Blind Guardian en la sala La Riviera. 5 de noviembre de 2010

Por November Teardrops

Eran alrededor de las 16.00h cuando llegué a la fila del concierto. Aquel cinco de noviembre había amanecido inusualmente soleado, lo que había animado a la gente a acudir desde temprano a esperar a las puertas de sala madrileña La Riviera para ver a los alemanes .

Desde más o menos la mitad de la cola de unas doscientas personas –por el momento-, me saludaron mis compañeros, que llevaban allí ya más de una hora. A pesar de que la apertura de puertas se anunciaba a las 19.00h de la tarde, ellos tampoco habían querido quedarse sin sitio en las primeras filas.

La verdad es que nunca me hubiera esperado tal afluencia de público desde prácticamente mediodía, y menos tras su actuación un par de años atrás en Guadalajara, donde apenas consiguieron reunir a más de trescientas personas.

Contrariamente a lo que me esperaba, afuera se respiraba muy buen ambiente y encontramos muchas caras conocidas entre los asistentes. Me preguntaba si todos los allí presentes conocían que los cambios en el cartel habían sido sustanciales: la organización de Rock n’ Rock anunciaba que telonearían a los Blind las bandas Enforcer y Steelwing, sin embargo ya era conocido que Enforcer no asistiría al evento. Aún así todos –entre los cuales me incluyo- esperábamos que los suecos Steelwing nos deleitaran con su metal de corte clásico, pero cuál fue mi sorpresa cuando el día anterior, al revisar su Myspace oficial, me encontré con una fecha en Vienna en lugar de la de Madrid junto a Blind Guardian.

Vergonzoso que Rock n’ Rock no publicara esta modificación por cubrirse las espaldas. Sabiendo que eran dos grupos los que se habían caído del cartel y que la duración del set list de los Guardian sería el mismo que si acudieran ambos teloneros, el precio de las entradas, obviamente, no varió.

Como ya lo suponíamos, con tan sólo un grupo en el cartel, la apertura de puertas se retrasó casi una hora; lo lógico si pensamos que, de no ser así, el concierto hubiera acabado a las 21.00h de la noche. A ello se sumó la hora y media que tardaron Blind Guardian en subirse al escenario.

La gente de mi zona comentábamos el suceso: “el público estará calentito, menuda les va a caer a los de Rock n’ Rock”. Sin embargo, y lejos de todas nuestras sospechas, cuando los focos se apagaron y comenzaron a sonar las primeras notas de Sacred Worlds, los asistentes entraron prácticamente en éxtasis y olvidaron todo lo relacionado con la organización. Las siluetas de los músicos se dibujaron al contraluz sobre los paneles de leds que cubrían el fondo. ¿La primera – y se puede decir que grata- sorpresa? Hansi Kürsch, vocalista del grupo, aparecía totalmente cambiado, con un buen corte de pelo y bastante más delgado que dos años atrás.

Entre una nube de aplausos finalizaron los Guardian la canción que abría su último álbum, , y el cual venían a presentar. Tras ella, continuaron sonando Welcome to Dying, Born in a Mourning Hall y la épica Nightfall, todo un clásico de la banda que se encontraba en su trabajo Nightfall in Midle Earth y que, para mi gusto, agotaron demasiado pronto, pues hubiera sido una buena candidata para los bises.

Enseguida, Hansi, como buen frontman, quiso entablar conversación con el entregado público e incluso se atrevió a articular alguna frasecilla en español: “Madrid, sois los mejores, os queremos”-dijo. Aunque pronto aseguró que mejor hablaría en inglés y procedió a presentar el siguiente tema, Fly.

Contra toda predicción, la gente no dejó de animar a la banda además de participar activamente en sus canciones: coreaba fuertemente los estribillos, daba palmas al ritmo… impresionante.

Time Stands Still (at the Iron Hill) y Traveller in Time fueron las siguientes candidatas, pero el público quería Majesty, incluida en su álbum debut Batallions of Fear, y se encargó de dejárselo claro a los alemanes. Los guitarras, André Olbrich y Marcus Siepen sonreían, mientras Hansi mantenía que aún no había llegado el momento. Aún así, no se hicieron demasiado de rogar, y tras This Will Never End y A Past and Future Secret, Hansi bromeó: “Me pareció oir que no dejabais de pedir Majesty… Bien, pues hoy es vuestro día de suerte”, y con los primeros acordes de la esperada canción, la sala entera se volcó con el grupo aún más si cabía.

La siguieron Tanelorn (into the void)e Imaginations from the Other Side, tras las cuales la banda se despidió “hasta muy pronto”.

Aún así todos sabíamos que volverían para deleitarnos con algunos de sus temas más conocidos, y pronto las luces volvieron a encenderse con Wheel of time, también de su último disco.

Uno de los momentos más álgidos del concierto llegó con The bard’s song – in the forest, una de las baladas más emotivas de la banda, que terminó contundentemente con Valhalla, Lord of the Rings, y Mirror, Mirror.

El público estaba feliz, los Blind Guardian habían superado con mucho sus expectativas y eso se nota: los músicos se soltaron mucho más que en otras actuaciones -en especial Hansi, que hizo todo lo posible para hacer disfrutar a los allí presentes- y al finalizar, lanzaron al público uno de los parches de la batería dedicado y firmado.

Al salir, muchos eran los que habían quedado impresionados con el show y abarrotaron el puesto de merchandising para adquirir una camiseta de la banda. Mientras navegaba hasta la puerta entre la marea de gente que había inundado la sala, me encontré con unos conocidos que blandían orgullosamente en la mano un set list que Marcus les había dado, y mientras comentaron lo que muchos pensaban “llevamos aquí desde las ocho y media de la mañana y estamos cansadísimos, pero ha merecido la pena. Hemos pagado por verlos más de treinta euros, pero sinceramente, volveríamos a pagarlos. Ha sido impresionante”.