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Colección ((ARCHIVOS MUNICIPALES ONUBENSES)) N.O 553 GUlA - INVENTARIO - INDICE DEL ARCHIVO MUNICIPAL DE NIEBLA (HUELVA) Dirección: Remedios Rey de las Peñas PLAN DE ORDENACION DE ARCHIVOS MUNICIPALES DE LA EXCMA. DlPUTAClON PROVINCIAL 1985 Montaje, Impresión y Encuadernación: Imprenta Provincial Polígono Naviluz - HUELVA Colección ((ARCHIVOS MUNICIPALES ONUBENSES)) N.O 53. Colaboradores: Juana Otero Prieto Domingo Muñoz Bort PROLOGO En el año 1769, La Duquesa de Medina Sidonia y Condesa de Niebla, se quejaba del mal estado de conservación del archivo de su villa, me toca a ml, doscientos años después, el alegrarme en su nombre de que sus deseos se vean felizmente cumplidos. Esta iniciativa de la Diputación de Huelva, al exhumar los fondos archivistlcos municipales, sienta las bases para la definitiva recuperación de nuestra memoria colectiva, tan a menudo falseada y tergiversada por tópicos al uso, alimentados con entusiasmo por generaciones de cronistas y eruditos. El Condado de Niebla no es una excepción en este punto. Su pasado, generalmente poco conocido y escasamente abordado por la historiografla, se contempla como un continuo declive: Desde el esplendor del reino Taifa de la Lebla de Ibn Mhafoth, que comprendIa extensos dominios - la actual provincia de Huelva más el Algarve y parte del Alentejo portugueses -; pasando por su conquista en el 1262 por el Rey Sabio, que otorgó a Niebla amplios fueros y su transformación en 1369 a señor10 jurisdiccional, - merced hecha por Don Enrique 11 a Juan Alonso de Guzman -; deviene en el año 1833, en el más gris anonimato histórico, pues, la otrora cabeza de un vasto reino, pasó a depender del Partido Judicial de Moguer, villa que fuera de su propio alfoz. A menudo la historia tradicional de Niebla se detiene cuando ésta se convierte en señorlo jurisdicción de la casa de los Guzmanes. A lo más se recuerda el sangriento saco de 1508, en el que nuestra casa adquirió una deuda de gratitud con Niebla por la lealtad demostrada por los iliplenses que no han podido, ni podrán, borrar los años; aunque la causa de tan cruel y esteril sangrIa estuviera en las ambiciones encontradas de Pedro Girán, tutor del Conde niño y del aragones Fernando 1. Sobre este perfodo que finiquita con la extinción de los señorfos, nada se sabe y menos se ha estudiado, dándose por sentado que el interés histórico de Niebla habla desaparecido y que en todo caso, la decadencia del Concejo coincide demasiado con el perfodo de jurisdicción que sobre 61, tuvo la casa de Medina Sidonia. Recientes trabajos vienen a poner en solfa esta presunción, ya que las causas de la decadencia del Condado fueron convenientemente sentados en tiempos del mismIsimo Rey Sabio, pues si preservó un potente termino para Niebla como secante a las veleidades expansionistas de Alfonso 111 de Portugal, desgajó de su jurisdicción las villas de Gibraleón y Huelva, constituy~ndolasen sedes de concejos independientes, que con el tiempo se transformarfan en sendos señorfos. Este proceso se acelera en el siglo siguiente. En pleno reinado de Alfonso XI se enajenan, vinculándose a señorlo, las villas de Palos, Moguer, Villalba, Beas y Trigueros, estas tres últimas retornaron a su primitivo alfoz, pero hubo que pagar por ellas un alto precio. En todo caso, a mediados del siglo XIV, Niebla era una villa despoblada, mal administrada y sometida a la presión de los señorlos colindantes que encauzaban la sangrIa de sus recursos humanos y económicos. Es por esto que la villa de Niebla que recibe en señor10 Don Juan Alonso, constituye un concejo extenso, pero diezmado en recursos ffsi;os. Muy posteriormente, la decadencia precipitada que se vive en el XVII es ciertamente la decadencia de los Medina Sidonia, pero tambien la del pafs entero, sometido a una de las más arbitrarias y absurdas administraciones que ha padecido nuestro sufrido pueblo. No olvidemos que en el reinado del infortunado Felipe IV, s61o en el perfodo comprendido entre 1640-55 el Condado de Niebla tiene que atender nueve levas, bien para mantener la fantasmal campaña portuguesa o para sofocar la sublevación catalana. El perfodo de Niebla como Condado comprende casi quinientos años, en los que se configuraron los cimientos sociológicos y culturales de nuestro más inmediato presente. El estudio de éste perrodo resulta transcendental, ya que es muy importante - sobre todo en estos tiempos de mudanza - el asentar con firmeza los pies en el suelo, asunto éste que sólo puede realizarse en la búsqueda de nuestro pasado, que clave es de nuestra situación actual. En esta búsqueda no sólo encontraremos causas, sino también posibles soluciones a problemas que, a buen seguro, se han presentado otras veces. Aun perdura la caduca concepción decimonónica de considerar a la Historia como un proceso lineal en clave de progreso permanente. Desgraciadamente, en nuestro tiempo, esta intuición no resulta tan perceptible; asl, la observación del pasado se hace con más modestia, permitiéndonos una mejor asimilación de sus lecciones. Ciertas épocas son contempladas con nueva luz. Ya no son consideradas como perlodos anárquicos, regidos por los albures, más o menos arbitrarios, de la voluntad del señor de turno. Esto, quizás, sea discutible para la Europa heredera del testamento Carolingio, pero no para gran parte de nuestra España. En el pasado, acostumbrábamos a regirnos por sabias y prácticas instituciones basadas en la simple observancia del Sentido Común. Tal es el caso del llamado Pósito, auténtico seguro colectivo destinado a la prevención de hambrunas y escaseces, o la figura del Personero del Común, verdadero defensor del pueblo y algo anterior a la figura sueca que nos ha servido como modelo reciente; podrlamos continuar citando instituciones tan interesantes como la llamada Residencia o redescubrir la forma de actuación de los Cabildos municipales, mucho más democrática de lo que estamos acostumbrados a aceptar, o la libertad de elección, por parte de los ciudadanos, de tribunales del Rey o del Señor, ... Cabrlan muchos ejemplos que ilustrarlan la sencillez y autonomla con que se reglan las comunidades en tiempos pasados, sin que se produjeran los conflictos hoy en dla tan desgraciadamente actuales. Ruego perdonen los especialistas y estudiosos que acudan a esta obra, los ejemplos antes descritos, para ellos serán sobradamente conocidos; pero mi intención no es otra que intentar ilustrar la dimensión práctica y 6ti1, que para mejorar nuestra vida tiene la Historia. Creo que no sólo nos debe acercar a ella un - por demás digno - prurito de erudición, sino que tenemos la obligación de transformarla en algo vivo, en una fuente de debate lo más amplia posible, que - al permitirnos un mayor autoconocimiento - nos prepare eficazmente ante un futuro que se nos presenta pletórico de retos a lo que no podemos menos que hacer frente. 1 Estoy, pues, convencido que la presente publicación del Inventario del Archivo Histórico de Niebla, supondrá una contribución fundamental a la construcción de la definitiva Historia del Condado, asf como una inestimable ayuda para el investigador que quiera zambullirse en nuestro pasado de la forma más efectiva, que no es otra que el contacto directo con las fuentes documentales, algo, que a fuerza de ser evidente, a veces se olvida a la hora de hacer Historia. Esta obra, además de sus indudables valores intrfnsecos, reune otro factor casi tan importante como el primero, que es la expresión inequlvoca del pueblo de Niebla, encabezado por su dignlsimo alcalde Eduardo González Moreno, de recuperar su patrimonio Histórico-cultural. Esta recuperación que se plasma y objetiva en la presente, no va a ser, a buen seguro, un hecho aislado, sino el inicio de un proceso quizá largo..., en el que Niebla y su Condado vayan desperezándose de un largo letargo histórico y retomen la gloriosa senda de su gran pasado. No quiero terminar sin expresar ml reconocimiento a la Excma. Diputación de Huelva, que a través de su Plan de Ordenación de Archivos Municipales y al estupendo trabajo realizado por Remedios Rey de las Peñas, Juana Otero Prieto y Domingo Muñoz Bort que, valiendose de las más avanzadas tecnicas archivfsticas, han conseguido dar voz a un acervo patrimonial que, hasta la fecha, yacla mudo e inoperante en oscuros y desvencijados rincones municipales. Ortigós, 27 de Agosto de 1986. Leoncio Gonzáiez de Gregorio, Alvarez de Toledo, Conde de Niebla. GUIA DEL ARCHIVO La elaboración de los Instrumentos de Descripción documental es la última fase de un proceso laborioso y delicado como es la correcta ordenación de unos fondos documentales, históricos y administrativos, depositados en los Ayuntamientos. La metodologla archivlstica empleada es, en nuestro caso, fruto de los recientes avances de la ciencia archivlstica española y de la experiencia extraida y acumulada a lo largo de varios años trabajando con fondos documentales municipales. Ambos elementos cientlficos, teorla y práctica, conforman el Plan de Ordenación de Archivos Municipales Onubenses. Dicho Plan coordina todos los trabajos, resuelve los problemas y unifica los criterios de actuación de un equipo de colaboradores. Fruto de este engranaje son los Instrumentos de Descripción Documental. El que el lector tiene en sus manos describe los fondos documentales depositados en el Ayuntamiento de Niebla, que por diversos factores históricos, son extremadamente importantes para la reconstrucción de muchas parcelas pretéritas de las poblaciones asentadas dentro del amplio y variado territorio condal iliplense. Estos factores históricos determinaron la producción documental custodiada en el Archivo Municipal de Niebla y se tuvieron en cuenta en el momento de elaborar sus correspondientes Instrumentos de descripción. Veamos brevemente algunos de esos factores históricos que ayudarán al correcto manejo de estos Instrumentos y facilitará una visión de conjunto de toda la producción documental, objeto del presente trabajo archivistico. El Condado de Niebla se crea en 1369 (primer titulo Condal de Andalucla) como Mayorazgo de la familia Pérez de Guzmán, sobre una extensa franja del territorio onubense, abarcando desde el Guadalquivir hasta la frontera portuguesa, asentándose en las comarcas del Andevalo, Campiña y Cuenca Minera.