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LOS AUSINES

La actual villa de Los Ausines se ubica en la parte alta del curso del río del mismo nombre, a donde llegamos desviándonos desde la N-234 a la altura de o bien siguiendo las carreteras locales que parten desde a través de San Pedro de Cardeña. Bajo la denominación de Agosin aparece mencionada esta localidad en la documentación del siglo XII (1127 y 1188), aunque sin duda sus orígenes se remonten mucho más atrás en el tiempo y quizá nos encontremos ante la que fuera localidad natal de la mujer del todopode- roso conde Fernán González, doña Sancha de Ausines. Lo que es indudable, desde el punto de vista histórico, es la existencia –desde mediados del siglo X– de un importante alfoz cuyo terri- torio, ya a principios del siglo XIII, perteneció a la merindad de . En cuanto a los edificios religiosos existentes durante este período en los tres barrios que componen Los Ausines –y de los que nos vamos a ocupar a continuación– hay que decir que ape- nas poseemos por el momento referencias históricas. Sin embargo dos documentos del siglo XIV (1357 y 1374) hablan de las abadesas doña Leonor y doña María Rodríguez que regían por enton- ces los destinos del monasterio benedictino, entendemos que femenino, de “Santa María” o sim- plemente de “Los Ausines”.

Iglesia de Santa Eulalia, en el Barrio de Quintanilla

A IGLESIA PARROQUIAL del Barrio de Quintanilla, si- advocación de la mártir emeritense, apenas si conserva tuado en la margen derecha del río Ausines, afluen- entre sus muros escasos restos –no arquitectónicos– de L te del Arlanzón, aparece ubicada en pleno casco ur- época medieval. bano y rodeada por un pequeño pretil. Uno de ellos es una pequeña escultura de madera poli- El actual templo parroquial, sólida construcción de cromada, algo repintada, que afortunadamente sobrevivió nave única erigida entre los siglos XV-XVI y bajo la vetusta –gracias a un ingenioso sistema de soporte a la pared ideado

Pila bautismal 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 744

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por don Demetrio Mansilla, natural de esta localidad– al decorativo; en este caso concreto, los catorce arcos reba- saqueo indiscriminado que sufrió en la década de 1970 el jados (de medio punto unos y apuntados otros) apoyan patrimonio eclesiástico de la comarca. Se trata de una sobre columnas de fustes estriados y con capiteles vege- representación de la Virgen entronizada (que ha perdido tales. En las enjutas encontramos palmetas estilizadas y su corona), con el Niño sentado sobre sus rodillas. Por la racimos y sobre éstas un par de orlas, la superior soguea- rigidez de ambas figuras, el esquematismo en el trata- da como en la de Villamiel y la inferior con una especie miento de los pliegues y la ausencia de diálogo o comuni- de ovas. cación entre ambos, acaso pudiera ser obra de la segunda En cuanto a su cronología, creemos que no ha de estar mitad del siglo XII. muy lejana a la de los ejemplos citados, por lo que puede La otra pieza conservada es una pila bautismal de cuer- fecharse hacia comienzos del siglo XIII. po troncocónico (132 cm de diámetro × 90 cm de altura) ubicada sobre un pequeño pedestal o pie circular de ape- Texto: AMMT - Foto: AGG nas 22 cm de altura. Como en las de Cascajares de la Sie- rra o Quintanarruz, pertenece a una tipología de pila para Bibliografía la inmersión. Pero sus concomitancias con estas pilas no sólo se reducen a este aspecto tipológico, sino también BILBAO LÓPEZ, G., 1996a, pp. 87, 101, 288.

Ermita de Nuestra Señora del Castillo, en el Barrio de San Juan

RAS DEJAR ATRÁS EL PRIMERO de los tres barrios que materiales constructivos– hemos de desviarnos, también a actualmente componen Los Ausines, el de Quin- la izquierda, por una senda no señalizada. Ésta se inicia T tanilla, y poco después de cruzar el puente sobre junto a la parte trasera de una casa y nos conducirá hasta el río que da nombre al valle y a la población, giraremos a la ermita, situada en alto. la derecha en dirección al segundo núcleo o barrio inter- La ermita se encuentra en la parte alta de una pequeña medio, el de San Juan. Apenas transcurridos unos pocos loma situada al sur del río Arlanza y desde la que se domi- cientos de metros –dejando a nuestra izquierda una peque- na no sólo el Barrio de San Juan, ubicado a sus pies, sino ña industria dedicada a la fabricación de gravilla y otros una espléndida vista panorámica de los barrios que forman

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Los Ausines y de toda la comarca limítrofe. El edificio se encuentra aislado, sin construcciones a su alrededor, lo que permite una perfecta visión del mismo. La advocación de la ermita hace referencia a la fortaleza o torre que allí hubo. Restaurada en la década de 1960, la ermita de la Virgen del Castillo consta de nave única y cabecera recta interior y exteriormente, de planta rectangular y ligeramente sobreelevada respecto a la nave, pero más estrecha que ésta. Definido –con mayor o menor acierto– como un edi- ficio de “planta de salón”, alterna distintos tipos de apare- jo y de materiales en su construcción: sillarejo en la nave y sillería en la cabecera. Diferentes son también las cubier- tas de ambos espacios. La nave se cubría en origen con una techumbre de parhilera que quedó oculta después bajo una cubierta de yeso casi a cielo raso. La cabecera, por su parte, presenta bóveda de cañón algo apuntada, dividida en dos tramos por un arco fajón y rematada por ménsulas similares a las existentes en la también burgalesa iglesia de Nuestra Señora de la Oliva en Escóbados de Abajo. El tránsito entre la nave, con coro alto de madera a los pies, y el tramo presbiterial se efectúa mediante un arco triunfal doblado y ligeramente apuntado sobre semicolumnas, con lengüetas o bolas angulares en las basas, que apean en un pequeño zócalo o basamento. Sobre este arco triunfal se alza al exterior un pequeño campanario moderno. Pérez Carmona sitúa el grueso de su fábrica en el últi- mo tercio del siglo XII y principios del XIII, exceptuando, Portada claro está, la remodelación sufrida por la actual cabecera, que se prolongó hacia el este al añadir otra dependencia, en este caso utilizada como sacristía y, cómo no, la cons- trucción moderna que adosada a su hastial occidental sir- vió hasta hace apenas treinta años como vivienda del ermitaño. Tal vez su pervivencia y presencia a través de los siglos indique los verdaderos orígenes de este singular edi- ficio erigido, a nuestro entender, en el primer cuarto del siglo XIII. Capiteles de la portada A lo largo del muro de la actual capilla mayor discurre una imposta de triple hilera de billetes a la misma altura que se encuentran los cimacios de los capiteles del arco triunfal (acentuando el sistema de muros y cubiertas) y sobre ménsulas decoradas con figuras enormemente expresivas (cabezas zoomorfas y humanas) a modo de gro- tescos mascarones y cuadrúpedos muy toscos. También aparecen esculpidas las cestas de los capiteles de las columnas que soportan el arco triunfal: el del lado norte o del evangelio con estilizadas formas fitomórficas (delicadas palmetas de acanto) y el del sur o lado de la epístola con una representación de lucha ecuestre, que según la profesora Ruiz Maldonado “encierra la singulari- dad de presentar una escena de pacificación por partida doble”, simbolizando “la paz y la tregua de Dios”. Por un 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 746

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Planta

Alzado sur 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 747

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Sección longitudinal

lado aparece la figura mediadora –parcialmente visible– localizar sus representaciones a lo largo y ancho de toda la entre parejas de jinetes que se reparten por los laterales de geografía románica hispana (Boada de , Fuenteúr- la cesta, alguno de ellos portando espada y escudo almen- bel o La Cerca, por citar algunos ejemplos burgaleses). drado o de cometa. El intercesor detiene la espada del En el plano escultórico hay que destacar su portada, jinete de la izquierda. Y por otro, separadas ambas repre- adosada al muro sur de la nave, que nos recuerda en cier- sentaciones por un pequeño busto zoomorfo ubicado en el ta medida a la de Nuestra Señora del Valle, en Monasterio centro del capitel, bajo el cimacio, una escena muy similar de Rodilla. Sin tímpano, consta de triple arquivolta y guar- plasmada en la otra mitad del capitel, si bien ahora la figu- dapolvo, todo ello con un ligero apuntamiento y un escue- ra mediadora –más visible– sujeta las riendas de los caba- to programa ornamental principalmente a base de triples llos. Los jinetes visten cota de malla y calzan espuelas. Los hileras de billetes. Las arquivoltas apean en dos pares de cimacios, por su parte aparecen tallados con un grueso columnas acodilladas cuyos fustes reposan sobre basas de tallo ondulante y esquemáticas hojas. Esta iconografía grueso toro y éstas a su vez en un pequeño basamento. Sus tuvo un gran eco en la escultura medieval, pudiéndose respectivos capiteles, rematados por cimacios de variada temática (roleos y tallos estilizados, zigzags, flores inscri- Canecillos del lado sur de la cabecera tas en círculos, etc.) que se prolongan a modo de imposta por el cuerpo de la portada, decoran sus cestas con moti- vos muy variados, todos de abultado relieve (cuadrúpedos afrontados, hojas de acanto estriadas, etc.). Por el exterior, la cabecera original lleva, al sur, una cornisa con puntas de diamante bajo la que aparecen cane- cillos esculpidos, mientras que la de la nave –por el mismo lado– se ornamenta con triple fila de billetes. Muchos de estos canecillos están enormemente deteriorados, pero todavía es posible vislumbrar en ellos un amplio reperto- rio temático: el clásico tonel, figuras demoníacas, rostros barbudos, piñas, hojas de acanto, palmetas, etc. En general podemos afirmar que la decoración esculpida presenta una talla expresiva, dura y angulosa materializada por un cantero o taller preocupado por la composición. Su 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 748

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Capitel del arco triunfal Ménsula de la cabecera

cuidada factura y su habilidad en el manejo del cincel Bibliografía hablan por sí solos de un artista que, según Palomero Ara- gón, se preocupaba por la obra bien hecha y que debió tra- PALOMERO ARAGÓN, F. e ILARDIA GÁLLIGO, M., 1991-1992, t. III, pp. bajar en la segunda mitad del siglo XII. 15-16; PÉREZ CARMONA, J., 1959 (1975), pp. 91, 212, 235; RUIZ MAL- DONADO, M., 1986, pp. 30-31, 102-103; VALDIVIELSO AUSÍN, B., 1999, Texto: AMMT - Planos: AAP - Fotos: JLAO/AGG pp. 170-171.

Iglesia de San Miguel, en el Barrio de Sopeña

L BARRIO DE SOPEÑA es el último de los que compo- la carretera, emplazado a media ladera, en un pequeño nen Los Ausines y se llega a él después de haber risco a cuyos pies se asienta la localidad. El trayecto ascen- E atravesado los de Quintanilla y San Juan. El templo dente es muy corto. parroquial del Barrio de Sopeña se encuentra muy cerca de La iglesia tal y como se conserva es un edificio rena- centista de nave única, aunque con formas góticas, reali- zado en buena sillería. De lo que fue su predecesora romá- Portada nica tan sólo conserva la portada meridional, oculta por un pórtico postmedieval de sillería. Consta de doble arquivolta apuntada y una acentuada línea de impostas, además de un guardapolvo con cabezas de clavo. Desde el exterior apreciamos cómo bajo la cubierta plana del pór- tico, en su acoplamiento con el muro de la nave, perma- necen los restos de un tejaroz bajo cuya cornisa simple- mente moldurada subsisten aún restos de siete canecillos. Una de las arquivoltas presenta un grueso zigzag y la otra aparece historiada con veinte figuras, dispuestas en posi- ción radial, que resumen admirablemente el carácter emi- nentemente figurativo, sagrado y narrativo del románico. Aunque en su mayoría se encuentran muy deterioradas, todavía es posible identificar varias de ellas como perso- najes de pie, sedentes con libros en las manos o sobre sus rodillas, además de algún que otro monstruo androcéfalo 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 749

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y un personaje a caballo. Este último, con la mano dere- cha levantada en señal de saludo, aparece mutilado al igual que su cabalgadura. Para Ruiz Maldonado el jinete representa aquí la figura del caballero victorioso. Una temática que también encontraremos en San Lorenzo de Vallejo de Mena o en el parroquial de , aunque en el caso que nos ocupa presenta la particularidad de omitir la figura del personaje vencido. Las arquivoltas apean sobre dos pares de estilizadas columnas acodilladas, elevadas sobre un pequeño podium, con sus respectivos capiteles. En ellos encontramos temas de indudable inspiración vegetal (hojas de acanto dobla- das, carnosas y con pomas o bolas) y también animales fantásticos afrontados (sirenas o arpías). En uno de ellos, el exterior derecho, aparecen cuatro personajes difíciles de identificar, resueltos con una gran calidad técnica. El con- junto presenta, en general, un relieve bastante abultado. Se ha señalado la vinculación de esta portada, junto con la de Miñón, a las del grupo surgido a partir de la de Moradillo de Sedano, sobre todo por su iconografía y por la disposición radial de las figuras e incluso, y a pesar de su tosquedad, con la escultura silense. No obstante aquí, en Los Ausines, apreciamos en el aspecto técnico un tra- bajo algo más rudo y menos detallista, con un relieve muy abultado. En opinión de Palomero Aragón encontramos determinados rasgos que “denotan la sensibilidad gótica, pero interpretada con pautas netamente románicas”. Todo Detalle de la portada ello lleva a que la datemos no antes de finales del siglo XII, incluso a principios del XIII. Alojada en un pequeño retalle abierto a los pies del muro sur del templo se halla una pila bautismal. Sobre un pedestal circular de 25 cm de altura se alza una copa tron- cocónica (112 cm de diámetro × 98 cm de altura) cuya superficie aparece totalmente cubierta por una composi- ción decorativa muy similar a la del Barrio de Quintanilla o a la de , es decir, por arcos de Detalle de la arquivolta figurada medio punto sobre columnas con capiteles vegetales esti- lizados y fustes decorados con sencillas hojas planas. Este motivo en concreto es idéntico al representado en las extrañas piezas verticales que aparecen bajo cada uno de sus arcos. Sobre la arquería corre una cenefa de estilizados roleos, con sencillas formas fitomórficas en sus extremi- dades, mientras que en la zona inferior de la copa encon- tramos formas vegetales que también aparecerán en las enjutas. Por su composición podemos considerarla de cro- nología románica, probablemente de la segunda mitad del siglo XII. Dispersos por el interior del templo se encuentran varios fragmentos de piezas de probable cronología medieval, como por ejemplo estelas circulares (una de ellas con la flor de lis) o bien capiteles vegetales, uno de 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 750

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ellos, de 34 cm de altura, sirviendo de apoyo a un destar- talado banco situado a los pies de la nave, compuesto por una estilizada fila de hojas planas y gruesas pomas en su parte superior.

Texto: AMMT - Fotos: AGG/JLAO

Bibliografía

BILBAO LÓPEZ, G., 1996a, pp. 87, 108, 293; FRONTÓN SIMÓN, I. M.ª, 1994, p. 722; PALOMERO ARAGÓN, F. e ILARDIA GÁLLIGO, M., 1991- 1992, t. III, p. 16; PÉREZ CARMONA, J., 1959 (1975), pp. 90, 243-244; RUIZ MALDONADO, M., 1986, p. 103.

Pila bautismal

Iglesia de San Quirce

CCEDEMOS A ESTE LUGAR desviándonos a mano En la tercera década del siglo IX el condado de Cas- izquierda en , N-234, por tilla vive una etapa decisiva como entidad política, A una carretera blanca que nos conducirá hasta el tanto en sus relaciones con el califato cordobés, como recoleto valle en que se ubica el antiguo monasterio y respecto a los monarcas leonés y navarro. Castilla ha luego colegiata de San Quirce. El edificio se encuentra afianzado su espacio vital hasta el Duero, es el bastión dentro de una finca particular vallada que podremos atra- defensivo en el oriente leonés y necesita tener relacio- vesar previo acuerdo con los dueños o acudiendo el primer nes de buena vecindad con el reino de Pamplona. martes de cada mes. Al mismo tiempo Córdoba mantendrá una actitud de

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conveniencias: diálogo o enfrentamiento armado cuan- Fernán González y su mujer Sancha, quienes actúan como do sea necesario. conde y condesa de Castilla. Las dificultades sucesorias en León y las luchas por el Como sucediera en muchas de las instituciones monás- poder permiten a Fernán González hacerse con el con- ticas de esta época, poco o nada ha llegado a nosotros de trol de todo el condado castellano, aumentar su autono- su fábrica, a no ser la ermita ubicada en un otero cercano mía, hacer a veces de árbitro y diseñar una política con- (unos 300 m) del actual templo románico. El monasterio, ducente a la semindependencia. Paralelamente se enclavado en tierra de Agosin, no tuvo a la larga el desa- procede a reorganizar el territorio, tarea en la que juga- rrollo y la importancia de otros supuestamente constitui- rán un destacado papel las instituciones monásticas. La dos por la familia o el propio Fernán González, pues el consolidación de San Pedro de Cardeña, Santa María de año 1147, mediante una concordia entre el obispo de Bur- las Viñas, esta de San Quirico y Santa Julita y la funda- gos (Víctor) y el abad de San Quirce (Domingo) es agre- ción de San Pedro de Arlanza ponen bien a las claras el gado definitivamente a la catedral burgalesa. A partir de papel que estos señoríos tuvieron en esta tierra. En todos ese momento el señorío del lugar, con rango de abad, lo los caso no se fundan ex novo sino que con anterioridad ostentará un canónigo burgalés y allí residirán unos pocos existía un monasterio o iglesia de propio. canónigos manteniendo el culto. El dominio monástico y En este contexto debemos ver la fundación de San el señorío desaparecerán con la desamortización conser- Quirico y Santa Julita en abril del año 929, en el territorio vando como lugar de culto (parroquia) la iglesia que pode- de Ausin. El documento no difiere en lo esencial de la fór- mos contemplar en el momento actual. El resto de las mula utilizada en otras ocasiones, pues delimita el domi- construcciones monásticas y de los canónigos han desapa- nio monástico, señala la jurisdicción del abad y otorga recido o están profundamente alteradas por sucesivas y exenciones y privilegios. Los impulsores de la empresa son desafortunadas intervenciones.

Vista desde el lado suroeste Fachada septentrional 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 752

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crucero esbozado cubierto con cúpula semiesférica inscri- ta en octógono sobre trompas y ábside con las dos partes características: presbiterio recto y capilla absidal semicir- cular. Los muros presentan una excelente fábrica de piedra sillería, de cuidada estereotomía y esbelto alzado. La construcción presenta algunas características estruc- turales que conceden a la misma notable personalidad, sin- gularidad y la convierten en un centro de innovación y ensayo de nuevas formas constructivas del románico pleno. El ábside, exteriormente, presenta dos contrafuer- tes prismáticos en la capilla absidal que enmarcan los ócu- los y carece del característico alero. El tejado aún conser- va (bien que ha sufrido importantes restauraciones) las losas de piedra colocadas en forma imbricada a la manera de escamas de pez. Es un dato interesante, frecuentemen- te no conservado en otros templos de la época. Interiormente el ábside se articula en dos partes al igual que por el exterior. Un destacado basamento lo recorre y sobre el mismo se apean diez columnas entregas sobre las que descargan siete arcadas: tres en la capilla absidal y cuatro en el presbiterio. Esta parte, tanto interior como exteriormente, presenta una notable unidad constructiva, ofrece unas formas relativamente pesadas aunque con una realización técnica de notable calidad. Un elemento estructural de significada relevancia y calidad, tanto por su concepción como por su realización, es el falso crucero. Exteriormente su volumen se encuen- Interior tra notablemente alterado por la torre renacentista, pero podemos conocer su primitiva altura por el husillo (muro Respecto a los datos sobre el templo monacal, hay que norte) y los contrafuertes. Por el contrario su aspecto inte- señalar que los fundamentos artísticos apuntan a que la rior apenas ha sido modificado: se apea sobre cuatro pila- basilica de que habla el documento fundacional no tiene res compuestos de sección prismática y columnas entre- relación artística alguna con el actual edificio. Por otro gas, con sus respectivos arcos torales doblados que lado no tenemos seguridad de que la ubicación del templo definen un espacio de planta cuadrada. A través de cuatro a que se refiere el primer documento sea la misma que la trompas de cuidada factura y belleza plástica dicho cua- del edificio actual. Es más que probable que estuviera drado se transforma en un octógono que, insensiblemen- sobre los restos de una fortaleza allí existente, seguramen- te, da paso a una circunferencia definida por una cenefa te situada en un lugar elevado. Nosotros suponemos que con decoración de ajedrezado. Ella es la base de la cúpu- se localizó en el lugar donde quedan algunos restos del la realizada con cuidados sillares dispuestos en sucesivos ábside de una ermita, actualmente aprisco de rebaños y anillos concéntricos hasta llegar a la clave. En esta forma poco más. de construir la bóveda, bastante común en los templos A buen seguro que cuando el monasterio es incorpora- más significados del románico pleno, se pone de mani- do temporalmente al obispado de Oca (año 1068), el tem- fiesto la pericia y la calidad del maestro de la obra y sus plo no era el que vemos en la actualidad. El que podemos importantes conocimientos técnicos. Este maestro no está contemplar ahora, salvo los añadidos de la sacristía y la lejano de quienes trabajan en el templo abacial de San torre renacentistas y la cubierta barroca de la nave, puede Pedro de Arlanza. muy bien corresponder al templo consagrado el año 1147 El engarce entre el ábside y el crucero –mal resuelto– por el obispo de Palencia acompañado de los de Burgos y pone de relieve algunas vacilaciones y tal vez la existencia Osma, amén de numerosos magnates y abades de la zona. de un cambio de plan y equipo. Hay dos arcos triunfales de El templo es una sencilla edificación propia de un diferente factura: el correspondiente a quienes realizan el monasterio de menor entidad. Posee una sola nave, con ábside que presenta una forma claramente peraltada y se 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 753

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geométrico y de su línea de impostas parte otra que reco- rre todo el muro. El tercer componente es la portada muy adelantada al muro, con un claro protagonismo por el abo- cinamiento de las arquivoltas y el notable tejaroz. Es una obra grandilocuente y monumental pero de trazas y con- cepto muy diferente de la precedente. Interiormente es un espacio, el de la nave, bastante alterado por la luminosidad que dan las ventanas altera- das (muros oeste y sur), por haber desaparecido las dos cornisas que lo recorrían en sentido horizontal y por fal- tar la cubierta de parhilera, reemplazada en el siglo XVII por la actual barroca. Este espacio es el complemento imprescindible a las necesidades culturales dado el des- arrollo habido en el ábside y crucero Está perfectamente acomodado a lo reducido de la comunidad monástica pri- Cúpula sobre trompas mero y colegial después. Un elemento reseñable del interior es el que presenta coloca una columna entrega entre éste y el correspondien- la portada oeste en su interior. Se encuentra muy abocina- te al crucero. Si la iglesia más antigua llegó a concluirse, en da, más bien hundida y da lugar a un tímpano sin decora- un determinado momento se modificó, conservándose de ción escultórica alguna y enmarcado mediante una cenefa la misma sólo el ábside. con decoración de ajedrezado. La arcada es corrida pero En el muro norte del crucero se practicó una portada su rosca se enmarcaba mediante un guardapolvo que se que se adelanta considerablemente al muro, desde la que prolongaba en una cenefa que recorría todo el muro inter- se debía acceder al claustro y otras dependencias monásti- no de la nave a esa altura. De hecho aún pueden verse in cas. En la actualidad está tapiada y levemente alterada. La situ restos del mismo. Estas formas de desarrollar interior- enmarcan un pequeño contrafuerte y el husillo. Se remata mente el vano de entrada nos recuerdan a las del nártex de en el característico tejaroz que se apea en las correspon- la iglesia románica de San Salvador de Oña. Nos parece dientes ménsulas. Las enjutas muy desarrolladas se utilizan que la actual portada se realiza en un momento posterior para colocar varios relieves convenientemente enmarca- y no se debe atribuir a los talleres que ejecutan la nave, el dos. De las tres arquivoltas de medio punto que tuvo sólo ábside y el crucero. vemos en su totalidad dos y el arranque de la otra. Estamos Este último es la parte más proporcionada, airosa y ante una cuidada portada ceremonial de notable calidad mejor lograda de este templo. El maestro de la obra nos conceptual, una prueba más de la innovación que aporta el obsequia con una refinada y notable valoración del espa- maestro de la obra. cio, de los volúmenes y del sentido de la proporción. Si el La nave presenta la estructura característica de un tem- enlace con el ábside presenta no pocos problemas y está plo de planta basilical y responde al prototipo utilizado en resuelto con poca airosidad el crucero es de gran calidad las décadas finales del siglo XI. Los muros son de piedra sille- formal y de una notable finura en su realización. ría de aparejo isódomo y cuidada estereotomía, de factura sólida pero con su macicez rota por los vanos y los contra- fuertes rítmicamente colocados, amén del retranqueamien- to a partir de la base de las ventanas. Éstas presentan la más ETAPAS CONSTRUCTIVAS Y ANÁLISIS DE LA ARQUITECTURA clásica estructura y elementos formales del románico pleno, tanto por su factura como por las proporciones. Voltean un Según se ha podido ver es monumento que presenta al guardapolvo con damero ajedrezado y alternan la arquivol- menos dos etapas en la realización de la actual fábrica ta prismática con otra de grueso baquetón. La luz se reduce románica. El primero corresponde básicamente con el a una abocinada y acusada aspillera. ábside y el segundo con el crucero y la nave. Cuando deci- El muro oeste viene definido por los gruesos contra- mos dos fases nos estamos refiriendo a dos talleres y a dos fuertes angulares, la amplia ventana central y la ampulosa formas de entender la arquitectura muy diferentes entre sí. y ceremonial portada de ingreso. Los primeros arrancan El primero de ellos ejecuta el ábside. Esta parte del actual desde el retranqueo de la pared y se rematan en un ele- templo es lo que queda en pie de un plan que tal vez no gante talud. La segunda, muy alterada, ocupa el centro llegó a materializarse o que no se completó rehaciéndose de 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 754

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presenta doblado respecto a la nave pero no en relación a la bóveda de medio cañón del ábside. El cimacio de los capiteles no se corresponde con la cenefa que recorre todo, pues está situado en un plano inferior. El pilar que recibe el arco triunfal se ve alterado en la carga del pres- biterio, pero está bien conservado en la contraria. Aquí vemos cómo se apea una columna entrega. El muro del ábside se presenta adosado a la edificación posterior pues no se engatillan ambas construcciones, lo que nos hace pensar en dos momentos diferentes en el pro- ceso constructivo. Parece como si se interrumpieran las obras precedentes y las reanudara un nuevo taller que cam- bia los planes precedentes y retoma las obras ya iniciadas. Los autores de la primera iglesia románica, a juzgar por el ábside, eran unos excelentes conocedores del oficio, entendían de las técnicas tardorromanas y hacían gala del sentido clásico de las proporciones. El concepto espacial que nos aportan se vincula a la tradición hispana de la liturgia mozárabe o visigoda. El crucero presenta unas características morfológicas claramente diferenciadas del ábside. El volumen constructi- vo es de mayores complicaciones técnicas por lo que quien emprende tal labor parece disponer de una mayor informa- ción y está en el secreto de nuevas técnicas constructivas. El interior está conservado básicamente igual que cuando se concluyó, pero no ha tenido la misma suerte el exterior que ha visto levantarse una voluminosa torre renacentista. Se aprecia una perfecta unión con la nave y unas líneas cons- tructivas parejas entre ambas partes por lo que nos inclina- mos a pensar que las realiza el mismo maestro de la obra y en un tiempo relativamente corto, por la gran unidad que Soportes del arco triunfal y del toral presentan. Únicamente en esta parte del edificio, interior y exteriormente, observamos marcas de cantero en los silla- nuevo a partir del anterior arco triunfal. Se concibe este res, repitiéndose las mismas en toda ella. espacio como un lugar cerrado y con valores por sí mismo, El muro norte del crucero, seguramente por su función, destacando la sección semicircular, resaltando sobremanera presenta una estructura algo diferenciada del opuesto por los óculos y el valor de las arcadas ciegas. la presencia de la portada (cegada en la actualidad) y del El exterior presenta una articulación básicamente verti- husillo. Sin embargo los vanos presentan similares carac- cal definida por los contrafuertes y los codillos. Los ócu- terísticas, los contrafuertes no difieren y el muro está los son de una gran sencillez formal, apenas se significan igualmente retranqueado a la misma altura. El interior es y presentan proporciones clásicas. Más espectacularidad de planta cuadrada, tiene cuatro pilares sobre los que se tiene el tejado con losas superpuestas a la manera de esca- apean los arcos torales doblados y se cubre con bóveda mas de pez. semiesférica inscrita en un octógono, elevándose sobre El interior se articula horizontalmente con el basamen- trompas. El arco triunfal y los demás torales se sitúan a to y la cenefa que corre a la altura del arranque de la bóve- mayor altura que el antiguo de ingreso en el ábside. Pre- da y verticalmente lo definen las columnas y las arcadas. sentan una factura bastante regular, no son peraltados y su Es un espacio recogido, con luz muy matizada, un tanto construcción pone de manifiesto un sentido de la propor- misterioso en su expresión y con indudables recuerdos de ción de nuevo cuño. la arquitectura de tiempos precedentes. Una prueba más de lo que venimos diciendo la tene- El arco triunfal del templo más antiguo está levemente mos en el podium de arranque de las columnas entregas. peraltado, tiene una ligera deformación en el remate y se Este taller individualiza uno para cada una, mientras que el 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 755

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monumentos más significados del entorno. El maestro de la obra se nos muestra ligado a una herencia que se hace patente y trata de conjugar con los nuevos tiempos y usos constructivos. Su lenguaje constructivo no es plenamente románico a pesar de utilizar las formas propias del estilo. Sus deudas se hacen patentes con templos como el de San Pedro de Arlanza y seguramente también existieron con San Salvador de Oña. En los tres casos se ubica un nártex a los pies, habiendo desaparecido aquí, pero que la parti- cular articulación del hueco de la portada occidental pone de manifiesto. Nos parece que es una obra que se puede datar en las décadas finales del siglo XI. La forma de ejecución de las arcadas, su desarrollo y la factura de la bóveda, presentan grandes similitudes con las Detalle del husillo que vemos en los ábsides de San Pedro de Arlanza. A pesar de ello hay notables diferencias por lo que entendemos precedente lo hace común para ambas y presenta mayor que las similitudes entre ambos monumentos son propias altura y un mayor volumen. Este segundo maestro rompe de una época sin que ello quiera decir que el taller que tra- con la idea de estructuración visual a partir de la línea de baja aquí lo hiciera antes en Arlanza. imposta del crucero (pilares) que había impuesto quien le La ubicación de la torre sobre el crucero, la utilización precedió en la dirección de la fábrica. de cúpula sobre trompas inscrita en octógono y su desa- Este segundo taller utiliza básicamente dos tipos de ven- rrollo formal, lo vemos también en el templo de San Pedro tanas sin ninguna relación con los óculos del ábside. El pri- de Tejada y tal vez respondiera a la misma tipología el mero es el del crucero: abocinado, de doble arquivolta, la ochavo del templo abacial silense. La relación entre los luz de aspillera y sin línea de imposta. El segundo es más dos primeros monumentos no implica dependencia de uno convencional, lo denominamos tipo portada, presenta doble respecto al otro sino que más bien ambos beben en las arquivolta, guardapolvo, línea de imposta muy marcada y mismas fuentes y participan de los mismos conceptos vano tipo aspillera con acusado derrame hacia el interior. constructivos propios de una época. La portada del hastial occidental presenta unas carac- La forma de arranque del crucero desde la planta cua- terísticas muy diferenciadas de la del muro norte. Se apre- drada y su posterior desarrollo lo vemos en templos cia un sentido de las proporciones y del volumen muy dis- románicos de la época como la catedral de Jaca, San Mar- tinto de los utilizados por el taller precedente. El diseño, tín de Frómista y Loarre. Parece que el “arquitecto” de la relación respecto al muro y el valor arquitectónico en el San Quirico y Santa Julita realiza unas trazas diferentes, conjunto de la fachada nos hacen pensar en un maestro tiene una concepción del espacio y de las formas que lo diferente. A lo anterior debemos añadir la organización definen de la cultura y época en que trabaja y también interna del vano. La existencia de un tímpano muy aboci- común con la de los templos citados. Este maestro parti- nado, el arranque del mismo con una arquivolta y las pro- cipa de las ideas, conocimientos y pautas constructivas de porciones que presenta la luz en esta zona, nos hablan de lo que se ha denominado “románico pleno” y ello hace un cambio de planes y seguramente de taller y maestro de que los aspectos comunes entre las obras contemporáneas la obra. Pensamos que se añade la estructura externa de la sean evidentes sin que ello quiera decir que copie o beba portada sobre otra preexistente de la que su utiliza única- en esas fuentes. mente el vano practicado en el muro. La tipología de la Exteriormente el crucero ofrece total unidad con la portada, la forma de hacer el derrame y las características nave y no se aprecia su existencia en la forma de articu- estructurales corresponden a un momento de desarrollo lar los muros. El desarrollo de ésta y las proporciones de del arte románico que podemos denominar manierista. los distintos componentes lo diferencia de forma clara La tipología del ábside, tanto por sus proporciones de San Pedro de Tejada, Jaca, Frómista y otros. El espa- como por la utilización del óculo y de los contrafuertes, cio interior es claramente distinto en cada uno de los hacen que el mismo sea un hecho singular en el paisaje monumentos citados. artístico burgalés y no habitual en el hispano. Las arcadas Llegados a este momento deseamos apuntar algunas interiores, la proporción de las mismas y el tipo de arco conclusiones, que aunque sean provisionales, se hacen triunfal aparecen con alguna frecuencia en algunos de los necesarias. Los tres maestros de la obra que levantan este 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 756

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templo utilizan un lenguaje que se identifica plenamente con lo que denominamos románico pleno, aunque el que hace el ábside muestra una ligazón importante con la tra- dición constructiva prerrománica y los usos constructivos de la zona, como lo ponen de manifiesto los óculos, la valoración del espacio y de la luz. Las formas cambian a partir del crucero pero quien realiza esta parte nos ofrece una visión personal y particular de interpretar este espacio y al mismo tiempo modifica sustancialmente los planes del taller que le precedió del que utiliza parte de lo realizado, al que tal vez pudiera corresponder gran parte del alzado de la nave, hasta el retranqueo que presenta en el arranque de las ventanas. Entendemos que la fachada occidental tal como la vemos ahora corresponde a un tercer taller. Nos parece que la cronología va desde finales del siglo XI hasta mediados del XII.

LA DECORACIÓN ESCULTÓRICA

La decoración escultórica se localiza en los canecillos y portadas del exterior así como en los capiteles del interior. En el muro sur la cornisa se decora con ajedrezado, tanto en el frente como en la parte inferior. Los canecillos son casi todos cavetos superpuestos, dobles, triples o cuá- druples, con una moldura abocelada o rollos en algunas ocasiones. Solamente uno se decora con un cuadrúpedo de frente al espectador que podría ser un león o un zorro. Portada septentrional En el muro norte, tanto la cornisa como los canecillos son de reciente factura, salvo en su extremo más occidental donde se conservan tres canecillos y un tramo de cornisa original. Respecto a los canecillos del ábside, parte de ellos han desaparecido al incorporarse la sacristía por la parte sur. Entre los que se han conservado destacan varias figu- Relieves y canecillos de la portada septentrional ras simiescas en diferentes actitudes, cabezas zoomorfas, leones, un águila con una presa, un busto humano y motivos florales. En el lado norte se abre una portada románica –actualmente cegada– que se dispone ligeramente ade- lantada respecto a la línea general del muro. Se compo- ne de cuatro arquivoltas de medio punto, dos de ellas lisas, otra con bocel y la primera, casi perdida, con bille- tes, al igual que el guardapolvo y la línea de imposta. De los cuatro capiteles primitivos, sólo tres han llegado hasta nosotros. Todos se decoran con hojas de acanto que llenan todo el equino, ramificándose en cinco y aca- bando en caulículos. Por encima del guardapolvo se empotraron una serie de relieves que describimos a continuación. En la enjuta 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 757

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izquierda (derecha del espectador), enmarcados en estruc- turas cuadradas o ligeramente rectangulares y rehundidas, vemos a Cristo en majestad rodeado del Tetramorfos. El Señor está sentado de frente, bendice y muestra un libro con el Alfa y el Omega. Coloca su manto sobre el cuerpo a modo de magistrado romano, lleva nimbo crucífero y apoya sus pies desnudos sobre una peana. A su derecha van el águila y el toro y a su izquierda el ángel y el león. Todos ellos están de perfil pero volviendo la cabeza para mirar a Cristo. En la parte central hay dos pasajes evangélicos: Anun- ciación y Visitación. El primero está bastante deteriorado, pues tanto al ángel como a María les falta la cabeza. La madre de Dios está en posición completamente frontal, con las palmas de las manos hacia delante en señal de acep- tación. El ángel por el contrario tiene su cuerpo de perfil, excepto las alas, desplegadas frontalmente, y tiene una postura movida, en actitud de avanzar hacia María. Res- pecto a la Visitación su tratamiento iconográfico también es el tradicional, con las dos mujeres abrazándose, acom- pañadas además por una tercera figura femenina que porta una especie de palma o abanico. En la enjuta derecha (izquierda del espectador) vemos seis recuadros con relieves. En los tres superiores, de mayor tamaño, hay tres ángeles frontalmente colocados, con las alas desplegadas. Realmente son los tres arcánge- les. El central pisotea un animal fabuloso, dragón por las características anatómicas de su cuerpo y porque además, para que no haya duda, a su lado está escrito DRACO. Será, Portada occidental por tanto, San Miguel. El situado a su derecha, con una cruz en la mano, lleva la inscripción GABRIEL. Finalmente el tercero señala con su mano derecha a su compañero ven- cedor de Satanás. En los tres recuadros inferiores vemos, de izquierda a derecha, un centauro sagitario en la clásica actitud de disparar, un hombre colocado frontalmente en actitud de cargar un arco y a Sansón desquijarando al león Canecillos y metopas de la portada occidental (SANSON FORTISSIMUS). La portada se remata con un tejaroz decorado con billetes y soportado por doce canecillos, en cada uno de los cuales se representa a un apóstol. Todos están en posi- ción frontal, visten túnica y manto y llevan una cartela en la que estaba inscrito su nombre. Algunos están en actitud de bendecir. El acceso actual al interior del templo se realiza por la portada occidental. Sus líneas y proporciones son simila- res a la anterior; aunque aquí carecemos de la cenefa de relieves que vemos en la anterior. Consta de cuatro arquivoltas de medio punto en las que alternan la arista viva con las molduras de bocel y un guardapolvo con decoración de billetes que se extiende también por la línea de imposta. En la rosca del arco de ingreso y en los 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 758

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cimacios de algunos capiteles vemos una especie de pal- metas de pétalos muy estilizados y convencionales. Tam- bién hay algún tramo con un triple mimbre que forma un tosco entrelazo. Los dos capiteles de la jamba izquierda son vegetales y están muy deteriorados. Bastante mal también están los de la jamba derecha, aunque aquí es posible ver en uno, aparte de los motivos vegetales, cinco cabezas humanas en la parte superior, y en el otro dos animales afrontados. Rematando la portada se dispone un tejaroz soportado por once canecillos en los que se representan diversas figuras que componen algunos episodios tomados del Génesis: el Pecado Original, la Expulsión del Paraíso, las ofrendas de Caín y Abel, la muerte de Abel y Dios repro- bando a Caín. Cada canecillo porta en la parte superior una inscripción aclaratoria sobre el personaje o la acción. Intercaladas entre los canecillos hay diez metopas en relieve con escenas y figuras igualmente acompañadas de inscripciones: un hombre desnudo y encorvado (MALA CAGO), una gallinácea, dos hombres luchando cuerpo a cuerpo (LUCTA), dos combatientes armados con escudos y espadas (LIDIATORES), dos figuras en actitud de ir a comen- zar una pelea, un rebaño de ovejas cuidadas por un perro (PASTOR OVIUM), un personaje sosteniendo un arado tirado por una yunta de bueyes (ET KAIN AGRICOLA), un gallo (GALLO) y un hombre desnudo y encorvado haciendo sus necesidades corporales (IO CAGO). En el interior la decoración escultórica se concentra en Ofrenda de Abel los capiteles de arcos y ventanas. La descripción se inicia

Escena de lucha 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 759

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Capiteles del Pecado Original y de Abel cuidando de su rebaño

en el primero de la izquierda, crucero, concluyendo en el relato pues en ella figuran cuatro ovejas afrontadas en el opuesto del correspondiente arco toral. ángulo y sobre ellas dos cabras en idéntica postura. En la En el primero se escenifica el episodio de Adán y Eva. parte superior una cabeza humana con voluminosa cabe- La lectura hay que hacerla comenzando por la cara fron- llera (probablemente Abel) contempla a los animales, así tal, para seguir por la lateral izquierda y finalizar en la como una cabeza de perro. derecha. En la central, el árbol del paraíso actúa de eje de En el capitel que viene a continuación vemos en una de simetría de la composición; en su tronco se enrosca la ser- sus caras a Caín arando con una pareja de bueyes. En la cara piente, describiendo caprichosas formas, dialoga con Eva frontal los dos hermanos presentan sus ofrendas al Señor; en mientras ésta le toca el cuerpo; por su parte Adán come la lo alto la mano de Dios señala a Abel. Finalmente en la cara manzana y se tapa los genitales. En la cara izquierda, Dios derecha Caín mata a su hermano agarrándole de la cabelle- Padre reprende a Adán y Eva y en la cara derecha el ángel ra y asestándole un golpe con una espada o hacha. La esce- los expulsa del paraíso. El cimacio se decora con flores de na es contemplada desde la parte superior por un rostro de aro de labra muy dura. cara lampiña y ensortijada cabellera que podría ser un ángel. En el capitel contiguo Abel vestido con túnica corta y La decoración del cimacio es igual al de los capiteles prece- capa con capucha se apoya en un largo cayado y lleva un dentes y en él se puede leer: ET KAIN AGRICOLA. ABEL, KAIN. cuerno en una mano. Cuida de un rebaño formado por KAIN IMPIUS, ABEL IUSTUS. ovejas y cabras que aparecen pastando o encaramándose Encajado entre el arco triunfal y el toral del crucero sobre arbustos. En el cimacio se lee: FACTUS EST ABEL PAS- hay una columna cuyo capitel se decora con un tosco ces- TOR OVIUM. La decoración del cimacio es igual a la del tillo, de doble mimbre y profundo calado, del que brota un capitel anterior. La siguiente cesta parece aludir al mismo tallo que se ramifica y acaba formando caulículos. 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 760

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Capiteles decorados con un rebaño de ovejas, Caín y Abel haciendo sus ofrendas, labores de encestado y una mujer con serpientes

Sigue luego un capitel con tres caras talladas. El lado sentado en la base del mismo agarra por las extremidades. izquierdo lo ocupa un león que se encarama sobre sus cuar- La cara frontal la ocupa un hombre desnudo, en pie y de tos traseros. Por el cuello le agarra una mujer que ocupa ya perfil, sujetando con sus manos una cuerda que rodea el la cara frontal y que con su mano agarra el rabo de otro cuello de otro ser humano que ocupa el ángulo derecho. león. La mujer está en posición frontal y desnuda, con unas Éste adopta una actitud resignada, con los brazos cruzados serpientes que se le enroscan entre las piernas y luego le sobre el tórax, mientras una última figura situada en la cara muerden los senos. El segundo león, también encaramado derecha parece custodiarlo. sobre sus cuartos traseros, sujeta fuertemente con sus garras Las columnas que soportan las arquerías del presbiterio a un hombre al que parece querer engullir. Completa la cara en el lado de la epístola muestran simples formas vegeta- derecha un hombre de pie con la mano derecha levantada les a base de hojas planas que acogen bolas. en una actitud ritual y solemne. El cimacio se decora tam- De contenido religioso parece otro en cuyas caras late- bién con flores de aro, aunque en este caso tienen distinta rales hay un ángel con las piernas ligeramente flexionadas, factura que en los capiteles anteriores. las alas desplegadas y los pies descalzos sobre el collarino. Los cuatro capiteles que vienen a continuación mues- Extienden sus brazos para sostener el clípeo ovalado que tran distintos motivos vegetales: hojas de acanto remata- ocupa la cara frontal y en el que vemos a Cristo en majes- das en caulículos de los que cuelgan bolas y tallos que se tad, sentado, sosteniendo un libro con la mano izquierda y ramifican formando un entramado laberíntico, abriéndose bendiciendo al modo griego con la derecha. Lleva nimbo en hojas muy estilizadas que acaban en voluminosas piñas. crucífero y viste como un alto magistrado. En el cimacio no Otro capitel representa en ambos ángulos sendas águi- vemos ya la tantas veces repetida flor de aro, sino un zarci- las en postura heráldica. En la parte central superior hay llo que se ondula y ramifica en tres hojas cada vez. un busto humano de formas solemnes y ceremoniales con El otro capitel situado entre el arco triunfal y el toral del dos hojas de acanto muy simples a ambos lados. El que crucero muestra leones pareados y afrontados que vuelven sigue a éste se decora con dos simios con soga al cuelo y las cabezas al lado opuesto. mostrando los genitales. En el siguiente se combinan el tema de Caín con el de Una enigmática escena es la que ofrece la siguiente Noé y su arca. En la cara izquierda aparece Dios dirigién- cesta. En la cara izquierda vemos a un hombre sentado de dose a Caín e inquiriéndole lo que el lapicida ha grabado perfil sujetando con sus manos una cuerda con la que aga- en el cimacio: KAIN UBI EST FRATER TUUS ABEL. En la cara rra por el cuello a un cuadrúpedo que con su cuerpo llena el frontal Dios creador sale de una nube con una cruz en la ángulo superior del capitel y al que a su vez otro hombre mano y se dirige a un hombre que está cortando un madero 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 761

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El capitel derecho del arco toral se ornamenta con varios temas: Sansón desquijarando al león, un león engu- llendo a un personaje, un hombre barbado sujetando por el cuello a dos águilas y otros dos personajes, uno agacha- do tratando de agarrar a una de las águilas y otro erguido sujetando otro ave. Analizando la ornamentación escultórica de este tem- plo se aprecian en ella dos claras etapas, lo mismo que ocurre si lo que analizamos es la arquitectura. La primera corresponde al ábside, tanto a su decoración interior como a los canecillos. El relieve empleado es medio o escasa- mente alto, la labra dura, un poco tosca y el acabado poco detallista. Las figuras humanas o animales no tienen un sentido naturalista sino más bien todo lo contrario. En la composición predominan las formas frontales, rígidas y solemnes, con un cierto grado de torpeza. El escultor excava poco el relieve y lo labra verticalmente sin redon- dear las formas y sin intentar tender hacia el altorrelieve separando el tema del soporte. Tampoco logra el artista integrar los huecos en la composición y aunque juega con el trepanado y el claroscuro, los espacios parecen estar dejados al azar. Toda esta primera parte incluye los cane- cillos del ábside y varios capiteles. La segunda etapa comprende un número mayor de relieves y es además más compleja porque el escultor o escultores tienen una idea clara de un determinado pro- grama iconográfico que deben realizar. Así en los capite- les del crucero desarrollan una serie de temas veterotesta- mentarios: el Pecado Original, Sacrificio de Isaac, Diluvio Universal, Sansón, etc. El relieve es casi siempre medio o Cristo en majestad dentro de una mandorla escasamente alto; en algunas ocasiones parece casi escul- tura exenta. Aunque la realización no es muy detallista, sí con un hacha. Por las escenas que luego se desarrollan en está cuidada la labra de vestimentas, cabelleras, melenas, el lateral derecho, podemos adivinar que este personaje es etc., aunque con una gran dureza. Este artista valora los Noé recibiendo el encargo de construir el arca. Efectiva- planos, traslapa unos temas en otros y crea acertadamente mente en la cara derecha el arca flota ya sobre las aguas y el espacio escultórico. Llega incluso a emplear tres térmi- sobre ella está la paloma anunciadora del final de las llu- nos, siendo el último el fondo del equino o los caulículos vias (FECIT SIBI NOE ARCAM DUXTA VERBUM DOMINI PROPTER que en casi todos ellos aparecen como fondo. Las figuras AQUAS DILUVII). En el cimacio volvemos a encontrar la flor tanto humanas como animales reciben un estudio de de aro vista en capiteles anteriores. modelado, particularmente los desnudos. El arco que decora el muro sur del crucero voltea sobre La composición no es algo que preocupe demasiado a dos capiteles en los que se representa un águila de alas este escultor o escultores, pues se limita a seguir las líneas desplegadas y el pasaje bíblico del Sacrificio de Isaac. En impuestas por la forma del capitel y hacen casi siempre una el desarrollo de la escena vemos a Abraham sujetando por escena simétrica. Sin embargo sí sabe jugar con la postura la cabellera a su hijo Isaac y levantando la mano derecha de las figuras, unas veces de perfil, otras de frente, otras en armada de puñal. Junto a ellos está el ángel conduciendo semiperfil, para intentar romper la monotonía y conseguir a un carnero o cabrito entre la maraña vegetal para que determinados puntos de tensión que atraigan la mirada del Abraham lo sustituya por su hijo (NON EXTENDAS MANUM espectador. Donde mejor podemos ver esto es en el capi- SUPER PUERUM ISSAC). El cimacio es muy distinto a todos tel de las ofrendas de Caín y Abel, en el que la mano de los vistos hasta ahora; lleva un zarcillo que va formando Dios es la que concentra la máxima atención: en función círculos que cobijan cuatro hojas. de ella se colocan los cuerpos de los dos protagonistas. En 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 762

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movilidad en los canecillos de la portada del hastial occi- dental; a ello contribuyen de modo especial los ritmos de los pies, brazos, etc. En cuanto a la técnica escultórica empleada, se asemeja mucho a la vista en los capiteles del interior. Por todo ello podemos asegurar que nos encon- tramos ante la obra de un mismo artista o artistas de for- mación muy similar. La fábrica del templo de San Quirce presenta induda- bles relaciones con otros templos burgaleses y también con otros de dentro y fuera de la ruta jacobea. Ello nos lleva a plantearnos el papel del Camino de Santiago en la configuración y desarrollo del arte románico. Diferentes investigadores han puesto en cuestión la existencia de un estilo y tipologías de peregrinación del Camino de San- tiago, desde el alemán H. E. Kubach hasta otros más recientes. El monumento de San Quirce es una piedra más en este edificio que presenta el desarrollo del arte románico desde otras ópticas y puntos de vista que empiezan a desmontar el viejo edificio de las filiaciones y de los centros generadores a partir de los que se difun- dió el estilo y las formas románicas teniendo como ejes el Camino de Santiago y el monasterio de Cluny. No debemos olvidar nunca que la arquitectura y el arte sir- ven y se utilizan para unos fines concretos a los que se acomodan y dan respuesta los maestros de la obra, los artistas. Hay arte en el camino pero no arte del camino, además de que los lugares de peregrinación eran muchos y variados y no eran necesariamente más concurridos los grandes focos. ¿Qué significa San Quirce? Para el desarrollo del arte románico en su entorno geográfico, es una de las primeras Monos enmaromados manifestaciones de cierta entidad y además revela que se alcanzaron importantes metas artísticas fuera de los grandes otras ocasiones la escena es más solemne al adoptar las centros catedralicios o de los principales monasterios bene- figuras posturas más verticales, como podemos ver en la dictinos como San Salvador de Oña, San Pedro de Cardeña, Expulsión del Paraíso. San Pedro de Arlanza o . En la labra de los pliegues este escultor insiste en los Es una prueba palmaria de que en estas tierras a partir planos diferenciados, con formas más bien angulosas, pero de un momento y siguiendo las viejas tradiciones se asimi- los pega al cuerpo intentando destacar los volúmenes del lan plenamente las nuevas pautas culturales y las mismas se mismo. De todos modos cuando realiza figuras humanas convierten en una expresión más del sentir castellano. donde pone especial atención y cuidado es en las cabezas: Tiene el valor testimonial de poner de manifiesto cómo los ojos, las demás facciones y sobre todo las cabelleras esa asunción de las nuevas pautas se hizo no sin reticencias son cuidadosamente realizados. En general utiliza una y que nunca se abandonaron las señas de identidad prece- labra dura que se hace más patente en los motivos vegeta- dentes. El ábside, de alguna forma, significa ese vínculo les, particularmente en los que adornan los cimacios, sobre con el pasado y el resto los nuevos tiempos. todo las flores de aro. No podíamos concluir este acercamiento a la iglesia de Los canecillos, metopas y relieves de las portadas tie- San Quirico y Santa Julita sin hacer una propuesta de posi- nen una gran semejanza con lo visto en estos ocho capite- bles fechas en las que se llevó a cabo la construcción del les del crucero. Tal vez se aprecia una mayor rigidez y monumento. Entendemos que esta faceta es de menor enti- frontalidad en la portada norte, tanto en los apóstoles dad para quienes escriben, pero también comprendemos el como en los restantes relieves. Hay una mayor viveza y alcance que tiene para la historia particular del templo. 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 763

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Noé construyendo el Arca y un águila de alas desplegadas A la izquierda, el Sacrificio de Isaac, y a la derecha, un león andrófago y un personaje con león

Quienes nos han precedido en el estudio del lugar, para Hay un motivo, el de los monos colocados en posición aportar una aproximación cronológica, se han servido en frontal y sujetos con un cordel, repetido en distintos no pocas ocasiones de los comentarios de E. Flórez cuan- monumentos cercanos: , Vizcaínos, do se refiere a la consagración el año 1147. Se entiende Espinosa y Silos. Entendemos que únicamente existe una que tal acontecimiento significa el final de las obras en la coincidencia temática y por contra apreciamos notables parte más importante. diferencias estilísticas que hacen difícil la existencia de Partiendo de ese dato, dado como bueno por la mayor posibles relaciones escolares o de taller. Nos parece que la parte de los historiadores del arte, proponemos la siguien- coincidencia temática obedece a razones culturales y de te cronología: época.

– El ábside debe estar concluido en los años finales del Texto: MIG - Fotos: JNG siglo XI. – El falso crucero, la nave y la portada norte muy bien se pueden datar hacia 1130. Bibliografía – La fecha de 1147 debe corresponder al final de las

obras y para entonces se puede haber concluido hasta la BANGO TORVISO, I. G., 1994a, pp. 129-130; ILARDIA GÁLLIGO, M., 1991, portada occidental. pp. 403-418, 912-914; ESCALONA MONGE, J., 1991, pp. 362-380; LAM- PÉREZ Y ROMEA, V., 1908-1909 (1999), t. I, pp. 476-477; PALOMERO Las relaciones estilísticas, tanto arquitectónicas como ARAGÓN, F., 1993, pp. 169-198; PALOMERO ARAGÓN, F. e ILARDIA GÁLLI- escultóricas, no las vemos con los monumentos cercanos, GO, M., 1991-1992, t. I, pp. 43-44; PALOMERO ARAGÓN, F. e ILARDIA GÁLLIGO, M., 1995, pp. 60-61, 106-109; PÉREZ CARMONA, J., 1959 aunque existan algunas claras con San Pedro de Arlanza, (1975), pp. 17, 20-22, 64-67, 71, 75-77, 87, 88, 94, 104, 106, 129, 135- sino más bien con obras ubicadas en la ruta jacobea y fuera 139, 141, 143, 146, 157, 158, 175, 186, 195, 222, 226; PÉREZ CARMO- de ella. Ello no quiere significar dependencias estilísticas NA, J., 1956 (1986), pp. 18, 32-33, 36, 43-45, 50; SÁINZ DE LA ROMA, de ellas. D., 1974; ZABALZA DUQUE, M., 1998, pp. 132-141. 009. Ausines, Los 22/9/09 12:47 Página 764

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San Quirce. Crucifijo románico

E ENCUENTRA EN EL ÁBSIDE formando parte de un cal- La talla de Cristo nos ha llegado aislada, sin la cruz vario, del que San Juan y María son de cronología (120 × 90 cm). Está directamente apoyada en el muro. No S posterior, góticos. El conjunto ha estado expuesto existe constancia de su existencia en San Quirce hasta la a cambios bruscos de temperatura y humedad, que han década de 1990 y no presenta ninguna similitud con otros producido una fragmentación generalizada, en las distin- crucifijos románicos de la provincia, lo que nos hace pen- tas capas de policromía y el mal estado de conservación de sar en una obra de procedencia foránea. la madera. Está esculpido con la cabeza ligeramente desviada hacia el lado derecho, los ojos abiertos y larga melena tra- bajada en haces individuales, de los cuales cuelga uno a Crucifijo románico cada lado del pecho, dejando ver las orejas. La barba es corta. Los brazos están en la horizontal y las manos exten- didas. Tanto la representación del rostro como de la ana- tomía responde a la tipología bizantina, con el esternón y las costillas marcadas y el abdomen liso. El perizonium pre- senta reborde por la parte superior, por encima del mismo y en la zona central sobresale un trozo de tela rectangular. Es largo, muy por debajo de las rodillas, mostrando una ligera elevación en la zona derecha que permite ver la parte inferior derecha. Las piernas caen paralelas adoptan- do forma tubular. Los pies están separados y se sujetaban a la cruz por dos clavos. Podría datarse en la segunda mitad del siglo XII.

Texto: MJMM - Foto: JNG