12. El Territorio a Partir De La Edad Moderna
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12. EL TERRITORIO A PARTIR DE LA EDAD MODERNA Publicado el 1 marzo, 2013 por Ángel Ñacle Al comenzar la Edad Moderna España había finalizado la Reconquista y logrado la unificación de los reinos cristianos. Hasta 1640 España es la primera potencia europea (mundial) aunque la decadencia ya había comenzado un poco antes, a pesar de ello la cultura española conoce su momento más floreciente en el llamado Siglo de Oro. Durante gran parte de la Edad Moderna -siglos XV al XVIII- el espacio ocupado por la actual provincia de Albacete se dividía en tres tipos territoriales: de Realengo, de Señorío y de la Orden de Santiago. REALENGO El territorio de realengo era el más amplio, comprendía la llamada Tierra de Alcaraz, Villarrobledo (villa independiente desde 1476), la Villa de Caudete y los territorios del Marquesado de Villena incorporados a la Corona (el llamado Gobierno del Marquesado de Villena funcionaba de manera semejante a una provincia y su capital estaba en Chinchilla de Montearagón). SEÑORÍO La extensión ocupada por las villas de Señorío durante la Edad Moderna comprendía:el llamado Estado de Jorquera (el único de una extensión considerable, perteneciente a los Marqueses de Villena) que comprendía el antiguo Partido Judicial de Casas Ibáñez (excepto Alcalá del Júcar), la antigua localidad de Ves, Villatoya y Carcelén; el Condado de Balazote; el Condado de Montealegre del Castillo; el Marquesado de Villatoya; los Señoríos de Alpera, Carcelén, Minaya, Alcalá del Júcar, Albatana, Ontur, Agramón; y el Condado de las Cinco Villas (del Conde de Paredes, que comprendía Villapalacios, Villaverde de Guadalimar, Bienservida, Cotillas y Riópar). DE LA ORDEN DE SANTIAGO La Orden mantuvo sus tres encomiendas: Ossa de Montiel, Socovos y Yeste-Taibilla que al perder su carácter defensivo se transformarían en señoríos que servirían para pagar los servicios de la Nobleza a la Corona. En cuanto a su evolución, después del triunfo de los Reyes Católicos una parte importante de lugares consiguieron el Villazgo: Villarrobledo (1476), Peñas de San Pedro (1537), El Bonillo (11538), Munera (1548), Lezuza (1553), La Gineta (1554), Barrax (1564), Ayna (1565), Tarazona de la Mancha (1574), Villalgordo (1672), Fuensanta (1687)… El Marquesado de Villena funcionaba como una especie de “Diputación provincial moderna” celebrando Juntas generales de las villas y lugares que lo componían además de representantes de los pueblos de la diócesis de Cartagena, Toledo y Cuenca. No obstante, con el paso de los años, sufrió un recorte enorme en sus posesiones conservando tan sólo el Estado de Jorquera y la villa de Alcalá del Júcar. Las villas de Caudete, Almansa, Tobarra, Hellín y Ves pasaron a ser “de Realengo” e incorporadas a la diócesis de Cartagena, de la que Hellín fue un vicariato importante. Por su parte, Alcaraz decayó durante la Edad Moderna y fue entregada en Señorío a la Emperatriz Isabel de Portugal (esposa de Carlos I) aunque nunca perdería las libertades ciudadanas. Las encomiendas santiaguistas tuvieron innumerables pleitos con Alcaraz. Las localidades de Yeste y Nerpio seguirán dependiendo de Segura de la Sierra. Liétor, Socovos, Letur y Férez pasarán a depender de Caravaca. Incluso estas tres últimas localidades pasarán después a pertenecer a la Alcaldía Mayor de Cieza (1667) que en 1673 se convertirá en la Gobernación del Valle de Ricote. De los otros pequeños señoríos, Albatana y Ontur pasaron por diversos señores hasta que llegaron a manos del Marqués de Espinardo. El de Agramón también pasó al mismo señor por capitulaciones matrimoniales. El de Montealegre del Castillo los sucesores de Miguel Ruiz de Tragacete se sucedieron hasta 1706 en que fue transformado en Condado. A partir de estos momentos, mediados del siglo XVI, hasta nuestros días la historia de la provincia está mucho mejor estudiada merced a investigaciones temáticas de profesores vinculados tanto a la Universidad como al Instituto de Estudios Albacetenses por lo que el presente trabajo perdería su carácter de síntesis si se abordaran los acontecimientos de cinco siglos. Quizás tres acontecimientos tengan rango nacional en nuestra historia local: la batalla de Almansa (1707), la creación de las Reales fábricas de San Juan de Alcaraz (Fábricas de Riópar) y la creación de la provincia de Albacete (en un primer momento provincia de Chinchilla). BATALLA DE ALMANSA (1707) La batalla de Almansa puso prácticamente fin a la Guerra de Sucesión española cuando al morir Carlos II “El Hechizado” sin descendencia directa su legado, objeto de todas las codicias, recayó en manos de Felipe de Anjou, nieto de María Teresa (hermana de Carlos II). Austria se opone a esta decisión ya que así acabaría el reinado de la Casa de Habsburgo en España e intenta que la corona recaiga en el Archiduque Carlos de Austria. La teoría del equilibrio europeo se veía amenazada a causa de que los dos tronos, el español y el francés, pudieran ser gobernados por un solo soberano, a lo que se añadía el desasosiego de Inglaterra y Holanda por la apertura a Francia del mercado con las Indias. De ahí nació una guerra que duró varios años. La villa de Almansa tenía 800 vecinos (unos 3.600 habitantes) que sufrieron directamente las más terribles consecuencias de la batalla: labores saqueadas, ganado robado, casas y molinos asaltados y, sobre todo, los gastos que suponía mantener a las tropas, a las que debían suministrar víveres, alojamiento y dotación de hospitales, lo que hizo que el endeudamiento de la población durara varios años, años de hambruna sin duda. El acta de capitulación de la batalla se firmó en la casa de los Enríquez de Navarra, donde estuvieron alojados S.A.R. el Duque de Orleans y el Duque de Berwick. Como recompensa, el 12 de agosto de 1707 se le concedió a la villa una feria libre de impuestos de quince días que comenzaría el día de San Marcos, 25 de abril, fecha de la batalla. Felipe V otorgó a la población el título de “Muy Noble, Muy Leal y Fidelísima”. Cinco meses después se ordenó construir un monolito conmemorativo en el campo de batalla que después se trasladó a las inmediaciones de la localidad, fuera de las zonas de inundación, en un paraje conocido como “Las Carrericas Blancas”. Dicho monolito quedó reflejado en el escudo de Almansa que queda formado por dos cuarteles. No obstante del monolito no queda nada ya que fue destruido en la revolución de 1868 que derrocó a Isabel II Borbón. CREACIÓN DE LAS REALES FÁBRICAS DE SAN JUAN DE ALCARAZ (Fábricas de Riópar En Riópar, que pertenecía a Alcaraz, existía en la falda del Calar del Mundo, una mina de calamina, la única que entonces se conocía en España. De la calamina mezclada con el cobre se forma el latón, metal que a finales del s. XVIII era casi tan preciado como el oro porque permitía elaborar objetos necesarios en la incipiente industrialización y ello se realizaba tan sólo en unos pocos obradores en los que se hacía una labor de artesanía. El vienés Juan Jorge Graubner se había establecido en Madrid donde montó una factoría para fabricar objetos de latón cuya elaboración en aquella época sólo se realizaba en Alemania. Atraído por el descubrimiento de la mina, vio las enormes posibilidades que en aquellos tiempos le ofrecía Riópar y decidió establecer aquí una gran fábrica metalúrgica: de la mina sacaría la calamina, con la copiosa vegetación de los alrededores tendría cubiertas sus necesidades de carbón y con el agua del río Mundo podría mover fácilmente las ruedas de sus máquinas. En 1771 la Junta de Comercio y Moneda otorgó a Graubner licencia para examinar el yacimiento de calamina que existía en el Calar del Mundo. Las fábricas fueron creadas oficialmente por una Real Cédula de 19 de febrero de 1773 reinando Carlos III, por la cual se aprobaba oficialmente el establecimiento de la fábrica de latón, concediéndole privilegios y franquicias. Las fábricas de San Jorge se situaron al pie mismo de la mina, en ellas se elaboraría el cinc, y las fábricas de San Juan se situaron a orillas del arroyo del Gollizo y serían las encargadas de elaboración del latón, empezando a funcionar realmente en 1781. Así nacieron las fábricas de San Juan y San Jorge (los dos nombres de su creador) y así nació el pueblo de Fábricas de San Juan de Alcaraz que recibió prácticamente toda la población de Riópar ocasionando el abandono paulatino de aquella histórica villa. Hace unos años la localidad que era conocida por el nombre de Fábricas de Riópar recibió, a petición propia, el nombre de la villa, llamándose desde entonces Riópar. Primero emigraron los pobladores del cerro fortificado al llano, después el topónimo también se ha bajado. Las fábricas pasaron por diversa etapas y vicisitudes: primero fue una empresa privada privilegiada pasando su propiedad al Ayuntamiento de Alcaraz (1772-1775), después fue una empresa mixta (1775-1785) interviniendo como socios el propio Ayuntamiento de Alcaraz y Jorge Juan Graubner como director y gerente, más tarde fue empresa estatal (1785-1800) con un régimen de monopolio ya que era la única fábrica de latón existente en España, llegando a contar con más de un centenar de trabajadores; el 31 de diciembre de 1828 el Estado cedía la fábrica Doña Josefa Fernández de Folgueiras para premiar los servicios de su padre en Filipinas, después el Marqués de Camposanto la adquirió en pública subasta, en la guerra se dedicó a la construcción de material bélico y al acabar ésta los socios se hicieron cargo de la misma hasta que cerró definitivamente después de múltiples vicisitudes. Hoy existe en ella un museo y se intenta rehabilitar. CREACIÓN DE LA PROVINCIA La provincia de Albacete nace en 1833 con la división territorial que de la Nación hace D Javier de Burgos, Ministro de Fomento, recogida en el Real Decreto de 30 de Noviembre de ese año De todos es conocido que hasta este momento, las tierras que formarían nuestra entidad provincial se hallaban repartidas entre las tres provincias circundantes Cuenca, La Mancha y Murcia Y no siempre dichos territorios mantuvieron el mismo estatus de dependencia jurídico-administrativa con respecto a aquellas provincias.