Cómo Hablamos Los Dominicanos
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Brigham Young University BYU ScholarsArchive Books 2004 Cómo Hablamos los Dominicanos Orlando Alba Brigham Young University - Provo, [email protected] Follow this and additional works at: https://scholarsarchive.byu.edu/books Part of the Spanish and Portuguese Language and Literature Commons Recommended Citation Alba, Orlando, "Cómo Hablamos los Dominicanos" (2004). Books. 3. https://scholarsarchive.byu.edu/books/3 This Book is brought to you for free and open access by BYU ScholarsArchive. It has been accepted for inclusion in Books by an authorized administrator of BYU ScholarsArchive. For more information, please contact [email protected], [email protected]. Orlando Alba ÓMO HABLAMOS LOS DOMINICANOS CUn enfoque sociolingüístico |15|Introducción|Capítulo 1 Sin embargo, el español hablado por los dominicanos también mani- fiesta unos rasgos superficiales que permiten diferenciarlo de los demás y que, por así decir, le confieren una fisonomía propia. Es un hecho que perciben con claridad y del que continuamente dan testimonio los nativos del resto de los países hispanohablantes cuando entran en con- tacto con algún dominicano. En pocas palabras, puede decirse que en la lengua dominicana convi- ven dos tendencias antagónicas: una conservadora, que explica el man- tenimiento de ciertos elementos antiguos y el apego a las formas tra- dicionales, y otra innovadora, que se manifiesta en avanzados fenóme- Introducción nos de reducción fonética, en distintos patrones de entonación, en al- gunos esquemas sintácticos, o en la adopción y creación de palabras 11|1 Objetivo nuevas. El propósito central de este libro es ofrecer algunas ideas sobre la identi- Son ejemplos de la primera, la conservación de unidades léxicas casi dad de la atractiva modalidad lingüística hispánica que se habla en la Re- olvidadas en otros lugares, como boto (‘sin filo’), bregar (‘trabajar con pública Dominicana, con la esperanza de que el lector obtenga una visión afán, ajetrearse’), mata (‘planta de cualquier tipo, yerba, árbol’), pela de conjunto del habla del país desde una perspectiva sociolingüística. Po- (‘golpes, paliza’). En el ámbito sintáctico, en una parte del país muchos dría decirse que el objetivo final consiste en responder de forma sencilla mantienen el uso del elemento ello como sujeto impersonal en oracio- unas preguntas que muchos, callada o expresamente, se han hecho alguna nes del tipo Ello no hay arroz. En lo morfológico hay ejemplos como vez: ¿Existe un español, o un modo de hablar el español, típicamente dominicano? desapartar, por apartar. En el terreno fonético, el conservadurismo pue- ¿Es la lengua hablada en el país exactamente la misma que se habla en otros paí- de ilustrarse con el uso de formas como cocote, por cogote, y con los mo- ses hispánicos o tiene unas características peculiares que la distinguen? O, formu- destos índices de eliminación de la /d/ colocada entre vocales (cansao, lando la cuestión de manera más directa, ¿cómo hablamos los dominicanos? en vez de cansado) que se registran en el habla culta dominicana, en comparación con lo sucedido en otras zonas, especialmente en Espa- 1|2 Caracterización global del español dominicano ña, donde el fenómeno es mucho más común y tolerado. Parece evidente que, en lo fundamental, el español dominicano es igual La fuerza innovadora, a su vez, queda corroborada por los enormes al de todas partes. Utiliza, básicamente, las mismas estructuras sintácti- porcentajes de eliminación de la /s/ final de sílaba que se producen va- cas, el mismo sistema de sonidos y comparte con los demás la mayor riablemente en los diversos sectores socioculturales del país (ecuela, por parte de su vocabulario. Esto hace posible que miles de personas a to- escuela; má, por más). Este estado tan avanzado del proceso de desgaste do lo largo y ancho del territorio de la nación disfruten de telenove- de la /s/ sitúa al dialecto dominicano como el mejor exponente del ra- las realizadas en México o en Venezuela,así como de programas infor- dicalismo consonántico por el que se caracteriza el español de las deno- mativos, de entretenimiento, de debates, difundidos vía satélite desde minadas tierras bajas americanas. Madrid, Miami, y otros lugares. Por otro lado, no surgen conflictos ma- Como reacción a la pérdida muy frecuente de la /s/, a veces surgen en yores de comunicación cuando un ciudadano dominicano, en su país el habla popular formas ultracorrectas como yos, por yo, fisno, en lugar o en el extranjero, entabla una conversación con un argentino, un co- de fino, en un intento infructuoso de algunos hablantes por elevar su lombiano, un salvadoreño, un español o un chileno. nivel de corrección delante de personas desconocidas o que conside- Capítulo 1|Introducción|16| |17|Introducción|Capítulo 1 ran pertenecientes a un grupo social más alto que el suyo. Sucede en menos ilustra el notable paralelismo que existe entre esos dialectos es- estos casos que el hablante interpreta como incorrecta una forma co- pañoles meridionales o ‘atlánticos’ y los que se hablan al otro extremo rrecta y la sustituye por la que él considera normal. del océano en las tres Antillas hispánicas. En el campo de la pronuncia- También se refleja el dinamismo del habla dominicana en el abandono ción, se pueden citar casos como el uso de la ‘ye’ en vez de la ‘elle’; el de formas léxicas envejecidas, que ahora se encuentran fuera de la cir- relajamiento de la articulación de varias consonantes, en especial cuan- culación general, como chalina (‘corbata’), terina (‘vasija usada para ba- do están situadas en posición final de sílaba y de palabra: con frecuen- ñarse la cara y las manos’), túnico (‘vestido de mujer’), yico (‘huraño, cia la /s/ se pierde o se convierte en un sonido aspirado parecido a una arisco’); y especialmente en la fácil adopción de términos nuevos de di- ‘jota’ (laj tre, por las tres); la /r/ y la /l/ se confunden (talde, por tarde; verso origen, como ha sucedido con bipear (‘enviar una señal por bee- arto, en vez de alto); la /n/ final se articula moviendo la lengua hacia el per’), celular (‘teléfono móvil’), estrés, figureo (‘exhibicionismo pretencio- fondo de la boca; la ‘jota’ queda convertida en un soplo de aire que ro- so’), lonchera (‘caja o recipiente en el que los niños llevan su merienda za la pared de la faringe al salir por el canal bucal abierto. En el aspec- a la escuela’), matatán (‘persona que demuestra gran habilidad para al- to sintáctico, por su parte, es común el uso del pronombre ustedes en go o que se considera lo máximo en cierto oficio’), motoconcho (‘mo- lugar de vosotros. Se mantiene la distinción entre el pronombre lo, para tocicleta que se utiliza como transporte individual de pasajeros’), vieje- la función de objeto directo masculino de persona (Lo quiere mucho), y vo (‘adulto que se comporta o realiza actividades propias de jóvenes’). le, para el indirecto (Le regaló un reloj); y se prefiere la forma -ito para el Esta gran movilidad del léxico se puede ilustrar también con el térmi- diminutivo (arbolito). En cuanto al léxico también hay semejanzas im- no ‘patilla’, que poco a poco ha ido cediendo terreno a favor de sandía, portantes, como el uso de ciertos términos marineros que han adqui- la forma de uso más general del español que hace unos años era prác- rido un sentido general (botar, halar) o la conservación de palabras de- ticamente desconocida por los estratos medio y bajo de la población. saparecidas del habla del norte de España (candela, mondar). Desde el punto de vista subjetivo de las actitudes, parece estar presen- Las coincidencias anteriores y otras no mencionadas aquí, unidas al he- te una especie de complejo de inferioridad lingüística en la concien- cho histórico de que en los primeros años del Descubrimiento la ma- cia de muchos dominicanos, que consideran que su forma de hablar es yoría de los españoles llegados al Nuevo Mundo eran andaluces, llevan peor o menos correcta que la de los hablantes de países como Colom- a muchos a pensar que esa variedad lingüística de España constituyó la bia, Costa Rica, España. Este sentimiento, que probablemente es un re- fuente original que sirvió de base para la formación del español domi- flejo del pesimismo que las circunstancias históricas, políticas y econó- nicano. Lógicamente, esto no quiere decir que el último sea una répli- micas del país han creado en la mente de los ciudadanos, es manteni- ca exacta de la primera. Hay que tomar en cuenta que a través de los do incluso por personas de alto nivel intelectual. La creencia de que lo siglos, la evolución que experimenta un fenómeno en un lugar puede extranjero es superior a lo nativo se expresa de diversas formas y po- ser distinta de la que se produce en otro por diversas razones. En el ca- dría ser una de muchas razones por las que tantos dominicanos, según so de la República Dominicana, un factor de relevancia fue el relativo se revela en una encuesta publicada recientemente por un diario ves- aislamiento en que se desenvolvió la vida del país durante mucho pertino local, confiesan que preferirían vivir fuera del país. tiempo. Por otra parte, un elemento que sin duda contribuyó a la peculiar con- 1|3 Origen del español dominicano formación del español en Santo Domingo fue la influencia de las len- La mayoría de los investigadores está de acuerdo en que no solo el es- guas africanas habladas por los miles de esclavos traídos a la isla desde pañol dominicano, sino el de toda la zona del Caribe, tiene sus raíces muy temprano. Esa huella es más visible en el vocabulario, donde per- en la modalidad lingüística andaluza y canaria. Una larga lista de fenó- viven formas como cachimbo, fucú, guineo, macuto.