Luciano y Taciano: sobre el más allá y el

Francesca Mestre [Universidad de Barcelona] [[email protected]]

Resumen: El marco y los personajes de las descripciones del más allá que encontramos en las obras de Luciano, que ponen un énfasis especial en las decisiones de Radamantis como juez de los seres humanos, muestra un tipo de moralidad que puede analizarse tanto desde la perspectiva de los modelos grecoromanos tra- Luciano y la tradición dicionales como desde el enfoque de otros con- textos religiosos nuevos del Imperio Romano. del ultramundo Los apologistas cristianos, por otro lado, entre otros Taciano en su Oratio ad Graecos, insisten en distinguir claramente entre el juicio de Rada- uciano de Samosata mantis y el del propio Dios. Tanto uno como otro enfoque reciben la influencia del mito griego describe el mundo de y de la manipulación de Platón de este mito. La pérdida de la antigua función del mito entre los muertos en varias los paganos y la existencia de ideas cristianas de sus obras. A pesar propias relativas a la vida después de la muerte pueden haber provocado que un escritor como de que, generalmente, Luciano haya encontrado en la vida en el más allá uno de sus temas favoritos. esas descripciones son consideradas un pre- Palabras clave: más allá - Radamantis - texto para la parodia de Luciano - Taciano - religión. lasL tradiciones religiosas griegas y una Lucian and Tatian: about the Afterlife and excelente oportunidad para la inter- the Last Judgment textualidad, cabría preguntarse si este Abstract: The framework and the characters sub-mundo tiene realmente un sentido of Lucian’s descriptions of the afterlife, focusing in particular on the decisions of Rhadamanthys propio en la obra de Luciano. as a judge of human beings, show a kind of morality which can be analyzed both from the Mi objetivo en este artículo es perspective of traditional Graeco-Roman stand- explorar someramente el marco y los ards and from that of the new religious contexts of the Roman Empire. Christian apologists, on personajes de las descripciones lucia- the other hand, like Tatian in Oratio ad Graecos, insist on distinguishing clearly between the nescas del más allá, y presentar algu- judgment of Rhadamanthys and that of God nas consideraciones sobre el papel de himself. Both views of the afterlife are influenced by Greek myth and by Plato’s manipulation of it. Radamantis como juez de los seres The loss of the ancient function of myth among the pagans and the real presence of Christian humanos. El tipo de moralidad que issues regarding the afterlife may have caused revisten sus decisiones puede anali- a writer like Lucian to reflect on the real sense of the afterlife.. zarse tanto desde el punto de vista de la tradición greco-romana como desde Key words: Afterlife - Rhadamanthys - Lucian - Tatian - Religion.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 49 el del contexto de las nuevas religiones gía griega sobre el tema constituyen del Imperio romano. el resultado de distintas operaciones Todos los humanos, de todas las que tratan de dar explicaciones sobre civilizaciones, se han preocupado de tan ardua cuestión, siempre a partir lo que sucede después de la muerte. de la adaptación, desarrollo o mani- Todas las culturas tienen relatos sobre pulación de aquellos mitos originarios. la muerte1; a lo largo de la historia los Preguntas del tipo: ¿a dónde vamos seres humanos han intentado compren- los humanos después de la muerte?, der la experiencia de la muerte, y han ¿quién va y quién no?, ¿quién manda propuesto explicaciones y respuestas. allá?, ¿cómo se llega hasta allá?, ¿se Los mitos cosmogónicos proto-indo- puede regresar, cómo?, ¿cómo es ese europeos suelen ser defi nidos como lugar?, ¿cómo son sus gobernantes?, y el resultado de un acto de sacrifi cio otras por el estilo, reciben respuestas, a primordial que implica a dos herma- lo largo de la tradición griega, siempre nos gemelos, humanos, de los cuales siguiendo el esquema original trazado uno, la víctima del otro, se convierte por los poetas arcaicos4; es interesante en señor de los muertos. Esto es así en notar, en este sentido, que existe en la la mayoría de mitologías indoeuro- cultura griega desde la época arcaica peas; la mitología griega, sin embargo, una tradición de viajes, en vida, al presenta un relato algo más complejo2: más allá, de algunos personajes que por un lado, según Hesíodo (Trabajos y tienen oportunidad de entrevistarse días 1693), Cronos, no un hombre sino con los muertos –desde la Odisea a la un dios, substituye a su padre, Urano, Eneida, pasando por Platón (Gorgias, como señor de los muertos; por otro República) y Aristófanes (Ranas)–, del lado, Homero (Odisea 4. 564) pone a mismo modo que son bien conocidos Radamantis, un héroe –hijo de Zeus y los mitos del retorno a la vida –siempre Europa–, mortal por lo tanto, al frente momentáneo– de algunos personajes de los campos elíseos, que son, tam- míticos ya fallecidos. bién, morada de los muertos. Luciano, con sus divertidas y mor- La tradición mítica griega sobre daces puestas en escena del mundo el más allá, pues, hasta donde alcanza de los muertos, forma parte, induda- nuestro conocimiento, deriva, en blemente, de esta tradición. Las cir- substancia, de esas dos primeras ase- cunstancias culturales concretas de su veraciones que son la base para todos época, no obstante, no tienen nada que los relatos griegos que hablan de la ver con las de los antiguos mitógra- vida después de la muerte; por lo fos; en efecto, cuando Luciano evoca tanto, todos los motivos de la mitolo- un mito, esta evocación depende más de las elaboraciones sucesivas: por un lado, del desarrollo que sobre temas 1 Cfr. Edmonds (2004: 2). 2 Cfr. ahora Lincoln (1981: 236-238). 4 Para una aproximación al tema, cfr. Brem- 3 Cfr. también Píndaro, Olímpica 2. 70-77. mer (2002: 4-8).

50 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final míticos se hacía en los ejercicios de por parte del propio samosatense. No escuela convencionales5, y, por otro, se trata aquí de simple parodia de lo del uso fi losófi co de ese mismo mito, referente a los antiguos dioses; o, al muy especialmente por parte de Pla- menos, es posible detectar un pensa- tón6, sea por la aportación de una ver- miento sobre estos asuntos algo más sión racional del mito, sea por la crítica profundo de lo que a simple vista de la versión de los poetas7. pudiera parecer. Ciertamente no es Sin embargo, en mi opinión, el que Luciano presente un auténtico tratamiento de los mitos relacionados programa fi losófi co, pero muestra una con el más allá y la vida después de la preocupación evidente con respecto a muerte tienen en Luciano una carga de este tipo de temas tan humanos, esté mayor calado, sobre todo teniendo en o no esté involucrado un sentimiento cuenta el tratamiento de otros mitos religioso, y, sin duda, un estableci- miento de valores. 5 Cfr. Elio Teón, Progymnasmata 66. 19-21: Luciano aborda el motivo del más διηγήσεως δὲ παραδείγματα ἂν εἴη allá en muchas de sus obras8; esta recu- κάλλιστα τῶν μὲν μυθικῶν ἡ Πλάτωνος … περὶ δὲ τῶν ἐν Ἅιδου ἐν τῷ Φαίδωνι καὶ rrencia es, a mi modo de ver, altamente ἐν τῷ Γοργίᾳ καὶ τῷ δεκάτῳ τῆς πολιτείας signifi cativa. [“Los más bellos ejemplos de narración Caster (1937: 275-306), en el capí- serían, de las míticas, … las narraciones de Platón relativas al Hades en el Fedón, en tulo “L’au-delà et les mystères” de su el Gorgias y en el libro décimo de la Repú- libro Lucien et la pensée religieuse de blica”], sigo la edición de Patillon (1997) son temps9, distinguía entre algunas y la traducción al castellano es mía; cfr. obras de la lista mencionada y afi rmaba también Apolodoro 3. 1. 2; 2. 4. 11, etc. que algunas de ellas debían incluirse en 6 Cfr. Gorgias 523a-524a, Fedón 127e-128a, un grupo cuyo tema principal era la entre otros, como bien sabía Teón (véase nota anterior). 8 Concretamente en las siguientes: Relatos 7 Tal como ha sido ampliamente debatido, Verídicos (VH), El descenso hacia el Hades o la utilización, por parte de Platón, de los el tirano (Cat.), Icaromenipo (Icar.), Caronte mitos, incluidos los suyos propios, es siem- o Los contempladores (Cont.), El afi cionado pre difícil de interpretar: ¿son un puro a las mentiras o el incrédulo (Philops.), adorno literario, o bien expresión simbólica Menipo o la nigromancia (Nec.), Sobre el de la realidad?, cfr. Edmonds (2004: 26-28), luto (Luct.), Alejandro o el falso profeta quien ve en esta utilización de los mitos (Alex.), Diálogos de los muertos (DMort.). “competing forms of authoritative cultural discourse”; sin embargo, esas aparentes con- 9 En realidad, el interés principal de esta obra, tradicciones ofrecen material de parodia a tal como leemos en la reseña de Rose (1939), Luciano y, como veremos, dan pie a los cris- es resumir y discutir los estudios sobre reli- tianos para desacreditar los mitos paganos: giosidad y sobre las infl uencias fi losófi cas de en realidad, lo que Edmonds (2004: 238) la segunda sofística y del Imperio en gene- califi ca de “bricolage with a limited set of ral –de entre los cuales, sobre todo, Helm traditional elements”, así como el hecho de (1906). Con independencia de la utilidad comunicar ideas nuevas a la sociedad poni- que esto pueda tener, lo cierto es que el tema éndolas en escena en obras literarias es algo ha sido estudiado con mayor profundidad difícilmente aplicable al período imperial, desde entonces y los resultados son cada vez ni por parte de Luciano ni de los cristianos. menos concluyentes.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 51 descripción tradicional del Hades, muy así como el poder indiscutible de los relacionadas con la mitología popu- jueces, son cuestiones abordadas en lar y la diatriba menipea, mientras en términos de justicia ética y social. Esos otro grupo distinto había que situar el tribunales son presentados como las relato de la estancia en la Isla de los únicas instancias donde se hace justicia Bienaventurados de Relatos Verídicos de verdad y, por ello, parecen desvelar (VH 2. 4-34), inspirado en un motivo los presupuestos de Luciano respecto al novelesco pitagórico10. mundo que lo rodea13. Nuestro autor, No es mi intención discutir ahora pues, encuentra en esas descripciones esta clasifi cación ni los términos de un ejemplo perfecto de uso del mito los que Caster se sirve para defi nir como espejo en el cual refl ejar los pro- cada uno de los dos grupos; me inte- pios deseos no realizados –una vida resa más, en cambio, establecer otra feliz para los buenos y los humildes, y distinción, a saber, por un lado, las una vida de sufrimiento para los ricos, obras que contienen una descripción soberbios y opresores–, pero, al mismo del viaje11, y, por otro, aquellas otras tiempo, la coincidencia con los tópicos obras que describen cómo es la organi- cristianos para una vida feliz después zación del sub-mundo, las leyes que lo de la muerte terrenal es evidente. En rigen, y la celebración de los juicios12. realidad, los cristianos de los primeros Luciano aborda los dos temas de una tiempos, mucho antes de la introduc- manera completamente diferente, lo ción del purgatorio como lugar donde cual parece revelar una posición dis- las almas son purifi cadas, creían que tinta, signifi cativa en lo que atañe a su los seres humanos creyentes, buenos implicación personal, y, por lo tanto, y humildes, iban directamente, des- infl uye en su crítica o aceptación de pués de su muerte, al lado de Cristo, algunas ideas que eran lugares comu- mientras esperaban la resurrección y nes en su entorno. el juicio fi nal. En cambio, de nuevo, los Mientras el relato del viaje suele ricos y opresores iban directamente al estar teñido, en general, de humor, a infi erno. En ambos casos, ciertamente, base de poner de relieve algunas absur- ese destino de después de la muerte didades divertidas –como el hecho de es un lugar donde son corregidas las que los muertos están obligados a pagar injusticias terrenales14. ¶ (El descenso hacia el Hades, Sobre el luto), o la terrible burocracia que llevan a cabo los funcionarios infernales–, los asuntos legales y los juicios, en cambio,

10 Cfr. Iamb. VP 82, y Edmonds (2004: 79). 11 Cont. y algunos diálogos de DMort. serían los mejores ejemplos. 13 Cfr. Edmonds (2004: 4). 12 Véase ahora VH y Cat. 14 Cfr. Bremmer (2002: 56-70).

52 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Minos y Radamantis: el rol cristiano en la discusión sobre los jueces del ultramundo la igualdad entre los hombres forma parte del mismo contexto. as obras de Luciano a las que De todos son bien conocidas las nos referimos siguen la tradi- aportaciones del cristianismo para des- Lción griega que hace de Minos pués de la muerte y, evidentemente, lo y Radamantis los jueces que deciden que se suele llamar la vida después de sobre lo bueno y lo malo y, por tanto, la muerte, es decir, la resurrección (en si hay que recompensar o castigar. Es griego, el término ἀνάστασις, a par- el mismo principio que leemos en tir de los escritos neotestamentarios, Platón: los seres humanos, una vez queda especializado con este signifi - 16 muertos, se presentan ante un ente cado ); a pesar de que las tesis sobre de justicia suprema, y merecen ser la inmortalidad del alma de Platón juzgados con imparcialidad; es decir, podrían ser entendidas en esta direc- no de acuerdo con los valores terre- ción, lo cierto es que la aportación más nales sino por un cuerpo legislativo radical de los cristianos en este asunto que trasciende la vida cotidiana de es precisamente esta nueva vida, no nuestro mundo. Además, la época de solo de alma, sino también de cuerpo. Luciano se caracteriza por la reivindi- Por otro lado, es interesante notar cación, más o menos explícita, de una que uno de los principales ataques vida mejor y, por lo tanto, al no con- cristianos a la mitología y a las creen- seguirla, la seguridad de alcanzarla cias del paganismo es, precisamente, en el más allá. En efecto, el Imperio el papel de jueces ejercido por Minos romano distaba mucho de cualquier y Radamantis, su intervención en lo pretensión igualitaria, mucha gente que los cristianos llamaban juicio –fi lósofos, sofi stas, poetas, intelec- fi nal, que, para ellos, tenía lugar des- tuales– tenían una cierta tendencia pués de la resurrección y de la segunda 17 a poner de relieve el hecho de que muerte . debía de haber un lugar en el que los Algunos estudiosos han estable- humanos obtuviesen justicia verda- cido paralelos entre Luciano y el cris- 18 dera. No es una coincidencia que los tianismo de su época . En general cristianos proclamaran no solo el ori- se discute si el escritor de Samosata gen humilde de Cristo sino también la clara preferencia de Jesús por los más la función de infundir ánimos a los humildes, los pobres y los inculpa- creyentes para soportar las persecuciones, dos o condenados15; es indudable que cfr. Bremmer (2002: 57). 16 Cfr., por ejemplo, Nuevo Testamento, Hechos de los Apóstoles 17. 16-32. 15 Hay ejemplos de ello incluso antes de los 17 Cfr. Nuevo Testamento, Apocalipsis 20. martirios, cfr. por ejemplo, Nuevo Testa- 4-15. mento, Evangelio de Lucas 16. 19-31 y 23. 43. Más tarde, los Acta Martyrum lo hacen 18 Lightfoot (2003: 203); Whittaker aún más evidente: estos escritos tienen ade- (1982: xi).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 53 conocía o no las principales directri- A nosotros no nos juzgan ni Minos ces cristianas de su tiempo, basándose ni Radamantis, antes de cuya sobre todo en su obra Sobre la muerte muerte ningún alma, según el mito, de Peregrino19: en efecto, la descripción, fue juzgada, sino que nuestro juez en clave satírica, de los cristianos que es el mismo dios creador22. ¶ acuden, ingenuamente, a socorrer al impostor Peregrino, parece correcta, Taciano y su aunque algo caricatural –lo cual, por otro lado, no es raro en Luciano. Discurso a los griegos Sin duda, el papel que Luciano da a los dos hermanos del inframundo, l Discurso a los griegos es, en hijos de Zeus y Europa, parece estar mi opinión, un extraordi- relacionado con el argumento reduc- Enario ejemplo de composi- 23 cionista con el que los cristianos se ción escolar , pues contiene una apresuran a diferenciar sus propias amplia gama de progymnasmata: creencias a propósito del juicio fi nal de confi rmación (κατασκευή), refu- las actividades de los jueces míticos20; tación (ἀνασκευή), comparación un argumento, sin embargo, que no (σύγκρισις), tesis (θέσις), contradic- 24 pone en duda el núcleo de la cuestión, ción (ἀντίρρησις) . Taciano, que fue es decir el juicio, su existencia y su fun- un apologista cristiano destacado en ción, sino simplemente en manos de el s. II d.C., fue educado (al igual que quién está la facultad de juzgar; dicho Luciano, con quien comparte, ade- de otro modo, la gran diferencia –o más, el mismo origen provincial) en la 25 casi la única– es quién juzga. paideia griega , y la obra a la que nos Encontramos un ejemplo ilus- 22 Cfr. también, más adelante, ibidem, 25. 2-3: trativo en el Discurso a los griegos de …κριτὰς εἶναι Μίνω καὶ Ῥαδάμανθυν, ἐγὼ 21 Taciano : δὲ αὐτὸν τὸν θεόν. En este segundo pasaje, no obstante, la oposición entre paganos y δικάζουσι δὲ ἡμῖν οὐ Μίνως cristianos es presentada desde el punto de οὐδὲ Ῥαδάμανθυς, ὧν πρὸ τῆς vista de la suma de todas las contradicci- τελευτῆς οὐδεμία τῶν ψυχῶν, ones heredadas por los fi lósofos paganos, ὡς μυθολογοῦσιν, ἐκρίνετο, que se peleaban unos con otros cada uno δοκιμαστὴς δὲ αὐτὸς ὁ ποιητὴς con su postura, mientras que los cristianos θεὸς γίνεται. tienen una sola verdad. 23 A diferencia de la Apología de Justino, a pesar de la coincidencia en algunos temas; para una comparación entre Justino y 19 Concretamente algunos pasajes muy evi- Taciano, cfr. Hawthorne (1964: 187-188) dentes: cfr. Peregr. 13. y Marcovich (1995: 1-3); Whittaker (1982: xiv). 20 Cfr. Taciano, Oratio ad Graecos 6.1; 25.2; etc. 24 Cfr. Kennedy (2003), para una visión de conjunto de los progymnasmata. 21 Taciano Oratio 6.1. Las traducciones de Taciano al castellano son mías; en cuanto a 25 Cfr. Whittaker (1982: xiii), cfr. también la edición, sigo la de Goodspeed (1915). Hawthorne (1964).

54 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final estamos refi riendo demuestra clara- por alto el encargo divino a Minos y mente una aplicación de los ejercicios Radamantis, claramente explicado practicados en la escuela26. En efecto, en el Gorgias de Platón (523a-524a), la defensa del dogma cristiano que el e insiste exclusivamente en el hecho autor lleva a cabo en ella se estructura de que esas supuestas divinidades a base de la yuxtaposición de breves eran en realidad mortales y, por lo composiciones retóricas, teniendo tanto, tuvieron una vida histórica, por cada una de ellas como tema central así decir, en el tiempo real, antes de uno de los aspectos donde la tradición morir, lo cual, según Taciano, con- pagana supuestamente se equivoca; el vierte la noción de juicio universal autor, seguidamente, ofrece una solu- en manos de tales personajes en algo ción defi nitiva a dichos errores, solu- imposible, por simple cuestión crono- ción que pasa siempre por la nueva lógica. verdad transmitida por el cristia- En cambio, por su lado, los cris- nismo. El conjunto de este Discurso, tianos habían fi jado una cronología pues, está formado por la sucesión clara para lo de después de la muerte: –no siempre coherente– de esas pie- la sucesión de hechos cronológicos zas más breves27. El pasaje citado más consistía en primera resurrección, arriba pertenece a la parte que tiene juicio fi nal dictado por Dios después por fi nalidad explicar la creación por de un reinado de mil años, y segunda el verbo de Dios y la absoluta necesi- resurrección28. Por ello Taciano parece dad de la resurrección del cuerpo al tan preocupado por la cronología, fi nal de los tiempos. En este contexto sobre todo teniendo en cuenta que –y de un modo bastante confuso, vale pretende, al mismo tiempo, establecer decir– es introducida la noción de jui- que las genealogías griegas así como las cio. No es mi intención aquí discutir fechas relevantes de la tradición griega la coherencia o el peso de los argu- son posteriores a Moisés29, con lo cual mentos utilizados para refutar el mito añade otra absurdidad a los mitos pagano; pretendo solamente estable- paganos del más allá: es cronológica- cer que Taciano pasa completamente mente imposible afi rmar que todos los seres humanos, de todos los tiempos, han sido juzgados por Radamantis por 26 Estos ejercicios se basan, normalmente, la condición de mortal del propio juez. por su contenido, en la teoría de Platón sobre la inmortalidad del alma. Los cristia- En este punto puede ser útil poner nos infl uenciados por la fi losofía pagana, de relieve –como han hecho otros– que como Taciano y Justino, introducen la Taciano es un contemporáneo estricto dualidad alma/cuerpo para explicar el con- de Luciano y, además, como también cepto cristiano de resurrección, cfr. Brem- mer (2002: 59). se ha mencionado, oriundo, al igual 27 Cfr. Marcovich (1995: 5): “Tatian’s train of thought is given to digression and the 28 Cfr. supra n. 15, y Taciano, Oratio 6. structure of his Oratio is rather loose and ill- organized”; cfr. Whittaker (1982: xx). 29 Cfr. Taciano, Oratio 36 y 40-41.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 55 que aquel, de Siria; Siria, por lo demás, en aquello que profeso difundir. era en aquella época, un foco muy Conociendo, por lo tanto, quién importante para el desarrollo del cris- es Dios y cuál es su creación, estoy tianismo y, como puntualiza Swain30, listo para ofrecerme a vosotros para todo lo griego se asociaba cada vez más el análisis de mis creencias, mien- a los dioses paganos, mientras que los tras me reafi rmo en mi modo de cristianos encontraban en el ataque vida, siguiendo a Dios, sin posibi- a las inconsistencias de las religiones lidad de renuncia. antiguas –tanto las griegas como las De ahí que las coincidencias pesen 31 no griegas – una manera óptima para más que las divergencias, por mucho propagar su infl uencia. que, a lo largo de los siglos, los estudios En consecuencia, podríamos supo- han tendido a magnifi car las diferen- ner que las biografías de Taciano y cias, a exagerarlas, en mi opinión, para Luciano presentan un buen número de marcar, desde sus orígenes, la gran dis- coincidencias: viajes, educación, rela- tancia –que no es tal– entre las con- ciones. Las últimas líneas del Discurso cepciones de paganos y cristianos ante a los griegos de Taciano son bastante asuntos como los que tratamos aquí. explícitas –y permiten la suposición Lo que es innegable es que los primeros 32 mencionada –: intelectuales cristianos fueron forma- Ταῦθ’ ὑμῖν, ὦ ἄνδρες Ἕλληνες, dos en la paideia griega e, indudable- ὁ κατὰ βαρβάρους φιλοσοφῶν mente, en la mayoría de aspectos, su Τατιανὸς συνέταξα, γεννηθεὶς imaginario coincide33. ¶ μὲν ἐν τῇ τῶν Ἀσσυρίων γῇ, παιδευθεὶς δὲ πρῶτον μὲν τὰ ὑμέτερα, δεύτερον δὲ ἅτινα Juicios en el más allá νῦν κηρύττειν ἐπαγγέλλομαι. de Luciano γινώσκων δὲ λοιπὸν τίς ὁ θεὸς καὶ τίς ἡ κατ’ αὐτὸν ποίησις, n las obras de Luciano, el juicio ἕτοιμον ἐμαυτὸν ὑμῖν πρὸς efectuado por Minos y Rada- τὴν ἀνάκρισιν τῶν δογμάτων mantis tiene lugar en Relatos παρίστημι μενούσης μοι τῆς κατὰ E θεὸν πολιτείας ἀνεξαρνήτου. Verídicos y en El descenso hacia el Hades o el tirano. Si analizamos las Todo esto, griegos, lo he redactado actitudes y decisiones de dichos jue- para vosotros yo, Taciano, un fi ló- ces podemos inferir una clara tenden- sofo de tierra bárbara, nacido en el cia de Luciano a hacer del mundo de país de los asirios, y educado pri- los muertos un lugar de justicia social mero en lo vuestro, pero después y moral; los elementos religiosos, en

33 Hawthorne (1964: 177) lo expresa con 30 Swain (1996: 307-308). diáfana claridad: “Th e important thing here is that Tatian invented nothing; he but bor- 31 Lightfoot (2003: 206-208). rowed arms from the arsenal of the Greeks to 32 Taciano, Oratio 42. combat the Greeks”.

56 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final cambio, no parecen tener demasiado tis es siempre adecuada, sabia: Áyax peso. Así pues, la concepción luciá- debe sanar de su locura antes de ser nica del más allá es similar a la de admitido, Menelao será quien viva con los primeros cristianos, con una sola Helena porque es su esposo legítimo, diferencia: la ausencia de creencia y, naturalmente, Alejandro prevalece religiosa. sobre Aníbal. Al principio del segundo libro, el Es de suponer que los lectores de narrador de Relatos Verídicos y sus Luciano debían de considerar tales compañeros consiguen matar a la decisiones como una cuestión de sim- ballena –en cuyo interior habitaban– ple sentido común, a pesar del alto y partir para un viaje a través de varias grado de humor que la escena contiene islas; así llegan a la Isla de los Bien- y de que, tanto el caso de Áyax como el aventurados34, donde Radamantis es, de Menelao, implican una corrección al mismo tiempo, rey35 y juez. del mito, ya que este, sin duda, no se Los viajeros, pues, como todos los adaptaba a la moralidad del Imperio36. que arriban a la Isla de los Bienaven- Seguidamente, Radamantis debe turados, son conducidos ante Rada- tratar con el problema de qué hacer mantis para ser juzgados –la única con esos visitantes que han ido a parar diferencia es que estos están vivos. a la Isla de los Bienaventurados antes La descripción de la escena del juicio de morir. Actúa con gran refl exión, nos muestra cómo Radamantis realiza ponderación e inteligencia, y llega su trabajo de juez, ya que lo vemos incluso a pedir asesoramiento a otras tomando decisiones sobre unos cuan- autoridades legales –Arístides de Ate- tos casos internos difíciles que afectan a nas, por ejemplo; al fi nal, esta es su los héroes, habitantes naturales, por así sentencia: decir, de la Isla. En efecto, Radamantis ὡς δὲ ἔδοξεν αὐτῷ, ἀπεφήναντο, debe decidir si Áyax telamonio puede τῆς μὲν φιλοπραγμοσύνης ser autorizado a vivir en la Isla o no; en καὶ τῆς ἀποδημίας, ἐπειδὰν segundo lugar, debe decidir quién tiene ἀποθάνωμεν, δοῦναι τὰς derecho a vivir con Helena, si Teseo εὐθύνας, τὸ δὲ νῦν ῥητὸν χρόνον o Menelao; y, por último, debe fallar μείναντας ἐν τῇ νήσῳ καὶ sobre si Alejandro es mejor que Aní- συνδιαιτηθέντας τοῖς ἥρωσιν bal o viceversa. Todas estas cuestiones ἀπελθεῖν. ἔταξαν δὲ καὶ τὴν afectan directamente a los habitantes 36 Es interesante notar, en estos casos, la de la Isla de los Bienaventurados, y, en manera segmentada de abordar los mitos este sentido, la decisión de Radaman- por parte de Luciano: como aquí lo que interesa es presentar a un Radamantis justo y en perfecta consonancia con el 34 Cfr. VH 2. 5. sentido común de los lectores de Luciano, 35 Tiene un papel relevante como rey: está al no importa tergiversar asuntos que, si se mando del ejército de los héroes bienaven- observan bien, no son de detalle, sino que turados que luchan contra la insurrección alteran, en buena parte, todo el sistema de los malvados (cfr. VH 2. 23). mitológico griego.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 57 προθεσμίαν τῆς ἐπιδημίας μὴ infames cuyo castigo debe ser severo; πλέον μηνῶν ἑπτά (2. 10). pero, por ende, a la gravedad de tales delitos hay que sumar el perjuicio que Cuando hubo tomado una deci- implican para terceros: los compañeros sión, se nos comunicó que ya ren- de expedición, como ángeles caídos38, diríamos cuentas de nuestra curio- pierden la posibilidad de pasar más sidad y viaje al morir, pero que, de tiempo en la Isla de los Bienaventu- momento, nos iríamos de allí, tras rados, donde todos son felices y están permanecer en la isla un tiempo libres de enfermedad o daño; son, en estipulado durante el cual com- defi nitiva, expulsados del paraíso39. partiríamos el modo de vida de En el Descenso hacia el Hades o el los héroes. Fijaron que el plazo de tirano, Luciano, después de dar razón, nuestra estancia no sería superior a a través del diálogo entre varios perso- siete meses37. najes, de cómo se produce, un día cual- Por desgracia, los visitantes come- quiera, el viaje al inframundo, pone al ten un grave error, impropio de quien tirano Megapentes ante el juez Rada- ha sido autorizado a visitar la Isla: mantis y, con él, también al zapatero resulta que uno de ellos, para su pro- Micilo y al fi lósofo Cinisco, actuando pia vergüenza y la de sus compañeros, este último como acusador del tirano40. seduce a Helena y se acuesta con ella Este interesante diálogo tiene clara- (2. 25). Enterado del hecho, Menelao mente dos niveles; el primero, cercano pide justicia a Radamantis y, también, a los Diálogos de los Muertos o de los en este caso, la decisión no puede Dioses, satiriza los aspectos literales ser más justa: el amante delincuente del mito: el personaje de Caronte – y sus más allegados son transferidos un inquieto barquero que siempre va al lugar de los condenados, el mundo con prisas por terminar el trabajo y se subterráneo, mientras que el resto de la pone nervioso esperando a Hermes–, expedición es obligada a abandonar la o bien algunos pequeños inciden- Isla de inmediato, mucho antes, pues, del tiempo que se les había dado para 38 El concepto de “ángeles caídos” es una permanecer en ella de visita. innovación del Nuevo Testamento, y suele aplicarse a los seguidores de Satanás, expul- De nuevo, es fácil observar que la sados, ellos también, del paraíso, cfr. Nuevo decisión del juez es del gusto de los Testamento, Apocalipsis 12. 9. contemporáneos de Luciano, y no solo 39 Los juicios en la Isla de los Bienaventura- del gusto, sino adecuada a sus valores dos no están atestiguados en ningún otro morales: el adulterio y, tal vez todavía lugar de la literatura antigua: los héroes van más, la incapacidad de controlar los allí directamente, del mismo modo que los cristianos van directamente al encuentro impulsos sexuales –aunque sea ante de Cristo, cfr. Nuevo Testamento, Segunda la mismísima Helena–, son delitos Epístola a los Corintios 5. 1-10; Epístola a los Filipenses 1. 22-23; Evangelio de Lucas 23-43. 37 Las traducciones de VH son de Mestre y Gómez (2007). 40 Cfr. sobre este diálogo Mestre (en prensa).

58 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final tes que se producen antes o durante a Cloto su inmensa alegría de aban- el viaje, o bien el papel de Cloto y de donar la miserable vida que lleva en el Átropo, una especie de azafatas del mundo de los vivos: inframundo, cuya misión es, en el ἐγὼ δὲ ἅτε μηδὲν ἔχων ἐνέχυρον caso de Cloto, llevar el control de los ἐν τῷ βίῳ, οὐκ ἀγρόν, οὐ muertos que embarcan hacia el Hades, συνοικίαν, οὐ χρυσόν, οὐ σκεῦος, y, en el caso Átropo, ir en busca de los οὐ δόξαν, οὐκ εἰκόνας, εἰκότως vivos en la tierra, para acompañarlos, εὔζωνος ἦν, κἀπειδὴ μόνον ἡ ya muertos, ante Radamantis después Ἄτροπος ἔνευσέ μοι, ἄσμενος de desembarcar. Este nivel está íntima- ἀπορρίψας τὴν σμίλην καὶ τὸ mente relacionado, como ha sido bien κάττυμα – κρηπῖδα γάρ τινα ἐν 41 ταῖν χεροῖν εἶχον – ἀναπηδήσας observado por la crítica , con la tradi- εὐθὺς ἀνυπόδητος οὐδὲ τὴν ción popular, igual que sucede en otra μελαντηρίαν ἀπονιψάμενος obra del mismo Luciano, Sobre el luto. εἱπόμην, μᾶλλον δὲ ἡγούμην, Ahora bien, en el Descenso hacia ἐς τὸ πρόσω ὁρῶν· οὐδὲν γάρ el Hades o el tirano, desde el capítulo με τῶν κατόπιν ἐπέστρεφε καὶ 14 en adelante, el tono cambia; este μετεκάλει. καὶ νὴ Δί’ ἤδη καλὰ cambio de tono viene marcado por τὰ παρ’ ὑμῖν πάντα ὁρῶ· τό τε dos discursos: el del zapatero Micilo, γὰρ ἰσοτιμίαν ἅπασιν εἶναι καὶ un hombre corriente, pobre; y el de μηδένα τοῦ πλησίον διαφέρειν, ὑπερήδιστον ἐμοὶ γοῦν δοκεῖ. Cinisco, un fi lósofo con nombre sufi - τεκμαίρομαι δὲ μηδ’ ἀπαιτεῖσθαι cientemente elocuente. Las palabras de τὰ χρέα τοὺς ὀφείλοντας ἐνταῦθα Micilo tienen una importancia central μηδὲ φόρους ὑποτελεῖν, τὸ en la obra, precisamente por señalar el δὲ μέγιστον, μηδὲ ῥιγοῦν τοῦ punto de infl exión entre una exposi- χειμῶνος μηδὲ νοσεῖν μηδ’ ὑπὸ ción satírica, pero ligera, de los relatos τῶν δυνατωτέρων ῥαπίζεσθαι. míticos relacionados con la muerte, εἰρήνη δὲ πᾶσι καὶ πράγματα ἐς y la sátira dura, amarga incluso, sar- τὸ ἔμπαλιν ἀνεστραμμένα· ἡμεῖς cástica, del carácter igualador de la μὲν οἱ πένητες γελῶμεν, ἀνιῶνται δὲ καὶ οἰμώζουσιν οἱ πλούσιοι (15). muerte. Como rematando la exposi- ción del zapatero, el fi lósofo Cinisco Yo, en cambio, como no tenía nada emprende la acusación del tirano ante que me atara a la vida, ni campo, ni Radamantis y, fi nalmente, se produce fi nca, ni oro, ni muebles, ni fama, la sentencia. ni efi gies, lógicamente estaba dis- En efecto, Micilo basa su discurso puesto, y, en el mismo momento en mostrar una actitud ante la muerte en que Átropo me hizo señal, con totalmente opuesta a la del tirano: gusto solté la tijera y el cuero –pues mientras este se lamenta de todo lo tenía una bota en las manos–, al que deja atrás, el zapatero manifi esta punto pegué un brinco, y descalzo, sin ni siquiera limpiarme el betún, la seguí, mejor dicho, me puse yo 41 Cfr. Grinsell (1957: 260-4).

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 59 delante, mirando al frente: pues personal, nepotismo, abuso de poder, nada de lo que dejaba atrás me corrupción, conspiración, asesina- hizo girarme ni me reclamaba. Y tos…; la novedad es que, en el Hades, ¡por Zeus!, lo veo todo hermoso, todas sus víctimas se encuentran pre- ya aquí entre vosotros: que haya sentes y están dispuestas a comparecer: igualdad de honores para todos y [...] αὐτίκα εἴσῃ προσκαλέσας que nadie se distinga del vecino, τοὺς ὑπ’ αὐτοῦ πεφονευμένους· me parece ciertamente estupendo. μᾶλλον δὲ ἄκλητοι, ὡς ὁρᾷς, Soy testigo de que aquí ni se recla- πάρεισι καὶ περιστάντες man las deudas a los deudores ni se ἄγχουσιν αὐτόν. οὗτοι πάντες, ὦ pagan impuestos, y lo más impor- Ῥαδάμανθυ, πρὸς τοῦ ἀλιτηρίου tante, ni se pasa frío en invierno, ni τεθνᾶσιν, οἱ μὲν γυναικῶν ἕνεκα se enferma, ni está uno expuesto a εὐμόρφων ἐπιβουλευθέντες, οἱ δὲ υἱέων ἀπαγομένων πρὸς los golpes de los más poderosos. Paz ὕβριν ἀγανακτήσαντες, οἱ δὲ total y tornas completamente vuel- ὅτι ἐπλούτουν, οἱ δὲ ὅτι ἦσαν tas; mientras los pobres nos reímos, δεξιοὶ καὶ σώφρονες καὶ οὐδαμοῦ se afl igen y lamentan los ricos42. ἠρέσκοντο τοῖς δρωμένοις (26).

Por su lado, Cinisco, cuando le [...] vas a averiguarlo enseguida si llega el turno de hablar ante el juez, haces comparecer a los que fueron presenta una larga lista de los crímenes asesinados por él. Mejor dicho, sin de Megapentes, la mayoría de los cua- haber sido llamados, ya ves que se les repiten lo que la tradición griega, 43 han personado aquí y rodeándole y el propio Luciano en otras obras , le agarran del cuello. Todos estos, tiene establecido como tipología de 44 Radamantis, han fallecido a manos la tiranía : posesión de una guardia de este criminal: unos, víctimas de emboscadas por culpa de sus her- 42 Las traducciones de Cat. son de Jufresa y mosas mujeres, otros, fuera de sí Vintró (2013). por el ultraje que sufrieron sus hijos 43 Cfr. Fálaris, El Tiranicida; en realidad, secuestrados, otros porque eran el tirano Fálaris era uno de los nombres utilizados como paradigma de crueldad ricos, y otros porque eran rectos extrema, incluso entre los cristianos (cfr. y razonables y no aprobaban sus Taciano, Oratio 34; Gregorio Nacianceno, fechorías. Contra el emperador Juliano 35. 624; Orí- genes, Contra Celso 4. 67, por no citar más que tres ejemplos). Asimismo, los cristianos mostraban la absurdidad de los paganos cuales se van asentando los aspectos más porque, a pesar de las atrocidades come- convencionales de la tradición hasta fi jar- tidas por Fálaris, los griegos le erigieron los como topoi, hacen precisamente de la estatuas por doquier, como a otros muchos acusación del tirano o de las manifestacio- personajes de dudosa ejemplaridad: cfr. nes en contra de la tiranía un ejemplo de Taciano, Oratio 34. ejercicio retórico, concretamente del koinós 44 Es preciso recordar que, en época impe- tópos, cfr. Hermógenes, Progymnasmata 6. rial, los repertorios escolares a través de los 40; Aft onio, 10. 17.

60 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Después de escuchar al acusador, el Cinisco, el fi lósofo, vuelve a ser de juez entra en acción; en efecto, Rada- vital importancia para esta decisión, ya mantis asume a la perfección su papel que su propuesta es aceptada inmedia- de juez: invita a Megapentes a hablar tamente por Radamantis: en realidad, en su defensa, seguidamente autoriza no hace falta utilizar la para a Cinisco la presentación de testigos, y castigar los actos violentos del tirano; escucha a todos. Para terminar, ordena privarlo de la capacidad del olvido al tirano que se despoje de sus vesti- será castigo suficiente y no menos mentas de púrpura para comprobar terrible que otros. Del mismo modo las marcas de su cuerpo, siendo esta la que Micilo podrá, en el Hades, olvidar última comprobación antes de emitir su lastimosa vida y Cinisco su sufri- sentencia45. Vistas las manchas, el juez miento intelectual por no conseguir ya tiene sufi ciente para emitir un vere- abolir la injusticia, y ambos podrán así dicto, aunque no tiene claro cuál debe compartir la felicidad de los Bienaven- ser el castigo a imponer: turados, Megapentes, en cambio, será Ἅλις ἤδη τῶν μαρτύρων. ἀλλὰ καὶ condenado a recordar sus privilegios ἀπόδυθι τὴν πορφυρίδα, ἵνα τὸν perdidos, durante toda la eternidad. ἀριθμὸν ἴδωμεν τῶν στιγμάτων. Hemos visto cómo la Isla de los παπαί, ὅλος οὗτος πελιδνὸς καὶ Bienaventurados es presentada, en Rela- κατάγραφος, μᾶλλον δὲ κυάνεός tos Verídicos, como paradigma de buena ἐστιν ἀπὸ τῶν στιγμάτων. τίνα administración y de justicia, incluso ἂν οὖν κολασθείη τρόπον; ἆρ’ para los bienaventurados héroes, y pone ἐς τὸν Πυριφλεγέθοντά ἐστιν de relieve que el bien siempre preva- ἐμβλητέος ἢ παραδοτέος τῷ Κερβέρῳ; (28) lece sobre el mal. Este lugar tiene, sin duda, puntos en común con la utopía Basta ya de testigos. Ala, pues, des- del paraíso de los cristianos. pójate del traje de púrpura para que Sobre el paralelo de la Isla de los veamos la cantidad de manchas que Bienaventurados con el paraíso cris- tienes. ¡Carajo! todo él está lívido y tiano, ya se ha observado más arriba la moteado, mejor dicho, está amo- alusión al carácter equiparable de los ratado por las marcas. ¿Qué cas- visitantes que son expulsados por mal tigo habría que imponerle? ¿Acaso comportamiento con el de los ángeles debe ser lanzado al Pirifl egegonte, o caídos. Existe, sin embargo, un para- entregado a Cerbero? lelo aún más evidente. En efecto, Sócrates, uno de esos bienaventurados habitantes de la Isla46, que ha obtenido tal estatus por su 45 Sobre las marcas que distinguen a las almas según sus pecados, cfr. Plutarco, Sobre el retraso de la divina venganza (Moralia 46 Para la asimilación de Sócrates y, en gene- 548A-568A) 563B ss.; a propósito de esta ral, de todos los que practican fi losofía, con obra en relación con el cristianismo primi- los héroes, cfr. Platón, Fedón 95b7-8; 89c5- tivo, cfr. Betz, Dirkse & Smith (1975). 10, etc.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 61 incansable lucha contra el mal, recibe programa moral por parte Luciano. Es un premio del rey Radamantis: un vasto cierto que todo ello se presenta más y hermoso paradeisos, donde puede bien como justicia social y no como pasear y conversar con sus amigos. religión –Luciano estaba probable- Es importante no pasar por alto esta mente muy poco interesado en la reli- broma, muy signifi cante, de Luciano. gión50–; no obstante esta justicia social El término paradeisos (παράδεισος), parece señalar una moralidad cercana a préstamo léxico del antiguo iranio la de los cristianos51. No cabe la menor (pairi-daeza, “recinto”)47, significa duda de que el zapatero Micilo, a través “parque de caza”48, y es, por otro lado, de su discurso, pretende exponer una la palabra que en la Septuaginta se muestra de los importantes valores del usa para traducir al griego el término más allá; parece, efectivamente, que “jardín del Edén” –paraíso– en los pri- la vida real no da comienzo hasta el meros capítulos del Génesis. Desde el momento en que los seres humanos período helenístico en adelante, esta abandonan sus vidas terrenales. Micilo, palabra es entendida como un prés- cuando Átropo va en su busca, lo deja tamo no solo léxico, sino también cul- todo y “me puse yo delante, mirando tural y religioso. Los cristianos retuvie- al frente”; no necesita ninguna prepa- ron la palabra de la tradición judía y, ración, como si desde siempre hubiera en tiempos de Luciano, seguramente estado esperando este gran momento: debía de evocar un contexto cristiano. “descalzo, sin ni siquiera limpiarme El samosatense, pues, de una el betún”; y cuando entra en el ultra- manera irónica y poco casual, coloca mundo siente como si hubiera alcan- un paradeisos en la Isla de los Bien- zado la perfección: “lo veo todo her- aventurados, que, consecuentemente, moso, ya aquí entre vosotros”, y muy hace que pueda ser evocada como un especialmente “que haya igualdad de paralelo del paraíso de los cristianos49. honores para todos” (ἰσοτιμία) (Cat. Por otro lado, en Descenso hacia 15), de modo que los humildes y los el Hades o el tirano, la recompensa de pobres ríen, mientras los ricos lloran. Micilo y de Cinisco, así como el castigo La belleza del lugar y la igualdad son de Megapentes, denotan una suerte de sufi cientes para distribuir a cada uno lo que merece, tal como muestra el juicio 47 Cfr. Chantraine (1974: 857): s.u. fi nal de Radamantis. ¶ παράδεισος. 48 Así es utilizado por Jenofonte en diversas ocasiones, refi riéndose siempre a los par- 50 Lightfoot (2003: 187): “seriousness about ques de reyes y nobles persas, cfr. por ejem- religion is essentially foreign to Lucian”; cfr. plo: Helénicas 4. 1. 15; Económico 4. 13; Baldwin (1961). Anábasis 1. 2. 7; 2. 4. 14, etc. 51 Véase, de nuevo, en Taciano, el sentido de 49 Esta podría ser la razón por la cual el esco- sus ataques contra los espectáculos de gla- lio a Luciano señala el uso inapropiado de la diadores (Taciano, Oratio 23, nuevo para- palabra en VH 2. 23, y no solo por razones lelo de la misma moralidad); cfr. también de purismo lingüístico. Clarke (1967: 125).

62 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Juicio fi nal en Luciano ral, no obstante, es que Luciano, en este y Taciano mismo pasaje, dé a Cristo el apelativo de sofi sta; vale la pena reproducir el omo Luciano, los cristianos de las pasaje, tanto por la defi nición que en dos o tres primeras centurias aún él se hace de la comunidad cristiana, no tienen en mente ni el infi erno como por la caracterización de su C 54 ni los horrorosos castigos infernales; líder : Bremmer lo afi rma claramente: sus πεπείκασι γὰρ αὑτοὺς οἱ expectativas se dirigían hacia la pro- κακοδαίμονες τὸ μὲν ὅλον mesa de salvación, no de condena ἀθάνατοι ἔσεσθαι καὶ eterna52. La propia naturaleza de la βιώσεσθαι τὸν ἀεὶ χρόνον, vida después de la muerte signifi ca παρ’ ὃ καὶ καταφρονοῦσιν τοῦ θανάτου καὶ ἑκόντες αὑτοὺς que, de modo automático, la justicia es ἐπιδιδόασιν οἱ πολλοί. ἔπειτα δὲ aplicada, sin castigo explícito. ὁ νομοθέτης ὁ πρῶτος ἔπεισεν No es improbable que Luciano αὐτοὺς ὡς ἀδελφοὶ πάντες estuviera al tanto de las principales εἶεν ἀλλήλων, ἐπειδὰν ἅπαξ ideas de los cristianos; quién sabe, tal παραβάντες θεοὺς μὲν τοὺς vez en alguna ocasión se cruzó con Ἑλληνικοὺς ἀπαρνήσωνται, τὸν Taciano y discutieron sobre el tema… δὲ ἀνεσκολοπισμένον ἐκεῖνον Documentalmente, sin embargo, las σοφιστὴν αὐτὸν προσκυνῶσιν καὶ alusiones concretas son escasas53, pero κατὰ τοὺς ἐκείνου νόμους βιῶσιν. καταφρονοῦσιν οὖν ἁπάντων es difícil imaginar, en el siglo II d.C., ἐξ ἴσης καὶ κοινὰ ἡγοῦνται, una ignorancia completa por parte ἄνευ τινὸς ἀκριβοῦς πίστεως de los intelectuales paganos como τὰ τοιαῦτα παραδεξάμενοι. ἢν Luciano de lo que los cristianos pro- τοίνυν παρέλθῃ τις εἰς αὐτοὺς clamaban por doquier, sobre todo en γόης καὶ τεχνίτης ἄνθρωπος καὶ un momento en que su expansión ya πράγμασιν χρῆσθαι δυνάμενος, era de tipo intelectual y no solo, como αὐτίκα μάλα πλούσιος ἐν βραχεῖ en los primerísimos tiempos, de carác- ἐγένετο ἰδιώταις ἀνθρώποις ter popular. Ya hemos mencionado ἐγχανών. más arriba la descripción caricatural Y es que los infelices creen a pies que de ellos hace Luciano en Sobre la juntillas que serán inmortales, y muerte de Peregrino. No tan caricatu- que vivirán eternamente, por lo que desprecian la muerte e incluso 52 Cfr. Bremmer (2002: 64). muchos de ellos se entregan gozo- 53 Cfr., de nuevo, Sobre la muerte de Peregrino sos a ella. Además, su fundador 13 y también Alejandro o el falso profeta 25; les convenció de que todos eran sobre la falta de información correcta sobre los cristianos por parte de Luciano, cfr. Walsh (1991: 261); sobre las coincidencias 54 Luciano, Sobre la muerte de Peregrino 13; entre paganos y cristianos sobre demonolo- la traducción al castellano es de Alsina gía, cfr. Conybeare (1896). (1966), ligeramente modifi cada.

Nº XVII / 2013 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 49-66 63 hermanos. Y así, desde el primer rencia ni tampoco el desconocimiento; momento en que incurren en este lo cual no quiere decir, por otro lado, delito reniegan de los dioses grie- que Luciano entienda de ellos lo que gos y adoran en cambio a aquel una mirada cristiana posterior crea sofi sta crucifi cado y viven según que se debía entender. sus preceptos. Por eso desprecian Para Luciano un sofista es un los bienes, que consideran de la hombre formado, con capacidad de comunidad, si bien han aceptado infl uencia sobre los demás. Como en estos principios sin una completa todo, los hay buenos y los hay malos; certidumbre, pues si se les presenta a estos últimos, impostores que apa- un mago cualquiera, un hechicero, rentan tener una formación y defender un hombre que sepa aprovecharse unos ideales elevados que, en realidad, de las circunstancias, se enriquece no tienen porque solo buscan su pro- en poco tiempo, dejando burlados pio provecho, el samosatense dedica a esos hombres tan sencillos. una parte de su obra y vierte sobre ellos Es este un pasaje muy conocido y un segmento de responsabilidad de muy citado, uno de los pocos en que un los males del mundo que le rodea. Un escritor pagano se refi ere a los cristia- sofi sta es, pues, en defi nitiva, alguien nos, aludiendo incluso, sin nombrarlo sobre quien recae el deber de mantener a Jesucristo. En general, la crítica ha una ética y unos valores determina- querido ver en esta parodia de los dos y usar esta situación de privilegio cristianos una prueba del desconoci- para engañar es una falta gravísima. miento y de la indiferencia de Luciano Denominando así al líder de los cris- hacia ellos55; sin embargo, llamar tianos parece indicarse claramente que sofi sta a Jesucristo es una muestra, en la actitud de este ante sus seguidores es mi opinión56, de que ni es tal la indife- en todo similar a la de algunos sofi stas que lesionan gravemente las expectati- vas de sus seguidores y discípulos. 55 Para un estado de la cuestión y una revisión Asimismo, es difícil, por otro lado, de apreciación sobre este asunto, que com- parto, cfr. Karavas (2010). no ver en los ataques de Taciano un eco 56 Una opinión, vale decir, que ya otros han de algunas de las creencias paganas –sus expresado, como por ejemplo Pernot historias relacionadas con el mundo del (2002:248-250): “Il convient de prendre au más allá: en sus referencias a Radaman- sérieux le mot de “sophiste” appliqué à Jésus. tis y el juicio que lleva a cabo, Taciano (…) En qualifi ant Jésus de sophiste, Lucien n’a donc pas lancé un mot en l’air. Il a risqué puede ser tachado de simplista, y, por lo une assimilation. Il a voulu dire que le chris- tanto, más cercano a las frescas palabras tianisme n’était pas coupé de la civilisation de Luciano que a los profundos argu- gréco-romaine, dans laquelle il s’est déve- mentos de Platón y sus seguidores. Los loppé. (…) Lucien a été le premier à faire un tel rapprochement. Il fallait sans doute être argumentos de Taciano contra la acti- un esprit fort, comme c’était son cas, et être vidad de juez de Radamantis son de la animé d’une puissante volonté polémique misma categoría que las de Luciano en pour ouvrir cette perspective”.

64 Francesca Mestre / Luciano y Taciano: sobre el más allá y el juicio final Sobre el luto cuando se burla evocando Goodspeed, E. J. (ed.) (1915). Die älteste Apo- todas las cosas que, dicen, se pueden logeten. Göttingen: Vandenhoeck & Rupre- cht, 268-305. ver en el inframundo al mismo tiempo que afi rman que está totalmente oscuro; Jufresa, M. y Vintró, E. (ed. y trad.) (2013). Luciano. Obras V. Madrid: CSIC. o bien cómo aquellos que regresan de allá –Alcestis, Protesilao, Teseo, Odi- Kennedy, G. A. (trad.) (2003). Progymnas- mata. Greek Textbooks of Prose Composi- seo– pueden hablar del Hades si han tion and Rhetoric. Atlanta: Society of Bibli- sido obligados a beber de la fuente del cal Literature. 57 olvido… Marcovich, M. (ed. y trad.) (1995). Tatiani Supongamos por un momento que Oratio ad Graecos –Th eophili Antiocheni as Luciano y Taciano se están respon- Autolycum. Berlin: De Gruyter. diendo el uno al otro sobre la cues- Mestre, F. y Gómez, P. (ed. y trad.) (2007). tión de la vida después de la muerte. Luciano. Obras IV. Madrid: CSIC. El énfasis de Luciano estaría puesto en Patillon, M. (ed. y trad.) (1997). Aelius Th eon. afi rmar que lo que los humanos nece- Progymnasmata. Paris: Les Belles Lettres. sitan realmente es justicia auténtica, no dogmas. En cambio, si es Taciano Bibliografía citada el que responde a Luciano, su princi- pal argumento es que los juicios de Baldwin, B. (1961). “Lucian as a Social Radamantis son cronológicamente Satyrist”. En Th e Classical Quarterly 11; 199-208. imposibles y, por lo tanto, un mito, no una realidad. Ahora bien, a pesar de la Betz, H. D.; Dirkse, P. A. & Smith, E. W. (1975). “De sera numinis uindicta (Mora- ideología tan dispar, tal vez se pueda lia 548A-568A)” en Betz, H. D. (ed.). afi rmar que la profunda noción de jus- Plutarch’s Th eological Writings and Early ticia y de sentido común son bastante Christian Literature. Leiden: Brill; 181-235. compartidas: si Taciano denuncia el Bremmer, J. N. (2002). Th e Rise and Fall of the engaño en el que viven los paganos Aft erlife. London & New York: Routledge. por estar sujetos a sus mitos, también Caster, M. (1937). Lucien et la pensée reli gieuse Luciano advierte que las promesas del de son temps. Paris: Les Belles Lettres. sofi sta Jesucristo llevan a un engaño Chantraine, P. (1974). Dictionnaire Étymolo- similar, por mucho que el envoltorio gique de la Langue Grecque. Vol. III. París: Klincksieck. sea diferente. ¶¶ Clarke, G. W. (1967). “Th e Date of the Ora- tion of Tatian”. En Th e Harvard Th eological Bibliografía Review 60; 123-126. Conybeare, F. C. (1896). “Christian Demono- Ediciones y traducciones logy II”. En Th e Jewish Quarterly Review 9/1; 59-114.

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Recibido: 04-03-2013 Evaluado: 10-04-2013 Aceptado: 20-04-2013

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