En Los Trucos Sucios De Mccain Vive Lee Atwater

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En los trucos sucios de McCain vive Lee Atwater

Author : Archivo Progreso

Date : 14 de octubre, 2008

Por Bill Press Leer Versión en Inglés

Pronto se estrenará en un cine cercano a usted: El coco: la historia de Lee Atwater. Si quiere saber la verdad de la campaña de McCain, no se pierda este filme.

El legendario director de campaña falleció en 1991, pero los trucos sucios de campaña que él introdujo en la política norteamericana sobreviven en la persona de su protegido, Karl Rove, y en la táctica de campaña practicada por Steve Schmidt, protegido de Rove y director de campaña de John McCain.

En 1986 Atwater dirigió la campaña de George H. W. Bush contra Michael Dukakis. Como se demuestra en el filme por medio de fragmentos de filmaciones históricas, Atwater convenció a Bush de que no podía derrotar a Dukakis en los temas, así que no podía hacer otra cosa que atacarlo personalmente. Bush admite que aprobó el plan, aunque se sentía incómodo al hacerlo. Y con la bendición de Bush, Atwater sacó su puñal y se lo clavó a Dukakis en el pecho.

Primero presentó a Dukakis como un "elitista" de Brookline, Massachusetts. Luego realizó el famoso comercial "Dukakis en un tanque" en el que lo acusaba de votar en contra de una veintena de nuevos sistemas de armas que estaban propuestos. (Lo cierto es que el Gobernador Dukakis, que no había sido congresista, nunca votó ni a favor ni en contra de ningún gasto militar.) Y finalmente, Atwater-Bush presentaron a Dukakis como el cómplice conciente y dispuesto de Willie Horton en violación y asesinato.

¿Les suena conocido? Debiera ser así. Porque Lee Atwater ha regresado de la tumba y está realizando la misma campaña contra Barack Obama. Schmidt hasta ha alardeado de ello. Cuando le

1 / 3 Progreso Semanal Nuestro mundo desde perspectivas progresistas http://progresosemanal.us preguntaron de qué manera la campaña de McCain podía recuperar impulso, teniendo en cuenta la subida de Obama en las encuestas después del primer debate presidencial, Schmidt y otros ayudantes de nivel de McCain estuvieron de acuerdo en que, al igual que Papi Bush, nunca podría ganar basándose en los temas. En su lugar, dijeron que atacarían a la persona de Obama.

Y así lo han hecho. Estamos otra vez en 1988, al pie de la letra. Primero presentaron a Obama como un "elitista" de la parte Sur de Chicago. Luego mintieron de que el había votado en contra de dar fondos a las tropas en Irak y que había jurado que incrementaría los impuestos a todos los norteamericanos. Y finalmente, en una repetición instantánea del anuncio de Willie Horton, acusaron a Obama de ser cómplice de ex Weatherman Bill Ayers en sus planes de hacer volar el Pentágono.

En especial la relación con Ayers es una exageración absurda. Sí, Ayers y sus compañeros conspiraron par poner bombas en edificios públicos como parte de su oposición a la guerra en Viet Nam. Pero eso fue en 1969 --cuando Barack Obama solo tenía 8 años.

Veintiséis años después, cuando Obama conoció a Ayers, el ex radical era profesor titular de educación en la Universidad de Chicago y asesor del alcalde de Chicago en asuntos de reforma educacional. Él y Obama fueron miembros de dos juntas de caridad. Ayers organizó un café a favor de la primera campaña electoral de Obama y ambos viven en el mismo vecindario.

Hasta ahí la relación entre los dos. Obama no ha visto ni ha hablado con Ayers desde 2005. Sin embargo, la perra de pelea Sarah Palin acusa a Obama de "tener amistad con terroristas que son capaces de atacar su propio país". Ella hasta sonríe cuando la muchedumbre grita "¡Terrorista!" al oír que se menciona el nombre de Obama --lo que es extraño en boca de una mujer cuyo esposo fue miembro activo de un partido político dedicado a lograr la secesión de Alaska de la unión. ¿No es un secesionista en realidad solo otra forma de terrorista? Creo que Abraham Lincoln hubiera estado de acuerdo.

Pero Palin no está sola. En mítines de campaña de hoy, McCain simplemente permanece callado cuando sus seguidores gritan "Barack Hussein Obama

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--el deliberado uso de su segundo nombre para significar a un terrorista musulmán, antinorteamericano--, lenguaje que McCain condenó durante las primarias como indigno de una campaña presidencial.

Pero eso es lo que sucede cuando uno está perdiendo. Se vuelve desesperado. Se echan los principios por la borda. Se pasa al lado oscuro y se realiza la campaña más sucia, más despreciable que hemos visto desde… bueno, desde que Karl Rove usó la misma táctica contra John McCain en Carolina del Sur en el 2000. Excepto que la campaña de McCain es incluso peor. Al menos Bush nunca le llamó terrorista. Por entonces McCain dijo: "No me queda más remedio que confiar en el buen juicio de los electores para que no acepten esos anuncios negativos. Más tarde o más temprano la gente va a darse cuenta de que si alguien está haciendo ataques negativos es que no tiene una gran visión de futuro o no está listo para presentarla".

Bien dicho. Y en la actualidad, está bastante claro cual de los candidatos no tiene una visión de futuro. No es "ese", sino el otro,

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