Mª ISABEL MIGUEZ MARIÑAS El Territorio De Gauzón (Asturias)
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El territorio de Gauzón (Asturias) en el medievo. Aproximación a su configuración Mª Isabel Míguez Mariñas * RESUMEN ABSTRACT El presente trabajo aborda la configuración de un This study focuses on the development of a territory territorio de la costa central asturiana entre los siglos from the Asturian central coast between, approxi- X y XIII, aproximadamente, fechas entre las que tal mately, the 10th and 13th centuries, when it func- territorio funcionó como alfoz. La escasez de estu- tioned as a alfoz. The scarcity of studies related to dios relacionados con el análisis de la organización the analysis of these Asturian medieval territories gives medieval de estos territorios en el ámbito asturiano, way to simple approximations like the one presen- obliga a realizar sencillas aproximaciones, como la ted here, with the aim of achieving a level of know- que aquí se presenta, con el objetivo de ir alcanzan- ledge similar to the one we have on other peninsu- do un nivel de conocimientos similar al que se tiene lar areas. ya para otras áreas peninsulares. PALABRAS CLAVE: Organización del territorio. KEY WORDS: Los estudios sobre territorio han estado torio concreto: el territorio de Pravia, el terri- siempre presentes, de una u otra forma, en la torio de Pesgos, el de Gijón, de Cornellana, de producción historiográfica de los investigadores Oviedo, y así una larga lista que nos permite sobre Edad Media asturiana. Y ello no podía ser esbozar la composición territorial menor de la de otro modo si tenemos en cuenta la división Asturias medieval. Cada uno de estos territo- territorial en que se encontraba compartimen- rios ocupaban una extensión más o menos tado el solar astur, reflejo en buena parte de la grande que solía aglutinar un conjunto de tie- propia peculiaridad geográfica asturiana que favo- rras que guardaban ciertos caracteres comu- rece la formación de territorios naturales sobre nes. Por territorio entendemos, pues, una exten- los que se han venido asentando las distintas for- sión variable de tierras que reciben una maciones sociales que los han ocupado. denominación común, que suelen mantener unas similares características físicas y sociales, y Efectivamente, en la documentación de que que son administradas conjuntamente. disponemos, generalmente transacciones o negocios jurídicos de diversa naturaleza, la loca- No han abundado, sin embago, estudios lización de los bienes objeto de los mismos se específicos sobre territorialidad medieval en enmarca siempre en el contexto de un terri- Asturias o sobre territorios concretos que nos * Becaria predoctoral de la Universidad de Oviedo. permitan comprender la organización territo- cripcionista como los de T. López Mata (LÓPEZ, rial, su evolución y funcionamiento en época 1975) o G. Martínez Díez (MARTÍNEZ, 1987); tra- medieval. Uno de los primeros trabajos que tra- bajos que se han calificado de “reconstruccio- taron este tema fue el realizado por A. C. Flo- nes rigoristas, estáticas, asincrónicas, que tan riano Cumbreño que, en su obra Estudios de sólo aproximan al mapa geográfico de la com- Historia de Asturias, abordaba la localización de posición de los alfoces” y que “se limitan a la los distintos territorios asturianos que apare- enumeración inacabada de tales espacios de cen reflejados en la documentación (FLORIA- acción política, cayendo en los peligros de la NO, 1962). Posteriormente fue M. G. Martínez descripción fría, inmovilista e incompleta” (JULAR, quien, en tres artículos sucesivos se ocupaba 1991: pp. 10-11). de recopilar las menciones documentales rela- tivas a otros tantos alfoces asturianos (MARTÍNEZ, Se considera que el alfoz no es un territo- 1969, 1970, 1971). Finalmente, en los últimos tiem- rio perfectamente delimitado, sino que consti- pos, el interés por esta temática ha favorecido tuye “la expresión territorial del control que ejer- la aparición de recientes trabajos: M. Fernán- cía el rey sobre una serie de villas y sus habitantes dez Mier ha realizado una fundamental apor- a partir de la organización de núcleos de poder tación a los estudios sobre territorio en Astu- intermedios” (ÁLVAREZ BORGE, 1987: p. 157); un rias, incorporando nuevas metodologías y territorio caracterizado por su dinamismo y planteamientos historiográficos, que tratan de constante evolución, por lo que se considera ir un poco más allá indagando en la génesis de la labor de cartografiado de las villas incluidas la territorialidad medieval, tomando como ejem- en un alfoz como labor inútil: “la mención de plo dos concejos de la montaña asturiana una villa en el siglo X dentro de un alfoz no (FERNÁNDEZ MIER, 1999); J. Fernández Conde y significa que en el siglo XI siga manteniendo esa Mª A. Pedregal, por su parte, han esbozado los vinculación. Precisamente la mayor parte de las orígenes de un importante territorio asturia- noticias de villas en alfoces que tenemos pro- no, el de Santo Adriano de Tuñón (FERNÁNDEZ ceden del momento en que dejan de perte- CONDE; PEDEGAL, 1995-1997); por nuestra parte, necer a ellos, cuando son donadas a los monas- hemos prestado también atención a esta cues- terios” (ÁLVAREZ BORGE, 1993: p. 97). tión en nuestra tesis doctoral (MÍGUEZ, 1999). Se trata, no obstante, de un campo de estudio Efectivamente, el carácter dinámico y en sobre el que se ciernen aún numerosos inte- contínua evolución de estos territorios es difí- rrogantes que es necesario ir resolviendo con cilmente cuestionable, con mayor razón si con- el objetivo de lograr un mejor conocimiento sideramos esta forma de territorialidad como del mismo. expresión no sólo de la organización política y administrativa, sino también de la propia for- Los estudios sobre territorios y alfoces cuen- mación social que ocupa esos territorios. Ahora tan, sin embargo, con importantes aportacio- bien, creemos que el rechazo a toda forma de nes en otros ámbitos geográficos fuera del astu- análisis espacial de los lugares en los que se asien- riano. En especial nos interesa destacar ahora tan los territorios resulta excesiva, máxime en las que se han venido sucediendo con los tra- áreas como la asturiana en las que los condi- bajos realizados en la zona castellano-leonesa cionantes geográficos, sin caer en ningún tipo donde, en los últimos años, han proliferado de determinismo, son sin embargo importan- este tipo de estudios siguiendo los presupues- tes. Por otro lado, los alfoces asturianos no tos teóricos y metodológicos definidos por C. parecen representar solamente “espacios de Estepa Díez (ESTEPA, 1984a, 1984b; ÁLVAREZ BORGE, acción política” sino que, más bien, son expre- 1993; JULAR, 1991). Desde ellos se ha venido sión de una territorialidad anterior vinculada a cuestionando “la concepción del alfoz como una organización social concreta, y también un territorio cerrado y perfectamente defini- consolidan comarcas o distritos territoriales do, la necesidad de plasmarlo en un mapa como que, pese a la reorganización territorial y admi- espacio limitado” (ÁLVAREZ BORGE, 1987: p. 157), nistrativa que supone el surgimiento de las punto de partida de trabajos de corte des- “polas” a partir del siglo XIII (RUIZ DE LA PEÑA, 162 AyTM 8, 2001 1981), van a continuar funcionando a lo largo de Schulz, para mantener el carácter particu- de toda la Edad Moderna hasta llegar a nues- lar del territorio, puesto que al este de la ría tros días. del Aboño se generalizan los materiales de la cobertera mesozoica, y hacer de ellas un lími- Si hablamos de alfoz o territorio estamos te natural que habría de aprovechar la organi- hablando, en definitiva, de un espacio que, zación territorial asentada sobre ellas (SOMO- como tal, presenta unas determinadas carac- ZA, 1908: p. 201). terísticas geográficas que a menudo dotan de unidad al mismo y perfilan de alguna manera Los rasgos climáticos constituyen también un los contornos sobre los que se asienta la orga- factor de unidad del territorio, y así, la línea que nización social y política en evolución. Sin duda, separa el área de precipitaciones inferiores a la primera característica que define el territo- los 1.000 mm anuales describe un arco que coin- rio que nos ocupa, Gauzón, es su propia con- cide casi exactamente con los límites topográ- figuración geográfica. ficos que hemos dado al territorio en el que se asentará el alfoz de Gauzón (FELICÍSIMO, 1992). Se trata de un conjunto de tierras enclava- das en la rasa central asturiana, formando un Vemos, pues, que al menos en este caso que amplio triángulo que tiene como vértice la nos ocupa, sí podemos definir una cierta uni- punta del Cabo de Peñas. Es en esta área del dad geográfica que, como indicaremos, se Cabo de Peñas donde la rasa alcanza su mayor corresponde aproximadamente con el territo- anchura y se hacen más evidentes las tres pla- rio de Gauzón. taformas de abrasión que se han identificado en la costa asturiana, fruto de las sucesivas Pero antes de que este territorio llegara a transgresiones y regresiones marinas (FLOR, configurarse como alfoz y, como tal, constituir 1983). Hacia el interior, se prolonga esta mor- un elemento de articulación feudal del territorio, fología formando un paisaje progresivamente alo- es difícil precisar si realmente conformaba un mado, surcado por suaves y amplios valles hasta espacio vinculado por unos lazos socioeconó- encontar su límite meridional en las elevacio- micos o políticoadministrativos uniformes. Los nes de la Sierra del Faidiello. últimos estudios sobre territorialidad altome- dieval, basados en gran parte sobre las hipó- Los límites naturales occidental y oriental del tesis formuladas por A. Barbero y M. Vigil, tien- territorio están claramente delimitados por la den a relacionar estos territorios con la desembocadura de los ríos Nalón y Aboño, existencia de una organización socioeconómi- respectivamente. Este amplio triángulo se ca anterior, basada en el asentamiento de socie- encuentra fracturado por la falla de Ventanie- dades arcaicas vinculadas por lazos de paren- lla que posibilita el encajamiento de la ría de tesco.