Las fortificaciones de los castros del norte de las comarcas de Zamora en la Edad del Hierro

DESIREÉ AGUADO MINERO y ESTEFANÍA MUÑOZ GALERA Arqueología Sanabria

RESUMEN Los castros zamoranos muestran unas defensas naturales básicas que se complementan con todo tipo de defensas humanas, que se desarrollan en el entorno adaptándose a las circunstancias históricas, económicas y socia- les del terreno que ocupan y explotan. Por ello parece posible la relación entre castros, ocupados en momentos puntuales y el aumento de las for- tifi caciones de los mismos en periodos concretos. Estos hechos se hacen visibles en los castros de la Edad del Hierro del norte de las comarcas za- moranas.

Palabras clave Fortifi caciones, Zamora, defensas, Edad del Hierro, Cultura Castreña

ABSTRACT Zamorans Iron Age forts show basic natural defenses that are comple- mented with all types of human defenses, it develop in the environment, adapting to the historical, economic and social circumstances of the land they occupy and exploit. It therefore seems possible relationship between forts, busy at peak times and increasing the fortifi cations thereof in specifi c periods. These events are visible in the forts of the Iron Age in north-east of Zamora.

Keywords Hill-fort Walls, Zamora, defended, Iron Age, NW Iberian peninsula culture

221 INTRODUCCIÓN debe ser reducido a la zona zamo- rana que estamos estudiando, que El área de estudio escogido para se limita a unas construcciones es- exponer la cuestión de las fortifica- pecíficas: murallas, fosos, piedras ciones en la Edad del Hierro es la hincadas y torres. El conjunto de provincia zamorana. Dentro de este las edificaciones forman una forti- territorio se han seleccionado las co- ficación completa pero los castros marcas de Sanabria, La Carballeda zamoranos no presentan la totali- y , cuya riqueza arqueológica dad de las mismas como ocurre en explica su interés en este campo de el resto del territorio español, lo que investigación. Así mismo queremos hace que la interacción de estas sea poner de manifiesto la conexión de una particularidad zamorana. esta área con la región portuguesa La fortificación es una parte im- de Trás-os-Montes y Alto Douro, portante del estudio de los castros cuya proximidad con Zamora hace debido a la consideración del amu- que compartan un mismo panora- rallamiento de los mismos como ma histórico y arqueológico en la principio cronológico de datación Edad del Hierro. de la Edad del Hierro, debido a la Antes de todo es interesante evolución de estos desde la Edad exponer de forma general qué en- del Bronce. El amurallamiento de tendemos por fortificaciones en la los castros ha sido considerado un Edad del Hierro. Estas se refieren indicador del desarrollo de los pue- a una arquitectura militar que se blos zamoranos al igual que lo es construye con materiales durade- el conjunto material que acompaña ros, para que sirva de defensa por estas edificaciones, como es el caso tiempo ilimitado. De la misma for- de los artefactos cerámicos, las ar- ma las fortificaciones son conside- mas, adornos, etc. Por esta razón radas como una forma de demarcar vamos a realizar un recorrido por un espacio comunitario (1), de una toda la Edad del Hierro hasta la lle- sociedad que convive en un mismo gada de los romanos a la Península espacio. También tenemos que tener Ibérica, para observar la evolución en cuenta la dualidad de la barrera de las fortificaciones y sus diferen- física que supone la fortificación tes variaciones como principio cro- que por un lado separa a la comu- nológico y como forma de presentar nidad de los otros y por otro lado un estudio más completo de los cas- se observa como un punto de en- tros del noroeste zamorano. cuentro entre ambos, ya que es un Los estudios previos con los que espacio de interacción para llevar contamos para realizar una revi- a cabo las operaciones comerciales, sión de los castros fortificados de la así como intercambio de informa- Edad del Hierro son escasos tanto ción. De la misma forma el término en el área del noroeste de Zamora, fortificación se refiere a un concep- como la zona del norte de Portu- to casi jurídico de delimitación. Por gal. El análisis arqueológico que se último el concepto de fortificación ha realizado de estos territorios es, 222 Las fortificaciones de los castros del norte de las comarcas de Zamora en su mayor parte, de prospección, EJEMPLOS DE SOTO II contando con un amplio catálogo de castros como es el caso de la re- En encontra- visión de Ángel Esparza Arroyo, en mos un castro ubicado a gran altura Los Castros de la Edad del Hierro que cuenta con un foso de unos 4 del noroeste de Zamora, donde se m. de anchura, así como una mu- muestra parte de la riqueza arqueo- ralla con una altura de unos 4 m. lógica de este espacio. A pesar de Asimismo este castro cuenta en su esto, las excavaciones de estos cas- interior con fragmentos cerámicos tros son insuficientes para aportar pertenecientes al Soto de Medinilla. una sucesión cronológica fija para En un primer momento no pode- observar el desarrollo y las fortifi- mos relacionar de forma eficaz la caciones de los mismos. La mayor presencia de las murallas y el foso parte de los trabajos de campo rea- al temprano horizonte del Soto, ya lizados en este territorio son pros- que estas seguramente pertenecen a pecciones o pequeños sondeos (2) una época posterior. Lo que si po- que no aportan una información demos hablar de manera efectiva es completa sobre el área de estudio. de la conexión entre este horizonte Por lo que tenemos que esperar que y la ubicación del espacio elegi- futuras excavaciones nos ayuden a do para la construcción del castro, analizar la evolución de las fortifi- naturalmente defendido por la ele- caciones zamoranas a lo largo del vación del mismo, lo que hace que tiempo. en un primer momento este pudie- ra no contar con amurallamiento LAS FORTIFICACIONES DEL debido a la dificultad de acceso al NOROESTE DE ZAMORA mismo. También tenemos que tener en cuenta que la mera presencia de En el noroeste nos encontramos una gran elevación en el terreno sistemas de defensa sencillos, que para la ubicación del castro es uno aprovechan el relieve del terreno y de los primeros signos de defensa la abundante materia prima, tanto más importantes. Asimismo tam- roca como madera. bién debemos poner de manifiesto También se encuentran algunos que la existencia este carácter de- campos de piedras hincadas que fensivo es indicador de agentes de responde a la búsqueda de recursos perturbación en esta época. adicionales. En Muga de Alba se encuentra La construcción de murallas en el castro denominado Las Tapias, los castros se remonta a la fase del donde se localizan fragmentos cerá- Soto de Medinilla, donde se observa micos con decoración perteneciente la utilización de adobe y estacas de al Soto. Por lo que este castro cuen- madera en el Soto II y posteriormen- ta con una cronología más antigua te de piedra en la fase del Soto III. o tiene una continuidad tardía del Emplazamientos en alto para res- horizonte del Soto. A pesar de la fal- guardarse con el paso del tiempo. ta de dataciones para esta cerámica, 223 podemos relacionar la existencia teriales de construcción como es el de las mismas al castro que cuenta caso del castro de la Muga de Alba. con unas defensas naturales alta- También podemos poner de mani- mente efectivas. Este se encuentra fiesto la ausencia de fosos y piedras en un espigón de empinadas lade- hincadas en este castro. ras del río Aliste. El lado occidental Las piedras hincadas su cronolo- del mismo cuenta con un crestón gía no ha sido datada con precisión, rocoso, que hace impracticable su aunque con seguridad podemos fi- acceso, el resto del espacio cuenta jarlo en la Edad del Hierro, aunque con una muralla de grandes lajas queda abierto la presencia de las de pizarra engrosada en su parte mismas durante el Soto. Arroyo Es- norte. Asimismo se localizan a con- parza data las mismas hacia el 500 tinuación de la muralla dos fosos a.C. vinculándolas con la cultura excavados en la roca y algunas pie- del Soto/ Campos de Urnas Tardíos dras verticales entre ambos fosos (4). Aunque también debemos tener (3). Como acontece con EL Cubo de en cuenta la propuesta de la utiliza- Benavente, no podemos relacionar ción de estos paramentos en época de manera efectiva la presencia de más tardía, en las Guerras Sertoria- murallas de piedras o fosos al ho- nas o posteriormente (5). Por lo que rizonte del Soto. En cambio sí que el uso de las piedras hincadas en los podemos poner de manifiesto la castros podría haberse dilatado en presencia de una ubicación en altu- el tiempo desde la Edad del Hierro ra de carácter defensivo. Asimismo hasta la llegada de los romanos a la también podemos pensar en la exis- Península Ibérica, pudiendo soste- tencia de una muralla perteneciente ner este medio de defensa efectivo al Soto, con una construcción inicial dado lo dilatado de su utilización. más sencilla formada por tierra, En la Mesa de Miranda duran- adobe, madera y piedras. te la construcción del tercer recinto En Gallegos de Campo se en- amurallado no se utilizan las pie- cuentra el castro La Mazada, a una dras hincadas. Este amurallamiento altura muy elevada, protegida por se fecha hacia el siglo II a.C. Por lo una muralla de piedras en seco. Asi- que o en este momento esta cons- mismo se han encontrado una gran trucción estaba en desuso o no era cantidad de fragmentos cerámi- necesaria en este momento. Asimis- cos pertenecientes al horizonte del mo debemos aportar la datación de Soto. La relación entre el horizonte piedras hincadas en época romana del Soto y la posición elevada del en la Sierra lucense del Caurel, lo castro es la misma como en los cas- que pensar en un uso continuado tros anteriores. En cambio la adju- de las mismas a lo largo del tiempo. dicación de una muralla construida Ejemplo: La Tejera, Riomanzanas a base de piedras en seco nos crea (falta datación), y Lubián. bastantes dudas, pudiendo pensar Asimismo tenemos que tener en en una muralla inicial más sencilla cuenta la presencia de torres en la con una defensa menos y otros ma- murallas, como es el caso del castro 224 Las fortificaciones de los castros del norte de las comarcas de Zamora denominado El Cerco en Sejas de propia orografía del terreno lo hace Aliste. Este se encuentra ubicado un punto asentamiento excepcio- en un gran espigón y cuenta con un nal. Este se ubica en su parte occi- amurallamiento completo del recin- dental encajado en un espigón de to de piedras de pizarra. Esta mu- los meandros del río Tuela, por lo ralla cuenta en su parte sur cuenta que este sector con más de 500 m. con un engrosamiento de unos 6 de desnivel es bastante escarpado metros que se presentan como una y protegido. La parte oriental es la torre avanzada. Asimismo se ha única puerta de acceso al castro pre- descrito la presencia de torres altas senta un tránsito difícil debido a lo en otros puntos de la muralla que abrupto de sus vertientes. A pesar no parecen ser tales, sino adapta- de las imponentes defensas natura- ciones de la muralla al terreno. En les que posee el castro, este presenta este castro llama la atención la au- una fortificación desproporcionada sencia de fosos o de piedras hin- en comparación con su tamaño. cadas dada la relativa longevidad El asentamiento está formado por del sitio. El material encontrado en unas líneas de defensas espectacu- el castro relaciona el mismo con la lares. Los primeros obstáculos que cultura del Soto de Medinilla. Asi- nos encontramos son un pequeño mismo dataciones radio carbónicas campo de piedras hincadas, más avalan esta longevidad datando el adelante dos fosos paralelos de 2 y 3 castro hacia el 500 y el 410 a.C. En m. de anchura, así como una mura- este castro es posible ver la interac- lla de 15 m. de anchura en la base y ción de los elementos defensivos, 4,5 m. de altura. Posteriormente en en este caso la simple ausencia de el primer recinto localizamos otros los mismos es importante, no por dos fosos paralelos de 14 y 13 m. la falta de conocimiento de los mis- de anchura y un campo de piedras mos por parte de esta comunidad, hincadas de unos 10 m. de anchura sino por la escasa utilidad de estos. y 23 m. de longitud. Finalmente nos En lo que se refiere a la cronología topamos con una muralla en forma de estos elementos defensivos la de creciente lunar de 25 m. de diá- muralla contaría con una datación metro. As Muradellas es una mues- más antigua que la torre de la par- tra de la gran interacción de los ele- te sur, que posiblemente sería una mentos defensivos, con excepción evolución posterior de la muralla de las torres. El castro se data entre en épocas posteriores. los siglos IV-II a.C., lo que muestra la continuidad de estos elementos EL ROYO- 530 A.C. EL defensivos a lo largo del tiempo y la ZARRANZANO- 460, 430 utilidad de los mismos. Ya en época de la llegada de El castro de As Muradellas en Lu- los romanos a la Península Ibérica bián presenta una situación privi- podemos observar o por lo menos legiada como punto de comunica- intuir la presencia de cambios que ción entre varias áreas, sino que la afectaron a las fortificaciones zamo- 225 ranas. Las campañas romanas con- ca en época más tardías frente a la tra los pueblos de la Edad del Hie- elevada posición del castro antiguo, rro, debieron tener un eco bastante así como la insuficiente presencia importante en el territorio zamora- de amurallamiento ineficaz frente no, cuando D.J. Bruto, que batalla- a grandes ataques y la reducción ba contra los lusitanos, alcanzó la del tamaño del mismo. Esto nos hace cuenca del Duero y siguió hasta el pensar en una posible reducción de la territorio galaico hasta el río Miño población, asimismo la inexistencia (6). Durante la penetración romana de una muralla efectiva hace patente se observa un ambiente de inseguri- la carencia de agentes perturbadores dad en los castros zamoranos, debi- en los alrededores en esta época. do a que en este periodo se observa El Cerco de Sejas de Aliste se en- la reconstrucción de la muralla de cuentran materiales romanos data- Sejas, así como la construcción de bles a principios de siglo. Asimismo una nueva muralla en el castro de se encuentra un cambio de habita- . Asimismo este castro ción en las cercanías de los castros, presentaba torres de planta cua- datables en época romana, que ca- drangular, construida con aparejos recen de defensas, únicamente po- de grandes bloques que recuerda al drían contar con una cerca. Este se- castro de Mesa de Miranda , lo que ría la única construcción que separa hace que este castro se date a partir los espacios y al ganado, pero que del siglo II a.C. no tiene ninguna efectividad defen- Hasta época romana se datan siva. Por lo que se observa un gran los castros de y Rabana- cambio en el modo de vida de estas les. En se encuentra El poblaciones ya romanizadas. No Castro, ubicado sobre una ladera. podemos afirmar a ciencia cierta Actualmente no se observan las de- que estos emplazamientos surgie- fensas del mismo, lo que no quiere ran por el abandono forzoso de los decir que no las tuviera, ya que fo- castros, debido a que también se co- tografías aéreas muestran la presen- noce la continuidad de los mismos cia de un recinto elíptico cerrado. A durante época romana sin estos unos 1500 m. de este se encuentra el constituyeran ningún peligro bélico asentamiento de Teso de las Viñas, hacia Roma. de inferior tamaño, donde se ha Estas fortificaciones están cons- encontrado cerámica romana, por truidas en piedra obtenida en las lo que correspondería a un asenta- inmediaciones. En todos los casos miento de esta época. Este se ubica se observa ausencia de tierra. Los en una ladera menos escarpada que habitantes de estos castros realiza- la anterior, sin aparente amuralla- ron las murallas aprovechando los miento, aunque cuenta con un re- desniveles del territorio. Se trata de cinto cerrado, que podría referirse bloques o lajas colocadas de mane- a una cerca. Lo que destaca de este ra que se busca un buen ajuste pero yacimiento frente al anterior es la sin cimentación, realizando muros pérdida de su posición estratégi- sin talud. 226 Las fortificaciones de los castros del norte de las comarcas de Zamora

Asistimos al aprovechamiento puede divisar la situación de otro, de las crestas rocosas, la adaptación pudiendo aplicar a su definición y al terreno con ascensos y descensos, funcionamiento lo que implican los con puertas, ensanchamientos de conceptos de almenara o atalaya. muralla e incluso torres. Se trata de un periodo en el que estas poblaciones se ven obligadas CONCLUSIONES a incrementar sus defensas. Son po- bladores con una amplia reputación A lo largo de esta breve aproxima- belicosa heredada de las fuentes ción hemos podido hacer un pe- clásicas romanas. queño recorrido por varios de los A través de investigaciones fu- castros del noroeste de la provincia turas podremos vislumbrar el papel de Zamora. Se trata de un territorio de estas fortificaciones y el carácter con una cantidad de asentamientos bélico de sus habitantes. relativamente elevada durante la Edad del Hierro. Entre estos asenta- BIBLIOGRAFÍA mientos asistimos a una progresiva fortificación de los mismos. Como ESPARZA ARROYO, A., 1986: Los cas- hemos mencionado, son escasas tros de la Edad del Hierro del no- las intervenciones arqueológicas roeste de Zamora, p. 362. en este territorio, pero las prospec- ESPARZA ARROYO, A., 1986: Los cas- tros de la Edad del Hierro del no- ciones y trabajos realizados hasta roeste de Zamora, p. 375. la fecha nos ayudan a avanzar en ESPARZA ARROYO, A., 1986: Los cas- nuestra investigación sobre estas tros del noreste de la Meseta, p. 97- fortificaciones. 98. Podemos concluir que todas tie- ESPARZA ARROYO, A., 2011: Los cas- nen unos rasgos constructivos simi- tros del oeste de la Meseta, p. 12. lares, si bien guardan algunas dife- RODRÍGUEZ MONTERRUBIO, O. rencias. En algunos castros, como y SASTRE BLANCO, J. C. (2008): Peñas de Cerca, observamos unas Aproximación a los Trabajos de In- vestigación en los Castros de Peñas murallas muy potentes, con gran- de la Cerca y El Castillón (Zamora). des muros. En otros castros, como I Jornada de Jóvenes en Investiga- As Muradellas, encontramos una ción Arqueológica: Dialogando Con gran extensión de piedras hincadas, La cultura material. Universidad mientras que en otros, como en San Complutense de Madrid. Madrid. Justo, podemos observar tanto mu- Pp: 271-278.buscar en favoritos de rallas como piedras hincadas. Explorer En las visitas realizadas a los SANTOS. F., et alii, 2012: El sitio forti- castros de la comarca de Sanabria ficado del Castelinho (Felgar, Torre de Moncorvo, Portugal). Estudio hemos podido observar la situación preliminar de su diacronía y las pla- estratégica en altura de los diferen- quetas de piedra con grabados de la tes asentamientos. Se trata de un Edad del Hierro, p. 167. territorio montañoso con amplios desniveles donde desde un castro se 227 Situación Castro Sejas de Aliste.

Vista castro Sejas de Aliste. Muralla castro de Arrabalde.

Vista aérea castro de Arrabalde situado sobre un cerro. 228 Las fortificaciones de los castros del norte de las comarcas de Zamora

Vista general del castro de As Muradellas.

Vista hacia el norte desde Vista en detalle de las defensas el castro de Arrabalde. del castro de As Muradellas.

Piedras hincadas del castro de As Muradellas. 229