportaciones declaradas en la frontera que circulan desde España hacia Marruecos. La génesis del enorme peso que tiene el comercio transfronteri- zo entre Ceuta y Marruecos coincide con el cambio experimentado por la estructura comercial de la ciudad de Ceuta durante la década de los 80. Dicho cambio se fundamenta en dos factores: la apertura de la verja de Gibraltar (1982) y el ingreso de España en la Unión Europea (1986). El restablecimiento del contacto transfronterizo en- tre Gibraltar y su entorno supuso la introducción de un importante factor de competencia. La estocada que la apertura de la verja repre- sentó para el entramado comercial de Ceuta se vio agravada por el descenso en los precios de las importaciones —y la consecuente pér- dida del diferencial de precios entre la península y Ceuta— que si- guió a la entrada española en la UE. La reducción de la ventaja com- parativa que tenía Ceuta respecto al resto del Estado a causa de su condición de Puerto Franco constituyó, pues, la segunda embestida importante para el comercio ceutí en la década de los 80. En este pa- saje de cambio, el mercado marroquí se consolida como una alterna- tiva y la maquinaria comercial ceutí efectúa un viraje hacia el sur. Tiene lugar la intensificación de una dinámica comercial transfron-

1. Luis Moreno (2007), entrevista con el autor realizada en Ceuta el 7/11/2006. 2. . 3. En relación al caso concreto de la actividad comercial fronteriza en Melilla, véa- se Aziza, 2006; McMurray, 2001; Driessen, 1999. ¿La desinformalización de la frontera? ______371 teriza que ya existía, pero que a partir de entonces se consolida como el motor económico de la ciudad y también de su entorno territorial inmediato. Mientras que desde Ceuta se subraya a menudo el beneficio eco- nómico que aporta el comercio transfronterizo, desde Marruecos en ocasiones se tiende a acentuar sus efectos negativos. Marruecos tole- ra el comercio fronterizo, pero, en paralelo, lo tilda de competencia desleal y de obstáculo al desarrollo económico marroquí. Frente a este panorama, una pregunta parece inevitable: ¿Por qué motivo las auto- ridades marroquíes permiten el desarrollo de la actividad comercial transfronteriza si ésta es, en primer lugar, ilegal, y en segundo lugar, perjudicial para los intereses económicos del país? La respuesta, sin duda compleja, pasaría por entender la opción del contrabando como una suerte de mal menor en contexto (en la actualidad cambiante) de depauperación económica, con ingentes bolsas de población en paro y con escasas perspectivas de mejora. Durante años ha existido en Marruecos la voluntad de poner coto a una actividad ilegal que perjudicaba los intereses económicos del Estado. Sin embargo parecía necesario hacerlo de un modo gra- dual, mediante la articulación de opciones económicas alternativas. Es decir, evitando que el remedio resultara peor que la enfermedad. Durante mucho tiempo el comercio transfronterizo, el contrabando, ha jugado un rol importante en la economía marroquí en tanto que elemento de substitución. A pesar de los innegables efectos negati- vos, también es cierto que durante años ha generado puestos de tra- bajo y ha permitido el acceso a bienes de consumo que difícilmente llegaban a Marruecos por otras vías. Cabe tener estos elementos en cuenta para comprender la tolerancia mostrada durante años por las autoridades marroquíes con respecto al comercio irregular. En cualquier caso, es importante poner de relieve que, en la ac- tualidad, el descenso de los aranceles en Marruecos y la apuesta por la transformación económica de las provincias del norte del país con- tribuyen de manera decisiva a la reconfiguración del peso, el sentido y el perfil de la actividad comercial transfronteriza entre Ceuta y Ma- rruecos. 372______Las políticas de la frontera

Mercado laboral transfronterizo

En términos generales, las dinámicas laborales entre Ceuta y su en- torno se caracterizan por el mismo esquema de importación de mano de obra no cualificada que preside las dinámicas laborales entre la Unión Europea y sus vecinos de más bajo nivel económico. De ma- nera progresiva, en Ceuta, los trabajadores extranjeros (marroquíes, en este caso) han ido ocupando las vacantes del mercado laboral no cubiertas por la mano de obra autóctona. El rasgo diferencial funda- mental —exclusivo de las ciudades españolas en el norte de África— viene determinado por el hecho que esta importación de mano de obra transcurre en el marco de unas coordenadas espaciales y tempo- rales más intensas. El proceso de importación de mano de obra (la movilidad de los trabajadores) se produce a diario entre Ceuta y su entorno marroquí. La excepcional implementación del régimen de Schengen que afecta a la frontera de Ceuta posibilita el flujo transfronterizo de ciu- dadanos de la provincia marroquí de Tetuán. Este flujo, de ida y vuel- ta, se produce de manera legal y sin la necesidad de visado. Ello per- mite que un buen número de puestos de trabajo de la ciudad de Ceuta sean ocupados por ciudadanos marroquíes. Las cifras que nos infor- man de la cantidad de personas que entran a diario en Ceuta no son precisas. Los datos ofrecidos por la Delegación del Gobierno Español en la ciudad hablan de una media de 30.000 entradas diarias, de lunes a viernes.4 No obstante, este dato no nos informa del número de per- sonas que efectivamente han entrado en la ciudad sino del número de veces que se ha cruzado la frontera. Si se contempla la movilidad transfronteriza asociada al comercio irregular, resulta obvio que mu- chas de las entradas contabilizadas corresponden a las mismas perso- nas (porteadores de mercancías) que han cruzado en distintas ocasio- nes. Al margen de la multitud de personas dedicadas al comercio irregula, los transfronterizos trabajan principalmente en el sector do- méstico (las mujeres), y en el sector de la construcción (los hombres). Aunque también, y cada vez en mayor medida, tanto los hombres

4. Los fines de semana y el viernes (día de la Yumu’ah) el flujo de entradas dismi- nuye de forma notable. Los sábados y domingos aumentan los flujos en dirección a Marruecos de ciudadanos ceutíes que cruzan la frontera para comprar, para acceder a sus segundas residencias, para visitar familiares, etc. ¿La desinformalización de la frontera? ______373 como las mujeres ocupan un mayor número de puestos de trabajo en el sector de la hostelería. El sector doméstico es uno de los principales sectores de ocu- pación para los ciudadanos marroquíes que trabajan en Ceuta. Sin duda, se trata de un sector feminizado casi en su totalidad. Propor- cionalmente, su tamaño es manifestamiente mayor al de otras ciuda- des de la UE con rentas similares a la de Ceuta. El sobredimensiona- miento del trabajo doméstico en Ceuta se explica por la accesibilidad por parte de los hogares de la ciudad a una abundante y creciente mano de obra no cualificada a bajo precio. La amplia oferta de tra- bajadoras procedentes del otro lado de la frontera dispuestas a reali- zar tareas domésticas en la ciudad contribuye claramente a la reduc- ción del precio del servicio. La demanda de trabajadoras domésticas crece y la oferta también. A pesar de que los salarios son obvia- mente más bajos que en contextos de renta similar a la de Ceuta, és- tos siguen resultando atractivos para un gran número de mujeres marroquíes. Por este motivo la oferta de mano de obra se mantiene elevada, la competencia para acceder a un puesto de trabajo crece y los sueldos se mantienen bajos. La dinámica laboral transfronteriza no cesa, y se ha convertido en un importante activo para la economía de la región. La continuidad transfronteriza del mercado laboral es indisocia- ble de la discontinuidad del poder adquisitivo y de los derechos de los trabajadores dibujada por la frontera. Las condiciones laborales de los trabajadores transfronterizos que permanecen al margen de la le- gislación laboral española pueden llegar a ser notablemente inferio- res a las de un trabajador autóctono, o a las de un trabajador trans- fronterizo en situación regular. Los trabajadores transfronterizos que ven regularizada su situación pueden disfrutar —independientemen- te del salario que les corresponde legalmente— de ciertas prestacio- nes sociales, como la asistencia sanitaria, que ahondan la brecha en- tre sus condiciones sociolaborales y las de sus vecinos con puestos de trabajo en Marruecos. En cualquier caso, y al margen de la asimetría de los beneficios resultantes, parece claro que el fenómeno del trabajo transfronterizo se ha convertido en sinónimo de oportunidad económica para los habi- tantes de la provincia de Tetuán. Cabe recordar que éstos pueden en- trar en Ceuta sin la necesidad de visado y que, por lo tanto, pueden tra- 374______Las políticas de la frontera bajar en la ciudad, ya sea de forma regular o de forma irregular. Es por ello que el crecimiento demográfico5 y urbanístico de la región li- mítrofe a Ceuta, y en particular de la Municipalidad de Fnideq, no puede ser explicado al margen de la dinámica laboral transfronteriza (y como se ha visto anteriormente, por supuesto tampoco al margen del comercio irregular). El movimiento de población desde otras zo- nas de Marruecos —principalmente del ámbito rural— hacia la Pre- fectura de Mdiq-Fnideq debe ser entendido, en gran medida, en el marco de los parámetros de la Schengenización excepcional de la frontera de Ceuta. La consolidación de la lógica laboral transfronteriza parece es- tar contribuyendo, de manera pausada a la par que firme, a la apari- ción en Fnideq de una clase media con creciente poder adquisitivo. Al mismo tiempo, dicha lógica laboral también ha contribuido y contri- buye a la marcha hacia delante de la economía ceutí, en el contexto de reestructuración económica experimentado por la ciudad tras el in- greso de España en la UE. En esta tesitura, en la actualidad el mer- cado laboral transfronterizo entre Ceuta y Fnideq sigue desarrollán- dose de manera progresiva. Tal vez aún demasiado expuesto a los vaivenes de las relaciones bilaterales, éste actúa como elemento de vertebración entre los dos lados de la frontera.

Hacia un nuevo orden territorial en el escenario fronterizo

Más allá de la decadencia del comercio irregular, por un lado, y de la pujanza de la dinámica laboral transfronteriza, por el otro, el despe- gue económico del norte de Marruecos abona la intensificación de los flujos económicos entre Ceuta y su entorno. El papel de suministra- dor informal de mercancías que ha desempeñado Ceuta durante las tres últimas décadas se encuentra ahora en pleno proceso de reescri- tura. De manera progresiva, la ciudad va dejando atrás su antiguo per- fil de «bazar al aire libre». Lentamente, Ceuta fija las bases de lo que

5. Según el último Recensement Géneral de la Population de 2004, 53.526 personas habitaban en Fnideq. El número de habitantes en el año 1982 era de 13.613. Al otro lado de la frontera el crecimiento demográfico ha sido muchísimo menor: de 73.208 habitantes en 1991 se ha pasado a 76.603 en 2007 (según datos del INE). ¿La desinformalización de la frontera? ______375 supuestamente debe convertirse en una plataforma logística —ya no suministradora de bienes de consumo, sino suministradora de servi- cios para un norte marroquí en rápida transformación. Al compás del vuelco de importantes inversiones públicas y privadas, en la actualidad el norte de Marruecos experimenta trans- formaciones territoriales faraónicas. El proyecto Tánger-Med cons- tituye el paradigma de este nuevo contexto. Es el catalizador de una vertiginosa alteración de la estructura y la morfología urbana de la región. Hasta el momento actual, la dinámica territorial de Fnideq (así como la del resto de la península tingitana) no ha podido ser en- tendida sin tomar en consideración la influencia de Ceuta. Sin em- bargo, desde los primeros compases del siglo XXI, dicha dinámica tampoco puede ser entendida sin contemplar el influjo del proyecto Tánger-Med.

Tánger-Med: los cimientos de una gran trama urbana transfronteriza

El proyecto Tánger-Med fue anunciado por el monarca alauí, Moha- med VI, en el marco de un discurso pronunciado el 30 de julio de 2002. En septiembre del mismo año fue creada la Agencia Especial Tánger-Med (TMSA), una sociedad anónima a quien el Estado Ma- rroquí encargó la gestión del proyecto. Los objetivos de la iniciativa engloban la construcción de un gran complejo portuario, cuatro zonas francas (dos reservadas a la actividad industrial, una a la actividad lo- gística y una a la actividad comercial), zonas reservadas al desarrollo turístico-residencial, e infraestructuras de conexión viaria y ferrovia- ria. El proyecto orbita alrededor del nuevo puerto Tánger-Mediterrá- neo, construido en el término municipal de Oued-Rmal, a 40 km al este de Tánger. No obstante, el alcance del proyecto se extiende más allá de la infraestructura portuaria y persigue el desarrollo integrado del «hinterland» del puerto: la región que conforman las dos «Comu- nes Urbaines» de Fnideq (Castillejos) y Mdiq (Rincón), y las nueve «Communes Rurales» (de , Ksar El Majaz, Ksar Sghir, Me- loussa, Bahraouyne, Aouama, , y Allyene). El proyec- to Tánger-Med identifica esta área, de 550 km2, como Zone Spéciale de Développment. Las inversiones previstas en la región están cifra- 376______Las políticas de la frontera

Zona especial de desarrollo del Proyecto Tánger-Med das en 3,5 millardos de euros.6 A largo plazo esta inversión debe tra- ducirse en la creación de miles de puestos de trabajo en la región. Concretamente, TMSA prevé que en el horizonte del año 2020 se ha- brán creado 150.000 puestos de trabajo, directos e indirectos. Un vis- tazo a la imagen que sigue permite observar como el municipio de Fnideq se encuentra intrincado en esta zona especial de desarrollo —y como, por otro lado, también lo está Ceuta. Ante el escenario de desarrollo económico marroquí, coexisten en Ceuta opiniones catastrofistas que inciden en las consecuencias negativas que el proyecto Tánger-Med podría acarrear, y opiniones optimistas que acentúan las sinergias económicas positivas que po- drían derivar del mismo. Aunque aún es demasiado pronto para valo- rar objetivamente el impacto que el proyecto puede tener en Ceuta (o precisamente por ello), éste abre la puerta a todo tipo de opiniones, percepciones y vaticinios. Por supuesto, Tánger-Med no permanece al margen de las disputas bilaterales sobre la titularidad de Ceuta. Es

6. Véase . ¿La desinformalización de la frontera? ______377 por ello que en determinados sectores de la sociedad ceutí, las inver- siones realizadas por el gobierno marroquí en la zona norte del país son interpretadas como una maniobra orquestada por el Majzén con objeto de modificar el equilibrio geoeconómico y geopolítico del te- rritorio.7 No obstante, y sin menoscabo de las también existentes lecturas desprovistas de entusiasmo, a medida que avanza el proyecto parece estar gestándose en Ceuta una lectura del mismo realizada desde la óptica de la oportunidad. Es decir, los cambios son leídos optimista- mente, en la medida en que pueden contribuir a consolidar a la ciudad como Plataforma logística.

Pues es que hay mercado. Es decir, que el estrecho sigue siendo una ruta muy importante y que en consecuencia nosotros podríamos tener también aquí, con la dimensión adecuada, en el puerto, una actividad de tráfico de contenedores. […] Es más, estando de alguna manera pró- ximo, incluso también desde aquí podrían radicarse, emplazarse acti- vidades que ejercieran, o que llevaran a cabo operaciones en el puerto de Tánger. […] Si eso además mejora las comunicaciones por la costa atlántica, ¿no? pues también nos vendría fenomenalmente para que desde Ceuta pudieran llevarse a cabo estas actividades de centro logís- tico […]. (Juan Jesús Vivas, Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta)8

¿Desinformalización y cooperación?

La doble valla metálica que resigue el perímetro de la ciudad de Ceu- ta se ha convertido, probablemente, en el icono de la actual dinámica territorial en el escenario fronterizo Ceuta-Fnideq. Cabe decir, sin embargo, que se trata de un icono impreciso. La avasalladora seg- mentación del espacio provocada por la instalación securitaria eclip- sa la existencia de otra realidad territorial: una realidad caracterizada por una vívida y creciente interacción entre las dos vertientes de la frontera. Como se ha visto, en el escenario fronterizo Ceuta-Fnideq

7. Véase, por ejemplo, la noticia publicada en el periódico digital Ceuta al Día el 30/11/2006 (). 8. Juan Vivas (2007), entrevista con el autor realizada en Ceuta el 5/6/2007. 378______Las políticas de la frontera coexisten dos lógicas contradictorias y complementarias. Éstas dan lugar a una dinámica territorial acrobática y selectiva (y en lo con- cerniente a determinados aspectos, también dramática y perversa). En el transcurso de las dos últimas décadas, el juego de contradicciones y complementariedades vertebrador del escenario fronterizo ha ido creciendo en complejidad. Durante el último lustro aproximadamen- te, el orden territorial fronterizo viene siendo sometido a una nueva sacudida. En la actualidad, como ya ha sucedido en otros episodios histó- ricos, Ceuta se ve inmersa en un proceso de cambio que zarandea los esquemas de lideraje en el territorio. El detonante de dicho proceso anida en el nuevo escenario dibujado por las transformaciones eco- nómicas y territoriales de su retropaís. La situación, en cierto modo, es comparable a la vivida en el marco de episodios anteriores, como la finalización del Protectorado Español de Marruecos, el restableci- miento de la interacción comercial entre Gibraltar y su entorno, o la misma entrada de España en la Unión Europea. Estos tres episodios agitaron socioeconómicamente a Ceuta. Y motivaron la reestructura- ción de los parámetros de interacción entre la ciudad y su entorno ma- grebí. En los tres casos, a diferencia de lo que sucede hoy en día, al otro lado de la frontera Ceuta encontraba un territorio subdesarrolla- do económicamente, sin perspectivas evidentes de cambio. Pero las circunstancias están cambiando. Durante largo tiempo, buena parte del noroeste marroquí se ha movido al compás territorial (económico, demográfico y urbanístico) marcado por Ceuta. Ahora, este patrón te- rritorial se desdibuja y la dinámica fronteriza empieza a reconfigu- rarse. En la nueva tesitura, el orden territorial que hasta ahora ha otor- gado centralidad a Ceuta se desvanece. Aparecen, empero, nuevas centralidades. O dicho de otro modo, surgen nuevos parámetros para interpretarla. El ejercicio de la nueva centralidad de Ceuta requiere el reajuste de las dinámicas de interacción de la ciudad con su entorno magrebí, en sintonía con el nuevo reparto de proporciones que deriva del despegue económico del norte de Marruecos. Del mismo modo, el desarrollo territorial del norte de Marruecos puede incrementar los niveles de eficiencia a partir de la exploración de las múltiples posi- bilidades de cooperación transfronteriza que el nuevo escenario abre. Así, en el marco del nuevo orden territorial fronterizo que pare- ¿La desinformalización de la frontera? ______379 ce vislumbrarse, el ejercicio de la nueva centralidad de Ceuta requiere asumir que la ciudad está destinada a dejar de ser el motor económi- co de la región para pasar a ser un motor económico de la región. Un motor clave, ciertamente, pero no el único. El proceso de readapta- ción de Ceuta a este nuevo escenario es una condición indispensable a fin de reacomodar la ciudad con su entorno y que su entorno se aco- mode con la ciudad —sin provisionalidades, sin excepcionalidades. El encaje de las potencialidades de Ceuta en la nueva dinámica terri- torial de la península Tingitana (y viceversa, el encaje de las poten- cialidades del despegue económico del norte de Marruecos en la es- tructura socioeconómica de Ceuta) es, sin duda, el principal reto al que debe hacerse frente en los próximos años. Parece necesario prestar particular atención a distintos factores: la evolución de los procesos inmobiliarios ligados al turismo residen- cial en la costa tetuaní; el debate sobre la entrada de Ceuta en el terri- torio aduanero de la UE; el establecimiento, o no, de una aduana co- mercial en la frontera del Tarajal-Bab Sebta que allane el terreno a la «desinformalización» de los flujos de mercancías; y las nuevas posi- bilidades de cooperación transfronteriza y transformación urbana que se abren en la región bajo el paraguas político y financiero de la Polí- tica Europea de Vecindad. El escrutinio de la reciente experiencia his- pano-gibraltareña en el ámbito de la cooperación transfronteriza (Gold, 2009) —desarrollada, cabe recordar, a pesar de la persistencia del conflicto geopolítico entorno a la soberanía del peñón— podría arrojar luz sobre este particular.

19. Manœuvres politiques et discours de l’urgence. La frontière égéenne de la Grèce au cœur d’enjeux nationaux et européens

Pierre Sintès1

Résumé: La Grèce est aujourd’hui un pays d’immigration massive avec une proportion d’étrangers par habitants atteignant 10 % de la popula- tion totale. Le pays se trouve aussi sur de nombreuses routes migra- toires en provenance des pays d’Asie ou d’Afrique à destination de l’Europe occidentale. Aujourd’hui, la cohabitation de ces deux statuts de pays de destination et de pays de transit, donne à sa frontière orienta- le un double rôle: il s’agit de la frontière sud-est de l’ensemble de l’Eu- rope de Schengen mais elle représente aussi un enjeu dans les repré- sentations et dans les discours portant sur de la migration dans le pays.

Abstract: Political manoeuvre and discourse of emergency, the boun- dary of the Aegean Greece in the heart of national and European is- sues: Greece is now a country of mass immigration with the propor- tion of foreign residents by reaching 10 % of the total population. The country is also on many migration routes from Asia and Africa to Western Europe. Today, the coexistence of these two statutes of des- tination and transit country, gives to the Greek eastern border a dual role: as the south-eastern Europe border of the Schengen region but as a national border, it also represents a challenge in the representa- tions and discourses of migration in the country.

1. Maître de conférences au département des sciences géographiques et de l’aména- gement de l’Université de Provence et chercheur au sein de l’UMR 6570 TELEMMe, Maison méditerranéenne des sciences de l’homme (équipes MIMED et BALKABAS), ancien membre scientifique de l’Ecole française d’Athènes, . 382______Las políticas de la frontera

Depuis 1990, la Grèce serait devenue l’une des principales portes d’entrée de l’Europe communautaire. C’est tout du moins l’image la plus souvent donnée par les médias et les acteurs politiques à l’inté- rieur comme à l’extérieur du pays. La position de la Grèce sur la fron- tière sud de l’Union Européenne est pour beaucoup dans cette carac- térisation. Pourtant, ce n’est que depuis le début des années 2000 que la frontière égéenne a été massivement présentée comme point de passage important au détriment des frontières balkaniques aujourd’- hui reléguées au second plan alors qu’elles ont été au centre des dé- bats dans les années 1990 (Triandaphyllidou, 2001). Documentaires comme fictions ont alors contribué à diffuser des images qui ren- voient à une situation proche de celle des Canaries et du détroit de Gi- braltar. Les migrants y afflueraient clandestinement et au péril de leur vie, à bord d’embarcations légères sur les côtes mal surveillées des îles frontalières. De telles images correspondent indéniablement à une certaine réalité et il semble difficile de nier qu’aujourd’hui les îles de la Grèce les plus proches de la Turquie sont intégrées aux prin- cipales routes des migrations en provenance des pays d’Asie centra- le, d’Afrique subsaharienne ou d’Afrique du Nord. Pourtant, il de- meure nécessaire de questionner l’importance de ce flux dans la mesure où il justifie une importante mobilisation aussi bien à l’échel- le nationale, à l’initiative du gouvernement d’Athènes, qu’en colla- boration avec les différents programmes de maîtrise des flux migra- toires échafaudés à l’échelon européen. En examinant certaines sources permettant d’estimer la réali- té de la migration sur la frontière maritime de la Grèce égéenne, nous proposons dans ce texte une interprétation du discours de l’urgence tel qu’il s’est manifesté au cours de l’été 2009. A travers celui-ci, il semblera possible d’évaluer les enjeux qui en découlent pour les gouvernants de ce pays comme pour les politiques europé- ennes.

Réalité migratoire et équipement de la frontière

Du point de vue des faits, les îles de la Grèce semblent soumises à un indéniable accroissement de la pression migratoire en raison de la pro- Manœuvres politiques et discours de l’urgence ______383 ximité de la Turquie.2 Ce dernier pays est en effet devenu dans les der- nières décennies du XXe siècle une zone de transit important pour de nombreux flux, une véritable «plateforme» pour des migrations à destination de l’Europe communautaire (Pérouse, 2002). Ce rôle est aujourd’hui conforté par la persistance de l’instabilité dans certains pays de départ (Pakistan, Afghanistan, Irak, Somalie…).

Les difficultés de la mesure

Il demeure pourtant difficile de se procurer des chiffres précis pour renseigner un phénomène qui demeure dans une très large mesure clandestin. Le dernier recensement grec de 2001 ne donne pour les îles proches de la Turquie qu’une proportion peu élevée de migrants (6,8 % de la population contre 7,7 % pour l’ensemble du pays). De plus leur origine géographique (45 % d’Albanais) laissait entendre que la très grande partie d’entre eux était entrée en Grèce par ses frontières continentales (voir tableau n.º 1). Ces migrants participent en fait du mouvement d’attraction de la Grèce et en particulier de ses espaces insulaires mais dans un autre registre.3 Cette particularité concerne donc plutôt un mouvement régional de population et ne semble pas engager l’attractivité de la frontière égéenne en tant que telle. Celle-ci est pourtant un espace de passage avéré pour des mi- grants venu d’horizons plus lointains mais jamais recensés jusqu’a- lors. Tout au plus, le flux de landestins a-t-il été officiellement estimé à 250.000 personnes par les autorités helléniques si l’on en croit les déclarations de Dora Bakoyannis au mois de juin 2009, à l’occasion de la réunion des ministres des affaires étrangères de l’UE tenue dans l’île de Corfou (Ta Néa, 28/6/2009). Ce chiffre en ferait, d’après l’or- ganisme FRONTEX, le pays de l’Union Européenne le plus touché par la migration clandestine. Parmi ces migrants illégaux, 150.000 ont été arrêtés par la police grecque selon les informations livrées par le Mi- nistère de l’ordre public. Ce chiffre témoigne d’une augmentation cer-

2. Certaines îles grecques comme celle de Samos sont à moins de deux kilomètres des côtes turques. 3. Compte tenu des caractéristiques de leur marché du travail, les îles de la Grèce connaissent un afflux de travailleurs migrants, permanents ou saisonniers, à destina- tion des secteurs de la construction et des services surtout touristiques (Sintès, 2008). 384______Las políticas de la frontera taine puisqu’ils n’étaient que 112.000 en 2007, 77.000 en 2006, 59.000 en 2005, 42.000 en 2004 (Commission européenne, 2009). D’un point de vue général, de tels chiffres, qui concernent la Grèce toute entière, sont utilisés pour signifier l’augmentation de la pression migratoire sur l’ensemble du pays. Pourtant, il demeure difficile de leur accorder une portée suffisante pour attester de l’évolution de la frontière égé- enne dans la mesure où ils concernent dans une large majorité (à plus de 60 %) des migrants albanais entrés en Grèce par d’autres régions (IMEPO, 2008).

Tableau n.º 1. Etrangers dans le recensement grec de 2001. Dodécanèse et trois nomes insulaires de l’Egée du Nord-Est (Samos, Chios et Lesbos)

Dodécanèse Egée du Nord Total Grèce

Population totale 190.071 206.121 10.259.900 Population étrangère 17.251 9.710 797.093 Albanais résidents 7.050 5.081 438.036

SOURCES: Service national de la statistique grec.

Certaines données fournies par le ministère de l’ordre public permettent néanmoins d’appréhender cette réalité pour des dates plus anciennes. D’après celles-ci, le nombre de migrants interpelés sur la frontière maritime gréco-turque est passé de 6.886 à 16.781 entre 2006 et 2007. Il s’agit d’un accroissement important même quand ce- lui-ci est rapporté aux chiffres généraux pour ces deux années (res- pectivement 62.605 et 83.421 qui signifie une augmentation de 11 % à 20 % pour ces arrestations). Par ailleurs, ces flux ne représentent que peu de choses par rapport aux flux réguliers de «touristes» qui franchissent les frontières nord du pays, souvent pour exercer illéga- lement une activité (Sintès, 2007). Ces flux ne paraissent pas non plus être équivalents à ceux qui, venus essentiellement de l’Albanie voisi- ne, ont bouleversé la société et l’économie grecque depuis 1990 (Fa- kiolas, 1999; Baldwin-Edwards, 2000). Pourtant, les différents té- moignages présentés dans la presse laissent entendre que les arrivées de clandestins sont nettement plus massives dans ces régions que ce dont les chiffres témoignent. Tous s’accordent à dire l’accroissement Manœuvres politiques et discours de l’urgence ______385 de la pression migratoire qui s’exerce sur les îles de la mer Egée, au premier rang desquelles les plus grosses comme Lesbos, Rhodes ou Samos. Sur l’île de Samos, les migrants illégaux arriveraient, d’après le chef de sa police à un rythme de 25 par jour, ce qui est «six fois plus qu’il y a deux ans». «Ce problème très sérieux est devenue pire. Nous avons peur que ces traversées clandestines deviennent encore plus nombreuses» déclarait-il avant de déplorer: «Nous n’avons plus de temps pour d’autres activités» (L’Express, 11/7/2009). Mais le phé- nomène ne semble pas épargner non plus les îles de taille plus mo- deste comme celle de Farmakonisi dans l’archipel du Dodécanèse où il n’y a pourtant que 112 habitants permanents. Entre janvier et juillet 2009, la capitainerie de son minuscule port de pêche a en effet enre- gistré le dépôt de plus de 2.000 demandes d’asile (Osservatorio sui Balcani, 11/8/2009). La configuration de cette frontière rend son contrôle difficile: elle s’étend sur plus de 6.800 kilomètres et est par- semée des nombreuses îles et îlots (Kolodny, 1974). D’autres chiffres collectés à l’échelle locale semblent aller dans le même sens. Une enquête effectuée par Laurence Pillant, dans le ca- dre d’un travail universitaire de Master à l’Université de Provence, témoigne aussi de l’accroissement du nombre de clandestins arrêtés par la police ces dernières années sur l’île de Lesbos. Sur cette île de 90.000 habitants, le phénomène apparaît très sensible aux autorités du port interrogées à cette occasion. Elles déclarent en effet avoir effec- tué 3.932 arrestations de clandestins en mer au cours de l’année 2008, contre 2.527 en 2007. Sur le territoire de l’île en 2008, ce ne sont pas moins de 13.200 personnes arrivées clandestinement qui ont été in- terpellées (Pillant, 2009) alors que dans le même temps 10.000 clan- destins étaient arrêtés sur l’île de Samos. Ces migrants franchissent la frontière à l’aide d’embarcations légères et de canots pneumatiques en raison de la faible distance qui séparent les côtes des deux pays. Si les réseaux de passeurs peuvent structurer ces filières, la présence d’une activité importante entre les deux îles (pêche, commerce) lais- se supposer que ces franchissements s’effectuent de manière plus complexes, faisant appel à une gamme d’acteurs nettement plus va- riée que celle décrite dans les discours des autorités (Bathaïe, 2009). Le vol par des pêcheurs grecs d’un bateau de pêche utilisé par les mi- grants pour franchir le détroit séparant Lesbos et la Turquie, semble bien attester des interactions entre les différents mondes du franchis- 386______Las políticas de la frontera sement irrégulier et de la pratique légale de ces eaux de pêche (Emi- ros, 6/3/2009). Lors de cette courte traversée, le migrant n’en met pas moins sa vie en danger. Cette dangerosité est bien montrée par les travaux d’Olivier Clochard sur l’ensemble des frontières européen- nes (Clochard, 2009, p. 117). Le travail de l’association UNITED attri- buent à la frontière égéenne de la Grèce un nombre de décès de 1.100 personnes sur les 13.000 qui ont trouvé la mort sur les frontières de l’Europe depuis 1993.4

Accueillir et retenir

Pour tenter de prévenir ces franchissements, les autorités grecques ont tenté de renforcer le contrôle de leurs frontières. L’établissement d’un corps de gardes-frontières en 1991 et l’adhésion de la Grèce aux différents instruments de contrôle européens comme les accords de Schengen sont de bonnes illustrations de ce mouvement. Plus parti- culièrement, la Grèce participe au dispositif mis en place par l’agen- ce FRONTEX depuis sa création en 2004. C’est dans ce cadre que l’opé- ration POSÉIDON a été déployée en mer Egée en 2007, apportant le soutien aux gardes côtés grecs de leurs homologues d’autres pays européens tels que l’Autriche, la Pologne et l’Italie. Elle a permis l’a- rrestation de 3.405 migrants et de 68 passeurs pour un budget global de 2,2 millions d’euros. Une fois arrivés dans les eaux territoriales grecques, les accords internationaux permettent théoriquement aux migrants irréguliers de déposer une demande d’asile. A ce titre, ils doivent être accueillis du- rant la période de traitement de leurs dossiers. En fait, le délai de ré- tention est généralement insuffisant pour statuer sur ces candidatures et les migrants sont alors libérés après s’être vu délivrer un document les enjoignant de quitter le territoire si leur demande n’est pas rece- vable. Le passage dans ces centres de la frontière égéenne est pour- tant une nouvelle épreuve pour les migrants qui entrent en Grèce. Sur les îles de Lesbos, Chios, Samos, Cos et Rhodes, ils ont été aménagés

4. A titre de comparaison, sur la frontière terrestre entre Grèce et Turquie, la région de l’Evros où un flux relativement important a aussi été constaté, entre 2002 et 2005, le nombre de victimes aurait été de 231, et 39 migrants ont disparu dans les champs de mines. Manœuvres politiques et discours de l’urgence ______387 dans un premier temps dans d’anciens entrepôts ou dans des bâti- ments industriels. Les conditions de vie y sont très difficiles. Lors d’une visite sur l’île de Lesbos, le porte-parole du Haut commissa- riat aux réfugiés, Andrej Mahecic en témoignait en ces termes: «Une pièce abrite plus de 150 femmes et 50 bébés, dont beaucoup sont ma- lades du fait de l’exiguïté et de l’insalubrité du centre» (Reuter, 28/8/2009). Le camp en question, celui de Pagani, situé non loin de la capitale de l’île de Lesbos, a été conçu pour 400 personnes mais en abriterait fréquemment plus de 1.000 (voir photos n.º 1). Il est deve- nu au cours du temps l’un des symboles des mauvaises conditions de rétention des migrants irréguliers en Grèce et a été le lieu de diffé- rents scandales mettant en scène des fonctionnaires de police et des migrants. La situation sur l’île de Samos ne semble pas meilleure. En 2006, son camp de rétention a été le théâtre d’une impressionnante grève de la faim tant les conditions de vie dans cette ancienne usine de tabac étaient déplorables. L’image des migrants s’étant cousus la bouche avec des fils électriques a eu tellement de force que Samos héberge désormais un centre de réception temporaire présenté com- me l’un des modèles pour les futures réalisations. Il a été inauguré par le premier ministre en personne, Konstantinos Karamanlis, en juin 2009.5 Les îles accueillent aussi des dispositifs spécifiques pour les migrants mineurs. Mais les conditions de vie y semblent aussi très problématiques puisque le HCR a même demandé la fermeture du centre pour mineurs d’Agiasos fin août 2009. Les mineurs retenus avaient débuté une grève de la faim de quelques jours pour y protes- ter de leur détention alors qu’un an auparavant, la centaine de mi- neurs du centre de l’île de Léros avaient eux-aussi mené ce type d’ac- tion. Selon Human right watch, la Grèce ne disposerait que de 300 places dans des centres d’accueil pour mineurs non accompagnés, mais en hébergerait plus du double. Face à ces difficultés qui lui valent une mise à l’index de la part de ses partenaires internationaux ou du HCR, la Grèce tente depuis

5. Celui-ci était présenté comme le modèle de modernisation de l’équipement du pays en la matière qui avait commencé avec l’ouverture en 2008 d’un nouveau centre de 374 places à Filakio, un village situé près de la frontière turque, pour remplacer ceux de Vresika et de Peplo, fermés à la demande du Haut-Commissariat des Nations unies pour les réfugiés. 388______Las políticas de la frontera

2009 de mettre sur pied un dispositif plus large par la création d’un réseau moderne de centres d’hébergement. Ce ne sont pas moins de 80 établissements de ce types qui devraient voir le jour dans l’ensem- ble du pays, surtout dans les espaces montagneux et périphériques mais aussi dans les îles de l’Egée et le long de la frontière terrestre avec la Turquie. Les deux principaux centres seront néanmoins im- plantés en dehors de la région frontalière. L’un d’entre eux serait construit sur une base aérienne abandonnée dans la localité de Ritso- na, en Grèce centrale, alors que la seconde doit voir le jour dans un complexe de bâtiments appartenant au Ministère de l’agriculture dans l’Ouest d’Athènes, sur la municipalité d’Aspropyrgos (voir carte). La capacité de chacun d’entre eux devrait dépasser les 2.000 places (Ta Néa, 21/7/2009). Manœuvres politiques et discours de l’urgence ______389

Le discours de l’urgence et ses enjeux durant l’été 2009

Le discours politique qui a accompagné l’annonce de ces différentes opérations mérite une certaine attention. Il présente en effet la Grèce comme un petit pays dont les ressources insuffisantes ne lui permet- tent pas de faire face à l’accroissement du nombre des migrants illé- gaux sur sa frontière maritime. Ce discours a été au cœur d’une of- fensive diplomatique au cours de l’été 2009. On peut en rendre compte encore une fois à travers les propos de Dora Bakoyannis au cours d’une conférence organisée par le haut commissariat aux réfu- giés à Athènes en juillet 2009 où elle déclarait «certain que la pres- sion de la migration illégale est devenue insupportable sur l’Egée orientale». A cette occasion, la ministre reprenait les différentes dé- clarations faites peu de temps auparavant par le premier ministre de l’époque, Kostas Karamalis, lors de ses voyages en Italie et en Es- pagne. Il y avait réclamé l’adoption de mesures pour que ce phé- nomène de l’immigration illégale soit géré à l’échelle européenne et non plus uniquement par les Etats concernés, ainsi que la création d’une force des gardes-côtes européens pour protéger spécifiquement les îles grecques de l’Egée (Ta Néa, 28/6/2006).

Activité et enjeux diplomatiques

Sans remette en question les fondements de ce propos faute de sour- ce fiable, ces différentes déclarations livrent des éléments sur les ob- jectifs diplomatiques du gouvernement grec à ce sujet. Il s’agit tout d’abord de mettre sous pression une Turquie accusée de ne rien faire pour dissuader les migrants présents sur son sol de transiter vers la Grèce illégalement. Pour cela, le gouvernement grec a reçu rapide- ment le soutien des institutions européennes. Le commissaire euro- péen Jacques Barrot déclarait à Stockholm projeté un voyage en Tur- quie à l’automne pour évoquer avec les autorités turques l’accord bilatéral de réadmission des migrants clandestins signé en 2001 (Ka- thimerini, 1/7/2009). Pour plusieurs raisons en effet, la Turquie a reje- té continuellement les demandes d’Athènes à ce propos. Elle s’appuie surtout sur une volonté insuffisante à ses yeux de l’Union Européen- ne de coopérer au développement des pays d’origine de ces migrants. 390______Las políticas de la frontera

C’est la raison pour laquelle les autorités grecques n’ont pu renvoyer en Turquie que 7.975 migrants sur les 67.352 demandes effectuées depuis 2001. Cette accusation de la Turquie d’être le principal res- ponsable de l’afflux migratoire dans les îles grecques se retrouve dans le discours du nouveau premier ministre grec, Monsieur Giorgos Papandréou le 5 octobre 2009 où il déclarait:

nous insistons sur le fait que nous avons besoin en matière migratoire d’une politique qui permettrait d’assurer la sécurité des citoyens grecs ainsi que d’utiliser la saine vitalité des migrants. Dans le même temps, la commission européenne, dans ses négociations avec le Turquie, doit demander des mesures qui permettraient de prévenir la migration vers la Grèce et permettre la pleine application du protocole gréco-turc de réadmission des migrants. Un pays qui reçoit des subventions euro- péennes tel que la Turquie ne peut pas rejeter ses obligations fondées sur des lois internationales et des accords bilatéraux». (Kathimérini, 6/10/2009)

Dans une autre direction, les autorités grecques semblaient vouloir exercer une pression supplémentaire en direction de l’Union Europé- enne en visant clairement les accords de Dublin. Ceux-ci posent un problème à la Grèce car ils stipulent que l’Etat de l’Union dans lequel un demandeur d’asile se déclare pour la première fois doit examiner sa demande et surtout l’accueillir dans l’attente de sa réponse. En conséquence, les demandeurs d’asile qui ont transité par la Grèce, et déposé une demande dans ce pays, y sont renvoyés inexorablement s’ils sont arrêtés ailleurs en Europe. Ceci conduit à la rétention d’un nombre très important d’entre eux en Grèce, en raison de sa position géographique: en 2006, ils étaient 45.000 sur les 164.000 enfermés en Europe à cette date (Clochard, 2009, p. 57). En conséquence, la Grèce et les autres Etats situés en première ligne en Méditerranée ont appelé à maintes reprises à un partage plus équitable et que d’autres Etats prennent en charge certains de ces migrants. Afin de promou- voir un tel point de vue, Monsieur Prokopis Pavlopoulos, alors mi- nistre de l’intérieur, a accompagné Jacques Barrot au mois de juin 2009 dans une visite des zones frontalières du pays. A la fin de cette mission, l’échange entre les deux hommes était éloquent. Si Mon- sieur Pavlopoulos déclarait en premier: «Je tiens à remercier publi- quement M. Barrot pour son soutien, non pas parce qu’il privilégie la Manœuvres politiques et discours de l’urgence ______391

Grèce, mais parce qu’il a désormais compris que la frontière orienta- le de l’UE revêt un intérêt crucial pour l’Europe tout entière en ce qui concerne la mise en œuvre de la politique d’immigration et d’asile», Jacques Barrot ajoutait à l’unisson «Je voulais voir par moi-même quelle était la situation sur la frontière orientale de l’Europe où, en raison de la proximité des îles grecques et de la côte turque, la ques- tion prend une signification particulière. Il s’agit d‘un des problèmes les plus importants pour la région et pour l’Europe en général». Ce dernier annonçait à cette occasion comprendre la nécessité de la révi- sion des accords de Dublin afin que la Grèce et les autres pays de «première ligne» comme l’Espagne et l’Italie ne soient pas obligées de supporter tout le poids de la lutte contre l’immigration clandestine (Ta Nea, 2/7/2009). Quelques semaines plus tard, lors de leur réunion à Luxembourg, les ministres de l’UE ont décidé de lancer un projet pilote spécifique pour l’île de Malte autorisant les migrants illégaux de la nation à être réinstallés dans les Etats membres volontaires de l’UE. Il est à noter que les nouveaux gouvernants de la Grèce avan- cent des arguments semblables. Evangelos Venizelos, devenu minis- tre de la défense en octobre 2009, s’en prenait également à l’Union Européenne en ces termes

Le problème a été créé par l’Union Européenne et son règlement Du- blin II, qui oblige la Grèce à servir de zone d’attente pour les immi- grants qui espèrent faire leur chemin vers un autre pays européen, mais qui ne le peuvent pas. Nous sommes obligés de les retenir ici, que ce soit dans des conditions déplorables dans des centres de détention ou dans des conditions tout autant déplorables dans le centre dégradé d’Athènes et d’autres grandes villes. Il est donc nécessaire de modi- fier radicalement le règlement Dublin II, afin qu’il y ait une juste ré- partition de la charge de l’immigration, entre tous les pays européens. (Athens news, 28/8/2009)

Des implications économiques et sociales

Pourtant la solidarité européenne joue déjà sensiblement au bénéfice de la Grèce. Le pays a en effet reçu pas moins de 13,7 millions d’euros l’année dernière pour protéger son territoire sur terre et sur mer des 392______Las políticas de la frontera migrations clandestines. L’Union a décidé d’attribuer 18 millions d’euros supplémentaires afin de favoriser l’intégration sociale et pro- fessionnelle des migrants dans le pays et la Grèce a déjà reçu à cet égard la somme de 8 millions d’euros depuis 2007. Au total, le pays devra se voir accorder plus de 26 millions d’euros entre 2007 et 2013 (voir tableau n.º 2). Cette somme servira aussi à la mise en place d’in- frastructures d’accueil des clandestins et assurera ainsi du travail aux fonctionnaires de police chargés de les superviser ainsi qu’aux entre- prises de travaux publiques dans ces régions. Plus généralement, il faut souligner que ces opérations de surveillance induisent de diffé- rentes manières une certaine activité économique sur les îles qu’elles concernent. Dans une région en déclin économique comme celle du Nord et de l’Est de la mer Egée, la détention des migrants peut deve- nir l’une des rares activités en essor. Par exemple, le nouveau centre de rétention de Samos emploie aujourd’hui 15 îliens pour la surveil- lance et une entreprise de fourniture alimentaire. Les 2,5 millions qu’ont coûté sa construction ont surtout permis de faire travailler les différentes entreprises du bâtiment présentes dans l’île. Dans d’autres secteurs comme l’agriculture, cette présence peut avoir encore un certain effet sur l’activité économique: toujours à Samos, les mi- grants retenus dans le centre sont employés pour 15 euros par jour aux travaux des champs (Le Courrier des Balkans, 26/8/2009). Ain- si, même s’il semble difficile de faire admettre la présence de ces camps de rétention dans les différentes localités où ils doivent être implantés, force est de constater qu’ils sont susceptibles de dynami- ser quelque peu leur économie.

Tableau n.º 2. Subventions européennes (en milliers d’euros) destinées à la gestion de la question migratoire en Grèce (2007-2013)

2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

1.990 2.690 3.460 3.330 4.120 5.041 5.633

SOURCE: Ministère de l’intérieur grec, 2009.

Outre ces retombés économiques, il faut bien aussi constater que la préoccupation croissante pour la situation migratoire des îles Manœuvres politiques et discours de l’urgence ______393 de l’Egée que l’on observe au cours de l’été 2009 en Grèce corres- pond aussi à un durcissement indubitable du traitement de la migra- tion irrégulière au sein du pays, élargissant classiquement les activi- tés du contrôle frontalier à l’ensemble du pays (Cuttita, 2007). Cette tendance est bien symbolisée par la destruction par la police le 12 juillet 2009 des baraques construites aux abords de la ville de Patras qui abritaient depuis 12 ans près de 1.500 personnes, surtout des Afg- hans en transit vers l’Italie. Cette période a vu aussi se multiplier les arrestations spectaculaires et médiatisées dans les rues d’Athènes. L’activité policière a été par ailleurs appuyée par une modification de la loi qui punit désormais d’amendes plus élevées et de peines d’emprisonnement les passeurs mais aussi toute personne collabo- rant au séjour illégal d’un étranger sur le territoire grec (Athens news, 26/6/2009). Celle-ci permet désormais aux autorités de retenir un de- mandeur d’asile pour une durée de 12 mois contre 3 mois aupara- vant.6 La situation des migrants en général a aussi été touchée par ce durcissement des pratiques car ceux-ci subissent, quel que soit leur statut, la pression répétée des contrôles policiers et cette nouvelle loi a aussi remplacé le permis de séjour permanent par une autorisation valable 10 ans. Il apparait donc que cette migration qui transgresse les frontiè- res orientales du pays fasse sentir son influence sur le traitement de l’ensemble des migrants de Grèce. En provocant ainsi un «discours de l’urgence» de la part des dirigeants politiques du pays, elle facili- te l’acceptation sociale des nombreuses arrestations et expulsions constatées depuis lors car elles répondraient à une nécessité absolue pour le pays. A l’image de ce que l’on retrouve ailleurs en Europe, les expulsions par charters spéciaux ont débuté depuis la Grèce à la même période,7 alors que le débat sur la position migratoire du pays faisait rage. Mais ces expulsions se font aussi de manière plus rapi- de, sans que ne soient remplies les conditions légales qui obligent les autorités. Les enquêtes de l’Human Right watch ont mis en évidence

6. Cette dernière durée, trop courte, ne permettait pas de faire fonctionner l’accord bilatéral de réadmission avec la Turquie mentionné plus haut, car les autorités de ce dernier pays prenaient en général plus de trois mois pour étudier les dossiers des mi- grants concernés, ce qui obligeait les autorités grecques à les libérer sur leur terri- toire. 7. Le premier, le 10/6/2009 a emporté 55 Pakistanais vers Islamabad. 394______Las políticas de la frontera le renvoi durant l’été 2009 de nombreux migrants —y compris mi- neurs— vers la Turquie via la frontière fluvio-terrestre le long de l’Evros. Le discours dominant permettrait aussi de rendre supporta- bles aux yeux des citoyens grecs les violences faites aux migrants comme celles qui ont eu lieu dans le centre d’Athènes, dans les quar- tiers d’Agios Pandeleïmondas et de la place Attikis, en juin et juillet 2009 et quand, fin septembre 2009 au Pirée, un jeune migrant pakis- tanais a été tué par la police lors de sa garde à vue. Cet état d’excep- tion justifié par l’urgence que revêt la question migratoire n’est pas sans rappeler ce que Slavoj Zi˘˘ zek (2005) dénonce des dérives des so- ciétés occidentales. De la même manière, l’urgence dans laquelle se trouverait le pays serait aussi un moyen d’expliquer (et de faire accep- ter) à l’échelle internationale le taux d’acceptation exceptionnellement bas des demandes d’asile.8 En novembre 2009, ils étaient plusieurs migrants à avoir entamé une grève de la faim au cœur d’Athènes pour protester contre cet état de fait et réclamer l’application du droit d’asi- le (voir photo n.º 2).

Conclusion

Malgré l’absence de source précise, il est possible d’affirmer que la migration de clandestins qui passe par les îles de l’Egée est d’assez faible dimension au regard de celle qui touche la Grèce dans son en- semble. Leur nombre est assurément inférieur au flux migratoire qui a fait de ce pays une importante destination migratoire de l’Europe du Sud depuis 1990. La présence de 700.000 immigrants arrivés en ma- jorité illégalement en Grèce dans le courant des 15 dernières années, dont 500.000 ont aujourd’hui acquis un permis de séjour et 100.000 sont en train de le renouveler, constitue indubitablement un défit en termes de politique migratoire plus important que les migrants irré- guliers qui transgressent ses frontières orientales. Le discours politique et médiatique que l’on a pu observer à

8. En 2008, 379 demandes d’asile ont été acceptées sur plus de 20.000 demandes déposées pour toute la Grèce; en 2007, ils n’étaient que 8 pour 25.000 demandes. Ces taux sont les plus faibles de tous les pays de l’UE. Manœuvres politiques et discours de l’urgence ______395 l’occasion de l’été 2009 se présente sous certains aspects comme une sorte d’«artefact politique», construit dans le but de réaliser des ob- jectifs diplomatiques, économiques et sociaux. A l’image de ce qui s’est déroulé en Italie dans les années 1990, ce discours sur l’immi- gration permet l’«objectivation» d’un processus migratoire difficile à saisir mais il permet surtout la «justification» des dispositions politi- ques le concernant (Maneri, 2003, p. 104). Il nourrit aussi dans le pays l’image menaçante de ces «vagabonds», semblables à ceux que décrit Zygmunt Bauman (1999). Cette image, double déformé de la mobili- té permise des élites mondialisées, semble dans ce cas précis d’une grande efficacité pour justifier une politique répressive qui criminali- se l’immigration, mais aussi pour affirmer le rôle de la Grèce dans le dispositif communautaire (celui de rempart) afin de s’en assurer le soutien pour les années à venir.

SOURCE: P. Sintès, 2009.

«Nous faisons la grève de la faim depuis le 19/10. Nous sommes des réfugiés politiques d’Iran et demandons l’asile».Athènes, boulevard Panepistimiou, 10/11/2009 396______Las políticas de la frontera

SOURCE: L. Pillant, 2009.

Camps de rétention de Pagani proche de Mytilène, île de Lesbos, le 24/4/2009 PARTE VI

LOS MUROS DE PAPEL

20. Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien

Swanie Potot1

Introduction

Le texte qui suit «donne la parole à ceux qui en sont le plus dému- nis» (Bourdieu, 1999). Il s’intéresse à ceux qui vivent la frontière au- delà de sa délimitation physique; lorsqu’une fois passé la Méditerra- née, elle devient une contrainte administrative, une condition sociale, une peur quotidienne. Les migrants dont il est question sont en effet profondément marqués par leur situation au regard de la loi: on les appelle des «sans-papiers» parce qu’ils n’ont pas de permis de séjour en France. Pourtant des papiers, ils en ont, ils en déposent régulière- ment en préfecture et en reçoivent tout aussi souvent: récépissé de de- mande de carte de séjour, demande de complément de dossier, refus de régularisation, déboutement du droit d’asile, invitation à quitter le territoire… Après être revenu sur les conditions de recueil des données dans le secteur agricole du Sud de la France, l’analyse portera sur diffé- rents aspects de cette clandestinité en s’interrogeant tout d’abord sur la façon dont on devient «un irrégulier» en France. Loin des clichés qui mêlent réseaux de passeurs cupides et trafics humains, on mon- trera comment la loi marque à un moment donné des itinéraires de vie plutôt classiques. Ces observations illustreront ce que d’autres cher- cheurs ont appelé la criminalisation des migrations (Pallida, 1999). Un autre aspect de la vie quotidienne de ces migrants hors statut est

1. Chargée de recherche CNRS-IRD, URMIS, Université de Nice Sophia Antipolis, . 400 ______Los muros de papel justement la poursuite de la reconquête d’une existence officielle. Confrontés aux arcanes d’une administration qui leur semble kaf- kaïenne et aux nombreux contrôles de police, nous montrerons que ces étrangers de l’ombre sont en relation permanente avec l’Etat et ses représentants. Naît alors une tension entre peur de la répression et recours répétés à l’administration qui place ces migrants dans une situation de grande incertitude. Certains auteurs postulent que cette si- tuation est créée de toutes pièces par les Etats qui mettent ainsi à dis- position de leurs économies nationales une main-d’œuvre particuliè- rement corvéable (Dal Lago et Pallida, 2002; Réa, 2002; Anderson, 2010). Sans trancher définitivement ce point, l’étude s’attache ensuite à décrypter la façon dont cette condition est interprétée par les sujets eux-mêmes et orientent leurs pratiques face à l’emploi et aux emplo- yeurs. En conclusion, la question du retour sera posée de façon à comprendre comment des situations qui ne peuvent être envisagées que comme provisoires, en viennent à durer, enfermant des migrants au sein de la forteresse Europe (Bigo, 1998).

Cadre de l’enquête

L’article qui suit est issu d’une recherche collective de trois années (2006-2009) dont l’objectif était d’analyser le rôle et les modalités du travail des étrangers dans l’agriculture maraîchère française.2 Dans une démarche qualitative, des entretiens ont été menés avec de nom- breux acteurs de ce secteur: des ouvriers agricoles de différentes na- tionalités;3 des agriculteurs;4 des agents des Directions départementa- les du travail, de l’emploi et de la formation professionnelle des Bouches-du-Rhône, du Vaucluse, du Tarn et Garonne; des représen- tants de l’Agence nationale de l’accueil des étrangers et des mi- grants;5 des responsables de syndicats patronaux et de salariés; des acteurs associatifs. Ces rencontres ont été complétées par des visites

2. ANR Migragri, . 3. Une centaine environ. 4. Plusieurs dizaines. 5. Anaem, intégrée en 2009 à l’Office français de l’immigration et de l’intégration- Ofii. Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien ______401 sur le terrain de lieux de travail et de lieux de vie d’une partie des sa- lariés, sur les exploitations agricoles, dans des «bidonschamps» ou dans quelques habitations privées, dans des villages. Enfin, nous avons recueilli des données chiffrées émanant des services d’Etat (Anaem, préfectures). La recherche a mis au jour la multiplicité des formes migratoires qui nourrissent en main-d’œuvre ce secteur éco- nomique et s’est penchée sur leurs implications sociales (Michalon et Morice, 2008). Les lignes qui suivent portent plus particulièrement sur la popu- lation tunisienne rencontrée lors de cette vaste enquête. Elles s’ap- puient sur l’ensemble des entretiens et des observations mentionnées mais les extraits d’entretien sont tous issus d’une même situation qui remonte à février 2006. Quelques jours avant l’entretien, suite à la so- llicitation de l’auteur, un responsable syndical d’une petite ville du Vaucluse contacte deux ouvriers agricoles tunisiens de sa connais- sance pour leur demander s’ils accepteraient de venir discuter avec une personne faisant une recherche sur les travailleurs agricoles sans- papiers. Il les incite également à solliciter d’autres personnes qui se- raient dans la même situation. Le mot est passé dans les environs et, le jour dit, plus d’une trentaine de personnes se présenteront au siège social du syndicat. Elément notable: tandis que le syndicaliste avait lancé un appel aux travailleurs sans-papiers, toutes les personnes qui ont répondu —sauf une— présentaient en plus la qualité d’être de na- tionalité tunisienne. L’effet réseau est flagrant. L’entretien débutera de façon structurée, d’abord avec trois personnes puis, au fur et à me- sure des arrivées, durant plus de trois heures, la rencontre se transfor- mera en une discussion collective autour de la vie quotidienne de cet- te population. Certains maîtrisent très bien le français et sont installés dans la région depuis de nombreuses années, d’autres sont des primo arrivants et s’expriment avec difficulté.

Entrés légalement, devenus clandestins

Les personnes rencontrées sont majoritairement issues de milieux po- pulaires, certaines venant de régions rurales, en particulier du nord-est de la Tunisie, d’autres de zones plus urbanisées, comme Hammamet ou 402 ______Los muros de papel

Sousse. La plupart a suivi des formations professionnelles courtes ou bien a appris un métier auprès de membres de la famille, dans le bâti- ment, la mécanique ou l’agriculture. Une petite minorité a cependant suivie des études supérieures, dans les langues étrangères ou le touris- me notamment, mais n’a pas réussi pour autant à acquérir un emploi stable en Tunisie. Les parcours de vie sont multiples, mais un aspect est récu- rrent: aucune des personnes interrogées n’est entrée en France de ma- nière clandestine. Qu’elles soient venues pour rendre visite à des membres de leur famille, via un visa de tourisme notamment, comme étudiant ou pour travailler avec un permis temporaire, toutes sont arrivées légalement et ont vécu une période de légalité avant de con- naitre la clandestinité. Parfois, il semble que l’illégalité résulte des hasards d’une histoi- re personnelle; qu’elle survient comme une erreur de parcours. L’his- toire de Morad, bien que particulièrement longue, n’a ainsi rien d’ex- traordinaire. Son fort accent provençal témoigne de son ancrage dans la région:

—Quand t’es venu en France la première fois, c’était légal? —Oui, avec un visa, j’avais mon père ici et aussi mon frère. J’avais quinze ans, c’était en 1986, le 23 mai. Mon père, il avait une carte de séjour de dix ans, pour travailler en France; il faisait les saisons vers Orange, avec deux, trois patrons, toujours les mêmes. Maintenant il est retraité, il est rentré au bled. Et mon frère il est là, il a fait la carte en 1986, il habite ici. Que moi, j’ai pas les papiers. Mais tu vois, franche- ment, c’est la faute de mon père, parce qu’il est venu travaillé trois ou quatre mois, il est reparti, il a pas pensé qu’il va faire les papiers pour moi [regroupement familial]. Moi je suis venu, je reste deux mois et demi, après je dis: “j’en ai marre, je veux rentrer chez moi”. Mainte- nant, je suis là depuis 1989, le 9 octobre, sans partir. Après, j’avais dix- huit ans, je pouvais plus faire les papiers [concernant le regroupement familial]. Maintenant je suis vieux, j’ai 37 ans. Ca fait quinze ans que je suis pas rentré. Dernièrement, j’ai vu mon [autre] frère, mon père est venu me voir, voilà, c’est tout. Toute la famille est là-bas, je l’ai pas vue depuis 1989. —Et en Tunisie, qu’est-ce que tu faisais, tu travaillais? —Non, non. En Tunisie j’étais petit, j’allais à l’école, j’ai jamais tra- vaillé. Je travaille toujours ici, en France, au noir. Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien ______403

Morad présente un cas limite, mais parmi les personnes rencontrées, les séjours dont l’illégalité remonte aux débuts de leur carrière pro- fessionnelle ne sont pas rares. Ainsi, plusieurs étudiants ont raconté avoir perdu leur titre de séjour avec la fin de leurs études ou bien après un changement de cursus et être restés malgré tout. Ensuite, nous le verrons, ils ne parviennent pas à concevoir un retour qui té- moignerait de leur échec. Une autre source de clandestinité en zone rurale provient de ce que l’on appelle encore aujourd’hui les «contrats OMI». Il s’agit de contrats de travail saisonniers, très majoritairement destinés à l’agri- culture, qui sont conclus entre un employeur français et un étranger tandis que celui-ci se trouve encore dans son pays d’origine.6 A la fin du contrat, le salarié a l’obligation de se présenter au consulat français de son pays d’origine s’il veut conserver la possibilité d’être recruté lors de la saison suivante. Les effets pernicieux de ces contrats ont été longuement discutés par d’autres (Mésini, 2005; Decosse, 2008; Mo- rice, 2008) et nous ne reviendrons ici que sur les aspects qui éclairent notre propos. Ces contrats présentent l’avantage pour les migrants rencontrés de pouvoir travailler légalement en France tout en conti- nuant à vivre en Tunisie, tirant ainsi profit du différentiel de richesse entre les deux rives de la méditerranée. Cependant, leur reconduction d’une année sur l’autre est entièrement soumise au bon vouloir de l’employeur. Ce dernier se trouve donc dans une position de force face à son employé, ce qui peut occasionner un certain nombre de dé- rives: extension des horaires de travail, non respect de la grille de ré- munération, non paiement des heures supplémentaires, logement sur l’exploitation dans des conditions spartiates et, d’une façon générale, toutes sortes de «brimades», parfois associées à du racisme plus ou moins virulent, auxquelles le salarié est tenu de ne pas répondre s’il veut conserver son emploi d’une année sur l’autre. Cette circulation migratoire peut perdurer plusieurs dizaines d’années pour certains et devient rapidement la ressource principale, voire exclusive, des mi- grants temporaires et de leur famille. Mais les conditions difficiles imposées tant sur le plan matériel que symbolique, conduisent inexorablement à des conflits au travail.

6. Jusqu’en 2008, ces contrats étaient soumis à des accords préalables entre Etats et ne concernaient que les ressortissants marocains, tunisiens et polonais. 404 ______Los muros de papel

Or, un conflit ouvert avec un employeur est la garantie du non renou- vellement du contrat. Par effet réseau, non seulement l’ouvrier «rebe- lle» ne sera pas reconduit chez son employeur, mais il ne trouvera pas non plus a être repris par d’autres agriculteurs de la région. Dans cette situation, face à la menace de tarissement de toute ressource pécuniai- re, certains saisonniers font le choix de ne pas rentrer au bled en fin de saison. Leur titre de séjour prenant fin avec leur contrat de travail, ils se trouvent alors rapidement en situation irrégulière sur le sol français. Jusqu’en 20087 ce type de contrat était réservé aux Polonais, Marocains et Tunisiens. Mais si tous ces ouvriers étaient susceptibles d’entrer en conflit avec leurs employeurs, cela entrainait des consé- quences très différentes pour les Européens ou pour les Magrébins. En effet, tous pouvaient ainsi perdre leur permis de travail et donc de séjour, mais les Polonais pouvaient aisément rentrer chez eux puis re- venir en France, grâce à la libre circulation européenne. Pour les Tu- nisiens comme pour les Marocains, toute rupture de la légalité équi- vaut en revanche, encore aujourd’hui, à une quasi-impossibilité d’obtenir à nouveau un visa pour la France, voire pour l’Union Euro- péenne via le Système d’Information Schengen (SIS) (Fontanaud, 1996). Or, on l’a dit, ces migrants sont les principaux pourvoyeurs de ressources de leur famille, essentiellement de leurs parents, par- fois de frères ou sœurs plus jeunes. Un retour définitif sans capital plongerait toute la cellule familiale dans la pauvreté. C’est pourquoi ils font le choix de rester clandestinement en France, vivant avec très peu de moyens et envoyant la majeure partie de leurs maigres res- sources dans leur pays d’origine. Cette situation caractérisait la ma- jorité des tunisiens que nous avons rencontrés. Un autre critère apparaît déterminant au sein de cette popula- tion: l’âge d’entrée dans la clandestinité. Bien que les «contrats OMI» concernent des personnes d’âges variés, tous nos informateurs issus de cette filière avaient moins de trente ans au moment de la rup- ture et aucun n’était marié. Est-ce la raison pour laquelle ils n’ont pas accepté la soumission à laquelle on cherchait à les contraindre ou bien est-ce pour cela qu’ils restent en errance en France? Il faudrait

7. Depuis 2008 le marché du travail français est pleinement ouvert aux ressortis- sants des quinze nouveaux Etats membres de l’Union Européenne qui n’ont donc plus l’obligation de passer par ce type de contrats. Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien ______405 pousser plus avant la recherche pour répondre mais cela témoigne à minima de la difficulté à s’insérer dans un espace social et à tisser des relations une fois devenu irrégulier. Aucun d’entre eux n’envisage la possibilité de se marier avec une française et le retour étant toujours différé, ils se disent dans l’impossibilité de fonder une famille. Farid témoigne du sentiment général:

[Farid] —Personne n’est marié ici, lui il a 35 ans, moi 30 ans, lui je sais pas combien, y a personne qui est marié. Je sais pas quand, pas de fem- me, pas de maison, rien du tout. Je sais pas quand je vais le faire. C’est pas possible de rester comme ça, et c’est pas possible de faire autre chose.

Le mur de papiers

Mais ce n’est pas parce qu’ils manquent de perspectives en France que ces étrangers sans titre de séjour ne cultivent pas l’espoir d’amé- liorer leur situation. Vivre et travailler sur le sol européen étaient pour eux un objectif à atteindre; ce n’est qu’une fois tombés dans l’irrégu- larité qu’ils découvrent, au-delà des barrières érigées autour de la for- teresse Europe (Bigo, 1998), le mur de papiers qu’il faut surmonter pour gagner le droit à mener une existence normale dans ces contrées. En effet, la frontière ne se situe plus seulement sur la périphérie des Etats, elle continue, plus que jamais, à tracer des lignes de fracture entre populations à l’intérieur des territoires. Si l’étranger représente toujours l’altérité, les migrants clandestins, de plus en plus nombreux du fait de législations graduellement plus restrictives, témoignent de la capacité sans borne d’exclusion sociale des sociétés occidentales (Groupe-Frontière, Arbaret-Schulz et al., 2004). La première ambition que chérissent alors les migrants rencon- trés est d’obtenir une régularisation, sésame d’une reprise de la cir- culation entre leur pays d’origine et celui d’adoption. Les portes d’entrée ne sont pas nombreuses, mais elles existent. Au moment de l’enquête, il était encore possible d’obtenir une régularisation si l’on réussissait à faire la preuve d’une présence continue sur le territoire français depuis au moins dix ans. Une autre voie consistait à démon- 406 ______Los muros de papel trer que l’on satisfaisait un besoin professionnel particulier, qui ne pouvait être pallié par la main-d’œuvre locale.8 Il s’agissait là des deux principaux canaux empruntés par les tunisiens rencontrés dans le cadre de cette enquête. Plus marginalement, certains déposaient des demandes d’asile auprès de l’Office français pour la protection des ré- fugiés et apatrides (Ofpra). Mais pour tous ceux que nous avons inte- rrogés, ces procédures ont été vaines. Pourtant, ils sont restés et leur vie quotidienne est marquée par une succession d’échanges avec les instances susceptibles d’accorder des titres de séjour. Comme en témoigne l’extrait d’entretien ci-des- sous, les recours successifs n’ont pas pour seul but d’obtenir une ré- gularisation; les documents administratifs se substituent alors aux permis de séjour. En Espagne, la loi opère une différence entre les étrangers clandestins et les étrangers sans titre de séjour «inscrits dans les registres municipaux». L’administration distingue ainsi les inconnus des migrants en situation illégale mais répertoriés. La cho- se n’est pas différente en France puisque tous témoignent de l’utilisa- tion des récépissés préfectoraux lors des contrôles de police ou lors- qu’ils ont besoin de présenter des documents officiels:

[Ali] —Moi j’ai pris un appartement, ça fait trois ans, tout seul, avec mon nom, tranquille. Je paye mon loyer en règle, je paye mes notes, l’électricité, tranquille. —Et pour tout ça, le fait de pas avoir de papiers, c’est pas un problème, on te demande rien? —J’ai signé parce que, la première fois, j’ai été au tribunal administra- tif à Marseille, ils m’ont donné un papier pour circuler comme quoi j’ai posé un dossier à Marseille, au tribunal administratif. Voilà, j’ai été voir quelqu’un j’ai dit, «voilà, mes papiers je les ai pas encore, j’ai dé- posé le dossier, j’attends les papiers», bon, il m’a loué l’appartement, un français. —Et pour la police, les contrôles, ça craint pas? —En ce moment non. Mais j’en ai eu moi, oui, j’en ai eu combien de fois des contrôles. Mais c’est pas… du moment que t’as les papiers tu sais, les papiers de Marseille, t’as déposé un dossier. Ils me lâchent, ils

8. A partir de 2008, l’Accord cadre relatif à la gestion concertée des migrations et au développement solidaire conclu entre la France et la Tunisie a introduit plusieurs autres modalités de régularisation. Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien ______407

me disent rien. Ca fait 14 ans que je suis ici, jamais j’ai été en garde à vue, jamais je suis entré en prison, jamais au poste de police. —Mais même encore maintenant t’as les papiers administratifs de Marseille? —Ca y est, maintenant c’est fini, ils sont morts, ça y est parce que je suis refusé. Là je vais faire un nouveau dossier. —En fait, les dossiers à la préfecture, ça sert de papiers? —C’est normal, quand tu déposes un dossier, t’as le reçu, c’est normal. On te contrôle, bon, t’attends la réponse, t’as le papier, t’as déposé un dossier à Marseille. Ca, bon, tu tombes avec un mec gentil, tu fais pas de conneries, on est pas des mecs pour chercher la bagarre ou pour boi- re ou pour casser quelque chose. Voilà, tu viens pour boire un café, t’emmerdes pas les gens, jamais tu cherches les gens. Moi j’ai 14 ans ici en France, jamais je suis jamais entré dans un poste de police, ja- mais j’ai fait une garde à vue.

Au regard de ce type de témoignage, il apparaît clairement que ces migrants ne sont pas invisibles aux yeux de l’Etat. Plutôt que celui-ci les garde sous contrôle, dans une situation inconfortable, qu’il ne cherche pas à tout prix à éviter. En effet, non seulement l’Etat n’agit que rarement dans sa com- posante répressive —aux dires de tous, les expulsions restent margi- nales dans la population étudiée— mais il ne se montre pas non plus enclin à régulariser. Ainsi, au-delà de la seule existence d’une légis- lation, beaucoup de migrants découvrent la difficulté de faire valoir leur droit, en même temps que l’arbitraire administratif.

[Morad] —Moi, ils m’ont contrôlé déjà. La dernière fois, voilà, j’ai les papiers de préfecture parce que j’ai déposé un dossier à la préfecture d’Avignon. Je demande «Voilà, il n’y a pas de réponse encore?», le flic me dit «Monsieur, pas de réponse encore». Bon, j’attends. J’attends jusqu’à maintenant. Voilà, dernièrement, je suis allé à la préfecture à Avignon, j’ai dit: «C’est pas possible ça, ça fait 17 ans ici en France, j’ai pas de papiers! Je suis entré légal, j’ai la famille ici légale et tout et j’ai pas de papier, faut faire quelque chose maintenant, sinon moi je reste là!» Ils ont dit «D’accord, tu déposes le dossier, voilà». Après je suis revenu, il faut la fiche d’Etat civil de la mairie de Carpentras. J’ai fait ça, je suis revenu, il a dit «C’est bon, dans 15 jours tu reçois ton papier à la maison, ça va». J’attends. Après quinze jours, je reçois le papier, là, voilà, c’est refusé! J’ai amené la lettre la préfecture d’Avig- 408 ______Los muros de papel

non, j’ai dit «Pourquoi? Je suis refusé, je veux savoir pourquoi.» ils m’ont dit «je sais pas, je sais pas». J’ai fait un recours, le tribunal ad- ministratif, ils m’ont refusé encore.

[Mohamed] —Franchement tu comprends rien de l’Etat, parce qu’ils ont demandé des gens qui ont dix ans ici tu vois, et il y a des gens qui ont des preuves, de dix ans, même de plus de 10 ans et qu’ils ont été refu- sés. Franchement, tu comprends rien, ça veut dire quoi? Tu comprends rien. Ils ont des preuves étatiques, carte vitale, papiers d’hôpital… et pourtant, c’est quoi ça? Mais toute façon, comment vous voulez que quelqu’un qui est ici comme un clando, comment il peut avoir des preuves? Imagine, moi, je suis un clando, imagine je vais à la police ou à la mairie pour remplir un papier, me faire des preuves. Tout de suite ils vont me rattraper, voilà, ils vont me mettre en prison sinon me ren- voyer au bled.

Ce qui transparaît à travers ces témoignages de désarroi, c’est la peur et la résignation à une existence discrète. Ali rappelle que ses docu- ments ne sont valides que s’il «n’emmerde pas les gens», s’il ne «cherche pas la bagarre». Mohammed témoigne de sa crainte lors- qu’il s’adresse à la mairie ou à la police, mais ce n’est pas d’être «dé- couvert» puisqu’il est déjà répertorié par l’administration, c’est bien de subir son pouvoir discrétionnaire à tout moment. La crainte ne s’exprime pas seulement dans les face à face avec l’Etat et ses repré- sentants. Lors des entretiens, plusieurs personnes disaient éviter cer- taines zones ou certains moments de la vie sociale afin de ne pas s’ex- poser. Par exemple, ils évitent parfois les fêtes de villages où, l’alcool aidant, ils pourraient devenir la cible de rixes et se voir alors accusés de semer le trouble. Dès lors, la crainte de la mise à l’index —premier pas vers l’expulsion— dépasse le seul cadre du contrôle de police; elle s’inscrit dans tous les moments de la vie sociale. Au-delà, ils savent que même sans commettre de faute, ils peu- vent à tout instant être renvoyés dans leur pays d’origine, leur pré- sence même étant un délit. Ainsi, le contrôle renforcé, de type pa- noptique (Foucault, 1975) auquel est soumise cette population et la menace d’une sanction disproportionnée —l’expulsion— face au moindre manquement, s’ajoutent à l’arbitraire de leur devenir. Ce sont là les déterminants des comportements et des représentations de ces étrangers en France. Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien ______409

Travailleurs de l’ombre: de la culpabilité à la soumission

Dans un tel contexte, travailler est une épreuve. Elle l’est à plus d’un titre: d’une part, se faire embaucher revient à faire partager sa clan- destinité à un employeur qui n’a nul besoin de cette contrainte.9 C’est en tout cas en ces termes que les personnes interrogées se représen- taient la situation. D’autre part, cela suppose d’accepter un traitement différent de celui des nationaux dans des secteurs d’emploi déjà for- tement précarisés. Revenons sur ces deux aspects: Dans l’agriculture comme dans d’autres secteurs, l’utilité du tra- vail des étrangers en situation illégale n’est plus à démontrer (Marie, 1997; Morice, 2004). Ils apportent en effet le volant de flexibilité que n’autorise pas le droit du travail français. Le salariat agricole déroge déjà par de nombreux aspects au code du travail général et les saison- niers étrangers sous contrats dits OMI complètent ce régime d’excep- tionnalité. Toutefois, le bas niveau de salaire, la pénibilité et la forte variabilité du volume de travail (due non seulement aux saisons mais aussi aux variations climatiques et à l’imprévisibilité des commandes des chaines de distribution) qui caractérisent le secteur conduisent à des pénuries récurrentes de travailleurs temporaires. Seule une main- d’œuvre présente sur place tout au long de l’année, disponible et peu revendicative permet de pallier ces manques sans ajouter de nouve- lles contraintes de gestion du personnel (Berlan, 1986). Il apparaît alors clairement que les travailleurs étrangers clandestins satisfont dans la production maraîchère un besoin que nulle autre catégorie de travailleurs ne contente (Potot, 2010). Ils répondent à l’offre de tra- vail aléatoire, très temporaire, sans lier l’employeur par aucune obli- gation contractuelle. Voici en quels termes Hassan raconte sa recher- che d’emploi quasi-quotidienne:

[Hassan] —Hier je pars chercher du travail, je trouve le travail, un jour, deux jours, je trouve, mais sans les papiers… les patrons ils demandent les papiers, sans c’est pas souvent qu’ils acceptent. —Comment tu fais quand tu pars chercher du travail? —Je vais en vélo, allez. Je vais chercher les patrons, «Monsieur bon-

9. En France, dans le cas d’embauche d’un étranger sans titre de travail, et a fortio- ri sans titre de séjour, seul l’employeur est condamnable vis-à-vis du code du travail. 410 ______Los muros de papel

jour, ça va? Ca va. Y’en du boulot?» voilà, des paysans, des fraises, des melons, de tout… Je trouve le travail, ou je trouve pas, voilà, comment je travaille.

Mais pour qu’ils continuent à jouer ce rôle de main-d’œuvre surnu- méraire, il est impératif que ces travailleurs n’aient pas conscience de la fonction essentielle qu’ils remplissent. Confrontés à une réalité quotidienne difficile, où les jours chômés sont nombreux et où les sa- laires sont maigres, ces derniers ne se conçoivent pas, en effet, com- me les maillons indispensables d’une chaine de production. Bien au contraire, ils ont l’impression, lorsqu’un employeur —souvent agri- culteur, parfois maçon— les embauche, qu’il s’agit d’une condescen- dance à leur égard. Forts du matraquage médiatique qui entoure ces questions, ils considèrent que l’employeur prend de gros risques dans le seul but de témoigner une certaine compassion envers des person- nes dans le besoin. La recherche menée a permis de conclure que ce risque était quasi-nul dans l’agriculture. Les inspecteurs et contrô- leurs du travail fonctionnent en effet largement en sous effectifs et l’essentiel de leurs missions porte sur des contrôles de mise en sécu- rité des lieux de travail et d’hygiène. Un inspecteur racontait même lors d’un entretien que dans les rares cas où il avait pu prouver et sig- naler la présence de travailleurs sans titre de travail, le procureur n’a- vait jamais entamé de procédures judiciaires à l’encontre des emplo- yeurs. Il serait pourtant erroné de postuler que les agriculteurs se croient sous immunité lorsqu’ils pratiquent l’embauche illégale; ils reçoivent régulièrement des rappels à la loi de la part des syndicats patronaux et n’ont pas une connaissance aiguisée des pratiques en la matière. Il est certain qu’ils se savent dans l’illégalité et condamna- bles mais il apparaît aussi clairement que le recours à la main- d’œuvre non déclarée est courant dans ce secteur et ne résulte en rien d’un penchant altruiste. Pourtant, c’est bien comme cela que le perçoit Ali:

—Et avec tous ces gens que vous connaissez, vous arrivez pas à trou- ver un patron qui vous embauche régulièrement? [Ali] —Et non, la vérité non. Parce que tout le monde a peur. Bon, c’est vrai tu vois, parce que bon, on est gentil, on te laisse pas dans la merde quoi, voilà. Bon, le patron il t’engage tu vois, peuchère, il t’engage une Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien ______411

semaine par mois, deux semaines maximum. Après deux semaines le patron il va dire, bon, voilà, je t’ai dépanné, tu vas aller chez quelqu’un d’autre aussi, voilà, c’est comme ça.

Une telle représentation les conduit à cultiver un sentiment de culpa- bilité et à se sentir redevables vis-à-vis de leurs patrons. Ce sentiment, cumulé au fait qu’ils sont objectivement dans une situation de grande vulnérabilité, poussent ces travailleurs hors droits à accepter des con- ditions de travail plus désavantageuses que leurs homologues décla- rés. Si le salaire horaire au noir est en général l’équivalent du salaire minimum légal détaxé, en revanche ce sont les illégaux qui font systé- matiquement les tâches les plus ingrates, voire les plus pénibles. Dans certaines entreprises, les réguliers et les irréguliers sont clairement sur deux registres différents. Ainsi, Abdel, qui travaille occasionne- llement dans une entreprises agricole témoigne de la différence de traitement entre les dix salariés déclarés et la vingtaine d’autres:

[Abdel] —Chez Monsieur X, ceux qui ont les papiers, ils travaillent comme dans les bureaux. A midi, ils s’arrêtent deux heures. Je te jure, deux heures! Pendant ce temps, nous, on travaille, on arrête juste une minute pour manger. Pas une minute, mais dix, quinze minutes, c’est tout. Le soir, eux ils s’en vont à cinq heures, nous on travaille jusqu’à quand le travail c’est fini, même la nuit des fois! Si t’as les papiers, c’est toi le roi, si t’as pas les papiers, tu fermes ta gueule, déjà t’es con- tent si t’as le travail.

Dans tous les discours, le seul espoir d’amélioration de sa situation dans le cadre de l’emploi reste le passage par la légalité. Certains men- tionnent l’utilisation de faux papiers ou les mensonges au sujet de do- cuments dont on remet toujours la présentation au lendemain, mais ces supercheries ne durent qu’un temps.10 Lors d’entretiens avec des agri- culteurs, ceux-ci mentionnaient parfois le fait qu’ils soupçonnaient certains de leurs employés d’user de ces stratégies, mais l’acceptaient tant qu’ils avaient besoin d’eux. Un agriculteur racontait ainsi qu’il

10. Les conditions de l’enquête font que nous n’avons eu à faire qu’aux migrants en situation précaire, pour lesquelles ces stratégies s’étaient avérées inefficaces, cela ne veut pas dire que d’autres ne parviennent pas à une certaine ascension sociale par ce biais. 412 ______Los muros de papel avait fermé les yeux sur des contrefaçons de visa d’ouvriers marocains parce que les Polonais sous contrats OMI qu’il attendait n’avaient pas encore reçu leurs documents de voyage pour se rendre sur son exploi- tation et qu’il avait besoin de personnel. Il «s’en débarrasserait» (se- lon ses propres termes) lors de l’arrivée des saisonniers OMI. On comprend dès lors comment le statut migratoire, opérant sur l’état d’esprit des personnes qu’il défini, engendre des attitudes par- ticulières et crée ainsi des catégories de travailleurs qui satisfont les besoins différenciés de l’économie occidentale.

L’impossible retour

La condition de travailleur migrant est rarement agréable, mais la re- cherche sur les migrations a mis depuis longtemps en évidence que le coût matériel et psychologique de la migration trouvait sa compensa- tion dans l’acquisition d’un statut social valorisé dans la société de départ (Sayad, 1991). Quelle que soit les difficultés et le mode de vie subis à l’étranger, les retours —saisonniers, de vacances ou lors de la retraite— sont l’occasion de donner à voir sa réussite, de jouer un rôle auprès des pouvoirs locaux (Portes, 1996) et de témoigner de son as- cension sociale. Les migrants dont il est question ici ne jouissent pas de ce pri- vilège. C’est là toute la difficulté de leur position: ils sont en situation d’échec social et ne perçoivent pas d’issue en dehors de la régularisa- tion. En effet, tous ceux qui se sont présentés lors de cet entretien co- llectif récusaient toute possibilité de «faire des économies». Ils envo- yaient tous régulièrement quelques dizaines ou centaines d’euros à leurs parents restés au village mais considéraient qu’ils n’avaient pas suffisamment de ressources pour se constituer un capital. Partant, il leur est impossible de «rentrer au bled»: même s’ils témoignent de l’envie de revoir leur famille, de retourner pour quelques semaines «chez eux», ils n’envisagent pas de s’installer dans leur pays d’origi- ne sans pouvoir témoigner de cette fameuse ascension sociale:

[Farid] —Ho, j’ai pensais je vais venir ici passer les vacances en Fran- ce, je gagne un peu de sous, après je vais rentrer. Après je suis venu ici, Le mur de papiers: vivre la clandestinité au quotidien ______413

après le visa il est mort, j’arrive pas à rentrer, j’ai pas de sous, rien, pff. Je peux pas rentrer comme ça, j’ai pas de sous, rien. J’arrive pas à fai- re des économies, mais c’est obligé, je peux pas rentrer, ça fait presque 8 ans je suis ici, pff.

[Ali] —C’est la honte, franchement, c’est la honte! Les gens ça fait presque 18 ans ils sont ici et ils reviennent les mains vides, c’est la honte! [Morad] —Non, non, non, je rentre pas chez moi, même il veut m’en- voyer les papiers, je rentre pas, c’est trop la honte.

Cette impossibilité de retourner est directement due au fait qu’ils ne pourraient plus obtenir de visa pour revenir en France. C’est là un con- tre effet de la fermeture des frontières extérieures de l’Union Euro- péenne: elle enferme en quelque sorte ces migrants —devenus immo- biles— dans les bas fonds des campagnes françaises. Ces derniers se trouvent confrontés à un choix cornélien: soit assumer un échec so- cial face à leurs familles et proches en Tunisie, soit perdurer dans une situation de sous-citoyens (Réa, 1998), sous-travailleurs en France, avec l’espoir bien mince qu’un jour, fut-il lointain, ils reçoivent à leur poste restante «un papier de la préfecture qui dirait “Oui, c’est bon, ça y est, tu peux rester. T’as assez galéré, maintenant c’est chez toi ici”» (Morad).

Conclusion

Lorsque l’on écoute le quotidien des migrants sans-papiers, il appa- raît clairement que la frontière n’est pas —ou n’est plus—, un simple tracé géographique. Elle prend aujourd’hui des formes multiples qui se concrétisent par une délimitation entre citoyens et non-citoyens au sein des mêmes territoires. Le «mur de papier» est bien cette fron- tière invisible mais terriblement efficiente qui s’érige entre des popu- lations qui se côtoient et travaillent côte à côte mais dont la recon- naissance diffère. Dans un monde globalisé, l’Etat exerce ainsi son contrôle par des procédés divers, qui dépassent la simple coercition physique. On le dit tolérant lorsqu’il contraint des personnes à vivre 414 ______Los muros de papel dans la clandestinité tout en rendant compte, plus que toute autre, de leur présence, de leurs déplacements de leurs relations sociales et de leurs plus petits achats. Il exerce ainsi une pression quotidienne sur ces derniers et crée chez eux des mécanismes d’auto-censure plus efficace dans le contrôle social qu’aucune autre technique de répres- sion. Si les Etats de la mondialisation tendent à s’effacer sous leur forme traditionnelle, il est indéniable qu’ils jouent toujours un rôle primordial dans le contrôle des individus. Ils dessinent et gèrent les catégories qui sont utiles à la croissance économique des nations qu’ils gouvernent. Corrélativement, en entretenant un lien continu avec des migrants en demande de légitimité, l’Etat conserve le pou- voir de mettre un terme à l’existence de ces hors-droits en les renvo- yant au-delà de ses frontières dès lors qu’il perçoit une menace pour l’ordre social. 21. La frontera de Barajas: estrategias migratorias y mecanismos de tráfico de las mujeres latinoamericanas en España

Laura Oso Casas Facultade de Socioloxia-Universidade da Coruña

Rosalva decidió venir a España, no por ninguna razón en concreto, sino porque «le salió el viaje». Trabajaba en Colombia con una fami- lia que estaban muy agradecidos por su trabajo y decidieron hacerle un regalo, le pagaron un pasaje para venir a España un mes. La hija de sus jefes vivía ya en Madrid con su marido español, que fue quien le hizo la carta de invitación a Rosalva para poder entrar a España. Se la mandó por internet. Fue antes de la imposición del visado para los ciudadanos colombianos. Todo el mundo le decía a Rosalva que tenía que aprovechar el viaje a España y quedarse una temporada, para pro- bar si le iba bien. Cuando llegó a Barajas en el 2001 todo le pareció muy triste. Era un día sombrío, a las diez de la mañana era aún de no- che. En la cola de inmigración esperaban hombres y mujeres, con cara angustiada, asustados, que repetían nombres y teléfonos, inten- taban acordarse de calles de Madrid, de esa ciudad desconocida y misteriosa que se encontraba tras el puesto fronterizo. Ansiosos por traspasar la barrera, buscaban con la mirada la esperanza que espera- ban encontrar en esas aceras asfaltadas. Una situación tensa la que se vivía en la cola. A Rosalva se le vino el mundo abajo, y empezó a re- cordar los paisajes de Colombia, la alegría del cielo y la sonrisa de su nieta. Todo lo que había dejado en su tierra. Y, por el momento, deseó no atravesar esa barrera y volver a su país: «ojalá me devolviesen, oja- lá no me dejasen entrar en España», se decía a sí misma, aguardando la cola. Mientras, sus compañeros y compañeras de fila seguían repi- tiendo nombres de calles y números de teléfono, memorizándolos, como si rezasen un rosario, el de la inmigración. Rosalva vio la carta de invitación de su vecina de cola: tenía una firma original y un sello. 416 ______Los muros de papel

Y le preguntó ¿esa carta se la enviaron a Colombia desde España? ¡Claro!, respondió la mujer de ojos angustiados ¿a usted, no? A mí me la mandaron por Internet, dijo Rosalva. Pues va a tener problemas para que la dejen pasar a España, dijo la vocecita que antes repetía la Calle Goya. Y Rosalva deseó, aún más, que la devolviesen a Colom- bia. Llegó su turno y pensó: si les doy directamente la carta, nos evi- tamos protocolos y así me devuelven «de una vez». Ni corta, ni pere- zosa le dijo al policía ¿quiere la carta de invitación? Y empezó el interrogatorio: ¿Quién la invita?, dijo el temido señor de uniforme. Pues el señor que está ahí, Luis se llama. Si, ya, pero ¿cómo se apelli- da?, ah, pues, no sé, tiene un nombre parecido a una planta, Abrojo, o algo así. Pero señora, usted tiene que saber quién la invita a España. Bueno, si quiere que le diga la verdad, yo a él casi no lo conozco, sólo le he visto una vez en Colombia. Y el policía dijo: no es verdad, este señor nunca ha estado en Colombia. Mire, yo le conozco poco, pero ese señor si que estuvo en Colombia, porque yo le vi allí. Así que será que los españoles son igual de tramposos que los colombianos, porque a usted no le figura que estuvo en Colombia, pero yo le vi allí. Y ¿a qué dirección va?, dijo el policía. No sé, la que pone ahí en la carta. ¿No sabe a dónde va? Mire, no, es la primera vez que vengo a Ma- drid, no lo conozco bien, yo no me voy a aprender de memoria la di- rección porque es normal que no la sepa si es la primera vez que ven- go a España. Es usted muy lista, señora, dijo el policía. ¿Por qué le invita a usted este señor si le conoce tan poco? Pues porque es el es- poso de mi amiga Beatriz. Mire, yo no le estoy mintiendo, es así. El esposo de mi amiga me hizo la carta y le conozco poco porque sólo le vi una vez en Colombia, es la verdad. La conversación de Rosalva en el control de inmigración sigue las pautas de un manual de «lo que no se debería hacer cuando se lle- ga a la frontera en España». Pero a Rosalva el policía le dejó pasar. Una barrera psicológica, la de la frontera, difícil de pasar para aque- llos angustiados. Pues la actitud, las miradas, las respuestas, la sensa- ción de seguridad o inseguridad que se transmita, es lo que cuenta para poder entrar a España. Quizás el no seguir los cánones del «ma- nual del buen inmigrante» hizo que Rosalva pereciera más natural y su historia más verdadera, que la de la señora de la cola que repetía intentando memorizar esa dirección en la Calle Goya. El objeto de este texto es presentar las estrategias migratorias La frontera de Barajas ______417 que han utilizado nuestras entrevistadas para llegar a España, distin- guiendo entre la migración que hemos denominado «espontánea», fundamentalmente alimentada por las redes migratorias y comunita- rias y los diferentes tipos de tráfico de migrantes, desde el que impli- ca a pequeños empresarios o individuos particulares, hasta el relacio- nado con mafias y organizaciones criminales. Entiendo por estrategia migratoria la adopción, por parte del migrante, de una serie de elec- ciones de acción, referentes a los mecanismos a utilizar para llevar a cabo la migración, en concreto, respecto a la salida del país de origen (inversión inicial, deuda, documentación, contactos con redes ilega- les, agencias…) y la entrada al país de acogida (modalidad de trans- porte, formas de esquivar los controles fronterizos, inserción inicial a la sociedad de acogida…).1 Siguiendo la definición de Josiah Hey- man (2010), considero que las fronteras, «no responden únicamente los límites terrestres y marítimos, sino también los aeropuertos inter- nacionales, incluso si se encuentran en el interior del territorio nacio- nal», de tal manera que «el control de la movilidad dentro y fuera del espacio nacional es básico para estudiar las fronteras contemporá- neas» (Heyman, 2010, p. 76). De manera que este texto se centrará en la frontera de Barajas, a través de la cual ha llegado fundamental- mente la inmigración latinoamericana a España. Este estudio ha sido realizado con mujeres procedentes de Co- lombia y Ecuador.2 Los ciudadanos de estos países no requerían visa-

1. «Si decimos que un individuo tiene un comportamiento estratégico, queremos po- ner de manifiesto no sólo que su conducta es racional, que efectúe sus elecciones de acción en función de la percepción de sus intereses y de los riesgos que algunas elec- ciones pueden generar, sino también que se proyecta en el futuro y prefiriendo una menor ganancia hoy en aras a ventajas más estables o más importantes mañana» (Gres- le, Panoff, Perrin y Tripier, 1994). 2. Los datos que presento responden al trabajo de campo realizado personalmente por la autora en el marco de una investigación financiada por el Instituto de la Mujer (Oso, 2000a). El análisis ha sido realizado a partir de la explotación de grupos de dis- cusión, así como de entrevistas individuales y grupales con mujeres inmigrantes tra- bajadoras en el servicio doméstico y en la prostitución, dueños y clientes de clubes y pisos de contactos, así como con informantes clave en contacto directo con la realidad estudiada (ONG’s, propietarios de negocios de prostitución, trabajadoras domésticas). Un total de 124 personas han sido contadas. Entre los participantes en el estudio 52 eran colombianas y 40 ecuatorianas. El resto de los entrevistados eran de nacionali- dad española (32). El trabajo de campo ha sido realizado en Madrid, Pamplona y Ga- licia. En cuanto a la distribución por ocupación, 60 mujeres trabajaban o estaban bus- cando trabajo en el servicio doméstico y 46 personas estaban relacionadas con el 418 ______Los muros de papel do, en el momento de realizar el trabajo de campo, para permanecer como turistas por el período de tres meses, siendo ésta la vía utiliza- da por las personas entrevistadas para entrar a España, prolongando posteriormente, de manera irregular, su estancia en territorio español. En el análisis no voy a referirme, por lo tanto, a la inmigración clan- destina, cuya entrada en el país receptor es ilegal, sino a una migra- ción inicialmente legal, que debido a la prolongación de la estancia, más allá de lo estipulado legalmente, pasa a engrosar las filas de la irregularidad. Tal y como he podido observar en el trabajo de campo, tres son los pasos principales que recubren las estrategias migratorias.

1. En primer lugar estaría la reunión del monto de dinero para el viaje, que requiere, ya sea de una inversión individual, por parte del inmigrante, a partir de sus propios recursos económicos (ahorros, liquidaciones debido a despidos laborales…) o del contacto con or- ganizaciones, empresas, individuos, familiares o amistades que faci- liten el préstamo necesario. La inversión monetaria inicial se desglosa en: a) la suma correspondiente a los preparativos (obtención del pa- saporte y otra documentación, compra de ropa y objetos…); b) el pre- cio del transporte (billete de avión…); c) el dinero correspondiente a «la bolsa»: es decir, los dólares necesarios, que las autoridades en la frontera solicitan sean mostrados, para permitir la entrada como tu- rista a España.

2. El segundo de los pasos consiste en toda la serie de estrate- gias para poder esquivar el control de fronteras y los impedimentos de entrada al país de acogida. En el caso de migraciones clandestinas, donde se utiliza como entrada la vía marítima o terrestre («pateras», camiones de carga, traslado a pie, autobuses…) podríamos suponer que se requerirá, en mayor medida, para hacer frente a los controles fronterizos, la participación de redes de tráfico organizadas o de indi- viduos que faciliten el transporte y el acceso al país receptor de ma- mundo de la prostitución (32 mujeres trabajadoras o que migraron vinculadas a la prostitución, 3 españoles dueños de negocios y 11 clientes) y 18 eran representantes de ONG’s en contacto directo con la realidad estudiada. La mayoría de las entrevistas con inmigrantes trabajadoras del servicio doméstico fueron realizadas en Madrid y Pamplona, aquellas relativas al mundo de la prostitución se llevaron a cabo funda- mentalmente en Galicia. La frontera de Barajas ______419 nera ilegal. En el caso de la inmigración que nos ocupa (entrada como turista y prolongación posterior de la estancia) las estrategias para es- quivar los controles fronterizos difieren considerablemente, al no tra- tarse de una inmigración clandestina en sí. No obstante, aunque la en- trada por tres meses sea legal, las autoridades en la frontera pueden devolver a sus países de origen, a muchos inmigrantes que pretenden acceder como turistas a España.3 Las estrategias utilizadas por nues- tras entrevistadas, para poder esquivar las devoluciones en la fronte- ra, consisten principalmente en: la selección de rutas de acceso al país, el tipo de billete de avión utilizado, así como la adquisición de un savoir faire migratorio, en el cuál debe ser socializado el inmi- grante. Entre este tipo de estrategias se pueden señalar el uso de vuelos no directos a Madrid, con escala en otros países, que permiten la en- trada al espacio Schengen a partir de otros aeropuertos europeos. Las autoridades en Barajas son más proclives a la devolución, debido a la llegada masiva de inmigrantes de determinadas nacionalidades. La compra de billetes en algunas compañías europeas, supone una inver-

3. Con anterioridad a la aprobación de la Nueva Ley de Extranjería en España, pe- ríodo en el cual entraron en España muchas de nuestras entrevistadas: «según la Or- den Ministerial del 22/02/89 sobre los recursos económicos de los que deben disponer los extranjeros para poder entrar en España (BOE, 6/3/1989), para entrar sobre terri- torio español el extranjero está obligado a poseer recursos económicos suficientes para vivir en España. El artículo 2.3 de esta orden ministerial señala que los funcio- narios del control de las fronteras españolas pueden exigir una prueba de estos recur- sos económicos y si parece evidente que el extranjero no dispone de ellos su entrada en territorio español puede ser prohibida. El artículo 4.1 precisa que los controles tie- nen que dirigirse principalmente a los ciudadanos de países que estadísticamente tienen una tendencia a la inmigración ilegal en España. Además, el funcionario a car- go del control en la frontera no tienen la responsabilidad de estas expulsiones, puesto que no está obligado a firmar el proceso verbal de su decisión. Así, la entrada sobre territorio español puede limitarse de forma arbitraria» (Ochoa de Michelena, 1993). Como señala Heyman «Los funcionarios estatales no pueden impedir cada entrada o terminarían con el comercio y la movilidad global. Los oficiales no pueden permitir cada entrada, en base a suposiciones de las políticas actuales (dejaremos para después las premisas de dichas políticas). El control del tráfico normal en las fronteras siempre tiene un costo, en términos de obstrucción y retraso de movimiento. Cada persona que se interroga, cada vehículo que se inspecciona, requiere de algún esfuerzo, algo de tiempo y alguna forma de toma de decisiones. Así que hay un intercambio entre expe- ditar la movilidad (rapidez, trato) y la calidad del escrutinio. Este canje se presenta en dos niveles. Existe la fuerza general de control en las fronteras, que se aplica a cada persona que desea entrar al país. También hay la atención diferenciada que se aplica a determinadas personas en su entrada al país» (Heyman, 2010.) 420 ______Los muros de papel sión inicial más cara, pero facilita la entrada y reduce el riesgo de de- volución. Asimismo, otra estrategia utilizada para esquivar los con- troles fronterizos consiste en la adquisición de un billete en primera clase.

Uno coge el riesgo de perderlo todo porque lo deporten a uno. Hay que asegurarse, cogemos el billete en primera clase. Uno se juega la suerte […] Hay vuelos directos a Madrid y hay vuelos por escalas. Cuántas más escalas, es mejor. Yo vine por Quito, Amsterdam y Madrid. (Mu- jer ecuatoriana que trabaja como empleada de hogar, Pamplona)

El savoir faire migratorio se refiere a la necesidad de convencer a las autoridades del motivo turístico del viaje, lo cual implica llevar un determinado tipo de ropa, lejos de la forma tradicional del vestir po- pular en muchos países latinoamericanos: los vestidos no deben ser coloridos, «apretados», ni «cortos», sino que tienen que corresponder a un estilo «ejecutivo», o «elegante». Asimismo, es aconsejable teñir- se el pelo y lucir joyas, portar una pequeña maleta con algunos obje- tos clave como pueden ser un mapa o una guía de España, una cáma- ra de fotos… La actitud es igualmente determinante a la hora de pasar una entrevista en el aeropuerto, deben tenerse claros los objetivos del viaje y no cometer el error, que a una dominicana le costó la de- volución, señalando: «vengo a la playa de Madrid». Conocida anéc- dota que resume la necesidad de todo el entramado de estrategias, mediante las cuales tienen que esquivar las mujeres inmigrantes el control fronterizo y el riesgo de devolución, para poder entrar como turistas en España.

Es un viaje desesperante, te despides de la familia, estás triste y, enci- ma, te revisan en la frontera. Tienes que disimular, se supone que uno viene como turista, con poca ropa, no puede uno traer nada. (Mujer ecuatoriana trabajadora del servicio doméstico, Pamplona)

3. En tercer lugar la estrategia migratoria requiere de un con- tacto en el contexto de acogida que permita disponer de una dirección y la obtención, en su caso, de una «carta de invitación», así como la inserción inicial en la sociedad receptora (alojamiento y alimentación para los primeros días, búsqueda de empleo…). De las entrevistas realizadas con mujeres empleadas o buscando trabajo en el servicio La frontera de Barajas ______421 doméstico en Madrid y Pamplona he podido detectar una serie de es- trategias de inserción inicial a la sociedad de acogida. Esta inserción inicial puede realizarse bien sea directamente a través del empleo como internas, lo que aporta ya alojamiento y manutención, o me- diante la llegada a un piso alquilado y compartido por inmigrantes, donde puede permanecerse durante el tiempo necesario hasta encon- trar trabajo. En ocasiones, la existencia de albergues de acogida en España, pertenecientes a ONG’s, ha podido igualmente suponer una vía de inserción inicial en la sociedad de acogida, en lo que se refiere al alojamiento y manutención para los primeros días de estancia. Las vías de inserción laboral suelen ser a través de redes de contactos per- sonales entre los propios inmigrantes o contactos que mantienen las personas implicadas en la organización del viaje, o el recurso a bolsas de trabajo en ONG’s. En cuanto a las mujeres trabajadoras o emigradas con fines de prostitución se pueden diferenciar distintos tipos de inserción inicial en España. Algunas de las personas entrevistadas ecuatorianas emi- graron, no pensando en trabajar en la prostitución sino para emplearse en el servicio doméstico u otros sectores de empleo, por lo que su in- serción inicial fue mediante la acogida en pisos de familiares o cono- cidos ya asentados en España. Posteriormente, y después de trabajar en otros sectores laborales ajenos a la prostitución (servicio domésti- co, empresas), se emplearon voluntariamente en pisos de contactos, sin depender de ninguna red u organización de prostitución, sino tra- bajando para pequeñas empresas (responsables particulares de nego- cios), de manera autónoma, y rotando de piso en piso. Otro grupo de mujeres, que también llegaron de manera independiente a España, esta vez emigradas voluntariamente para emplearse en negocios de prostitución, pero sin tener relación con redes de tráfico organizadas, fueron acogidas inicialmente por amistades o familiares en sus domi- cilios o se emplearon directamente en clubes (donde se asegura el alojamiento y la manutención), que conocían a través de la experien- cia de sus compatriotas ya asentadas. Al igual que las primeras, este segundo grupo trabajó para pequeños empresarios, rotando, de forma independiente, de negocio. Por último tenemos a aquellas entrevista- das, cuya migración responde más a la modalidad de un tráfico orga- nizado en buena parte de sus fases (reclutamiento en el país de ori- gen, organización, financiación del viaje e inserción inicial). Estas 422 ______Los muros de papel

últimas fueron trasladadas directamente al club al llegar a Galicia, donde permanecieron hasta pagar la deuda, pasando posteriormente a rotar de negocio, de forma independiente. En este caso, los negocios estaban igualmente detentados por pequeños empresarios y no por grandes redes u organizaciones. Una vez señalados los tres pasos principales que recubren las es- trategias migratorias pasamos a analizar los diferentes tipos de mi- gración espontánea, o fundamentalmente apoyada por las redes fa- miliares y comunitarias, y las diversas modalidades de tráfico más organizado, o aquel que, con fines exclusivamente lucrativos, recubre buena parte de las fases señaladas (reclutamiento, financiación, orga- nización del viaje e inserción inicial).

La migración espontánea

El primer paso: la búsqueda de recursos económicos

El primer tipo de migración espontánea que he identificado es la mi- gración autónoma, en la cual el individuo o el matrimonio reune, de manera independiente, el monto de dinero necesario para pagar la in- versión inicial del viaje, ya sea mediante recursos ahorrados, la hipo- teca de una casa o propiedad, dinero conseguido tras un despido la- boral… La inmigración que conlleva una inversión inicial, por parte del inmigrante, sobre la base de sus propios recursos, es la más inde- pendiente; si bien, no es la más frecuente entre nuestras entrevistadas. Tanto en Ecuador como en Colombia, los potenciales migrantes bus- can una estabilidad económica y son pocos los informantes que dis- ponían, de manera autónoma, de suficiente dinero para la inversión inicial del viaje. La segunda modalidad de migración «espontánea», que he de- tectado en el trabajo de campo, responde a aquella que requiere el respaldo económico de la familia o amistades en el país de origen. El migrante logra los recursos económicos necesarios a través del prés- tamo de un familiar o amigo, ya sea un cuñado, los padres, un herma- no, etc. En este caso la estrategia migratoria implica, en la inversión, a nuevos actores sociales. El préstamo monetario, a través de las re- La frontera de Barajas ______423 des familiares de amistad, no conlleva una relación mercantil tan fuerte como en el caso de prestamistas privados, instituciones banca- rias…, pero no está necesariamente exento de intereses lucrativos, que pueden manifestarse de una forma más o menos directa. La inver- sión en el proyecto migratorio de terceras personas revierte, en el caso de éxito, en una serie de beneficios que pueden recibirse incluso a tra- vés del cobro directo de intereses. La estrategia migratoria que implica económicamente a familia- res o amistades, es menos independiente que la migración «autóno- ma». Existe una deuda que pagar, por lo que el migrante se encuen- tra en una situación más vulnerable. Aceptará mayores condiciones de explotación, para poder pagar el préstamo recibido y no poner en peligro la inversión económica, en la medida en que terceras perso- nas pueden verse afectadas en caso de fracaso del proyecto migrato- rio. La tercera vía de financiación detectada para el caso de la mi- gración «espontánea» está constituida por el préstamo que realizan migrantes ya instalados en España: aquellos que disponen ya de una estabilidad y unos recursos en el país de acogida envían el dinero ne- cesario para realizar la inversión que supone el viaje. Esta estrategia constituye un ejemplo clásico de la retroalimentación de la cadena migratoria, que ha sacado a la luz tradicionalmente la literatura sobre migraciones. La estrategia migratoria a través del préstamo que reali- zan otros migrantes ya asentados puede responder a una mera finali- dad de solidaridad amistosa o de reagrupación familiar; si bien, puede responder también a fines lucrativos. Sin llegar a suponer un tráfico claramente mercantilizado y organizado, algunos inmigrantes ya asentados se benefician económicamente de la inversión en la migra- ción de terceras personas.

El segundo y tercer paso: esquivar el control fronterizo y conseguir los contactos en España

La migración «espontánea», tanto la de carácter autónomo, como aquella que implica económicamente a familiares y amistades en el país de origen, así como la apoyada, desde el punto de vista financie- ro, en la red migrante, suele conseguir, a través de las redes comuni- 424 ______Los muros de papel tarias, tanto el savoir-faire necesario para esquivar los controles fron- terizos, como los contactos para la inserción inicial en el país receptor. Cabe señalar que el recurso a contactos en España a través de las re- des personales no es siempre altruista, sino que puede estar expuesto a una serie de intercambios económicos que benefician a los migran- tes ya instalados.

Mi mujer tenía el dinero para venir a España, ella sólo pagó por la car- ta de invitación. Le hicieron pagar 180.000 pts por la carta de invita- ción. (Antonio —marido de una inmigrante colombiana que migró para trabajar en un club—, Galicia)

Para venir a España, mi cuñado me prestó el dinero. Mi prima me ani- mó a venir a España diciéndome que podría trabajar como camarera en el bar que había puesto su marido. Al llegar a Pamplona, me encontré que quería que trabajase en el bar, pero no cobrando, decía que el bar no daba para poder pagarme. Vine sin ninguna ropa de invierno, me dijo mi prima que me prestaría y no me prestó. (Mujer ecuatoriana que busca trabajo como doméstica, Pamplona)

En Madrid y Pamplona, como en otros contextos de acogida, la inmi- gración ecuatoriana tiene una organización comunitaria muy estruc- turada en torno a pisos compartidos, en los cuales se alojan tanto hombres, como mujeres que trabajan como domésticas externas. Las internas utilizan el piso como alojamiento secundario para los días li- bres. Pisos masificados donde llegan a convivir más de diez personas y que funcionan como focos de acogida para la inserción inicial de los inmigrantes recién llegados (primer alojamiento y manutención). En los pisos se suele cobrar una cantidad de dinero variable por la es- tancia, que, en algunas ocasiones, supone un negocio para aquellas personas que detentan el alquiler del mismo, llegando a beneficiarse económicamente de la situación de vulnerabilidad de los recién lle- gados. Como vemos, la cadena migratoria también contribuye, aun- que sea de una manera menos visible y más indirecta, a la explotación y al éxodo, con fines lucrativos, de seres humanos. La frontera de Barajas ______425

A caballo entre la migración «espontánea» y el tráfico de migrantes. Entidades en el país de origen que participan en el éxodo de migrantes: instituciones bancarias, prestamistas privados y «agencias de viaje»

Al lado de las estrategias migratorias que se apoyan básicamente en la red migratoria y comunitaria, existe todo un entramado de entida- des en el país de origen, que con fines exclusivamente lucrativos, par- ticipan en el éxodo de migrantes, sin que esto llegue a constituir un tráfico organizado en la mayoría de las fases (recursos, viaje, acogida en España). Estas entidades funcionan principalmente a la hora del préstamo de la financiación necesaria. Varias de las personas entrevis- tadas ecuatorianas, empleadas o buscando trabajo como domésticas en Madrid y Pamplona, utilizaron como estrategia el recurso a prés- tamos bancarios. Para ello es necesaria la presentación de un «aval». La entidad bancaria cobra todos los meses unos intereses por el prés- tamo realizado. Por lo general, familiares o amistades, que disfrutan de una cierta estabilidad económica (propiedades), y que permanecen en el país de origen, suelen presentarse como avales. El dinero del préstamo incluye el monto correspondiente a lo gastado en el billete, así como la cantidad de la «bolsa de viaje». Por lo general, la estrategia utilizadas para reducir el cobro de intereses es enviar, lo antes posible, una vez ya en España, el dinero relativo a «la bolsa». No obstante, este envío está constreñido al logro de un em- pleo, que permita no tener que sobrevivir, durante los primeros días de la estancia, gracias a los dólares de la bolsa de viaje, y poder, así, transferirlos cuanto antes. La urgencia que requiere la transferencia de la bolsa de viaje, con el fin de reducir los intereses del préstamo, conlleva una situación de especial vulnerabilidad para el inmigrante recién llegado, que estará dispuesto a realizar cualquier tipo de em- pleo y a someterse a mayores condiciones de explotación laboral. Entre las entrevistadas ecuatorianas, empleadas o buscando tra- bajo en el servicio doméstico, una modalidad muy frecuente es el re- curso a lo que llaman «agencias de viaje», que funcionan como pres- tamistas, pero también participan en la organización del viaje (compra de billete) y en la socialización del migrante (adquisición del savoir faire migratorio) para pasar los controles fronterizos… Las agencias de viaje reclaman, igualmente, al igual que las entidades bancarias, 426 ______Los muros de papel unos intereses al inmigrante. El dinero correspondiente a la «bolsa» debe transferirse, de la misma manera, lo antes posible o, de lo con- trario, los intereses del préstamo aumentan considerablemente. Las «agencias de viaje» también requieren de «avales» que respondan, en el país de origen, en caso de que la deuda no sea cubierta. Como vemos, la «agencia de viaje», supone la modalidad que más se aproxima, entre las que venimos hasta ahora analizando, al tráfico de migrantes, en la medida en que con fines lucrativos partici- pa en las fases de financiación, organización y socialización (savoir- faire necesario para esquivar el control fronterizo). La única fase que no cubre necesariamente la «agencia de viaje» sería en lo relativo a la oferta de contactos (dirección e inserción inicial) en España. Por lo general, nuestras entrevistadas que utilizaron, en su estrategia migra- toria, la vía de la «agencia de viajes» disponían ya de sus propios contactos en el contexto receptor, a través de la red migratoria y co- munitaria, aunque algunas si emigraron con el alojamiento en un ho- tel ya concertado desde la agencia en Ecuador. Entre nuestras entre- vistadas de origen colombiano es también frecuente el recurso a prestamistas privados para obtener la financiación necesaria para el viaje. Estos prestamistas, al igual que las «agencias de viaje» en Ecuador, demandan un «aval» que responda por la deuda en el país de origen y cobran unos intereses por la misma.

El Tráfico de migrantes o la participación de individuos u organizaciones, con fines lucrativos, en la mayoría de las fases del éxodo. Migrantes ya asentados, individuos independientes y empleadores

Entre nuestras entrevistadas, trabajadoras o emigradas para emplear- se en un club en Galicia, encontramos una estrategia migratoria, que consiste en el recurso a individuos, que bajo un contrato, no funda- mentado en relaciones amistosas o familiares, sino básicamente mer- cantil, participan en el éxodo en la mayoría de sus fases (reclutamien- to, financiación, organización del viaje e inserción inicial en España). Una persona que viaja desde España o un contacto en Colombia se encarga de reclutar, en un número reducido (una, dos o tres), a unas La frontera de Barajas ______427 cuantas mujeres. Las personas que están detrás de este tipo de tráfico, más independiente y no relacionado con grandes redes u organizacio- nes, suelen ser mujeres inmigrantes que tienen ya una cierta estabili- dad económica y legal en España. Prestan el dinero necesario para su- fragar los gastos del viaje y de la bolsa, así como para la adquisición de algunos objetos (ropa, perfume, etc.). Recogen a las mujeres, una vez llegadas al aeropuerto en Galicia, trasladándolas directamente para trabajar en un club. Las mujeres deben pagar la deuda, que sue- le ascender a cifras mucho más elevadas (entre seiscientas mil y un millón o más de pesetas), que en el caso de préstamos por parte de amistades o familiares ya emigradas. Es menester subrayar que no ne- cesariamente está implicado en el proceso el dueño del negocio don- de trabajan las recién llegadas. La deuda no es, por lo tanto, exigida, en todos los casos, por los dueños de los clubes o pisos de contactos. El tráfico de inmigrantes no tiene por qué depender del responsable del negocio, sino del individuo que invierte, con un objetivo exclusi- vamente lucrativo, en el éxodo de terceras personas. En otras ocasiones, si existe una asociación entre los dueños de los clubes y los individuos responsables del reclutamiento, financia- ción y organización del viaje. Algunas de las personas entrevistadas han relatado cómo mujeres inmigrantes ya asentadas en España, «traen» de manera independiente a mujeres a España, que posterior- mente «venden» a dueños de negocios. Asimismo, algunos propietarios de clubes o pisos de contactos también se implican directamente en la financiación y organización del viaje de mujeres para trabajar en sus negocios. En este caso, aun- que no necesariamente, la situación de dependencia y explotación puede llegar a ser mucho más fuerte, que entre aquellas mujeres que migraron de manera autónoma, apoyadas por la red familiar o comu- nitaria, o vinculadas a personas, que de una forma independiente a los negocios de prostitución, se encargan de reclutar, financiar y organi- zar la salida y llegada de inmigrantes a España. Pero, como es bien conocido, el tráfico de migrantes no afecta únicamente a las mujeres empleadas en negocios de prostitución. Los datos del trabajo de campo revelan que la implicación de personas, que de manera lucrativa y bajo un contrato mercantil, no basado en relaciones personales (familiares o de amistad), se encargan del éxo- do de inmigrantes, en la mayoría de sus fases (reclutamiento, organi- 428 ______Los muros de papel zación del viaje e inserción inicial) también se reproduce para el caso de las mujeres emigradas para trabajar como empleadas de hogar. Asimismo, tal y como se puso de manifiesto en trabajos anteriores de investigación, algunos empleadores del servicio doméstico reclutan directamente, financian y participan en la organización del viaje de mujeres para trabajar en sus hogares (algunas supuestamente entrando como turistas a España) (Oso, 1998). ¿Supone esta modalidad igual- mente tráfico de migrantes?.

Redes y organizaciones de tráfico de inmigrantes

Por último, a través de los medios de comunicación, es bien conocida la existencia, en España, de mafias4 y redes criminales organizadas que trafican con seres humanos, ya sea con mujeres para negocios de prostitución, como con otros inmigrantes, utilizando, para ello, vio- lencia o amenazas y coerción. Aunque este estudio no ha cubierto este tipo de organizaciones,

Conclusiones

En estas líneas he intentado sintetizar las principales estrategias mi- gratorias utilizadas por las personas entrevistadas, de origen colom- biano y ecuatoriano, trabajadoras domésticas y empleadas en clubes y pisos de contactos, en Galicia, Madrid y Pamplona. Con estrategias migratorias me he referido a las elecciones de acción respecto a los mecanismos de salida del país de origen (inversión inicial, deuda, do- cumentación…) y de entrada a España (transporte, formas de esqui- var los controles fronterizos, inserción inicial en la sociedad de aco- gida). Para ello nos hemos centrado en estudiar las estrategias para

4. Caldwell et al. considera un grupo criminal organizado como una mafia si «está caracterizado por actividades criminales orientadas a ganancias, utiliza la violencia o amenaza de violencia, gasta recursos para disuadir la cooperación entre sus miembros con la policía y corrompe la autoridad de gobiernos legítimos» (Cadwell et al., 1997, p. 50, traducción propia). La frontera de Barajas ______429 hacer frente a los controles fronterizos en Barajas. Hemos elaborado una tipología, que lejos de pretender enclaustrar y recoger todas las modalidades, espero suponga un instrumento de análisis. Insisto en el carácter abierto del esquema analítico, en la medida en que es preci- samente la complejidad, de actores sociales implicados en la inmigra- ción, lo que me interesa resaltar. Ni el tráfico de inmigrantes se redu- ce a las grandes organizaciones criminales, ni la emigración que he denominado como «espontánea», aquella apoyada básicamente en las redes migratorias y comunitarias, está siempre exenta de fines lucra- tivos, contribuyendo también a la explotación y al negocio que supo- ne, la inmigración irregular.

PARTE VII

TRÁNSITO Y CIRCULARIDAD

22. De las pateras al transnacionalismo; formas sociales e imagen de los movimientos migratorios en el Marruecos contemporáneo

Michel Peraldi y Ahlame Rahmi

Para aquellos que escuchan la radio, miran las cadenas locales y leen de manera regular la prensa en el Marruecos actual, salta a la vista que, en materia de inmigración, la cuestión (cuando no la obsesión) de la clandestinidad ocupa todo el espacio público mediático. En las ondas de una de las radios más escuchadas, Medi 1, que difunde des- de Tánger para todo el Magreb, la cuestión de la inmigración se resu- me en las travesías clandestinas hacia Europa. Cada boletín informa- tivo, que se repite cada hora diariamente, actualiza un doble recuento: el primero, macabro, de los muertos en el estrecho; el segundo, como si de una señal de alerta se tratara, de los desembarcos y arrestos en las islas Canarias (España) o en Lampedusa (Sicilia). Esta crónica, y con ella las representaciones que se le vinculan en Europa, donde se ha desarrollado en el período «post-Schengen», constituye desde hace algunos años la manera ordinaria con la que la opinión marroquí (aquella construida en los periódicos y medios de comunicación, o la más informal, de los cafés y de la calle) trata el fenómeno migratorio. Llamaremos a esta representación «paterismo»: una visión que com- bina compasión y estigmatización sobre un fondo de concepción ex- clusivamente policial, incluso criminalizadora, de los movimientos migratorios; una visión que centra la mirada y la reflexión en los «que atraviesan» clandestinamente con destino a Europa, en detrimento de la pluralidad de formas y de dinámicas de circulación entre el Ma- greb, África y Europa. 434 ______Tránsito y circularidad

«Paterismo» y complejidad

Efectivamente, resulta paradójico observar que, sea cual sea el aumento de los efectivos de desembarco clandestino en Europa, éstos sólo alcanzan un porcentaje muy débil con respecto a las migraciones legales validadas por los consulados europeos. Para el año 2005, por ejemplo, los países europeos acordaron respectivamente: en el caso de Francia, 358.1761 visados a ciudadanos magrebíes, contra 393.962 en 2004, y 160.358 visados a ciudadanos provenientes del África francó- fona (el saldo migratorio era de 100.200 en 2004 u de 102.900 en 2005); en el caso de Italia, 37.285 visados a ciudadanos magrebíes (mientras que en 2004 el saldo migratorio en Italia era de 558.200, éste bajó a 338.000 en 2005); en el caso de España, se registró en 2004 un saldo migratorio positivo de 610.100 inmigrantes, y de 652.300 en 2005.2 España se clasifica así como primer país europeo de acogida, en el que 709.174 extranjeros de origen africano obtuvieron en 2006 una autorización de residencia contra 649.251 en 2005.3 En 2004, Es- paña concedió 621.592 contratos de trabajo, de los cuales 592.096 eran contratos temporales a ciudadanos de países africanos (contra 795.779 en 2005). En 2005 se registraron 7.066 llegadas clandestinas a España, de las cuales 4.715 se produjeron en las islas Canarias. El número de clandestinos interceptados en 2006 alcanzó la cifra de 33.126, subrayando así un efecto «embudo», que influye en el aumento de los flujos.4 En Marruecos, esta construcción política implica una doble no- vedad en el imaginario de la inmigración. De esta dramaturgia surge la figura del subsahariano, originario del África negra y aspirante a la emigración hacia Europa, sobre quien se ejerce todo el celo policial

1. Se trata del total de visados A, B, C, LTV, D y D+C. 2. Eurostat (2006), «Statistiques de population, Tableaux détaillés», Luxembourg, office des publications officielles des communautés européennes, 161 p 3. Fuente: Ministerio de trabajo y asuntos sociales, Observatorio permanente de in- migración. 4. «Es aquí donde hay que buscar las razones de fondo de la llegada de miles de per- sonas a las Canarias durante el año 2006; el refuerzo de los controles en el estrecho de Gibraltar, las agresiones cometidas en Ceuta y Melilla en el otoño de 2005 […]. Los candidatos a la emigración no tienen otra alternativa que explorar nuevas rutas cada vez más peligrosas.» Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (2007), «De- rechos humanos en la frontera sur 2006», disponible en . De las pateras al transnacionalismo ______435 que actualmente viene desplegado por el «consorcio represivo» euro- magrebí.5 Sobre la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación del reino de Marruecos, se puede leer lo siguiente:

los ciudadanos subsaharianos representan hoy en día la proporción esencial del fenómeno de la emigración clandestina dominada por re- des con ramificaciones internacionales. La emigración clandestina de los nacionales ha experimentado una estagnación durante los últimos años y un retroceso ostensible desde 2002».6

Se inventa así una doble ficción: por un lado, la de la irrupción repentina de nuevas poblaciones, como si Marruecos nunca hubiera tenido contacto migratorio anterior con África; y por otro lado, la del tránsito, según la cual los «subsaharianos» estarían simplemente de paso en Marruecos, aspirando al viaje hacia Europa.7 No obstante, se puede observar que la presencia africana en Marruecos es antigua, so- bre todo en lo que respecta a las cofradías religiosas «mixtas», como la Tijaniyya, implantada tanto en Senegal como en Fez, donde nació.8 La presencia de estudiantes africanos en las universidades marroquíes es una realidad más antigua de lo que el «paterismo» daría a creer. Desde 1995, en el que se registran 2.125, el número de estudiantes africanos en Marruecos no ha conocido grandes fluctuaciones, hasta llegar al año 2004, en el que la cifra estimada es de 3.295.9 La con- sistencia del flujo de tránsito subsahariano es difícilmente calculable,10

5. Migreurop (2006), «Le livre noir de Ceuta et Melilla», 106 pp., disponible en . 6. Ministère des affaires étrangères et de la coopération du Maroc, «La lutte contre L’émigration clandestine: un phénomène aux multiples facettes», disponible en . 7. En 2001, la delegación española en el Consejo del Parlamento Europeo subraya- ba que «los emigrantes clandestinos aprovechan los fallos de los controles en las fron- teras y otras lagunas a nivel de medidas de control. Algunos países de tránsito de- muestran poca determinación a la hora de combatir los flujos migratorios irregulares para no convertirse a su vez en países de destino», disponible en . 8. E. Grégoire y A. Schmitz (2000), «Monde arabe et Afrique noire: permanences et nouveaux liens», Autrepart, n.º 16, pp. 5-20. 9. Fuente: Ministère de l’enseignement supérieur, de formation des cadres et de la recherche scientifique, Francia. 10. Sylvie Bredeloup y Olivier Pliez (2005), «Migrations entre les deux rives du Sa- hara», Autrepart, n.º 36, pp. 3-20. 436 ______Tránsito y circularidad lo que implica, en un primer caso, que habría que asimilar todo africa- no a un individuo en tránsito (lo que constituye una tergiversación de la realidad de la presencia estable de subsaharianos en los países del Magreb); o lo que obliga, en el segundo caso, a establecer recuentos en las fronteras para una población que presenta una gran movilidad y que, por lo tanto, es imposible censar. Bajo estos registros discursivos, se inventa una representación según la cual la naturaleza del pasaje define el modo migratorio. Di- cho de otra manera, que la legalidad (o la ilegalidad) del viaje bastan para construir la figura del inmigrante, y su estatus en las sociedades que recorre o en las que se instala. Puesto que nadie duda (excepto quizás cuando uno escucha a los individuos en tránsito) del hecho que los «pateristas» son forzosamente «emigrantes», aspirantes a una vida nueva y duradera en «los algodones» de la Europa próspera y de- mocrática. Este proceso provoca, pues, un oscurecimiento del significado de «inmigración» dentro de la diversidad de formas de movilidad. El destino, el desenlace del proceso migratorio, es opaco, como si estu- viera ocultado por el modo de desplazamiento. Si se nos permite re- crear la siguiente imagen, el discurso disciplinario, en el sentido fou- caltiano del término, produce aspirantes a la inmigración que están eternamente bajo sospecha. Querríamos subrayar que el «paterismo» aplicado al Magreb no es solamente el alineamiento oportunista (aunque evidentemente tam- bién se trata de esto) de Marruecos con respecto a las posiciones disci- plinarias de Europa. Algunos lo creen así, y critican este alineamien- to, que consideran demasiado diligente y contrario a la construcción de solidaridades panafricanas.11 También puede ser considerado como la expresión de una pérdida de significado de la inteligibilidad de los procesos migratorios y de su variedad. Dicho de otra manera, y to- mando prestados los términos de Zygmunt Bauman,12 las migraciones son «redundantes», ya no se enmarcan en un régimen de utilidad que proporciona un sentido a su significado y consecuencias, inmediata-

11.M. Lahlou (2005), «Le Maroc et les migrations des Africains du sud du Sahara. Evolutions récentes et possibilités d’action», Critique économique, n.º 16 (verano-eté- automne, 2005). 12. Z. Bauman (2006), «Vies perdues. La modernité et ses exclus», Manuels Payot, París. De las pateras al transnacionalismo ______437 mente comprensibles para los miembros de las sociedades de las que proceden los inmigrantes. Formulamos la hipótesis que esta pérdida de sentido, más que los cambios de destino o de modalidad, marca hoy en día, en un país como Marruecos, la contemporaneidad de la si- tuación migratoria. Los países occidentales han fracasado por duplicado en lo que anteriormente se consideraba un deber de Estado: definir las condi- ciones de dignidad o de indignidad de la condición nacional. Por un lado, multiplicando las medidas discrecionales y arbitrarias de regu- larización (como en Italia); por otro lado, rechazando, en nombre de un ideal de flexibilidad y de pragmatismo económico, toda defini- ción de una política migratoria.13 La condición de emigrante hoy en día en Europa flota en la ambigüedad política. No obstante, como lo demuestran numerosas investigaciones, el maltusianismo de los Es- tados occidentales tampoco ha impedido la extensión de los fenóme- nos de movilidad y de circulación proveniente de los países del Sur clásicamente suministradores de emigración, sobre todo entre el Magreb y Europa. La condición de emigrante, en su sentido clásica- mente fordista y en el sentido antropológico desarrollado por A. Sa- yad,14 se encuentra actualmente desagregada en una extensa gama de movilidades, incluso de forma pendular. El carácter enigmático de los espacios-tiempo sociales dentro de los cuales se enmarcan los in- migrantes se basa en la combinación de dos factores: degradación de la ciudadanía y multiplicación de las formas de movilidad. La emi- gración se define entonces como una experiencia social plena, como una «condición» en el sentido simmeliano del término, tanto inscri- ta en los enclaves de ausencia de derechos de los países de acogida, como en los espacios de extraterritorialidad, en las sociedades de partida. Así pues, describir las migraciones hoy en día ya no supone únicamente, como había sido el caso antes, analizar los estatutos atribuidos a los inmigrantes por el Estado o las empresas y las con- diciones de vida asociadas a este estatus. Describir la migración es, fundamentalmente, identificar los espacios-tiempo «transnaciona-

13. E. Bribosia y A. Rea (eds.) (2002), «Les nouvelles Migrations. Un enjeu euro- péen», Complexe, Bruxelles, 283 pp. 14. A. Sayad (1999), «La Double Absence. Des illusions aux souffrances de l’im- migré», Seuil, París, 437pp. 438 ______Tránsito y circularidad les», lugares improbables que la globalización inserta, como si de aporías se tratara, en el interior de las soberanías nacionales debili- tadas.

Movilidades transnacionales

El suceso que vamos a describir ha provocado menos revuelo que la llegada de clandestinos a las costas españolas. No obstante, desde un punto de vista estrictamente antropológico, constituye una señal de cambios profundos en las relaciones entre los inmigrantes marroquíes instalados en Europa y su patria de origen. Este año 2007, aprove- chando una conjunción bastante extraña que hacía coincidir la fecha del Aïd el Kbir, con las fiestas de fin de año en Europa, se ha asistido en Marruecos a una llegada masiva e inusitada de marroquíes residen- tes en Europa. Hacia finales de diciembre, podían contarse en el puer- to de Tánger cifras casi equivalentes a los flujos estivales: 202.208 marroquíes residentes en el extranjero transitaron por el puerto (sali- das y llegadas) durante el período comprendido entre el 20 de diciem- bre de 2006 y el 8 de enero de 2007. De manera más general, los regresos de los inmigrantes instala- dos en Europa crecen de manera regular y tienden a librarse del ritmo estival impuesto por las constricciones de la vida obrera. A grandes rasgos, los inmigrantes vienen cada vez con mayor frecuencia a Ma- rruecos, para períodos más cortos que antes pero más repartidos a lo largo del año. Los marroquíes del extranjero se instalan en la regula- ridad de los regresos, o más exactamente, construyen, como se de- muestra cuando las fronteras son cercanas,15 una especie de dinámica pendular. El hecho aún es más claramente observable en los recién ju- bilados. Para ellos, la jubilación es cada vez menos una reinstalación definitiva en Marruecos, sino más exactamente una instalación en las idas y vueltas regulares entre Europa y Marruecos, sobre todo si los vínculos con el país de inmigración continúan vivos: «la jubilación permite satisfacer finalmente de manera plena esta doble pertenencia,

15. L. Faret (2003), «Les territoires de la mobilité: migration et communautés trans- nationales entre le Mexique et les Etats-Unis», CNRS Editions, París, 351 pp. De las pateras al transnacionalismo ______439 esta necesidad de estar a la vez en Francia y en el “bled”16 y cada uno inicia, a su ritmo, un largo movimiento bascular».17 Pero la regularidad de las relaciones con los MRE está lejos de ser la única forma de organización de la movilidad; más exactamente esta movilidad de los retornos vacacionales se desarrolla dentro de un verdadero dispositivo circulatorio, que integra trayectorias continuas dentro de un gran arco territorial que se extiende desde el centro de Marruecos (de donde son originarios los inmigrantes más recientes) hasta Europa. Algunas líneas regulares de autocar, formales (a través de compañías como Linebus y Eurolines) e informales, garantizan re- laciones bisemanales entre la región de Beni Mellal y Nápoles. Se trata de un rasgo constitutivo, subrayado por ciertos investigadores18 de los «nuevos» inmigrantes marroquíes: el desarrollo, al mismo tiempo que la emigración, de este dispositivo circulatorio, totalmen- te vinculado a las formas comerciales en las que se basan los empleos ejercidos por los inmigrantes. En el marco general de la precarización de los segmentos del mercado de trabajo consagrado a los inmigran- tes (que dificulta el ejercicio de una única profesión, pero igualmen- te la apertura de profesiones artesanales y de sectores comerciales a estos inmigrantes), en definitiva, con la construcción de redes comer- ciales entre Europa y el Magreb,19 la intensidad de los intercambios y la instrumentalización comercial de las redes de la diáspora es una evidencia. Llamemos la atención sobre esta paradoja: en el momento en el que Europa se pretende y se rige como «fortaleza», los inmi- grantes establecidos tejen vínculos comerciales y construyen espacios económicos transnacionales entre «aquí» y «allí». Este entramado re-

16. N. de la T: pueblo, «patria chica». 17. F. Schaeffer (2001), «Mythe du retour et réalité de l’entre-deux. La retraite en France, ou au Maroc?», Revue Européenne des Migrations Internationales, vol. 17, n.º 1, pp. 165-176. 18. C. Schmoll (2004), «Une place marchande cosmopolite: dynamiques migratoi- res et circulations commerciales à Naples», thèse en Géographie à Paris 10-Nanterre 550 pp. A. Tarrius (2002), «La Mondialisation par le bas: Les nouveaux nomades de l’économie souterraine», Coll. Voix et regards, Balland, París, 168 pp. M. Peraldi y V. Manry (2001), «L’esprit de bazar: mobilités transnationales maghrébines et sociétés métropolitaines. Les routes d’Istanbul», en M. Peraldi (ed.), Cabas et containers: ac- tivités marchandes informelles et réseaux migrants transfrontaliers, Maisonneuve et Larose, París, pp. 329-361. 19. M. Peraldi (2005), «La gare d’Alicante est le centre d’un monde», en E. La Pa- rra y T. Fabre (ed.), Paix et guerres entre les cultures Entre Europe et Méditerranée, Actes Sud, Arles. 440 ______Tránsito y circularidad lacional es importante para hacer plausible y aceptable el «deseo de Europa» que experimentan numerosos candidatos a la inmigración… Puesto que numerosas familias marroquíes tienen ahora mismo lazos de parentesco con Europa; de hecho, se trata de un eufemismo: ra- ros son los marroquíes que no tienen algún miembro de su familia en migración. Y estos emigrantes, por su modo de vida pendular, consti- tuyen cada vez más una presencia concreta en su país. Podemos decir que, actualmente, un cierto tipo de inmigrante se ha establecido, presente y activo, en el interior de la propia so- ciedad marroquí. Este ideal-tipo es la oposición del imaginario y de las categorías bajo las cuales se pensaba a los emigrantes no hace mucho tiempo. Estamos lejos de la condición de doble ausencia tal como la define A. Sayad: «Dentro de la condición de inmigrante se inscriben todo orden de contradicciones: ausente de su familia, de su pueblo, de su país, y acosado por una especie de culpabilidad inex- piable; pero también ausente, a causa de la exclusión de la que es víctima, del país de llegada, que lo trata como simple fuerza de tra- bajo».20 Los inmigrantes, al menos una proporción, se encuentran inmersos en una doble situación de implicación y activismo. Lo mismo sucede en el caso de una parte importante de las relaciones comerciales entre Europa y el Magreb, o en el caso de la implicación en la vida social y cultural, o incluso en la vida política de regiones remotas.21 Los protagonistas de la dinámica pendular transnacional constituyen sin duda alguna una élite (puesto que una élite también existe en el ámbito de la inmigración). Ellos forman una especie de club, menos que una cofradía pero más que una simple condición ob- jetiva, porque se trata de gente que se reconoce como tal y que com- parte complicidades y connivencias tejidas durante las largas perio- dicidades de los espacios-tiempo de espera y de tránsito. Es fácil caer en el error de confundir a los pasajeros de los autobuses y de las camionetas por «clandestinos» o inmigrantes ilegales. La mayoría de este tipo de pasajero está debidamente provista de visados, incluso si esta oficialidad no excluye la posibilidad de estratagemas22 y sub-

20. En A. Sayad (1999), op. cit. 21. T. Lacroix (2005), Les réseaux marocains du développement, ed Presses de sciences Po, París, 257 pp. 22. P. Vermeren (2002), «Les marocains rêvent de l’europe» en le Monde diploma- tiqe, juin 2002, . De las pateras al transnacionalismo ______441 terfugios.23 La mayoría dispone de un fuerte capital social y relacional transnacional. Pero la banalización de las formas pendulares se puede percibir mejor aún cuando se constata que ésta concierne al mundo rural marroquí más tradicional. En una investigación realizada en la región norte-oriental del país, los investigadores evidencian que un tercio de la población de agricultores interrogados presentan hoy en día una doble residencia, una en España y la otra en Marruecos, lo que les permite completar su actividad rural tradicional de ganadería con empleos en España, aunque sean muy precarios.24 Esta «doble vida» está acompañada de formas pendulares regulares entre las dos orillas. A la inversa, es erróneo pensar que solo los clandestinos com- parten una especie de condición desfavorable en el momento de emi- grar, de la los que viajan legalmente estarían preservados. Este es uno de los principales efectos del paterismo: dar a creer que solo los «clandestinos» experimentan la precariedad. De hecho, un gran nú- mero de trayectorias migratorias se realizan en situación de precarie- dad, en el sentido que el recurso a mano de obra inmigrante se orga- niza a través de una estrategia de precarizacion de ciertos segmentos del mercado laboral25. El caso de las obreras agrícolas actualmente con- tratadas por capataces españoles, en condiciones muy precarias, cons- tituye una buena ilustración. En 2007, por una promesa de 34 euros diarios de salario, 15.000 mujeres de todo Marruecos se presentaron a la selección organizada por Freshuelva (asociación de productores y de exportadores de fresas) y la ANAPEC (Agencia Nacional de Pro- moción del Empleo y de las Competencias) para la contratación de obreras agrícolas temporales. Esta operación se saldó con la elección de 3.000 obreras, la mayoría de las cuales eran mujeres casadas y ma- dres. Así lo señaló el director de la ANAPEC: «se dará la prioridad a las mujeres casadas y con hijos. De hecho, esta operación esta desti- nada a las categorías mas necesitadas».26

23. M. Charef (2004), «La situation géographique comme facteur facilitant la mi- gration irréguliére dans un pays de transit, Cas de Tanger». 24. M. Tozy (dir.) (2002), «Enquête rurale participative, Projet de développement et de parcours dans l’Oriental», PDEO/CIDA, Rabat. 25. A. Réa y M. Tripier (2003), «Sociologie de l’immigration», Editions la décou- verte, París, 122 pp. 26. Hajar Dehhani (2007), «L’Espagne recrute 3000 ouvriers marocains», en . 442 ______Tránsito y circularidad

Lo mismo destaca en los relatos de las marroquíes que emigran hacia los Emiratos o los países del Golfo. Contratadas a través de un sistema de patronazgo (la kafala), la documentación les es confiscada hasta la fecha de partida y son liberadas a familias que las explotan y las confinan.27 La suerte de estas mujeres, que son seducidas con pro- mesas de trabajos de institutriz, jefa de cocina o cuidado de enfermos, y que se ven obligadas a trabajar como domésticas o relegadas a «sir- vienta para todo», es la misma que viven las nuevas esclavas y que se denuncia en los «gender studies».28 Este caso ilustra bien el hecho que la precariedad, incluso el os- tracismo, no son privilegio de los clandestinos: muchos países divul- gan que la pertenencia a la umma no garantiza una buena acogida en los países musulmanes.29 Los países del Golfo rechazan hoy en día atorgar una situación particular a los trabajadores árabes y demues- tran una preferencia oficial por la mano de obra asiática, menos cara, más dócil, políticamente neutra y sin presentar ningún riesgo de ins- talación definitiva. Los Emiratos Árabes Unidos son el único país del Golfo que se propuso reducir los flujos de trabajadores asiáticos y que puso en práctica, desde 1980, una política que garantiza que el 30 % de la mano de obra extranjera es árabe (a través de la firma de convenciones con Marruecos y Túnez). Esta política, no obstante, nunca ha sido realmente aplicada. Además, no garantiza ninguna for- ma de protección social ni de condiciones humanas de trabajo a las mujeres que emigran. Si se considera que las migraciones «clásicas», en el sentido de finalizadas y dedicadas a mercados laborales específicos, se orientan cada vez más a empleos precarios y a condiciones salariales cada vez mas degradadas; y si admitimos, puesto que las cifras son inciertas y poco fiables (sobre todo con respecto a las migraciones hacia el Golfo)

27. UNFPA (2006), «Etat de la population en 2006, vers l’espoir les femmes et la migration internationale», UNFPA, New York, 107 pp. 28. M. Bals (1999), «Les domestiques étrangères au Canada: esclaves de l’es- poir», L’Harmattan, París, 239 p. L. Mozére (2005), «Les bonnes Phillipines à Paris», Migrations Sociétes, vol. 17, n.º 99-100, pp. 217-228. L. Oso y C. Catarino (1997), «Les effets de la migration sur le statut des femmes: le cas des Dominicaines et des Marocaines à Madrid et des Cap-Verdiennes à Lisbonne», Migrations Société: Les femmes immigrées en France et en Europe, vol. 9, 52, pp. 115-130 29. Lavergne (2003), «Golfe arabo-persique: un système migratoire de plus en plus tourné vers l’Asie», Revue Européenne des Migrations Internationales, vol. 19, n.º 3. De las pateras al transnacionalismo ______443 que estas migraciones conciernen a una mayoría de mujeres; entonces esta lógica de precarización, combinada con un proceso general de fe- minización de la inmigración, es una de las grandes características de la evolución de las dinámicas migratorias en Marruecos. Desde casi el fin del siglo XIX, con los primeros movimientos migratorios significativos hacia Europa, parece que nada ha cambia- do verdaderamente. Continúan los mismos destinos (las grandes re- giones agrícolas latifundistas en Europa, o las regiones de las familias árabes ricas en Oriente Medio), las mismas profesiones y empleos (el jornalero agrícola y el de doméstica). La única diferencia es que estos empleos actualmente ya no se insertan en un programa de promoción social y profesional, sino que pasan a dar continuidad a un cierto es- tado de repartición de la pobreza. Estas formas de emigración por motivos de trabajo atestiguan, más que de un ciclo promocional, de su contrario: la precarización forzosa de categorías sociales que co- nocieron tiempos mejores en la generación precedente.

Héroes y víctimas

Los marroquíes siempre han emigrado clandestinamente. Confronta- dos a dispositivos y procedimientos burocráticos a veces penosos, mu- chos de los emigrantes del siglo pasado han optado por «atajos» para alcanzar Europa. «La inmigración marroquí en Francia ha estado mar- cada por las salidas clandestinas, cuya proporción supera o se aproxi- ma al 90 % del efectivo marroquí que estaba presente en Francia du- rante el período colonial».30 La historia de las migraciones marroquíes hacia Europa es también la historia de una clandestinidad que podría- mos cualificar como tranquila, ya que nunca fue objeto de ninguna atención especial y sólo aparecía sobre la escena pública en ocasiones excepcionales (operaciones de regularización, arrestos o tragedias), tanto en los países de acogida como en los países de origen.31

30. A. Atouf (2003), «Les Marocains en France de 1910 à 1965: l’histoire d’une im- migration programmée», en Coloquio «Dynamiques migratoires marocaines: histoire, économie, politique et culture», Casablanca, 13-15/6/2003. 31. J. Ray (1937, p. 396) cita el caso de los marroquíes que fueron hallados muertos en la bodega de un barco. 444 ______Tránsito y circularidad

Durante los años 90, la aparición mediática de los «harragas»32 marca una inversión de esta representación ligada a las dinámicas mi- gratorias. El «hrig» dará nombre a una práctica que aún no había sido bautizada. El hecho de que se utilice este calificativo no tiene rela- ción con el modo de travesía o con las astucias que atestigua, así que el cambio está más relacionado con el sentido simbólico que se da a esta práctica. El «hrig» es un solitario, un aventurero heroico, el «pa- terista», al contrario, es una víctima anónima. Paralelamente a los procesos de victimización y de estigmatiza- ción de los cuales los «pateristas» son objeto en la prensa y los medios de comunicación, hay otro cambio perceptible en el discurso ordinario sobre la migración: al contrario que los «héroes» «incendiarios»33 de vida y de papeles, exaltados por la opinión, el paterista es un débil, un inocente estafado, un campesino mal informado, víctima de su ino- cencia y de su debilidad, cuando no de su precipitación. De la misma manera que se invocan las condiciones de vida de los candidatos em- pujados a la emigración, hay una visión mecanicista de la desespe- ranza (el desespero conduce a la emigración como un fracaso empuja al suicidio a quien, literalmente, ya no es amo de su destino). A dife- rencia del «harraga», el paterista es un anti-héroe, víctima indistingui- ble, sin personalidad, hombre sin carácter, prisionero de los tentáculos de las mafias, empujado por fuerzas superiores que lo desbordan y lo aplastan. Este proceso atestigua dos rupturas: más que en la emigración propiamente dicha, en las representaciones que genera; y en el orden social y el sistema de valores de la sociedad de origen de las emigra- ciones. Puesto que estas figuras, el harraga o el paterista, en su defi- nición y su diferencia marcan la emergencia discreta de una lógica discriminatoria y de un proceso de segmentación imaginaria. Clan- destinos o no, los emigrantes de épocas anteriores se confundían y sólo se distinguían por su posición social, en situación de inmigra- ción o en su país. Su aparición marca que desde ahora hay clases de emigrantes adulados o sospechosos en función de la manera cómo

32. Ver en este mismo número el artículo de Chadia Arab sobre el origen del térmi- no y las formas migratorias que describe. 33. Nota de traducción. «Brûleurs» en el texto original. Es una traducción literal del término árabe «hrig». Se refiere metafóricamente a los que «queman», o se saltan, las fronteras y las leyes. De las pateras al transnacionalismo ______445 intentan la aventura. Lo mismo se produce incluso en el interior de la clandestinidad. Puesto que mientras la opinión de la calle ensalce, ad- mire y salude las hazañas de los que despistan a la ley o tuercen los reglamentos disciplinarios, como si se tratara de heroicidades depor- tivas; mientras esta misma opinión desconfíe y rechace a los que no tienen más alternativa que tomar, como si se tratara de animales aco- rralados, el más indigno de los medios de paso. Esta segmentación social manifiesta un cambio fundamental en el propio estatuto de la migración, puesto que ya no hay un único tipo de inmigrante, sino va- lientes e indignos, los que merecen y los despreciados; el modo mi- gratorio produce así una segmentación social que ya es identificable en la sociedad marroquí en transformación, entre el urbano empren- dedor y espabilado, el arribista astuto y el «palurdo». Este imaginario segmentario permite explicar sin duda porqué la opinión marroquí acepta con facilidad y animosidad manifiesta el ali- neamiento político de Marruecos con la criminalización de los inmi- grantes, más allá de la constatación simplista de un oportunismo de fachada. De manera más fundamental, eso demuestra que en Marrue- cos ya no hay una única emigración, socialmente homogénea y pro- ductora de un sola división entre «sedentarios» que se quedan en el país y emigrantes, sino una serie de segmentaciones y de segregacio- nes sociales que la propia «sociedad emigrante» repercute. La divi- sión entre legales e ilegales, clandestinos y regulares es en definitiva mejor aceptada por la sociedad marroquí, aunque ella constituya una violencia objetiva en una sociedad en la que la emigración continúa siendo un fenómeno regular, cuando ella concretiza divisiones y dife- rencias sociales significativas. Este ejemplo permite evidenciar con mayor claridad un hecho antropológico mayor: el acto y el proyecto migratorio se han conver- tido en marcadores de individualización, productores de una identi- dad individual, incluso de emancipación. Raros son actualmente los estudiantes que emigren en grupos constituidos por individuos del mismo origen o de la misma formación, a causa de las políticas se- lectivas de reagrupación y de distribución en base a cuotas en las uni- versidades. En el mismo sentido, las emigraciones femeninas, con la excepción por supuesto de las migraciones de obrera agrícolas, son individualizadas y solitarias, sobre todo porque son obra de mujeres solteras: madres solteras, divorciadas, repudiadas. Los viajes comer- 446 ______Tránsito y circularidad ciales, finalmente, son obra de individuos «espabilados» y «emanci- pados», que sólo movilizan vínculos débiles y solidaridades pragmá- ticas.34 Mencionemos finalmente el acto simbólico que constituye la sa- lida, o más propiamente dicho las huidas, de los niños de las calles de Casablanca o de Tánger, que se esconden en los barcos, o que se cuel- gan, arriesgando sus vidas, a las carcasas de los camiones con desti- no a Europa. Es cierto que podemos ver en estos actos un «proyecto migratorio». Pero en la medida en que esta aventura termina, nueve de cada diez veces, con un desembarco puro y simple (y una que otra bofetada) o, en el caso de los más gloriosos, con un retorno forzoso al país, se trata sobre todo de un rito de iniciación improvisado por los chavales (que no disponen de ningún otro espacio de socialización en el cual esta iniciación a la vida adulta les sea ofrecida por sus padres). Incluso aunque compartan la misma condición de pobreza y de humi- llación, estos menores «escapistas» no se confunden con los otros me- nores cuyo numero no para de aumentar en las «pateras».35 Puesto que estos últimos no cumplen ningún ritual, simplemente obedecen a es- trategias elaboradas a veces en el seno de la propia familia rural de la que son originarios. «No es raro encontrar que los padres son en con- nivencia con sus hijos en su proyecto. Considerando la emigración como una forma de promoción social, no dudan en vender una parce- la de tierra o un algunos animales, o incluso solicitar un crédito para pagar los 15.000 a 30.000 dirhams».36 Una disyunción social se ha operado en la propia migración en- tre procesos migratorios que se han convertido en formas de realiza- ción individual, verdaderas pruebas existenciales a través de las cua- les fracciones enteras de la dudable clase mediana marroquí intenta

34. M. Peraldi (2002), «The law of networks», en L. Roulleau-Berger (dir), Youth and work in the post industrial city of Europe and North America, Academic Publi- sher Brill, Londres. 35. «Hasta finales de 2002, los menores emigraban principalmente como pasajeros clandestinos en barcos o escondidos debajo de camiones. Desde enero de 2003, el número de menores que llegan a las costas andaluzas a bordo de pateras a aumentado. Esto produce una nueva variante, la “paterización” de la inmigración de menores» Fe- deración SOS Racismo (2005), «Menores en fronteras: expulsión de menores marro- quíes sin garantías y violación de derechos», en . 36. Loubna Bernichi (2004), «Ces enfants qui défient la mort», en . De las pateras al transnacionalismo ______447 consolidar su identidad sobre el ideal de promoción social. Esta pro- moción social ya no es automáticamente proporcionada por el diplo- ma, por el matrimonio o por la herencia, sino que se conquista de ma- nera personal e intransferible y, de cierta manera, con «los propios pies». Evidentemente, los «harragas», las mujeres domésticas de los países del Golfo, o los menores que se fugan, no pueden ser asimila- dos a los miembros de las clases medias. Recordemos sin embargo que se trata de figuras extremas, y que lo esencial de las emigraciones marroquíes son migraciones legales, validadas por visados debida- mente atribuidos y controlados. Y esta emigración, formada por estu- diantes, diplomados, comerciantes, constituye esencialmente, en las jerarquías sociales locales, una cierta clase media. Los «harragas», los menores emigrantes o las prostitutas forman la leyenda negra, los héroes legendarios que destacan sobre todo por su rol imaginario. Puesto que estas figuras atestiguan dos rupturas dentro del orden ima- ginario de la emigración: en primer lugar, el hecho que el proceso de precarización de las filiaciones y de los destinos migratorios está en cierta manera ratificado por las conciencias y los individuos, como si se tratara de un riesgo indisociable de la migración; y por otro lado, que el proyecto migratorio tiende a individualizarse, puesto que ya participa en la definición del destino social de un grupo, sino todo lo contrario, implica una dinámica de emancipación (incluso de desga- rro), de aquellos a los que la evolución de la sociedad marroquí envía al estatuto de excluidos (o de excedentes), obligados a espabilarse para trazarse el propio camino. Recordemos para acabar que, durante casi un siglo, tanto la ma- yoría de la élite social marroquí como las clases medias superiores se formaban en Francia. Una vez formados, estos técnicos, ingenieros, diplomados superiores, volvían a Marruecos para capitalizar su for- mación y su diploma en empresas y sobre todo en la administración. Hay en día, no faltan los ejemplos que ilustran una inversión de este ciclo. Puesto que actualmente son sobre todo las élites marroquíes formadas en las grandes escuelas de ingenieros y en las universidades locales, quienes van a capitalizar en Europa, Canadá o los Estados Unidos. Pero esta emigración está acompañada casi todo el tiempo por una precarización, incluso una descalificación: en Canadá, el mé- dico obligado a ejercer de taxista no es un mito (F. Héran, 2007).37 In- cluso cuando ejercer la profesión para la que han sido formados, es- 448 ______Tránsito y circularidad tos diplomados lo hacen bajo condiciones de déficit estatutario o en condiciones de precariedad y de discriminación con respecto a los na- cionales.

Conclusión

Contrariamente a lo que a veces se afirma precipitadamente, los flu- jos migratorios de Marruecos no se han transformado durante los úl- timos años hasta el punto de evidenciar un cambio de tendencia. La historia conoce otras dinámicas y circulaciones migratorias que pre- sentan una mayor inercia de lo generalmente se piensa. Los cambios de rutas, de afectación o de destino a veces solo son pequeñas pertur- baciones insertas en grandes rutinas, aleteos de mariposa. Lógica de precarizacion, lógica de formas pendulares y de des- membración de diásporas, extensión de la inhospitalidad incluso en los países árabes, feminización e individualización. Todos estos ras- gos, aquí someramente descritos, de re-configuración de las migra- ciones marroquíes atestiguan cambios fundamentales, incluso en el orden social marroquí. Puesto que, en definitiva, las migraciones ex- ponen públicamente sobre la escena internacional problemas que su- peran el de la pobreza «digna» (puesto que basada en un déficit eco- nómico), de la cual las migraciones fordistas serian expresión y legitimación. Los movimientos migratorios contemporáneos, tanto en su imaginario como en su realización, evidencian problemas sociales que no tienen exclusivamente como fundamento la pobreza o una si- tuación económica frágil. Las aventuras migratorias (que los deter- ministas no se sientan molestos, los candidatos a la emigración son aventureros) tienen también como motor crisis internas de la estruc- tura familiar, rupturas en los regimenes de pertenencia de la sociedad marroquí.

37. F. Héran (2007), «Le temps des immigrés: essai sur le destin de la population française», Ed le seuil, la république des idées, 110 p. 23. La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb1

Juan David Sempere Souvannavong Dpto. de Geografía Humana. Universidad de Alicante

Introducción

En Europa residen varios millones de ciudadanos de origen magrebí que mantienen estrechos vínculos con sus regiones de origen. Uno de los aspectos más significativos de esta realidad es todo el ir y venir de personas, servicios y bienes. La evolución de este trasiego evidencia la creciente complejidad de los movimientos migratorios y de las mi- norías generadas por la inmigración en Europa. España es desde hace décadas un espacio de tránsito entre Euro- pa y el Magreb; este hecho se hace muy visible cuando en verano los magrebíes de Europa regresan en coche a sus regiones de origen para pasar las vacaciones. Para agilizar este tránsito estival por la penín- sula se organiza desde hace años una operación cuyo estudio aporta informaciones al debate entorno a las minorías y las políticas migra- torias.

En Europa Occidental residen desde hace décadas varios millones de ciudadanos de origen magrebí que, con independencia de su lugar de nacimiento o de la nacionalidad que hayan adquirido, mantienen es- trechos vínculos sociales, económicos y familiares con sus regiones

1. Este capítulo es una revisión de J. D. Sempere Souvannavong, «Nuevas rutas de tránsito de los magrebíes por Europa: la ampliación del “Paso del Estrecho” en A. Pla- net Contreras y F. Ramos López (coords.), Marruecos y España. Una vecindad en construcción, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 2005, pp. 259-278 450 ______Tránsito y circularidad de origen en el Magreb. La presencia de una comunidad tan numero- sa, que con los años se va transformando y se va asentando, es una cuestión esencial en los asuntos internos del Magreb y de Europa Oc- cidental además de acaparar gran parte de las relaciones de todo tipo que hay entre ambas regiones. Uno de los aspectos más significativos del fenómeno magrebí en Europa y en el Norte de África es el ir y venir de personas, servi- cios y bienes tanto materiales como inmateriales entre las dos regio- nes. La extraordinaria evolución de este trasiego a lo largo de varias décadas evidencia la creciente complejidad de los movimientos mi- gratorios y de las minorías inmigradas en Europa. España que sólo puede considerarse recientemente un país con fuerte presencia magrebí es desde hace décadas un espacio de tránsito entre Europa y el Magreb. Sus puertos meridionales son el origen de las conexiones más cortas —y más baratas— hacia el Magreb. Esta si- tuación, junto a aspectos como la mejora de las infraestructuras, el in- cremento de las líneas en ferry o la supresión de las fronteras en la UE, ha mejorado en los últimos lustros las conexiones con el Magreb. El momento más llamativo de este tránsito es sin lugar a dudas el verano, cuando muchos residentes magrebíes regresan de vacacio- nes a sus países de origen y atraviesan parte de España en sus sobre- cargados automóviles para ir a embarcarse hacia Marruecos o Arge- lia. Para evitar los problemas derivados de esta afluencia se organiza desde mediados de los años 1980 la denominada Operación Paso del Estrecho (OPE) que pretende agilizar el tránsito de los magrebíes por la península. Tras más de dos décadas de Operación, la evolución de las líneas y del número de pasajeros y vehículos que transporta cada una de ellas durante el verano permite mostrar conclusiones sobre el tránsito de magrebíes.

El creciente tránsito de los magrebíes por España

Tras el final de la segunda guerra mundial algunos países de Europa Occidental se transforman por necesidad en el destino de una signifi- cativa inmigración laboral originaria, por primera vez, de regiones no europeas. En Francia, donde se venía recibiendo trabajadores europeos La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb ______451

desde el siglo XIX, se adquiere en ese momento el convencimiento de que una de las causas de la derrota era la debilidad demográfica y la escasa natalidad. A partir de 1946 este país refuerza su política mi- gratoria y se transforma en el destino de una incipiente inmigración canalizada por el gobierno y las empresas. Estos trabajadores eran originarios tanto de Europa como de las colonias y protectorados franceses siendo el Magreb una de las principales regiones de origen y muy en particular ciertas zonas de la Argelia francesa. Durante las primeras décadas la presencia magrebí en Francia fue exclusivamente laboral y muy mayoritariamente argelina y mas- culina pero a partir de los años 1960 la Guerra de Independencia ar- gelina provocó un mayor interés por la mano de obra tunecina y ma- rroquí y un fuerte incremento de ésta última que ha terminado por ser tan importante como la argelina y por estar muy presente en Bélgica, Países Bajos, Alemania, Italia y España. Por otra parte la crisis de los 1970 empezó a modificar el perfil de los magrebíes. La reagrupación familiar y la mejora de la estabilidad jurídica de muchos inmigrantes dotados ya de permisos de larga duración e incluso de la nacionalidad marcan el inicio del fin del «mito del retorno», el incremento de su visibilidad social y el principio del debate sobre la integración de los inmigrantes en Europa. Desde entonces, aunque resulte controvertido reconocer la exis- tencia de comunidades o de minorías, residen en Europa Occidental más de dos millones de magrebíes o de europeos de origen magrebí; mujeres y hombres de todas las edades y de casi todas las condiciones que mantienen a menudo fuertes lazos afectivos y socioeconómicos con las regiones de origen. Estos lazos se traducen, entre otras cosas, por un ir y venir de personas y de bienes que se hace por vía aérea y sobre todo por vía marítima, a través de las líneas de ferry que unen Europa y el Magreb a través del Mediterráneo Occidental. En este tránsito han predominado durante años las líneas que sa- lían de los puertos del sur de Francia en dirección a Marruecos, Ar- gelia y Túnez por ser este el país donde residían la inmensa mayoría de los magrebíes. La Península Ibérica, como territorio intermedio entre el Magreb y Europa Occidental era una zona de paso potencial para los magrebíes residentes en Europa, sin embargo no es hasta los años 1980 que se observan cambios significativos en este tránsito. La mejora de las carreteras españolas, la entrada en vigor del Tratado de 452 ______Tránsito y circularidad

Schengen y el incremento del nivel de vida de muchos magrebíes ex- plican un aumento constante y regular de su tránsito por España y la diversificación de las rutas de retorno a la región de origen. Durante los años 1980 y 1990 muchos magrebíes, sobre todos originarios de Marruecos y del oeste de Argelia, descubren la opción de pasar por España lo que va a motivar grandes cambios en la concepción de las líneas que cubren el Estrecho de Gibraltar. Más recientemente, sobre todo desde los años 1990, el avión se transforma en un medio muy presente en todo el vaivén que se da en- tre Europa y el Magreb. Los principales aeropuertos europeos tienen conexiones regulares con el Magreb y desde la irrupción de las com- pañías de bajo coste el número de conexiones, tanto por parte de és- tas últimas como de las convencionales, se ha diversificado e incre- mentado de una manera muy significativa. Esta realidad se observa especialmente con Marruecos, un destino muy presente en el mapa de rutas de las compañías aéreas. A modo de ejemplo cabe indicar que en España operan con el Magreb al menos nueve compañías;2 la ma- yoría lo hacen desde Madrid y Barcelona pero también desde aero- puerto como Alicante, Valencia, Sevilla, Málaga, Girona, Gran Cana- ria, Palma de Mallorca. La opción de tomar el avión genera ciertamente una alternativa donde no había antes más que el barco. A pesar de ello parece evi- dente que ambos medios de transporte no compiten por que sirven a clientelas diferentes. El transporte aéreo, y en especial el de las com- pañías de bajo coste, sirve a todo un segmento de personas, los turis- tas, que antes no viajaba al Magreb. Éstos pueden adaptarse a las se- veras limitaciones de peso del transporte aéreo pero no las personas que retornan a sus regiones de origen durante las vacaciones.

Los orígenes de la «Operación Paso del Estrecho»

El incremento además de ser anual se da sobre todo en determinados momentos del año, como el verano o las festividades del calendario

2. Jet4you, Ryanair, Easy Jet, Iberia, su franquicia Air Nostrum, Royal Air Maroc, Spanair, Air Algérie, Tunisair… La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb ______453 musulmán, en los que se multiplica el número de personas que van al Magreb a pasar sus vacaciones sobre todo a través del Algeciras, el puerto más próximo al Norte de África. A principios de los años 1980, cuando se incrementa el número de marroquíes que transitaban por la Península, los puertos del sur España, las ciudades y las conexiones con el Norte de África no esta- ban preparados para una afluencia tan grande que iba aumentando de año en año. A finales de los años 1970 y a principios de los años 1980 la lógica de las líneas marítimas en el Estrecho estaba más centrada en la conexión estratégica con los territorios españoles del Norte de África y en un tránsito «ordinario» con Marruecos que en responder a la demanda de la comunidad magrebí residente en Europa Occi- dental. La ciudad donde lógicamente surgieron los problemas por la falta de medios y de infraestructuras fue Algeciras. Durante los ve- ranos el incremento del número de coches y de personas colapsaban la ciudad y las carreteras de acceso al puerto. Por una parte la insufi- ciencia de barcos y de rotaciones provocaba esperas de hasta varios días en los períodos de punta y un fuerte incremento de la población transeúnte que no tenía ningún tipo de atención especial (espacios de espera acondicionados, servicios sanitarios, traductores, vigilancia, limpieza…); por otra parte la falta de infraestructuras lastraba los ac- cesos a la ciudad y al puerto (carreteras saturadas, falta de informa- ción, atascos urbanos…). Ante la urgencia y la evidente necesidad de un dispositivo extraordinario el Ayuntamiento de Algeciras y el Gobierno Civil de Cádiz solicitaron a la Dirección General de Pro- tección Civil la elaboración de un Plan de Emergencia para multi- plicar las inversiones y coordinar las distintas actuaciones de las ad- ministraciones y de las entidades privadas (Ruíz Boada, 2002). En 1983 se puso en funcionamiento la «Operación Tránsito» (López García, 2004) limitada a Algeciras y Ceuta y, en 1991, esta opera- ción se transformó en la «Operación Paso del Estrecho» a la que se han ido incorporando los puertos andaluces que tenían conexiones regulares con el Norte de África: Málaga y Almería (ambas con Me- lilla). Un momento importante en la «Operación Paso del Estrecho» fue cuando en verano de 1992 se dieron dos circunstancias que obligaron a reforzar los medios para la Operación. Durante aquel verano una huel- 454 ______Tránsito y circularidad ga de camioneros en Francia bloqueó muchas carreteras del país y en- tre ellas los accesos a España con lo que se obstaculizó el recorrido de muchos de los vehículos que venían a España. Cuando se desconvo- có la huelga el tránsito recuperó su fluidez y en pocas horas llegó a los puertos de embarque la oleada de vehículos que habían estado atrapados en Francia. Una vez en Algeciras los magrebíes se encon- traron con una reducción de las rotaciones a menos de la mitad debi- do a la huelga de una de las dos compañas que operaban en este puer- to. Las esperas, las incidencias de todo tipo y el colapso de la N-340 entre Cádiz y Málaga durante más de tres días provocaron un males- tar entre los residentes y los transeúntes que fue convenientemente mediatizado por los medios de comunicación nacionales e interna- cionales que se encontraban desplegados en España a la espera de los Juegos Olímpicos de Barcelona que se inauguraron el 25 de julio de 1992 (Ruiz Boada, 2002). El impacto de estos problemas, a pesar de que ya funcionaba un dispositivo especial, provocó una reflexión y un punto de inflexión en la «Operación Paso del Estrecho» entorno a la necesidad de so- bredimensionar los medios y las medidas para enfrentarse no sólo a incremento estival de pasajeros sino a la aparición de circunstancias excepcionales como huelgas, nieblas o temporales en el peor de los momentos. Desde entonces se observa por una parte una diversifi- cación de los puertos de embarque con la creación de nuevas líneas desde Tarifa, Barcelona, Alicante y sobre todo desde Almería; y por otra parte el aumentado de la oferta desde Algeciras pues ya no son dos, sino diez las compañías marroquíes y europeas que cubren y compiten en la línea entre Tánger y Algeciras con lo que en la ac- tualidad, en temporada baja, hay más de veinte rotaciones diarias en los dos sentidos entre las 6:00 de la mañana a las 21:30 de la noche. Se trata de un auténtico puente marítimo entre Algeciras y Tánger que satura aún más el Estrecho y que en ocasiones ha provocado ac- cidentes, el más importante de los cuales sucedió el 16 de julio de 2000 cuando un choque frontal entre dos ferries a la entrada de la ba- hía de Algeciras se saldó con la muerte de seis pasajeros y heridas en otros dieciocho. A pesar de todo estos medios el tránsito de magre- bíes por España sigue sin estar al abrigo de problemas de saturación como el que sucedió en el 24 de diciembre de 2006; aquel año coin- cidieron las Navidades y el Aïd (1/1/2007) y transitaron muchas más La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb ______455 personas de las previstas con lo que se colapsó el puerto de Algeci- ras.3

El funcionamiento de la operación

La «Operación Paso del Estrecho» que estuvo en sus inicios muy cen- trada en el puerto de Algeciras se amplío durante los años 1990 a casi todos los puertos españoles con líneas regulares de pasajeros hacia el Magreb: Málaga, Almería, Ceuta, Melilla y finalmente Alicante. Des- de el punto de vista organizativo su característica más destacada es sin lugar a dudas la «transversalidad» pues en ella participan admi- nistraciones y entidades privadas de muy diverso origen coordinadas por la Dirección General de Protección Civil del Ministerio del Inte- rior y, a nivel local, por las Unidades de Protección Civil de cada subdelegación de Gobierno. Además de las compañías navieras y de Protección Civil participan las Direcciones Generales de la Guardia Civil, de la Policía y de Tráfico del Ministerio de Interior; todas las delegaciones y subdelegaciones del gobierno de las provincias impli- cadas; las Autonomías a través de los servicios sanitarios; el Ministe- rio de Fomento a través de los puertos y de la Dirección General de la Marina Mercante. Los informes de la Dirección General de Protección Civil pre- sentan la «Operación Paso del Estrecho» como un dispositivo que pretende responder a situaciones de emergencia producidas por coli- sión de buques; llegadas masivas de vehículos; accidentes en los re- cintos portuarios; situaciones meteorológicas adversas y alteración del orden público. Los objetivos son proporcionar un marco organi- zativo para la ejecución de las labores en situaciones de emergencia; coordinar las distintas administraciones y entidades privadas; mini- mizar los riesgos de accidentes y promover una oferta naviera y unos espacios portuarios adecuados a las demanda. Se trata en definitiva de un dispositivo de emergencia que a lo largo de los años y de la ex- periencia acumulada se amplía a nuevos puertos y a otras zonas como

3. Para evitar nuevos problemas en Semana Santa de 2007 se organizó una opera- ción extraordinaria. 456 ______Tránsito y circularidad son los pasos fronterizos con Francia (donde se hace un seguimiento de la entrada de vehículos para conocer con antelación el ritmo de lle- gadas a los puertos de embarque), las áreas de descanso en las auto- pistas y autovías. La Operación tiene además numerosos aspectos de- rivados como son la formación de asistentes sociales para participar en la misma; la información a los transeúntes (folletos, mapas, carte- les en árabe en las bifurcaciones importantes…) o el conocimiento de algunas de sus características (origen, número de ocupantes por ve- hículo, estructura demográfica, tipos de coches…) con el fin de ajus- tarse un máximo posible a la necesidades. La Operación dura todo el verano y se divide en dos fases que se solapan durante un mes: la operación de salida, del 15 de junio al 15 de agosto, y la operación de retorno, del 15 de julio al 15 de septiem- bre. La mayor parte de las dificultades se concentran en la operación de salida pues es cuando se da el mayor riesgo de avalancha de co- ches y de retenciones en los puertos. Es durante los dos primeros me- ses durante los cuales la alerta y las asistencias sanitarias y sociales funcionan un máximo, los días más difíciles son los de principios y finales de mes, en particular durante los últimos días de julio y los primeros de agosto en los que se cruzan las dos operaciones, la ope- ración salida que alcanza su máxima amplitud y la operación retorno. Esta última por lo general causa menos dificultades por que en el de- sembarque no hay tiempo de espera y por que el regreso de las vaca- ciones es más escalonado. Por otra parte, dentro del funcionamiento de la Operación, hay que mencionar la construcción de infraestructuras, que si bien no de- penden de la «Operación Paso del Estrecho», han agilizado de forma decisiva el tráfico viario, en especial la mejora de la N-340 entre Es- tepona y Algeciras que elimina el último tramo sin desdoblar del re- corrido que viene de Francia y la construcción de tramos autopistas de circunvalación a Málaga ante la saturación de las autovías de la zona. Además de la parte española hay que indicar que en Marruecos existe un dispositivo comparable llamado «Opération Transit» y co- ordinado con la «Operación Paso del Estrecho». Está gestionado por la Fondation Hassan II cuyo objetivo es mantener los lazos entre Ma- rruecos y los marroquíes residentes en el extranjero y una de sus fun- ciones es precisamente facilitar el tránsito estival de los migrantes ha- La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb ______457 bilitando áreas de descanso en las carreteras y autopistas, instalando puntos de información y atendiendo a los emigrantes en los puertos de desembarque y embarque, muy especialmente el de Tánger. Este último dispositivo tiene un paralelo con la «Operación Paisano» que desde 1989 organiza el Gobierno de México para fomentar el regre- so de sus nacionales residentes en EE.UU., y de sus divisas, a las re- giones de origen durante las vacaciones. Aunque en el caso de Méxi- co el objetivo principal de la operación era el de reducir las numerosas extorsiones que sufrían los migrantes y que amenazaba su retorno du- rante las vacaciones.

Tendencias en la «Operación Paso del Estrecho»

Tendencias generales

Desde sus inicios hasta 2007 la Operación ha conocido en sus cifras ge- nerales un aumento constante tanto de vehículos como de pasajeros hasta alcanzar, ese año, los dos millones ochocientas mil de personas en el conjunto de las líneas participantes. Esto se debe a la mejora de las infraestructuras, a la incorporación de nuevas líneas, al fuerte cre- cimiento del número de residentes magrebíes en España y a que la opción de pasar por los puertos españoles se ha afianzando mucho en- tre los magrebíes residentes en Europa en perjuicio de las líneas tra- dicionales que salen del sur de Francia. Además de estos factores no cabe duda de que esta tendencia demuestra el buen funcionamien- to de la Operación, particularmente en lo que se refiere a los medios puestos para reducir los tiempos de espera y facilitar los embarques. Desde mediados de los años 1990 las cifras globales de la Ope- ración siempre han sido positivas; el crecimiento del movimiento total de pasajeros (salida y retorno) ha estado entre el 4,6 % y el 8,7 %, sal- vo en 1994 que fue de 13,8 % y en 2004; 2008 y 2009 que descendió respectivamente de 2,3 %; 4,3 % y 7,8 %. Por su parte el crecimiento del movimiento total de vehículos (salida y retorno) se ha situado en- tre el 2 % y el 20 % salvo en 2004; 2008 y 2009 que descendió res- pectivamente de 1,6 %; 4,4 % y 8,8 %. El primer descenso se da en 2004 cuando el total de pasajeros 458 ______Tránsito y circularidad descendió un 3,3 % y el de vehículos de un 1,6 % debido a la cre- ciente competencia de líneas que unen la Península con el Magreb y que no participan en la «Operación Paso del Estrecho» (Tarifa-Tán- ger;4 Gibraltar-Tánger o Barcelona-Argel); a las repercusiones de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y a la apertura de nue- vas líneas desde de Tánger a Génova y Port Vendres y desde Nador a Sète. En 2006 y 2007 el crecimiento se reduce en torno al 1 % o el 2 %. Esta reducción puede interpretarse como una tendencia estruc- tural a la estabilidad tras más de una década de fuerte crecimiento. Desde 2004-2005 no se incorporan nuevas líneas importantes; tras años de «ensayos» y de «toma de posiciones», las rutas y las compa- ñías están relativamente determinadas y las modificaciones se dan en aspectos menores. La única diferencia importante será la incorpora- ción a la OPE de la línea Tarifa-Tánger en 2008, con escaso impacto puesto que la inclusión de Tarifa no aporta nuevos pasajeros o ve- hículos, sino que corresponde a la partición de la vecina Algeciras. Es en este contexto a la estabilización que irrumpe la crisis en 2008 y que rompe bruscamente con casi dos décadas de incremento constan- te. En 2008 el descenso total del tránsito de pasajeros es de 4,3 %, descenso que se incremente en 2009 hasta alcanzar el 7,8 %, un he- cho sin precedente en toda la historia de la OPE y que continúa en 2010 aunque de una manera más suave. Por otra parte se observa algunas disparidades que se dan sobre todo entre las cifras de salida y las de retorno. Al compararlas se ob- servar como sistemáticamente hay más personas que salen de las que retornan en las líneas que unen España con Argelia y Marruecos mientras que sucede lo contrario en las líneas que unen España con Ceuta y Melilla. En este hecho debe influir, la política de las autori- dades marroquíes tendentes a facilitar el desembarque, que no es pro- blemático, por Tánger y Nador y a facilitar el embarque, que si gene- ra esperas y problemas, por los puertos vecinos de Ceuta y Melilla. El incremento en 2008 y 2009 de estas diferencias entre los que salen

4. La línea entre Tarifa y Tánger es la más corta y la más rápida entre España y Ma- rruecos y tiene por ello unas expectativas muy buenas. Sin embargo el tránsito de ve- hículos por el puerto de Tarifa se suspende en verano por que se reúnen las condicio- nes necesarias para ser un puesto fronterizo Schengen. En 2009 este puerto ha sido plenamente incorporado en la Operación Paso del Estrecho. La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb ______459 hacia Marruecos y los que retornan por las ciudades autónomas pue- de revelar un aumento de emigración hacia Marruecos (retorno defi- nitivo de marroquíes a su país o emigración de españoles). Pero lo más sorprendente se da en los vehículos; las cifras muestran como año tras año entre un 3 % y un 7 % de los vehículos que van al Norte de África no vuelven, especialmente en la línea Tánger —Algeciras donde en 2005 regresaron 26.465 (14,8 %) coches menos de los que habían ido y en la línea Almería— Nador donde en 2005 fueron 13.305 (20,2 %) los vehículos que fueron y no volvieron, mientras que en 2003 habían sido 15.237 (22,4 %). Esta sospechosa despro- porción, que en 2005 alcanzó 20.043 vehículos se debe a lo mismo que sucede con los pasajeros: muchos vehículos entran en Marruecos por Tánger o Nador y salen por Ceuta o Melilla. Pero por otra parte puede esconder un trasvase de coches europeos hacia Marruecos y Argelia donde, al igual que sucede con muchos otros productos occi- dentales, el mercado está más limitado y donde los automóviles europeos tanto nuevos como usados —o las piezas que los compo- nen— pueden ser apreciados. Por el contrario las líneas que conectan la península con Ceuta y Melilla traen sistemáticamente más coches de los que llevan lo que revela como hay muchas personas que consi- guen comprar un coche en las dos ciudades autónomas que están exentas de IVA. Todo ello nos puede dar una idea de las dimensiones de que tienen las exportaciones invisibles en ambos sentidos.

Tendencias en las líneas principales

Entre las nueve líneas que en 2008 formaban parte de la Operación hay que destacar dos grupos que se diferencian con muchas claridad: el de las cuatro líneas principales (Algeciras-Ceuta, Almería-Nador, Algeciras-Tánger y su sucedánea Tarifa-Tánger) que acapara entre el 85 % y 90 % de todo el tránsito de la Operación y el de las demás lí- neas. Desde 1996, la línea principal de la Operación es con diferencia la que une Algeciras y Tánger que representa entorno a un 40 % de los pasajeros y a un 45 % de los vehículos. En la parte europea Alge- ciras es un puerto que por su ubicación y sus medios no tiene compe- tencia en el tránsito con Marruecos. Por su parte, Tánger es el puerto 460 ______Tránsito y circularidad marroquí más próximo de Europa y una ciudad muy bien comunica- da con el resto del país, en cierto sentido por tren, y por carretera, so- bre todo desde que la autopista llegó a Tánger en 2005 y se habilitó en 2010 una salida directa desde el puerto de Tánger que evita el cen- tro de la ciudad. Por ello es el lugar de paso natural para todos los que desean ir al sur, al centro y a parte del norte, es decir, a cualquier re- gión del país a excepción de la parte oriental cuyos puertos de salida (Alhucemas y Nador) difícilmente podrán competir con el de Tánger debido a la mala calidad de las carreteras que cruzan el Rif. Por todo ello es normal que las líneas entre los dos principales puertos del Es- trecho, incluyendo Tarifa-Algeciras, sea la más importante y tenga las mejores expectativas sobre todo cuando entre en funcionamiento el macro proyecto Tanger-Mediterrannée que incluye un gran puerto in- ternacional situado, cerca de Melousa, al este de Tánger. Sin embargo la primacía de la línea Algeciras-Tánger es bastan- te reciente puesto que hasta 1996 era menos importante que la que unía Algeciras y Ceuta. Aunque esta última línea ha ganado pasajeros no ha dejado de perder peso específico dentro de la Operación pasan- do de representar más del 40 % de los pasajeros, a mediados de los años 1990, a ser menos de la cuarta parte en 2003 y 2004. Durante mucho tiempo fue la más importante y la mejor atendida por ser el trayecto más corto que había en el Estrecho, por ser una conexión, es- tratégica e imprescindible, entre dos puertos españoles. Esto explica que hasta 2001 fuera la línea que, con diferencia, tenía más rotacio- nes de la Operación a pesar de que el número de pasajeros aumenta- ba más despacio que en otras líneas. Además de estas razones de ín- dole política hay que mencionar que el incremento de los controles y de su rigor (uno en la ciudad y otro al acceder al barco), consecuen- cia de la entrada en funcionamiento del espacio Schengen, ha entor- pecido desde mediados de los años 1990 el ir y venir entre España y Marruecos a través de Ceuta. La tercera línea en importancia es la de Almería a Nador5 que ha tenido desde su principio un crecimiento muy fuerte ya que ha pasa-

5. Un primer intento de conectar Nador con un puerto español fracasó en 1993. Ese año la naviera británica Cenargo trató de crear una línea entre Alicante y Nador que no se llevo a cabo debido a la oposición municipal y a una sentencia del Tribunal Su- premo que prohibió la línea por las exigencias del control de las fronteras españolas. La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb ______461 do de representar en sus inicios, en 1995, un 6 % a tener más de un 20 % del tráfico de pasajeros de la Operación en 2002 y 2003. Nador se ha transformado en el gran puerto de toda la parte oriental de Ma- rruecos y en una ciudad cuya desenfrenada expansión es consecuencia de la propia migración, tanto de las divisas que ésta genera como del retorno de la misma. El incremento del tránsito por su puerto se debe en gran medida a esta razón y también a una política del Estado ma- rroquí que parece encaminada a reforzar el puerto de Nador en per- juicio de la vecina Melilla, un puerto cuyas conexiones marítimas con la península se están quedando sólo para los residentes de la ciudad autónoma. Gracias a esta línea Almería se ha transformado en pocos años en el segundo puerto más importante en el número de pasajeros. Esto se debe al buen acceso que hay desde la autovía al puerto y a la competencia entre las navieras que ha permitido multiplicar las líneas entre Almería y el Norte de África. Este puerto que tradicionalmente sólo tenía conexiones con las ciudades autónomas ha inaugurado des- de 2002 dos líneas con Argelia (Orán y Ghazaouet) entrando en com- petencia con Alicante y otra línea con la ciudad rifeña de Alhucemas además de la línea con Nador. Debido a las malas conexiones viarias mencionadas más arriba, todas las personas que se dirigen al Rif Cen- tral u Oriental así como a la Región Oriental de Marruecos, que son precisamente regiones de fortísima migración hacia España, deben embarcar en Nador o en Melilla en dirección Almería. Además de todo ello se da la circunstancia de que en Almería y en la vecina re- gión de Murcia hay numerosas comarcas y ciudades como El Ponien- te, el Campo de Níjar o el Campo de Cartagena con fuerte presencia marroquí originaria en buena proporción del Rif y sobre todo de la Región Oriental de Marruecos. Debido a la tendencia y los cambios recientes es razonable pensar que a corto plazo el puerto de Almería siga aumentando y que la línea con Nador supere, a pesar de la com- petencia de Alhucemas, a la que une Algeciras y Ceuta transformán- dose en la segunda línea de la Operación. Estas cuatro líneas son las mayoritarias, tras ellas están las res- tantes que tienen entre todas menos de un 15 % del tránsito de pasa- jeros y en torno a un 10 % de las rotaciones. La escasez de rotaciones explica gran parte de los problemas y de las esperas que se dan en es- tas líneas minoritarias a pesar de que mueven muchos menos pasaje- ros. Cualquier problema no puede ser compensando por otra rotación 462 ______Tránsito y circularidad y se traduce por largas esperas y tensiones, como sucedió en julio de 2009 en Alicante cuando un barco chocó y se averió en el puerto. La situación tardó varios días en normalizarse. Entre estas rutas la pri- mera es la que une Alicante y Orán, probablemente la línea más parti- cular de cuantas participan en la «Operación Paso del Estrecho» por ser una travesía nocturna que une España con Argelia: un puerto que se encuentra fuera del ámbito del Estrecho, y al que, debido a las cir- cunstancias políticas del país, viajaban hasta hace escasos años muy pocos occidentales. Como se ha señalado, en 1993 las autoridades municipales ali- cantinas desestimaron la posibilidad de enlazar la ciudad con Nador por vía marítima lo que habría transformado Alicante en un puerto importante en la «Operación Paso del Estrecho». A pesar de mante- nerse una sola línea el tránsito de magrebíes por el puerto de Alican- te ha aumentado de forma clara debido al cierre de la frontera entre Argelia y Marruecos6 que en 1994 suprimió la posibilidad de volver a Argelia pasando por Almería y transformó la línea Alicante-Orán en la única forma de viajar por vía marítima entre España y Argelia. Esta situación ha durado toda la segunda mitad de la década de los años 1990 hasta que en 2002 la naviera Trasmediterránea inauguró una línea entre Almería y el puerto argelino de Ghazaouet7 quitando la exclusividad que desde hace décadas tenía Alicante con respecto a Argelia. Las consecuencias no se han hecho esperar y desde ese año el puerto de Alicante ha conocido un descenso de su tránsito veranie- go. Sin embargo la suma del tránsito con Argelia desde Alicante y Al- mería demuestra que este país tiene un gran potencial lo que ha em- pujado a la naviera Transmediterránea a probar durante 2007 y 2008 una segunda línea entre Alicante y Orán a pesar de la fuerte polémica que ello ha provocado en la ciudad y del rechazo frontal de las auto- ridades municipales. Estos hechos conjugados con la reubicación de

6. El 24 de agosto de 1994 dos turistas españoles murieron en un atentado en Ma- rrakech y las autoridades marroquíes declararon que los autores eran argelinos. Tras el cruce de acusaciones Marruecos exigió, el 26 de agosto, el visado a los ciudadanos argelinos con lo que al día siguiente Argelia cerró su frontera terrestre con Marruecos. Desde entonces y a pesar de los momentos de expectativas, de aproximación y de que en verano de 2004 Marruecos retiró la obligación de presentar el visado, la frontera ha seguido cerrada. 7. Situado al oeste de Orán este puesto argelino es el más próximo a la Península Ibérica. La «Operación Paso del Estrecho» entre España y el Magreb ______463 la estación portuaria en los nuevos muelles de poniente, directamen- te conectados con la autovía de Madrid y del Mediterráneo, permiten augurar un incremento del tránsito por Alicante de magrebíes a me- dio plazo. Finalmente está el puerto de Málaga que debido a su ubicación ha perdido gran parte del tránsito que tenía con Ceuta y Melilla en be- neficio de Almería y Algeciras. En la actualidad sólo se mantiene de manera estable la conexión de Melilla que toman pocos magrebíes por ser más larga que la de Almería y por tener el mismo inconve- niente de la doble frontera que Ceuta lo cual no se da con los que to- man la línea Almería-Nador.

Conclusión

Desde sus inicios la «Operación Paso del Estrecho» ha llevado a una transformación importante de las líneas que cubren el Estrecho de Gi- braltar. Lo que durante décadas ha sido una zona por donde discurría un tránsito ordinario entre España y Marruecos, Ceuta y Melilla ha pa- sado a ser desde el final de los años 1980 un sector por el que cada ve- rano vienen y van millones de personas. Este hecho se encuentra den- tro del contexto más general de la evolución de las rutas entre Europa y el Magreb. Lo que en los años 1960 y 1970 fue un movimiento de ar- gelinos entre Francia y Argelia a través de los puertos del sur de Fran- cia, esencialmente Marsella, se está transformando desde los años 1980 en un tránsito entre distintos países del Magreb y de Europa Oc- cidental a través de los puertos mediterráneos de Francia, Italia y so- bre todo de España. El dispositivo de la «Operación Paso del Estrecho» que funcio- na desde hace dos décadas garantiza un número mínimo de rotaciones y ha facilitado y agilizado los embarques multiplicando el número de personas y rotaciones que cruzan el Mediterráneo desde España. Este incremento ha reforzado el interés de las navieras por todo el ir y ve- nir de magrebíes que se da en el Estrecho lo que ha generado un in- cremento de la competencia tal y como se observa en la entrada de nuevas navieras, en el establecimiento y supresión de líneas en varios puertos y en la incorporación del puerto de Tarifa al dispositivo. 464 ______Tránsito y circularidad

Desde la Operación de 2007 parece haberse llegado a un techo en el número de pasajeros y de vehículos. La crisis actual ha reduci- do el tránsito de una manera acusada. Sin embargo no parece proba- ble que el número de personas que pasan el Estrecho en el marco de la Operación vaya a reducirse de forma estructural si tenemos en cuenta el fuerte aumento de la comunidad magrebí en situación regu- lar residente en España. 24. Migración y remesas: una doble responsabilidad para las mujeres que permanecen en las montañas de Yebala

Hafsa Afailal1

La Yebala2 es una región histórica y cultural del norte de Ma- rruecos, que se extiende desde Tánger hasta el rio Uarga y hasta el Rif Central. Esta zona, está considerada como una de las más urbanizadas de Marruecos (destacamos las ciudades más importantes, Tánger, Te- tuán y Chefchaouen), y su densidad de población también es de las más altas. La sociedad Yebali es una sociedad rural y campesina cuya eco- nomía de mercado se basa en una agricultura de tipo mediterráneo. Las comunicaciones son bastante precarias, sobre todo en las áreas rurales: las ciudades están comunicadas con los núcleos rurales de mayor entidad por carreteras de asfalto o de aglomerado, pero la ma- yor parte de estos mismos núcleos rurales están comunicados entre sí por pistas de tierra, y existen todavía hoy numerosas aldeas sin pistas de acceso. La región Yebala ha conocido diferentes transformaciones cul- turales y sociales que se deben a factores internos como el crecimien- to demográfico. Además, destacamos varios factores externos como la multiplicación de canales de contacto con el exterior y la extensión

1. Las entrevistas fueron realizadas por Hafsa Afailal y Cristina Martínez. El infor- me final para la AECID se titulaba: «A la sombra de la movilidad. El rol de las muje- res que permanecen en las montañas», región de Yebala, Marruecos. Informe reali- zado por Natalia Ribas Mateos (ESOMI, A Coruña) y Hafsa Afailal (Asociación Al-Khaima). A Coruña, marzo de 2009. 2. La palabra Yebala aparece en el siglo XVI o XVII para referirse a esta región del norte de Marruecos, y viene a sustituir al antiguo Gomara transmitido por historiado- res como Al-Bakri, Ibn Jaldun y León el Africano. 466 ______Tránsito y circularidad de los procesos monetarios que están ligados directamente a las re- mesas y la migración. La cuestión de las remesas y su impacto en el hogar y en el desa- rrollo comunitario en las zonas Yebala es el principal punto que trata- mos en este artículo. A través de las entrevistas en profundidad reali- zadas, analizamos patrones en el envío y en la gestión de las remesas y su uso, así como en el status económico de la mujer.

Las zonas seleccionadas como contexto de partida

Las entrevistas han sido realizadas en cinco aduares distintos de la re- gión de Yebala, foco tradicional de la emigración a España. Podemos distinguir entre los aduares cuya actividad principal es la agricultura y el comercio o bien la pesca y el comercio. Destacamos diferentes propiedades de tierras y de barcas de pescadores. Nos referimos a zonas rurales donde se ha experimentado una mi- gración fuertemente masculina hacia España y hacia otros lugares de Europa como Bélgica y Holanda. Mientras el hombre (por lo general el marido o el hijo) trabaja en el extranjero, la mujer sigue dando conti- nuidad a sus tareas del campo, así como a sus tareas reproductivas. En algunos casos de familias que viven en las zonas de alta mon- taña, destacamos casos de cultivo del «kif». Este tema es uno de los te- mas tabúes que las familias evitan sacar a la luz en las conversaciones, sobre todo debido al contexto actual, en el que se está implementado una política de erradicación del cultivo del «kif» por parte del gobier- no con el objetivo de poder remplazarlo por una agricultura sostenible. Sin embargo, estos cambios no convencen a las familias campe- sinas, que no lo conciben como una medida tan positiva para sus eco- nomías, pues valoran que muchos no pueden permitirse llevar a cabo tales cambios, señalando que las tierras requieren mucho trabajo para poder salvarlas y destinarlas a otros cultivos al mismo tiempo que piensan que los beneficios que se extraen del cultivo de las verduras son muy escasos. Las edades de los entrevistados, principalmente mujeres, varían entre 18 y 70 años pero un 50 % tienen entre 30 y 50 años. Más de 80 % de los entrevistados están casados y tienen hijos. En relación a las Migración y remesas ______467 edades de los entrevistados, muchos aseguran no estar seguros de la edad exacta y de la fecha de nacimiento por falta de documentación que recoja este tipo de datos. La mayoría de los entrevistados son anal- fabetos, pero notamos la presencia de otros casos con niveles de estu- dio que varían entre el básico y el universitario. Las familias contactadas reflejan un modelo patriarcal de fami- lia extensa en su mayoría, aunque podemos detectar algunos casos concretos de familias patriarcales más o menos extensas. Las niñas y jóvenes desde muy pequeñas aprenden a desarrollar tareas en la casa y en el cultivo de la tierra. Sin embargo, los niños hasta los doce años no comienzan a asumir roles de trabajo. Las dife- rentes problemáticas de estas niñas es la mala escolarización en la en- señanza primaria y la inexistente educación coránica o preescolar, la temprana iniciación en labores del campo y la explotación laboral que sufren cuando se les manda a la ciudad para trabajar como «petites- bonnes». En cuanto a las remesas, se extrae que todos los entrevistados reciben una cantidad de dinero desde el extranjero por parte de sus hi- jos, hermanos o pareja. La frecuencia de los envíos varía de una fa- milia a otra. No podemos hablar de una mensualidad en el envío y tampoco podemos definir una cuantía determinada.

El proyecto migratorio

La pobreza, aunque no siempre sea una situación de pobreza extrema es el contexto en el que los entrevistados caracterizan las condiciones de partida, donde el emigrante es considerado a menudo como aquel que va a salvar la familia de la pobreza o las duras condiciones de la vida en el campo. Todo un cumulo de problemáticas: ausencia de opor- tunidades e imposibilidad de movilidad social, frustración de la vida campesina y una imagen muy edulcorada de la emigración son varios de los ingredientes de partida. El contexto de partida viene dado también por un modelo de fa- milia todavía de tipo extenso, en contraste con la fuerte transición de- mográfica y la nuclearización de las familias en la ciudad. En este sentido, la mujer juega todavía un rol muy parecido al que ha jugado 468 ______Tránsito y circularidad durante generaciones. Lo vemos por ejemplo en los cambios que se definen en la esfera domestica según la división de sexo. Así, la madre ya mayor viviendo en el campo deja de trabajar y delega las tareas agrícolas en los hijos. El análisis de la decisión migratoria ocurre siempre en el con- texto familiar en el caso de las mujeres, todos los casos nos hablan de un proyecto familiar que considera en muchos casos los roles tradi- cionales del hermano mayor de la familia. En algunos casos hemos podido observar una triangulizacion de los espacios, en el extranjero, en la ciudad en Marruecos y en el pueblo, a la hora de establecer las redes familiares. Así por ejemplo en uno de los casos analizados vemos como utilizan la ciudad de Chefchaouen, capital de la zona de Yebala, para una base de estudio de los niños:

[…] la mayor de ellos es Fátima, tiene 17 años, actualmente, se en- cuentra en el noveno curso. Durante la semana, vive en Chefchaouen, junto con su hermano, Mohammed de 15 años. Estudian juntos. Ambos viven durante la semana allí con algunos familiares de mi marido. Lue- go, en el fin de semana, regresan a Qalaa. (Fátima)

Absolutamente todos los entrevistados explican con detalle las for- mas clandestinas de la emigración de sus parientes, desde la compra de visados, la compra de contratos y el pasaje en pateras, pues no ha- llan otra vía disponible que esta para poder franquear la frontera y empezar una nueva experiencia en el país de destino. Existe una amplia tipología sobre los modos de incorporación en el país de destino. En el caso de España, podemos aquí conside- rarlo en la forma de varias perspectivas: el tipo de redes, las políticas del gobierno receptor y las condiciones del Estado del bienestar, así como la institución familiar. Evidentemente, como en muchos otros tipos de emigración, la familia y sus contactos a través de la geogra- fía europea en la forma de contactos nucleares y de familia extensa, proporciona los medios de llegar al destino, encontrar un empleo, pe- dir dinero prestado, alojarse en una casa, etc. Los recorridos laborales desde que salen del país hasta que se in- sertan en España son variopintos pero suelen coincidir en el caso de los varones en una fuerte concentración en el sector en la construcción y también muchas veces combinado con épocas trabajando en el sec- Migración y remesas ______469 tor de la hostelería. Lo que es importante señalar que existe un deno- minador común en todas las explicaciones sobre la inserción laboral en España, están siempre trabajando con muchas alternancias tanto respecto al sector de trabajo como a la ocupación laboral. Las alter- nancias entre sectores son menos frecuentes en el caso de las mujeres. El trabajo en la economía sumergida se considera provisional ya que, más pronto o más tarde, casi todos quieren conseguir los anhela- dos papeles, tardado muchos de ellos más que otros colectivos de in- migrantes. Si tienen la posibilidad, después de años de trabajo y de conoci- miento de la sociedad española, suelen sentirse ya mas fuertes para poder abandonar los empleos más precarios del sector informal supo- niendo también un cambio en el las posibilidades de envío de reme- sas y las frecuencias en la comunicación. En este sentido, el uso del teléfono celular como forma de reci- bir llamadas es una constante, pero las llamadas son siempre efec- tuadas por la persona que está en España, excepto en caso de que la familia en origen solicite alguna urgencia. Esta es una forma más de desarrollar una dependencia respecto al que esta fuera, pues esta per- sona es la que decide cuando se llama y por tanto cuando se comuni- ca con la familia. Como en muchos otros lugares del mundo, el gran cambio de estas zonas rurales en los últimos quince años ha sido la introducción de las antenas parabólicas (que ha representado un cam- bio en cuanto a los gustos culturales y musicales, ahora mas orienta- dos hacia los países de Oriente y del Golfo).

Los cambios en el hogar

En este modelo de familia que habíamos calificado como tradicional, constamos una pervivencia de un modelo matrimonial especifico en zonas rurales, la mujer debe casarse joven:

Tengo 28 años, naci y crecí aquí en Samsa… Vivo aquí con mi padre y con toda mi familia en la misma casa. No estoy casada… la verdad sí que me gustaría casarme porque ya son horas con la edad que tengo es momento de casarse y tener hijos. (Nadia). 470 ______Tránsito y circularidad

Son muchos los estudios que han analizado los ritmos del campo en la región del Magreb. Se han hecho muchos análisis de las divisiones del trabajo masculino y femenino teniendo también presente el ritmo del día. Las tareas campesinas según la división de género quedan claramente marcadas por parte de los entrevistados:

El trabajo fuera y dentro de la casa lo llevo como puedo, es duro estar al frente de todo y mas con diez hijos. La carga de tantos hijos se nota. En cuanto a los niños, yo soy la responsable de ellos. (Karima)

Las divisiones de tareas campesinas se pueden extender también has- ta las tareas que conciernen la administración de la casa, la gestión de los gastos y los ingresos en el hogar, análisis que es muy interesante para ver después la implicación que puede tener el estudio de la re- mesa en este contexto.

El concepto de cabeza de familia

La idea de la cabeza de familia es sinónimo no solo de «la persona que mantiene», «la persona que es el ganapan», el breadwinner de la familia, pero también la persona que es «la gestora de la familia». Algunos entrevistados siguen aludiendo al rol tradicional del pa- dre de familia como cabeza de familia, sobre todo aludiendo al varón de más edad, y pervive esta idea muchas veces, antes y después del proyecto migratorio. Mientras que otros entrevistados perciben un cambio en el cabeza de familia después de la migración, se trata so- bre todo de mujeres que señalan, como al enviar la mujer remesas se producen cambios en el poder que tienen las mujeres para adoptar de- cisiones, un poder que aunque existente, queda muchas veces cubier- to por un poder formal masculino. Así por ejemplo, entre los ejem- plos de ese poder económico oculto que no es tan aparente entre las mujeres de Yebala destaca por ejemplo como algunos hijos ceden en sus madres el derecho a disponer de sus ahorros y no a otros miem- bros de la familia:

Ellos tienen cuentas bancarias aquí en Marruecos, suelen ahorra aquí, y le han dejado a mi madre el poder para sacar el dinero si lo necesita. (Nawal) Migración y remesas ______471

Cambios en el hogar

La mujer campesina de Yebala identificada muchas veces de forma crítica con la imagen del «burro dicarga», expresión que se inserta en el dialecto del norte de Marruecos directamente del español adaptán- dolo como «burro de la carga» utilizado sobre todo en los contextos externos a la población. (Por ejemplo: cuando una mujer de la ciudad del norte se refiere a la campesina, añade siempre el adjetivo de po- bre, miskina, la mujer de Yebala).3 En este contexto podemos, confir- mar que la emigración masculina realmente no ha liberado el peso so- bre las cargas que soporta la mujer campesina en Yebala:

El que si ha tenido un cambio, ha sido Ahmed, el es el que ha emigra- do y ha cambiado de casa, de país y de trabajo. El, antes de emigrar, de vez en cuando, trabajaba en el campo. Sin embargo, yo sigo desempe- ñando el mismo trabajo que hacia cuando Ahmed vivía en Marruecos, es decir, de mujer de carga del pasto, me ocupo de los animales y de la casa. (Fatma).

La separación familiar

Si en la mayoría de los estudios se alude a la problemática de los ni- ños pequeños cuando se han marchado sus madres a trabajar a otras partes del mundo, en este contexto lo que se pone en relevancia es la ausencia de la figura del padre como una falta también emocional y no solo haciendo referencia a la clásica visión del padre como una fi- gura de autoridad en la sociedad tradicional marroquí:

La situación es difícil, el estar separados lo llevamos un poco mal, tan- to yo como ellos. Mis hijos me echan mucho de menos y, cuando hablo con ellos, siempre me preguntan que cuando vuelvo. Creo que, quizás, este sea uno de los inconvenientes de la emigración. (Abeslam)

En el sentido de estas separaciones familiares, ha sido recurrente ha- blar popularmente en lo que sucede en las parejas cuando el hombre

3. Al yiblia miskina, bhal al burru del karga. (La pobre campesina es como el burro de carga). Expresión que se ha repetido en muchas de las entrevistas realizadas. 472 ______Tránsito y circularidad está trabajando en Europa y la mujer se queda en el pueblo en Ma- rruecos, son los casos de embarazo con otro hombre que no es el ma- rido, aunque se considera formalmente como hijo del marido a través de la explicación social y de creencias de que el niño ha tardado más tiempo en salir, es la idea del ragued,4 el niño dormido. También se usa un concepto parecido para aludir a la menopausia (ver por ejem- plo en los trabajos de Amina Bargash, Rahma Boruquia y Naima Soussi).

El contexto del hogar receptor de remesas

Categorización de las remesas

Son pocos los casos que se refieren a un envío de dinero constante, suelen ser envíos generalmente irregulares, se detecta también casos de envío de ropa antigua para la gente más necesitada del pueblo. Igualmente, hablan de las remesas como forma de regalo para la fa- milia que permanece en Marruecos. De todos modos, aunque aprecian los regalos, lo que prefiere realmente la familia en origen es el envío de dinero y no los regalos.

Mi hermano suele mandar regalos a parte del dinero como dulces y co- sas de esas. La gente de esta zona que vive en el extranjero no suele querer invertir en el pueblo prefieren hacerlo allí donde viven. (Ali)

Las remesas como un salario mensual

Si hemos hablando de una irregularidad en la mayoría de los casos, es evidente que la frecuencia la achacan siempre a la situación laboral

4. Se han realizado diversos trabajos en relación a esta noción, por ejemplo la pe- lícula «l’enfant endormi» de Yasmine Kassari, una coproducción Francia/Bélgica/ Marruecos. En un pueblo del nordeste marroquí, después de un matrimonio, el esposo decide mar- charse clandestinamente a España pues no hay nada que hacer en el pueblo. Después de la partida del marido Zeinab conoce su embarazo, y mientras que espera la vuel- ta de su marido hace que el feto se duerma… Migración y remesas ______473 de la persona en destino y las necesidades imprevistas de la familia en origen. En cuanto a los canales de envío, se imperan en todos los casos una forma de envío de tipo informal. Las familias prefieren los cana- les informales porque implican menos gastos. La informalidad es todavía mas presente que en otros tipos de colectivo pues la cercanía geográfica ofrece un contexto más claro para operar informalmente, también lo ofrece el hecho de que Ceuta ofreciendo cerca el sistema bancario español, aunque realmente no es un elemento que haya surgido en las entrevistas. En algunos casos se utilizan compañías remesadoras, como por ejemplo Western Union (normalmente evaluado como un servicio rá- pido, seguro pero costoso) o servicios bancarios como el Banco Po- pular.

Estrategia de remesas en el hogar receptor

Los ingresos no parecen haber cambiando profundamente los contex- tos. Las remesas no han cambiado tanto las situaciones, no han llega- do a revolucionar profundamente la vida en el campo, nos referimos a entrevistas realizadas en contextos donde el nivel de vida es bastan- te bajo, muchas veces los cambios si se hacen más perceptibles en fa- milias urbanas que han podido combinar mejor sus ingresos con otras actividades o darle más salidas a la situación de origen de sus fami- lias. Sabemos que en las remesas las construcciones de casas son siempre una de las inversiones más repetidas para las familias de cualquier extracción social, sin embargo, en el contexto rural de Ye- bala la casa parece además adquirir otras connotaciones. Las perspectivas que analizan las formas de supervivencia de la familia nos pueden ayudar a explorar el flujo de remesas en la entrada en la economía familiar, mostrándonos elementos detallados que son importantes para el análisis del nivel micro-económico. Una buena forma de considerar el hogar beneficiario de las remesas es desde el análisis de la economía patchwork, o dicho de otra forma, la manera de unificar como se unen recursos diversos en la economía familiar, considerando tanto la calidad de los ingresos como su temporalidad. 474 ______Tránsito y circularidad

Las estrategias familiares pueden ser estrategias que forman mi- gración y remesas y parten de prácticas aceptadas y consolidadas en el tiempo, otras se van cambiando y se van reinventando continua- mente a la luz de los acontecimientos familiares. Veamos a continua- ción variados ejemplos de este tipo de combinaciones:

Mi marido ya está jubilado y ahora vivimos de la paga que le han deja- do. Lo que cobra es muy poco porque él solo era soldado y ahora cobra unos 2000 dírhams…las responsabilidades son muchas y aun ajustan- do a las necesidades más básicas siempre surgen necesidades nuevas. (Hamida).

La relación entre los remitentes y los destinatarios

Como hemos señalado anteriormente, son muchas las ocasiones don- de se reflejan las tareas múltiples que realizan las mujeres del campo al mismo tiempo. A pesar de mayor carga de trabajo para las mujeres, se señala también un aspecto positivo del empoderamiento de las mujeres por el hecho de asumir una mejor gestión de los gastos que los varones. Así, a pesar de que por otro lado, esto supone una carga en ella, pues debe asumir las responsabilidades que también tenía su marido en origen antes de marcharse, así que si por un lado tiene ayuda a ni- vel de ingresos, sus propias cargas se han vuelto más duras, impli- cando pues una mayor carga para la mujer, un carga que seguramen- te se nota menos en los contextos urbanos. El cambio en la mujer siempre es un tema de comentarios, tanto sea por el lado de su modernización, tanto sea por el lado de si la mu- jer debe cumplir el papel de guardiana de la tradición, por ejemplo a partir de la referencia de que la mujer sea el «asl» (el origen, metáfora de raíz en árabe dialectal marroquí), entendido como raíz (que sería en árabe clásico el «yudur»).

Lógicamente ha cambiado porque de un pueblo a Europa es completa- mente diferente y es un paso enorme y yo creo que aquí las mujeres vi- ven de otra manera. En Europa viven de una manera diferente y creo que mi hija también está dentro de esta dinámica aunque creo que ella tendrá que mantener sus raíces como mujer marroquí. (Malika) Migración y remesas ______475

El impacto de las remesas en el desarrollo de la zona agrícola

Evidentemente, solo se valoran los cambios cuando hay un cambio a largo plazo y el cambio es en principio perceptible cuando afecta a las necesidades básicas y afectan además a la apariencia (influyendo so- bre la apariencia y el status). De forma interesante, el concepto de desarrollo se muestra a ve- ces como un de desarrollo comunitario de corte religioso:

En nuestro pueblo o en los pueblos de alrededor según lo que cuenta la gente nadie piensa en el interés comunitario pero algunos colaboran para la construcción de alguna mezquita. (Fatna)

En otras ocasiones los beneficios se suponen como muy negativos so- bre todo cuando se plasma a partir de la construcción: «la emigración no ha ayudado en nada la zona. Solo construyen sus casas. El trabajo en España solo da para vivir, aquí no hay ni agricultura ni nada (Ha- mida)». En cambio se considera un resultado positivo la situación de aquellos inmigrantes que han podido vender las casas que habían construido. Al considerar también los problemas de la agricultura los entre- vistados consideran la problemática en relación a la tierra por dife- rentes motivos como son por ejemplo los pequeños espacios «Los te- rrenos que tenemos no sirven para la agricultura porque son de 500 por 800 metros, y se necesita por lo menos una hectárea para poder trabajar la tierra (Nawal)». Otro de los problemas relacionados con la agricultura son los cambios generacionales que acontecen sobre todo en grandes locali- dades rurales como en Oued Laou, donde la agricultura estaba en ma- nos de personas que fueron muriendo. A pesar de estas pequeñas ayudas familiares que suponen las remesas, concebidas realmente como un mero apoyo familiar que ge- nera una ayuda en la comunidad en general, se llegan también a iden- tificar formas de desarrollo deseado, sobre todo relativas a los peque- ños negocios que ya se han creado, y como necesitan de mayor empuje a nivel de personal o infraestructura. No obstante, aunque haya un deseo por mejorar dichos peque- ños negocios, se identifican problemas de infraestructura que deja a 476 ______Tránsito y circularidad las comunidades aisladas y entonces también fuera de las rutas co- merciales más accesibles. Además de un beneficio y un desarrollo individual que sumado crea sus frutos se alude también a un impacto de las remesas en el de- sarrollo comunitario-religioso, por ejemplo a partir de la construcción de mezquitas en los pueblos (en muchas aldeas donde nunca había habido mezquitas anteriormente). En esa forma de remesa-caridad (zaqat) se habla también de la remesa como una forma de desarrollo comunitario-religioso: «Algunos colaboran para la construcción de alguna mezquita, tu sabes que es muy bueno construir una mezquita porque luego Dios te ofrecerá un palacio en el paraíso» (Hamida). (La idea de que en el paraíso hay majestuosos palacios).

Impactos positivos

La valoración de la remesa se hace sobre todo en función de la dura- ción en el tiempo, puesto que la corta duración y la migración indo- cumentada, en estos casos, hacen imposible ver un impacto en la re- mesa. A demás, eso refleja una muestra de una buena combinación en el envío de remesas, pues en la emigración también se dan modelos participativos en las relaciones entre hombres y mujeres:

En nuestro caso mi padre dejo de trabajar antes de que se fuera mi her- mano. Él lo dejo porque se encargaban mis hermanos del trabajo y lue- go ya se fueron y tenemos a gente que nos trabaja las tierras. Pero la responsabilidad del trabajo y los ingresos en la casa la compartimos to- dos. (Fatna)

Otro aspecto positivo que vemos aquí, es el papel que juegan las aso- ciaciones extranjeras en las políticas de alfabetización (extendiendo así también la influencia del español en la zona) y en las formas de forma- ción de las mujeres, en este caso a través de los cursos de artesanía:

Nací en 1990 aquí en Oued laou, no estoy casada, estudie hasta sexto de primaria. Ahora estoy estudiando la lengua española, me dan las clases una mujer española y aprendo en la asociación a hacer cerámica. (Nawal) Migración y remesas ______477

Impactos negativos

El impacto negativo se conforma sobre todo sobre la actividad agrí- cola y sobre la perdida de mano de obra para el propio pueblo:

En el caso de la agricultura la emigración ha afectado negativamente a este sector porque está creciendo la construcción y esta llevándose par- te de las tierras. En verano aquí aumenta el consumo de alimentos y crece el comercio durante los meses de verano. (Khadija)

Son muchos también los comentarios que aluden al impacto negativo de la crisis económica sobre los pueblos de origen.

Buscando ideas para futuros proyectos

En último lugar se señalan en las entrevistas las ideas que sugieren las distintas personas para futuros proyectos. Se detecta una identifica- ción de las necesidades de desarrollo:

Mi marido siempre ha soñado con tener un puesto de venta de pescado en vez de dar más vueltas todos los días. También ha pensado que se puede comprar un coche pequeño y dar vueltas por los pueblos, en vez de hacerlo andando, así consigue ganar más dinero y se ahorra tiempo pero también energía porque hacerlo todos los días con una carroza o andando pues la venta no da buenos resultados. (Malika)

Observamos también que existe una gran orientación de las remesas para creación y desarrollo de proyectos sencillos del sector de los servicios. Algunos hablan de un posible retorno con la intención de traba- jar como encargados de la tierra después de la experiencia adquirida en España, especialmente para aquellos que han trabajado en la agri- cultura durante su estancia en el extranjero.

PARTE VIII

LA VULNERABILIDAD EN EL CRUCE

25. Fronteras del tiempo: niños y jóvenes detenidos entre Ciudad Juárez y El Paso1

Ma. Eugenia Hernández Sánchez Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

La distinción misma pasado/presente es hasta cierto punto arbi- traria: la historia es una dialéctica de la duración; por ella, gracias a ella, es el estudio de lo social, de todo lo social y por lo tanto, del presente, ambos inseparables. BRAUDEL, 1968

La migración entre México y Estados Unidos tiene una larga historia. Sin embargo, esta historia y conocimiento mutuo no se ha tornado en entendimiento. En el caso particular de los niños y jóvenes migrantes se puede analizar cómo se ha llevado a cabo una relación inversa: a más institucionalidad y énfasis de control, menos atención de calidad para los mismos. No obstante, cuando observamos un movimiento de personas jó- venes, establecido, recurrente y diverso nos invita a pensar que esto tiene raíces profundas. Es por ello que en este trabajo se comparan las detenciones de los años veinte con las de la actualidad para en- tender cómo es que llegamos a la situación actual en donde si bien hay estrategias por parte del Estado Nación para controlar a los gru- pos de migrantes, de igual manera hay planeación y resistencia ante este hecho. En consecuencia no se discute la dicotomía de la organi- zación formal (Estado-nación)/informal (migrantes), sino la relación que hace que ambas se manifiesten y se afecten entre sí. Por último, se problematiza si esta lectura del tiempo se puede hacer sobre otros espacios.

Los procesos de construcción y delimitación de los estados nación, los movimientos de población (y separación) y la instituciones que tratan

1. Este trabajo es parte de la tesis de maestría en Antropología Social Niños mi- grantes en Ciudad Juárez. 482______La vulnerabilidad en el cruce de regular el transito es una situación que compartimos especialmente las aéreas del mundo en donde la desigualdad entre países genera todo un corpus de significados construido relacionalmente sobre las perso- nas del otro lado. Sin embargo, más allá de detectar la obviedad de la migración como un fenómeno actual y de carácter urgente en este tra- bajo se explora a través de un enfoque antropológico sobre el tiempo y los espacios como se construye en las categorías de niño, niña, jo- ven, migrante, repatriado, deportado, origen, etc. La pregunta central es ¿Cuál es la relación entre la institucionalización de la migración y la idea de Estado-Nación? En concreto las premisas que sientan las ba- ses son: a) Enfoque critico sobre el tiempo (memoria-historia) b) Par- tir de la idea que el pasado y el presente son indisolubles, y c) las per- sonas como seres históricos. La que aquí nos ocupa es la frontera del tiempo y que nos pueden explicar sobre lo que observamos en el pre- sente. Así mismo, el objetivo es explorar si la desigualdad entre Esta- dos Nacionales, genera instituciones restrictivas hacia los otros (los migrantes), con el fin de reproducir dicha desigualdad. Si bien hemos presenciado el aumento en la migración de niños, niñas y jóvenes, esto no debe de confundirse por previa inexistencia. Para realizar este abordaje se exploran los años veinte en la frontera de México y Estados Unidos ya que durante esta época la Revolución Mexicana provoco la migración de menores por orfandad o en busca de una nueva integración familiar. Sin embargo, se aborda compara- tivamente a la actualidad para discutir con un enfoque de procesos sociales como es que los grupos representan dinámicas de larga dura- ción en donde podemos observar tanto el surgimiento de los mismos, como su consolidación. Por ultimo, se trata de integrar una discusión en un contexto global sobre la diversidad de la migración de menores tomando como referencia trabajos sobre el mediterráneo abordando el trabajo de Mercedes Jiménez (2009) en el que propone que los jó- venes migrantes son un nuevo sujeto migratorio, sin negar esta afir- mación sugerimos una propuesta de procesos. El argumento que propongo es precisamente que en los años veinte lo que observamos es un grupo emergente donde aparecen as- pectos externos a la cultura, pero en contraposición, en la actualidad se traduce en un grupo concreto y con aspectos interiorizados a la cultu- ra. Sin embargo, en una comparación con Marruecos el debate se cen- tra mas en si esta migración se explica como un acto individual y no Fronteras del tiempo ______483 grupal. Propongo que se analice esta afirmación ya que el salir del gru- po familiar, no necesariamente representa una ruptura total con la fa- milia. Es precisamente la idea de familia la que debe adaptarse a los tiempos, en el caso mexicano lo que observamos es familias en dis- persión, pero funcionales. Estos esquemas inclusive integran a miem- bros no consanguíneos, pero organizados en términos familiares. Me atrevo a especular que si Marruecos —al igual que México— tiene re- mesas que son el primer (ibid., p. 7) ingreso del PIB, esto solo puede representar redes de apoyo. Las redes no deben ser romantizadas, como todo grupo sufre fracturas, pero la pregunta es ¿Cómo se re- construye, reconfigura? Esta comparación en el tiempo y en el espacio adicionalmente nos permite analizar el alto contenido institucional que ha tenido y tiene la relación entre los niños y jóvenes migrantes ante las autoridades de migración (extranjería) como menciona la autora: «Actualmente hay mas efectivos policiales en el puerto de Tánger, los menores que son detenidos se distribuyen por distintas comisarias (an- tes estaban todos juntos en una misma comisaria) y se han endurecido las medidas sobre ellos palizas, horas detenidos sin apenas comer y beber, etc. (2)». El despliegue institucional es pues una observación que afirmamos tanto para América, como para Europa. No obstante, a pesar de que la deportación sea un acto jurídico dentro de instituciones específicas, se entrelaza con otros aspectos de la vida de las personas (estrategias de movimiento, composición fa- miliar, motivación por migrar, etc.), aspectos que se ponen en relieve por la intensidad del caso. Elena Azaola (1990, p. 17) menciona que «los espacios sociales donde se generan los esquemas básicos de la percepción, concepción y acción interiorizadas por el individuo, son las instituciones». Por lo tanto, se considera necesario establecer la conexión a través de los casos de menores detenidos en los años vein- te y el presente porque ambos han tenido contacto con la autoridad institucional extranjera y el desplazo de ambos está relacionado di- rectamente con el establecimiento de lazos familiares, sin que esto excluya los aspectos individuales de los miembros del grupo. La dis- cusión sobre el papel del individuo y el grupo nos invita a tener cau- tela ya que «el individualismo no es siempre una señal de que todo el mundo vaya a lo suyo, sino que muchas veces constituye la capacidad de iniciar actuaciones que se ligan con procesos de modernidad» (María-Ángeles Roque, 2005, p. 35). 484______La vulnerabilidad en el cruce

Mas aun, argumentamos que en otros lugares del mundo opera de igual manera una relación estrecha entre las instituciones y los in- dividuos construyéndose mutuamente. Por ejemplo, los niños y jóve- nes migrantes no se asumen como migrantes y menos como niños; sin embargo, una vez que han tenido contacto con las autoridades institu- cionales no les queda duda de la clasificación en la que han sido eti- quetados.

Clasificación y ritual

El ojo es la duda. BAUDELAIRE

Me decían que yo era de Honduras y yo les repetía que soy mexi- cano. JOSÉ, 14 años

Al dividir el proceso institucionalizado de la detención de menores me refiero a dos grandes temas relacionados entre sí, estos son, la clasi- ficación en la que discuto las formas en que los procedimientos han ido cambiando y el ritual en el que los contenidos de las formas no sólo se sistematizan, sino que desempeñan un papel más allá de lo burocrático. La clasificación (forma administrativa) y el ritual (expresión sistemáti- ca) están relacionados entre sí, son las dos caras de una misma mone- da. Adicionalmente, lo que une diferenciadamente a estos niños en dos épocas y en los dos espacios (el americano y el mediterráneo) es que enfrentan a dos estados nacionales, problemática que se manifiesta en la noción de niñez y de ciudadanía diferenciada entre México-Estados Unidos y Marruecos-España. Marruecos y México son lugar de paso y destino, representan tanto las posibilidades como el freno de migrantes para Europa y para Estados Unidos-Canadá respectivamente. Hay un antecedente que crea una de las grandes diferencias en- tre épocas y es lo que implica la detención de los menores. Durante los veinte, los menores llegan al puerto fronterizo en la compañía de algún familiar o de algún conocido; por lo tanto, esperan ser cuestio- nados. Tener esta expectativa de antemano bien pudiera significar que se puede planear el encuentro con la autoridad. Por el contrario en la Fronteras del tiempo ______485 actualidad, el menor llega a las oficinas de naturalización sin la com- pañía de un familiar o conocido y lo más significativo es que llega después de ser detenido o detenida erráticamente. Esto opera en am- bas fronteras. Los niños y niñas que migran hoy en día planean no en- contrarse con la autoridad, el evadir el encuentro es lo que hace que este sea más violento. Lo que se dilucida al comparar estas dos for- mas de llegar a la detención es que si en los veinte los menores pare- cen tener menos participación y menos voz en el proceso jurídico, es en el presente donde las formas han tomado un carácter impulsivo que sitúa a los menores en una posición de desventaja a pesar de que participen activamente en el proceso (decidir irse o devolverse). Después de la detención, el siguiente paso por comparar es la manera en que se les interroga. En los expedientes de los años veinte lo que se observa es un procedimiento directo y el tema esencial para los oficiales es sobre la niñez. Las preguntas giran en torno a la loca- lización de los padres, el grado de educación del menor, su estado de salud y su posición económica para saber si pudiese significar una carga para la nación. Y en este cuestionar vuelvo a hacer énfasis en la expectativa que tienen los menores de los veinte sobre lo que serán cuestionados ya que en la mayoría de los casos de esta época los ni- ños y niñas tienen los suficientes datos para responder que ha pasado con su situación. Los oficiales de los veinte se basan en la forma en que responden los menores y en la que se visten o que tan limpios es- tán, lo cual terminan por clasificar como of the better mexican class/ de una clase mejor de mexicanos, o of the lower mexican class/de una clase baja de mexicanos. No quiero decir por esto que la apariencia es importante para juzgar, pero en cuanto a las oficinas de inmigración el perfil se crea a partir de lo visual. Los niños, niñas y jóvenes llegan cansados y deshidratados lo que hace que no respondan tan asertiva- mente como se espera. En el presente, al llegar después de ser detenidos erráticamente, los cuestionamientos giran entorno a la visión de delito. Los menores tienen que hacer estrategias que aligeren el peso de una fechoría. Las preguntas hechas por los oficiales de migración son cuestiones de ciudadanía, se subraya el decir la verdad en cuanto a la nacionalidad y la edad que se tiene. Si en los años veinte el cuestionamiento dura- ba algunas horas con la repetición de una que otra pregunta, en el pre- sente son las mismas preguntas una y otra vez, si en aquél entonces 486______La vulnerabilidad en el cruce la deportación era una pregunta por responder (ej. «¿Alguna vez te han deportado?»), en el presente es la consecuencia, el castigo (se co- loca una pulsera de color en la muñeca que define visualmente a la persona como menor y migrante). Si hay algún mensaje que se quiere mandar ante la autoridad en los veinte es que el menor es indefenso y que por ser menor, niño o niña no significará ningún problema para el país vecino. En el pre- sente, el mensaje que se quiere negociar con los oficiales es en torno a la consecuencia del delito, a que el regreso sea lo menos penado ju- rídicamente. La idea de la niñez migrante es un perfil que se devela en las preguntas mismas. Tomemos el ejemplo de la territorialidad, en los veinte se preguntaba el lugar de origen, y en el presente el lugar de última residencia. Los oficiales de migración construyen el perfil del menor a partir de categorías que se basen en el movimiento. Podemos decir con certeza que si en los veinte se cuestiona a la idea de niñez y se empieza a crear un perfil de los menores, en la ac- tualidad a la niñez migrante se le criminaliza. Baste un ejemplo; en los años veinte para probar que el menor es mexicano, éste muestra una carta anecdótica o de algún familiar dando su permiso para que trasla- den al menor, en pocos casos las cartas inclusive son notariadas. En el presente esto se ha traducido en mostrar la visa láser, el pasaporte me- xicano, tomarles las huellas, pedir la CURP (Clave Única del Registro de Población), etc. La deportación es el acto que divide familias, les da una lección sobre lo que puede pasar a todo el núcleo familiar, no sólo al menor, esto se expresa en el gran número de instituciones que están involucradas actualmente en la deportación de menores.

Institución desbordada2

El tema que ha tomado más relevancia no es solamente el hecho de revalorar un análisis institucional de la migración, sino el incremento de las mismas para tratar la problemática de los menores desplazados que enfrentan a los aparatos de Estado. Quizás México entró en dis-

2. En este apartado nos referimos a una institución que se ha excedido, pero que también esta desproporción se debe a que la interpretación es precisamente develar su parte y su relación con lo no-institucional. Fronteras del tiempo ______487 tinta temporalidad al tema de la documentación, pero en la actualidad es equivalente el número y forma de instituciones que abordan a los menores. Es asombroso que en los veinte sólo interviniera una insti- tución, mientras que en el presente se transite por siete en un período de 48 horas. Este recorrido institucional se ha tornado en un ritual ad- ministrativo que tiene implicaciones más profundas que un simple reto de levantar información desde el punto de vista del investigador. En cuanto a la relación entre los cuerpos y las instituciones, Michel Foucault menciona en Microfísica del poder precisamente que «el cuerpo social es el elemento en donde se ejerce el poder sobre las vo- luntades. El poder se manifiesta materialmente en los cuerpos de los individuos», justamente uno de los ejemplos recurrentes del autor es el control del cuerpo de los niños y termina planteado «En efecto, nada es más material, más físico, más corporal que el ejercicio del po- der» (Foucault, 1975, pp. 103-110). Esto no requiere de argumentos conceptuales, en una entrevista hecha por Mercedes Jiménez (2009, p. 2), menciona uno de los jóvenes: «Ayer en el puerto me pegó la po- licía, pero me pude escapar». De manera diferenciada, pero con la misma intención en el caso mexicano los menores son controlados y violentados, lo cual se va convirtiendo en prácticas institucionaliza- das. En el presente el interrogatorio adquiere un carácter ritualista en donde los niños tienen más oportunidad de manifestar oposición o maniobrar el mismo, pero también donde las consecuencias que arro- je el interrogatorio serán indiscutiblemente más drásticas que en el primer momento. En la actualidad encontramos como un hecho in- discutible a un gran número de menores detenidos por largos perío- dos ya sea en albergues (casas de acogida) o en la misma cárcel por no tener documentos. Esto es la paradoja que representa la protección del menor, pero que a su vez no le permite ejercer plenamente sus de- rechos (ibid., p. 9).

Participación y entendimiento

En los años veinte los menores llegaban al encuentro con la compañía de algún familiar o conocido. A pesar de que la pérdida de sus padres es un hecho que marca a este grupo, bien podemos especular que di- 488______La vulnerabilidad en el cruce cho encuentro puede ser planeado. El interrogatorio es tan sistemáti- co que no es muy difícil descubrir cuales son los temas que pregunta- rán los oficiales de migración. Incuso, cuando no tienen respuesta, mencionan que eran muy pequeños para recordar exactamente que es lo que pasó. El que cuenten con este conocimiento se deriva de dife- rentes fuentes. En los años veinte había una preocupación por la hi- giene en general, esto no sólo era una preocupación sobre los meno- res, sino que la frontera se construía sobre la idea de limpieza por grupos (González Herrera, 2008). Un punto importante es que a pesar de lo planeado que haya podido ser el encuentro en los veinte, los me- nores son sujetos a los cuales únicamente se les cuestiona e indica que hacer. La relación que se establece con la figura de autoridad es más de subordinación, que de participación. En la actualidad, los ni- ños y jóvenes cuentan con un capital social que usan ante estas situa- ciones de diversa manera. Los menores son detenidos y espacialmen- te ubicados con otros menores, comparten conocimiento entre ellos para enfrentar los cuestionamientos y a la autoridad misma. En el pre- sente cuentan también con las historias de sus parientes ya que la gran mayoría de los niños deportados, cuentan con familiares viviendo en EE.UU. Sin embargo, igual que en los veinte la relación es una re- producción de la desigualdad. Los menores participan y pueden ex- presar sus necesidades, pero en escasas situaciones llegan a ejercer sus derechos.

Los Estados Nacionales ante la niñez migrante

El contexto que forman los estados nacionales de México y Estados Unidos es la discusión que se presenta en esta comparación ya que los menores comparten en el tiempo, el estar simultáneamente pasan- do (y absorbiendo) de un Estado-Nación a otro. La historia que se vaya construyendo sobre la migración de menores tiene que incluir la experiencia de ambos países, ya que es precisamente la «interacción» (Bustamante, 2000, pp. 155-158) entre ambos países lo que nos ex- plica cómo es que se construye y se mantiene el ir y venir de los ni- ños y niñas deportados. En el caso de Marruecos se mantiene que es- tán fuera de las lógicas de los Estados, estoy de acuerdo con que es así. Sin embargo, el que estén fuera de esta lógica genera que sean Fronteras del tiempo ______489

GRÁFICO 1. Lógica y diferenciación entre los dos momentos

Niños de los 20-s solos Niños en la actualidad en soleda

Encuentro planeado Encuentro sorpresivo

Entran en EUA Deportación a México

Recorrido por 1 institución Recorrido por 7 instituciones

Ritual administrativo vulnerados y se inserten en el país de llegada de manera desprotegi- da. La migración de estos niño(a)s y jóvenes es en si lo que pone de manifiesto la forma en que se relacionan aspectos formales e infor- males, grupales e individuales dentro de un solo proceso. En los años veinte, EU contaba con el buró de inmigración, ins- titución que a partir de 1933 y hasta hace relativamente poco se con- solidó en el INS Instituto de Servicios de Naturalización para cam- biar en el 2003 bajo el nombre de ICE (Immigration and customs enforcement) durante la misma época por parte de México no hay instituciones que regulen o que vigilen el tránsito de los menores. No obstante, así como los silencios son importantes durante la observa- ción participante, la ausencia de instituciones mexicanas durante esta época también nos da pie a especular cuan volátil y grave era la situación de los menores en movimiento. Hay en el presente tantas instituciones y cada una con sus procedimientos que el control y la vigilancia de los menores son los elementos centrales del proceso de deportación. Aún y cuando esta es una investigación cualitativa nos servirá hacer unas cuantas sumas. Son siete instituciones, en cada una hay por lo menos dos interrogatorios o entrevistas y llenan por lo menos 490______La vulnerabilidad en el cruce una forma de ingreso y una de egreso, esto da como resultado, 14 en- trevistas, 14 formas por llenar y múltiples significados entre la auto- ridad y el menor, todo en 48 horas. Al observarse el proceso de deportación pareciera que es un simple acto burocrático, un procedimiento que se realiza rápidamen- te (de justicia expedita) y bajo todas las reglas y convenios estableci- dos entre países. Sin embargo, es precisamente la rapidez con la que se mueve a los menores de un espacio a otro, la velocidad con la que hay que llenar toda la información necesaria que hace de este evento de corta duración, un evento crucial para entender la posición de vulne- rabilidad en la que se encuentran los menores solos dentro del proce- so amplio de la migración entre México-EE.UU. En estos espacios institucionalizados son lugares de un momento, que no se entienden en si mismos, sino en el conjunto del recorrido por todas las institu- ciones, en donde se cambia de sitio, pero el evento de la deportación sigue su curso. Y en este transcurso se pasa de un país a otro, de for- mas en una lengua y en otra, y de nociones diferenciadas sobre que es un niño. Esta relación de protección/control que se establece en las insti- tuciones, también se refleja entre los menores y el personal de las mis- mas. Si pudiéramos tomar alguna estrategia de los menores de los años veinte, esta sería el contestar a todo directamente, lo de menos es si es verdad o no, pero las formas en que se establece la relación es lo que dicta como se experimentará el proceso de la detención/deporta- ción, esto aplica tanto en México, como en Estados Unidos. El proceso de migración se establece en buena medida en los si- tios significativos es decir, las instituciones en donde se van creando tempranamente las características específicas que nos muestran la parte concreta que se establece a través de la relación entre personas (menores y la autoridad). Finalmente, esa es la observación del traba- jo de campo, el entender las relaciones no verbales que establecen las personas. En la deportación, la relación es entre una institución (exó- gena) y un grupo de menores deportados (endógena), pero esto se tra- duce a la relación entre un adulto/a y un niño/a, ciudadano/migrante y todo dentro del par opuesto que va de lo legal a lo ilegal. Sin embargo, a pesar de lo impactante que es el recorrido insti- tucional por el que pasan los menores, tenemos que hacernos la pre- gunta obligada sobre ¿Cuáles son las implicaciones de estas relacio- Fronteras del tiempo ______491 nes al paso del tiempo? Lo primero es que la deportación en si, es una iniciación temprana en las relaciones desiguales. Así como están en desventaja ante la autoridad como niños y niñas, lo estarán de igual manera en el futuro ante los patrones en EE.UU. De esta forma se va reproduciendo la desigualdad generacional, no sólo aprendida de los padres, sino de su misma experiencia ante dicho proceso. Otro aspecto de cuidado es que al paso del tiempo, a la noción de niñez desplazada se le ha ido criminalizando. Las ideas de niñez migrante en el presente están construidas a partir de la idea del deli- to. Para los menores procesados jurídicamente durante la deportación, este acto se traduce en tener antecedentes penales, lo cual puede llegar al grado máximo de ser sentenciados y encarcelados o de ir constru- yendo un perfil criminalizado del menor que saldrá a relucir cuando sea adulto. Ligado al aspecto anterior es la incipiente participación de Mé- xico ante los tratados internacionales para defender los derechos de los menores migrantes. Por supuesto que México tiene una posición problemática geográfica y políticamente. Geográficamente, la pre- sencia de programas para alertar a los paisanos sigue siendo escasa, y la política internacional que se refiere a relaciones fronterizas se si- gue tomando en las capitales (Washington-Mexico D.F.), alejadas de todo realismo local Jiménez explica esto citando a Zidari (2005) don- de salir de Marruecos es en si un acto criminalizado bajo la ley n.º 02- 03 (2009, p. 6). Es decir, se generan acuerdos entre países, los países de origen los ratifican, pero los de destino se dedican a generar ini- ciativas, a seguir discutiendo el tema y la ratificación espera un tiem- po indeterminado. Se tendría que matizar sobre los gobiernos locales que funcionan en torno a un contexto internacional. El proceso de deportación divide a las familias; los niños y ni- ñas que observamos en los albergues están solos bajo un gran núme- ro de razones, pero uno de ellos es que los procedimientos dejan a los adultos como testigos de cargo y deportan a los niños sin avisarles lo que está pasado. De esta manera los niños llegan en un bajo estado anímico a los albergues, sin saber a quién hablarle. Para resolver los casos se necesita que uno de los padres o un familiar autorizado por los padres intervenga en el caso, para esto hay que traer actas de na- cimiento, mandarle dinero al niños o niña para costear su viaje, etc. La deportación es un evento familiar y los miembros tienen que hacer 492______La vulnerabilidad en el cruce uso de todos los recursos posibles para poder sacar al menor del al- bergue y así continuar con los traslados.

Últimos comentarios, primeras discusiones

Esta investigación comparativa nos muestra que la migración de ni- ños y niñas no es un fenómeno reciente. Los migrantes empiezan su desplazo a temprana edad. Esto se refleja en las entrevistas de Manuel Gamio a migrantes mexicanos en Estados Unidos durante los años treinta. Sin embargo, lo que deja claro que el desplazamiento no es un fenómeno reciente, como lo muestran los casos analizados en el ar- chivo del INS/CIE y contrastados con los menores detenidos en la ac- tualidad es que el desplazamiento de menores se da en función a la estructura familiar. Los menores de los años veinte migran solos en el sentido de que la familia tradicional no existe, los padres han muerto, pero lo hacen para reunificarse en una familia y hoy en día para reu- nirse sus familias. Aún así, en ambos casos estamos hablando de me- nores sin la compañía de sus padres al enfrentar a la autoridad y en la actualidad, menores solos. En el caso que analizamos de Tánger se toma una postura diferente y se propone conceptualizar a los meno- res como nuevos sujetos. Esto en si nos hace pensar que no podemos realizar generalizaciones en cuanto a la migración de menores. La globalización no ha terminado con las diferencias, aunque si ha in- tensificado problemas de desigualdades históricas en contextos con- temporáneos. La pregunta que ha guiado esta investigación desde la primera revisión del archivo de los años veinte y las primeras observaciones con los niños y niñas en el trabajo de campo es ¿Por qué están sin sus padres los menores en estos dos momentos y de estos dos lugares del mundo? ¿Cuáles son las circunstancias que subyacen el encuentro con las autoridades de Estados Unidos, México, España y Marruecos? ¿Cuáles son los procedimientos para detener y liberar a un menor de edad en un país ajeno al suyo? Por una parte, los niños y niñas mi- grantes son detenidos y procesados por no tener documentos para es- tar en el país vecino, lo cual los sitúa físicamente en un proceso jurí- dico como individuos, pero por otra parte, también el mismo asunto legal nos deja ver un proceso de soledad en varios niveles. Si bien en Fronteras del tiempo ______493 los años veinte lo que se observa es una estructura minuciosamente estructurada para documentar la detención de menores y dos institu- ciones a cargo de los asuntos de inmigración, también es cierto que en esta época a todos los menores detenidos se les permitió entrar a EE.UU., salvo un par de casos. En el presente lo que observamos es la deportación numerosa de menores y dos aparatos de Estado mani- festándose a través de instituciones en ambos lados de la frontera. Cuando en los años veinte México tienen una presencia prácticamen- te nula, en la actualidad hay una equivalencia casi exacta de institu- ciones involucradas en la deportación de los menores. Este análisis nos llevo a destejer un proceso instaurado en el presente como resultado de su pasado. Así pues, viajar en el tiempo nos permitió entender la institucionalización de la migración para re- producir asimetrías entre países. Sin embargo me gustaría terminar con dos discusiones que pueden dar luz sobre el tema: 1) Las discu- siones antropológicas y sociales se están generando con un enfoque mas de identidad que de cultura. Esto nos permite ver aspectos indi- viduales (auto concepto) que han sido ignorados en el pasado, pero no podemos dejar de lado que hay una relación intima entre identidad y cultura, como la hay entre individuo y grupo. 2) La incorporación de elementos de tiempo nos permite dimensionar a las personas como sujetos temporales. Es decir, hay una relación entre memoria e histo- ria. Como sugiere Morin (1987) «se trata de volver a escribir la his- toria, tal como lo hace cada generación, en función a las experiencias vividas en el presente (144)». 3) La frontera sigue siendo un lugar privilegiado para el estudio de los menores migrantes. En palabras de Bustamante (2000, p. 190) «la región fronteriza sigue siendo un mi- crocosmos de la relación entre dos países». Por lo tanto, si estudiamos el presente, eso entendemos, el presente. Si observamos el pasado, pa- rece un país lejano. Pero, si los unimos, encontramos enramados que nos permiten vislumbrar un futuro mejor para un grupo que bien pue- de ser el que explique nuestro tiempo: los niños, niñas y jóvenes en movimiento.

26. De «dependientes» a «protagonistas». Menores migrantes como nuevos sujetos migratorios1

Mercedes Jiménez y Francesco Vacchiano2

Mounir con 16 años bajaba cada día al puerto de Tánger. Allí sentado en los restos de murallas que fortificaban la antigua medina3 y que lin- daban con el puerto, veía cada atardecer el agitado tránsito de los bar- cos. Conocía cada barco, sus horarios y los hábitos de la policía que impedía de forma violenta y disuasoria cualquier intento de acceso a esas instalaciones. Mounir lo consiguió una noche. Entró en el puerto y nadó hasta uno de los barcos atracados en el embarque. Llevaba una cuerda atada a su cintura con un gancho en el extremo que le permitió escalar la resbaladiza popa del barco. Una vez en cubierta se escon- dió y sacó ropa seca envuelta en muchas bolsas de plástico que tam- bién llevaba atada a la cintura. Tres días después llegó a Barcelona.

1. Este artículo resume parte del trabajo desarrollado en el marco del proyecto «El Río Bravo Mediterráneo: Las Regiones Fronterizas en la época de la globalización». Una de las autoras del artículo, Mercedes Jiménez, ha llevado a cabo dos primeras aproximaciones en dos contextos migratorios en relación a los menores migrantes. En 2007 realizó una estancia de diez días en Tijuana y llevó a cabo una serie de entre- vistas exploratorias sobre la cuestión de la migración de menores solos en esa fron- tera. En 2009 realizó también una primera aproximación a la frontera entre El Paso y Ciudad Juárez y entre Nogales (Arizona) y Nogales (Sonora). Ambas estancias han servido para iniciar un primer trabajo comparativo sobre la cuestión de los menores migrantes en las fronteras en estas regiones fronterizas. En este artículo vamos a rea- lizar una aproximación teórica que nos sirva de telón de fondo al análisis de estos pro- cesos migratorios en ambas regiones. Los autores compaginan una labor de activismo transnacional, junto con la investigación y el trabajo social con menores migrantes en la frontera Mediterránea, concretamente en España, Portugal, Italia y Marruecos. 2. Mercedes Jiménez es Doctoranda en Antropología y trabaja en Marruecos en la Asociación Al Khaima. Francesco Vacchiano es Psicólogo y Doctor en Antropología Social, colabora con el Centro Frantz Fanon de Turín y es investigador en el CRIA de Lisboa. 3. Del árabe dialectal mad_na, «ciudad», se usa corrientemente como forma de deno- minación de la parte antigua de la ciudad. 496______La vulnerabilidad en el cruce

Alicia cruzó la frontera andando, cerca de la Rumorosa.4 Iba con todo el grupo cuando la «Migra»5 los detectó. Ella me dijo: «Tuve mala suerte, pero mi mamá y mi papá van a seguir ayudándome para que pueda juntarme con ellos. Ellos están en Los Ángeles. Yo crecí con mi abuelita». Conocí a Alicia en el dispositivo que el DIF6 tiene en la frontera de San Ysidro, en Tijuana, para la recepción de menores no acompañados. Había sido deportada tras pasar veinticuatro horas en un centro de detención en San Diego. Tenía 15 años y muy segura conclu- yó: «Esta vez no me han tomado las huellas, es la segunda vez que lo hago y lo voy a seguir intentando».

Saddik salió de Afganistán cuando tenía solo diez años acompañado por su mamá que intentaba salvarlo de las represalias de los talibanes contra las aldeas de etnia hazara. Tras vivir tres años en Quetta consi- guió ahorrar algo de dinero haciendo algunos trabajillos. Con este di- nero se marchó a Irán. Allí vivió durante dos años. Pasó la mayor par- te de ese tiempo encerrado en la fábrica de textil donde trabajaba. Pagó a unos pasadores para cruzar las montañas y llegar a Turquía. Desde allí en una barca alcanzó las costas griegas. Tras vivir dos meses en un parque en Atenas con otros chicos, localizó los camiones que transpor- tan mercancías a Italia, y, en un aparcamiento, consiguió esconderse. Llegó a Turín con 16 años y conoció a unos educadores que lo acogie- ron en su casa.

Dibujando escenarios

Para comprender la magnitud de la llegada a los Estados Unidos de niños y niñas «solos» nos remitimos al informe «Unaccompanied Im- migrant and Refugee Minors» elaborado en 2005 en el marco del pro- yecto «Inmigrant Policy Project» de la Conferencia Nacional de Le- gislaturas Estatales (NCSL). Este informe subraya que la media anual

4. Zona de cruce en la frontera de Tecate especialmente árida y pedregosa. 5. «Migra» es el nombre que con el que se define la policía de frontera estadouni- dense («Border Patrol») entre los migrantes mexicanos. 6. El DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia) es el organis- mo federal mexicano encargado de la protección de la Infancia. Se creó en 1977, por Decreto Presidencial, a partir de la fusión del Instituto Mexicano para la Infancia y la Familia (IMPI) con la Institución Mexicana de Asistencia a la Niñez (IMAN). De «dependientes» a «protagonistas» ______497 de menores que llegan «no acompañados» a los Estados Unidos es de unos ochenta mil, de los cuales la mayoría son expulsados antes de se- tenta y dos horas y tan sólo una pequeña parte consigue permanecer en el país.7 Bhabha y Schmidt (2007) y numerosas organizaciones, entre ellas Women´s Refugee Comision (2009)8 señalan un vacío en la le- gislación y graves deficiencias en los registros gubernamentales, en el trato que reciben, en la representación jurídica de los niños y en la coordinación entre los diferentes organismos gubernamentales en re- lación a los procedimientos que a éstos les afectan. Por otro lado, la Comisión de los Derechos Humanos de Méxi- co señala que en 2005 se llevó a cabo la repatriación de 5.500 meno- res mexicanos entre la frontera de Estados Unidos y México. Entre ambos países existe un acuerdo de repatriación de menores que defi- ne la repatriación como «ordenada y segura».9 Según este acuerdo las autoridades migratorias norteamericanas deben comunicar al consu- lado mexicano la detección de menores y su repatriación para que sean recibidos por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).10 Desde 1994 a 2002 los consulados mexicanos en

7. . Entre el 1 de enero y el 31 de ju- lio de 2005, el número de menores no acompañados custodiado por el ORR (Office of Refugee Resettlement) fue de 5.547. En 2004 fueron 6200 menores. Los países de los que procedían eran Honduras (30 %), El Salvador (26 %), Guatemala (20 %), México (10 %), Brasil (3 %) y China (30 %). La edad media de los menores era de 16 años. 8. HALFWAY HOME: Unaccompanied Children in Immigration Custody. Wo- men’s Refugee Commission. Orrick Herrington and Sutcliffe LLP, February 2009. 9. Entre México y Estados Unidos existe un Convenio de Procedimientos para la Repatriación Segura y Ordenada de Nacionales Mexicanos, en el cual se incluyen nor- mas para la repatriación de menores. «Los Gobiernos de México y de los Estados Uni- dos de América suscribieron el Convenio […] que entró en vigor en el mes de febre- ro de 1998. Además, está suscrito a su vez con diferentes entidades de la República Mexicana, dentro de las que se encuentran: Tijuana, Ciudad Juárez, Monterrey y Nue- vo Laredo. El Convenio establece, entre sus metas, el evitar que los menores sean re- patriados en horarios nocturnos y separados de sus familias. El Convenio dispone que los menores de edad no acompañados por adultos serán entregados exclusivamente en los horarios y lugares convenidos y con la intervención del Consulado mexicano. Además, establece que el INM deberá verificar las condiciones de salud de las per- sonas devueltas, y en caso de que alguna persona muestre indicios de maltrato o vio- lación de sus derechos humanos, el personal del INM los atenderá» (Committee on the Rights of the Children, Periodic reports of States parties due in 1997: Mexico. 17/8/1998. CRC/C/65/Add.6. (State Party Report). Acción Canadá y Colegio de Mi- choacán (2002). 10. Anteriormente a este acuerdo la organización internacional Human Rights Watch denunció la vulneración de los derechos de los menores en las deportaciones 498______La vulnerabilidad en el cruce

Estados Unidos apoyaron la repatriación de 87.757 menores no acompañados. Esta cifra nos aproxima a la magnitud del fenómeno de la infancia migrante mexicana. Estos datos y este estudio excluyen a los menores migrantes procedentes de distintos países centroameri- canos. En ese mismo año de 2005, el Instituto Nacional de Migraciones de México difundió que de enero a noviembre de 2005, atendió a un to- tal de 11.129 menores centroamericanos que fueron repatriados a sus países, 4.897 de nacionalidad guatemalteca, 4.093 hondureños, 2.113 salvadoreños y 26 nicaragüenses. La ONG «Sin Fronteras» señala la presencia de menores no acompañados en la Frontera Sur, represen- tados por chicos y chicas centroamericanos que viajan sin familiares y en situación de extrema vulnerabilidad durante todo el proceso mi- gratorio. La situación de los menores migrantes centroamericanos y me- xicanos fue tratada de forma extensa por la Conferencia Regional so- bre Migración (CRM).11 En su informe del año 2002 (Acción Canadá y Colegio de Michoacán, 2002) señala que cada año aumenta el nú- mero de menores que se desplazan por los territorios de los países de la Conferencia Regional sobre Migración12 y cruzan sus fronteras, pero que siguen siendo muy difícil cuantificar este fenómeno.13

llevadas a cabo por los Estados Unidos en su informe: Slipping through the cracks. Unaccompanied Children Detained by the U.S. Immigration and Naturalization Ser- vice (Human Rights Watch, 1997). 11. La Conferencia Regional sobre Migración (CRM) se creó a iniciativa de Méxi- co para fomentar el diálogo sobre el tema migratorio en la región de América del Nor- te y Central. Tuvo su primera reunión en la ciudad de Puebla en 1996 (por ello, se le conoce también como el «proceso de Puebla»). En principio, la CRM no es un foro para toma de decisiones, sino de diálogo e intercambio de información que sirva para el desarrollo de las políticas públicas que en materia migratoria lleva a cabo cada país. 12. Belice, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Hondu- ras, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana. 13. Las conclusiones más sobresalientes de este informe son: i) a pesar de la es- casez de estadísticas sobre menores migrantes se señala que el fenómeno va en aumento y, en relación a Centroamérica, los menores no acompañados son cada vez más jóvenes y cada vez hay más presencia de niñas; ii) Los menores migrantes no acompañados son los más vulnerables de todos los migrantes y los que más necesitan medidas especializadas de protección; iii) Los problemas relativos a los niños de la calle son similares a los de los menores migrantes, aunque sean dos grupos social- mente diferentes. La razón es que un enorme porcentaje de menores migrantes puede encontrarse a vivir en la calle en algún momento de su trayecto migratorio. Las orga- nizaciones que trabajan con niños de la calle, además, son las únicas que se ocupan di- De «dependientes» a «protagonistas» ______499

En el verano de 1999, Yaguine Koita y Fodé Tounkara, dos me- nores procedentes de Guinea Conakry, fueron hallados congelados en el tren de aterrizaje de un avión que llegó a Bruselas procedente del país africano. Los dos chicos llevaban con ellos una carta en la que se dirigían a los «Señores Miembros y Responsables de Europa» para decirles que:

Ayúdennos, sufrimos enormemente en África, tenemos problemas y ca- rencias en el plano de los derechos del niño. Entre los problemas, tene- mos la guerra, la enfermedad, la falta de alimentos. En cuanto a los de- rechos del niño, en África, y sobre todo en Guinea, tenemos demasiadas escuelas, pero una gran carencia de educación y de enseñanza: salvo en los colegios privados, donde se pueden tener una buena educación y una buena enseñanza, pero hace falta una fuerte suma de dinero. Ahora bien, nuestros padres son pobres y necesitan alimentarnos. Además, tampoco tenemos centros deportivos donde podríamos practicar el fút- bol, el baloncesto o el tenis. Por eso nosotros, los niños y jóvenes afri- canos, les pedimos hagan una gran organización eficaz para África, para permitirnos progresar. Por tanto, si ustedes ven que nos sacrificamos y exponemos nuestra vida, es porque se sufre demasiado en África. Sin embargo, queremos estudiar, y les pedimos que nos ayuden a estudiar para ser como ustedes en África. En fin, les suplicamos muy, muy fuer- temente que nos excusen por atrevernos a escribirles esta carta a Uste- des, los grandes personajes a quien debemos mucho respeto. Y no ol- viden que es a ustedes a quienes debemos quejarnos de la debilidad de nuestra fuerza en África.14

En octubre del 2006, el Tribunal Europeo de Derecho Humanos dictó una sentencia histórica15 en la que condenaba a Bélgica por las condi- ciones en las que Tábita, una menor congoleña de 5 años, había esta- do retenida durante dos meses en un centro para extranjeros en Bél- rectamente de los menores migrantes; iv) La detención de menores migrantes es un problema de particular urgencia; v) Los gobiernos que han participado en la inves- tigación (cinco de los once que forman la CRM) han demostraron un grado conside- rable de dedicación y han proporcionado informaciones que resultaron muy útiles; vi) la capacidad de la sociedad civil en la atención a estos menores varía mucho según el país (CRM, 2002). 14. . 15. Sentencia «Mubilanzila Mayeka et Kaniki Mitunga contra Bélgica» n.º 13178/03. Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Estrasburgo. 500______La vulnerabilidad en el cruce gica y finalmente repatriada al Congo sola, sin arbitrar ningún recur- so social en su país y sin tener ninguna garantía sobre si algún adul- to se podría hacer cargo de ella, ya que su mamá estaba en Canadá. La sentencia obligó a Bélgica a readmitir a la menor, que volvió a Bélgi- ca para desde allí reunirse con su madre. Ese mismo verano de 2006, casi 900 menores procedentes de Senegal, Marruecos, Malí, Guinea y Costa de Marfil, llegaron en ca- yucos a las costas de las Islas Canarias. Un año más tarde, la organi- zación Human Rights Watch en un informe específico (HRW, 2007) denunciaba las condiciones en las que se encontraban estos menores. Sin duda, tanto Tábita, como Yaguine y Fodé, como Mounir, Ali- cia y Saddik, son los nuevos protagonistas de un fenómeno migratorio contemporáneo. Ellos, junto con los más de 20.000 menores «no acom- pañados» acogidos por las autoridades públicas en Europa (European Migration Network, 2010) comparten esa doble condición de ser me- nores y migrantes. Dicha condición les aboca a situaciones en las que a menudo el interés por el control de las fronteras prevalece sobre su «interés superior». Da igual que sean menores «no acompañados»,16 demandantes de asilo o víctimas de trata o tráfico; su doble condición «de menores a proteger y migrantes a controlar» les conduce por los tortuosos pasillos de una Europa fortificada a estancias que no siem- pre velan por sus derechos.

Menores migrantes, entre protección y criminalización

Dos fronteras, dos escenarios, una realidad. Historias de niños y ado- lescentes que se desplazan sin padres o adultos de referencia pode- mos encontrarlas a lo largo de toda la historia de las movilidades hu-

16. El Consejo de Europa, en su Resolución de 26 de junio de 1997 (97/C 221/03) señala: 1. La presente Resolución se refiere a los menores de 18 años nacionales de países terceros que lleguen al territorio de los Estados miembros sin ir acompañados de un adulto responsable de los mismos, ya sea legalmente o con arreglo a los usos y costumbres, en tanto en cuanto no estén efectivamente bajo el cuidado de un adulto responsable de ellos. La presente Resolución podrá aplicarse también a los menores nacionales de países terceros que, después de haber entrado en el territorio de los Es- tados miembros, sean dejados solos. Las personas contempladas en los dos párrafos anteriores se denominarán en lo sucesivo «menores no acompañados». De «dependientes» a «protagonistas» ______501 manas.17 Sin embargo, unos «nuevos protagonistas» en el panorama migratorio internacional están irrumpiendo de forma activa e «in- cómoda». Nos referimos a niños, adolescentes y jóvenes que migran solos y que atraviesan fronteras, crean nuevas formas de movilidad y ponen en tela de juicio la construcción de la infancia y los estándares internacionales sobre protección. Es una migración «incómoda» por- que las lógicas de la protección de la infancia entran de lleno en con- tradicción con las lógicas del control de la migración y estos niños aúnan ambas condiciones, ambas realidades, como las dos caras inse- parables de una misma moneda. Moneda que algunos se arrojan o que utilizan como forma de intercambio en las relaciones internacionales, por ser ésta una cuestión sensible en la políticas exteriores entre al- gunos países18 y actualmente una cuestión prioritaria para la política de la Unión Europea y también presente en la política entre EE.UU. y México y Centroamérica. Estos sujetos son hoy los protagonistas de una nueva forma de moverse, pero también de una nueva manera de ser controlados:

La Consejería de Bienestar Social ha experimentado un «importante» repunte en las entradas de menores inmigrantes, pero entre finales de agosto y principios de septiembre se está comprobando que se trata de entradas «diferentes» a las de otros años. Son menores subsaharia- nos que llegan a Melilla a bordo de las pateras «que salen desde Ma- rruecos». En una entrevista emitida en la COPE, la consejera […] con- firmó que se trata de una nueva fórmula de entrada que también se repite en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y apuntó que, «aunque no se den muchos más datos desde la Delegación del Gobierno, se tiene que ser consciente de que, en las últimas sema- nas, se está experimentando una entrada importante de esos inmigran- tes subsaharianos […] «Cuando hay problemas en la frontera y cuan- do los hay por la inactividad del Gobierno del PSOE se produce un efecto. En este caso, ese efecto es la entrada de menores, también sub-

17. Recordamos el ejemplo histórico de los niños italianos que tocaban el acordeón en Francia en el siglo XIX (Pizzorusso, 2002). 18. Por ejemplo entre España y Marruecos, fruto de esta política es el Memorando entre España y Marruecos para la repatriación asistida de menores (2003) y el Acuer- do Bilateral entre España y Marruecos para la prevención, protección y retorno asisti- do (2007). La UE anunció en septiembre de 2009 la elaboración de un «Plan de Ac- ción Europeo para la Repatriación de Menores No Acompañados». 502______La vulnerabilidad en el cruce

saharianos, como hacía mucho tiempo que no teníamos». (Diariosur, 13/9/2010)

En estos días están llegando algunas pateras y cayucos y seguimos con- tando cuántos vienen a bordo. […] Nos sorprende que lleguen a des- tiempo y que usen transportes desesperados. Nos extraña que vengan mujeres embarazadas y menores solos. […] Se trata de hijos de clase humilde que abandonan pronto los estudios para ayudar al sostén fa- miliar. Se crían en ambientes con antecedentes migratorios y se en- frentan a un desierto de oportunidades. Son adolescentes decididos, con un proyecto autónomo y que trabajan para costearse el viaje. Dos de cada tres son marroquíes y dos de cada diez salen desde Malí y Se- negal. En los dos últimos años han llegado a España más de 7.000 pero el total de acogidos supera los 60.000.19 (Público, 14/10/2010)

Según la denuncia de varias ONG, los gobiernos de Gran Bretaña, Ho- landa, Suecia y Noruega, están organizando centros de repatriación en Afganistán, para enviar de vuelta a los menores de edad que llegaron a sus países huyendo de la guerra y la miseria. Muchos gobiernos consi- deran a estos menores solos como una carga y son reacios a su integra- ción en el sistema escolar y a su manutención hasta su mayoría de edad, por este motivo prefieren desentenderse de ellos y enviarles de regre- so. Muchos países ya tienen puesto en marcha distintos mecanismos para la expulsión de adultos, pero consideran que recibirían críticas si proceden de la misma manera con los menores de edad. (Liberación, 9/9/2010).

Estas imágenes nos trasmiten cómo el deseo de promoción de unos adolescentes irrumpe a través de los poros todavía permeables del sis- tema de control de las fronteras en Europa. Sin embargo, son puestos en cuestión. Se les dibuja como si de una amenaza se tratara. Los dis- cursos oficiales señalan que se produce una «invasión», que no hay «recursos suficientes» o que se «aprovechan del sistema debido a su minoría de edad». Se les reserva entonces un lugar marginal en fun- ción de su flexibilidad para insertarse en procesos de precariedad la- boral o de otras actividades «económicamente rentables» aunque fre- cuentemente ilegales que les conducen a un tratamiento penal.

19. Estos números, amplificados a menudo por la prensa oficial, aparecen despro- porcionados y sin fundamento (véase European Migration Network, 2009). De «dependientes» a «protagonistas» ______503

Los menores «migrantes solos» son titulares de una serie de de- rechos con independencia de su origen.20 Constituyen sin embargo una categoría liminar. Dicha categoría pone en crisis el sistema de con- trol, pensado para adultos que no tienen que ser prioritariamente pro- tegidos y que pueden ser expulsados. Sin embargo, el sistema de con- trol se encuentra ante un sujeto titular de derechos que tiene que ser respetado. Los menores migrantes solos representan en este sentido un «nuevo sujeto migratorio», por un lado, por la variedad de defini- ciones y tratamientos centrados en la gestión y el control de su pre- sencia en el contexto europeo y americano y, por otro lado, por toda la serie de procedimientos y prácticas políticas que los gobiernan de una forma ambivalente. Las fronteras físicas se refuerzan y las tecnologías del control dibujan espacios vetados, prohibidos y protegidos.21 Pero existen otras formas de separación y clasificación más allá de las fronteras geográ- ficas. Las prácticas administrativas crean un sujeto de gobierno con un acceso diferenciado a los derechos. La frontera se extiende enton- ces mas allá de su proyección geográfica, llegando a plasmarse en la experiencia cotidiana y determinando de una forma muy profunda las características sociales y las opciones de los sujetos. Uno de los pilares de las enseñanzas del pensamiento de Fou- cault consiste en evidenciar la existencia de estos procesos de clasifi- cación como una forma de construcción selectiva de colectivos pensa- dos como diferentes y definidos como «separados». En este sentido, la frontera funciona más allá de su ámbito físico, llevando a cabo una

20. Todos los estados de la UE han ratificado la Convención por los Derechos del Niño y sus Protocolos facultativos en relación a la protección de la infancia (Protoco- lo de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, es- pecialmente mujeres y niños; Protocolo de las Naciones Unidas por lo que se refiere a la venta de niños, la prostitución y pornografía infantiles; Protocolo de la Conven- ción sobre los Derechos del Niño sobre la participación de niños en conflictos arma- dos). Los EE.UU. no han ratificado la CDI, implementando una serie de convenios entre EE.UU. y México para asegurar el «retorno con garantías» de los menores me- xicanos expulsados, nos referimos al Convenio de Procedimientos para la Repatria- ción Segura y Ordenada de Nacionales Mexicanos. 21. En Europa, la llamada Directiva de Retorno es una de las máximas expresiones de esta lógica. Véase: «Directiva 2008/115/ce del parlamento europeo y del conse- jo de 16 de diciembre de 2008 relativa a normas y procedimientos comunes en los Es- tados miembros para el retorno de los nacionales de terceros países en situación irre- gular». 504______La vulnerabilidad en el cruce clasificación de las personas según su origen; definiendo formas dife- renciadas de acceso y de permanencia en el territorio. Toda una serie de etiquetas sociales, como «irregular», «indocumentado», «illegal alien», «sin papeles», «extra-comunitario», «clandestino», «menor no acom- pañado» son comúnmente usadas en ámbitos diferentes y variados. Los estados construyen así una serie de fronteras internas que funcionan como si se tratara de espacios de separación, de expulsión, de preca- rización y crean «infrasujetos» y «zonas de aplicación diferenciada de los derechos». Aunque la Convención de Derechos del Niño —nunca aprobada por los Estados Unidos— dibuje un horizonte garantista, los estados contemporáneos ensayan distintas formas de clasificación de estos jó- venes, cuya movilidad y circulación es constantemente controlada por formas de gobierno restrictivas de derechos:

— En septiembre de 2003, el Fiscal General del Estado Español, di- fundió una Instrucción centrada en enfocar jurídicamente el fenó- meno de la «avalancha de extranjeros menores de edad e indocu- mentados, que, sin familias ni medios de vida, acceden ilegalmente a nuestro país por los más variados medios.22 En dicha instruc- ción, el juez autoriza la «detención de los menores extranjeros» mayores de 16 años y el «retorno del menor a su punto de origen a la mayor brevedad posible», pues, como atestado en la instruc- ción, su independencia demostraría su condición de sujetos eman- cipados. Instrucción 3/2003 — En el verano de 2010 el Instituto Madrileño del Menor y la Fami- lia (IMMF), órgano dependiente de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid y responsable de la protección de los menores en su territorio, cesaba la tutela de 18 chicos procedentes de varios países subsaharianos por haber su- puestamente exhibido documentos que falseaban su fecha de na- cimiento. La Consejería denunciaba a estos jóvenes por presentar documentos falsos. El procedimiento no se fundamentaba en una alteración manifiesta de los papeles (algunos de estos chicos ha- bían proporcionado certificados de la propia Embajada que com- probaban la autenticidad de los documentos) sino en la práctica,

22. Instrucción del Fiscal General del Estado n.º 6/2003. De «dependientes» a «protagonistas» ______505

corrientemente aplicada, de identificación de la edad a través de pruebas óseas.23 — En octubre de 2010 el Defensor del Pueblo de Madrid convocó unas Jornadas de trabajo sobre determinación de la edad de los menores extranjeros no acompañados para abordar los problemas detectados en los procedimientos para la determinación de la edad. Se contó con la opinión de los expertos en medicina legal y se invitó a todos los directores de Institutos de Medicina Legal de España, así como a forenses adscritos a distintos Juzgados de aque- llas Comunidades Autónomas. En el documento de recomenda- ciones elaborado por dichos especialistas señalaban que la deter- minación de edad en menores no acompañados por medio da la estimación de la madurez ósea y la mineralización dental es un método sujeto a grandes variaciones y no debe ser usado a menos que no se disponga de otro método mas fiable».24 — En los mismos días, el Juzgado de Instrucción Número 24 de Madrid archivaba la denuncia interpuesta por la gerente del Ins- tituto Madrileño del Menor y la Familia contra 13 de los 18 me- nores acusados de falsificar sus pasaportes (los otros casos esta- ban todavía en curso de evaluación), criticando que se utilizara «una prueba tan endeble como es un informe radiológico que afirma que la edad “más probable” del menor es mayor de 18 años».25 — De forma análoga, el 17 de enero de 2011, el Juzgado de Primera Instancia n.º 19 de Barcelona instaba a la Direcció General d’Aten- ció a la Infància i l’Adolescència de la Generalitat de Catalunya (DGAIA), la adopción de una medida cautelar de acogimiento in- mediato en un centro de acogida para un adolescente procedente de Ghana cuyo pasaporte había sido considerado falso tras la apli- cación de las pruebas óseas.26

23. Agencia ABC, «Fiscalía respalda el cese de la tutela de 19 subsaharianos que falsearon edad», 12/9/2010. 24. Documento de consenso de buenas prácticas entre los institutos de medicina le- gal de España. Defensor del Pueblo. Nota de prensa. 7/10/2010 25. El País, «Los inmigrantes que Madrid se negó a tutelar sí eran menores», 15/10/2010. 26. Aute Mesures Cautelars JI19 Barcelona, 17/1/2011. 506______La vulnerabilidad en el cruce

Estos casos patentes de clasificación y «biolegitimación ficticia»27 muestran una profunda discordancia entre los varios estatus jurídicos y sociales asignados a los menores migrantes. También muestran cómo la práctica administrativa produce un «maltrato funcional» que actúa a modo de filtro. Estas prácticas restrictivas de derechos están constante en tensión con la ley, como las sentencias anteriormente ci- tada manifiestan. Estos estatus, que se plasma en las prácticas coti- dianas, son definidos de forma contradictoria por las distintas «zo- nas»28 del sistema, de tal forma que los menores migrantes pueden ser protegidos, controlados, salvaguardados o explotados laboralmente al mismo tiempo por distintas instancias públicas o privadas en el mis- mo territorio. Según Sassen (2001) los inmigrantes y los refugiados plantean la tensión al Estado entre la protección de los derechos humanos y la protección de su soberanía. Esta tensión es particularmente aguda en el caso de los inmigrantes indocumentados, en el conflicto entre la autoridad estatal para controlar la entrada en el país y la obligación de proteger a aquellos que se encuentran en su territorio. Desde nuestro punto de vista, esto es paradigmático en el caso de los menores que migran solos, porque los migrantes a los que hay que controlar son también los menores a los que hay que proteger, produciéndose así un conflicto de intereses en el seno de los propios estados, una tensión que no siempre se resuelve a favor del menor. Protección de los «menores» y protección del territorio nacio- nal; control de los flujos migratorios y regulación del mercado del trabajo; relaciones políticas e intercambio económico; cooperación y represión, la migración de niños y adolescentes opera en los intersti- cios, poniendo en evidencia por un lado la arbitrariedad de las prácti- cas de la administración y por el otro las ficticias retóricas sobre la protección de la infancia que las sostienen. Con su presencia por de- finición «border-line», ellos ponen en tela de juicio la construcción del sistema de relaciones políticas y económicas entre Sur y Norte de-

27. Para una discusión del concepto de biolegitimación, véase Fassin (2001). En este caso la «ficción» se refiere a la construcción social del discurso científico sobre la edad definida en el marco de intereses gubernamental del estado. 28. Con el concepto de «zona» nos queremos referir a las multiformes realidades so- ciales, políticas y organizativas que, expresando intereses y valores diferentes y con- tradictorios, producen una constante dialéctica entre los sectores del estado moderno. De «dependientes» a «protagonistas» ______507 finidas a través de los varios aparatos fronterizos (Jiménez y Vac- chiano 2010). Esto naturalmente repercute en el transcurrir de la vida cotidiana, pues la condición liminar vivida antes y durante el proceso migratorio, también a raíz del maltrato institucional frecuentemente experimentado, se manifiesta en forma de sufrimiento físico y moral (Vacchiano 2010). De hecho, a medida que estos sujetos se van volviendo más vi- sibles en el panorama internacional de las migraciones, se intensifica también el interés para gestionar esta presencia por parte de los esta- dos y los organismos internacionales y supranacionales. De aquí la multitud de iniciativas entre Estados Unidos, México y Centroaméri- ca y entre África del Norte y Unión Europea.

— México y Estados Unidos establecen en 1998 un Convenio de Pro- cedimientos para la Repatriación Segura y Ordenada de Naciona- les Mexicanos, en el cual se incluyen normas para la repatriación de menores. — España y Marruecos definen en 2003 el Memorándum para la re- patriación asistida de menores (2003) y el Acuerdo Bilateral para la prevención, protección y retorno asistido (2007). — En el llamado «Plan Estocolmo» de 2 de diciembre de 2009, el Consejo Europeo «acoge con satisfacción» la iniciativa de la Co- misión Europea para desarrollar un «Plan de acción sobre los me- nores no acompañados» que incluya la cooperación con los países de origen «para facilitar la repatriación de menores, así como para impedir ulteriores salidas».29 — En mayo de 2010, la Comisión Europea elabora este «plan de ac- ción» basado en la «búsqueda de soluciones duraderas», centra- das en el retorno y en la reintegración en el país de origen, el rea- sentamiento y, para los casos en los que estas medidas no se puedan aplicar, se concederá el estatuto de protección internacio- nal.30

29. «Programa de Estocolmo: una Europa abierta y segura que sirva y proteja al ciu- dadano», 2/12/2009, par. 6.1.7. 30. «Plan de acción sobre los menores no acompañados (2010-2014)», 6/5/2010, par. 5. 508______La vulnerabilidad en el cruce

Debido a la forma peculiar que esta migración de niños y jóvenes ha asumido, un amplio aparato de medidas jurídicas, administrativas, se- gregadoras y policiales se ha gestado. Consideramos estos aparatos como los «dispositivos» que hoy constituyen propiamente las fronte- ras, produciendo y reproduciendo los confines a nivel social y de cla- se. En este sentido, lo que queremos es llevar a cabo un análisis en profundidad de los aparatos institucionales que se despliegan y cons- truyen de forma directa los procesos de exclusión y criminalización de estos menores (Monteros, 2006).

Subjetividad migratoria y violencia estructural

Tradicionalmente, se ha analizado la migración de los menores en función de sus familias. Whitehead and Hashim (2005) señalan que el número de menores afectados por los flujos migratorios va en aumen- to, refiriéndose especialmente a niños, niñas, adolescentes y jóvenes que están vinculados de varias formas a los procesos migratorios de sus familias: porque sus padres emigraron y ellos quedaron «atrás»; porque migraron con ellos o porque llevan a cabo una migración autó- noma, siendo ellos no sólo «personas centrales de apoyo» en las es- trategias migratorias de sus familias, sino también los principales autores de la migración. Le Gall (2005), en su trabajo de recopilación y revisión sobre bi- bliografía de familias transnacionales, subraya la posibilidad de que los niños participen de forma activa en los procesos de migración transna- cional de sus familias. Análogamente Orellana et al. (2005) en el tra- bajo etnográfico con familias migrantes procedentes de Méjico, Amé- rica Central, Corea y Yemen en la zona de Pico Unión (Los Ángeles) analizan cómo se entrelazan las «necesidades» y las «capacidades» de estos menores (según su edad y su género) y como pueden llegar a ser «puntos centrales» en las estrategias migratorias de sus familias. En estos trabajos se pone en evidencia el papel de los más jó- venes en las estrategias de promoción familiar. En otras palabras, los autores se han centrado en el proceso de toma de decisión de los adul- tos sobre los menores. Sin negar la importancia siempre significativa de la dimensión familiar, nos aparece relevante la manera en la que De «dependientes» a «protagonistas» ______509 hoy estos niños pueden llegar a expresar un proyecto autónomo y una representación sujetiva e independiente de la de sus familias. Los di- ferentes perfiles encontrados en nuestro trabajo de investigación nos llevan a examinar el proceso desde otro ángulo, es decir, pensando a las familias a partir de las decisiones que van tomando los propios menores. Suárez-Navaz (2003; 2006) ha señalado que las perspectivas proteccionistas y las perspectivas criminalizadoras no dejan ver «qué de nuevo» hay en esta migración, en estos nuevos sujetos emergentes en el contexto migratorio internacional. En este sentido, nos centra- mos en los menores que migran de forma autónoma porque configu- ran un fenómeno novedoso, un nuevo tipo de agente migratorio, que sigue las trayectorias geográficas de las migraciones adultas, pero tie- ne su propia dinámica y naturaleza (Suárez-Navaz, 2003). A partir de los dados recogidos, pensamos que en ambas fronte- ras es posible hablar de la emergencia de estos nuevos protagonistas por el efecto de los procesos de pauperización y de exclusión social que están provocando que los menores de edad pasen a ocupar nuevos espacios que sus mayores ya no pueden o quieren ocupar, en el país de origen y en la migración. Estos nuevos protagonistas en el panora- ma transnacional, ponen en tela de juicio los procesos históricos y so- ciales de los países de procedencia y las instituciones de los países a los que llegan. Reciben entonces una doble sanción, un doble «casti- go», que se cristaliza en una forma de marginalización en el país de origen y en cierta forma de criminalización en el país de acogida (Vac- chiano y Jiménez, en prensa). En esta forma de movilidad infantil encontramos un trasfondo de autonomía. En ocasiones la familia conoce los objetivos de sus hi- jos (o, en algunos casos, de sus hijas) y frecuentemente deposita ex- pectativas específicas en el proyecto de sus miembros menores. La diferencia sin embargo se produce en el grado de toma de decisión del menor de edad, el protagonismo y la autonomía en el proceso migra- torio. Podemos decir que existe una toma la decisión por parte de los niños que se realiza en función de unas circunstancias que le atañen a él, unos recursos propios e intransferibles y con objetivos distingui- bles (Suárez, 2006). Y claro, las familias tienen en estos procesos un papel importan- te, pero como antes hemos señalado, nos parece más interesante reen- 510______La vulnerabilidad en el cruce focar a la familia a partir de las decisiones tomadas por los niños, reu- bicarlas en función de lo que la migración de un miembro menor pue- de movilizar dentro de ésta. Podemos pensar en las ocasiones donde se produce una confirmación de la alianza y del vínculo de solidaridad;31 otras ocasiones donde se sienten portadores de un «mandato» de ayu- dar —a veces literalmente «salvar»— a los padres y otras situaciones donde la familia se mantiene muy al margen del proceso migratorio. O incluso donde todas estas situaciones se intercalan en una relación fa- miliar dinámica que combina rupturas y continuidades. Los menores pueden partir de una elección vivida con una cier- ta continuidad en función del proyecto de los adultos, hasta la gesta- ción de una «visión» autónoma del futuro que ellos sientan como pro- pia, donde se consideran actores principales y diferenciados. Esto presupone una auto-representación en términos adultos construida en función de unas circunstancias precisas que juegan un papel como una forma de motivación y autocomprensión. Niños y jóvenes viven en un contexto marcado por las movili- dades. Podemos pensar que la migración representa una forma de promoción. Una forma de visibilizarse desde su condición marginal. La migración es una manera de acceder a la realización personal, a la movilidad geográfica o al homogenización por el consumo. En las palabras de muchos jóvenes, la decisión de partir está directamente conectada con la visión que, en ocasiones puede ser casi «traumati- zante», de la adquisición rápida de formas y bienes de consumo. A menudo, los emigrantes en visita, ostentan la representación de este éxito y son construídos como la prueba tangible de la diferencia en- tre las posibilidades del «aquí» y del «allí», dibujando un panorama que te avoca a la migración casi de forma «irremediable»: por la re- presentación del «allí» como la única forma de promoción y la repre- sentación del aquí, como una «condena» a la inmovilidad. Los adolescentes filtran estos discursos en su contexto familiar, entre los vecinos y, sobre todo, entre sus amigos, traduciéndolos en motivación y esperanza, motivos que con el tiempo se hacen de- seo…En este sentido, en la investigación es interesante comprender

31. En muchos casos, los niños y los adolescentes informan a los familiares del éxi- to de la tentativa después de la llegada, recibiendo a cambio una bendición que con- firmaba el vínculo familiar y la participación en el proyecto. De «dependientes» a «protagonistas» ______511 la forma en la que la decisión de partir se produce dentro de un pro- ceso de subjetivación relativamente especifico, y cómo esto influye en las peculiaridades del recorrido migratorio. En estos procesos migratorios, nos parece particularmente im- portante analizar el papel de las redes de iguales, las estrategias que apoyándose en estas redes se pueden llevan a cabo y el tipo de agencia que se produce para cristalizar este deseo. Observamos además cómo los procesos de gubernamentalidad transnacional de las personas, de- finidos dentro de un marco securitario, transforman esta agencia en un «peligro», y a los menores en sujetos potencialmente «peligrosos».

En el África del Norte y del Oeste, en los últimos años, hemos obser- vado como, congruentemente con el proceso de «desplazamiento» y «deslocalización» de la frontera europea, las categorías sociales clási- camente asociadas a la dimensión «heroica» de la migración han pro- gresivamente cambiado de valor. En el Magreb el termino «harig» («el que quema»), ha progresivamente empezado a aplicarse a los su- jetos que llevan tiempo en la calle en las tentativas repetidas («muha- walat») de embarcar en un nave o en un camión. A veces se le asocia la categoría derogatoria de «shemmkkhar» (el que «aspira», pegamiento o otras substancias en la calle). En toda el África occidental, el termi- no análogo «aventurier» vive mas o menos el mismo deslizamiento se- mántico…

Los menores por lo tanto ocupan un papel entre los entresijos de las fronteras, una posición «intersticial» que les hace vivir en una cons- tante situación paradójica. El desencuentro entre la retórica de la pro- tección y la práctica de la vulneración subraya esta condición ambi- valente. En el trato que estos menores reciben, vemos nítidamente cómo funciona la frontera contemporánea: plasmando formas de vio- lencia estructural que se reproducen en varios niveles y que toman cuerpo y consistencia en estos «infrasujetos», poniendo así de relieve cómo la «microfísica» del poder se cristaliza en los procesos sociales. Nosotros en este artículo hemos querido entablar un diálogo con Mounir, con Alicia, con Saddik, con Tábita, con Yaguine y Fodé. He- mos querido desdibujarlos como dependientes para reconstruirlos como sujetos. Sujetos que son protagonistas de un proceso de inter- pelación a las prácticas que los inmovilizan, les criminalizan y les confieren una asignación social determinada.

27. Vivir con la frontera a cuestas: migrantes nigerianas de camino hacia Europa

Kristin Kastner

Resumen1

Este capítulo del libro trata del significado de las fronteras políticas, su traslado y multiplicación, para la vida de transmigrantes subsaha- rianos, sobre todo mujeres nigerianas. Mostraré a través de sus des- cripciones y a través de su propio cuerpo de qué manera perciben las fronteras y zonas fronterizas: En el camino los transmigrantes han creado un vocabulario específico que refleja la clandestinidad con la que (con)viven. Aparte del vocabulario, el viaje marca el cuerpo de los transmigrantes. Mientras viven en sus propios cuerpos las conse- cuencias de las políticas migratorias europeas, éstos a menudo repre- sentan su único capital para seguir adelante.

Introducción

Los migrantes subsaharianos que escogen la vía terrestre hacia Euro- pa se enfrentan a una variedad de fronteras que deben de superar: po- líticas, legales, socioculturales, lingüísticas y subjetivas. Este capítulo trata principalmente sobre las políticas: ¿Cómo describen los trans- migrantes estas zonas fronterizas? ¿De qué manera influyen y marcan las fronteras sus vidas? ¿Cómo tratan los transmigrantes estas fronte- ras cada vez más difíciles de superar?

1. Quisiera agradecer a Estefanía Acién González y Óscar Hernández Caballer por sus correciones linguísticas. 514______La vulnerabilidad en el cruce

He trabajado con migrantes nigerianas en ambos lados del Es- trecho, y por ello, en lo sucesivo hablaré con sus voces acerca de sus estrategias, a menudo relacionadas con el uso del propio cuerpo.2 En el marco de este capítulo quisiera mostrar de qué manera la frontera en- tre África y Europa —que no sólo está siendo trasladada continua- mente hacia el sur, sino que también está multiplicada— influye tanto al propio cuerpo de los transmigrantes y a su uso como a su lengua. La frontera marroquí-hispana —aunque parezca «natural» a cau- sa del mar que separa los dos continentes— nunca ha sido tan rígi- da y unívoca en el sentido cultural. Conviene indicar que, hasta el si- glo XVI, no se convirtió en frontera política. La perspectiva sobre el Mediterráneo como lugar de encuentro y de intercambio no tiene mu- cho que ver con la realidad de los migrantes subsaharianos en la zona fronteriza del Estrecho. Para los aspirantes a entrar en Europa —tan- to marroquíes como subsaharianos— esta frontera se ha convertido en un «telón de acero» durante los últimos años. A menudo deben esperar años hasta poder atravesarla, no sola- mente a causa del increnmento de la vigilancia marítima, sino tam- bién de la realidad cotidiana de los transmigrantes,3 que les mantiene de Europa pese a su proximidad física. Una vez llegados a esta última frontera, los transmigrantes en Marruecos se encuentran con el riesgo de la deportación hacia la frontera argelina y, desde allí, a la frontera con Mali.

En el camino

A través del desierto

El viaje desde Nigeria hasta Mali o Níger se presenta relativamente fá- cil gracias al CEDEAO, el acuerdo oueste-africano sobre la libre cir-

2. Este capítulo de libro se basa en una investigación de campo de un total de 13 meses (diciembre de 2004 hasta septiembre de 2006). La tesis doctoral con el título «Cuerpos y fronteras. Migrantes nigerianas en ambos lados del Estrecho» se entre- gará pronto en el Instituto de Antropología de la Universidad de Bayreuth, Alemania. 3. El término «transmigrante» lo empleo según Claire Escoffier, que define como transmigrantes «des personnes —hommes, femmes ou enfants— qui ont quitté leur pays (de manière volontaire ou contrainte) pour émigrer dans un pays qui ne leur ac- corde pas l’autorisation d’y entrer de manière légale» (Escoffier, 2006b, p. 139). Vivir con la frontera a cuestas ______515 culación de personas y bienes. A partir de Gao (Mali) o, según la ruta, Agadez (Níger) —ambos cruces de caminos muy importantes para los nigerianos— continúan el viaje con moto, o sea con camionetas y 4 × 4. Este tramo presenta más difícil a medida que continúa hacia el norte. No es un recorrido lineal de partida a destino, está lleno de impedi- mentos, obstáculos, rodeos y retrocesos lo que lo convierte en un reco- rrido largo y condicionado por las deportaciones. Las expulsiones, cada vez más frecuentes en el norte de África, son el resultado del traslado continuo, no visible en ningún mapa, de la frontera entre Norte y Sur. El Estrecho ya no es la única gran frontera que hay que cruzar para llegar a Europa. Bensaâd (2005) considera el Sáhara como un nuevo limen, hacia el cual junto a las represiones contra los migran- tes, también se desplaza la consciencia europea. El rol de los países del Magreb como guardias de Europa se ha intensificado durante los últimos años por parte de la UE para impedir a los migrantes seguir su camino a Europa. Aunque el viaje parezca una carrera de obstáculos, la migración subsahariana ha crecido cuantitativamente a partir de la segunda par- te de los años 90 del siglo pasado. Este fenómeno deja huellas en las localidades y los espacios fronterizos en el camino. Ciudades como Agadez y Tamanrasset (Argelia) viven un auge demográfico y cos- mopolita. Por ejemplo, autores como Bensaâd (2005, 2008) describen la revalorización del espacio sahariano, marginado durante las últi- mas décadas. Hoy, su vastedad infinita e incontrolable lo convierte a una nueva placa giratoria de la movilidad clandestina internacional. No resulta fácil atravesar esta periferia. En las conversaciones con las migrantes nigerianas se aprecia cómo destacan, sobre todo, la travesía del Sáhara y sus peligros. You don’t have choice es un co- mentario que a menudo escuché, cuando me hablaron de la vida y del sobrevivir on the road.

Beating

Por falta de documentos de viaje, la dificultad más grande —y al mis- mo tiempo ya tan cotidiana— consiste en encontrar la manera de es- conderse de la policía y los militares, lo que pasa por realizar largos recorridos a pie. Para los nigerianos en Marruecos el verbo to beat ha 516______La vulnerabilidad en el cruce cobrado un significativo particular y denota seguir adelante sin ser advertido por la policía.

We take Jeep. When we take the frontier, we will come down —gen- darmes, that is police. We come down, we will still BEAT BEAT BEAT. […] So we come down, somewhere trankil, after, in the night, move again. […] Maybe, when the Arab man will drive the Jeep, everybody will come down, will trankil. Then he will take the Jeep to FAAAAR place to go and look whether there is not any police. (Marian, 10/5/2005, España)

Sobre todo en las regiones fronterizas, los transmigrantes deben dar rodeos para quedar fuera del alcance visual de las patrullas. También en este contexto se ha creado una nueva expresión en el Nigerian Pid- gin: Marian utiliza trankil, deducido del francés (tranquille), como adjetivo y verbo. En su descripción trankil denota el acto de escon- derse de la policía. En Tánger (con mayor influencia española) se es- cucha la forma modificada trankilo: En tiempos de redadas frecuen- tes en la Medina intentan refugiarse en casas clandestinas. Durante mis estancias en Tánger las migrantes me informaron a través del mó- vil: I am trankilo/I stay trankil — I cannot come out. En la jerga de aquellos, que están esperando la travesía, se modifica trankil/trankilo a trankilo point, término que describe el lugar cerca de la orilla don- de los aspirantes a ir a Europa suelen esconderse unos días antes de intentar la travesía. Pero antes de cruzar esta última frontera hay que superar dos di- fíciles pasos: la frontera entre Mali y Argelia y la que separa este úl- timo país con Marruecos. En estos espacios fronterizos los transmi- grantes llegan a sus límites físicos y psíquicos. El camino a Europa, que llega a parecer ser casi infinito, es tema de muchos recuerdos de los que se relatan: Un día se parece al otro, las fuerzas físicas van disminuyendo y a menudo se habla de kama- rats —compañeros de viaje— que tuvieron que ser abandonados o cuya muerte tuvieron que presenciar de brazos cruzados y las nume- rosas expulsiones, propias o de conocidos, durante el viaje forman parte de casi cada relato. Así pues, la dificultad de cruzar las fronte- ras políticas no sólo afecta a las fuerzas físicas, también lleva a los transmigrantes hasta sus límites subjetivos y existenciales. Vivir con la frontera a cuestas ______517

Espacios fronterizos. Pueblos fronterizos

No man’s land

Y me mandan otra vez —y se llama no man’s land…las dunas, otro DESIERTO. También ahí hay mucha gente que se muere ahí, mucha mucha gente, bueno, de hambre, no puedes andar, y se muere. Ahí hay algunas embarazadas y en este tiempo estaban también muchas muje- res embarazadas. Y no pueden andar con la barriga. (Joy, 21/12/2004, España)

La frontera entre Argelia y Marruecos, oficialmente cerrada des- pués de 1994, se compone de una banda fronteriza de unos 14 kiló- metros de latitud. Se trata más bien de una zona que de una línea de- marcada, donde las tensas relaciones políticas entre los dos Estados repercuten directamente en los migrantes. Una vez abandonados en el no man’s land, los guardias marroquíes de frontera los mandan hacia el territorio argelino y vice versa. Este «juego» entre los dos frentes puede durar varios días, hasta que los migrantes encuentren una posi- bilidad para entrar de nuevo a Marruecos. A veces, como en el caso de Ifoma, el tránsito se demora varios meses. Como los transmigrantes carecen de un estatus legal y descono- cen el idioma local, no tienen la posibilidad de usar las infraestructu- ras en estas zonas fronterizas. Por eso, dependen de zonas de refugio. Se han establecido infraestructuras alternativas, que son imprescindi- bles para recuperarse y para planificar la étapa siguiente. En estos campos informales los migrantes han establecido refugios muy bien organizados que llegan a parecer pequeños estados, situados al mar- gen del territorio nacional y de la conciencia pública. Son non-luga- res4 antes deshabitados que no aparecen en ningún mapa y que han cobrado importancia sólo para los migrantes que se han apropiado de ellos. Dos lugares asociados con estas regiones fronterizas y ya legen- darios entre los migrantes son mencionados en cada conversación so- bre el camino: Maghnia/El Valley —cerca de la frontera entre Ma-

4. El antropólogo francés Marc Augé acuñó el término del non-lieu. Lo define como un espacio, que carece de identidad y que se niega ser denotado de forma relacional e histórica (Augé, 1995). 518______La vulnerabilidad en el cruce rruecos y Argelia— y Shoe Bridge —cerca de la frontera entre Arge- lia y Mali. Ambos emplazamientos han adquirido fama por sus con- diciones extremas: de tipo climático en el caso de Shoe Bridge y so- cial en el de The Valley.

Shoe Bridge

NIGERIANS, they go to that place, that is where they deport Nige- rians. In Algeria, they catch every kamarat in Algeria now, they will transfer them to that place, they will go and dump them there. Then an- yone that have money will find their way out from that place. (Jennifer, 12/11/2005, España)

En la descripción de Jennifer se refleja el vocabulario específico que utilizan los migrantes nigerianos en su camino y que ellos mismos han creado en parte on the road. A través del uso de verbos como catch, transfer y dump, que Jennifer usa con toda naturalidad, pode- mos inferir incluso el trato que reciben los migrantes por parte de los soldados, quienes a veces les consideran más como mercancía que como personas. A causa de su ubicación aislada no resulta fácil par- tir de Shoe Bridge. Le pregunté a mi informante acerca de estrategias para poder salir de ese refugio y su respuesta expresa simbólica- mente las posibilidades de actuar en el camino hacia Europa, cuan- do dice: «Ah! We have to cope; we have to leave just when we see the situation. We leave when we see it» (Beauty, 8/10/2005, España). Con la ayuda de todos los contactos disponibles en upstairs (Europa) in- tentan seguir el camino y si han logrado atravesar Argelia, llegan a Maghnia, otro campamento informal cerca de la frontera con Ma- rruecos.

Maghnia

We BEAT beat Maghnia just because of what is going on in Maghnia. […] In Maghnia we are not afraid of the police, but we are afraid of the BAD BOYS in Maghnia. (Beauty, 8/10/2005, España) Vivir con la frontera a cuestas ______519

La organización y la convivencia en estos campamentos improvisa- dos sólo son posibles si cada uno de sus cientos de habitantes actúa según las reglas establecidas de manera consuetudinaria.5 Mehdi Alioua (2005, p. 40) habla con razón y admiración de: «une grande précarité, certes, mais également une structure organisationnelle et une solidarité inter-migrants impressionante» en estos campements de fortune (término francés para designar estos espacios). Ahí los mi- grantes viven en ghettos,6 separados según nacionalidad, y cada ghet- to está representado por un chairman. Pero la solidaridad, sobre todo existente en los ghettos francófonos, ha desaparecido del espacio ni- geriano en el curso de los últimos años. Las reglas sociales parecen no tener vigencia en The Valley. Como en otras conversaciones, se destaca el carácter liminar y ambivalente del Valley:

[L]o llaman VALLEY; es pueblo de inmigrantes. No es de nadie, no es de un pueblo, no es Marruecos ni Argelia. (Joy, 21/12/2004, España)

Con esta afirmación, Joy se refiere a The Valley en dos sentidos: por un lado, a su no pertenencia definida a los estados de Argelia o Ma- rruecos y, por otro, a su carácter de un lugar sin ley, donde el orden social sigue otras reglas, a menudo la ley del más fuerte.

Tánger

Si los migrantes han logrado salir de la «tierra de nadie» entre Arge- lia y Marruecos, el siguiente paso es salir lo más pronto posible de la ciudad fronteriza de Oujda, frecuentemente pasando por el pueblo de Guercif y llegando así a Rabat o Tánger.7 La ciudad portuaria de Tán- ger es un lugar de fronteras y de pasos. Sobre todo los nigerianos la

5. La organización rígida en el bosque de Gurugú cerca de Melilla está descrito por el camerunés Jean-Paul Dzokou-Newo. Véase Lépine (2006, p. 89ff). 6. Como ghetto denotan un grupo de campamentos. 7. La ruta a Nador, la ciudad fronteriza cerca de Melilla, la eligen sobre todo los hombres, que intentan superar las vallas de seis metros de altura, lo que requiere una buena condición física. Por eso, las mujeres y sobre todo las madres buscan otro ca- mino. 520______La vulnerabilidad en el cruce consideran mera estación de tránsito, aunque las semanas previstas de estancia se prolonguen hasta meses e incluso años.

Hotels. Coded houses. Bush

First time I come to Tánger, I stay in, you know, HOTEL! […] After then, so when they say, there is no hotel, they don’t want to give hotel to black people, we went to Plaza Toro. […] You know, before, some- body can stay in hotel for two years or four years. In the morning you give them their MONEY-finish! (Marian, 10/5/2005, España)

A través de la descripción de las condiciones de vivienda modificadas para blacks, Marian describe con pocas palabras un proceso vincula- do a las políticas europeas. Hace pocos años, los transmigrantes sub- saharianos formaban parte de la vida callejera en Tánger pues alqui- laban pequeñas habitaciones en los hoteles baratos en el centro. En esta época vivían muchos nigerianos en la Medina, que solían llamar irónicamente Ajegunle, nombre que recibe un barrio desfavorecido en Lagos (Nigeria). Cuando yo llegué por primera vez a Tánger en otoño 2004, ya no había mucha clientela subsahariana en los hoteles modestos. La presión política por parte de la UE había aumentado. Las consecuen- cias de las políticas migratorias europeas se vive tanto en Tánger como on the road. Sólo unos meses después de mi primera visita, ya nos les concedían ninguna habitación a causa de la cada vez más fuerte represión policial. Ahora, y como si de sucesores de los sub- saharianos se tratara, son los aspirantes marroquíes a cruzar la fron- tera, los denominados harragas,8 quienes ocupan los pequeños ho- teles. Los coded houses en la medina representan en la actualidad al-

8. Harragas, un neologismo de los años 1990, denota aquellos marroquís, que in- tentan alcanzar España de forma clandestina. Jean Fernandez escribe, que igual que la gente denotada por este término, la expresión en sí es, de un cierto modo, clandestina, porque fue inventada y, todavía, no aparece en ninguna enciclopedia. Derivado de un verbo árabe, que siginfica «arder»‚ «quemar» y que alude al acto de quemar los do- cumentos de identidad para ocultar el orígen marroquí con la esperanza, en estos días ingenua, de no ser expulsado una vez llegado a España (Fernández, 2003 (1999), p. 7). Vivir con la frontera a cuestas ______521 ternativas a esos hoteles. Son casas alquiladas a través de un inter- mediario nigeriano donde habitan, según la temporada, de 5 a 35 ni- gerianos. No obstante, también este tipo de vivienda está desapare- ciendo debido a las redadas frecuentes en la zona. Otra alternativa cada vez más elegida es la mudanza hacia los barrios de las afueras de Tánger, como Plaza Toro o Tanja Balia, porque ahí el police pro- blem no es tan alarmante como en la Medina. El hecho de que mu- chos migrantes esperen su travesía marroquí-española durante años, provoca que muchos de ellos se hayan instalado de manera semi- permanente. Muchos ya no son solventes debido a la duración de la espera y la imposibilidad de encontrar trabajo en Marruecos. Es por ello que frecuentemente hayan decidido cambiar su «residencia» a uno de los bosques fuera de Tánger como es el caso de Mesnene bus —bosque cerca de Zianten al lado del barrio de Mesnene— o Bel Younesh —junto a Ceuta. Debido a las crecientes represiones, los habitantes del bosque deben trasladar sus campamentos conti- nuamente.

Managing. Ganarse la vida

En Marruecos los transmigrantes nigerianos no pueden trabajar y, como consecuencia, una parte de ellos recurre al sector del business.9 Para los hombres nigerianos esto significa ocupar uno de los múlti- ples puestos en la maquinaria de la organización informal del viaje. Aquellos nigerianos sin recursos que no contribuyen al funciona- miento del business, solamente pueden esperar el apoyo desde ups- tairs (Europa) por parte de amigos y familiares que ya han llegado al continente europeo. Los que no tienen contactos en Europa intentan sobrevivir a través de salam aleikum, que es como los nigerianos en Marruecos denominan pedir limosnas en la calle.

9. La situación de los migrantes francófonos es diferente, porque no se ven con- frontados con la barrera del idioma y, si vienen de un país musulmán, comparten tam- bién la religión con los marroquís. Además, las relaciones antiguas entre Marruecos y unos países francófonos favorecen la comunicación cultural. En general, encontrar trabajo se presenta muy difícil para todos los migrantes, como la tasa del paro es muy alta en Marruecos. Para el commerce ethnique de migrantes francófonos en Marrue- cos véase Alioua (2005, p. 53). 522______La vulnerabilidad en el cruce

Para las mujeres, en cambio, no está prevista la colaboración en el sector de la organización extensa del viaje, de hecho se en- cuentran muy pocas y se encuentran entre quienes financian su pro- yecto migratorio de manera autónoma y que ya tienen experiencias mercantiles (recordemos que en Nigeria el comercio es uno de los dominios de las mujeres). Pero la mayoría de las jóvenes nigerianas carecen de capital propio para montarse un pequeño negocio. Por eso tienen que combinar diversas fuentes de ingresos para su super- vivencia en Tánger. Para las mujeres y, sobre todo las mujeres em- barazadas y las madres, es más fácil ganarse la vida con salam alei- kum, porque la mayoría de los marroquíes se muestra aún más generosos frente a ellas. Con el tiempo las transmigrantes se apro- pian el savoir faire para moverse por la ciudad. Los mercados de- muestran ser lugares especialmente aptos para hacer salam aleikum y las nigerianas desarrollan una cierta rutina en cuanto a los tiempos y rutas. Sin embargo, muchas veces el pudor las acompaña al hablar sobre salam aleikum, pero hay que actuar según las circunstancias. La superación de esta frontera personal, que a lo mejor había sido impensable unos meses antes, es uno de los fenómenos que, consi- dero, forman parte de los pasos fronterizos on the road y también en Europa.

La importancia de las fronteras para la vida de los transmigrantes

Aparte de atravesar varias fronteras on the road —hilo conductor en las conversaciones sobre el camino hasta Marruecos— los transmi- grantes viven también una variedad de fronteras en el Estado marro- quí. En el norte, según mi percepción, se puede observar que la fron- tera entre los dos continentes no sólo está caracterizada por un simple traslado,10 sino también por su multiplicación, porque la fron- tera intercontinental sigue estando absolutamente presente y no so- lamente por su vigilancia cada vez más minuciosa. Este efecto mul- tiplicador impacta en la vida de los transmigrantes, ya que tienen la

10. Véase por ejemplo Bensaâd (2005) o Perrin (2006). Vivir con la frontera a cuestas ______523 sensación de que han debido cruzar la misma frontera varias veces. El grado de presencia de estas fronteras —no siempre visibles, pero no por eso menos reales— se refleja también en el vocabulario de los migrantes.

Hot y cool. Downtown y uptown

Entre los nigerianos, Tánger es considerado extremamente hot. Los meses veraniegos significan temporada alta para los ellos, cuando la travesía del Estrecho es susceptible de intentar cruzarse a causa de las condiciones climáticas. Sin embargo, debido a la proximidad de la Pe- nínsula y de las ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla, la orilla del norte y, sobre todo, la ciudad de Tánger, están estrechamente vigila- das. Como cool places denominan Casablanca o Rabat, lugares elegi- do por muchos subsaharianos como sede de invierno. Ahí es posible moverse con toda libertad en las calles: Casa[blanca] is freedom! y Casa[blanca] is a free place! solía escuchar a menudo. Mientras en Tánger los transmigrantes intentan moverse lo más discretamente po- sible por caminos secretos, la libertad de acción es, comparativamen- te, una característica de la vida en Casablanca. En el contexto migratorio se añade otra oposición lingüística a la de hot-cool: se trata de uptown-downtown que denota generalmen- te el declive entre norte y sur. En principio es una relación geográfi- ca, que por extensión implica una valoración. Mientras uptown está connotado positivamente, un aura negativa rodea la palabra down- town. Los dos términos dependen del punto de la ubicación actual —según el contexto de la conversación— en el espacio y son aplica- dos en cualquier entorno: on the road en Mali o Argelia, los transmi- grantes vienen de downtown e intentan alcanzar uptown, o sea Ma- rruecos, Tánger. Desde el punto de vista de aquellos transmigrantes que ya han logrado llegar a Tánger, se habla de Europa como uptown o upstairs, mientras que se refiere a Oujda, el destino de las deporta- ciones, como downtown. Estos términos migran con los nigerianos a Europa y son empleados también aquí. 524______La vulnerabilidad en el cruce

Leyes de frontera

En noviembre 2003 el reino marroquí presentó una nueva ley, apro- bada en enero de 2004, basada en la de inmigración de la época del protectorado.11 La Loi 02-03 relative à l’entrée et au séjour des étran- gers, à l’émigration et l’immigration irrégulières tiene prevista, so- bre todo, la ampliación de competencias para las fuerzas de seguridad y la legitimación de las deportaciones hacia la frontera argelina.12 El programa de las políticas migratorias del Magreb, respaldado por la UE, contiene casi exclusivamente medidas represivas.13 El estado de las negociaciones y las relaciones políticas entre Marruecos y Espa- ña, y por consiguiente con la UE, repercute directamente en la vida cotidiana de los transmigrantes. Axel Kreienbrink (2005, p. 212) re- sume la tendencia actual, cuando describe que «the externalisation of the European borders goes along with the “schengenisation” of Mo- roccan policies […]». Si bien, Claire Escoffier (2006a, p. 70) habla de «un laxisme favorisant la porosité des frontières», opuesto a los in- tereses de la UE, por el hecho de que la emigración esté muy presen- te en todo el reino, por la afiliación del Estado marroquí a la Liga Árabe y por sus antiguas buenas relaciones con países subsaharianos. De cualquier forma, es evidente que la realidad cotidiana de los trans- migrantes subsaharianos está marcada por la práctica del rigor polí- tico. En el territorio español, además, está caracterizada por el rigor tecnológico. El sistema del SIVE14 se extiende ya de Cádiz hasta Al- mería y las fronteras con Ceuta y Melilla han sido reforzadas poco después de los eventos de octubre de 2005, cuando cientos de trans- migrantes realizaron entrar a Ceuta y Melilla. Las dobles-vallas de

11. Referente a las disposiciones oficiales (inmigración, residencia y emigración) de la época del protectorado véase Lahlou (2002); para un buen resumen sobre la histo- ria de las políticas en cuanto a la migración véase Kreienbrink (2005). El texto legal de la Loi 02-03 se puede bajar de: , consultado el 30/3/2008. 12. Un comentario a favor de la Loi 02-03 véase Khadija Elmadmad (2004), cuyo informe fue financiado por la UE. Para un análisis de la Loi 02-03 y de las disposi- ciones legales en Tunisia y Libia véase Perrin (2005, p. 69). 13. Referente al desarrollo de las políticas europeas frente a la inmigración «ilegal» y la cooperación con Marruecos véase Lucile Barros (2002) y Delphine Perrin (2006). 14. Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho. Vivir con la frontera a cuestas ______525 alambre espinoso han sido rearmadas de cuatro a seis metros de altura y equipadas con micrófonos, cámaras infrarrojas y dispositivos de gas lacrimógeno. Por si fuera poco, en Melilla han construido una trampa tecnológica de 33 millones de euros: un «laberinto» de cadenas de ace- ro delante de la primera valla, cuyo objetivo es que los migrantes se enreden. Como reacción, los migrantes han cambiado el modo de cruzar la frontera y, sobre todo, las rutas de entrada. En esta área conflictiva en la cual diferentes actores intentan impedir el viaje de los transmi- grantes, los clandestinos han inventado y adoptado varias tácticas para poder moverse siendo lo más invisibles posible.

Coping with the system. Tácticas para vivir con las fronteras

Entre la constante movilidad y el staying trankil

Las dinámicas a que son sometidos los migrantes no sólo afectan a las posibilidades de movimientos de individuos, sino también a sus pro- pias relaciones sociales. El compañero constante en la vida de los sub- saharianos en Marruecos es el miedo a una posible expulsión. Beauty describe a continuación la vida de su marido en Marruecos. Tras los eventos del otoño de 2005 éste fue deportado a Nigeria. Poco después retomó su viaje:

He stay in Rabat, sometimes go to Tanger, because they don’t have a specific place to stay, they always move around. Maybe if today Tan- ger is very hot, the police are too much, they run to Rabat. If Rabat is hot, they will come back to Tanger. (Beauty, 8/10/2005, España)

En este espacio-tiempo liminar sin final previsible, los transmigran- tes se ven forzados a buscarse continuamente nuevos nichos. Cam- bian de casa y de ciudad o trasladan sus campamentos en el bosque. Según la situación se quedan trankil, se mueven por el espacio público o buscan refugio en la multitud de las metrópolis de Casa y Rabat. El acto de esconderse se convierte en algo cotidiano y la transitoriedad en una constante de sus vidas. 526______La vulnerabilidad en el cruce

Moverse en Tánger llega a parecerse a las formas limitadas de movilidad en el camino: el camino como rodeo. Aún los niños naci- dos en Marruecos internalizan esta movilidad a menudo muy limita- da. Gatean en vez de andar y susurran en vez de hablar. Los transmi- grantes y sus hijos que esperan la travesía internalizan, personifican y encarnan la vida clandestina.

El vestirse

Vestirse como musulmanas forma parte de una estrategia para las transmigrantes para acogerse a la hospitalidad obligatoria, que es pi- lar del Islam, por parte de los autóctonos en el camino y en Tánger. Así esperan evitar la expulsión. Otros migrantes desarrollan tácticas más ofensivas, como llevar trajes modernos combinados con zapatos elegantes y reloj «rolex» falsificado. La idea es mostrar seguridad en sí mismos, tratando de evitar que la policía sepa ver quién se esconde tras esta apariencia. Cuando pregunté a Jenny, una single girl, cómo realizaba sus viajes entre Tánger, Rabat y Casablanca sin que la policía marroquí la molestara, me respondió: «I dress like a student when I travel» (Jen- ny, 9/9/2005, Tánger). Es usual que las transmigrantes sin niños se vistan como estudiantes para poder viajar y utilicen accesorios uní- vocos como portafolios, bolsas chic o gafas.15 Con un aspecto sexy o elegante, combinado con una piel bastante clara, natural o clareada con una crema, aumenta la posibilidad de poder moverse con más li- bertad por Marruecos. A Jenny, como a otras transmigrantes, les ayu- daba su cuerpo bien arreglado y el styling cuando se debían enfrentar a las autoridades. Por otro lado, el non-styling y actuar como «loca» pueden salvar a otras, en otras situaciones, de una situación incómoda. En comparación con sus paisanos, las migrantes femeninas pue- den ampliar el repertorio en cuanto al juego con diferentes identidades: por ejemplo, los embarazos simulados pueden evitar una deportación

15. Alioua describe un fenómeno parecido para los migrantes masculinos de la Re- pública Democrática del Congo. Gracias a su conducta elegante y a su lugar de en- cuentro —el campus universitario— son percibidos como estudiantes por parte del pueblo marroquí (Alioua, 2005, p. 56). Vivir con la frontera a cuestas ______527 y pueden ayudar en pedir más limosnas. Es común ver cómo las mu- jeres se transforman de nigerianas maquilladas de ropa sexy con jo- yas y pelo con extensiones a mujeres musulmanas, pobres y embara- zadas.

Los embarazos y los bébés

Al igual que la ley española, la ley marroquí (Loi 02-03, artículo 29) prohibe expulsar a mujeres embarazadas o menores. No obstante, la realidad cotidiana en Marruecos conradice la norma y no es extraño que mujeres embarazadas o con niños pequeños también resulten ex- pulsadas a Oujda. Lo que parece claro es que los embarazos y los ni- ños son elementos protectores de las madres y les ayudan a ganarse la vida con salam aleikum. Así las cosas, la táctica de los embarazos simulados facilita gra- dualmente la vida en Marruecos y evita los acosos sexuales, pero en muchos casos el embarazo es real, el camino hacia Europa es largo y las relaciones sexuales, obviamente, habituales.16 Aunque de forma muy ambivalente, los niños están vinculados al proyecto migratorio. Hoy en día, hay niños y niñas aún no nacidos en ambos lados del Es- trecho que funcionan como escudo y «visa» para sus madres.

Conclusión

Con este artículo pretende dejar patente hasta qué punto el viaje marca a los transmigrantes y su lengua. Viven en sus propios cuerpos las con- secuencias de la políticas europeas y la cooperación del Magreb con ellas. La reducción de las propias posibilidades al cuerpo deja expe- rimentar los límites que estas personas tienen que superar para seguir adelante. A veces, sólo queda la vida desnuda, como afirma Giorgio Agamben (2004) en Homo Sacer referiéndose a los refugiados con- temporáneos. Durante el viaje los transmigrantes son al mismo tiem-

16. Referente a las relaciones familiares de migrantes nigerianas en Marruecos y Es- paña véase Kastner (2007). 528______La vulnerabilidad en el cruce po físicamente ausentes y presentes. En este contexto Susan Bibler Coutin (2005, p. 195) sugiere, que «[t]hey literally “go unterground” should they die and be buried en route». La autora considera la muer- te de los migrantes salvadoreños durante su camino hacia los Estados Unidos como «the ultimate embodiment of illegality» (ibid., p. 199).17 Al mismo tiempo el cuerpo no sólo representa un objeto de vio- lencia, sino el único capital, sobre todo para las migrantes nigerianas. Aunque el ámbito sea muy limitado, las migrantes actúan para seguir adelante. Por su actitud creativa, no se dejan someter a una perspecti- va unidimensional que las considere como puras víctimas. Así lo de- muestran las estrategias puestas en marcha por las mujeres aprove- chando la ley, tanto en España como en Marruecos, que prohibe expulsarlas si están embarazadas o si son madres de menores. Con re- ferencia al concepto de la biopouvoir de Foucault, Didier Fassin (2004, p. 240) marca la noción de la biolégitimité, con lo que descri- be el cuerpo como «reconnaissance sociale en dernière instance»: Es el mismo cuerpo (embarazado, muy joven, enfermo o herido) el que permite a la persona sin papeles poder quedarse —al menos en teo- ría— en el país. De esta forma, siguen su camino mientras cruzan las fronteras y se mueven constantemente entre presiones estructurales y su propia capacidad de agencia. La última frontera antes de llegar a Europa (que seguramente no será la única de su biografía migratoria) está muy presente en Tánger. A diferencia de las zonas fronterizas no muy bien definidas on the road, el Estrecho está caracterizado por una su- pra-estructuración: A medida que la vigilancia del «telón de acero» se intensifica a causa de las sistemas de seguridad como el SIVE, la uni- dad FRONTEX18 y las vallas alrededor de Ceuta y Melilla, aumentan también las esperanzas, expectativas y los sueños de los aspirantes a Europa.

17. Para una reflexión sobre la muerte de los migrantes en el desierto y el papel de las políticas fronterizas en la zona fronteriza de México-Estados Unidos véase el ca- pítulo de Rocío Magaña en este libro. 18. Agencia Europea para la vigilancia de las fronteras externas. PARTE IV

MUERTE EN LA FRONTERA

28. Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de España y la de México-Estados Unidos

Guillermo Alonso Meneses Investigador-El COLEF, Tijuana, México

Los movimientos migratorios internacionales de carácter clandestino, los que necesitan ocultarse a las autoridades, han sufrido en los últimos 15 años una persecución gubernamental sin precedentes. Lejos de ami- norar o erradicar este flujo, lo único que lograron fue atraer al crimen organizado, que pasó a controlar en distintas modalidades a la migra- ción indocumentada por las altas tarifas que se pagan, además de «em- pujar» a los migrantes por rutas con peligros mortales. España, como país de llegada y tránsito, tanto en la región del Estrecho de Gibraltar como en las aguas de las Islas Canarias, ha constatado esta dimensión fatal de la migración clandestina. No por casualidad, su experiencia es similar a la producida con anterioridad en la región México-Estados Unidos (EE.UU.). La comparación de este fenómeno aciago en ambas regiones fronterizas y tan distintas arroja patrones similares. Del lado de los intereses estatales, una inversión importante en infraestructura y tecnologías de control o represión de los migrantes y, del lado de los migrantes, la generalización de padecimientos degradantes agrava- dos por la clandestinidad junto con altas tasas de muerte. Las muertes de migrantes durante su «viaje de traslado», sobre todo en las últimas décadas, se hicieron cotidianas y susceptibles de acaecer en cualquier región del mundo. Afecta a Estados ricos o po- bres por igual, aunque sigan relegadas en las distintas agendas guber- namentales. La muerte de un solo migrante constituye una tragedia irreparable que, por lo general, rara vez produce consecuencias dig- nas de mención. Antes bien, el olvido y la trituradora de hechos con- sumados parecen ser la lápida que entierra estos hechos. Y eso a pe- sar de que la cuestión migratoria/el problema de la inmigración es 532 ______Muerte en la frontera junto con la violencia, la pobreza y la distribución de la riqueza algu- nos de los asuntos pendientes de la comunidad internacional (Izquier- do, 1996; Arango, 2005; de la Dehesa, 2008). Sea como fuere, la injusticia y el olvido se imponen. Por ejemplo, pocos recordarán que el mes de mayo del año 2001 pasó a la historia de las migraciones clandestinas como uno de los más trágicos y luctuosos a nivel mundial. Los medios de comunicación estadounidenses y me- xicanos cubrieron ampliamente la muerte de 14 indocumentados mexi- canos, la mayoría originarios de distintas localidades de Veracruz, tras extraviarse y fallecer en el desierto de Yuma, Arizona. Días antes, la prensa mexicana comunicó la muerte por asfixia de cinco guatemalte- cos, abandonados en la caja de un tráiler a la altura de Las Choapas, sur de Veracruz. La agencia AFP de noticias en un despacho de Niamey, Níger, comunicó que en medio del desierto del Sahara habían muerto 140 africanos de distintas nacionalidades, tras sufrir una avería el ca- mión que los transportaba en territorio de Libia. Por último, la prensa española se hizo eco de la muerte de varios inmigrantes clandestinos en las costas de Cádiz, Melilla y Fuerteventura cuando intentaban llegar a territorio español. Como puede inferirse de aquel aciago mes, la geo- grafía de la migración clandestina es global: Arizona, Veracruz, las Is- las Canarias, el desierto libio del Sahara y el Estrecho de Gibraltar. Dos años después, el 14 de mayo de 2003, la tragedia en la fron- tera México-EE.UU. volvió a adquirir resonancia mundial cuando murieron 19 migrantes que habían sido abandonados por el conductor del trailer que los transportaba dentro de un container cerrado, con altas temperaturas y escaso aire, en la localidad texana de Victoria. Nunca antes habían muerto tantas víctimas en un mismo accidente en su internamiento en los EE.UU. Pero ahora sabemos que el horror de estas tragedias ha sido superado por accidentes de cayucos que se han hundido con más de cien personas en su trayecto desde Mauritania y Senegal a Canarias desde el año 2006.

Flujos migratorios y fronteras internacionales

Las migraciones clandestinas son uno de los fenómenos contemporá- neos que mejor reflejan la crisis del actual orden mundial. Por sus ne- Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de España… ______533 xos e impacto en realidades políticas, económicas, socioculturales o en las relaciones entre Estados, ilustran la incapacidad política de go- biernos y sociedades para asumir y «gestionar» las profundas injusti- cias que subyacen a esta práctica humana. Así mismo, los flujos irre- gulares de personas en tránsito, cuando aún no se han transformado de facto en inmigrantes, es una dimensión poco estudiada. Las fron- teras sur de la Unión Europea (UE) o la suroeste de los Estados Uni- dos (EE.UU.) y los flujos que confluyen en ellas con la intención de cruzarlas, con sus diferencias y similitudes, constituyen dos de las más complejas y polémicas realidades que están enfrentando las de- mocracias capitalistas occidentales. El cruce clandestino de las fronteras por grupos de personas que quieren vivir y trabajar en un país ajeno al suyo, pero que no pueden hacerlo por medio de los conductos oficiales o «legales», ha sido elevado a la categoría de problema de atención prioritaria tanto en Norteamérica como en la Unión Europea. Las fronteras sur de am- bas regiones han conocido similares esfuerzos de control fronterizo y represión de los movimientos de migrantes insumisos, también lla- mados indocumentados, «sin papeles» o «illegal aliens». Esta coinci- dencia —insisto— salvando las distancias existentes, porque a uno y otro lado del Atlántico concurren factores históricos, socioculturales o geográficos que hacen patentes las diferencias, se aprecia en distintos aspectos. Por ejemplo, en la dirección sur-norte del flujo migratorio, la importancia adquirida por intermediarios violentos (mafias) o los conceptos estatales manejados como muros, vigilancia y capacidad de realizar detenciones. Esta estrategia de represión tajante ha provo- cado la muerte anual de miles de personas. Lo que pone de manifies- to el fracaso de políticas o el agotamiento de las ideologías que go- biernan/manejan las migraciones irregulares. Reducidas como están al combate implacable del «desesperado» proyecto de vida de las y los migrantes. La principal diferencia entre ambos casos es de orden geográfi- co e histórico. Las fronteras del sur de España son mayormente marí- timas (que suman varios cientos de millas náuticas y kilómetros de costa) y la migración es reciente. La frontera entre México y Estados Unidos con sus 3.152 km es la mitad terrestre y la otra mitad fluvial. A lo largo de esta última, si bien hay más de una decena de ciudades adyacentes, grandes o pequeñas, como San Diego/Tijuana, Ciudad 534 ______Muerte en la frontera

Juárez/El Paso o Mc Allen/Reynosa (en total hay 55 puertos de entra- da fronterizos), también hay centenares de kilómetros cuadrados de desiertos extremos. Otra diferencia está en que la migración México- EE.UU. tiene más de 100 años; prácticamente se inició al día siguien- te de trazarse la frontera. Lo cual supone la existencia de antiguas y poderosas redes sociales e inercias culturales. Otros factores o circunstancias que han marcado más reciente- mente la interrelación fronteriza en los últimos 10 años han sido la entrada en vigor del TLCAN/NAFTA en 1994, un tratado/agreement de Libre Comercio que dejó fuera la libre circulación de trabajadores entre ambos países. El desarrollo de los operativos de la Patrulla Fron- teriza o Border Patrol para «detener» a los migrantes indocumenta- dos: «Gatekeeper» en California, «Safeguard» en Arizona, y «Blocka- de» o «Hold-the-line» y «Operation Rio Grande» en Texas (iniciadas a fines de 1993 con «Blockade» en El Paso) y, por último, las nuevas doctrinas de seguridad desarrolladas a partir de los atentados terroris- tas del 11 de septiembre de 2001, que se sustanciaron en la Patriot Act o Ley Patriota, que reconceptualizó los fundamentos de la seguri- dad nacional, y la creación del Department of Homeland Security o (super)Ministerio de la Seguridad de la Patria que asumió la seguri- dad de las fronteras frente al terrorismo, el narcotráfico y la migra- ción indocumentada. España, como estado miembro de la UE y firmante de los acuer- dos de Schengen, que básicamente postulan la libre circulación de ciudadanos comunitarios, la desaparición de las fronteras internas en la UE y el control del ingreso de ciudadanos extracomunitarios junto con las llegadas clandestinas, enfrenta la migración indocumentada que procede del sur o de África sobre unas fronteras menos extensas, pero no por ello más sencillas. De hecho, España es el país europeo y occidental con las fronteras más complejas, diferentes y problemáti- cas. Prueba de ello son los distintos tipos de frontera que (man)tiene: 1) la peninsular sur-mediterránea, básicamente las costas de Andalu- cía, que por su parte más estrecha (Algeciras/Gibraltar) dista 14 km del norte de África, a la que arriban africanos tanto del Magreb como del África sub-sahariana —en menor medida de otros continentes— en pequeñas embarcaciones tipo patera y zodiac; 2) la peninsular te- rrestre con la colonia inglesa de Gibraltar (en el extremo sur de Cá- diz) que está cercada con una verja y tiene control aduanero (no sólo Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de España… ______535 porque el Reino Unido no ha firmado el Convenio de Schengen, sino por un contencioso histórico), lo cual tiene larvado un «gordiano» conflicto diplomático; 3) la peninsular terrestre con Portugal y Fran- cia, con las que ya no existen barreras ni aduanas (por pertenecer al espacio Schengen), pero que sirven de referencia para devolver mi- grantes irregulares que entraron a España desde esos países; 4) las de Ceuta y Melilla (ciudades de soberanía española en continente afri- cano) limítrofes con Marruecos, que son de carácter terrestre y marí- timo; y 5) la marítima en aguas del Atlántico de las Islas Canarias que distan 100 kilómetros del continente africano por su lado más estrecho,1 adonde también arriban africanos por medios marítimos, ya sea en pateras, barcos o cayucos; y de otros continentes en menor medida. Los Estados Unidos de América lo único que consiguieron con los operativos de la Patrulla Fronteriza en el suroeste fue obstaculi- zar los lugares de entrada históricos por las áreas cercanas a las ciu- dades de Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa o Matamoros, y desviar los afluentes principales del flujo humano hacia regiones inhóspitas. Los diseñadores de la estrategia creyeron que cuanto más peligrosa fueran las condiciones del cruce de la frontera, descendería sensiblemente la migración indocumenta- da desde México (territorio también utilizado por centroamericanos). De esa forma, si en 1994 el grueso de migrantes entraba por Califor- nia y en 1996 por Texas, ahora y desde 1998 el grueso del flujo de mi- grantes utiliza principalmente los desiertos del sur de Arizona. La creciente presión de los operativos de la Patrulla Fronteriza no evitó que siguieran entrando cada año centenares de miles de mi- grantes en los EE.UU. Estimaciones oficiales de organismos de Mé- xico y los EE.UU. coinciden que en el período 2000-2008 entraron anualmente alrededor de 400.000 migrantes y se realizaron en pro- medio más de 1.000.000 de eventos de «aprehensions» (porque a al- gunos migrantes los detuvieron 4 o más veces). Estas estadísticas cul- minan con la trágica cifra de 400 personas muertas en promedio

1. Y esto sin contar las respectivas fronteras de las Islas Baleares (donde hay docu- mentados desembarcos esporádicos desde septiembre de 2006) o de las islas nortea- fricanas de Perejil, Vélez de Gomera, Alborán o las Chafarinas que están frente a la costa marroquí. 536 ______Muerte en la frontera anual. Unas muertes que fueron inducidas directa o indirectamente por las políticas de control fronterizo/migratorio. Además de encare- cer y hacer peligroso el cruce, ya que estimuló el negocio ilegal de «traficar» con migrantes. Los precios que cobran los «coyotes» y sus organizaciones se multiplicó por 4 o más en menos de 10 años. Mue- ve miles de millones de dólares anuales y estimula la propaganda de que sí es factible y seguro llegar a los EE.UU., a cambio de pagar una media de 1.500 o 3.000 dólares per cápita. Esto, a su vez, desplazó a los pequeños y artesanales coyotes a manos del crimen organizado de carácter mafioso y violento que en la frontera (y actualmente en todo México) está «sometido» a los dictados del narcotráfico. Algo parecido ocurrió en las fronteras de España/Unión Europea: presión y cierre de rutas, desvío y encarecimiento de los traslados, aumento de riesgos y muertes, mayor protagonismo de las mafias o del crimen organizado. Antes de que las pateras alcanzaran su auge como negocio y modus operandi para llegar a las costas españolas, buena parte del flujo indocumentado entraba en España por las fron- teras de Ceuta y Melilla. Hasta que sus perímetros fronterizos, co- menzando por Melilla, fueron impermeabilizados con una valla a principios de los 90. Esto desvió hacia Ceuta a los migrantes y a las mafias que controlaban el tráfico irregular. Así, mientras el 16 de di- ciembre de 1997 había 909 inmigrantes procedentes del África sub- sahariana en Melilla, un año después sólo había 98. La «impermeabilización» de la frontera de Ceuta con Marruecos de 8,3 kilómetros, la comenzó España en noviembre de 1993; en Me- lilla había comenzado varios meses antes. Ya por ese entonces España era un país de inmigración (Muñoz-Pérez e Izquierdo, 1989), aunque fue tras el 2000 cuando alcanzó cifras inimaginables (Arango, 2005). Las últimas obras se realizaban en la aduana del Tarajal (Ceuta) en abril de 2001 por recomendación de Bruselas para ordenar y mejorar las instalaciones. Al tratarse de una entrada a territorio de la Unión Europea en continente africano debe observar protocolos sancionados por la UE. Aquella presión ya apuntaba a que África encierra una rea- lidad demográfica potencialmente emigratoria con un futuro comple- jo e incierto (Hatton y Williamson, 2001). Durante años, Ceuta fue una de las puertas de entrada al «paraí- so europeo». El campamento de Calamocarro (el centro de «deten- ción» cerrado a fines de 1999), llegó a albergar a dos millares de mi- Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de España… ______537 grantes, tres cuartas partes de ellos sub-saharianos procedentes de 27 países distintos. Los más numerosos eran los nigerianos, pero también había de Argelia, Guinea Bissau, Sierra Leona, Camerún, Liberia, Se- negal, Sudán, etc. Fueron aquellos «muros» los que convirtieron a las pateras, históricamente una embarcación de pesca y un medio de cru- ce para el hashish, en la vía de entrada irregular más usada, y al Estre- cho de Gibraltar en el escenario principal. Los migrantes del interior de Marruecos o del Rif constituían un flujo más numeroso y con ru- tas diferenciadas de los sub-saharianos. Son los harragas, nombre con el que se conoce en Marruecos a los marroquíes que queman su documentación antes de embarcar en las pateras, para así dificultar la repatriación en caso de ser detenidos por la Guardia Civil.2 A medida que la presión sobre el eje Tánger-Ceuta creció, las salidas fueron dis- tanciándose más de la costa española, bien saliendo de localidades costeras del Atlántico marroquí, bien saliendo de la costa entre Ceu- ta y Melilla. Mientras tanto, en la frontera México-EE.UU. la nueva y más agresiva estrategia de control fronterizo inaugurada con «Blockade/ Bloqueo» en El Paso (1993) y «Gatekeeper» en San Diego (1994) se amplió y fortaleció cada año. El presupuesto disponible fue incremen- tando tanto como el número de agentes de la patrulla fronteriza y sus pertrechos policiales. El número de vigilantes en las fronteras pasó de 4.000 en 1994 a casi 9.500 en 2002 y 19.000 en el 2009. Estas cifras culminan un proceso pero encarnan actualizados conceptos sobre se- guridad nacional que venían de atrás. Los patrulleros ya habían sido pertrechados con tecnología de guerra mucho antes, de ahí que Na- gengast (1998) hable de la militarización de la Border Patrol. Aunque ya T. J. Dunn (1997) demostró que la militarización de la frontera y la consolidación de la doctrina del conflicto de baja intensidad sobre la misma fueron apuntalados en el período 1978-1992 (que va del fi- nal de la guerra de Vietnam al final de la I guerra del Golfo). En un primer momento se produjo una acción de doble efecto: reconstruir distintas bardas (fences) y ampliarlas en los tramos cerca- nos a los núcleos urbanos, para 1) obstaculizar y desviar el flujo de

2. El artista y escritor marroquí, Mahi Binbine (1999 o 2000), narra la tragedia de los que cruzan el Estrecho de Gibraltar desde Marruecos, ilustrando las circunstancias que empujan a morir en el intento de emigrar. 538 ______Muerte en la frontera migrantes indocumentados lejos de las ciudades, hacia las montañas, desiertos, ríos y canales, donde 2) la peligrosidad potencial de los fe- nómenos atmosféricos y accidentes geográficos, y el riesgo de muer- te que conllevan, deberían disuadir cualquier intento de entrada clan- destina. La respuesta de los migrantes fue y es la persistencia en seguir entrando sin papeles a EE.UU., para ir a trabajar de manera in- formal o vivir sin documentos que lo autoricen. Cientos de miles de migrantes, a pesar de las dificultades y peligros creados por los ope- rativos insisten cada año, a pesar del incremento de las muertes. A tenor de las cifras gubernamentales, las muertes superaron ofi- cialmente el centenar a partir de 1997, cuando el flujo migratorio que chocaba con los operativos se dispersó buscando nuevas entradas por zonas y pasos peligrosos como el desierto o ríos y canales. En síntesis, la reacción de los migrantes y coyotes a la estrategia de los EE.UU. conllevó: 1) intentar entrar por nuevas rutas, afrontando riesgos cons- ciente o inconscientemente, 2) en consecuencia quedar vulnerables a peligros, muchos de ellos mortales, y 3) una manera de aminorar los riesgos (supuestamente) fue contratar a coyotes, polleros o guías. Ésta última consecuencia, a su vez, conllevó, 1) el incremento del precio que cobran los polleros o coyotes por guiar y transportar, 2) de forma concomitante surgieron organizaciones especializadas en ese negocio, unas informales pero otras con una organización, logística y medios bastante sofisticados, y 3) el volumen del negocio es tal que atrajo a organizaciones mafiosas cuyo trato hacia los inmigrantes se ha des- humanizado (Alonso, 2000 y 2003; Cornelius, 2003; Alonso, 2007). Sólo a partir de la crisis económica de 2008 y 2009 se han reducido las cifras de detenciones en la región fronteriza y se han incrementado en más de 350.000 los eventos anuales de deportación; que son diferen- tes a los retornos voluntarios de los migrantes que son capturados cer- ca de la frontera tras haberla cruzado irregularmente.

Del sur de California al sur de Arizona; del Estrecho de Gibraltar a las Islas Canarias

La Patrulla Fronteriza ha logrado el desvío de los distintos ramales del flujo migratorio lejos de ciudades como San Diego, Tucson, El Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de España… ______539

Paso o Laredo. Históricamente ellas fueron las ciudades trampolín al cruzar de México a los EE.UU. Desde entonces el cruce se hace por montañas y desiertos peligrosos. Desde 1998, los desiertos del sur de Arizona son la región donde más detenciones se realizan y, desde el año 2002, donde más muertes de migrantes se producen. Similar mo- vimiento de desvío produjo el «sellamiento» de las fronteras de Ceu- ta y Melilla, que obligó a abrir o potenciar rutas alternativas por el es- trecho de Gibraltar. La travesía del estrecho todavía hoy se hace en pateras y en me- nor medida zodiac (lancha neumática), pero siempre fue peligrosa y con periódicos accidentes. La magnitud de la tragedia se desconoce. La organización Atime (Asociación de Trabajadores Inmigrantes Ma- rroquíes en España) ya estimaba hace 9 años en 3.500 las víctimas en- tre 1990-2000, la mayoría aparecidos en Marruecos.3 Pero la ruta del Estrecho fue estrangulada temporalmente cuando en octubre de 2005, tras los asaltos a Ceuta y Melilla, murieron varios migrantes por arma de fuego. El gobierno marroquí adoptó medidas drásticas como la ex- pulsión masiva de subsaharianos. Desde entonces, 2006-2009, la ruta del Estrecho quedó prácticamente vedada a los subsaharianos; salvo entradas aisladas que todavía se producen. El flujo indocumentado se replegó hacia el sur ante esta «repre- sión» concertada entre Marruecos y la UE, lo que potenció en el 2006 la ruta de pateras que partiendo del sur de Marruecos (especialmen- te la localidad de Tarfaya) llega a las islas de Lanzarote y Fuerteven- tura, las más orientales del archipiélago Canario, que distan un cente- nar de kilómetros de la costa africana. Esta ruta existe desde mediado de los 90, aunque hasta junio de 1999 no creció significativamente. Fue utilizada tanto por marroquíes como por saharauis y subsaharia- nos. Hasta que sufrió la presión del régimen xerifiano, afectando a los migrantes subsaharianos. Los «traficantes» utilizaron de trampolín la costa norte de Mauritania, en torno a Naidubi, al iniciar el 2006. Esto alargó la distancia, obligó a utilizar embarcaciones como los «cayu- cos» —excepcionalmente «viejos cargueros» que salían de Guinea- Bissau— como embarcación alternativa a la patera. La mayoría de los subsaharianos que estaban llegando a Cana- rias y a la España peninsular entre el 2000 y el 2003 eran nigerianos.

3. Véase La Vanguardia Digital, 21/6/2000. 540 ______Muerte en la frontera

La mayoría de ellos pertenecientes a la etnia hausa. Según la policía española, sus edades oscilaban entre 18 y 30 años, y en torno al 50 % eran mujeres, menores incluidas. Tres años después esto cambió. Du- rante los 3 primeros meses de 2006 llegaron a Canarias casi 4000 in- migrantes desde el norte de Mauritania básicamente. El 90 % eran o decían ser de Senegal (45 %) y Malí (45 %); el 10 % restante proce- dían de otros países del África sub-sahariana.4 Aquella homogeneidad parecía una estrategia para que los deportasen al país africano más cercano de Mauritania y así volver a intentarlo. Una estrategia simi- lar utilizan los centroamericanos (guatemaltecos, salvadoreños y hon- dureños), que se declaran mexicanos cuando son detenidos para ser deportados a México y así volver a intentarlo. El flujo migratorio que llega a la frontera USA-México está compuesto mayoritariamente por mexicanos y, en segundo lugar, de centroamericanos. La Border Patrol ha detenido en esa frontera en los últimos quince años a migrantes de México (más del 90 %) y de Guatemala, El Salvador, Honduras, República Dominicana y Brasil, especialmente. En menor medida de países como China, Irak, Soma- lia, Ucrania, Checoslovaquia, Filipinas, entre otros. Tal como señala Anthony M. De Stefano,5 México ha sido la vía de entrada hasta para migrantes procedentes de países ex-comunistas. Desde una perspec- tiva sociodemográfica, aunque este flujo de indocumentados es difí- cil de medir y caracterizar (Bustamante, Delaunay, Santibáñez, 1997), la EMIF6 señalaba en los 90 que estaba compuesto aproxima- damente en un 70 % por varones y un 30 % por féminas (en el 2008 la proporción es similar). Las detenciones de «Other Than Mexican» (OTM) suelen oscilar entre 20.000 o 30.000, la mayoría centroameri- canos: aproximadamente hondureños (40 %), salvadoreños (30 %), guatemaltecos (25 %) y nicaragüenses (2 %). La crisis de Ceuta y Melilla en el otoño de 2005 produjo la cri- sis de los cayucos de la primavera de 2006, que dejaron de salir de

4. Tomás Bárbulo (2006), «Mauritania sólo acepta la devolución de “sin papeles” originarios de Senegal y Malí». 5. Anthony M. De Stefano (2002), «Human Smuggling Operations Grow More Po- werful». 6. La EMIF es la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México, coor- dinada por El COLEF. Puede encontrarse información sobre sus características y re- sultados en el sitio web del Consejo Nacional de Población, CONAPO. Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de España… ______541

Mauritania por presiones y acuerdos, y comenzaron a hacerlo de Se- negal o aún más al sur. Así continúa hasta la actualidad. La ruta de las Islas Canarias se venía gestando desde mediados de los 90. Conocido por los desembarcos públicos o en pleno día y porque la prensa na- cional se hacía eco de ello. Por ejemplo, Marcia Cevallos titulaba en agosto de 1999 «La vigilancia policial desvía la “ruta de las pateras” del Estrecho a las Islas Canarias».7 Y escribía: «El número de inmi- grantes detenidos en Canarias es otra muestra del cambio de ruta de las pateras. En 1996, fueron arrestados en la provincia de Las Palmas 27 inmigrantes; en 1997, 112; en 1998, la cifra se triplicó con 399. Este año ya son 221. El 90 %, de nacionalidad marroquí». Siete años des- pués, Tomás Bárbulo titulaba: «La nueva ruta de las pateras a Cana- rias».8 Sólo que este mismo periodista publicó un artículo no menos premonitorio, cuyo título lo dice todo: «Canarias: Puerta trasera de Europa», en mayo de 2000.9 Según la lectura que hago, las Islas Canarias están jugando el mismo papel que el desierto del norte de Sonora y sur de Arizona, la de una vía de entrada «desesperada» y peligrosa que es utilizada ma- sivamente. Entre el 2005-2009 ha sido rescatados por Salvamento Marítimo más de 100.000 migrantes. Los sub-saharianos conforman un flujo heterogéneo en lo socio-cultural y económico o político, lo que hace incierto el sostenimiento o reacomodo futuro de ese flujo.

(In)conclusión: coyotes, cayucos y la frontera entre la vida y la muerte

Ambas regiones son, muy probablemente, donde mayor número de muertes de migrantes indocumentados se registra en todo el mundo durante el cruce clandestino de una frontera. En el período 1993- 2009, entre Clinton y Obama, se erigieron los muros, se pobló la fron- tera con torres de iluminación y una telaraña virtual-electrónica para impedir los cruces. Ese período acumula 16.000.000 de eventos de

7. Marcia Cevallos (1999). 8. Tomás Bárbulo (2006). 9. Ibid. (2000). 542 ______Muerte en la frontera aprehensión, la mayoría en el desierto SW de Arizona y desde 1993 se han contabilizado (aproximadamente) más de 6.500 víctimas en toda la frontera: mujeres y hombres, niños y mayores. Fallecidos que, por los motivos que sean, «optaron» por saltar muros y cruzar desier- tos siguiendo a los coyotes y arriesgando su vida tratando de alcanzar el «norte» (el American Dream). Hechos similares, entre Aznar y Zapatero, ocurrieron en la fron- tera entre España/Unión Europea y el noroeste de África; murieron millares de migrantes procedentes de distintos países africanos, prin- cipalmente marroquíes y senegaleses. El control fronterizo, prime- ro de España y posteriormente en coordinación con otros países europeos involucrados para el período 1993-2009, consistió básica- mente también en construir cercas de acero en torno a Ceuta y Me- lilla, colocar estratégicamente en las costas radares de detección electrónica (SIVE) de embarcaciones y armar patrulleras intercepto- ras. Primero en el Estrecho de Gibraltar, después en el suroeste del Archipiélago Canario. La agencia Frontex es uno de los últimos dis- positivos institucionales de Bruselas para combatir las oleadas de mi- grantes africanos. Los puntos de partida se recorrieron desde el Estrecho a Tarfaya y el Aaiún, luego al norte de Mauritania y posteriormente a Senegal. Las aguas del Atlántico nor-africano estaban poco vigiladas y el «ca- yuco» se convirtió en el principal medio de transporte; pero al costo de transformar al Atlántico en un cementerio. «En los últimos años, se han contabilizado en el archipiélago canario entre 20.000 y 30.000 personas llegadas en cayuco procedentes de África y, en proporción creciente, de Asia. Las últimas estimaciones de la UE hablan de 10.000 personas que perdieron la vida en los últimos años tratando de alcanzar las costas canarias».10 En los últimos 16 años pueden haber muerto entre el Estrecho y el SW de Canarias aprox. 20.000 migran- tes. Las cifras de migrantes muertos sólo pueden aspirar a aproxi- marse a la realidad, sobre todo por los desaparecidos en el Río Bravo y en el Atlántico. No obstante, una sola muerte es ya una tragedia y pretender hacerlas parecer un sacrificio inútil sólo confirma la inmo-

10. Véase van Houtum, Henk, Freerk Boedeltje y Noemí Padrón-Fumero (2008), «Muerte en las fronteras de la UE». Los peligros de la migración clandestina en las fronteras de España… ______543 ralidad de las sociedades Occidentales. Las y los migrantes son los grandes perjudicados de la «Fortaleza Europea» o de la represión de los flujos clandestinos con una óptica cortoplacista, insensible a las erosiones traumáticas que sufren pueblos y regiones del planeta bajo la destructiva globalización. Los más vulnerables son las mujeres, los menores de edad y los ancianos (Marroni y Alonso, 2006); y en cier- tos casos, la pertenencia a una minoría étnica tanto en México como el noroeste de África acentúa esa vulnerabilidad (Mixtecos de Oaxaca, Tzotziles de Chiapas, Amazighes del Rif o del Atlas). Dándose ca- sos de secuestros con extorsión, semi-esclavitud, explotación sexual y asesinato. Detrás de los migrantes clandestinos hay una lógica estructural y unas inercias. Es una respuesta en forma de huida a la tierra que- mada dejada por procesos económicos y fracasos gubernamentales propios de Estados (semi)fallidos. Indisociable de los profundos rea- comodos propiciados por la globalización vía comercio internacional y movimientos de capital que han afectado a los mercados de traba- jo (de la Dehesa, 2008). Conjuntamente a esta falta de expectativas económicas y vitales, los migrantes que han salido perdiendo (los muertos, los humillados y los deportados) son víctimas de unos esta- dos-democracias (Estados Unidos y la Unión Europea) que con sus políticas económicas y modelos de desarrollo egoístas-no sustentables generan desigualdad y pobreza. Los beneficiados de esta ineptitud gubernamental, de esta ineficaz e improvisada respuesta política, han sido los coyotes y las organizaciones del crimen organizado. Porque, no nos engañemos, hay millones de personas, miles de comunidades, cuya única salida factible para salir adelante es emigrar, pagándole a criminales, o entrar en el crimen organizado, especialmente en forma de narcotráfico.

29. Rastros en el desierto: la busqueda de cuerpos de migrantes en el desierto de Sonora

Rocío Magaña Rutgers, The State University of New Jersey

Las prácticas y políticas que dictan, facilitan o previenen la recupera- ción y repatriación de los cuerpos de migrantes que mueren al cruzar fronteras obligan a reconsiderar los aspectos únicos del espacio fron- terizo como objeto de estudio. Cuando se habla de movimiento fronte- rizo se suele evocar imaginarios en relación a los puntos cardinales. En el caso de la frontera entre México y los Estados Unidos, el movimien- to transfronterizo de personas, artículos y capital se ha manifestado principalmente de sur a norte y norte a sur, mientras que el control fronterizo y las iniciativas de desarrollo económico regional se han manifestado de manera longitudinal. Tales patrones reflejan fenóme- nos ligados a la globalización y el trasnacionalismo que han provoca- do el «ablandencimiento» y endurecimiento simultáneo de las fronte- ras en general.1 Los estudios sobre la franja México-Estados Unidos se han enfocado en fenómenos similarmente alineados. Entre muchos ejemplos posibles de flujos que atraviesan esta frontera de norte a sur cabe mencionar las investigaciones sobre libre comercio (e.g., Álva- rez, 2005) o la migración (e.g., Cornelius y Bustamante, 1989; Chá- vez, 1992). De forma regional a lo largo de la frontera se destaca el trabajo sobre el crecimiento económico y urbano de la región y sus implicaciones socio-culturales como las de género (e.g., Fernández- Kelly, 1983; Chapin, 2003; Salzinger, 2005), el control territorial

1. Ciertamente los espacios fronterizos son complejos y como tales han sido foco de atención para la conceptualización de espacios intermedios y postmodernos (Soja, 2005; Pratt, 1999) y para el estudio tanto de conflictos como de posibles respuestas a los retos de un presente caracterizado por circuitos fluidos por un lado y el alzamien- to de muros por el otro (e.g. Gupta y Ferguson, 1992; Brenner, 1999). 546 ______Muerte en la frontera

(e.g., Dunn, 1996; Andreas y Biersteker, 2003), o bien los estudios de comunidades, identidades, y expresiones culturales locales (Martí- nez, 1994; Velez-Ibañez, 1996; Vila, 2005). Abandonando tal orien- tación hacia origines y destinos, y de territorios adyacentes y parale- los que ha dominado el estudio de las fronteras y sus contextos, el análisis de las prácticas de rastreo y recuperación de cuerpos en la zona desértica de la frontera entre Arizona y México que aquí pre- sento sugiere un enfoque analítico que enfatiza el carácter propio, si bien problemático, del espacio fronterizo. Con tal propósito, examino aquí tres casos de migrantes extra- viados y los esfuerzos relacionados a su búsqueda o la recuperación de sus cuerpos. Al discutir estos casos mi intención es sugerir que la demarcación cronotópica de espacios fronterizos ofrece un ángulo conceptual apropiado al encruce actual de migración, exclusión y muerte visible tanto en Norteamérica como en el Mediterráneo y otras regiones. Conceptualmente, el marco etnográfico de estos casos con- sidera la propuesta bakhtiniana (1981) de la relación dialéctica de to- pografías y temporalidades —«cronotopos»—. Al examinar desde este ángulo teórico como las dinámicas centrífugas y centrípetas de la migración y el control fronterizo llegan a crear espacios donde la cru- ce migratorio se vuelve mortífero, sugiero que las condiciones es- pecificas del movimiento de actores y cuerpos en este espacio tiene la capacidad de transformar, reforzar y hacer visible una geografía so- ciopolitica que hacen que el desierto funciona en sí como frontera. Este «desierto/frontera», por llamarlo de alguna forma, es el te- rreno cronotópico fronterizo donde se da el encruce de la migración clandestina y las políticas y prácticas de exclusión y riesgo mortífero. Aunque la experiencia migratoria en el Desierto de Sonora permite examinar diversas manifestaciones e implicaciones de tal encruce, esta dinámica no es exclusiva de la región. La problemática de «vidas desechadas» se ha vuelto factor cotidiano en de estas y otras fronte- ras, como se ha observado también en el contexto de la riesgoso tra- vesía a Europa por las Islas Canarias (Van Houtum, 2008). En este mismo volumen, Guillermo Meneses ofrece un análisis del lamenta- ble paralelo de «los muertos y los humillados» en el contexto de las migraciones contemporáneas a Europa y Estados Unidos. Mi contribución a esta conversación se basa de tal manera en el estudio detallado de tres casos de migrantes extraviados que colecti- Rastros en el desierto ______547 vamente nos permiten ver las formas múltiples en que opera la fron- tera a través del desierto. Las condiciones en que se da la muerte de estas tres personas, así como la recuperación y manejo de sus cuer- pos, obligan a tratar el orden temporal además del topográfico en aná- lisis del marco operativo de las fronteras como espacios de exclusión. Visto como cronotopo, el terreno que enmarca la travesía mortífera por el desierto revela un espacio excluyente y divisor sin necesidad de muros. Finalmente, el objetivo de este enfoque es capturar un per- fil tanto etnográfico como conceptual de este espacio fronterizo no como plano a ser simplemente cruzado, amurallado, o patrullado; sino como espacio potencialmente transformativo y multidimensional al que se puede ingresar y del que se puede salir. De esta forma, al centro de este enfoque está la frontera como espacio en el cual se pue- den peder personas y encontrar cuerpos.

Contexto Regional

Con 279 muertes registradas en Arizona el año de 2005 es hasta aho- ra el más mortífero en la historia contemporánea de la región. Los 626 kilómetros de frontera desértica que la separan de México hacen de Arizona la quinta parte del límite internacional entre ambos países. Sin embargo, más de la mitad del número total de muertes de migran- tes en la frontera que reporta Estados Unidos provienen de ahí. Aun- que el Desierto de Sonora ha cobrado vidas desde tiempos inmemo- riales (ver Pfefferkorn, 1989; Viele, 1882a, 1882b), es solo a partir de finales de la década de los 90 y con la extensión geográfica del opera- tivo de control fronterizo conocido como «Hold the Line» en 1994, que se registra un incremento radical en el número de fatalidades re- lacionas con intentos de cruce fronterizo (ver Reyes et al., 2002; Cor- nelius, 2001; Nevins, 2008). Aunque sólo se reporta una docena de casos en 1998, la cifra oficial de muertes llega a 279 en 2005 y se mantiene encima de las 200 personas por año en años siguientes.2

2. Las cifras sobre el número de muertes varía no solo cada año sino que también cambia de fuente en fuente. El total que uso para el año 2005 es el señalado por el Ari- zona Daily Star y las organizaciones civiles del Sur de Arizona. 548 ______Muerte en la frontera

Al aumentar el número de muertes, aumenta también la atención pública y las sospechas sobre la transparencia y fiabilidad de los in- formes generados por las agencias gubernamentales relacionadas con el tema. La respuesta de organizaciones civiles y medios de comuni- cación a estas muertes fue relativamente rápida, pero no es hasta el verano de 2003 que comienza a indagarse sistemáticamente sobre las prácticas de conteo, localización y categorización de cuerpos (e.g. LoMonaco, 2003; Winograd, 2004). En un clima de sospechas múlti- ples, incluso el Congreso de Estados Unidos ordena un reporte oficial sobre estas muertes (Núñez, 2005). De este escrutinio salen a relucir dos tendencias que hacen que los totales anuales presentados por la Patrulla Fronteriza fueran más bajos que el número de cuerpos procesados por los médicos forenses o aquellos cadáveres repatriados por los consulados. Primero, se re- vela que la Patrulla Fronteriza omitía fatalidades reportadas a otras autoridades como departamentos de policía o bomberos; y segundo, se detecta serias discrepancias entre los registros mantenidos por agencias municipales, estatales y federales de cada lado de la fronte- ra. En realidad, dada la falta de un sistema de control unificado, el so- lapamiento de jurisdicciones disímiles, los diferentes calendarios ad- ministrativos en vigencia, y la diversidad de intereses políticos, la inconmensurabilidad de registros no es del todo sorprendente. Sea como fuere, las sospechas que dieron pauta a tales investigaciones se vieron sustentadas: Centenares de migrantes estaban muriendo en los desiertos del suroeste americano mientras que las instituciones a car- go de la vigilancia fronteriza eran prácticamente complicitas con su silencio y desinterés. Ya de entrada, entre estas organizaciones civiles hablar del «nú- mero de muertes» era incorrecto. Las cifras reflejaban no el total de muertes, sino el número de cuerpos que por diferentes razones habían sido recobrados del desierto. Al darse cuenta de la invisibilidad de los fallecimientos y de la incapacidad del estado para detectarlos, pese a las aspiraciones panópticas, y frente a la creciente cantidad de reportes de migrantes perdidos que alcanzaban a las oficinas de gru- pos tales como «No Más Muertes», «Fronteras Compasivas», «Sa- maritanos», y «Coalición de Derechos Humanos», legiones de huma- nitarios y activistas comenzaron a tornarse hacia el desierto armados de agua, mapas, unidades GPS y protectores solares. El plan a seguir Rastros en el desierto ______549 parecía claro: habría que escudriñar el desierto en busca de cuerpos y respuestas. Los protocolos y prácticas del recobro de restos y la representa- ción de los eventos y condiciones en su entorno permite que las mis- mas muertes que resultan por políticas de estado sean empleadas para reafirmar y legitimar su autoridad y mérito. Simultáneamente, al gra- do que cada una de estas muertes tiene lugar fuera del control absolu- to del estado—partiendo de la idea que para el estado el rescate de migrantes es menos problemático que su muerte—éstas revelan opor- tunidades de reto que permiten a actores civiles intervenir ya sea para rescatar migrantes, recobrar sus restos o recontar sus historias. Los tres caso de recuperación y repatriación de restos humanos muestran la relación de tales intervenciones y del desierto como frontera. El primer caso examina la muerte de migrantes en el desierto como de- saparición. El segundo se enfoca en el manejo tecnocrático de restos. Finalmente el tercero muestra los esfuerzos de búsqueda y recupera- ción por organizaciones civiles e individuos como acto de subversión del espacio fronterizo. Pese a que estos casos no abarcan exhaustiva- mente el fenómeno, si ejemplifican la forma en que los cuerpos de es- tos migrantes aparecen y desaparecen—o se hacen aparecer y desa- parecer—delineando a su vez la relación entre espacio fronterizo, estado, sujetos y cuerpos.

Desaparición

Una calurosa tarde de julio de 2005, Gustavo, un hombre de unos 30 años de edad, se presentó a las puertas del Centro Comunitario de Atención al Migrante y Necesitado (CCAMYN) en Altar, Sonora, lu- gar donde me encontraba haciendo trabajo de campo. A diferencia de quienes llegan al albergue buscando techo, comida o acceso a servi- cios de aseo, Gustavo venía buscando algo mucho más complejo. En sus manos traía unos pequeños rótulos impresos en casa con la foto- grafía de su primo Macario, de quien no se había sabido cosa alguna desde hacia un año. Macario García Salcedo, de 42 años de edad, con pelo y ojos oscuros, tez trigueña, campesino de Michoacán y jornale- ro en Arizona, era casado y padre de dos niños a quienes había deja- 550 ______Muerte en la frontera do en mayo del año anterior con la intención de regresar a su trabajo en Phoenix. Como otros miles de migrantes que cruzan el Desierto de Sonora día a día, Macario había hecho el viaje y el cruce fronterizo en varias ocasiones. Un día antes de salir al desierto, Macario telefoneó a casa; este sería su último contacto con su familia. Con recursos limitados, su familia lo buscó inicialmente vía te- lefónica logrando conseguir solo datos contradictorios. Entre los mu- chos rumores que recibieron sobre su paradero se incluían que Maca- rio estaba encarcelado, que estaba hospitalizado, que había sido arrestado por la Patrulla Fronteriza en relación al narcotráfico, que había sido baleado, y que había muerto en una volcadura de auto al salir del desierto. Les tomó a los Garcías mas de un año recaudar los fondos necesarios para enviar a Gustavo a la frontera en busca del primo perdido. Aun así, sin visa o permiso humanitario para entrar a los Estados Unidos, la búsqueda estaba limitada a los pueblitos de- sérticos fronterizos en el norte de México. Después de varias llama- das, uno de los consulados Méxicanos en Arizona accedió a ingresar los datos de Macario en la base de datos conocida como SIRLI, el Sistema para la Identificación, Repatriación y Localización de Indi- viduos. Le pidieron que esperara, ellos llamarían cuando hubieran no- ticias. Gustavo mismo estaba cansado y consiente de la futilidad de su esfuerzo cuando llegó a aquel albergue esa tarde. A principios de 2009, el gobierno de México abrió un «Centro Nacional de Llamadas» con el objetivo de atender casos como el que presentaba Gustavo. Durante el período de mi investigación, sin em- bargo, los representantes consulares atendían con reticencia reportes de migrantes perdidos que implicaba el abrir nuevos casos en la base de da- tos. A su parecer, la mayoría estos reportes provenían de familias an- siosas que desconocían la duración y otras complejidades del cruce clandestino: «La gran mayoría de esta gente luego aparece», explicaba uno de los trabajadores de Protección Consular, «pero nunca nos llaman para decirnos, “Fulanito de Tal ya llegó. Cierre el caso.”». De tal modo que estos «casos» se quedan por siempre pendientes, testimonio pro- blemático de la incertidumbre que se genera en esta frontera. La inclusión del la información biométrica de Macario en SIRLI fue el logro único de Gustavo. Sin información precisa sobre el para- dero de su primo, ninguna autoridad buscaría sus restos. Todo indica- ba que Macario probablemente había sido abandonado en el desierto Rastros en el desierto ______551 donde habría muerto y que serían muy difícilmente encontrados. Cier- tamente, los García habían considerado la posible muerte de Macario, pero, en las palabras de Gustavo, «¿cómo estar seguros?» ¿Cómo velar la muerte de Macario tan probable como incierta? Se desconoce cuan- ta gente «desaparece» como Macario en el desierto/frontera; nadie lle- va cuentas. Familias como los García esperan por años abrigando es- perazas de un milagro o noticias que les permitan seguir con sus vidas y dar clausura a la tragedia. Sin restos que aumentar a las cifras de fa- talidades, y con casos incerrables que hablen incómodamente por los desaparecidos, las historias negadas de sus muertes y cuerpos consu- miéndose en el desierto se tornan enmudecidos actos de enunciación pedestre. Pese a que las historia de sus cuerpos, la trayectoria de su cruce y las condiciones de sus muertes son elementos fundamentales en la producción de esta frontera, el desierto/frontera atrapa su poder enunciativo, fortificándose aún más al hacerlo. En mi trabajo mas extenso desarrollo un análisis sobre las impli- caciones políticas y biopolíticas de tomar estas desapariciones como muertes (Magaña, 2008), pero dado el enfoque de este ensayo quisie- ra enfatizar la demarcación doble de la frontera para Gustavo. Por una parte, esta se presenta materialmente fija, clara e impenetrable en cuanto a la inhabilidad de Gustavo de cruzar a territorio estadouni- dense a buscar a su primo. Por otra parte, la frontera que esconde los restos del primo tan vasta como imprecisa pese a ser similarmente impenetrable. La posible muerte de Macario nos permite aproximarnos al panorama cronotópico de esta frontera. Su desaparición se da no sólo en el terreno topográfico del desierto; sino que también se pro- duce momento a momento. Su condición como desaparecido nos pre- senta su muerte suspendida como acto de desvanecimiento agravado por el espacio inaccesible del desierto y por la capacidad del mismo de borrar su rastro en poco tiempo. Cuando el desierto se vuelve fron- tera es tan inflexible como implacable.

Recuperación tecnocrática

Fue un golpe de suerte y una larga serie de intervenciones tecnocráti- cas lo que permitió a la familia Cabral recibir los restos de su hijo Je- 552 ______Muerte en la frontera sús Alberto de 22 años de edad, quien había estado desaparecido por casi un año. En mayo de 2005, Jesús intentó cruzar el desierto con un grupo de alrededor 15 migrantes y tampoco sobrevivió. A diferencia de Macario, el cuerpo de Jesús se volvería objeto de intervenciones múltiples por parte de agencias e instituciones del estado, dándole ex- traordinaria legibilidad y notoriedad a su muerte, ya que su caso fue seleccionado por oficiales del Consulado de México y periodistas en Tucson para ilustrar el proceso de identificación y repatriación de res- tos. Durante todo un verano, la reportera Mariana Álvarez Ávalos y el fotógrafo Dean Knuth siguieron la trayectoria de los restos con ac- ceso prácticamente irrestringido. Jesús también había cruzado esta frontera con anterioridad, pero al pasar los días sin que llegara a su destino o se comunicara a casa, su familia sospecho que algo había le pasado. Un hermano lo declaró como persona perdida al Consulado de México en San Bernadino, California donde se abrió inmediatamente un folio a su nombre den- tro de la base de datos SIRLI, pero no se hicieron búsquedas. El cuer- po de Jesús permanecería en una aislada región de la Reserva Natural Cabeza Prieta por casi un año hasta el día en que alguien se topó con los 44 huesos que formaban los restos del denominado John Doe 55.3 Con este hallazgo, el cuerpo de Jesús comenzaba ya el viaje de regre- so a casa, una travesía lenta, repleta de inspecciones médicas, foren- ses y técnicas, y un sinfín de trámites burocráticos. Autoridades forenses examinaron los restos concluyendo que pertenecían a un hombre joven, probablemente un migrante, que ha- bía fallecido por exposición a los elementos. En colaboración con el personal del consulado Mexicano en Tucson, se inspeccionaron los efectos personales encontrados junto a los restos. La credencial elec- toral de Jesús sería decisiva en el proceso, no porque se le pudiera identificar en base a la fotografía o huella digital del documento como en otros casos, sino porque proporcionaba una pista por donde co- menzar a indagar: un nombre —Jesús Alberto Cabral López. Ya que se había abierto un folio con el caso de Jesús en SIRLI, se pudo contactar fácilmente a sus familiares. Los factores circunstan- ciales sugerían que los restos de John Doe 55 muy probablemente eran los de Jesús, pero para cerrar el caso e iniciar la repatriación era nece-

3. La osamenta humana consiste de 206 huesos. Rastros en el desierto ______553 sario tener evidencia conclusiva, así que se sugirió que se hicieran pruebas de ADN, proceso que representa una odisea propia. De hecho, durante el período de mi investigación, el gobierno federal mexicano insistía que toda prueba se hiciera en Baylor University en Waco, Te- xas, y que toda muestra y resultado pasara por las oficinas centrales de la Secretaría de Relaciones Exteriores en la Ciudad de México. Así que cada caso, explica Álvarez (2007) en su artículo, «puede tomar hasta 360 horas y en ocasiones puede tomar a un año o mas.» Con la esperanza de expeditar la repatriación de los restos de Je- sús, su familia optó por análisis dental como opción sugerida por el experto forense. El único requerimiento era una fotografía de Jesús sonriendo. La familia llevó dos originales a la oficina local de la Se- cretaría, donde les aseguraron que las fotografías serían enviadas electrónicamente al consulado de Tucson ese mismo día. Lamenta- blemente, éstas siguieron la misma ruta que las muestras de sangre hubieran seguido tomando casi dos meses para llegar a su destino. Al fin de cuentas y después de una larga espera, se corroboró que los 44 huesos de John Doe 55 efectivamente pertenecían a Jesús Alberto Ca- bral García. La repatriación del cuerpo comenzaría—con fotógrafo y periodista siguiendo cada paso. El caso de John Doe 55 se sumaría a los fallecimientos de mi- grantes de 2007. Durante ese año fiscal se registrarían un total de 237 muertes en el sur de Arizona, un alza de 29 % en comparación al 2006 (Teibel, 2007). Pese al desalentador aumento, la recuperación del cuerpo de Jesús se presenta como un caso de éxito para el estado mexicano y estadounidense. Las intervenciones requeridas para loca- lizar, recuperar, identificar y repatriar los restos de migrantes coloca a los agentes de estado una posición de autoridad que si bien da legi- bilidad y finalidad a la muerte de migrantes desaparecidos, impone múltiples formas de escrutinio tanto sobre el cuerpo del migrante fa- llecido como sus familias. Aun en la muerte, el estado marca estos cuerpos afectados tanto por su cruce hacia el norte, como por su re- patriación hacia el sur. Con cada una des estas intervenciones, el estado imprime su firma sobre este panorama y en las personas sometidas al mismo. La antropóloga Veena Das ha sugerido que una de las metas de «las tec- nologías de escritura del estado» es delimitar lo que se puede decir le- galmente pero también generar la posibilidad de «falsificación» (for- 554 ______Muerte en la frontera gery) (2006, p. 163). El acceso abierto que se le dio a Knuth y Álva- rez como elementos de los medios de comunicación representa un momento en el cual las agencias del estado —desde los consulados de México hasta la Secretaría Forense— emplean tecnologías de escri- tura que intentan delinear las maneras en que estas muertes pueden ser entendidas, imaginadas e incluso empleadas en el campo sociopo- lítico y en torno al desierto/frontera. A través del esfuerzo para con- trolar las condiciones en las que estos cuerpos aparecen y desapare- cen—ya sea del desierto o de las primeras planas—se articula la capacidad de esta frontera para transformarlos en objetos de su domi- nio y exigir docilidad de sobrevivientes y familiares. Pero para eje- cutar tal dominio es necesario controlar los cuerpos de estos migrates y la forma en que reaparecen. Y es aquí, en el proceso de búsqueda y recuperación de cuerpos, que se abre un espacio para la intervención cívica y de contestación.

Búsqueda como denunciación

Toma un esfuerzo mayor recuperar un cuerpo que ha sido reclamado por el desierto. Esto fue particularmente evidente para los que fuimos testigos de la odisea que pasó Cesario Domínguez durante la búsque- da de los restos de su hija, Lucrecia Domínguez Luna, una mujer de 35 años de edad del estado de Zacatecas. A finales de junio de 2005, Lucresia y sus dos hijos con edades de 7 y 15 años entonces, comen- zaron el viaje que creyeron los llevaría a la reunificación con su es- poso y padre en Texas. Lamentablemente, después del segundo día caminando en el desierto, Lucresia comenzó a sentirse mal. Al no po- der seguir con el grupo, el guía le dijo al hijo de 15 años que se que- dara con su madre, que hiciera una fogata y que ya que ellos estuvie- ran lejos trataría de conseguir ayuda, y se fue dejando al adolescente con su madre en el desierto. Lucresia moriría unas horas después. El muchacho comenzó a caminar sin dirección precisa hasta que fue de- tenido por la Patrulla Fronteriza. Mantuvo la muerte de su madre en secreto hasta su regreso a Zacatecas. Mientras tanto, el guía llamó a Cesario para darle la mala noticia sobre su hija. Ya para entonces lo único que Cesario podía hacer era re- Rastros en el desierto ______555 cuperar el cuerpo de Lucresia. Con la ventaja de mantener papeles de residencia desde cuando vivía en Estados Unidos en los 1980s, Cesa- rio amasó rápidamente recursos y le prometió a su esposa no regresar con las manos vacías. Al llegar a Arizona, lanzó una campaña de bús- queda de más de tres semanas, involucrando a varias agencias de am- bos gobiernos. Cesario reclutó a cientos de voluntarios y docenas de reporteros e invirtió un innumerable número de horas en el desierto. Sin embargo, su búsqueda no se limitó solo al desierto. Varias veces por semana, Cesario comenzaba el día llamando a «Piolín por la Mañana», el programa radial de habla hispana más popular en Nor- te América. Cesario pedía a los radioescuchas información que le lle- vara al paradero de su hija. Entre las muchas llamadas de apoyo, llegaron cuatro con información sobre la ubicación y condición de los restos: «Está bajo un palo verde, cerca de un arroyo, desde donde se puede ver las torres blancas [del observatorio]». «Está cubierta con una sábana de cuadritos.» «Alguien colgó una bandera americana muy cerquita.» En la tercer semana de búsqueda y después de haber encontrado otros cuatro cuerpos, Cesario llegó al lugar donde Lucresia había fa- llecido. Su cuerpo no estaba completo, pero pudo reconocer los tres anillos de oro que seguían aún en su mano. Ese día un periodista del diario Los Angeles Times había salido con Cesario. Un reportaje de partes múltiples aparecería en los días siguientes (Marosi, 2005). Tomarían dos semanas más para que el cuerpo fuera repatriado, pero Cesario aun no descansó. Llamó una vez mas a la radio para agradecer el apoyo de los radioescuchas. Dio entrevistas, sostuvo conferencias de prensa, y atendió vigilias y conmemoraciones orga- nizadas por los muchos voluntarios en honor a su hija. Hizo incluso una aparición en el programa internacional de variedad Sábado Gi- gante compartiendo su historia con todo el mundo hispano. Tan pron- to terminaron los nueve días de luto tradicional, Cesario estuvo de vuelta en Estados Unidos, esta vez para rendir testimonio frente al congreso. A través de cada una de sus intervenciones, la pérdida de Cesario, marcada por el intento fatal de cruce de su hija abría el es- pacio del desierto/frontera a escrutinio público. Al negar cederle el cuerpo de su hija al desierto, Cesario transformó el silencioso aisla- miento de su muerte en un resonante acto de denunciación colectiva. Con cada excursión, fotografía, entrevista y llamada telefónica, 556 ______Muerte en la frontera

Cesario forjaba un terreno público donde delatar las condiciones de la frontera/desierto que hacen que estas muertes puedan ser negadas, obviadas, e incluso vistas como insignificantes. Su sufrimiento fue una lucha contra el desvanecimiento social de las vidas y los cuerpos consumidos por el desierto. Finalmente, para él, esto se trataba de ha- cer que la muerte de su hija contara como tal, y lo cual no fue una ta- rea fácil.

Conclusión

Entre las historias múltiples y fragmentarias que esconde el desierto y que la búsqueda de cuerpos hace posible, la materialidad de los restos humanos y el espectro de los desaparecidos son elementos centrales en el marco operativo de esta frontera. Con cada paso que se da en el de- sierto, ya sea para cruzarlo o buscar a quienes no salieron de él, se enuncia una compleja geografía sociopolítica con efectos mayores que el simple señalamiento de límites territoriales. Ya que las historias de cruces clandestinas fatales evocan una mezcla de fracaso y resistencia, vindicación y negligencia, tanto desaparición como resignación y ali- vio, los intereses en controlar el contexto y las condiciones de estas muertes son altos. En este sentido, la invitación por grupos civiles a salir al desierto a buscar cuerpos y respuestas es también una invita- ción para abrir el desierto/frontera al escrutinio público, y a la acción ciudadana para pronunciarse por medio de prácticas espaciales contra las políticas fronteriza que rigen sobre las leyes de la vida y muerte. Esto es de particular significancia puesto que el controlar la lo- gística de la percepción y la representación es un punto que se en- cuentra al centro de las batallas locales acerca de quien tiene el de- recho de intervenir en esta frontera, ya sea para dar ayuda médica o humanitaria, para participar en la búsqueda y recuperación de cuer- pos, o para delatar la manera en la cual las políticas fronterizas aten- tan contra la vida. Al fin de cuentas, si como sugiere el crítico Paulo Virilio (1989), el campo de batalla es, antes que todo, un campo de percepción, entonces el controlar las condiciones en que desaparecen migrantes y aparecen sus cuerpos es el terreno en el cual se pelea la guerra de las fronteras sobre autoridad y derecho, vida y abandono. PARTE X

LOS ESPACIOS DE CIERRE

30. El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras y de gestión de la inmigración no deseada. Estudio etnográfico de un centro de internamiento de extranjeros en Francia

Kàtia Lurbe i Puerto y Frank Enjolras

Introducción al escenario del confinamiento

La globalización de Europa se produce llevando, de manera concominante, el cierre progresivo de las fronteras exteriores de una Unión Europea (UE) que se quiere menos accesible y permeable a los flujos migratorios procedentes de las Periferias extracomunitarias con rentas bajas. En este contexto, el control de los flujos de inmi- gración comienza a expresarse con el desarrollo de nuevos dispositi- vos de filtraje y confinamiento de los extranjeros considerados como indeseables.1 Desde la década de los sesenta, van instaurándose, en diversos puntos de la geografía europea, los primeros establecimien- tos especialmente habilitados para el internamiento preventivo de los extranjeros considerados «peligrosos» y sobre los que pesan una or- den judicial de repatriación. Una década más tarde, las prácticas po- liciales de internamiento han acabado institucionalizándose en tanto que medida legal de naturaleza cautelar para la repatriación o el ale- jamiento de los extranjeros que han sido detenidos en razón de su

1. En el último cuarto del siglo XX se han ido instaurando una variedad de lugares de internamiento de distintas características: unos cerrados cuyo funcionamiento se asi- mila al de un centro penitenciario, otros de régimen abierto pero no menos apremian- te e ineludibles; unos de construcción permanente, otros improvisados rápidamente por el advenimiento inesperado de una afluencia de migrantes a expulsar o con carác- ter efímero a fin de evitar ser foco mediático demasiado incómodo o producir reac- ciones de protesta por parte de la sociedad civil. En este sentido, se establecen zonas de aislamiento en los puntos fronterizos (aeropuertos, puertos, aduanas), centros de internamiento de extranjeros (CIEs), centros de estancia (forzada) temporal de solici- tantes de asilo político e inmigrantes, etc. 560 ______Los espacios de cierre condición de irregularidad administrativa. Ante la imposibilidad de un cierre hermético de las fronteras y la inviabilidad de encerrar a los me- tecos que las hayan traspasado sin la autorización pertinente, los go- biernos instituyen un haz de lugares fronterizos en el interior del Es- tado-Nación. Estas nuevas fronteras internas detienen una fuerte eficacia simbólica al reforzar la representación social de los migran- tes como un peligro, y preconizar la movilización de los poderes pú- blicos contra esta amenaza (Valluy, 2005).

Lugares para segregar los indeseables y desincentivar los nuevos por venir

A medida que el confinamiento se instaura como un dispositivo más de la lucha gubernamental contra la inmigración no autorizada se eri- gen gradualmente los más de doscientos Centros de Internamientos de Extranjeros (en adelante, CIEs) con los que cuenta hoy día la UE-27. Se trata de establecimientos públicos de privación del derecho de li- bertad de circulación, con carácter no penitenciario, destinados a la detención, custodia y puesta a disposición judicial de los extranjeros sujetos a una orden de expulsión,durante la tramitación del expedien- te y la ejecución de la orden de alejamiento. El nacimiento de estos lugares cerrados en los que se recluye al inmigrante expulsable, con el mero objetivo de inmovilizarlo temporalmente y de intimidarlos y disciplinarlos de forma a condicionarlos para su retorno forzado a la sociedad de origen, deriva de la emergencia de un orden social, eco- nómico, político y simbólico más global: el denominado «neolibera- lismo de la seguridad pública» (Bietlot, 2005). Los CIEs recluyen al inmigrante expulsable con el objetivo de inmovilizarlo temporalmente a fin de condicionarlo para su retorno forzado al país que le reconoce como nacional suya. Estos lugares son el producto de un orden social, económico, político y simbólico más global, el denominado neolibe- ralismo de la seguridad pública (Bietlot, 2005):

Ya no se trata de disciplinar a una masa de trabajadores inmigrantes sino de gestionar los efectos indeseables de la globalización de los in- tercambios y de utilizar la precariedad de la inmigración clandestina El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______561

para experimentar o consolidar los aparatos represivos, la desregula- ción de la relación salarial y la flexibilización funcional o numérica del trabajo […] los mecanismos de la seguridad pública son con respecto a la globalización y a la producción post-fordista, lo que las disciplinas eran para la integración nacional y la producción fordista (Bietlot, 2005).

Los CIEs construyen un escenario de suspensión de la libertad de mo- vimiento de los extranjeros sin autorización de residencia en vigencia, durante el periodo de espera para la ejecución de la orden de expul- sión. Unicas alternativas plausibles a la expulsion, el confinamiento en un CIE se rompe con el traspaso del plazo máximo permitido de internamiento o por dictamen del juez competente al hallarse una prueba que revoque el auto de internamiento. Acorde con el marco ju- rídico, el internamiento no ha de suponer la derrogación del resto de derechos sociales y jurídicos. En este sentido, un conjunto de profe- sionales, con distintas áreas de competencia (agentes de las fuerzas del orden, personal de limpieza, trabajadores sociales, profesionales de la salud) hacen funcionar la cotidianeidad de estos centros, participan- do directa o indirectamente en la ejecución de las políticas de control de los flujos de inmigración. Especificidad francesa, en cada CIE estan presentes un repre- sentante de la Oficina Francesa de la Inmigración e Integración (OFII), que en el momento de nuestro trabajo de campo eran conoci- dos como “personal de la ANAEM”2 y otro de la entidad asociativa firmante del convenio con el CIE en el que desempeña su actividad.3

2. Creada en el año 2005 por la ley de programación para la Cohesión social del 18 de enero de 2005, y sustituida por la OFII a finales del año 2008, l’ANAEM, Agencia Nacional para la Acogida de los Extranjeros y las Migraciones, ha sido la entidad de la Administración Pública Estatal encargada de la aplicación de la política del Ministerio de la Inmigración, la Integración, la Identidad Nacional y el Co-desarrollo. La ANAEM nació de la fusión de dos estructuras de regulación de la inmigración: la Oficina de las Migraciones Internacionales (OMI, creada en 1945 para gestionar y regular la llegada de los inmigrantes) y el Servicio Social de Ayuda a los Emigrantes (SSAE, asociación creada en 1926 para proporcionar a los migrantes, des- de su llegada al territorio nacional, una asistencia social específica). 3. Desde 1985 al 2 de junio del 2009, el gobierno francés asignó a la CIMADE (Co- mité Inter-Mouvements Auprès Des Evacués) la misión de acompañar los extranjeros en el proceso administrativo de la orden de expulsión, en los lugares internamiento. Únicos representantes de la sociedad civil autorizados a intervenir de manera cotidia- na en los locales y centros de internamiento, la CIMADE también realiza una activi- 562 ______Los espacios de cierre

Por lo que concierne a la atribución del derecho a la salud, si bien la reforma de la Ordonnance 2 Novembre 1945 contemplaba ya el dere- cho a acceder a una asistencia sanitaria a las personas extracomunita- rias en situación de irregularidad administrativa durante el periodo de su reclusión en un CIE (Art. 35 bis), el año 1999 marca en Francia el inicio de la obligatoriedad legal de la instauración de un dispositivo sanitario interno. Estipulado por la Circulaire n¡ 99-677 del 9 de di- ciembre de 1999, la creación de Unidades Médicas en los CIEs ha originado una variedad de configuraciones de la organización de la atención médica, principalmente debido a la vaguedad con la que el rol del personal médico queda definido en los textos legales que re- gulan la asistencia sanitaria en los CIEs. Puesto el enfoque en estas Unidades Médicas —que ofrecen una atención primaria in situ y orientan el acceso a las atenciones secun- daria y hospitalaria—, nos interrogamos sobre el rol que juegan la sa- lud y los profesionales de la salud respecto a las políticas de control de fronteras. Cometido principal de este capítulo, ponemos nuestro empe- ño analítico en el esclarecimiento del reto —que como nuestro estudio empírico constata, es ambivalente, cuanto menos paradójico— que supone ejercer la profesión médica en un CIE. Como desarrollare- mos, en estos escenarios regidos por un estricto régimen de seguridad y vigilancia, el cuidado médico a los inmigrantes solicita la articula- ción de protocolos de estandarización de la práctica médica, con es- trategias puntuales de excepción y una gestión cotidiana de riesgos de múltiple naturaleza.

Algunos datos contextuales sobre el estudio empírico

Al priorizar la realización de un análisis en profundidad de la problemática, nos decantamos por adoptar una estrategia de investi- gación etnográfica. En este sentido, se tomó la decisión de circuns- dad de testimonio de la realidad que su personal observa en tales locales y centros (véanse sus informes anuales en ). Un cambio en la regula- ción interna de los CIE a finales del 2008 abrió al resto de las asociaciones francesas, el mercado de la intervención asociativa en los CIE e instauro la obligatoriedad del se- creto profesional. El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______563 cribir nuestra mirada a la unidad médica de un CIE localizado en un municipio de unos 30.000 habitantes, cercano a París (Francia). Ob- tuvimos una autorización verbal del director del CIE y de su equipo médico, para nuestro estudio etnográfico, que consistió en la presen- cia de Kàtia Lurbe i Puerto en la unidad médica a razón de una visita quincenal, de abril de 2007 a junio de 2008. De construcción reciente, el CIE que constituye nuestro escena- rio de observación tiene capacidad para albergar un máximo de 30 personas. Discretamente localizado en las dependencias de una comi- saría,situada en un barrio residencial, el CIE en cuestión corresponde a la nueva generación de dispositivos de internamiento, construidos de manera a quedar invisibilizados inmersos en el paisaje urbano. Salvo por mediación de uno de los buscadores por Internet para dar con la lista de emplazamiento de los CIEs en Francia, ningún otro dato exterior anuncia su existencia. El internamiento de personas cuya presencia no ha sido autorizada, o dejó de serlo, genera una gran controversia en un amplio sector de la población francesa. Disimular la presencia física de los CIEs bien puede entenderse como una estra- tegia de gobernamentalidad a fin de contener las posibles voces de indignación y de rechazo de la sociedad civil, cuyos hogares colindan con un edificio en el que se recluyen «sin papeles»; en el que se rea- lizan encierros no tutelados por la institución penitenciaria, sino al servicio del control interno de la frontera Schengen. Adscrito a un hospital público, los profesionales de la unidad médica alternan de manera rotativa, su actividad profesional entre el CIE y dos establecimientos penitenciarios, uno de mujeres y otro de hombres.4 La doble pertenencia de estos profesionales a dos tipos de instituciones cerradas (por un lado, un centro penitenciario; por el otro, un CIE) adquiere relevancia por cuanto los textos jurídicos de reglamentación de los CIEs en cada Estado miembro de la UE-27 en-

4. La vinculación de la unidad médica a un centro hospitalario queda estipulado en la Circulaire n¼99-677 (9 de diciembre de 1999). En el CIE observado, el equipo mé- dico se compone de 3 médicos y 12 enfermeras. Se ofrecen dos consultas médicas se- manales, de 4 horas de duración y una permanencia de enfermería diaria, de 8:30 a 17:00 h. En ausencia del médico en el CIE, el personal de enfermería tiene la posibi- lidad de contacatar vía telefónica con uno de los médicos, la jefa de enfermería o el servicio de aprovisionamiento farmacéutico del centro hospitalario con el que el CIE tiene firmado un convenio. 564 ______Los espacios de cierre fatizan la concepción no penitenciaria del confinamiento de los inmi- grantes expulsables. De ahí el vínculo que emerge de facto entre am- bas estructuras: se trata de lugares de segregación y de restricción de las libertades individuales, con régimen de seguridad nacional.

La legitimidad del lugar de confinamiento en constante cuestionamiento

Al referirse al CIE en el que ejercen, el personal de la unidad mé- dica alude de manera reiterada al carácter «excepcional» del lugar. En un primer nivel referencial, los profesionales califican el CIE como un lugar en el que se da «una atención sanitaria excepcional» en cuanto que ofrecen un «servicio médico de lujo». Comparado con la accesi- bilidad a los servicios de atención primaria dispensados para la po- blación general en Francia, la mencionada idoneidad de los servicios de atención primaria dispensados en el CIE responde al número má- ximo de 32 personas que el CIE alberga, capacidad que nunca cons- tatamos que se sobrepasase. A esta excepcionalidad se añade otra, esta vez referenciada en contraste con los dos centros penitenciarios don- de ejercen en paralelo: al haber sido consultado para el diseño y la organización de los tres espacios que componen la unidad médica (consulta médica, consulta de enfermería y, dispensario farmacéuti- co que incluye una cocina de uso interno) y la elección del equipa- miento, el equipo médico se siente parte integrante de la estructura, siendo su voz tenida en cuenta en la organización de la vida cotidiana del centro. Respecto a esta última observación, estos profesionales desta- can positivamente la comunicación fluida que mantienen con el resto de los actores institucionales del CIE. Sin embargo, al entrar en una relación de colaboración con los demás lo hacen con cautela, pues co- laborar implica necesariamente compartir información. En su caso, comunicar con éstos se traduce por poner en suspensión la norma del secreto médico. La trasgresión de la confidencialidad de las informa- ciones emitidas en la relación médico-usuario se lleva a cabo a modo de un acto de excepción realizado a fin de mantener la convivencia en el CIE. Así, más que tratarse de un desvío de la norma, la excepción El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______565 es una estrategia de mantenimiento del orden, que el estricto respeto de la norma en un momento dado no consigue cumplir (Troper, 2007). No obstante las condiciones materiales óptimas que se dan en el CIE para proveer un servicio médico de calidad y la fluidez de las re- laciones con el resto de actores institucionales, la práctica médica no deja de ejercerse impregnada de un sentimiento de ilegitimidad. Ese reconcomio que habita el discurso de los profesionales de la unidad médica es inherente al juicio moral que emiten sobre la existencia de CIEs. La bondad de su trabajo entra irrevocablemente en crisis al cuestionarse la justicia del proceso de expulsión de los inmigrantes en irregularidad administrativa en el que se ven partícipes en alguna me- dida. La ambivalencia sentida con respecto a la excepcionalidad que implica ejercer fuera de sus lugares convencionales, encuentra otra razón de ser en la valoración de una dedicación de recursos económi- cos y humanos excesiva en relación con la eficacia de la práctica mé- dica: atienden personas que al poco tiempo desaparecen de las filas activas de sus listas de usuarios. El ars medicus se desvirtúa en el de- sajuste entre el periodo del confinamiento y los tiempos necesarios para la realización del diagnóstico (especialmente, el tiempo de espe- ra para la obtención de los resultados de las pruebas clínicas y radio- grafías) y la duración del tratamiento. Durante nuestra presencia en el CIE, con frecuencia llegaban informes clínicos de extranjeros ya li- berados o expulsados del territorio francés. De ahí que se afirme:

Hacemos ficción. Dejamos de practicar la medicina al llegar aquí. En todo caso, se trata de una medicina de urgencia. (Personal de enferme- ría)

De lo enunciado anteriormente, no debiera desprenderse que desde la unidad médica se aboga por extender el tiempo del interna- miento que, con respecto a la Ordonnance de 1945, ha sido alargada de 12 a 32 días en 2003 por la denominada Ley Sarcozy y, hoy día la Directiva europea sobre el confinamiento y la expulsión de las per- sonas extranjeras no admitidas en el territorio autoriza a los Estados miembros de la UE de extenderla hasta 18 meses. Al contrario, la ex- tensión del tiempo de confinamiento inquieta. Como principal difi- cultad considerada al respecto, se mencionan los efectos nocivos en 566 ______Los espacios de cierre el bienestar mental de las personas que genera la puesta en espera res- pecto a la ejecución o no de la orden de expulsión, bajo un régimen de internamiento.5 Con frecuencia estos profesionales compartían con nosotros la impresión de actuar como títeres del gobierno, sirviendo de coartada a la política de control de fronteras:

El trabajo aquí es muy pesado emocionalmente hablando. Los dos me- ses que paso aquí me siento infeliz, sufro. Siento que el Estado instru- mentaliza nuestro trabajo en beneficio de su política conservadora y re- presiva. […] No puedo evitar acordarme de los años 40’s… los bellos textos, todo eso… y luego, nada de nada; no se ha cumplido con lo di- cho.

Es duro. La mayoría, podríamos decir todos, tenemos la sensación de estar aquí como garantizar de que los sin papeles que Francia expulsa se encuentran en un buen estado de salud y que sus problemas de salud han sido debidamente atendidos.

Este mismo sentir ocupó parte de las reflexiones espontáneas mani- festadas en los debates de los Encuentros Nacionales de 2005 y 2008 de la Federación francesa de las Unidades Médicas de los CIEs. A modo de ilustración, mencionaremos el malestar que los médicos sienten ante la instrumentalización que el gobierno hace de ellos en el proceso de repatriación, señalando por una parte, la prescripción de ansiolíticos como práctica susceptible de pervertir el acto médico en tanto que asimilable a una medicalización de la expulsión. Y, por otra, alegando los riesgos de auto-mutilación a los que lleva la desespera- ción del inmigrante expulsable, cuyo único recurso para hacer saltar la orden de expulsión, en acorde con el marco legislativo vigente, es apelar la decisión del juez haciendo valer el motivo de «la enferme- dad grave» —aquí definida como incurable en el país de origen o in- validante para el desplazamiento— y la necesidad de cuidados médi-

5. Cabe añadir, a pesar de que el marco legal que regula la condiciones de interna- miento de los inmigrantes expulsables hace mención de las dificultades psicológicas que genera el encierre en un CIE, en la descripción del tipo de personal que por ley ha de constituir una unidad médica en un CIE no incluye los profesionales de la salud mental. El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______567 cos que no son accesibles en su país de origen.6 El personal médico del CIE tiene, en Francia, un micro-poder de levantamiento de una orden de expulsión.7 El Código de Deontología Médica exige: «El mé- dico debe, sin ceder a una demanda abusiva, facilitar la obtención por parte del paciente, de las ventajas sociales a las que su estado le da derecho» (Art. 50). En las situaciones en que los médicos del CIE han juzgado opor- tuno redactar un certificado médico, la urgencia le toma el paso a la parsimonia que tiñe la vida cotidiana de la unidad médica —que bien pudiera calificarse también de galbana—. Elaborado in situ, de inme- diato, a veces en las escasas horas previas a la visita al Juez del Tribu- nal Administrativo, autoridad competente para decidir sobre la pro- longación o el levantamiento del internamiento, o la expulsión. No siempre realizado tras la demanda explícita del usuario, acorde con lo observado en la unidad médica, los médicos tal como si de un impe- rativo moral categórico se tratase (Kant, [1785] 1996) consideran su elaboración al darse esta serie de circunstancias: con la comprobación

6. Murielle Rondeau-Lutz, Patrick Spies y Anne-Sophie Korganow, «De la difficul- té de soigner dans un centre de rétention administrative», communication, 2ème assises des FUMCRAs, Nice, 1 et 2 décembre 2005, CD-Rom. 7. Tres textos legislativos regulan el procedimiento administrativo que protege los extranjeros enfermos de una expulsión del territorio nacional: l’Arrêté de 8/7/1999 so- bre las condiciones de elaboración del dictamen médico para los extranjeros enfermos y las dos Circulaires de 7/12/1999 y de 5/5/2000. De forma sucinta, se estipula el de- recho a una persona extranjera con una orden de expulsión de invocar su estado de sa- lud para evitar o suspender la aplicación de la orden de expulsión o, de forma subsi- diaria, evocar la imposibilidad por razones médicas de utilizar el medio de transporte previsto para su expulsión (normalmente, el avión). Tal invocación ha de acompañar- se necesariamente de un examen médico que aporte la prueba pericial de lo declarado por el retenido. Privado de libertad, el personal médico de un hospital público que por requerimiento legal está autorizado para la elaboración de un informe médico de tal naturaleza, viene a ser, salvo en contadas ocasiones, los médicos del CIE. Cinco ele- mentos requieren ser evaluados en el certificado médico, las cuatro primeras de orden médico: 1. el diagnóstico de la(s) patología(s) actual(es), 2. el tratamiento seguido, 3. la duración previsible de tal tratamiento, 4. las perspectivas de evolución y 5. la po- sibilidad de tratamiento en el país de envío. Una vez realizado el informe médico, se remite al Inspector Médico de Salud Pública de la DDASS por fax, de inmediato y más tarde, en forma de carta confidencial. Es, por tanto, sobre el dictamen de este Inspec- tor Médico que se asienta la decisión concluyente sobre la expulsión o la permanen- cia de la persona interesada. No obstante, el poder de los médicos del CIE es cardinal, al ser el último recurso de revocación de la orden de expulsión o a lo sumo retrasarla. Sin embargo, el certificado médico realizado por éstos, aún reconocido por la DDASS como válido en tanto que suspende la orden de expulsión, no otorga automáticamen- te la autorización de residencia por razones médicas en el territorio francés. 568 ______Los espacios de cierre mediante prueba clínica de los casos con VIH positivo, hepatitis B; tras la entrega de una prueba que demuestre haber seguido el tratamiendo de la enfermedad crónica grave que se padece (en concreto, según lo observado, casos con patología coronaria, cáncer pulmonar, diabetes insulina-dependiente, trastorno ansioso-depresivo agudo, síndrome es- trés post-traumático), normalmente acompañados de una copia de los certificados que sus médicos especialistas han realizado para solicitar la autorización de residencia temporal por razones médicas; en casos de embarazos producidos por fecundación in vitro; en situaciones de toxicomanía con tratamiento de metadona superior a los 30 mg. Y, por último, al constatar vía radiografía, la fractura de una pieza de la es- tructura ósea, condición que impide un traslado en avión. A estos casos se añade también el del descubrimiento de una en- fermedad que requiera permanecer en Francia al menos el tiempo de completar el chequeo médico o la duración del tratamiento. En esta última situación, la unidad médica del CIE se encarga de concertar las visitas médicas necesarias con las especialidades hospitalarias co- rrespondientes, incluso obviando la constricción temporal de la orden de expulsión, esto es, si va más allá del tiempo de su ejecución o de la duración máxima del internamiento. En esta situación, el certificado médico hace mención del período de tiempo de permanencia en el te- rritorio francés considerado necesario (incluyendo el periodo de con- valecencia). En la redacción del certificado se aportan tantos datos objetivos disponibles para, al mismo tiempo, persuadir a las autori- dades competentes de la justicia de la demanda y justificar el propio acto de realización del certificado médico. Evidencia al ojo del etnó- grafo, la urgencia, diligencia y dinamismo con que el personal de la unidad atiende las situaciones en que la razón médica puede jugar a favor de la revocación de una orden de expulsión, reflejan su posición de autoridad moral. Dependiendo de una prueba médica obtenida a tiempo o de la consecución casi inmediata del historial clínico del centro médico u hospitalario frecuentado por la persona a la que se trata de salvar de la expatriación, se despliegan todos los recursos posibles para el caso en concreto, incluso valiéndose de una decisión ad hoc de extender la jornada laboral con el fin de dar más oportuni- dades de éxito a la lucha contra el tiempo que supone la empresa de conseguir la Prueba. De ahí la relevancia de la escena a la que parti- cipamos de una de las enfermeras del CIE que negocia por teléfono, El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______569 con su marido, para que se encargue él de buscar al niño a la guarda- ría ya que:

necesito conseguir hacer llegar el certificado médico para una persona cuya expulsión está programada a primera hora de mañana […]. Es que no puede irse en avión sin conocer los resultados de traumatología y no he logrado todavía contactar con la secretaría de la DDASS.

En concomitancia, se dedicará igual esmero para evitar caer en la arbi- trariedad. Estrategia para resguardarse del riesgo de descrédito que la redacción de certificados sin límites conllevaría ante la autoridad del Inspector Médico de la DDASS, los profesionales de la unidad médi- ca han establecido de manera más o menos consensuada, criterios ob- jetivados para discernir los casos considerados «legítimos».

Tratamos de ser rigurosos con la elaboración de certificados médicos para mantener la relación de confianza que tenemos con el médico de la DDASS. (Médico)

Ilustremos lo reseñado evocando la situación de un joven togolés que presentaba un tartamudeo socialmente invalidante. Tras una intensa deliberación, los médicos del CIE descartaron hacer un certificado médico alegando dos razones, la primera de orden médico, «aunque reciba un tratamiento, las técnicas médicas actuales no permiten la eliminación absoluta de su tartamudeo» y, la segunda, valoración de la red de apoyo social del joven, «Togo es un país donde tiene fami- lia, lazos con los que apoyarse». En grandes líneas, los profesionales se acogen a una combinación de criterios en los que destaca el tán- dem operado por el criterio estrictamente médico, tal como la medi- cina alopática concibe la noción de «enfermedad grave y que requiere tratamiento continuado», y el criterio de oportunidad jurídico-legal, en concreto, los casos considerados «con mayor probabilidad de éxi- to ante la ley, los que serán aceptados de manera automática por el Inspector Médico de la DASS correspondiente» (en palabras de uno de los médicos). Respecto a este último punto, el personal médico suele seguir la guía elaborada por el COMEDE,8 la cual denominan

8. Las siglas COMEDE corresponden en castellano a COmité MEdico Dirigido a Exiliados. Creado en el año 1979 por la CIMADE, Amnesty International y el Grou- 570 ______Los espacios de cierre

«su Biblia». En ella no sólo viene señalado, por cada enfermedad, el porcentaje de éxito que obtuvieron los certificados sobre la patologia en cuestión en los años precedentes, sino también una serie de conse- jos a la hora de elaborar su contenido (justificación del objeto de la demanda). Compañera común —aunque no siempre presente— de los que detentan posiciones dominantes en las interacciones asimétricas de poder, la compasión emerge en muchas ocasiones como una razón para hacer un certificado hors norme, esto es fuera de la norma; suer- te de desafío para humanizar los procedimientos normativizados de control de la inmigración. Estos actos de excepción, siempre esporá- dicos a fin de hacer pasar una norma arbitraria, permite un punto de fuga hacia la benevolencia —más próxima al ethos del ars medicus—, en un escenario que constriñe imperiosamente a la represión. Según la percepción del personal médico, en el año 2008 ha in- crementado la demanda de certificado médico por parte de las perso- nas en situación de confinamiento. Las explicaciones que estos pro- fesionales encuentran a tal aumento comprenden desde la sensación de que se está corriendo la voz entre las personas extranjeras en irre- gularidad administrativa de la posibilidad de obtener una autorización de residencia temporal por razones médicas tras conseguir un certifi- cado médico, a la evidencia fáctica de que actualmente se encuentran con mayor frecuencia con personas que ya cuentan con una o más ex- periencias de reclusión en un centro de internamiento, pasando final- mente, por la valoración de que la política de inmigración ha estre- chado las vías que posibilitan permanecer en el territorio francés y regularizar la situación de l@s inmigrantes en la clandestinidad. Este incremento de la demanda trae a colación una tensión añadida para estos profesionales: el protegerse contra la instrumentalización de la que se sienten objeto por parte de las personas internadas que en la desesperación demandan un certificado médico. En este sentido, con

pe accueil solidarité pour promouvoir la santé des exilés en France, el COMEDE ha acogido, desde sus inicios hasta la actualidad, unos 90 000 usarios extrangeros, de 130 nacinalidades distintas; refugiados, solicitantes de asilo, menores no acompañados e inmigrantes en situación de precariedad administrativa. Asimismo provee servicios especializados en prevención y asistencia sanitaria, chequeos médicos, programas de acceso a los servicios de salud, servicios periciales médico-jurídicos y talleres de for- mación ocupacional. Véase< http://www.comede.org>. El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______571 recurrencia asistimos a situaciones en las que el personal médico emi- te a la persona que atiende, la siguiente declaración: «El certificado médico no es algo que se realiza de manera arbitraria, su historial mé- dico está muy bien constituido. Nos alegramos de que le hayan dado los cuidados más adecuados a su enfermedad. Sin embargo, su condi- ción de enfermedad no le da derecho a un certificado». En ningún caso, la situación resulta anodina para el profesional médico del CIE, y suele ser vivido con gran incomodidad.

… Convertir en ordinario, un trabajo realizado en un lugar de excepción

La tesis de que la actividad profesional realizada en el CIE es resen- tida por los propios profesionales, como ilegítima encuentra su mayor evidencia en el esfuerzo invertido por parte del equipo médico para estandarizar su práctica médica, convertirla en habitual, acercarla a lo considerado como la práctica médica convencional. Como se ha de- sarrollado anteriormente, ejercer en un CIE suscita numerosos cues- tionamientos de orden moral, debido a las constricciones que emanan de atender los problemas de salud en un marco temporal y espacial poco dado a ir más allá de una asistencia primaria básica, localizada en una secuencia temporal que suele llegar a quedarse corta con res- pecto a la evolución del tratamiento propuesto y que vuelve la emisión de un consejo de promoción de la salud un mero dislate. Asimismo, cuán ambivalente es establecer una relación médica con un enfermo sobre el que pesa la obligatoriedad de un tiempo limitado de reclu- sión, angustiado por la espera que se resuelva su caso y agotado físi- ca y mentalmente de un encierro que ofrece escasas posibilidades de recreo. La sensación de encontrarse cautivos del juego impuesto por la política represiva “du chiffre”, como se denomina popularmente en Francia el establecimiento de cuotas anuales de expulsiones de los ex- tranjeros en irregularidad administrativa, es patente no sólo en las con- versaciones con nosotr@s, investigadores, sino sobre todo en las que mantienen cotidianamente entre los distintos actores del CIE. A fin de dotar de legitimidad su presencia en el escenario de ex- cepción donde ejerce, la unidad médica trata de lograr una cierta nor- 572 ______Los espacios de cierre mativización de sus acciones, siguiendo el mismo funcionamiento de las instituciones penitenciarias donde trabajan en paralelo y regulando su relación con: 1) las DDASS correspondientes a los Departamentos en los residen las personas que atienden, 2) el Hospital público de re- ferencia, estableciendo protocolos precisos de derivación para la rea- lización de pruebas médicas y para los ingresos hospitalarios, 3) las personas que acuden a la consulta médica y 4) el resto de los actores institucionales del CIE. La regulación de la distribución de los fármacos nos sirve de ejemplo para ilustrar el esfuerzo de la unidad médica por objetivar sus prácticas y sacar a relucir los mecanismos establecidos para evi- tar de caer tanto en la inconsistencia como en la inconstancia. Aquí entra en juego el ganarse un espacio legítimo en el CIE y la vía de consecución va a ser la creación de normas internas de funciona- miento. En regla general, la medicación se entrega directamente do- sificada según la cantidad necesaria para pasar los días consecutivos hasta la próxima visita médica. La excepción a esta norma se da en el tratamiento contra los estados de estrés, la ansiedad y el insomnio, en cuyo caso la medicación es proveída diariamente en consulta de en- fermería. En este caso, una excepción se convierte en regla: el perso- nal médico solicita la cooperacion de la policía del CIE para la distri- bución de medicamentos. Asi queda bajo la custodia de la policía un sobre con la medicación requerida por un día, para el enfermo que cumple con los siguientes tres casos: 1) retraso psíquico o mala salud mental, 2) inobservancia de la medicación («se les olvida o no saben cómo tomar la medicación») y 3) seguir un tratamiento de sustitución por adición a una sustancia tóxica. En cuanto a la relación con las personas internadas, la dinámica de la consulta sigue el patrón convencial a cualquier consulta en aten- ción primaria. Para obtener una visita médica, las personas internadas han de solicitarla a los agentes de la policía. Estos organizan los tur- nos de las visitas para la consulta matinal de la unidad médica. Lle- gado su turno, la persona interesada es escortada hasta la unidad mé- dica; al entrar el policia se queda fuera esperando la salida de ésta. Una vez en la consulta, el personal de enfermería invita a la usuaria a responder una serie de preguntas a fin de cumplimentar su historia clínica, que finalmente quedará archivada en carpetas recreando así la ilusión de normalidad de una asistencia clínica. La consigna es for- El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______573 mular las preguntas sobre los datos personales, declarando a la perso- na atendida que la razón de preguntarle estos datos es de orden es- trictamente médico y que bajo ningún concepto sus respuestas serán reveladas al resto del personal del CIE. Secreto cantado a voces que muchos de las personas internadas disfrazan parte de su identidad, el personal de enfermería no insiste en la veracidad de los datos per- sonales. En contraste, dicho personal, viéndose más legitimado para ello, realiza un detallado escrutinio sobre «los aspectos clínicos», re- cogiendo información sobre las enfermedades previas, especialmen- te las enfermedades crónicas; las prácticas adictivas y los tratamien- tos médicos anteriores, anotando los servicios médicos consultados y su dirección postal. De no presentar un certificado médico tras de- clarar haber padecido una enfermedad grave que requiera la conti- nuación de un tratamiento o en el caso de enfermedades crónicas, se inicia una búsqueda de pruebas escritas sobre el diagnóstico y el tra- tamiento prescrito, poniéndose en contacto, una vez terminada la con- sulta, con los servicios médicos préviamente consultados por la per- sona. No obstante, de forma paralela a la normativización de la aten- ción sanitaria dispensada en el escenario del CIE, acciones excepcio- nales a la práctica convencional de la medicina son desplegadas a modo de actos puntuales de favor que sin embargo, se repiten, como por ejemplo, la distribución de crema hidratante para el confort de las personas internadas que se quejan de sequedad cutánea. Incluso tam- bién presenciamos apoyos que se solicitan, traspasando los confines del CIE, como se ilustra en la escena en que un médico llama por te- léfono a la dentista del establecimiento penitenciario, fuera de todo protocolo establecido, pidiéndole a modo de favor personal, aseso- rarle sobre el caso de un usuario con una gran dolencia bucal que le origina fuerte dolores estomacales.

Subyacente a las prácticas de excepción, la vigilancia de los riesgos vinculados al internamiento

Una posición bien paradoxal es la que regenta en el CIE, la unidad médica. Por más que sus profesionales desplieguen esfuerzos consi- 574 ______Los espacios de cierre derables para normalizar su presencia, esto es, dotarse de los instru- mentos que vuelvan lo más ordinario posible el ejercicio de su profe- sión, no parece haber lugar para una neutralidad absoluta en este es- cenario reservado a la seguridad donde obra el trabajo de cuidado de la salud. Con la aplicación del principio de precaución y valiéndose de las estrategias de prevención correspondientes a los instrumentos bá- sicos de la gestión de los riesgos sanitarios, la unidad médica inter- viene, y de manera nada desdeñable, en el control de las personas in- ternadas, así como en la vigilancia general del espacio físico del CIE. Si por un lado, la noción de «riesgo» aparece en nuestro vocabulario al crecer la confianza en la factibilidad del ser humano para generar circunstancias que maximicen la disminución de las pérdidas hasta alcanzar la plenitud de su desarrollo; por otro lado, prevenir es, ante todo, vigilar con el fin de anticipar la emergencia de los eventos inde- seables (enfermedades, anomalías, comportamientos desviados, deli- tos) y potencialmente desestabilizadores del orden ambiente (Lurbe i Puerto, 2006). La identificación de factores de riesgo y la construc- ción de perfiles de riesgo —ambos productos de la aplicación del principio de precaución— resultan de gran atractivo para regular los escenarios de excepción. Una idea a resaltar al reflexionar sobre el tema, que se observa en la manera en que se organiza la vida cotidiana en el CIE, es la fa- bricación del riesgo, no sólo manifiesta mediante el recurso a la tec- nología para captar un daño, peligro o amenaza potencial, sino tam- bién a través del proceso de atribución de significado a un evento o comportamiento potencialmente perturbador. El conocimiento sobre el riesgo está mediado y depende de las ontologías que se le asocian, las cuales forman parte inherente de una perspectiva y se vinculan inevitablemente, al lugar concreto desde el que se le construye como tal. Diferentes grupos sociales otorgan importancia distinta a los ries- gos y, desarrollan actitudes y comportamientos que corresponden con estas formas de pensamiento (Douglas, 1992). Los riesgos se definen con la finalidad de controlar la incertidumbre de la conducta huma- na, al tiempo que contribuyen a reforzar las normas y facilitar la coordinación interna del grupo, lo cual permite mantener unos mo- delos de relaciones hegemónicos (Douglas, 1996). Los comporta- mientos, acontecimientos o aspectos que más pueden afectar la ma- El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______575 nera de entender y de vivir las relaciones sociales que comparten un grupo social concreto son el motivo de mayor preocupación y la diana de la ingeniería social. Los riesgos son en definitiva, construc- tos sociales que concuerdan con el grado de amenaza percibida para las relaciones sociales y las prácticas cotidianas —y no en función ni de la magnitud del daño, ni de unos supuestos universales (Wynne, 1992). Varios son los eventos indeseables a encarar en un CIE. La et- nografía realizada permite distinguir cuatro tipos. En primer lugar, destaca la eventualidad del contagio de una enfermedad infecciosa, resaltando la sarna y la tuberculosis como las más temibles debido a su mayor grado de plausibilidad, dadas las muy precarias condiciones de vida de algunas de las personas que configuran la población inter- nada del CIE. En el transcurso de las primeras conversaciones con el personal del CIE se nos relató el caso de una persona que fue puesta en libertad en el momento de su transferencia hacia el aeropuerto, tras declarar a la escolta policial, que sufría de sarna y que no había se- guido su tratamiento. En segundo lugar, adviene el riesgo de una crisis de agresividad por las dificultades de sobrellevar la situación de confinamiento y la angustia contenida durante la espera incierta respecto a la ejecución de la orden de expulsión. Nos referimos aquí a situaciones de daño provocado al entorno o a otra persona, auto-mutilación o suicidio. Al respecto, una tentativa de suicidio sacudió el CIE durante nuestro pe- riodo de observación etnográfica. Unos días posteriores a su interna- miento en el CIE, una mujer de 37 años, de nacionalidad congolesa, fue trasladada por la policía del CIE al servicio de urgencias hospita- larias, al hallarla inconsciente en su habitación. Había ingurgitado la totalidad de la medicación que el día anterior su psiquiatra particular le había prescribió durante la visita que le realizó en el CIE. Esta mu- jer recibía desde hacía 10 años tratamiento psiquiátrico en Francia para el «síndrome depresivo grave con tendencia a un elevado retrai- miento social y alucinaciones» que sufría, éste vinculado a las «expe- riencias traumáticas que vivió en su pas de origen», según lo escrito en el certificado médico de su psiquiatra —certificado redactado el año anterior a su internamiento en el CIE para acompañar su solici- tud de una autorización de residencia por razones médicas, la cual le fue denegada. 576 ______Los espacios de cierre

Igualmente, la unidad médica se siente concernida por el riesgo de amotinamiento o de evasión, originada por la angustia que provo- ca el conocimiento de la aplicación cercana de la orden de expulsión y, por último, por el riesgo que deriva del confinamiento en el CIE de antiguos reclusos de origen extracomunitarios que han finalizado el cumplimiento de sus penas. La gestión de los riesgos se asienta a nivel general sobre dos es- trategias claramente distinguibles: la identificación de personas con comportamientos trasgresores del orden y condicionar el espacio para que prevalezca un ambiente de convivencia armónico. La clave de la primera estrategia reside en la comunicación de informaciones sobre el comportamiento de las personas internadas, basadas principalmen- te sobre impresiones personales. En la segunda, los esfuerzos se ponen en medidas concreta de acondicionamiento del CIE a fin de prevenir expresiones de agresividad o auto-agresión. Se trata de: permitir un cierto espacio de intimidad mediante habitaciones de dos camas, má- ximo de cuatro para las familias; otorgar la máxima dignidad posible a las personas internas manteniendo los espacios fisicos del CIE en la máxima pulcritud posible; cultivar un buen entendimiento entre los distintos actores del CIE, cuidando la relación mediante un trato afa- ble y compresivo y consultando regularmente a las personas interna- das sobre las maneras de mejorar la convivencia y amenizar la espera. Asimismo, los agentes de la policía realizan una sesión de preparación a las personas que al poco tiempo van a ser expulsadas, informándo- les sobre la manera en que se va a proceder con la finalidad de ero- sionar las imágenes estereotipadas y generadoras de gran estrés entre la pobación internada (por ejemplo, la creencia de ir esposadas has- ta la llegada a destino, siendo vistas por sus familiares o amistades; o la de ir drogadas durante el vuelo). Finalmente, los servicios prestados por la ANAEM (ahora OFII) de avituallar del exterior en tabaco y otras pequeñas mercancías de uso cotidiano y de ocuparse del cierre de las cuentas bancarias, se realizan para disminuir los niveles de de- sasosiego y ansiedad. Más específico a la unidad médica, la gestión de los riesgos com- prende la difusión de informaciones respecto a la atención médica y sobre los peligros potenciales revelados por la gestión de problemas de orden sanitario, desdibujándose así la delimitación entre la vulneración del «secreto médico» y la puesta a disposición de una información clí- El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______577 nica a los actores institucionales. Impelidos por el respecto del princi- pio de confidencialidad, los profesionales de la salud despliegan gran diligencia en garantizar la privacidad sobre las informaciones persona- les y médicas de las personas que atienden. Sin embargo, en el mo- mento en que el equipo médico detecta una de las situaciones conside- radas de riesgo, la excepción se vuelve la regla: su personal se siente compelido a «compartir algunos secretos». En este sentido, la escena en la que el agente de la ANAEM expresa a una enfermera de la uni- dad médica, su preocupación por el estado de un señor argelino con «un consumo elevado de alcohol», «acostumbrado a beberse una bote- lla de vino en cada comida», y que en definitiva es, añadirá, «alguien al que se ha de prestar mucha atención». «Pero bueno, podemos darle un tratamiento para calmar y suavizar el síndrome de abstinencia», contestación de la enfermera, que más adelante certifica la impresión del agente de la ANAEM de que la persona referida corresponde bien con el perfil de la persona con una adicción elevada al alcohol: «tiene la tez roja, le tiembla el pulso, sí, es una persona que consume mucho», concluyendo la conversación anunciando «no se preocupe, vamos a advertir a la policía del CIE sobre los síntomas que han de vigilarse». La referencia concreta a los agentes de policía, en resumidas cuentas los vigilantes permanentes, desvela el rol de cuidadores que se les atri- buye por defecto, esto es, el responsabilizarse de suministrar las tareas de cuidado que desbordan de la actividad de enfermería. Acorde con lo observado, la frontera entre la vulneración del se- creto médico y la puesta a disposición de una información clínica a los demás actores institucionales es más fina y elástica ante tres «per- files de riesgo» concretos: las personas consumidoras de substancias tóxicas, las que padecen de una enfermedad crónica grave susceptible de producir síntomas que requieren una hospitalización y las que ma- nifiestan un comportamiento considerado subjetivamente como «ex- traño» por uno o varios de los actores institucionales. La atribución de la categoría de «perfil de riesgo» no es tarea exclusiva de los pro- fesionales de la salud. El resto de los actores institucionales consul- tan y solicitan ayuda a la unidad médica al percibir un riesgo con res- pecto a la persona internada o en relación a sus pares o a los actores institucionales del CIE. Esta percepción deriva de una evaluación ba- sada sobre una multiplicidad de aspectos donde se entremezclan co- nocimientos y emociones. 578 ______Los espacios de cierre

Es durante las reuniones intersectoriales Unidad médica-PAF- ANAEM-CIMADE, realizadas mensualmente, donde se hace mayor- mente patente la tensión subyacente a la puesta a disposición de la in- formación que la unidad médica tiene sobre las personas que atiende. Esta tensión emana del esmero con el que los profesionales tratan de evitar incurrir tanto en una vulneración del «secreto médico», como en la arbitrariedad en la realización de certificados médicos. Cabe mencionar que éstos últimos a veces son solicitados por la policía en los casos en los que, habiendo fallado la identificación de una de las personas internadas por la embajada de la nacionalidad declarada, se considera que un certificado médico puede jugar a favor de la finali- zación del confinamiento y así aligerar la pesadumbre del trabajo de vigilancia constante o de escolta, economizando así recursos que se intuyen ineficaces. Se trata aquí casi exclusivamente de las personas categorizadas como «internadas difíciles», esto es, las que tienen una toxicomanía o, como por ejemplo, el caso de una persona que cono- cimos que se quejaba de una rotura de clavícula pero cuyos resultados clínicos no habían llegado, y, cercano el momento de su vuelo de ex- patriación era por tanto, susceptible de que en el momento de embar- car, el servicio de escolta la considere «no apta para el vuelo». Fren- te a tales peticiones, la unidad médica suele recalcar la definición del «secreto médico», poniendo hincapié en la diferencia entre la formu- lación de una opinión por parte del personal médico y la remisión de un informe pericial médico —éste exige aportar pruebas objetivas que sostengan el diagnóstico. De ahí, las peticiones del resto de acto- res institucionales de «certificado médico» se estudian minuciosa- mente por el equipo médico y, según nuestras observaciones, no dan pie a una aceptación automática. Estas reuniones intersectoriales, cuyo cometido es el de hacer balance de lo que ocurre en el CIE, son el lugar en que se despliega el trabajo de cooperación de los actores institucionales para garantizar el mantenimiento del orden ambiental. Incluso puede hablarse de ayuda mutua al tratarse de un espacio de intercambio de conocimien- tos y de un savoir-faire, lo cual revierte en una aminoración del sufri- miento en el trabajo de los actores institucionales del CIE. Esta divi- sión del trabajo da lugar a la emergencia de lo que denominaremos «actos de pacificación del ambiente». Dos situaciones ayudan a escla- recer su significado. En una de las reuniones intersectoriales se hizo El rol de la profesión médica en las políticas de control de fronteras… ______579 referencia a la expatriación de un joven que padecía con frecuencia ataques de epilepsia. Desde el inicio de su confinamiento, había ma- nifestado un comportamiento de fuerte resistencia a la expatriación. Durante la reunión intersectorial, una enfermera avisa al director del CIE de la entrega al policía de la recepción de un sobre conteniendo el tratamiento requerido para un mes con su respectiva prescripción, a fin de que los agentes de la escolta entreguen al joven su medica- ción en el momento de la llegada al país de repatriación. «Lo hace- mos sobre todo pensando en vosotros, para que no lo ingiera todo de una vez, antes de tomar el avión» explica la enfermera. En el transcurso de otra reunión intersectorial, el director del CIE insistió sobre la importancia del rol del agente de la ANAEM en tanto que «suaviza la incertidumbre de las personas internadas, las tranquiliza» explicitando los servicios que actúan de bálsamo: «hace compras para ellos, se ocupa del cierre de las cuentas bancarias». Di- rigiéndose a la enfermera jefa, continuó diciendo «vosotros que estáis al final de la cadena», tras la dimisión de este agente de la ANAEM y en el periodo de espera de su sustituto, «lo vais a tener complicado este verano, [las personas internadas] van a tener muchas más cosas que contaros». La enfermera jefe asiente: «el que se desahoguen difi- culta el trabajo de las enfermeras, es muy absorbente a nivel emocio- nal» y capitula con «voy a tratar de reforzar el servicio de modo a que haya diariamente dos enfermeras y no una, en el servicio». La razón médica se nos aparece entonces, como dispositivo que tranquiliza el malestar emocional y físico de las personas en situación de confinamiento, al tiempo que sirve también para aliviar el sufri- miento somático. La escucha del dolor emocional es lo que, acorde con lo que nos comunicaba con recurrencia el personal médico, les resulta lo más difícilmente soportable y digerible. La expresión de tal dolor toma la forma de queja ante la injusticia con la que viven el en- cierro y la persecución a los que se ven sometidos por parte de las autoridades francesas de las personas por el mero hecho de carecer de una autorización de residencia en Francia. Por último, la razón médi- ca en el contexto de confinamiento sirve también para apaciguar el sufrimiento en el trabajo de los actores institucionales del CIE, esce- nario de tensiones morales contenidas. Los actos de pacificación am- biental constituyen una estrategia de regulación de las relaciones so- ciales en el corazón mismo del CIE. 580 ______Los espacios de cierre

A modo de conclusión…

La unidad médica del CIE se perfila como un escenario de ex- presión moral, esto es, un espacio atravesado por decisiones en cuya configuración pesan razones de orden técnico-médico, jurídico-legal y ético-moral. Se desprende de la observación metódica de la activi- dad del equipo médico la constatación de un trabajo moral: se apre- cian la producción de categorías morales para actuar sobre y en el mundo social y, su utilización; al tiempo que la movilización de jui- cios morales inherente a dicho trabajo impregna las relaciones socia- les e interacciones, moldeando sus formas y contenidos. En tal cir- cunstancia, el repliegue en la razón médica permite tomar distancia, confinarse en «lo profesional» a fin de hallar un equilibrio soportable en la tensión que emana por ejercer la medicina en un espacio que casi-automáticamente parece traducir todo acto en él realizado, en cómplice de la política represiva contra la inmigración irregular. En este capítulo hemos abordado también el tema de las impli- caciones que conlleva la articulación del ars medicus con las lógicas de vigilancia y control de los migrantes en el marco de aplicación del régimen de seguridad que caracteriza la cotidianeidad de un CIE. Como hemos desarrollado, la unidad médica representa un escenario que al estar sometido a un régimen de seguridad y vigilancia, en él se articulan protocolos de estandarización de la práctica médica, con es- trategias puntuales de excepción y una gestión cotidiana de los even- tos y comportamientos percibidos en clave de riesgo. Aquí, tales es- trategias de excepción nos aparecen como funcionales al objetivo de alcanzar una armonía que posibilite la convivencia en el sí de un es- pacio atravesado por una multiplicidad de dilemas morales. 31. «Un elefante en el cuarto». Los campos de internamiento como frontera en Canarias

Carolina Puga

El silencio como motivo

Hace más de 20 años existen en España Centros de Internamiento. En Inglaterra, Detention Centers. En Italia, Centri di Permanenza Tem- poránea e Assistenza. En Francia, Centres de Rétention Administrati- ve. Todos estos nombres aluden a una misma realidad: son institucio- nes de encierro para sin papeles, clandestinos, migrantes irregulares. Investigarlos es trabajar con una temática oscura. Bibliografía y da- tos son escasos, el acceso está restringido. Durante la elaboración de este artículo me pregunté muchas veces si tiene sentido la elección de una temática de tan difícil abordaje. La respuesta siempre fue po- sitiva. Primero, por su relevancia en derechos humanos. Segundo, porque evidencia nuevas manifestaciones de antiguos problemas, per- mite aggiornar a los clásicos. Por último, el silencio mismo acerca del tema se convierte en motivo para indagar en él. Si las principales vías de acceso a la información están cerradas en sociedades en don- de todo parece estar medido, cuantificado y disponible, esta dificul- tad se convierte en punto de partida. El silencio es el dato primario de este trabajo. Me propongo, entonces, indagar en la información disponible. El objetivo principal es elaborar un acercamiento a los campos para inmigrantes españoles desde la sociología, haciendo foco en la situa- ción canaria. Pretendo develar qué son y cuáles son sus característi- cas más importantes. En la primera parte, le pregunto a la teoría: ¿qué es un campo para inmigrantes? y ¿por qué los campos para inmi- grantes? Para responder, hago uso de instrumentos clásicos y actua- 582 ______Los espacios de cierre les, conceptualizando la institución bajo parámetros sociológicos. En la segunda parte, indago en los datos disponibles tras la pregunta: ¿qué características tienen los campos para inmigrantes en España? Aquí entra en juego el análisis enfocado a Canarias. Este territorio cobra importancia por sus plazas de internamiento (60 % del total es- pañol) y por ser lugar de fuerte acción de controles interregionales.1 Junto con la isla de Lampedusa, se trata de un lugar clave para obser- var este tipo de dispositivo. Elephant in the room2 es la frase que los ingleses utilizan para referirse a la negación colectiva de algo evidente. Los titulares o in- vestigaciones respecto a los campos para inmigrantes no abundan. Tampoco son objeto frecuente de debate. Sin embargo, se encuentran en cada país europeo y suman más de 300. Los campos se contradicen con la Europa garantista, incomodan, molestan. Quizás por esto, como aquel elefante del cuarto, son tan ignorados como evidentes.

El campo para inmigrantes y la teoría

¿Qué es un campo para inmigrantes?

El campo para inmigrantes forma parte de las herramientas de los territorios-fortaleza para el control de la movilidad

La intensificación de las migraciones en los últimos 20-25 años está marcada por el transcurrir del neoliberalismo. Uno de sus rasgos más importantes es la paralela intensificación de los controles fronterizos a las puertas de los espacios que concentran las riquezas de un mun- do desigual. Territorios-fortaleza es el nombre con el que algunos analistas y movimientos designan a los espacios protegidos por fron- teras militarizadas y legislaciones altamente restrictivas.3 Los campos para inmigrantes aparecen como el último eslabón del conjunto de herramientas que intentan impedir la libre circulación de personas.

1. Por ejemplo, FRONTEX, colaboración con Estados como Marruecos o Senegal. 2. Elefante en el cuarto. 3. Por ejemplo: , . «Un elefante en el cuarto» ______583

No actúan solo en los bordes sino que se esparcen al interior de la re- gión y en las denominadas zonas tapón, países de tránsito en los que se intenta mediante diversas formas (financiamiento, cooperación mi- litar), detener los movimientos de personas antes de que lleguen a destino. Mujeres y hombres pasan allí días, meses o años. Se trata del instrumento para acoger a quienes «deberían estar fuera», pero están dentro. Son el afuera en el adentro, «el síntoma de un espacio exter- no global» (Rahola, 2006, p. 27). Ubicar los campos como parte del control de movilidad de los territorios integrados implica determinar su productividad. Aunque puedan ubicarse por fuera de sus fronteras formales, su función responde a estas fronteras y no a otras.

El campo para inmigrantes es una institución total y disciplinaria

Los campos son espacios en donde migrantes conviven durante un período de tiempo4 privados de su libertad. El primer concepto que tomo para delimitarlos conceptualmente es el de «institución total» de Goffman. Una institución total es definida por este autor como un:

Lugar de residencia o trabajo, donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un período apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada for- malmente. (Goffman, 1972, p. 13)

Desde lo espacial, se trata de un espacio cerrado, delimitado por ba- rreras físicas, que enmarca la totalidad de la vida cotidiana y de las relaciones del grupo aislado. Siendo los campos para inmigrantes lu- gares de encierro, aunque no permanente, responden a esta caracte- rística, lo que determina la pérdida de libertad de acción y movi- miento. Este elemento diferencia a estos campos de los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta y Melilla, en los que hay libertad de movimiento dentro de la ciudad. Seguido está la cantidad de individuos y la situación compartida por éstos. Una institución to- tal precisa una estructura jerárquica en la que unos pocos organicen la

4. El tiempo de estancia varía según el territorio. La legislación europea prevé un máximo de 18 meses (6 ampliable en 12 más). 584 ______Los espacios de cierre vida de unos muchos. La situación compartida en el caso de los cam- pos está marcada por la situación presente —legal— de los aislados y por las expectativas de futuro: están esperando ingresar al territorio o ser expulsados. Un período apreciable de tiempo es la condición que, junto con el encierro, da lugar al desarrollo de una verdadera vida in- terna dentro de la institución. La institución total es absorbente: to- dos los aspectos de la vida en un campo se dan en el mismo lugar, bajo la misma autoridad y en compañía de un gran número de otros internos. Todas las actividades están programadas, impuestas me- diante normas y aplicadas por funcionarios con poder sancionador. Institución total y disciplina están siempre ligadas. En este sen- tido, es útil abordar algunos conceptos de Foucault. Los enfoques de Goffman y Foucault son diferentes pero pueden complementarse. A diferencia del primero, en Foucault no hay espacio para la libertad, tampoco fuera de la institución. La noción de disciplina de este autor es compleja, hace referencia al cuerpo «como objeto y blanco del po- der» (1979, p. 140). Este poder5 que excede a la institución, pretende producir cuerpos dóciles, cuerpos que pueden ser sometidos, utiliza- dos y perfeccionados. La disciplina es lo que permite que el cuerpo opere como se desea. Aumenta su utilidad y obediencia. La discipli- na actúa ante todo (nada más gráfico que el control migratorio) en la distribución de los individuos en el espacio. «Endereza» conductas (Foucault, 1979). Como la institución total, procura la transformación del individuo (Goffman, 1972). Para ello se vale de técnicas como el encierro. «Exhaustivo» (frente al «total» o «absorbente» de Goffman) es la palabra que Foucault utiliza para caracterizar al aparato disci- plinario de la prisión. Administración del tiempo, aislamiento y je- rarquías son también esenciales en ésta. La disciplina es aquí ince- sante, al igual que en la institución total. Como la prisión, el campo para inmigrantes, tiene carácter disciplinario. Pero también posee unas características que lo alejan del concepto de prisión y que per- miten delinear mejor su carácter.

5. Para una revisión de la noción foucaultiana de poder pueden verse: Las palabras y las cosas (1968) o Arqueología del saber (1970), entre otros. «Un elefante en el cuarto» ______585

El campo para inmigrantes es un campo

La utilización del nombre campo para denominar a lo que es oficial- mente llamado centro6 no es casual. «Campo» es un nombre incómo- do para aquello que incomoda. No se trata de un recurso retórico sino que responde a un concepto específico. Agamben, estudioso de los campos de concentración, intenta desentrañar la estructura de los pro- cesos políticos y jurídicos que permiten privar a los seres humanos de derechos «hasta el punto en que cometer cualquier delito contra ellos no resultara delito» (Agamben, 1995, p. 16). Esta estructura es la que define el carácter del campo:

Nos encontramos potencialmente en presencia de un campo cada vez que se crea semejante estructura, independientemente de la entidad de los crímenes que se han cometido […] Será un campo tanto el estadio de Bari en el que en 1991 la policía italiana amontonó provisionalmen- te a los inmigrantes clandestinos albaneses antes de enviarlos de nuevo a su país como el velódromo de invierno en el cual las autoridades de Vichy recogieron a los judíos antes de entregarlos a los alemanes. (Agamben,1995, p. 18)

En un campo, el hecho de que se cometan o no atrocidades no depen- de del derecho, sino del sentido ético y la voluntad del cuerpo sobera- no. La prisión, en cambio, posee un ordenamiento propio. Se cometa o no, la atrocidad está en el campo, latente, en forma de posibilidad.7 Los campos son así cualquier zona de supresión de la ley, no una ano- malía del pasado (Agamben, 2005). Una segunda característica define al campo: es pensado como es- pacio de excepción desde su inicio. La estructura jurídica y política que lo sostiene es concebida como una suspensión temporal del ordena- miento, no como algo estable. El campo no es creado como parte del orden sino como una excepción a éste. Una prisión forma parte del

6. Centro de Detención (Inglaterra), Centro de Retención Administrativa (Francia), Centro de Permanencia Temporal (Italia). 7. Guzzetti salva la distancia entre el campo para inmigrantes y el de concentración diseñando cuatro objetivos: deshumanización, trabajo, régimen de terror y exterminio. Históricamente, ve una graduación en su cumplimiento. En los lagers nazis se cum- plen los cuatro. En los gulags rusos, los tres primeros. Los campos para inmigrantes cumplen solo el primer objetivo: deshumanización (Guzzetti, 2006). 586 ______Los espacios de cierre ordenamiento social constante. Su producción y reproducción es parte del derecho ordinario. El campo no nace del derecho ordinario sino de este estado de excepción. Pero la condición fundamental para su exis- tencia es que esta excepción sea realizada de forma permanente. En el campo, el estado de excepción comienza a convertirse en regla: ad- quiere una disposición espacial permanente, aún quedando fuera del or- denamiento normal (Agamben, 1995).El campo realiza establemente la excepción, la materializa. Los migrantes son detenidos sin que se co- meta un acto tipificado como delito. No es un comportamiento penal relevante el que determina el encierro sino una falta administrativa. Esto quiebra la lógica inocente-culpable. La privación de la libertad por falta administrativa determina el carácter supresor del ordenamiento del campo y expone la excepcionalidad como punto de partida. Aún privando de libertad, los campos no forman parte del derecho penal or- dinario sino del derecho penal especial o administrativo. El encierro de migrantes queda mediante este concepto mejor definido y diferenciado de otro tipo de instituciones totales y disciplinarias. Pero los esfuerzos por delinear conceptualmente al campo para inmigrantes dejan abierta la pregunta acerca de su sentido.

¿Por qué los campos para inmigrantes?

El control de la movilidad es el control de la fuerza de trabajo

Si bien el control migratorio es llevado a cabo por los Estados, los criterios de admisión y rechazo están ligados a la economía. En Es- paña confirma este hecho el permiso de residencia condicionado al contrato y éste a la falta de mano de obra local, la reagrupación fami- liar ligada a la capacidad económica del demandante o la contratación en origen fijada a un determinado territorio o sector de la estructura productiva. Procedencia, religión, color o sexo son variables inexis- tentes, al menos de forma explícita, en las leyes migratorias. No se prohíbe la mera circulación (pienso en el turismo). Es la posición pre- sente o futura en el mercado de trabajo la que determina la posibili- dad de ingreso a un territorio. El control de la circulación es, enton- ces, el control de la fuerza de trabajo. Se efectúa sobre las personas en tanto su condición de mercancías. «Un elefante en el cuarto» ______587

La intensificación del control migratorio aparece paralelamente a la desregulación económica. Capitales y mercancías circulan hoy con libertad al interior de los espacios integrados. El factor trabajo también circula, pero no de forma libre. A veces circula clandestini- zado. Los desplazamientos de personas son condición para la instau- ración del modo de producción capitalista. Pero en la historia del sis- tema, movilidad y restricción aparecen de forma simultánea. Fugas y deserciones son conductas cotidianas del proletariado naciente que intenta eludir la rígida disciplina temporal y espacial de la nueva nor- ma de acumulación. El primer control busca asegurarse contra la rup- tura unilateral de la relación de empleo por parte del trabajador. El control de la movilidad no es entonces anomalía sino forma constitu- tiva del desarrollo del capitalismo (Moulier Boutang, 2006). Una no- ción más abarcadora de la realidad histórica indica que no es el traba- jo asalariado libre la norma impuesta por el capitalismo sino más bien una conjugación de trabajo dependiente, que admite formas libres, se- milibres y no libres (Mezzadra, 2005). El control de la movilidad, también es funcional para la división internacional del trabajo. Las migraciones suministran mano de obra masiva desde la consolidación del sistema económico mundial (Sas- sen, 1988). El trabajo inmigrante también reduce los costes de esta fuerza de trabajo, que se «produce» en el país de origen, así como los costes de organización de la producción —más facilidad de contra- tación y despido, poca familiaridad del trabajador con la política sin- dical, economía sumergida— (ibid.). El control de la movilidad, como control de la fuerza de trabajo, aparece ligado a las necesidades de expansión en el seno mismo del sistema. En un sentido expansivo, permite al sistema ubicar la fuerza de trabajo allí donde es necesario. En un sentido restrictivo, permite delimitar los confines del trabajo ofreciendo garantías contra la ruptura.8 Este es el contexto en el cual viene a insertarse el campo como parte de unos controles funcionales al modo de producción vigente. Pero, ¿qué funciones específicas tie- ne?, ¿por qué el campo?

8. Ejemplos de movimiento expansivo son las distintas formas de deportación que sirvieron al trabajo en las colonias o los actuales permisos laborales españoles ligados a un determinado sector productivo. El movimiento restrictivo puede verse en la forma de deportación que adquiere la movilidad en el primer caso y en la prohibición de tra- bajar en otro sector o romper el contrato de trabajo durante seis meses, en el segundo. 588 ______Los espacios de cierre

El campo es un medio de control social

La eficacia de los campos para inmigrantes como medida previa a la expulsión es limitada. La mayoría de los autores sitúan la razón de la existencia de los campos en el plano del control social. Entendien- do el «control social» desde la definición clásica de Stanley Cohen, como los métodos organizados desde la sociedad para responder a aquellas conductas que considera desviadas o indeseables para asegu- rar que sus miembros cumplan con unas expectativas9 (Cohen, 1985). Para esto existen unos medios (leyes, religión, costumbres, entre otros). Si estos medios están plasmados en papel —leyes, ordenan- zas—, son formales. Los campos para inmigrantes son uno de estos medios formales de control social: respuesta planificada para una conducta indeseable. Su multiplicación evidencia cambios en el con- trol social actual: dispersión del castigo y cultura del encarcelamien- to en masa (Welch, 2005; Garland, 2001). Pero el campo también es el lugar que señala al clandestino. Para Rahola (2003), su función principal es: «decretar la existencia de individuos plausibles de internamiento y de detención administra- tiva, prescindiendo de la cuestión penal, responsabilidad individual y factores biográficos»10 (Rahola, 2003, p. 16). El campo marca la po- sibilidad de internamiento y deportación. Definiendo, «da forma» al cuerpo internado, disciplinándolo, administrándolo, clandestinizán- dolo. Es esta deportabilidad (no la deportación efectiva) la que im- prime vulnerabilidad a muchos ante el mercado de trabajo (De Geno- va, 2002). El campo refuerza, entonces, los aparatos represivos para la regulación de la relación salarial y la flexibilidad laboral. De esta manera, el control social desde el campo es también informal, obte- niendo unas funciones que exceden las plasmadas en las leyes. En este sentido, se puede afirmar que la ineficacia de los campos para cumplir con su función original (asegurar la deportación) es parte de su propio funcionamiento (Bietlot, 2005).

9. En el original: «Those organized responses to crime, delinquency and allied forms of deviant and/or socially problematic behaviour which are actually conceived of as such, weather in the reactive sense (after the putative act has taken place or the actor been identified) or in the proactive sense (to prevent the act)» (Cohen, 1985, p. 3). 10. Esta función está marcada por la función foucaultiana del poder, que además de prohibir o reprimir, crea nuevas categorías de crimen, nueva realidad (Foucault, 1979). «Un elefante en el cuarto» ______589

Vacío legal y selección: campos en España

Cuatro elementos para mirar los campos: propuesta de tipología

En la parte teórica exploro unas características inherentes a todo cam- po. Me propongo ahora ordenar y clasificar algunos elementos varia- bles de los campos en categorías simples. La tipología es realizada en base a 4 aspectos que influyen en las funciones y condiciones mate- riales de cada campo. Atendiendo al territorio de emplazamiento un campo es interno, si se encuentra al interior del territorio protegido (en este caso, Euro- pa o España). Es externo si se encuentra en otro territorio, como los campos en las «zonas tapón». Llamo a estos campos «externos» por- que sus funciones están ligadas al ingreso del migrante en el territo- rio protegido y no en el país de emplazamiento del campo. Estos cam- pos están relacionados al territorio protegido mediante acuerdos de colaboración, subcontratación del control de flujos o financiamiento directo.11 Si se observa su institucionalización, un campo puede ser for- mal, si su administración está ligada a un Estado, como la mayoría de los campos europeos. O informal si no está formalmente bajo el con- trol de autoridades gubernamentales, pero cumple idénticas funciones. Estos últimos se encuentran sobre todo en los países de tránsito. Tam- bién dentro del espacio Europeo (Migreurop, 2007). Es de esperarse aquí una situación más riesgosa en derechos humanos ya que ningún Estado queda formalmente involucrado en su funcionamiento. En cuanto a su población, hay tres situaciones. Campos que al- bergan a personas cuya situación está pendiente de evaluación (soli- citantes de asilo o aquellos cuyo acceso inmediato al territorio está condicionado a un examen de su situación). Campos que albergan a personas con una orden de expulsión pendiente (solicitantes cuyo asi- lo ha sido denegado o detenidos por irregularidad, personas sin posi- bilidad de ingreso al territorio). La tercera situación es la más fre- cuente: combinación de estas dos poblaciones.

11. Por ejemplo, el acuerdo firmado en el cual España entrega a Gambia material de vigilancia de las costas, vehículos y aparatos de transmisión, o la reciente formación de guardias fronterizos en Mali (Galindo, 2009). 590 ______Los espacios de cierre

Por último, respecto a la locación, los campos pueden estar en instalaciones creadas o acondicionadas específicamente para su fin, en espacios acondicionados que forman parte de otro edificio (como los ubicados en módulos de prisiones), o en lugares más improvisa- dos que cumplen esas funciones. Esto último sucede sobre todo en campos informales. El siguiente esquema resume la tipología pro- puesta:

Campos de internamiento para inmigrantes: tipología

Interno Territorio de emplazamiento Externo

Formal Institucionalización Informal

Pendiente de evaluación

Población Pendiente de expulsión

Combinación de ambas poblaciones

Creadas o acondicionadas para ese fin

Locación Como parte de otro edificio

Espacios improvisados con iguales funciones

FUENTE: elaboración propia.

¿Qué características tienen los campos para inmigrantes españoles?

Territorio: una ubicación destinada a la migración africana

Es difícil calcular en qué medida los países europeos participan de los campos externos. España tiene convenios referentes a control migra- «Un elefante en el cuarto» ______591 torio con 10 países africanos.12 Según Migreurop (2007), Europa y los países vecinos cuentan hoy con al menos con 300 campos. Esta cifra puede ser menor a la real debido a la existencia de campos informa- les. España cuenta con 9 campos formales dentro de su territorio. El foco en los campos formales canarios aporta datos significa- tivos al observar la distribución espacial de los campos españoles. Como los italianos, se sitúan claramente en las costas. Más de la mi- tad están en el sur de Andalucía y Canarias. La capacidad de los cam- pos canarios representa el 60 % de las plazas. Si se compara este dato con la cantidad de extranjeros/as residentes, se observa que Canarias, reúne apenas el 5,7 % del total.13 Esto puede indicar una inclinación hacia el internamiento de personas que llegan por vía marítima. Estas personas son africanas. La migración africana representa el 23,5 % del total de residentes extranjeros/as en el país. Este número es menor, por ejemplo, que los residentes latinoamericanos (35 %), que también son expulsables. Dentro de la migración africana, un 76 % son ma- rroquíes. Es improbable que una cantidad importante de marroquíes en situación irregular elija como territorio de llegada, Islas Canarias y no la península. Esto se refleja en los porcentajes de migración re- gular africana en Canarias, diez puntos menor a la del total del país (13,5 %). Entonces, ¿por qué 3 de los 9 campos se sitúan allí?, ¿por qué la capacidad de los campos canarios suma un 60 % de la capaci- dad total de los campos?, ¿por qué el campo más grande del Estado se ubica en Fuerteventura? Estos datos pueden estar sustentando lo que Andrijasevic (2006) ve como una de las funciones de los campos: la inclusión selectiva. Permiten también hacer referencia al campo como control social informal y a las palabras de Rahola (2006, p. 16) res- pecto a que la dimensión positiva del campo es «Producir una dife- rencia […] decretar la existencia de individuos plausibles de inter- namiento y de detención administrativa». El encerrado, el expulsado, el alegal, no es cualquiera: es africano. El mapa de los campos en el anexo grafica esta distribución.

12. Marruecos, Argelia, Mauritania, Senegal, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Mali, Cabo Verde, Ghana y Gambia (Ministerio del Interior, 2007). 13. Los datos estadísticos de este párrafo corresponden al Ministerio de Trabajo e Inmigración (2006). Los referentes a la capacidad de los campos son de elaboración propia en base a OSPDH (2003) y a APDHA (2008). 592 ______Los espacios de cierre

Institucionalización: campos informales y regulación vaga en los formales

Existen datos fiables para decir que hay campos informales, como mínimo, en España, Francia e Italia (Migreurop, 2007). En Canarias, se registran en 2006 al menos 6 campos no oficiales con capacidad para 8.700 personas aproximadamente (APDHA, 2008). 2006 es un año de clave para estudiar la cuestión de los campos canarios, en es- pecial los informales. Se trata del período de llegada record de em- barcaciones, registrándose un total de 39.180 personas. El hacina- miento, que es un problema frecuente en los campos españoles (AI, 2006), provoca la instalación de campos informales en épocas de de- sembarcos, así como también de tiendas en los centros formales. Las instalaciones informales registradas en Canarias ese año tienen loca- ciones tan diversas como un restaurante abandonado en La Gomera, el garaje de una comisaría o una nave en el muelle de Santa Cruz, am- bos en Tenerife. Tanto estas instalaciones improvisadas como las tiendas en los campos formales influyen negativamente en las condi- ciones de internamiento (AI, 2006) y provocan que las mismas difie- ran entre internados en igual situación. Pero la mayoría de los campos europeos son formales. Un cam- po reconocido por un Estado implica una regulación. El régimen in- terno de los CIE aparece 14 años después de su surgimiento. Hasta ese momento fueron regulados mediante unos criterios genéricos dic- tados por la Comisaría General de Extranjería y Documentación (OSPDH, 2003). No existe en el actual reglamento un listado de con- ductas sancionables. Tampoco se aclaran los medios de sanción. Se habilita al director a imponer medidas correctivas sin especificar sus límites ni en qué deben consistir, y se prevé el uso de la fuerza para restablecer la «normalidad» sin necesidad de notificarlo al juez, sal- vo que se trate de una falta penal (OSPDH, 2003). Esta vaguedad di- ferencia al campo de la prisión y abre las puertas a la arbitrariedad. Los internos están desprotegidos desde la misma estructura que regu- la la institución. Estos son los dispositivos jurídicos mediante los que Agamben (2005) argumenta el espacio del campo como aquel en el cual la atrocidad no depende del derecho sino de la voluntad y ética del cuerpo administrador. Los ejemplos de esta arbitrariedad son nu- merosos, frecuentes y denunciados en reiteradas ocasiones por diver- «Un elefante en el cuarto» ______593

TABLA 1. Campos de internamiento formales en España

Ubicación Nombre Plazas hombres Plazas mujeres Total plazas

Fuerteventura El Matorral 1.030 40 1.070 Madrid Aluche-Carabanchel sin datos sin datos 244 Tenerife Hoya Fría 180 58 238 Barcelona Zona Franca sin datos sin datos 226 Algeciras La Piñera sin datos sin datos 200 Gran Canaria Barranco seco sin datos sin datos 168 Valencia Zapadores 156 0 156 Málaga Capuchinos 85 25 110 Murcia Sangonera La Verde 32 28 60 Total plazas 2.472

FUENTE: elaboración propia en base a APDHA (2008). sas organizaciones.14 La falta de regulación es también la base del se- cretismo de los campos. Si mucho se mueve en la inconsistencia, este no es el caso. No hay diferencias entre campos respecto del ingreso de foráneos o de la información brindada. El terreno del velo se mues- tra estricto y riguroso. No está permitido el ingreso a ONG,15 a pesar de que la orden así lo prevé.16 Los CIE tampoco están abiertos a me- canismos de supervisión, como establece el Protocolo contra la tor- tura, en vigor desde 2006. La clausura del campo a la sociedad civil impide el juego entre denuncia y legislación que podría poner en cuestión el dispositivo. Los campos formales tienen 2.472 plazas. La tabla 1 muestra su ubicación y capacidad. Me interesa resaltar la diferencia según géne- ro. Tomando solo los campos para los que se poseen datos, las plazas para mujeres suman el 10 % del total. La población de mujeres ex-

14. Abuso a internas en 2006 en Málaga, falta de asistencia médica, separación de padres e hijos o repatriaciones a países diferentes del de origen, entre otros (HRW, 2002; AI, 2006). 15. Desde hace menos de un año se permite el acceso de abogados de la Comisión Española de Ayuda a los Refugiados (CEAR). ACNUR (2009) evalúa este acceso como muy limitado. 16. «La administración facilitará especialmente la colaboración de las instituciones y asociaciones dedicadas a la ayuda de los extranjeros, que deberán respetar en todo caso las normas de régimen interno del centro» (artículo 6.2 de la Orden Ministerial de 22/2/1999). 594 ______Los espacios de cierre tranjeras residentes en España es del 46,8 sobre el total de extranje- ros/as (INE, 2009). Aunque esta cifra pueda variar en migrantes irre- gulares, la diferencia significativa entre estos dos datos permite pen- sar en una inclinación hacia el internamiento de hombres. Dicho de otro modo, una preferencia en el ingreso de mujeres. Si bien esto está relacionado con la inclinación al internamiento de personas que lle- gan por vía marítima (recordemos que la africana es una migración masculinizada), los campos fuera de Canarias tienen una proporción de género en sus plazas en donde también predominan los hombres. Este tipo de datos, aunque escasos para realizar un análisis en pro- fundidad, también pueden estar sustentando la inclusión selectiva. Además de africano, el clandestino es hombre.

Población: combinan población pendiente de evaluación con población pendiente de expulsión

Aunque en la legislación están previstos como medida previa a la ex- pulsión, los campos albergan también a personas cuya situación está pendiente de evaluación. Es el caso de quienes solicitan asilo desde el campo y de aquellos cuya expulsión no puede efectuarse. Respecto al asilo, los informes recogen la falta de mecanismos de información so- bre este derecho. La tabla 2 recoge las solicitudes de asilo en Canarias durante los últimos tres años. La diferencia en las solicitudes, que en todos los casos ACNUR (2009) estima bajas, puede estar indicando

TABLA 2. Personas llegadas a Tenerife y Gran Canaria y solicitudes de asilo por año

Solicitudes de asilo

Año Personas llegadas Total % sobre llegadas

2006 39.180 366 0,93 2007 18.057 655 3,62 2008 13.424 356 2,65

FUENTE: elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior (2008 y 2009) y de ACNUR (2009). «Un elefante en el cuarto» ______595

TABLA 3. Personas llegadas a Tenerife y Gran Canaria y solicitudes de asilo (2006)

Provincias Personas llegadas Solicitudes de asilo

Tenerife 6.908 0,13 % Gran Canaria 3.348 1,88 %

FUENTE: elaboración propia a partir de AI, 2006 una variación en el tipo de información que se brinda a los internos. La tabla 3, por provincias para el año 2006, refuerza esta idea. Las solici- tudes se incrementan en Gran Canaria. Esto puede indicar una diferen- cia en la información que se brinda dependiendo también del campo.

Locación: diversidad en las instalaciones y en las condiciones

La locación de los campos también difiere según territorio. Alemania, por ejemplo, retiene a los migrantes en módulos dentro de las cárceles. España o Italia tienen estructuras específicamente creadas o acondi- cionadas para este fin. Esto influye en la cuantificación de los cam- pos. Allí en donde se interna a los migrantes en prisiones, los campos parecen ser más numerosos.17 No está disponible el dato acerca de la capacidad total de los campos europeos. En España, los campos for- males son diversos. Los centros de Madrid y Algeciras, por ejemplo, están instalados en antiguas cárceles. Los de Málaga y Valencia, en lo que otrora fueron cuarteles. Fuerteventura o Barcelona son construi- dos especialmente para este fin. La diversidad en la instalación supo- ne diferencias en las condiciones de los campos. Hacinamiento, insu- ficiencia de lavabos o malas condiciones de salubridad son denuncias reiteradas18 que pueden estar derivadas, entre otras cosas, de las dife- rencias en la locación. Culmina entonces esta fotografía de los campos españoles: 9

17. Suiza, por ejemplo, cuenta con veintidós campos formales (módulos en prisio- nes), Italia con quince (instalaciones creadas solo para ese fin) (Migreurop, 2007). 18. Véase por ejemplo HRW (2002) o AI (2006). 596 ______Los espacios de cierre campos formales (los tres canarios con el 60 % de las plazas) y una cantidad indeterminada de informales, al menos en Canarias. Combi- nan población pendiente de expulsión con pendiente de evaluación y tienen (los formales) locaciones en edificios acondicionados o crea- dos especialmente para ese fin. En los informales el internamiento se da en lugares más improvisados. La ubicación en el territorio y la dis- tribución de las plazas por género sugieren el internamiento selectivo de hombres africanos.

Reflexiones finales: sobre la tela de una araña

Los clásicos no están desactualizados. Por eso son clásicos. La vi- gencia de teorías como las de Goffman o Foucault puede verse a lo largo de este relato. Se aggiornan, como dije al principio, permiten explorar una institución con características viejas, pero relativamen- te nueva. El campo queda entonces definido desde las Ciencias So- ciales. Su carácter, delimitado. Se trata de una institución con rasgos de otras instituciones de encierro pero también con unos rasgos pro- pios: la vaguedad en su regulación y su carácter de excepción estable. Las líneas para pensar su sentido están relacionadas con la reproduc- ción del sistema económico. Apuntan al control social y al de la mo- vilidad de la fuerza de trabajo. La novedad en el tema determina la necesidad de encontrar nuevos caminos para pensar los campos. Al- gunos de ellos se sugieren en este trabajo. La búsqueda de variables simples que permiten, algunas describir, otras explicar, es un punta- pié inicial para comenzar a pensar el tema. Aunque su presencia y número sugieren un peso entre los dis- positivos para controlar la movilidad, los campos se muestran como una institución frágil. Frágil, porque su forma penal no se correspon- de con el carácter administrativo de la falta. Frágil también porque se muestra manejada por personas más que por normas. Nuestro elefan- te en el cuarto parece balancearse sobre la tela de una araña. La pre- gunta es aquí si en sociedades que regulan mi andar en bicicleta o la basura que tiro esto puede ser fortuito, simple accidente de un surgi- miento excepcional. En la introducción digo que el silencio es el dato primario de este trabajo. Este breve recorrido se pretende chasquido. «Un elefante en el cuarto» ______597

Además de indagar en qué son y cómo funcionan, quiero decir que los campos son y que funcionan. Aunque incómodos y molestos, los campos son ante todo preguntas: ¿Cómo pensarlos en los lugares sede de tratados de derechos humanos?, ¿Cómo figurar alegales en medio de derechos sociales, de género, sexuales?, ¿Cómo imaginar un cam- po lleno de solicitantes de asilo en la Ginebra de la Convención19?

19. La Convención de Ginebra, que se firma en 1949 y regula la protección civiles durante conflictos bélicos.

PARTE XI

LA FRONTERA DESDE EL ACTIVISMO

32. Experiencias de resistencia femenina al mundo global

Marlene Solís1

Resumen

En este capítulo se presenta un análisis de paralelismos entre dos ex- periencias organizativas de mujeres, que surgieron como respuesta frente a las condiciones laborales precarias de las empresas relocali- zadas en las ciudades fronterizas de Tijuana y Tánger. Con este pro- pósito se presenta un ejercicio comparativo a partir de la descripción de los dos contextos sociales en relación a su condición fronteriza y de género.

Introducción2

Este capítulo tiene como propósito presentar una descripción y análi- sis de las experiencias de resistencia de las mujeres que trabajan en

1. Profesora-Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte; correo electrónico: . 2. Este trabajo es producto de la estancia de investigación realizada durante los me- ses de mayo y junio de 2006, en las ciudades de Aix-Provence, Francia y Tánger, Ma- rruecos. Dicha estancia formó parte de las actividades del proyecto: «El Río Bravo Mediterráneo: las regiones fronterizas en la era de la globalización», Colef-Lames, fi- nanciado por ANUIES/SEP/CONACYT y ECOS-Nord. Mis agradecimientos por su valioso apoyo a Natalia Ribas-Mateos, Mercedes Jiménez y Youssef Tounsi; sin quie- nes no hubiera sido posible hacer el trabajo de campo en Tánger. En el caso de Tijua- na, las entrevistas se hicieron en el 2005, como parte de la investigación de mi pro- yecto de tesis doctoral. 602 ______La frontera desde el activismo las empresas globales emplazadas en las ciudades de Tijuana y Tán- ger. Desde una perspectiva amplia, la intención es profundizar en el conocimiento de los impactos de la relocalización industrial3 en la vida socio-cultural de estas ciudades fronterizas. En ambos contextos se presentan condiciones de frontera que hacen relevante considerar- los para un análisis de paralelismos y diferencias en los impactos de la instalación de empresas globales. Una de las consecuencias más importantes que ha tenido la pre- sencia de empresas globales en estas fronteras es la feminización de los mercados de trabajo. En México, la preocupación por estudiar las consecuencias de la participación de las mujeres en el empleo de las ma- quiladoras,4 se presentó desde finales de los ochenta. En ese entonces, los estudios se concentraban en mostrar las difíciles condiciones de trabajo de estas empresas, lo cual ocurría no solamente en este país, sino en otros países no desarrollados. Además, se debatía sobre si la incorporación de las mujeres era positiva en términos de ganancias en autonomía relativa y empoderamiento personal o si más bien estos empleos mantenían a las mujeres en su posición de subordinación y las exponían a nuevas formas de exclusión social. Posteriormente, se introdujeron nuevos elementos a la discu- sión, como la necesidad de tomar en cuenta los distintos procesos personales de internalización de la experiencia laboral en la valora- ción de ésta. Es el caso de los trabajos de Tiano (1994), para quien el concepto de modos de conciencia implica distintas formas de enfren- tar las relaciones de poder fuera y dentro del trabajo, por tanto, expli- ca los distintos modos de vivir la experiencia laboral: desde la alie- nación, la acomodación, el acoplamiento y la resistencia. También se ha estudiado como se construyen subjetividades femeninas acorde a las exigencias de la producción flexible al interior de las fábricas y la manera en que los cambios en la relación entre hombres y mujeres, que derivan de la presencia de estas empresas en la frontera, genera

3. La relocalización industrial es un proceso ligado a la reestructuración productiva que se gestó en las últimas décadas del siglo pasado y que consistió en llevar una par- te del proceso productivo por parte de las empresas a territorio que ofrecían ventajas para el abaratamiento de los costos de producción. En este procesos se constituyeron cadenas globales en todo el mundo, comandadas por empresas transnacionales. 4. Desde un inicio, se les llamó empresas maquiladoras por tratarse de actividades productivas asociadas a una parte del proceso productivo, que consistía predominan- temente en el ensamble de piezas. Experiencias de resistencia femenina al mundo global ______603 tensiones que contribuyen a la violencia social en estos espacios ur- banos (López, 2009). Otro aspecto que tiene influencia en la dinámica del cambio so- cio-cultural en la frontera —que ha sido poco ponderado y visible— es la presencia de organizaciones civiles en las ciudades de la frontera norte, las cuales se han ocupado de apoyar a las mujeres que trabajan en la maquiladora, a través de programas educativos sobre derechos laborales y de la mujer, así como de asesoría sicológica y legal. Una parte importante de la fortaleza5 de estas organizaciones son sus víncu- los con organizaciones de Estados Unidos y Canadá en el caso de Ti- juana y con España, Francia e Italia en el caso de Tánger, así como con otras organizaciones del interior del país. Independientemente del impacto cuantitativo que pudiera tener la acción de estas organizaciones, lo relevante es que ofrecen una vi- sión y un discurso alternativo, el cual apela a la mujer como sujeto de su historia personal, con autonomía y capacidad de negociación fren- te a la familia y la empresa maquiladora. En esta ocasión nos interesa comparar las trayectorias de dos asociaciones civiles Factor X, en Tijuana y Attawasul, en Tánger. En ambos casos, se trata de campos de acción de las mujeres constituidos alrededor de los mundos de trabajo de las empresas globales, tal como los define Tarrés (2007). Es decir, como espacios de interacción y sociabilidad en donde los individuos pueden desarrollar capacidad re- flexiva y construirse identidades resistentes. Para las trabajadoras cons- tituyen un capital social y simbólico importante, desde donde constru- yen redes sociales, lazos de amistad y sentido de pertenencia. En los siguientes apartados presentamos el contexto en que se inscriben estas organizaciones, identificando las principales semejan- zas entre las ciudades fronterizas estudiadas y los paralelismos en la transformación de la condición femenina. Posteriormente, describi- mos el quehacer de estas agrupaciones y, a manera de conclusión, es- bozamos los alcances de sus acciones y los obstáculos para su conso- lidación y permanencia.

5. Aunque aquí se interpreta la relación con asociaciones internacionales como una fortaleza, conviene señalar que en determinadas circunstancias puede representar una debilidad: cuando estos lazos generan dependencia de las iniciativas locales respecto a las asociaciones de países más desarrollados, las cuales suelen tener más recursos y experiencia. 604 ______La frontera desde el activismo

Paralelismos entre dos ciudades fronterizas distantes

Las poblaciones de México y Marruecos se han conformado como so- ciedades por caminos con grandes diferencias históricas y culturales. Mientras que México tiene casi dos siglos de ser un país indepen- diente, Marruecos tiene medio siglo de independencia. La coloniza- ción de ambos países ocurrió en épocas del desarrollo del capitalismo muy distintas, por lo que tienen una posición particular respecto a las economías hegemónicas. Las diferencias religiosas no solamente son notables respecto a las creencias y prácticas específicas, sino a la relación de las ins- tituciones religiosas con el Estado. En Marruecos, no hay una separa- ción clara entre estos agentes, tal como se ha dado en México en el transcurso del siglo pasado.6 Además en Marruecos la religión preva- leciente es el Islam, mientras que en México se presenta cierta diver- sidad religiosa. Aunque en los censos de población de 2000 se regis- tró un 87,9 % de población que declaró ser católica. Asimismo, se trata de países que han sido adscritos a Occidente (México) y Oriente (Marruecos), dentro de un ordenamiento plantea- do desde los países hegemónicos para diferenciar regiones «distantes» y «bárbaras», de un nosotros «avanzado» y «civilizado». Esta dife- rente adscripción da cuenta de los distintos lugares de estos países en un orden geopolítico construido desde una visión etnocéntrica. Empero, más allá de dichas clasificaciones, se puede señalar que en este momento histórico, ambas regiones del mundo se encuentran expuestas a procesos de globalización desde una posición de países pertenecientes al Sur, es decir, que presentan una etapa de desarro- llo económico y social distinta de los países del Norte, los cuales en cambio juegan un papel hegemónico en el curso de las economías mundiales. Desde dicha posición estos países han emprendido un modelo de desarrollo económico basado en la apertura hacia el exterior. Al mismo tiempo que se encuentran inmersos en procesos de transición democrática, en la que se pretende una relación distinta entre el Esta-

6. Pero la tensión entre Estado-Iglesia se mantiene vigente y se expresa en continuos debates acerca de los límites de la participación de la Iglesia católica en la esfera pú- blica. Experiencias de resistencia femenina al mundo global ______605 do y la sociedad. Los Estados-nación correspondientes se encuentran sujetos a fuertes presiones internacionales para la definición de sus políticas públicas acordes a los dictámenes de distintos organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Or- ganización de las Naciones Unidas. Por tanto, la territorialidad de los Estados-nación pasa por un proceso de redefinición, dada la impor- tancia de los diversos flujos internacionales, de la inversión extranje- ra y la dependencia económica con el exterior. Las ciudades de Tánger y Tijuana7 se han visto particularmente sujetas a estas tendencias en el plano global y nacional; sus econo- mías se han definido en estrecha relación y dependencia con las eco- nomías de los países vecinos, España, Francia y Estados Unidos. Por su ubicación geográfica han presentado cierto aislamiento respecto al devenir del resto del territorio y han sido privilegiadas para el empla- zamiento de empresas de capital extranjero que producen para la ex- portación de las mercancías. Así, el proceso de industrialización en el norte de México, el cual inició a finales de los sesenta, ha sido punta de lanza en los cambios que se sucedieron en el país por la apertura de la economía, la rees- tructuración productiva y la flexibilización del trabajo. Por su parte, la relocalización de las empresas en Tánger ocurrió más reciente- mente8 pero al igual que en el caso de la frontera norte de México, la industrialización de esta región del país ha sido un referente en el mo- delo de desarrollo impulsado en los últimos años, sobre todo por su contribución al comercio exterior y al crecimiento del empleo. Este proceso reforzó el crecimiento acelerado que ya se presen- taba en estas ciudades desde la segunda mitad del siglo pasado. Por ello, se pueden definir como ciudades abiertas, con una acentuada di- versidad cultural. Ambas espacios se han constituido también en im- portantes zonas de paso para la población que emigra hacia los países vecinos de España y Francia en el caso de Tánger y Estados Unidos en el caso de Tijuana. En este sentido, lo efímero juega un papel im- portante en la definición de las dinámicas urbanas, a lo cual se suman

7. Tijuana tenía un tamaño de población de 1.410.700 habitantes, según los censos de población de 2005, casi el doble de número habitantes de Tánger, en 2004. 8. Es a mediados de los noventa cuando estas empresas adquieren ritmos de creci- miento importantes. 606 ______La frontera desde el activismo las múltiples influencias de los países vecinos que dan lugar a conti- nuas mezclas culturales. Los constantes flujos de población y la inte- racción que existe con España y Estados Unidos en las distintas es- feras de la vida cotidiana, hacen que lo transnacional sea un rasgo propio de la esfera social, económica y cultural. Por otra parte, el acelerado crecimiento demográfico ha llevado a que los habitantes padezcan desajustes entre la demanda y la oferta de infraestructura. Por lo cual el desarrollo urbano se caracteriza por el surgimiento de zonas de alta precariedad en la periferia urbana, pero también al interior de la ciudad. Las condiciones de habitabili- dad de estas ciudades son deficientes; sobre todo en el caso de Tijua- na, donde la violencia social se ha tornado un componente de la vida cotidiana. También es común a estas ciudades, la feminización de los mer- cados de trabajo de las empresas trasnacionales allí instaladas. Lo cual forma parte de una tendencia general de incorporación creciente de la mujer al trabajo asalariado en estos países, pero también es producto del interés de las empresas por buscar el abaratamiento de la fuerza de trabajo. Finalmente, es importante mencionar que la condición fronteriza descrita someramente en líneas anteriores da lugar a procesos de trans- formación socio-cultural en los que se entrecruzan formas de vida tra- dicional y moderna, lo cual genera resistencias y diversos conflictos sociales.

La condición femenina en transición

Existe a nivel mundial un proceso de cambio en la condición de la mu- jer impulsado desde los distintos países que han venido implementan- do agendas gubernamentales en las que se busca incluir a las mujeres al desarrollo. Pero también han sido fundamentales las acciones desde abajo, es decir, de mujeres y sus organizaciones que han hecho visible el problema de la desigualdad de género en los propios países. Durante la década de los noventa, considerada como la década de la mujer, el tema de la equidad y el combate a la discriminación de género a nivel internacional cobró mayor importancia a raíz de la Experiencias de resistencia femenina al mundo global ______607

Cuarta Conferencia de la Mujer que se celebró en Beijing, en 1995. Tanto México como Marruecos firmaron los acuerdos de esta Confe- rencia en los que se comprometían a implementar la transversalidad del género, es decir, que los distintos sectores del gobierno debían comprometerse a instrumentar políticas buscando generar condicio- nes para la equidad de género. Estas iniciativas que surgen en el plano global se enfrentan a inercias en el plano nacional y local que retrasan los cambios, a la vez que se conjugan con otras iniciativas renovadoras en estos niveles de la realidad social. En este apartado nos interesa presentar un panora- ma general de la condición femenina en Marruecos, para así apuntar solamente algunas similitudes con el caso mexicano. La construcción social del género en Marruecos tiene como ci- mientos al matrimonio y la maternidad. De tal manera que el papel asignado a las mujeres es el cuidad de la familia, su identidad se de- fine a partir de ser madres y esposas (espacio privado); mientras que los hombres son los protectores y proveedores de la familia y son quienes proporcionan el status familiar (espacio público).9 Con esta división el hombre se ubica en una posición material y simbólica de superioridad frente a la mujer. Bajo estas premisas se constituye tam- bién en México la condición femenina, pero con ciertos matices pro- ducto del mayor avance en los procesos de modernización.10 Sin embargo, en Marruecos —como señala Benradi (2000)— los procesos de cambio socio-cultural asociados a las transformaciones económicas, a la urbanización, las migraciones, la escolarización e incorporación al trabajo asalariado de las mujeres, así como a la in- fluencia de los medios masivos de comunicación, hacen que la insti-

9. En un trabajo reciente Ribas-Mateos (2008) señala que con la industrialización en la ciudad de Tánger, el modelo de familia basado en el hombre proveedor se encuen- tra fuertemente cuestionado, no sólo por la incursión de las mujeres en estos empleos, sino por la imposibilidad cada vez mayor de que los hombres accedan a un empleo que les permita seguir jugando este papel. En Salles y Olivo (2006) se plantea un pro- blema similar para el caso de los hombres trabajadores mexicanos. 10. Se pueden mencionar dos indicadores que permiten ponderar estas diferencias: uno es el porcentaje de población urbana de cada país, correspondiente al año 2008: el 77 % de mexicanos se contaban entre ellos; mientras que en Marruecos representa- ban el 56 %. El segundo dato es el porcentaje de mujeres entre 15 y 24 años alfabetos, en 2006: el 98 % de las mujeres en México alcanzaban este nivel, en cambio, en Ma- rruecos era el 64 % (datos obtenidos de , consultada el 13/11/2009). 608 ______La frontera desde el activismo tución familiar se encuentre en medio de la tradición y la moderni- dad, lo que implica numerosos conflictos. Al respecto, es importante considerar que el Islam juega un papel fundamental en la tradición familiar: las prescripciones para moverse por el espacio público y para acceder a un trabajo asalariado sin el consentimiento marital y la necesidad de asumir la subordinación de la autoridad masculina —primero del padre y después del marido—, se legitima a través del Código de Estatuto Personal o Mudawwana.11 Y en los discursos de los islamismos políticos radicales se sublima el papel de la mujer, al conferirles el papel de guardianas de la identidad colectiva. Bajo esta premisa, las mujeres tienen el deber de permane- cer en el hogar y llevar el velo. En correspondencia con estas ideas, la sociedad marroquí responsabiliza a la mujer del honor de la familia, por lo tanto, debe cuidar la castidad, la fidelidad y practicar la conti- nencia sexual (ibid., 2000). En el estudio de Aixelá (2000) sobre las mujeres en Marruecos se proporcionan elementos que sugieren continuidades en la sociedad marroquí respecto al contrato de género en: 1) lo legislativo porque el Código familiar continua protegiendo al parentesco tipo patrilineal; 2) en lo laboral porque se observa una segregación por sexo del tra- bajo y menor participación de mujeres casadas; y 3) en el movimien- to feminista que presenta posturas encontradas de islamistas y de aquellas que buscan la reivindicación de la igualdad sexual y mayor libertad de acción para las mujeres. En México, podemos observar semejanzas en estas esferas, aun- que en el terreno de la legislación, encontramos ciertos avances en las leyes civiles que protegen a la mujer frente al divorcio. Incluso, la re- ciente despenalización del aborto en el Distrito Federal, constituye un avance en el reconocimiento del derecho femenino a decidir sobre su cuerpo. Aunque esta experiencia que se dio en un contexto local muy particular evidenció también la existencia de discursos conservadores que tienen radios de influencia importantes.12 Esto quiere decir, que

11. Este código fue escrito entre 1957 y 1959, después de la independencia de Ma- rruecos de la colonia franco-española. En 1993, se revisó y se efectuaron algunas mo- dificaciones. 12. Es el caso del estado de Baja California al que pertenece Tijuana y donde se aprobó una polémica modificación a la constitución, denominada la ley antiaborto (véase Maier, 2008). Experiencias de resistencia femenina al mundo global ______609 aun cuando las posiciones respecto a la condición femenina son me- nos frontales que en Marruecos, en nuestro país se presenta una ten- sión entre posturas de avanzada y otras que intentan resguardar el or- den prevaleciente en lo que respecta a los papeles tradicionales de la mujer. Por otra parte, la condición de la mujer en Marruecos se ha transformado desde la independencia, ha aumentado la escolariza- ción, las mujeres tienen mayor acceso a las actividades económicas y tienen cierta presencia en los distintos niveles de gobierno, tal como lo describe Laala (2003).13 Sin embargo, otras voces como las de Aixe- lá (2000) y Benradi (2000) señalan que el contexto social no es favo- rable, pues se presentan limitaciones en el acceso de las mujeres al trabajo; las contradicciones jurídicas que en gran medida legitima la discriminación femenina; y se vive una intensa disputa por resignifi- car la condición femenina entre distintas visiones del mundo: una de defensa de los derechos humanos de las mujeres y otra de mantener los preceptos del Islam para definir la condición femenina. Mientras que en México, si bien el proceso de modernización esta más extendido en las formas de vida y en marco institucional, las mujeres enfrentan un conjunto de resistencias y de inercias que man- tienen prácticas y situaciones que atentan contra la dignificación de la mujer, tales como la violencia de género, la segregación laboral y la feminización de la pobreza.

Organizaciones resistentes

En este apartado presentamos los casos de dos organizaciones civiles de Tánger y Tijuana, en una perspectiva comparativa. Sin embargo, es importante aclarar que no se trata de una comparación rigurosa, más bien intentamos mostrar problemas comunes y evidenciar los es- fuerzos femeninos por resistir los procesos de globalización. Ambas organizaciones surgieron a iniciativa de un grupo de mujeres para de- fender sus derechos laborales frente a las empresas globales instala- das en la ciudad. Sus agendas han trascendido el ámbito del trabajo y

13. Véase también Chafai (2004). 610 ______La frontera desde el activismo han articulado un discurso de defensa de los derechos de la mujer, so- bre todo en el caso de México. Estas organizaciones constituyen para las mujeres una comunidad de sentido y un espacio donde se propicia la acción reflexiva.

En Tánger

La asociación Attawasul se fundó en el año 2002, cuando una organi- zación española llegó a Tánger a entrevistar mujeres trabajadoras del textil. A raíz de esta experiencia, algunas de ellas tomaron la iniciati- va de organizarse por su cuenta para constituirse en una instancia de defensa de los derechos de las trabajadoras. Con esta misión la asociación inicio sus actividades ofreciendo cursos de alfabetización y de idioma (inglés, español y árabe), orga- niza conferencias sobre distintos temas como el código de trabajo y derechos humanos. Como parte importante de sus actividades tienen excursiones fuera de la ciudad, pues consideran como una necesidad generar un sentido de pertenencia en las trabajadoras, sobre todo por- que muchas de ellas recién han llegado a la ciudad. Attawasul también ha participado en campañas internacionales como la denominada «ropa limpia» —emprendida en 2004— junto con otras ONG’s, como Intermon Oxfam y Setem, de origen español. En dicha campaña se denunció las pésimas condiciones de trabajo de las obreras de empresas subcontratadas en Tánger por marcas como Zara y Mango, lo cual ocurre con frecuencia en distintas partes del mundo menos desarrollado.14 Respecto al trabajo en las empresas globales se presentó en el grupo de discusión una crítica muy fuerte a las largas jornadas de tra- bajo, a la falta de regulación de las mismas y a la coerción ejercida por los gerentes para laborar horas extra. La imagen de las fábricas como lugares de encierro fue una constante en las narrativas del grupo en- trevistado. Otro aspecto que consideran negativo se refiere a la inesta- bilidad laboral, pues continuamente se viven despidos injustificados o el cierre de sus lugares de trabajo. La intensidad de las jornadas signi-

14. Véase la referencia en . Experiencias de resistencia femenina al mundo global ______611 fica para muchas de ellas fuertes afectaciones a su salud, como dolo- res de espalda y asma. Además consideran que no tienen acceso a un seguro social y que sus derechos laborales no son respetados.15 En cuento a las condiciones de vida las trabajadoras señalaron las dificultades para conseguir vivienda, por lo que es común encon- trar que en un mismo departamento viven varias familias; y respecto a tema de la familia comentaron acerca de los problemas de divorcio y de las dificultades para encontrar una pareja en un ambiente de fuerte control de la sexualidad. Aunque en esta sesión había algunas trabajadoras que expresa- ron su determinación de hacer su vida fuera del mundo de trabajo de las empresas de confección, otras insistieron en la importancia de la acción colectiva para modificar las precarias condiciones de trabajo prevalecientes, aunque sin un programa claro de acción.

En Tijuana

Factor X fue una organización civil que surgió a principios de la dé- cada de los noventa, se conformó por el interés de un grupo de muje- res que empezó trabajando en los barrios a raíz de una temporada de lluvias intensas en Tijuana. A partir de esta experiencia, algunas de las fundadoras comenzaron a organizar talleres en las colonias para in- dagar acerca de las causas de la precariedad de las condiciones de vida de las mujeres. Una vez organizadas, dirigieron sus acciones hacia las trabaja- doras de las empresas maquiladoras. Durante los primeros años de trabajo no se contaba con un espacio fijo y las reuniones se realizaban en las casas de las propias trabajadoras. Para atender los problemas de estas mujeres decidieron dividir el trabajo en tres temáticas o pro- gramas: 1) el problema de la educación en relación a los derechos la- borales, 2) el problema de la violencia intrafamiliar, y 3) la asesoría laboral.

15. Esta descripción de la precariedad laboral coincide con los hallazgos de la in- vestigación de Naïr (2009), en la cual se estudian las condiciones sociales y de traba- jo de mujeres empleadas en una empresa holandesa relocalizada en la región de Té- touan, también el norte de Marruecos. 612 ______La frontera desde el activismo

Después estos programas pasaron a constituir áreas de trabajo: investigación, capacitación y servicios. El avance más importante lo tuvieron en el área de capacitación, pues lograron ofrecer cursos a tres generaciones de promotoras de los derechos laborales. Estos cur- sos tenían varias tres etapas: la primera consistía en talleres formati- vos, después las promotoras organizaban grupos en sus comunidades y, en la última etapa, hacían la labor de multiplicación del conoci- miento con su comunidad. En el área de servicios, contaban con el apoyo de una abogada laboral y otra civil, quienes atendían los conflictos laborales y los problemas de violencia doméstica de quienes se acercaban a la orga- nización. Factor X se desarrolló en tres momentos distintos, el primero en el que comenzaron a centrarse en la problemática de las mujeres en la maquiladora. Después, en 1993, definen un proyecto de trabajo que les permitió contar con un financiamiento para trabajar en un local; posteriormente, lograron otro apoyo económico de parte del Sindica- to de Telecomunicaciones, Energía y el Papel de Canadá,16 y se co- menzó a trabajar en forma profesional y sistemática. En 1999, conta- ron con recursos y asesoría de una organización civil nacional que les permitió cambiar la estructura organizativa, se definieron mejor los objetivos, las metas y las áreas de trabajo.17 Los problemas principales de las trabajadoras de las empresas globales que se identificaron por la asociación fueron: el desconoci- miento de los derechos laborales, las exhaustivas jornadas de trabajo y los bajos salarios. Al igual que las trabajadoras de Tánger, conside- raban a la intensidad del trabajo como el motivo del deterioro de su salud y como un impedimento para desarrollar capacidades para dis- tinguir situaciones de injusticia laboral. También en los últimos años tuvieron un programa de becas para capacitar a las promotoras en otras áreas como el uso de compu-

16. Recibieron apoyos de otros sindicatos de Canadá y de Europa que estaban inte- resados por los efectos del Tratado de Libre Comercio en América del Norte. Tuvie- ron además una organización aliada en Canadá que es la Red de Solidaridad con la Maquiladora, y a través de esta red se conectaron con la organización mundial para la mujer: Women Works World Wide. 17. El método de enseñanza que se empleó en la formación de promotoras fue una adaptación del programa sobre la problemática de salud ambiental en la casa, que te- nía la Coalición de Salud Ambiental de San Diego. Experiencias de resistencia femenina al mundo global ______613 tadoras y formas de comunicación.18 Por otra parte, esta organiza- ción ayudó a la conformación de redes de organizaciones de defensa de las y los trabajadores de las empresas de exportación en la fronte- ra norte.19 A pesar de que Factor X dejó de existir a finales de 2004, mu- chas de las promotoras que formaron, alrededor de treinta trabajado- ras de la maquiladora, continúan con muchas limitaciones realizando su trabajo de promoción de los derechos laborales.

Conclusiones

A lo largo de estas líneas hemos descrito el contexto en el que se con- forman dos organizaciones, que se constituyen como campos de ac- ción de las mujeres en dos ciudades fronterizas. En estos espacios ur- banos las mujeres se han incorporado intensivamente a los mercados de trabajo de empresas para la exportación en condiciones de vulne- rabilidad social. Frente a estas condiciones han emprendido distintos esfuerzos organizativos centrados en la formación de un discurso de resistencia. Aunque es difícil evaluar el impacto de sus acciones pen- samos que constituyen un capital social y cultural imprescindible para lograr la dignificación de la mujer y su trabajo, así como para que las mujeres no sólo se integren al desarrollo social sino se reconozcan como ciudadanas. La estructura organizativa más compleja de Factor X alcanzada a lo largo de más de diez años de trabajo, puede ser un referente im- portante para otras organizaciones. Sin embargo, los problemas de li- derazgo y de financiamiento constituyen limitaciones serias para la recreación de estos espacios colectivos. Otro conjunto de obstáculos que enfrentan las asociaciones de- dicadas a la defensa de los derechos del trabajo se refieren a: la nega- ción sistemática de las identidades colectivas en las empresas; la di-

18. Otra de las promotoras logró desarrollar formas de enseñanza creativos de los derechos laborales, como la lotería y el laberinto de los derechos. 19. Tenían contacto con organizaciones de Centro América y Asia, e impartieron un curso de formación de promotoras de los derechos laborales, con perspectiva de gé- nero, para trabajadoras del centro del país y de la frontera norte. 614 ______La frontera desde el activismo versidad que caracteriza al mercado laboral de las maquiladoras; la falta de memoria colectiva; y que las identidades resistentes se cons- truyen a partir de la experiencia de procesos de exclusión en el tra- bajo, lo cual hace difícil emprender un esfuerzo de defensa de los es- pacios de trabajo y de construcción de una voz colectiva. A ello se puede añadir la importancia en la sociedad contemporánea de la di- mensión personal de la acción y que, como señala López (2005), con- trariamente a lo que ocurría en otros momentos, la acción colectiva se pone al servicio de las identidades individuales. Desde una perspectiva más general, la debilidad de estos esfuer- zos organizativos puede estar reflejando que la defensa de los dere- chos laborales, se ve desbordada por problemas relacionados con la condición de género de las mujeres y por las dificultades asociadas a la vida urbana. Por otra parte, las diferencias en las trayectorias de Attawasul y Factor X, corresponden a las distintas etapas de desarrollo de los pro- cesos de industrialización entre México y Marruecos, así como a for- mas específicas de relación entre la sociedad civil y el Estado en cada uno de estos países. La puesta en escenarios paralelos de estas dos realidades permi- te acercar mundos distantes, reconociendo en el otro las semejanzas y matizando las diferencias. Los problemas ligados a las transforma- ciones en las relaciones de género por el trabajo, la desigualdad de oportunidades y la desvalorización del trabajo femenino, son aspec- tos que afectan particularmente a las sociedades en ambos contextos. Profundizar en los estudios comparativos sobre estos temas permitirá ahondar en nuestro conocimiento acerca de la globalización y la con- dición fronteriza vivida desde el Sur. 33. La Posada Sin Fronteras: Disputando Fronteras a través de la Espiritualidad Política1

Pierrette Hondagneu-Sotelo

Cada año durante la temporada de Adviento, varios cientos de personas se reúnen en un lugar solitario en la frontera entre México y los Estados Unidos, un lugar donde el muro que divide a los Estados Unidos y México se extiende hacia el Océano Pacífico. Se reúnen para la Posada Sin Fronteras, un evento híbrido que re-adapta la tra- dicional procesión de Posada para conmemorar el sufrimiento de las familias migrantes que viajan desde el sur hacia el norte en lo que se ha convertido en una de las regiones fronterizas más peligrosas del mundo. Es un llamado para darle la bienvenida a los migrantes y pro- testar las políticas fronterizas que matan. Asi como María y José bus- caron la hospitalidad en una tierra extranjera e inhóspita, también, los organizadores nos dicen, los migrantes mexicanos y centroamerica- nos están buscando hospitalidad en el norte. Un obispo metodista que asistió a la Posada describió la analogía de esta manera:

Cuando María y José salieron de Belén para regresar a Nazaret para criar a su hijo, cruzaron fronteras como refugiados indocumentados. Huyeron a Egipto, y luego volvieron a Nazaret. Ellos se encontraban en riesgo, y su hijo se encontraba en riesgo. En sus brazos, María sos- tuvo el Salvador del mundo. Sostuvo nuestra esperanza. Sostuvo la Luz

1. Este artículo es una adaptación de P. Hondagneu-Sotelo, G. Gaudinez, H. Lara y B. C. Ortiz (2004), «“There’s a Spirit that Transcends the Border”: Faith, Ritual and Postnational Protest at the U.S.-Mexico Border», Sociological Perspectives, 47(2), pp. 133-159, y el libro de P. Hondagneu-Sotelo (2008), God’s Heart Has No Borders: How Religious Activists are Working for Immigrant Rights, University of California Press. 616 ______La frontera desde el activismo

en toda su vulnerabilidad. Podrían haber muerto cruzando fronteras, ya que otros han muerto… Ruego que seamos gente de hospitalidad y de bienvenida. (Swenson, 2003, p. 2)

Marco teórico

En este artículo, examino la intersección de la religión, la etnia y la política, y en particular la manera en que la religión da forma a la pro- testa pública. Los eventos de protesta son una característica defini- toria de los movimientos sociales, y los manifestantes desarrollan «repertorios de contención», constelaciones de tácticas y estrategias rutinarias (Tilly, 1995). Los teóricos de los movimientos sociales se han centrado en los recursos necesarios para la movilización, las oportunidades políticas que dan lugar a la acción colectiva, y las for- mas en que los organizadores articulan las quejas colectivas para es- tar alineados con las creencias y los valores dominantes, pero por qué la gente protesta, y los significados que la gente deriva de la acción colectiva, han recibido relativamente poca atención. En El Arte de la Protesta Moral, James M. Jasper (1997) subraya que los manifestan- tes encuentran placer y satisfacción ejerciendo una voz moral. Hacer- lo colectivamente y en público refuerza estos sentimientos de satis- facción. Las acciones de protesta son un medio por el cual los grupos desarrollan una conciencia de oposición, y crean y reafirman las iden- tidades individuales y colectivas (Jasper, 1997; Snow y McAdam, 2000). La Posada Sin Fronteras es un evento híbrido que combina la protesta política y la ceremonia religiosa. Es bien sabido que los ma- nifestantes implementan formas nuevas y poco ortodoxas de expre- sión política para cautivar la atención del público. Sin embargo, tam- bién deben confiar en símbolos, ideas y creencias que resuenan con los participantes (Jasper, 1997). La religión y la etnicidad son una fuente fértil para estos símbolos y creencias. En este artículo, exami- no cómo los símbolos religiosos, en particular, los símbolos y rituales de las tradiciones católicas mexicanas, engranan con las creencias cristianas interdenominacionales para impulsar la voz moral en con- tra de las políticas de los Estados Unidos con respecto a la frontera La Posada Sin Fronteras ______617 con México. Esta «espiritualidad politizada» representa un desafío postnacional a las políticas migratorias y fronterizas de los Estados Unidos. La petición colectiva para reemplazar la hostilidad con la hospi- talidad en la frontera con México se basa en símbolos claramente bí- blicos y en símbolos de rituales católicos mexicanos. Es uno de un número creciente de casos en que la religión se está moviendo más allá de los estrechos y privados confines de la oración y las bancas hacia los lugares públicos. En los Estados Unidos, y en todo el mun- do, desde la izquierda del centro y desde la derecha del centro, la re- ligión va cada vez más allá de un enfoque exclusivo en la salvación privada, la espiritualidad y la adoración a disputar e informar a la mo- ral pública. El sociólogo José Casanova (1994) se refiere a este pro- ceso como la «desprivatización de la religion». La Posada Sin Fron- teras representa una promulgación colectiva de esta proposición de manera especialmente dura, ya que incorpora el ritual y occurre pre- cisamente en la frontera entre los Estados Unidos y México que fue creada y es mantenida por la fuerza militar patrocinada por el estado. El sitio de la frontera es clave tanto para las articulaciones políticas y religiosas. Esto ciertamente no es la primera instancia en que la moralidad basada en la fe pone en cuestión a las practicas migratorias y policia- les de los Estados Unidos en la frontera. El Movimiento de Santuario, un movimiento interreligioso en contra de la política exterior de los Estados Unidos y la política de refugiados de América Central, co- menzó a lo largo de la frontera en Arizona. Los Quakers, a través del American Friends Service Committee, han vigilado los abusos de los derechos humanos y civiles a lo largo de la frontera entre los Estados Unidos y México durante muchos años. Más recientemente, los obis- pos católicos de los Estados Unidos y México emitieron una inusual declaración conjunta pidiendole a Bush que reanudara las platicas con México hacia un programa nuevo de amnistía-legalización, e ins- taron a los católicos estadounidenses que les dieran la bienvenida a los inmigrantes indocumentados en sus parroquias (U.S. Conference of Catholic Bishops, 2003). La Posada Sin Fronteras es una promul- gación colectiva y corporal de una espiritualidad politizada, pero complementa los esfuerzos de otros activistas en la frontera. De he- cho, algunos de los participantes en la Posada Sin Fronteras partici- 618 ______La frontera desde el activismo pan en otras formas de activismo. Entre las más institucionalizadas de estas respuestas es la red de albergues para migrantes establecida por la Orden Scalabrini de sacerdotes católicos. Activistas cristianos de varias denominaciones, pero principalmente presbiterianos, también están utilizando la proclamación para ayudar a los pobres y oprimidos como un trampolín para brindarle asistencia de emergencia a los migrantes que cruzan la frontera México-Estados Unidos. Fronteras Humanas, fundada en 2000 en Arizona, ha surgido como una organi- zación religiosa binacional, sin fines lucrativos, que ofrece asistencia, como estaciones de agua, primeros auxilios, y alimentos a los mi- grantes en tránsito. Un pequeño proyecto en San Diego, Ángeles de la Frontera, proporciona un alivio similar. Otros programas con base re- ligiosa incluyen la Patrulla Samaritana, la campaña de No Más Muer- tes, y BorderLinks. Este último ofrece una educación experiencial de la frontera a los ciudadanos de los Estados Unidos, en búsqueda de una comprensión teológica de las cuestiones fronterizas. En resumen, hay una nueva sociedad civil de grupos de acción social inspirados por la Biblia en la frontera México-Estados Unidos. En los últimos años, algunos estudiosos de la inmigración han sostenido que hemos entrado en una fase marcada por la decadencia de los estados-nación, y por la apariencia de la ciudadanía postnacio- nal. Aunque existen varias cepas de pensamiento, los postnacionalis- tas argumentan que los migrantes ahora sostienen las reivindicacio- nes de la residencia, el bienestar y los derechos en el trabajo no en virtud de la ciudadanía del estado-nación, sino más bien por referen- cia a los derechos humanos universales y las nociones de «personali- dad» (1994, Soysal; Sassen, 1998). Una posición alternativa afirma que las fronteras internacionales y las políticas nacionales de inmi- gración siguen teniendo un enorme poder, incluso en esta era de la in- migración masiva y la globalización (Joppke, 1997; Freeman, 1998). Aunque hay pruebas irrefutables de la potencia continua del estado- nación, la Posada Sin Fronteras está organizada precisamente para cuestionar el régimen actual de ciudadanía nacional de los Estados Unidos, y las políticas migratorias y fronterizas impuestas unilateral- mente. Representa una impugnación postnacionalista del status quo. Lo que los postnacionalistas han ignorado es la medida en que el discurso religioso, en particular las nociones del parentesco y de la humanidad cristiana, animan el reto postnacionalista. Los participan- La Posada Sin Fronteras ______619 tes en la Posada Sin Fronteras envían un discurso postnacionalista de personalidad universal. Estas afirmaciones se derivan no sólo de la so- lidaridad étnica o del discurso de los derechos humanos, como han in- dicado los postnacionalistas (Soysal, 1994), sino también de las creen- cias religiosas y la moralidad. Los símbolos culturales, los iconos y los rituales colectivos constituyen la Posada Sin Fronteras. Se utilizan velas, canciones especiales con letras re-adaptadas, parodias teatra- les, las luminarias, los dulces, el clero en collares, una procesión por las zonas que simbolizan los distintos estados donde se producen mu- chas muertes en la frontera, y las pulseras inscritas. Este documento examina las motivaciones múltiples que atraen a los participantes al evento, y los múltiples significados que los participantes otorgan a la Posada Sin Fronteras.

Descripción de Investigación

Este artículo se basa en una etnografía de un evento, la Posada Sin Fronteras de 2002. El autor, junto con un pequeño grupo de estu- diantes, asistió al evento y lo grabó en vídeo en 2001, cuando la llu- via, las inundaciones y la construcción de un muro reforzado causó que el evento se celebrará en el estacionamiento de una iglesia local. Para la edición de 2002, cuatro de nosotros llegamos justo antes del comienzo de la Posada, alrededor de las 15:00 horas un sábado. Uno de nosotros documentó el evento con fotografías, y uno de nosotros lo grabó con una cámara de vídeo digital. Mientras que los cuatro co- menzamos el evento situádos alrededor los clérigos que sirvieron como los principales oradores, y los cantores, tres de nosotros final- mente nos dispersamos a los bordes de la creciente multitud. Equipa- dos con pequeñas grabadoras de audio-casetes, cada uno de nosotros se acercó al azar a las personas entre la multitud para preguntar por qué estaban allí, y que significaba la Posada Sin Fronteras para ellos. Los métodos utilizados en este proyecto son innovadores en al menos tres formas. En primer lugar, se desplegaron etnógrafos múlti- ples. Esto nos permitió comparar nuestras observaciones los unos con otros y tener acceso a observaciones que un etnógrafo trabajando por sí solo se podría haber perdido. En segundo lugar, las mini-entrevistas 620 ______La frontera desde el activismo se realizaron en el sitio, mientras que los encuestados estaban partici- pando y experimentando el evento. En tercer lugar, la documentación visual se incluyó también y nos brindó un complemento importante para la etnografía en el sitio. La documentación visual, las notas de campo basadas en las observaciones de los participantes, y las mini- entrevistas grabadas y transcritas constituyen la base de nuestro aná- lisis en este artículo.

La Militarización en la Frontera Estados Unidos-México

La frontera entre México y los Estados Unidos nació a través de la violencia militar, con el fin de la guerra mexicano-americana en 1848. Entre el establecimiento de la línea fronteriza en 1848 y el es- tablecimiento de la Patrulla Fronteriza como un agente de policía en 1924, la frontera entre México y los Estados Unidos fue relativamen- te fácil de cruzar. Incluso después de 1924, la frontera siguio siendo permeable y sólo vagamente vigilada. Hasta durante los períodos de las campañas virulentas contra los trabajadores migrantes mexica- nos, las autoridades de gobierno de los Estados Unidos con frecuen- cia asistian a los empleadores americanos para que obtuvieran traba- jadores migrantes, especialmente en el sector agrícola. Independientemente de si concebimos de la frontera entre los Estados Unidos y México como una ficción política, como una cica- triz en la tierra, o como una frontera cada vez más irrelevante en el rostro de las políticas neo-liberales como el Tratado de Libre Comer- cio, sigue siendo una poderosa fuerza de la no-ficción en la vida de millones de mexicanos, centroamericanos y otros que tratan de cruzar la línea de forma subrepticia, sin documentos. Cálculos conservado- res sugieren que una o dos personas mueren cada día tratando de cru- zar la frontera. Desde la década de 1980, y en particular durante la década de 1990, los Estados Unidos reforzó la aplicación de los controles fron- terizos en la frontera sur. El sociólogo Timothy J. Dunn (1996) do- cumenta cómo las agencias del orden en los Estados Unidos en la década de 1980 incorporaron gradualmente las doctrinas militares americanas de conflicto de baja intensidad —algunas de ellas perfec- La Posada Sin Fronteras ______621 cionadas en América Central— para controlar el flujo de inmigrantes ilegales y drogas en la frontera México-Estados Unidos. Entre 1978 y 1992, el INS añadió equipo como helicópteros militares equipados con radar, gafas de visión nocturna, sensores terrestres electronicos para la detención de intrusiones, y también agregaron el entrenamiento militar de las fuerzas locales (Dunn, 1996, p. 150). La militarización de la frontera ha provocado un aumento en las violaciones de los derechos humanos y civiles; en la diversidad de puntos de cruce de migrantes; y más muertes causadas por estos nue- vos caminos de cruce más peligrosos. Los observadores han reunido pruebas de violaciones grotescas de derechos humanos y civiles —violaciones, extorcion sexual, y asesinatos— cometidas por agen- tes del orden, y por grupos de pandillas y ladrones que deambulan por ambos lados de la frontera. Los oficiales de policía han participado en allanamientos ilegales, maltrato físico y psicológico, privación de ali- mentos y atención médica necesaria, y hasta asalto, agresión y asesi- nato (Huspeck, Martínez y Jiménez, 1998). El aumento de las muertes es consecuencia directa de la milita- rización de la frontera debido a que la fortificación de los puntos de cruce familiares ha llevado a los que piensan cruzar la frontera a las topografías y los terrenos más peligrosos. Deshidratación en el de- sierto, sofocación y golpes de calor en compartimientos cerrados de coches o ferrocarriles, el ahogamiento y la hipotermia son causas co- munes de muerte. Un estudio estima que más de 1.600 fatalidades de aspirantes a cruzar la frontera ocurrieron entre 1993 y 1997 en Hous- ton (Eschbach et al., 2001).

«Hay un espíritu que trasciende la fronteraÈ

Las posadas se originaron en el México colonial como un mecanismo de conversión, como una manera para que los españoles evangeliza- ran y enseñaran la moral bíblica cristiana a los indios en el imperio azteca. Las posadas y las pastorelas —obras teatrales milagrosas tam- bién presentadas a los indios por el clero español— fueron inicial- mente asuntos sagrados muy solemnes, pero una vez retirados de la iglesia y localizados en las calles y los hogares de la gente, adquirie- ron un espíritu colectivo y alegre. Las posadas varían segun el lugar 622 ______La frontera desde el activismo y el tiempo, pero siempre incluyen la recreación de María y José en busca de refugio, su rechazo en varias casas, y eventualmente el en- cuentro con la hospitalidad. El área fronteriza de San Diego-Tijuana cuenta con una diversi- dad religiosa (Odgers, citada en la introducción de este volumen), y en 1994 la primera Posada Sin Fronteras anual fue organizada por grupos trabajando en esta zona fronteriza. Desde entonces, los grupos inter- religiosos a lo largo de otros puntos de la frontera con México, y tan al norte como Seattle, San Francisco y Washington, D.C. han patrocina- do posadas similares para llamar atención a la difícil situación de aquellos que cruzan la frontera durante este régimen de supervision y peligro aumentado. En este sentido, constituye un repertorio de pro- testa modular que es prestado por los diferentes grupos (Tarrow, 1993), y reforzado por la tradición popular mexicana religiosa. La Posada atrajo a una audiencia diversa en edad, denominación y origen étnico. En el momento pico, cerca de 300 personas —la ma- yoría de ellos anglosajones y latinos— se reunieron en el lado ameri- cano de la cerca, y un grupo más pequeño, quizás alrededor de 50 a 75 personas, se reunieron en el lado mexicano. El grupo incluyó a una docena de clérigos en collares, Hermanos Franciscanos vestidos con túnicas de color marrón y sandalias, un montón de hijos con sus pa- dres, adultos mayores y estudiantes universitarios de grupos juveni- les de iglesias. Se inició con música en vivo, y el clero habló de las cuestiones morales y políticas de las muertes en la frontera, al igual que cualquier manifestación política de rutina. Pero esto fue seguido por crescendos emocionales y espirituales, cuando un nuevo grupo de teatro representó la muerte de 11 personas que cruzaban la frontera encerrados en un vagón de tren. A lo largo de la cerca de alambre, los organizadores habían colocado carteles con los nombres de los prin- cipales estados donde los migrantes cruzan. En lugar de ir a una casa en busca de refugio, marchamos a diferentes puntos que simbolizan los estados donde los migrantes buscan refugio, empezando con Ca- lifornia. A través de un micrófono y un amplificador portátil, las per- sonas a ambos lados de la cerca se turnaron recitando los nombres de los que habían muerto el año pasado mientras trataban de cruzar a los estados. Después de cada nombre que se leyó, la multitud cantó «pre- sente» o «aquí» para significar el recuerdo de esa persona. La Posada Sin Fronteras ______623

Múltiples Participantes, Respuestas Multiples

¿Cómo los participantes experimentan la Posada Sin Fronteras? ¿Por qué participan, y qué significado crean a partir de su experiencia? Equipados con nuestras grabadoras de audio-casete, tres de nosotros nos dispersamos entre la multitud inmediatamente después de la dra- matización teatral, pero antes del comienzo de la procesión, para en- contrar respuestas a estas preguntas. Las respuestas fueron variadas, y descubrimos que para muchos participantes hubieron varios signi- ficados y motivos.

La fe cristiana y la religión

La religión y la promesa de cumplir con los dictados del parentesco y la moral cristiana surgieron como el tema central. Para muchos, las convicciones basadas en la fe fue lo que los atrajo a la Posada loca- lizada en una zona remota en un sábado ocupado, y la fe es lo que ali- mentó su desafío de las políticas fronterizas. Lo que es sorprendente entre los participantes, cuyas palabras están representadas a conti- nuación, es la medida en que sus identidades y creencias cristianas determinan la inclusión, la igualdad y la hospitalidad. Sus identidades y creencias religiosas resuenan con las reconstrucciones y suplantan a las definiciones gubernamentales de las fronteras. Como una mujer, mayor y anglosajona, dijo, «Soy católica cristiana y, um, yo creo en la inclusión. Creo que todas las personas valen los mismo como seres humanos. Y no me gusta pensar que los refugiados no puedan entrar en nuestro país». Otra mujer, más joven y europea, dijo, «También viene de mi fe en Jesús. Creo, creo que Jesús se pondría de pie en la frontera y no lo aceptaría…». Varios de los encuestados invocaron la idea de que la gente de ambos lados de la frontera son «hijos de Dios», y sugirieron que las fronteras del estado-nación violan el concepto de una humanidad co- mún y una ley mayor de la naturaleza y la espiritualidad. Como una mujer mayor y blanca dijo, «Ella (la frontera Estados Unidos-Méxi- co) sale a la mar, es como un pecado en contra del planeta, y en con- tra de la tierra de Dios… Sin duda, hay espacio para todos en la tierra de Dios». Dos estudiantes universitarias, una blanca y otra asiática- 624 ______La frontera desde el activismo americana, que asistieron al evento con un grupo de jóvenes cristia- nos también hicieron hincapié en el tema de una humanidad común y señalaron que las divisiones de raza y nación no deben dividirnos. «Todos somos hijos de Dios», observó una de ellas. «Estamos todos aquí. Respiramos el mismo aire.» Su amiga estuvo de acuerdo: «No importa de qué país eres o de que color tienes la piel, porque todos te- nemos la misma sangre corriendo por nuestras venas. Todos segui- mos necesitando las mismas cosas». Con la excepción de la estudiante universitaria asiática-ameri- cana, todos los encuestados que hicieron hincapié en las convicciones y fundamentos basados en la fe fueron blancos. Para este grupo, los ideales religiosos y la moralidad cristiana sirven como un puente que les permitió no sólo a identificarse con «gente extranjera», pero tam- bien a estar junto con los inmigrantes en su lucha por los derechos hu- manos y la igualdad. La fe, y en particular el ejemplo de la compasión de Jesús por los pobres y los oprimidos, y la idea de que la gente de ambos lados de la frontera son «hijos de Dios» les permitió a desafiar las injusticias que ellos mismos no han experimentado. El hecho de participar en la Posada Sin Fronteras y de oponerse a la injusticia social se convirtió, para ellos, en un acto de afirmación religiosa. Como uno de los jóvenes reflejó «Es directamente motiva- do por nuestro compromiso de encontrar lo que significa ser cristiano —mi compromiso de encontrar lo que significa ser cristiano en el contexto de, usted sabe, las grandes disparidades en los ingresos y en el contexto del racismo». Mientras continuaba con su propia investi- gación, sugirió que el cuestionamiento moral de la injusticia social y las divisiones constituye una parte clave de su búsqueda religiosa: «Creo que parte de lo que significa ser cristiano es cruzar fronteras que normalmente no son cruzadas intencionalmente y con la inten- ción de reconciliarse. Así que creo que esos son temas profundamen- te cristianos». Las identidades cristianas son reafirmadas no sólo a través de la identificación con otras personas desfavorecidas, sino también por el interrogatorio de la esfera secular. Un hombre, tal vez en sus sesenta años, expresó su preocupación por los extranjeros con más fuerza. Para él, la fe cristiana prescribe no sólo la identificación con el sufrimiento de los migrantes, sino también un deber bíblico «para ayudar a los extranjeros». Como relató La Posada Sin Fronteras ______625

Me siento obligado por los dictados de mi religión, que es cristiana, para ayudar a esta gente. (Yo creo en) este mandato en la Biblia, como, «Recuerde que usted mismo fue un extranjero en Egipto». Y, usted tie- ne que ayudar a los extranjeros. Esto se extiende a lo largo de la, la Bi- blia. Y siento un deber, en realidad, un deber religioso para tratar de aliviar la carga de algunas de estas personas… Yo hago lo que puedo para tratar de ayudar.

En este caso, sugiere que la experiencia le proporcionó un momento de realización espiritual y trascendencia. Ciertamente, no todos los participantes en la Posada están listos para pedir una reconfiguración radical de las políticas estadounidenses de inmigración y de las fron- teras, ni son necesariamente activistas.

Identidades religiosas-étnicas

Los encuestados latinos dijeron que asistieron a la Posada como un evento étnico y religioso que los conectó a México. Su participación en la Posada reafirmó sus identidades religiosas como cristianos y ca- tólicos, y su identidad étnica como mexicanos. Les hizo sentirse más cerca a México, y les trajo emociones fuertes acerca de las conexio- nes familiares. La familia fue una parte importante de los relatos recogidos de los encuestados latinos. Los padres hispanos y mexicanos informaron que la Posada Sin Fronteras fue una manera de conectar a sus hijos con en el pasado y con el presente. Una madre latina, con sus dos hi- jos pequeños a cuestas, habló emocionalmente, casi con lágrimas sobre la Posada tanto como una tradición que quería transmitir a sus hijos, y como una lección moral religiosa sobre las fronteras internaciona- les y las divisiones:

La Posada es algo tradicional en la cultura mexicana/latina. Pero tiene un significado especial… ¿Cómo vemos a las personas que son dife- rentes? ¿Cuáles son las barreras que ponemos? Al igual que José y Ma- ría, se les negó alojamiento, amor y aceptación, porque eran pobres… Traigo a mis hijos, porque quiero enseñarles a ellos también. 626 ______La frontera desde el activismo

Para esta mujer, la participación familiar en la Posada Sin Fronteras le ayudó a conectar a los niños al pasado a través de una importante tradición cultural, sino que también sirvió como un momento peda- gógico oportuno. Le dio una manera de enseñarle a sus hijos acerca de las formas en que las puertas de los Estados Unidos están cerradas a algunas personas debido a las relaciones de raza, clase y la ciuda- danía. «Puedo decirles (a los niños) acerca de cómo son las cosas todo el día», dijo, «pero traerlos aquí a la frontera para que vean a la gente del otro lado de esta frontera y para que aprendan de primera mano que estos patrulleros fronterizos están aquí para mantenerlos fuera hace mucho más.» Algunos padres también esperaban que la Posada sirviera una función disciplinaria para sus hijos, recordandoles que disfrutan de los privilegios de la ciudadanía americana que otras personas care- cen. Otra mujer, hablando en español, sugirió que la Posada ayudó a infundir el orgullo étnico dentro de sus hijos:

Bueno, para mí es realmente hermoso traerlos a ellos (los niños) aquí, para enseñarles para que sepan valorar todo lo que está sucediendo día tras día. Como mexicanos, verdad, para que ellos sepan que venimos a los Estados Unidos para tratar de hacer algo de nosotros mismos, de hacer cosas buenas, verdad?

A diferencia de los encuestados blancos, muchos de los entrevistados latinos habían experimentado personalmente la separación dolorosa de los miembros de la familia debido a la frontera entre los Estados Unidos y México. Habían experimentado el dolor de la separación en la frontera y algunos incluso habían cruzado ilegalmente. Ahora esta- ban celebrando la esperanza de la unidad a través de las fronteras, pero para ellos esto tenía un verdadero significado familiar y conse- cuencias. Un joven latino dijo que la Posada le ayudó a conmemorar y curar separaciones familiares previas. La Posada, en sus palabras, estaba «relacionada con México… exactamente como lo dice la Biblia —Un pueblo, una tierra. Y yo quiero experimentar eso, usted sabe. Quiero sentir eso… Yo nací en México… tu sabes. yo solía ver que mi papá cruzaba la frontera y todo lo que (podía) ver era una fronte- ra, tu sabes, entre mi papá y yo.» Otra mujer mexicana, quizás de unos treinta años, que asistía a La Posada Sin Fronteras ______627 la Posada con su esposo y un amigo, habló de manera muy animada acerca de las separaciones familiares causadas y prolongadas por la militarización de la frontera. Hizo hincapié en que la vigilancia de la frontera atrapaba a los inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos. «Algunos no pueden cruzar y algunos no pueden salir», dijo, afirmando las investigaciones que muestran que la militarización de la frontera ha resultado en la prescencia prolongada de los inmigran- tes indocumentados que son ahora menos propensos a regresar a visi- tar a sus familias en México o América Central a causa de los mayo- res peligros y los costos asociados con la migración. Un amigo de la pareja, una mujer mexicana de mediana edad que también hablaba solo español, hizo eco del tema de los derechos legales y pidiendole ayuda a Dios con los documentos legales. Ella dijo:

Creo que todo el mundo tiene derecho. Me duele ver a tantos muertos —hay tantos! Así que tenemos que unirnos y dedicarnos a Dios y a nuestros hermanos por su apoyo, porque todos lo necesitamos. Todos necesitamos apoyo y un permiso de trabajo o lo que sea para la gloria de Dios, y para que podamos dejar de tener tantas muertes.

Trascendencia

Los participantes encuentran significado y afirmación a través de su participación en la Posada Sin Fronteras. La reunión colectiva y la re- creación no sólo les permite imaginar y pedir el fin de las divisiones fronterizas, pero muchos de ellos dijeron que el evento les permitió experimentar realmente un mundo sin divisiones fronterizas. Para muchos de los participantes, se trataba de un momento sublime y tras- cendente, que se basaba en la ampliación de la hospitalidad de la his- toria de las Posadas. La alegría y la unidad, en lugar de la pena, defi- nía a la forma en que los participantes se sentían.

Es muy triste pero al mismo tiempo es realmente maravilloso porque la gente está tratando de hacer algo acerca de esta línea fronteriza… Como lo han estado diciendo durante toda la tarde, somos un solo pue- blo…. Uno, uno, sólo somos uno! Al igual que Él quiere que seamos. (Mujer inmigrante mexicana) 628 ______La frontera desde el activismo

Me encanta la sensación de que somos un solo pueblo sin fronteras. Usted sabe que es una de las pocas veces que la gente de ambos lados de la frontera puede expresar su humanidad sin los límites de las fron- teras creadas por humanos… Este es probablemente el octavo o el no- veno año que he sido parte de esto. Siempre es una inspiración. (Hom- bre blanco de mediana edad)

La Posada Sin Fronteras es experimentada como una auténtica forma de expresar la fe porque es colectiva, implica la acción social y se produce en un lugar no-institucionalizado. Una característica sor- prendente de la modernidad occidental, señalada por muchos obser- vadores, es el movimiento hacia la secularización y «la espiritualidad personal». Mucha gente le da privilegio a la primacía de la experien- cia religiosa individual y los sentimientos como la forma más autén- tica de adoración, y rechazan a la «iglesia». Muchas personas, por ejemplo, dicen que son espirituales, pero no religiosas. En este punto de vista, la devoción personal y la inherencia interna hacia Cristo son superiores a los rituales colectivos. La distinción es importante, pero en este caso, lo contrario está ocurriendo. En la Posada, los partici- pantes aceptan la autenticidad de la promulgación colectiva y la reu- nión. La experimentan como un momento de trascendencia, encon- trando encanto y alegría en la promulgación de la unidad a través de fronteras raciales y étnicas, fronteras de ciudadanía, y fronteras na- cionales. En este sentido, el aforismo de Emile Durkheim sobre el poder de los rituales para unir a la comunidad y obtener una «efervescen- cia colectiva» es apropiado. El canto, el ir en procesión, y la pro- mulgación colectiva de rituales, crea una solidaridad, sentimientos de unidad, y alegría. En lugar de «la espiritualidad personal» los partici- pantes realizan una «espiritualidad politizada», que se realiza colec- tivamente en un lugar público y está dirigida a un problema social y político, pero que aun resuena con las creencias religiosas. La Posada se puede sentir más «real» y participativo que un servicio religioso rutinario en un domingo. El hecho de que la Posada Sin Fronteras se produce en la fron- tera entre los Estados Unidos y México es importante tanto para la ar- ticulación política y la expresión religiosa. La protesta política, como Jasper ha señalado, a menudo se basa en el simbolismo del lugar, La Posada Sin Fronteras ______629 donde los manifestantes pueden «visitar, tocar, y oler estos sitios, y de alguna manera ser persuadidos de la realidad de la historia a través de la realidad de los objetos físicos y los lugares» (1997, p. 93). La frontera entre los Estados Unidos y México es el sitio donde el recha- zo, la muerte y la vigilancia fronteriza se producen a diario, y también es el sitio donde la redención, un mundo postfronterizo de la hospita- lidad y la distribución de la vivienda se puede imaginar, e incluso puede ser experimentado por unos momentos. Los participantes de la Posada hicieron sagrado un sitio que de lo contrario es un sitio de se- paración, de vigilancia, de violencia y de muerte.

Conclusión

La Posada Sin Fronteras anual es muchas cosas para muchas perso- nas. Abarca tanto el rendimiento y la participación, y proporciona a los participantes una experiencia didáctica, una oportunidad para aprender acerca de las consecuencias de la aplicación de las políticas fronterizas estadounidenses, así como una oportunidad para reafirmar y consolidar las identidades basadas en la fe y la etnia. Ofrece una poética experiencia católica mexicana ritual que es a la vez estética e integradora de elementos sagrados (que incluye los símbolos de las velas y las luminarias, canciones e himnos, una procesión, etc.) y una acción de protesta y de la movilización de la sociedad civil. La Posa- da es un momento para recordar y recrear las injusticias del pasado, así como un momento para imaginar colectivamente y llamar por un futuro más justo. Como tal, es una acción política y un evento reli- gioso étnico. Una cuestión clave en la literatura sobre los movimientos socia- les se refiere a la determinacion de la eficacia de las movilizaciones. ¿Es el éxito de un movimiento determinado por el logro de metas concretas e instrumentales o por el realzamiento de la conciencia po- lítica compartida sobre lo que está mal? Evidentemente, el final de la militarización fronteriza no se ha logrado con la Posada. Sin embargo, a través de su participación en la Posada, los participantes están apren- diendo acerca de las políticas fronterizas, y colectivamente compar- tiendo y señalando un desafío basado en la fe a las políticas naciona- 630 ______La frontera desde el activismo les que interpretan como inmorales e injustas. En este tiempo de hi- per-nacionalismo y militarización post-9/11, la visión contra la hege- mónia promovida por acontecimientos tales como la Posada Sin Fronteras, y la puesta en común de los diversos grupos, no debe su- bestimarse. Además, los activistas veteranos se rejuvenecen y se re- inspiran. Todo indica que tanto los Estados Unidos y México son socie- dades profundamente religiosas. El impulso moral y religioso contra la militarización de la frontera, y la fuerte influencia cultural mexica- na en la zona fronteriza Estados Unidos-México —que ha aumentado durante los últimos treinta años de inmigración— permiten a los par- ticipantes que no son ni mexicanos ni católicos que abrazen las for- mas rituales mexicanas y católicas. Los elementos colectivos, públi- cos y de gran ritual del evento, y el propio sitio del evento, producen sentimientos de autenticidad. Los símbolos religiosos fortalecen las creencias morales y la promoción de la justicia social en la frontera. Tanto para los cristianos euroamericanos y los católicos latinos, la Po- sada Sin Fronteras permite la experiencia y la promulgación de la unidad, y la expresión de una espiritualidad politizada. Conclusiones

Natalia Ribas Mateos

En definitiva, a través de los seminarios quisimos buscar una ó dos ideas fuertes sobre procesos paralelos y procesos distintos en las dos re- giones, y quizás en vez de cerrar el debate lo que conseguimos fue re- abrirlo a partir de tres vectores interesantes dentro de una reflexión triangular sobre las «nuestras» fronteras contemporáneas: Un catalejo…Un cronotopo en el que situar la reflexión de un fu- turo inmediato, planteamiento sugerido por Magaña durante el semi- nario y en la publicación. Este crono topó griego aúna tiempo y espa- cio, en un intento de ahondar en una dimensión articulada como entidad propia y objetivable, a la manera propuesta por el lingüísta ruso Mijaíl Bajtín al abordar la conexión espacio-temporal en el mun- do de la literatura. Responde a la dialéctica entre espacios-tiempo co- munes que hemos encontrado en nuestras regiones afectadas por el cambio neo-liberal. Análisis de prácticas sociales: la prácticas de desterritorializa- ción. A pesar de ubicar en nuestras discusiones nuestro eje de mira en sentidos regionales, lo que ha surgido es una forma muy original de desterritorialización como piedra angular de la reflexión, donde el nuevo rol del Estado Nación soberano se explicita sobre todo en la puesta en marcha de sofisticadas formas de administración del movi- miento —recordemos a Carlos González (2008) y su «frontera que vino del norte»—1 y de categorización de la movilidad. Este debate espacial nos ha llevado a una visión de la frontera más allá de los con-

1. Véase también en el debate fronterizo que tuvo lugar en Ciudad Juárez en 2008. 632 ______El Río Bravo Mediterráneo fines topográficos y geográficos, transportándonos hacia otros luga- res, hacia una conceptualización de la externalización de la frontera y a distintas nociones del tránsito y de las rutas migratorias alternativas (afectadas tanto por la desertificación como por la «atlantización» de las rutas). Después de los trabajos de principios de los años noventa en los que se ponía en énfasis en la construcción de la Europa Fortaleza, hoy los itinerarios a investigar alternan procesos multidireccionales: re- fuerzo del límite, límites hacia abajo, límites hacia adentro, difumi- nado de límites (intra-europeos). Dichas fuerzas, acompañadas por una diversidad de prácticas espaciales, coinciden con nuestro interés en recobrar los lugares físicos que forman parte de la globalización económica, más allá de la heterogeneidad espacial. En definitiva, una globalización que engloba múltiples trayectorias y procesos que se encuentran todavía en construcción. Una revisión de las lógicas fronterizas. Éstas han destacado la emergencia de una alternancia de lógicas entre las que destacamos las lógicas de obstáculos y las lógicas de recursos.2 La existencia de fron- teras, o bien la aparición de nuevas fronteras vinculadas a las políti- cas territoriales de los estados pueden generar varias lógicas entre las poblaciones que las cruzan o las desean cruzar. Según Wihtol de Wenden, 2002, pp. 70-71), éstas pueden ser de tipo diaspórico —apo- yadas sobre redes transnacionales— o pueden ser lógicas de movili- dad, a veces calificadas como lógicas de oportunidad o de «emigra- ción incompleta» (concepto de Marek Okolski —citado por de Wihtol de Wenden— en referencia a las migraciones polacas y ucranianas en Europa). Una emigración incompleta que consiste, bien en la estrate- gia de partir para volver enseguida a casa en mejores condiciones, bien en instrumentalizar las fronteras desplegando nuevas relacio-

2. Norma Ojeda (en el seminario de Aix-en-Provence) explica como se aprovechan los recursos de forma asimétrica, donde las diferencias crean también oportunidades, o dicho de otra manera como señala Wihtol de Wenden (2000) de ver como se configu- ra la frontera como un recurso. El espacio también se convierte un recurso, el espacio como recurso por ejemplo, en el caso de las familias transfronterizas. La relevancia del hogar se revela aquí fundamental, también con los trabajos de Coubés (2007, se- minario Tijuana) donde confirma la hipótesis de la relevancia del hogar como instan- cia de mediación del mercado laboral, donde confirma el hecho, a partir de los ejem- plos en las zonas fronterizas, donde los hijos y las hijas están más representados en la maquila que las madres de éstos. Conclusiones ______633 nes comerciales, empresariales o mafiosas entre dos mundos, formal e informal, rural y urbano, sur/norte,3 este/oeste.4 En este tipo de mo- vilidad la lógica de redes adquiere una importancia fundamental. Al favorecer la movilidad, lo que era un obstáculo se convierte en una ventaja. La frontera se desplaza, creando situaciones nuevas de insta- lación, de inserción y de tránsito. Se instaura de este modo una relectura dialéctica entre nómadas y sedentarios donde se nos presenta de nuevo los retos acerca del rol del Estado en las fronteras globales. El Estado pierde el monopolio del control que tuvo hasta finales del siglo XIX y se sitúa en una gestión ambigua de las migraciones, por un lado, facilitando el tránsito y la circulación de personas definidas dentro de la movilidad y la ciuda- danía y por el otro, buscando un papel de control de las migraciones. Examinar este control de migraciones en el cuál se distinguen entre categorías distintas el paso de los extranjeros por sus fronteras exte- riores, conlleva descifrar este mundo paradójico fronterizo, el cual será el gran reto del hoy y del mañana, como nos repiten de formas diversas los propios autores de este libro.

El cierre del libro a partir de una video-conferencia5

Vacchiano sigue el hilo conductor de las reflexiones en torno a la con- clusión del libro respecto al debate de lo que significa hoy la frontera contemporánea superando los esquemas binarios y yendo más allá de

3. Véase también al respecto la multiplicidad de nuevas estrategias de las familias migrantes en una ciudad fronteriza como Tánger, considerando así la importancia del papel de la agencia ante el cierre fronterizo, considerándose éste como marco estruc- tural (véanse las conclusiones de Ribas-Mateos, 2005). 4. «En el pueblo de Sarp, los que miraban de lejos desde lo alto del tejado las casas sin poder hablarse, los que podrían en cualquier momento pisar una mina o morir por el disparo de una bala procedente de uno de los balcones del alrededor, iban a encon- trarse. Los hermanos, primos, los parientes separados el 16 de marzo de 1921 por el tratado de Moscú podrían reencontrarse» (Faruk Biliçi en Withol de Wenden, 2000, p. 73). Así en la frontera turco-georgiana, al modificar sus costumbres, la frontera se convierte en una fuente de riqueza institucional, en una zona de cooperación econó- mica con los países ribereños del mar Negro, destinada a acoger comercio y turismo. 5. Celebrado en la UAB y otras sedes, 12/3/2010. En torno a los resultados de cua- tro años de trabajo: El Río Bravo Mediterráneo. Las regiones fronterizas en la época 634 ______El Río Bravo Mediterráneo las dobles dimensiones de apertura y cierre como característica de la frontera global, y yendo hacia una reflexión sobre la subjetividad en la ciudadanía contemporánea. Hoy las fronteras marcan unos com- plejos procesos de selección de poblaciones, donde el hecho de se- leccionar es tanto producir como configurar un determinado perfil. La frontera se transforma, se disloca, y viene a construir una parte de nuestra subjetividad. No sólo en aeropuertos, CIES etc., sino en las que se incorporan a través del proceso de categorización de las po- blaciones. Hernández, valorando el trabajo realizado por los autores desde una perspectiva del esfuerzo comparativo nos recuerda como al com- parar descubrimos nuevas distribuciones globales del trabajo y nue- vas formas de manejar la diferencia. Para esta autora son tres los pun- tos fuertes que se desprenden del trabajo: (i) las unidades existentes en la relación pasado-presente, (ii) la concepción del desierto-frontera, la cual nos explica como se vive el tiempo en los espacios de la mi- gración, (iii) al indagar en la relación niño-adulto en estos espacios determinados, acabamos por analizar las relaciones de quién es ciu- dadano y quién no y el impacto de dichas relaciones, haciendo alu- sión aquí a Foucault y a la dimensión psíquica que tiene el poder. También en clave comparativa, para Ferrer es la hipótesis del es- crutinio transfronterizo la que puede iluminar el doble escenario en cuestión, donde considera que los años de ventaja en la cooperación transfronteriza es realmente una fuente de iluminación para otras ex- periencias. Alonso sigue reafirmando la importancia de los desvíos de rutas como clave comparativa de estas fronteras globales, y como en Espa- ña se llego a replicar el patrón de desviación de rutas que había teni- do lugar previamente en Estados Unidos, a partir de la operación Hold the line en 1994. Una de las personas participantes en el debate, Anguiano, señala también como su propia investigación empírica en

de la globalización. Ponentes-autores: Xavier Ferrer, Ma Eugenia Hernández, Mer- cedes Jiménez, Carolina Puga, Natalia Ribas Mateos, Juan David Sempere, Marlene Solis y Francesco Vacchiano. Participantes en el debate: Maria Dolors Garcia, Maria Eugenia Anguiano, Nuria Empez, y Mouna Louhame. Evento organizado por: Grup de Recerca Geografia i Gènere (UAB), ESOMI (Equipo de Sociología de las Migra- ciones, UDC), El Colegio de la Frontera Norte (Tijuana), UACJ (Universidad Auto- noma de Ciudad Juárez). Conclusiones ______635

Altar, en la frontera México-USA también se inscribe en este proce- so de desviación y descentralización. Para Sempere la hipótesis central se hallaría en el estudio de las formas de circulación de los espacios fronterizos. De algún modo descarta la importancia de la Operación Paisano en México, pues dice que se trata simplemente de una operación de bienvenida por parte del gobierno mexicano. Y lo que hace es centrarse en la Operación Paso del Estrecho, pues ésta es la única que nos aporta unos datos ofi- ciales del recuento de la circulación. Se trata además de la circulación de la primera comunidad de extranjeros en España, habiendo alcan- zando en el 2009, la cifra de 700.000 personas empadronadas. Utilizando el hilo conductor de la Operación Paso del Estrecho como barómetro de los cambios, Sempere ve que a partir de su obser- vación continuada, podemos ver lo que pasó y lo que pasará en el fu- turo. Los datos muestran un crecimiento constante y lo que faltaría ahora sería ver si el dato de 2009 refleja además una alteración pro- vocada por la crisis económica, «porque en tiempos de crisis la mo- vilidad se enfría: bien las personas retornan, bien no emigran». Se añade también en la discusión la incorporación del análisis de la frontera social. No hablamos de frontera en sí misma cuando se habla de frontera social. En este sentido en esta obra detectamos como la valla de Ceuta y Melilla se ha convertido en incono de una realidad desgarradora. Además García hace referencia a estas plazas y nos re- cuerda que sería el momento que se hablase abiertamente de la situa- ción política de estas «plazas españolas en África», desde España. Sigue en el debate la atención sobre la concepción de los llama- dos grupos vulnerables, pero señala Hernández que sería más correc- to denominarlo como grupos vulnerados, por la interpretación que se tienen de dichos cuerpos o bien de cómo la ley ejerce la vulneración sobre ellos. Uno de los ejemplos que se mostró fue el del desarrollo de los perfiles criminales hacia los jóvenes y hacia los hombres afri- canos, por ejemplo en el caso de los centros de detención examinados por Puga. Son también esos centros que se abordaron en Francia en el libro, y a los que Louhmane añade el tema de la salud como forma crucial de entender los cambios migratorios a través de huellas en el cuerpo. Además dentro de dicha concepción de vulnerabilidad es nece- sario tener en cuenta como se contrasta con la concepción de empo- 636 ______El Río Bravo Mediterráneo deramiento, indica Empez. Jiménez añade también a dicho contraste el proceso de autonomización, y de ahí que para ella se trate de llegar a considerar la importancia clave de los «nuevos sujetos migrato- rios», como actores menores de edad, pero como autónomos. También García critica las formas más clásicas de asumir dicha vulnerabilidad, formas que acaban por reducir el análisis de género a esa visión de vulnerabilidad, por lo cual esta geógrafa del género abo- ga por un enfoque de género transversal a todos los estudios fronte- rizos. A pesar de mostrar este texto en forma de conclusiones, la sor- presa es que volvemos a hipótesis conformadas por ventanas abiertas, pues según añade Solis, faltan todavía muchos más trabajos de «ida y vuelta» para establecer y sistematizar todas estas miradas cruzadas. Faltan también muchos trabajos todavía que sopesen el contexto de las crisis económicas y las revueltas contemporáneas. Esperemos pues que el futuro nos acompañe para facilitarnos dicha tarea. Bibliografía

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Bibliografía ______699

Índice analítico

acción Algeciras, 453-456, 458-461, 463, acción reflexiva, 610 534, 593, 595 acción social, 618, 628 Alhucemas, 293-295, 300-301, 303- activismo fronterizo, 73 304, 460-461 acuerdos Alicante, 76, 452, 454-455, 460n, comerciales, 148n 461-463 económicos, 170 Amazighes Schengen (véase Schengen, trata- del Atlas, 543 do de) del Rif, 543 Sykes-Picot, 322-323, 325 American Dream, 452 administración Argelia, 74, 148, 157, 161, 164-165, agentes aduanales, 242 195, 301, 304, 450-452, 458- aduana, 55, 70, 139, 236-237, 240, 459, 461-463, 515-519, 523, 296-298, 303, 369-370, 379, 537, 591n 535-536, 559 armas, 46, 105n, 298, 304, 539 aeropuertos, 30, 43, 70, 82, 417, asilo político, 70, 559n 419-420, 427, 452, 559, 575, asimetría de poder, 47, 102, 135, 634 286 agencias asociaciones, 74, 476, 462n, 593, actores sociales, 61, 212, 422, 429 603, 613 «agencias de viaje», 425-426 Axdir, 303 gubernamentales, 548, 552, 554- 555 Balcanes, 18 públicas, 133, 140-14 barda, 31n, 217, 240-241, 250, 537 agenda política, 351, 353-354 bio-política, 66 alcabala border sexual conquest, 117-118, «casetas de vigilancia», 46, 105n 129 check-point, 46 702______Índice analítico cabila clases sociales medias, 289, 374, cabileños, 300-304 446-447 campos clasificación de acción, 603, 613 dispositivo de filtraje, 70, 105, de internamiento, 581-597 559 Canarias (véase Islas Canarias) filtraje, 46, 105 cadenas globales (commodity chains), filtros, 43, 46-47, 86-88, 94, 27, 602n 105n, 106, 506 cayucos, 500, 502, 532, 535, 539- sorting, 46, 49, 84, 86, 178 542 colonia, 32, 39, 52, 156, 239-251, centro 451, 534, 587n, 608n, 611 de internamiento (de extranje- colonialismo ros), 30, 69, 70-71, 357, 559- Protectorado español de Marrue- 561, 570, 581, 590, 593 cos, 189, 378 centre de rétention, 387, 392, 396, comercio 581 de contrabando, 369 circulación irregular, 108, 296, 305, 365, libertad de, 560 368-372, 374 Ciudad Juárez, 22, 65, 67, 74, 76, transfronterizo, 27, 59, 87, 286, 89, 198, 283, 286-287, 289, 305, 369-371 481, 495n, 497n, 535, 631n, comparación 634n contexto histórico, 22, 56n, 93, ciudadanía, 44, 57, 84, 88, 437, 484- 324n 485, 618, 626, 628, 633-634 divergencia ciudades diferencias históricas, 604 adyacentes, 52, 533 estudios comparativos, 33, 238, ciudad portuaria, 519 614 fronterizas, 25-26, 29, 33, 35, 39, investigación comparativa, 23, 45n, 149, 199, 229, 231, 244, 28, 36-38, 40-41, 252, 492, 251, 253, 282, 286, 519, 601- 495n, 601 604, 633n Marruecos-México, 42, 47-48, globales, 20, 27, 45, 103n, 275, 131-133, 135, 142-143, 148, 288 167, 169, 172, 189-191, 194- clandestinidad 196, 203, 207-208, 306, 483- clandestino, 58-60, 62n, 63, 67- 484, 492, 536, 604, 607-609, 68, 73, 74n, 241, 362, 418- 614 419, 433-435, 438, 440-442, problemas comparativos, 28, 33, 443-445,446n, 468, 472, 504, 43 515-516, 520n, 525-526, 531- comunidades 534, 538, 541, 543, 546, 550, españoles, 303, 354, 363, 416, 556, 560, 581, 585, 588, 594 421, 469 Índice analítico ______703

gutemaltecos, 498, 532, 540 61, 69, 71, 82-83, 122, 125, mexicanos, 38, 133, 135, 140, 131, 170-171, 351, 353-354, 211, 604, 610, 630 356-363, 416-420, 423-426, nigerianas (mujeres nigerianas), 428-429, 434n, 435n, 460, 66, 513-515, 518-523, 527- 500-502, 533-534, 536-537, 528, 537, 539 542, 545-547, 559, 561-563, comunismo, 306 566, 570, 582, 584, 590, 620- condición 621, 633 condiciones de trabajo, 60, 155, de la movilidad, 23-24, 30, 34, 373, 423, 425, 442, 601-602, 43, 71, 142, 417, 481, 506, 610-611 534, 582-583, 586-587, 596 condiciones femeninas, 211, 215, formas de , 28, 32-34, 69, 119, 219-220, 253, 441-442, 499, 215, 219, 275, 489-490, 501, 603, 606-607, 609-611, 614 503-504, 531, 574, 580, 582, social, 28, 36n, 45n, 75, 228n, 611 278, 446, 451, 611n social, 34, 46, 60-61, 66, 71, 105, confinamiento, 70, 442, 559-561, 120, 164, 212, 279, 282, 356, 564-565, 570, 575-576, 578- 588, 591, 596, 633 579 convenio, 163, 204, 297, 490, 503n, conflicto kurdo, 57, 35-336, 338 561, 563n, 590 congreso sirio-palestino, 324-325 cosmopolitismo, 43, 57, 95, 102n, construcción urbana, 252 103, 114-115, 338-339, 345, contexto urbano 439n, 515 contigüidad, 45, 104, 106 crimen entre-dos urbano (véase entre-dos) criminalización, 37, 60, 445, 500, espacio intermedio, 45, 68, 545n 508-509 las gated-communities, 46 organizado, 68, 199n, 359, 531, segregación (véase segregación) 536, 543 temporalidad, 47, 69, 109, 111, cultura 113, 473, 487, 546 culturas del trabajo, 115, 212 umbral, 44-45, 99-100, 101n, culturas híbridas, 19, 22, 44, 81, 109-110, 114-115 90, 92-93, 95, 243, 606 contrabando, 29, 86-84, 91, 234, culturas polarizadas, 81, 93 304-305, 369-371 choque cultural, 59, 280, 368 cooperación fronteriza, 19, 22n, 32, 36-37, 44- bilateral, 189, 192, 198, 200, 203 45, 51-53, 81-82, 89-90, 92- transfronteriza, 50, 193-194, 198, 93, 95, 97, 195, 225-229, 231, 200, 204, 208, 365, 368, 378- 238, 249, 251, 275, 287, 514, 379, 634 630 control representación cultural, 37, 51, de fronteras, 23-24, 30, 48, 58, 227, 233, 235, 355 704______Índice analítico

Dar diversificación de rutas migratorias, el Harb, 55 42, 68, 71, 452 el Islam, 35, 55 doble carga Department of Homeland Security doble responsabilidad (de las mu- (Ministerio de Seguridad de la jeres), 465 Patria), 138, 534 doble tributación, 204 deportación deportados, 241, 248, 482, 486, economía informal, 18, 21, 124 488, 490, 496, 525, 540, 543, Egeo (mar Egeo), 59 548, 555 El Paso, 21, 25, 44, 53, 65, 76-77, repatriados, 63n, 482, 497n, 498, 89, 117-118, 120, 127n, 177, 500 180, 183, 198, 275, 282-288, derechos 481, 495n, 534, 537 humanos, 20, 24-25, 29, 42, 47, electorado, 351 67, 75, 142, 198, 497, 506, empoderamiento de la mujer, 474, 602 581, 589 empresas globales, 602-603, 609- lucha por los derechos humanos, 610, 612 66, 74, 609-610, 617-619, encierro, 70, 563, 566n, 571, 579, 621, 624 581, 583-584, 586, 596, 610 desarrollo english-only rules in the workplace cooperación al, 192, 194, 201, (SIT), 278, 281, 285, 289 203, 206-208, 321n, 353, 356, ensamble, 41, 50, 214-215, 220-221, 358, 361 602n rural, 64, 205, 475 entrada social, 75, 191, 194, 604, 613 como turista, 418-420, 428 desigualdad, 25, 43, 82, 85-86, 88, en el país, 84, 417-419, 506 93, 96, 104, 161, 169, 275, entramado fronterizo, 365 282, 284, 356, 363, 482, 488, entre-dos, 45, 99-101, 104-105, 108- 491-492, 543, 606, 614 111, 113, 115, 439 desplazados, 330-332, 486, 491 escala destino migratorio, 60, 132-133, 137, comparativa, 68 139, 142, 168, 235, 288, 356, regional, 33, 49, 99, 212 433, 435n, 437, 443, 446-448, urbana, 29, 45, 99 450-451, 468, 473, 484, 491 espacios deuda migratoria, 417, 422-423, de tránsito, 39, 51, 71, 135, 168, 426-428 230, 234, 440, 449-450, 520 diáspora, 57, 134, 139-141, 439, 448 espacio Schengen (véase Schen- diferenciación, 25, 28, 81, 84, 87, gen, espacio) 96, 249, 280, 489 migratorios, 63n discurso político, 58, 62, 90, 133, puertos de entrada, 83, 85, 195, 351-56, 360-361 207, 534 Índice analítico ______705 espiritualidad política, 75, 615, 617, feminización de los mercados de 628, 630 trabajo, 602, 606 estereotipo, 28n, 51, 95, 227, 230, relocalización, 36, 42, 50, 74, 239, 355 166, 189n, 191, 195, 601-602, estrategia 605, 611n estrategia migratoria, 61, 415- feminización de las migraciones, 27, 420, 422-423, 425-426, 428, 49, 166, 443, 448 508 flexibilidad, 40, 221, 252, 437, 502, Estrecho de Gibraltar, 17, 23, 30, 588 35, 42, 54, 59, 66, 119-120, frontera 258, 299, 382, 434n, 452, 463, artificial, 19, 321 531-532, 537-539, 542 cierre fronterizo, 24-25, 43, 69-70, etnia hausa, 540 462, 536, 559-560, 633n, 634 etnografía de frontera, 44, 75 ciudad fronteriza, 24-26, 28-29, experiencia social, 63, 214, 253, 437 33, 35, 37, 39, 45n, 47, 52, expulsión, 70, 74n, 136, 154, 326, 124, 135, 149, 152, 195, 199, 329, 393, 407-408, 419, 446, 229, 231-232, 234, 244, 251, 502, 504, 515-516, 525-526, 253, 282, 286, 519, 601-604, 539, 560-561, 565-569, 571, 613, 633n 575-576, 588-590, 594, 596 cultural (heterotópica), 51-52, extranjero 288-230 extranjería, 45-46, 102, 104, cultural (imaginada), 43, 46, 51, 107n, 113-115, 356-357, 362, 89, 91-62, 94, 225, 227, 237, 483 250 Europa cultural (literaria), 37, 51, 227- fortaleza europea, 17, 25, 30, 46, 229, 231-232 439, 543, 632 étnica, 44, 46, 81, 86, 88-91, 225, fortress Europe, 67, 119, 127 282, 628 Política Europea de Vecindad, externalización de fronteras, 30, 59, 366, 379 34n, 36, 74n, 360, 632 Unión Europea (véase Unión frontera sur, 28, 33, 35, 47, 68, Europea) 138, 198, 353, 358, 498, 515, Europa del Este, 34, 133, 166 533, 620 global, 20-24, 32, 43, 47-50, 53, fábricas 64, 71, 118, 125-127, 147, deslocalización industrial, 31, 174-175, 184-186, 189n, 209, 36-38, 170, 255 220, 260, 275, 287, 353, 559, exportación, 27, 47, 75, 150, 152, 618, 634 158-159, 163, 189, 195, 197, internalización de fronteras, 30 203-204, 207, 370, 459, 605, marítima, 68, 82, 191, 207, 305, 613 358, 417, 533, 535 706______Índice analítico

noción metafórica de la, 22, 24, harraga, 62, 63n, 444, 447, 520, 537 32, 37, 51, 64, 225, 227, 229, híbrido, 52, 75, 93, 95, 239, 615-616 231-232 historia paso fronterizo, 456, 522 perspectiva histórica, 32, 56-57, puntos de cruce fronterizo, 22, 65, 293, 322 140, 496n, 541, 546, 621 restricción fronteriza, 30, 71 jóvenes, 64-65, 137, 205, 207, 280, fronterización, 28, 34n, 51, 225, 227 329, 333, 467, 481-485, 487- fuerza de trabajo, 27, 40, 50, 149, 489, 493, 498n, 499, 501, 504, 169, 190, 282, 440, 586-587, 508, 510, 522, 624, 635 596, 606 identidad geografía política, 58, 546, 556 nacional, 90, 93, 133, 140, 323, geopolítica, 17, 19, 55, 59, 225, 238, 367, 561n 276, 293, 321, 365-366 fronteriza, 21-22, 44, 50, 52, 75, gestión de riesgos, 71, 562, 574, 82, 89, 90, 92-93, 97, 239- 576, 580 240, 249-252 Gibraltar (véase Estrecho de Gibral- imaginario tar) fronterizo, 51, 227, 232, 237-238, gobierno 545 gubernativo, 354, 362 social, 52, 226-227, 233 sobre la migración, 50, 131-135, imperio otomano, 54, 57, 323 138-143, 363, 451, 620 independencia, 38, 41, 196n, 219- subcentral, 132-134, 141 220, 279, 293, 304, 323, 325- global 326, 449, 451, 503-504, 604, cadenas globales, 602n 608n, 609 circuitos globales, 32 informalidad, 281, 473 ciudades globales, (véase ciuda- informe King-Crane, 325 des, ciudades globales) inmigrante contexto, 24, 61, 100, 482 inmigrante expulsable, 70, 560, contradicciones de la globaliza- 564, 566 ción, 17, 19, 289 irregular, 30, 37, 49, 60, 280, frontera (véase frontera, global) 351, 358-359, 361, 363, 429, global-local, 28-29, 36, 50, 174, 435n, 504, 533, 535, 565, 570- 184, 211, 221, 243, 268, 271, 571, 580-581, 594 607 regular, 373, 445, 591 economía, 27, 212, 289 interacción, 18, 28, 51, 100, 103, migración global, 532 135, 166, 190-200, 226, 241, Grecia, 57, 59, 166, 358 249, 285, 365, 377-378, 488, grupo sociolingüístico, 53, 275-278, 603, 606 281-285, 288 integración económica, 48-49, 147- Índice analítico ______707

148, 162, 164, 166, 170-171, Maghreb, 18, 30, 38-39, 142, 147, 189-190, 198, 201, 328, 366 148n, 156-158, 160, 162-169, intercambio poblacional, 57 171-172, 307, 312, 433, 436- irregularidad, 60, 354, 418, 472, 437, 439-440, 449-453, 455, 560, 562, 565, 570-571,589 457-459, 461, 463, 470, 511, islas 515, 524, 527, 534 Alborán, 535n Malta, 30 Canarias, 17, 30, 42, 59, 71, 359, maquila/maquiladora, 21n, 27, 31, 433-434, 500, 531-532, 535, 39-42, 50, 75, 122-124, 154, 538-542, 546, 581-582, 591- 209-220, 252-254, 286, 602- 592, 594, 596 603, 611-614, 632n Chafarinas, 293, 303, 535n Marruecos Vélez de Gomera, 293, 535n norte de Marruecos, 36, 64, 189, Israel, 33, 56, 157, 321-322, 326, 207, 374-375, 378-379, 465, 328, 330, 332 471, 611n Italia, 30, 59, 75, 132, 166, 358, masculinidad, 215, 217, 220 434, 437, 451, 463, 495-496, Mc Allen, 152, 534 581, 585n, 592, 595, 603 medios medios de comunicación, 351- Lampedusa, 30, 33n, 433, 582 352, 359, 428, 433, 444, 454, legalidad 532, 548, 554, 607 ilegalidad, 369, 436 menores legalidad, 280, 327, 369, 436 menores migrantes, 37, 42, 50, lengua 65, 74, 198, 199n, 446-447, asimilación lingüística, 277, 279, 482, 484, 486, 488, 491-493, 288 495-503, 506-511, 527, 540, bilingüismo, 279-280, 283-284, 570n, 636 286, 289 «minorización» de las migracio- code-switching, 115, 278, 280 nes, 27 español, 275n, 277-280, 283-289, mercado laboral 471, 476, 610, 626-627 transfronterizo, 59, 368, 372- inglés, 73, 84, 201, 230, 275n, 374 277-286, 288-289, 329, 610 metodología, 36, 276 ley Mexicali, 535 Ley Patriota (Patriot Act), 534 México Libia, 148n, 164, 524, 532 mexicanización, 40, 284 literatura, 22, 75, 97, 227, 249, 423, mexicanos indocumentados, 135, 629, 631 142, 202, 227, 235, 532, 535, 617, 627 mafia, 234, 359, 362, 417, 428, 444, mezcla, 19, 22, 28, 38, 91-93, 556, 533, 536 606 708______Índice analítico migración fronteriza, 94 autónoma, 65, 422-423, 427, social, 279, 467 508-509, 522 transnacional, 31, 438 cancionero de la, 227, 235 MRE (Marroquíes Residentes en el circular, 49 Extranjero), 438, 456 diversificación de las rutas mi- mujeres latinoamericanas, 61, 415 gratorias, 42, 68, 71, 452 mundo rural, 441 espontánea, 61, 417, 422-423, música 425, 429 rai, 37 fordista, 61, 62n, 63, 268, 437, narco-corridos, 235 448 muerte interna, 36 de migrantes, 74n, 516, 528, 531- internacional, 39, 134-135, 141- 533, 542, 546-547, 549, 551- 143 556, 621-622 retorno, 198, 330, 446, 451-452, en la frontera, 67, 68n, 529, 629 477, 501n, 503n, 504, 507, muro 538, 560 de Berlín, 139, 305 migraciones (origen) en Palestina, 33 africana, 114, 434-436, 499, 532, muros de papel, 60-61, 397, 399, 534-535, 540, 542, 590-591, 405 594, 596, 635 musulmanes, 324, 442 marroquí, 23, 39, 53, 60, 63, 166, 196, 303, 372-373, 438- nación 440, 442-443, 447-448, 451, Estado-Nación, 20, 29-30, 33, 35, 453, 502, 520-521, 541-542, 54n, 57n, 60, 70, 88, 93, 131, 591 193, 197, 275, 481-482, 488, mexicana, 22, 38-40, 44, 50, 65, 560, 605, 618, 623 87-90, 93, 94n, 95, 132-133, nacionalismo, 44, 87, 139, 323, 135-142, 149, 154, 156, 167, 326, 332 169-170, 199n, 235-236, 283- NAFTA, 29, 49, 123, 173-176, 178- 284, 484, 486, 492, 496n, 497- 181, 183-184, 186, 534 498, 503, 532, 540, 615, 620, Nakba, 326 627 niños, 64-65, 72, 114, 242, 245, 247, militarización, 24, 47, 537, 620-621, 283, 446, 467-468, 470-472, 627, 629-630 481-493, 496-501, 503n, 506, Mixtecos de Oaxaca, 543 508-510, 526-527, 542, 549, modernización, 40, 110, 196, 569, 626, 634 474, 607, 609 Nogales, 152, 198, 495n, 535 movilidad Nuevo Laredo, 198, 255, 497n, 535, forma pendular, 62n, 437-438, 539 440-441, 448 Índice analítico ______709

OIM (Organización Internacional de pollero (coyote), 23, 237, 241, 536, las Migraciones), 29 538, 541-543 operación postfordismo, 61, 62n, 268, 561 Blockade,120, 534, 537 postmodernidad, 243 Gatekeeper, 534, 537 Polígono (barrio del), 298, 302 Hold the Line,120, 547, 634 política Operación Paso del Estrecho de emigración nacional, 133 (OPE), 64, 449, 450, 452-458, de inmigración estadounidense, 462-463, 632 138 Safeguard, 534 políticas públicas para los mi- Oriente Medio, 54, 321-322, 332, grantes internacionales, 37, 443 133, 198, 498n, 605 práctica social, 51, 227, 631 países precarización, 439, 443, 447, 504 países-frontera, 48, 131, 142 prestamistas, 423, 425-426 Palestina, 33, 54, 56, 321-329, 332 privilegio, 67, 87, 95-96, 282, 442, parlamento, 352-353, 362, 435n, 626, 628 503n prostitución, 28, 417n, 418n, 421, parlamentarios, 58, 351-636 427-428, 503n partidos políticos, 140, 351, 353- protectorado, 189, 196n, 203, 299, 362 304, 366, 378, 451, 524 pateras, 62, 120, 262, 359, 418, 433, puertos 446, 468, 501-502, 534-537, puertos, 24, 30, 39, 70, 76, 83, 539, 541 85-87, 195-197, 207, 296, paterismo, 433-436, 441 301, 303-305, 323, 328, 370, perfil migrante mexicano, 132, 135, 375, 377, 438, 450-451, 453- 137 463, 483-484, 487, 495, 534, periferia, 19-20, 38, 105, 132, 515, 559 559, 606 mediterráneos, 463 pertenencia, 66, 103, 107-108, 244, puntos de entrada (ports of entry), 249, 250, 438, 442, 448, 519, 24, 30, 83, 85, 178, 195, 206, 543, 563, 603, 610 240, 525, 534-537, 540-541 población de origen mexicano en Estados Unidos, 44, 88-90, 93, raza-etnia 94n, 136, 283-284 racismo, 624 policía redes border patrol, 120, 125, 127, comunitarias, 61, 74n, 417, 422- 496n, 534, 537, 540 423, 425, 427, 429 border police, 120 familiares, 61, 422-423, 427, 468 patrulla fronteriza, 138, 534-535, migratorias, 63n, 165, 417, 425- 537-538, 548, 550, 554, 620 426, 429 710______Índice analítico refronterización sin papeles, 72, 139, 504, 528, 533, funcional, 366 538, 540n, 563, 566, 581 geo-política, 59, 366 savoir faire migratorio, 272, 309, refugiados palestinos, 56-57, 321- 419-420, 424-426, 522, 578 322, 326-330, 332 Schengen regiones espacio, 56, 305, 314n, 315, 319, fronterizas 419, 460, 535 región mediterránea, 82, 157, frontera, 30, 33n, 70, 381, 458n, 164 563 región México-USA, 45n régimen, 372 regionalización, 25, 28-29, 35- schengenización, 374, 524 36, 49, 164, 192 Système d’Information Schengen regularidad (SIS), 404 irregularidad, 60, 354, 418, 472, tratado, 25, 29, 34n, 127, 358, 560, 562, 565, 570-571, 589 386, 452, 534-535 relaciones segregación, 44, 46, 99, 103-104, Norte-Sur, 18, 27, 42 279, 564, 608-609 internacionales, 501 seguridad pública, 70, 104, 560-561 religión, 57n, 214, 281n, 302, 521n, sellamiento de fronteras, 539 586, 588, 604, 616-617, 623, servicio doméstico, 25, 417n, 418n, 625 420-421, 425, 428 repatriación, 50, 67, 69, 74, 139, servicios sanitarios, 286, 453-454 141, 199n, 359, 497-498, simbolismo, 44, 51, 81-82, 90-92, 501n, 502, 507, 537, 543, 549, 94, 96, 628 552-553, 559, 566, 579, 593n Siria Histórica, 56, 322, 326, 332 representaciones sociales, 51, 227- SIVE (Sistema Integrado de Vigi- 233, 238, 560 lancia Exterior), 367, 524, residencia 528, 542 permiso de, 60, 586 sociología resistencia política del lenguaje, 53, 275 resistencia a la globalización, 24 Sociología de las Migraciones, Reynosa, 534-535 76, 634n Spanglish, 93, 278, 280, 283, 285- salarios, 142, 154-155, 161, 169, 287 211, 279, 286n, 373, 441, 472, subjetividad, 209, 212, 508, 602, 612 634 Salvamento Marítimo, 541 subsaharianos, 23, 25, 29, 74, 434- San Diego, 29, 101n, 120n, 152, 436, 501, 504, 505n, 513-515, 198, 251, 496, 533, 537-538, 520, 523-525, 536, 539 612n, 616, 622 sans-papiers, 60, 399, 401, 413 Tánger-Med, 375-376 Índice analítico ______711 territorio 439, 441, 509, 551-552, 603, desterritorialización, 22, 26, 29, 614, 632 36, 39, 251, 631 Túnez, 60, 148, 157-165, 167-169, territorialización,103, 109 172, 442, 451 Tetuán, 74n, 190, 206-207, 294-295, turista, 227, 351, 418-420, 428, 452, 299, 301, 304, 372-373, 465 462n textil, 20n, 21, 27, 39, 124, 163, Turquía, 57, 135-136, 166, 322, 496 197, 203, 341, 496, 610 Tzotziles de Chiapas, 543 TLCAN, 148-149, 163-164, 170, 189, 192, 201, 207, 534 Unión Europea, 28, 34, 46n, 58, trabajadoras 142, 163-164, 170, 190, 193, trabajadoras, 220, 421, 426, 603, 201, 203-204, 208, 305, 358, 610-613 360-361, 364, 367, 370, 372, domésticas, 286n, 373, 417n, 378, 501, 507, 533, 536, 542- 418n, 420, 428 543, 559 de las maquilas, 209-211, 214- urbanidad, 44, 99-104, 110-112, 115 216, 218-220, 253-254, 611, 613 vigilancia fronteriza, 138, 548, 629 transmigrantes, 131, 280, 287, 513- visado, 34n, 132, 323, 330, 372-373, 514, 516-517, 520-527 415, 417, 434, 440, 447, 462n, transnacionalismo, 20, 68, 279, 433 468 tratado de Schenghen (véase Schen- gen, tratado de Schengen) Yebala trayectorias, 31, 115, 209, 212, 332, región de Yebala, 64, 465n, 466