~ ~ ~ "" IX REUNION CIENTIFICA DE LA FUNDACION ESPANOL~ DE HISTORIA MODERNA. UNIVERSIDAD DE MÁLAGA ' (Málaga, 7-9 de junio de 2006)

Tradición versus innovación en la España Moderna VOLUMENI

JUAN JESÚS BRAVO CARO SIRO VILLAS TINOCO (eds.)

Málaga, 2009 IX REUNIÓN CIENTÍFICA DE LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE HISTORIA MODERNA. UNIVERSIDAD DE MÁLAGA (Málaga, 7-9 de junio de 2006)

~ VERSUS INNOVACION EN ESPAÑA MODERNA VOLUMEN 1

Juan Jesús Bravo Caro Siro Villas Tinoco (eds.)

Málaga, 2009 ÍNDICE

Presentación ...... ,13

VOLUMENI

PONENCIAS

Los problemas de la transmisión cultural en las poblaciones bilingües a partir del Concilio de Trento Baudilio Barreiro MaHón...... 21

Crisis fiscal y políticas mercantiles (1585-1609) Juan E. Gelabert...... 63

La agricultura española de fines del siglo XVIII vista por los corregidores y alcaldes mayores Enrique Giménez López ...... 91

Ciencia, Técnica y Poder en la España Moderna. Una visión historiográfica desde la Historia generalista Siro Villas Tinoco...... 129

COMUNICACIONES

Cambios e innovaciones en el comercio de septentrión. El ejemplo anglo-español en la temprana Edad Moderna Ángel Alloza Aparicio...... 163

Foto cubierta: Ciudad y Puerto de Málaga. B. Thurus (1717) Historia de Alejandro de la Vega y su colección documental Archivo del Museo Naval. Sigo E-XLI-27 Manuel Amador González Fuertes e Ignacio Panizo Santos ...... 185

De las falsas historias a las historias verdaderas. Transformaciones y tránsitos Edita: Área de Historia Moderna de la Universidad de Málaga. en las historiografías urbanícolas espaíiolas (siglos XVII-XVIII) Imprime: Imagraf Impresores Francisco José Aranda Pérez ...... 201 ISBN: 978-84-931692-6-8 ISBN Obra completa: 978-84-931692-4-4 Lecturas de un magistrado del Antiguo Régimen: la biblioteca de Rodrigo Márquez Depósito Legal: MA-3.367-2009 de la Plata, juez de grados de la Audiencia de Sevilla Inmaculada Arias de Saavedra Alías ...... 219 IX Reunión Científica de la FEHM-UMA, Málaga 2009, ISBN: 978-84-931692-6-8,425-438

Enrique Díez Sanz E.u.T.S. Tarragona

1. INTRODUCCIÓN

El predominio político de la villa de sobre las aldeas de su Tierra, carac­ terístico de la Baja Edad Media, fue perdiendo intensidad a partir del reinado de los Reyes Católicos, cuando los ciento cincuenta pequeños pueblos que se incluían en la Tierra fueron adquiriendo importancia fiscal para la Corona. A partir de entonces, las aldeas de la denominada Universidad de la Tierra pudieron reducir su dependencia económica y su autonomía política con respecto a Soria, ciudad cabecera de la juris­ dicción. A pesar de que ambas instituciones compartían una hacienda común con el fin de hacer frente a gastos judiciales y de representación y para el mantenimiento de las infraestructuras -la denominada "hacienda de fuente y puente" durante los primeros siglos del Antiguo Régimen no faltaron los conflictos entre ambas institu­ ciones que no siempre se solucionaban de forma amistosa. La estructura institucional de la Universidad de la Tierra se organizaba en torno a cinco sexmos: Arciel, Lubia, San Juan, Tera y Frentes, con similar número de aldeas pero con diferentes caracte­ rísticas socioeconómicas. Los dos primeros eminentemente cerealísticos, el sexmo de San Juan con economía compartida agrícola-ganadera y lugar de residencia de los grandes ganaderos mesteños. Finalmente, los sexmos serranos de Tera y Frentes en los que vamos a centrar el presente trabajo, obtenían sus recursos de la producción de madera, del transporte de la carretería y de la ganadería ovina y bovina, sin que fal­ tara la producción, durante los largos e interminables inviernos, de prendas de paño basto mediante el sistema del ver lag , característico de esta época preindustrial.

425 Enrique Díez Sanz Las aldeas del alto Duero soriano en el XVI... ~~------

2. EL PAPEL DE LAS ORDENANZAS EN LA ORGANIZACIÓN DE LA El último trámite para su aprobación se realizaba en el Consejo Real. La Coro­ CONVIVENCIA na y sus asesores jurídicos sabían por experiencia que alguno de los capítulos podía entrar en contradicción con los privilegios y las Ordenanzas de las aldeas limítrofes y Desde la baja Edad Media, las Ordenanzas habían sido el instrumento básico para evitar esta circunstancia, exigían que algunos vecinos de las aldeas colindantes 5 para el gobierno de las aldeas y en la actualidad siguen siendo una fuente de primer asistieran a la aprobación de las Ordenanzas de cada uno de los pueblos • orden para el conocimiento de la sociedad rural castellana del Antiguo Régimen. Cuando ya hacía más de un siglo que en la ciudad de Soria el concejo abierto había 3. EL PAPEL DE LAS ORDENANZAS EN LA CONFIGURACIÓN DE LA sido sustituido por el ayuntamiento, todas las aldeas de su Tierra seguían rigiéndo~ VECINDAD se mediante los concejos de aldea, que permitían a los aldeanos cierta capacidad de auto gobierno , pues llegaron a constituir un régimen de democracia directa en el Si bien la Comunidad de Ciudad y Tierra de Soria era una de las más exten­ l que todos participaban por sí mismos . Cada cierto tiempo, los pequeños concejos sas de toda Castilla, sus aldeas eran las menos pobladas, ya que sólo contaban con de aldea solían actualizar las Ordenanzas o redactar otras nuevas con la finalidad veintinueve vecinos de promedio, tres veces menos que las aldeas de la Tierra de de organizar la convivencia. A la altura del siglo XVI, algunos concejos llegaron a Valladolid y siete veces menos que las que formaban las jurisdicciones de Toledo y considerar la conveniencia de reformar las Ordenanzas antiguas porque "o estaban Ciudad Real. Pese a esta última circunstancia, las aldeas más pobladas de Tierra de mal tratadas o eran superfluas e inpertinentes o dignas de enmendar por la mudmu;a Soria eran, precisamente, las de los sexmos serranos de Frentes y Tera: Duruelo, Co­ de los hombres o la bariedad de los tiempos"2. Estas y otras afirmaciones similares valeda, , Sotillo, ... que llegaron a tener durante todo el siglo XVI una demuestran que Ordenanzas y concejo abierto constituían una dualidad inseparable media de 140 vecinos, muy por encima de los 100 vecinos de promedio que tenían y la expresión de la forma de vida y del pensamiento colectivo de cada comunidad los pequeños pueblos de los sexmos del altiplano soriano. Por otra parte, las fuentes aldeana, sin que por ello perdieran su conexión con las instituciones del Reino, como demográficas que se conservan6 manifiestan que estas aldeas de sierra mantuvieron se confirmaba en algunas Ordenanzas una gran regularidad demográfica, frente a los continuos altibajos y las pérdidas de población que se produjeron en los pueblos del altiplano durante las últimas décadas ... Considerando que todos los ombres bibientes en este mundo son sujetos a su del siglo citado. En estos últimos yen la propia ciudad de Soria se observan impor­ rey y señor natural e de su rreal justicia, a las buenas hordenanzas usos y costumbres tantes discontinuidades motivadas por las sucesivas crisis de morbilidad y mortali­ 3 de los pueblos ... • dad catastrófica, que fueron denunciadas por las Cortes del Reino y por el municipio de la Ciudad. A la altura de 1605, uno de los regidores del ayuntamiento ciudadano Los redactores también tenían conciencia de la subordinación jurldica de las llegó a afirmar, sin que nadie le contradijera que " .. .la ciudad tiene casi la mitad de aldeas con respecto s su Ciudad cabecera, en este caso la ciudad de Soria, de la que vecinos que entonces"7 en clara referencia al año 1589 que marcó el inicio de los dependían por imperativo legal. Al fin y al cabo era el ayuntamiento ciudadano el que "años malos" que culminarían con el año de "la gran peste de 1599". La regulari­ determinaba, previa aceptación del Consejo Real, la legalidad de las Ordenanzas dad demográfica de algunas aldeas de los sexmos serranos de Frentes y Tera resulta asombrosa. , por ejemplo, que cruza el siglo XVI sin apenas variaciones: ... Estas ordenanc;as serán por bien deste dicho lugar, protestando de non errar cuenta con sesenta y dos vecinos en el año 1527, sesenta y seis en 1561 y de nuevo ni facer contra el fuero de la ciudad de Soria, nuestra cabeca, ni ir contra él ... 4. sesenta y seis en 1591; Y ello pese a que, como en todo el territorio, las aldeas de los sexmos serranos se vieron afectadas por sucesivas crisis demográficas, consecuencia de las oleadas de peste, o por la repercusión económica de la subida de impuestos, de la venta de baldíos, de las continuas levas y, sobre todo, por la escasez de grano

GARCÍA DE VALDEAVELLANO, L., Historia de EspaFía. De los orígenes a la Baja Edad Media, vol. 1, Madrid, 1973, p. 481. 2 GIMÉNEZ DE GREGORIO, F., "Las Ordenanzas de Navalpino en el siglo XVI", en Homenaje a Vh;ens Las Ordenanzas de Covaleda del año 1601 fueron supervisadas por "cuatro vecinos viejos" del pueblo limí• Vives, vol. n. trofe de Duruelo. Ver Ordenanzas de Covaleda del año 1601. A.M.Co. 3 (A)rchivo (M)unicipal de (Co)valeda. Ordenanzas de Covaleda del año 1601. 6 Han sido consultados el censo de 1528-1536, el padrón de 1561, el padrón de 1579 y el censo de 1591. 4 (A)rchivo (M)unicipal de (Vi)nuesa. Ordenanzas de Vinuesa. Ver Archivo Municipal de Soda, Libro de Acuerdos. Sesión de Ayuntamiento de 12 de julio de 1605.

426 427 Díez Sanz Las aldeas del alto Duero soriano en el XVI... en los "años malos". Con toda seguridad que para alcanzar este control demográfico familia forastera para que formara parte de la comunidad vecinal. En estos casos fueron determinantes los acuerdos que sobre vecindad se incluían en las Ordenanzas siempre preferían a los candidatos más humildes. Llegado el momento, y una vez de las aldeas de sierra. que el recién llegado aceptaba las condiciones para adquirir la vecindad, la comu­ El sistema económico característico de estos sexmos montañosos exigía que nidad vecinal les ayudaba a "hacer casa propia" con la presencia permanente de un en cada aldea se mantuviera un equilibrio entre población y recursos para que estos obrero Y una carrreta y con la entrega de todos los pinos que necesitaran para tal me­ últimos, fundamentados en la propiedad comunitaria de madera y pastos, no se ago~ nester; Y todo ello "de balde, para que la casa no les costase interés ninguno"!2. Junto taran. Precisamente, las Ordenanzas manifiestan una gran exigencia con los nativos a todas estas ventajas, los nuevos vecinos pasaban a disfrutar de todos los derechos solteros para que contrajeran matrimonio lo antes posible. En algunas aldeas existía comunitarios en los aprovechamientos de pasto y madera. la "costumbre inmemorial de prohibir tener casa propia a los mozos", siempre que fueran huérfanos o estuvieran emancipados de los padres. Las mismas Ordenanzas 4. APROVECHAMIENTOS COMUNITARIOS Y VECINDAD mantenían una serie de exigencias con las mujeres solteras para que dejaran el celiba­ to. Así, en algunas aldeas se les prohibía sacar el ganado a los pastos concejiles y Duruelo, Covaleda y Vinuesa, las tres aldeas más orientales de la sierra de 8 eran arrebatadas las herramientas cuando acudían al pinar a por leña , mientras que en Urbión pertenecientes a la Tierra de Soria, tenían características socioeconómicas di­ otras, solteros y solteras eran considerados como foranos (forasteros) en todo lo que ferentes. Mientras que los vecinos de Duruelo y Covaleda se dedicaban al transporte 9 hacía referencia a multas, impuestos y aprovechamientos comunitarios gratuitos • Las de la carretería por todas las rutas y caminos peninsulares, en Vinuesa -también im­ propias Ordenanzas justificaban estos duros artículos que tenían como finalidad evitar portante centro carretero- residían algunos de los más importantes ganaderos mes­ el celibato. En las Ordenanzas de Covaleda, por ejemplo, se pedía a los alcaldes que, teños de la Castilla oriental, que ambicionaban aprovechar para sus ovejas merinas en estos casos, "actuaran con toda su diligencia, porque siendo mozos -solteros- no es los ricos pastos serranos propiedad de las comunidades vecinas. Se trataba de pastos justo que gocen de las buenas del concejo -aprovechamientos comunitarios- hasta que concejiles, cuya propiedad había sido confirmada por los diversos reyes castellanos y sean casados, que sería perderse el pueblo y jamás se consintió"lO. que, según las Ordenanzas de ambas aldeas, eran de aprovechamiento exclusivo para Todas estas exigencias constituían fórmulas de protección para asegurar la los ganados de los vecinos. Bien es verdad que los tres municipios citados, como renovación demográfica, incidiendo sobre la natalidad con el fin de rejuvenecer la aldeas que eran de la Tierra de Soria, disfrutaban también de derecho de pasto en el población con autóctonos. En las aldeas serranas se prefería antes al vecino nati­ realengo!3 en condominio con la Ciudad!4. vo que al forastero, pues los legisladores populares autores de las Ordenanzas eran Con el fin de proteger la propiedad concejil, las Ordenanzas de Covaleda y conscientes de que la vida diaria en un territorio tan hostil convertía a los recién Duruelo eran muy estrictas y cada año gastaban buena parte de sus respectivos pre­ llegados y a sus familias en personas mucho más proclives al desarraigo y al cambio supuestos para pagar a deheseros y guardas que se encargaban de la vigilancia de de domicilio. A los forasteros que pretendían avecindarse se les exigía, antes de que bosques y dehesas. Debido a la gran extensión de los términos municipales, los pri­ les fuera concedida la vecindad, la presencia permanente con familia e hijos "du­ meros iban a caballo, aunque todos ellos se encargaban de controlar los posibles rante diez años cuando menos, sin abandonar la aldea" y cuando esta Ordenanza no abusos y los aprovechamientos ilegales que pudieran llevar a cabo los vecinos de sus se cumplía y algún vecino abandonaba el pueblo e "iba a morar a otro lugar" se le propias aldeas, aunque su función principal de vigilancia iba dirigida al ganado de consideraba "desvecinado". A partir de ese momento, ya nunca podría ejercer oficio aquellos propietarios forasteros que se acercaban a los ejidos, prados y dehesas de alguno en la aldea y tampoco tendría la posibilidad de aprovecharse de "sus yerbas los términos para "beneficiarse de las hierbas y madera concejiles". A pesar de que y maderas", es decir, de la propiedad concejil y comunitaria!!. este control solía tener éxito, los grandes ganaderos de Vinuesa que ambicionaban En determinadas circunstancias de mortalidad catastrófica y para conseguir el equilibrio demográfico, los concejos de las aldeas serranas solían admitir a alguna

12 A.M.Co., Ordenanzas de Covaleda del año 1601. 13 El fuero de Soria es muy explicito sobre los derechos de pasto que tenían en los montes reales tanto la villa de 8 AM.Co., Ordenanzas de Covaleda del año 1601. Soria como las aldeas de su Tierra, pero durante la Baja Edad Media algunos municipios serranos compraron 9 AM.Vi., Ordenanzas de Vinuesa. parte del término. 10 AM.Co., Ordenanzas de Covaleda del año 1601. 14 Ver DÍEZ SANZ, E., La Tierra de Soria. Un universo campesino en la Castilla Oriental del siglo XVI, Ma­ 11 Todos los entrecomillados en Ordenanzas de Vinuesa y Covaleda. drid, 1995, capítulo 12, pp. 246-247.

428 429 Enrique Díez Sanz Las aldeas del alto Duero soriano en el XVI. .. disfrutar con su ganado los ricos pastos de sierra de Duruelo y Covaleda, aunque fUe­ respectivas Ordenanzas, cuya redacción y control seguían en manos de las aldeas, ra ilegalmente, no desistían en su intento y utilizaban toda serie de estratagemas para pese a los intentos de la Corona po.r/ reducir su. autonomí~ a. pa:ti~ ~e las Cortes de conseguir su objetivo. Como eran conocedores de las duras condiciones exigidas a Toledo de 1530, cuando se concedlO al corregIdor de la jUnSdICclOn respectiva un 19 los forasteros para adquirir la vecindad, en una primera aproximación intentaban papel importante en la formulación de las Ordenanzas • Es muy posible que debido juntar parte de su ganado con el de algún vecino de ambas aldeas con la finalidad de a esta presión de los ganaderos mesteños, algunas aldeas no pudieran evitar la am­ beneficiarse de los pastos de forma gratuita y permanente. Estos intentos solían ser pliación del número de cabezas de ganado lanar con derecho a pacer en las dehesas rechazados, porque las Ordenanzas de las aldeas eran muy claras al respecto, al con­ de sus términos. El ejemplo de Covaleda vuelve a ser significativo, pues en las dé­ siderar que la comunidad de pastos, ya fueran estos comunitarios o concejiles, debía cadas centrales del siglo, las Ordenanzas permiten ampliar el número de cabezas por beneficiar a los ganados de los vecinos de las aldeas y no a los vecinos como perso­ vecino con derecho a aprovechamiento comunitario. Este cambio legal favoreció nas jurídicas. En este sentido, las Ordenanzas de Covaleda afirmaban textualmente: la llegada masiva de ganado procedente del municipio colindante de Vinuesa, unas veces mediante la fórmula de "personas interpuestas"; otras, con la más directa de .. ,Que ningún vecino sea osado llevar ni lleve sin licencia a ningún hombre "tomar la vecindad", ambas utilizadas por algunos ganaderos de la aldea "rayana"

forano a labrar, ni cargar madera, ni pastar, ni cazar... 15. de Vinuesa. El conflicto, que como tantas otras veces finalizó en pleito, tenía una doble vertiente: en primer lugar, supuso un enfrentamiento directo entre las tres al­ Las propias Ordenanzas de Vinuesa, a la que pertenecían algunos de los aspi­ deas colindantes; Vinuesa contra Duruelo y Covaleda; por otra parte, salieron a la rantes a avecindarse en las comunidades limítrofes, prohibían "entrometer ganado luz las diferencias entre dos instituciones fundamentales en la vida económica del en el término de la aldea, así de fuera parte como de la Tierra de Soria, porque por Reino: La Hermandad de la Cabaña Real de Carreteros y el Honrado Concejo de la poco provecho que ellos hagan, traen grandes daños a este pueblo ... "16. Mesta. A la primera pertenecían buena parte de los vecinos de Covaleda y Duruelo y En realidad, las Ordenanzas intentaban proteger a la comunidad de los de­ a la segunda los ganaderos cuantiosos de Vinuesa. Ambos colectivos luchaban para nominados "ganaderos cuantiosos"l7, que, desde principios del siglo XVI, habían que los mismos pastos concejiles pudieran ser aprovechados por bueyes y ovejas, iniciado un itinerario de ascenso social que les había llevado a la cúspide del poder sus ganados respectivos. La defensa jurídica en la Real Chancillería arruinaba a los político y económico de la jurisdicción -en Soria y Vinuesa, sobre todo- y a dominar concejos, que se endeudaban mediante el sistema de "censos al quitar", que solían la poderosa organización mesteña en la Castilla Oriental. Máximo Diago, al hacer ser avalados por toda la comunidad de vecinos. Tan costosos gastos obligó a los referencia a los aprovechamientos comunales, puso el ejemplo de Pedro de Barrio­ concejos de aldea a redactar Ordenanzas nuevas en las que se delimitaba el número nuebo, un poderoso ganadero avecindado en Vinuesa que, ante la imposibilidad de de cabezas de ganado lanar por vecino que, a partir de entonces, tendrían acceso a 20 de beneficiarse de los pastos concejiles de Duruelo, en la sierra de Urbión, consiguió los pastos comunitarios • En esta ocasión, de nuevo, las Ordenanzas justifican la 18 avecindarse en la localidad • Esta constante presión de la élite ganadera sobre las medida con gran racionalidad: aldeas solía concluir en interminables pleitos que se dilucidaban en la Real Chanci­ llería de Valladolid y en los que solía intervenir como parte el Honrado Concejo de ... El que cada vecino pudiese tener más de ochocientas cabezas de ganado la­ la Mesta, siempre interesado en que los términos privilegiados de las aldeas serranas nar ha venido al pueblo gran disminución y pobreza, principalmente a los que tienen pasaran a ser disfrutados por los rebaños de los ganaderos que dominaban la institu­ bueyes, porque con el aumento de los ganados menudos no les quedan pastos para 21 ción. Cuando se producía esta última circunstancia, las aldeas solían defenderse con ellos . dos instrumentos. Por una parte, con los documentos que reflejaban la propiedad de dehesas y términos, confirmados por los monarcas castellanos; y, por otra, con sus

15 A.M.Co., Ordenanzas de Covaleda del año 1601. 19 ORDUÑA REBOLLO, E., Municipios y Provincias, Madrid, 2003. 16 A.M.Vi., Ordenanzas de Vinuesa. 20 Un capítulo de las Ordenanzas de Covaleda de 1601 establece en 340 cabezas de ganado lanar y cabrío con 17 Así denomina a los grandes ganaderos mesteños Miguel Caxa de Leruela. Véase Restauración de la abu/l­ derecho a pasto por vecino, frente a las casi novecientas que tenían derecho anteriormente. A.M.Co., Orde­ dancia de España, Madrid, 1975. nanzas de Covaleda del año 160 l. 18 DIAGO HERNANDO, M., Estructuras de poder en Soria afines de la Edad Media, Valladolid, 1993. 21 Ibidem.

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5. ESTRUCTURA INSTITUCIONAL Y FÓRMULAS DE APROVECHAMIENTO--- ran responsabilidad y de grandísimo trabajo", y, por ello, sólo podía ocuparse "una COMUNITARIO ~ez en la vida y no más". Además, el oficio estaba vetado para aquellos vecinos que hubieran sido alcaldes en años anteriores, según se argumentaba en las Ordenanzas Durante la baja Edad Media y el primer siglo de la Edad Moderna habían que~ "por el daño que viene y ha venido a la buena gobernanción deste lugar, pues parece dado despobladas cerca de sesenta aldeas de la Tierra de Soria22 , y aunque mUchas ser bajeza volver a un hombre de alcalde a mayordomo"26. Después de su elección el de ellas pasaron a formar parte del patrimonio de la pequeña nobleza local como día de San Antón, las autoridades locales y el vecindario cerraban los actos con una términos redondos, otras fueron desapareciendo como consecuencia de la falta misa de Espíritu Santo y una comida sufragada por la "mesa del concejo"27. consolidación del patrimonio comunitario, hasta tal punto, que Cabrillana consideró La función básica de las autoridades elegidas consistía en regular y organizar a la Tierra de Soria como el territorio de máxima densidad de despoblados de todo los aprovechamientos concejiles de carácter comunitario en ejidos, dehesas, prados su estudi023 . La política de los Reyes Católicos a favor de los municipios y contraria y Illontes, que se fundamentaban en la tradición y en los usos y costumbres y que, a los abusos de la nobleza favorecería la consolidación de la propiedad comunitaria, naturalmente, estaban recogidos en las Ordenanzas locales. Veamos algunas caracte­ cuyo origen en la Tierra de Soria se remonta a los años finales del siglo Xlp4. Ya he~ rísticas de este tipo de aprovechamientos. mos señalado que junto al usufructo colectivo de estas tierras del Rey o "realengas", El ejido era un campo común situado en las cercanías de los pueblos que era las aldeas serranas poseían una serie de bienes concejiles propiedad de la comunidad utilizado para múltiples funciones. En las aldeas cerealísticas del altiplano, en el eji­ vecinal cuya permanencia, a lo largo de los siglos y hasta nuestros días, ha sido do se establecían las "eras" para la trilla, y, por esta circunstancia, estaba prohibida consecuencia de la aplicación de normas rigurosas y racionales para la conservación su utilización como zona de pasto para el ganado. En concreto, el Fuero de Soria pro­ y reparto de este tipo de bienes, siempre acordes con un impecable respeto a la na­ híbe la "labranza en los ejidos". Por el contrario, en las aldeas serranas el ejido era turaleza; es decir, mediante un "desarrollo sostenible", como lo denominaríamos en mucho más extenso y solía ser aprovechado durante todo el año, aunque de marzo la actualidad. a septiembre quedaba vedado para aprovechamiento gratuito y exclusivo de "vacas Las normas de reparto y mantenimiento se fundamentaban, una vez más, en paridas, becerras de leche y para cabalgaduras y lechonas paridas"28. En Vinuesa, las Ordenanzas de las aldeas aplicadas por las autoridades locales, que eran las en­ las Ordenanzas regulaban el aprovechamiento gratuito en los ejidos de forma muy cargadas, según sus propias manifestaciones, de "gobernar la república"25. En estas parecida al municipio vecino de Covaleda, pero allí sólo podían pacer las vacas pa­ aldeas de sierra, junto a los dos alcaldes ordinarios, eran elegidos en concejo abierto ridas, excluyendo de forma explicita a cualquier rebaño de vacas, ovejas y puercos. de obligada asistencia para todos los vecinos, un procurador, el fiel y un mayordomo Por su parte, las Ordenanzas especificaban las multas en casos de incumplimiento que administraba los "propios de la aldea". El número de deheseros era proporcional de la norma29 . a la extensión del término; en Covaleda se nombraban diez deheseros cada año, en Uno de los bienes comunitarios más extendidos en Castilla era la dehesa bo­ Vinuesa ocho y en las pequeñas localidades del mediodía de la Tierra de Soria uno o yal. Se trataba de un territorio "común, apartado para mantenimiento de los bueyes ninguno -en aquellos casos en los que el término municipal o no tenía monte propio y otros ganados con que se labran las tierras para pan"30, pero la dedicación de las o sí lo tenía era tan insignificante, que no necesitaba vigilancia especial-o Alguno de dehesas en las aldeas de sierra no tenía objetivos agrícolas sino ganaderos. En Cova­ los oficios municipales exigía, sobre todo en el caso del mayordomo, una dedicación leda, Duruelo, Vinuesa, Molinos o , municipios centrales de la carretería en exclusiva y el abandono temporal de buena parte de sus actividades particulares. Las los que la mayor parte de los vecinos pertenecían a la Cabaña Real de Carreteros, la Ordenanzas lo justificaban con el argumento de que "el oficio de mayordomo era de dehesa boyal se dedicaba casi en exclusiva como zona de pasto gratuita para bueyes y vacas carreteros. Según las Ordenanzas de Covaleda, la dehesa de la Nava era

22 Esther Jimeno calcula que en el espacio de los 317 años que transcurren desde 1270 -fecha del Padrón de Alfonso X- hasta 1587, fecha del censo eclesiástico, desaparecieron de la jurisdicción de Tierra de Soria cerca de sesenta aldeas. Véase de la autora citada "La población de Soria y su término en 1270", ERAH, 142, 1958. 26 Todos los entrecomillados en Ordenanzas de Covaleda del año 1601. A.M.Co. 23 CABRILLANA, N., "Los despoblados en Castilla la Vieja", Hispania, 119, 1971, pp. 485-550. 27 La "la mesa del concejo" era una especie de hacienda local, cuyos ingresos procedían de las multas y del 24 El 19 de julio de 1256, Alfonso X confirma un privilegio en el que concedía a la Tierra de Soria un privilegio dinero recaudado en los arrendamiento de algunos propios municipales. para el aprovechamiento de sus dehesas y montes en "pro comunal". Véase "Título de las firmas e quales son 28 A.M.Co., Ordenanzas de Covaleda del año 1601. vescinos", en Fueros Españoles de Soria y Alcalá de Henares, Madrid, 1919. 29 A.M.Vi., Ordenanzas de Vinuesa. 25 De esta forma denominaban a las autoridades las Ordenanzas de Covaleda del año 1601. 30 Novísima Recopilación,. Ley 1, Lib. VII, Tit. XXIV.

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"privilegiada por el Rey Nuestro Señor para los bueyes domados que andan en en el vallado y en el "estercolado" de los prados con sus propio esfuerzo y con sus ca~ 34 rretería"31. En Salduero existían algunas diferencias en los aprovechamientos de}, particulares aperos . . " " ~ dehesas, porque mIentras. 1as di'e as tIerras yermas del término, de propiedad conce'ilas Pero la mayor nqueza comumtana del terntono procedm de los pinares, exten- estaban dedicadas a los ganados de la Cabaña Real, las zonas de monte eran de pa;t~ SOS y con madera de gran calidad, que solía exportarse a buena parte de la geografía común para todo género de ganad032. La dedicación exclusiva de las dehesas para el castellana. Los rigurosos métodos de aprovechamiento de la madera se basaban en el ganado de la carretería era justificada de forma expresa por las Ordenanzas de Cova~ conocimiento de la naturaleza y del medio ambiente y tenían la finalidad de convertir leda con el siguiente argumento: " ... en este lugar no se coxe ningún genero de pan ni el inmenso pinar en una riqueza perdurable en el tiempo para toda la comunidad de legumbres, sino yerba y los bueyes an menester la dehesa boyaL."33. vecinos. De nuevo eran las Ordenanzas las que regulaban la corta y distribución de Las estrictas Ordenanzas no podían impedir el intrusismo de los ganados la madera entre el vecindario, siempre con el objetivo último de evitar el "esquilmo". mesteños, y. cuando se producía esta circunstancia, los municipios serranos so~ Expertos madereros escogían cada año los árboles a cortar, -uno por uno y en las lían imponer sanciones durísimas. La veda de la dehesa de la Nava en Covaleda diversas zonas del pinar-o Una vez "serrados" los árboles, operación que nunca se se comunicaba a los vecinos mediante un pregón, y, a partir de ese momento, se realizaba en los pinos denominados"horcajados", se iniciaba la labor de "redolado" cerraban las calles de acceso. Si pese a ello algún vecino o forastero entraba con o limpieza del tronco, que se llevaba a cabo en los calveros del monte para evitar los su ganado en las dehesas, podía ser multado con una res de día o dos de noche, Por incendios. Las Ordenanzas de Covaleda informan también de las técnicas utilizadas otra parte, al considerarse las hierbas como un bien colectivo, desde el concejo y para el aprovechamiento de la madera, que se iniciaba con el "oreo" o exposición al a través de las Ordenanzas se favorecía la delación y cada uno de los vecinos se aire del monte con la finalidad de secar la madera La operación de "curado" se lle­ convertía en vigilante de los infractores, recibiendo a cambio la cuarta parte de la vaba a cabo en las "tozanas" -zonas del pinar donde se separaba la "toza" o corteza multa, de la propia madera-o Posteriormente, los troncos, ya limpios, se transportaban a los En la mayoría de las ciento cincuenta aldeas de la Tierra de Soria los prados claros de las zonas bajas del monte, utilizando los bueyes y vacas propiedad particu­ formaban parte de la propiedad privada de los lugareños, que estaban obligados a lar de los vecinos. Esta operación se realizaba por cuadrillas, mediante un dispositivo vallarlos. Sin embargo, en las aldeas de los sexmos septentrionales buena parte de especial, formado por un trozo de madera, un clavo grande y una argolla a la que los prados eran también de propiedad concejil y su aprovechamiento colectivo exigía se fijaba el pino cortado-35 . A partir de ese momento, los pinos eran subastados y el una serie de faenas comunitarias para favorecer el crecimiento y la corta de las hier­ dinero obtenido, del que se separaba una buena cantidad para "gastos de concejo", bas destinadas al alimento del ganado mayor durante la etapa invernal. Los trabajos se repartía entre todos los vecinos, incluidos aquéllos que tenían profesiones alejadas se realizaban "a reo vecino" -cada vecino aportaba un miembro de la familia- y del mundo de la madera. Además, todos ellos tenían derecho a coger madera de pino comenzaban a "guardarse" a partir del día primero de marzo. La veda se extendía y roble de los montes del término, de forma gratuita y respetando las Ordenanzas, aproximadamente hasta el día de Santiago, aunque la fecha de "soltar el pago" o ini­ siempre que se destinara como combustible para el hogar, para reparar sus viviendas cio de la siega era una decisión del concejo. En los aprovechamientos de los prados o para construcción y reparo de carros y carretas. Esos mismos derechos los disfru­ quedaba reflejada la solidaridad vecinal mediante el sistema de reciprocidad en la taban ya, por privilegio antiguo, todos los miembros de la Hermandad de Carreteros, siega y en el reparto -cada vecino aportaba un segador y el heno se repartía propor­ aunque no fueran vecinos de los pueblos, cuando "andaban de paso" lo que les daba cionalmente-. Sin embargo, si algún vecino, bien por enfermedad o por su avanzada derecho a apacentar con sus bueyes y mulas por los términos y cortar madera de los edad no podía aportar trabajo, se le respetaba el derecho a recibir una parte propor­ montes por los que anduvieran, siempre que la madera tuviera como destino el repa­ cional del heno. En otras ocasiones se asignaba una parte del prado a cada vecino ro de las carretas o la obtención de leña para guisar36. y eran ellos mismos los que se encargaban de segarlo, pero antes de que llegara ese momento, un miembro de cada familia había tenido que colaborar solidariamente

31 AM,Co., Ordenanzas de Covaleda del año 1601. a 32 GARCÍA TERREL, A M. , Salduero. Estudio de un municipio de los pinares sorianos del Alfo Duero, Zara­ 34 Todos los entrecomillados en Ordenanzas de Covaleda del año 1601. AM.Co. a goza, 1958, pp. 25-26. 35 GARCÍA TERREL, A M. , op. cit. Véase nota núm. 32. 33 AM.Co., Ordenanzas de Covaleda del año 1601. 36 GIL ABAD, L., Junta y Hermandad de la Cabaña Real de Carreteros Burgos-Soria, Burgos, 1983.

434 435 Díez Sanz Las aldeas del alto Duero

6. OTRAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS El paño fabricado en Soria, a partir de la lana de oveja churra autóctona o rocedente de los desechos de lanas merinas de baja calidad, tenía un hueco en otros La limitación de los recursos y la carencia de cultivos alimenticios exigía ~ercados peninsulares por su duración, fortaleza y precio asequible. Con la finalidad que algunos miembros de la comunidad tuvieran que buscar alternativas económicas de comprobar la incidencia del sector textil en las aldeas norteñas, hemos utilizado para poder subsistir. De forma general, dos eran las actividades que llevaban a cabo las actas de las pruebas que se llevaban a cabo para que los trabajadores demostraran los vecinos de las aldeas de la serranía soriana: la industria maderera y la elaboración SU aptitud38 y que, una vez superadas, habilitaban a los candidatos para ejercer el de paños. A pesar de la abundancia de materia prima, no se obtenía del sector made­ oficio como maestros y les permitía contratar oficiales y aprendices, aunque en el rero el valor añadido que hubiera sido deseable y la manufactura quedaba reducida caso de los artesanos de las aldeas de Tierra de Soria, el título sólo representaba un a la producción de vigas, listones y otros materiales para la construcción, junto a la trámite para ejercer el oficio dentro de la legalidad. Al analizar la naturaleza de los elaboración artesanal de gamellas, gamellones y pequeños muebles rústicos, todo artesanos que pasaron las pruebas de forma positiva en la Ciudad, se comprueba que ellos elaborado por pequeñas empresas familiares, que canalizaban su producción predominan, sobre todo, los vecinos de las aldeas de nuestro estudio. Por ejemplo, de hacia el mercado local. La industria pañera tuvo bastante importancia en las pe­ los ocho calceteros que las superaron en el año 1587, siete de ellos eran vecinos de queñas sociedades aldeanas mucho más por el papel que jugaba en la subsistencia los sexmos de Frentes y Tera: el Royo (2), Herreros, Salduero, Ceno silla y Vinuesa de las familias que por el escaso volumen de la producción. Desde esa perspectiva, (2) y ninguno de ellos tenía dedicación exclusiva a la industria textil, es decir, pasa­ creemos que puede ser interesante exponer las características de esta industria emi­ ba a ser un trabajo secundario, aunque compartido por toda la familia -trabajaban nentemente familiar. todos los que podían hacerlo- que formaba la unidad de producción. En este tipo De la actividad textil en la jurisdicción soriana poseemos referencias que se de industria rural o protoindustria textil, el capital era escaso y se concretaba, sobre remontan a principios del siglo XIII, momentos en los que los tejedores que traba­ todo, en las interminables jornadas de trabajo, mientras que la producción, destinada jaban para el mercado local soriano elaboraban paños de baja calidad: "sayales y al abastecimiento del mundo rural, se concretaba en "calzas de paño, zaraguelles de frisas docenos y catorcenos", que en parte, también eran destinados a satisfacer las labrador, medias calzas, calzones de polaina y calzas de mujer"39. Todas estas pren­ necesidades de los labradores de diversas comarcas de Castilla37 • Ya en el siglo XVI, das de vestir eran elaboradas con paños muy bastos, denominados "paños de la raja a pesar de sus limitaciones y características estructurales, "el obraje de los paños" de Soria", los más demandados fuera de la jurisdicción y que apenas pasaban por un se había convertido en el principal sector artesanal de la jurisdicción soriana por proceso de tintado, por lo que mantenían un característico color pardo natural. Pese volumen de producción y numero de trabajadores. De su actividad salían benefi­ a ello, tenían una buena salida comercial, y, por su gran duración y bajo precio, tam­ ciados desde los poderes públicos locales, que cobraban por el sellado, pasando por bién era el más consumido por los aldeanos de la Tierra de Soria. En las pruebas de el Reino, que llevaba a cabo la fiscalización del producto y finalizando por todos examen para los cardadores -la más compleja porque incluía demostrar la aptitud en los individuos que se veían involucrados en la producción y en el tráfico. El mode­ las operaciones de cardar, peinar e imprimar- de nuevo sorprende, junto a la varie­ lo productivo se basaba en el trabajo por encargo, mediante el cual, los avispados dad de procedencias de los examinandos, el número de aspirantes que eran vecinos y multifacéticos mercaderes de la ciudad de Soria, los García de Tardajos, Ruiz, de los sexmos norteños: Santervás, Herreros, La Póveda (2), , Rebollar, Lapuente, López Basurto y otros, aportaban la matería prima y pagaban por pieza San Andrés, Gallinero, Valdeavellano (2 aspirantes) y Vinuesa. elaborada. Los pequeños artesanos rurales cobraban el trabajo a un precio muy por Junto a los artesanos que utilizaban la lana como materia prima, en estas al­ debajo del valor del mercado, pero, en cualquier caso, podían sobrevivir, gracias a deas serranas abundaban también los denominados "tejedores de angosto", llamados que los aprovechamientos comunales gratuitos les permitía mantener una base eco­ así por la estrechez del tejido resultante del entrelazado del telar de materias primas nómica maderera y ganadera, consecuencia directa del aprovechamiento colectivo como la estopa, el sayal, el cáñamo y el lino -estos dos últimos eran cultivos habi­ de los recursos concejiles. tuales en la jurisdicción-o En el año de referencia, veinticuatro tejedores de angosto obtuvieron el título de maestro, siete de ellos eran forasteros, pero la procedencia de

37 Algunos historiadores han destacado la importancia de la industria textil soriana, basada en la producción de paños baratos, que en ningún caso era comparable con la producción de calidad de Cuenca o Segovia. Ver 38 Actas de examen del año 1587 en Archivo Histórico Provincial de Soria, Protocolos, caja 132, vol. 280 del en IRADIEL MUGURUZA, P., Evolución de la industria textil castellana, siglos XIII al XVI, Salamanca. escribano Pedro de Mondragón. 1974. 39 Ibidem.

436 437 Enrique Díez Sanz --~------los naturales demuestra una vez más que los telares estaban localizados en los sex, IX Reunión Científica de la FEHM-UMA, Málaga 2009, ISBN: 978-84-931692-6-8,439-456 mos serranos de Frentes y Tera, en cuyas aldeas, con un régimen abundante de aguas se llegaba a pagar por las tierras dedicadas al cultivo del lino tres y hasta cuatro ve~ ces más que las destinadas al cultivo del cereal. Tanto los artesanos del paño como los tejedores de angosto, que elaboraban alforjas, sobremesas, costales y delantales , eran productores domésticos que practicaban el putting-out-system y que abusaban del fraude en el sellado de las prendas para evitar el control fiscal de las autoridades en su comercialización. También las aldeas de los sexmos de Frentes y Tera eran las

que encabezaban las listas de tejedores multados por vender paños sin sellar, circuns­ (1701 m 1706) tancia que demuestra la escasez de los beneficios de estas pequeñas empresas fami­ liares, cuyos miembros sólo llegaban a alcanzar los ingresos mínimos para subsistir Anne Dubet gracias a la propiedad concejil y a su reparto solidario entre todos los vecinos. Université Blaise Pascal (Clermont-Ferrand, FranciaY

Se sabe que la Hacienda es uno de los campos predilectos de la acción re­ formadora emprendida al principio del reinado de Felipe V. Ahora bien, se conoce mejor el detalle de las reformas a partir de los años finales de la Guerra de Sucesión (1713-1714), que nos dejaron series de disposiciones legales relativamente homogé­ neas en los archivos de Madrid y Simancas. Además, si se estudió bien el esquema 2 institucional elaborado a partir de aquellos años , suscitó menos vocaciones de in­ vestigadores la práctica de los nuevos órganos creados y su relación con las institu­ ciones existentes. Sin embargo, es importante acercarse a los primeros años del siglo XVIII, pues en ellos se elaboran los primeros proyectos de reforma que desarrollan después de la Guerra de Sucesión, en particular a iniciativa del financiero francés Juan Orry3.

Este trabajo forma parte de un proyecto financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia (HUM-2005 06628). En las citas documentales, todas las traducciones del español al francés van señaladas ("traducción mía"). Las que no se identifiquen como tales son textos originales en español. 2 Una síntesis en DEDIEU, l-P., "La Nueva Planta en su contexto. Las reformas del aparato del Estado en el reinado de Felipe V", Manuscrits, 18, 2000, pp. 113-139. A las obras citadas por el autor, conviene añadir BEL BRAVO, M. a A, DELGADO BARRADO, l M. Y FERNÁNDEZ GARCÍA, l (eds.), El cambio dinástico y sus repercusiones en la España del siglo XVIII, Jaén, 2000; FERNÁNDEZ ALBALADEJO, P. (ed.), Los Bor­ bones. Dinastía y memoria denación en la España del siglo XVIII, Madrid, 2002; GONZÁLEZ FUERTES, M. A, La organización institucional de la Cámara de Castilla en la época borbónica, Córdoba, 2002; PEREIRA IGLESIAS, l L. (coord.), Felipe V de Borbón, 1701-1746. Actas del congreso de San Fernando (Cádiz) de 27 de noviembre a I de diciembre de 2000, Córdoba, 2002; DEDIEU, l-P. Y VINCENT, B. (eds), L'Espagne, l'État, les LUl11ieres. Mélanges enl'honneur de Didier Ozanam, Madrid, 2004. OZANAM, D., "La restauration de l'État espagnol au début du regne de Philippe V (1700-1724): le probleme des hommes", en Philippe V d'Espagne et l'Art de son temps. Actes du col/oque des 7, 8 et 9 juin 1993 aSceaux sous la haute al/torité scientifique du Professeur Yves Bottineau, vol. 11, París, 1995, pp. 79-89; ALAMO MAR­ TELL, M. a D., "«Racionalización impositiva»: una aproximación a las medidas hacendísticas de Jean Orry en la guerra de Sucesión española", Revista de ciencias jurídicas, 3, 1997, pp. 13-28; HANOTIN, G., lean Orry, un hOl11me desfinances royales entre France et Espagne (1652-1705), tesina inédita, París-Sorbona (Paris IV),

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