Investigación de la Prehistoria Navarra

HISTORIOGRAFÍA Y BIBLIOGRAFÍA

I. HISTORIA DE LAS INVESTIGACIONES El conocimiento actual de la Prehistoria de Navarra es resultado de las tareas de cuatro generaciones de estudiosos. Iniciado a finales del si- glo XIX, hacia 1894, con una etapa previa de localizaciones, hasta 1911, su estudio se integró científicamente en las actividades regionales por los modeladores de la Prehistoria vasca, Aranzadi, Barandiarán y Eguren, con unos años de trabajo conjunto en la provincia, prolongado por la constante de Barandiarán, hasta 1935, con su reanudación posterior. Tras el obligado paréntesis de la guerra civil, la creación en 1940 de la Institución Príncipe de Viana, de la Diputación Foral, vino a significar una institucionalización de las tareas, dirigidas hasta 1951 por Blas Taracena y desde entonces por Juan Maluquer de Motes, cuyo profundizamiento del estudio aparece actual- mente reforzado por la aportación iniciada de una nueva generación de arqueólogos, desde esa corporación y su Museo, con prospecciones del Gru- po Espeleología), y desde el Seminario de Arqueología de la Universidad de Navarra. Tal puede ser la ordenación historiográfica del despliegue inter- mitente de trabajos realizados.

1. Descubrimientos iniciales, hasta 1911 La localización de restos prehistóricos en Navarra se inició a finales del siglo XIX, con la identificación de varios dólmenes en la Sierra de Aralar, efectuada en fechas indeterminadas de algunos años antes de 1894 por Francisco de , director de un centro de enseñanza secundaria de 1, en cuya ciudad, en el citado año, comunicó su hallazgo inédito

1 La noticia del descubrimiento por F. de Huarte de los dólmenes del Aralar se debe a ITURRALDE. 1911, pp. 4, 5 y 58; años después la recuerda también , 1926, p. 84. Huarte debió efectuar algunas calicatas en los dólmenes, la recogida de diversos materiales sueltos, entre ellos unas hachas, de bronce, que quedaron inéditas en su colección privada, de su centro docente, según ha averiguado José CRUCHAGA Y PURROY, del grupo "Etniker", quien me ha enseñado las piezas metálicas que incluyo en el ca- tálogo correspondiente del estudio. Queda la duda de las fechas de esas tareas a las que

[1] 47 ENRIQUE VALLESPÍ a Juan Iturralde y Suit, que llevó a cabo en el mismo año la revisión de campo de estas localizaciones iniciales 2, cuya noticia comunicó al P. Fidel Fita, de la Academia de la Historia, de Madrid, redactando para esa insti- tución un informe inmediato, fechado en el mismo 1894, que quedó enton- ces sin cursar 3, mientras lograba la ampliación de sus descubrimientos ini- ciales en nueva exploración, del siguiente año 4, y quedaban inéditas todas estas tareas, cuyos manuscritos, al fallecimiento de Iturralde, fueron entre- gados a la Comisión de Monumentos de Navarra con el deseo de la fami- lia del finado de que se cumpliera su propósito de remitirlos a la Acade- mia de la Historia, cumplido por la Comisión de Monumentos de Navarra en febrero de 1911. El informe aparecía inmediatamente en el Boletín de la Academia, al mes siguiente de su recibo por la entidad, en marzo del mismo año, y se reproducía en el Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra como anticipo de la publicación de la obra completa de Itu- rralde 5. Entonces, se había inaugurado, el 28 de junio de 1910, en la Cá- mara de Comptos de Pamplona, el Museo Artístico-Arqueológico de Nava- rra, prueba fehaciente de la vitalidad de la Comisión de Monumentos 5 bis. En el ambiente local de interés por estas novedades y con independencia de los trabajos de Iturralde, Fermín Istúriz y Albistur había reconocido en

no sería ajeno el hermano de Francisco, José María, fundador con él y director de su colegio, y miembro de la Comisión de Monumentos, cuyo bosquejo biográfico puede verse en Javier IBARRA, Biografías de los ilustres navarros del siglo XIX y parte del XX, Pamplona, 1953, pp. 159 a 161. Con más extensión se había publicado su biografía en la revista local "La Avalancha", del 8 de enero de 1917. 2 La comunicación de Huarte a ITURRALDE se efectuó en la primavera de 1894, realizando ITURRALDE una primera revisión a comienzos de noviembre del mismo año (ITURRALDE, 1911, p. 6), seguida de otra excursión en el mismo mes, según consta en el informe que preparó para la Academia de la Historia, firmado al final del mismo no- viembre (ITURRALDE, 1911, p. 59). ITURRALDE falleció en Barcelona, el 17 de agosto de 1909. Su necrología, en "Boletín de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra", segunda época, cuaderno 4, primer trimestre de 1910, núm. 1, pp. 56 y 57. Un bosquejo biográfico puede verse en JAVIER IBARRA, Biografías de los ilustres navarros del siglo XIX y parte del XX, tomo cuarto de la serie de biografías de navarros ilus- tres. Pamplona, 1953, pp. 185 a 187. 3 Aclaraciones de Arturo CAMPIÓN, en su Advertencia preliminar a la obra de ITU- RRALDE, 1911, p. VIII. El informe conservado entre los escritos del autor, se incluyó como apéndice en la publicación, pp. 58 a 68, con el título de Memoria del Sr. Iturralde a la Real Academia de la Historia, sobre los monumentos megalíticos de Navarra. 4 Esta tercera exploración de ITURRALDE debió efectuarse en dos excursiones, según parece desprenderse de su publicación (ITURRALDE, 1911, p. 20); en sus dibujos aparecen las fechas de 29 octubre 1895 (pp. 21, 26, 29 y 40) y 16 noviembre 1895, en los siguientes (pp. 22, 27, 33, 42, 44, 51 y 52). 5 Publican estos pormenores A. CAMPIÓN, en ITURRALDE, 1911, p. VIII, y el "Bo- letín de la Real Academia de la Historia", 1911, t. 58, pp. 197 a 215. El artículo de ITURRALDE se produjo en el "Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra", 1911, pp. 147 a 205. 5 bis. Acontecimiento reflejado en el Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra, segunda época, cuaderno 2.º, 2.º trimestre de 1910, núm. 2, pp. 13 a 16.

48 [2] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA septiembre de 1910, un año antes a la publicación de esos informes, el foco dolménico localizado y en 1911 publicaba en una revista de Pamplona su prospección de cuatro dólmenes, presentando su descripción y fotogra- fías de tres ejemplares. El texto y fotografías de este artículo de Istúriz se incluyeron por Fidel Fita en el Boletín de la Academia de la Historia, de noviembre del mismo año 6. En este mismo año, 1911, apareció en Pamplona la obra de Juan Itu- rralde y Suit, con carácter postumo y de la mano de Arturo Campión, en edición patrocinada por la Comisión de Monumentos de Navarra, que alen- taba estas tareas 7. Con ello quedaban publicados once dólmenes (Arzábal, Luperta, Aranzadi, Otsopasaje, Pamplonagañe, Zubeinta, Urdenas, Seakoain, Olaberta, Armendia y Txuritxoberri), además de uno dudoso (el de Laza- rrandigañe I) y otro supuesto (Lazarrandigañe II), que sería descartado modernamente 8. En esta publicación, Iturralde, junto a la descripción de varias cuevas y de otros supuestos restos prehistóricos, registraba también la aparición de hachas pulimentadas en Monreal, Aoiz y Labiano 9. De estos descubrimientos dolménicos navarros se hizo eco, al año si- guiente, Carmelo de Echegaray en la revista «Euskalerriaren alde», de San Sebastián 10. Paralelamente, el interés de la Comisión de Monumentos por las tareas prehistóricas se extendía también a la recogida de algunos materiales, depo- sitados en la Cámara de Comptos, en Pamplona, notificándose en los bole- tines de la entidad el control en 1910 de una pieza pulimentada hallada en Imarcoáin por Pedro Riezu, y al año siguiente, el donativo por la viuda de Iturralde de un hacha de piedra y tres de bronce 11.

6 ISTÚBIZ, 1911, pp. 201, 202 y 218 ("La Avalancha. Revista Ilustrada. Publicación quincenal gratuita". Año XVII, 1911. Redacción y Administración Biblioteca Católico- Propagandística ; Tejera, 40, Pamplona). La reproducción del artículo, por Fidel FITA, en el "Boletín de la Real Academia de la Historia", tomo LIX, cuaderno V, noviembre de 1911, pp. 422 a 427. Fermín ISTÚRIZ había nacido el 21 de enero de 1862; fue con- cejal del Ayuntamiento de Pamplona en los años 1925 a 1927 y falleció el 20 de septiem- bre de 1932. Una nota necrológica apareció en "La Avalancha", Año XXXVIII, núme- ro 900, Pamplona 24 de septiembre de 1932, p. 277. 7 ITURRALDE, 1911 c. 8 Verifico estas identificaciones dolménicas en el "Catálogo dolménico del País Vasco" de Jesús ELÓSEGUI. Sirva esta aclaración para las puntualizaciones dolménicas, hasta 1953, que expreso en este bosquejo historiográfico. 9 ITURRALDE, 1911 c.: los dólmenes, en pp. 12 a 30 y en el informe del final, pp. 57 a 68; otras noticias de diverso interés, en las pp. 31 a 55; y la referencia a las hachas, en pp. 4 y 53. 10 ECHEGARAY, 1912. 11 Véanse ambas referencias en "Boletín de la Comisión de Monumentos de Na- varra", 1910 a y b.

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La labor de esta etapa inicial, efectuada al calor de la Comisión de Monumentos, se concretó, como vemos, en la personalización de una esta- ción dolménica en la Sierra de Aralar, con localización de once ejemplares, y el registro de varias hachas de piedra pulimentadas de Imarcoáin, Mon- real, Aoiz y Labiano y de tres hachas de bronce, con alguna otra noticia indeterminada. En el contexto regional de la época, parece oportuno señalar que en estas tareas navarras obraría el estímulo de los descubrimientos dolménicos de Alava 12 y primeros indicios en Guipúzcoa y Vizcaya, conexión que apa- rece explícita en las publicaciones de Istúriz e Iturralde; el primero, era discípulo y amigo del jesuíta P. Francisco Navás, a través de cuyo divul- gado manual conocía la existencia del dolmen de Eguílaz 13, e Iturralde muestra un conocimiento de primera mano de los dólmenes alaveses cono- cidos entonces, de la primera localización guipuzcoana y de un supuesto indicio en Vizcaya 14.

2. Los modeladores de la Prehistoria vasca, Aranzadi, Barandiarán y Eguren, desde 1913 hasta 1935 Los descubrimientos navarros iniciales decidieron la intervención en la provincia, en 1913, de Telesforo de Aranzadi, catedrático de la Univer- sidad de Barcelona, primeramente junto a Florencio de Ansoleaga, de la Comisión de Monumentos de Navarra, y seis años después, en 1919, con el equipo recién constituido con José Miguel de Barandiarán y Enrique de Eguren, incorporándose Navarra de este modo al ámbito regional de las fecundas investigaciones sistemáticas de los modeladores de la Prehistoria vasca, cuya actividad de campo conjunta en la provincia duró únicamente tres años, de 1919 a 1921, siguiendo Aranzadi y Barandiarán y ampliando y prolongándose luego estas tareas con la continuidad personal de Baran- diarán, hasta 1935. El enlace personal de los prospectores navarros con el equipo vasco se debió a Florencio de Ansoleaga y Elizondo 15, asociado a Aranzadi en una

12 El panorama del momento de exploración de Alava puede verse en mi trabajo E. VALLESPÍ, Las investigaciones prehistóricas en la provincia de Alava, en "Estudios de Arqueología Alavesa", núm. 1, Vitoria 1966, pp. 8 a 12. 13 Aclaración de ISTÚRIZ, 1911, p. 201, nota 1. 14 ITURRALDE, 1911 c. pp. 1 a 3. 15 Miembro también destacado de la Comisión de Monumentos. Su bosquejo biográ- fico puede verse en Javier IBARRA, Biografías de los ilustres navarros del siglo XIX y parte del XX (tomo IV de la serie de biografías de navarros ilustres), Pamplona, 1953, pp. 22 y 23. También en Jon BILBAO, Eusko Bibliographia, I, en la "Enciclopedia General del País Vasco", San Sebastián, 1970, p. 178.

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revisión sistemática de la estación dolménica descubierta, efectuada en tres campañas, en 1913, 1915 y 1916, que enlazaron con el comienzo de los trabajos en el Aralar guipuzcoano de J. M. de Barandiarán, en el mismo 1916, y de Aranzadi y Barandiarán al año siguiente. Aranzadi y Ansoleaga estudiaron primeramente cinco de los dólmenes conocidos (Aranzadi, Pam- plonagañe, Otsopasaje, Zubeinta y Arzábal), que publicaron en 1915 16, re- visaron en segunda campaña cinco de los ejemplares restantes localizados (Armendia, Seakoain, Urdenas, Olaberta y Luperta) y ampliaron estos des- cubrimientos con ocho nuevos dólmenes (Debata-, Elurmenta, De- bata-Realengo, Erbillerri, Eubia, Iruzulotxikiita-Lakunza, Otsotesare y Albia), a los que sumaron una nueva localización (Ziñeko-gurutze), en exploración final, de 1916, publicando el estudio de todas estas tareas de campo en 1918 l7. Ambas entregas dolménicas de Aranzadi y Ansoleaga iniciaban el conocimiento científico de esta primera manifestación prehistórica controla- da en Navarra. Por aquellos años Julio Altadill difundía un resumen de las novedades navarras, de dólmenes de Aralar y hallazgos de piezas suel- tas líticas y metálicas 17 bis. Eguren, por su parte, en 1914, se hacía eco de la obra de Iturralde y estudiaba varios cráneos navarros en su tesis doctoral, publicada en ese año, y algo después, J. M. de Barandiarán extendía sus hallazgos guipuzcoanos a la vertiente navarra de Ataun-Borunda 18. Esta nueva estación dolménica de la Sierra de Ataun-Borunda fue explorada en 1919 por Aranzadi, Baran- diarán y Eguren y publicada puntualmente un año después, con tres ejem- plares correspondientes a Navarra (los de Portuzargaña occidental y orien- tal y el de Beotegi-ko murkoa) 19. El mismo año de esa publicación, 1920, procedían a la exploración de una nueva estación dolménica, en la Sierra de Altzania, asimismo entre Guipúzcoa y Navarra, con un dolmen en la divi- soria provincial y otro en esta última provincia (Balenkaleku S. y N.), que dieron a conocer al año siguiente 20, en cuyo verano emprendían el estudio de otra nueva estación dolménica, en la Sierra de Urbasa, con seis dólmenes (Zurgaina, la Cañada, Armorkora Aundía, Armorkora Txikia, Artekosaro y Puerto Viejo de Bakedano), publicados en 1923 21. Por entonces José Mi-

16 ARANZADI Y ANSOLEAGA, 1915. 17 ARANZADI Y ANSOLEAGA, 1918 (ANSOLEAGA había fallecido en diciembre de 1916). 17 bis. ALTADILL, 1915 a 1921, pp. 642 a 664. 18 EGUREN, 1914. La noticia de la extensión navarra de las tareas de campo de Barandiarán, en Ataun-Borunda, en BARANDIARÁN, 1917. Los dólmenes navarros alu- didos son los de Olano y en la divisoria de aguas, otros dos (Bentazar y Mirnatxa). 19 ARANZADI, BARANDIARÁN y EGUREN, 1920. 20 ARANZADI, BARANDIARÁN y EGUREN, 1921. 21 ARANZADI, BARANDIARÁN y EGUREN, 1923.

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guel de Barandiarán había realizado una cata de comprobación en la cueva de Atabo, en Alsasua 22, y en el verano de 1922, la Comisión de Monumen- tos de Navarra efectuaba una visita, girada por dos de sus miembros a unos dólmenes descubiertos en el término de Espinal y controlaba después un hacha de piedra y un estilete, de Bacaicoa y , y registraba la noticia del hallazgo de un hacha de bronce en Aralar y recibía en donativo otra hacha de bronce 23. Aranzadi y Barandiarán continuaron sus exploraciones en Navarra y ese mismo año estudiaban ocho nuevos dólmenes en la Sierra de Aralar, seis de ellos correspondientes a territorio navarro (Trikuarri, Garraztita, Maantza, Zeontza, Obioneta N. y S.), que publicaron al año siguiente 24. Continuando estas tareas, ambos investigadores exploraban en 1925 y 1926 una nueva estación dolménica en Auritz, descubierta poco antes por Silves- tre de Irigoyen, y un dolmen en Urepel-Ibañeta (Lindus munoa) 25. Baran- diarán, mientras tanto, ampliaba personalmente estas tareas, con descubri- miento de nuevos focos dolménicos, de Artiz-Ireber, Lerate, Alcurrunz y Abodi.26. Con independencia de estos trabajos, en 1921 Pedro Bosch Gimpera había sistematizado el conjunto de piezas de hierro de Echauri en su con- texto del Hierro peninsular 27 y Paul Wernert lograba la localización en 1924 de vestigios del Paleolítico Inferior y Medio en las terrazas del alto Ega en Zúñiga, que reseñaría Hugo Obermaier un año después 28. Este in- vestigador había estado entonces en Navarra, visitando un yacimiento de Echauri 28 bis. En el mismo año 1925 publicaba Luis Pericot una amplia sín- tesis de la cultura pirenaica, con sistematización de los dólmenes navarros conocidos 29.

22 Que publicó muchos años después, BARANDIARÁN, 1962, pp. 32 a 36 de la separata. 23 Realizaron esta excursión Julio ALTADILL, Vicepresidente de la Comisión y VEN- GOECHEA, vocal conservador, y el donativo lo realizó Pedro Emiliano Zorrilla, de Este- lia. Vid. en "Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra", 1923, a y b; la noticia del hallazgo de Aralar, en el mismo "Boletín", 1926, y el donativo del hacha de bronce, en el "Boletín", 1927. 24 ARANZADI y BARANDIARÁN, 1924. 25 Las noticias de estas exploraciones, en BARANDIARÁN, 1926. 26 En los años 1920 y 1923, como puede verse en BARANDIARÁN, 1926 a. 27 BOSCH, 1921. 28 OBERMAIER, 1925, pp. 192 y 193. 28 bis. La excursión a Echauri la efectuó OBERMAIER acompañado de José Esteban URANGA, revisando un yacimiento con cerámicas en la cumbre de la Sierra, según noti- cia de TARACENA y VÁZQUEZ DE PARGA, 1945, p. 186, con nota 2. Refieren también esta visita MARCOS y MENSÚA, 1959, p. 217, nota 2. 29 PERICOT, 1925.

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Un año después dio a conocer Barandiarán sus trabajos dolménicos en Artiz-Ireber, Lerate, Alcurrunz y Abodi, publicando cuatro dólmenes en la primera estación (Atxitxia, Bi aizpen sepulture, Azarilar y Agorritz), más la noticia de otro (Esita), tres de la segunda (Lerate I, II y III), dos en Alkurrunz (Otsondo N. y S.) y cuatro en Abodi (Arrizabala, Idorrokia, Gaztanbidea y Bortubizkarra) 30. En otra publicación del mismo año, 1926, notificaba el control de la estación dolménica de Auritz, con ocho ejempla- res 31. Al año siguiente Barandiarán y Aranzadi localizaban una nueva esta- ción dolménica, Gorriti-Huici, con tres dólmenes (Goldanburu, Sokillete y Mugarriberri, este último descubierto por Barandiarán) 32. Paralelamente, Barandiarán ampliaba sus tareas dolménicas con localización de cromlechs pirenaicos, espil o baratz33. Independientemente de estas tareas y en relación con la Comisión de Monumentos de la provincia, en 1926 Jesús Etayo daba a conocer su loca- lización de un poblado en Arguedas 34, Juan Cabré localizaba en 1927 otro poblado en , en la misma Ribera Oriental 35, y tres años después, en 1930, Norbert Casteret descubría en Alquerdi una cueva con grabados ru- pestres paleolíticos, un abrigo contiguo con industrias y otra cueva con cerá- micas, que comunicó al XV Congreso Internacional de Antropología y Ar- queología Prehistórica reunido en París al año siguiente, publicándose su comunicación en las Actas correspondientes, aparecidas en 1933 36. Baran- diarán y Aranzadi seguían manteniendo actividad de campo en la provincia, con localización en 1932 de la cueva de Abauntz, en Arraiz 37. Oportunamente, en 1934, con su primera síntesis de la Prehistoria re- gional vasca, procedía Barandiarán a la ordenación de la documentación navarra acumulada, apareciendo en su registro los testimonios musterien- ses de Zúñiga, la serie de hachas del Museo de Pamplona, líticas casi todas, de Alaiz, , Bacaicoa e Imarcoain, y una de bronce, las estaciones dolménicas de Abodi, Lindus, Alkurruntz, Lerate, Gorriti-Huici, Ataun-Bo- runda, Altzania y Urbasa, y el conjunto de materiales de hierro de Echauri38.

30 BARANDIARÁN, 1926 a. 31 BARANDIARÁN, 1926 b. 32 Cuya noticia dio BARANDIARÁN, 1934, p. 65; y ARANZADI y BARANDIARÁN, 1953. 33 Cís. sus actividades de esos años, en BARANDIARÁN 1932 b, 1933, 1934 a, 1934 b, 1946; sobre los cromlechs, BARANDIARÁN, 1949 b. 34 ETAYO, (1926 se trata del poblado del Castejón, excavado años después por TA- RACENA y VÁZQUEZ DE PARGA, 1943). 35 CABRÉ efectuó esta localización durante una estancia en el balneario. Vid. en TARACENA y VÁZQUEZ DE PARGA, 1946 b., p. 226, con nota 1. 36 CASTERET, 1936. 37 La noticia, en BARANDIARÁN, 1953, p. 188. 38 BARANDIARÁN, 1934, pp. 15, 59, 65, 73 y 76.

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Después de esta publicación, continuó la actividad de campo de Ba- randiarán en la provincia, hasta la preguerra inmediata, controlando en el mismo año 1934 una pieza pulimentanda de Erro y localizando al año siguiente las cuevas de Sorginen-Lezea y Akelarren-Lezea, en , hallazgos que no serían notificados hasta pasada la contienda 39.

3. Fundación de la Institución Príncipe de Viana y actividad de Taracena y su equipo, desde 1942 Interrumpidas las actividades hasta 1939, al terminar la guerra civil se verían prontamente reanudadas en la provincia con una cata de comproba- ción en el covacho de Berroberría, efectuada a fines de ese mismo año por el Marqués de Loriana, quien adelantó su noticia en 1940, publicando los resultados tres años después 40. Entre ambas fechas había publicado Máxi- mo Ruiz de Gaona la fauna recogida en Coscobilo, de Olazagutía 41 y en el mismo año 1943, el P. Francisco Escalada, S. J., daba a conocer su descu- brimiento en los alrededores de Javier de un poblado, cuya comprobación había verificado, y diversos materiales líticos y metálicos, ingresados en la colección del Castillo 42. Pero el hecho trascendental de estos años de postguerra fue la funda- ción, en 1940, por la Diputación Foral de Navarra, de la Institución Prín- cipe de Viana, con órgano oficial en su revista homónima «Príncipe de Viana», cuyo primer número aparecía en diciembre del mismo año, encau- zando de este modo buena parte de la investigación arqueológica de la pro- vincia. En efecto, inmediatamente de esta institucionalización se planearon las primeras tareas arqueológicas, que fueron encomendadas al Seminario de Arte y Arqueología de la Universidad de Valladolid, con la dirección del catedrático Cayetano de Mergelina, quien redactó una cartilla de divulga- ción arqueológica, editada por la Institución y ampliamente difundida en la provincia, con el propósito «de lograr formar una conciencia ciudadana so- bre aspectos de tan especial interés» y con carácter de cuestionario, reca- bando la colaboración pública a la empresa de «iniciar una franca y útil labor, encaminada a la reconstrucción histórica» de la Prehistoria y Edad Antigua de Navarra 43.

39 Por BARANDIARÁN, 1962, pp. 37 y 38 de la separata (la pieza de Erro), y 1953, p. 189 (las dos cuevas). 40 LORIANA, 1940 y 1943. 41 Ruiz DE GAONA, 1941. 42 ESCALADA, 1943 a. 43 Cayetano de MERGELINA, Cartilla y cuestionario de Arqueología, 1, Prehistoria y Edad Antigua, "Príncipe de Viana", Pamplona (s. a.), 64 pp., con láminas. La noticia

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Al mismo tiempo ingresaban en los fondos de la Institución los mate- riales de la cata de Loriana en Berroberría 44, donde S. Ribera Manescau realizó una nueva campaña de excavación, que no sería publicada, lo mis- mo que un sondeo en el poblado de Castejón de Arguedas 45. Poco después se estructuró adecuadamente un Servicio de Excavacio- nes, encomendado en 1942 a Blas Taracena, director del Museo Arqueoló- gico Nacional, de Madrid, quien juntamente con Luis Vázquez de Parga y un eficaz equipo de colaboradores profesionales, conseguiría, hasta su fa- llecimiento en 1951, el logro de una vigorosa empresa de excavaciones y prospecciones sistemáticas, puntualmente publicadas en la revista «Príncipe de Viana», y la reunión, resultante de las tareas de campo, de nutrido fon- do de materiales con destino a un futuro museo de la provincia 46. Taracena excavó en 1942 en el Castejón de Arguedas, que publicó al año siguiente, con Vázquez de Parga 47; en 1943 efectuaban ambos investiga- dores la revisión de varios hallazgos y el control de cuatro poblados inédi- tos del término de Echauri, cuyas tareas de campo publicaron en 1945 48; al año siguiente excavaban en el Castellar de Javier, que publicaban un año después 49, en el mismo año, 1946, en que daban a conocer también su ex- cavación en el poblado de la Peña del Saco de Fitero, efectuada pocos me- ses antes 50. De modo que, con la rapidez de la entrega de estas tareas siste- máticas de campo y su puntual publicación en la revista «Príncipe de Via- na», se cubría en el corto espacio de cinco años el mapa arqueológico, prácticamente vacío hasta entonces, de la Navarra Media y Ribera orienta- les y extremo sudoeste de la cuenca de Pamplona, con una importante serie de poblados de la Edad del Hierro. En continuado ritmo de trabajo, con cuidada atención a la romaniza- ción de la provincia, inició Taracena en 1947 la excavación del poblado del Cerro de la Cruz, de Cortes, casualmente descubierto un año antes 51, mientras compaginaba estas campañas con una prospección efectuada en de su aparición y difusión, en la revista "Principe de Viana", número 6. 1942, pp. 109 y 110. 44 Registran el hecho LORIANA. 1943, pp. 194 y 195. y MALUQUER, 1965 b., p. 135. 45 Se dan las noticias de estos trabajos de campo en la revista "Príncipe de Via- na", núm. 6, 1942, p. 109. La excavación fue realizada por encargo de la Institución, por Saturnino Ribera Manescau, Director del Museo Arqueológico y profesor en la Uni- versidad de Valladolid. Cfs. en MALUQUER, 1965 b., pp. 135 y 136. 46 Estas noticias, en MALUQUER, 1961 a., pp. 181 y 182. 47 TARACENA y VÁZQUEZ DE PARGA, 1943. 48 TARACENA y VÁZQUEZ DE PARCA, 1945. 49 TARACENA y VÁZQUEZ DE PARCA, 1946 a. 50 TARACENA y VÁZQUEZ DE PARGA, 1946 b. 51 TARACENA y VÁZQUEZ DE PARCA, 1951, p. 211.

[9] 55 ENRIQUE VALLESPÍ

1949 de dólmenes inéditos en Errazu 52, en los valles pirenaicos. En Cortes efectuó Taracena campañas en 1947, 48 y 49, y en las tareas de campo de la 4.ª campaña le sobrevino, en otoño de 1950, la enfermedad que motivó su fallecimiento muy poco después 53. La memoria preliminar de la excava- ción de Cortes apareció al año siguiente, como publicación póstuma de Ta- racena, entregada por Octavio Gil Farrés 54, colaborador y continuador inme- diato de esta tarea, mientras quedaban inéditas las anotaciones de campo del registro de tres dólmenes de Errazu y la excavación de la necrópolis de la Atalaya de Cortes 55. Dirigido el Servicio de Excavaciones por Luis Váz- quez de Parga 56, Gil Farrés continuó las tareas en el Cerro de la Cruz, entregando en 1952 el estudio de los materiales pendientes, de las campa- ñas efectuadas hasta 1949 57 y una comunicación sobre pinturas murales apa- recidas en la última campaña de Taracena 58, mientras prolongaba los traba- jos de excavación con dos nuevas campañas, en 1951 y 1952, publicadas, junto a la última campaña de Taracena, en 1953 59. R. Bataller publicó además el estudio de la fauna del yacimiento 60. Al mismo tiempo difundía Gil Farrés el interés doctrinal de estas novedades 61 y enviaba al IV Con- greso Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas celebrado en Madrid, una comunicación sobre Cortes y la noticia de dos nuevos pobla- dos, en Santa Engracia, de Novillas, y en Tudela 62. Paralelamente y con independencia del plan de trabajos de la Institu- ción Príncipe de Viana, se efectuó la reanudación de las publicaciones na- varras de José Miguel de Barandiarán, reemprendida con la entrega de se- ries de yacimientos inéditos, cuevas de atribución inicial al Paleolítico Su- perior de Sorginen-Lezea y Lexokoa, de Zugarramurdi, eneolíticas de Abauntz, en Arraiz, Akelarren-Lezea y Bidartia de Zugarramurdi, y dólmenes, con los nuevos focos, de cuatro ejemplares en Sayoa-Loiketa, ocho en Auritz y uno

52 Noticias de MALUQUER, 1963, pp. 94, y 95 a 97. 53 Cfs. en TARACENA y GIL FARRÉS, 1951, p. 211; MALUQUER, 1945 b, pp. 15 y 16; MALUQUER, 1955, c, p. 285; MALUQUER, 1961, a., pp. 181 y 182. 54 TARACENA y GIL FARRÉS, 1951. 55 Que ampliaría y publicaría MALUQUER, quien da la noticia de estas tareas iné- ditas; MALUQUER, 1963, pp. 94 a 99; MALUQUER y VÁZQUEZ DE PARCA, 1956, p. 389. 56 Puntualizaciones en TARACENA y GIL FARRÉS, 1951, p. 211; MALUQUER, 1952, a., pp. 236 y 237; GIL FARRÉS, 1953, a., p. 9. 57 GIL FARRÉS, 1952, a. 58 GIL FARRÉS, 1952, b. 59 GIL FARRÉS, 1953, a. 60 BATALLER, 1952 y 1953. 61 GIL FARRÉS, 1953, b. 62 Ambas comunicaciones se publicaron en las actas del Congreso: GIL FARRÉS, 1956, a y b.

56 [10] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA aislado en Juslapeña 63. En los años siguientes ampliaba Barandiarán estos descubrimientos, con publicación en 1949 de nuevos dólmenes, en Urepel- Ibañeta y Errazu-Aldudes, y una serie de cromlechs o túmulos pirenaicos 64. Finalmente, en este mismo año 1949 se señalaron dos nuevos dólme- nes en Errazu-Aldudes, en una nota de E. Zudaire 65 y después una preci- sión del ajuar de un dolmen de Aralar (Obioneta Sur), por J. Elósegui 66, y la localización de varios cromlechs y un menhir en Erasun, por J. M. San- sinenea 66 bis. En estos momentos de intensa actividad en la provincia, se celebró en San Sebastián el Primer Congreso Internacional de Estudios Pirenaicos, convocado por el Instituto de Estudios Pirenaicos, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y con tal motivo se reeditó la obra de Luis Pericot sobre la cultura pirenaica 67, mientras en las sesiones de trabajo exponía Barandiarán una síntesis de la Prehistoria vasca y Máximo Ruiz de Gaona comunicaba su control de industria lítica en Coscobilo, de Olazagutía, trabajos que aparecerían en las actas del Congreso, en 1952 68. Bajo este estímulo se efectuaban nuevas aportaciones de campo al es- tudio de la cultura megalítica en Navarra, señalando Jesús Elósegui, entre 1951 y 1953, la existencia de nuevos focos dolménicos en Otsola-Belate, Andía y Sarbil, con más localizaciones en las estaciones conocidas de Ara- lar y de Urbasa 69, y ampliándose el área dolménica hasta el extremo oriental de los valles pirenaicos navarros, por Francisco Ripa Vega, con localiza- ción de un dolmen en la Sierra de Illon (el de Faulo) y referencia de la existencia de más dólmenes en esa zona de Bigüezal 70, y por el mismo Eló- segui, con su localización de tres dólmenes en el Roncal 71. Las tareas de este decenio de fecundas realizaciones navarras tuvieron finalmente un colofón brillante, con la aparición en 1953 de dos trabajos fundamentales de Prehistoria vasca, la obra de conjunto de José Miguel de Barandiarán, sistematizando los hallazgos navarros en su contexto pirenaico occidental 72, y el inventario dolménico de Jesús Elósegui, con exhaustiva

63 BARANDIARÁN, 1946. 64 BARANDIARÁN. 1949. 65 ZUDAIRE, 1949. 66 ELÓSEGUI, 1950. 66 bis. SANSINENEA, 1950. 67 PERICOT, 1950. 68 BARANDIARÁN, 1952; Ruiz DE GAONA, 1952. 69 ELÓSEGUI, 1951, a y b, y 1953, a. 70 RIPA VEGA, 1952. 71 ELÓSEGUI, 1953. 72 BARANDIARÁN, 1953.

[11] 57 ENRIQUE VALLES PÍ ordenación documental, de monumentos y su bibliografía, y reparto geográ- fico 73. En resumen, al final de esta etapa queda patente una notable amplia- ción de horizontes del conocimiento de la Prehistoria de Navarra, cuyo pa- norama del momento se define por un Paleolítico Final y su prolongación epipaleoh'tica acantonados en la montaña extrema del noroeste húmedo, un denso Eneolítico dolménico en toda la montaña hasta sus límites de la Na- varra Media, y una potente Edad del Hierro en la mitad meridional de la provincia.

4. La obra de Maluquer de Motes, desde 1952. El Museo de Navarra Tres sucesos definen el sentido sociológico del estudio de la Prehis- toria de Navarra desde 1952: la integración de Juan Maluquer de Motes, como director del Servicio de Excavaciones de la Institución Príncipe de Viana, la constante de José Miguel de Barandiarán y una diversa participa- ción en las tareas, con nuevos trabajos de Elósegui y de Ruiz de Gaona, la aportación dolménica de López Sellés y de Ripa, un sistemático registro espeleológico y sendas entregas de Marcos Pous y Mensua, Quadra-Salcedo y Merino. Institucionalmente destaca además la inauguración en 1956 del Museo de Navarra, dirigido por María Angeles Mezquíriz, con la proyec- ción pública de sus salas de Prehistoria. El final de la etapa está brillan- temente marcado por la celebración en Pamplona, en diciembre de 1965, del IV Symposium de Prehistoria Peninsular, convocado en conmemoración del veinticinco aniversario de la Institución Príncipe de Viana, dedicado a la Prehistoria y Etnología vascas y clausurado positivamente con la publica- ción inmediata de las actas de trabajos, en 1966. Maluquer, a instancias del Director de la Institución, José Esteban Uranga, se hizo cargo del Servicio de Excavaciones en 1952, emprendien- do sus tareas de campo en agosto del mismo año, con el reconocimien- to y excavación parcial de una necrópolis de urnas en la Torraza, de las afueras de 74, e iniciando también sus publicaciones directas, con entrega del análisis de las hachas de bronce del Museo provincial '75. Inme- diatamente después, en septiembre, efectuaba una campaña de excavación en Cortes, proseguida en la primavera del siguiente año, 1953, revisando

73 ELÓSEGUI. 1953. 74 MALUQUER, 1961, a., p. 182; MALUQUER, 1953, a., p. 244; MALUQUER, 1954, b., pp. 14 y 15. 75 MALUQUER, 1952, b.

58 [12] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA

el yacimiento, con atención especial a los poblados superiores 76. En el vera- no de ese mismo año realizaba la prospección de los términos de Navas- cués, Bigüezal y Aspuruz, en los valles pirenaicos, donde estudiaba el dol- men de Faulo y localizaba cuatro nuevos ejemplares, del Puente de Bigüe- zal, Legároz, Portillo de Ollate, Puntallo de las Capezas y Claverito, en Navascués, y los yacimientos de las cuevas de la Foz de Navascués, Valde- soto, Aspúruz y Ososki 77. En el mismo verano presentó Maluquer una co- municación al III Congreso Arqueológico Nacional, celebrado en Galicia, sobre la casa de los poblados de Cortes 78. Las publicaciones de estos trabajos fueron puntualmente entregadas por Maluquer y en 1953 aparecía la memoria de excavación de la Torraza de Valtierra y la consideración monográfica de dos piezas metálicas de este yacimiento, además de un planteamiento doctrinal de la época 79. Al año siguiente, 1954, con ocasión del Congreso Internacional de Ciencias Prehis- tóricas y Protohistóricas, reunido en su IV sesión, en Madrid, editó la Ins- titución Príncipe de Viana un primer volumen del estudio de Maluquer del yacimiento de Cortes 80, con ordenación de las investigaciones anterio- res, el desarrollo de su secuencia estratigráfica, con especial atención a los estratos superiores y sus materiales, y la interpretación cronológica de los poblados sucesivos, junto a abundante documentación gráfica. Entre las pu- blicaciones oficiales de la Comisión organizadora de la Sesión, aparecía una síntesis de Maluquer sobre la Edad del Hierro regional del Ebro y la Me- seta 81 y en las sesiones de trabajo presentaba este investigador comunica- ción sobre las cerámicas pintadas de Cortes 82, acerca de cuyos poblados apa- recía paralelamente otro trabajo suyo83. En este año 1954 publicó también Maluquer su estudio de la industria lítica de Coscobilo, de Olazagutía 84, ingresada en el Museo de Navarra. Al año siguiente, 1955, aparecían sus restantes tareas efectuadas, la prospección de la zona de Navascués, la comunicación al último Congreso

76 MALUQUER, 1952. a., p. 237; 1954, b., pp. 14 y 15. 77 Colaboraron en estas tareas Domingo Fernández Medrano, conservador del Museo de Alava, y Rafael Blanco Caro, profesor del Instituto Lope de Vega, de Ma- drid, y también el Diputado Foral Amadeo Marco. Véanse estas puntualizaciones en MALUQUER, 1955. c, pp. 285 y 286. 78 Se celebró el Congreso en julio de 1953. publicándose el trabajo en las actas correspondientes, aparecidas dos años después. MALUQUER. 1955. d. 79 MALUQUER, 1953, a., 1953, b., 1953, c. 80 MALUQUER, 1954, b. Véase la referencia a esta publicación en las Actas del Con- greso, Zaragoza, 1956. p. VI, de la crónica, redactada por A. BELTRÁN. 81 MALUQUER, 1954, c. 82 MALUQUER, 1956. 83 MALUQUER, 1954, d. 84 MALUQUER, 1954, a.

[13] 59 ENRIQUE VALLESPÍ

Arqueológico Nacional y un estudio del estrato superior de Cortes 85. En otro trabajo, señalaba Maluquer la existencia de una red de talleres de sílex en los alrededores de Corella 86. Continuando sus trabajos de campo, en agosto de este mismo 1955 efectuaba Maluquer, con Vázquez de Parga, una ampliación de la excava- ción inédita de la necrópolis de la Atalaya de Cortes, cuya memoria y análi- sis de los materiales del museo publicaban ambos autores al año siguiente 87, en el que aparecía también la comunicación de Maluquer al Congreso Inter- nacional de Madrid 88. Entonces había ya emprendido Maluquer nuevas tareas de excavación en el yacimiento de Cortes, con una campaña en 1955, en la que intervino Eduardo Sangmeister, y otra en 1956, que se continuarían en una tercera, en 1957, con objeto de lograr un conocimiento directo de las excavaciones anteriores y la aclaración de los problemas estratigráficos de la secuencia. Estas tareas fueron cumplidamente publicadas por Maluquer al año siguien- te, con la edición por la Institución Príncipe de Viana del segundo volu- men de su estudio monográfico del yacimiento, con análisis e interpreta- ción de las estratigrafías que lograban la profundización en su conocimien- to 89. Maluquer difundía al mismo tiempo el alcance de estas investiga- ciones 90. Mientras tanto proseguía este investigador sus tareas de campo nava- rras, con el control y excavación en septiembre del mismo año, 1958, de un covacho sepulcral casualmente descubierto, en Urbiola 91, en Tierra Es- tella. En septiembre de 1959 se celebraba en Pamplona el I Symposium de Prehistoria Peninsular, organizado por el Instituto de Arqueología de la Universidad de Barcelona, bajo la dirección de Maluquer, y patrocinado por la Institución Príncipe de Viana n. Algo después, en exploraciones sistemá- ticas de 1961 y 1962 se estudiaban nuevos dólmenes y revisaban los cono- cidos en el Roncal, y en la Navarra Media, en , con excavaciones, junto a Maluquer, de Domingo Fernández Medrano, localizándose también

85 MALUQUER, 1955, c, 1955, d. y 1955, b., respectivamente. 86 MALUQUER, 1955, a., p. 29. 87 MALUQUER y VÁZQUEZ DE PARGA, 1956. 88 MALUQUER, 1956. 89 MALUQUER, 1958. 90 Con una comunicación al Congreso reunido en Hamburgo en el verano de ese mismo año, 1958, Primero de la Unión Internacional de las Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas; MALUQUER, 1961, b. 91 La fecha en MALUQUER, 1962, p. 419. 92 Primer Symposium de Prehistoria de la Península Ibérica, septiembre de 1959 (ponencias). Pamplona, "Institución Príncipe de Viana", 1960, pp. VII y VIII de la pre- sentación de las actas y crónica, en pp. XI a XV.

60 [14] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA un yacimiento de superficie en Artajona 93. Estas tareas se prolongaron en algún caso hasta 1963 94, año en que aparecía el amplio estudio de Malu- quer de todas estas novedades 95. El mismo autor exponía al VIII Congreso Arqueológico Nacional, celebrado en Sevilla y Málaga en el mismo año, el interés de los megalitos de Artajona, en comunicación que aparecería un año después, en las correspondientes actas de las sesiones 96. Al mismo tema dedicaba otro estudio aparecido poco después 96 bis. Simultaneando con las tareas de campo determinantes de estas publi- caciones, Maluquer había efectuado a fines de 1961 un reconocimiento de la Peña del Saco de Fitero, en el que había excavado en el mismo año Jorge de Navascués, y lograba una estratigrafía del yacimiento en el verano de 1962, que sería publicada tres años después 97. En este mismo año 1965, publicaba también un estudio de la casa de las Edades del Metal de los yacimientos navarros 98. Al mismo tiempo, en varias campañas sistemáticas intermitentes, desde 1959 hasta 1964, Maluquer verificaba, con la colabo- ración de Fernández Medrano, la estratigrafía del covacho de Berroberría, en el extremo septentrional del noroeste húmedo de la provincia, publi- cando el avance de sus resultados en 1965 99. Provechosamente, las publicaciones del Servicio de Excavaciones de la Institución Príncipe de Viana se ordenaron en una serie única, de «Exca- vaciones en Navarra» 100.

93 Colaboraron en estas tareas Domingo Fernández Medrano, Rafael Blanco Caro, Jorge de Navascués, Juan Maluquer de Motes, Francisco Miralles y Javier Hernández. Véase en la publicación del trabajo por MALUQUFR, 1964, b., p. 93 y a lo largo del es- tudio. 94 En el dolmen de Sakulo, del Roncal: MALUQUER, 1963, p. 106. 95 MALUQUER, 1963. Esta publicación se incluyó después en la serie Publicaciones Eventuales, con el núm. 7, de 1964, del "Instituto de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Barcelona". 96 MALUQUER, 1964, a. 96 bis. MALUQUER, 1965 d. 97 MALUQUER, 1965, a. 98 MALUQUER, 1965, b. 99 MALUQUER, 1965 c. 100 Con ocho volúmenes aparecidos hasta 1958: Vol. I, de 1947, con las publica- ciones de Blas TARACENA AGUIRRE y Luis VÁZQUEZ DE PARCA aparecidas en "Príncipe de Viana" entre 1942 y 1946; Vol. II, con los trabajos de ambos autores y de M.' A. MEZ- QUÍRIZ publicados en dicha revista entre 1947 y 1951; Vol. III, de 1954, los trabajos de Blas TARACENA AGUIRRE, Octavio GIL FARRÉS y R. BATALLER de dicha revista y años 1951 a 1953; el Vol. IV, es la obra de Juan MALUQUER DE MOTES, £! yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio crítico I, publicado en 1954; el Vol. V, publicado en 1957, reúne los trabajos personales de MALUQUER y uno en colaboración con VÁZQUEZ DE PARCA, de "Príncipe de Viana" entre 1952 y 1956; el Vol. VI, de 1958, está integrado por la obra de MALUQUER sobre Cortes, Estudio crítico II; y el Vol. VII, publicado en 1958 y último aparecido hasta ahora, la obra de María Angeles MEZQUÍRIZ DE CATALÁN, La excavación estratigráfica de Pompaelo. I, Campaña de 1956.

[15] 61 ENRIQUE VALLESPÍ

A estas tareas vinieron a sumarse las prospecciones arqueológicas de los espeleólogos navarros, acogidos pronto por la Institución Príncipe de Viana. El Grupo Espeleológico comenzó sus actividades en 1948, quedando constituido definitivamente en 1950, con la dirección de José María Martí- nez Peñuela101. Hasta 1967 se sucedieron dos equipos en estas tareas, con Martínez Peñuela, Pedro Echalecu, Juan Razquin, J. Miguel Saenz, Miguel Bengoa, Ignacio Varea, Mario Bregaña, Félix Arcaute, Isaac Santesteban, a quienes siguieron a partir de 1960 Patxi Alzugaray, Juan Antonio Beni- to, José Azcona, José María Churio, Jesús Pagola, Julián Larumbe, Jesús López y otros 102. Comenzaron las tareas siguiendo los pasos de Iturralde y Suit en la Sierra de Aralar, visitando cuevas con localizaciones arqueológi- cas, generalmente de materiales líticos, cerámicos y huesos humanos, en las de Basaletz, Basterro y de los Gentiles, y otras en las cercanías del Valle de Ata y Aguiri, como las de Seakoain, y sobre Huarte-Araquil, Arruazu, Lacunza, hasta las cercanías de Olazagutía, en los valles de la Barranca y Burunda, explorando después las del valle de Ergoyena. Estos trabajos continuaron en la parte norte de la Sierra, en la ver- tiente del , cuevas entre Madoz y Lecumberri, valle de Araiz, Cam- pas de Aralar y luego en otros macizos, como los de Azpíroz, Gorriti, Huici, Excurra, Leiza, con control de restos arqueológicos y paralelamen- te de algunos monumentos megalíticos. Siguiendo las indicaciones de Altadill se revisaron las cuevas de la Foz de Arbayún, sin comprobarse el interés supuesto por dicho autor, al mismo tiempo que se localizaba una serie de cuevas con restos arqueológi- cos en la Sierra de Leyre, y conjuntos cerámicos en los valles que la cir- cundan. Se revisaron también la Sierra de Andía y los barrancos circundan- tes, con localizaciones arqueológicas del Valle de Ollo, Arañoz, Ubagua, lo mismo que en la Sierra de Sarbil, en las cuevas de las estribaciones de Echauri, y márgenes del río Arga. A todas estas visitas hay que añadir las efectuadas en el macizo de Urbasa y valles circundantes, destacando las de Iranzu, Urederra, Olazagu- tía, Alsasua, Urdiain, y todo lo que corresponde a la Burunda, aparte de las cuevas existentes en la Sierra, con diversas localizaciones arqueológicas. En otras zonas se visitaron también cuevas de interés, como las situadas en la

101 Cfs. en MARTÍNEZ-PEÑUELA, 1969, presentación del autor en la contraportada del folleto; y en Grupo de Espeleología, en la "Revista Príncipe de Viana", números 56 y 57, 1954, p. 345. 102 Debo esta relación de los miembros del Grupo Espeleológico a Isaac SANTESTE- DAN, autor también de la reseña de actividades del Grupo que se sigue en el texto. Cfs. también en el folleto de MARTÍNEZ-PEÑUELA y en el artículo en "Príncipe de Viana" que cito en la nota anterior.

62 [16] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA

Ulzama, Basaburúa, Erro, Irati, Eska, Sierra de Alaiz, cuenca de Pamplona, así como, de distinta índole, las situadas en la zona de La Ribera, en An- dosilla, , Viana, Cárcar, y Arguedas 103. Un informe de 1954 y el comienzo de la publicación del catálogo espe- leológico de Navarra, con sendas entregas de 1959 y 60, dieron a conocer algunas de estas tareas 104. Aparte de las actividades de la Institución Príncipe de Viana y duran- te el despliegue de sus trabajos, desde 1953 continuaba la actividad de José Miguel de Barandiarán y de Jesús Elósegui y se iniciaba poco después la aportación dolménica de Tomás López Sellés y la consideración de otros aspectos por Alejandro Marcos y Salvador Mensua, Ana de la Quadra-Sal- cedo, Miguel María Llongueras y Luis Monreal, junto a otras aportacio- nes. La Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi, de San Sebastián, y el Seminario de Arqueología de la Universidad de Navarra, en Pamplona, alien- tan estas tareas. La sostenida atención de Barandiarán a la provincia se refleja en estos años en la localización, efectuada en 1957 con Tomás de Atauri y Manuel Laborde, de un dolmen y ocho cromlechs en Lesaca, publicados en el mis- mo año, y la entrega en 1962 de una cata de comprobación estratigráfica efectuada hacía años en la cueva de Atabo, de Alsasua, y el control de un disco perforado de Erro105. En 1963 Barandiarán se hacía cargo de la Cá- tedra de Etnología Vasca, en la Universidad de Navarra, con el estímulo consiguiente hacia su Seminario de Arqueología 106.

103 Hasta aquí la reseña de actividades del Grupo Espeleológico facilitada por I. SantEsteban. 104 Vid. en Bibliografía: Grupo Espeleológico, 1954; Catálogo Espeleológico de Navarra, 1959 y 1960. 105 BARANDIARÁN, 1957: BARANDIARÁN, 1962. 106 El Seminario presta su colaboración a las actividades del Grupo Etniker en Navarra, con las tareas de Secretaría a cargo de M.ª Amor Beguiristain y la entrega a las series de monografías de dos Memorias de Grado de Bachiller en el Instituto de Artes Liberales de la Universidad de Navarra, dirigidas ambas por el Prof. Dr. Rafael GARCÍA SERRANO: Marlene M.ª de Jesús Sousa, La herrería de Ororbia, en "Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra", núm. 12, Pamplona, "Institución Príncipe de Viana", 1972, pp. 257 a 297: Mary MELISSA LOMAX, Estudio Etnográfico de Barañain (Navarra), leída el 18 de junio de 1974; M.' Amor BEGUIRISTAIN ha entregado asimismo Aplicación de la encuesta etnográfica a la villa de . En la línea de aliento de don José Miguel de BARANDIARÁN a las tareas arqueológicas del Seminario están su en- trega de la colección de materiales de COSCOBILO, cuyo estudio ha constituido la Me- moria de Licenciatura de M.ª Amor BEGUIRISTAIN; las prospecciones, con diversos miem- bros del Seminario, de Coscobilo y covacho de Aldrama, de Olazagutia, en junio de 1973, y de los dólmenes de Lizarrusti en mayo de 1974, y una excursión didáctica a la cueva de Santimamiñe con los alumnos de Primer Curso de la Sección de Historia de la Facultad, el 5 de abril de 1974.

[17] 63 ENRIQUE VALLESPÍ

Las tareas dolménicas continuarían con las entregas de Elósegui, para ser intensificadas por López Sellés, con aportaciones también de Ripa Vega, Mauleón, Peña Basurto y Laborde. Después de su sistematización regional de los dólmenes, Jesús Elóse- gui continuó su aportación navarra, publicando en el decenio de 1952 a 62 nuevas localizaciones de dos dólmenes y tres túmulos en la Sierra de An- día 107, un dolmen y dos túmulos en Goizueta-Artikutza-Aranaz, un dolmen de Aralar, tres túmulos en Errazu-Aldudes, un dolmen y dos túmulos en el valle de Atez, un dolmen en Otsola-Belate y otro en el valle de La- rraun 108, y en una tercera entrega de estos años, un dolmen de Orbaiceta, otro de Goizueta-Artikutza-Aranaz, dos de Basaburúa Mayor, otros dos de Basaburúa Menor y uno de Ulzama 109, además de otros dos de Orbaiceta, dados a conocer independientemente por López Sellés 110. Esta aportación dolménica sería notoriamente ampliada por Tomás Ló- pez Selles, que inició sus entregas en 1956, dando a conocer nueve dól- menes de Bigüezal, Leyre-Illón, Arriasgoiti, Erro, Izpegui, Sayoa-loiketa y Abodi, y un cromlech en Urepel-Ibañeta 111, aportación inicial que aumentó al año siguiente con un nuevo dolmen en Baztán y dos en Roncal 112. Dos años después, en 1959, señalaba una nueva estación dolménica, en Idokorri- Ugarra, con nueve ejemplares 113, dos dólmenes en la nueva estación de Baz- tán-Bertizarana, con la ubicación precisa de un dolmen (el de Pasomuerto) en Leyre-Illón 114. Al siguiente año localizaba un dolmen en Anué-Esteri- bar, tres nuevos dólmenes en la estación de Errazu-Aldudes, otros tres en Leyre-Illón, y otro ejemplar en Urepel-Ibañeta y publicaba la estación del Salazar, señalada previamente por Ripa Vega 115. En entregas continuadas, un año después, publicó el descubrimiento del dolmen de Farangortea, de Artajona 116, y en otro trabajo del mismo año 1961, una nueva estación, en Orbaiceta, nuevos ejemplares en las estaciones de Lerate, Errazu-Aldudes,

107 ELÓSEGUI, 1954. 108 ELÓSEGUI, 1956. 109 ELÓSEGUI, 1962. 110 ELÓSEGUI, 1962, y LÓPEZ SELLÉS, 1961, b. 111 En artículo en colaboración con Eduardo MAULEÓN, cuya entrega se concreta a la primera parte del artículo, correspondiendo a LÓPEZ SELLES la parte segunda, según comunicación oral de LÓPEZ SELLES. Véase MAULEÓN y LÓPEZ SELLES, 1956. 112 LÓPEZ SELLÉS, 1957. 113 LÓPEZ SELLÉS, 1959, a. 114 LÓPEZ SELLÉS, 1959, b. El dolmen de Pasomuerto había sido dado a conocer previamente por MALUQUER, 1955, c. 115 LÓPEZ SELLÉS, 1960. 116 LÓPEZ SELLÉS, 1961, a.

64 [18] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA

Ataun-Borunda y Abodi, además de dos cromlechs 117. Poco después, en 1963 entregaba catorce nuevos dólmenes, con ejemplares sueltos correspondientes a las estaciones de Urepel-Ibañeta, Auritz, Atxuri, Urbasa, Orbaiceta, Anué- Esteribar, valle de Ulzama, Otsola-Belate y Errazu-Aldudes y una nueva es- tación, en el valle de Arce 118. En 1965, publicaba un nuevo dolmen del Roncal y otro de Idokorri-Ugarra 119. La densa aportación dolménica de Ló- pez Selles se completaba en esos mismos años, con las indicaciones de Fran- cisco Ripa Vega en el valle de Salazar 120, más entregas esporádicas de Eduar- do Mauleón 121 y Luis Peña Basurto 122 y Manuel Laborde 123. Junto al interés dolménico, siempre permanente, se atendieron tam- bién en esos años, entre 1958 y 65, otras manifestaciones de la Arqueolo- gía prehistórica de la provincia, con unas precisiones de Máximo Ruiz de Gaona sobre el yacimiento de Coscobilo, de Olazagutía 124, la publicación por Alejandro Marcos y Salvador Mensua de una pieza inferopaleolítica de Lumbier 125, la entrega en 1962 por Ana de la Quadra-Salcedo de su pros- pección de los alrededores de Pamplona, con localización de los poblados de Malpaso-Lezkairu, Sanducelay y y el control de un hacha de bronce 126, la localización de conjuntos líticos de superficie por Miguel Ma- ría Llongueras y Luis Monreal 127, en la Ribera, y la noticia del hallazgo en Ezcurra de un molde de hachas, dada por José María Merino 128. Estos densos años de actividades enmarcan además la inauguración ofi- cial, en junio de 1956, del Museo de Navarra en el histórico edificio que hoy ocupa, adecuado para tal fin por José Yárnoz, arquitecto de la Insti- tución Príncipe de Viana, con el montaje museístico planeado por Joaquín de Navascués y de Juan, director del Museo Arqueológico Nacional 129. A

117 LÓPEZ SELLÉS, 1961, b. 118 LÓPEZ SELLÉS, 1963. 119 LÓPEZ SELLÉS, 1965. 120 RIPA VEGA, 1955 y RIPA VEGA, 1958. 121 MAULEÓN y LÓPEZ SELLES, 1956. A MAULEÓN corresponde la entrega de tres dól- menes de la estación de Auritz-Ireber, uno de Bigüezal y otro de Leyre-Illón (Véase en nota 111). 122 PEÑA BASURTO, 1954, con un dolmen de Navarra (el de Añoenea-Soroa, en Onyi-Adarra); y PEÑA BASURTO, 1960, de cromlechs que afectan a la zona navarra de Goizueta-Artikutza-Aranaz, y con algunos posibles dólmenes entre ellos. 123 LABORDE, 1967. 124 Ruiz DE GAONA, 1958. 125 MARCOS y MENSÚA, 1959. 126 QUADRA-SALCEDO, 1962. 127 LLONGUERAS y MONREAL, 1962. 128 MERINO, 1965. 129 Esta inauguración del actual Museo, el día 24 de junio de 1956, se registró en la revista "Príncipe de Viana", núm. 63, trimestre 2.° de 1956, Año XVII, p. 220. Reseñan

[19] 65 ENRIQUE VALLESPÍ

estas instalaciones se pasó la vieja colección de la Comisión de Monumen- tos, del anterior Museo de la Cámara de Comptos, y se instalaron adecua- damente los ricos fondos de las excavaciones en curso de la Institución Príncipe de Viana 130, quedando expuestas seis salas de Prehistoria navarra, con los materiales paleolíticos de la cueva de Berroberría, de la industria lítica de Olazagutía, materiales de la Edad del Bronce, con un lote de hachas pulimentadas, ajuares dolménicos de las estaciones de Urbasa, Ara- lar, Iñarbegui y Espinal, y una colección de hachas de bronce, y materiales de los poblados y necrópolis de la Edad del Hierro de Arguedas, Valtierra, Echauri, Cortes y Fitero 131. Se nombró directora del centro a María Ange- les Mezquíriz, y poco después, subdirector a Jorge de Navascués 132. La inmediata publicación de la guía del Museo 133 completaba esta empresa de proyección social de investigación de la Prehistoria navarra, institucionali- zada por la Diputación Foral y su Institución Príncipe de Viana. El final de esta etapa fecunda está coronado por la celebración en Pam- plona, en diciembre de 1965, del IV Symposium de Prehistoria Peninsular, convocado por el Instituto de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Barcelona, con la dirección de Juan Maluquer de Motes, en atención al veinticinco aniversario de la fundación de la Institución Príncipe de Via- na 134. En las sesiones de trabajo, dedicadas a la Prehistoria y la Etnología vascas, además de la implicación navarra en todos los temas generales estu- diados, interesaron más directamente materiales de la Prehistoria de la pro- vincia las intervenciones de María Luisa Pericot sobre el Magdaleniense de Berroberría 135, de Ignacio Barandiarán sobre los grabados de Alkerdi 136, Je- sús Altuna sobre la fauna fría de Olazagutía 137, Ana María Muñoz Amilibia las cerámicas de Berroberría 138 y José María Basabe materiales antropoló- gicos de dólmenes de Aralar 139, planteando problemas de interpretación del poblamiento del Bronce y del Hierro Alejandro Marcos 140 y exponiendo Juan Maluquer de Motes una completa síntesis histórica de la Prehistoria regio-

también la efemérides MEZQUÍRIZ, 1956, pp. 8 a 10, y en ediciones 2.ª y 3.a; y MALUQUER, 1961, a., p. 182. 130 Noticias en MEZQUÍRIZ, 1956, p. 8, y en MALUQUER, 1961, a., pp. 181 y 182. 131 MEZQUÍRIZ, 1956, pp. 33 a 39. 132 Noticia en MALUQUER, 1961, a., p. 182 NAVASCUÉS cesaría después voluntariamente. 133 Por la directora del centro, MEZQUÍRIZ, 1956. 134 MALUQUER, en la Presentación de las Actas del Symposium, pp. VII a IX. 135 PERICOT, María Luisa, 1965. 136 BARANDIARÁN MAESTU, 1966. 137 ALTUNA, 1966. 138 MUÑOZ AMILIBIA, 1966. 139 BASABE, 1966. 140 MARCOS, 1969.

66 [20] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA nal vasca 141. La pronta aparición de las actas de trabajos, en 1966 142, fijaba en ese año el límite de una etapa de tareas brillantes. Un balance siquiera sumario de los grandes logros obtenidos, obliga a resaltar, junto a la evidencia inferopaleolítica o del Paleolítico Medio del bajo Irati y del sugestivo Paleolítico Final y su perduración epipaleolítica planteado por la aclarada secuencia de Berroberría, en el alto Baztán, el profundizamiento alcanzado en el estudio del mundo dolménico, enrique- cido además en extensión geográfica y variedad de tipos y por la consi- deración adecuada del contexto de cuevas, asentamientos al aire libre, y el riguroso planteamiento estratigráfico de la Edad del Hierro, trascendido todo a una ordenada reconstrucción histórica.

5. El monumento actual, desde 1967. Seminario de Arqueología de la Universidad de Navarra y Comisión de Excavaciones y Arqueología de la Institución Príncipe de Viana Desde 1967 la continuidad de algunas aportaciones anteriores se re- fuerza con la entrada en la escena navarra de una nueva generación de arqueólogos. En el ambiente de estos últimos años, un incremento de la actividad en la provincia del Seminario de Arqueología de la Universidad de Navarra, con el apoyo de prospectores locales, caracteriza el más reciente momento actual. Continúan las tareas anteriores el Grupo Espeleológico de la Institu- ción Príncipe de Viana y los prospectores dolménicos. A los primeros se deben las noticias del descubrimiento de pinturas rupestres en un covacho de Echauri y en la cueva de Basaura, comunicadas por Isaac Santesteban en 1968 y 1971 143, y la observación de testimonios prehistóricos en una serie de cuevas de Aralar, laderas de la Barranca y Burunda, Andía, Urbasa, Leyre e Illón y Navascués, por José María Martínez Peñuela entre esos años 144. Poco después aparece nueva aportación dolménica, con una amplia entrega de Tomás López Sellés de nueve dólmenes, de Sayoa-Loiketa, Ara- lar, Abodi, Ulzama y Larraun, otros tantos cromlechs y varios túmulos 145,

141 MALUQUER, 1966. 142 Editadas por la "Institución Príncipe de Viana": Problemas de la Arqueología y de la Etnología vascas. IV Symposium de Prehistoria Peninsular, bajo la dirección del Dr. D. Juan Maluquer de Motes. Constituye esta publicación el núm. 11 de la serie "Pu- blicaciones Eventuales" del Instituto de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Barcelona. 143 SANTESTEBAN, 1968; SANTESTEBAN, 1971. 144 MARTÍNEZ-PEÑUELA, 1969. 145 LÓPEZ SELLÉS, 1973.

[21] 67 ENRIQUE VALLESPÍ y la de un dolmen y otro dudoso en Urbasa, por Fermín de Leizaola 146. En relación con el mundo dolménico navarro, Ana María Muñoz Amilibia sis- tematizaba en el marco regional la aparición de calaita en la estación de Aralar 147. De gran alcance van a ser, en estos años, las aportaciones navarras de Ignacio de Barandiarán y de Apellániz. Ignacio Barandiarán, desde los De- partamentos de Arqueología y Prehistoria e Historia de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza, sistematizaba en 1967 los materiales paleome- solíticos de la provincia en su amplio contexto regional 148, en 1973 pu- blica el análisis de los materiales de arte mobiliar paleomesolítico de Berro- berría 149, y muy recientemente, ha entregado su estudio de los grabados parietales de la cueva contigua de Alkerdi 150. Juan María Apellániz ha pu- blicado, también últimamente, la ordenación analítica de cuevas y dólme- nes navarros en un corpus de yacimientos de la Edad del Bronce de las Vascongadas y Navarra 151, completando esta obra con la aparición anuncia- da de la síntesis de su estudio 152. Una ordenación reciente de los materiales paleontológicos de la región, debida a Jesús Altuna 153, interesa también al estudio de la Prehistoria navarra. Destacable resulta asimismo la actividad creciente del Seminario de Arqueología de la Universidad de Navarra. Iniciadas sus tareas de investi- gación en el curso académico de su fundación, 1957-1958, con Alejandro Marcos Pous, se trazó en los primeros momentos un plan de trabajo en la provincia de Logroño, con atención también a materiales navarros 154, mien- tras la integración posterior de nuevos miembros, con Rafael García Serra- no y Enrique Vallespí, y la promoción de alumnos con Amparo Castiella y María Amor Beguiristáin, ha permitido un despliegue de actividades a es- cala regional amplia y de intensificación en la provincia, en colaboración con el Museo de Navarra y los restantes centros especializados de la región, con los Departamentos de la Universidad de Zaragoza, Sociedad de Cien- cias Naturales Aranzadi, de San Sebastián y Museos Provinciales de Alava y Logroño principalmente.

146 LEIZAOLA, 1973, a y b. 147 MUÑOZ AMILIBIA, 1971. 148 BARANDIARÁN MAESTU, 1967. 149 BARANDIARÁN MAESTU, 1973. 150 BARANDIARÁN MAESTU, 1974. 151 APELLÁNIZ, 1973. 152 APELLÁNIZ, 1974; cfs. el plan de su publicación, en APELLÁNIZ, 1973, p. 7. 153 ALTUNA, 1973. 154 Por MARCOS y MENSÚA, 1959; MARCOS POUS, 1966; QUADRA-SALCEDO, 1962; PE- RICOT, María Luisa, 1966; como se ha ido señalando en su lugar correspondiente.

68 [22] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA

En publicaciones recientes, desde 1970, Vallespí ha comunicado la localización de un foco de asentamientos al aire libre con bifaces de tipolo- gía achelense y potente industria del Musteriense de tradición achelense en la cima de la Sierra de Urbasa 155, con García Serrano ha publicado un bifaz suelto de Estella 156 y con Ruiz de Gaona, la identificación de industria Musteriense de tradición achelense, con series superopaleolíticas, fundamen- talmente auriñacienses, en Coscobilo de Olazagutía 157, a cuyo estudio ha de- dicado Beguiristáin su Memoria de Licenciatura 158; otra Memoria, de María Inés Tabar, se ha aplicado al análisis de materiales de Andasarri y de Otxa- portillo 159, de la Sierra de Urbasa. En el campo de las manifestaciones de la Edad del Bronce, el Semi- nario se ha consagrado al estudio sistemático de los asentamientos al aire libre, siguiendo la obra anterior de Vallespí, habiéndose entregado el estu- dio de conjunto de una nutrida red de yacimientos navarros, por Valles- pí 160, con aportación directa de Beguiristáin a esta tarea 161; y habiéndose verificado el registro complementario de materiales líticos sueltos 162. Han sido realizadas también tareas de excavación en varios poblados de la Edad del Hierro de la provincia, con una campaña en Sansol, de Muru- Astrain, por Alejandro Marcos, una segunda campaña en ese mismo yaci- miento y otra en la Custodia de Viana, por Amparo Castiella, con entrega de ambas memorias 163, y una campaña en el Castillar de , por García Serrano. Bronce Final y Edad del Hierro de la región son objeto de la Tesis Doctoral de Amparo Castiella, presentada en la Facultad de Filo- sofía y Letras de la Universidad de Navarra 164. Además se ha emprendido un plan de Cartas Arqueológicas locales, con las dos primeras elaboradas como Memorias de Licenciatura, sobre el término municipal de Viana por Juan Cruz Labeaga 165 y del Señorío de

155 VALLESPÍ, 1971; VALLESPÍ, 1975. 156 VALLESPÍ y GARCÍA SERRANO, 1974. 157 VALLESPÍ y Ruiz DE GAONA, 1971; VALLESPÍ y Ruiz DE GAONA, 1970. 158 BEGUIRISTAIN, 1974, b. 159 TABAR, 1974. 160 VALLESPÍ, 1974, a. 161 BEGUIRISTÁIN, en BEGUIRISTÁIN y CASTIELLA, 1973; BEGUIRISTAIN, 1974. 162 VALLESPÍ, 1974, b. 163 A la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas; pendiente su publi- cación. 164 Y cuya lectura se ha efectuado en fecha 19 octubre 1974. 165 Juan Cruz LABEAGA, Carta Arqueológica del término municipal de Viana (Na- varra), Memoria de Licenciatura, leída en septiembre de 1973.

[23] 69 ENRIQUE VALLESPÍ

Learza por Alberto Monreal Jimeno 166. Finalmente se mantiene la atención a la valoración histórica del poblamiento protohistórico regional 167. Las tareas de prospección del Seminario están apoyadas por prospec- tores locales, cuya coordinación posibilita la exploración sistemática de algu- nas comarcas, conforme ocurre, en relación con mis trabajos personales, con la colaboración de Emilio Redondo Martínez, de Zudaire, descubridor de los conjuntos paleolíticos de la Sierra de Urbasa, de Segundo Ruiz Roca, de Estella, autor de numerosas localizaciones de las Edades del Bronce y del Hierro en Tierra Estella, la Solana y Piedemonte meridional de Monte- jurra, y desde Pamplona, de Miguel Angel Zuazua y Gisela Wegener de Zuazua, prospectores en la Navarra Media de una red de asentamientos al aire libre de la Edad del Bronce. Estas tareas de prospección aparecen refor- zadas por diversas colaboraciones locales 168 y la coordinación de estos es- fuerzos aislados permite al Seminario de Arqueología de la Universidad de Navarra la ampliación de sus explotaciones sistemáticas y un control ade- cuado de hallazgos, al servicio de unas tareas perentorias del estudio del ámbito arqueológico navarro que no admiten dilación. El Seminario ha ofrecido también un cursillo de Prehistoria navarra, desarrollado en sesiones semanales durante el curso 1973-74, planeado y mantenido por Enrique Vallespí y abierto a cuantos han querido participar, con la incorporación activa desde el primer momento de María Amor Be- guiristain, José de Cruchaga y los alumnos Pedro Costa, Alfonso Estévez y Javier Monzón, desde dicho Centro, y de Tomás López Sellés e Isaac Santesteban, en tareas que han servido, paralelamente a una ordenación didáctica del conocimiento actual de la prehistoria de la región, a la polari- zación de voluntades hacia un empeño común. En esta misma línea integradora de la actual realidad arqueológica na- varra, constituye novedad institucional importante la reorganización de la Institución Príncipe de Viana, de la Diputación Foral de Navarra, bajo la

166 Alberto MONREAL JIMENO, Carta Arqueológica del Señorío de Learza (Navarra), presentado en junio de 1974. 167 VALLESPÍ, 1972. 168 Estas tareas de prospección aparecen reforzadas por diversas colaboraciones, como las de Julio García Pérez, de Tudela; Francisco Manzanedo Aramendía de Estella; Francisco Setuain Irigoyen, de Monreal; Angel Elvira, de Mendavia; desde Pamplona, con referencia a diversos lugares, Alberto Cañada Juste, José de Cruchaga y Purroy, Carlos Arias Gómez, entre otros colaboradores. En relación con este despliegue de aficiones a la arqueología de campo, me veo obligado a señalar que, contrastando con aportaciones positivas, como las expresadas, resulta lamentable que no se guarden siempre los límites legales de actuación como he tenido la tristeza de observar ante excesos en varios yaci- mientos y en la retención frecuente de colecciones de materiales, cuyo depósito definitivo debe ser el Museo de Navarra. En este sentido deseo que la divulgación de estas notas estimule el buen sentido de la afición local.

70 [24] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA dirección de Vicente Galbete Guerendiáin, con reestructuración de la Comi- sión de Excavaciones y Arqueología, dirigida por María Angeles Mezquíriz, en su calidad de Directora del Museo de Navarra, e integrada por Ignacio Barandiarán, María Amor Beguiristáin, Amparo Castiella, Tomás López Se- llés, José María Recondo, S. J., Isaac Santesteban y Enrique Vallespí. Acor- dada esta reorganización por la Diputación Foral en septiembre de 1974, la Comisión pretende soldar nuevos esfuerzos en la continuidad de las tareas de investigación de la Prehistoria de Navarra.

Enrique VALLESPÍ

[25] 71 BIBLIOGRAFIA

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72 [26] INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA NAVARRA

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