GENTIO CHILENO-BOLIVIANO DE CULTURA

HOMENAJE A LA REVOLUCION BOLIVIANA

CON MOTIVO DEL TERCER ANIVERSARIO DE LA NACIONALIZACION RE LAS MINAS

SANTIAGO - CHILE

19 5 5 CENTRO CHILENO-BOLIVIANO DE CULTURA

HOMENAJE A LA REVOLUCION BOLIVIANA

CON MOTIVO DEL TERCER ANIVERSARIO DE LA NACIONALIZACION DE LAS MINAS

SANTIAGO - CHILE 1 9 5 5 PALABRAS NECESARIAS

Esta es la primera publicación que el Centro Chileno Boliviano de Cultura lleva a efecto, dentro de su propó­ sito de dar a conocer, hasta donde sea posible, la reali­ dad económica, social y cultural de nuestra hermana re­ pública. Seguramente, ningún hecho histórico es más apropia­ do para fijarlo en un documento impreso que la naciona­ lización de las minas de , que el Presidente de ese país, don Víctor Paz Estenssoro, legalizara en un tras­ cendental acto público, para cumplir con su palabra em­ peñada. Pocos son los políticos que al asumir el gobierno de su nación realizan desde el Poder Ejecutivo lo que pro­ metieron. La mayoría echa al cesto de los papeles inúti­ les sus programas, se olvida de sus juramentos y conti­ núa caminando por el camino trillado de sus antecesores. De ahí que América ofrezca tan pocas muestras de re­ novación social auténtica. El pueblo no gana nada con los cambios de Jefes de Estado. Su miseria es la misma. Sueña con una redención social y esa redención no lle­ ga. Y se desilusiona y se amarga, y hasta abomina de los políticos que son revolucionarios en el estado llano y reaccionarios en el timón de mando. ¡Triste fenómeno es éste! Triste pero no desalenta­ dor. El caso de Paz Estenssoro es un ejemplo y debe lla­ marnos a la meditación. El y su Movimiento Nacionalista

— 3 — Revolucionario prometieron, y cumplieron. Costó vidas, muchas vidas, es cierto, mucha destrucción, mucho do­ lor y mucha sangre, mas el sacrificio no fué en vano. En otras partes el calvario ha sido idéntico y sus resultados nulos. Paz Estenssoro y su equipo de brillantes colaborado­ res como Siles, como Lechín, como Torres, como tantos otros, fueron los primeros que descubrieron que los ma­ les bolivianos residían en su infraestructura económica y en los vacíos de su Carta Fundamental. La Constitu­ ción boliviana, buena para 1825 no lo podía ser para más de un siglo después. Desde luego, los derechos de los trabajadores no estaban incorporados a esa Carta y, ellos, como parlamentarios durante el gobierno de consiguieron darles vigencia. Heroicas batallas parlamentarias jalonadas de masacres, levantaron los ci­ mientos en que descansan las inalienables conquistas sin­ dicales de la Bolivia contemporánea. A la nacionalización de las minas, paso audaz y pe­ ligroso, sucedió la reforma agraria, o sea, el vuelco de todo un régimen de opresión colonial a un sistema mo­ derno, dignificador, patriótico en el más alto sentido de la palabra. El pongueaje, el campesino como instrumento de cambio y de explotación, desapareció, para ceder su lugar al obrero dueño de la tierra que trabaja. Esta es otra historia, un drama sin precedentes, con desenlace feliz. La gente que va a Bolivia se sorprende del cariño que el campesino, el trabajador fabril y el minero de­ muestran por Paz Estenssoro. Adonde vaya el Presidente, recibe el apoteósico afecto popular. ¡Magnífica conjuga­ ción! No se puede ni se debe pedir más. Cuando un cau­ dillo que creció en el exilio, se agiganta en el Gobierno, quiere decir que ha obrado con justicia.

4 — El Centro Chileno Boliviano de Cultura ha seguido •con el más extraordinario interés el nacimiento de esta ■ acción y su trayectoria, y está seguro que ahi comienza el segundo episodio de la gesta bolivariana, aquella que dé a los pueblos americanos la siempre postergada inde­ pendencia económica y la justicia social verdadera, ba­ sada en una mejor distribución de la riqueza. La libertad es una hermosa conquista, pero la liber­ tad sin pan no es libertad. Hay que darle a los trabaja­ dores manuales e intelectuales de América: Pan, Tierra y Libertad. La libertad para morirnos de hambre no nos inte­ resa. Tampoco los regímenes liberticidas que, en nombre de una falsa democracia, estrangulan la libertad. Repetimos: un gobierno que interpreta los sentimien­ tos del pueblo, merece todos nuestros respetos. La prime­ ra obligación de un estadista es servir y proteger a los humildes, vale decir, a los que sólo disponen de su fuer­ za de trabajo. Y si en el cumplimiento de esta obligación, más de algún incondicional de los intereses creados re­ cibe su merecido, no hay que untarse de ceniza los cabe­ llos, ni rasgarse las vestiduras. He aquí, pues, en resumen, las razones de nuestro •existir y de nuestra labor.

DIRECTORIO DEL CENTRO CHILENO-BOLIVIANO DE CULTURA

— 5 UN ABRAZO SIMBOLICO

El Presidente Paz Estenssoro confraterniza con el pueblo y dá expresión elocuente a sus postulados de Reforma Agra­ ria y Nacionalización de las Minas, INTERVINIERON:

RAUL AMPUERO DIAZ

LUIS GONZALEZ ZENTENO

AUGUSTO GUZMAN MONTALVO

ENRIQUE SEPULVEDA

VICTOR BARBERIS HOMENAJE A EA REVOLUCION BOLIVIANA DEL CENTRO CHILENO-BOLIVIANO DE CULTURA DE SANTIAGO, EN EL TERCER ANIVERSARIO DE LA NACIONALIZACION DE LAS MINAS

Acto efectuado en el Teatro Roma, el 6 de Noviembre de 1955.

Ante una selecta como nutrida concurrencia se lle­ vó a efecto el homenaje a la Revolución Boliviana en la fecha y local indicados, presidida por los siguientes per- soneros que figuraban en la Mesa de Honor: Senadores Raúl Ampuero y Aniceto Rodríguez, ambos dirigentes del P. S. P.; Cónsul General de Bolivia, don Ismael Sara; Presidente del Centro Chileno-Boliviano de Cultura, don Luis González Zenteno, Premio Municipal de Literatura; Vicepresidente del Centro, don Víctor Barberis, ex-Pre: sidente de la FECH; Vicepresidente del Centro- Chileno Boliviano de Cultura, don Augusto Guzmán Mon- talvo, ex-Secretario de Prensa y Propaganda de la Fede­ ración de Estudiantes de ; Vicepresidente del Centro, Dr. Enrique Sepúlveda, Secretario General de la Alianza Nacional de Trabajadores; representante de la Acción democrática de Venezuela; Luis Alberto Ber- gonzelli, representante del movimiento socialista argen­ tino; Sra. Velarde de Fellman; Sr. Víctor Sergio Mena, ex-Vicepresidente de la FECH y otros personeros.

— 9 — I» PARTE

Inauguración del acto a cargo del Dr. Enrique Sepülveda

Inauguró el acto el Vicepresidente, Dr. Enrique Se- púlveda, quien explicó el objeto de la reunión, manifes­ tando, en cálidas frases, la trascendencia de la naciona­ lización de las minas, cuyo tercer aniversario se celebra­ ba. Expresó que los sectores populares y avanzados de Chile debían recoger la enseñanza dejada por ese hecho histórico boliviano, que no sólo era patrimonio del país hermano, sino de todo el continente americano. Dijo que debía romperse la cortina de silencio que existía alrede­ dor de la revolución boliviana, impuesta, precisamente, por los mismos sectores oligárquicos y pro-imperialistas de la América que aplastaron la revolución en Guatema­ la; los mismos que derrocaron al Pdte. Perón de Argen­ tina, colocando en su lugar una Junta Militar, adicta al clero y a los grandes latifundistas argentinos; los que tratan de alterar la marcha institucional del Brasil; los mismos que presionan al Gobierno paraguayo para apo­ yar las exigencias de la Junta Militar Argentina, etc. Terminó haciendo un llamado a todos los trabajadores de América a unirse en una lucha común para apoyar la revolución boliviana y dar la batalla por la independencia económica del Continente.

— 11 — Visión objetiva de los resultados obtenidos por la Revo­ lución Boliviana.— Palabras del ex-Presidente de la Fe­ deración de Estudiantes de Chile

Luego, el Dr. Víctor Barberis, ex-Presidente de la Fe­ deración de Estudiantes de Chile, hizo un relato objetivo de las impresiones recogidas en Bolivia en su último via­ je realizado a dicho país, en compañía del ex-dirigente universitario, don Víctor Sergio Mena, por mandato del Congreso Latinoamericano de Estudiantes. Manifestó que, personalmente, había comprobado cómo la revolución bo­ liviana estaba transformando profundamente al país her­ mano, dándole el impulso creador para lograr su destino histórico. Puso de relieve la acción democrática del Pre­ sidente Paz Estenssoro y el equipo que lo colabora, que en tres años de esfuerzos han realizado una labor gigantesca en favor del pueblo, el que apoya decididamente la ac­ ción del actual Gobierno. Se concreta esa tarea, dijo, en el fortalecimiento de los organismos de la clase trabaja­ dora y campesina, que mediante sus milicias armadas vigilan el proceso de la revolución; que no existe la me­ nor posibilidad para los grandes oligarcas mineros y sec­ tores desplazados, de que vuelvan a recuperar el Poder, porque han sido totalmente liquidados. Después de hacer referencia a los diversos aspectos de la revolución, ter­ minó aludiendo a una frase que recogió de uno de los dirigentes del M. N. R., quien, ante el pedido que le hizo el visitante sobre qué aspecto de la revolución deseaba que pusiera más énfasis en Chile, le contestó sencillamente: que cuente en su país solamente lo que ha visto en Bo­ livia. Concluye expresando qué, en efecto, los frutos de la revolución son mucho más importantes de lo que real­ mente se dice y se sabe.

12 — Palabras del Senador Raúl Ampuero sobre la nacionalización de las minas

Al ocupar la tribuna, el Senador Ampuero manifestó su adhesión pública al Centro Chileno-Boliviano de Cul­ tura de reciente creación, para el que tuvo palabras de elogio y aliento. Formuló votos por su engrandecimiento y prestancia, como un vínculo férreo en el acercamiento espiritual y material de ambos pueblos, llamados a un destino histórico común. Estimó que la revolución boli­ viana colocaba en primer plano la acción encaminada a estrechar más nuestros lazos de amistad, como base para complementar nuestras economías y obtener nuestra in­ dependencia económica. Luego, rindió un cálido homenaje al Tercer Aniversa­ rio de la Nacionalización de las Minas. Dijo que en el acto solemne del decreto de nacionalización, realizado en el Campo de María Barzola, en recuerdo de una obre­ ra caída bajo la metralla, fué un hecho de trascendencia continental, al que tuvo la honra, de concurrir. Expresó que los que presenciaron aquel acontecimiento no pue­ den menos que recordar con profunda emoción la firma del decreto de nacionalización de las minas, en presencia Ge 20.000 mineros allí reunidos, y que parecían dudar de que fuera efectivo y real tan trascendental acontecimien­ to. Tuvo frases de elogio para el Presidente Paz Esten- ssoro y sus principales colaboradores, de quienes dijo que estaban realizando una labor titánica en favor de su pueblo. Se refirió, asimismo, a las informaciones tendencio­ sas de la gran prensa llamada democrática, que deforma noticias cuando se trata de atacar a un gobierno patrio­ ta, como sucedió con el caso del Presidente Villarroel, a

— 13 quien se le presentó ante América como a un dictador despótico, cuando en realidad fue un gobierno favorable a los intereses de las mayorías de su país. Así se dió la paradoja de que el Presidente Villarroel, amigo del pue­ blo, haya sido asesinado por elementos oligárquicos en una revolución que tuvo la apariencia de popular, pero que, en realidad, fué dirigida por la rosca boliviana.

VISION RETROSPECTIVA DEL CAMPO DE MARIA BARZOLA

Senador Ampuero: Recuerda emocionado el acto de la na­ cionalización de las minas, del cual fué testigo presencial.— Un gran ejemplo para Latinoamérica__Están presentes, además, (de izquierda a derecha), el representante de la Acción Democrática de Venezuela; el Senador chileno Ani­ ceto Rodríguez; el representante del movimiento socialista argentino, Sr. Luis Alberto Bergonzelli; el Cónsul General de Solivia, don Ismael Sara y la Sra. Velarde de Fellman.

— 14 — I P PARTE

LA CANCION DE LA MARIA BARZOLA (Homenaje a la Nacionalización de las Minas)

Fragmentos del poema de Jorge Suárez S., que obtuvo el Primer Premio en los Juegos Florales de 1953, realizados para conmemorar el aniversa­ rio de la Nacionalización de las Minas. Este poema fué recitado en el Teatro Roma de Santiago por la recitadora Sra. Lucila León.

María Barzola, ya no duermas con la sangre en la boca; los andariveles corren por tus trenzas; hay un pañuelo blanco sobre la tierra en paz. ¡Yo quiero ver a tu hijo, María Barzola! Y yo he de ver cómo la piedra que apenumbró su frente era una piedra de oro que le arrancó los ojos; y yo he de ver cómo la pólvora que hizo volar sus dedos tuvo una mecha tímida de llanto y de misterio; y lo he de ver cómo la sangre que amaneció en su boca, era una rosa mártir desde el pulmón sin eco; y yo he de ver cómo la tumba que rescató sus huesos era la Minatumba sin cruz y sin medalla;

— 15 — y yo he de ver cómo tus ojos, cómo tus manos, cómo tu misma sangre arreboló banderas, y yo de ver María Barzola tu alta muerte de amor sobre la tierra!

Cuando el sol estaba cubierto por vellones de alegría, y el llamado de la piedra dormía al fondo del lago, bajo el presagio infinito del horizonte redondo cada cincel de liturgia conocía tu perfil. Erase la virgen ñusta bajo su rayo de luna, érase el mancebo fuerte bajo el sol. Cuando cayó la sortija sobre el agua verde y tensa y un pez de vértebra falsa se partió en dos por el frío de tu mirada pequeña que supo mirar el agua; cada vez sobre la tierra era el baile de los ojos, era el baile de las manos, era el baile de tus pasos cada vez sobre la tierra! ¡Un mal presagio apresuró la púrpura del cielo! Seguramente un labrador anciano predijo los agüeros de la sombra... Vinieron los malos hombres... Tú estabas en el tema augural del Inti Raimi en la hora inicial de tu cadera, en el vértigo azul de tus espigas. Los que vinieron más tarde, los que llegaron finamente por tus propias arterias, fermento de la ortiga, los que nacieron de tu propia savia, hijos amargos de tu sangre dulce, mis hermanos de sangre y de bandera:

— 16 «1 señor propietario de la vida, el supremo acreedor de nuestras cosas terrenas en el nombre del Cielo, la espada bendecida, en fin, el oro acumulándose en los muros bancarios... con un perro de gafas en la puerta lamiendo la migaja de la azul servidumbre! Los que vinieron más tarde, hijos bastardos de tu sangre virgen, humo en la nieve del sagrado monte, púrpura de odio en la nieve, nieve absorbida por letal pantano; muerte! Como las piedras arrojadas al fondo de la mina, como los árboles abandonados en la esfera del tiempo quedaste muerta... de substancia dormida, con la trenza amarrada a la piedra y con la plena resurección del canto... Pero vinieron tus hijos más tarde, alzaron tus cenizas, buscaron tu nombre en las piedras y escudriñaron tu raíz en las raíces; pelearon por largos años de socavones de sangre, por hondas callejuelas, por anchos horizontes de sangre hasta los ojos; y tuvieron que pelear a pecho abierto y fusil fratricida para abrir una rosa en tu nombre en las sienes de cada homicida. .María Barzola, ya no duermas con la sangre en la boca... Cierra los ojos, apacigua la espuma que amanece en tus labios, ■dulcifica los cardos de tu piel encendida.

— 17 — Ya tu llanto apoyado al rebozo debe cesar y tu sangre coagulada en la piedra debe dormir; María Barzola, pondremos un militante infinito a tu pie, velando el trigo, a tu pie velándote.

CANTO

América prepara sus velámenes claros,. América devuelve la carabela oscura en tibio canto rojo; América se llena de palomares puros para llevar tu nombre sobre los océanos; América responde al arcabuz en canto, América dispara su hondazo de esmeralda» América se viste de fiesta: fiesta de sus varones, fiesta de sus mujeres, fiesta del cielo entero. América derrama su cántaro de chicha América se ciñe la cintura con moreras y huayños; América se pinta una flor en la trenza y se viene danzando, y se viene danzando, sobre tu corazón.

— 18 — IIP PARTE

ANALISIS HISTORICO DE LA REVOLUCION

BOLIVIANA

A cargo de: AUGUSTO GUZMAN MONTALVO RINDE HOMENAJE AL PUEBLO

Augusto Guzmán Montalvo: Hace una exposición histórica de la Revolución Boliviana y su culminación social en eL campo y las minas. ANALISIS HISTORICO DE LA REVOLUCION BOLIVIANA

Exposición de Augusto Guzmán Montalvo, Vicepresidente del Centro.

—Homenaje a la Revolución Boliviana.

Al cumplirse el 3.er Aniversario de la Nacionaliza­ ción de las Minas en Bolivia, me permitiréis rendir en este acto un fervoroso homenaje al pueblo de Bolivia, que dió generosamente su sangre para hacer triunfar la Revolución del 9 de Abril de 1952; a los líderes máximos Víctor Paz Estenssoro, Juan Lechín, Hernán Siles, Mario Torres, Nuflo Chávez Ortíz; al Movimiento Nacionalista Revolucionario (M.N.R.) y sus cuadros de combate; a los heroicos mineros y obreros armados, representados en la Confederación Obrera Bobviana (C.O.B.); a las masas campesinas e indígenas y sus milicias armadas, a los estudiantes, a los empleados, a los pequeños indus­ triales y comerciantes, y a todos los sectores oprimidos» que lucharon por la revolución.

—Conquistas fundamentales de la Revolución Boliviana Aun cuando esta reunión está destinada a celebrar el S.er Aniversario de la Nacionalización de las Minas, es de interés examinar someramente el proceso de la revolu­ ción en su conjunto.

— 21 —- La revolución boliviana de Abril del 52 es el mayor acontecimiento político y social que ha surgido, no sólo en Bolivia, sino en toda la América Latina. El carácter continental de este acontecimiento proviene de los pos­ tulados fundamentales que ha alcanzado: la nacionaliza­ ción de las minas, la reforma agraria y el voto universal. Es la primera revolución americana antifeudal, antimpe- rialista y de un profundo contenido nacional y democrá­ tico. En efecto, con el decreto de nacionalización de las mi­ nas, Bolivia ha firmado el Acta de su Independencia Económica; con la reforma agraria, ha roto las cadenas de su servidumbre feudal, que pesaba sobre el país y, en especial, sobre la masa indígena, desde la Colonia; con el voto universal, tienen acceso a la vida pública, por pri­ mera vez, millones de campesinos e indios, que estaban al margen de la vida política de la nación. Se abre así un nuevo capítulo para la historia de Bolivia y del continente americano. Porque la revolución boliviana, si bien responde a las profundas necesidades históricas, sociales y económicas del país, por su conte­ nido y por haberse dado en el corazón del suelo ameri­ cano, rebasa sus fronteras y trasciende a toda la América, que anhela, como el pueblo boliviano, la recuperación de sus riquezas y su liberación económica. Pero, para comprender mejor el alcance y significado de estas conquistas, examinemos cada una de ellas en su ubicación histórica. Empecemos por la reforma agraria.

LA REFORMA AGRARIA La conquista española se tradujo en la América en el es­ tablecimiento del régimen feudal de la tierra y la explota­ ción de las minas de oro y plata. Ello provocó una vio­ lenta ruptura de la economía eminentemente agraria y colectiva del Imperio Incásico.

22 La sociedad pre-colombina o precolonial incaica es­ taba basada en el cultivo de la tierra, cuya producción atendía a las necesidades y desarrollo del vasto Imperio. Tanto el cultivo como la distribución de los productos se hacía en forma colectivista, bajo la dirección de la autoridad paternal del Inca y los funcionarios del Esta­ do, sin que por esto pudiera denominarse, según la ter­ minología actual, de régimen socialista. Dentro del Im­ perio subsistían, además, desde tiempos remotos las co­ munidades indígenes aymaras, que tuvieron su origen en el seno de la cultura milenaria de Tiahuanacu. Estas comunidades subsistieron durante el Imperio Incásico,, al través de la Colonia, de la República, y se mantienen hasta hoy. Dentro de la sociedad agraria incaica, el pue­ blo trabajaba y vivía feliz; la autoridad de la clase di­ rigente no era despótica, sino más bien patriarcal. Los colonizadores españoles no sólo destruyeron el régimen agrario establecido por los Incas, sino que im­ plantaron, con el sistema feudal de la Península, ya atra­ sado en Europa, los sistemas de la encomienda y la mita, obligando a los indios al trabajo obligatorio y forzado en las minas y a la prestación de servicios personales gra­ tuitos. Se produjo el despojo en masa de las tierras de la población nativa. Así quedó encadenada secularmente el indígena americano. Este régimen colonial de servidumbre hubo de pro­ longarse durante los 400 años de dominación que ejer­ ció España en América, régimen que dió lugar al exter­ minio, en gran escala, de más de las tres cuartas partes de la población indígena y a la sumisión esclavista más absoluta a los encomenderos. Contra este régimen de exterminio, de exacción y de robo, a pesar de las humanitarias Leyes de Indias, se produjeron los grandes levantamientos indígenas de José' Gabriel Tupac Amaru, los hermanos Katari y Julián Apa-

— 23 — 2.a, que pusieron en jaque a los colonizadores durante varios meses, sin conseguir, finalmente,"su liberación y la restitución de sus tierras usurpadas. La revolución de la independencia, con el estableci­ miento de la República, no abolió el régimen feudal-lati- fundista de las tierras y el yugo que sobre el indígena ejerció el gamonal. La nueva clase gobernante, los crio­ llos mestizos, dueños de la tierra, mantuvieron y refor­ zaron el régimen feudal de servidumbre, continuaron los despojos de la propiedad indígena y, en especial, de las comunidades indígenas, que habían resistido a la voraci­ dad de los conquistadores. El sistema de la mita y la encomienda del feudalis­ mo colonial, fué transformado por la oligarquía terrate­ niente criolla en la forma más infamante de explotación, que es el pongueaje. Denomínase pongueaje a la obliga­ ción que impone el patrón al indio o colono, a prestar servicios personales gratuitos periódicamente, con toda su familia, en la casa del patrón, sea en la ciudad o en la propia hacienda, aparte del trabajo que efectúa en el cultivo de las tierras del patrón. El pongo, para realizar este servicio personal gratuito, debe, además, llevar su propia comida y su propia cama, ya que el hacendado no le proporciona, ni habitación para alojar, ni comida para su sustento. El nuevo período de explotación minera y la penetra­ ción del imperialismo en la vida nacional, que sirve para el enriquecimiento fabuloso de unas pocas personas, no cambia ni modifica la situación miserable del siervo bo­ liviano. Al contrario, el carácter monoproductor de la explotación minera impide el desarrollo armónico de la riqueza del país y refuerza la sujeción del campesino a las leyes del mercado internacional. Frente a la oligarquía feudal-imperialista, que ha si­ do incapaz de resolver el problema de la tierra y de la

— 24 — masa indígena, a la que interesadamente se la ha mante­ nido en la más negra ignorancia, se levantaron y enar­ bolaron su liberación, siguiendo el ejemplo de los caudi­ llos indígenas del siglo XVIII, los sectores avanzados del país, los estudiantes, los obreros, la clase media y los par­ tidos de izquierda durante los treinta últimos años. Pero, sólo la Revolución de Abril de 1952, con la Re­ forma Agraria, fué la llamada a liquidar definitivamente el régimen feudal y de servidumbre, el colonialismo ga­ monal y el infamante servicio del pongueaje que pesaba sobre la masa indígena. Con la Revolución Boliviana del 52 se cierra la no­ che de cinco siglos de sumisión y desventura para la cla­ se indígena y se abre una época de grandes posibilidades de recuperación de la energía dormida de dos millones y medio de campesinos, que superando sus costumbres an­ cestrales, se incorporarán a la nacionalidad sin perder su acervo cultural y artístico autóctonos. Los indios en­ tran por primera vez en la vida civilizada. Naturalmente, una transformación tan profunda co­ mo ésta, no podía realizarse por medios persuasivos, pe­ dagógicos ni en forma pacífica y paulatina, como acon­ sejaban los defensores de la oligarquía criolla. Esta re­ forma sólo fué posible gracias a la acción mancomunada del pueblo y los grandes sectores de la clase obrera y mi­ nera, a los estudiantes y clase media, que dieron la bata­ lla de Abril del 52, bajo la dirección del Movimiento Na- cionabsta Revolucionario y sus líderes Paz Estenssoro, Lechín, Siles, Mario Torres, Ñuflo Chávez, y otros. La reforma agraria bobviana, si bien se asemeja a la revolución agraria mexicana y a otras similares, es más profunda y de mayores proyecciones; pero, sus dis­ posiciones corresponden a las necesidades y caracterís­ ticas del pueblo boliviano. Sin embargo, esta conquista, por su contenido social e histórico, es de carácter ameri­

— 25 — cano y un ejemplo para los pueblos que tienen igual con­ formación social. Para ilustrar la importancia de la reforma agraria y comprender el estado en que se encontraba la distri­ bución de la propiedad de la tierra, vamos a transcribir algunos párrafos del informe de la Comisión que estu­ dió dicha reforma. Dice: “Que, de conformidad con los datos arrojados por el Censo de 1950, se comprueba que sólo el 4,5%, aproxi­ madamente, de la totalidad de los propietarios rurales existentes en el país, retienen el 70% de la propiedad agraria privada, con extensiones de 1.000 a 10.000 hectá­ reas, bajo formas de explotación semifeudal, demostrán­ dose así, hasta qué punto se concentró la tierra en pocas manos; “Que, como consecuencia de esa injusta y defectuo­ sa distribución de la tierra y de las formas primitivas de trabajo, se evidencian los bajos porcentajes de cultivo, con relación al área total, poseída de acuerdo al siguiente detalle: Propiedades trabajadas por el propio operador .. 1,5% Propiedades trabajadas con ayuda de colonos, jor­ naleros, etc...... 2,5% Propiedades arrendadas...... 2,6 %• Propiedades de comunidades indígenas...... 2,8% Se ve, pues, que las grandes áreas de tierra cultiva­ ble se hallaban concentradas en poder de unos pocos la­ tifundistas, mientras la gran masa de campesinos dispo­ nía de un reducido porcentaje de tierras aptas para el cul­ tivo” Para remediár esta y las demás situaciones ya ex­ puestas, la reforma agraria establece, entre otros, los si­ guientes objetivos fundamentales:

26 — a) Proporcionar tierra labrantía a los campesinos que no la poseen, o que la poseen muy escasa, siempre que la trabajen; expropiando, para ello, las de latifundis' tas que las detentan con exceso o disfruten de una renta absoluta, no proveniente de su trabajo personal en el campo! b) Restituir a las comunidades indígenas las tierras que les fueron usurpadas y cooperar en la modernización de sus cultivos; c) Liberar a los trabajadores campesinos de su con­ dición de siervos, proscribiendo los servicios y obligacio­ nes personales gratuitos. Dispone, asimismo, esta reforma, que: “Todos los bo­ livianos mayores de 18 años, sin distinción de sexos, que se dediquen o quieran dedicarse a las labores agrícolas, serán dotados de tierras donde existan disponibles, de acuerdo a los planes del Gobierno’’. Tal es la trascendencia de la Reforma Agraria.

LA NACIONALIZACION DE LAS MINAS Si la Reforma Agraria fue la carta de ciudadanía de la clase campesina, la nacionalización de las minas cons­ tituyó el Acta de Independencia Económica del pueblo boliviano. Bolivia, al nacionalizar las minas controladas por los grupos Patiño, Hochschild y Aramayo, puso término al sistema de explotación impuesto por estas empresas al pueblo boliviano. Al cabo de más de cincuenta años de sometimiento del país a los intereses de la rosca minera, el decreto de nacionalización de las minas, firmado en el Campo de María Barzola, Catavi, el 31 de Octubre de 1952, permitió la recuperación para Bolivia de las inmen­ sas riquezas que usufructuaban estos grupos mineros. Pero, veamos cuál fué la situación boliviana antes de •este hecho histórico.

— 27 — Ya hemos expresado que la dominación española en América y, en especial, en aquella parte del Continente que hoy es Bolivia, se asentaba, principalmente,- en la ex­ plotación de las minas de oro y la plata, que iban a la Metrópoli en un caudal creciente, como fruto de la más cruel e inhumana explotación de la mita y el trabajo es­ clavista de la masa indígena. Durante la República, bajo el Gobierno de la oligar­ quía feudal criolla, decayó la minería, porque los intere­ ses de la nueva clase gobernante estaban ligados a la gran propiedad agraria, sometida al anticuado cultivo de la Colonia, cuya producción era deficiente y no abastecía el consumo del país. Sólo a fines del siglo pasado, el auge de la cotización de la plata, da un cierto impulso a este rubro de la producción minera. Pero, en general, la vida económica se mantiene estacionaria y gira alrededor de los intereses de la feudal-burguesía boliviana, que en lo político tiene expresión en el Partido Conservador. A comienzos de este siglo, el gran capital, en su for­ ma imperialista, irrumpe en la economía boliviana. Las potencias imperialistas, ávidas de materias primas y mer­ cados de consumo para sus productos, se interesan por las minas de wolfram, antimonio, plata, cobre y estaño de Bolivia y, por lo tanto, inician su penetración. En la lucha imperialista de principios de siglo, le co­ rresponde todavía la primacía al capital inglés, el que se hace presente en Bolivia al través del Contrato Speyer y el control absoluto de los ferrocarriles, que están al servicio de la minería. La gestión del Partido Liberal, que es la más prolongada en la vida boliviana, porque de­ tenta el Poder durante veinte años, bajo la dirección de su caudillo, Ismael Montes, se traduce en una política de entreguismo de la economía del país a la voracidad del imperialismo inglés. Las cláusulas del Contrato Speyer,. firmado por el Gobierno Liberal, pesan aún hoy en la economía del país.

28 Con la caída del liberalismo y el triunfo del Partido Republicano de , el reciente y pode­ roso imperialismo yanqui aparece violentamente en el escenario boliviano con la firma del Contrato Nicolaus, uno de los convenios más leoninos que registra la histo­ ria del imperialismo. Mediante él, Bolivia se obligó a per­ mitir el control más riguroso de toda su economía, al tra­ vés de una Comisión Fiscal Permanente, dirigida y con­ trolada por un agente del Consorcio Nicolaus, aparte de otras cláusulas vergonzosas. Desde entonces, Bolivia es sólo un país semicolonial, principal productor de estaño. La gestión del Gobierno de Saavedra se completa con la entrega del petróleo a la poderosa y mundialmente cono­ cida Standard Oil of New Jersey. Al lado de estos con­ sorcios y alrededor de la explotación del estaño, actúan, tanto Patiño como otros capitalistas vinculados a las fi­ nanzas europeas, como Hochschild y Aramayo. Patiño, que amasa una inmensa fortuna de la noche a la mañana, enlaza sus capitales a los intereses norteamericanos para burlar cualquier medida de control del Gobierno. Entre las tenazas de ambos imperialismos, apoyados por los gobiernos y gestores de la rosca minera, que en conjunto constituyen un SUPERESTADO, el pueblo bo­ liviano queda sumido a un sistema de explotación sin pre­ cedentes. A los intereses del monopolio imperialista y la oligarquía terrateniente y minera, están subordinadas to­ das las actividades del país: El Gobierno, el Parlamento, los Tribunales de Justicia, la prensa, las Universidades, es­ tán al servicio de estos poderosos intereses foráneos, que todo lo corrompen y todo lo subyugan. Esta dependencia del país a los intereses del mono­ polio extranjero, la caracteriza como país monoproductor de minerales. Basta decir que el 90% del total de sus ex­ portaciones corresponden a la producción de minerales, y en el cuadro imperialista, Bolivia figura como la Repú­ blica del Estaño. Los tres grandes grupos mineros: Pa-

— 29 tiño, Hochschild y Aramayo, apoyados por el imperialismo, constituyen el Superestado que dirige toda la economía del país, dependiente del capital foráneo. Contra este yugo impuesto por el gran capital, que ahoga y deforma la economía de Bolivia, se levantan las organizaciones políticas de izquierda, los estudiantes, obreros y clase media, que luchan por recuperar la rique­ za nacional y obtener la independencia económica del país. Hay un malestar profundo en las masas, debido a las crisis y a la desocupación, y el país pugna por salir del caos. Pero, lejos de encontrar en las clasef goberpantes la solución a estos problemas, el último gran caudillo de la rosca, Salamanca, arrastra al país a la Guerra del Chaca. En esta contienda, nuevamente Bolivia es sacrificada a los intereses del imperialismo. La Compañía Petrolera Standard Oil obliga a Bolivia a la guerra contra el Pa­ raguay, para afianzar sus intereses en el Chaco y dar salida a su petróleo por el Río Paraguay. Pero, la Cía. Inglesa Royal Deutch, al través del capital anglo-argenti- no-paraguayo, se opone a estos designios y decide al Pa­ raguay a guerrear contra Bolivia. La política de Salamanca de “Pisar fuerte en el Cha­ co” cuesta a Bolivia 50.000 muertos, la pérdida de una vasta zona en el Chaco y el desastre económico. El Pre­ sidente Siles, su antecesor, había sorteado con habilidad la guerra que imponía la Standard. Sin embargo, de nada valió el inmenso sacrificio que hizo el país, con la guerra, porque al término de la con­ tienda se sucedieron los caudillos militares, que, con la demagogia socializante,' trataron de escamotear la solu­ ción de los graves problemas económico-sociales que afli­ gían al país. Sólo dos excepciones hubo en este festín mi­ litar socializante: el Presidente Busch, el Precursor, que tuvo la audacia de dictar los famosos decretos de Control

— 30 — de la Minería, según los cuales las divisas que obtenía la gran minería debían volver íntegramente al país. Este primer intento, aunque romántico, por controlar las ri­ quezas del país, le valió su muerte, cometiéndose así un crimen político indiscutible. La muerte de Busch no im­ pidió que sus medidas fueran aplaudidas por el pue­ blo, no así por el sector comunista del PIR, que las con­ sideró puramente demagógicas. El segundo caso de ex­ cepción es el del Presidente Villarroel, que hizo nuevas tentativas en direccción de la anterior, resultando favo­ rable su acción en el terreno de las reivindicaciones in­ dígenas, al inaugurar el Primer Congreso Indigenista que se realizó en Bolivia. Estas dos excepciones, sin émbargo, fueron inefica­ ces para alterar el régimen de explotación feudal impe­ rialista de la rosca patiñista y de los latifundistas crio­ llos, los que al través de los últimos gobiernos extrema­ ron las medidas de represión contra el avance de las ideas de liberación que empujaban a las grandes masas explo­ tadas del país. En su desesperación no titubearon en aplastar con la máxima energía toda tentativa de los obreros de exigir mejores salarios. Tal fué el caso del Ge­ neral Peñaranda, que respondió con la masacre de Cata- vi, una inofensiva reunión de mineros que pedía aumen­ to de salarios; este acto sangriento contó, también, con el apoyo del PIR, y los stalinistas bolivianos. No respe­ taron ni el armazón legal que les permitía subsistir. El último testaferro de la rosca patiñista, Mamerto Urrio- lagoitía, desconociendo las elecciones realizadas bajo la presión de su Gobierno y que dieron, sin embargo, am­ plio triunfo a Paz Estenssoro, entregó el mando no al elegido por la mayoría del país, sino a una Junta Militar nombrada por él mismo; hecho escandaloso que dió nom­ bre al “mamertazo”. En estas condiciones de profunda descomposición del armazón feudal-imperialista, es que el pueblo dió la ba­

31 talla y derramó a raudales su sangre, para hacer triun­ far la Revolución de Abril de 1952. Esta épica jornada la dió el pueblo para arrebatar al capital foráneo las inmensas riquezas que servían, precisamente, para man­ tenerlo subyugado y en la más espantosa miseria. Por eso, una de las primeras medidas del Presidente Paz Estenssoro fué la nacionalización de las minas, res­ tituyendo así, al patrimonio nacional esas riquezas que favorecían a tres grupos mineros. Voy a proporcionar, como dato informativo, aun cuando se dió oportuna publi­ cidad en la prensa de Santiago, el monto del valor de las minas nacionalizadas. Según balances de las propias com­ pañías explotadoras, sobre cuya base el Gobierno prome­ tió pagar indemnizaciones, el valor total de las minas, pertenecientes a las ex-Compañías Patino, Hochschild y Aramayo, alcanza a la cantidad en dólares, de 16.635.413.—, más en Bs. 304.544.284.— y en libras esterlinas 87.657.— Estas minas así nacionalizadas son ahora explotadas directamente por el Estado Boliviano, al través de la Cor­ poración Minera Boliviana, que administra y coloca su producción en los mercados internacionales. Los gestores de las extinguidas empresas mineras pronosticaron, desde los primeros días, el fracaso de la nacionalización, y anunciaron que el Estado boliviano no tenía capacidad suficiente para administrar su comple­ jo mecanismo, etc. Es indudable que tale's gestores no dijeron que las propias empresas iban a sabotear la acción del Gobierno, obligando a los técnicos a abandonar sus labores, e influ­ yendo, además, en el cartel internacional del estaño pa­ ra fijar bajos precios al estaño. No obstante las numerosas dificultades que repre­ senta un cambio tan profundo en la producción minera, el Gobierno no ha fracasado en la administración de las minas nacionalizadas. El déficit que puede presentar­

— 32 — se en los resultados de la explotación y venta de los minerales nacionalizados, no puede atribuirse a la ma­ la administración del Gobierno, sino a dos factores: uno, extraño al país, como es la baja cotización fijada al es­ taño por el Cartel Internacional, precisamente con el propósito de crear dificultades al Gobierno boliviano y ahogarlo económicamente. El otro factor, interno, es el excedente de operarios mineros que hay actualmente en la industria nacionalizada y que pasa de los seis mil. Es­ te, es otro elemento que conjuga en el déficit transitorio que se observa en el resultado de la gestión. Pero el nue­ vo Estado cumple con las necesidades sociales del sector minero, el que ya no es expulsado en masa de las minas, como sucedía antes, ni recurre a la masacre de mineros en situaciones como éstas, de crisis y de baja cotización del estaño. Lejos de ello, mantiene en trabajo, como ex­ cedente, a más de seis mil trabajadores mientras son ubi­ cados en otras actividades productivas, salvando así, el capital humano. Cuando así ocurra y la cotización del mineral tenga un repunte, no cabe duda que el Estado boliviano gozará de buenas divisas como producto de las minas nacionalizadas.

PLAN DE DIVERSIFICACION ECONOMICA Sin embargo, aún en las circunstancia actuales y con los pocos recursos que cuenta el Estado, el Gobierno de Paz Estenssoro prepara y conduce al país hacia la diver­ sificación de su economía, sacándolo de su condición de país mono-productor de minerales. Uno de los rubros más importantes que viene a incrementar la economía bolivia­ na, es el petróleo, cuya producción ha subido de 1.100 barriles diarios el año pasado a 11.000 barriles diarios ac­ tualmente, según informes proporcionados por la comi­ sión que visita Chile. El petróleo tonificará, en un período próximo, la economía boliviana.

— 33 Pero, los planes del Gobierno, de diversificación de la economía, abarcan otros capítulos no menos importan­ tes, tales como el aumento de la energía eléctrica, la pro­ ducción agrícola con la extensión de los cultivos zonales de la caña de azúcar, el café, el algodón, el maíz, el ca­ cao, el arroz, etc., el impulso de la ganadería del Oriente y del Chaco, la explotación forestal, el establecimiento de industrias livianas, químicas, tejidos, vidrios, cerámi­ ca, etc. El Gobierno de Paz Estenssoro ha dado especial importancia a la construcción de caminos que vinculen y estrechen las zonas alejadas del país, a fin de que se fortalezca la unidad económica de Bolivia. En el corto tiempo de su Gobierno, ha terminado la carretera Co- chabamba-Santa Cruz. Están en pleno desarrollo y cons­ trucción los caminos carreteros y ferroviarios Yacuiba- Santa Cruz, Santa Cruz-Corumbá, La Paz al Beni por Yungas, aparte de otras carreteras secundarias. Se pue­ de decir, sin riesgo de exagerar, que el Gobierno de Paz Estenssoro realiza actualmente una gigantesca obra na­ cional, en la que están interesados todos los sectores de la ciudadanía. Su política es ampliamente nacional, sin menoscabo de ninguna región del país.

CONTROL OBRERO DE LA PRODUCCION Otra de las medidas íntimamente vinculadas con la nacionalización de las minas, es el control obrero de las minas nacionalizadas. Por primera vez en la América se ha creado esta medida. La Federación Sindical de Tra­ bajadores Mineros de Bolivia, organismo que controla a la totalidad de los trabajadores mineros, ejerce el con­ trol obrero, mediante delegados elegidos de su seno —que estén en trabajo activo de las minas—, control que abar­ ca la administración, producción, renovación de insta­ laciones, compra de materiales, etc., de ia Corporación Mi­ nera boliviana. Los delegadosobreros, ante la Comibol

— 34 — están ampliamente investidos para revisar balances, in­ ventarios, procedimento de trabajo, contratación de per­ sonal, etc. Y para hacer valer su desacuerdo u oposición a cualquier medida, resolución o acuerdo del Comibol cuentan con el derecho a veto. Una medida vetada no se lleva a cabo mientras no se la modifica y se estima que merece ser aprobada. El control obrero de la producción, con el derecho a veto, que lo complementa, es otra de las conquistas deriva­ das de la nacionalización de las minas, alcanzada por la clase obrera boliviana.

LAS MILICIAS OBRERAS Y CAMPESINAS

Las armas que sirvieron a las masas obreras y cam­ pesinas para hacer triunfar la revolución, continúan en poder de ellas, como garantía para hacer cumplir los postulados de la Revolución de Abril. Los mineros, obre­ ros fabriles y las masas campesinas están convencidos de que sólo con el fusil al hombro, podrán trabajar tranqui­ los, seguir el curso de la Revolución y liquidar definiti­ vamente las formas feudales de la tierra y extinguir el sistema de explotación de la rosca minera. La larga ex­ periencia de sus luchas, les ha enseñado que la contra­ revolución de los rosqueros no podrá prosperar, en tan­ to ellos permanezcan con las armas que les dió la Revo­ lución. Por eso, las milicias obreras y campesinas cuentan con una organización disciplinada y un armamento alta­ mente eficiente para abatir cualquier intento contrarre­ volucionario de la rosca minera.

EL VOTO UNIVERSAL

Otra de las reformas implantadas con el triunfo de Abril, es el voto universal, según el cual tendrán dere-

— 35 cho a participar en los comicios electorales las grandes masas de obreros y campesinos, que antes no tenían ac­ ceso a la generación de los poderes públicos y a la vida ciudadana. Antes de la Revolución, sólo votaban de 150 a 200.000 mil electores, sobre una población de tres millones y me­ dio de habitantes. Es decir, menos del 10% de la pobla­ ción total. Hay que agregar, además, que sobre este pe­ queño porcentaje de electores, la oligarquía rosquera ejer­ citaba toda clase de presiones, que impedía una elección libre. El sufragio era una farsa. ¿De qué democracia y de qué libertades se habla en un régimen en que toda la vida de la nación estaba so­ metida a los intereses de un minúsculo círculo de oligar­ cas, que detentaban el Poder y en un país en que sólo participaba menos del 10% de la población? Es ahora, con el voto universal y con la participa­ ción de las grandes mayorías del país, en la vida pública, que se abre una era verdaderamente democrática para el país, donde los gestores y las minorías contrarias a los intereses de la nación, no volverán a ser elegidos como representantes nacionales.

LA REFORMA EDUCACIONAL

Con la Revolución de Abril también se ha impues­ to el Gobierno la tarea de reformar la educación nacio­ nal, transformando el anterior mecanismo que servía pa­ ra formar minorías de doctores y profesionales al servicio de la oligarquía, por una nueva concepción de las pro­ fundas necesidades del país. En este período de trans­ formaciones, se darán iguales posibilidades a las masas para su preparación cultural y técnica, de las que antes carecían.

— 36 — CARACTER Y PORVENIR DE LA REVOLUCION BOLIVIANA

De lo expuesto hasta aquí, la Revolución Boliviana puede caracterizarse, tanto por las grandes conquistas alcanzadas, cuanto por las fuerzas que intervinieron en su dinámica, como una revolución nacional, antifeudal y antimperialista. Sus enemigos, tanto la rosca patiñista y sus gestores, al igual que la Falange Socialista de Unzaga de la Vega, como los comunistas del PIR, han pretendido, sin con­ seguirlo, presentar al Gobierno boliviano, como de tipo dictatorial pro-fascista comunista, o cuando menos, de ti­ po caudillista, como los diversos gobiernos anteriores; que es antidemocrático, que no respeta sus libertades, etc. Un gobierno como el de Paz Estenssoro, nacido de las entrañas mismas del pueblo, que al través de los úl­ timos treinta años de lucha tenaz ha conquistado su li­ bertad e independencia, no puede ser sino profundamen­ te democrático y enraizado en las necesidades del pueblo. El gobierno de Paz Estenssoro no ha sido originado pí>r un cuartelazo militar ni por un golpe afortunado de un círculo político, ajeno a las mayorías; es fruto de una profunda revolución que ha destruido, para siempre, el predomino de la oligarquía feudal proimperialista en favor de la nación boliviana. En la tarea negativa, contraria a la Revolución Boli­ viana, le ha tocado un papel destacado al stalinismo bo­ liviano. Y no es extraño que haya procedido y siga en igual posición ahora, puesto que a lo largo de las luchas de los mineros bolivianos, el comunismo representado por el PIR aparece coludido con el Gobierno rosquero de Pe­ ñaranda en la Masacre de Catavi; fue el primero en com­ batir los decretos de control de la minería del Presiden­ te Busch; y, durante la Revolución de Abril, como al

37 — presente, es ese partido staliniano el que ataca la Revo­ lución y las conquistas de Abril. De tal modo que su ac­ tuación acusa una clara posición pro-imperialista y, por lo tanto, contraria a los intereses del pueblo boliviano. La Revolución Boliviana, por su carácter histórico de lucha contra la supervivencia colonial-latifundista y por la nacionalización de sus riquezas con el control obre­ ro de la producción, por la organización de las milicias armadas en el seno de la clase obrera y de las masas campesinas, crea las premisas fundamentales para la uni­ dad de los países latinoamericanos en una vasta Federa­ ción de Repúblicas Socialistas de Trabajadores. Por eso, el porvenir de la Revolución boliviana des­ cansa en la acción común de las masas obreras y campe­ sinas de América, que al luchar por la independencia eco­ nómica de sus propios países, permitirán que la Revolu­ ción Boliviana cumpla su destino. Así como nuestros pro­ ceres unieron sus fuerzas entre 1809-1825, para conquistar la independencia política de la América, hoy dia nuestros pueblos y, en especial, los sectores oprimidos de Latino­ américa deben repetir la gesta emancipadora, uniendo sus energías para conquistar su independencia económica y, a la vez, para forjar la Unión Federativa de las Repúbli­ cas Socialistas de América Latina.

— 38 — Palabras finales del Presidente del Centro Chileno-Boli‘ viano de Cultura

Recibió el encargo de cerrar la manifestación el Pre­ sidente del Centro Chileno-Boliviano de Cultura, don Luis González Zenteno, quien en una alocución lírica de alto relieve, hizo resaltar la destacada personalidad del Presidente Víctor Paz Estenssoro. Expresó que gracias a la acción perseverante y te­ naz de Paz Estenssoro, nacida de un convencimiento ma­ duro y consciente, fueron vencidas todas las vicisitudes y dificultades con que tropezó la revolución, cuyo triun­ fo se logró, finalmente. Se refirió a la incruenta lucha durante el Gobierno del sexenio y a la persecución tenaz de que fué objeto él y su partido de parte de la oligar­ quía feudal y minera, que abatió con el apoyo del pueblo boliviano. Hoy día, continúa, después de la revolución, el gran Presidente Paz Estenssoro está abocado a un importante plan de realizaciones, dando así, un ejemplo de trabajo y labor creadora a todo el continente americano. Conclu­ ye rindiendo homenaje a la revolución boliviana, a sus dirigentes, al Presidente Paz Estenssoro, formulando vo­ tos por que el pueblo boliviano consolide todas las con­ quistas alcanzadas por la revolución, que son, a la vez, de toda la América. Con estas palabras, dió término al acto.

— 39 — presente, es ese partido staliniano el que ataca la Revo­ lución y las conquistas de Abril. De tal modo que su ac­ tuación acusa una clara posición pro-imperialista y, por lo tanto, contraria a los intereses del pueblo boliviano. La Revolución Boliviana, por su carácter histórico de lucha contra la supervivencia colonial-latifundista y por la nacionalización de sus riquezas con el control obre­ ro de la producción, por la organización de las milicias armadas en el seno de la clase obrera y de las masas campesinas, crea las premisas fundamentales para la uni­ dad de los países latinoamericanos en una vasta Federa­ ción de Repúblicas Socialistas de Trabajadores. Por eso, el porvenir de la Revolución boliviana des­ cansa en la acción común de las masas obreras y campe­ sinas de América, que al luchar por la independencia eco­ nómica de sus propios países, permitirán que la Revolu­ ción Boliviana cumpla su destino. Así como nuestros pro­ ceres unieron sus fuerzas entre 1809-1825, para conquistar la independencia política de la América, hoy dia nuestros pueblos y, en especial, los sectores oprimidos de Latino­ américa deben repetir la gesta emancipadora, uniendo sus energías para conquistar su independencia económica y, a la vez, para forjar la Unión Federativa de las Repúbli­ cas Socialistas de América Latina.

— 38 — Palabras finales del Presidente del Centro Chileno-Boli‘ viano de Cultura

Recibió el encargo de cerrar la manifestación el Pre­ sidente del Centro Chileno-Boliviano de Cultura, don Luis González Zenteno, quien en una alocución lírica de alto relieve, hizo resaltar la destacada personalidad del Presidente Víctor Paz Estenssoro. Expresó que gracias a la acción perseverante y te­ naz de Paz Estenssoro, nacida de un convencimiento ma­ duro y consciente, fueron vencidas todas las vicisitudes y dificultades con que tropezó la revolución, cuyo triun­ fo se logró, finalmente. Se refirió a la incruenta lucha durante el Gobierno del sexenio y a la persecución tenaz de que fué objeto él y su partido de parte de la oligar­ quía feudal y minera, que abatió con el apoyo del pueblo boliviano. Hoy día, continúa, después de la revolución, el gran Presidente Paz Estenssoro está abocado a un importante plan de realizaciones, dando así, un ejemplo de trabajo y labor creadora a todo el continente americano. Conclu­ ye rindiendo homenaje a la revolución boliviana, a sus dirigentes, al Presidente Paz Estenssoro, formulando vo­ tos por que el pueblo boliviano consolide todas las con­ quistas alcanzadas por la revolución, que son, a la vez, de toda la América. Con estas palabras, dió término al acto.

— 39 — PLA. Root 537.