LEMINSKIANA, Antología Variada De Paulo Leminski
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LEMINSKIANA, Antología variada de Paulo Leminski 1 AGRADECIMIENTOS Este libro ha sido posible gracias al apoyo de las siguientes personas: Alice Ruiz, Toninho Vaz, Fatima María de Oliveira, Italo Moriconi, Roberto Echavarren, Paloma Vidal, Paula Siganevich, Carolina Puente, Germán Conde, Luciana Di Leone, Florencia Garramuño, Gonzalo Aguilar, Claudia Bacci, Amalia Sato, Odile Cisneros, Regis Bonvicino y Solange Rebuzzi. Por otra parte, la Agencia de Promoción Científica nos otorgó un subsidio de investigación que nos permitió en varias ocasiones diferentes viajar a San Pablo para consultar archivos y efectuar entrevistas. 2 Índice -Presentación: Mario Cámara -Poesías O ex-estranho Invernáculo Ya dije de nosotros Desastre de una idea Rimo y reímos Qué se yo Leche, lectura El ruido del serrucho Redonda. No, nunca va a ser redonda. En el momento del todavía Olinda wischral Take p/bere Feliz coincidencia Este planeta, a veces, cansa, Mezcla de tedio y misterio Azules con las sonrisas de los niños Mi yo brasileño Para unas noches que se están haciendo Nunca sé con certeza Tamaño momento A todos los que aman Jeroglífico Hexagrama 65 Dionisios ares afrodite 3 De tertulia poetarum Amar: armas debajo del altar Sacro lavoro Lo que mañana no sabe Dactilografiando este texto Mil y una noches hasta Babel Johnny B. Good Vivir bien Twisted Tongue Por más que yo ande Desperté y me miré en el espejo Arte que te abriga arte que te habita Carne alma S.O.S Re Solo Octubre Vivir es super difícil Sombras Allá van ellas En el centro Después de mucho meditar PARTE DE AM/OR Investígio A una carta pluma Campo de chatarras 1987, ten piedad de nosotros Jardín de mi amiga Ah si por lo menos Amarte a vos es cosa de minutos 4 1. Animales celan en la cúpula Winterverno W(vento) (we) Libertad Milagro Babosa de mayo Basta Entre piedra y piedra Se acabó la farra Vacío agudo Allá profundo Estrella cayendo yo miro La noche – enorme Allá vamos nosotros La hora del tigre Mes s/ fin Todo me fue dado Pasos en la arena húmeda Soplando ese bambú Luna limpia Es y es Ave viento Sorpresa Bar de las putas ¿Voy? Aquí Luz en la noche Encima Nada queda Y verte 5 Mi deseo En la misma, de repente ¿Sabés la última? Humareda cualquiera El maíz está en puerta Sosegate corazón Despierto Mi problema Falso viento Todo danza Allá dentro Pedazo de placer Delicia pura Amar es un brillo Antes que la tarde amanezca El carnaval pasa Apenas dos (dispersos) M, de memoria Perfección sólo existe en la integración/disolución del sujeto en el objeto -Fábulas Metaformose -Biografías Trotski (traducción Claudia Bacci) -Ensayos (selección) Territorio libre Prosa estelar 6 Sertones antieuclideanos Latín con gusto a vino tinto -Catataus (selección) Fragmento uno (traducción Florencia Garramuño) Fragmento dos (traducción Roberto Echavarren) Fragmento tres (traducción Amalia Sato) -Cronología Cronología establecida por Mario Cámara -Miradas Inventario poético de Paulo Leminski (Maria Ester Maciel) Paulo Leminski, señales de vida y sobrevida (Célia Pedrosa) La inútil belleza de Leminski(André Dick) -Poemas Tiempo sombrío (Regis Bonvicino) Letra (Regis Bonvicino) Canción (Regis Bonvicino) (traducción Odile Cisneros) -Sobre los textos 7 CONTRANARCISO “Así yo, preparado para subir al teatro del mundo, en el que hasta ahora estuve como espectador, avanzo enmascarado” René Descartes Mucho antes de que Leminski imaginara la llegada de René Descartes a las costas de Brasil, Araripe Junior, en 1892, ya se planteaba una cuestión semejante. Oigámoslo: “Zola, en este clima, delante de esta naturaleza, debería romper muchos de sus aparatos para adaptarse al sentimiento de lo real.” La anécdota básica de Catatau, primera novela de Paulo Leminski, publicada en 1975, es la hipotética llegada de René Descartes a las costas de Pernambuco junto a las tropas del príncipe Mauricio de Nassau, en lo que fue la conquista holandesa de aquella región de Brasil. Araripe Junior había desarrollado dos conceptos centrales para explicar las modificaciones que necesariamente debía sufrir el naturalismo literario europeo en su arribo a Brasil: obnubilação brasílica y estilo tropical, como parte de un dispositivo teórico que permitiría el surgimiento de una auténtica novela naturalista brasileña. O Cortiço, la novela de Aluizio Azevedo publicada en 1890, pronosticaba Araripe Junior, estaba destinada a asumir ese rol. La vitalidad que inundaba la narración, la exhuberancia del trópico y la alegría de Rita baiana, daban cuenta de una historia que combinaba lo nacional y lo europeo. Volvamos ahora a Catatau. Me gustaría dejar planteadas ciertas paradojas que resultan de lo dicho por su autor. La historia de la novela puede ser resumida como una espera. Descartes espera a Artichewsky, personaje que sólo aparece en las últimas líneas del texto. Esa espera, que transcurre en un día y dura doscientas páginas, esta pautada por el 8 intento de Descartes de ordenar y clasificar, sin conseguirlo, el trópico que lo invade. Acompañado por sus instrumentos ópticos, para Descartes, el trópico se presenta como un lenguaje indescifrable. Sin embargo, es a partir de esa imposibilidad que se construye la prosa de la novela. Su exhuberancia lingüística proviene precisamente del intento clasificatorio llevado adelante por el filósofo francés. El fracaso del propósito de Descartes implica el “éxito” del proyecto leminskiano. En otras palabras, Leminski triunfa con el balbuceo cartesiano frente a la naturaleza que se le impone. Construye, efectivamente, una ficción en la que el gesto clasificatorio se revela como impotente; pero esa impotencia es la que permite que Catatau sea Catatau. Trópico y Europa, a diferencia de lo planteado por Araripe Junior para Aluizio Azevedo, constituyen un matrimonio que ni se consuma ni deja de consumarse1. El signo geográfico se ha vuelto aquí más oscuro y menos receptivo. Pues lo real de lo que hablaba Araripe Junior, en Catatau se presenta como lo imposible de ser clasificado. Recordemos que el trópico fue el signo de lo nacional para la joven nación brasileña de mediados del siglo XIX y hasta comienzos del siglo XX. Flora Süssekind, refiriéndose entre otras novelas a O Cortiço, de Aluisio Azevedo, resalta y critica la propensión de aquel texto a negar su carácter ficcional, y señala que parece “apontar para um significado que se situa fora deles, num contexto extraliterario. Negam-se enquanto ficção, enquanto linguagem, para ressaltar o seu caráter de documento, de espelho ou fotografias do Brasil”.2 Y luego agrega: “Tentando dar conta fotograficamente de um país, ele mesmo envolvido num projeto de aproximação a modelos (culturales o não) estrangeiros, a literatura fica ainda mais longe de seu desejo mimético. Em busca de um modelo que, por sua vez, também tenta reduplicar outro, mais parece tratar-se de uma casa de espelhos, onde todos querem refletir uma imagem que, de sua parte, é igualmente o reflexo 1 En O Cortiço la consumación conjuga forma y temática. Mientras que cultiva la forma de una novela naturalista a la europea, algunos de sus personajes europeos sucumben al trópico. 2 Süssekind, Flora. Tal Brasil, qual romance? Rio de Janeiro. Achiamé, 1984, p. 37. 9 de outra. E a estética naturalista acaba se convertendo em fantasmagoria, perseguição a uma realidade que não percebe ser também simulacro”. 3 En Catatau, en cambio, el trópico, que ha funcionado como el signo de la nación, ni es sustituido, como muchos han querido leer, en ni es complementado. Ni ufanismo a la brasileña, ni armoniosa cópula, sino más bien coitus interruptus. Al no pretender transformar su texto en un documento, Leminski se vale de la fantasmagoría y el simulacro. Por ello, dificultar la nominación del trópico no significa un gesto afirmativo del mismo, sino por el contrario, implica una relativización y una desmaterialización de aquel entorno: la deconstrucción, probablemente definitiva, del pretendido registro fotográfico de comienzos de siglo. Tratemos de ver ahora en qué consiste ese matrimonio que no deja de (no) consumarse. Catatau, con su ubicación paradojal, pareciera deslindarse de un programa estético que imaginaba un modo de apropiación y relación de Brasil con el resto del mundo, el naturalismo tal y como lo pensó Araripe Junior y también la antropofagia y muchas de sus descendencias4. Cópula o masticación, convergencia o apropiación. Ese desvío, no obstante, no fue un mérito exclusivo de Catatau; desde finales de 1960 el movimiento musical tropicalista se colocó en un lugar semejante. El crítico Roberto Schwarz, en referencia al tropicalismo, señalaba, al mismo tiempo que amonestaba, la combinación entre lo moderno y lo arcaico como resultado de la incorporación de las manifestaciones más avanzadas de la integración imperialista internacional y de la ideología burguesa más antigua. Esta experiencia, com sua lógica própria, deu matéria prima a um estilo artístico importante, ao tropicalismo, que reflete variadamente a seu respeito, explorando e demarcando uma nova situação intelectual, artística e de classe. Tento em seguida um esquema, sem qualquer certeza, de suas linhas principais. Arriscando um pouco, talvez se possa dizer que o efeito básico do tropicalismo está justamente na submissão de anacronismos desse tipo, grotescos à primeira vista, inevitaveis à 3 Ibid, p. 39. 4 Sin embargo habría que señalar la distancia que va desde “Sou um tupí tangendo um alaude” de Mario de Andrade a la duda agonística de Oswald de Andrade: “Tupi or not tupi”. En el primer caso la confluencia es armoniosa, en el segundo implica la violencia de una duda que no siempre puede ser resuelta. 10 segunda, à luz branca do ultra-moderno, transformando-se o resultado em alegoria do Brasil. A reserva de imagens e emoções próprias ao pais patriarcal, rural e urbano, é exposta à forma ou técnica mais avançada ou na moda mundial – música eletrónica, montagem eisensteiniana, côres e montagem do pop, prosa de Finnengans Wake, cena ao mesmo tempo crua e alegórica, atacando físicamente a platéia.