Patadita Ligera

Patadita Ligera

Carmen Aleida Reyes Heredia

Colección La Isla del Tesoro

10 Patadita Ligera

DIRECTORIO GENERAL Universidad Autónoma del Carmen

C.P. José Nicolás Novelo Nobles Rector

Ing. Guadalupe de la Cruz Benítez Secretario General

Mtro. Andrés Salazar Dzib Secretario Académico

Dr. José Manuel Pérez Gutiérrez Secretario de Extensión Universitaria

Psic. Juan Manuel Carrillo Secretario de Servicios Estudiantiles

Lic. Francisco Javier Vera de la O. Coordinador de Planeación

Dr. Francisco Javier Ortega Quijano Director de Investigación y Posgrado

Lic. Melenie Guzmán Ocampo Directora de Difusión Cultural

Patadita Ligera

Patadita Ligera

Carmen Aleida Reyes Heredia

Universidad Autónoma del Carmen

Patadita Ligera

Primera edición, 2004

Patadita ligera de Carmen Aleida Reyes Heredia

D.R. © Universidad Autónoma del Carmen Av. Concordia, calle 56, No. 4 CP.24180 Ciudad del Carmen, Campeche, México Tel: (01 938) 38 1 – 10 – 18

ISBN: 968 – 6624 – 89 – 9

Encargada de la edición: Sandra Cecilia Marrufo Trejo Corrección de estilo: Eduardo Martínez Hernández Diseño de portada: Mario Brito

Impreso en México.

Patadita Ligera

Patadita ligera

es un libro escrito con

la sencillez de los

primeros poemas que

pidieron la palabra entre

la magia de una pluma y

un papel.

Patadita Ligera

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PRIMERA PARTE

Este es un breve homenaje al amor, al recuerdo, a la posibilidad de ser feliz.

Patadita Ligera

“EL TIEMPO SOLO, HABLA DE SOLEDAD CONTIGO… MIENTRAS TU SOMBRA DESHIELA LA PESADEZ DEL ALMA.”

Patadita Ligera

Siempre hay un pretexto, mamá, para dibujar tu rostro en las líneas de un poema cuando te escribo algo así:

“La señora de la soledad

hoy ha tejido una sonrisa

que le duró toda la tarde.

La misma, sí, la triste.

Hoy quiso ser feliz

y de paso ha puesto mi corazón a saltar,

a brincar charcos, a cantarle a las ranas.

¡A toda asta ondea su alegría!

La señora de la soledad

hoy luce una belleza entusiasmada…

¡Cómo quisiera quedarnos a vivir

para siempre en este día!”

Patadita Ligera

En otras ocasiones, es tu eterna nostalgia la que guía mi mano y pone a temblar mi corazón:

¡Mamá llora con las manos, con las uñas,

con veinte canas,

con una vieja escoba azul,

con el oído izquierdo

y la narina derecha.

Llora con un cuchillo afilado como mi alma

después de las 12:00 p.m.

Con un vestido largo y dos bolsillos al frente.

Con un billete doblado entre sus dedos.

Mamá sigue llorando con la cuchara

mientras cocina,

con una voz descuartizada,

con el “buenos días”,

Patadita Ligera

con la basura que amontona en el camellón

antes de las 20:00 horas.

Llora de una vez por todas.

Con la sonrisa, con la mirada seca,

la palabra caída hasta los pies,

porque también con los pies llora.

Con los muertos ajenos, con su muerto,

con sus vivos; llora toda su vida

en un segundo,

mamá llora sin lágrimas,

porque eso sí,

ella llora con todo… menos con los ojos”.

Patadita Ligera

Es maravilloso no haberme quedado flotando en el tiempo y el espacio, sin forma, sin esencia. Conocí el cálido océano de tu vientre y nadé en él mientras me enamoraba de tu voz y tus cuidados; y ya desde entonces, supe de tu melancolía; hurgando en ti, hallé poesías y cantos cautivos. Los enredé en mi alma y los traje conmigo para cantar por ti esos poemas que los atardeceres te inspiraban.

Lee éste que encontré una noche que estabas desvelada:

“Corazoncito tierno,

patadita ligera,

hoy te cuento que la luna

se puso el vestido más amarillo que tiene.

Te manda un beso trenzado

en la cola de un cometa.

Te lo doy con esta caricia

de mi mano (la que no escribe),

trocito de mi alma

respira mi aliento mientras duermes.

Patadita Ligera

Le pedí a la luna

coloque en tus ojitos

el color que tiene cuando está llena.

Shht. No despiertes.

Sigue soñando, patadita ligera”.

Y yo pensaba:

“Mamá no sabe

que las noches de desvelos serán mis preferidas”.

¡Gracias, Mamá, por darme calor en tantas noches frías! Por enseñarme a vivir sin imponerte. Por esa mano que siempre has tendido como mágico puente hasta mis inquietudes. Gracias por necesitarme y hacerte necesaria.

Porque te elevas como un avión cuando crees que me has perdido. Pero, no. Si hay alguien que me tiene segura, para siempre en su amor, eres tú,

Mamá.

Patadita Ligera

CUANDO A SOLAS DESNUDO MIS HERIDAS…

Las luces por mis manos expiran.

Ellos duermen.

Pienso de nueva cuenta

en los días infantiles

enmarcados ahora por mi angustia.

El llanto desoído

huía como loco del encierro

y en mis pies terminaba su aventura.

De mi padre recuerdo tantas cosas.

Las noches largas sin él,

mi corazón de niña amedrentado

ante la oscuridad y el silencio.

El alegre regreso a casa

y el beso acostumbrado en su mano

Patadita Ligera

(inexistente ahora).

Ya muchas veces

he sorprendido su tristeza

invadiendo la tarde incontenible.

Acude a mi madre.

Juntos iluminan el ángulo

en que asomo a verlos.

Cerca de mí ahora duermen,

quizá sueñen con sus hijos esta noche

y vacíen al aire su ternura conocida.

La reina luna enciende su semblante

mientras pido a Dios que me despierten

sus voces amorosas

en canto al nuevo día recibido.

Patadita Ligera

ESPERO QUE ESTE POEMA ALEGRE TU SOLEDAD…

RAUL,

tu nombre sigue escrito

en el libro del recuerdo,

ahí mismo donde lo dejaste al partir.

Mamá aún sueña contigo

como cuando eras un angelito

dormido entre sus brazos

y repasa uno a uno

todos los días que estuviste a su lado.

Este poema lo escribo

para que nada ignore la fuerza

de la añoranza,

el miedo que envías desde tu soledad,

Patadita Ligera

desde la mirada que tu foto

describe solitaria, abandonada.

Raúl… siempre mi hermano

en el afán de hallarte,

en el soliloquio de la esperanza

abatida nada más por tu ausencia.

Los ojos de Papá mueven las nubes

cuando quieren contarte una injusticia,

los niños de la casa hablan de ti

como de un héroe de película

y en mi corazón tu sonrisa

ondea a toda luz y a toda lágrima.

Escribí este poema para que sepas

que comparto tu soledad

y quisiera alegrarla un poco.

Patadita Ligera

TRISTE RECUERDO... (A mis primos Rubí y María)

Tú como ella hoy eres

descansado viajero de la vida,

¡ah, no abras los ojos!

deja dormir mis días.

Imagino tu miedo en aquella hora,

¡cuántos fantasmas locos poblaron

tu cabeza!

Nunca mi sentimiento te negará una rosa,

añorado de mis tardes, hay gente

que te nombra.

Tú como ella esperas la voz dulce y divina

para agitar tus brazos inyectados de vida.

Solo, muy solo en el mundo extraño,

Patadita Ligera

nada más el recuerdo vela tu sueño

solitario.

Allá, en las casa sin luz

tu morada es llena en flor,

ella junto a ti reposa

y ni una rosa perfuma su amor.

Así ha de ser... perdona los días

que de tu jardín tomo gardenias

para llevarle a María.

Tú como ella habitas el tiempo sin horas,

el día sin ti parece lo que sin ella es:

Anhelo infinito de acortar el camino.

Patadita Ligera

DELIRIO...

Amor mío.

De nuevo acompañas mi lamento.

Intrigante camino

estoy siguiendo.

Viajas en el cosmos.

Alzo los brazos

y rescato

tu empolvado acento.

Mío.

Amor frágil y mío.

Callado como un muerto.

Hecho con voz de muerto;

imaginado y frío.

Patadita Ligera

Eres el compañero mudo

de todos los inviernos

desde aquel invierno.

¡Se secarán tus alas

en ese cuarto oscuro

que decolora el tiempo!

Amor mío.

Adormecido y mustio.

De nuevo estás aquí

con tu misterio.

Alejándome el mundo.

Patadita Ligera

MIENTRAS ESCRIBO ESTE POEMA LLUEVE...

Los abuelos bien educados

murieron primero que sus esposas,

agotaron fuerzas en hacer hijos

que les supieron llorar a la hora necesaria.

Abuelito Francisco no pudo conocer

la cantidad de nietos que tendría

pues él murió cuando mis años

eran nuevos en el calendario del destino.

He llegado a conocerlo un poco

por los labios de Mamá o de Abuelita,

a la ancianita los ojos aún se le acobardan

cuando recuerda a su querido viejo.

Fue muy bueno dicen los paisanos,

moreno y alto como los postes de luz Patadita Ligera

que en un principio había en el pueblo,

cariñoso con los niños

y gordo de respeto por la gente.

Nunca insultó a la Abuela,

ella cuenta entre añoranzas

arrugadas a su lado.

La última noche lo encontró sereno

sabiendo que el día siguiente marcharía con él.

Siempre digo que haberlo conocido

sería el orgullo más grande que tendría.

La otra cara de la moneda

(y no por eso menos extrañado)

es el abuelo Baltazar,

de corazón rebelde, macho de tradición,

daba a su mujer los tratos que se le dan

a las hembras, Patadita Ligera

educado por la vida muy a su modo,

muy a su capricho de hombre

celoso hasta del viento que pasaba

preguntando si había intimidades que llevarse.

El mismo me narró algunas veces

cuando ya la vejez lo apuraba a buscar compañía

aquellos amores prohibidos

ganados a la suerte

(hablando de ésta, no sé decir

si era buena o mala),

en tanto, abuelita cocinaba soledades

y bien se acostumbraba a todo eso.

Los ojos del abuelo

se gastaron antes de lo deseado,

mucho antes de que nacieran algunos

de sus bisnietos,

Patadita Ligera

entonces, con las manos los veía,

su bondad de anciano lagrimeaba

cuando ya su carácter duro

era blando de enfermedades y carencias.

Lleno de santos y de vírgenes

aprendió a rezar todas las noches,

todos los días y todas las mañanas,

conociendo a Dios en la boca de aquel cuarto

oloroso a Vaporub, a medicinas y calores.

Salió un día de casa

y murió en un hospital costoso

donde prefieren almacenar cadáveres

a perder el alto honorario de la ausencia.

El beso que le di, una sonrisa desde lejos,

mis ojos piloteando sus miedos

para que su ancianidad poco disfrutada

Patadita Ligera

no anduviera sola esos parajes.

Mis abuelos dejaron dos viejitas

benditas como el pan de cada día,

sorbo a sorbo, deleitándome, escucho sus platicas que llevan,

creo más de setenta años encima.

Una es alegre como fiesta de cumpleaños,

inquisitiva, observadora,

paseando un pueblo descalzo en la sonrisa.

Mi otra abuela, en cambio,

es seria y amorosa,

huele a conformidad bien aprendida,

como sabe leer, al morir su madre

lo único que pidió de ella

es un libro de oraciones

acostumbrado ya al calor de sus manos,

Patadita Ligera

a la fuerza de sus ojos,

al manantial de amor que resbala de su alma.

En quiero alimentar mi credo,

llenar de conmoción mis apatías

para abordar el huracán valientemente

en ese viaje que vivir impone.

El agua pasa corriendo por el patio,

las nubes siguen insultándose unas a otras.

mientras recuerdo a los abuelos

el cielo se acerca tanto a la tierra

que sería posible

colocarle más estrellas a ésta noche

apenas asomada entre la lluvia.

Patadita Ligera

ABUELITA AHORA ESTA ENFERMA...

Si, porque esto de la vejez

es un mal incurable para quienes

erigen pocas primaveras en las manos.

Vaya que es un lío,

cosa de lamentarse la pesadez

de su cuerpo, lo lento de su andar.

Vaya que cansa su cuidado,

su figura desdibujada

en la triste penumbra de la vida,

de verdad se encoge la paciencia

y se hace chiquita, casi nada,

si se nos va de los ojos la ternura.

Porque sólo el amor,

más allá de sus fuerzas

Patadita Ligera

tiene cura a su padecimiento,

a la anemia de su corazón, a la reumas

que inutilizan los pasos de abuelita.

Patadita Ligera

NO RECUERDO LA FECHA EN QUE LLEGASTE (Martes 24 de junio de 1997)

Pero éste día, así, sola

como acostumbrábamos dejarte

moriste...

y la ternura de tus ojos

se fue al cielo, IBIS.

Patadita Ligera

A MI LORO, A MI PERRO Y A MI GATO.

Los hice míos especialmente en este poema,

en realidad pertenecen al patio,

a la cocina, a la casa,

al escándalo de sus necesidades ignoradas.

Pepe, es el nombre humano

que le pusimos al loro,

se liberó de la jaula cuando su compañero

(tal vez era compañera)

se entiesó en medio de ella

y ya no tuvo con quien jugar en el columpio.

Pepe habla poco y silba mucho,

anda de callejero todo el santo día

con su plumaje recién lustrado

por la lluvia o el sol,

cuando siente hambre picotea lo que encuentra Patadita Ligera

aunque sean los dedos de mamá

o la miseria expelida por el mundo.

Muchas veces, la noche lo sorprende

espiando a los vecinos desde el techo

o el árbol que esta junto a la barda,

amanece epiléptico y resfriado

pero lleno de picardía en la mirada.

De los tres es el preferido

sonriendo insistente a mi tristeza.

Al perro le llamamos oso

aunque no tenga de estos

ni lo grande, ni lo blanco, ni lo hermoso.

Suelta más pelos que las nubes de agua

mientras persigue soledades

que los hombres arrastran como cola,

pasea sus feos olores

Patadita Ligera

poniendo de pésimo humor al olfato

o se echa a un lado de la mesa

en aguda observación de moscas.

De todos los perros vistos

es el que más ha durado en casa,

es viejo de cuidados,

sabe bien donde empieza la calle

y no se va detrás de los traseros de las hembras

más allá de una cuadra.

Oso es un perro de mirada recelosa,

le huye al agua como al mismo diablo

y ladra al eco de su abandono

mientras las garrapatas meriendan en sus orejas.

La gente que lo ve le tira lástimas,

casi nunca un hueso o una caricia,

le ahuyento de mi lado y busca

Patadita Ligera

alojo en un resquicio del silencio.

El gato por su cuenta,

es un fastidiador de ánimos

o de plano provoca que me ría

viendo como me acosa en las mañanas

con el hambre maullando a mi conciencia.

A todos nos dio flojera ponerle un nombre

y se le llama de distintos modos,

que más da, es sólo un animal extraño

según algunos tontos

espantador de buena suerte.

Simplemente un animal, aunque eso,

es cuestión de actitudes en la vida

y ni el hombre escapa de serlo.

Llegó para matar ratones el bendito

pero ahora se conforma con las tripas

Patadita Ligera

de los pollos.

Ha enflaquecido como el futuro del país,

como la paz bebida a sorbos incompletos.

Busca rincones para llorar

no muy lejos de la cocina,

se rellena de cansancio, de flojera,

aburrimientos que le hacen dormir todo el día.

Ellos son los animales de la casa

con quienes comparto este mundo metafísico,

entre tantos que razonamos por obra

del buen Dios que está en el cielo.

Observadores leales del trabajo

que cuesta un poco de pan y esperanza,

a mi loro, a mi perro y a mi gato

sólo les falta hablar, el corazón lo tienen

en mejor sitio que otros.

Patadita Ligera

Patadita Ligera

SEGUNDA PARTE

No es necesario escribir aquí tu nombre.

En cada poema

lo canta nuestra

vieja historia de amor.

Patadita Ligera

VOCES DEL CORAZÓN…

¿Has visto mi corazón rondando tu alma?

¡Es tan cierto el amor!

Por ti lo siento, oprime la razón

devorando lentamente mi pecho.

Yace a tu lado, gime contigo.

Aromas mi ilusión con tu presencia,

ilusión eres tú que así me ignoras.

Pasas por mi desconociendo

mi dolor sin alas.

Soy en tu espacio estrella sola,

luna estéril y pálida.

¡Oh, Dios…

despoja el cariño que me ahoga,

sáciate de amor en mis extrañas!

Patadita Ligera

ERES COMO EL CIELO…

Permanezco aún inerte y acaso

arcillada mi mente atraviesa tus ojos,

germina el dolor al presentirte en fuga

esquivando la sima de mis sueños.

Acelero el paso del silencio,

hallo más alta tu mirada honesta.

Mi corazón espera que le cantes

algo así parecido al horizonte.

Hostigador secreto entre los dedos

enciende lámparas y sube

a donde nadie comprender podría

las ansias florecidas de quererte.

Tremulenta, la razón afloja riendas,

me hunde más y desconozco el fondo,

Patadita Ligera

martirizante carrera comenzada

buscando aquella luz de tu sonrisa.

Eres como el cielo y yo conservo

tanta arena en el alma que sería

imposible juntarnos y besarnos

enloquecidamente las entrañas.

Pero te amo, discorde de la suerte

que me ata al lado opuesto de tu orilla,

ríos tengo, mas no serán tus besos

las hojas esparcidas en sus aguas.

Me anudas sin saberlo a tu cintura

arrojándome al ojo del insomnio,

cruces de fuego el firmamento hereda

sonando en mi como tambor de muerte.

Se descongela mi mirada

Patadita Ligera

en ese claro de tus ojos puros,

pasa la tarde azul con tu inocencia

moldeada al cielo en extensión sin mancha.

Celeste amanecer de los espejos

que trizados ante mi se desconciertan

por la idea tenaz de desbrindarte

encadenando mi espectro a tu naufragio.

Mientras corre tu tristeza al margen

inconfundible y gris de la nostalgia

multiplicados reviven los infiernos

ante lo inútil de mi voz en tus espacios.

Bien podría destorcer ese camino

que lleva mi viaje al devaneo,

mas aunque fuera menos áspero el ropaje

jamás ha de vestir tus besos.

Patadita Ligera

Eres como el cielo y se tropiezan

en amenazador escándalo las ansias,

apártate de mí, aún no entiendo

como he podido mantenerme inmóvil. Patadita Ligera

PARA DECIRTE QUE TE AMO…

En esta inmensidad te recuerdo,

ruedan fatigados días

arrastrando palabras.

Hojas secas caen estrepitosamente

desde mi voz oscura a tu tiempo ocupado.

Mil caminos avanzan cargando tus misterios.

Lejos andan tus soles, van distantes

tus besos.

Mi anhelo está zumbando recio

en pos de tu miel,

frases desmadejadas, desordenadas, locas.

Ultimátum para esta hora,

hora de la canción sin fe.

Voz condenada al vacío, Patadita Ligera

el eco tiembla y huye.

Yo, solitaria barca en océano de rezos

en esta inmensidad te recuerdo.

A veces en el espacio, mis ojos,

alas nostálgicas, soplan tu soledad

para que sepas que te amo.

Patadita Ligera

EL DEBER DEL AMOR…

Vacilo, titubeo y busco tu figura ausente

en las cortinas y pasillos,

enmohecidos me sorprenden.

Abro las manos, descubro tu piel

en el aroma que percibo.

Enredo los pasos,

en cruces vuelo hacia ti.

No hay seguridad, pero tu voz impulsa

hasta los miedos.

Si decaigo, recuerdo tu sonrisa

y la búsqueda se vuelve misión

de vida o muerte.

Patadita Ligera

EMOCIÓN EN AUMENTO…

Húmedo mi corazón como esta calle

donde vigilo el paso de la noche incierta,

el sentido se enganchó de algún lucero

por eso ahora viajo en la locura y el olvido.

Esta tarde has estado a un paso de mi extravío,

temí perderme en tus ojos traspasando tu encanto.

Tus manos cayeron en mis hombros

con esa suavidad que me estimula,

así rozas mis manos y yo siento

que el mundo entero va a pertenecerme.

Patadita Ligera

JULIO Y AGOSTO ME VERAN MUY TRISTE…

Porque te vas y el color de la alegría

adelgaza inconforme.

No tendrá compañía la locura

de ir por la calle despojando anhelos

con la mirada bien puesta

en el contorno suave de tus labios.

El vientre del destino

escupe tu pronta despedida

haciendo más cruda la realidad

que se vive lejos de ti.

Julio y Agosto asoman avergonzados

desde que saben la falta que me harás

bien seguros del frío que habrá

en el espacio que abandonas. Patadita Ligera

Julio vendrá con su feria empobrecida,

con su bullicio burlón,

el horizonte amarilleando nostálgico

regresará palabras que querré enviarte

para que no estés triste o no me olvides.

Desde hoy, la añoranza sacude

en espasmos continuos el corazón,

mi ser de trazos débiles

quebrándose hacia el pesar

de no poder entusiasmar al verano

con nuestras almas cómplices,

borrachas en la fiesta del amor.

Patadita Ligera

Porque el amor será en Julio y Agosto

la lluvia que andará resfriada

en la Playa del Norte de esta ciudad

inútil

que no sabrá de ti en sesenta días.

Patadita Ligera

LLOVERA EN LOS DIAS DE TU AUSENCIA...

Será un verano del 95

impregnado de olores y recuerdos

con los que iré a llevarte cabizbaja

mis decadencias de loca.

Habrá furia en el corazón del viento

único mensajero de la ausencia

que en lluvias me será concedida.

No podré presentirte feliz

entre los nubarrones del desánimo,

chubascos de lágrimas

caminarán descalzos por el cuarto

llenando la soledad de muertes,

peleando con la insistencia

de ir por ti todos los días que se viven. Patadita Ligera

Dormiré sobre miedos acalambrados

esculpidos en cada poro abierto

por las manos maestras del destino,

perfectas creadoras de esta mala suerte.

Pronto vendrá la distancia

a buscarte en su nave melancólica,

pronto tus ojos volarán

al otro extremo del mundo

mientras siento que el cosmos de este lado

se vacía de enojo y de silencio.

Será el verano un tropiezo constante,

viejo amargado orinando certezas

de no tenerte a mi lado.

Patadita Ligera

No podré darle tu alegría recién nacida,

los calores de tus manos

fundiéndose en el fuego de mis brazos.

Despertaré dolida

porque en las cobijas del sueño

recorreré planetas angustiados

y la noche nada dirá del reencuentro.

Estaré siempre aquí,

bebiéndome el verano lluvia a lluvia,

apurando el vino amargo de las horas

hasta que un día te devuelva la distancia,

esperando el ómnibus del tiempo

que ha de traerte a la estación del alma

antes de que el verano se despida

con sus miserias y su muerte segura.

Patadita Ligera

IGNORANCIAS DE UN CORAZÓN ENAMORADO..

No sé que decir de la soledad

a este color oscuro de la noche.

Quisiera empujar el sueño hasta los ojos

y no verte más en el umbral de la locura

acomodándose valiente ante mi.

Envenena el sabor de la vida

desde que no saben traerte las horas

consigo.

Oigo escándalo de perros furiosos

lamiéndole la espalda al infortunio.

Vuelve a mi desde la buena suerte,

arómate los labios de sorpresas,

cambia este paisaje moribundo

que insulta el deseo y la sonrisa.

No enamores más Patadita Ligera

con tu ausencia bien vestida

el frágil sonido de la noche

porque puedo despertar llorando

enferma de olvido para siempre.

El viento pasó presuroso por la casa

y la esperanza gimió pidiendo verte,

besar silenciosa tu mejilla

con los atavíos del recuerdo.

Curiosas,

las estrellas interrogan al cansancio,

mi corazón impaciente desconoce

como pueden regresar al firmamento

sin tropezar con lo negro de la pena.

No sé que decir de la alegría

si en este cuarto desahuciado

tu sombra se sienta a la mitad del sueño

atareada en mantenerme los ojos bien abiertos. Patadita Ligera

EL SONIDO DEL SILENCIO...

Es una espera arrellanada en los sillones,

en el frente de la tarde saluda

prisas que van cargando los transeúntes,

mata mosquitos salidos del infierno,

cose distancias para que nos acerquemos

y se atraganta con lo duro del fracaso.

Es un bosque donde juegan al escondite

las bondades del destino,

una mesa donde el amor se baraja

entre copas espesas de amargura

y maledicencias que se levantan temprano

a molestarnos.

Esta hora de muerte que padezco

en franca inconsistencia,

Patadita Ligera

barriendo como loca las entradas posibles

para que encuentres orden en la estancia.

Pero no hay novedad en la rutina

de esta espera que empieza a amedrentarse

cuando escupe el espejo

la cara más anémica que haya visto nunca.

El sonido del silencio

es el bullicio donde escondes tu sombra

para que no te alcancen mis pobrezas,

el humor envenenado

bebido todos los días por el corazón.

La promesa que ríe de a mentira

igual a un adulto anclado a la mitad

de su vergüenza.

Somos tú y yo caminando a tientas,

pisando obscenidades de la vida, Patadita Ligera

creciendo a destiempo en tanta sucia suerte

con el alma arropada en desaliento,

en las almohadas malolientes de esta espera

que no ha podido darte la bienvenida.

El sonido del silencio cada día

es el ruido ensordecedor con que el mundo

espeta que también hoy las avenidas

escoltarán tus pasos lejos de mí. Patadita Ligera

SENSACIONES...

Esta nostalgia que a veces llega

como la nota más triste

de la más triste canción,

hace en mi alma un sueño moribundo,

lento mundo giratorio en torno a mí,

cercándome.

La nostalgia adormece, encadena

a la soledad, a un mundo aparte,

es el fruto amargo del amor.

Es llovizna que cae desde las horas

primeras hasta las horas últimas,

se siente en el atardecer,

se ve palpitando en las nubes,

se oye cantar en la lejanía. Patadita Ligera

La nostalgia trae sensaciones

que culminan en lágrimas,

las sensaciones del amor se recuerdan

con nostalgia.

Es la puerta que se abre,

es la puerta que se cierra.

Es soñar antes del amor,

es llorar después de amar. Patadita Ligera

LUZ, OLVIDO...

Fuiste luz, el sol era ceniza antes de ti,

bebe en ti el aliento de fuego que te abraza

y se prende sin lástima.

Luz marítima, fuiste guía y amante

de sirenas cantantes, luceros cansados

explotaron queriéndote.

Fuiste luz.

Mi luz contemplándote expira.

¡Ah, ya no sé los seres que a tu paso

se olvidan!

Patadita Ligera

TRISTE...

Y tú fuiste quien dejó en mi alma

este semblante triste.

La playa, nuestra denuncia,

aquel viaje cargado de pena.

Y fuiste tú, el corazón amado,

quien sopló la pompa de alegría

y despojó la paz del astro

en que flotaban mis ansias infinitas.

Triste, muy triste.

Sería bueno olvidar lo que fuiste

para no estar tan triste.

Vacilan los afectos y tiembla el regazo

lloroso por la espera.

Triste quedé de ti.

Si bien lo pienso

sólo tú podías darme esta tristeza. Patadita Ligera

ADIOS CIELO AZUL...

Preguntan por ti mis alegrías,

mis anhelos callados.

Preguntan por ti y yo digo:

“Bajo un cielo azul está volando”.

Pregunta el insomnio de mi noche

lo que hacen tus ojos,

mi alma trémula contesta:

“Sus ojos hoy están de fiesta

y de derroche”.

Pregunta la tarde tristemente

si algún día volverá tu luz.

Mi corazón adolorido dice:

“Retornará un buen día

cuando le diga adiós al cielo azul”. Patadita Ligera

LUNES AMANECIO DOLIÉNDOME EL ALMA... (Lunes 03 de febrero de 1997)

¿Quién me compra el pasado

para quedar vacía de recuerdos?...

Era el ruido en el mar, la tarde loca,

la muchedumbre sudando calenturas,

tú el punto luminoso

donde todas las miradas convergían.

En tu ritmo, una manzana peligrosa

se agitaba con furia, con ausencia

porque en el opio de tu mirada

el viaje se hacía interminable.

Sigue viajando, príncipe de la niebla,

el tren de los fantasmas no se detiene,

ovíllate en el último vagón,

Patadita Ligera

abraza el esqueleto de tu sombra...

si lo hallas, si no ven a buscarme.

Dime que tienes frío y quédate

espiando la noche desde mis cobijas...

Al amanecer si está lloviendo

caducaré por darte el calor que me queda.

¡ah!, se me olvida...

en tu bolso estarán intactos tus cigarros,

la canción que te habla de un ángel sin paraíso.

Me fumaré dos o tres meses más de recuerdos

para que no estés solo...

para que sepas que siempre estoy contigo.

Patadita Ligera

ES MIÉRCOLES LO MISMO DARIA SI NO LO FUERA… (Miércoles 12 de febrero de 1997)

Porque anoche, entre tanta gente

no encontré tu rostro para darle al corazón

el martillazo de la alegría.

Porque anduve de puesto en puesto

comprando chucherías

(que en realidad eran esperanzas)

para ver si en una de esas

un accidente del destino

hacía que tus ojos encendieran nuevamente

la lámpara agotada del ánimo.

pero no hubo nada, no pasó nada,

todo lo que miraron mis ojos

fue motivo de lágrimas.

Patadita Ligera

LAS NOCHES DESDE QUE NO ESTAS...

Beben orines de los borrachos,

se tumban a dormir en las aceras

apostando a que otra vez mis pasos

regresarán a casa sin ti.

Se alimentan de burlas a mi causa,

roban impunemente el sueño de mis ojos

mientras en el raquitismo de mis manos

tu recuerdo deshila esperanzas.

Patadita Ligera

HAMBRE DE UN TIEMPO EN TRISTEZA...

La bestia que soy, la que dejaste crecer

y luego abandonaste, hoy te reclama

confundida y más crecida de amargura

por lo imposible de tu regreso.

Por eso detrás de su docilidad

se come sola, se multiasesina,

cuando la luna es llena se desata

su locura irremediable y grotesca.

Entonces se le ve corriendo

de un lado a otro

mostrando sus filosos dolores

anudándose en el alma

la memoria que te invita

a su festín de sangre y llanto.

Patadita Ligera

En la mesa de honor yaces ignorante

del peligro que corre el recuerdo obeso

en el que te inflamas triunfante

como un globo aerostático,

porque el hambre que convulsiona

mis entrañas,

en este tiempo tristísimo,

bien puede provocar que engulle al mundo

de sólo una dentellada.

Patadita Ligera

EN EL JUICIO FINAL...

Sabe Dios cómo le harás

para justificar tu participación cruel

en el asesinato de mis ilusiones.

Patadita Ligera

ESTA LLOVIENDO EN LA TARDE...

Puedo decirte hoy, te extraño,

y estar contigo sin saberlo.

Abrir la cortina del tiempo,

tocar mi juventud tal vez ya vieja, no sé.

Quizá el resabio del dolor

no fue tan agrio para cansarla pronto.

Juventud detenida en sus primeros años,

recién nacida al beso.

Canta como una monja

desde la hora triste hasta el regreso,

parada sobre el muro del silencio.

Hoy puedo verte feliz

y llorarte la alegría

con los ojos cerrados. Patadita Ligera

Besar el lienzo de tus manos

y dibujarte una caricia

el pincel de mis sueños, sin tocarte.

Hoy puedo ver recargada en tu hombro

la luz de otra esperanza

y no sentir mi carne blanda

a punto de la muerte, expandiéndose.

Un suspiro nada más y el abandono,

un suspiro podría reducirme a suspiro.

¡Ah, nervio encendido del llanto!

Vacías el olvido y me llenas de tarde,

la tarde va pariendo recuerdos

¡abandonados hijos de mi vida!

Hoy puedo mirarte

y pensar que he muerto

abrazando la ilusión. Patadita Ligera

Está lloviendo hoy,

está lloviendo en la tarde

desde mi corazón.

Patadita Ligera

SE FELIZ...

No te deseo la locura

ni el tormento del olvido,

deseo que tu camino

luzca quietud y frescura.

Libre transita el sendero

que para ti floreció,

yo bendeciré tu amor

con la gloria de mi anhelo.

Y cuando el sol te acompañe

coloreando tus mejillas,

amante fiel, de rodillas

pido tu dicha inefable.

Si me ves entre la gente

sin congoja ¡huye de mí! Patadita Ligera

y por mi bien ¡sé feliz!

para morir sin pendiente.

Porque adorándote así

mi único afán en la vida

es no mirarte la herida

que me mata ¡sé feliz!

Patadita Ligera

NO HAGAN CASO A ESTE PESIMISMO...

Cuando la noche parece día

la sombra de cualquier cosa

me acompaña.

Puede ser una taza sin café,

una lámpara que asoma a ver

que escribo,

la vieja canción de cada noche,

el insomnio mismo

con que lamento mis ojeras diarias.

Algunos crecen hoy

justo en la orilla de mis ojos.

Al borde de las aguas

que brotan de mis sueños

intranquilos.

Hoy no duermo.

Hoy he vuelto a recordar que existo. Patadita Ligera

SENTIRSE TRISTE NO ES LO MALO...

Tomo entre mis manos el sol,

lo oculto lejos del horizonte.

La noche diminuta es como un perro

ladrando su dignidad pisoteada.

Aúllan las vaciedades

embodegadas en el alma.

Sigo siendo quien muerde el eco

hasta hacerlo callar.

Nada debe lamentarse.

Nada es malo.

Ni siquiera el sentirnos tristes.

El sentirme así.

Como único animal en el planeta.

Patadita Ligera

NADA NUEVO AQUÍ... (Viernes 09 de marzo de 1999)

Los fantasmas siguen bailando

ante mis ojos, sobre mis ojos,

comiéndose mis ojos lentamente,

arañando las orillas del sueño

en que ahora habito.

Tranvía de la ilusión...

¿Por qué me abandonaste

en esta estación fría?

¿Por qué pasaste y silenciaste

tu fiesta de silbidos?

¡Oh, Dios... no me di cuenta

que se me iba de las manos el mundo!

El mundo eran sus ojos claros, limpios, Patadita Ligera

su risa sin memoria,

su piel recién heredada del alba.

Nada nuevo aquí, sin él...

es viejo el recuerdo

y es viejo el amor.

El mundo está ahí afuera

con sus ojos, su risa y su piel,

pero yo estoy aquí, adentro

sin su amor...

con este amor viejo,

como en una tumba anticipada.

Patadita Ligera

RIMAS DEL ADIOS... (Domingo 18 de abril de 1999)

Hoy platiqué con la noche

de tu vida y de la mía.

Si vieras cuánto ha dolido

lo que la noche decía.

La mano del viento daba

golpecitos en mis sienes

y tú en mi pecho girando,

ni te vas, ni te detienes.

Amor de ayer, ya no quiero

que en esta hoguera infecunda

se haga eterna la condena,

ve que mi herida es profunda.

Aléjate amor del aire, Patadita Ligera

vete igual del pensamiento,

dame un respiro que tengo

muy gastado el sentimiento.

La noche lo dijo todo,

la noche nunca me miente,

ahora sé que mi tristeza

tu corazón no la siente.

Déjame dormir tranquila,

noche, arrúllame en tus brazos,

rompe sueño, de aquel sueño

ya para siempre los lazos.

Mañana que nueva vida

me de cobija en su nicho,

olvidaré, sin ambages

lo que la noche me ha dicho.

Patadita Ligera

TERCERA PARTE

A ti, M. Q. C.

Simplemente gracias

por devolverme al mundo de los vivos.

Patadita Ligera

¿SERAS MI AMOR?

¿Serás quien se conduela

de mis penas cuando la vida

me reclame lágrimas?...

¿Serás el eco fiel

de mi sonrisa?

El anhelo infinito

que me duerma

mientras el viento suave

canta la paz del sueño...

¿Serás el descanso

de la tarde

junto a la hoguera

en el invierno?...

¿Me besarás los labios Patadita Ligera

con el pudor incierto

de un sincero amor?...

¿Verás en mis canas

la conmovible ternura

de mis años, ya viejos?

En la hora última del sueño

como el aire en la noche

¿me cantarás el perdón de la

vida, me cantarás la muerte?

Dulce cariño... ¿serás mis alas,

mi luna, el manantial de mis ojos?

...¿Serás mi amor?

Patadita Ligera

CIUDAD DEL CARMEN AMANECIÓ RESFRIADA.. (Lunes 19 de abril de 1999)

Ha dicho Albores que la mañana

es perfecta para seguir durmiendo.

Me ciñes sin saber que son tus brazos

mi collar preferido.

¡Ah, tú ignoras este juego romántico!

Sobre la nieve de tu piel esquío

enamorada, sin poder decirte que te amo.

Llego al trabajo. Lo primero que veo

es mi corazón enganchado a un árbol,

como en una mecedora espía tu sonrisa

que siempre ocurre en dirección

opuesta a mí.

Patadita Ligera

Escribo tres garabatos y tres de tus

dedos incendian mi espalda.

Cuánta humedad hay en la niña de tus ojos,

cuánto mar veo dentro de tus ojos.

Eres como una isla, rodeado de palmeras,

ejerces en mi un hechizo de sirenas.

¿Sabes cómo te quiero?...

Sonríes y la ciudad se mece

como una enorme hamaca puesta al sol.

Patadita Ligera

ESCUCHA ESTE PEQUEÑO SECRETO...

Sabes,

mis sueños se han bebido

el agua de la luna.

La luna hoy está

vacía de sus sueños.

Mis sueños están llenos

de agua de luna,

de mar de luna,

de océano de luna,

se establece

en mi corazón

para señalarme

que hoy también

te amo. Patadita Ligera

Con claridad de agua,

profundidad de mar,

este amor oceánico.

Patadita Ligera

CON TUS OJOS DE ROSA...

Me enamoraste,

como no queriendo hacerlo,

como un pillo sin ley

desobediente al destino.

En complicidad con tu mirada

la mano del amor tocó mi pecho,

muy suave, como un gato cariñoso.

Por eso, las calles del pueblo

se hacen elásticas

para que siempre

podamos encontrarnos

y abrirnos el alma a besos.

Me enamoraste,

con la prontitud de la mañana,

Patadita Ligera

con el jardín de tu rostro,

con tus labios de amapola

y tu mirada hermosa.

Amor pillo,

cuando cierras los ojos

parece que se desgranan

los pétalos de una rosa.

Patadita Ligera

MAÑANA...

¿Por qué no puede ser ese mañana

en que habré de mirarte nuevamente,

por qué no son aladas las horas

cuando de ti estoy lejos?

Mañana será día de fiesta.

Tu sonrisa cazará mariposas

y mi boca tus besos.

Si el día pudiera consumirse

como un pastel y el vino,

si este cuarto pudiera trasladarse

hasta tu casa

o tu casa a mi cuarto.

Si el viento fuera mis manos

no estaría aquí,

Patadita Ligera

estirando y encogiendo la memoria,

limpiándole la melancolía

a los espejos

para no verme triste.

Se me ocurre recortar

de las revistas de espectáculos

sonrisas de artistas

y pegarlas a estas paredes

que chorrean soledad

hasta de los contactos de luz.

Y todo porque a este día

le sobran horas sin ti.

Patadita Ligera

ALGUIEN SECUESTRO AL SOL... (Lunes 10 de mayo de 1999)

Le quitó los zapatos a la noche

en una de sus tantas borracheras.

Alguien estiró mis orejas

y repartió mis secretos entre los pobres.

No te fijes si estoy desvanecida

y mi corazón anda con muletas.

La tierra fue sacada

de su órbita

y es sólo una canica

disparada hacia mi frente.

Soy el blanco perfecto

de esta luz que se pudre sola

y se mal estaciona en los callejones. Patadita Ligera

Tus besos vuelan por la ciudad

paseando horas desocupadas,

tu boca es un desperdicio

lejos de la mía

El amor me observa de reojo

sabiendo que no sirvo

para esta tarea de extrañarte.

Alguien se llevó esta isla

al Polo Norte

y tu estás en el Polo Sur...

Mi alma es un barquito de papel

varado sobre un témpano de hielo.

Patadita Ligera

LA MAÑANA DESPERTO FRIA...

Con sus dedos fríos toca mi piel,

me levanto con tu nombre a toda asta

para conmemorar mi amor por ti.

Mientras dormía

las calles hicieron el amor

con la lluvia,

el amanecer las sorprendió

todavía húmedas.

La mañana se ha salpicado de nubes,

imagino que pudieras estar aquí

para contarlas,

para que acomodes tu calor

sobre mi frío sísmico

y volver la mañana encantadora. Patadita Ligera

El aire es una avalancha de recuerdos,

ya tus labios, ya tus ojos,

ya tus manos,

ya es tu cuerpo el aire que me abraza.

Labios dulces,

ojos limpios,

manos suaves,

cuerpo blanco y delgado,

mis alas te circundan

mientras las nubes bostezan hielo

y es más fría la mañana.

Pero estás aquí,

con tu calor virgen

y tu asombro matutino,

llegas a conmover el tiempo

Patadita Ligera

que pasa lento

para poder saborearte la sonrisa.

Labios dulces,

ojos limpios,

manos suaves,

cuerpo blanco y delgado,

cuerpo frágil y mío,

no dejes que me toque la mañana

con sus dedos fríos.

Patadita Ligera

PARA MI AMOR TU AMOR...

Para mi pecho herido,

tu amor será la barca

que llevará mi anhelo

sobre sus velas blancas.

Para mi alma sedienta,

tu amor será la fuente

que bañará de besos

mi fatigada frente.

Para mi ser huraño,

tu amor tiene un destino

suave como la brisa

de tu voz en mi oído.

Para mi vida incierta,

tu amor borra amarguras Patadita Ligera

en largas serenatas

de tus ojos de luna.

Para mi corazón,

Dios tuvo caridad...

¡hoy despierta en mis campos

tu amor: felicidad!

Patadita Ligera

EL AMOR SABE INVENTAR ALEGRIAS...

En el corazón

se quema el último sonrojo

y la última esperanza.

La mano del viento azota

mi corazón de poeta.

Zarpan los barcos

con su pesado cargamento

de nostalgia

rumbo a puntos ignorados

mientras la noche burlona

devora ausencias y distancias.

Me gustan como sangran

los rosales

cuando la lluvia los besa. Patadita Ligera

Iremos cada mañana

por esta misma vereda.

Con las manos encendidas,

tu amor callado y mi sombra.

Y retahila de sueños

para alegrarte la vida.

Patadita Ligera

Patadita Ligera

Patadita ligera

Este libro se realizó en los Talleres de Formas Continuas de Villahermosa, S.A. de C.V. La edición estuvo al cuidado de Sandra Cecilia Marrufo Trejo, Encargada del Departamento de Fomento Editorial. El tiraje consta de 500 ejemplares, tamaño 1/2 Carta, Interiores impresos en papel bond bco de 75 Kgs, Y forros en cartulina couché de 255 Kgs, Acabado en plastificado brillante. Se terminó de imprimir en diciembre de 2004