Flora Montiberica 29: 43-53 (V-2005)

TOPONIMIA DE ORIGEN VEGETAL EN EL ALTO ARAGÓN, n, SINFITÓNIMOS RELACIONADOS CON ARBUSTOS Y SU SENTIDO ECOLÓGICO

Luis VILLAR PÉREZ Instituto Pirenaico de Ecología, CSIC. Apartado 64. c.e.: Iví[email protected] E-22700 ()

RESUMEN: Hemos recopilado e interpretado cerca de 700 topónimos del Alto Aragón (pirineo central, España), relacionados todos ellos con unas 40 especies de arbustos. Se trata de nombres colectivos -plurales o sinfitóni• mos- la inmensa mayoría de los cuales se refieres- a plantas autóctonas. Mu­ chos de ellos se forman a partir del nombre vulgar concreto de una especie, pero otros implican diversas especies o géneros botánicos. Varias lenguas la­ tinas (aragonés, castellano, catalán, francés), el vasco y excepcionalmente el árabe dieron origen a esas voces. Esta biodiversidad cultural o etnodiversidad es un ejemplo más del buen conocimiento tradicional del entorno por parte del hombre, que utilizó esos matorrales no sólo como referencia geográfica sino como base de sus múltiples actividades.

SUMMARY: On the basis ofthe popular names of40 shrubs, about se­ ven hundred plant toponymic names from High (Central Pyrenees, ) were compiled and analyzed by the author. They are plurals and synphytonyms taken from wild species'names mainly. Must ofthemwere ori­ gínated from the popular name ofa concrete plant, while others refer to diffe­ rent species or genus. These collective names are coming from several latin languages (aragonese, spanish, catalan and french) together with basque and exceptionally the arabo This ethnodiversity show us a good example of the rich traditional environmental knowledge ofthe rural men, so that the shrub communities were use:fu1 not onIy as a geographical reference but also as a frame for many oftheir activities.

INTRODUCCIÓN sobre las 3000 especies que allí viven, pero también recogimos un largo reperto­ En varias ocasiones se viene definien­ rio de 2500 nombres vernáculos de plan­ do el Pirineo como una montaña huma­ tas; por este procedimiento completába­ nízada, en la que el patrimonío natural mos lo publicado en nuestra obra sobre debe contemplarse junto al cultural (cf plantas medicinales (VILLAR & al., DENDALETCHE, 1999). Así, en nuestro 1987), en el "Dizionario" de VIDALLER reciente atlas sobre la flora del Brineo (1989) Y en otros trabajos. Este saber Aragonés (VILLAR & al., 1997-2001) popular constituye un acervo etnobotá­ tratamos aspectos botánicos y ecológicos nico muy voluminoso, que admíte la comparación con el saber científico (VI-

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LLAR, 1)03), se expresa en varias len­ boles (VILLAR, 2004), Y en esta nota guas y exhibe ricos matices que traducen presentamos un avance de los setecientos un conocimiento acrisolado, no sólo de formados a partir de los arbustos en sen­ las plantas y sus propiedades, sino tam­ tido amplio; de ese modo alcanzamos-en bién del medio montañoso pirenaico, des­ el ámbito que nos ocupa- más de 1200 de los piedemontes o Somontanos que topónimos mayores y menores referidos a bordean la Depresión del Ebro hasta la los diferentes árboles y arbustos, alguna alta montaña. mata y una leñosa trepadora. Por lo gene­ Como es lógico, tantos nombres de ral se trata de topónimos bien documen­ plantas han dado origen a más de mil tados en las obras especializadas de lin­ topónimos o nombres de lugar en el Alto güistas, antropólogos e ingenieros. Prác­ Aragón. Todos sabemos que los vegetales ticamente todas las especies bautizadas y echan raíces en sitios muy concretos -en sus comunidades tienen una o varias fun­ el caso de las leñosas durante largo tiem­ ciones bien definidas en el calendario po-, sirven de referencia geográfica y en agro-silvo-pastoral; ello se debe a que ca­ ellos se basan las denominaciones de ca­ si siempre son útiles, llaman la atención o sas, lugares, familias, etc. (cf. BADÍA­ resultan buenas indicadoras medioam­ MARGARIT, 1951). Además, forman bientales; esto último vale tanto en el ám­ comunidades que sintetizan mucha in­ bito de la cultura popular como en el te­ formación sobre suelo, clima, explotación rreno científico. en el pasado, animales o plantas asocia­ El estudio de este patrimonio nos pa­ dos, información que resulta imprescin­ rece importante, a pesar de que se está dible para diversas actividades agrícolas, perdiendo debido a los cambios socioe­ ganaderas, forestales, cinegéticas, reco­ conómicos y la consiguiente simplifica­ lectoras, etc. Precisamente, en los últimos ción de la cultura rural. De hecho, para meses hemos recogido metódicamente di­ nosotros es un exponente de la iica etno­ chos topónimos vegetales y hemos inter­ diversidad o biodiversidad cultural del pretado botánica o ecológicamente sus Pirineo. Además, a través de la huella diversas variantes. que han dejado estos arbustos espontá­ En el caso concreto de los nombres neos y cultivados en la toponimia quere­ colectivos de origen vegetal osinfitóni• mos rendir homenaje a la memoria de los mos, como ya señalaron RUIZ de la TO­ forestales como Antonio Segura -desta­ RRE (1988) para el dominio del caste­ cado botánico de Soria-, quienes durante llano o BASTARDAS (1994) para el casi dos siglos contribuyeron con sus ámbito catalán, se forman pluralizando el trabajos o testimonios escritos al mejor nombre del vegetal, por ejemplo Las conocimiento de los montes y a su ges­ Salzes (conjunto de sauces), o bien bauti­ tión conservadora. zando la comunidad mediante sufijos del nombre de la especie dominante; así, METODOLOGÍA artal o artieda, lugar donde se crían artos (espinos, Prunus spinosa L. u otros), y El mundo de los topónimos pirenaicos artosa, lugar donde abundan o comuni­ ha sido bien atendido por la Lingüística dad densa de los mismos. regional y no pocas tesis o monografias Durante el año en curso prestamos se han dedicado a sus municipios, valles especial atención a los sinfitotopónimos o macizos. Conocidas así las lenguas formados a partir de especies leñosas. vernáculas, algunas todavía vivas, se Recientemente comentamos seiscientos explica el origen y evolución de las de ellos procedentes de nombres de ár- palabras con base prerromana, latina -

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fablas altoaragoneses, catalán, francés-, plantas y, sobre todo, el haber escuchado vasca e incluso árabe, que todas esas in­ durante años las lenguas del Alto Aragón, fluencias nos han llegado. Por eso, nues­ en concreto las distintas modalidades del tra metodología principal consistió en la aragonés y del catalán. recogida y análisis de los topónimos ve­ Una vez señalados los colectivos bo­ getales en las obras lingüísticas o etnoló• tánicos de entre miles de topónimos, pro­ gicas que referimos en la bibliograña, cedimos a su traslado a una tabla central desde los trabajos de ALVAR (1949, de datos con múltiples columnas donde etc.) y su escuela hasta los recientes de junto al topónimo interpretamos y anota­ las Universidades de Zaragoza (VÁZr mos los correspondientes nombres cientí• QUEZ, 2002, etc.) y Lérida (SELFA, ficos, castellanos y vernáculos de la espe­ 2003, TERRADO, 1992, etc.), pasando cie o especies. Recogimos igualmente la por otros repertorios como el de AY­ localidad de donde procedía cada topóni• MARD (1988) que cubre ambas vertien­ mo, la fuente de donde lo obtuvimos y tes del Pirineo. observaciones varias. En el ámbito lin­ El "Catálogo de los montes exceptua­ güístico altoaragonés una base léxica de dos de la desamortización" y el de los referencia ha sido el Endize de vocables montes enajenables, dentro de la Clasifi­ coordinado por NAGORE (1999), que re­ cacíón general de Montes de 1859, rela­ copila numerosos trabajos lexícográficos. tivo a la provincia de Huesca, ha sido También hemos consultado el diccionario publicado por SABIO (1997) Y nos fue de ANDOLZ (1977) y el recientemente de gran utilidad. Particularmente, la larga reeditado de PARDO (2002), ambos rela­ serie de toponimia menor sobre la Jaceta­ tivos a todo Aragón. Asimismo, para el nia que viene publicando MUR (2002­ conjunto de la Península Ibérica, el reper­ 2004) resulta muy sugerente y profundiza torio de doble entrada elaborado por M O­ en lo iniciado por ELCOCK (1949). RALES & al. (1996) nos sirvió como También los libros de MASCARAY telón de fondo; también consultamos el (2000, 2002) ofrecen una interpretación libro de MASCLANS (1954) para los de la toponimia de Ríbagorza con base nombres catalanes y las magníficas obras vasca. Cabe comentar, sin embargo, que de SÉGUY (1953) o BÉROT (2002) nos el territorio estudiado es bastante grande ayudaron por la parte francesa. Natural­ y nunca hemos pretendido agotar el tema. mente, la comparación de nuestros resul­ Todavía quedan por recoger muchos tados con los de otros autores, incluso la nombres de topónimos mayores o de pa­ discusión personal con algunos de ellos, rajes alusivos a las plantas, por lo cual es­ ha facílítado nuestra labor. tos datos tienen carácter introductorio. Dicha interpretación botánica resulta Nuestro bagaje floristico y ecológico una tarea algo más dificil de lo que pu­ sobre el territorio altoaragonés, acumu­ diera parecer, por las dudas planteadas lado en un centro multidiscíplinar como ante sufijos y plurales varios, así como el Instituto Pirenaico de Ecología, resultó por los numerosos casos de sinonimia ­ fundamental en este trabajo. En efecto, varios nombres para una misma planta- o tres décadas de trabajos de campo nos de polisemia, es decir, el uso del mismo han permitido ínterpretar el paisaje y nombre para varias especíes, ya pertenez­ averiguar el significado de algunos de can a un solo género o a varios. dic*hos topónimos, aun cuando la acultu­ ración les haya ido quitando fuerza. En el RESULTADOS Y mismo sentido, nos ayudó el estar fami­ DISCUSIÓN liarizados con los nombres populares de

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En total hemos analizado unos 700 abundancial -oso -osa, con algunas va­ topónimos colectivos originados a partir riantes, más otros aumentativos, diminu­ de c. 40 arbustos, de los cuales c. 20% tivos, despectivos. Véase a título infor­ son plurales y algo más del 80% sinfitó• mativo (Tabla I) la lista de los arbustos nimos. Estos últimos se forman por trans­ principales con algunos de los topónimos formación del sufijo latino -etum, que da colectivos a que han dado lugar y el nú­ en nuestras lenguas las terminaciones ­ mero aproximado de veces que se repiten edo, -eda, -ero, -era, -eto, -eta, -íto, etc., o por el Alto Aragón. bien del sufijo -olis, que da -ar, -al y otros. Tampoco son desdeñables el sufijo

Tabla 1. Lista alfabética de arbustos del Alto Aragón, con los principales topónimos colectivos que originaron y el número aproximado de veces que se repiten.

Amelanchier ovalis Medicus Comieral, griñolar, senés 14 Arctostaphylos uva-ursi L. Buchargüelo 1 Artemisia herba-alba Asso Ontinar,Ontiñena 2 Arundo donax L. Canyar, Cañardo 7 Buxus sempervirens L. Buchicar, Buchuso, Buixeda 28 Cal/una vulgaris (L.) Hull Brocosa 1 Clematis vitalba L. Beticaral 2 Cornus sanguinea L. Sangons,sangudnar 2 Corylus avellana L. Avellanar, avellaneral, 15 avellaneras, avellaneto Echinospartum horridum (Vahl) Rothm Alizonar, brinzonar, Es Carpins 4 Genista scorpius (L.) DC. Allagar, allacar 17 Genisteae (Cytiseae) (diversas leguminosas Chinestar 4 retamoides) llex aquifolium L. Cardoneras, cardonal, grevolar 5 Juniperus oxycedrus L. y J. communis L Chínebral, chinepral 20 J. phoenicea L. (ya veces J. thurifera L.). Sabinar, sabinal 7 Lavandula latifolia Medik. y L. angustifolia Mill. Espigolar, espigolada, espigolosa 9 subsp. pyrenaica (DC.) Guinea. Lycium europaeum L., Rhamnus lycioides L. Cambrones 1 Pistacia lentiscus L. Llanticosa 1 Prunus spinosa L. y varias especies de otros Arañonal, artal, artieda, artedo, 21 géneros (Rhamnus, etc.) artos, artosa Quercus coccifera L. Coscollar, coscollosa, sarda 74 Quercus spp. Chaparral 3 RhododendronferrugineumL. Gabieto 1 Rosa spp. Gabardaral, gabarret, garraveres 26 Rosmarinus officinalis L. Romeral, romareta 10 Rubus idaeus L. Chordal, chordonal 8 Rubus spp. Barzal, barzato, campomoras 15 Salix spp. Bergosa, salencar, salzar, sargal 40 Sambucus nigra L., S. ebulus L. y S. racemosa L. Sabocos 1 Tamarix spp. Tamaril, Tamarite 2 Vaccinium myrtillus L. y V. uliginosum L. Anayet 1 Vitis vinifera L. Biñé, mallual, viña, viñal, parral 200

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Asimismo, en la Tabla II presentamos otro nos inspirarán algunos ejemplos y varios fragmentos de la relación comentarios. Además, entre tantos fitoto­ alfabética completa de datos, el primero pónimos siempre quedan algunos de in­ relativo a los nombres que designan co­ terpretación dificil, unas veces porque munidad de varias especies de diversos dudamos de la especie cuyo nombre les géneros, y el segundo a los colectivos dio origen, otras porque no sabemos si se formados a partir del nombre de una sola trata de voces en singular o en plural. especie. Este último subgrupo es el más voluminoso -c. 30 páginas -, pero uno y

Tabla 2. Fragmento de la lista alfabética de topónimos colectivos vegetales (plurales y sinfitónimos) originados a partir de arbustos en el Alto Aragón

A) Nombres genéricos

Topónimo Nombre N.vulgar Localidad Fuente Observaciones científico castellano! (sin prov., aragonés Hu) Arta1 Prunus Espino. Martillué Mur, El Pirineo spinosa, EndrinoLArto Arag., 200204 etc. Artales, Os Id. Id. E1cock, 1948: 116 Peral? Artalillo Id. Id. Cardie1, 2002: 188 Arta1ón Id. Id. Acm Mur, 1.c.,221102 Artaso Id. Id. Latre; Jaca; Sabio, 1997: 249; Pueblo; calle; camino. Bernués Mur, 1.c.,220302; Según Mascaray, 2000: Id., 020404 219podriare1acionarse con arte=carrasca (en vasco) Artasona Id. Id. Artasona; Garcfa Blanco, Arto= encina verde, camino de Ubiergo 1948: 122; Rizos, según étimo vasco; (Secastilla) 2002: 12 espino, en Aragón Artedo,coll Id. Id. Bivils Bastardas, 1994: Procede de arto d' (Biviles) 109 Artesa Id. Id. Embún Elcock, 1948: 108 Arteto Id.,oQ. Espino, en- Arteto Masearay,2000: Significarfa "la carrasca ilex subsp. drino/arto. () 219 grande" o bien la ballota Carrasca comunidad de espinos Artieda Prunus Espno. Artieda(Z) Mapatopográfico Topónimo mayor spinosa, EndrinoLArto etc. Artomayore Id. Id. Barós Mur, 1.e.,131202 Acequia S, Huertas Artos, Id. Id. Gracionepe1 Mur, 1.c.,160104 Campo d'os Artos, Id. Id. Latre Esteban & Corona de Puérto1as, 2004: 47 os Artos,Foya Id. Id. Latre Esteban & os Puérto1as,1.c.:28 Artos, La Id. Id. (Yéqueda) Sabio, 1997: 244 Paúl de los Banastás Artos, Lana Id. Id. Ordesa Benito, 2004, Tesis YN4225 los (Torla) inéd Artosa Id. Id. Larrosa Mur 1.c. 251002

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B. Nombres concretos

Topónimos Nombre N. vulgar Localidad Fuente Observaciones científico castell./ara- gonés Abechanar Corylus Avellanohb Valle de Guillén,1981: 113 AbellanaNux avellana ellanero, etc. Tena 'avellana' L. Abeehaneto Id. Id. Pueyo de Vázquez, 1994: Jaea 203; 1998a: 208 Abelas (abe- Id. Id. Foradada del Selfa, 2003: 115 llanero), Lo Tosear Campo de las Abellada Id. Id. BarayMiz Sabio, 1997: 240 Abellaned, Id. Id. Valle de Guillén, 1981: 113 Abellaneto, Tena Abesaneto Abichachas, Id. Id Senz Selfa, 2003: 115 Beo. y Fuente Avellanares Id. Id. Navasa Mur, El Pirineo pinar Arag.,310103 Avellanas, Id. Id. Binué Mur, 1.e.,060804 Podría ser antropónimo Ripa o nombre de casa. Ripa=ribera empinada Avellaneral, Id. Id. Estet Bordas, 2002: 17 L' () Avellaneras Id. Id. Tella Sabio, 1997: 242 Bellaneto Id. Id Valle de Guillén, 1981: 113 Tena Planaballás Id. Id. Liri Pueblas & Hidalgo, Quizáes Planade las (Castejón de 2002:46 avellaneras, aunque Sos) dichos autores 10 relacionan con el antropónimo BaUanis Urriés Id. Id. Urriés (Z) Irigaray,1948:161 De origenvasco: Urrize, urriza= avellaneda

La inmensa mayoría de los nombres ñas", una sola vez hemos hallado "viñe­ colectivos está relacionada con las espe­ do"; esta terminación -edo se contrae, sin cies espontáneas, a las que cabe añadir embargo, en el topónimo aragonés Biñé una asilvestrada, la caña, y una cultivada. (Serraduy) y en el catalán vinyet (Mon­ Esta última es la vid, a partir de la cual se tanuy). Como las viñas son plantaciones forman topónimos vegetales que se repí• privadas, llevan asociado -más que nín• ten al menos 200 veces en el ámbito es­ gún otro colectivo botánico-, el nombre tudiado. Su importancia económica en el de sus propietarios, verbigracia "La Viña límite de sus posibilidades climáticas, Palacín" en Navasilla. Algunas se aban­ dentro de una economía bastante autár­ donaron o desaparecieron por diversas quica, explicaría esa predominancia y la causas, si bien queda el topónimo como variedad de sufijos, aumentativos (vi­ testimonio durante cierto tiempo. ñaza), diminutivos (viñuela), despectivos También se repite más de 70 veces el (víñona), relacionados con la edad (viña sinfitónimo sarda, que defme el matorral joven, mallual o majuelo; viña vieja), la genuíno del Aragón mediterráneo-conti­ disposición (parral), etc. Aunque hay vi­ nental, ya sea un simple coscollar de ñales y muchas partidas llamadas "las vi- Quercus coccifera L. o su mezcla con

48 L. VILLAR: Toponímia de origen vegetal en el Alto Aragón, 11 lentisco, escambrón, etc. Desde la Sierra los que aluden a su edad: abichachas o de -Monegros esta formación avellanos viejos. arbustiva llega por las solanas hasta la Mención aparte merecen los arbustos Sierra de y otras montañas; preci­ espinosos, pues son vulnerantes o difi­ samente su sentido ecológico para prote­ cultan el paso al hombre y sus animales ger el suelo y su utilidad para el pastoreo domésticos. Algunos resultan útiles, co­ de cabras han sido destacados por mo los artos arañoneros (Prunus spino­ MONTSERRAT (2001). Al revés que la sa), de fruto alimenticio- que nos han da­ coscoja, el lentisco (Pistada lentiscus L.) do los citados artal o artosa junto a di­ dio un solo colectivo, Llanticosa, en Es­ versas especies de Rhamnus, Hippophae, tadilla, aunque pueden haber más. Por su Crataegus, etc. Citemos también las alia­ área de distribución prepirenaíca y de los gas [Genista scorpius (L.) DC.], invaso­ Somontanos -cuencas del Cinca y Gálle­ ras de campos mal cuidados o abandona­ go-, también ha dejado constancia topo­ dos, antes usadas como combustible, que nímica la comunidad de romeros, esto es, han dejado aliagares relativamente fre­ el romeral, fuente de leña antiguamente y cuentes; se trata, en todo caso, de uno de apreciado en medicina popular o para los pocos topónímos de origen árabe que apicultura; aquí, la terminación latina en alcanza los valles pirenaicos (ALVAR, -etum se traduce únicamente al femenino 1949). Asimismo, por esos valles y mon­ (romereta, romareta). tes se conocen más de 10 colectivos pro­ La utílídad o abundancia del arbusto cedentes de las barzas o zarzamoras (Ru­ submediterráneo por excelencia, el boj ­ bus ulmifolius Schott y otras especies): madera para cucharas, exudados medici­ son los barzales o barzatos en aragonés o nales, etc. - se manifiesta en numerosos el Valdemores catalán (). Muy topónimos prepírenaicos y pirenaicos, significativos en nuestras montañas son como buchuso, buchaco, bujicar; todos los Gabardales, Gavarresas o Gabardi­ ellos se formaron a partir de ese nombre tos, originados a partir de los rosales síl• castellano, de bucho (aragonés) o de boix vestres, es decir, gabarderas o gavarre­ (catalán) y aun podemos añadir el monte ras (Rosa sp.). En este caso, el sufijo la­ Ezpelá de Ansó, cuyo étimo vasco (ez­ tino -etum del sínfítónímo ha dado en peleta) significa precisamente bujedo. aragonés la tennínación -ito, que no tiene El papel de los sauces ~alix spp.) y significado diminutivo, sino abundancial su comunidad de ribera, entre otras cosas (Hecho, Víllanúa); sería sinónimo de para obtener mimbres, frenar las avenidas Gavarresa y también se ha conservado en fluviales o dir sombra al ganado, viene y enefríto (de Genebrito, sitio con mu­ destacado en no menos de 40 salzares, chos chinebros, Juniperus spp., en Panti­ vergueras, bergosas, sargas, etc., junto al cosa), otra formación de hojas punzantes. salencar catalán. También cerca de los El topónimo cardonalo grevolar se refie­ ríos, pero ya en los valles pirenaicos cabe re al acebo, llex aquifolium L., arbusto o señalar los bosques mixtos dominados arbolillo útil y conocido. Como no podía por avellano, arbusto de fruto comestible ser menos, los erizones o alizones [Echi­ que proporciona varas apreciadas para nospartum horridum (VahI) Roth], tan arrear el ganado, tiene corteza flexible y frecuentes en las Sierras pirenaico-arago­ útíl, etc.; unas 15 veces hemos recogido nesas, han quedado reflejados en la topo­ sus topónimos relacionados, la mitad nimia: sin duda, Es Carpins, Brinzonal, aproxímadamente en plural-avelianeras-, Arinzué vienen de carpín y brinzón, res­ la otra mitad en forma de sinfítónimo pectivamente. Además, rara vez los cam­ (avellaneral, avellaneto), sin que falten brones o espinos (Lycium, Rhamnus) han

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formado colectivos. partir del vasco ahabia y el gascón anay. En alguna ocasión el topónimo se re­ fiere al fruto comestible del arbusto; así, el frambueso (chordones, frutos de Rubus RESUMEN Y CONCLUSIÓN idaeus L.) da chordar, chordé, chordo­ nal, etc.; por extensión, este nombre de­ Prácticamente todas las formaciones signa un monte húmedo poblado de haya arbustivas que pueblan el Pirineo Arago­ o abeto, en cuyos claros crece abundante nés han quedado reflejadas en la toponi­ y por eso en vano lo buscaremos en sola­ mia por los nombres de sus especies do­ nas. La comiera, también llamada gri­ minantes, desde la vecina Depresión del ñolerao senera (o sea, el guíllomo, Ame­ Ebro al límite superior de las comunida­ lanchier ovalis L.), ha originado diversos des leñosas, desde los 400-600 hasta los topónimos colectivos, pues de ella se ha­ 2200-2300 m de altitud: cen palos -para el dance llamado palo­ + A la tierra baja con suelos salobres tiau- o varas para esponjar la lana, su corresponderian los Tamarils o Tamarites fruto es comestible y además hojas y ta­ (tamarizales de Tamarix spp.), mientras llos tienen diversos usos medicinales, que a los terrenos margoso-yesíferos cir­ como ya dijeron LaSCaS & PARDO en cundantes las romeretas o romerales, los 1866-67. Otros arbustos o matas han ontinares de Artemisia herba-alba, etc. dejado aquí y allá su huella toponímica: + El bosque mediterráneo de carras­ lavandas (espígol, de donde espigolar o cas, en el piedemonte de las Sierras pre­ espigolosa), brecinas (broc), Calluna pirenaicas, por sucesión secundaria ha vulgaris (L.) Hull, de ahí brocosa. In­ dado diversas sardas de coscoja, lentisco, cluso podemos seguir la huella de una etc., a las que se suman sabinares pedre­ trepadora leñosa como Clematis vitalba gosos de Juniperus phoenicea o sabina L., planta fumatoria (vetiqueras, de don­ negra (rarisima vez con la sabina albar, J. de Betiqueral). También -como ya va thurifera). Por lo común a menos de 800­ dicho-, el sinfitotopónimo puede referirse 900 m de altitud a varios arbustos -o árboles- sin concre­ + Desde esa cota o inferior hasta muy tar, densamente mezclados: , Bes­ arriba (2000 m) he aquí el matorral sub­ cás, Brañals, Sagarras, Sotils. mediterráneo de boj (Buxus sempervi­ La voz mata requiere atención porque rens), tan extendido como los numerosos si bien la hallamos en varios colectivos colectivos que ha originado en la toponi­ alusivos al porte arbustivo, como Mata mia: bujicares, boixedas, buchusos etc. del Boix, Matosa, etc., muchas otras Otros topónimos colectivos de estos am­ veces se refiere a formaciones arbó reas bientes y del quejigal son el allagar o (matiero, matidero o simplemente mata), aliagar (Genista scorpiuss, el cornieral o tal como ya indicamos (VILLAR, 2004). senés -lugar con senera (Amelanchier Finalmente, los matorrales subalpinos, ovalis)-, las espigolosas de Lavandula los más altos del Pirineo, también spp., gabarderales (Rosa spp., también formaron sus topónimos colectivos: así, bordean otros bosques), matorrales de en el valle de tenemos el Gabieto erizón (brinzonal), etc. (del gabet en gascón, Rhododendron + En el ambiente de los bosques hú­ ferrugineum L.) yen el de Tena el Ana­ medos -de haya y abeto o de ríbera-, yet, esto es, lugar o comunidad de anayo­ aparte de los chordonales (Rubus idaeus, nes, o sea, de unos conocidos frutos co­ frambuesos) cabe mencionar los cardo­ mestibles, los arándanos -Vaccinium myr­ nales o grevolars (llex aquifolium, acebo, tillus L., V. uliginosum L- bautizados a cardonera en aragonés o grévol en cata-

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lán), los zarzales (barzatos), los avellane­ taña bien aprovechado, en un marco aco­ rales (Corylus avellana) y los salzares gedor para muchas de sus actividades. (Salix spp.) + Varios topónimos indican los ma­ Agradecimientos- A Maria Luisa Cajal, torrales subalpinos de azaleas y aránda­ por su ayuda en el acopio de los datos. A los nos, ya provengan de las primeras (ga­ lingüistas, antropólogos, lexicógrafos y aman­ tes del vocabulario aragonés, por su ínmenso bieto, de gavet=Rhododendron) o de los trabajo. segundos f;lnayet, de Vaccinium myrti­ llusL.) + Por fin, a distintas altitudes halla­ BffiLIOGRAFÍA mos Chinebrales (de Juniperus spp., chi­ nebros) e incluso una brocosa procedente ALVAR, M. (1946) El habla del Campo de del biércol, broc, bruco, o sea, Calluna Jaca. 274 pp. + fotos y planos. CSIC. Sa­ vulgaris, única ericácea relativamente lamanca. frecuente por nuestros montes. ALVAR, M. (1949) Toponimia del Alto Valle Aparte de las voces castellanas, tanto del Río Aragón. Instituto de Estudios Pi­ en el articulo que acompaña a los topó• renaicos. Zaragoza. nimos colectivos vernáculos como en sus ALVAR, M., LLoRENTE, A., BUESA, T. & terminaciones, podemos descubrir el ALVAR, E. (1979-1983) Atlas lingüístico y genio de las lenguas pirenaico-aragonesas etnográfico de Aragón, Navarra y Rioja, 12 vols. Institución Fernando el Católico, -diversas catalán-, fablas y junto a los CSIC. Zaragoza. préstamos llegados del francés, del vasco ANDOLZ, R. (1977) Diccionario aragonés. y escasísímas veces del árabe. Más con­ Ed. Librería General. Zaragoza. cretamente, en los colectivos de arbustos AYMARD, R. (1988) Toponymie Pyrénéenne. parecen predominar los sufijos en -al o ­ Repertoire géographique et etymologique arjunto a -osa, mientras que los sufijos ­ des deux versants des Pyrénées. 451 pp. 000 o -eto pasarían a un segundo plano. fotocopiadas. Jurancon. Singular mención merece la vid, única BADÍA MARGARIT, A. (1950) El habla del especie cultivada, que dio dos centenares Valle de . Instituto de Estudios Pirenaicos, CSIC. Barcelona. de viñas, malluales (majuelos) o parrales BADIAMARGARIT, A. (1951) Aspects métho­ por la amplia banda del Prepirineo y los dologiques de la contribution de la bota­ Somontanos. nique a la toponymie. Troisiéme Congrés En resumen, la toponimia altoarago­ International de Toponymie et d'Anthro­ nesa ha distinguido las comunidades le­ ponymie, Bruxelles 15-19 juillet 1949. ñosas con similar aproximación a la de Vol. 3. Actes et Mémories: 525-546. Lo- nuestros conocimientos geobotánicos. vaina. Así, sobre la base de cuatro decenas de BADÍA VILLAS, D. (2001) Els arbres i arbusts del Vedat de . Instituto de Estudios arbustos conocidos y diversamente nom­ Altoaragoneses. Huesca. varios brados se han formado o definido BASTARDAS, M.R. (1994) La formació deis centenares de sinfitónimos y plurales col.lectius botánics en la toponimia cata­ botánicos, buena parte de los cuales he­ lana. Reial Academia de Bones Lletres. mos anotado y comentado. Estudiarlos en Barcelona. relación con el modo de vida y situarlos BÉROT. M. (2002) La toponymie. Pare Natio­ en un valle o en un macizo concreto tiene nal des Pyrénées-Ed, Milan. Toulouse. significado etnobotánico-ecológico, pues BORDAS, A. (2002) Municipio de Montanuy. viene a expresar la integración del hom­ Toponimia de Ribagorza, 5. Ed. Milenio. bre altoaragonés en un entorno de mon- Lleida.

51 Flora Montiberica 29 (2005)

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