Miguel Narros
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA TESIS DOCTORAL Historia de la dirección escénica en España: Miguel Narros MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Ainhoa Teresa Amestoy D'Ors Director Javier Huerta Calvo Madrid, 2016 © Ainhoa Teresa Amestoy D'Ors, 2016 HISTORIA DE LA DIRECCIÓN ESCÉNICA EN ESPAÑA: MIGUEL NARROS TESIS DOCTORAL presentada por AINHOA AMESTOY D’ORS Dirigida por Dr. JAVIER HUERTA CALVO UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA 2015 2 SUMARIO Agradecimientos 5 Prólogo 7 I. Una vida dedicada al teatro 9 I. 1. Infancia y primera juventud 11 I. 2. Francia y Barcelona 15 I. 3. William Layton 19 I. 4. La consolidación de un director: Teatro Español y Andrea D’Odorico 29 I. 5. Últimos años 33 I. 6. Idiosincrasia dentro y fuera de la escena 34 II. Poética: en busca de la imaginación y la belleza 43 II. 1. Concepción teórica 45 II. 2. Mentores del creador 50 II. 3. Pilares de la puesta en escena 54 II. 4. Proceso de ensayos 58 II. 5. Un director revolucionario 64 II. 6. Tratamiento textual y sentido interpretativo de la puesta en escena 66 II. 7. Narros, director de actores 74 II. 8. Concepción plástica: escenografía, iluminación y vestuario 90 II. 9. Sonido 108 II. 10. Recurrencia en los títulos 115 II. 11. Danza, ópera, zarzuela, cine y televisión 122 II. 12. Producción teatral 124 III. Puestas en escena de Miguel Narros 135 III. 1. Cronología comentada 137 III. 2. Clasificación por épocas, países y autores 373 3 IV. Conclusiones 397 Conclusiones 399 Summary 405 Apéndices 409 Documentación fotográfica 411 Bibliografía 421 Entrevistas realizadas 441 4 AGRADECIMIENTOS Quiero manifestar mi agradecimiento a todos aquellos que me han dado su apoyo para que esta tesis doctoral haya podido desarrollarse. A mis padres, que fueron los que primero me introdujeron en el mundo de la escena y que me enseñaron a admirar esta disciplina artística y, más concretamente, la mágica mano de Miguel Narros. Ellos son también los culpables de que yo haya tenido la inmensa fortuna de compartir cenas, anécdotas, ensayos, funciones, conversaciones y viajes con el director y su equipo. Gracias por su sostén y persistencia, y por darle sentido al trabajo y a la vida. Gracias a los amigos y familiares —especialmente a Olaya, Darío y Rafa— que me dan la mano para que camine con gran firmeza e ilusión día a día. A todos los que, desde diferentes ámbitos —periodísticos, literarios, educativos, etcétera—, han contribuido a que este estudio fuese dando pasos a lo largo de los últimos años. Pienso, entre otros, en personas como Ricardo Doménech, Fernando Doménech o Rosana Torres. Gracias a todas las personas cercanas a Narros: sus familiares y colaboradores habituales. E indudablemente a aquellos que han ayudado con inmenso cariño a través de entrevistas personales —cuyos nombres saldrán citados en páginas posteriores— o de labores de documentación —especialmente al equipo del Centro de Documentación Teatral—. A Javier Huerta Calvo, director de esta investigación, por su inestimable comprensión, confianza, disponibilidad, seguridad, lucidez y amor hacia el teatro. Espero que sigan apareciendo muchas oportunidades de colaboración. Y a los profesores del departamento de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad Complutense de Madrid, de los que partí para la realización del doctorado. Gracias por último a mi querido, brillante y generoso Andrea D’Odorico, fallecido en 2015, y al inigualable Narros por permitirme bucear en sus vidas y obras. Sin duda, el carácter de Narros ha empapado mi escritura. Como hacía con la dirección de actores, cuando conseguía que las relaciones sociales y necesidades del propio actor se asemejasen a las de su personaje, en esta ocasión también ha logrado empujar la investigación hacia su terreno, de forma que, en ocasiones, la investigadora que escribe estas líneas se deja guiar 5 por ese elegante, culto, caótico, exigente, frívolo, divertido y loco carácter del fallecido director. Confío en que si ambos pudiesen hojear el escrito, lo aplaudiesen —he tratado de escribirlo con cariño e interés—. Ha supuesto para mí un privilegio conocerlos de cerca, colaborar con ellos y ahondar en su trayectoria. 6 PRÓLOGO El estudio que se desarrolla en las próximas páginas desentraña el trabajo de puesta en escena desarrollado por Miguel Narros, uno de los directores de escena más relevantes del teatro español de la segunda mitad del siglo XX , del que somos deudores en la actualidad y del que todavía no se han publicado análisis exhaustivos. Indudablemente el trabajo desempeñado por el director no va a estar desligado de su recorrido vital —clave para la comprensión de su trayectoria profesional—, de la comparación con el teatro español del periodo y de la relación con otros profesionales del panorama cultural española. No se pretende hacer un examen detallado de títulos concretos, ni profundizar en un aspecto puntual de su recorrido artístico. El objeto del trabajo ha sido tratar de observar a Narros en su totalidad, con el conjunto global de su obra cerrado, para extraer conclusiones relacionadas con la situación del teatro en España y desentrañar una concepción poética del director estudiado y una teoría de la práctica escénica. Se parte de un recorrido biográfico, el cual, inevitablemente, desvela algunas ideas que se desarrollan ampliamente en capítulos posteriores, relacionadas con gustos estéticos o prioridades en la vida profesional del creador. Y es que unas partes del estudio se dejan contaminar por otras, ya que nos referimos a un ámbito profesional donde la frontera entre la vida pública y la privada, el trabajo y la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, el deber y el ocio, están intrínsecamente relacionados. Posteriormente se lleva a cabo un análisis de la poética de Miguel Narros —un estudio de su teoría de la dirección— en el que se buscan sus referentes, su concepción como director de escena —basándose en lo que quiere contar y la estético—estilística que va a usar para contarlo— y el trabajo con los diferentes componentes o elementos constitutivos de un espectáculo. Finalmente se incluye un amplio compendio cronológico de todos sus montajes —con la ficha técnica y el registro y resumen de varias de las reseñas críticas de cada estreno—, seguido de la clasificación y comentario de los distintos periodos histórico-literarios. Las 7 ideas de la poética derivan en gran medida de este corpus, pero se ha preferido disponer el material de esta manera por el formato en modo de fichas del capítulo. Tras ello se presentan unas breves conclusiones que hacen ver la extraordinaria importancia de este prolífico y ejemplar «hombre de la escena», en el mapa teatral de las últimas décadas. Se adjunta asimismo en un CD información gráfica de sus montajes —aspecto clave para comprender el objeto de estudio— y una selección de fotografías personales. 8 I. UNA VIDA DEDICADA AL TEATRO 9 10 I. 1. INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD Miguel Narros Barrios nació en Madrid el 7 de noviembre de 1928. Según cuenta su sobrina Antonia García Narros, su madre —Fabriciana Barrios— provenía de la localidad de Bernardos, en la provincia de Segovia. En ese pequeño y humilde pueblo —de una España hermética y oscura—, tras fallecer su hermana, se había visto obligada a casarse con su cuñado y hacerse responsable de sus cuatro sobrinos. Con el marido de su hermana, Fabriciana tuvo una hija (Mari Gaitero Barrios)1. Tras la muerte prematura de su esposo, Fabriciana cogió a los cinco niños y decidió instalarse en Madrid, en la zona de Cuatro Caminos. En ese barrio de Chamberí abrió primero una frutería y luego otra más. Un atractivo hombre enloqueció con ella y la estuvo cortejando largo tiempo hasta que ella aceptó ser su mujer. Era el señor Miguel Narros, proveniente de una familia de saqueros. La pareja tuvo cinco hijos: Petra —la mayor y el ojito derecho del padre—, Miguel —el segundo y el ojito derecho de la madre—, Pepe, Líber 2 y Paquito. Al comienzo de la guerra, la familia se trasladó a Murcia, donde vivió sin pasar hambre, gracias a la huerta y a los negocios y comercios ilegales que conseguirán los padres. Por la noche, cuando todos dormían, descargaban en la casa de los Narros Barrios productos como vino, aceite o harina en grandes cantidades. La madre entonces cocinaba rápidamente esos ingredientes para preparar rosquillas que ocultaba bajo la cama y luego vendía, o recogía botellas vacías para distribuir el vino y venderlo también. Esta circunstancia llevó a los hijos a tener grandes atracones de alimentos: así sucedió, por ejemplo, con las rosquillas mencionadas. En ocasiones, estos mismos hijos eran los recaderos a la hora de cambiar una botella de vino por un pollo, u otros cobros en especie. La señora Fabriciana también se encargó de cocinar para un escuadrón situado en Churra, pedanía de Murcia. Después de la guerra, los Narros Barrios volvieron a Madrid, a la laberíntica, triangular y soleada casa, situada en lo que ahora se conoce como la zona de Canal. Y allí crecerán los 1 Trabajó en casa de Narros desde el año 1970 hasta el año 1982, aproximadamente, según cuenta Celestino Aranda, pareja del director. 2 Esta hermana es la única que vive todavía. Reside en Venezuela. 11 niños en el seno de una familia poco convencional, con un padre desprendido, de voz ronca —tanto que terminó por no ir a los estrenos de su hijo para no arruinar la función con sus sonoros ronquidos— y algo bebedor, capaz de enloquecer a su esposa, con gestos como el de dar a su hijo un billete de mil pesetas para limpiarse tras ir al baño. Miguel y sus hermanos quedaron huérfanos de ambos padres muy jóvenes.