DICCIONARIO BIOGRÁFICO DE PERSONAJES ALICANTINOS Tomo I
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DICCIONARIO BIOGRÁFICO DE PERSONAJES ALICANTINOS (Fichero provincial) Tomo I (A) José Pastor Navarro “Dentro de mi pecho, con ser tan pequeño, hay un santuario, y, en él, una capilla para cada una de las provincias españolas. Pero, ¿por qué lo he de negar?, en el lugar preferido está la de Alicante, la de mi cuna, la tierra luminosa, donde se hermanan las cumbres nevadas con los valles floridos y las costas bravas, donde se deshace rugiente el mar con las arenas doradas de playas apacibles, donde parecen suspirar todavía las nereidas que las poblaron en los albores de nuestra historia. Mi santuario es el de España, pero en el altar mayor está Alicante” FRANCISCO FIGUERAS PACHECO - 1 - Índice Dedicatoria Agradecimiento Prólogo Justificación Fuentes consultadas Bibliografía consultada Índice general de personajes Índice de personajes. Letra A - 2 - DEDICATORIA A mi esposa, Amparo Sánchez Ramos, por los tiempos robados. A mis hijos, Amparo, Carmen y Francisco José Pastor Sánchez, con el deseo de que enseñen a los suyos la grandeza de esta nuestra tierra alicantina tan llena de contrastes y valores humanos. A mis nietos, Nicolás Buendía Pastor, Lucas Cano Pastor, Mikel y Leire Pastor Munsterhjelm, esperando que las vidas aquí esbozadas sean ejemplo de amor por Alicante para las suyas. - 3 - AGRADECIMIENTOS A los cronistas, historiadores, escritores, científicos, pintores, poetas, arquitectos, médicos, industriales, empresarios, músicos, políticos, religiosos, actores, mecenas, juristas, periodistas pasados y presentes, quienes en alguna forma han engrandecido el nombre de Alicante llevando más allá de nuestras fronteras los valores engendrados en esta maravillosa tierra, siempre con inusitada entrega y alguno con su propia vida. A Francisco José Pastor Sánchez por el laborioso trabajo llevado a efecto para la conversión del antiguo sistema informático utilizado como base de datos, a un proceso actualizado. A don Miguel Ángel Lozano Marco, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante, por el interés y la gestión para la publicación del presente trabajo. A la Biblioteca Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante, por el ingente trabajo de maquetación –en formato libro- del presente “Diccionario biográfico de personajes alicantinos” y por la divulgación del mismo. - 4 - PRÓLOGO Nacido en la ciudad de Alicante en 1931, José Pastor Navarro es un alicantino ejemplar, modelo asimismo de las virtudes humanas que se acrisolan en el hondo concepto mironiano de amigo, definido en Nuestro Padre San Daniel (capítulo IV, II En Palacio) como “el que nos da compañía sin quitarnos la pureza de la soledad interior; el que nos mira como nuestros ojos de niño y descansa su frente en nuestros pensamientos”. Hombre virtuoso, decimos, dotado de poderosa voluntad, ha hecho de su vida espejo de inteligente autodidactismo, consiguiendo que su magisterio en Metalografía, verbigracia, dentro del Grupo Alean, fuera reconocido tanto en España como en el extranjero. Al mismo tiempo, su fervor alicantinista le llevó al conocimiento de la historia cultural de su pueblo, cuyo fruto palmario es este sorprendente y admirable Diccionario biográfico de personajes alicantinos (Fichero provincial) que nos honramos en presentar. La cultura en la capital alicantina durante el siglo XX transita por dos épocas sustancialmente distintas: la anterior y la posterior a la guerra civil. La anterior o preguerra discurre entre el asesinato de Antonio Cánovas del Castillo (1897) unido al desastre de 1898, y el magnicidio de José Calvo Sotelo, trágico nuncio de la hecatombe de 1936, pasando por la Semana Trágica, el atentado mortal perpetrado en la persona de José Canalejas, la Primera Guerra Mundial, las huelgas revolucionarias de 1917, el asesinato de Eduardo Dato (1921), la sangrienta derrota de Annual, la dictadura de Miguel Primo de Rivera, la sublevación de Jaca y la Segunda República. A lo largo de tan calamitoso tiempo, la cultura aparece refugiada en los estrictos ámbitos personales bajo el total desamparo de las instituciones tanto de interés público como del privado: aquéllas, por oscurantismo en grado diverso; éstas, por penuria y fugacidad. El científico, el literato, el artista, el intelectual en general o lograba subsistir y hasta triunfar acudiendo a la emigración o caía víctima del desapego social o de la indigencia económica y moral entre las paredes de su propia casa. Casos elocuentes de los segundos, entre muchos, encamaron los periodistas Antonio Galdó López (1837-1924) y Rafael Sevila Linares (1848-1921), quienes, con palabras de Florentino de Elizaicin en 1920, “ni uno ni otro han podido asegurar con holgura los últimos años de su vida”; el pintor alcoyano Lorenzo Pericás Ferrer (1863- 1912), de quien, tras su muerte, dijo Gabriel Miró que “no ha tenido más sostén que el de la limosna (...), ha muerto miserable”. (Heraldo de Alcoy, 2, septiembre, 1912); el poeta y comediógrafo, también alcoyano, Gonzalo Cantó Vilaplana (1859 -1931), cuyo biógrafo Adrián Miró afirma que “no logró aventar el fantasma de la penuria económica que persiguió a nuestro autor durante toda su vida”; Gabriel Miró Ferrer (1879-1970), como se sabe, tuvo que abandonar su ciudad nativa, porque, según confesión propia del 16 de enero de 1914 a Rafael Altamira, “no puedo seguir en este retiro provinciano sin perjuicio de mi hogar (...) Mi única defensa es la pluma. ¿Quiere V. ayudarme recomendándome a algún periódico de Buenos Aires? Una corresponsalía, una colaboración fija me traería - 5 - un notable beneficio.” Y, por último, traigamos la patética figura de Manuel Rico García (1850-1913), erudito, quien, al verse abandonado y sumido en la indigencia, pensó arrojar toda su obra a las llamas. Así lo comunicó Ramón de Ugarte a Marcelino Menéndez y Pelayo el 18 de septiembre de 1911. Por el contrario, la posguerra, sobre todo, a partir de 1950, se caracterizó por una casi absoluta hegemonía de las instituciones, en cuyos ámbitos y desde ellos se fomentó la cultura en su varia dimensión sin menoscabo de las iniciativas particulares. A título de hitos simbólicos, citamos: Biblioteca Gabriel Miró (1952); Premios nacionales de teatro “Carlos Arniches”, de novela “Gabriel Miró” y de música “Oscar Esplá” (1955); Instituto de Estudios Alicantinos, nacido en 1953 y renacido en 1968; Conservatorio Superior de Música, nacido en 1958 y, con este grado, en 1974; Premio Azorín Nacional de Literatura (1964), y Centro de Estudios Universitarios (1968). En tierra tan fecunda como cultivada se formó y creció con lógica naturalidad el espíritu investigador de José Pastor Navarro, quien, alentado por su raigal alicantinismo y superando notables precedentes bibliográficos, ha podido ofrecemos este Diccionario con cerca de dos mil entradas, auténtico orgullo para él, para nosotros y para todos los alicantinos, ya de nacimiento, ya de adopción o de residencia, de hoy y de mañana. Modélica ha sido su gran tarea llevada a cabo en archivos, registros civiles y bibliotecas tanto de la provincia de Alicante como del resto de España en busca de precisiones biográficas y datos fundamentales de cada personaje estudiado. Ha cumplido, pues, nuestro querido amigo con aquel sabio y amoroso precepto que Rafael Altamira dirigió a todo el pueblo alicantino, entrañablemente suyo, durante la fiesta de Hogueras de 1934: “La acción es la sal de la vida y el más alto valor de la existencia de los individuos y de los pueblos. Haced y desead hacer más cada día en todos los órdenes de la actividad humana para que el nombre de Alicante suene en el mundo entero como el de un factor valioso de la civilización y del culto a la poesía y a la nobleza de la vida”. Vicente Ramos (Febrero de 2009) - 6 - JUSTIFICACIÓN Este trabajo está motivado por el sentimiento de gratitud que, como alicantino, tengo en mi corazón para quienes, en alguna forma, me han enseñado a conocer, admirar, valorar y amar la tierra provincial de mi nacimiento. Personas pasadas y presentes que, con su hacer, nos han legado “…no solo el testimonio del fecundo trabajo […] sino también su apasionado amor alicantino”1 Nunca tuve la intención de realizar un trabajo de estas características, tan apartado de mi profesión técnica, no obstante, llevado de mi inquietud hacia todo lo alicantino, inicié, como una primaria curiosidad, la anotación –creación de fichas- de datos biográficos de aquellos personajes que, a través de mis lecturas, me impresionaron, llamaron la atención o sensibilizaron, lo que me llevó en el tiempo a una propia exigencia de constatación de hechos, a una comprobación dadas las diferencias y/o contradicciones encontradas, así como de los errores y/o erratas transmitidos sin confirmación, de forma cronológica, por autores de distintas épocas. Alcanzado ya un notable “corpus” de fichas, empecé su reorganización de forma ordenada –quizás no totalmente correcta- siguiendo un método igualatorio -sin duda monótono- para todas ellas, pero método abierto a expectativas de continua ampliación y/o modificación en sus diversos aspectos. Tiempo después, consultadas opiniones sobre el interés que el “fichero” pudiera tener, y con el aliento de amigos que sin duda lo sobrevaloraron, continué, no sin cierto rubor y timidez, la búsqueda, sin prisa, pero como también se dice “sin pausa”, de aquellos aspectos en los que tenía dudas o faltaba la confirmación concreta, a la vez que se agrandaba el abanico del número de fichas. Ciertamente este no es un trabajo de creación. Es un trabajo de recopilación de datos realizado atando un sinnúmero de cabos en el que hay mucho de tijera y engrudo, aunado lógicamente a una implícita investigación, para el que, como dijo un escritor del siglo XVIII “…he tomado ladrillos de muchas edificaciones para construir la mía propia”, aunque teniendo presente un proyecto de construcción, con resquicios lógicos, pero intentando poner unos cimientos lo más sólidos posible para su consecución. Para ello fueron desechados, por su fragilidad o inconsistencia, muchos de los materiales disponibles que fueron sustituidos, rebuscando en almacenes del pasado, por otros más fiables.