La Novela De La Violencia En El Fútbol Universidad, Seguridad, Medios, Hinchismo Y Estado
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
La novela de la violencia en el fútbol Universidad, seguridad, medios, hinchismo y Estado. Juan Manuel Sodo temporal La novela de la violencia en el fútbol Universidad, seguridad, medios, hinchismo y Estado. Juan Manuel Sodo INDICE 4 LA NOVELA DE LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL 0. Momento cero: términos y condiciones……………......…..............................….. 7 1. Esto no es una crónica. Introducción………………………………..........……...11 2. Los estudios del deporte entre la investigación y la gestión.....................................21 3. Los problemas del nombrar, del hacer y el visibilizar…………….…………...…. 29 4. Teoría de los dos momentos y un tercero que se abre...............………………..... 43 5. Los estudios del deporte entre la investigación y la gestión II………………........ 53 6. Los factores locales del problema según el campo. Separador I…………….......... 61 7. Cuatro equívocos de las coberturas de hechos de violencia en estadios………….. 77 8. Teoría de los clasicos…………………………………………………................. 85 9. Las leyes, las medidas, los gobiernos. Separador II………..................………….101 10. Los estudios del deporte entre la investigación y la gestión III………………... 109 11. Lo masculino y lo biográfico en lo académico………………………………... 117 12. Los documentos……………………………………………………............... 129 13. Las bibliografías……………………………............……................................ 155 Momento cero: términos y condiciones ste no es exactamente un trabajo periodístico ni un informe académico más sobre la Eviolencia en el fútbol. Como se verá, de eso ya hay muy bueno y yo no tengo nada nuevo para agregar. El que acá comienza es, en todo caso, un libro sobre hacer un libro sobre la violencia en el fútbol. Que no es lo mismo. O, si se quiere, un ensayo sobre los lenguajes con los se suele abordar el problema en Argentina y una exploración de las posibilidades de otras maneras de contarlo. Donde el lector se va encontrar con algunos de los términos que siguen y frases como estas: Abstinencia de pólvora, doble reduccionismo mediático-judicial, doble estándar, mensa- jes silenciosos, promesas autocumplidas, los lugares simbólicos crean siempre prácticas materiales, temor reverencial, lenguajes de la separación, biografía escritural del campo, doble intraducibilidad, modelo policial-disciplinario y tecnológico-monetario, teoría de los dos aguantes, política de percepción, es un problema del orden del aburrimiento, plusvalía pasional, quienes ponen el cuerpo no ponen la palabra y quienes ponen la palabra no ponen el cuerpo. Novela del hincha, policiación de los lenguajes, teoría de la grandeza, vergüenza social y vergüenza familiar, sentimentalismo, ambientes de violencia, masculinidad en el fút- bol, transferencia de responsabilidades, aparato formal de la enunciación hinchística, cláusula de la pasión, teoría del reflejo, honor, hipótesis de la minoría infiltrada, relación infantilizada, relación folklorizada, etapa fundacional, marca-ciudad, etapa etnográfica y etapa de interlocución externa del campo, modo estatal-mediático de construcción del problema, foro de hinchas, teoría de la cantidad. Teoría de los tres momentos, judicialización televisiva, el aguante del funcionario, po- pularización de las plateas, teoría de los cuatro equívocos, cómo funciona la violencia versus quién es un violento, violencia como capital, el problema de poner afuera el problema, teoría de los clásicos, ley de reciprocidad, nuevo paradigma en seguridad deportiva, temporalidad mediática no es temporalidad política, la inercia del siempre se hizo así, tratamiento responsable, el concepto de violencia genera violencia, teoría del teléfono, cultura hinchística y cultura del desprecio. O sea, un libro de anti-agenda. Pues al momento de tipear esta página y corregir las que continúan, ni fútbol con hinchas hay. El problema con los cartoneros es que hay cartón. ¿Será que se cumplirá la “Gran Larreta” y que sin público en los estadios se encontró, por fin, una solución a la violencia? Sobre Buenos Aires es, por cierto, otro libro que escribí. Es decir, sobre el territorio formado por eso que está en el medio de una historia gene- racional del empleo precario, el alquiler, el campo cultural, el académico y el literario. JUAN SODO 9 Dos trabajos entonces, este y aquel, para dos objetos que ya casi no existen, porque tanto la ciudad como el fútbol que conocíamos tal vez hayan quedado sepultados para siempre por la pandemia. Pero estaba tratando de introducir una noción de lo que entiendo por investigación. Investigar es también investigar lo que hay en el medio. Para el caso que nos convoca, ¿qué es eso que se forma en el “entre”? ¿Qué es eso que hay entre la violen- cia en el fútbol, uno mismo, la escritura y la época? 10 LA NOVELA DE LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL I. Esto no es una crónica. Introducción a vibración del teléfono, tábano aleteando contra el laminado de la mesa del bar Lde la Shell, lo sobresaltó y lo volvió a sacar de la lectura. Los sobrecitos de azúcar y los vasos térmicos vacíos que se habían ido acumulando junto al suplemento deportivo de El Litoral, resaltadores y otros diarios sueltos formando un ecosistema alrededor del libro, temblequearon como en movimiento sísmico. Puteando mentalmente por la nueva interrupción, El Doctor pensó en Chile. En Chile hay terremotos, en Chile hay tsuna- mis, en Chile rige el Plan Estadio Seguro... Soltó el marcador naranja que usaba para subrayar las ideas que le parecían importantes, se arrellanó en la silla de plástico tratando de distribuir el peso para no sobrecargar las patas traseras, levantó el aparato, vio que lo estaban llamando desde la oficina y decidió no atender. ¿Cómo sería estar en política antes, cuando no había celulares? Ya que estaba hizo señas a la chica de visera para que le llevara otro café, consultó notificaciones de email y respondió wasaps atrasados. “Valle- jos dice que tiene abstinencia de pólvora. Dice que hace como un año que en la cancha no se tira un solo tiro”, había escrito Lorenzo en el grupo de la Oficina. “Decile a Vallejos que si quieren tirar tiros que vayan a la laguna a cazar patos”, envió El Doctor y se le vinieron a la cabeza el cuento de los nutrieros de Walsh y el comienzo de Los dueños de la tierra, del Viejo Viñas. Matar era fácil, pero no así, así no… Se acordó también de un juego al que jugaba Marito en la Family Game con una pistola de joystick cuando era chico. Podría decirle a Marito de ir a pescar juntos el fin de semana a Sauce Viejo. Desde la separación que prácticamente no iban. Corrió un poquito más el libro para hacerle lugar al nuevo vaso de café. Empezaba a atardecer y, ya sin el reflejo del sol dando de lleno en el vidrio, la cancha de Unión se recortaba nítida enfrente. Calculó que en cualquier momento los socios iban a empezar a salir de hacer sus actividades. El grupo ese de la Peña que está en el club todo el día estaría terminando alguna reunión y seguro que se cruzarían a la Shell a tomar unos porrones como tenía visto que solían hacer. Esos hinchas andaban todo el tiempo con el conjuntito deportivo de Unión puesto. Se quiso imaginar a sí mismo con el jogging y la campera de Unión pero no pudo. No tanto porque sus colores fueran el rojo y el negro de Patronato de Paraná sino porque no era la indumentaria de su rubro. Aunque a la vez notó que tampoco se estaba vistiendo más como abogado. Que andaba siempre con la misma campera azul. Que incluso ahora mismo tenía puesta la campera azul. “De tanto andar entre canas terminás hablando como cana y vistiéndote como cana”, se dijo, mirándose extrañado. Tal vez de regreso a casa alcanzara a pasar por los negocios nue- vos que abrieron por San Martín, al fondo. En eso pensaba cuando ya sin poder volver a concentrarse retomó el libro sobre seguridad ciudadana. Tipografía 11 interlineado sencillo y él, a su edad, sin necesitar lentes. Se sintió orgulloso. Marcó con naranja otro párrafo y ahora sí quiso hablar con alguno de la oficina. Lo llamó a Lorenzo y pidió hacer JUAN SODO 13 unos contactos. En el Boulevard Gálvez comenzaba a notarse el movimiento de autos y motos. Un perro le ladró a una scooter que pasó para el lado del centro. *** La ingesta improductiva de cervezas artesanales produce en los tejidos grasos del abdo- men el mismo estiramiento irreversible que el tiempo produce en el elástico de la cintura del modelo 510 de jean Levis, se le ocurrió a Walter, que ahora estaba en la sucursal Abasto de Zara probando suerte con pantalones de otras marcas. Las dimensiones del probador no tenían nada que envidiar a los blancos rectángulos de durlock que a cambio de veinte mil pesos mensuales ofrecía, a toda una generación en la ciudad, la alianza que regía entre especulación inmobiliaria y agronegocios. Acá podría vivir tranquilamente, se imaginó. Acá podría empezar una nueva vida y ser criado con luz artificial como un po- llo. Podría ser alimentado con alpiste y alimento balanceado por los vendedores. ¿Cómo anduvo ese talle? El vendedor de acento colombiano o venezolano desde el otro lado de la cortina pinchó el buche mental de sus rumiaciones. Seguramente quemara su sueldo en negro estudiando en la Universidad de Palermo o en alguna de las otras universidades privadas en las que él alguna vez había dado clases. Balbuceó alguna evasiva y respiró hondo con la panza, como le habían enseñado. La ropa ya no es lo que era, se dijo. Ahora sus prendas estrella no duraban en período de esplendor más de una temporada. Un día, un día como cualquier otro, sin que nada lo presagiara, el piloto negro que había sido titular indiscutido, columna vertebral en el equipo de sus apariciones públicas, amanecía en el monoambiente colgando mustio y vacío, como si durante la noche le hubiesen robado el alma. Lo mismo pasaba últimamente con las camisas que apenas transcurrido el primer lavado afofaban su porte y empezaban a perder la gracia.