La Subordinación Racial En Latinoamérica
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La subordinación racial en Latinoamérica : el papel del Estado, el derecho Titulo consuetudinario y la nueva respuesta de los derechos civiles Hernández, Tanya Katerí - Autor/a; Autor(es) La Habana Lugar Fondo Editorial Casa de las Américas Editorial/Editor 2016 Fecha Colección investigaciones Colección Exclusión social; Afrodescendientes; Racismo; Estado; Derecho; Derechos civiles; Temas América Latina; Libro Tipo de documento "http://biblioteca.clacso.org/Cuba/casa/20200419103629/La-subordinacion-racial.pdf" URL Reconocimiento-No Comercial-Sin Derivadas CC BY-NC-ND Licencia http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es Segui buscando en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO http://biblioteca.clacso.org Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) Conselho Latino-americano de Ciências Sociais (CLACSO) Latin American Council of Social Sciences (CLACSO) www.clacso.org Fondo Editorial Casa de las Américas Fondo Editorial Casa de las Américas Fondo Editorial Casa de las Américas Fondo Editorial Casa de las Américas Título original: Racial Subordination in Latin America. The Role of the State, Customary Law, and the New Civil Rights Response, Cambidge University Press, NY, 2013. La presente edición ha sido tomada de La subordinación racial en Lati- noamérica. El papel del Estado, el derecho consuetudinario y la nueva respuesta de los derechos civiles. Traducción de Carlos F. Morales de Satién Rovira, Editorial Siglo del Hombre, Bogotá, Colombia, 2013. Edición: Clara Hernández Cáceres Diseño: Ricardo Rafael Villares Corrección: Gilda María Fernández Chaviano Diagramación: Alberto Rodríguez González © Tanya Katerí Hernández, 2016 © Sobre la presente edición: Fondo Editorial Casa de las Américas, 2016 ISBN 978-959-260-467-4 Fondo Editorial Casa de las Américas casa 3ra. y G, El Vedado, La Habana, Cuba www.casadelasamericas.org Fondo Editorial Casa de las Américas La diáspora africana Williams, Macmillan Encyclopedia of World Slaver, 1E. © 1998 Gale, a part of Cengage Learning, Inc. Reproduced by permission. www.cengage.com/permissions Fondo Editorial Casa de las Américas Población afrodescendiente en Latinoamérica © Inter-American Dialogue Race Report, «Afro-Descendants in Latin Ame- rica: How Many?», 1 de enero de 2003. Reproduced by permission. Fondo Editorial Casa de las Américas 1 INTRODUCCIÓN: INOCENCIA RACIAL Y DERECHO CONSUETUDINARIO EN LA REGULACIÓN DE LA RAZA No creo que haya mucho racismo en [Latino] América porque somos una mezcla de razas de todo tipo, tanto europeas como africanas, asiáticas y demás razas habidas y por haber, pero entiendo que en muchas partes haya racismo, sobre todo en los Estados Unidos y Europa... «Iberoamérica, ¿una región racista?», BBC Mundo, 13 de octubre de 2005. En Latinoamérica habitan, aproximadamente, unos ciento cin- cuenta millones de personas de ascendencia africana, cifra que representa un tercio de la población total del continente (véanse los mapas 1 y 2).1* Sin embargo, hay que estimar conservadora esa estadística demográfica si se tiene en cuen- ta que históricamente los censos nacionales realizados en la región refieren un número inferior al real pues con frecuencia omiten toda pregunta sobre los orígenes raciales.2 Al mismo tiempo, las personas de origen africano constituyen cerca del 40 % de los pobres, y han sido persistentemente margi- nadas y denigradas. Desde la abolición de la esclavitud se les ha considerado elementos indeseables de la sociedad.3 Y si bien perdura la idea de que el «racismo no existe», la aparición de movimientos en favor de la justicia social y de numerosas investigaciones que desde las Ciencias Sociales enfocan tal problemática, demuestran lo contrario. En el año 2005 la BBC realizó una encuesta entre latinoamericanos * Ver notas al pie al final de cada capítulo. Fondo Editorial 9 Casa de las Américas con respecto a la existencia del racismo. Un importante número de los encuestados lo negó enfáticamente. Otros hicieron declaraciones del tipo «los iberoamericanos no somos racistas», «Iberoamérica no es una región racista por el simple hecho de que la mayoría de la población es indíge- na, criolla o mestiza».4 Tal negación se arraiga en la preconcebida idea de que el mestizaje –en Brasil, metiçagem– es signo de la armo- nía entre razas, posicionamiento cuestionado por numero- sos académicos, quienes no han dudado en calificarlo como «mito de la democracia racial». Por otro lado, dada la creen- cia de que el mestizaje aísla la desigualdad y la ausencia de segregación al estilo Jim Crow,5 lo que representa un agudo contraste con la historia racial de los Estados Unidos, Latinoamerica podría considerarse «racialmente inocente», como he dado en llamar a este fenómeno. De hecho, los datos recogidos en el Barómetro de las Américas 2010, proyecto que busca captar la opinión pública, demuestran que la ideología con respecto a la raza no ha evolucionado del todo en nuestra región, a pesar de los pronunciamientos críticos ya vistos, de ahí que solo sea una prejuiciada y retó- rica figura representativa de la inocencia racial. Por ejem- plo, en el Barómetro de 2010, que estudia la situación en Bolivia, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México y Perú, la gran mayoría –de cualquier raza– en esos países estuvo de acuerdo con el criterio de que «la mezcla racial es buena para el país».6 De hecho, más del 75 % de los que respondieron la encuenta apoyó los matrimonios interraciales. No obstante, los datos del citado Barómetro también muestran que para aquellos latinoamericanos que expresaron desacuerdo con la idea de matrimonios interraciales, el nivel de oposición era muchísimo mayor entre los encuestados blan- Fondo10 Editorial Casa de las Américas cos que entre los negros. Específicamente, en aquellos países –Brasil, Colombia, República Dominicana y Ecuador– en los que el Barómetro preguntó si se estaba en desacuerdo con que hijos e hijas se casaran con una persona negra, la oposi- ción de los blancos fue, como promedio, un 60 % superior a la de los negros a esa clase de matrimonios (en otros países se preguntó sobre la unión con una persona de ascendencia indígena). Estos resultados se ajustan a datos históricos que reflejan que en Latinoamérica los patrones de matrimonio son por lo general endogámicos.7 Los datos del Barómetro 2010 indican, además, que en varios países existía una probabilidad mucho mayor de que los encuestados blancos, comparados con otros grupos, declararan su preferencia por la piel clara. Por ejemplo, en Co- lombia, Ecuador y República Dominicana, el 26 % de los encuestados blancos dijo prefir la piel más blanca, en comparación con el 13 % de encuestados negros, quienes eligieron una piel más clara. En México y Perú, los negros, como promedio, mostraron mayores índices de preferencia por la piel clara (37 %) que los blancos (26 %). En Brasil, la tasa que eligió una piel más clara se acercó a la de los negros por igual tono de piel. Incluso en la Cuba socialista se continúa manifestando una inclinación por la piel más blanca y una oposición de los blancos a los matrimonios interraciales.8 Además, en una comparación efectuada en el año 2004 sobre los prejuicios raciales implícitos y explí- citos en los Estados Unidos, Cuba, República Dominica- na y Puerto Rico, las tasas de tales prejuicios eran más altas en los tres países latinoamericanos que en los Estados Unidos.9 Por tanto, a pesar de la abrumadora expresión del mestizaje como indicador de armonía racial en gran parte de Latinoamérica, y las diferentes formas en las que ese Fondo Editorial 11 Casa de las Américas mestizaje se expresa en cada país, las actitudes de dife- renciación y superioridad racial se mantienen bajo la cele- bración de la mezcla de razas. En cierta medida, lo que ha permitido la «inocencia racial» de América Latina es la ausencia de una crítica jurídica a la comparación con la legislación Jim Crow en los Estados Unidos. Este libro busca llenar ese vacío en la literatura académica. En concreto, el libro se ocupa de hacer notar cómo la negación del racismo en nuestra región actúa de conjun- to con la idea de que el verdadero racismo solo existe en la segregación racial de los Estados Unidos, lo cual ocul- ta bajo un velo las expresiones reales de este fenómeno. Argumenta, además, que la regulación de la raza mediante el derecho de inmigración y el consuetudinario altera esa imagen de una América Latina «inocente» en lo racial. A continuación evalúa las formas en que nuestras leyes contra la discriminación racial buscan erradicar el legado de desigualdad causado por un racismo histórico. El libro concluye con algunas ideas para demostrar que el examen de la situación latinoamericana puede hoy ser útil para el movimiento estadunidense por la justicia social, si se tiene en cuenta la creciente tendencia a negar la existencia del racismo en los Estados Unidos. En este análisis adoptamos el término «afrodescendiente», utilizado por los académicos latinoamericanos, estudiosos de la raza, y los sujetos de los movimientos por la justicia social para referirse a las perso- nas de ascendencia africana que se ven afectadas por los sentimientos contra los negros, se identifiquen o no como tales o los que adoptan una identidad racial mixta, como la de mulato, mestizo, etc. El presente libro no aborda los proble- mas de desigualdad racial de los grupos indígenas dado que ya existe una amplia literatura académica que se ocupa del Fondo12 Editorial Casa de las Américas tema. Se centra, pues, en la histórica relación de los afro- descendientes con el Estado, otrora sujetos esclavizados que ahora buscan visibilidad en tanto ciudadanos y plenos participantes en la identidad nacional. «¡No somos racistas!». El velo a la discriminación real En América Latina la negación del racismo es tan fuerte que la expresión y divulgación de su discurso son vistos como irrelevantes. Sin embargo, la palabra «negro», encierra, por lo general, un carácter despectivo como estereotipo de las personas de ascendencia africana, a las que se hace referen- cia como criminales congénitos, intelectualmente inferiores, una naturaleza sexual incontenible y animalescos.