VENTANAS DE PAPEL Reflexiones En Torno a La Fotografía Documental
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VENTANAS DE PAPEL Reflexiones en torno a la fotografía documental Rafa Badia ÍNDICE Algunas consideraciones previas…………………………………………………………………….pág.3 EN ESPACIO PÚBLICO La street photography, un subgénero de la foto documental…………………..........pág.4 LEICA ES UN NOMBRE DE MUJER Pioneras de la fotografía documental…………………………………………………………….pág.12 TRES VECES EQUIS Documental subjetivo en blanco y negro en la Europa posterior a 1968………..pág.22 AMERIKAN COLOR El resurgir de la fotografía norteamericana en color……………………………………...pág.32 LA LÍNEA TORCIDA DEL HORIZONTE Análisis sobre la presentación y contenido del fotolibro The Americans………..pág.48 VEINTE ROSTROS DEL SIGLO XX Reflexión sobre el retrato en la era del gelatino-bromuro……………………………..pág.58 PLATA Y PÍXEL Visión panorámica de la fotografía contemporánea……………………………………….pág.96 FOTOGRAFÍA ICÓNICA Y MEMORIA COLECTIVA…………………………………………...pág.121 Bibliografía…………………………………………………………………………………………………. pág.126 2 ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS Los ensayos recopilados en este libro tienen su origen en conferencias/proyecciones impartidas en el ámbito docente, realizadas entre 2010 y 2020. Durante esta década he escrito otros textos relacionados con la teoría de la fotografía, pero solo he seleccionado estos ocho porque, creo, tienen un carácter común, el análisis de algún aspecto de la fotografía documental del siglo XX. También he dejado espacio a la nueva fotografía del presente siglo, tal como puede comprobarse en Plata y Píxel, el penúltimo ensayo recogido en esta edición. Pero incluso esta excepción mira hacia atrás, en el sentido que toma por punto de partida la imagen del siglo XX para continuar su tradición. O, justo lo contrario, para negarla o tratar de superarla, con objeto de seguir avanzando en las posibilidades narrativas del medio fotográfico. Cierto es que hay algunas referencias a la fotografía artística, pero éstas tienen un carácter más bien excepcional. En todo caso, son autores ya integrados en el maremagnum de la fotografía contemporánea, donde la línea que separa lo documental y lo artístico es realmente difusa. Mucha de la fotografía documental ocupa las paredes de galerías y museos; de igual manera que los mass media impresos, como diarios y revistas, hoy dan cabida a fotos artísticas, expuestas dentro de un marco aparentemente documental. El título genérico de Ventanas de papel creo que es adecuado en tanto que, aunque en la actualidad consumimos más del 90% de las fotos a través de pantalla, las imágenes sueltas, reportajes, proyectos y ensayos fotográficos aquí referidos tuvieron su primera encarnación a través de la fotografía física, ya sea como copia fotoquímica, imágenes generadas en trenes de imprenta offset o impresiones digitales en tinta. Ello no quita que la totalidad de las fotos mencionadas estén disponibles para su consulta en la Red. Mucho ha pasado y ha cambiado en el panorama de la fotografía desde que comencé a escribir estos reflexiones. Se han descubierto y redescubierto autores (un buen ejemplo es la fotógrafa Joana Biarnés, cuyo rescate del olvido es posterior a mi redacción de Leica es un nombre de mujer); han aparecido y desaparecido entidades (el colectivo In_Public , fundamento del primer ensayo, dejó de existir en 2018 tras una agria discusión entre algunos de sus miembros) y subgéneros documentales, como la fotografía de calle, han pasado en esta década de ser una desconocida a obtener el carácter de práctica popular, casi multitudinaria. He resistido la tentación de poner al día los ensayos más antiguos, redactados entre 2010 y 2012. Creo que ello desvirtuaría el sentido original de los mismos. Prefiero que queden así, como testigos de un momento concreto del panorama fotográfico. La única licencia que me he permitido, aunque ello suponga un anacronismo respecto a la fecha de redacción, es incluir el año de fallecimiento de los autores que nos han dejado a lo largo de esta década, como Saul Leiter, Robert Frank, Fred Herzog o Eve Arnold. El Vendrell, Tarragona, julio de 2020 3 EN ESPACIO PÚBLICO La street photography, un subgénero de la foto documental Dentro de la avalancha de propuestas fotográficas contenidas en Internet llama la atención la publicación virtual del colectivo In_Public, dedicada a la llamada fotografía de calle. En esta página web en lengua inglesa, además de mostrar lo más granado del trabajo de una veintena fotógrafos en activo (casi todos radicados en Londres y Nueva York), se hace una declaración inequívoca de intenciones: la defensa de un estilo fotográfico, la street photography y, casi me atrevería a decir, de toda una actitud para entender la vida. Antes de valorar los logros y defectos de la propuesta de In_Public, cabría definir qué se entiende por fotografía de calle, un subgénero o estilo de la fotografía de reportaje poco conocido, si no menospreciado, por buena parte de los reporteros contemporáneos. La primera idea que viene a la cabeza es que se trata de una aproximación fotográfica esencialmente urbana, ya que el marco habitual son las grandes ciudades. Otro aspecto determinante es el carácter público: nunca se fotografía en ámbito privado, sino en espacios comunes a la ciudadanía. Espacios de tránsito, como calles y avenidas; o de reposo y ocio, tales como parques, jardines, museos o playas integradas en una zona metropolitana. Respecto a la metodología de la toma fotográfica, destaca que nunca son imágenes montadas, sino composiciones espontáneas encontradas al azar. Aquí la palabra “encontrada” tiene una importancia vital: el/la fotógrafo/a de calle se lanza a la vía pública al encuentro de lo inesperado e impredecible. No se busca un tema, sino que se encuentran situaciones que merezcan ser registradas con la cámara. Contravenir esta premisa puede costarle al fotógrafo de calle buena parte de su prestigio, tal como le ocurrió a Robert Doisneau cuando se supo que su Beso del Ayuntamiento era en realidad una imagen preparada con la colaboración de la pareja protagonista. “Fotografia de calle” versus “fotografía en la calle” La diferencia entre la búsqueda y el encuentro de los temas sirve, además, para establecer una frontera entre “la fotografía de calle” y “la fotografía en la calle”. Esta segunda se caracteriza por la elección y la búsqueda previa de unos personajes y situaciones que ocurren en ámbito urbano, pero que podrían desarrollarse en cualquier otro lugar, público o privado. De esta manera, autores como Brassai, Weegee, Lisette Model, Joan Colom, Diane Arbus, Danny Lyon o Eugene Richards, a pesar de trabajar en las aceras, no son fotógrafos “de calle” en sentido estricto. Para ellos, la ciudad, sólo es el marco físico, (influyente, eso sí) de los personajes e historias que pretenden explicar mediante el lenguaje visual. En el caso de Arbus la paradoja es especialmente reseñable, ya que se le suele considerar una fotógrafa callejera, probablemente porque se dio a conocer al gran público en 1967, mediante la exposición colectiva New Directions en el MoMA de Nueva York, que compatía con Lee Friedlander y Garry Winogrand, ambos pilares básicos de la actual street photography. 4 Esta mención de autores de los años 60’ del siglo pasado no es casual. Bien es cierto que los orígenes de la fotografía de calle hay que buscarlos en los albores del siglo XX: no se puede entender la evolución del género sin considerar la obra de fotógrafos previos como Walker Evans, Henri Cartier-Bresson, Willy Ronis, Robert Doisneau, Helen Levitt, William Klein, Saul Leiter, Elliot Erwitt o Robert Frank, por poner sólo algunos ejemplos ilustres. Pero también se puede afirmar que la verdadera cristalización de la fotografía de calle como estilo corresponde a la décadas de los años 60’ y 70’, con los norteamericanos Lee Friedlander, Garry Winogrand, Joel Meyerowitz, Richard Kalvar, el primer Bruce Gilden o el británico Tony Ray-Jones. Estos fotógrafos descollaron en una época marcada por la cultura pop, la sociedad de consumo y el acceso universal a la práctica de la fotografía. Ellos están ligados a los años de la democratización definitiva de una práctica iniciada en los 50’: la toma imágenes de recuerdo, la fotografía doméstica y su obsesión por fijar la memoria de la realidad cotidiana. Esta conversión de la toma fotográfica como acto ritual común, la percepción de la vida como una suma de instantes para coleccionar, influye enormemente en el desarrollo de la fotografía de calle. A diferencia del reportaje tradicional, la foto de calle se parece a la doméstica en que es unitaria, no secuencial; no responde a la premisa narrativa de presentación, nudo y desenlace y, por supuesto, no se preocupa por respetar las 5 preguntas clásicas del género periodístico: qué, quién, dónde, cuándo y por qué. Si no hay narración aparente, ¿cúal es el tema de la fotografía de calle, y por qué se le considera una aproximación documental a la realidad?. Aunque suene a perogrullada, se puede afirmar que el tema de la fotografia de calle es la calle en sí misma. O mejor decir que son los elementos (personas, animales, mobiliario urbano, vehículos, publicidad, arquitectura, monumentos..) presentes en la vía pública, y la manera en que éstos se relacionan entre sí. Es decir, se documenta el encuentro fortuito de personas que comparten un lugar y objetos comunes y que establecen, de forma consciente o no, una relación física y visual digna de ser registrada con una cámara. Otra característica a destacar de este tipo de imágenes es su carácter primordialmente peatonal: se realiza a pie, sobre las aceras, y retrata, muy frecuentemente, el tránsito de los viandantes. Es por ello necesario contar con una trama urbana pensada para peatones, un modelo de ciudad esencialmente europeo, como París y Londres; aunque más allá del Viejo Continente también se localizan enclaves idóneos, caso de Nueva York, San Francisco o Sidney. Ciudades, en definitiva, que se pueden abordar con el único pertrecho de un calzado cómodo y un abono de transporte público.