Casas y cláusulas en Clarice y Cortázar: una puerta al inconsciente, la angustia y el llamado de los otros

Élcio Luís Roefero

Doctorando en Letras (Teoría Literaria y Literatura Comparada) en la Universidade de São Paulo. Magíster en Literatura y Crítica Literaria por la Pontificia Universidade Católica de São Paulo. Profesor Titular de Literatura Brasileña, Teoría Literaria y Semiótica, en las Faculdades Integradas Teresa D’Ávila (Brasil). Orientador de investigaciones y Coordinador de Posgrado en Lengua Portuguesa y Literaturas en la misma instituición.

Héctor Luis Baz Reyes

Alumno de Maestría en Ciencias Sociales en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (Chile). Profesor de Lengua Española y Literatura Hispanoamericana, egresado del Centro Regional de Profesores de Salto (Uruguay). Investigador de las temáticas: Género, Sexualidad y Etnias, con estudios realizados en la Universidad de la República (Uruguay). Diplomado en Docencia Universitaria en la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología (Chile).

RESUMEN: En el siguiente estudio de los cuentos “Casa tomada” RESUMO: de Julio Cortázar y “A mensagem” de Clarice Lispector, Buscaremos no estudo dos contos “Casa tomada”, de Julio realizaremos un tramado comparativo donde varios temas Cortázar e “A mensagem”, de Clarice Lispector, perfazer servirán de urdimbre para componer nuestro trabajo. um tramado comparativo em que vários temas servirão Entre esos temas analizaremos la simbología de la casa de urdidura para constituir uma leitura. Dentre esses como estructura psíquica y la “inquietante extrañeza” temas, analisaremos a simbologia da casa como estrutura como presencia o manifestación en ambas narrativas. La psíquica e a “inquietante estranheza”, como presença angustia, lo íntimo reprimido, el inconsciente colectivo ou manifestação constante em ambas as narrativas. A y las exigencias sociales serán algunos de los temas que angústia, o íntimo recalcado, o inconsciente coletivo e as cohesionarán nuestra producción. exigências sociais também enredarão o nosso texto.

PALABRAS-CLAVE: PALAVRAS-CHAVE: cuentos - Julio Cortázar - Clarice Lispector – intertextualidad contos - Julio Cortázar - Clarice Lispector – intertextualidade - casa. - casa.

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El mundo está lleno de falsos felices. En definitiva me te por las entradas y salidas que la escritura de la autora siento profundamente solo, y creo que está bien. No conduce. La tensión narrativa, los movimientos internos, cuento con el peso de la mera tradición occidental como el complejo juego de lenguaje y sus tantas significaciones un pasaporte válido, y estoy culturalmente muy lejos de anulan cualquier tentativa de permanecer ileso después de la tradición oriental, a la que tampoco le tengo ninguna la experiencia y, por qué no, el pacto que se firma entre confianza fácilmente compensatoria. La verdad es que la voz narrativa y el sujeto lector. Como escribió Antonio cada vez estoy perdiendo más la confianza en mí mismo, y estoy contento. Cada vez escribo peor desde un punto Cándido, “su campo aún es el alma, aún son las pasiones. de vista estético. Me alegro, porque quizá me estoy acer- (…) Su ritmo es un ritmo de búsqueda, de penetración que cando a un punto desde el cual pueda tal vez empezar permite una tensión psicológica pocas veces alcanzada” a escribir como yo creo que hay que hacerlo en nuestro (CÁNDIDO, 1987, p.2 [traducción nuestra]) tiempo. En un cierto sentido puede parecer una especie de Como importante capítulo de los estudios literarios, suicidio, pero vale más un suicida que un zombie. Habrá la Literatura Comparada constituye un fecundo y per- quien pensará que es absurdo el caso de un escritor que tinente modo de lectura y análisis del texto. Más que un se obstina en eliminar sus instrumentos de trabajo. Pero método analítico, el cotejamiento textual abre una amplia es que esos instrumentos me parecen falsos. Quiero equi- posibilidad de interpretaciones, una vez que se vislumbra parme de nuevo, partiendo de cero. (Harss, Luis. In: Los un fértil terreno de discusiones acerca del objeto literario y nuestros) sus filiaciones o designaciones que comportan la presencia de un tema en varias culturas, la amplitud de influencias, La diversidad y complejidad en la obra cortazariana la profusión de enunciaciones que se funden y se pierden hacen que el estudio de sus creaciones sea referencia cons- en una búsqueda de orígenes o de sentidos. tante e inagotable para la crítica literaria. Dividido en dos mundos, el familiar en Argentina y el soñado en Francia, Puede decirse entonces que la literatura comparada com- aunque nacido en Bélgica, Cortázar es uno de los principa- para no por el procedimiento en sí, ya que, como recurso les exponentes de la literatura universal ya que, confinar- analítico e interpretativo, la comparación posibilita a ese lo apenas a un contexto latinoamericano, sería cercenarle tipo de estudio literario una exploración adecuada de sus todo compromiso como hombre de excepcional sensibili- campos de trabajo y el alcance de los objetivos que se pro- dad ante la condición humana. Sus textos, considerados pone (CARVALHAL, 1986, p.7 [traducción nuestra]) paradigmáticos y en esencia originales, se actualizan cons- tantemente y renacen en cada lector con la misma fuerza Valerse del comparativismo para abordar y adentrar- que antaño. se en las obras de cuentistas destacados como Clarice Lis- Testigo de un mundo en ebullición, alucinado con pector y Julio Cortázar es, además de un recurso analítico, el existencialismo filosófico, la libertad, las corrientes de una herramienta para encaminarse en una escritura densa vanguardia en Europa y la creciente revolución tecnológi- y muy bien construida de manera que comporta y requiere, ca, política y social en América, como la cubana y la ni- elementos interpretativos y modos de lectura que susten- caraguense, Julio Cortázar perteneció a la llamada cuarta ten su inmensidad. generación de narradores latinoamericanos que fueron Diversos fueron los trabajos que enfocaron la ficción influenciados por estos hechos. En una Argentina agitada, de la autora brasileña, nacida en Ucrania en 1920. Algu- conducida por un gobierno populista del antes dictador y nos siguen un abordaje filosófico, otros una escuela socio- después Presidente constitucional Juan Domingo Perón, lógica; muchos una lectura fundamentada en los aspectos procedimientos arbitrarios y desacuerdos ante su persona, psicológicos de sus personajes o en postulados semióticos. hicieron que Cortázar discordara con las ideas políticas y De esa manera, el texto de Lispector se presenta como un hasta se enfrentara al gobierno, acercándolo más a ideolo- fascinante objeto que posibilita todas las formas interpreta- gías socialistas extranjeras: tivas de la hermenéutica. En un mosaico que diseña y perfila el tratamiento y En verdad, Julio quería escribir como un músico de Jazz las innúmeras acciones que permiten una cohesiva lectura que improvisase siempre, como Charlie Parker, que tomó del texto literario, el cotejamiento por medio de la intertex- como a uno de sus modelos de artista en uno de sus más tualidad es el umbral escogido para este estudio. Auxiliará bellos cuentos que escribió y que lo define en más de una también, a nortear el camino y el análisis que sustenta la dirección: “El perseguidor”. Con lucidez cortante y la idea de una casa construida, sobre todo, como metáfora del insatisfacción perenne de cada take, de cada texto, Julio sondaba las rendijas, ardiente de deseo, buscando el en- inconsciente y, a su vez, como el espacio de problemáticas cuentro, que entonces, sí, daría pasaje. Hace más de diez relaciones de alteridad, tema tan frecuente en la obra cla- años se calló el hombre tan alto, que salió de un suburbio riciana: de Buenos Aires para llevar a las manos sabias de Borges el cominzo de su historia. (ARRIGUCCI, 1995, p.15.) Y, en ese límite, el enunciado (la metonimia, la sinécdo- que, la articulación entre las partes en la línea del discur- Leer la obra de Clarice Lispector es semejante a intro- so, del sintagma) y el paradigma (la metáfora, el delirio, ducirse en un laberinto de paredes movedizas. La posibi- la condensación, la poesía, el silencio y la autoreferencia) lidad de perderse y la peligrosa fascinación por una vaga se doblan entre sí, en una escritura que busca contener y ser contenida, pero incontinente escapa en busca de lo salvación impelen al lector a deambular indefinidamen- inefable y de lo innombrable, así como de ella escapan lo

Ângulo 130 - Literatura Comparada v.I, jul./set., 2012. p. 073 - 081 75 figurativo y lo real que ella quiere nombrar y representar. referencia directa a la unión matrimonial, permitiéndonos (…) Hay en su obra una educación por el obstáculo, en la establecer una interesante correspondencia semántica y cual se busca avanzar el límite del lenguaje y de la signi- simbólica entre la casa, los seres que la habitan y las siem- ficación, hasta lo impronunciable. (HELENA, 1999, p. 65 pre desconocidas profundidades del mundo psíquico que [traducción nuestra]) en esta oportunidad se dejan entrever en las lecturas de los cuentos “Casa tomada”3 de Julio Cortázar y “A mensa- En determinados géneros literarios, la presencia tras- gem”4 de Clarice Lispector. cendente del espacio determina en forma corriente el pun- Una pareja de hermanos, “simple y silencioso matri- to de contacto donde los seres de la acción, los personajes, monio de hermanos” (CORTÁZAR, 2001, p.12), habita una entran en . No es menos recurrente en el género casa “espaciosa y antigua” (Ibídem, p.11.) que al igual que lírico, donde asume connotaciones diversas en el recuerdo un cofre con reliquias, “guardaba” (Ibídem) – no es menos del protagonista poemático, bajo el esquema subjetivo de importante el uso del pretérito imperfecto, el cual acusa las emociones o en la necesidad arbitraria del recurso utili- una realidad presente diferente – los recuerdos de sus ante- zado por el autor, permitiéndonos interpretar simbologías pasados y la propia infancia de los personajes. El narrador y significaciones más allá del objeto referido o el espacio en primera persona, el hermano de Irene, insiste en desta- real, como ocurre en los poemas “Correspondencias” o “El car que lo importante de su relato no es él, sino la casa y su 1 albatros” del libro Las flores del malde Charles Baudelai- hermana, restando importancia a los acontecimientos que re, para citar sólo dos ejemplos. perturbaron el equilibrio en sus vidas y que modificaron Sin embargo, ningún otro elemento ha tenido el mé- sus hábitos hasta la decisión final de marcharse. rito de ser considerado personaje y en muchas ocasiones Cualquier expectación o “inquietante extrañeza”5 uti- asumir un rol protagónico, como el que ha tenido la casa. lizando un concepto freudiano, se vería inmediatamente Por un lado, y como ya adelantábamos, constituye el es- diluida – para tranquilidad y decepción de muchos lec- pacio donde personajes con características humanas o no, tores – si una explicación racional, empírica, sin importar conviven, y por ende, instauran situaciones conflictivas. su calidad natural o sobrenatural, constatase que los men- Por otro lado, ella misma compone un elemento simbólico cionados acontecimientos tienen un fundamento, como el plural que puede regir en forma independiente en el mo- hecho de verificarse que han entrado ladrones o espíritus. mento en el que alberga o se le atribuyen diversos disposi- La ausencia absoluta de estos elementos verificables, y la 2 tivos instaurados, como la clásica referencia al castillo o a omisión de datos por parte del narrador, permiten que la casa embrujada, habitada por lo sobrenatural, típica de paulatinamente nos introduzcamos en un plano diferente, la narrativa fantástica. leitmotiv de la literatura fantástica maravillosa según Todo- La palabra casa hospeda referencias simbólicas aso- rov y que se origina en la denominada “vacilación”: “Tanto ciadas a los elementos femeninos del universo, aquello que la incredulidad total como la fe absoluta nos llevarían fuera protege lo sagrado, la sabiduría y la tradición. Casa, cuer- de lo fantástico: lo que le da vida es la vacilación.” (TODO- po, pensamientos o vida humana se identifican, adentrán- ROV, 1981, p.18.) (…) “Lo fantástico implica pues no solo la donos aquí en el campo del psicoanálisis que nos permitirá existencia de un acontecimiento extraño, que provoca una identificar estos sutiles andamios en el discurrir de nuestro vacilación en el lector y el héroe, sino también una manera trabajo. Menester es, a modo de clarificar los argumentos de leer…” (TODOROV, 1981, p. 19.) destacados, citar lo que el Diccionario de Símbolos de Juan Sin embargo, existe otra percepción sobre los acon- Eduardo Cirlot refiere al respecto de la casa: tecimientos que no escapa al lector inquieto y que se hace más evidente a través de la forma sistemática e indiferente Ania Teillard explica este sentido diciendo cómo, en los de asumir los hechos: “Tuve que cerrar la puerta del pa- sueños, nos servimos de la imagen de la casa para repre- sillo. Han tomado la parte del fondo.” (CORTÁZAR, 2001, sentar los estratos de la psique. La fachada representa el p.15.) No hay aclaraciones, no hay preguntas ni mayor aba- lado manifiesto del hombre, la personalidad, la máscara. timiento sobre la ocupación, apenas es aceptada e inmedia- Los distintos pisos conciernen al simbolismo de la verti- calidad y del espacio. El techo y el piso superior corres- tamente la rutina se modifica, como si siempre se hubiera ponden, en la analogía a la cabeza y el pensamiento, y a esperado que aquello ocurriera de manera inevitable. El las funciones conscientes y directivas. Por el contrario, el único riesgo, convivir con lo que ha tomado la casa. Estos sótano corresponde al inconsciente y los instintos (como nimios elementos nos posicionan ante una nueva percepci- en la ciudad, las alcantarillas) La cocina, como lugar don- ón del relato y, principalmente, fomentan la mirada hacia de se transforman los alimentos, puede significar el lugar el mundo psíquico de los personajes. o el momento de una trasformación psíquica en cierto sen- Una pareja de hermanos que ya había pasado los tido alquímico. Los cuartos de relación exponen su propia cuarenta, que no necesitaba trabajar – recordemos que la función. La escalera es el medio de unión de los diversos esperanza de vida era considerablemente menor para los planos psíquicos. Su significado fundamental depende de nacidos en la primera década del siglo XX – un “matrimo- que se vea en sentido ascendente o descendente. Por otro lado, como decíamos, también hay una correspondencia nio” confinado al interior de una casa: “A veces llegamos de la casa con el cuerpo humano, especialmente en lo que a creer que era ella la que no nos dejó casarnos” (Ibídem, concierne a las aberturas… (CIRLOT, 2006, p. 127-8) p. 11.), los recuerdos, que en parte son la causa de la alie- nación y la rutina que se delimitaba al orden excesivo de De la palabra casa también deriva el término casar, esa casa. Polvo, mucho polvo que a todo lo cubría como

76 www.fatea.br/angulo una nebulosa intrigante, un viaje entre las tinieblas del in- ción estética y psicológica de “inquietante extrañeza” o de consciente, donde se pretende poner un orden infructuoso, ominoso que se ha planteado inicialmente, para volverla a comienza necesariamente a corroer las últimas esperanzas encontrar en las nociones analíticas de angustia, de doble, como si se tratase de una labor ominosa. Dos “Sísifos” que de repetición y de inconsciente” (KRISTEVA, 1994, p.192 han comenzado a ladear la pesada roca. En este punto nos [traducción nuestra]) vemos de manera inevitable en una asociación con Alonso La casa e Irene, están vinculados a la angustia de cas- Quijano, quien en su lecho de muerte y después de asumir tración del narrador que ha quedado grabada en el incons- sus locuras, escucha de su fiel compañero Sancho: ciente – creían que la casa no los había dejado casarse –. Reprimida esta angustia, aflora en la conducta matrimonial –¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuestra de los hermanos como una presencia que paulatinamen- merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos te ocupa la casa desde el fondo hacia el frente, ruidos que años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre primero son escuchados por el narrador en ambas oportu- en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie nidades. le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía. La amenaza queda aislada, separada por una puerta (CERVANTES, 2009, p. 1102-3.) de roble que impide la intimidación de castración que pro- voca, controlada en forma momentánea no es peligro para Como ocurre en otros cuentos de Cortázar “la ilusión la pareja, principalmente para el narrador, hasta que nue- novelesca”, análoga al inconsciente en este cuento, gana el vamente se manifieste. El tiempo transcurre y los rituales escenario de los personajes. La casa se contamina en for- se intensifican, a través de nuevos pasatiempos se intenta ma simbólica de deseos y antiguos recuerdos reprimidos. detener lo inminente, una vacuidad que parece restablecer Hay una necesidad urgente de iniciar una transformación el equilibrio: y si esa metamorfosis es voluntaria o impulsada por el inconsciente, lo importante es que se adueña del espacio Freud observa que el yo arcaico, narcisista, aún no delimi- que los amenaza, del ámbito uterino que los ha confinado tado por el mundo exterior, proyecta fuera de él lo que ex- a una ilusoria seguridad. Retomemos el concepto “Inquie- perimenta en sí mismo como peligroso o no placentero en tante extrañeza” en las palabras de Cleusa Rios Pinheiro sí, para hacer de ello un doble extraño, inquietante, demo- Passos: “Desde el punto de vista semántico, “inquietante níaco. Lo extraño aparece esta vez como una defensa del extrañeza”, concepto largamente estudiado por Freud, yo desamparado: este se protege sustituyendo la imagen “Unheimlich” en alemán, opuesto a “heimlich”, “heimis- del doble benévolo que antes bastaba para protegerlo por ch”, “íntimo”, “del hogar”. Lo íntimo reprimido. Ese senti- una imagen del doble malévolo donde expulsa la parte de miento representa, en el fondo, el deseo “producido por el destrucción que no puede contener. (KRISTEVA, 1994, p. 192-3 [traducción nuestra]) retorno de alguna cosa familiar que debería haber quedado escondida, secreta, sin manifestarse””. (PASSOS, 1986, p. 10. [traducción nuestra]) Poco a poco y a través de un pacto entre hermanos, Un par de preguntas surgen inmediatamente. ¿Qué la casa que representa la estructura psíquica se resquebraja es lo que retorna y se manifiesta en forma de invasión? en un autosabotaje. La circularidad y los opuestos asumen ¿Nos referimos acaso al vínculo incestuoso entre herma- el escenario. Por un lado, la casa representa la protección nos, una pulsión reprimida que resurge? Conforme con el y la alienación de los personajes donde, a medida que los pensamiento de Freud, citamos: ruidos invaden, gana terreno el deseo, y la libertad que se mantiene en una simulación y readaptación:

Una explicación psicoanalítica: “La predisposición hacia la enfermedad se presenta a la persona con disposición De modo metafórico, el deseo está indisolublemente liga- histérica cuando, en consecuencia de su propia madurez do a trazos mnémicos de una satisfacción que se tuvo. Su progresiva o de las circunstancias externas de su vida, las realización, se sabe, es imposible. Inaccesible e indestruc- exigencias reales del sexo se tornan algo serio para ella. tible, mientras él retorna y embiste en otro elemento. La Entre la urgencia de la pulsión y el antagonismo de la re- primera representación creada, la casa, dará lugar al sig- nuncia a los sexual se sitúa la salida para la enfermedad nificante con el que está en relación de contiguidad, Irene. que no soluciona el conflicto, pero procura escapar a él por La falta solo puede ser soportada a través de la cadena la transformación de las aspiraciones libidinosas en sínto- metonímica. (PASSOS, 1986, p. 13 [traducción nuestra]) mas.” (FREUD, 2002, p. 43-4 [traducción nuestra]) Salir de la casa, emanciparse de los recuerdos y la Si en ciertas condiciones, lo familiar conocido se mani- rutina desgastante, proscribir el incesto o instaurarlo, de- fiesta de manera inquietante, ¿cuáles son esas condiciones? pende exclusivamente de una cláusula: aceptar la invasión A continuación discurriremos en el pensamiento de Julia que no les permita la culpa del desalojo buscado, una fuga Kristeva en su libro Estrangeiros para nós mesmos6 don- forzosa en la pasividad de sus actos “les” permitirá reor- de desarrolla los conceptos “heimlich” y “unheimlich”. denar el pasado, alejando definitivamente a los fantasmas. En “Casa tomada”, la inquietante extrañeza “unheimlich” Irene, al igual que la casa, constituye el símbolo del que provoca la invasión de la casa remite simbólicamente a pasado, principio y niñez – fantasmagóricos – del narra- pulsiones que se manifiestan y que ya hemos mencionado. dor. Se la nombra muchas veces y representa el síntoma “El pensamiento de Freud va a dar un giro extraño a la no- de falta, por la repetición excesiva de su nombre o por los

Ângulo 130 - Literatura Comparada v.I, jul./set., 2012. p. 073 - 081 77 procesos metafóricos que la configuran y consignan como del pasado y remite a la intranquilidad de la muerte propia referencia al pasado. Aunque recordamos las palabras del en el futuro, torna a la casa un testigo con propiedades in- narrador quien nos dice que él no es importante, solo Irene mortales. En ambos cuentos, la presencia de los habitantes y la casa – alejando al lector de un posible interés en quien del pasado y la presencia fantasmal en el presente de los recuerda –, es a su vez la información que nos proporciona personajes, corresponde a un tópico literario que trascien- y la forma de incluir a Irene en su propia cosmovisión, lo de la propia ficción, lacasa embrujada. que nos permite centrarnos en el personaje masculino. Generadora de impresiones traumáticas, angustias y ¿De qué se trata esta cláusula dentro del pacto entre terror frente a los pobladores sobrenaturales, la conviven- hermanos? Esta cláusula es la que les permite salirse del cia con los muertos o el recurrente miedo a ser confinado círculo, al igual que aceptar que traerá bene- para siempre a su interior, la casa se presenta como una en- ficios, asumir una realidad no existente permite avanzar al tidad independiente de nuestro tiempo humano, duradera siguiente estrato. Francisco Rico explica este beneficio aná- y denunciante de la brevedad del tiempo de los hombres, logo en el prólogo de Don Quijote de la Mancha refirién- avasallando violentamente. No es por acaso que los herma- dose al Quijote: nos de “Casa tomada” pensaran en voltearla justicieramen- te “antes de que fuese demasiado tarde”. Recordaba al principio la celada “de cartones” que don Mientras ellos deciden retirarse “involuntariamente” Quijote destroza al primer espadazo y luego da por bue- y clausuran su habitabilidad bajo una llave que es tirada a na “sin querer hacer nueva experiencia de ella” (…) En la alcantarilla, los jóvenes de “A mensagem” son confina- la actuación del escritor, a menudo creemos advertir una dos como en un conjuro asombroso a encontrarse con la distancia desencantada que lo induce a aceptar las cosas casa “Talvez, maduros como uma gota de agua, tivessem como son, en parte por no crearse problemas, por ganas provocado o acontecimiento de que falarei” (…) “O vago de llevarse bien, por cortesía, y en parte por desconfianza acontecimiento em torno da casa velha só existiu porque y por una cierta aprensión de averiguar qué hay en cada caso de blanco y de negro, bueno y malo. (RICO apud. eles estavam prontos para isso”. (LISPECTOR, 1999, p.35.) CERVANTES, 2009, p. 1139-40.) Esta afirmación del narrador, que a su vez sirve como pre- gunta para los hermanos en “Casa tomada”: ¿abandonan “Tuve que cerrar la puerta” (CORTÁZAR, 2001, p. la casa porque es en este momento que están preparados? 15.), la evidencia de una fuerte puerta de roble que aniquila compone un mecanismo que se aleja de la casualidad para súbitamente el pasado se hace símbolo de la primera nece- instaurar un sistema causal de acontecimientos psíquicos, sidad del narrador, existe una obligatoriedad de cambio, donde la madurez implica la preparación del individuo una clausura que si bien no revierte el fin de la genealogía, para que ciertos sucesos relevantes lo transformen, eventos revertirá sí el fin de los hermanos que pensaban morir en que no necesariamente ocurrirían si no existiese la supera- la casa. Sin embargo, justicieramente, ellos han comenzado ción o aceptación del pasado. a voltearla “antes de que fuese demasiado tarde” (Ibídem, La irrupción de lo inexplicable en la aparente norma- p.12.) lidad de los personajes, la casa que los encuentra al mis- Pasado, represión, incesto. Una fuerte puerta de ro- mo tiempo que ellos buscan sin saber qué es lo buscado, ble impide el paso de aquello que los amenaza, momen- desequilibra la rutina de los jóvenes de manera súbita para táneamente. El tiempo se detiene de manera inútil pues se enfrentarlos a la experiencia que los transformará. Esa inscribe ahora en la labor de Irene quien “tejía un chaleco experiencia, acontecimiento típico de la literatura fantás- gris” (Ibídem, p.16.). En este proceso de tejer y destejer, tica y que Todorov llama vacilación, nos llevaría a la con- acción que remite aquí al tiempo abundante – clara refe- sideración de que ambos cuentos son fantásticos a menos rencia intertextual que recuerda a Penélope de La Odisea que aceptemos el sentido alegórico que el autor referido aunque invirtiendo el sentido de “tiempo abundante” por rechaza como exigencia para que la obra sea fantástica: “ganar tiempo”7 o a una de las Moiras8, destino o trama “Finalmente, es importante que el lector adopte una de- de la vida –, el pasado atraviesa la psique así como lo hace terminada actitud frente al texto: deberá rechazar tanto la con la puerta y retoma el presente en una invasión donde interpretación alegórica como la interpretación “poética”.” “lo tomado” es el propio pasado, los fantasmas, recuerdos (TODOROV, 1981, p.20.) Sin embargo, la lectura alegórica y perturbaciones no aceptados, acusan la prohibición del percibida por el lector a través de la información de ambos incesto asumido. narradores parece ser controvertida ante el amplio abanico Perteneciente a la colección de cuentos A legião es- de definiciones en torno al concepto alegoría, aunque que- trangeira de Clarice Lispector publicada en 1964, “A men- de evidente una interpretación no literal y por lo tanto no sagem” presenta una relación análoga a la existente en fantástica de lo que representan ambos cuentos cuando nos “Casa tomada”. Dos personajes, una “moça” y un “rapaz” introducimos en el plano psicológico. en busca de algo que colmase sus expectativas, una casa Angus Fletcher, en Alegoría: teoría de un modo vieja, alta, abandonada y la “inquietante extrañeza” que se simbólico, sugiere que la alegoría dice una cosa y signifi- presenta ante ellos como algo aterrador, desconcertante. ca otra. La alegoría “destruye” la expectativa normal que En la casa abandonada, donde los jóvenes buscaban tenemos sobre la lengua, o sea, nuestras palabras de hecho lo inimaginable, se condensa la ausencia de sus habitantes significan lo que dicen. La alegoría tiene la capacidad de así como las ruinas que el tiempo genera. Esa ausencia que subvertir al propio lenguaje al transformar el significado permite poblar la imaginación con supuestos habitantes de algo en otra cosa que le es distinta. Es por ese motivo

78 www.fatea.br/angulo que la alegoría puede ser considerada “(…) un proceso assunto para disfarçar o aceleramento do coração (...) Um fundamental para codificar nuestra habla” (2002, p. 11-2) pedia muito do outro, mas é que ambos tinham a mesma Todorov, en Introducción a la literatura fantástica carência, e jamais procurariam um par mais velho que lhes realiza una crítica al concepto de Fletcher a consecuencia ensinasse, porque não eram doidos de se entregarem sem de su generalidad, donde todo lo que no sería clasificado se mais nem menos ao mundo feito”. (LISPECTOR, 1999, transformaría en alegoría como si se tratase de un depósito, p.30.) Estos jóvenes personajes, resisten a la “normalida- una “superfigura”. Existe un concepto de alegoría más res- de” que los adultos instauran desde la infancia. Aspectos trictivo que Todorov desarrolla, una proposición de doble que van desde el género y sus convencionalismos, regido sentido, donde el literal o primario es eliminado comple- por medio del discurso como forma de poder, hasta el pro- tamente. Es este motivo el que estigmatizó el concepto de pio uso de las palabras que ambos repudiaban pero que alegoría al determinarse opuesto a la literalidad. Prestemos debían utilizar por no haber inventado aún “palavras me- atención a la siguiente definición: lhores” (LISPECTOR, 1999, p.34.) La casa, simbólicamente, identifica a las casas “nor- (…) el aspecto material funciona como disfraz, disimula- males” de una manera hiperbólica y aterradora. Todo lo ción o revestimiento del aspecto moral, ideal o ficcional. que ella representa es el propio aborrecimiento que les cau- De donde exhibir doble sentido, “un sentido literal y un sa la sola idea de separación, la injerencia de los sexos fren- sentido espiritual al mismo tiempo” (Fontanier 1968: 114), te al vínculo fraterno que ha generado la “angústia” que los equivaliendo, el primero, al contenido manifiesto y el otro, ha unido, un “incesto” hostil y forjado, el reconocimiento al contenido latente, según los conceptos que Freud elabo- del “ser hombre” y “ser mujer”, la masculinidad exigida ró para interceptar el significado de los sueños. El acuer- por la sociedad heteronormativa, la feminidad azotada, el do entre el plano concreto y el plano abstracto se procesa minucia a minucia y no en su totalidad. (MOISÉS, 2004, p. castigo a la aparente indiferencia hacia el mundo adulto 14-5 [traducción nuestra]) que los toma sorpresivamente, dándoles lo que ellos, final- mente buscaban. De alguna manera el proceso en la construcción de También Irene y su hermano han sido confinados al un plano abstracto de significación, para referirnos a un con- incesto. Es la casa, piensan los hermanos, la causante de tal cepto menos controvertido que el uso del término alegoría situación. Finalmente, los cuerpos que han materializado “a secas”, representa un simbolismo extralinguístico en un la norma y que han alcanzado la categoría de “cuerpos que espacio que está más allá del discurso, permitiéndonos una importan” se tornan viables una vez que la abyección es profundidad que la lectura literal consume rápidamente y superada y quedan libres de la casa, clausurando la “in- que nos llena de conjeturas o nos hace bucear en los resqui- quietante extrañeza” nuevamente bajo llave, impidiéndole cios fantásticos inconclusos. el acceso al pasado. En el interior ha quedado lo familiar El sentido de las casas, en el plano abstracto de sig- conocido que no debió manifestarse. El exterior de la casa nificación, remite a dos mensajes y a múltiples interpreta- es la solución menos conflictiva y más purificadora de -es ciones. Por un lado, se desencadena el regreso a lo no ma- tos cuerpos que se han normativizado. Finalmente están nifiesto, lo reprimido, provocando en todos los personajes preparados para enfrentar una nueva categoría: la angustia de castración. En “Casa tomada”, el pasaje al mundo adulto se vio interrumpido por “ella” que según Si la materialidad del cuerpo está demarcada en el discur- el narrador no les permitió casarse, constituir sus propias so, esta demarcación producirá pues un ámbito de “sexo” excluido y no legitimado. De ahí que sea igualmente im- casas, siendo el narrador e Irene los guardianes de sus re- portante reflexionar sobre de qué modo y hasta qué punto cuerdos y también la casa, y a su vez, guardianes de la se construyen los cuerpos como reflexionar sobre de qué infancia que ambos nunca trascendieron. “Nos habituamos modo y hasta qué punto no se construyen; además, inter- (…) a persistir” (CORTÁZAR, 2001, p.11.) dice el narrador. rogarse acerca del modo en que los cuerpos no llegan a La referencia del tiempo es constante, la persistencia, materializar la norma les ofrece el “exterior” necesario, si el tejido que tejía y destejía, así como la permanencia de Ire- no ya el apoyo necesario, a los cuerpos que, al materializar ne en la casa. El tiempo está detenido, rigurosamente con- la norma, alcanzan la categoría de cuerpos que importan. finado a las paredes de la casa, el otro personaje, como en (BUTLER, 2008, p.39.) un espacio paralelo a la realidad que les circunda “Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina” (CORTÁZAR, De igual manera, el mundo exterior a la casa no será 2001, p.13.) Los otros son los antepasados, recordemos al el mismo para los jóvenes de Clarice Lispector, a quienes se narrador de “A mensagem” refiriéndose a “os outros” quie- les ha revelado un mensaje que a su vez, carece de decodifi- nes representan la normalidad, el deber ser frente al ser. cación definitiva, perturbándolos y perturbándonos como Las casas, interpretadas en ambos cuentos como el sím- lectores. Este descontento con la explicación de los hechos bolo del pasado, “los otros”, mantienen a los personajes nos desconcierta, la “inquietante extrañeza” que debería dentro del deber ser: “Eles também achavam que os outros ser superada no contiene la verdad e intenta explicarse sin queriam caçá-los não para o sexo, mas para a normalidade. éxito. Seguimos presos de ambos cuentos que han pasado (LISPECTOR, 1999, p. 34.) su mensaje y ese mensaje, al igual que las casas, pueden Lo que debería quedar oculto se manifiesta: “A prin- surgirnos en cualquier momento. La angustia es perpetua, cipio, quando a moça disse que sentia angústia, o rapaz se y aún libres de la presencia de la casa, llevan consigo (lle- surpreendeu tanto que corou e mudou rapidamente de vamos) una angustia que es inherente a la vida humana.

Ângulo 130 - Literatura Comparada v.I, jul./set., 2012. p. 073 - 081 79 Es notorio que en ambos cuentos los personajes evo- lectivo nunca estuvieron en la consciencia a diferencia de lucionan, se preparan para la siguiente etapa. Los de Cor- los personales que fueron reprimidos alguna vez. Por eso, tázar, confinándose a nuevos espacios y nuevas rutinas, in- dice Jung: “Mientras el inconsciente personal consiste en vadidos por la tristeza ante la pérdida gradual, lentamente su mayor parte de complejos, el contenido del inconsciente se alegran de lo sucedido: “Nos divertíamos mucho, cada colectivo es constituido esencialmente de arquetipos” (…) uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio “determinadas formas en la psique que están presentes en de Irene que era más cómodo”. (CORTÁZAR, 2001, p. 17.) todo tiempo y en todo lugar”. (JUNG, 2008, p. 54 [traduc- Los de Clarice, intensificando la hostilidad entre ambos, ción nuestra]) unidos por la angustia, ligados a una misma infelicidad: Según el autor, los instintos poseen un carácter mo- “a urgência os chamava – eles não sabiam para o que ca- vilizador y se encuentran alejados del espectro conscien- minhavam, e o camino os chamava. Um pedia muito do te del individuo. Cuando Irene se ve amenazada ante el outro, mas é que ambos tinham a mesma carência”. (LIS- peligro que los acecha, el instinto de protección obliga a PECTOR, 1999, p. 33.) su hermano a resguardarla, cerrando la puerta de roble al ¿Cómo es posible entonces que una misma experien- comienzo, apretándole el brazo, haciéndola correr con él, cia sea revelada conjuntamente si ella proviene del incons- rodeando la cintura de su hermana para finalmente alejarla ciente individual de los personajes? “Lo recordaré siempre del peligro, al final de cuentas era Irene quién más impor- con claridad porque fue simple y sin circunstancias inúti- taba. El pacto existió desde siempre, la alianza naufraga les” (CORTÁZAR, 2001, p.15.), “O vago acontecimiento en en el inconsciente colectivo y arremete en los instintos de torno da casa velha” (LISPECTOR, 1999, p. 35.) Tal vez exis- protección mutua. ta algo más que un vago acontecimiento en ambos cuentos. No es diferente en los jóvenes de “A mensagem”. Tal vez, como señala el narrador de “A mensagem” todos Ambos se han convertido en hombre y mujer, ya no existe lo buscaban y ellos “estavam tendo o que bem mereciam” en ellos la “moça” y el “rapaz” de antes, ya no habrá una (Ibídem, p. 39.) Sin embargo existe la necesidad de un pac- demanda mutua ni una angustia compartida. Han pacta- to, la cláusula relevante y el motivo de cada uno de ellos, do seguir cada uno su propio camino. Consecuencia que su par. En cada pareja de personajes, el uno para el otro es aquella transformación les ha impuesto a sus vidas, un la imagen en el espejo, la duplicación: “La duplicación es pacto que concluye con un apretón de manos y el instinto también, como imagen en el espejo, un símbolo de la con- de preservarse uno del otro. Finalmente, la llave en el bol- ciencia, un eco de la realidad. Numéricamente corresponde so que recuerda la casa paterna: “– Fico por aquí mesmo, al dos y, por tanto, al conflicto.” (CIRLOT, 2006, p.181.) disse-lhe então despedindo-se com altivez, ele que nem se- Detenernos en la duplicación significa analizar otros quer tinha mais hora certa de voltar para casa e sentia no motivos de la angustia en los personajes –angustia que no bolso a chave da porta.” (LISPECTOR, 1999, p.40.) Am- resurge como lo reprimido, o es a su vez, lo reprimido –, bos se alejan, dueños de una condición y seguros de haber sino la angustia colectiva, aquella que se genera en el vín- hecho lo correcto. El mensaje ha sido dado, la sociedad los culo de cada pareja. Dice Laplanche: reclama, pues continuar en aquel estado anterior sería per- manecer en la angustia perpetua, la no aceptación de sus Pensábamos hasta ahora que la angustia era consecuencia cuerpos, ahora, cuerpos que importan. de lo reprimido, ya que es precisamente en la medida en Los cuatro personajes han nacido entre malestares que una pulsión se ve reprimida que el afecto correspon- y perversidades. El instinto de protección los ha liberado diente se transforma en angustia. Pero la angustia no pue- del yugo de la angustia, del pasado y sus temores. Lo que de ser, al mismo tiempo, la consecuencia de lo reprimido e al principio pareció una presencia fantasmal, actuó como invocada como su causa (…) Freud es llevado a formular mensaje propicio, revelador y lacerante, necesario para dos tesis (…) el ego es el lugar de la angustia, lo que quiere continuar sin vacilaciones. Una cláusula que reafirma el decir que la angustia es percibida al nivel del ego; y el ego es, en el proceso defensivo, el productor (o el reproductor) libre arbitrio y cuestiona la inquietante provocación del de la angustia. El énfasis pasa, por lo tanto, de una angustia inconsciente. automática espontánea hacia una concepción de una an- gustia rememorada y de una angustia utilizada como señal por el ego a fin de permitirle deflagrar su proceso defen- NOTAS: sivo. (LAPLANCHE, 1998, p.133-4 [traducción nuestra]) 1 Entendemos aquí como espacio a las referencias en La angustia surge en la provocación generada por forma literal: le navire (L’Albatros) y Forêts (Correspondances) aquello reprimido, es a su vez la manera que encuentra el aunque en un nivel connotativo representen elementos inconsciente como proceso defensivo y que muchas veces simbólicos. puede forjarse más allá del aspecto personal, siendo tam- 2 Tomemos como un ejemplo clásico “The Canterville bién inherente a los instintos, constituyendo lo que Jung Ghost”,de Oscar Wilde. denomina arquetipos y que constituyen el elemento central del inconsciente colectivo. A diferencia del inconsciente per- 3 Perteneciente al libro Bestiario, publicado en 1951, sonal, el colectivo no debe su existencia a la experiencia “Casa tomada” fue editado por primera vez en la revista personal, no siendo adquirido por el individuo sino a tra- Anales de Buenos Aires, contando entre sus redactores vés de lo hereditario. Los contenidos del inconsciente co- con Jorge Luis Borges.

80 www.fatea.br/angulo 4 Perteneciente al libro A legião estrangeira, publi- REFERENCIAS cado en 1964. BAUDELAIRE, Charles. As flores do mal. Rio de Janeiro: Nova 5 En 1919 Freud publica “Das Unheimliche” Lo si- Fronteira, 2006. niestro, en la traducción española, L’Inquiétante Etrange- BUTLER, Judith. Cuerpos que importan. Buenos Aires: Paidós, 2008. té en la edición francesa o “Lo extrañamente familiar”. Se CERVANTES, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Madrid: trata de un análisis bastante original para la época, un es- Santillana, 2009. tudio psicoanalítico de un conocido cuento de Hoffmann, CIRLOT, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos. Madrid: Siruela, “El hombre de la arena” (Der Sandmann). 2006. CORTÁZAR, Julio. Bestiario. Madrid: Santillana, 2001. 6 Título orignal: Etrangers á nous-mêmes. FLETCHER, Angus. Alegoría. Teoría de un modo simbólico. Ma- drid: Akal, 2002. GRIMAL, Pierre. Diccionario de mitologia griega y romana. Bue- 7 “Eis o último ardil, que seu espírito concebeu: eri- nos Aires: Paidós, 2006. giu em seus aposentos um enorme tear, para nele tecer leve HOMERO. Odisséia. São Paulo: Nova Cultura, 2002. e comprido véu. (...) Então, durante o dia, ocupava-se em JUNG, C.G. Os arquétipos e o inconsciente coletivo. Rio de Janei- tecer a enorme tela; mas, de noite, desfazia-a, à luz dos ar- ro: Vozes, 2008. chotes. Três anos conseguiu dissimular sua artimanha...” KRISTEVA, Julia. Estrangeiros para nós mesmos. Rio de Janeiro: (HOMERO, 2002, p.30-1.) Rocco, 1994. LAPLANCHE, J. Problemáticas I. A angústia. São Paulo: Martins Fontes, 1998. 8 “Las Moiras son la personificación del destino de LISPECTOR, Clarice. A legião estrangeira. Rio de Janeiro: Rocco, cada cual, de la suerte que Le corresponde en este mundo. 1999. (…) regulaban la duración de la vida desde el nacimiento PASSOS, Cleusa Rios Pinheiro. O outro modo de mirar. São Paulo: hasta la muerte, con la ayuda de un hilo que la primera Martins Fontes, 1986. hilaba, la segunda enrollaba y la tercera cortaba (…) Estas TODOROV, Ztvetan. Introducción a la literatura fantástica. Mé- xico: Premia, 1981. tres hilanderas son hijas de Zeus y de Temis, y hermanas de HARRS, Luis. Los nuestros. Buenos Aires: Sudamericana, 1974. las Horas”. (GRIMAL, 2006, p. 364.) CANDIDO, Antonio. “No raiar de Clarice Lispector”. In: Suple- mento Literário de Minas Gerais n. 1091, ano XXII, p. 2. Belo Ho- rizonte: 1987. CARVALHAL, Tânia. Literatura comparada. São Paulo: Ática, 1986. HELENA, Lúcia. Nem musa, nem medusa – itinerários da escrita em Clarice Lispector. Niterói: EDUFF, 1997.

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