MI FUTBOL 12

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CESAR GALLARDO • * §©£

• •’/Tg- HISTORIA DEL FUTBOL URUGUAYO IT s; •'• •/¡A ?£.£••*- «A I Jueves 11 de diciembre de 1969. i

DIRECTOR Franklin Morales • A- asesor de la dirección * -• Eduardo Gutiérrez Cortinas te AYUDANTE DE LA DIRECCION Rafael Bayce ■* fc* DIAGRAMADO Horacio Anón

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I41» circunstancia* quisieron que en la minina tarde —allá en Itehedere— ae entrenara la camiseta celeah y |M»r prim era %ez ae reunieran, exprofeao. loa culture del "paae* corto*’ introducido por liarley, una corrienh que culminaría máa tarde en el gran fútbol del 12 para mucho* el mejor que haya exiathlo. Todo fue m proceao de decantación: allí el futbolista criollo plaani* i . . . • * CESAR GALLARDO

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•Tíi ,-~r « ? • *•* 1 Vueltos a las luchas locales fue tomada esta fotografía al mismo equipo de Nacional de la victoria del 13 de setiembre de 1903, que quebró circunstancialmente la hegemonía argentina. — Era aún el período “del pase largo”.

A lo largo de la historia del fút­ Y sin embargo tal afirmación en­ JUAN HARLEY Y NUESTRA bol nuestro, todos los que mantienen cierra una realidad sostenida no só­ ESCUELA el triste privilegio de los años coinci­ lo por los resultados obtenidos —fór­ den en que las dos expresiones de mula realista a la que rinden vasa­ El “fútbol del 12” —representa­ más alta jerarquía producidas “en la llaje “los modernistas de la hora”— do por el equipo seleccionado de casa’’ se concretan, por un lado, en la sino también por el concepto admi­ entonces— no puede ser considerado que nos sirve de título a esta evo­ rativo que surge en el extranjero un punto de partida ni una flor exó­ cación y por el otro, en la que obtu­ cuando se maneja la historia del tica sin antecedentes ni consecuen­ vo en 1930 el primer Campeonato fútbol “celeste”. Reconstruir ese cias. Es un momento culminante den­ del Mundo organizado por la FIFA. tro de una etapa iniciada dos años Nosotros suscribimos de buen gra­ proceso es contribuir a su legitimo antes, y un modelo en el que se do tal criterio, sin perjuicio de asu­ conocimiento por las nuevas genera­ inspiraron las generaciones que sur­ mir la responsabilidad que de él ciones, disipando a la vez tantos gieron a continuación hasta el canto se deriva, en cuanto integra el re­ errores que circulan en el ambiente de cisne de Santa Beatriz (1935', conocimiento de una verdad histórica respecto a aquellas figuras a las que ciclo que en realidad se habia cerra­ que al irse transformando poco a tanto se las aureola como “super­ do con la consagración de 1930. poco en leyenda, va perdiendo sus hombres” como se les confina en el Tal cual si los hombres del 12, perfiles para convertirse en un cuen­ lote de los que “jugaban a caballo”, restringidos al medio estrecho del to de viejos destinado a provocar según la pintoresca expresión. Ni Río de la Plata, florecieran, como una sonrisa indulgente. tanto ni tan poco. en el milagro de Fausto, en sus he;

51 nías inglesas —de ahí el nacimien­ Es un período que podríamos cali­ to, entre otros, del club Peñarol— ficar enfáticamente como del “pase pero no lo es menos que para ese largo" imitado de lo que se veía entonces y obedeciendo a idéntico hacer al formidable Alumni, here­ desarrollo, ya existía en la Argen­ dado a su vez de la escuela inglesa tina el club Rosario Central, que de­ a través de las lecciones prácticas be ser considerado como la institu­ que se recibían de los equipos de ción futbolística decana de América ese origen. sin temor a discusión alguna respec­ Pero en 1909 se produjo en el to a ese titulo. Uruguay futbolístico un aconteci­ La semilla que proliferó luego en miento que si pasó al principio un un bosque maravilloso germinó a tanto inadvertido no obstó a que ’!na -v olra orilla del rio común con­ casi de inmediato se apreciara su fluida por los mismos hombres, pe- enorme trascendencia: la incorpora­ o fue sembrada con anticipación en ción de Juan Harley al "once” de tierra argentina. Y así surge el re­ Peñarol. Escocés de nacimiento y de conocimiento expreso en aquella épo­ formación deportiva, implantó de ca de la superioridad del fútbol que inmediato las normas de una escue­ se jugaba en el pais vecino, a pesar la distinta a la inglesa hasta enton­ de la significación ineludible del his­ ces en franca vigencia. tórico triunfo del 13 de setiembre Ésta practicaba el juego largo, al de 1903. Asi se explica igualmente imperativo de lo que se entendía que mientras los equipos ingleses por mayor ejecutividad y contenido que llegaban al Plata se imponían atlético; la recién llegada, el pase acá por marcadores contundentes, corto destinado a producir un senti­ con la también excepción honrosa de do más técnico e indiscutiblemente aquel insólito 2 a 1 del Everton en más bello. Dos tendencias nacidas 1909, en cambio los resultados re­ en un mismo territorio geográfico, gistrados en Buenos Aires procla­ aunque con tradiciones religiosas, maban ya las dificultades con que históricas y deportivas distintas, iban tropezando los maestros para ■encer a sus alumnos, sin perjuicio de que éstos pudieran saborear la Pablo Dacal, conocido por “Charran­ alegría de alguna estruendosa victo­ eo”. Además “del juego de ala” fue ria como aquélla arrancada frente al el primer “mulero”. El 15 de agosto Sud Africa en 1906, lograda con el de 1911, imitando la voz de Jorge legendario gol de Brown gritó “dejala Juan” a su her­ Vicente Módena según la caricatura mientras el combinado uruguayo de la revista “LA SEMANA” de 1910. mano y compañero de zaga Juan apuraba un nuevo 6 a 1 en contra. Brown. Se le llamaba “Mondeja”. Era un No han transcurrido tantos años puntero veloz que dominaba las dos desde que el feliz goleador de aque­ piernas. Fue el primero, junto a lla tarde paseara su bohemia por las □ acal, en desarrollar un •‘tuya y cal.es de Montevideo, donde se había mía" que aún se añora como el juego confinado, rememorando con un in- “de ala”. faltable vaso de whisky su hazaña inmortal. El tipo del jugador de ese tiempo, rederos de la generación olímpica poseía, casi desde el origen mismo, estos pasearon por el mundo la más algunas de las aptitudes básicas del hermosa versión de fútbol que se futbolista medio pero proclamaba la haya conocido. ausencia de alguna de tipo especial. Pero como hemos referenciado a Fundamentalmente el sentido del pa- una etapa iniciad* en 1910 como s*. ai por tal ha de entenderse la punto de partida del gran fútbol del entrega del balón a un compañero país fuerza es explicar qué había anulando adversarios en su recorri­ sucedido antes si se tiene en cuenta do y no el simple servicio lateral sin que el deporte oficializado tenía ya el mínimo sentido ofensivo diez años De un modo singular, el detecto En ese primer período —1900 has­ se ponía en evidencia en materia de ta la aparición de Joaé Piendibene hombres de avance, todavía imbui­ corno centro delantero— el fútbol lo­ dos de un concepto primitivo de la cal iba evidentemente a la zaga del acción, en base a la velocidad de la que se desarrollaba en el medio carrera; de una habilidad que po­ argentino, el cual, contra lo que su­ día considerarse innata en el uso pone Pedio Eacarun en su libro del dnbbling' y a una pujanza tísi­ Técnica y Eatrategia del Fútbol de ca que en más de un caso lindaba Hoy , no fue descubierto con poste­ con el desenlace brutal rioridad a su presentación en nues­ Con lodo, una relativa orienta* lór tro país el proceso se operó preci­ del Juego combinado se gestaba er samente a i* inversa. Es exacto tal lo que dio en llamarse "el juego i< (xjtTHt lo afirma el metscuinado ár­ alas” con su máxima expretiór bitro y comentarista español que el en el binomio integrado por Viren deporte llego al Uruguay importa­ te Múden* y Pablo Dacal en funjan do por mis funcionan» de rompa Rner Píate de 190fc

U transportaron al mundo futbolístico su eterna discusión en procura de una definición del conflicto táctico. "El juego en corto sólo lo emplean aquellos equipos que no son capa­ ces de jugar el auténtico fútbol de pase largo” fue el aforismo de rai­ gambre inglesa en la defensa de sus principios. "El juego de servicio cor­ to es arte que no vive en todas las mentalidades” fue la doctrina esco­ cesa afirmada en el orgullo que na­ cía de una cadena de victorias so­ bre el clasicismo inglés. La influen­ cia de Harley en nuestro medio fue decisiva en cuanto a modificar radi­ calmente el panorama técnico y tác­ tico del fútbol criollo. Es discutible si fue el primero que aportó la nor­ ma de apoyar a los delanteros: an­ tes que él lo habían insinuado el francés Carlos Mongay en el Nacio­ nal de 1905 y Ceferino Camacho en el Peñarol de su tiempo. Pero lo Este es el seleccionado uruguayo que jugó en 1910 en Buenos Aires durante que no admite discusión es que ni las grandes celebraciones del Primer Centenario de la Revolución de Mayo. uno ni otro formaron una escuela. El segundo a la izquierda de los jugadores de pie es Juan Harley, incorpo­ Esa fue en cambio la obra de Har­ rado un año antes al CURCC. Los nuestros perdieron por 4 a 1. ley y por ella merece la considera­ ción que se le tributa. Lo fundamental del cambio apor­ fértil. A raíz del fracaso del equipo nuevo sentido de la combinación, al tado tiene que ver con la transfor­ uruguayo en el Campeonato Sud­ amparo del pase corto, cultivado mación total operada en las normas americano Especial de 1910, orga­ con un dominio absoluto de todas de juego, en el cambio del estilo y nizado por los argentinos como par­ sus exigencias, que abría brechas en en el abandono del padrón inglés te de los festejos del Centenario de las defensas impotentes para desem­ enseñoreado de los campos del Pla­ Mayo, se aguardó la oportunidad de barazarse de esa red sutilísima que ta, para dar paso a la escuela esco­ la disputa de la clásica Copa Lipton iban tejiendo, en el ir y venir de la cesa de la que provenía el centre- en Montevideo, para presentar el pelota, los tres centrales de las gran­ half que de Ferrocarril Oeste ar­ nuevo modelo del fútbol nuestro. des líneas uruguayas de aquel gentino —siempre el mismo origen José Piendibene, que ya había hecho período. ferrocarrilero— pasó a Peñarol, sus escarceos por el centro de la según se cuenta, a pedido expreso línea de ataque, sólo que bajo los EL FUTBOL URUGUAYO NACIO de José Piendibene que había adver­ viejos moldes, pasó a ser el gran EL 15 DE AGOSTO DE 1910 tido jugando contra él, el amplio protagonista asistido de sus dos lu­ panorama que se insinuaba. Por eso gartenientes afiliados como él a los El proceso que desemboca en el mismo, cuando se habla de "escuela principios del dogma de Harley: cuadro del 12, merece, en función o táctica uruguaya”, debe recordar­ Pablo Dacal y Carlos Scarone. de su gravitación histórica, un aná­ se el punto de partida y la ineludi­ El público deportivo de Montevi­ lisis más completo como para impo­ ble ascendencia impuesta por Harley deo y con él los jugadores y diri­ ner al lector una idea precisa de su para encontrar el vinculo heredita­ gentes argentinos que cruzaron el desarrollo y culminación. rio y para explicarnos el señorío que río a ratificar el 4 a 1 de la final La estruendosa derrota de mayo "el pase corto” imprimió en el fútbol de Mayo, asistieron en un 15 de planteó a la dirección del fútbol la del Uruguay, hasta llevarlo a las agosto histórico al acontecimiento necesidad de un profundo cambio en más altas cimas alcanzadas por el que significó la versión de un fútbol la selección de los jugadores a los deporte en el mundo. distinto: más bello, más sutil, más que había que confiarse la repre­ Claro está que Harley necesitaba artístico y tanto más eficaz como sentación vernácula, atento a la fre­ de intérpretes que asimilaran lo que para escribir con la victoria de ese cuencia de los encuentros anuales era entonces nueva orientación téc­ día, la primera página de una his­ con los vecinos del Plata. nica y táctica del juego, sin los toria que habría de cerrarse con Basta recordar que se disputaban cuales es factible suponer que los alternativas en aquel 30 de julio de las Copas Lipton y Newton, las esfuerzos del gran escocés se hubie­ 1930 a que aludiéramos. medallas de los Ministerios de Ins­ ran estrellado en el vacio. Funda­ Veinte años de campañas famo­ trucción Pública de ambos gobier­ mentalmente el impulso revolucio­ sas. de triunfos brillantes, de con­ nos, los partidos a beneficio de los nario iba a afectar la norma clásica sagraciones mundiales, dijeron de Circuios de la Prensa y todavía, los de los avances, sustituyendo el en­ un fútbol al que se podía calificar, clásicos compromisos con las selec­ garce de "las alas” con la relativa sin incurrir en absurda exageración ciones de Rosario de Santa Fe, tan prescindencia del eje del quinteto, como el mejor del mundo, inter­ importantes por aquella época como por la acción centralizada de los pretado por hombres que habían los concertados con los futbolistas llegado al grado máximo del per­ de Buenos Aires, habida cuenta del tres interiores. poderío de los personeros de la A las aptitudes originarias de los feccionamiento accesible al esfuerzo humano. Pero de todas las condicio­ ciudad del Paraná. delanteros de la época fue preciso Especialmente la Copa Lipton en­ agregar un nuevo fundamento: el nes de que pudieron enorgullecerse con justicia los jugadores que escri­ gendraba un interés por encima de pase corto. No corrió mucho tiempo las otras convocatorias por dos cir­ sin que se tuviera la evidencia de bieron esa historia, ninguna alcanzó cunstancias. Por un lado porque d»‘ que la semilla habla caído en tierra el contenido técnico que significó el V

Aquí “nace" el fútbol uruguayo. Fue en la cancha de Wanderers en Belvedere la tarde del 15 de agosto de 10in La delantera se reconstituyó sobre la base del pase corto introducido por Harley y ese día Módena, Dacal pL„ dibene, Carlos Scarone y Zibecht no sólo estrenaron la camiseta celeste junto a sus compañeros, sino que cieron brillantemente a los argentinos por 3 a 1. Fue por la legendaria Copa Lipton que constituye un hito en historia del fútbol uruguayo. acuerdo a la reglamentación esta­ competencias algunas figuras ex­ blecida por su donante además de tranjeras incorporadas en los con­ veterano "P erucho"^? e . ^ í su finalidad benéfica en cuanto al juntos locales. Vayan por vía de mero de una familia de grandes a destino de la venta de entradas, era ejemplo Harley. Buck y algún otro fútbol -Alfredo y Armando requisito exigible que los equipos de gran jerarquía, cuyo nombre se centre-halves—- que venia distar* debian estar integrados exclusiva­ nos pierde en la memoria. La otra do su personalidad en el equino d mente por nativos de Uruguay y razón estaba imbuida por un sentido Peñarol desde 1905. q 1X5 d Argentina, lo que radiaba de las de profunda admiración hacia Sir Lo que se gestó en aquella tard Thomas Lipton, consagrado en el histórica vivida en el camón d deporte como "el hombre que mejor Belvedere —sede del viejo Wandc Jorge Pacheco, half del Club Nacio­ sabe perder en el mundo", titulo rers— por encima del resudad recogido por aquel viejo sublime que numérico (3 a I favorable al nal e integrante de los seleccionados años tras año perseguía con el mis­ de la época. junto locatario) ha quedado estable mo afán y con el mismo fracaso, la cido ya en lo que queda escrito Al! consagración de un triunfo siempre nació el fútbol uruguayo llamad E-squivo en la famosa Travesía del desde entonces "celeste" por el rolo Atlántico en barcos a vela Nunca de la blusa que se v x s t i ó ^ o r p ^ (ormuló un reproche ni una lamen­ ra vez. romo si también a ese de™t tación en su desazón deportiva, hasta le alcanzara el impulso renovador ' Ñ día en el que la muerte se lo el afán de romper lazos que lo vincu llevó, hurtándole la satisfacción de iin éxito por el Éxito mismo superado PaS8d° defini“ vament, Loe 4 a 1 de Buenos Aires habían Pero no era cuestión de supone calado hondo en el espíritu de los que se había alcanzado ‘de la cimi ’iombres de la Asociación, provocan­ inmortal el alto asiento" sm0 te una reacción a fecha fija: 15 de el episodio estaba implicando p0- igosto. día de fiesta religiosa — San- su propia resonancia, la necesito a Marta— establecida para la ni zf.fa ratificación. Fue necesark orma alternada en ambas capita­ aguardar la disputa del clásico^ ío es Pero la reacción tenia un conte­ feo exactamente un año el 15 di nido especifico referido a una modi- «U.IO de 1911. esta vez en icación en la constitución de la de­ a '*" qUe ’* rd‘" “ v?lS antera local, formada en base a la el socorrido argumento de la In nueva doctrina impuesta por Harley: de ' T * 10 local- aI Que re­ Rodena Laca!, Piendibene. Scarone currió parte de la crítica portefti f Zibechi El espíritu renovador se mamfes- SXK3KÍ aba de manera evidente en los cua­ Allá fue el equipo uruguayo dls- jo primeros nombres mencionados, i h L i ? \ f ' el aensacional d par que se le otorgaba una es­ tiiuíifo de un año atrás, galvanizado pecie df reválida en cuanto a su si cabe cao la presencia de otros va- facultad de asimilación de los nue- lores identificado, todo, en la nuí- HASTA LLEGAR Son innumerables los aficio­ nados que se preguntan cómo, dónde y por qué se estableció el color celeste para el repre. sentativo nacional. Esta es la pequeña historia de las trans­ formaciones. El triunfo del 13 de setiem­ bre de 1903 —que correspon­ dió al fútbol del país cuya de­ fensa asumiera Nacional por decisión de la “Liga”— se con­ siguió con camiseta azul, con una franja blanca de arriba a abajo y de derecha a izquier­ da, que llevaba una pequeña El famoso River Píate la tarde en que derrotó a Alumni por 2 a 1, bandera uruguaya sobre el cos­ vistiendo camiseta celeste pues los colores de ambos era albirrojos. De este partido surgió la idea de tomar el celeste para distinguir al tado izquierdo del pecho. representativo nacional. En 1904, para jugar contra el Southampson se vistió ca­ miseta blanca y pantalón ne­ En 1910 se llegaría al color de un partido donde el viejo gro. Dos años después al en­ celeste a iniciativa de Ricardo River Píate de Benincasa ven­ frentar al South Africa se Le Bas, apoyada por Héctor ció al célebre Alumni por utilizó camiseta mitad roja y R. Gómez “quien hizo suya la 2 a 1: ambos tenían camisetas mitad azul. En 1907, para moción”, de acuerdo al tradi­ albirrojos, por lo que nuestro disputar la Copa Newton, se cional funcionamiento parla, River se presentó luciendo el vistió camiseta azul y blanca celeste. con una franja transversal ro­ mentario inglés a que se ajus­ El 15 de agosto de 1910, el ja. Al año siguiente Uruguay taba la Liga. Le Bas propuso el equipo uruguayo derrotaba en apareció en la cancha con los celeste a raíz de una amistosa Belvedere por 3 a 1 al cuadro colores albicelestes, agregando sugerencia de los dirigentes argentino: vestía por primera las iniciales L.U.F., correspon­ argentinos que entendían que vez la camiseta celeste que diente a Liga Uruguaya de los colores albicelestes les co­ desde ahí en adelante se cu­ Football. rrespondían. Tomó el celeste briría de gloria.

Cuando se habla del “equipo del 12” hay que hacer una precisión; se perdieron dos partidos donde no alinearon los titulares. Después comenzó el ciclo, cuando Uruguay pudo disponer de todos sus formidables jugadores. Aquí está el equipo con “el maestro” en “ la defensa”. De pie, de izquierda a derecha, Martín Aphesteguy, José Piendi- bene, Cayetano Saporiti, José María Durán, Jorge Pacheco y Alfredo Foglino. Sentados: Vicente Módena, Pablo Dacal, Angel Romano, Carlos Scarone y José Benincasa. va corriente, ya definitivamente en­ que asumieron en algún caso, bien un empate, nueve goles a favor y raizada en el fútbol local. que eventualmente, la representa­ tres en contra, con la particularidad La nota más novedosa fue la ción del fútbol patrio en diversas de que estos últimos se le señalaron presencia de tres nombres absoluta­ instancias internacionales, y con en el último partido que terminó mente inéditos en el orden interna­ variada fortuna. Pero hay uno de empatado. cional: José María Duran en ¿a ellos que entre el 15 de agosto Ese es el auténtico “equipo del 12” plaza de eje medio, donde habría de —fecha clásica en los anales del fút­ que ha pasado a la historia grande consagrarse un año después. Angei bol rioplatense— y el 6 de octubre del fútbol del país, porque por en­ Romano y Pascual Somma. compo­ disputó siempre con la misma inte­ cima de la expresión material de nentes del ala izquierda y cuyos gración cuatro partidos internacio­ sus actuaciones reflejadas en los re­ nombres, de un modo especial el nales con selecciones argentinas, re­ sultados. ha quedado el recuerdo de primero, habrán de repetirse a lo teniendo al cabo de ellos su condi­ un fútbol no superado en el devenir largo del tiempo hasta saciarse de ción de invicto con tres victorias y del tiempo por su belleza, su con­ glorias. El bautismo de fuego para los novicios de aquella tarde no pudo José Piendibene fue una de las figuras sobresalientes de aquella excepcional ser más propicio: un 2 a 0 fue la generación. Comenzó a jugar en Pocitos, en el “ Buenos Aires F. C.” y a parca expresión numérica para tan­ distinguirse en aquella zona, poderosa cuna futbolística. En 1908 pasó al to derroche de fútbol depurado, bri­ CURCC, ya llamado el equipo “de Peñarol” en alusión al sitio de origen, llante y positivo a la vez, como el donde lo suyo haría escuela. que exhibió ante la sorpresa atónita Fovuaró ñel f U R. C. C PrAorol del público argentino aquel equipo al que la opinión de la gran urbe vecina, había dado por liquidado de antemano en el afán empecinado de no admitir el fin de su reinado futbolístico. A partir de ese momento se su­ cedieron los encuentros entre argen­ o tinos y uruguayos, alternándose 5AbA IH n éxitos y derrotas, fundamentalmente en lo referente a éstas, por un pru­ 3APO = ' rito de los seleccionado res de la época —mal endémico como puede apreciarse, incorregible en el tiem­ po— de modificar el equipo en cada nueva versión, haciendo asi perder unidad al accionar del conjunto Pero “toda carta tiene contra y toda contra se da" como dice el tan­ go y tal sucedió cuando va al finali­ zar la temporada de 1911 se jugó el último internacional del año como pa a dejar liquidado el pleito Qe la superioridad frente a .a incógnita de la temporada siguiente El encuen­ tro se disputó en el Parque Central y term.no con un rotundo 3 a G a favor de los “celestes’’. Fue en esa oportunidad en la que Juan Broun, gran zaguero argentino y cifra y espejo de deportistas, “bautizó" a Joae Piendibene con el titulo de “maestro ", a raíz de haber señalado el centro delantero dos tantos cas. consecutivos después de haber es­ quivado la vigilancia de Juan y Jorge la gran pareja del Alumni > de las selecciones argentinas de

fero no estaba “todo dicho , ha­ que llegar hasta cansar la tona > aconteció casi 0e in­ díalo

JOM MARIA DURAN Y RIEMDI- EN LA ERORIYA DEL 12 Cuando se habla del “equipo del 12 ee neriesario formular un que facilite la cons- de la idea En ese periodo de tundencia y por una sensación de superioridad que causaba en sus ad­ versarios, de la que se hizo eco la propia crítica argentina de la época. Veamos el proceso de la campaña cumplida a lo largo del año. El 25 de febrero —plena tempo­ rada de verano— se jugó en el campo de Independiente argentino un partido con fines de beneficen­ cia entre argentinos y uruguayos, presentando éstos el siguiente equi­ po: Cayetano Saporiti; Miguel y Martín Aphesteguy; Jorge Pacheco, Juan Harley y Carlds Márquez Cas­ tro; Vicente Módena, Antonio Már­ quez Castro, Santiago Raymonda, Felipe Canavessi y Angel Romano. Como puede apreciarse estuvieron ausentes José Benincasa, José María Durán, Alfredo Foglino, Pablo Da- cal, José Piendibene y Carlos Sca- rone. Para colmo de males a los veinte minutos del primer tiempo se lesionó Harley quedando el equipo hasta el final con diez jugadores, ya que la reglamentación vigente no autorizaba la suplantación ni siquie­ ra del arquero aun en compromisos de índole amistosa. Ganó el once locatario por 2 a 0. Ya avanzada la estación invernal había llegado al Rio de la Plata un cuadro inglés —el Swindon Town— que se anunciaba como el mejor equipo del momento en su país lo que equivalía a considerarlo el más poderoso del mundo habida cuenta del absoluto dominio que el fútbol británico ejercía en todas las lati­ José María Durán hizo su bautismo de fuego en el partido revancha de tudes. aquel jugado en Belvedere en 1910, disputado el año siguiente en Buenos La presentación de "los rojos" —tal Aires. Fue el protagonista de la anécdota del 22 de agosto de 1912 en el era el color de la casaca que ves­ Parque Central que relatamos: da ¡dea de su popularidad y pinta toda tían — en Montevideo, luego de una una época. campaña de resultados variables en cuanto a la certificación de su real poderío realizada en canchas argen­ El resultado -3 a 0 a favor de la frente: Wilson; Juan y Jorge Brown; tinas, concidió con un momento poco visita— signó de manera contunden­ Morroni, Max. Susán y Ernesto feliz del medio local. Lesi<¡>nados e te la diferencia de poderío de los Brown; Ohaco, Ameal, Dannaher. imposibilitados de actuar José Pien­ conjuntos en pugna, al par que pro­ Harris Hayes y Víale. Y para res- dibene y Angel Romano, irrempla- porcionó a la crítica porteña una bonder a un imperativo de victoria zables en el ataque; a punto de irse oportunidad más para blasonar de jue surgía en el recuerdo de aquel del país en forma definitiva Ramón superioridad. Genio y figura. L5 de agosto de 1910, continuado Ríos, que había llenado satisfacto­ Apenas cuarenta dias más tarde ?on la reiteración de un año des­ riamente la plaza de half izquierdo la Copa Lipton convocaba a argen­ pués en campo argentino, salió a la en la temporada anterior y muy por tinos y uruguayos en su fecha tradi­ ?ancha la fórmula celeste a la que debajo de su magistral rendimiento cional del 15 de agosto, esta vez en se había llegado después de balan­ Juan Harley como consecuencia de el Parque Central, modesto como el cear todos los antecedentes disponi­ una afección a la vista que lo radió medio de hoy pero con historial bri­ bles: Saporiti; J. Benincasa y Mar­ de la actividad parte del año, el pa­ llante. ín Aphesteguy; Pacheco. Durán y norama no era alentador en cuanto Allí apareció por primera vez "el Foglino (“debutante” y que nos per- a las perspectivas del partido con los gran equipo del 12" a tono con la lonen el galicismo); Módena, Dacal, todavía reputados como "maestros" VIII disputa del trofeo legendario. Piendibene, C. Scarone y Romano. del fútbol en el mundo. Pero como Estaba en juego una rivalidad que Sanó Uruguay por 2 a 0, tantos de no se podía renunciar al partido en sus dos versiones anteriores ha­ Dacal y Scarone y así sintetizaba concertado y a las enseñanzas que bía acusado la superioridad "celes­ in periodista su opinión sobre el de él podían recogerse se resolvió te", lo que reclamaba un esfuerzo luego: "El impulso del sentimiento “ír a Roma por todo" corriendo los de la visita para "cortar la redoblo­ local, haría decir al cronista que el riesgos consiguientes Saporiti; J. Be­ na" que iba en camino de hacerse riunfo uruguayo fue disputado en nincasa y Martín Aphesteguy; Pa­ definitiva. Kv»il lontlcim n cin nrpPP- checo. Durán y Ríos; Módena. Lu­ A ese fin Argentina estructuró un dentes en nuestros anales deporti­ cio Gorla, Dacal, C. Sea roñe y Juan conjunto en el que aparecían como vos. Y tal vez, obedeciendo a idén­ C. Campistegui lo más saneado del fútbol de en­ ticas consideraciones lógicas, emitan

57 nuestros vecinos el comentario dia- tante en matches de esa índole, ganador de la Lipton concedía a metralmente opuesto. Pero, para el disonó en el primer half del armó­ sus vencidos del 15. Así lo entendió observador que hubiera podido ubi­ nico conjunto, para acompañarlo la Asociación Argentina quien in­ carse en un plano alejado de los dignamente en el segundo. Los trodujo modificaciones en su selec­ sentimientos que dominan a los backs, notables por igual, fueron cionado: C. Russ sustituyó a Peel sportmen de ambos países, la opi­ vencidos una sola vez después del Yates, en la línea media y J. Gon­ nión variaría. En el primer half- intervalo y muy escasas en la etapa zález, A. Watson Hutton y S. Buck a time. en efecto, cuando la lucha es­ inicial, lo que ya constituye mereci­ Alberto Ohaco, Ameal y Dannaher tuvo equilibrada, el encuentro fue miento, y Saporiti, en muy pocas ve­ respectivamente en el ataque. lindo, pródigo en interesantes peri­ ces requerido, estuvo a la altura de Como nota curiosa cabe destacar pecias. con abundantes momentos su brillante foja de servicios. El quin­ que Buck, jugador europeo, había dignos de despertar el entusiasmo. teto de forwards, guiado por Piendi- defendido los colores uruguayos en Pero no así en la segunda parte bene como sólo él sabe hacerlo, fue la tarde de la derrota de Mayo de de la jornada, cuando una supre­ lo que debía ser, una fuerza conciente 1910 a la que se ha hecho referencia. macía ininterrumpida de los urugua­ y poderosa, cuyos esfuerzos conver­ El conjunto celeste se presentó con yos —supremacía que por largos ra­ gían invariablemente hacia la meta la misma integración de la Lipton, tos tuvo serios aspectos de domi­ propuesta. Verdad es que, en los pri­ no sin antes apurar un momento de nio— no podía dar a la pauta del meros momentos, Scarone y Romano incertidumbre para cuya informa­ juego un carácter emocionante. Eran hicieron dudar; pero más tarde su ción recurrimos a una nota perio­ dos fuerzas equilibradas: constante rehabilitación fue completa y admi­ dística de la época. ataque por una parte; empeñosa de­ rable la cohesión del ataque en el “Eran las 3 de la tarde. Y un fensa por la otra. Tanto que, si el que Módena y Dacal hicieron una rumor había invadido todos los áni­ resultado del match fue para los vez más la notable pareja de otros mos, como una triste perespectiva nuestros una coronación brillante de tiempos”. Por tercera vez conse­ para el éxito de los nuestros: Durán sus esfuerzos, constituyó moralmen­ cutiva, la Copa Lipton quedaba en no ha llegado todavía! . .. Todas las te para los argentinos, exclusión he­ la casa. Sólo que la epopeya recién esperanzas parecen caídas con mo­ cha del seo re, un verdadero desas­ empezaba. Apenas una semana des­ tivo de esta triste novedad, que cun­ tre”. Y más adelante agrega: “Del pués, exactamente el día 22 del de de boca en boca, como un fatal equipo uruguayo, cabe decir que to­ mismo agosto, se disputó un nuevo desconsuelo. Los encargados del das las lineas se superaron. En la encuentro por el premio del Minis­ team han llamado a Betucci para intermedia, Durán encamó la figu­ terio de Instrucción Pública de que lo sustituya, ya que no habién­ ra prominente del field, no hacien­ nuestro país —obsérvese de paso dose comunicado nada y aparecien­ do lamentar a Harley. Siguióle en la contribución de los organismos do la duda, no podía presentarse el méritos v muy corta distancia, Jor­ públicos a las fiestas deportivas— equipo sin su necesaria complexión, ge Pacheco. Fuggini (así se le y que en los hechos, tenía la sig­ es decir, sin estar completo en sus conocía entonces a Foglino) debu­ nificación de una revancha que el líneas. Mientras tanto, las esperan-

Football- Uruguayos 3 Argentinos O

part dc u og 1912 en la revista argentina “La Semana Universal”, siete días después del el resultado se’Tbser 2 hJ,n'*tecr‘° dc ’nstrucción Pública” de nuestro país. Debajo de la guarda que encierra se estilaba oor eni^rJ \ Saporiti echando al córner casi sin adelantarse de la raya del arco, tal cual antes utx-.c resuifdr « .A f°n?° ** Ve ,a lr,buna Papular repleta del viejo Parque Central, inaugurado un año de cret.mientG condal? ^suficiencia de la cancha de Wanderers en Belvedere, inadecuada en medio del proceso p lX i^r2£ SESTÍ* e‘ fÜtbo‘ e" nuertro Pa,t A ,a derecha' con los brazos cruzado, sobre el de caí para indicaba i22’X 2 L * » * * 'onal jugador que esa Urde marcara el tercer gol. Aunque faltan las rayas ua reo esta büattn.4 1«ra

NACIONAL Demarchi (De Valois). F. Castellino (O. Crocker, y Foglino (F. Crocker): A. Landoni (Nogara), A. Porte y Vanzzino (Oromi), V. Modena (Lista), Dacal (Sau), L. Gorla, R. Vallarino (Gesuelle) y Somma (E. Peppo).

CURCC (Peñarol» Crossley (Eguiaj; Ronzoni (Broggi) y Raffo; Betucci (C Camacho), Harley y Savio (G. Manito): Romano (Maz- zullo). Quagha, Piendibene, C. Scarone (E. Varela) y P. Zibechi (Plazaola). WANOERERS: Saporiti; Miguel y Martín Aphesteguy; Altamirano, Rébori y J. López; Marques Castro, Raúl y Carlos Bastos (Maisso- nave), Canavessi y Zumarán. R IV E R PLATE: Cavallotti; José y Miguel Benincasa (Buggiani); J. García < Macchiavello), O. Sanz y R. Ríos; Lagos, Ribeyro, Bruno, S Raym onda y P Seoane (Risso).

BRISTOL: Cocchi; L. Carbone y Artigas (Lando); J. Pacheco. J. M Duran Guaní (Marques Castro) y Zuazú; N . Ferreiro, Cantury (Diazi, Novoa íUrrestarazú), Morton y J. C. Campisteguy.

CENTRAL Balmelli: Caballero y Ferrando; Casales (Volpi), Juan Delgado y F. Broncini (Vázquez); Reta, A. Broncini (Labadie), Da- gosto Rodriguez y Laserre.

UNIVERSAL: Solans (Lurati); Nassolino y Granja (Velloso); Garrido. Denev» (Viola) y Rebagliatti (Martínez); Carreras, Damíano (Cavi- glia), Minoli, Insargaray (Pedutto) y Farinasso.

DUBLIN (abandonó el torneo): De Vecchi; I. Montecoral y Pochm- testa, Iturralde, C. Marques Castro y M. Magariños; Benitez, Crael, V Barbat. A. Marques Castro y Bazet. JOSE PIENDIBENE

En veinte años de actividad ininterrumpida en el equipo superior de Peñarol y la selección celeste, José Piendibene sólo fue Campeón Uruguayo en cinco y dos veces Campeón Sud­ americano. La escisión le impidió entar en Colombes y Amsterdam le bailó cerca del fin de su actividad. Sin embargo —y aquí reside el mejor homenaje a su extraordinaria figu­ ra— fue llamado sin distinciones “el maestro” en el fútbol del país más laureado del mundo. W »Xl ■ RJ -K* , • *• - * W * 4 ♦. * w < • % B <• t = 1- •* ■ . -» 4 ' • • EL CUADRO DEL 12: SUS CUATRO PARTIDOS

entra!. — Copa Lipton. Referí: A. Saralegui turug., Saporiti; J. Bemncasa y Martin Aphesteguy. J. G Duran Guaní y A. Foglino; V. Modena. P Oacal J

orow n y j . o. Srown. J Morroni. A. Ameal. G. Dannhaer. H Ha yes

En el Parque Central Uruguayo. Referí: L Peyrou (uruguayo). URUGUAY* C. Saporit»

ARGEMTIMA C T. W h m M Susan y E Rrown M P Gonaalea A P Watson Hutton Bucfc H Hayes y J Víale

Apraia y A Reparat J Johnston •lee Journal Calommo A Mir-

Heuuton Referí

A. Chiappe i. M Hayos En la ca ha de Gimnasia y Esgrima en Buenos Aires, el equipo uruguayo se alinea para la fotografía antes del pa.vdo dei 22 de setiembre de 1912: Piendibene, según su costumbre, está de pie, segundo desde la izquierda. Argent.na amontono sus hombres atrás tratando de arrancar un empate sin goles, pero “el maestro" vencería a Rithner en el minuto 79. Al día siguiente “La Nación" comentaba entre otras cosas: “No ha actuado en nuestros fields hasta hoy, un quinteto que combinase en igual forma perfecta y lucida . zas flotaban en el ambiente, acari­ Y bien; ¿quién era y qué repre­ sus zapatos de fútbol o su equipo ciadas por un anhelo consolador: sentaba en el equipo de 1912 ese de remero de la máxima categoría, Duián podía llegar a tiempo toda­ jugador Durán que de tal manera defendiendo sus queridos colores del vía... Habíamos llegado a las 3 y 5 enfervorizaba a las masas populares Montevideo Rowing. y recién entonces, a raíz de un ante el temor de su ausencia? Fue La galería de los grandes centre- acentuado rumor, aparecieron los ju­ en su momento el más grande nú­ halves nativos empezó con él y se gadores al field. Los primeros en mero 5 del fútbol uruguayo, puesto fue continuando a través de Juan hacerlo fueron los argentinos enca­ al que se consideraba y se continuó Delgado, Alfredo Zibeehi, José Vidal. bezados por Jorge Broun. El pú­ considerando por mucho tiempo la Lorenzo Fernández, Alvaro Gettido, blico. sin la confirmación de la llave del cuadro. Podría faltar cual­ para cerrarse con el nombre homé­ llegada de Duran, se mostraba im­ quier otro jugador sin que se resin­ rico de Obdulio Varela. Pero quien paciente. Interin, los argentinos tiera en forma notoria el rendimien­ quisiera discernir entre ellos quién iniciaron la acostumbrada práctica, to del conjunto, pero en aquel equipo pudo ser el mejor, se planteará un ensayando la segundad de sus pier­ había dos hombres imprescindibles problema que sólo podrá resolver en nas, mediante algunos tiros al arco. por la gravitación que ejercían: función de elementos de juicio al Dos minutos después hicieron su en­ Durán y Piendibene, los ejes de la margen de las estrictas exigencias trada los componentes del team defensa y el ataque respectivamente, de la técnica futbolística, para dar uruguayo. Los mejores aplausos es­ luí figura del “maestro" le ha ga­ paso a una simpatía personal o a tallaron entonces, pues Durán, esa nado su batalla al tiempo y continúa una devoción partidaria. incógnita que había querido castigar siendo tan grande hoy como en las Al cabo de los años, el mismo Du­ todas sus esperanzas, apareció con épocas en las que enardecía a las rán evoca con una sonrisa un tanto ellos Por todas partes los aplausos muchedumbres con su arte, al cabo melancólica el motivo de su retraso pers stieron tal vez insinuando en de veinte años de trajinar por las en aquella oportunidad. Como en­ «-■•a forma los primeros alientos ante canchas de América. tonces no se habían inventado las la perspectiva de la lucha que se José María Durán. en cambio, se concentraciones y cada hombre debía presentaba como nunca briosa, re­ fue del fútbol a los veintitrés años procurarse el acceso al campo de ñida. demasiado reñida quizá para en 1913 cuando la vida le plan­ juego por sus propios medios, debió nuestros colores Pero con la apa­ teó esta disyuntiva: el fútbol o los sufrir las consecuencias de los atra­ rición de Durán en el team, algu­ estudios jurídicos. Renunció al pri­ sos en los horarios de los c’ásicos nas posibilidades optimistas se insi­ mero. y hoy. a los setenta y nueve tranvías de La Comercial que por nuaron cariñosamente. Era una años — perdón viejo amigo por des­ 18 le Julio y 8 de Octubre, condu- suerte para lo* nuestros que esto cubrir el secreto- con su prestigioso cíhii al Parque Central. Exactamen­ hubiera sucedido. Y el público, bufete profesional, pasea su prestan­ te igual que hoy, cuando la compañía comprendiéndolo así, ha redoblado cia física en un verdadero milagro, inglesa desapareció para dar paso a sus más entusiastas manifestacio­ como si la vida se hubiera detenido las empresas criollas Lo que se nes” para él al día siguiepte de colgar hereda no se hurta Las medallas del Ministerio local la que separó a les adversarios de quedaron en poder de los integran­ aquella tarde histórica. El sistema tes de la escuadx-a celeste, triunfa­ escocés, adoptado en nuestro medio dores con un amplio 3 a 0, señalados desde la incorporación de Harley, por Dacal, Scarone y Romano res­ derrotaba una vez más como había pectivamente, habiendo malogrado sucedido en las luchas internas en­ el entreala derecho la ejecución de tre ellos, al modelo inglés que con­ un tiro pen&l. dirigido a las manos tinuaba imperando en Buenos Aires. de Wilson. el gran guardameta ar­ La combinación de la delantera gentino. celeste, imponiéndose al accionar in­ No obstante las notorias diferen­ dividual de los discípulos de Alumni. cias en el marcador, las crónicas Un colega argentino fue más pre­ hablan de un encuer tro más parejo ciso y concreto al estampar: “El que el de la Lipton. explicable, sin team uruguayo es en su conjunto de embargo, por la contundencia de la una admirable armonía. Buena de­ delantera magistralmente orientada fensa que apoya el ataque y exce­ por José Piendibene. lente linea delantera, cuya combina­ Recogemos de una de las publi­ ción de insuperable maestría, lleva cadas al dia siguiente al partido: a pensar en el célebre Southampton, “Adelantémosnos a declarar que el que nos visitara hace años, cuando juego fue en general superior al del nos dio la más brillante lección de match por la Copa Lipton. Por lo fútbol que hayamos recibido de un tanto, el team argentino, superior al equipo inglés”. anterior por los jugadores escogidos, Apenas ocho años habían transcu­ desarrolló mejor juego tanto en la rrido desde que ese conjunto britá­ línea media como en el quinteto de­ nico derrotara a nuestra selección lantero, donde hubo combinaciones. de principios del siglo por ocho a Frente a un adversario asi, que uno' En tan breve lapso el fútbol carlos Scarone en su época de juga- había hecho sustituciones con un ló­ uruguayo había evolucionado como • dor del CURCC, titular inamovible gico afán de desquite, el team uru­ para provocar en el cronista argen­ de las selecciones de entonces. José guayo comprendió que debía multi­ tino de "El Diario” de Buenos Aires, Piendibene afirmaba que no conoció plicar sus fuerzas. Fue pues, el par­ la idea de una semejanza como la otro futbolista de sus condiciones. tido de ayer una empeñosa lucha, transcripta. Al cabo de ese tiempo, con detalles de viril encarnizamien­ se repetía la brillante lección, ahora to. A pesar de esto, no se descendió por cuenta de un equipo uruguayo. mejante a la Lipton— fijada para el a brusquedades que. después de to­ día 6 de octubre de ese mismo año do. sólo podían haber demostrado "LA NACION ": EN EL PLATA, 12. A esos efectos, se cursó la invi­ que ninguno de quienes las emplea­ tación de rigor al amparo de la libe­ ran merecían estar en el field. Con­ SIN PARANGONES ralidad que existía en cuanto a no cretándonos a la manera de jugar, El fútbol de enfrente apuraba por respetar el principio, hoy poco me­ diremos que uno y otro team han entonces una de sus acostumbradas nos que sagrado, de la afiliación in­ actuado bien. Ambos combinaron crisis de dirección. Frente a la vieja ternacional. con precisión, aunque más los uru­ Liga Argentina se levantaba la Fe­ El 22 de setiembre, en el viejo y guayos. pues sus contrarios, obede­ deración, rama disidente que se jac­ prestigioso campo del club Gimnasia ciendo a una táctica común en ellos, taba de tener en sus filas a la más y Esgrima de ia capital porteña, se sacrificaron al «nina vez los pases a auténtica representación del deporte jugó el partido. Uruguay, en cierto -as acometidas individuales que ya del país. La Federación tuvo la idea modo comprometido a ello, presentó han hecho su éooca”. de provocar la presentación del equi­ su cuadro habitual, el mismo que En esta observación del cronista, po uruguayo antes de la disputa de había alcanzado las dos victorias que está implícita la diferencia de escue­ la Copa Newton -de tradición se­ quedan reseñadas. La Federación

En la tarde “del gol de Piendibene”, ante un estadio de Gimnasia y Esgrima que resultó chico, los malabaristas uruguayos desplegaron su arte para vencer a los dueños de casa. Romano maniobra en el área chica, su marcador MUtda atras, él ia acomoda para la “zurda” mientras otro defensa se aproxima. convocó a lo mejor de que disponía, ra que derrotara su ciudadela, todo a semejante cuadro <:ue demuestra entre los que figuraron hombres ya el conjunto de la casa se congregó en en forma elocuente los progresos del entonces de gran prestigio y otros su zona fuerte, sin otra preocupa­ fútbol uruguayo, la tarea del nuestro destinados a alcanzarlo a breve ción que mantener el cero a cero fue realmente ardua. Contener a plazo. inicial. Finalmente a los 79’ ‘‘el cinco forwards bien apoyados por Rithner, que discutía con Wilson maestro” consiguió el gol. El resul­ una línea de halves, y sobre todo, a y casi de inmediato con Carlos Isola tado habrá sido parco, pero el elo­ cinco forwads que sólo piensan en el derecho al título de mejor arque­ gio de la crítica argentina fue des­ combinar, prescindiendo en todo lo ro; Apraiz y Reparaz, pareja de za­ bordante ante la actuación del con­ posible de la habilidad individual, gueros de rápida consagración inter­ junto montevideano. es trabajo difícil para cualquier de­ nacional; Johnston, Sande y Bada- Así dijo "La Nación”; "El cuadro fensa. Debió serlo doblemente para racco integraron la línea media, sien­ visitante repitió ayer sus matches la del cuadro argentino, que sobre do los dos últimos figuras de gran anteriores. Fue el mismo gran team su estreno en internacionales, iba relieve en los años sucesivos, Calo- que venció en la Lipton y en el Pre­ al match con el handicap conside­ mino (¿quién no lo recuerda en sus mio del Ministerio de Instrucción rable que significaban el merecido campañas de Boca Juniors y de los Pública del Uruguay. Fuerte en to­ prestigio de su rival y sus éxitos an­ combinados de su país en la década dos los puestos de la defensa, sin teriores. Perder por sólo un gol en del 10?), Marqués, de quien leal­ una sola falta que aminorase su ho­ semejantes circunstancias, es hon­ mente no podemos suministrar in- mogeneidad ni su poder en esa parte, roso”.

El público en la cancha de Gimnasia despidió con aplausos cerrados la exhibición celeste que acababan de: pre­ senciar cuando terminó el partido. Obsérvese por las vestimentas que el fútbol tenía en aquellos anos mucho de reunión social. Los clubes por su parte comenzaban a preocuparse por brindar en sus es a ios as mayor s didades. La cancha de Gimnasia tenía una tribuna techada y servicios completos de confitería donde se servdat té, chocolate, café y refrescos. Despuntaba "la industria del espectáculo a través de a m g iu a rae i importado a estas tierras por los ingleses.

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Es honroso, sin duda, en función formación alguna, siempre que no ofreció en el ataque una magnífica demostración de la ciencia del juego. del esfuerzo realizado pero al mismo esté equivocado el dato de donde se tiempo es homenaje y reconocimien­ extrajo la información, Piaggio, Sa- No ha actuado en nuestros fields hasta hoy un quinteto que combinase to a la eximia categoría del vence­ yanes y Polimeni, con hondo pres­ dor. tigio internacional a través de los en igual forma perfecta v lucida. nombramientos a que ya se habían Para encontrar un término de com­ hecho acreedores, fueron los encar­ paración, tendríamos que recuriir a empate que salvo gados de demostrar a su público que cuadros extranjeros. Ni aun en los "no era tan fiero el león como lo mejores tiempos de nuestro fútbol EL HONOR pintaban” los de la Liga Argentina. se presentó un conjunto que se en­ Nos abocamos a la consideración Y a fe que casi lo logran. tendiese mejor. Posiblemente, hemos del último capítulo de esta historia El partido —se lo hemos oído con­ tenido, individualmente, jugadores magnífica, que, por cierto, se tiñó tar a Piendibene en tantas oportu­ más brillantes. En la acción colec­ de una honda dramaticidad, más pro­ nidades— se jugó en el área penal tiva, esa línea que actuó ayer supera a cualquiera de las que hemos visto funda quizá por la sorpresa que lo del locatario. En el afán de no dar caracterizó. oportunidad al quinteto oriental pa- en los encuentros rioplatense. Frente

«5 José Benincasa. El caricaturista de “ La Semana” le Pedro Zibechí, el primero de una familia de grandes representa con un sonajero en la mano izquierda: quería futbolistas. Hermano de Alfredo y Armando, ambos simbolizar lo que tenía de acérrimo enemigo de la vio­ centre-halves, fue el puntero izquierdo del año 10. El lencia para jugar. El verso que acompaña la caricatura verso dice así: “El caricaturizado/ en esta caricatura/ dice “Este benjamín valiente/del grupo internacional/ se caracterizó/ por su gallarda figu ra/ Pues su “cebe- ha de ser, sin duda alguna/una gloria... nacional. cita de oro”/ y su diminuto pie/ es honor del victorioso/ cuadro del "cuerrececé”. El 6 de octubre se disputaba en Buenos Aires la Copa Newton. Al margen de lo que significaba en si, el partido no ofrecía mayor aliciente en el orden deportivo por EN EL 12 SE JUGABA ASI la superioridad indiscutible que los celestes habían impuesto en las dos oportunidades anteriores. Era un partido más. Y en ese orden de ideas arribaron unos y otros al cam­ po de Racing en Avellaneda, dándose la circunstancia, por otra parte es­ perada, de que mientras Uruguay repetía su alineación triunfante en os compromisos ya jugados, la Liga local intentaba el último escuerzo, intioduciendo nuevas modificc.ciones que le dieron esta fisonomía: Wilson, í Uap J 1Jor15e 1Brown: Chiappe, Russ y Pabo Molina; Watson Hutton, Maximiliano Susán. Harry Hayes, M. González y Viale. A los 38 Uruguay se imponía fá­ cilmente como consecuencia de dos tantos señalados por Romano y Da- cal, respectivamente, fruto por lo de­ mas de una superioridad que no me­ recía objeciones de ninguna índole. Ni siquiera cuando allá a los 44 y cuando se esperaba la orden del ár­ bitro para el descanso reglamenta- El eje del equipo era el cctrohalf. Serlo requería condiciones í}°’ se le, ocurrió a Amoldo Watson excepcionales: habilidad para quitar, habilidad para pasar la Hutton d.ngir un tiro desde larga pelota y habilidad para cubrir la cancha y la espera del rechazo «‘stanoa qUe sorprendió a Saporiti defensivo contrario. En avance la pelota iba generalmente a tai qVefeste atinara a la más elemen- alguno de los centrales. Difícilmente se jugaba directamente defensa. ¡Qué importaba! Era simple cuestión de que “Gaitanín” no a los punteros porque entonces se aplicaba el sistema escocés cluídora 3 “dormirse” y todo con- de defensa: se defendía “en zona' excepto en las puntas, donde los marcadores "encimaban" a los punteros sobre la raya, or estaba escrito que ese día gravitación de Piendibene en aquel equipo, en general se ju ­ arh t a<*°S Se bab*an conjurado para gaba en su dirección. Entonces sus compañeros de línea se ali­ tra Una dol°r°sa sorpresa con­ tra el favorito de la cátedra. neaban escalonados en “v”. Por lo común se habla de que el Ya iniciado el segudo tiempo, se centrohalf marcaba a los tres centrales", lo que no es asi: mar­ o Que el binomio Aphesteguy-Fo- caba un sector tratando de obligar al delantero a desplazarse Rhno no funcionaba bien, sin que hacia los costados. El axioma era no permitir nunca que el 3 pr:mera vista en qué slslla la falla de aquel sector forward avanzara con la pelota en línea recta. La función del defensivo. Así mientras Durán se zaguero izquierdo era cubrir el otro sector, siempre en posición recostaba” al punto vulnerable de retrasada respecto al centrohalf, pero delante del zaguero de­ a izquierda, Jorge Pacheco se corría recho. La función de éste constituía un verdadero libero pero “acia el/en tro , confiando a la peri- con una particularidad: atendía el juego por ejemplo de su qLki n Jo?e Benincasa —“el impa- v- ,e a custodia del rosar no derecha a la línea de toque. No jugaba como lo hacen los za­ e. cuyo recuerdo obliga a pensar gueros sueltos de hoy, “barriendo” a derecha e izquierda. El „ su compatriota Enrique García otro sector lo atendía el zaguero izquierdo. El golero solo actuaba UarJL p°eta de la zurda’’ como dio en en el arco. Saporiti algo pesado pero muy seguro de manos, jnarse.e— para encontrar un si- ar al cabo de treinta años de fút- no salía de los palos. Quizá el primero en hacerlo haya sido . iargentino- Y sucedió lo inexpli­ Andrés Mazali. r i r cable; a los 61’ y 69’ Viale cruzó ? °.Un met^oro por la zona dere- a de ;a retaguardia oriental sin que Benincasa intentara un recurso, !?ra, ab3tir 3 Saporiti en las dos P rtunidades, transformando una- se­ frente a la adversidad el invicto tado en el ardoroso entusiasmo de gura derrota en una probable victo­ equipo del 12 y fue a buscar el José María Durán y en la maestría inigualada de José Piendibene. ria local. empate. nJ.?re

«7 en el camino, Piendibene tuvo la in­ nando el visitante por tres a uno en garon a comparar a las huestes ca­ tuición venial de buscar a su izquier­ alargue, por haber igualado el mar­ pitaneadas por José Nassazzi como cador en un tanto por bando en el superiores incluso a los m» jores pro­ da el remate mortífero de “Scaro- fesionales del Albion. ne el grande” —como se le llamo tiempo reglamentario. cuando apareció en las canchas el Los cuadros se intgraron así: Ar­ Sólo que la rectificación no tardó inmenso Héctor destinado a conti­ gentina: Pearson. Bello, Juan Brown, en poner la verdad en su sitio, cuan­ nuar la dinastía del apellido— al Chiappe. C. González Olivari, Rod- do apenas un mes después y ya re­ tiempo que le gritaba poniendo en gers, Ameal, Marcovecchio. M. Gon­ compuesto a medias el campeón, vol­ el grito toda la esperanza del equi­ zález y Víale. Uruguay: Saporiti, vió a ganar el Campeonato Sudame­ po: “T irá ...”. Y allá fue el re­ Castellino. Martín Aphesteguy, Pa­ ricano —más difícil según los pe­ mate fulmíneo del notable entreaia checo. Durán, Foglino, Antonio riodistas argentinos que la propia paira incrustar la pelota en las ma­ Márquez Castro. Dacal, Quaglia, Olimpíada— embotellando al adver­ llas del arco local. Scarone y Romano. Tantos de M. sario blanquiceleste en la final en el El honor quedaba a salvo y el González y Scarone de penal. En el año donde fuera “canonizado” Amé- equipo pasaba a integrar la historia complemento. Marcovecchio y Víale. rico Tesorieri, y no obstante las au­ grande y única de un fútbol igual­ sencias irremplazables de Leandro mente grande y único. PARTE DE LA GRAN HISTORIA Andrade, José Vidal y Héctor Sca­ Los pocos minutos que quedaban rone. no alcanzaron para reivindicar los Los eternos detractores —que los Los que presenciaron la Cruzada méritos uruguayos y la pitada de­ hay— de todo lo que de grande pro­ de Colombes sostienen —seguramen­ terminó un relativo traspiés en la dujo el deporte del país, dentro del te de buena fe— que el Campeón gran campaña del año. Tres victo­ cual el fútbol aparece en primerí- Olímpico fue superior al del 12. rias y un empate integran el balance simo plano, recurren a estos resul­ Nosotros, que lamentablemente no de lo producido por “el equipo del tados para rectificar el concepto de preí .nciamos la hazaña del 24, no 12". que fue ése precisamente, y no “invicto” que se ha acordado al au­ pod mos compartir tal aseveración. el que le precedió ni tampoco el téntico “equipo del año 12”, incluso Pe ) creemos hacerle merecido ho- que a posterior! inteivino, ya desme­ con la poca loable intención de ami­ norar su proyección en la historia no a tan formidable expresión fut- drado. en dos partidos de fin de bo »tica, si admitimos que quien fue año. Él primero, se jugó contra la de las competencias internacionales, bajo el mezquino argumento de su neredera directa —1930— está selección rosarina en la ciudad del poi lo menos, a la altura de la que Paraná por la Copa Asociación do­ agrupar en un solo lote y bajo la misma responsabilidad todos los re­ capitaneara con el señorío que lo nada por don Mariano P.eyna —ju­ caracterizó en los campos de fútbol gador, dirigente y magnifico juez de sultados del año, cualquiera que fue­ re la integración de los d'stintos y en la vida, aquel caballero del de­ fútbol— y en el que se impuso el porte que fue y es Jorge Pacheco. team oriental integrado por Santia­ equipos que hubieran vestido la blu­ go Demarchi; J. Benincasa y José sa celeste. Lamentablemente no se No está en nuestros propósitos Pedro Zuazú; Pacheco. Durán y Fo- trata de un fenómeno aislado. Es el plantear tal controversia. Todos esos glino; Módena, Da cal. Ricardo Va- mismo que surgió en 1924, cuando al equipos y otros más, integran la llarino —más tarde muy buen árbi­ regreso del “cuadro olímpico invic­ gran historia del fútbol uruguayo, a tro—. Pedro Seoane y Santiago Ray- to”, se hizo caudal de aquella de­ cuyo conocimiento por las genera­ monda. por cuatro a cero con goles rrota sufrida en el campo de Spor­ ciones de hoy hemos querido con­ de Dacal. Vallarino y Seoane en dos tivo Barracas frente a la selección tribuir como un medio de familia­ oportunidades. El segundo, determi­ argentina, cuando el conjunto uru­ rizarlas con quienes fueron estable­ nó un éxito argentino en un match guayo era una borrosa sombra del ciendo las etapas en que se funda­ de beneficencia realizado en el Par­ que asombrara a los públicos y a la menta su grandeza, sin par en el que Central el 1* de diciembre, ga­ crítica de la vieja Europa, que lle­ mundo.

Vicente Módena, Pablo Dacal, José Piendibene, Cario» 8carone y Pedro Zibechl fueron la base de la revolución técnica operada en la tarde del 15 de agosto de 1910. La» circunstancias quisieron también que Justamente ese día se estrenara la camiseta celeste por la selección nacional. “El juego de servicio corto es arte que no vive en todas las mentalidades" decía la doctrina escocesa que ellos recogieron y llevaron al cénit. De la gran formación de "Slí falta Angel Romano. Zibechl era algo veterano por entonces y el formidable Jugador primero del CURCC y luego de Nacional, habría de sustituirle casi de inmediato. ANGEL ROMANO: JUGADOR PARA EL ASOMBRO

Cuentan que era capaz de pasar frente al arco driblcando y olvidarse de hacer el gol. Así era Angel Romano, que llenó el fútbol del Plata del 10 al 30, jugador para el asombro, para para la finta indescifrable, para cual­ quier puesto. Ciento veinticinco veces internacional, debutó a los 16 años contra Argentina, 155 goles para Na­ cional, figura en el 12, goleador de los Sudamericanos del 17 y del 20, se­ leccionado argentino en el 14, campeón olímpico en el 24, llamado “Maestro de Maestros’' por la crítica española en la gira preolímpica, considerado por el periodista porteño Carlos Ma- rini como “el mejor jugador de todos Esta vieja postal fue distribuida por la casa “Lacey &. Sons”, de la calle los tiempos”. Maipú 95 en Buenos Aires con motivo de la llegada del equipo profesional Su historia es una, su personalidad inglés del Exeter City: era una casa que vendía artículos de fútbol “direc­ una, sus devociones fueron su única tamente importados de Londres”. Frente a ese equipo Angel Romano formó novia y mujer y el fútbol: verlo > en la selección argentina e hizo tres goles en otros tantos partidos. Tenía jugarlo. Una casa en Estero Bellaco 18 años apenas y era ídolo en la selección albiceleste, en Boca Júniora, en y Tuyutí lo vio nacer, por allí, por Nacional y en Peñarol simultáneamente: la reglamentación y Romano hi­ el Parque Central, que por el año 10 cieron posible el milagro. comenzaba a sufrir la invasión irre­ frenable de la botijada del barrio. El designado. Es el primer uruguayo que club de cuello duro debía desabrochár­ la cintura con vivacidad. En el 12 se jugaba el fútbol escocés, el de Juan juega con la albiceleste y hace 3 go­ selo. Angel Romano y compañía con­ les en 3 partidos. Cuando no jugaba vertirían a Nacional en el club de pue­ Harley, el del pase corto, el malaba- rismo y la cortada, el fútbol química­ Boca venía a Montevideo a jugar blo que es ahora. amistosos con Peñarol y Nacional. La Después de jugar como arquero y mente puro en recursos técnicos, el fútbol puro de espíritu, quizá el fút­ reglamentación lo permitía. ‘ Mi arre­ como 9 en la Tercera, Castellino (back glo con Boca era casa, comida, $ 150 del primero) lo “descubrió” y el “In­ bol del “loco” Romano con su envi­ diable locura, la del que se brinda y un empleo en Bunge y Born, donde dio” Castillo se lo promete maduro yo hacía como que trabajaba . para el año 10. Debuta a los 15 años como es, la del que hace lo que siente y lo trasmite. Fue el inventor de la “¡Qué ala hicimos con Calomino, contra Peñarol, pero paradójicamente cómo hacía la bicicleta! Yo la agarra­ son los aurinegros los que consiguen jugada de llevarla, pisarla y seguir co­ rriendo llevándose la marca sin pelota, ba y avanzaba. Cuando me salía un su pase. Juega durante 1911 y 1912 back, le decía: agarrala; y se la corta­ con la aurinegra y la celeste. Integia dejándola a un compañero o volviendo a buscarla. ba por el medio. Los goles que hici­ la archifamosa delantera de 1912. Ya mos así. Un día le digo: mirá, te voy es famoso a los 17 años, pero su am­ Marcarlo era un suplicio. Olazar, centrohalf de Racing y de las selec­ a enseñar cómo se consigue un penal. bición es volver a vestir la tricolor. Agarré la pelota y me metí en el área. “¡Que cuadro ése del 12! Fue el ciones argentinas, decía que a Piendi- bene se le podía marcar, que se podía Me marcaba Juan Brown. La empecé mejor de todos. Y mire que yo jugué a pisar y a amagar. Tómala. Agarrala. en el 17, en el 24 y en la gira de Na­ perder y ganar frente a él, pero que Romano hacía cualquier cosa y siem­ Hasta que ¡zás! al suelo. Penal”. cional del 25. Pero como aquello no En 1915 Nacional lo reimporta. En hubo. ¡Módena y Dacal! ¡Qué ala! pre una distinta. Va con la Selección Uruguaya a ese mismo año, en un partido que le Entraban tocando, tuya y mía. ¡Qué ganan 3 a 1 a Peñarol, elude a 6 auri­ inteligente Módena, cómo ponía la pe­ Buenos Aires y el Presidente de Boca le pregunta si jugaría para su equipo. negros y hace un gol de antología, el lota! ¡Y Pendí! Entrábamos en abani­ mejor que recuerdan las crónicas de co, tuya y mía. Con Carlos Scarone Romano tenía 18 años y contesta que con la autorización de sus padres, :í. la época. En el 16 y el 17 juega de jugábamos de memoria: él la jugaba centroforward y “nunca jugó nadie entre el back y el half. Cuando Pendí El asunto sale. Llega a Buenos Aires y debuta contra Rosario Central en como él en ese puesto”, según el Dr. me hacía una seña, yo sabía que iba Gallardo. “En el fútbol argentino la para mí. Cuando la agarraba, amagaba Rosario, haciendo ala con Calomino. Gana Boca 4 a 3, con dos goles de pelota se jugaba más larga y el juego por afuera, me metía por adentro, fre­ era menos individualista. Y yo un poco naba, amagaba otra vez por afuera y Calomino y dos de Romano. Vuelve en andas a Buenos Aires. Se lesiona me contagié”, dice Romano. se la metía a Pendí. Después él la po­ El viejo Dublín sale de gira por nía donde se le antojaba. ¡Ese era el back izquierdo y Romano juega fútbol!” de back izquierdo. Llega el equipo Brasil y se refuerza. Van los Benin- inglés Exeter City para jugar contra casa, Santos Urdinarán, Héctor Sca­ A los 76 años todavía vive esas ju­ rone y también Romano. “Jugamos gadas. Se levanta de la mesa, mueve la Selección Argentina y Romano es

69 sentar a una amiga que era muy linda y muy buena, así salíamos juntos. Yo le dije que sí pero que no me com­ prometía a salir siempre. Pero me enamoré de ella y me le declaré. Des­ pués quise casarme pero yo estaba se­ guro de que los padres de ella me iban a preguntar en qué trabajaba. Era la época del Sudamericano del 17 y lo fui a ver a don José Batlle y Ordóñez y le dije que si no tenía em­ pleo, los padres de ella no me iban a querer para yerno. Me contestó que si salíamos campeones, no habría pro­ blema. Salimos, entré en la UTE y me casé.’’ Y ahora son cuatro hijos, diez nietos y cuatro biznietos el pro­ ducto de ese matrimonio tan ligado al fútbol, tan puro y simple como Angel Romano. Siguió acumulando glorias. Goleador del Sudamericano del 17, repite en el 20 en Chile, donde es elegido el mejor jugador del Campeo­ nato. “En el 24 ya era otro fútbol. Ju­ gaba Petrone, que pateaba y corría como nadie. Era otro juego. Yo ju­ gaba con él pero me gustaba verlo desde atrás del arco rival. Me gustaba tanto que un día, en la gira preolím­ pica, me hice el lastimado para no jugar y poder verlo. Hizo un golazo y yo lo grité saltando. Entonces se dio cuenta de que me había avivado y no sabes las cosas que me dijo.’’ En el 30 dejó de jugar. Había ac­ Pue el inventor de a jugada de llevarla, pisarla y dejarla para si o para tuado en Peñarol, Nacional, Uruguay, ■ , r, qje venía '‘‘-t'ás llevándote a su :ador para limpiarle el camino. .Argentina y Boca Juniors. De arquero, Si fa-no.o Olazar te refería a él cerro a un "inmarcable'’: su imaginación b ick izquierdo, centrohalf y en los cin­ / sus portentosas cualidades físicas posibilitaban la jugada más inesperada. co puestos de la delantera en Nacio­ La fotografía corresponde al partido jugado frente a Suiza por la Olim­ piada ae 1924: Angel Romano fue el representante de la gloriosa "genera­ nal y en la selección uruguaya.< ción del 12” en la eclosión mundial del fútbol uruguayo. Este es el “loco” Romano. Inyección de pueblo y espontaneidad en el aris­ tocrático Nacional del 10. Ejemplar d primer partido contra Botafogo y nunca había visto un gol igual y me típico del fútbol y la técnica ti ¡olla. ganarnos 5 a 1. Los periodistas brasi­ regaló un alfiler de coybata con bri­ Vivo, hábil, alegre, bromista. “El que leños fueron aJ hotel y nos dijeron que llantes.” me inarcaba bien era el negro Juan Botafogo era un equipo flojo, que iba En el año 16, se inaugura la dispu­ Delgado, porque me hacía chistes y a ser muy distinto contra el América, ta de la Copa Río de la Plata entre me hacía perder la pelota". Fue ju­ campeón brasileño; que tenían un ar­ Racing y Nacional, campeones de Ar­ gador de equipo por superávit de habi­ quero, Ferreira, que era una maravilla, gentina y Uruguay. Nacional ganó acá lidad: “en Colornbes, Nasazzi me pedía ^o les dije que les íbamos a ganar y y después allá 2 a 0, con goles de que la tuviera para que todos descan­ que le iba a hacer un gol; que me Romano saran. Y yo no la largaba hasta que iba a meter en el arco con la pelota. “Una de las emociones de rni vida me decía basta." Fue una historia Que se lo iba a ofrecer al Sr. Lauro fue al volver a .Montevideo. Bajamos viva de la auténtica garra: “cuando Muller, M nistro de Relaciones Exte­ todos dd vapor de la carrera y se alguien me daba una patada (mire riores dei Brasil, que se había penado acerca un coche muy bonito. Baja un cómo tengo las piernas) yo le decía: como fierro ton nosotros.” hombre y pregunta: dónde está Ro­ por cada una te voy a hacer un dri­ ‘ Empecó d pan ido y yo hice un mano. Me adelanté y entonces me en­ ble que la gente se va a reír de vos" gol y Goazá&ez otro, i altando 20 mi­ volvió en una enorme bandera uru­ y lo buscaba de nuevo. nutos yo k dije a Hedor lo hago guaya. Sabe qué lindo." Jugó corto y lujoso en el 12; largo •k®ra. IJ me metió la pdou, yo la Ese mismo año conoce a su única y lujoso en Buenos Aires; coito y largo d»je pasar entre las piernas, tur fui novia y mujer. "Resulta que Vanzzina en su vuelta a| Uruguay. Jugó como solo, le amagué a ferreira, se ine tiró, estaba hablando con una muchacha sólo Auge] Romano podía hacerlo. • ludí v uir metí en el arco con la que era hermana del “Tito” Borjas. ■ l^spuca, Muilcr me dijo que i un día me dijo que me iba a pre­ RAFAEL BAYCE Angel Romano untó la gran generación del 12 con la primera conquista olímpica. EL PROXIMO JUEVES APARECE HISTORIA DEL CLUB N A C IO N A L DE FUTBOL DIONISIO A. VERA (DAVY) Desde el instante en que grupos de estudiantes universitarios decidieron tom ar partido por todo una tendencia que en el país se oponía a la hegem onía extranjera, la gloria comenzó a tejer su manto para cubrir al Club N acional de Footboll. A tantos años de aquella irrupción en las canchas, Dionisio Alejandro Vera (Davy) repasa los hechos más trascendentes en la vida del gron club, y lamenta — como todos nosotros— no disponer de más páginas para poder entregarle todo el material que disponemos: los primeros pasos, los grandes equipos, las memorables figuras, los títulos conquistados a lo ancho del mundo, y además, la lámina en colores del equipo superior 1969.

PLAN DE LA COLECCION LOS CAMPEONATOS. 1. LOS ALBORES DEL FÚTBOL SUDAMERICANOS. URUGUAYO. EL FÚTBOL DEL INTERIOR. Fronklin Morales. EL NACIONAL DEL 40. 2 LOS CAUDILLOS. Carlos Soto LA COPA URUGUAYA. 3 EL FÚTBOL DEL 12. 1950: MARACANA. César L Gallardo. LA EVOLUCIÓN DE LAS TACTICAS 4 HISTORIA DEL CLUB NACIONAL PEÑAROL CAMPEÓN DEL MUNDO DE FOOTBALL. LOS JUGADORES Dionisio A. Vera. INTERNACIONALES. 5 URUGUAYOS Y ARGENTINOS. EL MUNDO DEL FÚTBOL. Eduardo Gutiérrez Cortinos. LOS ARQUEROS. 6 HISTORIA DEL CLUB ATLETICO PEÑAROL LA GARRA CELESTE. Ulises Boda no EL CUADRO IDEAL DE TODOS 7. LOS MAESTROS los tiempos Césor L. Gallordo LA COPA DEL MUNDO. • HISTORIA DE LOS “ CLÁSICOS” . MÉXICO 70. Eduardo Gutiérrez Cortinos 1924 COLOMBES LA EDITORIAL PODRA MODIFICAR ESTOS TITULOS Carlos Monmi líos O SU ORDEN 10 GOLES Y GOLEADORES

11 1921 AMSTERDAM. Boxee LOS NEGROS EN EL FUTBOL TODOS LOS JUEVES URUGUAYO I CAPITULO DEL FUTBOL MAS GLORIOSO Gutierre i G C O N I LA MIMA CfMTRAL EN COLORÍS EL MUNDIAL DEL X) Cariet Mor«<*%ei Mo*u EJEMPLAR El EIGlMiN nOHSiONAL DE COLECCION