Mitológicas ISSN: 0326-5676 [email protected] Centro Argentino de Etnología Americana Argentina

Ceruti, Constanza MONTAÑAS SAGRADAS Y MONTICULOS CEREMONIALES DE LOS Mitológicas, vol. XXVII, 2012, pp. 9-20 Centro Argentino de Etnología Americana Buenos Aires, Argentina

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MONTAÑAS SAGRADAS Y MONTICULOS CEREMONIALES DE LOS CHEROKEE

Constanza Ceruti*

Summary: The southern Appalachian Mountains are conceived in the Cherokee system of beliefs as abodes for mythological entities such as the giant owner of the animals and -an old woman who extracts the liver from unsuspected human victims. The “little people” who dwell inside the mountains are thought to share their wisdom with the shamans who use remote caves to perform spiritual retreats. The waterfalls and summits are visited by The Thunderers, atmospheric entities from the underworld who are also conceived as mountain deities, such as it is the case with the Tlaloques in the sacred peaks of Mesoamerica. Cherokee legends also associate certain mountains and mounds with mythological serpents such as the Uktena. An understanding of the symbolic and ritual significance of mountains and mounds for the Cherokee requires an archaeological and ethnological approach to the religiosity of the ancient Mississippian civilization, as well as an overview of the rituals and beliefs in connection to the sacred mountains in Mesoamerica. For the purpose of this research, the author has ascended to the highest peak in the Appalachian range; explored the Great Smoky Mountains and visited the Mississippian complex in , in addition to the mounds of Ocmulgee, y Kituhwa. She also climbed to the summits of the Mexican volcanoes Iztaccihuatl, Toluca and Tlaloc.

Key Words: Mounds- Mythology- Ritual- Cherokee

Introducción patrimonial Cherokee. Visitó el Museo del Indio Cherokee y la reservación indígena de Los Cherokee son herederos del legado Oconaluftee (Carolina del Norte), al igual que cultural de las civilizaciones de los constructores el Museo Gilcrease en Tulsa (Oklahoma) y el de montículos, quienes se caracterizaron por Museo Smithsoniano del Indio Americano en erigir grandes túmulos de tierra de diversa Washington DC. En lo que respecta a sitios forma y función en distintos puntos de la cuenca arqueológicos relevantes para este trabajo, del Misisipi y del sudeste de Norteamérica. La visitó el complejo missisipiano de Cahokia en comprensión de la importancia simbólica de Illinois y los montículos de Ocmulgee, Nikwasi las montañas -naturales y artificiales - en la y Kituhwa. Compartió además un simposio religiosidad tradicional de los Cherokee requiere sobre conservación de sitios sagrados en la por ello de una mirada al sistema ceremonial Universidad de Georgia en Athens y salidas de la antigua civilización Misisipiana, teniendo al campo con investigadores Cherokee que se también en cuenta las influencias de las culturas desempeñan en dicha Casa de Altos Estudios. precolombinas Mesoamericanas. Para la realización de esta investigación la autora ascendió a pie a la cima del Monte De los constructores de montículos a la Gente Mitchell, que constituye la máxima elevación de Montaña de la cadena de los Apalaches. Exploró parte del Parque Nacional de las Great Smoky Hace aproximadamente dos milenios Mountains y el parque estatal de Chimney comenzaron a penetrar en el actual territorio Rock, junto a la garganta rocosa de Hickorynut, de los Estados Unidos influencias culturales además de las cascadas de Tallulah y el sendero propias de las civilizaciones Mesoamericanas,

* CONICET / Universidad Catolica de Salta (UCASAL).E-mail: [email protected] 10 Constanza Ceruti

las cuales llegaron a expandirse hasta el suelo de los constructores de montículos se cuentan Canadiense. Uno de los elementos culturales Ocmulgee en Macon (Georgia) y Cahokia, más significativos fue la erección de montículos en Illinois. Los montículos de Ocmulgee artificiales de tierra, con fines funerarios y constituyen el primer complejo arqueológico ceremoniales. que fuera investigado científicamente en el Los Adena y Hopewell modificaron el sudeste norteamericano (Folsom y Folsom paisaje del sudeste norteamericano con miles 1994:276-277). Sobresale en el sitio una gran de montículos de tierra de diversas formas y estructura ceremonial semisubterránea de techo tamaños, que fueron erigidos para honrar la cónico, cuyo piso original de arcilla apisonada memoria de los difuntos. La cultura material se mantiene casi intacto y un montículo de los primeros constructores de montículos y aplanado de más de 50 pies de altura, el cual fue sus amplias redes de intercambio de materias utilizado como base para la construcción de un primas se conocen en detalle gracias a la templo misisipiano. Por su parte, el montículo riqueza de objetos depositados en calidad de de los Monjes en Cahokia es la estructura de ajuares mortuorios, que incluyen pipas efigies tierra de mayor volumen en todo el hemisferio de piedra, estatuillas humanas de arcilla, occidental (Gellman 1999:24-25). Con más de conchas decoradas con incisiones, entre otros. 30 metros de altura, es también el montículo La opulencia en los ajuares de los enterratorios artificial más grande al norte de México. Pese en montículos determinó que los Hopewell a su pequeño tamaño y escasa visibilidad, el fuesen caracterizados coloquialmente como vecino montículo 72 en Cahokia contenía los “los egipcios de Norteamérica” (Viñuales restos de alrededor de 300 personas cuyos 1997: 26-29). La diversidad de montículos ajuares sumaban miles de objetos (Gellman geométricos en territorio Hopewell ha intentado 1999:49-50). ser explicada en razón de que, más allá de su El montículo 72 de Cahokia contenía propósito funerario, los túmulos funcionaban también enterratorios de esqueletos sin cabeza como lugares de reunión adonde se robustecían (Gellman 1999:49-50), lo que sugiere la práctica los lazos comunitarios, pudiendo haber de sacrificios humanos que involucrasen representado también a símbolos de clan. decapitación, los cuales eran frecuentes en la La cultura Hopewell desapareció Mesoamérica prehispánica (véase León Portilla hacia el 400 AD dando lugar a la civilización 1977). En las evidencias bioarqueológicas Misisipiana de constructores de “montículos recuperadas de los montículos de Kolomoki templo”, quienes alcanzaron su auge entre el año se comprueba la realización de sacrificios 1000 y el 1500 AD. Los montículos misisipianos humanos, puesto que allí se encontraron no eran concebidos para una finalidad funeraria enterratorios de cráneos sin cuerpo, los cuales sino que funcionaban como centros de la vida en algunos casos conservaban fragmentos de pública y cimientos para templos y edificios piel pegada al hueso - donde había ornamentos de elite; de allí la costumbre de erigirlos con de cobre – lo que sugiere que se enterraron cimas planas y terrazas (Viñuales 1997:35- cabezas recién cercenadas antes que calaveras 41). La cultura material de los constructores de que pudieran resultar de entierros secundarios montículos-templo incluía el uso de artefactos (Folsom y Folsom 1994:276). como hachas de guerra o tomahawks, cuchillos El sistema de creencias misisipiano líticos, sonajeros de caparazón de tortuga, pipas comprendía un mundo de arriba predecible y ornitomorfas para tabaco y máscaras de madera. luminoso, representado por aves como el halcón Dos de los sitios arqueológicos más y el águila, al cual se oponía un mundo de abajo destacados que se vinculan a la civilización caótico y oscuro, identificado con los reptiles, M ontañas Sagradas y Monticulos Ceremoniales de los Cherokee 11

en particular la serpiente (Gellman 1999: 49- comienzos del siglo XX (Mooney 1900), siendo 50). De allí la recurrencia de la asociación de los celebradas y actualizadas de diversas maneras montículos con las serpientes, que se manifiesta por los descendientes de aquellos Cherokee en tanto en el plano arquitectónico como en el de la actualidad. la parafernalia ritual. Los Cherokee son reconocidos por la El montículo funcionaba desde el manufactura artesanal de distintivas cestas punto de vista simbólico como “axis mundi” de fibras vegetales entretejidas, como las que permitía vincular al plano humano con las que fueran antiguamente utilizadas para el esferas celestiales y el inframundo. Se ha dicho acarreo de la tierra con la que se construyeron que los constructores de montículos “anhelaban los célebres montículos. Numerosos eventos el sol”, que era una de las principales deidades de religiosos Cherokee, como el festival del Maíz los Misisipianos (al igual que en entre pueblos Verde, se remontan al período de apogeo de la mesoamericanos contemporáneos). El elemento cultura Misisipiana, época en la cual surgieron fuego adquiría por ello preponderancia para el también los gérmenes de la agricultura y la mundo superior, contrapuesta a la del agua del medicina ancestral de este pueblo. mundo inferior (Viñuales 1997:70- 72). De ahí Los Cherokee de las tierras altas importancia de los ritos vinculados al encendido orientales son caracterizados como “la gente del fuego nuevo en las cimas de los montículos, principal de las montañas” (Bradley, 1967:7). El que fueron continuados por los Cherokee hasta propio nombre de las Great Smoky Mountains, épocas recientes. que conforman su territorio ancestral, deriva Desde 1540 los Cherokee interactuaron de la manta de humo procedente de sus fogatas con traperos y exploradores europeos que cubriendo las faldas boscosas de los cerros incursionaban en los Apalaches meridionales en (véase Bernbaum, 1990). En este trabajo busca de pieles de animales para el comercio. abordaremos la mitología y el ritual que los Su interacción fluida con los recién llegados y Cherokee elaboraron en estrecho contacto con su capacidad de asimilación de la cultura del las montañas de los Apalaches, así como las viejo mundo determinó que fueran considerados influencias de las culturas Mesoamericanas entre las “cinco tribus civilizadas” de nativos ancestrales y contemporáneas y los vínculos americanos de la costa oriental de Norteamérica. con el legado de la civilización Misisipiana. Un sabio Cherokee del siglo XVIII llamado llegó a inventar un alfabeto conocido como “silabario”, que distinguió a los Cherokee Gigantes, Gente Pequeña y otras entidades como una de las pocas sociedades nativas folklóricas en los Apalaches norteamericanas en desarrollar una forma de escritura propia (Heth, 1997:33). La mitología Cherokee atribuye la En 1838 las milicias de los Estados creación de las Great Smoky Mountains al Unidos forzaron a los Cherokee a abandonar aleteo cansino de un ave mitológica. No existe las Great Smoky Mountains y migrar por más consenso acerca de si se trataba de un cuervo de 2.200 millas hacia Oklahoma, en lo que se o de un halcón; sin embargo, las distintas conoció como “el sendero de las lágrimas”. versiones del mito enfatizan el cansancio que Un reducido grupo que logró permanecer en el ave experimentaba, que se traducía en el su territorio ancestral forman actualmente la reiterado chocar de sus alas contra el suelo, banda de los orientales. Sus formas ocasionando la creación de los valles; al tiempo de vida tradicionales y sus leyendas fueron que las montañas surgían cuando sus alas se estudiadas por el etnólogo James Mooney a elevaban al cielo. Tras el paso del ave y, al ver 12 Constanza Ceruti

tantas montañas y colinas -como las que existen de “pedir perdón” a la presa cazada a fin de en el territorio Cherokee- los animales llegaron evitar que el enojo de los animales ocasione a temer que toda la tierra estuviese llena de enfermedades (Bradley, 1967:24). montañas (Bradley, 1967:8). Los animales salvajes de las Great Los animales típicos de los bosques Smoky Mountains reconocen a su “dueño” en la de los Apalaches juegan un papel destacado figura de un mítico gigante de ojos rasgados al en la mitología y el complejo ceremonial que los Cherokee llaman Tsulkala. Se cree que de los Cherokee. El oso es un animal de habita en una cueva acompañado de una mujer gran importancia: el consumo de su carne es indígena con la que ha tenido dos hijos. Ciertos considerado como una delicia y su caza es petroglifos son interpretados por los ancianos precedida y ayudada por cánticos rituales que Cherokee como huellas o marcas producidas se supone han sido enseñados a los cazadores cuando el gigante salta desde las montañas hacia por los propios animales (Bradley, 1967:16). la orilla de los arroyos (Rossman, 1988:10). La tradición oral Cherokee identifica cuatro La oralidad Cherokee sugiere que los montañas que funcionarían como “casas para chamanes o medicine men realizaban retiros de reuniones de consejo de los osos” (bear´s council varios días de duración en cuevas rocosas en house) a cuyos pies se dice que estos animales las laderas altas de las Great Smoky Mountains, se reúnen para danzar ceremonialmente antes de Allí aprendían fórmulas y cánticos rituales que hibernar, entre ellas, la montaña Fodderstack, les eran transmitidos por los espíritus de los y Clingman´s Dome (Rossman, 1988:18- ancestros, a los que se conocía como la “Gente 21). Es interesante señalar en este punto que Pequeña” (Bradley, 1967:21). La “Gente varios grupos de nativos norteamericanos Pequeña” o Yuhwi Tsunsdi mora también en de las grandes planicies, como los Lakota quebradas angostas -como la de Hickorynut Sioux, también asocian con sus montañas con Gorge en Chimney Rock- oficiando como moradas de osos o lugares de encuentro de custodios de elementos de importancia ritual estos animales, tal es el caso de la emblemática entre los cuales sobresale la planta del tabaco. montaña conocida como Devils Tower, a la Su interacción con los Cherokee es ambigua, que los Lakota denominan “Bear´s Lodge”. La puesto que si bien se muestran solícitos a arqueología aporta evidencias de los contactos compartir su sabiduría y sus dones -o ayudando mantenidos desde tiempos antiguos con las a recuperar objetos perdidos- también son tribus de las grandes planicies y da testimonio capaces de aplicar jugarretas y hasta asesinar de la importancia simbólica del oso para las a quienes no les caen en gracia (Rossman, culturas Misisipianas: en los ajuares funerarios 1988:7). El ingreso al paisaje boscoso de las excavados en los montículos de Etowa se montañas, con fines religiosos o de cacería, encontró un diente de oso grizzli procedente de debe por ello ser precedido por un ayuno de las Rocallosas (Folsom y Folsom, 1994:274). siete días (Bradley, 1967:16). La mitología Cherokee sugiere que El agua de los ríos y lagos cumplía un la montaña es el marco en el que se balancea papel importante en el calendario ceremonial el precario equilibrio entre la salud y la tradicional de los Cherokee, el cual reconocía enfermedad. Los animales agredidos por los un rito de baño o inmersión denominado “ir a cazadores son causa de la enfermedad humana, las aguas”, que perseguía fines purificatorios pero las plantas del bosque son aquellas que y curativos (Hirschfelder y Molin, 2001). La ofrecen al hombre la posibilidad de su curación. oralidad Cherokee alude a la existencia cuasi Ciertas narrativas Cherokee funcionan como secreta de un lago encantado, notable por el relatos de advertencia acerca de la importancia color púrpura y las propiedades medicinales M ontañas Sagradas y Monticulos Ceremoniales de los Cherokee 13

de sus aguas, en las que los animales curaban espíritu femenino del maíz, se lo considera mágicamente sus heridas. No hay certeza progenitor del los “Truenos” (the thunder boys) de que el lago medicinal haya sido visto por y del Rayo (lightning). ningún humano, pero los Cherokees orientales El mito acerca del hombre que se desposó creen que se encontraría localizado al oeste con la hermana del Trueno cuenta la historia de las nacientes del río Oconaluftee y que si de un joven Cherokee que conoce a una bella un cazador se prepara adecuadamente con mujer y la sigue hasta su morada, ubicada detrás ayunos y plegarias puede llegar a contemplarlo de la cascada Tallulah. Se encuentra entonces (Bradley, 1967:28). con el hermano de ésta, llamado Trueno, quien Por último cabe hacer mención a otro cabalgaba a lomo de una serpiente cornuda, importante y temido ser mitológico de las ser mitológico conocido entre los Cherokee Great Smoky Mountains. Se trata de Utluhtu, como uktena. Al tomar conciencia que ha quien es conocida como “dedo de lanza” penetrado en el inframundo, el joven suplica -en inglés “Spearfinger”. Utluhtu tiene la que le permitan regresar a la tierra. Trueno lo apariencia de una mujer anciana dotada de un golpea y deja inconsciente. Tras recuperarse, largo y huesudo dedo índice con el cual extrae el joven logra regresar a su casa pero termina subrepticiamente el hígado de sus víctimas falleciendo una semana después porque “nadie humanas -frecuentemente niños - las cuales puede regresar del inframundo y hablar de ello terminaban por debilitarse progresivamente y vivir”, en opinión manifestada al etnógrafo hasta morir. El hábitat preferido de Spearfinger Mooney por el anciano Cherokee narrador de son las gargantas fluviales y los pies de ciertas este mito. montañas, en particular de Chilowee Mountain A juicio de esta investigadora, el Trueno y Whiteside Mountain. En este último cerro se y los Tronadores se asemejan en su carácter y dice que Utluhtu intentó construir un puente de ámbito de acción al dios Tlaloc y sus asistentes, piedras hacia el cielo, el cual fue eventualmente los tlaloques, venerados como deidades destruido por un trueno (Rossman, 1988:9). atmosféricas en el altiplano mesoamericano desde hace dos mil años hasta nuestros días (véase Albores y Broda, 1997; Glockner, Truenos, Cascadas, Montañas y Serpientes 1996). El Trueno y los tronadores Cherokees moran en la cima de una montaña, mientras que Los tronadores (the thunderers) son Tláloc y sus tlaloques habitan asimismo en la las entidades folklóricas más poderosas para cima de una montaña homónima de México, los Cherokee. Moran en la cumbre de una como señores del trueno, el rayo y el granizo montaña sagrada conocida como Tsuwatelda (véase Arribalzaga, 2004; Montero, 2004). Al o Pilot Mountain, la cual también es lugar de igual que el Trueno de los Cherokee, el Tlaloc reunión de los nuhneni. Tal como se desprende de los Nahua es una entidad del inframundo, de la narrativa de Tallulah falls, los tronadores cuya morada se extiende por el interior de las aparecen asociados con cascadas u otros montañas (véase Brotherson, 1997 y Morante accidentes geográficos capaces de generar en López, 1997). A Tlaloc se destinaban sacrificios el paisaje circundante un sonido semejante al de niños que eran ahogados en remolinos de del trueno. El Trueno, llamado Kanati, mantuvo agua… ritos de los cuales quizás hagan eco épicos combates con las gigantescas serpientes las leyendas Cherokee que hablan de jóvenes cornudas o uktenas que pueblan los recodos perdiendo la vida tras ingresar a una cascada de los ríos que serpentean entre las montañas que es morada del Trueno. La existencia del territorio Cherokee. Desposado con Selu, de leyendas comparables -y su papel en el 14 Constanza Ceruti

encubrimiento de los sacrificios humanos de 2000:107). Los shamanes mesoamericanos tradición mesoamericana- ha sido analizada en aparecen en los códices representados en un estudio previo sobre los volcanes sagrados actitud de visitar los templos construidos en las de Costa Rica, su mitología y su arqueología cimas de montañas (Jansen y Pérez, 2000: 139), (véase Ceruti, 2010). utilizando a veces espejos de obsidiana como Los ríos y arroyos de los Apalaches instrumentos para la adivinación del futuro meridionales se vinculan al inframundo en (Jansen y Pérez, 2000:125). la cosmovisión Cherokee. Se cree que están La mitología Cherokee reconoce habitados por serpientes míticas y lagartos también un segundo tipo de serpientes que gigantes, cuyos cuerpos frecuentemente moran en las montañas: las serpientes Ustuhtli, adquieren la forma de montañas. Gran parte que se desplazan a modo de gusanos, apoyadas de las leyendas Cherokees que asocian a sobre pequeños pies. Una de estas serpientes seres mitológicos con rasgos del paisaje fue muerta por un cazador que encendió fuego hacen referencia a avistamientos de reptiles alrededor de la montaña donde habitaba la gigantescos y peces monstruosos en recodos y serpiente (Rossman, 1988:19). Ciertos rasgos pozas de distintos ríos (véase Rossman, 1988). arquitectónicos precolombinos, tales como La serpiente conocida como Uktena es un ser antiguos muros que atraviesan las laderas de las mitológico que une los tres planos, puesto que montañas, suelen ser interpretados en la oralidad está dotada de alas que son propias el mundo de los Cherokee como “esqueletos” de estas superior, cornamenta de ciervo terrenal y serpientes mitológicas. Diversos montículos cuerpo escamado semejante al de las serpientes artificiales se destacan por su morfología del mundo inferior (Viñuales, 1997:72). serpentiforme, pudiendo ser considerados como Las Uktenas se caracterizan por cargar montañas artificiales erigidas explícitamente en medio de los cuernos de sus cabezas un para asemejar a serpientes de gigantescas precioso cristal con propiedades adivinatorias. proporciones. Tal es el caso del gran montículo Las leyendas vinculan directamente a dichas serpentiforme de Ohio obra de los Adena serpientes míticas con las montañas y los (Viñuales 1997:29); así como el montículo rayos: se cree que en las alturas de Rattlesnake funerario de la Gran Serpiente en Ontario, Mountain aterrizó uno de estos cristales, el asociado con la cultura Hopewell, el cual con cual llegó hasta la cima volando como una bola sus 60 metros de extensión constituye una de de fuego (Rossman, 1988.14). La asociación las construcciones de tierra prehistóricas más simbólica explícita entre montañas, rayos y imponentes de Canadá. La tradición de los serpientes entre los Cherokee nos remite al uso Constructores de Montículos, con su centro ritual que en la antigua Mesoamérica se hizo en Ohio y su área de dispersión que alcanza de los llamados “cetros rayo serpiente” como las estribaciones del ártico Canadiense, se ofrendas para Tlaloc, el dios de la lluvia, que atribuye a influencias de las civilizaciones mora en las montañas (véase Montero García, contemporáneas del altiplano de México (Mc 2004). Ghee, 1989:75). Es interesante mencionar en este punto El arte mobiliario hallado en el montículo que la serpiente emplumada Quetzalcoatl ha Spiro incluye numerosas representaciones de sido interpretada como una metáfora del trance serpientes y de personas vestidas con trajes que shamánico; en tanto que la “serpiente de fuego” imitaban a los ofidios (Gilbert,. 200:79-84). o “bola de luz” supone una representación La cultura de los constructores de montículos simbólica de la conciencia espiritual del shamán Caddoan se desarrolló entre los años 1000 y durante sus viajes extáticos (Jansen y Pérez, 1400 AD, siendo los Caddoan antecesores de M ontañas Sagradas y Monticulos Ceremoniales de los Cherokee 15

las actuales etnias y Wichita. La religión ramas espinosas- se desarrolló con el objeto de de los Caddoan también formaba parte del despertar a los somnolientos para el desempeño llamado Culto Sureño, característico de las de sus funciones rituales (véase Hirschfelder y culturas Misisipianas. Molin, 2001:186). Una mirada a los festivales Cherokee permite descubrir la importancia ritual del fuego Montañas Artificiales y Fuego Sagrado en y de los montículos sagrados en la religiosidad la Reactualización de Antiguos Montículos- tradicional de este pueblo. El Festival de la Templo primera Luna Nueva de Primavera celebrado en Marzo revestía particular interés en el marco Entre el año 500 y el 1500 de la era, la del presente trabajo, puesto que requería el civilización de los constructores de montículos apagado de todos los fuegos en los hogares modificó el paisaje de la cuenca del Misisipi Cherokee previo al encendido del fuego nuevo, y de gran parte del sudeste de Norteamérica que se realizaba en la cúspide de un montículo mediante montículos de tierra que funcionaban sagrado (véase Hirschfelder y Molin, 2001:90). como lugares de entierro, plataformas para Por su parte, en el Gran Festival de la Luna templos o residencias de los jefes. Superando Nueva de Otoño, llama la atención la similitud a veces los 30 metros de altura y dotados de lingüística entre entidades serpentiformes proporciones semejantes a las de colinas, mitológicas como la Uktena y el nombre dado a dichas construcciones artificiales pueden ser los sacerdotes, los cuales eran conocidos como interpretadas como “montañas hechas por Uku (Hirschfelder y Molin, 2001:108). el hombre”, a semejanza de las pirámides La leyenda Cherokee del fuego sagrado mesoamericanas. Los Cherokee supieron dar narrada por Ramona Bradley (1967:34-35) continuidad al uso de los antiguos montículos describe con detalle la construcción de un en el marco de las ceremonias calendáricas de montículo de tierra acarreada por las mujeres renovación estacional, poblándolos de leyendas mediante cestas de fibra vegetal entretejida. vinculadas con entidades sobrenaturales. Reconoce una funcionalidad primaria Daniel Sabin Butrick, un misionero del asociada con la erección del montículo -el siglo XIX describió con bastante detalle seis cual se construye para cubrir los cuerpos de festividades ceremoniales propias del calendario siete grandes hombres y sus pertenencias de Cherokee, las cuales se celebraban antes de que ultratumba- y un uso secundario vinculado con este pueblo originario fuera deportado de su una llama votiva que se mantendría encendida territorio. Dichos festivales, entre los que se en su cúspide, para volver a encender los cuenta el del Maíz Verde, compartían ciertas fogones domésticos de toda la comunidad en instancias rituales típicas de la religiosidad ocasión de los ritos calendáricos “del fuego Cherokee, como el rito de “ir a las aguas”, el nuevo”, que tenían lugar en primavera. cual involucraba inmersiones en ríos y arroyos El fuego que se mantenía ritualmente con fines purificatorios y curativos (Hirschfelder encendido en las cimas de los montículos y Molin, 2001:103). Los festivales religiosos ingresó al mundo por acción de los míticos Cherokee duraban varios días y el trabajo de Truenos (the thunderers) que incendiaron los hombres era intenso, puesto que debían un árbol de sicomoro en medio de una isla cazar para proveer de carne a los participantes, (Bradley, 1967:35). Llegó a los hombres gracias además de mantenerse despiertos durante las a la acción de la araña de agua, que fue capaz vigilias religiosas. La Danza del Mosquito -en de cargar un carbón encendido en su cesta la que las mujeres atosigaban a los hombres con de tela entretejida. Muchos animales habían 16 Constanza Ceruti

fracasado en anteriores intentos por obtenerlo, apagados con anterioridad. La ceremonia tenía adquiriendo en el proceso ciertos rasgos importantes implicancias sociales puesto que distintivos de su apariencia física: el cuervo, permitía la reinserción social a los Cherokee por ejemplo, quedó totalmente ennegrecido que se encontrasen castigados por alguna tras haberse quemado completamente; en tanto ofensa (Jace Weaver, comunicación personal, que los búhos permanecieron con sus ojos Abril de 2012). enrojecidos por las cenizas. La tradición oral de los Cherokee asocia El montículo Kituhwa alcanzaba la destrucción y desposesión del montículo originalmente una altura de aproximadamente con períodos históricos de caos y oscuridad. 20 pies; resultando actualmente apenas visible Recientemente, el terreno donde se encuentra como consecuencia del daño a su conservación localizado este sitio sagrado ha sido adquirido ocasionado por el uso del arado por parte de por la nación Cherokee para su protección. granjeros locales. Albergaba vestigios de una Según lo referido por el investigador Cherokee townhouse y de un fogón que datan del 1500 Jace Weaver en comunicación personal durante AD. En nuestra visita a Kituhwa advertimos una visita al sitio, una profecía de su pueblo que el montículo se encuentra emplazado en anticipaba la destrucción y ulterior recuperación las inmediaciones de un río, en una planicie de Kituhwa por parte de los Cherokees rodeada de elevaciones montañosas que ofrece orientales; advirtiendo que “si Kituhwa vuelve una de las mejores vistas que pueden obtenerse a ser perdido, la oscuridad reinará entonces a los pies de las Great Smoky Mountains. Se para siempre”. trata de un emplazamiento muy significativo Por su parte, el Nikwasi es uno de los para los Cherokee, habiendo sido utilizado montículos arqueológicos mejor conservados ancestralmente por los miembros de la banda que se conocen en el estado de Carolina del oriental como su principal centro de ceremonias. Norte. Su forma y tamaño se encuentran El vínculo simbólico de los Cherokees con este aceptablemente conservados, pese a que llegó particular montículo es muy fuerte, puesto que a ser reutilizado como hospital de campaña en la tradición oral lo identifica como centro del 1776, durante enfrentamientos de las milicias primer asentamiento y origen del nombre de armadas contra los nativos locales. Los Cherokee su etnia. En efecto, los Cherokee se llamaban consideran que dicho sitio arqueológico se a sí mismos “ani-kituhwa-gi” (las gentes de encuentra habitado por los nuhnehi o “gente Kituhwa), mientras que el nombre por el que son espíritu”, quienes mantienen una casa de conocidos habitualmente deriva de “chalaque”, reunión de consejo en su interior (Rossman, un término no vernáculo que significaría “gentes 1988:22). Una leyenda relata que los nuhnehi de habla extraña”. “emergieron del montículo por centenares, Kituhwa es llamado “el montículo armados, pintados y listos para la guerra” a fin madre” y es identificado como uno de de ayudar a los Cherokee a repeler la invasión de los “lugares de la llama eterna”, en cuya un grupo rival. Los nuhnehi son frecuentemente cúspide los ritualistas Cherokees mantenían identificados con espíritus de los ancestros, de constantemente encendido un fuego que apariencia antropomorfa y tamaño pequeño. simbolizaba la presencia del espíritu Creador Su nombre suele traducirse como “los que y la vida de la comunidad. Una vez por año, siempre han estado aquí” (Rossman, 1988:7). durante la ceremonia del Maíz Verde, la llama Su vinculación con las montañas es estrecha, votiva en la cima del montículo era empleada puesto que los nuhnehi moran en la cima de para volver a encender cada uno de los ciertas colinas y cuentan con lugares de reunión fogones familiares que habían sido ritualmente en el interior de determinadas montañas. Por M ontañas Sagradas y Monticulos Ceremoniales de los Cherokee 17

ejemplo, se dice que Blood Mountain aloja en las pirámides mesoamericanas, los mounds de su interior a una casa de consejo de la gente las culturas de los constructores de montículos espíritu y que los nuhnehi moran en el cordón pueden ser concebidos como montañas “hechas montañoso que corre al sur del río Oconaluftee por el hombre”. Por su parte, los más antiguos (Rossman, 1988:20-22). montículos serpentiformes contribuyen a afianzar la asociación establecida en el plano simbólico, entre las montañas y las serpientes Consideraciones Finales Uktena y Ustuhtli, de la mitología Cherokee. Las montañas de los Cherokee aparecen El territorio ancestral de los Cherokee asociadas simbólicamente con el agua y se extiende por las Great Smoky Mountains las serpientes, lo cual pone de manifiesto de los Apalaches meridionales. Se trata de vinculaciones existentes con el sustrato de elevaciones orográficas de escasa altura y gran creencias mesoamericanas. La autora de este antigüedad, con cimas redondeadas, laderas trabajo ha tenido oportunidad de ascender a boscosas y valles atravesados por serpenteantes diversas montañas sagradas del altiplano de arroyos. México, incluyendo el volcán Iztaccihuatl, el La mitología Cherokee explica que nevado de Toluca y el Monte Tlaloc. Desde dichas montañas son hogar de Tsulkala, el esta perspectiva cabe señalar el uso de los gigante de ojos rasgados que es dueño de los cetros rayo-serpientes, tallas de madera en zig- animales de caza en los bosques. Funcionan zag que eran depositadas como ofrenda por los asimismo como escondite de Utluhtu o sacerdotes Aztecas en la cima de Iztaccihuatl Spearfinger, la anciana “dedo de lanza” que y en las alturas de otros volcanes mexicanos comía el hígado de sus víctimas humanas (véase Montero García, 2004). extrayéndolo subrepticiamente con su aguzado En las creencias Cherokee, las cascadas índice. En el interior de las montañas viven los y las cimas de los montes son visitadas Yuhwi Tsunsdi, la “gente pequeña” que comparte frecuentemente por Trueno y los “tronadores”, su sabiduría y sus dones con los chamanes entidades atmosféricas y del inframundo, que Cherokees cuando realizan retiros espirituales son a la vez deidades de las montañas. Dichas en sus cuevas. También se reúne en el interior deidades se semejan notablemente a sus de ciertas montañas el consejo de los nuhnehi contrapartes mesoamericanas, el dios Tlaloc y o “gente espíritu”. Por su parte los osos, antes sus tlaloques, que moraban en el interior de una de iniciar el período de hibernación, realizan montaña sagrada que llevaba su nombre y en reuniones de consejo y danzas ceremoniales en cuya cima ofrecían sacrificios los dignatarios la base de ciertas montañas. y sacerdotes Aztecas (véase Arribalzaga, Las antiguas civilizaciones de la cuenca 2004). También resultan relevantes desde una del Misisipi construyeron templos en las cimas perspectiva comparativa las creencias actuales de grandes montículos aplanados, adonde de los campesinos de habla Nahuatl en torno se efectuaban ceremonias colectivas que a las “montañas de agua” o alt-tepetls (véase involucraban el encendido del fuego sagrado. Rivas Castro, 2001 y Robles García, 2001), Las cimas de ciertos montículos -como los las cuales explican la importancia que montes de Nikwasi y Kituhwa- continuaron siendo como el nevado de Toluca han sabido conservar utilizadas por los Cherokee en épocas históricas, desde épocas precolombinas hasta nuestros en carácter de escenarios ceremoniales para el días. encendido de llamas votivas que mantienen vivo el espíritu de la comunidad. Al igual que 18 Constanza Ceruti

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Kituhwa. También ascendió a las cimas de vol- canes sagrados mesoamericanos como el monte Iztaccihuatl, el nevado de Toluca y el cerro Tlaloc.