Julio Antonio Mella En Las Intersecciones Del Espacio Político-Cultural Cubano Y Latinoamericano (1920-1925)
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM) Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) Maestría en Historia Título de la Tesis: Julio Antonio Mella en las intersecciones del espacio político-cultural cubano y latinoamericano (1920-1925). Un estudio de historia intelectual Autor : Manuel María Muñiz Director : Dr. Martín Bergel Octubre de 2014 Índice Introducción ……………………………….………………………………………1 Capítulo 1: El escenario. La república cubana entre 1902 y 1925 ……………28 1.1 Perfiles de la Cuba independiente…………………………………………......28 1.2 Cultura y espacio intelectual en la joven República: entre la modernización y la conformación de una tradición crítica (1902-1923)…………….…………….…...36 1.3 El caso de la recepción cubana de José Ingenieros y sus puentes hacia la juventud cubana……………………………………………………………………………...43 Capítulo 2: La incubación de una pluma relampagueante: los comienzos del proceso de formación intelectual de Mella (abril de 1920-diciembre de 1922) ……………………………………………………………………….............53 2.1 El viaje iniciático de Mella a México y Estados Unidos y sus primeras escrituras privadas……………….…………………………………………….…………..…..53 2.2 La Universidad de La Habana como lugar de formación intelectual para Mella………………………………………………………………………………..63 2.2.1. Sobre la germinación intelectual del reformismo universitario en Cuba….……………………………………………………………………………..68 Capítulo 3: Los iniciales momentos públicos de Mella como intelectual: desde Alma Mater hasta el Congreso Nacional de Estudiantes (noviembre de 1922- octubre de 1923) ….……………………………………..…………………………78 3.1 Mil novecientos veintitrés: el año de las impugnaciones a la joven república…………….……………………………………..………………………..78 3.2 Alma Mater : el primer emprendimiento editorial de Julio Antonio Mella………………….…………………………………….……………………….81 3.2.2 Las matrices intelectuales de Julio Antonio Mella en Alma Mater…………………….……………………………………………………………….. …89 3.3 Bisagras intelectuales: el Congreso Nacional de Estudiantes y la Universidad Popular José Martí……………………………………………...……….…………104 Capítulo 4: Entre el intelectual y el militante de las izquierdas (octubre de 1923-diciembre de1925) ………………………………………..…..……………111 4.1. Juventud: el nuevo emprendimiento editorial y su inserción en redes e imaginarios político-culturales……………………………………………….……115 4.2 La génesis del vínculo entre Mella, el movimiento obrero y la tradición de izquierdas…………………………………………………………………..……...130 4.3. Escribir y militar: Mella en los últimos años de su estadía en Cuba…………………………………………………………………….………….136 4.3.1. Mella y la gran prensa…………………………...…………….…………….139 4.3.2 Apropiaciones y usos del marxismo y la franja izquierda del antiimperialismo…………,,,,……………………………...……………..………..147 Conclusiones ………………………………………………...……………..……...158 Bibliografía …………………………………………………...…………………...165 Diarios y publicaciones periódicas .…………………………………………….…………………………...182 Archivos …………………………………………………………..,………………183 Introducción Deambular como flâneur por cualquier localidad cubana implica toparse con la efigie de Julio Antonio Mella. Su figura aparece nominando numerosos espacios públicos, escuelas, organizaciones juveniles, instituciones, calles, estatuas: es recurrente que cualquier viajante se encuentre, por caso, con un mural de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, que en su composición estilística reúne los perfiles de Mella, Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara; o que al entrar a una librería pueda ojear algún ejemplar de Tinísima de Elena Poniatowska o El recurso del método de Alejo Carpentier, en los cuales aparecen representaciones del joven cubano entre los personajes; o con bastante fortuna logre hallar una vieja copia de la inconseguible película Mella de 1976 dirigida por Enrique Pineda Barnet. 1 Una liminar explicación de esta relevancia se vincula con el imaginario abierto por la Revolución. El proceso posterior a 1959 fue el gestor, como cualquier configuración político-ideológica, de una invención de una tradición , y en consecuencia fue necesaria la recurrencia al pasado como insumo para la conformación de una memoria hegemónica. Rafael Rojas lo ha puesto de manifiesto: “lo que de [la cultura y la política producida por los cubanos] interesaba a los ideólogos del nuevo Estado –las guerras de independencia, José Martí, el movimiento obrero, la Revolución de 1933 y algunos líderes del comunismo o el nacionalismo republicanos como Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena o Antonio Guiteras– era aquello que funcionaba como indicio providencial del triunfo revolucionario de 1959 y su institucionalización socialista”. 2 Esta idea se vislumbra, como se intentará comprobar, en buena parte de lo producido sobre Mella, y a su vez está en consonancia con expresiones de ese calibre que fueron tejidas en las más altas 1 Poniatowska, Elena: Tinísima , México, Era, 1992; Carpentier, Alejo: El recurso del método , Madrid, Siglo XXI, 1974. Para una mirada retrospectiva de dicho film y su contexto véase una reflexión del propio director en: Pineda Barnet, Enrique y Santana Fernández Castro, Astrid: “Mella: en el taller del artista”, en Cairo, Ana (ed.): Mella. 100 años , Santiago de Cuba/La Habana, Oriente, 2003, vol. 2, pp. 319-324. 2 Rojas, Rafael: La máquina del olvido. Mito, historia y poder en Cuba , Madrid, Taurus, 2012, p. 3. Una idea similar puede encontrarse en: Pérez Jr., Louis A.: Essays on Cuban History. Historiography and Research , Gainesville, University Press of Florida, 1995. cumbres del gobierno cubano. Precisamente, en su histórico informe central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en 1975, el propio Fidel Castro hacía un balance de la historia anterior a 1959 en el que Mella cobraba esa importancia que explicitaba Rojas: Nuestra lucha forzosamente iba dejando de tener un carácter y una posibilidad meramente nacional, para enlazar su suerte al movimiento revolucionario mundial. (…) A la tarea de liberar a la nación de la dominación imperialista se unía insoslayablemente ahora la de liquidar la explotación del hombre por el hombre en el seno de nuestra sociedad. Ambos objetivos eran parte inseparable de nuestro proceso histórico. Haber comprendido esto fue a nuestro juicio el mayor mérito histórico de Baliño y Mella cuando fundaron con un puñado de hombres el primer Partido marxista-leninista de Cuba en 1925. 3 Por su parte, Mella hubo de adquirir en la cultura de izquierdas, y en la historiografía dedicada a esta temática, un lugar preponderante como uno de los primeros marxistas de América . No es casual, por ejemplo, que numerosas compilaciones o series bibliográficas hayan incorporado al joven cubano en un entramado que lo incluye dentro de un conjunto de grandes hombres como Manuel Ugarte, José Carlos Mariátegui, Luis Emilio Recabarren, Fidel Castro, o Ernesto Guevara. 4 Pero he aquí que el interés sobre esta figura comenzó a forjarse en vida. Seguramente porque sus breves años de existencia (1903-1929) fueron de un trajín intensísimo. En poco más de un lustro fue artífice del movimiento reformista universitario en la Universidad de La Habana, fundador de la Universidad Popular José Martí, de las revistas Alma Mater y Juventud, de la Liga Anticlerical, del primer 3 Castro, Fidel: Informe central. I, II y III Congreso del Partido Comunista de Cuba , La Habana, Editora Política, 1990, pp. 13-14. 4 Véase: AA.VV.: El marxismo en América Latina. Antología , Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1972; AA.VV.: Marxistas de América, La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1985; Vitale, Luis: Los precursores de la liberación nacional y social en América Latina. De Martí, Ugarte y Sandino a Recabarren, Mariátegui y Mella , Buenos Aires, Al Frente, 1987; Kohan, Néstor: De Ingenieros al Che. Ensayos sobre el marxismo argentino y latinoamericano, Buenos Aires, Biblos, 2000; Lowy, Michael: El marxismo en América Latina: antología desde 1909 hasta nuestros días , Santiago de Chile, LOM, 2007. Partido Comunista de Cuba (PCC) y de la Sección Cubana de la Liga Antiimperialista de las Américas; exiliado en México luego de su famosa huelga de hambre contra el presidente Gerardo Machado, actor relevante en su integración con la vanguardia artística y con el Partido Comunista de ese país, participante del Congreso Antiimperialista de Bruselas en 1927, viajero de izquierda a la URSS, polemista con Haya de la Torre, hasta que finalmente fue asesinado por las balas machadistas en enero de 1929. Todo esto configuró, para sus coetáneos, un hombre con múltiples aristas destacadas, e indudablemente contó con una enorme capacidad de liderazgo político. Esto parece evidenciarse en el efecto que solía provocar en quienes lo conocían, incluso en miradas que terminaron siendo en parte críticas con el reformismo universitario cubano, como la del escritor Carlos Robreño, quien al compartir algunos años de estudiante con Mella podía rememorar hacia 1928 que en el movimiento estudiantil “destacóse de singular manera, Julio Antonio Mella, joven estudiante de Derecho, de espíritu rebelde e ideas radicales”. 5 Asimismo, el dirigente comunista Raúl Roa, en un texto originalmente escrito en los años prerrevolucionarios, recordaba hiperbólicamente la sensación de escuchar la oratoria melliana: Una enfebrecida multitud desbordaba el Patio de los Laureles, aquella luminosa mañana. En el instante mismo en que habíamos logrado situarnos cerca de la tribuna, la ocupó un orador de verbo tempestuoso, apostura varonil y ademán desafiante. Era Julio Antonio Mella. Su largo discurso –que oímos con el corazón a galope y la mirada húmeda– fue un fulgente despliegue de