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FOTOGRAFÍAS JOSÉ ÁNGEL BARBERO, JUAN FRANCISCO BLANCO, MIGUEL CORRAL, ÁNGEL GARCÍA, ROBERTO GARCÍA SÁENZ, ADRIÁN MARTÍN (FOTO MONDRIAN)

TEXTO JUAN FRANCISCO BLANCO Diputación de Instituto de las Identidades Fuera de serie / 7

1ª edición: marzo 2010 © Diputación de Salamanca y los autores

Coordinador del proyecto: Juan Francisco Blanco Selección de las fotografías: María Fernanda Martín y Juan Francisco Blanco Diseño gráfico y maquetación: Bejarano

ISBN: 978-84-87339-78-3 Depósito Legal: S. 331-2010

MONTAJE EXPOSICIÓN: Unidad de Exposiciones y Diseño DEPARTAMENTO DE CULTURA DIPUTACIÓN DE SALAMANCA

Para información, pedidos e intercambios, dirigirse a: DIPUTACIÓN DE SALAMANCA Instituto de las Identidades Plaza de Colón, 4 37002 SALAMANCA (ESPAÑA) Teléf: 923 293 255 Fax: 923 293 256 E-Mail: [email protected]

Fotomecánica e impresión: Imprenta Kadmos. Salamanca

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea mecánico, electrónico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor. Las múltiples formas de cultura que enriquecen la provincia de Sala- Presentación manca encuentran en las manifestaciones de lo tradicional un ángulo de mira imprescindible para poder aquilatar la compleja síntesis de nuestras identidades. La Diputación de Salamanca ha encontrado en el Instituto de las Identidades un cauce apro- piado para el estudio, la salvaguarda documental y también la difusión de cuanto nos diferencia y nos identifica. Las palabras de Denis de Rougemont resultan más lúcidas que nunca: “La cultura exige este pacto paradójico: hacer de la diversidad el principio de la unidad, celebrar las diferencias, no para dividir, sino para enriquecerla aún más.” Fruto de los primeros pasos del Instituto ha sido el proyecto Pasiones, calvarios y pascuas en la provincia de Salamanca, una de sus primeras iniciativas para incorporar a su centro de docu- mentación un importante caudal gráfico sobre las celebraciones populares en torno a la Semana Santa, que se muestra, por vez primera en esta sucesión de imágenes seleccionadas de un archivo que supera el millar. Son instantáneas que congelan el tiempo y el espacio, sentimientos individuales y colectivos. Las fiestas y celebraciones que aquí pueden contemplarse dan cuenta de una parte de lo que somos, y somos, a fin de cuentas, una suma de partes. Este importante archivo fotográfico será un referente de primer orden para quien quiera disponer, para la investigación o simplemente la consulta, de material gráfico de la máxima solvencia.

Isabel Jiménez García Presidenta DIPUTACIÓN DE SALAMANCA

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Pasiones, calvarios y pascuas

La nostalgia de lo mágico que Luis en la provincia de Salamanca Maldonado apreciaba en la religiosidad A la memoria de José Amalio Díez, popular española alcanza práctica- que también creyó en este proyecto mente todo el orbe de liturgias religio- sas y profanas de tipo tradicional que clausuran el invierno e introducen la primavera en la provincia de Salamanca. La presencia de lo ma- ravilloso en las devociones populares y en los rituales asociados a su culto, así como en otras formas cultuales estrictamente profanas, proporciona una dimensión inmaterial, intangible, que no es fácil deducir de la mera observación de las manifestaciones festivas que aquí se contemplan. El invierno es a la tradición festiva lo que el medievo a la mentalidad y el pensamiento occidenta- les: un túnel de paso obligado, sometido a un oscurantismo de temores escatológicos que se resuel- ven por la vía de una espiritualidad popular (aleación compleja de religión y magia), sustentada sobre obsesiones trágicas y fúnebres, que a duras penas ayudan al hombre a subsistir en un contexto espi- ritual y cultural tan hostil. Nuestra cultura, dudosamente cristianizada, como ya sospechara Richard Wrigth tras su experien- cia personal de la España pagana de los años cincuenta del siglo XX, incorpora el buque insignia de un Cristo “siempre en su papel trágico”, como certeramente observaba el poeta portugués hispánico amigo de Unamuno, Abilio Guerra Junqueiro, a una morfología compleja de creencias y manifestaciones culturales en la transición del invierno a la primavera. Ese Cristo trágico adquiere así la condición de instrumento de la iniciación estacional. Las miradas que aquí se congelan a partir de un ritualismo ecléctico, tan común en nuestra pro- vincia, pese a ser sólo una mera representación de un caudal mucho más abundante de celebraciones en todas las comarcas salmantinas sin excepción, denotan una diversidad y al mismo tiempo un clamor común: el de un pueblo, el salmantino, de identidades múltiples, entregado a la fiesta en su más dramática manifestación, que es la que ha materializado en las celebraciones de la pasión y muerte del Dios hecho hombre (deidad esencial de una cultura cristianizada, como la nuestra). El su- frimiento, la agonía hasta el último aliento de un Cristo desasistido aparentemente de la resurrección redentora, evidencian su papel protagonista en la mayor parte de las formas aquí representadas, como si el pueblo hubiese elegido su propia condena a una muerte sin salvación posible. Desde el final de la cuaresma, discurriendo por la Semana Santa, con el triunfo del gran ceremonial fúnebre del viernes santo, hasta la irrupción en la primavera con los días merenderos de la Pascua y su octava, podemos contemplar una sucesión de fotogramas que construyen una narración visual de lo que hoy, comienzos del siglo XXI, la provincia de Salamanca siente y expresa públicamente sin pre- juicios, como parte de una identidad tradicional colectiva aferrada a las raíces de una espiritualidad particular e irrenunciable. Son veinticinco las localidades de la provincia aquí expuestas en sus devociones y cinco los fotó- grafos –a los que me he atrevido a sumarme– , que han capturado con el movimiento de un índice los instantes mostrados: José Ángel Barbero (Salamanca, Fuenterroble de y Los Santos), Mi- guel Corral (, , , y ), Ángel García (, , , , Peñaranda de Bracamonte y ), Roberto García (, Béjar, Casas del Conde, de la Sierra, , y ) Adrián Martín () y yo mismo (, Ledesma y ).

…7… El etnógrafo es un mirón, un voyeur que ha de superar la tentación de intervenir en lo que observa. Ha de contemplar para analizar, si viene al caso, y si no para simplemente (que no es poco) levantar acta notarial de todo aquello de lo que es testigo. En demasiadas ocasiones el etnógrafo, contaminado de un romanticismo mal entendido, se ha dejado arrebatar por un afán iluminado de reorganizar, de restaurar el rito que observa, sin tener en cuenta que la tradición campa por sus respetos, que se ajusta con perspicacia a cada tiempo y sabe ser flexible, como si su composición incorporara un por- centaje de elastano cultural. En este sentido, la visión de los fotógrafos participantes en el proyecto cumple con escrúpulo este papel notarial. En el proyecto Calvarios, pasiones y pascuas en la provincia de Salamanca empleamos documen- tos visuales para dar fe del rito, levantando acta de que en el final de la primera década del siglo XXI ciertas morfologías festivas se mantienen en pie, aunque no exentas de adherencias contemporáneas.

El domingo de la tortilla (domingo anterior al de Ramos) cuenta aún Primer tiempo con devotos por Alba de Tormes y Béjar. Es un anticipo a cuenta de las ce- lebraciones que tanto abundan en la Pascua de Resurrección: días merenderos que pregonan la urgen- cia de salir del enclaustramiento invernal para reconquistar el medio natural. Pero es sólo un espejismo. La muerte del invierno es, a la par, el triunfo de la muerte. Los rituales de la pasión y muerte de Cristo dan cuenta de una religiosidad popular fuertemente aferrada a los re- ferentes materiales más cercanos, entre ellos una imaginería de ejecución tosca en ocasiones pero de enorme eficacia para activar sensaciones y sentimientos en el devocionario popular. La práctica extinción del teatro popular medieval que se representaba primero dentro de las iglesias y luego –cuando comenzó a pervertirse– en los atrios, hasta ser expulsado definitivamente, encontró consolación en la imaginería que, con evidentes ínfulas dramáticas en el caso de las figuras populares de la pasión, consiguió dar servicio didáctico a una jerarquía eclesiástica necesitada de una alternativa eficaz para los fines didáctico/propagandísticos que el teatro religioso popular había venido logrando. A alcanzar ese fin contribuyó la creación de cofradías y hermandades para las cuales, además de los objetivos penitenciales, caritativos, asistenciales, etc., la observancia de roles, perfectamente delimi- tados en los estatutos, era un paso firme para una nueva teatralidad, integrada litúrgicamente. Hoy, los desfiles procesionales aglutinan en las ciudades y poblaciones mayores a actores y es- pectadores que, como se dice ahora en términos escénicos, interactúan en un espectáculo común, mientras que en las pequeñas localidades logran mantener aún la naturaleza participativa al cien por cien. De condición más íntima y sin aditamentos imagineros, los vía crucis se suceden en la provincia los viernes previos a la semana de pasión. Aún perviven algunos que siguen un itinerario hecho de pie- dra de granito para culminar en Gólgotas arropados de líquenes, calvarios que determinan el perfil más emotivo del pueblo, como ocurre en Casas del Conde. La procesión de los ramos introduce la mayor parte de estos desfiles semanasanteros. No está exenta –auque muy menguada en el número de sus practicantes– de la costumbre de colocar una parte del ramo en el exterior de las viviendas, en ventanas y balcones, o una cruz elaborada con dos hojas de laurel o con trozos de tallos de los ramos en el interior e incluso clavada en la puerta, desde la nostalgia de una tradición, en la que subyacen temores inmateriales.

…8… El Domingo de Ramos en Alba de Tormes se procede al remate de los pasos en la plaza mayor y en Navales se celebra El Cabildo, con un cambio en la mayordomía y el convite de vino y pan. Los días más intensos de la Semana Santa son el jueves y el viernes. Aún, pero cada vez menos, se celebra en la eucaristía del Jueves Santo el lavatorio de pies. Sí se mantiene, en cambio, el monumento. El monumento de la Semana Santa, que en algunos templos españoles (la catedral de Sevilla, por ejemplo) cuenta con muestras de creación artística notables y específicamente ejecutadas para ese fin, en la provincia de Salamanca, y en general en la mayor parte de las iglesias de España se limita a una arquitectura efímera (de uso exclusivo el jueves, viernes y sábado santos), para alojar el Santísimo y que ofrecen una enorme variedad de formas a través de las cuales desciframos diferentes conceptos en la estética y la decoración populares, formas distintas de guarda y custodia que la tradición de cada localidad establece para las personas, su indumentaria en ocasiones, y sus actitudes. Se mantiene en la ciudad, un tanto desvaída, la tradición de visitar siete monumentos en otras tantas iglesias el viernes santo. Asegura Fèlix Xunclà que “antes de establecerse en el siglo XIV la práctica de este monumento, existía la costumbre de guardar pequeños fragmentos del cirio pascual, a los que se atribuía la virtud de preservar de los huracanes, las tempestades y los ataques de toda clase de enemigos, como refieren los elogios del cirio pascual compuestos por Enno di Pavía en el siglo VI.” Pues bien, ha existido en la tradición salmantina una fosilización de estas creencias antiguas, conservándose hasta bien avanzado el siglo XX, asociando a las velas del tenebrario que alumbran el monumento de la Semana Santa (en ocasiones la creencia sólo se aplica a la vela Pastora o al cabo Tinieblas) virtud protectora contra el nu- blado y los rayos. Recuerdo, incluso, que en Valero nos comentaron a comienzos de los años 80 que la vela Pastora se empleaba para localizar ahogados en el río, dejándola encendida de manera vertical en la corriente, donde flotaba y no se apagaba; se detenía finalmente en el lugar que se encontraba el cuerpo del ahogado. El rictus mágico con que nos mira la Semana Santa tradicional salmantina está plagado de guiños. A los de los ramos del Domingo de Ramos y las velas del monumento, se suman algunas virtudes del Viernes Santo, durante el tiempo santo de los oficios: se recogían piedrecitas del suelo que se guardaban para ser arrojadas a los tejados y proteger la casa de la caída del rayo, en caso de tormenta, y también se le atrbuía la gracia de ser saludador (curandero especializado en tratar la hidrofobia) a quien nacía en ese momento. En aquel lejano inventario y disección de los oficios de la magia que realicé en 1992, des- cubrí que la Semana Santa poseía rango de territorio sagrado, plagado de hierofanías y particularmente propicio para el adobo de creencias antitéticas que cohabitaban sin conflictos interiores en lo más hondo de la mentalidad tradicional. La tarde del viernes confluyen por toda la geografía salmantina procesiones del Santo Entierro, Vía- crucis, Pasiones dramatizadas por los vecinos, Vírgenes de la Soledad inconsolables acompañadas en el solidario velatorio de la media noche… A veces, la imaginería popular roza lo grotesto y desvía la aten- ción hacia personajes de segunda en una pasión reinventada, como el Juítas en la Alberca. El antisemi- tismo tradicional se manifiesta en el ritual infantil de colgar y quemar el Judas en Sotoserrano. El sábado es casi un paréntesis hasta la solemnidad del Domingo de Resurrección. La muerte es derrotada, el luto de la madre abandonado. Madre e Hijo frente a frente, al cabo de las procesiones del Encuentro. En Ledesma asistimos a un ejercicio de habilidad y equilibrio. El niño de Pascua que sale en algunas procesiones representa el triunfo sobre la muerte del Dios-hombre. La Virgen recupera el manto blanco (“Quita el manto de dolor y ponte el de la alegría…”)

…9… Tras el umbral de la Pascua de Resurrección, estalla la contención Segundo tiempo sujeta en la cuarentena cuaresmal y el pueblo se echa al monte, al río, a un inventario de lugares asignados por la tradición para el banquete del hornazo en plena natu- raleza. La Pascua es un canto al mundo vegetal. Comenzando el mismo domingo de Resurrección, discu- rriendo por el Lunes de Pascua hasta llegar al de Albillo, nuestro Lunes de Aguas por excelencia, toda la provincia sale al campo en días merenderos irrenunciables, donde la tradición del hornazo manifiesta su diversidad en formatos dulces y salados, azafranados o no, con huevo en el medio o sin él, con la chicha frita previamente o bien metida en crudo al horno. El reencuentro con la naturaleza se acoge, en ocasiones, a ciertas advocaciones locales que inauguran el curso de las romerías provinciales: la Virgen de los Remedios en Buenamadre, el Cristo del Monte en Alaraz, la Virgen del Castillo en Yecla de Yeltes, La Virgen del Mensegal en Endrinal de la Sierra… Estos días merenderos incorporan también los primeros tanteos de sacrificios cruentos de la otra deidad de rango popular: el toro, que rinde su vida como animal propiciatorio. De nuevo la muerte de un dios viene a chocar de frente con la vida en la metamorfosis de la crisálida invernal, reventada en todo su esplendor de primavera. Ya no habrá en todo el año fiesta sin toros (“Señor alcalde, si no hay toros, tampoco hay baile…”). Sólo la cercanía del invierno y su manto pardiblanco volverá a dejar en suspenso, tras el otoño, la liturgia iniciática del toro. Los rituales y ceremonias que aquí se compendian deben mucho de su lustre e interés al marco, tanto el rural como el urbano. Por ello, las imágenes poseen una dimensión singular cuando el entorno las potencia y en este proyecto hay conjuntos histórico-artísticos que arropan con rotundidad estos la- tidos de la cultura salmantina. Si el hombre se mira en el espejo y no se reconoce, delata la pérdida de su identidad. Pasiones, calvarios y pascuas por las tierras y en el sentir de los hombres y mujeres de Salamanca. Señas de identidad que refuerzan la imagen de nosotros mismos.

Juan Francisco Blanco Director del Instituto de las Identidades

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VIERNES DE CUARESMA. Vía Crucis Casas del Conde (R. García)

…12… DOMINGO DE RAMOS. Procesión Aldehuela de Yeltes (J. F. Blanco)

…13… DOMINGO DE RAMOS. Remate de lo pasos Alba de Tormes (A. García)

…14… DOMINGO DE RAMOS. Cabildo Navales (A. García)

…15… MARTES SANTO. Promesa del silencio Salamanca (J. A. Barbero)

…16… MIÉRCOLES SANTO. Procesión de la Santa Cruz Ciudad Rodrigo (Foto MONDRIAN)

…17… JUEVES SANTO. Procesión de “El Amarrao” Vitigudino (M. Corral)

…18… JUEVES SANTO. Procesión del Silencio Ciudad Rodrigo (Foto MONDRIAN)

…19… JUEVES SANTO. Tálamo Béjar (R. García)

…20… VIERNES SANTO. Santo Entierro La Alberca (R. García)

…21… VIERNES SANTO. Procesión del “Juitas” La Alberca (R. García)

…22… VIERNES SANTO. Descendimiento Lumbrales (M. Corral)

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Monumentos

(De izquierda a derecha y de arriba a bajo)

Carmelitas. Peñaranda de Bracamonte. (A. García) Aldehuela de Yeltes. (J. F. Blanco) Mogarraz. (R. García) La Alberca. (R. García) San Miguel. Peñaranda de Bracamonte. (A. García) Pedrosillo de los Aires. (J. F. Blanco) Macotera. (A. García) Villoria. (A. García) VIERNES SANTO. Santo Entierro Lumbrales (M. Corral)

…26… VIERNES SANTO. Vía Crucis Villoria (A. García)

…27… VIERNES SANTO. Vía Crucis Vitigudino (M. Corral)

…28… VIERNES SANTO. Pasión La Alberca (R. García)

…29… VIERNES SANTO. Pasión Serradilla del Arroyo (R. García)

…30… VIERNES SANTO. Procesión del Santo Entierro Macotera (A. García)

…31… Monumento del Cristo de la Cama Peñaranda de Bracamonte (A. García)

…32… VIERNES SANTO. Procesión del Santo Entierro Peñaranda de Bracamonte (A. García)

…33… Camarera y ayudantes de Ntra. Sra. de las Lágrimas Peñaranda de Bracamonte (A. García)

…34… SÁBADO SANTO. Cristo de la Liberación Salamanca (J. A. Barbero)

…35… DOMINGO DE RESURRECCIÓN. Descenso y quema del Judas Sotoserrano (R. García)

…36… DOMINGO DE RESURRECIÓN. Procesión de Jesús Resucitado Salamanca (J. A. Barbero)

…37… DOMINGO DE RESURRECCIÓN. Procesión del Encuentro Ledesma (J. F. Blanco)

…38… LUNES DE PASCUA. Huevos ofrecidos al Cristo del Socorro Fuenterroble de Salvatierra (J. A. Barbero)

…39… LUNES DE PASCUA. Dialpendón La Alberca (R. García)

…40… LUNES DE AGUAS. Procesión del Cristo del Monte Alaraz (A. García)

…41… LUNES DE AGUAS. Ermita de la Virgen de los Remedios Buenamadre (M. Corral)

…42… LUNES DE AGUAS. Romería de la Virgen de los Remedios Buenamadre (M. Corral)

…43… LUNES DE AGUAS. Romería de la Virgen del Gozo. Subasta Los Santos (J. A. Barbero)

…44… LUNES DE AGUAS. Romería de la Virgen del Mensegal Endrinal de la Sierra (R. García)

…45… LUNES DE AGUAS. Capea en el Teso de San Cristóbal Villarino de los Aires (M. Corral)

…46… LUNES DE AGUAS. Romería de la Virgen del Castillo. Subasta Yecla de Yeltes (M. Corral)

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