El Asentamiento Rural Andalus~ En Vallelejo (Rociana Del Condado
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Studia E. Cuadrado, AnMurcia, 16- 17, 200 1-2002, págs. 509-522 EL ASENTAMIENTO RURAL ANDALUS~EN VALLELEJO (ROCIANA DEL CONDADO, HUELVA) Juan Aurelio Pérez Macías Departamento de Historia 1 Universidad de Huelva * RESUMEN Se estudian en este trabajo seis asentamientos rurales andalusíes de la cora de Niebla (Huelva), se confirma una extensa colonización agrícola entre los siglos XI y XIII, y se propone un patrón de poblamiento rural formado por la explotación fami- liar (qarya) y la aldea (balda). Palabras clave: al-Andalus, Niebla, poblamiento rural. ABSTRACT In this work it study rural andalusian settlement of the districk of Niebla (Huelva, SW Spain), it confirmed an extensive colonization between XI and XIII centuries, and it propose a occupation patron formed by familiar exploitation (qarya) and villa- ge (balda). Key words: al-Andalus, Niebla, rural occupation. * Facultad de Humanidades, Carnpus del Carmen, avenida de las Fuerzas Armadas, s/n, 21007 Huelva; e-mail: [email protected] 510 AnMurcia, 16-17, 2001-2002 JUAN AURELIO PÉREZ MACÍAS cambio de Era, momento en que se detecta una fuerte implantación rural y la expansión de las uillae rusticae. Desde el año 1993 el Área de Arqueología de la La aparición de jglinae en las márgenes navegables de Universidad de Huelva comenzó a desarrollar una línea río Tinto y los productos anfóricos en ellas fabricados de investigación que tenía como objetivo el estudio del (Haltern 70) nos muestran una vocación agrícola dedi- desarrollo urbano en el suroeste peninsular. El marco cada a la producción de aceite y vino, lo que se confir- conceptual hacía necesario la elección de un asenta- ma por la aparición de contrapesos de prensas de viga miento que pudiera servir de modelo para la propuesta (prelum) en algunos establecimientos, en los que los tor- teórica del desarrollo de la implantación de la ciudad cularia deberían ser elemento común. como eje de vertebración del territorio. Por razones his- El mundo rural vive su etapa de esplendor en la anti- tóricas fue la ciudad de Niebla el asentamiento elegido güedad tardía y en época visigoda, momento en el que (Pérez, Campos y Gómez, 2000), pues cumple mejor proliferan grandes villas rústicas pertenecientes tanto a la que ningún otro los requisitos diacrónicos necesarios nobleza hispano-goda (López Domínguez, l999), como para que esta investigación pudiera afrontarse con la a la jerarquía eclesiástica (González, Pérez y Oepen, e. suficiente perspectiva histórica. p.), en muchos casos relacionadas. Aunque existen evidencias de poblamiento en el Con la conquista musulmana y los repartos de tie- casco urbano de Niebla que se remontan el 111 milenio rras a los contingentes yemeníes y a las tropas sirias de a.c., la ciudad se convierte en lugar central del territo- Emesa (yund de Hims),el panorama de la ocupación rio a partir de época tartésica (Campos, Rodrigo y rural no va a ser tan diferente como en la etapa prece- Gómez, 1997), momento en el que el espacio urbano dente. Algunos establecimientos fundiarios desapare- se delimita con una muralla de mampostería y las hue- cen, sobre todo los dependientes de la jerarquía ecle- llas de hábitat se extienden por todo el caserío histórico siástica y de algunos nobles (Pérez Macías, 2002), que actual. Es ésta una etapa especialmente pujante en todo pagarían su insumisión con la confiscación de bienes, el mediodía peninsular gracias al fuerte impulso econó- pero en general no se observa que mengüe el antiguo mico favorecido por el comercio fenicio, en esta comar- poblamiento hispano-godo a juzgar por el mayoritario ca interesado en la producción de plata con el mineral poblamiento muladí en zonas periféricas a la amelía de que se distribuye desde el Andévalo-Cinturón Ibérico la ciudad, bien constatado por las rebeliones de la anti- de Piritas- (Pérez Macías, 1996). La ciudad siguió man- gua nobleza en la fitna de los muladíes (Roldán teniendo este papel hasta época romana. Castro, 1993). Pero la ciudad contó desde sus inicios con un terri- El registro arqueológico de estos momentos en la torio de gran capacidad agrícola, situado en plena tierra ciudad y en su territorio carece de evidencias. A pesar de campiña, lo que favoreció que en momentos en los de que desde el afio 1993 se hayan sucedido de forma que las relaciones económicas no fueran tan fluidas, el ininterrumpida intervenciones en distintas zonas del hábitat permaneciera gracias a las posibilidades de desa- casco urbano, en ninguna de ellas se ha encontrado evi- rrollo agrícola, como sucedió en época turdetana. dencia del período emiral-califal, aunque en las fuentes Su importancia fue creciendo a lo largo del tiempo, musulmanas quede patente la importancia de la ciudad hasta que en época visigoda fuera convertida en sede a lo largo de esta etapa. En las diferentes e~trati~rafiasse episcopal, sufragánea de la hispalense. No sorprende así observa la reestructuración de la madina en el siglo XII, que tras la conquista musulmana su hegemonía en el y especialmente en el siglo XIII, cuya manifestación territorio se viera reforzada al pasar a ser el centro más señera es la construcción de una nueva muralla administrativo de una de las circunscripciones más (Pérez, Campos, Gómez y Rodrigo, 1997). Los escasos importantes del suroeste de al-Andalus, la Küra de elementos cerámicos de época califa1 proceden en su Labla (Roldán Castro, 1993), que será el germen del mayor parte de unidades estratigráficas almohades, y futuro Reino de Niebla en época bajo-medieval (Ladero salvo la mezquita, con arcos polilobulados y reutiliza- Quesada, 1992). ción de materiales romanos, ningún monumento puede La producción agrícola de todo este territorio se datarse más atrás del siglo XII. había intensificado a medida que se fue imponiendo la Desde esta misma perspectiva, el territorio parece romanización, especialmente significativa a partir del atestiguar una drástica reordenación a partir del siglo Figura 1. Situación de los asentarnientos. 5 12 AnMurcia, 16-17, 2001-2002 JUAN AURELIO PÉREZ MAC~AS MI. Aunque en los últimos años hemos incrementado más diacrónico destacan las prospecciones de A. la prospección en el ámbito rural (Pérez, Campos y Bazzana (1992) en la zona valenciana, o las de Azuar Gómez, 2002), que hemos extendido a los términos Ruiz (1989) en Denia. La tipología de algunos de estos municipales de Niebla, Bonares, Rociana del Condado, asentamientos puede servir de apoyo a las tesis de P. y Villarrasa, no contamos con ejemplos de poblamien- Guichard sobre la sociedad rural andalusí formada por to rural entre la antigüedad tardía y el siglo XI, y des- campesinos libres agrupados en aldeas (Guichard, conocemos los cambios que se operaron en el mismo, 1976), estrechamente relacionada con el sistema tribal fenómenos de reparto, formas de ocupación, etcétera, de los conquistadores árabes y bereberes, que contrasta excepto probar que algunas villas rústicas tardorroma- con el modelo de explotación señorial esclavista de la nas no volvieron a ocuparse más, tal como ya hemos antigüedad. Este modelo de aldeas rurales parece per- comentado de algunas posesiones de la jerarquía ecle- petuarse a lo largo del tiempo hasta épocas almohades y siástica, y que algunas fueron asiento de establecimien- nazarí, bien definido en el asentamiento de Castillejo tos de los siglos XI a XIII. Esta última circunstancia en Guajares (Cressier, Malpica y Roselló, 1987). puede dar pie a considerar que existe una continuidad Reducir a esta forma social de explotación la ocupa- en el asentamiento rural entre el mundo antiguo y el ción rural andalusí nos parece una simplificación y es, medieval, y desde este planteamiento puede realizarse cuanto menos, incompleta. Las mismas fuentes docu- una primera aproximación a la densidad de la ocupa- mentales árabes describen otros tipos de asentamientos, ción y a las diferencias de la implantación entre uno y las haciendas (Day'a) y cortijos (mayiar), y es claro que otro período. Pero si optamos por el modelo de expli- muchas referencias a aldeas están más cerca de estos cación que hemos establecido para determinar la evolu- conceptos, de explotaciones individuales, muchas de ción urbana de la ciudad, en la que la falta de acumu- ellas sometidas al régimen de aparcería y arrendamien- laciones estratigráficas desde época emiral a la almoha- to, que al de agrupaciones campesinas. de no es un indicio de la discontinuidad de poblamien- De paso se olvida también la evolución seguida por to, bien descrito por las fuentes documentales, hemos la gran propiedad explotada por la nobleza muladí, que de establecer también cierta cautela a la hora de evaluar sólo se vería afectada por el nuevo sistema tributario de la posibilidad de una ruptura en el patrón de asenta- la dinastía omeya, contra la que se rebelan en la fitna de miento rural, máxime cuando estamos analizando los muladíes. Es cierto que a partir de esos momentos materiales de superficie. esos linajes de la antigua nobleza hispanogoda se van Pero sin entrar a fondo en una discusión acerca de la islamizando lentamente, pero jocurrió lo mismo con el posibilidad de una ruptura en el patrón de poblamien- sistema de propiedad? Todo parece indicar lo contrario, to, en la que por las razones expuestas no creemos, nos y el contrato de aparcería (mugarasa) es una prueba de parece que es más fructífero avanzar en otras propues- que existían excedentes de tierras. tas, obviando esa falta de evidencias emirales-califales, De este modo resulta incomprensible el ~oderde como puede ser determinar la tipología de los asenta- algunas familias árabes de Niebla, reacias también al mientos rurales, una valoración que a nuestro juicio centralismo de la dinastía omeya, y por encima de los merece una mayor discusión habida cuenta de la forma enfrentamientos étnicos, el prestigio de estos linajes en como se ha generalizado el concepto de aldea (qarya), las ciudades debe sustentarse en el dominio territorial y tanto desde el punto de vista de las fuentes documenta- en la producción agrícola, que tendría su origen último les árabes como desde la interpretación arqueológica del en los repartos que supuso el asentamiento definitivo de asentamiento.