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Cuando florecen los cerezos. VALLE DEL

© Turismo del Valle . JERTE Del blanco al infinito

EGURO que el lector ha escuchado el nombre Sdel Río Jerte y su valle asociados a ese fruto pequeño, sabroso y cromáticamente tan expresivo, que los muchos matices de sus variedades han dado nombre a un color identificado con la propia drupa: cereza. Su ciclo vital es un espectáculo de blancos, verdes, rojizos y ocres que da sentido a once poblaciones colgadas en las laderas de la sierra o crecidas en las orillas del curso fluvial y que han sabido hacer de su modo de vida un catálogo cultural.

Texto: JESÚS ORTIZ.

[email protected]  @JesOrtizAl  Jesús Ortiz

Quien piense que las cerezas no siempre estuvieron po‐ mejor– y para que su amada esposa no añorase los blan‐ blando ese valle abierto por el Jerte en pleno Macizo de cos paisajes nevados de su tierra, al menos una vez cada Gredos, no tiene toda la razón; bueno: un poco sí. Las la‐ año, ordenó plantar cerezos por doquier. La realidad, vol‐ deras de la Sierra de Tormantos, los Montes de Tras la viendo a los hechos históricos, es que la cereza era ya co‐ Sierra y la Sierra de Béjar eran un mar de brezos, de ro‐ nocida y ofrecida a los viajeros, junto con las imprescin‐ bles “que no daban bellota”, según una reseña de finales dibles y fantásticas truchas, desde mediados del siglo del siglo XVIII referida a Navalconcejo, y de castaños, de XIV, que se tenga constancia al menos. los que sí sacaban partido los locales. Pero vino una pla‐ El gentilicio, digamos, oficial es valxeritenses (la “x” ga que redujo a la mínima expresión la producción de es porque el nombre original del río fue Xerte, del árabe castañas y, como parece que los frutales y la vid se daban Xerit o estrecho), pero el viajero o lector de guías de via‐ bien, ahí empezó la aventura de la plantación progresi‐ jes podrá encontrarse con denominaciones como valle‐ vamente mayoritaria del cerezo. jerteños, jerteños o simplemente vallenses; y bueno: di‐ gamos que todos valen. Otra peculiaridad, una muestra La leyenda del zar, como origen del cultivo masivo del más de la rica historia del Valle, es que en las zonas altas, frutal, es mucho más romántica, dónde va a parar… sobre todo en , y Rebollar, se habla una Cuenta que el personaje real ruso quiso instalarse en un lengua característica: el Artu‐Estremeñu. Esta habla, que sitio tranquilo –y a fe nuestra que no lo pudo encontrar también se encuentra en las zonas limítrofes de la pro‐ 78-82 ESCRITURA 114:62escritura 06-13 3/12/18 13:22 Página 79

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Cerezas casi a punto.

Para que su amada esposa no añorase los blancos paisajes nevados rusos, al menos una vez cada año, ordenó plantar cerezos por doquier © Turismo del Valle Jerte.

vincia de Salamanca (aunque ahí se la conoce como pal‐ par de kilómetros antes de llegar al núcleo urbano está el ra d’El Rebollal) es la evolución del astur‐leonés primiti‐ Mirador de la Memoria, que une a las vistas panorámicas vo con el que se expresaban los colonos que iban llegan‐ un conjunto escultórico, cuando menos, impactante. En‐ do a las nuevas tierras castellanas. tre las rutas, destaca la de “los chozos”, donde el paisaje se confunde con las cabañas de piedra de los pastores, que Once pueblos, decíamos en la entradilla, son los que for‐ suponen toda una curiosa muestra de arquitectura. Aní‐ man la Mancomunidad del : , Ca‐ mense los caminantes a descubrir en el paraje de Las Va‐ bezuela del Valle, Cabrero, Casas del Castañar, Jerte, Na‐ querizas el castaño “libertad”, a cuyo pie están parte de vaconcejo, Piornal, Rebollar, , El Torno y Val‐ las cenizas de la escritora y poeta Dulce Chacón. dastillas. ¿Hace un breve recorrido por cada uno de ellos? Partamos de , que no forma parte del Va‐ lle, pero que es considerada “puerta” del mismo, por la Casas del Castañar debe su nombre a un conjunto de edi‐ carretera que lleva al Parque Natural de la Sierra de Gre‐ ficaciones donde los habitantes de Asperilla, población dos y que sigue casi en paralelo el curso fluvial. que ya no existe como tal, ponían a secar las castañas. En su término municipal, con imponentes bosques de robles El Torno es, en sí mismo, un auténtico belvedere del Va‐ y castaños, hay cinco de estos últimos que son milenarios lle del Jerte: un lujazo en plena floración de la cereza. Un y están catalogados como singulares. Para quien vaya con  78-82 ESCRITURA 114:62escritura 06-13 3/12/18 13:22 Página 80

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Reserva Natural Garganta de los Infiernos. © Turismo de .  tiempo, es interesante un paseo por los Riscos de Villa‐ vieja, donde existen algunos restos de un poblado celta Salto del Caozo y suponen un excepcional observatorio de rapaces. (Piornal).

Barrado forma parte de la Mancomunidad del Valle, pe‐ ro geográficamente está entre éste y , en el Ce‐ rro de la Vetún. En su término está del Obis‐ po, una de las más largas de la comunidad extremeña, que fue asentamiento prehistórico de celtas vettones y donde hay cantidad de restos arqueológicos de la épo‐ ca: castros, pilas, dinteles, tapaderas de tumbas, hor‐ nos… Para que no falte de nada, también restos roma‐ nos y visigodos. De estos últimos cabe citar la Pizarra de Barrado, hoy en la Academia de Historia de Madrid, que es una auténtica carta del siglo VI –escrita en pizarra, cla‐ ro– con consejos para tareas agrícolas, leyes, rutas…

Cabrero fue llamado antes Casas del Cabrero, en su es‐ cudo hay cinco cabras y tiene un fantástico mirador que se llama de la Cabra, por supuesto. Así que pocas dudas caben sobre el origen del núcleo. Eso sí: seguramente la primera referencia tenía que ver con un “tipo” de cabras salvajes –no domésticas ni las salvajes más comunes, va‐ ya– según lo contaron en el libro de monterías de Alfon‐ so XI de Castilla (siglo XIV).

también tiene origen pastoril, seguramente fun‐ Piornal © Turismo de Extremadura. dada por el asentamiento de colonos ganaderos proce‐ dentes del antiguo Reino Astur‐Leonés (de ahí que sea Mirador de la Memoria (El Torno). uno de los lugares donde se habla el Artu‐Estremeñu). Si‐ tios imprescindibles para ver son la Garganta Bohonal, con su Charco del Calderón que permite el baño, el salto del Caozo, de unos treinta metros, y el obligado mirador del Valle. Para quien tenga la oportunidad de visitar la lo‐ calidad los días 19 y 20 de enero, que no se pierda el pe‐ culiar “Jarramplas”. Un vecino del pueblo (y conste que hay lista de espera para representar al personaje) se vis‐ te con un traje lleno de cintas de colores y una máscara; © Turismo de Extremadura. 78-82 ESCRITURA 114:62escritura 06-13 3/12/18 13:22 Página 81

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No llegará la tercera estación del año a tener el protagonismo de la primavera, pero no se pierda de vista la Otoñada en el Valle de Jerte

Chozos de pastores (El Torno). Para no perderse

 Comarca del Valle del Jerte. Manuel Sueiras y equipo técnico Soprodeviaje. Redex (2005). https://bit.ly/2SDPuik 

 Cabezuela y el Valle del Jerte, entre dos siglos (1927‐2017). Fernando Flores

© Turismo de Extremadura. del Manzano. Revista de Estudios Extre‐ meños (2017). Los chozos son las cabañas de piedra https://bit.ly/2RtvhKR de los pastores, que suponen toda una curiosa muestra de arquitectura popular

de esta guisa, se pasea por el pueblo tocando el tamboril dería, que se identifica por las clásicas callejas estrechas mientras los demás vecinos le arrojan verduras y hortali‐ y, en algunos casos, sin salida. La actual Iglesia de San Mi‐ zas, básicamente nabos. Teorías sobre el origen un tanto guel, por ejemplo, está edificada sobre lo que fue la si‐ bestia del acoso hay muchas; la más probable, que se tra‐ nagoga. La impresionante naturaleza del Valle tiene aquí te de un escarmiento a los ladrones de ganado. un hito: la Garganta de los Infiernos, con sus piscinas na‐ turales. Ello, sin desmerecer el mirador desde la Ermita es el pueblo de los cuqueños: así de extraño de San Felipe y Santiago. es el gentilicio. En el núcleo urbano hay abundantes muestras de arquitectura tradicional, formada por casas Jerte tuvo también su judería, pero de lo que fue la po‐ con entramados y adobe. Del paisaje natural, miradores blación medieval muy poco queda: en agosto de 1809 las al margen, cabe destacar la Garganta de Marta. Es una tropas napoleónicas incendiaron y destruyeron el pueblo de las dos poblaciones a las que dio origen la desapare‐ como represalia a la oposición de sus habitantes al inva‐ cida aldea medieval de Ojalvo. sor. Parte de la Garganta de los Infiernos se asienta en el término municipal y en la población está el Centro de In‐ Rebollar es la otra población originada en la división de terpretación de Flora y Fauna de la Reserva Natural del Ojalvo, pero que nadie piense en ir a este pueblo si no es‐ mismo nombre. El Nogalón, lugar estupendo en verano, tá dispuesto a “calzar el cancho”; es decir: a afianzar cual‐ es una piscina natural del río que añade en la actualidad quiera de las grandes piedras de granito sobre las que se una atractiva área de recreo. asientan muchas casas en equilibrio casi imposible. De los paseos entre bosques, arroyos y manantiales, tiene un Tornavacas es el nombre de la antigua Villaflor de las Ca‐ encanto especial la Garganta de La Puria y su merendero. denas. Pero en el siglo X, en plena Reconquista, a un lu‐ gareño se le ocurrió durante la noche atar teas encendi‐ creció, digámoslo así, por solidaridad. En el das en los cuernos de varias vacas y lanzarlas ladera aba‐ siglo XV, el vecino pueblo de Peñahorcada fue arrasado jo contra el ejército musulmán, que, viendo llegar por una crecida del Jerte y los navaconcejeños les acogie‐ semejante estampida, puso “pies en polvorosa”. Satisfe‐ ron. Ahora que citamos el gentilicio, una sugerencia via‐ cho con el resultado, el rey Ramiro II de León ordenó “tor‐ jera: pregunte a los locales por la leyenda según la cual nar las vacas” a sus pastos. La historia, quizás con bastan‐ también son llamados ballenatos (incluso vallenatos). Pa‐ te de leyenda, se conmemora todos los días 1y 2 de ma‐ ra empaparse de naturaleza, las gargantas de San Pedro, yo. Es el pueblo más alto de toda la comarca y se de las Nogaledas y sus cascadas o la de las Razuelas. Y en distingue en sus calles un pasado próspero que ha legado el recorrido urbano, dos casas: una, la de la Inquisición, casas nobles e interesantes puentes. Cuando Carlos I se rodeada de leyendas; otra, la Fábrica de Sayales, en la que dirigía a su retiro de Yuste, pasó cuatro días en la locali‐ los franciscanos tejían dichas prendas en el siglo XVII. dad, en la casa de Juan Méndez de Ávila. Y cuentan que se aficionó desde entonces a las truchas del Jerte, que le es la capital de la Mancomunidad del enviaban después al monasterio con cierta frecuencia. Valle del Jerte; aquí se sitúa el Museo de la Cereza y su casco antiguo está declarado conjunto historicoartístico. El cerezo florece en primavera, entre finales de marzo y la La población tuvo en la Edad Media una importante ju‐ primera quincena de abril. Los más de millón y medio de  78-82 ESCRITURA 114:62escritura 06-13 3/12/18 13:23 Página 82

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INFORMACIÓN Notas de invierno. Oficina de turismo del Valle del Jerte Paraje de Peñas Albas, s/n Cabezuela del Valle Tel: 927 472 558 [email protected] www.turismovalledeljerte.com

Extremadura Turismo Avenida de las Comunidades, s/n Mérida Tel.: 924 332 0008 [email protected] www.turismoextremadura.com © Turismo del Valle Jerte. ALOJAMIENTO Hotel Balneario Valle del Jerte **** Ctra. N‐110, Km. 383 Otoño en Tornavacas. Valdastillas Tel.: 927 633 000 [email protected] www.balneariovalledeljerte.com

RESTAURANTES El Castillo N‐110 Km. 368,5 (Paraje Puente de los Buitres) Cabezuela del Valle Tel.: 927 472 124 [email protected] http://restaurantelcastillo.com Valle del Jerte , 16 Arquitectura Jerte tradicional en Barrado. © Turismo del Valle Jerte. Tel.: 927 470 052 © Turismo de Extremadura. Garza Real Piscina, 12 ‘La Fiesta del Cerezo en Flor es sobre todo una celebración popular Valdastillas Tel.: 927 475 055 que trata de reflejar la vida de toda una comarca, tanto del pasado [email protected] como del futuro’ www.garzareal.com Regino Carretera N‐110, Km 393  árboles del Valle ven como sus bo‐ es más, tienen diversos protago‐ Casas del Castañar Las cuatro estaciones, Tel.: 927 478 246 toncillos florares revientan en blan‐ nismos en torno al Jerte. Justo antes de empezar las flo‐ cos por turnos: primero los de las zo‐ raciones, el agua de deshielo se divierte en vistosas cas‐ nas más bajas –y cálidas, por tanto– cadas y llena las gargantas mientras las aves migratorias y luego los de los que están a mayor altura. Tal es el es‐ se dejan ver en su camino, digámoslo así, de vuelta a ca‐ pectáculo de los pequeños corimbos tomando posesión sa. Cuando la flor que ha teñido de blanco las ramas cae de las ramas desnudas, como mucho a la vez que tími‐ al suelo, hay otro más breve espectáculo de pétalos al‐ dos brotes verdes de hojas, que la Fiesta del Cerezo en fombrando el terreno y siendo modelo fotográfico de Flor es considerada de Interés Turístico Nacional. imágenes irrepetibles. El inicio del verano, claro, pone en El atractivo no es sólo la efímera performance vege‐ los árboles y las mesas los tonos rojizos de la fruta y el tal: como explican en Turismo del Valle del Jerte, “la buen tiempo anima las fiestas populares, con hondas ra‐ Fiesta del Cerezo en Flor es sobre todo una celebración íces en las tradiciones la mayoría de ellas, y al baño en popular que trata de reflejar la vida de toda una comar‐ las piscinas naturales. ca, tanto del pasado como del futuro. Para ello se orga‐ El otoño juega con ocres y rojos oscuros mientras el nizan todo tipo de actividades que sirven de escaparate aire del campo huele a setas y castañas; el de las casas, a de nuestra cultura, gastronomía, tradiciones y forma de platillos contundentes y leña. No llegará la tercera esta‐ vida”. El catálogo de actividades con los que los valxeri‐ ción del año a tener el protagonismo de la primavera, tenses sorprenden al visitante es enorme: abren sus ca‐ pero no se pierda de vista la Otoñada en el Valle de Jer‐ sas de arquitectura tradicional y bodegas, engalanan las te y sus, también, infinitas actividades. Y, con permiso calles con flores, ofrecen muestras de artes escénicas, ci‐ del lector, dejamos en un simple pensamiento a esas ne, fotografía y conciertos, organizan talleres de foto‐ nieves invernales siempre fieles a su cita con las cumbres grafía y pintura, invitan a dar paseos por senderos ple‐ y a su misión de procurar vida, poco a poco llegado el tóricos de primavera a pie o en bicicleta… Sepa el viajero, momento, a todo lo que enraíza o se mueve en el Valle. de antemano, que en una sola Fiesta del Cerezo en Flor O sea: tiene el viajero 365 días o 52 fines de semana es inabarcable todo lo que la comarca le regala en el ex‐ al año para visitar la comarca del Jerte. No merece la pe‐ tenso y variado plano cultural. na perdérselo. l