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La mortalidad en La Habana Mortality in Maydée Vázquez Padilla* Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira** ARTÍCULO Recibido: 25 de abril de 2017 ORIGINAL Aceptado: 8 de mayo de 2017

Resumen Abstract

Resulta interesante realizar un estudio minucio- It turns out very important to make a study of so de la mortalidad en la capital con el objetivo de mortality in Havana following the aim of explaining explicar el comportamiento demográfico de la po- demographic behavior of population in Havana. A blación habanera. Un análisis reciente de los datos recent analysis of this variable data during the lasts obtenidos respecto a esta variable durante los últi- years seems to confirm the constancy of an overmor- mos años parece confirmar la persistencia de una tality of the capital´s population, the deceleration of sobremortalidad de la población de la capital con its decreasing rhythms and a sex differential of the respecto al resto del país, la desaceleración de sus born life expectancy significantly higher than the ritmos de descenso y un diferencial por sexo de la average observed in . One of the main objec- esperanza de vida al nacer significativamente ma- tives of this study is to contribute to the sensitization yor que el promedio observado en Cuba. Unos de and training of the specialists in the municipalities los objetivos fundamentales que se persigue con and the province, to incorporate them in the decision este estudio es contribuir a la sensibilización y ca- making process at different levels. pacitación de especialistas en las entidades de los Keywords municipios y a nivel general de la provincia, para su incorporación en la toma de decisiones a dife- Demography, life expectancy, mortality, life expec- rentes niveles. tancy, overmortality. Palabras clave Demografía, esperanza de vida, mortalidad, sobre- mortalidad.

* Licenciada en Psicología Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba. [email protected] ** Doctor en Ciencias Económicas y en Demografía. Profesor titular. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba. [email protected]

NOVEDADES EN POBLACIÓN / CEDEM 81 RNPS: 0638 • ISSN: 2308-2984 • No.25 • enero-junio de 2017 Artículo original / pp. 81-93 La mortalidad en La Habana Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira Introducción la mortalidad de la población de la capital, y resal- tar aquellos rasgos fundamentales que sirvan de Como parte de los estudios que se realizan hoy instrumento para el perfeccionamiento del proce- en La Habana, el estudio de sus condiciones de so de diseño de la política de salud de la provincia, mortalidad se ha revelado como crucial para poder por un lado, mientras que, por otro, se abra una entender una dinámica demográfica a todas luces suerte de visillo a través del cual poder observar, muy particular en el contexto actual del comporta- con mayor detalle, el estado específico de la inte- miento de la población cubana. rrelación población-desarrollo en lo que a la capa- No es la primera vez que la capital despierta cidad de supervivencia de la población se refiere. ese interés. Solo que durante los últimos años el incremento de la capacidad de supervivencia de la Rasgos de una manera de morir población ha estado escondiendo algunas pecu- liaridades que llevan años dando cuenta del hecho El estudio del comportamiento reciente de la de que el progreso no parece ser homogéneo y mortalidad de La Habana durante los últimos 15 que todos los grupos no parecen avanzar a iguales años, y considerada esta la capital del país,� parece ritmos mientras que en algunos casos se registran confirmar la persistencia de los rasgos fundamen- retrocesos que aún están por documentar. tales que ya fueran apuntados para décadas prece- Lo que nos ha contado la historia demográfica dentes por diferentes autores (García, 1990; García, reciente del país, en general, y de las provincias, en 1996; INSIE-CEDEM, 1990; Albizu-Campos, 2002), y particular, es que las tendencias nacionales de los cuando ya se detectara el inicio de un sostenido indicadores impiden visualizar las singularidades proceso de descenso: 1) La sobremortalidad que que tienen lugar en las escalas subnacionales y loca- experimenta la población de la capital con relación les, por lo cual lo que sucederá en el futuro próximo al resto del país; 2) La desaceleración de sus ritmos no podrá ser comprendido sin el abordaje de estos de descenso y 3) Un diferencial por sexo de la es- procesos en los diferentes territorios, entre los que, peranza de vida al nacer significativamente mayor por su peso demográfico, destaca La Habana. que lo que se observa como promedio en Cuba Y de eso se trata, de poner al día el estado del (figura 1). conocimiento en materia del comportamiento de

Figura 1. Cuba y La Habana. Tasas tipificadas de mortalidad 2001-2003 a 2012-2014.

Fuente: Elaboración de los autores a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2001-2014.

82 CEDEM / NOVEDADES EN POBLACIÓN Artículo original / pp. 81-93 RNPS: 0638 • ISSN: 2308-2984 • No.25 • enero-junio de 2017 La mortalidad en La Habana Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira

Tomando las tasas de mortalidad de Cuba y de como tercer rasgo el paralelismo de la evolución La Habana, debidamente tipificadas utilizando la de los indicadores de Cuba y de la capital, lo que población de Cuba de 1999 como población tipo, hace presumir, y debido al peso demográfico de la se hace evidente lo notablemente más elevado población de la provincia, los cambios en la capaci- que es el nivel de mortalidad de la capital con re- dad de supervivencia en La Habana, que de alguna lación al nivel del país, así como el hecho de que manera tienen un efecto en la evolución del indi- el progreso en materia de mortalidad de la pobla- cador nacional. ción del territorio es marcadamente más lento y Al interior de la provincia la dinámica de la mor- signado por oscilaciones más bruscas que lo que talidad y parecieran existir comportamientos asi- se observa a nivel nacional. Sobresale, igualmente, métricos en cuanto al nivel municipal (figura 2). LA HABANA. CLUSTER JERÁRQUICO SEGÚN NIVEL DE MORTALIDAD DE LOS MUNICIPIOS Figura 2. La Habana. Cluster jerárquico según nivel de mortalidad de los municipios. 2001-2003 a 2012-2014. 2001-2003 a 2012-2014

Fuente: Elaboración de los autores a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2001-2014.

Al realizar un ejercicio de clasificación por ran- ríodo, y a quienes se une, aunque a un nivel mayor, king de la posición del nivel de la mortalidad de , cuyo nivel se sitúa casi siempre cada municipio, entre 2002 y2014, con relación al por encima de la media de la capital, con trienios nivel medio de la provincia en el período y su inter- en que desciende al nivel de los dos primeros. valo de confianza, aparecen tres agrupaciones con El tercer grupo es donde se encuentran los mu- comportamientos distintivos. La primera, donde nicipios con los niveles más elevados de mortali- se sitúan los municipios de menor nivel de mor- dad de la provincia, los que se concentran en los talidad, conformada por Plaza de la Revolución, La restantes municipios; es notable la dinámica se- , Playa, y . Al inte- guida por , Habana Vieja y Arroyo rior de este grupo, incluso aparece cierta diferen- Naranjo, que destacan siempre como los de mayor ciación en cuanto a que los dos últimos, aunque de mortalidad entre 2002 y 2014, a quienes segui- semejantes a los primeros, aún muestran un lige- rían San Miguel del Padrón, Cerro y , en ese ramente mayor nivel de mortalidad. Como segun- orden. Y estos son los territorios que estarían con- do grupo, siguen y , que en duciendo el comportamiento provincial en cuan- promedio se posicionaron en un nivel medio-bajo to al nivel, su lento progreso, así como en lo que por debajo del promedio provincial durante el pe- concierne a las oscilaciones bruscas del indicador.

NOVEDADES EN POBLACIÓN / CEDEM 83 RNPS: 0638 • ISSN: 2308-2984 • No.25 • enero-junio de 2017 Artículo original / pp. 81-93 La mortalidad en La Habana Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira

Resalta en el sentido de que aun tenien- dad de la población es el más bajo a nivel provin- do un nivel de mortalidad menor que el de los seis cial, este fue siempre más elevado que lo observa- anteriores, que se ubica por encima de la media do como valor medio en el país, lo que da cuenta provincial, pero dentro de intervalo de confianza de que, en una medida o en otra, la mortalidad de del indicador de la capital, tiende a ser semejante a la población de la capital muestra un comporta- ellos dada su tendencia a colocarse muy próximo a miento anómalo que demanda atención. su nivel en algunos trienios. Desde la perspectiva del comportamiento de la Debe destacarse que incluso en los municipios tasa de mortalidad infantil aparecen elementos del primer grupo, en los que el nivel de la mortali- importantes a resaltar (figura 3).

Figura 3. Cuba y La Habana. Tasa de mortalidad infantil

Fuente: Elaboración de los autores a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2001-2014.

Es necesario dar cuenta aquí de que el indica- año debido a los defectos que presenta cuando se dor de mortalidad infantil que se utiliza difiere de trata de abordar el estudio de este fenómeno en aquel que se construye exclusivamente con los poblaciones pequeñas, en los que se recomien- nacimientos y las defunciones de menores de un da precisamente la utilización del valor esperado

84 CEDEM / NOVEDADES EN POBLACIÓN Artículo original / pp. 81-93 RNPS: 0638 • ISSN: 2308-2984 • No.25 • enero-junio de 2017 La mortalidad en La Habana Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira de la probabilidad de morir a la edad 0, como ha De la misma forma, la evidencia pone de ma- sido el caso para este trabajo. Además, para poder nifiesto que el patrón de mortalidad infantil de la rescatar la tendencia real de los indicadores, se ha capital no es homogéneo. Pareciera que el color hecho a partir de períodos trianuales corridos, lo de la piel (condición biológica individual), por lo que ha permitido evitar que el análisis se vea afec- que históricamente ha representado, expresa una tado por las oscilaciones bruscas que aparecen a significativa acumulación de desarticulaciones y se un bajo nivel territorial. erige como un marcador de riesgo en el que el he- Véase entonces en la figura 3 que el nivel de la cho de no ser blanco impone una carga adicional mortalidad infantil de la provincia no difiere de ma- de riesgo. Ello incluso se aprecia en la manifiesta nera significativa del observado a nivel nacional, sobremortalidad de la población infantil no blanca por lo que se puede apreciar un entrelazamiento de la capital del país. Véase incluso, durante el pe- de las curvas del indicador, tanto para hombres ríodo 2005-2011, cuando en la población no blanca como para mujeres, de Cuba y de La Habana. Nóte- se alcanzaban cotas de mortalidad infantil míni- se adicionalmente que, en el caso de los hombres, mas históricas, en los no blancos se verificaba un el indicador provincial se sitúa claramente por de- incremento sostenido del indicador y aunque hacia bajo de lo registrado en el país hacia finales del 2014 pareciera haberse instaurado un proceso de período, mientras que en las mujeres se conserva claro mejoramiento en ellos, el nivel aún permane- cierto nivel de sobremortalidad infantil, aunque en ce significativamente superior que el que se verifica cotas muy similares. Esta semejanza a nivel de la en los blancos. El rol actual del color de la piel como capacidad de supervivencia de los menores de un marcador de riesgo diferencial frente a la muerte año contrasta con lo que se comentara con ante- nos muestra cuánto pesa la inercia tozuda de la his- rioridad con relación al nivel general de la variable toria y de una cultura ancestral sobre la dinámica en el sentido de la notable sobremortalidad de la de las poblaciones humanas, en general, y de la po- población de la provincia, lo que permitiría presu- blación no blanca en la capital, en particular, dejan- mir que el avance que se ha logrado a nivel infantil do una huella indeleble en valores, construcciones no parece verse acompañado por un progreso si- sociales y comportamientos de los individuos, muy milar en el resto de las edades. a pesar de los esfuerzos neutralizadores de tal des- Llama la atención la clara tendencia a la aproxi- igualdad que se han realizado en las últimas casi mación de los niveles de mortalidad infantil entre seis décadas (Albizu-Campos, 2008). los sexos para los últimos tres trienios, conducida La sobremortalidad en los niños no blancos por el rápido avance que han experimentado los demuestra que los factores que se encuentran hombres, en los que se ha cerrado de manera nota- detrás de la acción única o combinada de las en- ble su sobremortalidad con relación a las mujeres fermedades y causas de muerte que los afectan, en ese primer tramo de la vida. Ello da igualmente muchas veces escapan a la influencia de las medi- cuenta del hecho de que el sexo masculino ha es- das que provienen unilateralmente del ámbito del tado beneficiándose de manera preferente con re- sector de la salud, dando cuenta de la presencia lación al femenino, cuando lo que se describe en la de unos determinantes económico-ambientales, literatura especializada y a partir de la experiencia individuales-grupales-sociales y político-religioso- internacionales es precisamente lo contrario, que culturales que exigen un abordaje multidisciplina- las mujeres se favorecen más del progreso médico rio y que, de no tenerse en cuenta, podrían hacer y del mejoramiento de las condiciones de vida y de fracasar cualquier intento de mejoramiento de la supervivencia (Bourgeois-Pichat, 1952; Madigan, sobrevivencia infantil en la provincia. 1957; Bourgeois-Pichat, 1977; Pressat, 1983; Vallin, De la misma manera que ocurre a nivel de toda 1993; Albizu-Campos, 2014). la población, tampoco a nivel municipal se verifica un comportamiento homogéneo de la mortalidad infantil (figura 4).

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Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira LA HABANA. CLUSTER JERÁRQUICO SEGÚN NIVEL DE MORTALIDAD INFANTIL DE LOS MUNICIPIOS Figura 4. La Habana. Cluster jerárquico según nivel de mortalidad infantil de los municipios. 2001-2003 a 2012-2014. 2001-2003 a 2012-2014

Fuente: Elaboración de los autores a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2001-2014.

De igual modo en que fue descrita para la mor- de Plaza y Guanabacoa, que en el caso de la mor- talidad de toda la población, en el caso de la mor- talidad infantil muestran un nivel que los asemeja talidad infantil también se observan claras agrupa- más a municipios en los que el nivel general de la ciones según el ranking en que se clasificaron los mortalidad es mayor que la de ellos. Si en ese caso municipios de acuerdo a su proximidad con el nivel se encontraban entre los territorios que mayor provincial y su intervalo de confianza. En ese senti- progreso mostraban, en los menores de un año se do, los municipios Playa y Boyeros, al igual que en colocan entre aquellos que tienen una mortalidad la mortalidad general, vuelven a distinguirse por infantil media-alta, por encima del promedio pro- mostrar los más bajos niveles de mortalidad in- vincial y ligeramente semejantes a los de mayor ni- fantil en el período que cubre el presente estudio. vel en la provincia. En ese último grupo, significa- En segundo lugar, mostrando un nivel semejante tivamente por encima de los demás municipios y, al de la provincia, aunque ligeramente inferior, se lógicamente, del nivel provincial, se sitúan la Haba- concentran Habana del Este, , Ce- na Vieja, Regla y Cotorro. La Habana Vieja y Regla, rro, Marianao, Diez de Octubre y La Lisa, que aun de la misma manera en que lo hicieron a nivel de teniendo una mortalidad infantil algo menor que la mortalidad general, se muestran como los terri- el promedio del grupo, sí tiene un significativo gra- torios de mayor mortalidad infantil de La Habana y do de proximidad con estos últimos. a ellos se une Cotorro, que antes había sido de los Luego aparecen agrupados los municipios Pla- que estaba por debajo del nivel provincial, pero en za de la Revolución, Centro Habana, Guanabacoa y cuanto a la mortalidad infantil se coloca entre los San Miguel del Padrón. Deben señalarse los casos de mayor nivel.

86 CEDEM / NOVEDADES EN POBLACIÓN Artículo original / pp. 81-93 RNPS: 0638 • ISSN: 2308-2984 • No.25 • enero-junio de 2017 La mortalidad en La Habana Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira

Tabla 1. La Habana. Grupos de municipios según el nivel de la mortalidad. 2001-2003 a 2012-2014

Tasa bruta tipificada de mortalidad Tasa de mortalidad infantil Nivel Municipio Nivel medio Municipio Nivel medio Playa Plaza de la Revolución Playa Bajo Habana del Este 6,666 Boyeros 3,538 Boyeros La Lisa La Lisa Cotorro Habana del Este Guanabacoa Arroyo Naranjo Medio bajo 7,079 4,126 Diez de Octubre Diez de Octubre Cerro Marianao San Miguel del Padrón Plaza de la Revolución Medio alto Marianao 7,299 4,563 Centro Habana Guanabacoa Regla Cerro Cotorro San Miguel del Padrón Habana Vieja Alto 7,673 6,334 Centro Habana Regla Habana Vieja Arroyo Naranjo LA HABANA 7,129 4,197 CUBA 6,384 4,668 Fuente: Elaboración de los autores a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2001-2014.

Los indicadores resúmenes de la tabla 1 per- similar en lo que respecta a la mortalidad infantil, miten algunas afirmaciones sobre algunos de los indicador que, a nivel de la capital, mayoritaria- rasgos fundamentales de la mortalidad en la pro- mente se sitúa por debajo del nivel nacional, con vincia. Como ya se había adelantado, a nivel de la las notables excepciones de los municipios Haba- mortalidad de toda la población, cualquiera que na Vieja y Regla, que además se encuentran en el sea el grupo en que se encuentren los municipios grupo de nivel alto de mortalidad de toda la pobla- de La Habana, siempre mostrarán un nivel medio ción, y los cuales se les une Cotorro para el caso de de mortalidad claramente superior al de Cuba. los menores de un año. Luego, el orden que adoptan los municipios a Luego, a nivel de la esperanza de vida al na- partir de la tasa bruta tipificada de mortalidad no cer, la población de La Habana se sitúa claramente siempre se ve acompañado por un ordenamiento por debajo de lo que se observa a nivel nacional (figura 5).

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Figura 5. Cuba y La Habana. Esperanza de vida al nacer

Fuente: Elaboración de los autores a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2001-2014.

La población de la provincia, hacia el trienio de que muestra la esperanza de vida al nacer tanto en 2012-2014, tenía una esperanza de vida al nacer Cuba como en La Habana. Esta es una característi- que en promedio se situaba en 77 años, claramente ca que ha estado acompañando la evolución del por debajo de 78,24 años que en promedio alcan- indicador desde al menos la mitad de la década de za la población de Cuba. Y es de destacar el hecho 1980 (Albizu-Campos, 2014, p. 12); pone de ma- de que se aprecia, en uno como en otro sexo, un nifiesto la presencia de un fenómeno que ha sido descenso hacia el trienio 2012-2014, en un proceso dado en llamar de “fragilidad demográfica” (Albizu- de deterioro de la capacidad de supervivencia que Campos, 2014, pp. 33 y 235) y hace retroceder la se verifica en ambos niveles, provincial y nacional. capacidad de supervivencia de la población frente El segundo rasgo específico que se hace nota- a las coyunturas. ble de la figura anterior es la persistente oscilación

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Tabla 2. Cuba y La Habana. Esperanza de vida al nacer, por sexos y color de la piel. 2012-2014. En años

Color de la piel Territorio Diferencial Todos Diferencial Diferencial Desventaja Sexo por sexos Blancos No blancos por sexos por sexos de no blancos Cuba Ambos sexos 78.24 78.88 77.11 -1.77 Hombres 76.20 4.17 76.94 3.98 74.92 4.49 -2,02 Mujeres 80.37 80.92 79.41 -1,51 La Habana Ambos sexos 77.01 77.82 75.50 -2.32 Hombres 74.13 5.50 75.34 5.08 72.45 6.26 -2.89 Mujeres 79.63 80.42 78.71 -1,71 Diferencia de La Habana respecto a Cuba Ambos sexos -1.23 -1.06 -1.61 Hombres -2.07 1.33 -1.60 1.10 -2.47 1.77 Mujeres -0.74 -0.50 -0.70 FUENTE: Ídem gráfico 1.

Fuente: Elaboración de los autores a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2001-2014.

Como ocurre con los indicadores antes comen- Véase que igualmente se confirma indepen- tados, se percibe con claridad el fenómeno de una dientemente del color de la piel de que se trate, menor esperanza de vida al nacer en la capital. Y aunque significativamente más aguda en el caso ello a pesar de que se trata del territorio en el que de la población no blanca, en cuyos hombres se se encuentra enclavada la infraestructura de salud alcanza un déficit próximo a 2,5 años, lo que eleva más desarrollada del país. En promedio, la desven- la desventaja promedio de esa subpoblación a 1,6 taja de la esperanza de ida al nacer de La Habana al- años, dando cuenta de una diferenciación neta en canza 1,23 años menos que lo que se observa en el términos de capacidad de supervivencia que está país. Esta desventaja en capacidad de superviven- claramente determinada por esa característica, de cia se verifica tanto en hombres como en mujeres, naturaleza eminentemente biológica, pero que es aunque es notable en el sexo masculino, en el que depositaria de procesos históricos que dan cuenta como promedio es algo más de 2 años (tabla 2). de desigualdades que aún hoy encuentran vías de reproducción en el país (Albizu-Campos, 2005) y que en la capital parecen ser particularmente evi- dentes (figura 6).

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Figura 6. La Habana. Esperanza de vida al nacer. 2001-2003 a 2012-2014

Fuente: Estimaciones propias a partir de Bases de Datos de Certificados de Defunción, 2000-2013, y Anuarios Demo- gráficos, años respectivos. Aun cuando el diferencial por color de la piel lle- peren los 6 años de diferencial, pero no siendo el ga a alcanzar un mínimo en el trienio 2007-2009, caso de Cuba ni de La Habana, habría que necesa- en los trienios subsiguientes retornó a las cotas riamente indagar sobre cuáles condiciones econó- anteriores, situándose en máximos en 2010-2012 mico-ambientales, sociales-grupales-individuales y y 2012-2014. Nótese incluso, en la tabla 2, que el político-religioso-culturales se hallan en el origen diferencial por sexos de la esperanza de vida al na- del comportamiento sui géneris que muestran los cer de la población excede con claridad los 6 años. indicadores de mortalidad de la capital del país y Si bien ese indicador en La Habana en promedio que dan cuenta de un depósito particularmente alcanza los 5,50 años, nivel que en la literatura es- negativo en la población de color de piel no blanca. pecializada se considera como correlativo al de la De la misma forma, en términos de las causas esperanza de vida al nacer, solo en países donde la de muerte que afectan a la población de La Haba- capacidad de supervivencia es claramente supe- na y vistas a partir de las primeras, pareciera que rior al de la capital y al de Cuba, puede encontrarse el patrón nacional tiene un claro reflejo en el de una ventaja femenina semejante o superior, y es en la provincia y las diferencias radican en algún que esos contextos en los que se verifica un desarrollo otro cambio del lugar que ocupan las entidades in- del sector de salud y de la tecnología médica cla- dividuales dentro del conjunto. La diferencia más ramente superior a lo que se encuentra en el país clara se da en el nivel de las tasas de mortalidad y que han beneficiado particularmente al sexo fe- de cada una de ellas cuando se comparan ambos menino. Ello podría contribuir a explicar que se su- niveles territoriales (tabla 3).

90 CEDEM / NOVEDADES EN POBLACIÓN Artículo original / pp. 81-93 RNPS: 0638 • ISSN: 2308-2984 • No.25 • enero-junio de 2017 La mortalidad en La Habana Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira

Tabla 3. Cuba. Principales causas de muerte. 2014

Fuente: DNE-MINSAP. (2015). Base de datos de certificados de defunción, 2014.

Véase que el listado de entidades es el mismo, comentados, también revelan la presión sobre la solo que se ordenan de manera diferente en cada calidad del medio ambiente en el cual la población uno de los niveles territoriales analizados, excep- debe desarrollar las actividades de la vida, como las tuando las tres primeras: infarto agudo de miocar- neumonías bacterianas y la enfermedad pulmonar dio, tumor maligno de tráquea o pulmón y enfer- obstructiva crónica, con infección de las vías respi- medad arterioesclerótica del corazón. Aunque la ratorias. A ellas añaden su incidencia la isquémica primera y tercera en cada caso son de origen car- crónica del corazón, el infarto cerebral, la hemorra- diovascular y diferentes de la segunda, que es el gia intracefálica, la demencia y el tumor maligno tipo de tumor de mayor letalidad tanto en el país de próstata, completando así un cuadro epidemio- como en la capital, las tres comparten su significa- lógico en el que predominan las llamadas causas tiva relación con los hábitos de vida y consumo de de muerte difícilmente evitables en la actualidad la población notablemente tóxicos, como el taba- (Taucher, 1978), pero en el que también, y aunque quismo y el alcoholismo (Muñoz-Pérez y Nizard, no aparecen entre las diez primeras, se combinan 1993), y de reconocida incidencia en el comporta- otras causas de muerte infecciosas, parasitarias y miento de la mortalidad y la capacidad de super- respiratorias, así como las llamadas reemergentes, vivencia de la población cubana (Albizu-Campos, como la tuberculosis, que evidencian el carácter 2002, pp. 127-136, 183-184). aún incompleto que tiene el proceso de transición Otras causas de muerte, además de compartir epidemiológica experimentado por la población vínculos de igual naturaleza a factores ya antes cubana y notablemente la de la capital.

NOVEDADES EN POBLACIÓN / CEDEM 91 RNPS: 0638 • ISSN: 2308-2984 • No.25 • enero-junio de 2017 Artículo original / pp. 81-93 La mortalidad en La Habana Maydée Vázquez Padilla y Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira

Conclusiones Por consiguiente, esos recursos suplementarios se utilizarán para satisfacer esas necesidades, pero no En todo caso, se trata de una provincia donde para aumentar el número de hijos. Sobre todo si su el nivel de la mortalidad es de los más elevados en nivel de vida es tan precario que cada nuevo hijo el país, aunque a nivel de la mortalidad infantil se se percibe como un riesgo inmediato para la su- halle en mejores condiciones. No puede compren- pervivencia del resto de los miembros de la familia. derse el comportamiento de esta variable demo- Así, el problema no es que la población tenga una gráfica en la capital sin reconocer el hecho de que fecundidad baja sino la incapacidad de las familias a su interior se hallan “múltiples Habanas” (Íñiguez de satisfacer sus necesidades básicas crecientes, lo y otros, 2014) y hay grupos humanos especialmen- que finalmente termina traduciéndose en una ero- te afectados por un patrón de riesgo de muerte di- sión de su capacidad de supervivencia. ferenciado que se ancla en procesos de profundas En este caso, esa sobremortalidad de la pro- raíces históricas y cristaliza en maneras de morir vincia con relación al nivel medio del país puede sujetas a la influencia de múltiples factores que es- también entenderse como una expresión, a nivel capan a la ascendencia exclusiva del sector de la biológico, de la acción combinada de un conjunto salud y demandan un abordaje multidisciplinario. de factores que escapan del control exclusivo des- El énfasis en el “desarrollo social” en detrimen- de el sector de la medicina y de sus programas, y to y divorciado del desarrollo económico impide terminan por coartar la eficacia de la acción de la ofrecer una visión más sólida y global de la inte- más desarrollada infraestructura de salud y mejor rrelación sistemática de las condiciones sociales y tecnología médica del país. las económicas, por un lado, y el comportamiento de las variables demográficas, por otro. No basta Referencias bibliográficas con garantizar el acceso universal, in situ y gratui- to a los servicios del sector de la salud, sino que la Albizu-Campos, J. (2002). Mortalidad y supervivencia población debe igualmente estar preparada, tener en Cuba en los 90 (Vol. 1). Ciudad de La Habana, capacidad y desear acceder. Así entonces, existe un Cuba: Centro de Estudios Demográficos - Uni- sinnúmero de combinaciones de factores que las- versidad de La Habana. tran desde el acceso y la correcta interpretación de Albizu-Campos, J. (2005). Cuba. La muerte y el color. la información hasta la capacidad económica y la Revista Electrónica Zacatecana de Población y postura psicológica de los individuos en términos Sociedad, 6(26). de sus prácticas de salud y de la utilización eficien- Albizu-Campos, J. (2008). Contrapunteo cubano de la te de los servicios que hoy están a la disposición de muerte y el color. Revista Electrónica Novedades la población, y que contrarrestan la presencia de en Población, 4(7), 74-266. un sector hospitalario robusto y maduro. Albizu-Campos, J. (2014). Mortalidad en Cuba (Vol. 1). La Habana, Cuba: Centro de Estudios Demográ- El hecho es que la eficacia de ese sector se ve ficos - Universidad de La Habana. socavada, por muy potente que sea su infraes- Bourgeois-Pichat, J. (1952). Essai sur la mortalité bio- tructura, si el nivel de vida es bajo, si el estado logique de l’homme. (INED, Ed.). Population (7), nutricional de la población es pobre y el hábitat 233-280. es degradado, explicando así la persistencia de la Bourgeois-Pichat, J. (1977). Future outlook for mor- desventaja en supervivencia de la población de la tality decline in the world. En Prospects of popu- capital, en general, y no blanca, en particular. No lations: Methodology and assumptions. Papers of existen problemas de población, sino poblaciones the ad-hoc group of experts on demography pro- con problemas. ¿De qué sirve ofrecer ciertos ser- jections (pp. 227-292). New York, USA: United vicios a partir del desarrollo unilateral de algunos Nations. sectores, u ofrecer recursos a familias o a mujeres García, R. (1990). Primer taller sobre prioridades de con determinadas características para que tengan investigación en materia de mortalidad en Cuba. Universidad de La Habana, CEDEM. Ciudad de hijos adicionales si lo que en esos casos se tiene es La Habana: Centro de Estudios Demográficos - una acumulación de otras necesidades cuya satis- Universidad de La Habana. facción ha sido pospuesta durante mucho tiempo?

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