COMITÉ EDITORIAL

Directora honorífica y fundadora Norah Gramajo

Directora editorial Carmen Villoro

Secretaria Patricia Reyes

Secretaria técnica Adriana Lira

Administración María Cristina Espinosa

Relaciones internacionales Laura Mejorada

Relaciones públicas Celia González

Asistente editorial Laura Novaro 43 Consejo editorial Adriana Lira, Patricia Reyes y Carmen Villoro 46

Revista de Psicoanálisis de Guadalajara, Año 10, número 10, agosto de 2016

©Publicación editada por la Asociación Psicoanalítica de Guadalajara, A.C. Paseo de la Arboleda 632, Col. Jardines del Bosque, Guadalajara, Jalisco, México. Tel.: (33) 31 21 53 91

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Editor responsable: Carmen Villoro Ruiz Diseño de portada e interiores: Postof Corrección: Jennifer Sicarú Briseño Salcedo

Reserva de Derecho al uso exclusivo Núm. 04-2012-090718052700-102, ISSN: 1870-5952, ambos otorgados por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Impresa por Grafisma editores S.A. de C.V. / Tel.: 01 (33) 3826 6294 / [email protected]

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Prólogo

5 María Cristina Espinosa

Ecos

Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica 7 Gabriel Sapisochin

Comentario al trabajo “Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica” del Dr. Gabriel Sapisochin 26 Olga Varela

El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico 29 Silvia Cantis

Psicoanálisis y alquimia, las transformaciones de la piedra filosofal. Comentario al trabajo de la Dra. Silvia Cantis: “El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico” 43 Cristina Oetling Ladron de Guevara

La elaboración psíquica y la reelaboración psicoanalítica 46 Laura Ruth Yaser

La Institución: alma mater o filial paterno 54 Ivonne Ascencio Varela

Problemáticas del eje clínico en modelos de formación en Psicoanálisis Los riesgos de producir un “Falso Self analítico” 61 Cecilia Rodríguez

Explorando el encuadre 70 Laura Mejorada

Transmisión del Inconsciente 74 Olga Varela Tello

Huellas

“Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica 79 Eva Ponce de León y Noemí Lustgarten Signos

Incesto : el cuerpo robado 92 Juan Eduardo Tesone

Angustia-violencia 100 Jaime I. Szpilka

Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios 108 Alicia Beatriz Iacuzzi

La bruja

Vitalizando el objeto interno en la depresión crónica. Reporte del caso 125 Aira Laine

El vacío mental estructural y la edición en el análisis (Nuevas patologías; nuevas técnicas en el Psicoanálisis) 135 Jaime M. Lutenberg

Lo primario y secundario en la identificación-desidentificación 148 Patricia Reyes López

Literatura y Psicoanálisis

La extraña consulta 153 Jaime I. Szpilka

Leer: Placer de un encuentro 160 Vicenta Ramírez González

Presentación del libro Jugar con dinamita. Una comprensión psicoanalítica de las perversiones, la violencia y la criminalidad, de Estela Welldon 165 Alicia Beatriz Iacuzzi Prólogo

resentamos el Número 10 de la Revista de Psicoanálisis de Guadalajara, a una década de haber salido a la luz la revista Pnúmero 1, y a 30 años de la fundación de nuestra Asociación. Los invitamos a hacer un recorrido por la primera Sección, Ecos, conformada por los trabajos presentados en el XXIX Simpo- sium de las Américas, “El Proceso Psicoanalítico”, realizado en mar- zo 31 y 1º de abril de 2016, en Guadalajara, Jalisco, México. El Dr. Gabriel Sapisochin (Madrid), en su ponencia “Fenome- nología y metapsicología de la escucha psicoanalítica”, propone una reflexión profunda acerca de cómo cura el psicoanálisis. Sintetiza que: “el doble registro representacional del psiquismo inconscien- te, verbal e imaginario, tiene como contrapartida dos modalidades de escucha psicoanalítica diferenciadas y adaptadas a su objeto de observación psicoanalítica. La escucha a las producciones de lo dinámicamente reprimido, y la escucha a los gestos psíquicos innombrables por el lenguaje verbal, y, por consiguiente, no expre- sables a través del par asociación libre-atención flotante, sino por el rodeo de lo puesto en acto dramáticamente”, en transferencia. La Dra. Silvia Cantis, en su trabajo “El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico”, aborda el proceso psicoanalítico, el insight, la elaboración, la temporalización de ex- periencias y aspectos de la relación analista-paciente, con el fin de lograr una mejor comprensión de la acción terapéutica. Los comentarios a los trabajos del Dr. Sapisochin y la Dra. Cantis estuvieron a cargo de las Maestras Olga Varela (APG) y Cris- tina Oetling (APG). A su vez, la Dra. Laura Ruth Yaser (APA) nos comparte su artí- culo “La elaboración psíquica y la reelaboración psicoanalítica”. Ecos de la enseñanza-transmisión del psicoanálisis, aborda- dos desde: “La Institución: Alma Mater o Filial Paterno”; la “Trans-

5 misión del Inconsciente”, y “Problemáticas gía), a decir de , en la que del Eje Clínico en Modelos de Formación nos adentramos para entender la clínica en Psicoanálisis”, los encontraremos en psicoanalítica, con los trabajos de Aira los trabajos presentados por las Maes- Laine (Finlandia): “Vitalizando el objeto tras Olga Varela, Ivonne Ascencio y Cecilia interno en la depresión crónica. Reporte Rodríguez. Temas interesantes para re- del caso”, “El Vacío Mental Estructural y la flexionar. Edición en el Análisis” del Dr. Jaime M. Lu- La segunda Sección, Huellas, es un tenberg (APA), y “Lo primario y secundario homenaje a nuestra querida Dra. Norah en la identificación-desidentificación” de la Gramajo Galimany, por su destacada tra- Mtra. Patricia Reyes (APG). yectoria como fundadora de la Asociación Al final de nuestro recorrido, nos en- Psicoanalítica de Guadalajara, así como contramos con la separata de Literatura y por sus aportaciones al psicoanálisis en Psicoanálisis, en la que el Dr. Jaime Szpilka América Latina. Fue un encuentro muy nos narra “La extraña consulta”, un cuento emotivo en el marco de la actividad “En- sobre el absurdo de la identidad, de su pri- trevista de trayectoria” que realiza la Co- mer libro de género literario: La Tzibeles. misión de Intercambio Científico Iberolati- Además, la Mtra. Vicenta Ramírez noamericano de APA. González (APG) nos comparte su artículo En nuestra tercera Sección, Signos, “Leer: Placer de un encuentro”, y la Lic. Ali- encontramos tres propuestas que apun- cia B. Iacuzzi hace la reseña del libro Jugar tan a la indagación de la violencia desde el con dinamita. Una comprensión psicoa- psicoanálisis, con el fin de analizar, interro- nalítica de las perversiones, la violencia gar e interpretar estos fenómenos. y la criminalidad, de Estela Welldon. Con un profundo agradecimiento a Angustia-violencia, de Jaime Szpilka (APA y todos nuestros colaboradores que hicie- Sociedad Psicoanalítica de Madrid). ron posible este número 10 de la Revista Incesto: el cuerpo robado, de Juan Eduardo de Psicoanálisis de Guadalajara, recibi- Tesone (APA). mos a nuestros lectores, y esperamos que Intersticios de las Violencias Feminicidas y éste sea un enriquecedor y placentero en- sus Excesos. Feminicidios, de Alicia cuentro. Beatriz Iacuzzi (APA). María Cristina Espinosa Inauguramos en esta edición una cuarta sección: La Bruja (metapsicolo-

6 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica

Dr. Gabriel Sapisochin* ECOS

uando participo en un encuentro entre colegas y confronta- mos nuestras diferentes conceptualizaciones, así como cuan- Cdo reviso la literatura sobre cierto tema, frecuentemente tengo la impresión de que la diversidad de esquemas referenciales hace difícil saber si estamos dialogando e intercambiando ideas. Esto mismo sucede con el concepto de contra-transferencia y, en gene- ral, con el de la implicación psíquica del analista en la escucha que requerirían cierta delimitación semántica, ya que, frecuentemente, discutimos creyendo que estamos refiriéndonos a los mismos fenó- menos cuando en realidad tratamos asuntos bastante diferentes. Es a esta difícil, cuando no imposible, tarea de discriminación conceptual sobre la implicación del psiquismo del analista a lo largo del proceso analítico, a la que dedicaré este encuentro con Uds. Es decir, intentaré que podamos explicarnos cómo y por qué escucha- mos lo que escuchamos de nuestros pacientes, mediante nuestro psiquismo irreductiblemente afectado en el encuentro analítico. Creo que esta necesidad de una definición conceptual no su- pone un preciosismo semántico, sino que implica dilucidar tanto los momentos del proceso en los que se gesta la interpretación, como delimitar aquellos elementos del psiquismo del analista, que utilizados como un instrumento de navegación, son el punto de partida de donde extrae su insight sobre el paciente. Es decir, se trata de crear modelos que den cuenta de las diferentes modifi- caciones del funcionamiento mental del analista en los estadios previos a la interpretación. Personalmente considero la génesis del proceso interpretativo vinculado irreductiblemente a la activación del psiquismo del ana- *Dr. Gabriel Sapisochin Asociación Psicoanalítica lista de donde emerge, sorpresivamente, lo que se ha denominado de Madrid insight en la tradición anglosajona o saber del analista en la francó- Psicoanalista didacta fona. Efectivamente, el saber que tenemos sobre el paciente no es [email protected] un observable empírico, accesible a nuestra percepción sensorial,

7 sino sólo alcanzado por el rodeo de nues- el discurso del analizando. Se trata de un tra subjetividad. Conrad Stein -enfatizando fenómeno diferente a la atención flotante, este aspecto- decía, tal vez algo exagera- ya que la experiencia contratransferencial damente, que a lo largo de un proceso, la aparta al analista de escuchar la subjetivi- única persona que dispone el analista para dad de su paciente, que es lo pactado en analizar es a sí mismo (citado por Poland, el contrato, porque lo lleva a interrogarse 1988). sobre su propia subjetividad alterada. En Ahora bien, esta afectación ineludible realidad se trata de un tipo de implicación del psiquismo del analista durante la escu- del psiquismo del analista, más pasiva que cha ha sido concebida de manera unívoca la anterior, pero que lo descentra de sí mis- a partir de los años 50 del siglo pasado, al mo y de su tarea. Sin que sea consciente conceptualizar la escucha psicoanalítica de ello, el analista ha sido identificado, casi proveniente sólo de la contra-transferen- podríamos decir que ha sido contagiado cia, confundiendo la parte por el todo. Muy con un personaje del mundo interior de por el contrario, la participación del psi- su paciente. Se trata de un nuevo estado quismo del analista en la escucha surge de psíquico sólo explicable por la transmisión dos fuentes bien demarcadas, con estatuto vincular intersubjetiva y difícilmente alcan- metapsicológico diferenciado y un trabajo zable sin un encuadre estable y con alta elaborativo también diferente. En realidad, frecuencia de sesiones por semana. trato desde hace más de hace dos décadas En realidad, ambas implicaciones de de discriminar ambas posiciones funciona- la emocionalidad del analista en la escucha les del analista en el proceso. son parte de una oscilación constante a lo En primer lugar, se trata del trabajo largo del proceso analítico, que funcionan psíquico de transformación empático-in- en alternancia en toda sesión y que po- tuitiva, que es la forma metapsicológica de dríamos decir que se corresponden con explicar lo que Freud denominaba “el fenó- los dos modelos de aparato psíquico de la meno de la atención flotante del analista”. teoría freudiana. Por un lado, una escucha Pero ¿en qué consiste este fenómeno? A mi concebida según el modelo del soñar, en entender, consiste en una doble transfor- el que prima la transformación en palabras mación. Por un lado, una experiencia exter- de la cosa visualmente representada en el na perteneciente al discurso del analizando psiquismo del analista. El paciente habla y deviene una experiencia interna del analis- el analista sueña ese texto. ta. Una experiencia que es análoga, nunca Por otro lado, una escucha centrada idéntica, a la posición subjetiva del pacien- en lo actual, en el doble sentido de la pala- te. Por otro lado, se produce un cambio de bra actual. Tanto de actualizar, es decir, de cualidad: del discurso oído del paciente, a presentificar un objeto siempre ausente a lo figurado en imágenes visuales en el psi- la observación empírica, así como expresa- quismo del analista. En realidad se trata de ble a través de la actuación dramática den- soñar despierto la narración del paciente. tro del proceso. La segunda afectación que sufre el Si lo pensamos detenidamente, tanto psiquismo del analista a lo largo de una la atención flotante como la escucha por el cura es el proceso contra-transferencial, rodeo de lo transfero-contratransferencial, definido como una alteración temporal de son objetos de observación diferentes. En su actitud profesional, en el encuentro con un caso, el analista observa su intrasubjeti- la transferencia. Algo que supone una dis- vidad fluir entre diferentes escenas munda- continuidad en su capacidad de ensoñar nas del paciente a las que va uniendo con

8 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica un significado. Por el contrario, en el proce- la contra-transferencia que, en la actuali- so contratransferencial, el analista observa dad, sólo mantienen algunos Psicólogos del una entidad creada ex novo entre su sub- Yo y los analistas lacanianos. Sin embargo, jetividad y la de su paciente, extrayendo su Freud de manera no explícita sostuvo en insight de esa relación intersujetiva. sus escritos la idea de una comunicación Evidentemente, al tratarse de dos de inconsciente a inconsciente en la diada compromisos diferentes del psiquismo analítica, simbolizada con la metáfora de la del analista, suscitan actividades elabo- conexión telefónica (Sapisochin, 2004). rativas también diferentes. En la escucha A partir de su muerte, Heimann en empático-intuitiva, se trata de un compro- Londres y Racker en Buenos Aires, reto- miso preconsciente, que supone un fun- man, casi en sincronía, estas preocupa- cionamiento introspectivo muy activo del ciones freudianas sobre la comunicación analista, construyendo, a partir de las imá- de inconsciente a inconsciente, y se esta- genes que van surgiendo en su psiquismo, blecen los cimientos de la concepción am- el universo contextual donde se gesta la pliada de la contra-transferencia. Visión en subjetividad del analizando. Es decir, ima- la cual todo el funcionamiento mental del ginando cómo es el hábitat emocional analista en la sesión y, por lo tanto, todo lo donde vive su paciente. Pero en este caso, que escucha, son concebidos provenientes el analista siempre sabe que lo que está de un compromiso contra-transferencial sucediendo en su propio psiquismo le ‘ha- máximo. bla’ de su paciente. Mi impresión es que tanto Racker, Por el contrario, en el proceso con- como Heimann, entusiasmados por las tra-transferencial existe un compromiso posibilidad de adaptar el dispositivo para ya no preconsciente sino inconsciente del escuchar analíticamente lo que Freud em- psiquismo del analista. Algo difícilmente pezó a denominar “compulsión de repe- capturable por introspección, y del que el tición” en su famoso texto de 1914, y que analista toma consciencia sólo por el efecto retomó en 1920, se ven llevados a incluir sintomático de ser una discontinuidad en en el concepto de contra-transferencia a la su capacidad para pensar en su paciente. empatía y la intuición, es decir, a la atención Un compromiso de su psique que supone flotante del analista. Creo que su necesidad una posición más pasiva frente a la transfe- de defender el uso instrumental de la impli- rencia y que exige un trabajo, ya no cons- cación del psiquismo del analista, frente a tructivo como en la empatía, sino más bien una audiencia nada proclive a ello, les lleva deconstructivo, para poder intuir el objeto a confundir que, aunque no existe escucha transferido con el que ha sido identificado analítica sin la participación del psiquis- por el paciente y que se manifiesta por este mo del analista, no significa que debamos síntoma, que es la contra-transferencia. equiparar toda la escucha analítica a la con- Sabemos que los affaires de Breuer y tra-transferencia. Anna O., de Jung y Sabina Spilrein, así como A mi entender, este es el problema de de Ferenczi y Elma Pälos, llevaron a Freud la visión ampliada de la contra-transferen- a sostener una teoría pública que conside- cia, que tiende a incluir en la misma defini- raba la implicación emocional del analista ción fenómenos clínicos que ni pertenecen en la cura como una peligrosa resistencia; al mismo nivel, ni estarían mediados por los hecho que queda expresado con las metá- mismos procesos. foras del espejo y del cirujano, que son el Y aquí surgen las confusiones punto de partida de la visión restringida de terminológicas, pues, ¿por qué equiparar

Gabriel Sapisochin 9 contra-transferencia –la activación de analista siguiendo a H. Deutsch (Deutsch, restos infantiles e inconscientes del 1926), quien retomó las preocupaciones analista frente a la transferencia, que sobre el fenómeno telepático, que tanto le lo lleva a posicionarse como un objeto interesaba a Freud cuando conceptualizó con deseos hacia el paciente– con la comunicación de inconsciente a incons- otra modalidad de implicación de su ciente. Su hipótesis es que, entre la escu- psique, sustrato de la escucha empática? cha y la interpretación, ocurre un proceso Evidentemente la posibilidad, o no, de reactivo en la mente del analista, a raíz del escuchar empáticamente, está sustentada cual la experiencia psíquica del analizando en nuestras experiencias infantiles, las pasa a ser vivenciada por el analista como que suponemos que, gracias al análisis una experiencia subjetiva propia; reco- personal, estarán disponibles en nuestro nocida como perteneciente al paciente, a acervo consciente como experiencia vital, posteriori de un trabajo elaborativo, que para ser utilizadas sublimadamente en culmina con el insight y la formulación de la nuestro trabajo clínico y que, en parte, interpretación. determinan nuestra identidad profesional, Para Deutsch, la escucha del analista nuestro ser de analistas; algo que no surge lo lleva a “ponerse en los zapatos” del pa- frente a la transferencia inconsciente del ciente, es decir, a empatizar con su viven- paciente sino que la preexiste. cia subjetiva. Para la autora, dicha tarea se Por el contrario, el analista tropieza lleva a cabo a través de la intuición. De ahí en su tarea cuando, en el encuentro con la que denomine “escucha empático-intuiti- transferencia, deviene identificado con un va” en el sentido de que la intuición es un objeto interno del paciente, apartándose saber en forma de imágenes visuales dado de escuchar la subjetividad del analizan- que intuir, según el Diccionario de la Real do –objetivo pactado del encuentro– para Academia de la Lengua Española, significa empezar a estar invadido por la propia, percibir clara e instantáneamente una idea como resultado de esta identificación con- o verdad tal y como si se la tuviera a la vista. tra-transferencial, que lo lleva a investir al Por ello sostiene que la intuición paciente de forma no sublimada. empática es la capacidad del analista de Por todo ello, creo que hay que reser- “transformar el mensaje proveniente del pa- var el término contra-transferencia a lo que ciente” (p. 136) en un “contenido cognitivo Racker (1953) define como contra-trans- de tipo perceptual” (p. 135). Reformulado ferencia complementaria y posición con- en términos actuales, diríamos que se tra- tra-transferencial, es decir, a aquello sin- ta de la capacidad activa del Yo de trabajo tomático en el funcionamiento psíquico del analista de figurar una fantasía, con una del analista porque es un obstáculo a su cualidad de representación visual y que, al atención flotante. Algo que el analista pue- formular su interpretación, vuelve a trans- de elaborar y utilizar instrumentalmente formar en representaciones verbales, que para tener pistas sobre la transferencia del describen un estado psíquico del paciente. paciente. Se trata de una doble transformación, de A partir de ahora hablaré brevemen- lo externo en interno y de lo oído en vis- te sobre cómo conceptualizo el trabajo de to, pero que el analista siempre reconoce transformación que supone la atención flo- como perteneciente al analizando. tante del analista y que denomino “escucha En cierta medida, el saber que la empático-intuitiva”. escucha proporciona al analista, su in- Conceptualizo la atención flotante del sight, su visión interior, como lo definen

10 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica los anglosajones, es un saber en forma de pictográficas (Castoriadis-Aulagnier, 1975), imágenes visuales. Algo que comprobamos aquello que su mente intuyó del incons- en la vida cotidiana cuando decimos: ciente de su paciente, más allá del discurso “comparto su punto de vista” o “en vista formalizado por sus asociaciones verbales. de lo cual” o “no lo veo claro” o “desde esta El paciente pronuncia palabras y el analis- perspectiva se ve que”, etc. Expresiones ta tiene imágenes en su mente, pertene- que nos recuerdan lo que será entendido cientes a su propio acervo de inscripcio- figuradamente con un “ojo intrapsíquico”, nes mnémicas preconscientes, que sirven que difiere de lo que puede ser visto como una metáfora visual, que forma e in- sensorialmente. forma de lo incognoscible del inconsciente Una formulación que coincide con la del paciente. Uno sueña despierto el texto idea de visión interior que Freud tenía de que otro narra verbalmente. la comunicación analítica, conceptualizada Visto desde esta perspectiva, esta según el modelo del soñar, esbozado en modificación metapsicológica del aparato el Capítulo 7º de la Traumdeutung, deter- psíquico del analista en la escucha, expli- minante de una teoría de la cura centra- caría el fenómeno de la empatía, a través da en transformar pensamientos verbales de la intuición, y permitiría conceptualizar latentes en imágenes oníricas y viceversa, la interpretación como “la formulación ver- al narrar el sueño al analista (Freud, 1900). bal de una imagen visual” (Bion, 1974, p. Recordemos que, cuando formula la regla 25) que alude metafóricamente a la reali- fundamental de la asociación libre solici- dad psíquica del paciente. Algo que queda tando al paciente que le describa, sin ejer- reflejado en la famosa interpretación que cer crítica alguna, el paisaje interior que hace Winnicott de la posición femenina de emerge “ante su vista” (Freud, 1913a) como un paciente masculino, cuando le dice que cuando define la atención flotante del ana- “ve” a una niña hablar de envidia del pene, lista, en la cual la percepción analítica po- cuando en realidad hay un paciente varón dría quedar obturada por sus puntos cie- tendido en el diván (Winnicott, 1971). Mi gos (Freud, 1912, p. 115) en ambos casos, colega y amigo Roosevelt Cassorla de Sao Freud tiene un modelo de escucha centra- Paulo, lo denomina un soñar-a-dos. do en imágenes similares a las del sueño. Quiero hacer un comentario bre- En realidad, todo el dispositivo analíti- ve. Durante mucho tiempo esta forma de co está diseñado para posicionar a ambos concebir la mente del analista poblada de miembros de la pareja en un estado psíqui- imágenes durante la escucha no fue con- co de ensueño, similar al estado previo al siderada en el postfreudismo debido a un dormir, en el cual se produce una regresión supuesto que, siguiendo a un pensador tópica desde la representabilidad verbal a mexicano, Fernando Zamora Águila, deno- la perceptual. Algo que da sostén metap- mino “supuesto logocéntrico e iconófobo”. sicológico a la prescripción de utilizar el di- Supuesto sobre la simbolización que llevó ván, cuando el paciente puede hacer uso a olvidar que el campo de la comunicación de él. verbal es el fin de un largo proceso y que Todo un modelo de conceptualizar la no todo trabajo del analista se da sobre el escucha a través del tercer oído del analista contenido semántico de lo hablado. Por (Reik, 1948) que transforma en imágenes ejemplo, esto es tan así que la idea de los visuales (Freud, 1900), ideogramas (Bion, Botella (Botella, ) sobre la figurabilidad par- 1950, 1976 y 1996), metáforas visuales te del supuesto de que la aparición de imá- (Money-Kyrle, 1965) o representaciones genes en la mente del analista sería lo que

Gabriel Sapisochin 11 ellos llaman un ‘accidente’ de la escucha. giadamente de su análisis personal (Arlow, Algo extraordinario. ¿Por qué? Conciben la 1993). Todas ellas escenas visuales, análo- escucha unívocamente relacionada con la gas a la experiencia subjetiva del paciente asociatividad verbal, y todo fenómeno por pero, insisto, en ningún caso idénticas. En el fuera de la misma es considerado un fenó- modelo freudiano, esto se explicaría como meno extraordinario. la transformación en investidura narcisista Si alguna vez Lacan aconsejó a los de la investidura pulsional del analizando, jóvenes analistas-en-formación que hicie- precondición del posicionamiento sublima- ran crucigramas, recordándoles que, en su do del analista en la escucha. Escenas que modelo, la práctica del psicoanálisis se des- se constituyen en referentes intrapsíquicos pliega exclusivamente a través del lenguaje del analista, a partir de los cuales construi- verbal (Lacan, 1953), desde esta visión po- rá el universo contextual donde se gesta la dríamos pensar que la talking cure incluiría subjetividad del analizando. otro tipo de expresiones del lenguaje de Mi impresión es que a lo largo del pro- lo inconsciente que van más allá del signi- ceso de escucha empática, el Yo del ana- ficante verbal y que requiere del analista lista, funcionando como un “procesador cierta capacidad de pensar en imágenes de datos”, busca, a partir de cierto estado que no por ello son menos simbólicas que psíquico-clave del analizando, determinada los significantes verbales. De hecho, Freud experiencia vivencial propia susceptible de sostenía: “Por ‘lenguaje’ no debe entender- dar representación simbólica a dicha po- se la mera expresión de pensamientos en sición subjetiva. Como cuando decimos: palabras, sino también el lenguaje de los “Ah, esto me recuerda cuando…”. Escenas gestos y cualquier otro modo de expresar propias que funcionan como soporte para una actividad anímica [...]” (Freud, 1913, p. representar imaginariamente cierto estado 179, traducción propia). emocional y cierta posición subjetiva del Pero volvamos a la escucha empá- paciente. tico-intuitiva. Sabemos que durante este Siguiendo este símil informático, pien- sueño compartido con el paciente, hay so que cuanto más amplio sea el análisis, momentos en los cuales nos surgen ciertas y los reanálisis del analista, menos defen- imágenes que nos llaman más la atención sas caracteriales desarrolle y más rica sea que otras. Racker lo denominó “ocurrencia su vida cotidiana, dispondrá en su “base de contra-transferencial”, por este afán de lla- datos” preconsciente de una mayor canti- mar contra-transferencia a todo lo que su- dad de escenas vivenciales, para ser utili- cede en la mente del analista. zada como un referente inferencial en sus Se trata de algo que aparece sorpre- ensoñaciones empáticas. sivamente en la mente del analista de infi- Porque no debemos pasar por alto nitas maneras; ya sea como el recuerdo de que, cuando Freud aborda el tema del en- cierta sesión con determinado paciente, la soñar, sostiene que “[…] el adulto se aver- secuencia de cierta película, novela u obra güenza de sus fantasías […] y puede creer- de teatro, cierta charla con determinado/a se el único que forma tales fantasías, y ni amigo/a, una melodía en determinado es- sospechar la universal difusión de pareci- cenario, el recuerdo de algún chiste, algún dísimas creaciones en los demás” (Freud, trabajo que leyó, una conferencia que es- 1908). Lo que le condujo a pensar que cuchó en su sociedad, algún comentario el trabajo de elaboración del mito pudie- de un profesor o supervisor valorados, o ra corresponder a cierta memoria trans- algún recuerdo de su vida pasada, privile- cultural. En realidad, la capacidad para la

12 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica empatía tendría sus raíces en aquellos di- en dicho trabajo, sólo pueden ser entendi- lemas existenciales, a los que se enfrenta das Nachträglich, es decir, a posteriori. Aho- todo sujeto en su devenir humano, más ra veremos a posteriori de qué. allá de la naturaleza del entorno cultural De mi lectura de este texto subversivo en el que habite. Se trata del enigma so- de hace un siglo, la segunda cuestión que bre los orígenes, la sexualidad, la autono- quiero remarcar, es que esas vivencias re- mización, la diferencia de sexos y entre las gistradas de manera no verbal –ya veremos generaciones, la muerte, etc., que pone cómo lo están– no pueden ser expresadas en marcha la actividad de transformación a través de lo dicho verbalmente, tal y como creativa (póiesis) del psiquismo. Freud había descrito el trabajo de asocia- Espero que haya podido transmitir mi ción libre en sus textos técnicos unos años visión de lo que sucede en el psiquismo del anteriores a este trabajo sobre el repetir analista cuando escucha empática e intui- de manera actuada. Pues no, ahora Freud tivamente a su paciente, es decir, en aten- se desdice de su idea de curar por la re- ción flotante. Sin embargo, como dije antes, cuperación de recuerdos verbales reprimi- no hay una posición emocional fija del ana- dos y sostiene que eso, nunca entendido lista en la escucha. Me gusta pensarlo en por la lógica verbal del Yo, se re-presentará, términos de que cuando la escucha empá- es decir, se volverá a hacer presente en el tico-intuitiva es un positivo, la contra-trans- escenario analítico, solamente a través de ferencia es negativa y viceversa. la dramatización en vivo y en directo. Esto Veamos, pues, cómo conceptualizo es, la transferencia expresándose a través el trabajo de contra-transferencia den- de actuaciones dramáticas del paciente en tro de un proceso analítico. Parto de una presencia del analista. Como si el pasado pregunta importante, que es la siguiente: ausente estuviera sucediendo en el aquí y ¿Por qué en su trabajo “Repetir, Recordar ahora de la sesión. ¿Cómo? A través de una y Reelaborar”, de 1914, Freud plantea una forma de funcionamiento intraclínico, dice nueva modalidad del recordar a través de Freud, que no necesariamente implica una la actuación dramática, cuando ya había actuación motora, pero que –y esto es lo construido todo su edificio metapsicológi- más importante– indefectiblemente mues- co centrado en el procesamiento de lo in- tra al analista una forma de ser y de estar consciente dinámicamente reprimido y en en el mundo de ese paciente en particular. su propuesta técnica de trabajar con el par Una forma de ser y de estar en el mundo asociación libre-atención flotante? Recuer- que el paciente repite actuadamente en den ustedes que denominó Agieren a esta diferentes contextos intersubjetivos y que, repetición actuada en el proceso. ahora, dramatiza dentro de los límites de En primer lugar, creo que Freud se encuadre. Y elige al analista como actor plantea que hay un tipo importante de vi- secundario con quien representar ese es- vencias subjetivas que nunca fueron en- pecífico guión relacional. Modalidad ego- tendidas por el Yo coherente y, por lo tan- sintónica de ser y estar en el mundo que to, nunca pensadas verbalmente. Es decir, he denominado gesto-psíquico en el año nunca fueron unidas a la palabra del Yo. Y 2007. En las pequeñas viñetas que presen- es debido a su estatuto representacional no taré, veremos el gesto psíquico de una niña verbal que jamás podrían emerger como re- maníaca alimentando a una madre depri- cuerdos. A mi entender, en 1914, hace más mida o el gesto psíquico de un niño que de cien años, Freud ya estaba pensando en abandona a un padre abandonante, o el un tipo de vivencias que, tal como sostiene gesto psíquico de un niño abandónico con

Gabriel Sapisochin 13 una madre maníaca o el gesto psíquico de es siempre un diálogo con un otro que re- una niña sometida a una madre puñetera. presenta un rol complementario. Freud lo expresa así en su ya famosa En virtud de ello, en sucesivas pu- cita del trabajo de 1914: “[…] podríamos de- blicaciones desde los años 2000, he con- cir que el paciente no recuerda nada […], siderado pertinente conceptualizar la sino que lo actúa [act out]. No lo reproduce noción de Agieren-en-sentido-ampliado, como recuerdo sino como acción […] y al fi- incluyendo la irreductible implicación de nal comprendemos que ésta es su manera la contratransferencia del analista. Y por de recordar” (Freud, 1914, p. 149, traduc- esto me he decantado por reemplazar la ción propia). Es decir, para Freud, en 1914, traducción de este concepto freudiano la transferencia queda irreductiblemente de Agieren por puesta-en-acto-dramáti- unida a la actuación. La transferencia es ac- co, abandonando la noción de acting out, ción y toda acción es transferencial. de igual manera que lo hicieran en inglés Como saben, en este contexto, Freud Sandler (1976) y Loewald (1975) al tradu- utiliza el vocablo alemán Agieren, para de- cir Agieren por el término enactment. Y notar lo actuado. Agieren fue traducido aunque he luchado en publicaciones, y en inicialmente al inglés como acting out por eventos internacionales, para que tuvié- R. Sterba, quien pareciera haber recibido ramos en español el concepto de pues- la aprobación de Freud para dicha traduc- ta-en-acto-dramático, porque pienso que ción, que es la que utilizó Strachey para la los analistas castellano-parlantes somos Standard Edition. Y de ahí surgió la famo- la primera población con lengua materna sa, y muy problemática, noción de acting común dentro de la IPA, sin embargo, creo out, que denota actos impulsivos fuera de que la fuerza del vocablo inglés enactment la transferencia y al servicio de la resisten- se impone siempre en el diálogo científico. cia al insight. Por ello, este vínculo entre Y por ello utilizaré de manera indistinta, transferencia y actuación dramática no puesta en acto dramático, representación fue “puesta a trabajar” en la teoría de la dramática o enactment para referirme a técnica. esta noción freudiana de Agieren-en-sen- Ahora bien, este planteamiento de tido-ampliado. Freud sobre la dramatización transferen- De todos modos, lo importante es cial (Agieren), aunque pionero, me ha pa- que cuando hablamos, ya sea de puesta en recido insuficiente. Insuficiente porque, al acto dramático o de enactment, lo hacemos menos en lo que fue su conceptualización para discriminar Agieren de acting out. Es explícita sobre el tema, él consideraba que decir, para dejar de lado la problemática esta manera del recordar a través de lo noción de acting out. En primer lugar, lo puesto en acto dramático sólo compro- hacemos para enfatizar la idea de que en metía la transferencia. Pienso que debido un enactment o puesta-en-acto-dramático, a sus resistencias a teorizar sobre el fenó- tanto el paciente como el analista están meno contra-transferencial, que le evoca- irreductiblemente comprometidos de ma- ban los affaires eróticos de sus colegas con nera inconsciente y, a través del enactment, pacientes, Freud no pudo concebir la idea crean un específica configuración transfe- de que la transferencia actuada siempre ro-contransferencial que deviene el Obje- convoca una posición contra-transferencial to-de-la-escucha-psicoanalítica. ad hoc. Algo que comprobamos en todas En segundo lugar, usamos puesta en las sesiones, porque la dramatización de la acto dramático o enactment como equiva- transferencia no es un monólogo sino que lentes de Agieren, porque consideramos

14 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica que la noción de acting out pertenece a un ciones de analistas, encubre la incapacidad modelo de proceso en el cual el analista es para figurar una fantasía que le otorgue sig- considerado un observador no participan- nificado al encuentro entre psiquismos que te del campo en el que se supone que sólo está ocurriendo en vivo y en directo. actúa el paciente. No tomándose en cuenta Por el contrario, mi postulado anima que, lo que son las micro y sutiles actuacio- al analista a aceptar, y a utilizar como he- nes del analista, generalmente vehiculiza- rramienta de la escucha, este desafío que das por la palabra, son una co-dramatiza- supone representar dramáticamente el ción irreductible, y siempre con el analizan- rol contratransferencial con el cual ha sido do en transferencia como partenaire. identificado en el encuentro; es decir, de- ¿Pero por qué pienso que la actuación jando de ser quien es de manera tempo- dramática es irreductible en el proceso ral. Remarco esto de temporalmente, para analítico? Porque se trata de una específi- transformarse en otro que no es, como su- ca modalidad de registro representacional cede con los buenos actores. imaginario que sólo se expresa a través de Pero hay un problema técnico sobre lo actual. No porque falle la representati- el cual quiero llamar su atención. Recorde- vidad simbólica, como habitualmente se mos que cuando, en los 50 del siglo pasa- sostiene, sino que se trata de una forma de do, Racker y Heimann irrumpieron cuasi simbolización específica. Argumento que en sincronía en el panorama analítico, ge- desarrollaré más adelante. neraron herramientas conceptuales para Esto me parece importante porque conocer cómo el analista era posicionado como el enactment va a suceder, sí o sí, de- en el encuentro por el paciente, a partir de bido a la presión de estos contenidos por lo cual podría intuir la textura del objeto expresarse, es mejor que el analista tenga transferencial con el que había sido iden- herramientas conceptuales para saber qué tificado. Esto es, la escucha analítica por el hacer con ello. Si el analista no se resiste y rodeo de la contra-transferencia y más allá se presta a ser usado por el paciente como del contenido semántico de lo dicho. co-partícipe de la mise-en-scène de su mun- Pero la cuestión no es tan sencilla. do interior, generará las condiciones de ¿Por qué? Porque animados por el uso ambigüedad suficientes como para que su instrumental de la contra-transferencia, actitud profesional quede suspendida entre llevó a los analistas a descuidar el hecho, bastidores mientras representa, en el papel no sólo que la contra-transferencia es de actor invitado, el rol de cierto persona- diferente a la atención flotante, como je transferido por el analizando. Hasta que sostuve antes, sino también de que, tanto vuelve a entrar en escena y transforma en la transferencia como su contrapartida una narrativa, que técnicamente llamamos irreductible, que es la contra-transferencia, “interpretación”, aquello que ha visto repre- son inconscientes por definición. Se trata sentado dramáticamente entre él mismo y de un vínculo que ambos miembros de su paciente. En ese sentido, sostengo habi- la pareja analítica repiten de manera tualmente que la escucha por el rodeo del inconsciente, siendo lo inconsciente la enactment oscila entre género dramático y repetición actuada y no un determinado narrativo. contenido. Quiero remarcar este hecho Por ello pienso que la caracterización ya que, a mi entender, ha habido un de resistencial de lo actuado, denominado deslizamiento de significado en la noción en el siglo pasado como acting out, y que fue de contra-transferencia que produjo un supuesto conceptual de muchas genera- efectos en la técnica con los que no

Gabriel Sapisochin 15 acuerdo. Fundamentalmente la conocida en la técnica hasta muy recientemente, por idea de que el analista podría acceder lo que ha habido un hiato, un gap, entre a la contra-transferencia, inconsciente el avance de la teoría y el desarrollo de la por definición, a través de un trabajo de técnica que permaneció anclada al modelo introspección del Yo del analista que no del sueño de la primera tópica. Por ello, en debemos olvidar que funciona con lógica mi propuesta, lo actuado, tanto intra como verbal. extra sesión, representa de manera dramá- Y en este sentido, en los desarro- tica elementos psíquicos que nunca fueron llos de la escucha por el rodeo de la con- pensados verbalmente y que son registra- tra-transferencia, existe un hecho no expli- dos y procesados en el psiquismo incons- cado debido a que, si tanto la transferencia ciente según una modalidad diferente a lo como la contra-transferencia son incons- reprimido dinámicamente, por lo cual no se cientes, y no cognoscibles por un trabajo expresan según el retorno de lo reprimido. introspectivo, se trata de conceptualizar León Grinberg sostuvo que lo que ac- cómo el analista puede utilizar la activación túa el analizando sería “[…] un sueño dra- de su psiquismo inconsciente al servicio de matizado y actuado durante la vigilia: un la escucha analítica sobre la intrasubjetivi- sueño que no pudo ser soñado […]” (1968, dad de su analizando. Mi propuesta es que p. 176). Parafraseándolo, hoy, diríamos la contra-transferencia, efecto de la trans- que aquellos elementos arcaicos que, por ferencia sobre el inconsciente del analista, no estar registrados verbalmente, no pue- sólo será cognoscible a posteriori (Nachträ- den ser representados mediante las for- glich) de una puesta-en-acto-dramático o maciones psíquicas que funcionan con el enactment que la transforme en algo visible modelo del soñar del modelo topográfico y objetivable a su Yo. Es decir, considero al freudiano, retornan como infinitas pues- enactment como la transformación de la tas en acto dramatizadas en el espacio de implicación emocional de la pareja analítica lo real. ¿Por qué? Sólo encuentran expre- en un dispositivo donde pueda ser aborda- sión en acontecimientos con otros del es- da y elaborada. pacio intersubjetivo. Pero volvamos a mi lectura del tex- Desde esta perspectiva que propon- to freudiano del 14. Lo novedoso es que go, el proceso analítico consistiría en una Freud planteó que hay vivencias arcaicas oscilación constante entre el par asocia- del paciente que no pueden ser recorda- ción libre del paciente-atención flotante del das verbalmente, y sólo se expresan a tra- analista interrumpido por sucesivas pues- vés de Agieren, es decir, de una represen- tas-en-acto-dramático (enactment), cuya tación dramática. No sostiene que pueden función será representar imaginariamente ser expresadas por las formaciones psíqui- los estados emocionales inconscientes que cas de lo inconsciente reprimido como son transportan, desde el pasado no recorda- los sueños, lapsus o síntomas. Es decir, lo ble por el analizando, la transferencia y su novedoso es la transferencia expresándo- irreductible contrapunto, que es la contra- se a través de Agieren y no a través de las transferencia. formaciones del retorno de lo reprimido. Y Entiendo que algún oyente se pre- la transferencia transportando elementos guntará: ¿Pero qué sucede durante un en- psíquicos no verbales. actment? En la mayoría de los casos, no se Creo que esta cuestión de la metapsi- produce acto motor alguno por parte de cología freudiana, ya esbozada en el 14, no ningún miembro de la pareja analítica. Sólo fue suficientemente expandida y recogida intercambian palabras. El analista percibe

16 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica que ha dejado de pensar en la subjetividad dos histológicos, la palabra dicha, es decir, de su paciente, al darse cuenta de que han determinadas interpretaciones devienen un sucedido eventos imprevistos en su técnica acto psíquico del analista que permiten ver habitual que le sorprenden. Ha recuperado lo invisible: escuchar en un segundo tiempo su posición de neutralidad tercera desde la con qué objeto y con qué modalidad de ex- que observa, primero con sorpresa y lue- presión psíquica del paciente el analista ha go con preocupación, que, sin saberlo, se sido identificado en el encuentro. ha visto involucrado con su paciente en un Entiendo que son momentos de evi- mini-acontecimiento durante el cual actuó dente simetrización de la relación analítica como verdugo, como amante seductor o pero que suponen el punto de partida que, cualquier otro papel. habitualmente, aunque no siempre, le per- Sin embargo, lo importante a remar- miten al analista retomar su atención flo- car es que no hubo acto motor, ya que sólo tante y su tarea interpretativa verbal, hasta intercambiaron palabras. Palabras que, al que sobreviene otra puesta en acto dramá- ser dichas en un contexto con determina- tico transfero-contratransferencial y así ad da prosodia, tienen el sentido secreto de infinitum. suscitar cierta posición subjetiva del otro. Efectivamente, y como señalé antes, Momentos del proceso en los cuales decir en el modelo que estoy proponiendo, toda es hacer. Habría muchas formas de con- puesta-en-acto-dramático (agieren-en-sen- ceptualizar este fenómeno de acuerdo tido-ampliado) no es una estación de lle- al modelo teórico que cada analista ten- gada sino una estación de tránsito que ga. Personalmente, me sirve explicarlo en requiere de un nuevo acto psíquico del términos de que el discurso verbal opera analista: dejar de ser actor invitado, al como ‘acto de lenguaje’. Las palabras, al des-identificarse del rol atribuido para, en ser dichas en un contexto con determina- una segunda mirada interpretar, es decir, da prosodia, tienen el sentido secreto de crear un significado verbal para las diferen- suscitar cierta posición subjetiva del otro. tes posiciones identificatorias puestas en Momentos del proceso en los cuales decir acto por la pareja en el encuentro. Momen- es hacer. Esto lo han teorizado ampliamen- to en el cual se recupera la posición tercera te Luisa Álvarez de Toledo (1954), Austin del analista. Es importante subrayar este (1962) y Loewald (1975). hecho de que sólo cuando el analista re- Y no debemos olvidar que Freud mis- cupera la así llamada neutralidad, esto es, mo decía, en Tótem y Tabú: “Es cierto que su posición de psicoanalista, el enactment ni en los salvajes ni en los neuróticos están es la vía regia para conocer lo inconsciente presentes las nítidas separaciones que no- no reprimido del paciente. Por el contrario, sotros trazamos entre pensar y obrar […] si el enactment se transforma en una posi- y por eso […] uno tiene derecho a suponer ción fija y crónica de la pareja analítica, per- que: ‘En el comienzo fue la acción’” (1913). manecería como una resistencia al insight. De ahí que para los analistas post-freu- Resumiendo: en esta visión del proce- dianos, alcanzar el registro del pensamien- so analítico que tengo, la posición funcional to verbal suponga un trabajo transformati- del analista oscila entre simetría dramática vo previo de los contenidos píquicos. y asimetría narrativizante. Es por ello que a Por ello, en estos momentos del pro- lo largo del proceso analítico, se producirá ceso, más que el valor semántico de lo ha- el montaje y des-montaje, a través de la in- blado, importa su vertiente semiótica. Y, de terpretación verbal de infinitos escenarios manera análoga a la tinción de los prepara- de dramatización emocional que vinculan a

Gabriel Sapisochin 17 la pareja analítica en diferente grados. Es- tación psíquica de la emoción, repito: como cenarios que se transforman en dispositi- una secuencia de imágenes ideo-pictográ- vos de simbolización imaginaria de donde ficas que vinculan al sujeto con los objetos, la interpretación verbal extraerá su fuente. que son necesarias realizaciones intersub- Espero haber podido transmitirles en jetivas para que este guión relacional in- esta primera parte de mi conferencia cómo consciente, registrado como gesto psíquico, irrumpen a través del enactment estos as- sea expresable. De ahí que, en esta moda- pectos del psiquismo arcaico que denomi- lidad de conceptualizar la simbolización, lo no gesto psíquico. En este próximo aparta- que cuenta es la posibilidad de ver repre- do retomaré una cuestión que quedó pen- sentado un estado emocional, que es invi- diente de explicitar: cómo son los registros sible para el sujeto, en una realización ex- no verbales de la simbolización. terior que lo vuelve perceptible de manera En varias publicaciones de los últimos dramática. Esta es la precondición para ser 15 años (Sapisochin, 1999, 2007, 2011, narrado mediante las palabras creadas por 2013, 2014, 2015) vengo postulando que, el Yo. Yo que, a mi modo de ver, funciona junto a los registros psíquicos de experien- con registros verbales. cias que alguna vez fueron pensadas ver- Es decir que existe un significado balmente, y que constituyen lo que Freud emocional registrado en el psiquismo pero denominó inconsciente reprimido en el de- que está encriptado para la lógica verbal sarrollo metapsicológico de su primer mo- del Yo. Utilizando una metáfora informá- delo topográfico, existe otro inconsciente tica, diríamos que existe un conflicto de que archiva experiencias jamás pensadas formato incompatible entre lo inconscien- por el Yo parlante y que Freud concibió te-no-reprimido, repito, jamás articulado como un inconsciente no reprimido. Idea a la palabra sino representado imagina- que Freud no desarrolló y fue ampliada, riamente, y el otro polo de conflicto es el fundamentalmente, por la escuela británi- software del Yo parlante. Se trataría de un ca de las relaciones de objeto. Siguiendo a conflicto de formas representacionales, no Matte Blanco (19), quien recoge una breve un conflicto ético, como sucede en la lógica mención de Freud en el Yo y el Ello, lo deno- de lo inconsciente reprimido. mino inconsciente-no-reprimido. Y desde esta perspectiva, el enact- La hipótesis metapsicológica que he ment, siempre transfero-contratransferen- propuesto es que en el inconsciente no cial, sería un dispositivo de simbolización reprimido se registran experiencias emo- imaginaria de un gesto psíquico del pa- cionales que siguen un destino represen- ciente. Es decir, de un guión relacional del tacional diferente a lo que alguna vez fue inconsciente del paciente que ha devenido representado verbalmente. Se trata de gesto psíquico de la pareja analítica. registros no verbales, que he denominado Ahora bien, esto que denomino “ges- gesto psíquico, y los he concebido como tos psíquicos” en realidad son registros una secuencia de imágenes ideo-pictográfi- de vincularidad relacional, es decir, series cas que, a la manera de un tráiler, codifican de procedimientos psíquicos, en formato en el psiquismo de cada sujeto la cualidad imaginario, que determinan una específica de la emoción que lo vincula con el objeto. modalidad de significar el encuentro con lo Por ejemplo: ‘me devora y tengo que huir’ real y que ha devenido una preconcepción. o ‘controlo al otro que es mi esclavo’ o ‘me Tendría su origen en las herramientas rela- humilla y siento vergüenza’, etc. cionales y procedimientos para manejarse Es debido a esta forma de represen- con la realidad, internalizados a raíz de la

18 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica interacción con los objetos primarios, quie- La primera, es lo que vimos antes de nes irreductiblemente transfieren al sujeto que hay un importante grupo de vivencias infantil, es decir, le transmiten, le contagian de tiempos inmemoriales que sólo son sus propias formas idiosincráticas de vincu- cognoscibles a posteriori de ser recorda- larse con la realidad, que incluyen ansieda- das a través de lo repetido en acto que de- des, defensas y modos de representar. Y es nomina Agieren. Freud está planteando por por donde se transmite la genealogía fami- primera vez que lo no representado-en-pa- liar. Podríamos definirlo como determina- labras retorna como compulsión de repe- dos guiones-relacionales que se escuchan tición. Ya no es el retorno de lo reprimido, en el análisis, surgiendo silenciosamente que alguna vez fue verbalizado, una ‘repeti- e imponiendo cierto modo de ser y estar ción blanda’ como lo denominé hace años a la pareja analítica. Específicos rasgos de (Sapisochin, introducción), sino del retorno carácter que son egosintónicos. De ahí lo de lo que nunca fue reprimido porque ja- de gesto psíquico. Como se aprecia, esto más estuvo ligado a la palabra. determina una clínica diferente a la clínica Pero lo que me interesa discriminar del retorno de lo reprimido a través de las entre esta visión de la resignificación a formaciones sintomáticas no caracteriales. posteriori y la visión de Freud, es que, para Los gestos psíquicos son un sistema Freud, el conocimiento a posteriori es un de registro imaginario de la emoción sólo conocimiento de la maduración pulsional inferible a posteriori de cómo el objeto, post-puberal que permite transformar un el analista en la situación analítica, intuye contenido psíquico pre-sexual en sexual. cómo ha sido posicionado por el pacien- Se trata de la Nachträglichkeit freudia- te en el encuentro. Es decir, cuando su na que Lacan tradujo como après coup. contra-transferencia deviene accesible ¿Cómo lo entiendo yo? Para mí también es a la introspección a posteriori (Nachträ- un problema de maduración pero no de glich) de una puesta-en acto-dramático o maduración psicosexual. En este modelo enactment. que estoy describiendo, es un problema En ese sentido, mi propuesta descri- de maduración en las cualidades formales be la manera mediante la cual este tipo de de la representatividad. A mi entender, es material no verbal se hace presente en el un problema de transformación cognitiva, proceso analítico sólo a través de esta mise transformación de formas más que de con- en scène imaginaria, técnicamente deno- tenidos sexuales. En ese sentido, el après minada puesta-en-acto-dramático (enact- coup que produciría este tipo de cura que ment), que supone la transformación de un propongo sería crear las condiciones para gesto psíquico del analizando en un gesto pensar lo impensado verbalmente, debido psíquico de la pareja analítica. a estar registrado de manera imaginaria, Volvamos nuevamente al artículo de como secuencias de imágenes en las que Agieren del 14 y veamos mis diferencias sujeto y objeto se vinculan. Lenguaje icóni- con Freud, al menos con el Freud explícito. co que es desconocido por el Yo. En mi relectura de este texto, Freud propo- Momentos arcaicos de avant-coup ne de manera implícita una nueva moda- como los denominaban Le Guen y poste- lidad del recordar en el proceso analítico riormente Green. Momentos que requie- bastante alejado de lo que venía siendo el ren, como le dice Freud a Fliess en la carta método analítico centrado en el par asocia- hoy número 112 -del 6 de diciembre del ción libre-atención flotante. ¿Por qué? Por- 96-,, de otorgar un nuevo formato de re- que Freud propone dos cosas: gistro representacional. Dar formato verbal

Gabriel Sapisochin 19 a estos gestos psíquicos que nunca pudie- cucha, para ser re-conceptualizada como la ron ser pensados verbalmente y adquieren via regia de acceso a lo inconsciente. Hay vida verbal por primera vez en el análisis. un cambio de modelo: del deseo incons- Pero esto no implica que permanecieran ciente presentándose en el escenario de en el psiquismo como no representable e los sueños, a re-presentarse en el esce- in-efectivo. Por el contrario, los gestos psí- nario analítico. Sobre ello, no sólo hay una quicos producen efectos sin que el sujeto propuesta técnica sino una teoría implícita sea consciente de ello. de la curación de la enfermedad mental. Y en ese sentido, en la controversia ¿Por qué? La curación ya no depende tanto entre vía di levare y via di porre, es decir, de recuperar recuerdos como de producir- entre insight e internalización de nueva ex- los, de construir un modelo de pasado den- periencia relacional, creo que lo primero tro del encuadre a través de la actuación que está en juego en todo enactment es la transfero-contratransferencial. posibilidad de que el paciente pueda tener ¿Y cuál es la consecuencia técnica insight de lo repetido. Insight que permite de todo esto? En este modelo de escu- que lo no pensado verbalmente sea aho- cha analítica que estoy proponiendo, lo ra pensado por el Yo y se detenga la re- inconsciente del analizando no está ni de- petición enactada, dejando espacio para bajo ni detrás de su discurso manifiesto una nueva experiencia de ser y estar con verbal, como lo es en el modelo topográfi- el analista, y con infinitos nuevos objetos. co, sino dentro del espacio de intersección Podríamos decir que la patología podría emocional que lo une y separa de su ana- concebirse como un problema de espacio lista. Es el espacio de puesta-en-acto-dra- mental demasiado lleno de gestos psíqui- mático donde se crean los Objetos-de-es- cos del pasado como para aprender de la cucha-psicoanalítica a través del recluta- experiencia del presente. miento del analista como actor invitado Lo definitorio en mi modelo sigue de un guión inconsciente del paciente re- siendo el insight de esta repetición, a través gistrado como gesto psíquico (Sapisochin, del dispositivo del enactment, que crea las 2007, 2011, 2013). condiciones para la verbalización. En esto Lo importante que quiero destacar me diferencio de otros autores que teori- es que la pareja analítica co-produce, a lo zan sobre el enactment y que lo consideran largo del proceso, lo que he denominado más centrado en la función de una nueva “Objetos de Escucha Psicoanalítica”, crea- experiencia vincular a internalizar. dos entre las subjetividades de analizando La segunda cuestión es que este tipo y analista, como de manera similar lo han de vivencias arcaicas sólo serán cognosci- descrito Green (1975), de M´Uzan (1978) bles a través de Agieren y Nachträglich; a y Ogden (1994). posteriori, dice Freud, après coup, tradujo Estos Objetos de Escucha son formas Lacan. ¿Y qué quiere decir para mí todo ideo-pictográficas que, a la vez que repre- esto? Que sólo pueden ser expresadas, sentan simbólicamente el tipo de vincula- comunicadas a otro a través de la dramati- ción emocional entre los participantes del zación transferencial. Como dije antes, pa- encuentro, expresan la emoción que los reciera que de un plumazo Freud sentencia vincula. Por ello no son un destino final sino lo que había sido su primera propuesta so- objetos-de-conocimiento, es decir, una es- bre la transferencia, que dejará de ser para tación de tránsito irreductible en el camino la mayoría de los analistas, salvo para los de la escucha de la realidad psíquica sim- analistas lacanianos, una resistencia a la es- bolizada imaginariamente que ha devenido

20 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica realidad virtual de la pareja analítica (Sapi- mación en objetividad a través de aconte- sochin, 2014, 2015). cimientos exteriores que los simbolicen, Habitualmente es el analista quien tornándolos visibles. desde una posición de tercero crea una En esta modalidad de conceptualizar ficción narrativa, que describe con un pen- la simbolización, lo que cuenta es la posibi- samiento verbal las diferentes posiciones lidad de ver representado un estado emo- identificatorias dramatizadas por la pareja cional, invisible para el sujeto, en una rea- analítica, que representan simbólicamente lización exterior que lo vuelve perceptible cierto gesto psíquico intrasubjetivo del ana- de manera dramática como precondición lizando. En otros casos, es al supervisor a para ser narrado mediante las palabras quien corresponde la tarea de gestar la fic- creadas por el Yo. Una manera de recordar ción narrativa de esta folie à trois. el pasado ausente representado en el pre- Antes de terminar querría discutir con sente actual. Uds. dos asuntos. Cuando estos acontecimientos suce- El primero es que esta modalidad de den en el proceso analítico, los denomina- concebir los procesos de representación mos puesta-en-acto-dramático (enactment) simbólica, remarco, que requieren de un por la co-participación transfero-contra- rodeo intersubjetivo para volverse explíci- transferential. Así, pues, esta represen- tos, concuerda con los estudios contempo- tación dramática deviene el símbolo que ráneos sobre la memoria (Schacter, 1987; representa imaginariamente y comunica la Edelman, 1989). De hecho, Hans Loewald, emoción inconsciente que une a la pareja ya en los años 70 del siglo pasado, hablaba analítica. de una enactive memory. M. Klein (1957, p. 176) denominó a Efectivamente, en la actualidad se esta manera de recordar “memories in fee- supone que los registros mnémicos no ar- lings”, es decir, recuerdos en forma de sen- chivan recuerdos de la experiencia sino ca- timientos, para enfatizar la idea de que se tegorías o modalidades de vinculación con recuerda un estado emocional vivenciado lo real, que se expresan a través de cierto a través de realizaciones en el presente del acontecimiento para poder expresarse. escenario analítico. Fred Busch (1989) lo Experiencias afectivas que se registran por ha denominado “memories in action”. Una fuera del procesamiento consciente y por idea del trabajo del recordar en el cual lo fuera de la representatividad verbal. Es por ausente, al devenir acontecimiento presen- ello que la experiencia buscada con objetos te, en el aquí y ahora del proceso analítico, de la realidad presente sería lo que vuelve adquiere a posteriori (Nachträglich) estatu- visible y objetivable esa categoría emocio- to de recuerdo. Un proceso de presentifi- nal, registrada como gesto psíquico, e invi- cación del pasado que produce convicción sible a la lógica verbal del Yo. Los Sandler y un insight en el paciente que no es inte- fueron uno de los primeros analistas en lectual sino vivencial. recoger este hecho de comprobación clíni- Es por ello que, contemporáneamen- ca describiendo dos tipos de inconsciente: te, trabajamos con el supuesto teórico de el inconsciente presente y el inconsciente que el pasado que conoceremos como pasado. El inconsciente pasado no es cog- analistas y del cual podríamos opinar, será noscible sino a través de su actualización siempre un pasado re-creado a posteriori con objetos del presente. desde el presente co-dramatizado en la si- La novedosa propuesta es la idea de tuación analítica. Y por ello, toda interpreta- que la subjetividad tiende a su transfor- ción del presente, dramatizado en el esce-

Gabriel Sapisochin 21 nario transfero-contratransferencial, es im- 1997; Levine, 2012), lo sabido-no-pensado plícitamente la construcción de una histo- (Bollas, 1987), lo no advenido (Faimberg, ria ausente que se supone que ha quedado 2013). Propuestas que, a mi entender, elu- registrada como gesto psíquico, inaccesible den la necesidad de diseñar nuevos mo- para el Yo parlante y sólo representable a delos teóricos que permitan, por un lado, través de Agieren en sentido ampliado. conceptualizar los registros psíquicos más Es decir, para mí, la construcción no acá de la palabra, y en segundo lugar, di- surge de la falta de representación que señar nuevos dispositivos para abordarlos convoca una figuración en la mente del de manera específicamente psicoanalítica. analista propuesta al paciente, como es el Mi propuesta se aleja radicalmente de modelo planteado por los Botella, sino que un modelo hidráulico del psiquismo por- surge de la verbalización de una represen- que me es difícil concebir la existencia de tación dramática co-producida por la pare- elementos psíquicos que se repiten com- ja analítica que expresa un gesto psíquico pulsivamente, tendiendo a la invariancia, y del paciente registrado no verbalmente. que carezcan de registro psíquico. La pre- La última cuestión, antes de termi- gunta que recorre toda mi teorización es nar, es otro asunto que atañe a las sim- si un saber existencial, es decir, una espe- bolizaciones imaginarias, que creo que es cífica posición subjetiva, puede carecer de pertinente tener en cuenta. Muy frecuen- algún tipo de registro representacional en temente, se considera que el núcleo de lo el psiquismo. En mi entender, de lo que se dramatizado en un enactment son los as- trata es de evaluar en el nivel de comuni- pectos subjetivos irrepresentables (Green y cación, y con cuáles sistemas de simboliza- Botella) o no simbolizados (Cassorla, 2005; ción, está funcionando el paciente en cada Steiner, 2006; Levine, 2012). A mi entender momento del proceso. es porque se sigue pensando la clínica con Entiendo que alguien podrá pregun- un supuesto implícito del actuar (Agieren) tarse qué relación tiene esto con el trabajo de acuerdo al modelo topográfico, en el de la pulsión de Muerte. Creo que mucho cual todo aquello que no accede a estar re- pero se trata de otro modelo. No debemos presentado verbalmente se supone que se olvidar que la pulsión no es un existente descarga como actos motores, evacuativos empírico sino un modelo que explica cier- de una presión económica, que no condu- tos funcionameintos del psiquismo que cen a la elaboración psíquica. Un modelo escuchamos clínicamente. Constructos, de psiquismo que me gusta definirlo como ‘seres mitológicos’, lo denominaba Freud logo-céntrico e iconó-fobo. con humildad y que, a veces, los analistas Como vimos antes, el modelo topo- reificamos. Recordemos que cuando Freud gráfico dejó irresuelto el problema del introdujo en 1914 su noción de recordar a afecto, que es considerado un fenómeno través de Agieren, propuso, en ese mismo de descarga económica de elementos que texto y por primera vez, la noción de com- por no haber sido ligados a la palabra, per- pulsión de repetición. Y, aunque aún no manecen con estatuto de pre-psíquicos. había introducido el modelo de la pulsión De ahí que muchos desarrollos post-freu- de Muerte, sostiene que se repite com- dianos hayan retenido este supuesto implí- pulsivamente en acto lo que no puede ser cito y postulen la idea de lo no mentalizado recordado verbalmente. Cuando en el 20 (Marty, 1980; Fonagy 1991), lo irrepresen- introduce la noción de pulsión de Muerte, table (Green y Botella, 2003), lo pobre- sostiene que lo repetido compulsivamen- mente representado (Lecours, Bouchard, te en acto es la expresión de la pulsión de

22 Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica Muerte. ¿Cómo lo entiendo yo? En términos término, se trata de reflexionar acerca de que la muerte mentada es la muerte meta- cómo cura el psicoanálisis. Muchas gracias fórica del Yo parlante. Como dije antes, hay por su atención. un conflicto de formas representacionales porque lo que empuja para encontrar una realización intersubjetiva son modos de Bibliografía significar el encuentro con lo real, transmi- tidos por los objetos primitivos. Modos re- Álvarez de Toledo, L. (1996 [1954]). “The lacionales que jamás fueron pensados por analysis of ‘associating’, ‘interpreting’ and ‘words’”. Int. J. Psychoanal., 77: 291– el Yo porque pertenecen al inconsciente de 317 (1954). los padres, quienes identifican proyectiva- Arlow, J. (1963). “The supervisory situation”, mente en su vástago una historia conflic- J. Am. Psychoanal. Assoc., JAPA 11: 576- tiva que lo pre-existe. Y estos gestos psí- 594. quicos, que no olvidemos que son formas Austin, J. (1962). Cómo hacer cosas con las palabras. Barcelona: Paidós. arcaicas de significar el encuentro con lo BION, W.R. (1950). “The imaginary twin”. En: real, alienan al Yo. Muchos autores han ha- Second Thoughts, London: Maresfield blado de esto. Haydée Faimberg habló de Reprints, pp. 3-22. telescopaje de generaciones, Marucco y los Bollas, C. (1987). La Sombra del Objeto: Botella lo denominan “memoria del Ello”. Psicoanálisis de lo Sabido no pensado. Buenos Aires: Amorrortu editores. Lo importante es que existe posibilidad de Botella, C. y S. (2003). La figurabilidad entender la muerte del Yo por la invasión psíquica, p. 69. Amorrortu editores: de estas modalidades arcaicas jamás pen- Buenos Aires. sadas verbalmente. Busch, F. (1989). “The compulsion to repeat Como síntesis final: mi propuesta su- in action: a developmental perspective”. Int. J. of Psych., 70: 535-544. pone que el doble registro representacio- ______(1974). Seminarios de Psicoanálisis, nal del psiquismo inconsciente, verbal e Buenos Aires / Barcelona / México: imaginario, tiene como contrapartida dos Piados, p. 51. modalidades de escucha psicoanalítica ______(1996). Cogitaciones, Valencia: psíquica, diferenciadas y adaptadas a su objeto de Buenos Aires: Amorrortu. ______(1995). “Do actions speak louder than observación psicoanalítica. En un caso, la words? A query into an enigma in escucha a las producciones de lo dinámi- analytic theory and technique”. J. Am. camente reprimido y, en el otro, la escucha Psychoanal. Assoc., 43: 64. a los gestos psíquicos innombrables por Cassorla, R.M. (2005). “From bastion to enactment: The non-dream in the el lenguaje verbal, y por consiguiente no theatre of analysis”. Int. J. Psychoanal., expresables a través del par asociación li- 82: 1155-70. bre-atención flotante, sino por el rodeo de Castoriadis-aulagnier, P. (1975). La lo puesto en acto dramáticamente. violencia de la interpretación, Buenos De esta manera se crean las condi- Aires: Amorrortu editores, p. 42. Deutsch, H. (1926). “Occult processes ciones para que el analizando adquiera occurring during ”, insight verbal de los gestos psíquicos re- Imago,12: 418. Reproducido en petidos compulsivamente. Nuevo cono- Devereux, G. (1970). Psychoanalysis and cimiento que fortalece al Yo en su apro- the Occult, New York: I.U.P., pp. 133-146. piación y lucha contra lo alienante de lo Edelman, G. M. (1989). “The remembered present: a biological theory of inconsciente-no-reprimido. Algo que, como consciousness”. N.Y.: Basic Books. dije al comienzo de este trabajo, no es un Faimberg, H. (1985). “El telescopaje de preciosismo semántico porque, en último generaciones: la genealogía de ciertas

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Gabriel Sapisochin 25 Comentario al trabajo “Fenomenología y metapsicología de la escucha psicoanalítica”

ECOS del Dr. Gabriel Sapisochin

Olga Varela Tello*

e es muy grato y considero un gran privilegio poder comen- tar tan importante trabajo. Más que comentar me gustaría Mcompartir lo comprendido y sentido durante la lectura del mismo. El Dr. Sapisochin señala que el analista, en el trabajo clínico, tendría que prestarse a una regresión del modo de percibir, para dejar sus controles conscientes y desabrocharse, como diría An- dré Green, de su manera consciente de percibir, para entrar en un singular modo de percibir lo inconsciente sin palabras. Se prestará entonces a ser invadido y usado por el paciente a través de lo sentido: es el discurso sin palabras que llevará a la comprensión a posteriori de esto sentido. Inicio la lectura del trabajo tratando de colocarme en esta po- sición. Lo primero que salta a la vista es la idea planteada por él cuando dice que Freud se desdijo de su propuesta de curar por la recuperación de recuerdos verbales reprimidos, ya que existen en nosotros contenidos que nunca fueron entendidos por la lógica verbal del Yo, y entonces estos contenidos se re-presentarán, es decir que se volverá a hacer presente en el escenario analítico, so- lamente a través de la dramatización en vivo y en directo. Es decir, la transferencia expresándose a través de actuaciones dramáticas del paciente en presencia del analista; estamos ante el trabajo “Re- codar, repetir y elaborar”. Pero el Dr. Sapisochin avanza unos pasos más al señalar * Olga Varela Tello, que en el proceso contra-trasferencial existe un compromiso in- Psicoanalista en función didáctica de la consciente del psiquismo del analista. Algo difícilmente capturable Asociación Psicoanalítica de Guadalajara. por introspección y del que el analista toma conciencia sólo por Directora de Extensión el efecto sintomático de ser una discontinuidad en su capacidad y Difusión del ILAP para pensar en su paciente; entramos así a la idea de que un ana- [email protected]

26 lista siempre en control descuidaría esta sea su vida cotidiana, dispondrá de mu- comunicación que está basada en la ha- chos más estímulos en su vida para tener bilidad del analista de poder trabajar sin más escenas vividas con posibilidad de re- controlar con el saber, una idea muy im- currir a ellas para el desarrollo óptimo de portante y difícil para el analista, dejar los su capacidad para ensoñar con el paciente controles conscientes y dejarse llevar para y utilizar la figurabilidad de lo imaginario, escuchar el inconsciente de una manera lo que en el momento está sintiendo sin distinta a la que nos da la comunicación todavía comprender, ya que esto lo hará a través del lenguaje, y al mismo tiempo a posteriori cuando recurra a la palabra estar muy bien analizado para no identifi- para interpretar. carse con un objeto interno del paciente, Se trata de algo que aparece sorpre- lo que le impediría escucharlo. sivamente en la mente del analista: escu- Empiezo a ver que estos planteos cha empática del Yo del analista funcio- -aun cuando, como señala el Dr. Sapiso- nando como un procesador de datos que chin, ya fueron expuestos por Sigmund busca, a partir de cierto estado psíquico, Freud- cambian la técnica analítica plan- la clave del analizando en determinada teada por Freud de hacer consciente lo in- experiencia vivencial, susceptible de dar consciente a través del análisis del incons- representación simbólica a dicha posición ciente reprimido; ahora nos enfrentamos subjetiva. Explica el Dr. Sapisochin: se trata a ese inconsciente que, como el Doctor de un vínculo que ambos miembros de la sostiene, no es irrepresentable ni innom- pareja analítica repiten de manera incons- brable, no; es otro modo de representa- ciente, siendo lo inconsciente la repetición ción y otro modo de representar que ne- actuada y no un determinado contenido, y cesariamente tiene que tener otro modo que sólo será conocido a posteriori. de ser escuchado. Esta parte la consideré Interesante propuesta que me lleva de primordial importancia. Estamos ha- a pensar varias cosas, en algo a lo que el blando de un psicoanálisis más profundo, mismo Doctor hace alusión: el mandato más completo, si lo podemos llamar así. de que el analista no debe actuar ni com- Haciendo sólo consciente lo inconsciente pletar a su paciente, y sucede que ahora a través de la palabra, dejamos fuera lo sería lo que hay que hacer para tener con- original arcaico, que es el de la época en tacto con lo más profundo del psiquismo. que el lenguaje aún no estaba estableci- El Doctor, usando la palabra que usara do. Me recuerda aquello que André Green Freud, lo llama “Agieren”, en el sentido am- sostenía como la diferencia entre hacer pliado que incluye la irreductible implica- psicoanálisis y hacer ortopedia. Concuer- ción de la contratransferencia del analista; do con esta idea, así como con la idea de se trata de una específica modalidad de que se requiere más de este analista que registro representacional imaginario que de aquél que escuchaba en atención flo- sólo se expresa a través de lo actual y tie- tante para comprender el discurso e inter- ne como característica que es inconscien- pretar. Se requiere ahora de un analista te y no es motora. dispuesto a ser invadido por el paciente Entiendo entonces que es algo que para poder interpretar con su propio apa- inevitablemente se va a dar en el consul- rato psíquico. A decir del Dr. Sapisochin, torio a manera de comunicación sin len- mientras más amplio sea el análisis y los guaje como tal, que nos permitirá enten- reanálisis de un analista, menos defensas der estratos más profundos del psiquis- caracteriales tendrá, y mientras más rica mo; se dará sin la voluntad consciente de

Olga Varela 27 ninguno de los participantes. Tratando de Estamos en el terreno de la pulsión, entender su propuesta, llego a una parte de lo imperativo de la misma. Tener la del trabajo del Dr. Sapisochin que me sa- comprensión de lo que el Dr. Sapisochin cude y me hace comprender su verdade- nos plantea, nos lleva a terrenos profun- ra dimensión. El autor explica: el paciente dos que podríamos alcanzar siempre, y recluta al analista para que sea partícipe cuando estemos dispuestos a dejarnos de esta puesta-en acto-dramático; “reclu- llevar, a no tener, en momentos, el control ta al analista”, una frase que me atrapó, y de nosotros mismos, a no angustiarnos que muestra lo inconsciente de la puesta porque nos perdimos e hicimos cosas de en acto. Me lleva a pensar que la prohibi- las que no nos percatamos. Menuda tarea ción a actuar, tan conocida por nosotros y el poder no angustiarse porque no enten- que tantas culpas despertó, no es en este demos todo y sólo es en el a posteriori que sentido, aquella actuación sería conscien- podemos recuperar el control de noso- te y hecha; para la gratificación de alguna tros mismos para poder interpretar con el satisfacción pulsional del analista; esta Yo libre del drama en el que participamos puesta en acto es inconsciente; el pacien- y para el que el paciente nos reclutó. Qué te recluta al analista para participar en su bien analizados tenemos que tener nues- libreto. El analista no se percata de que lo tro narcisismo y nuestra omnipotencia. está haciendo, y sólo después de darse Muchas gracias, Dr. Sapisochin, por este cuenta de que algo pasó de lo que no se excelente trabajo. dio cuenta, lo hace consciente y es como si recuperara su posibilidad de pensar y comprender lo que había perdido.

28 Comentario al trabajo del Dr. Gabriel Sapisochin El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico

Dra. Silvia Cantis* ECOS

A modo de introducción

uestra profesión y nuestro trabajo cotidiano requieren redes- cubrimientos permanentes, ya que el psicoanálisis, además Nde ser un método terapéutico, es una teoría viva y, como tal, debemos siempre pensarla y repensarla, soñarla y re-soñarla, des- cubrirla y re-descubrirla. En este sentido, me es muy gratificante compartir este viaje con todos ustedes, viaje en el que espero y de- seo que durante las horas de nuestro trabajo en común consigamos replantearnos una vez más cómo podemos comprender los efectos que un tratamiento psicoanalítico tiene sobre nuestros pacientes. Mi intención hoy es mirar de cerca lo que ocurre todos los días en nuestros consultorios mientras estamos trabajando en esta increí- ble, apasionante y solitaria profesión. En dicho contexto, agradezco a la Asociación Psicoanalítica de Guadalajara por darme la libertad para hablar de temas clásicos del psicoanálisis de siempre y de la clínica de todos los días; también agradezco a todos los aquí presentes por su predisposición a volver a pensar en todo ello. Espero que estas horas de trabajo sirvan tan- to para refrescar ideas más conocidas como para plantear algunas cuestiones puestas en la mesa de la actualidad psicoanalítica. Pensemos por ejemplo en cómo ha cambiado el enfoque de la importancia de la relación analista-analizado como co-gestora de cambio psíquico, como si en la actualidad la comprensión de la ac- ción terapéutica del psicoanálisis ya no estuviera tan alejada de las características particulares de cada diada analítica. Quiero aclararos, en relación al misterio del título, que fue una *Silvia Cantis Silberstein paciente que traté bastantes años atrás, quien se preguntó poco Asociación Psicoanalítica de Madrid tiempo antes de terminar su análisis qué clase de “alquimia” (pa- Psicoanalista didacta labra usada por ella misma) se había producido para que su vida [email protected] hubiera cambiado tanto, para que sus síntomas se hubieran alivia-

29 do o desaparecido y pudiera vivir su vida mos en ningún caso de curaciones totales más felizmente. Ella lo llamaba “alquimia” ni de una supuesta adquisición de normali- en el sentido de una cierta magia que no dad. Este punto de partida resulta útil para se explicaba, recuerdo que me decía: “Yo pensar en qué se ha puesto en juego para vengo, hablamos de todo un poco, y estoy que esa particular modalidad de remisión mucho mejor. ¿Qué pasa aquí? ¿Qué clase se produzca y de qué estamos hablando de alquimia se produce? ¿Qué hace o dice cuando hablamos de curación. En psicoa- usted que no pueda decirse o hacerse en nálisis llamamos ‘curación’ a la modificación una charla con una amiga?”. favorable de sufrimientos u organizaciones A veces los pacientes nos enseñan, y patológicas, disminución del dolor psíquico su palabra, “alquimia”, me gustó y me que- y aumento de la capacidad de enfrentar dó grabada. Pensé que era una excelente los conflictos, poder aceptar frustraciones pregunta que sinceramente no hubiera con mejores recursos y menor sufrimiento. sabido cómo contestarle en ese momento En esta apasionante profesión, buscamos y que tenía que pensar. Mi paciente tenía conseguir que alguien pueda sentir amor, razón, había una misteriosa alquimia que pueda disfrutar de sentirse creativo en su comprender y, en eso, supongo que al trabajo, adquiera capacidad para el juego, menos en eso, hoy estaríamos de acuerdo para el humor, pero sobre todo buscamos aquí. ayudar a una persona a sentirse más libre ¿De qué dependen las distintas mo- y más capaz de conectar. Se trata de crear dalidades elaborativas? ¿Qué relación tie- las condiciones para la libertad y creativi- nen con el insight? ¿Qué es lo que es de- dad de cada persona, evitando progresi- seable conseguir en un proceso analítico? vamente que la repetición lo aprisione y ¿Y de qué manera lo podemos promover o empobrezca. favorecer? ¿Por qué como cura el psicoaná- Seguramente a cada uno de los que lisis? ¿Y por qué hablamos de cura? estamos aquí, hoy se nos ocurriría otra Aquí cabe una primera aclaración: manera de comprenderlo y, por tanto, de como vemos, soy de los que piensan cla- explicarlo, y hablar de los distintos criterios ramente que lo que buscamos en nuestro de curación en psicoanálisis sería intermi- trabajo con los pacientes es una remisión nable. clínica; como decía Freud en 1895: “susti- Veamos como muestra una lista de tuir el sufrimiento neurótico por la miseria los distintos objetivos que se pueden es- cotidiana”. perar que se cumplan en un paciente du- Los psicoanalistas Baranger y Mon, rante un proceso psicoanalítico, teniendo con la inteligencia que caracteriza sus es- en cuenta que, en este listado, confluyen critos, hacían un curioso juego de palabras. diferentes líneas teóricas y técnicas. Aquí Decían que seríamos víctimas de una “idea veremos lo que debería ocurrirle a los pa- incurable”, y esta idea incurable no es otra cientes mientras que nuestro papel como que la idea de curación. analistas sería procurar comprender los Aún asumiendo los riesgos del llama- procesos enumerados y transmitir esta do “furor curandis”, creo que en ningún comprensión al paciente. tratamiento psicoanalítico puede ni debe Hablaríamos entonces según las épo- estar ausente una intención curativa te- cas y los modelos teóricos o esquemas re- niendo en cuenta, sin embargo, que no ferenciales de: Abreacción. Catarsis. Llenar todo lo que sucede en un análisis es curati- lagunas mnémicas. Recordar en lugar de vo; claro que, demás está decirlo, no habla- repetir. Hacer consciente lo inconsciente

30 El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico (1º tópica). Levantar represiones. Transfor- hace que necesitemos replantearlos con mar la neurosis en neurosis de transferen- sus cambios ya que, como bien sabemos, cia. Resolver fijaciones infantiles. Madura- nuestra disciplina no se puede enfocar ción de la personalidad. Conocimiento de como una teoría cerrada donde todo ya sí mismo. Adquisición de insight. Donde está dicho porque eso significaría la muer- esté el Ello debe estar el Yo. Elaboración. te de la teoría psicoanalítica. Capacidad de sublimación. Capacidad de reparación. Mejor relación con los objetos Proceso internos. Cambios en el mundo interno. Mayor libertad interior. Plasticidad del Yo. Veamos, para empezar, cuáles serían los Autonomía del Yo. Adaptación. Integrar es- elementos constitutivos de un proceso psi- cisiones. Síntesis del Yo. Reducción de cliva- coanalítico, proceso en el que, como bien jes. Discriminaciones. sabemos, se entablan complejos vínculos Como vemos, el trabajo no es fácil, no entre analista y analizado que caracteri- es corto, no se puede realizar en cualquier zan el establecimiento y mantenimiento de condición y la exigencia es grande. la situación analítica, dentro de la cual se Para mi recorrido de hoy con todos crearán las condiciones para el desarrollo ustedes, he elegido algunos conceptos con de la neurosis de transferencia. Tanto el el objeto de dar una cierta organización a encuadre, marco fundamental para esta- mi exposición, sabiendo que son apartados blecer las normas, como el contrato o pac- que no se pueden diferenciar tan esque- to analítico como acuerdo entre las partes, máticamente. Estos apartados son: carac- funcionarán como formas de protección y terísticas del proceso analítico, insight, ela- organización, y llamamos proceso analítico boración, temporalización de experiencias propiamente dicho al funcionamiento de y aspectos de la relación analista-paciente. todo este dispositivo a través del devenir Desarrollaré estos conceptos según temporal. mi propia perspectiva, contando con valio- Por otro lado, damos por sentado que sos aportes de autores que considero im- el proceso analítico debe producir cam- portantes para una mejor comprensión de bios, y esos cambios son los que llamamos la acción terapéutica. acción terapéutica del psicoanálisis. Durante mi exposición, voy a abor- Recordemos aquí la cantidad de me- dar estos temas con la intención de dejar táforas que usó Freud para describir las caminos abiertos y no de llegar a ninguna características del proceso analítico, la me- conclusión cerrada; lo que busco en este táfora bélica en la cual se señalaba la inva- encuentro es suscitar el interés y la curio- sión del territorio por el enemigo que era la sidad de todos ustedes, y ofrecer mi ma- neurosis y su reconquista por el tratamien- terial simplemente como una herramienta to analítico; la metáfora arqueológica en la de trabajo. cual se apreciaban, en las excavaciones, Creo plenamente en la necesidad de distintas capas subterráneas de restos edi- delimitar ciertos conceptos aunque sea es- ficados y destruidos; la metáfora escultural quemático; pienso que es un ejercicio de con su célebre “per via de porre” y “per via discriminación necesario. Y planteo esta de levare”; la metáfora telefónica, la metá- necesidad en la idea de que quizás son fora quirúrgica, la metáfora ajedrecista. Así los mismos conceptos los que no están vemos cómo el proceso analítico no era claramente discriminados o que la cons- sencillo de acotar conceptualmente para tante evolución de las ideas psicoanalíticas Freud, y que el concepto no se agotaba con

Silvia Cantis 31 ninguna de estas metáforas, ya que cada ceso utilizados, en este caso para disimular una expresa una faceta de un problema de su inexistencia. Sucede cuando el paciente gran complejidad. intenta conformar al analista y se manifies- En los distintos trabajos psicoanalíti- ta como una suerte de movimiento circular cos sobre el tema, habría dos concepcio- en el cual el analizado viene puntualmente, nes opuestas en cuanto a la naturaleza asocia, escucha, aprueba las interpretacio- del proceso. Por un lado, la idea de que el nes y a veces las repite como un mantra, proceso surge espontánea y naturalmente; dando la impresión de que el trabajo está por otro, la concepción de que el proceso siendo útil. En este caso, el no-proceso se es un artificio producido por las condicio- encubre con apariencia de proceso. Sor- nes en que se desarrolla el análisis y a las prendente y paradójicamente, también cuales el paciente se tiene que adaptar. puede ocurrir lo contrario y encubrirse en Cuando se sostiene que el proceso el no-proceso un verdadero proceso. es natural y espontáneo, quizás no se esté Otro aporte extraordinario y de los teniendo en cuenta que son las condicio- que más me gustan, es el importante con- nes del análisis las que pueden favorecer cepto de proceso en espiral de Pichon la aparición de este proceso y mantenerlo, Riviere. Proceso en espiral que, como el así que, de alguna manera, podemos pen- mismo pensador conceptualiza en los años sar que ambos puntos de vista son reales cincuenta del siglo XX, implica todas las en este caso y se complementan. dimensiones temporales, tanto el pasado Con lo cual sostendríamos la idea de la que se repite en el presente de la situación transformación de un proceso espontáneo analítica como el futuro que en ella se abre en artefacto; quizás, más que transforma- en forma de prospectiva. Por ello, el vaivén ción, se trataría de aprovechar un proceso del proceso recorre en un sentido y en otro espontáneo para aplicarle un artefacto que las distintas vueltas de una espiral sin co- hará más fácil y fluida la aparición, así como mienzo ni final predeterminado. mantenimiento del proceso espontáneo. Esta visión del proceso resulta real- En este sentido, no se trataría de decir que mente novedosa hasta nuestros días, ya determinado conflicto adquirió intensidad que en ningún caso permite interpretar el en el análisis sino que existía tal cual, pero proceso analítico como un trayecto lineal, no se lo podía observar con la nitidez que en el cual se van recorriendo diferentes adquiere dentro de un proceso analítico. etapas entre un punto de partida y un pun- El proceso analítico como tal está es- to de llegada con una concepción más bien casamente delimitado, tanto es así que en evolutiva o de desarrollo, como han soste- muchos trabajos se define por la negativa, nido otros autores. es decir, como algo de lo que se tiene no- Para Pichon Riviere, la dialéctica del ticia cuando no está funcionando, ya sea proceso implica todas las dimensiones porque se ha detenido, ya sea porque no temporales, tanto el pasado que viene ha llegado a instalarse. En este sentido, los a repetirse en el presente de la situación Baranger y Mon señalan la importancia de analítica, como el futuro que en ella se abre detenerse en los momentos en los cuales en forma de prospectiva. La superposición el proceso no se continúa o tropieza. Ade- de las curvas de la espiral ilustra esa mez- más del llamado impasse o detención del cla de repetición y no repetición, pasado y proceso, el no-proceso puede manifestarse construcción del porvenir que caracterizan paradójicamente incluso con la aparición el proceso analítico. A partir de ahora, va- de todos los indicadores positivos del pro- mos a poner el foco en lo que considero

32 El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico lo esencial del proceso, lo que no se ve, como perspicacia, percepción o conoci- cómo se irán produciendo los cambios miento de la naturaleza de las cosas. que están ligados a la acción terapéutica Insight habla de comprensión, de ver del psicoanálisis. Por eso lo he llamado “el algo con la mente, de una especial visión laboratorio del psicoanálisis”, porque he in- que metafóricamente usa este sentido, el tentado introducir una mirada similar a la de la vista, para nombrar un proceso men- de un microscopio que pueda darnos una tal que se expresará en última instancia imagen de cerca de la forma en que se van mediante palabras; es decir que, en reali- produciendo los cambios que darán como dad, no vemos con los ojos, sino que en- resultado el alivio del sufrimiento psíquico. tendemos con la mente aunque lo llame- mos “ver”. Un ejemplo sería: “Esto tengo Insight que verlo en mi análisis”. O: “Lo veo claro”. Históricamente, las primeras apari- En el curso de un proceso analítico, los mo- ciones del término insight en la psiquiatría mentos en que aparece el insight se acom- tradicional se refieren simplemente al re- pañan de una vivencia de sorpresa y des- conocimiento de la conducta propia como cubrimiento, incluso en el caso en que el anormal; evidentemente, hoy no consi- contenido del insight sea desagradable; el deramos que se trate de un insight real. descubrir y la sensación de saber provocan Se trataría más bien de tener consciencia un cierto alivio. de enfermedad, algo que resulta muy útil El concepto de insight como tal es para pedir ayuda pero que no constituye complicado de definir y comprender en un insight. tanto toca temas clave en cuanto a la Hubo épocas pretéritas del método esencia de los procesos mediante los cua- psicoanalítico en las que se trabajaba, en- les se va consiguiendo la acción terapéu- tendiendo que era el analista quien poseía tica del psicoanálisis, temas clave como el conocimiento sobre el paciente y debía la verdad acerca de uno mismo, los pro- dar insight, insight que el analizado reci- cesos de simbolización, el desarrollo de bía. Tengamos en cuenta en este sentido pensamiento o el curso de la elaboración que el insight se consideraba curativo en sí tanto en el propio paciente como dentro mismo; el analista proporcionaba una serie de la pareja analítica. de interpretaciones iluminadoras median- Tanto el término inglés insight como te las cuales el paciente recibía un insight, el alemán einsicht, que es el utilizado en la erigiéndose el analista en alguien que sabía obra de Freud, provienen del lenguaje co- la verdad sobre el paciente porque tenía el mún, como ocurre muchas veces con tér- poder de penetrar dentro de su mente. El minos utilizados en la teoría psicoanalítica. paciente aceptaba esta verdad y, aunque La palabra alemana Einsicht se tradu- dicho así parece una caricatura, no lo es ce como comprensión, inteligencia, enten- tanto si pensamos cuántas veces los pa- dimiento, reconocimiento, consideración e cientes desearían que fuera así y nos lo so- incluso intuición, y se utiliza, fundamental- licitan insistentemente. mente, para la adquisición de conocimien- Tan importante es este concepto que, tos subjetivo-reflexivos. el hecho de lograrlo, de conseguir insight, El término inglés Insight es más utili- ha sido considerado como el instrumento zado para el conocimiento de lo objetivo; más importante de cambio en psicoanáli- su uso apunta a un sentido más instrumen- sis. En este sentido, sorprende que Freud tal y empírico, y se puede traducir también no utilizara demasiado esta noción.

Silvia Cantis 33 Tanto es así que para Etchegoyen, directamente al cambio, este tercer punto el insight ni siquiera sería un concepto de vista acerca el concepto al de elabora- freudiano, ya que considera que habría ción y acción terapéutica. Es como si prácti- sido introducido por analistas europeos y camente no se diferenciaran las adquisicio- americanos posteriores a Freud. Define al nes de insight de los procesos elaborativos. insight como un proceso mediante el cual La utilidad de discriminar entre estos alcanzamos una visión nueva y distinta de tres puntos de vista es meramente descrip- nosotros mismos cuya importancia vital tiva, creo que es claro que los tres abarcan reside en que, a partir de ese tan peculiar distintos aspectos del insight que no se conocimiento, cambiaría el significado de pueden separar tan tajantemente. Pensé- la experiencia subjetiva. Estaríamos en el moslo en el transcurso de una sesión, por centro mismo de la acción terapéutica del ejemplo: ¿cuándo estaríamos en cada uno psicoanálisis, mirando por la lente del mi- de los tres? ¿O iríamos variando de uno a croscopio, y puede que incluso observando otro sin ser demasiado conscientes de ello? el misterioso secreto de la alquimia. Entre los psicólogos del Yo norteame- Los numerosos trabajos dedicados al ricanos de los años cincuenta del siglo XX, insight se han enfocado en la dificultad de hubo un gran interés en el tema del insight, definir y diferenciar entre un insight emo- sobre todo en la discriminación de diferen- cional y un insight intelectual. tes categorías ligadas a este concepto de En una revisión amplia de la extensa difícil definición. literatura psicoanalítica que existe sobre el En uno de los estudios más extensos tema, habría fundamentalmente tres pun- y completos del concepto, se describe el in- tos de vista diferentes. sight de tres tipos diferentes, insight neutro En primer lugar, el punto de vista más o intelectual, insight emocional, e insight di- clásico en el cual el insight estaría vinculado námico u operante. Este tercer insight, lla- al descubrimiento de la realidad incons- mado operante, sería el que promueve los ciente; en este caso, se trataría de explicar cambios significativos. un comportamiento actual con base en Resulta interesante observar la impor- acontecimientos tempranos. En este punto tancia de las conexiones de sentido más de vista, se supone que el conocimiento de que la de los contenidos; esto significaría los procesos inconscientes tendría un efec- que no se trata del conocimiento adquirido to curativo aunque sabemos que no siem- directamente de una sola interpretación, pre es así, ya que este conocimiento, no sino de algo que va creciendo internamen- obstante necesario, no es suficiente para te, probablemente después de que la inter- que se produzcan cambios importantes y pretación o más bien un proceso interpre- definitivos. tativo ha sembrado un núcleo a partir del En segundo término, estarían los cual la comprensión va aumentando. Esta distintos autores que entienden el insight visión es clave, ya que a partir de un núcleo como la posibilidad de dar nuevos signifi- de insight que funcionaría como atractor, cados a contenidos psíquicos preexisten- se irían agregando nuevas capas de insight; tes. En este segundo caso, estaríamos más en este sentido, los insights más útiles se- cerca del concepto de resignificación de la rían los que promueven nuevos insights y propia historia, de la cual hablaremos am- no los vividos como verdades, más cerca- pliamente más adelante. nos a lo que podríamos llamar insights eu- Y en tercer lugar, encontramos los tra- reka o mágicos, ya que estas adquisiciones bajos de los autores que vinculan el insight ‘milagro’ se darían en modo de revelación

34 El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico súbita sin que ningún proceso de reorga- ración. A veces se ha definido insight como nización se inicie ni desarrolle. Quiero en- lo cierto acerca de uno mismo, llamando a fatizar especialmente este punto de vista todo lo demás seudo insight; sin embargo, en el cual lo importante, más que el insight tal adjudicación nos pone en contacto con en sí mismo, sería el proceso que busca el el difícil e incierto terreno de qué es verdad insight. desde el punto de vista psicoanalítico, el Una importante aportación señala complicado asunto de la verdad sobre uno desde el principio la cuestión general del mismo. insight en relación al rol del psicoanalista, También son muchas y diversas las y sostiene que lo que caracteriza un tra- explicaciones de cómo trabaja el insight. bajo psicoanalítico y lo diferencia de otros Hay autores que consideran que abordajes, es precisamente la adquisición cuando se interpretan las resistencias el de insight; este trabajo postula que la toma contenido reprimido reaparece y es acep- de conciencia se puede realizar, o bien por tado por el Yo, de modo que esta reapa- palabras o bien por vivencias que suponen rición facilita la reorganización psíquica; si contacto directo con determinados fenó- pudiéramos diseccionar paso a paso el pro- menos. ceso, se daría de la forma siguiente. A partir Habla en el primer caso de insight del reconocimiento de un conflicto, se sus- descriptivo, y en el segundo de insight os- pendería la atención activa y defensiva, la tensivo, también los llama insight de prime- autobservación y el análisis interpretativo ra mano e insights de segunda mano, ha- de las resistencias modificarían el material ciendo ver cómo el insight requiere tanto que sería posteriormente reintegrado en de lo vivencial como de lo descriptivo. Se el Yo. Estas reintegraciones sucesivas irán necesita la integración de los diferentes ti- conformando la reorganización psíquica. pos de insight, ostensivo y descriptivo, para Acercándonos un poco más al pro- que se produzcan cambios reales, ya que ceso de adquisición de insight, tendríamos los insights deben su aparición tanto a una que explicar cómo se constituyen signifi- comprensión intelectual como emocional; cados y sentidos a partir de informaciones sólo de forma intelectual es difícil conectar procesadas, y cómo es el proceso de sim- con lo más profundo, pero lo emocional bolizaciones que constituye el pensamien- “per se” puede terminar siendo una masi- to. va descarga sin más efecto a nivel de com- Cuando se produce una nueva confi- prensión. guración simbólica, se siente como insight Anna Freud distingue entre insight y se incorpora como nueva configuración, y como atención al mundo interno y com- es esta nueva configuración la que produ- prensión como lo que estaría orientado ce una sensación inequívoca de descubri- hacia el mundo externo, categorías que miento y conexión. otros autores habían denominado también Hay autores psicoanalíticos para quie- como insight psicoanalítico e insight orien- nes el insight es el resultado de una acti- tado a la realidad. vidad inconsciente de comparación con Para algunos autores, lo importante patrones, en la que se encuentra una falta sería concebir el insight como un proceso, de coincidencia, lo cual provoca una nueva entendiendo que insight y elaboración es- constelación o patrón que representa una tarían íntimamente conectados desde el nueva simbolización de la experiencia, im- principio del proceso, y no sería el insight plicando de forma crucial una imagen del el que secundariamente llevaría a la elabo- self modificada.

Silvia Cantis 35 Otro aspecto destacable es el duelo mos llamado el insight eureka; no se trata que supone la adquisición de insight, duelo de obtener un gran insight de fulminante por la forma inadecuada en que se han en- expansión y clarificación, más bien se tra- frentado los conflictos y dolor por el aban- taría de una sucesión de pequeños y re- dono de viejas e inútiles maneras de fun- petidos insights que progresivamente van cionar y el más que doloroso proceso de trabajando sinérgicamente produciendo enfrentarse a la evidencia de haber vivido cambios importantes. Podríamos visuali- engañado y afrontar el sentimiento de res- zarlo a través de la imagen de una trama en ponsabilidad por el mantenimiento de tal constante evolución, tejiendo y destejiendo engaño. Por este motivo, el insight siempre para acabar tejiendo algo más sólido y más estará acompañado de una cierta cuota persistente. de sufrimiento aunque suponga un alivio, El objetivo a lograr sería que hubiera ya que es una crisis del sistema de teorías unas estructuras de insight, series dura- defensivas que el paciente ha edificado a deras y sólidas de relaciones internas que lo largo de su existencia para protegerse. sirvan para modificar funcionamientos ad- El insight muestra la falsedad de las teorías quiridos. defensivas omnipotentes y pone al pacien- Si lo que se proporciona al paciente te frente a su desvalimiento. es un marco conceptual y a la vez afecti- Como conclusión y para resumir y vo de insight, el cambio terapéutico podrá centrar el tema, podríamos decir que el producirse. insight es una experiencia tanto de cono- El insight obtenido a través de las in- cimiento como afectiva, y que no se instala tervenciones del analista genera una rein- de una vez y para siempre, sino que puede tegración, creando nuevos aspectos en la aparecer y desaparecer para volver a apa- organización psíquica. Como consecuencia recer, desarrollándose en torno a un pro- de la elaboración, este insight puede vol- ceso en el cual un núcleo de insight atraería verse automático o llevar a la inhibición las a otros insights. Tanto el aspecto emocional modalidades previas de funcionamiento y como el intelectual habrán de integrarse, al uso de otras más apropiadas. aunque existe en este tema un cierto pre- juicio, tomando la parte más cognitiva del Elaboración insight como algo demasiado intelectual o falso, confundiendo un proceso de co- La elaboración es un concepto esencial y nocimiento con una intelectualización de- propio del método psicoanalítico en tanto fensiva. Acerca del aspecto emocional del que es el que diferencia al psicoanálisis de insight, en cambio, no parece haber dema- cualquier terapia de sugestión y constituye siada controversia, al contrario, se enfatiza una de las nociones fundamentales que re- y destaca su necesidad. corre transversalmente los diferentes mo- Es importante señalar la trascenden- delos de la teoría psicoanalítica, estando cia de los dos aspectos, ya que un insight presente en todos ellos. sólo emocional no sería suficiente, no se- En la teoría freudiana, el concepto de ría elaborativo puesto que el trabajo ela- elaboración como tal aparece en 1914 en borativo requiere de un trabajo más inte- “Recuerdo, repetición y elaboración”; fun- lectual y secundarizado que lo puramente damental trabajo cuya mayor parte está emocional. dedicada a los dos primeros temas y en el La idealización de lo emocional proba- que la elaboración sólo es aludida al final. blemente tenga que ver más con lo que he-

36 El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico [Cito textualmente] Ha de dejarse de integrarlas y establecer conexiones aso- tiempo al enfermo para ahondar en la ciativas entre ellas. resistencia hasta entonces desconocida Como bien sabemos, Freud utilizó el para él, elaborarla y dominarla […]. vocablo alemán Durcharbeiten, traducible En todo esto, el médico no tiene que como trabajo elaborativo. Esta palabra se hacer más que esperar y dejar desarro- ha traducido al inglés como working throu- llarse un proceso que no puede ser eludi- gh, expresión que además da sentido de do ni tampoco apresurado […]. algo que va sucediendo en el devenir del En la práctica esta elaboración de tiempo (Through o “a través”). las resistencias puede constituir una pe- Es interesante notar que la palabra nosa labor para el analizado y una dura arbeit, que en alemán significa “trabajo”, prueba de paciencia del médico. es utilizada por Freud en otros contextos, Pero también constituye parte de la tales como “trabajo de sueño” o “trabajo labor que ejerce sobre el paciente mayor de duelo”. Resulta ciertamente destacable acción modificadora y lo que diferencia al esta noción ligada al trabajo que aleja cual- tratamiento analítico de todo influjo por quier idea de cambio mágico, y nos hace sugestión. pensar en una tarea de larga duración, complicada, frustrante, dolorosa y que re- Recordemos la breve duración de los aná- quiere una dura prueba de paciencia. lisis en tiempo de Freud, tiempo en el que Como bien sabemos, Freud y Breuer se consideraba que un análisis era largo si tomaron este término muy tempranamen- duraba un año, y pensemos cómo se han te de Charcot, para quien había un período alargado hasta nuestro tiempo; en esto en- de elaboración psíquica entre el traumatis- contraremos una articulación importante mo y la aparición de los síntomas. Recor- con la elaboración y la paciencia necesa- demos que en los primeros historiales, el ria para dejar que el proceso elaborativo recuerdo del trauma persiste como grupo se desarrolle. Puede que allí vislumbrara psíquico separado y que el establecimien- Freud que era necesaria una duración más to de conexiones asociativas surge como prolongada del proceso analítico para con- resultado de la cura en un primer esbozo seguir un trabajo elaborativo eficaz. de elaboración. Posteriormente, la elabo- Las aproximaciones más clásicas al ración se define como el proceso por el tema señalan la elaboración como un pro- cual el analizado integra una interpretación ceso psíquico por el cual la interpretación y supera las resistencias que ésta suscita, es asimilada a través de un cambio tópico, instalándose un tipo de trabajo psíquico intrapsíquico, cuyo resultado es una modi- que permite al paciente librarse de los me- ficación dinámica y sobre todo económica, canismos repetitivos. un reordenamiento de los investimientos A partir de esta fundamental noción libidinales, que transformaría energía libre freudiana, surgen trabajos con diferentes en energía ligada. También se ha definido puntos de vista en diferentes contextos. y comprendido como un trabajo de pensa- Muchos de estos trabajos centran sus miento que liga representaciones psíqui- tesis en la idea lógica para el psicoanálisis cas, un trabajo de ligazón. de que los procesos elaborativos tendrán El clásico diccionario de Laplanche y que trabajar sobre la presencia del pasado Pontalis define ‘elaboración’ como el tra- traumático, reconstruir eventos de la in- bajo realizado por el aparato psíquico para fancia y la neurosis infantil. En algunos de controlar excitaciones en el cual se trataría esos importantes trabajos, se señala la im-

Silvia Cantis 37 portancia de la relación analítica y cómo el cionadas con la rememoración del pasa- trabajo analítico llevaría a la comprensión e do reprimido a cuyo recuerdo el paciente insight, y el trabajo elaborativo llevaría a los se resiste. El trabajo se realiza fragmento cambios psíquicos. por fragmento y se trata de un proceso de Esta idea resulta interesante; se tra- toma de conciencia de lo reprimido secun- taría entonces de poner unas condiciones dariamente. Se trabaja en el terreno de las para que el proceso se desarrolle solo. En representaciones que organizan las cade- este sentido, recordemos que la palabra nas asociativas en una reconstrucción his- durcharbeiten, usada por Freud, también tórica. Para que este trabajo se lleve a cabo, tiene como acepción “trabajo de la masa”. es necesario el desarrollo de una neurosis Sería, salvando las distancias, como de transferencia. trabajar una masa y dejarla para que se En el segundo modelo que plantea siga procesando por sí misma como real- Rousillon, estarían en juego las resistencias mente se hace con las masas de levadura. del Ello. Estaríamos trabajando en el terre- Hay autores que relacionan la ela- no de lo traumático y la repetición. Para boración con determinadas formas de ejemplificar este segundo modelo, lo com- aprendizaje que requieren de múltiples para con el juego infantil en el sentido de repeticiones y un periodo prolongado para ligar lo traumático y permitir el trabajo de tolerar el intenso displacer que produce la simbolización. En este modelo, la implica- herida narcisista que supone metabolizar ción del analista sería mayor que en el pri- la realidad propia. mer modelo ejemplificado, ya que este tra- Incluso algún autor compara la ela- bajo elaborativo sería realizado entre dos. boración con un proceso madurativo de La representación no está dada sino que desarrollo, teorizando acerca de cómo, a tiene que ser construida en un intento de partir del insight asimilado, se adquieren simbolizar lo que no ha sido simbolizado. nuevas capacidades que desembocan en En el tercer modelo, se trataría de las una concepción diferente del sí mismo y el resistencias del Superyó y la elaboración proceso de duelo por el sí mismo antiguo; estaría más ligada a la desidentificación de algo comparable al concepto de crecimien- las figuras parentales y del propio analista. to mental. En este estudio de Roussillon, vemos También hay ideas diferentes en tor- a partir de su tesis de los tres modelos de no a si el trabajo se realiza más del lado del elaboración presentes, cómo éstos abar- analista o del lado del paciente; al respecto can distintas situaciones clínicas. Pacientes pienso que los procesos elaborativos como que responderían más al modelo uno, dos los “entiendo”, se producirían en el pacien- o tres, según el tipo de patologías que se te a partir del trabajo de ambos. nos presenten. Pacientes en quienes traba- Para René Rousillon (2007), el traba- jaremos sobre una reconstrucción históri- jo elaborativo acompaña toda la práctica ca, pacientes que no han podido crear re- psicoanalítica según diferentes modelos. Y des simbólicas suficientes y pacientes que clasifica los modelos según las resistencias han quedado atrapados en identificaciones en tres clases de trabajo elaborativo: con alienantes con sus objetos parentales. Sa- las resistencias del Yo, con las del Ello y con biendo también que ninguno de los tres las del Superyó. casos funciona exclusivamente en un solo En el primer modelo, las resistencias modelo elaborativo y que también depen- (represión, transferencia y beneficios se- derá del esquema referencial del analista. cundarios de la enfermedad) están rela-

38 El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico Temporalidad e historización al mismo tiempo transformador y trans- formado, temporalizador y temporalizado, Se trata de un caso particular de elabora- va estableciendo lazos, sentidos, ligazones ción, el encuentro con la propia historia y que deberán ser secuenciadas y datadas la adquisición de la capacidad para narrarla para poder constituirse en una historia o autohistorización. Retomando las ideas sentida como propia. de Piera Aulagnier, el Yo se transformaría Es así como durante la cura se cons- en un historiador de sí mismo y el propó- truye un tiempo intermediario, un tiempo sito del análisis sería que, a partir de los específico de los procesos temporalizan- elementos fragmentarios del pasado, se tes resultando de analista y paciente una gestara una construcción histórica. Lo im- suerte de “viajeros temporales” que van re- portante sería el sentimiento de continui- corriendo las distintas temporalidades. Un dad temporal y la posibilidad de dar a esta tiempo para la infancia, para las huellas y construcción histórica una explicación que fijaciones, el tiempo del inconsciente, el de pudiera dar una visión esperanzadora del la memoria con sus recuerdos, el de la re- futuro. petición, el de la amnesia; tiempos de las En su interesante desarrollo, Aulag- distintas estrategias que, entrelazadas, van nier señala que el Yo tiene en su funciona- temporalizándose organizando lo vivido, miento la necesidad de situarse y anclarse mediante sucesivas transformaciones que en una historia que sustituya un tiempo nunca acaban, y que hacen que el sujeto vivido-perdido por una versión que el su- consiga pensarse, autohistorizarse y trans- jeto se procura en función de una reorga- formar su historia en un relato. Porque, nización. El resultado sería el conocimiento poco a poco, la autohistorización encontra- de las causas que lo hicieron ser, que dan rá su destino narrativo, siendo el relato el razón a su presente y hacen pensable e medio privilegiado para organizar la expe- investible un eventual futuro. Desde esta riencia temporal. perspectiva, el sentimiento de continuidad De esta manera, la narración es con- temporal supondría el alivio necesario para dición unificadora de la existencia temporal vivir de otra manera, destacando que, lejos y el tiempo adquiere significación, transfor- de tratarse de la calidad de lo vivido, lo que mándose en tiempo humano, al estar arti- marca la diferencia sería poder vivirlo como culado y sostenido por una trama narrativa una continuidad. como si de la “apropiación humana” del Durante el proceso analítico, a través tiempo se tratara. de lo vivenciado, el sujeto adquiere un co- En este sentido, el analista intenta nocimiento de la singularidad de su propia ayudar al paciente a construir este tiempo historia, de su propia relación con el pasa- intermediario articulado entre sus fijacio- do, el futuro y su realidad presente a par- nes a otro tiempo y el tiempo de su vida tir de la relación del Yo con el “antes” de él cotidiana, y es en ese tiempo intermedia- mismo. La tarea del Yo consistirá en trans- rio en el que encontrará una explicación a formar esos “documentos fragmentarios” los síntomas que lo detienen. Este tiempo en una construcción histórica que aporte intermediario, tiempo que se gesta en la re- la sensación de continuidad temporal, con- lación entre analista y paciente, requiere de dición sine qua non para anudar lo que se un trabajo de elaboración permanente y es es a lo que se ha sido y proyectar al futuro una creación original que conduce a dar un un devenir. Y será en esta construcción his- sentido de continuidad a lo vivido. tórica en la que el trabajo de historización, De esta manera, a través de la tempo-

Silvia Cantis 39 ralización, el sujeto es capaz de pensarse eventos, siendo ésta la forma de recordar en el terreno del tiempo humano, hacién- propia del proceso psicoanalítico, tempo- dose dueño de la propia historia, historia ralizar mediante sucesivas transformacio- que, al transformarse en narración, recon- nes que nunca acaban, e ir transformando figura nuevamente la experiencia temporal la historia en un relato haciéndola propia. y así sucesivamente en un perenne mo- Porque, poco a poco, la autohistorización vimiento sin fin. Así, habría un camino de encontrará su destino narrativo siendo el ida y vuelta que se retroalimenta a modo relato el medio privilegiado para organizar de feed-back; de un lado, el tiempo se hace la experiencia temporal. De esta manera, tiempo humano en cuanto se articula de la narración es condición unificadora de la modo narrativo, del otro, la narración se existencia temporal y el tiempo adquiere hace significativa en la medida en que reor- significación, transformándose en tiempo ganiza la experiencia temporal. humano, articulado y sostenido por una Y es esa historia secuenciable y se- trama narrativa. cuenciada la que será a la vez un pro- ducto de los procesos elaborativos. Pen- La relación analista paciente semos que una historia sin temporalizar funcionaría en un paciente como un mito Los psicoanalistas estamos trabajando ho- acerca de sí mismo, un mito en el sentido ras y horas buscando un cambio psíquico de que no podría acontecer ningún cam- en nuestros pacientes y, en este sentido, le bio con lo cual el proceso analítico resul- damos a nuestro método y a nuestra técni- taría imposible. ca la capacidad de conseguirlo. De esta ma- En el tiempo mítico, se postula una nera, teorizamos y decimos que mediante suerte de punto cero que no es observable el trabajo elaborativo se accede a posibles y que constituye un intento de explicación cambios que otros abordajes más de tipo para la temporalidad que no puede ser sugestivo no conseguirían. Es lo específico, organizada como secuenciable e histori- lo que nos diferencia y lo que justifica la zable. Desde esta perspectiva, sugiero que prolongación de los análisis y la frecuencia el anclaje a este modo de temporalidad de sesiones a tiempos que a veces son di- originaria conduciría a que lo mitológico fíciles de entender desde otros contextos. acerca de uno mismo funcionara como un En este contexto, debemos señalar obturador de la temporalización, viéndose que el trabajo conjunto de analista y pa- así impedida la construcción del tiempo ciente introduce al paciente en una rela- humano. Y este anclaje, al no ser tempora- ción nueva y diferente a todo lo vivencia- lizable, adquiriría el poder de permanecer do hasta el momento en el sentido de su eternamente, funcionando como una ca- importancia, profundidad y experiencia de tegoría de ordenamiento en la que ningún empatía, relación en la cual el objetivo del cambio sería concebible. Así, este anclaje analista será ayudar al paciente a enten- a la temporalidad de los mitos, implicaría derse. la inclusión en una temporalidad muerta, Por ello, la actitud tolerante del analis- cíclica, en la que no hay transformación ta resulta para el paciente una experiencia posible, y en esta lógica totalizante, nada nueva y real que, vivenciada repetidamen- es imprevisible porque ya todo está crea- te, favorecería los procesos elaborativos. do de una vez y para siempre. Las distin- Lo curioso es que la relación no po- tas estrategias temporales entrelazadas drá sostenerse si no promueve el insight y van temporalizándose organizando los el trabajo elaborativo, y el insight y trabajo

40 El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico elaborativo no aparecerán si no se mantie- forma a la experiencia, con lo cual se da im- ne y desarrolla la relación. portancia a los dos participantes en la dia- De esta manera, queda claro el he- da, y es este el punto de vista que dará la cho de que ambos están intrincados e in- posibilidad de crear las condiciones nece- separablemente unidos, la diada insight/ sarias para que tanto paciente como ana- elaboración y la relación analítica. Ninguno lista puedan trabajar lo más creativamente se mantiene si no existe el otro. Además, posible. en el psicoanálisis se está constantemente La idea principal sería el teorizar so- observando los avatares de esta relación, bre cómo la relación entre paciente y ana- cuestión que también constituye un insight lista es tan importante como el insight para en sí mismo que se va elaborando. producir cambios, basándonos en que es Por un lado, el análisis de la relación una relación diferente a todas las demás, permite al paciente entender lo que le ocu- una interacción empática muy profunda, rre con otras personas, y por otro, ayuda a importante y única en la que el sólo ob- ambos participantes a continuar trabajan- jetivo del analista es ayudar al paciente a do constructivamente. entenderse a sí mismo. Y es esta misma Hay estudios que se refieren a la re- relación la que resulta permanentemente lación analítica como “matriz interactiva”, y monitorizada, comentada y analizada. señalan que esta relación toma forma en Para Janine Puget, el analista, además todo tratamiento por las características de ser un sujeto-objeto transferencial, es personales de analista y analizado, sus sujeto de un vínculo con otro sujeto, su creencias, compromisos, esperanzas, mie- analizado. Por lo tanto, tendrá que sopor- dos, necesidades y deseos; considera que tar o beneficiarse del trabajo que se inicia solamente en el contexto de esta matriz in- cuando se reconoce al otro como dotado teractiva los eventos de un análisis adquie- de una alteridad irreductible. Eso hace que ren su sentido. La práctica psicoanalítica la producción que se da entre los dos suje- ha sufrido una profunda transformación al tos provenga de esta actividad vincular. En haberse pasado del modelo de un analista este sentido, esta autora teoriza pensando observador que escucha la asociación libre que el vínculo entre analista y analizado de su paciente, a pensar que la diada ana- produce algo que nunca estuvo y que llama lítica consiste en dos personas en interac- “efecto de presencia”, algo que depende ción compleja. exclusivamente del encuentro. Desde esta Sostienen que primero Freud pensa- perspectiva, cuestiona que se trate de re- ba en ciertas reglas que podrían aplicarse a petición; se trata de un efecto de presencia cualquier paciente aunque él mismo aclaró que solo se puede reconocer y percibir en que la técnica que él mismo descubrió se el espacio propio de la relación. Es así que adaptaba a lo que le servía. esta visión resulta verdaderamente radical, Más adelante en la historia de la técni- ya que pareciera entonces no haber lugar ca, se consideró que podía hacerse alguna alguno para la historia. adaptación para los pacientes que no tole- raban la técnica standard. Siempre se trata- A modo de conclusión ba de algo excepcional y surgido exclusiva- mente de las necesidades de un paciente Hasta aquí llega mi recorrido de hoy y aho- determinado. ra, resta preguntarnos: ¿hemos avanzado En nuestros días, se considera que algo en el misterio de la alquimia? la individualidad del analista también dará Como sabemos, la alquimia se define

Silvia Cantis 41 como el estudio experimental de los fenó- Bibliografía menos químicos, se desarrolló desde la antigüedad y sobre todo a lo largo del me- AULAGNIER, P. (1984). El aprendiz de histo- dioevo. Pretendía descubrir los elementos riador y el maestro brujo, Buenos Aires: constitutivos del universo, la transmutación Amorrortu Editores. de los metales y el elixir de la vida eterna a BARANGER, M.; W. Y MON, J. (1982). “Proce- través de encontrar la piedra filosofal que so y no proceso en el trabajo analítico”. Revista de Psicoanálisis, Vol. 39. pp. 527- convirtiese en oro todos los metales. De su 547. rama más empírica nació la química. BARANGER, W. (1979). “Proceso en espiral y La manera como se concebía la trans- campo dinámico”. Revista uruguaya de mutación era tomar un metal cualquiera y psicoanálisis, Vol. 59. derretirlo, agregarle una pequeña porción ETCHEGOYEN, H. (1986). Los fundamentos de de piedra filosofal y dejarlo actuar; al en- la técnica psicoanalítica. Amorrortu Edi- friarse, todo lo obtenido era oro. tores. Buenos Aires. Quizás podemos jugar a comparar FREUD, A. (1981). “Insight: It´s presence and un proceso analítico realmente como una absence as a factor in normal develop- alquimia en la cual analista y paciente in- ment”. Psychoanalytic Study of the Child. teractúan, agregamos nuestra técnica y 36, pp. 129-136. nuestro conocimiento y la teoría intraclíni- FREUD, S. (1914). “Recordar, repetir y reelabo- rar”. Obras completas de Freud. Amorror- ca que elaboramos para nuestro paciente tu Editores. Buenos Aires. 1976. Tomo en particular, y esperamos pacientemente XII. a ver cómo se va transformando. PUGET, J. (2015). “Entre pasado y futuro: Hacer Recordemos que los alquimistas no el presente. Entre presente y pasado: sólo querían volver en oro cualquier me- Hacer el futuro”. Revista de Psicoanálisis. tal, sino descubrir el elixir de la juventud Madrid. 75, pp. 195-216. eterna. ROUSILLON, R. (2009). “Repetir, recordar…: fi- El nuestro puede ser seguir pensando guras de la memoria. La perlaboración y ayudar a los demás a conocerse y pen- y sus modelos”. Revista Uruguaya de Psi- sarse. ¿Será que algo de juventud mante- coanálisis. 105, pp. 75-25. nemos así? Muchas gracias.

42 El misterio de la alquimia. Observaciones en el laboratorio psicoanalítico Psicoanálisis y alquimia, las transformaciones de la piedra filosofal. Comentario al trabajo de la Dra. Silvia Cantis: “El misterio de la alquimia. Observaciones en el

ECOS laboratorio psicoanalítico”

Cristina Oetling Ladrón de Guevara*

Tomar un metal cualquiera y derretirlo, agregarle una pequeña porción de piedra filosofal y dejarlo actuar, intentando que, al “enfriarse, todo lo obtenido sea oro, o un elixir de la vida útil para el rejuvenecimiento, y simbolice así la máxima expresión de la iluminación y la felicidad”. Este proceso de alquimia que se describe, podría representar una metáfora de lo que sucede en el encuentro de los tres elemen- tos que la Dra. Cantis plantea para el trabajo psicoanalítico: el pro- ceso, la elaboración y el insight. En estos tres elementos, se juega un juego de intercambios entre el placer, la esperanza y la prome- sa. Fenómenos constitutivos del trabajo psicoanalítico que, al igual que se creía de los elementos químicos, pueden transmutarse en un elixir de la juventud mental y del amor. En ellos se entreteje y entrelaza un no-tiempo, en que se mecen y bambolean –al decir

*Cristina Oetling L. de G. de la doctora– el instante y la eternidad, el pasado, el futuro y el Psicoanalista titular en función presente. Los placeres y las angustias de esta libertad, sucumben didáctica de la Asociación Psicoanalítica de y se levantan en este proceso tan complejo que llamamos psicoa- Guadalajara nálisis, en el que la satisfacción y la insatisfacción se entremezclan, [email protected] intentando desechar la decepción y descubrir el deseo.

43 Cuando estos elementos se entre- incertidumbre, pero lo quiere y lo acom- mezclan, alguna alquimia se produce me- paña. Trabajan en conjunto, para que su diante la presencia de una piedra filosofal fuerza surja y, mediante el insight, su pen- que ayuda a convertir los dolores, pesa- samiento se desarrolle, dando lugar a una res, angustias y locuras, en amor y acepta- creación original transformadora que con- ción, transformando el dolor psíquico en duzca a dar un sentido de continuidad a una capacidad para enfrentar los conflic- sus experiencias vividas y a las próximas tos, aceptando la frustración con el me- por vivir mediante series de relaciones in- nor sufrimiento posible. Cuando la piedra ternas duraderas que puedan modificar filosofal se acciona, se proponen las con- los funcionamientos adquiridos con ante- diciones para la libertad y la creatividad rioridad. al tratar que la repetición se detenga y el A. Green se refiere a las transforma- proceso no se aprisione y fluya. ciones cuando habla del pensamiento clí- En nuestro intento como psicoanalis- nico, a aquellas que se dan para combatir, tas de que todo esto suceda, me viene a y tratar de superar la angustia, el sufri- la mente el personaje Merlín de la película miento y el dolor (el pensamiento clínico, de dibujos animados de Walt Disney, “La pp. 14, 33). Y Bion define a la transforma- espada en la piedra”, novela inglesa escri- ción como un cambo de forma, en donde ta por Terence Hanbury White, que versa las asociaciones del paciente formuladas sobre el mito artúrico, del actual y futuro en palabras son producto de una trans- rey de Inglaterra, editada por primera vez formación de pensamientos y emociones, en 1938. Él, como esa piedra filosofal, in- referidos a hechos externos e internos, tenta y pone a disposición su varita pro- pasados o presentes, de los que a su vez cesual analítica para generar cambios y son transformaciones, productos de una detener repeticiones, no en un accionar experiencia emocional del analista con el lineal y artrófico, sino como en un espiral paciente. A través de su teoría de las trans- en movimiento que pueda dar lugar a la formaciones, intenta describir un método comprensión, el humor y el amor. En este de observación psicoanalítica que permi- proceso psíquico elaborativo, con curvas te observar la transformación de hechos de repetición y porvenir, en el cual la inter- observables en pensamientos capaces de pretación es la principal herramienta, se crecer y adquirir significado. Estas trans- produce una modificación económica con formaciones serían producto del amor a la un reordenamiento de los investimientos verdad y de un sentido estético, que son libidinales que transforma la energía libre, funciones de la personalidad del analista, ligando la representación cosa, en repre- a las que se agrega su formación psicoa- sentación palabra. Aparece entonces un nalítica y experiencia (Nueva introducción pececito perseguido por un lucio grande a las ideas de Bion, p. 74). Merlín dejaba a y feroz, unas ardillas que intentan trepar “Grillo” pensar, con firmeza y afecto, pero por los árboles hasta que caen, un pajari- sin dureza, sin lagrimeos, sin cortinas de to perseguido por un halcón en amenaza humo. Había un entrelazamiento de los de atraparlo, pero “Grillo”, un muchachito mundos interiores de ambas partes, en huérfano y endeble, siempre perdedor y donde la intersubjetividad tomaba cuerpo, aprisionado, logra sortear las amenazas lo cual no implicaba su simetría. Se daba y salir airoso. La piedra filosofal de Mer- cuenta de que lo importante no eran las lín está a su lado, lo deja caer, asustarse situaciones extremas, sino el ir y venir, el y corretearse, lidiar con su angustia y su recorrido, la oscilación, la dinámica que los

44 Comentario al trabajo de la Dra. Silvia Cantis reunía. La pulsión del muchachito “Grillo” gica, ya que durante la cura se construye investía a Merlín, y una vez que éste es- un tiempo intermediario, en que analista taba construido en su psique, ayudaba a y paciente son esos “viajeros temporales” la construcción de su pulsión a posterio- que juntos recorren distintas etapas y mo- ri como expresión inaugural del sujeto, mentos, e intentan encontrar una explica- propiciando la posibilidad de dejar de ser ción a los síntomas y procesos inconscien- ese muchachito endeble y aprisionado, y tes. Se va construyendo, así, un camino en cambiar, fortalecerse. Proceso activo en el que ida y vuelta se retroalimentan, y tratan análisis como vuelta a sí mismo a través a la vez de simbolizar lo no-simbolizado, del rodeo por el otro. La varita científica y reorganizando en el presente aquellas ex- procesual de Merlín a manera de técnica y periencias vividas incomprensibles, y dolo- método, le decía que podría transformar- rosas. Alguna alquimia se produce, en la se en Arturo, futuro rey de Inglaterra, pero cual el paciente y el analista se conocen y sólo si era capaz de sacar la espada de la se escuchan, se entretejen, se mezclan y piedra, si podía transformarse y dejar de desmezclan. En el camino, la técnica y el ser un perdedor. método van tomando forma. Las trans- Al decir de P. Auglanier, mencionada formaciones empiezan a descubrirse, y la por la Dra., el Yo se transforma en un histo- piedra filosofal va denotando su acción. riador de sí mismo, transmutando los ele- “Tomar un metal cualquiera y derre- mentos fragmentarios del pasado en una tirlo, agregarle una pequeña porción de versión reorganizante que dan razón a su piedra filosofal y dejarlo actuar, intentan- presente, y hacen pensable e investible el do que, al enfriarse, todo lo obtenido sea eventual futuro. La idea del “Durcharbei- oro, o un elixir de la vida útil para el reju- ten”, al decir de Freud, se lleva a cabo, en venecimiento, y simbolice, así, la máxima donde este proceso de larga y compleja expresión de la iluminación y la felicidad”. duración, se aleja de cualquier idea má-

Cristina Oetling Ladrón de Guevara 45 La elaboración psíquica y la reelaboración psicoanalítica1

Laura Ruth Yaser* ECOS

Introducción

n el intercambio de ideas entre analistas, es frecuente que, a modo de sobreentendido, se enuncien ciertos conceptos con Ela creencia de que serán interpretados de igual manera por parte de cada uno de los participantes. Y, así, muchas veces incu- rrimos en malos entendidos. En ese sentido, el esfuerzo de aquellos que sustentan las publicaciones psicoanalíticas, además de proporcionar un ámbito de diálogo, favorece la posibilidad de profundizar y conceptualizar nuestra disciplina. En este trabajo, propongo discurrir acerca de los procesos de elaboración y reelaboración, rastrear estos conceptos en la obra freudiana, procurando describir cómo y a qué nivel transcurren, para así establecer lo que entiendo como su diferencia.

La cronología del concepto

Es habitual que al pensar en la elaboración se evoque “recordar, repetir, reelaborar”, trabajo que hace explícita la importancia de la repetición en transferencia, y permite comprender que el “acto” sustituye un recuerdo escamoteado para la conciencia. El mayor mérito de este desarrollo es establecer que la condi- ción para la reelaboración es el atravesamiento2 de las resistencias.

*Laura Yaser

Asociación Psicoanalítica 1 Argentina El presente trabajo consiste en una reelaboración del artículo publicado en La Psicoanalista adherente Peste de Tebas, Tomo 58, Buenos Aires: Editorial La Peste, Agosto de 2014. [email protected] 2 “Durcharbeitung” o “working through”.

46 Sin embargo, carece de una descripción tisfacción de una determinada necesidad, dinámica del proceso, dejando en no po- que para ello debe realizar un esfuerzo, y cos lectores una incógnita y un deseo in- que precisa de cierta modificación en el satisfecho de alcanzar un mayor esclare- mundo circundante para dar con el objeto cimiento. adecuado para, así, conseguir la cancela- En realidad, la mayor profusión de ción de esta necesidad en su fuente. descripciones y modelos se obtiene al se- La pulsión cuenta, además, con un guir un orden cronológico en la producción componente eidético, la “agencia repre- freudiana, notando así que la etapa que va sentante-representación”. Esta representa- desde el “Proyecto de Psicología” hasta “La ción, generalmente, proviene del acervo de interpretación de los sueños” es la que con- huellas mnémicas de la vida personal, pero tiene una mayor riqueza ilustrativa, a pun- siguiendo a Freud, sabemos que, al ser la to tal que hasta el final de su obra, Freud pulsión un mecanismo repetitivo, existen sostuvo este esquema de aparato psíquico representaciones típicas, universales, que que, partiendo de la simple representación son decantación de la acción y las vivencias de un arco reflejo, fue adquiriendo un gra- propias de estímulos que afectaron la sus- do creciente de complejidad. tancia viva en el curso de la filogenia. Las conocemos como protofantasías3. El flujo pulsional De hecho, muchas de las acciones eficaces automáticas e inconscientes que Freud describió un aparato cuya actividad estructuran nuestra vida cotidiana, provie- fluye desde un polo perceptivo afectado nen de un trabajo elaborativo ya realizado, por las impresiones que recibe, hacia un que a la manera de memorias han queda- polo efector, por medio del cual realiza su do alojadas en el Ello. descarga. La posterior interposición de La exigencia pulsional incita un es- grupos neuronales (o “núcleos”, o “instan- fuerzo por medio del cual el aparato psí- cias”) le permiten guardar memorias de las quico dispone de las huellas mnémicas experiencias y de las respuestas a éstas, de experiencias previas de satisfacción o sean adecuadas o no. dolor, por medio de las cuales se orienta En función del vínculo preformado para cancelar la necesidad. entre percepción y acción muscular, el Estas huellas orientan la vida de un aparato administra los movimientos vo- sujeto, estructurando su carácter. De he- luntarios. También deriva los estímulos: cho, toda la conducta y la conformación aprende a huir de aquellos que resultan caracterológica de un sujeto son la resul- excesivos, a enfrentar los moderados y a tante de su singular constitución pulsio- modificar el mundo circundante para sa- nal, en parte por su acción directa, o bien, tisfacer las demandas de la pulsión. como consecuencia de los lazos del sujeto Las tensiones que registra el aparato guían su funcionamiento, de manera que todo incremento es notado como displa- 3 cer y la disminución implica alivio o placer. Cuando nos referimos a las protofantasías he- redadas, aludimos al enunciado de Freud, que Esta modalidad de trabajo hace evidente explica que aun cuando en la vida individual que la necesidad insatisfecha es el motor podrían no haberse experimentado ciertas vi- que impulsa el flujo psíquico. vencias, existe, sin embargo, una representación de éstas en lo inconsciente, como precipitado de Sabemos que la pulsión cuenta con la historia de la humanidad. Las protofantasías una fuente somática, que su meta es la sa- típicas son las de seducción, observación de la escena primaria, castración y parricidio-filicidio.

Laura Ruth Yaser 47 con su Superyó, que le llevan a derivar es- Esto es: pareciera no existir noticia del fun- tas influencias pulsionales por la vía de la cionamiento psíquico cuando todo resulta sublimación o por medio de la formación acorde a fines. Simplemente transcurre, es. reactiva. Pero cuando por razones éticas o es- De tal manera, este flujo de lo pulsio- téticas, la satisfacción de la necesidad se nal puede ser modificado, interferido, deri- halla interferida, los recorridos pulsionales vado en formaciones sustitutivas y sublima- toman cauces alternativos que discurren ciones. Ahora bien: aun si imagináramos un en un arco que va desde el soñar, pasando discurrir tan directo como fuere posible, en por ciertas operaciones fallidas de poca re- tanto el objeto proviene del mundo exter- percusión o de mayor riesgo, como los ac- no, impone la necesidad de ser contrastado cidentes. Estas derivaciones pueden tomar con las huellas de experiencias anteriores. también vías que acarrean mayor dolor También puede ocurrir que deba es- para el Yo, como lo son el síntoma neuróti- tablecerse una comparación entre diversos co o, incluso, la enfermedad somática. objetos externos disponibles, participando Propongo revisar algunos de estos en este caso el juicio crítico consciente. Sin ejemplos. embargo, lo más habitual es que este tra- bajo se desarrolle en lo inconsciente. a) El sueño Puede llamar la atención que en este En este caso, la elaboración (traba- desarrollo, en apariencia, se brinda más jo) procura dar cumplimiento a un deseo inconsciente infantil. El deseo de dormir jerarquía a la necesidad que al deseo. Sin y la inmovilidad que clausura el polo mo- embargo, desde una perspectiva metap- tor favorecen la regresión y consecuen- sicológica, el deseo sería resultado de la temente la recarga del polo perceptivo, investidura de la necesidad pulsional, que conformándose la alucinación onírica para vehiculizarse se une a una huella (Identidad de percepción). Para ello se ligan representaciones mnémica de alguna experiencia previa de que reciben su investidura desde lo in- satisfacción. consciente, condensando generalmente En esta línea de pensamiento podría en sí contenidos variados que han su- aventurarse que el deseo (ya sea que se frido desplazamientos desde un grupo haga o no consciente) es una más entre asociativo a otro, sirviendo a veces a los fines de la desfiguración o, en otros ca- tantas transacciones posibles de la necesi- sos, a los de la figurabilidad. dad, que sería el motor de origen para la El trabajo del sueño también liga elaboración psíquica. representaciones propias de la vida de vigilia que, por lo general, son insigni- ficantes en lo afectivo. Éstas aportan la Ejemplos de la elaboración escenografía o algún componente a la trama onírica. La razón para elegir es- Este trabajo que se ha descrito es tan ha- tos restos diurnos es que, al agregarse bitual, tan inherente al funcionamiento al conjunto del deseo inconsciente o el psíquico, que suele perderse de vista que pensamiento onírico, permiten rebajar constituye una elaboración. En realidad, su intensidad afectiva, disminuyendo así la posibilidad de ocasionar reparos por más comúnmente nos referimos a este parte de la censura. funcionamiento como “transferencia in- Otra de las modalidades de la ela- trapsíquica”. Es un transcurrir de la investi- boración relacionada con este funcio- dura desde una representación a otra. namiento, es la elaboración secundaria. Sabemos que el recuerdo del sueño es Como plantea el axioma médico: “sólo lagunoso. Y también sabemos que por se nota el síntoma, lo normal es silente”. efecto de la condensación o de las mani-

48 La elaboración psíquica y la reelaboración psicoanalítica festaciones propias del funcionamiento do de correlación entre los elementos del proceso primario, coexisten imáge- concretos y sus referentes en lo incons- nes de épocas distintas, así como ideas ciente, escenificando un conflicto entre contradictorias, que requieren de un tra- identificaciones. bajo tendiente a eliminar la incoherencia, En su formación, existe una mani- adecuándolas a la lógica del pensamien- fiesta comunidad con las operaciones to vigil y con miramiento de las reglas de fallidas. Tanto éstas como el accidente la témporo-espacialidad, propias de la se consideran operaciones de término conciencia. erróneo para la conciencia, pero que En síntesis, notamos que en el sirven a un propósito inconsciente que sueño existe un vaivén entre deseos obtiene su descarga por medio de tal que, desde lo inconsciente, refuerzan puesta en acto. pensamientos o deseos conscientes, movilizando objeciones impuestas por la d) La formación de síntoma censura y ocasionando desfiguraciones Este es otro ejemplo privilegia- transaccionales, regresiones tempora- do del trabajo de la elaboración. Freud les, tópicas o formales (de lo verbal a lo enunció que la frustración no necesaria- visual-auditivo). mente produce patología, en todo caso añoranza o desdicha. Pero sabemos que Estos funcionamientos, con ciertas modi- la dificultad para encontrar vías alterna- tivas de satisfacción, genera afectos de ficaciones en cuanto a su constitución o a gran intensidad. sus manifestaciones, son la matriz sobre la La dificultad para tramitar una cual se plasman otras formaciones que ve- situación traumática, así como para ex- remos a continuación. presar este proceso en palabras, se evi- dencia prevalentemente por medio de la aparición de síntomas. Estos procesos, b) Las operaciones fallidas imposibilitados de hacerse conscientes, Son ejemplo de esto las conductas lógicamente producen formaciones sus- erróneas, el trastocar de la palabra (en titutivas. lo oral o escrito), omisiones y olvidos, ya Freud plantea que la formación de sea de nombres propios o de compro- síntoma sustituye un proceso intercep- misos. Vemos que se hace manifiesta tado hacia su realización y concientiza- una intención inconsciente que sustituye ción. La neurosis sería la consecuencia otra intención consciente. de una suerte de ignorancia. Podemos En estos ejemplos, podemos ras- decir: es una elaboración vicariante, fa- trear transacciones o sustituciones de llida, no apropiada para los fines de la representaciones que evidencian una satisfacción pulsional. También enuncia4: labor de condensación y desplazamien- “el síntoma es la práctica sexual de los to. Este trabajo tiene una importante enfermos”. afinidad con la elaboración onírica, dife- renciándose por su manifestación como acto y por su menor posibilidad para pa- sar inadvertido. e) La enfermedad somática La pulsión, como dijimos, se en- cuentra compuesta por una fuente cor- c) El accidente poral y una representación eidética. Sa- Este caso es ejemplo de un traba- bemos, además, que el genuino propósi- jo elaborativo que tiende a una síntesis to de la represión es inhibir la descarga entre diversas mociones y personajes en del afecto, pero advertimos que este pugna presentados por medio de susti- proceso es fallido. Lo que se ataca, en tutos. Siguiendo a Granel, puede notarse su precisión milimétrica, su gran mira- miento por la figurabilidad y el alto gra- 4 Freud: 1905d, Tomo VII, Pág. 148.

Laura Ruth Yaser 49 realidad, es la ligadura que permite ha- cubrir una posición. Por medio de este ex- cer consciente al componente represen- pediente, logra distraer al Yo de la presen- tativo, la fantasía ligada con la pulsión. cia de un otro alguien que este personaje Chiozza explica que se produce una descarga vicariante del afecto por pretendía ocultar. Más que echarlo, lo sus- medio de la sobrecarga en alguno de tituye por quien le resulta más tolerable. los componentes somáticos de la clave Este quintacolumnista imaginario tra- de inervación, manifestándose a la con- baja para propósitos superyoicos, descui- ciencia como si se tratara de un tras- dando la búsqueda de la satisfacción pul- torno despojado de sentido, pero que, entendemos, es resultante de la opera- sional erótica. Y dramática o trágicamente, toria de fuerzas inconscientes. la reiteración de este funcionamiento es- tablece su facilitación. La elaboración y la reelaboración Al analizar estos procesos, hemos descrito un recorrido que procura satis- Hasta este punto, dichas reflexiones se facer la necesidad o dar cumplimiento al han organizado siguiendo una perspec- deseo, armonizando percepciones, sensa- tiva energética, pero también podemos ciones, representaciones mnémicas o mo- imaginar una teorización más afín a la her- ciones de deseo-temor en un nuevo con- menéutica, pensando en personajes, sus tenido coherente. También descubrimos motivos y sus propósitos. el interjuego entre las instancias, los per- La elaboración no es un proceso uní- sonajes que las representan, la acción de voco. Dijimos que consiste en un trans- los mecanismos defensivos, la figuración currir de la investidura desde una a otra por medio de una conducta inadecuada a representación, valiéndose de vínculos de fines o a través del sufrimiento que satis- vecindad asociativa, cronológica o causal. face la necesidad de autocastigo. Pero en- Es un trabajo que procura establecer ca- tiendo que este tipo de elaboración suele denas de sentido, hallar explicación a la ser organizada a los fines de la neurosis conducta y la interpretación del mundo u otras manifestaciones patológicas, y su que la sustenta, en un sujeto sujetado por artífice es la resistencia. su singular posicionamiento edípico. Por el contrario, entiendo que la re- De este modo, cada representación elaboración podría ser pensada como un que se selecciona, pagará un peaje a la impulso creador y al servicio de la pulsión 5 represión. Será elegida en función de sa- de sanar . tisfacer la necesidad de transferencia y, a En este caso, la vía es diversa y, sor- la vez, de resultar suficientemente ambi- teando la resistencia, se produce una neo- gua o hallarse suficientemente disimulada formación que diverge de los elementos como para distraer a la censura. constituyentes del síntoma o el fenómeno La represión no es necesariamen- descritos. En este sentido, creo que la letra te ese personaje que, como decía Freud, freudiana es clara, al llamar elaboración o funciona como un cancerbero o aquel que referirse como trabajo a la formación de invita a un revoltoso a retirarse de la esce- na de la conciencia. Esta función podría personificarse 5 como el colega que, en una reunión des- “(…) por un vasto ámbito del reino animal, se extiende una capacidad para formar de nuevo tinada a la conformación de un equipo de órganos perdidos, y la pulsión de sanar, a la cual trabajo, “presenta” distintas personas, su- debemos nuestras curaciones, unida a nuestros giriendo que alguien es “el” indicado para auxilios terapéuticos” (Freud: 1933a [1932], vol. XXII, pág. 98). “Angustia y vida pulsional”.

50 La elaboración psíquica y la reelaboración psicoanalítica estas manifestaciones, en tanto que, cla- conciencia aquellos recuerdos que habían ramente, al aludir a la reelaboración se la quedado aislados. vincula con el empeño terapéutico. La interpretación propone la transfe- El camino asociativo de la reelabora- rencia hacia una representación substitu- ción tiende a reemplazar viejas creencias, tiva adecuada para desligar los impulsos hábitos, rasgos que se han constituido en inconscientes que se hallaban fijamente alteración del Yo. Fuera del ámbito analíti- unidos con representaciones estructuran- co, podrían enunciarse como modelos de tes de los complejos infantiles. reelaboración: la metáfora, la creación ar- Si bien la interpretación propone nue- tística y ciertos modos exitosos del chiste. vos sentidos, abriendo como posibles nue- Cabría preguntarse si la superación vos recorridos que podrían satisfacer la de- del duelo, con el desasimiento a viejas liga- manda pulsional o brindarían la posibilidad duras y la posibilidad de establecer otras de llevar lo conflictivo a la conciencia, existe nuevas, quizá más satisfactorias, también sin embargo una arraigada tendencia a la pertenece a esta categoría reelaborativa. repetición, que el trabajo analítico debe Entiendo que incluirse o no en esta catego- desanudar paso a paso. ría, dependerá de la calidad del desenlace. Respecto del material actual, pese a La reelaboración, tal como ocurre con la enunciación freudiana de que éste ca- la interpretación onírica, no puede des- rece de elaboración psíquica y no produ- andar con exactitud las mismas matrices ce transferencia, podemos capitalizar el de la formación de síntomas, porque aun aporte de Cesio, que indica que es posible cuando existe la tendencia a la repetición, ingresar en la cadena asociativa el sentido los constituyentes de los complejos asocia- y los motivos por los cuales ciertos conteni- tivos han variado. Baste pensar en la evolu- dos trágicos se presentan en la transferen- ción vital en lo corporal y en la experiencia. cia como acto, empleando la construcción En “Sobre la psicoterapia de la histe- como recurso técnico. ria”, Freud explica que el proceso terapéu- La reelaboración, a través de sucesi- tico debe deshacer las ligaduras del núcleo vas transferencias sobre representaciones traumático siguiendo las líneas de la estra- transaccionales cada vez más adecuadas tificación sobre las cuales se ha constituido para una descarga satisfactoria, se propo- el síntoma. El proceso seguirá, así, un or- ne lograr facilitaciones más acordes a los denamiento lineal cronológico, y también fines de Eros. buscará deshacer las ligaduras de manera La reelaboración es un proceso tra- concéntrica. Estos estratos de resistencia bajoso, ya que los recorridos seguidos por serán más intensos en tanto la investidura la formación de síntoma, o peor aún, en el se aproxime más al núcleo. establecimiento de rasgos caracterológi- La tercera vía, ya fuera de lo morfo- cos, implican la existencia de vías facilitadas lógico o tópico, es dinámica. Su ordena- muy arraigadas. Aun así, puede observarse miento sigue los contenidos del pensa- que, una vez logrado el aspecto de nove- miento según los hilos lógicos que llegan dad y de creación, aparece un efecto de hasta el núcleo, en un enlace irregular e alivio y placer que ha sido comparado a la impredecible. vivencia de satisfacción6. Siguiendo este modelo, para favore- cer la reelaboración, el proceso terapéuti- co procura restablecer relaciones causales y conexiones afectivas, haciendo aptos de 6 De Saussure, J. (1987).

Laura Ruth Yaser 51 Racker, en “La música y el músico”, vemos, sino como las recordamos”. En: relataba que el primer grito es un pedido Revista de Psicoanálisis. Vol. 71 Nº 1, de auxilio al objeto, origen del primer can- Buenos Aires: Asociación Psicoanalítica Argentina. to. Su propósito es re-ligar. La repetición CHIOZZA, L. (1970q). “Apuntes sobre fantasía, de tonos crea un motivo, una figura. Sobre materia y lenguaje”.­ Luis Chiozza. Obras esta repetición, se produce una evolución Completas, Tomo III, Buenos Aires: Edi- que introduce la variación. Tánatos y Eros. ciones del Zorzal, 2008. La repetición de lo estático y la inclusión de DE SAUSSURE, J. (1987). How can the training lo diferente, el desplazamiento que porta lo analysis and the organisation of the psychoanalytic societies help to esta- viejo pero mutado en una transacción que blish and maintain a psycho-analytic crea un tercero distinto. identity and functioning? Maintenance La reelaboración en el proceso analíti- of the psychoanalytic identity and func- co propone nuevas ligaduras, más frescas, tioning in a world in flux. London: The International Psychoanalytical Associa- más eficaces, y que pueden producir inclu- tion. so una vivencia de belleza. Racker plantea FREUD, S. (1950 [1895]) Proyecto de Psicolo- que unir lo desunido, integrar lo desinte- gía. Sigmund Freud. Obras Completas. grado, juntar lo disociado y, en especial, Tomo I. Buenos Aires: Amorrortu Edito- armonizar las desarmonías entre el Yo y res, 1988. los instintos, entre la parte superior, espi- ______(1895d). “Sobre la psicoterapia de la histeria”. En: Estudios sobre la histeria. ritual y la parte inferior animal, del hombre, Sigmund Freud. Obras Completas. Tomo es también el principio fundamental de la II. Buenos Aires: Amorrortu Editores, labor analítica: Eros superando a Tánatos. 1988. ______(1900). “Sobre la psicología de los pro- Síntesis cesos oníricos”. En: La interpretación de los sueños. Sigmund Freud. Obras Com- pletas. Tomo V. Buenos Aires: Amorror- Se sugiere que la elaboración alude a un tu Editores, 1988. trabajo psíquico basado en la transferencia ______(1905d). “Tres ensayos de Teoría se- de investiduras entre sucesivas represen- xual”. Sigmund Freud. Obras Completas. taciones, conformando engramas repre- Tomo VII. Buenos Aires: Amorrortu Edi- tores, 1988. sentativos y de acción. Ejemplos de este ______(1914g). “Recordar, repetir, reelaborar”. proceso serían la formación de síntoma, el Sigmund Freud. Obras Completas. Tomo sueño, los actos fallidos, entre otros. XII. Buenos Aires: Amorrortu Editores, Se procura establecer que la reela- 1988. boración tendría un mecanismo análogo. ______(1917d [1915]). “Complemento metap- sicológico a la teoría de los sueños”. La diferencia radicaría en el desenlace del Sigmund Freud. Obras Completas. Tomo proceso, que en este caso resolvería de XIV. Buenos Aires: Amorrortu Editores, manera creativa e inédita el establecimien- 1988. to de engramas tendientes a la satisfacción ______(1917 [1916-1917]). “Doctrina general pulsional por medio de acciones eficaces de las neurosis”. En: Conferencias de introducción al Psicoanálisis, Parte III, con adecuada consideración del principio Sigmund Freud. Obras Completas. Tomo de realidad. XVII. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1988. Bibliografía ______(1933a [1932]). “32º Conferencia: an- gustia y vida pulsional”. Sigmund Freud. Obras Completas. Tomo XXII. Buenos Ai- ABATÁNGELO STÜRZENBAUM, L. y YASER, res: Amorrortu Editores, 1988. L. (2014). “Las cosas no son como las ______(1940a [1938]). “Esquema del Psicoaná-

52 La elaboración psíquica y la reelaboración psicoanalítica lisis”. Sigmund Freud. Obras Completas. RACKER, H. (1957). “La música y el músico”. En: Tomo XVII. Buenos Aires: Amorrortu Edi- Psicoanálisis del espíritu. Buenos Aires: tores, 1988. Editorial Nova. GRANEL, J. (1985). “Consideraciones sobre la YASER, L. (2014). “Reelaborar sobre la elabo- capacidad de cambiar, la colisión de las ración”. En: La Peste de Tebas. Tomo 58. identificaciones y el accidentarse”.Revis - Buenos Aires: Editorial La Peste. ta de Psicoanálisis. Vol. 42, Nº 5 Buenos Aires: Asociación Psicoanalítica Argenti- na.

Laura Ruth Yaser 53 La institución: Alma mater o filial paterno

Ivonne Ascencio Varela* ECOS

a Enseñanza-Transmisión del Psicoanálisis ha sido objeto de grandes debates. El término de enseñanza hace referencia a Lla tarea de comunicar y difundir conocimientos. La Transmi- sión, por su parte, dista mucho de un simple proceso educativo. Supone la existencia de un legado que será comunicado, que va más allá de un cuerpo de conocimientos. Busca la construcción de una experiencia subjetiva. En nuestra profesión, una experiencia subjetiva, producto del análisis y el ejercicio clínico. En la conferencia introductoria de 18901, en su esfuerzo por delimitar las diferencias del procedimiento analítico con el proce- dimiento médico, Freud introduce el problema de la enseñanza, ubicando para la medicina y la psiquiatría el privilegio de la mirada, el juego total de la percepción, el contacto inmediato con el objeto, donde el profesor o docente se encuentra en el papel de guía e intérprete. Al intentar dar cuenta de lo que ocurre a su vez en la enseñanza del psicoanálisis, se ve obligado a dar un rodeo seña- lando las características respecto a la situación de cura, donde lo particular es el intercambio de palabras y el privilegio, por parte del analista, de la escucha. Vinculando la palabra al ensalmo, otorga fuerza y eficacia al resultado de ese intercambio, producto de la situación analítica. Del mismo modo, aclara que de la experiencia analítica no podemos contar con una certificación objetiva, ni posi- bilidad de demostración pública. La enseñanza del Psicoanálisis tiene como entorno institu- ciones de carácter educativo con atribuciones y tributos mismos del proceso de enseñanza- aprendizaje. Mas, a diferencia de otras *Ivonne Ascencio Asociación Psicoanalítica de Guadalajara Psicoanalista titular en función didáctica 1 FREUD, S. (1890). “Tratamiento Psíquico, tratamiento del alma”. Obras completas. [email protected] Tomo I, Amorrortu Editores.

54 instituciones educativas, las instituciones nante que es el psicoanálisis. Desarrollé psicoanalíticas, debido a la misma natura- esta idea en una ponencia presentada leza de nuestra disciplina, no pueden limi- para el XVIII Simposium de las Américas, tarse a una enseñanza teórica. Aunque lo del Grupo Psicoanalítico de Guadalajara intentaran, sería imposible. Esto se debe, sobre la pasión, titulada: “Formación y Pa- siguiendo las palabras de Freud, al igual sión. Los 2 elementos esenciales para un que en análisis, en la trasmisión y estudio buen analista”. Refería que el buen analis- de esta disciplina, no contamos con un ob- ta es aquel que no sólo aprende la teoría jeto de estudio objetivo. sino que vive, experimenta el psicoanálisis Más que por el aprendizaje, nuestra y su teoría en carne propia. Donde la pa- formación está atravesada por esa escucha sión por el mismo la transmiten no úni- y por esa palabra –ensalmo–, palabra afecti- camente los textos, sino sus formadores: va, libidinizada, que llamamos transferencia. analista, supervisor y los propios maestros Hablando estrictamente, el saber psi- en los seminarios. A la fecha lo sigo cre- coanalítico sólo puede ser el saber de la yendo, ya que veo en mis formadores, en transferencia, es decir, el saber que en el mi institución, esa pasión por el psicoaná- curso de la experiencia analítica se vuel- lisis, por su función didacta y su amor al ve transmisible por otras vías y por otros grupo al que pertenecemos. efectos. En mi opinión: al inicio de esta profe- La transferencia es donde se consti- sión, todos, como candidatos, sentimos la tuye la clínica analítica y el psicoanalista. necesidad de sentirnos protegidos, guia- Se trata de la posición del analista, posi- dos y cuidados. Nos asusta la falta de ex- ción a la cual adviene como efecto de su periencia clínica en los primeros encuen- análisis, de la supervisión y de los marcos tros con los pacientes. Lo que nos lleva a conceptuales. Mas no es solamente una buscar en nuestros formadores esa guía, transferencia hacia el propio analista y/o esa verdad, ese conocimiento, que cree- supervisor, sino hacia la misma institución. mos son poseedores; con la ilusión de que El hilo conductor del presente traba- en un futuro, adelantados en nuestra pro- jo será la transferencia con la institución. pia formación, también la obtendremos. La realización del mismo surge de la ne- Mas en el transcurso de casi tres cesidad de elaborar una reflexión, a través años de formación como Psicoanalista, de mi experiencia personal, sobre el papel veo que la institución tiene una función que juega la institución en la formación de igual de importante o, aún más que ser futuros psicoanalistas. Esta experiencia la madre nutricia, tiene que hacer a su vez divido en 2 momentos: una formación de la función de filia paterna. Entendiendo cuatro años como Psicoterapeuta Psicoa- como filiación en el sentido jurídico: al vín- nalista y mi formación actual como candi- culo que existe entre dos personas donde dato para Psicoanalista. Aclaro esto debi- una es descendiente de la otra, sea por do a que la relación con la institución, con un hecho natural o por un acto jurídico. el papel que ha jugado en mi formación, En nuestro caso, hablamos de una filiación cambió en cada una de ellas. simbólica. En un primer momento, viví a mi ins- Una Filia Simbólica que nos lleva a titución como un alma mater, una madre ponernos un apellido: Yo soy Ivonne As- nutricia, que alimentaba con conocimien- cencio... Psicoanalista…, a sus órdenes. tos nuevos sobre la psique y el sufrimiento La filiación nos instaura en un con- humano, sobre una teoría nueva y fasci- tinuum de la existencia del psicoanálisis,

Ivonne Ascencio Varela 55 instaura el tiempo, donde hay un respeto Aquí radica la importancia de que las por nuestros colegas antecesores y una asociaciones psicoanalíticas pertenezcan a espera por los siguientes seguidores, que la IPA –institución, como un tercero, encar- impedirán la muerte de nuestra profesión. gada de llevar a cabo esta función– regula Nos instaura en la historia del psicoa- que esta ley sea cumplida, ya que, sin ley, nálisis, como bien lo dice Nasio, en su libro sin esta regularización, las instituciones se Cómo trabaja un Psicoanalista2: “El primer acabarían. Somos analistas, pero también objeto transferencial, no es el analista, somos humanos; tenemos pulsiones y pa- sino la relación del Psicoanalista con el siones –que deberían ser amortiguadas Psicoanálisis. Esto se logrará a través de 2 por el propio análisis, mas desgraciada- actos: la aceptación del paciente y la enun- mente no siempre es así– donde hay en- ciación de la regla fundamental. A través vidias, luchas de poder y, si no se regula de estos actos, el psicoanalista transmite esto, acabaríamos como nos dice Freud: a su paciente, la relación que tiene con la en un banquete totémico4, donde todos historia del psicoanálisis, con los escritos lucharían por el poder y por querer tomar analíticos, con los ideales y hasta con la co- el lugar del padre primordial que fue ase- munidad analítica”. sinado, aniquilándose unos a otros. Hablar de Filia Paterna nos lleva a ha- Mas para poder renunciar a este blar del Nombre del Padre, producto de banquete totémico y poder aceptar la ley la metáfora paterna introducida por La- que la institución instaura, se requiere dar can en Seminario 5. Las formaciones del importancia vital a un elemento, un tema inconsciente3. En este seminario, Lacan que durante estos tres años de forma- habla de la función paterna que será es- ción he escuchado más de una vez a mis tablecida a través de la metáfora paterna. maestros reiterar: la importancia del pro- Ésta es indispensable para la formación pio análisis del analista. Un análisis bien de sujetos y de analistas. Función instau- llevado que traslade al analista a aceptar radora de la ley simbólica, ley primordial, castración simbólica. ley de la interdicción del incesto. Es metá- La asunción de la castración se lleva fora, ya que el padre representa a la ley, cuando la madre es reconocida como pro- no es la ley. hibida al deseo en tanto que madre. No Con esto quiero decir que la institu- sólo es preciso que el sexo femenino sea ción a su vez tiene que cumplir y hacer reconocido como diferente, sino que el su- cumplir con la ley que no le es la propia, jeto aprenda que el padre es deseante de es por esto que encuentros, como el que esa diferencia. Que sea la diferencia y no la nos reúne el día de hoy, son tan enrique- madre quien se torne significante del deseo cedores, abren a las instituciones la posi- (Bleichmar: 1984, p.31)5 bilidad a un convivio con sus filiales, donde La castración simbólica implica que, se podrá comparar, aprender y salir de la en nombre de esa diferencia de sexos que homogénea, que puede llegar a ser tan peligrosa.

4 SIGMUND, F. (1913-14). Tótem y Tabú, y otras Obras. Tomo XIII. Obras Completas. Amorrortu Editores. Argentina. 2 NASIO, J. D. (1991). Cómo trabaja un psicoanalista. 5 Paidós Editores. Buenos Aires, Argentina. BLEICHMAR, H. (1984). Introducción al estudio de las perversiones. La teoría del Edipo en Freud y Lacan. 3 LACAN, J. (1957- 58). Seminario 5. Las formaciones Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires. del inconsciente. Paidós Editores. Argentina.

56 La institución: Alma mater o filial paterno remite a lo no idéntico, a la alteridad ina- enojar al paciente u alumno, que diluirían lienable del otro, se renuncie a la omnipo- la transferencia positiva. tencia de un deseo que apunta a hacer del El encuadre institucional es nece- otro y de su deseo que lo vendría a colmar sario para la formación del analista y por esa falta que define al sujeto como sujeto eso es tan importante que tanto el análisis deseante. El ingreso del tercero: el Padre, como la formación se haga en una atmós- en un mundo que hasta el momento solo fera de privación, que cuide y respete este era de dos. La castración simbólica nos encuadre. Ya que no existen posibilidades pone en el mundo como sujetos en falta, de elaboración sin un encuadre que orga- del inconsciente y de la ley del significante. nice el proceso formativo y educativo. Para que esto sea posible, los maes- A su vez, la manera en que el can- tros, analistas y supervisores deberían ha- didato aceptará esta la ley y filia paterna, ber pasado y aceptado a su vez esta cas- dependerá de la institución y como ésta tración; recordemos que hay cosas que se la transmita. Será muy diferente una ins- transmiten de manera no verbal. Pode- titución cuyas cabezas se sientan la ley mos tener formadores que nos hablen de –debido a que crearán analistas someti- la aceptación de la castración, de la incom- dos–, a instituciones en donde las cabezas pletud, de poder renunciar al narcisismo busquen el crecimiento de los integrantes y la necesidad de aceptación de límites. y con esto de la institución misma. En el Pero si lo que se enseña no es demostra- primer caso, serán analistas que no per- do con congruencia en sus actos, de nada mitirán el crecimiento, por miedo a perder servirán las palabras habladas. el poder, a ser superados por aquellos de Si los maestros buscan “caer bien” a generaciones nuevas, de sus candidatos sus alumnos –permitiendo que transgre- en formación. Buscarán seducir para sen- dan reglas, aliándose contra las leyes u tirse idealizados, pero hay que recordar otros maestros, o contra la misma institu- que la idealización causa mucho enojo. ción, entre otras cosas– con el fin de adqui- Este camino sólo llevará a crear proble- rir pacientes, o supervisados o simplemen- mas institucionales: grupos de analistas te buscando un estatus en el grupo al cual con sus seguidores analizados, una com- pertenecen –a manera de un pensamiento petencia por ver quién tiene más adeptos, de a mayor número de pacientes, mejor más pacientes, más seguidores. Buscarán analista–, se caerá en peligrosos baluartes. que sus alumnos-seguidores sean su falo Cuando rompemos el encuadre, sea imaginario que los completen. analítico o institucional, caemos en riesgo Hugo Bleichmar, en su libro Introduc- de caer en el baluarte del que nos hablan ción al estudio de las perversiones7, nos los Baranger y Mom6, entendiendo por comenta que el falo aparece como lo que éste cuando paciente y analista –en nues- está en lugar de la falta, es el significan- tro caso: maestro y alumno, supervisor/ te de la falta, mas, si el falo aparece como supervisado– son cómplices en alguna presencia, él produce la ilusión de que no actuación (inconsciente o no) del que nin- falta nada. El falo imaginario completa la guno de los dos quiere hablar. Es el no ha- falta produciendo una expansión del nar- blar ni tocar aquellos puntos que harían cisismo y de su satisfacción.

6 BARANGER, W. y M., MOM, J. (1982). “Proceso 7 BLEICHMAR, H. (1984). Introducción al estudio de y no proceso en el trabajo analítico”. Revista de las perversiones. La teoría del Edipo en Freud y Lacan. Psicoanálisis, A.P.A., Núm. 4, 1982, Bs. As. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires.

Ivonne Ascencio Varela 57 Renuncia al narcisismo, castración tución más anaclítica, de alma mater: una simbólica, frustración, son las palabras cla- madre que cuida y nutre, para que, como ves para la formación de un buen analista. los niños, sus candidatos adquieran segu- Una buena transmisión del psicoaná- ridad. Poder idealizar la institución, para lisis tendrá que llevar no a nombrarnos La- luego desidealizarla, con el fin de que en canianos, Kleinianos, Winnicotianos, sino a un primer momento donde la experiencia aceptar la incompletud, la humildad, que del psicoanálisis aun no se hace propia, para no ser “Sujetos Supuesto Saber”8, a lleve a creer en el inconsciente, creer en el declinar el lugar donde nos coloca el pa- psicoanálisis. A medida que se vaya vivien- ciente, como nos dice Colette Soler9. Ya do en carne propia, se pasará de un acto que, como dice Szpilka10: “Lo único que de fe, a un verdadero acto de creer en él. tiene el analista para ofrecer a su paciente En 193713, Freud se refirió a tres pro- es su propia castración y una promesa del fesiones “imposibles”: analizar, educar y inconsciente”. gobernar, diciendo de la persona que tras- Para lograrlo, necesitamos un narci- mite los conocimientos psicoanalíticos, lo sismo lo suficientemente desinflado, que siguiente: “Cumple su cometido si instala permita “borrarnos” como personas reales en el aprendiz la firme convicción en la y nuestros deseos. Ser una analista como existencia de lo inconsciente, le proporcio- lo recomendó Bion, “sin deseo y sin me- na de otro modo increíbles percepciones moria”11. Borrarnos y lograr “hacer silencio de sí a raíz de la emergencia de lo reprimi- en sí”, como nos dice Juan David Nasio12, do, y le enseña, en una primera muestra, un silencio que permitirá surgir en el pa- la técnica únicamente acreditada en la ac- ciente su deseo. Silencio activo, que atrae tividad analítica”. a la pulsión y hace de la transferencia, más La institución, en un primer momen- que una repetición, un destino pulsional, to, tiene que ser como la madre suficien- que permitirá el verdadero encuentro temente buena14 que nos habla Winnicot, analítico: la neurosis de transferencia, mo- que ilusione, sólo para luego desilusio- mento pasional y doloroso tanto para pa- nar, ya que, como bien lo dijo Freud: sólo ciente como para el analista, que llevará a a través de la frustración, de la ausencia los cambios verdaderos. del objeto, surgirá el deseo, y el deseo ¿Alma mater o filia paterna? A mi pa- y únicamente éste será el que mueva al recer, las 2. Considero necesario, en un psiquismo. primer momento, una relación con la insti- Por eso la necesidad de pertenecer a una institución, que cuide y vigile a la vez, debido a que el tratamiento psicoanalítico es un espacio privado de dos, y si no hay 8 LACAN, J. (1966). El Seminario. Libro XIX: El objeto un tercero, sea un supervisor o la institu- del psicoanálisis. Inédito. Versión digital Infobase. ción, se podrá caer en la perversión. Es 9 Soler, C. (1988). Finales de análisis. Manantial Editores. Argentina.

10 SZPILKA, J. (1989). Sobre la cura psicoanalítica. 13 Una palabra de amor. Tecnipublicaciones. Grupo Freud, S. (1937). “Análisis terminable e Editorial Julián Yebenés. España. interminable”. En: Obras Completas: Moisés y la religión monoteísta. Esquema de Psicoanálisis y otras 11 BION, W. (2003). Aprendiendo de la experiencia. obras. Buenos Aires: Amorrortu, p. 250. Barcelona: Paidós Ibérica. 14 Winnicott, D. (1998). Los bebés y sus madres. “El 12 NASIO, J. D. (1996). Cómo trabaja un psicoanalista. primer diálogo”. Barcelona: Editorial Paidós. Editorial Paidós. Argentina.

58 La institución: Alma mater o filial paterno por esto que la institución tiene que pa- bertad, psíquica y emocional, que llevará sar de ser alma mater a realizar la función a una integración del conocimiento: teó- paterna de instaurar la ley, pero no una rico–práctico de nuestra vivencia como ley propia, una ley común, social, que nos analistas en formación. Si no sucede así, rija a todos como psicoanalistas. Es solo nos encontraremos inhibidos, encerrados a través de la aceptación de la castración en una omnipotencia, en un desafío a la simbólica que habrá lugar para el espacio autoridad que impedirá la aceptación de y el tiempo, que solo la aceptación de un nuevas experiencias y relaciones; camino tercero, del Otro lacaniano, puede hacer que sólo puede llevar a renunciar a la ins- posible. titución o a la propia formación. Para que esa ley institucional sea Evitar alearnos a estos grupos de aceptada, tanto candidatos como miem- poder, frenar el propio narcisismo para bros, tendrán que querer y creer en su lograr una convivencia óptima, respetar Institución y, a su vez, sentirse aceptado y a las leyes y a la institución. Mostrarnos cuidado por ésta. Subrayo la importancia a través de una participación activa en la de la transferencia, no sólo en los análisis, formación, en la propia institución y en sino a su vez la transferencia que hay con las actividades que realicen las institucio- la institución, pero no sólo la del candidato nes filiales. Lograr sobrepasar el miedo a sino también la de su analista. Esta trans- la crítica y al error, que sólo lleva al silen- ferencia se puede ver afectada por 2 cami- cio como un refugio narcisista. Evitar caer nos: la transferencia negativa no analizada en las resistencias de algunos analistas– en los candidatos por su analista, puede maestros y actuarlas: son nuestros debe- llevar a ataques a la institución como una res como candidatos. forma de evacuarla/actuarla fuera del aná- Aceptar los límites, cortes, las frustra- lisis por un lado, o en sentido contrario, la ciones y privaciones, sin los cuales no será transferencia negativa del analista de can- posible llegar a la castración simbólica, es didatos hacia la institución puede llevar a una tarea personal. Y es sólo a través de que el candidato –por amor a su analista, ésta que podremos hablar de un sujeto por buscar ser o sentirse el “paciente pre- que devendrá analista. La responsabilidad ferido”– actúe en la institución la agresión entre ser un analista “como si” y un verda- que el analista no lleva a cabo en forma dero analista, cae en nuestra posibilidad directa. de poder aceptar nuestros límites, nuestra La institución es un factor determi- incompletud. nante en el advenir analistas, mas no es el Es por esto indispensable poder re- único. Cada uno de nosotros, como can- nunciar a la idea de que la institución tie- didatos, tenemos la tarea de comprome- ne que ser esa madre nutricia, ese pecho ternos en nuestra propia formación, ha- bueno inagotable, como dice Klein, que ciendo de la experiencia de propio análisis dará todo al candidato sin que tenga que un placer y no un requisito. Las resisten- esforzarse y sufrir. Quedarnos en esta cias son personales, tendremos que ir en posición será quedarnos en una posición contra de éstas a lo largo de la formación, infantil. Es necesario renunciar a esta po- identificarlas y trabajarlas en el propio sición y adoptar otra “más edípica”, donde análisis. exista la función del padre. Función que El reconocer y analizar las resisten- nos dará la identidad como Psicoanalistas cias y las transferencias negativas que y nos incluirá en esta gran filiación que lla- puedan presentarse, otorgará mayor li- mamos Psicoanálisis.

Ivonne Ascencio Varela 59 BIBLIOGRAFÍA metapsicología y otras obras. Buenos Aires: Amorrortu. BARANGER, W. y M., MOM, J. (1982). “Proce- ______(1913-14). Tótem y Tabú, y otras Obras. so y no proceso en el trabajo analítico”. Tomo XIII. Obras Completas. Amorrortu Revista de Psicoanálisis, A.P.A., Núm. 4, Editores. Argentina. 1982, Bs. As. LACAN, J. (1966). El Seminario. Libro XIX: El BION, W. (2003). Aprendiendo de la experien- objeto del psicoanálisis. Inédito. Versión cia. Barcelona: Paidós Ibérica. digital Infobase. BLEICHMAR, H. (1984). Introducción al estudio ______(1957- 58). Seminario 5. Las formaciones de las perversiones. La teoría del Edipo del inconsciente. Paidós Editores. Ar- en Freud y Lacan. Ediciones Nueva Vi- gentina. sión. Buenos Aires. NASIO, J. D. (1996). Cómo trabaja un psicoa- FREUD, S. (1937). “Análisis terminable e inter- nalista. Paidós Editores. Buenos Aires, minable”. En: Obras Completas: Moisés y Argentina. la religión monoteísta. Esquema de Psi- SOLER, C. (1988). Finales de análisis. Manantial coanálisis y otras obras. Buenos Aires: Editores. Argentina. Amorrortu. SZPILKA, J. (1989). Sobre la cura psicoanalíti- ______(1916-17). 16° conferencia. Psicoanálisis ca. Una palabra de amor. Tecnipublica- y Psiquiatría. Obras completas. Tomo ciones. Grupo Editorial Julián Yebenés. XVI. Amorrortu Editores. Argentina. España. ______(1914). Contribución a la historia del mo- WINNICOTT, D. (1998). Los bebés y sus ma- vimiento psicoanalítico. En: Obras Com- dres. “El primer diálogo”. Barcelona: Edi- pletas: Contribución a la historia del mo- torial Paidós. vimiento psicoanalítico. Trabajos sobre

60 La institución: Alma mater o filial paterno Problemáticas del eje clínico en modelos de formación en psicoanálisis. Los riesgos de producir un

ECOS “falso self analítico”*

Cecilia Rodríguez**

Es muy fácil dar la impresión de ser un psicoanalista, es mucho más difícil ser uno”1. Con esta frase concluyó André Green una “de las conferencias que dio en México en 2007, y es en torno a algunas de mis propias inquietudes respecto a la transmisión del psicoanálisis y la formación de psicoanalistas, que encuentro que esta cita invita a reflexionar respecto a las siguientes preguntas: ¿Qué situaciones propician que algunos candidatos, al término de su proceso de formación y análisis, logren un pensamiento analí- tico, mientras otros entran en la categoría señalada por Green, en cuanto a que, pesar de parecer analistas, no logran serlo? ¿En el encuadre que sostiene los análisis llamados “didácticos” pueden plantearse problemáticas clínicas propias del campo de la transmi- sión que incidan en el modo de advenir como psicoanalista? Ante estas interrogantes, que de sobra sé que no pueden responderse de manera lineal, quisiera al menos plantear una idea que subraya la importancia de la experiencia del eje clínico en la formación de los candidatos, la cual empieza en su análisis personal. Así pues, la hipótesis que sostengo gira en relación con lo que se pone en jue- go en los análisis didácticos, subrayando el riesgo de que en éstos el devenir analizante-candidato-analista se trastoque por obstácu- los propios del campo analítico y que, en consecuencia, el candida-

*Trabajo ganador to adquiera lo que me parece que se podría denominar “falso self del segundo lugar del analítico”. Pero, ¿qué implica ser analista, desde esta perspectiva? “Psychoanalytic Training Today Award” 2015, El planteamiento es complejo, tan complejo como delimitar un “fal- otorgado por la National so self” del “verdadero self” planteados por Winnicott. Ser analista Psychoanalytical Association (IPA) lleva la marca de una experiencia formativa, atravesada por las tur-

**Cecilia Rodríguez bulencias transferenciales del análisis personal que pone en juego Asociación Psicoanalítica de Guadalajara Psicoanalista titular en función didáctica [email protected] 1 Green (2011), p. 67. Green señala que está citando a Bion.

61 vivencias transformadoras y formadoras que se adquiere en gran parte median- que en los análisis conducidos bajo un es- te la experiencia en el diván. Desde esta quema en el que entra la función didacta, perspectiva, esto implicaría el desarrollo apuntan también a la transmisión de la de un “falso self analítico”, que implica que apertura a lo inconsciente y todo el campo el analizando adquiera la capacidad de in- que se despliega como fondo que sostie- corporar la vivencia analítica en la forma, ne el modo de ser de una persona. Así, a pero no en el fondo, y que quien se confi- las fortalezas y debilidades de los diferen- gure analíticamente bajo estas circunstan- tes modelos de formación en psicoanálisis cias podrá guiarse por los aprendizajes, o es importante sumar la reflexión clínica repetir, mediante la identificación con su en los términos de un proceso analítico analista, la técnica del psicoanálisis, ads- cuyo encuadre tiene la especificidad de cribiéndose además a los mismos ideales; estar atravesado por los lineamientos de podrá incluso conducir en cierta medida cada sociedad, de acuerdo al modelo de distintos procesos terapéuticos, pero ten- formación al que se adscriba. Tan es así, drá un déficit en la formación de un pen- que la “función didacta” del analista señala samiento clínico que posibilite el trabajo con su misma definición el vínculo con una con los entramados inconscientes, que estructura institucional que la sostiene, es lo que sustenta la especificidad del psi- factor que da a estos análisis una particu- coanálisis. A partir de esto, considero que laridad que no se puede desmentir y que plantear las problemáticas clínicas que en nuestro ámbito se organiza en torno a atraviesan cualquier modelo de forma- alguno de los tres modelos de formación ción, es fundamental, dado que no puede aceptados por la IPA: el modelo de Ethin- separarse la transmisión del psicoanálisis gton, el Francés y el Uruguayo. Cada uno de la experiencia analítica, en estos casos de estos modelos tiene una propuesta en “didacta”, y las vicisitudes propias de esta relación al análisis de los candidatos y la nueva relación que en el devenir de cada cuestión del “analista didacta” o la “fun- psicoanalista es fundamental. Bien sabe- ción” didacta ejercida por algún analista mos que los análisis didácticos no deben acreditado que por elección del candi- diferir de los análisis que no se ligan a un dato opere como tal. Ahora bien, desde proceso formativo, pero, como ya lo se- mi perspectiva, independientemente del ñalé, la “función didacta” del analista, así modelo de transmisión del psicoanálisis como la relación a la que dicha función lo al que se adscriba una institución, es en vincula con la institución, es un elemento el curso de los análisis de los candidatos del encuadre que de ninguna manera se en formación, donde se pone en juego puede dejar de lado, sino que sus efectos mucho de lo que posibilita o no el adveni- deben incluirse en cualquier intento de miento de un psicoanalista. comprensión respecto a la complejidad Desde este planteamiento, como ya de la transmisión del psicoanálisis. No to- lo mencioné, sostengo la hipótesis de que mar en cuenta como parte de una de las hay análisis, cualquiera que sea el modelo variables del encuadre la función “didac- que los enmarque, que en lugar de propi- ta” de un analista resulta en una ceguera ciar una experiencia que realmente contri- respecto a la especificidad de sus efectos buya a la formación de un analista, produ- que desde el ámbito clínico contribuye al cen lo que creo que responde a la cuestión modo de subjetivación de quien en su mo- de “parecer” analista sin realmente lograr mento también ejercerá como analista. la profundidad de un pensamiento clínico

62 Problemáticas del eje clínico en modelos de formación en psicoanálisis Así pues, me parece de suma im- analista, haciendo caso omiso de la neu- portancia considerar los riesgos posibles tralidad y abstención necesaria para anali- cuando el “Análisis de formación” se con- zar, impone al analizando su pensamiento, vierte en una “deformación del análisis”, lo deseo o alguna forma de comportamien- que ocurre específicamente en los casos to. En dicho contexto, esto opera más del en los que el “análisis didáctico” opera más lado de la sugestión que de un verdade- como una didáctica que como un análisis. ro análisis, y se sostiene en la ilusión del Fruto de esto, suele suceder que algunos “supuesto saber” a ultranza del analista, candidatos “pierdan la cabeza” en el diván. quien si en ese punto se mantiene como Con esto me refiero a la problemática de la “incuestionable” -y por tanto inanalizable a alienación, que implica la muerte del pen- lo largo del tiempo-, tenderá a sostener, o samiento propio desde la perspectiva en incluso a propiciar la idealización por par- que ha sido estudiada por Piera Auglanier te del analizando, quien en los casos de (1994), y cuyos efectos pueden suscitarse alienación, profesará hacia su persona no en cualquier análisis, pero en el caso de un amor-transferencial, sino una pasión los que implican una experiencia que a la transferencial que se diferencia de la pri- vez es parte de la formación de un candi- mera no sólo en términos de la intensidad, dato, la alienación del mismo obtura la po- sino en la cualidad del vínculo. sibilidad de advenir como analista, aunque En el contexto analítico, el amor como dijo Green, pueda llegar a parecerlo. transferencial, con todas sus vicisitudes y Sabemos que llegar a ser analista implica dificultades, estará del lado del motor del mucho más que los aprendizajes del cam- proceso. La alienación, en cambio, marca- po de la teoría y de la técnica, ya que esto rá su detención. Así pues, considero que si se pone en juego en el proceso analítico bien la transferencia es el eje de todo aná- en sí mismo, que además de habérselas lisis, en los análisis de los candidatos esto con los conflictos propios de cada -anali implica un elemento crucial en el modo zante, implica un transcurrir en el camino de advenir como analista, con lo que de analizante-candidato-analista, con todas esto hay en cuanto a la transmisión del las turbulencias propias del mismo, y que psicoanálisis mediante la experiencia vivi- están implícitas en la elaboración de todo da. La destitución del analista de la posi- lo que se suscita en la transferencia, pues- ción idealizada, omnipotente y poseedor to que es precisamente la vivencia trans- de un saber absoluto, es imprescindible. ferencial la que sustenta las pasiones que En todos los análisis, esta posición se da están en el fondo de la vivencia de todo en la actualización de la dependencia in- individuo. fantil, y si en todos los casos es necesario Así pues, considero que la pasión ac- resolverla, en el ámbito de la transmisión tualizada en el campo transferencial puede del psicoanálisis esta resolución implica tomar dos caminos distintos: el del amor o también salir de las vicisitudes que con el de la alienación. Esto corresponde a la frecuencia perpetuán distintas formas de perspectiva de Eros y Tánatos. Hago esta dependencia hacia el analista, dificultando referencia de la dualidad pulsional, dado la confianza en el propio pensamiento su- que es precisamente a partir de la pulsión jetado siempre a la aprobación del mismo, que la pasión adviene (Green, 1973). o proyectando dicha necesidad al grupo En el campo transferencial, la alie- de pertenencia, ámbitos distintos, el ana- nación se instala cuando en la asimetría lítico y el institucional, pero en los que se propia de las relaciones pasionales, un evidencian conjuntamente distintas mo-

Cecilia Rodríguez 63 dalidades de sometimiento, adherencia nencia, o su contraparte, las vivencias per- acrítica, o identificaciones ciegas con la secutorias en relación a ésta. ¿No es éste persona más que con la introyección de un punto medular para re-pensar lo que la función de analista que éste desem- sucede en los divanes didácticos y las im- peña. Para un candidato en formación, plicaciones de esto en los distintos ámbi- esto contribuye a sostener a través de los tos de la formación? años una posición más bien infantil que El énfasis en este tipo de problemá- dificulta el despliegue del potencial crítico, tica no está en el modelo de transmisión, analítico y creativo necesario no sólo para sino en la clínica, que es su fundamento. trabajar en la clínica, sino también para No está en lo formal del encuadre, sino en formar parte de un movimiento psicoana- la cualidad del vínculo analítico, y esto no lítico generador de ideas y pensamiento puede circunscribirse por un tipo de mo- reflexivo que no se limite a la repetición delo u otro, sino que invita a una reflexión acrítica de lo ya “pensado por otros”. Con- sobre la necesidad de reconocimiento de sidero que éste es un problema muy se- las dificultades y obstáculos sostenidos en rio, la alienación2 es una posibilidad entre ocasiones por entramados institucionales todas las que se dan en cualquier relación que se constituyen inevitablemente atra- transferencial, pero enfocándola desde la vesadas por las relaciones transferencia- perspectiva de los análisis llamados didác- les entre sus miembros. ticos; es un factor importante a reconocer como obstáculo en cualquier modelo de El narcisismo y la alienación en las formación en psicoanálisis. Un candidato problemáticas de transmisión alienado no puede advenir como analista. del psicoanálisis Estoy hablando de una verdadera iatroge- nia. Ahora bien, no creo que haya un mo- Sabemos que más allá de los avatares pa- delo de transmisión que pueda prevenir tológicos del analizando, las dificultades este tipo de situación que puede darse en del proceso deben pensarse a partir de cualquier análisis, pero que en los análisis las diversas situaciones que se producen de los candidatos merece la atención ne- transferencialmente en los intercambios cesaria dentro de las dificultades más gra- del analista y el analizando, y es en este ves de la transmisión. sentido que lo que ocurre en un ámbito En coincidencia con el punto de vista intersubjetivo es fundamental. de Piera Auglanier (1994), quien considera Con respecto a la clínica del narcisis- que la alienación generalmente es induci- mo, el tema es muy complejo, puesto que da por el analista, es importante señalar el término ha abarcado desde un rasgo de que, sin duda, serán sus conflictos narci- personalidad, un estado de desarrollo, una sistas los que pueden propiciar fuertes re- patología, una instancia psíquica e incluso sistencias a analizar los aspectos transfe- un eje de las representaciones identifica- renciales que suelen sostener una imagen torias. Este último punto es el que quiero idealizada de sí mismo, y en el caso de los destacar como centro de las resistencias análisis didácticos, de las proyecciones de que suelen presentar dificultades en todo esta idealización a la institución de perte- análisis, sean por parte del analizando o del analista. Las del primero se pueden vencer al analizarlas y constituir parte del 2 “En el estado de alienación, el individuo sustituye movimiento de todo análisis; las del se- la realidad vivida por el discurso del Otro” gundo son las que apuntan a una proble- (Auglanier, 1980).

64 Problemáticas del eje clínico en modelos de formación en psicoanálisis mática con relación al curso del progreso los candidatos y sus analistas, contribuyen de un análisis y sus puntos de límite, dado a la formación analítica de éste, o como lo que el analista encontrará más dificultades he planteado en la hipótesis de este tra- para interpretar aquello en lo que sus pro- bajo, la dificultan. Bien sabemos que mu- pias resistencias operan. Por esta razón, chas veces las diversas situaciones trans- nuestra práctica debe mantenernos conti- ferenciales se evidencian en las relaciones nuamente en una posición analítica sobre con el grupo de pertenencia, sobre el que nosotros mismos. Ahí también se pone a se depositan las idealizaciones, o bien su prueba el narcisismo que puede funcio- contraparte, las ansiedades persecuto- nar incluso como límite a la propia inte- rias que inhiben el pensamiento crítico y rrogación y cuestionamiento; no sólo con creativo, por lo que no creo que lo que relación a nosotros mismos, sino también posibilite o no estas características pueda respecto a nuestros saberes, filiaciones, mantenerse al margen de lo que sucede pertenencias y todo aquello en lo que se en el diván. Recordemos el texto de Otto implica nuestra identidad como analistas. Kernberg (1996), en el que irónicamente De sobra sabemos que los problemas clí- habla acerca de las formas en que se anu- nicos derivados de los rasgos narcisistas la la creatividad de los candidatos. Este es de un analista siempre operan como obs- un problema que desde mi punto de vista táculo al proceso, pero en los análisis de lleva a cuestionar qué es lo que sostiene los candidatos, esto tiene consecuencias este tipo de situaciones, puesto que sabe- devastadoras, ya que en algún momen- mos que lo que respecta al pensamiento to, aun alienados, éstos trabajarán como creativo y crítico, éste puede potencializar- analistas, constituidos en torno a un “falso se al resolver los conflictos inconscientes self analítico” y probablemente llegarán a que lo inhiban o, por el contrario, puede ser transmisores del psicoanálisis para la sofocarse en el diván. Como en una ban- siguiente generación que entonces llegará da de Moebius, los efectos de los análi- al diván de un analista que no haya logrado sis didácticos se despliegan en el ámbito adquirir cabalmente la profundidad y com- institucional y viceversa. En ambos, los plejidad de un pensamiento clínico, con el problemas se perpetuán si se vuelven ina- riesgo de repetir entonces la iatrogenia en nalizables, lo cual yo creo que es común. la siguiente generación. La “transmisión Maud Mannoni (1989) afirmó que todo lo intergeneracional”3 de distintas formas de que toca en un análisis al Ideal –del ana- alienación no es ajena a las problemáticas lista o la institución– constituye un núcleo más difíciles de resolver en las institucio- de resistencia al análisis. Por lo tanto, en nes psicoanalíticas, independientemente el análisis didáctico, lo que salvaguarda el del modelo al que se adscriban. narcisismo institucional sobre el que se Como ya lo mencioné anteriormente, deposita el narcisismo de sus integran- sabemos que en el ámbito de la transmi- tes, constituye por lo general un escollo sión del psicoanálisis, esta problemática insalvable a transmitir de una generación tiene lugar de un modo muy específico en de analistas a otra. ¿Habrá un modelo de los análisis didácticos, puesto que muchas transmisión que pueda sortear estas di- de las situaciones transferenciales entre ficultades? Sea como sea, considero que todos deben incluir espacios de reflexión abiertos a los candidatos, sobre dificulta- des clínicas propias de los análisis didác- 3 A la manera del Telescopaje de las generaciones, ticos, problemáticas institucionales y obs- explicitado por Haydee Faimberg (2005).

Cecilia Rodríguez 65 táculos en la transmisión, al menos para quien queda cautivo de una pasión que tematizar y poder pensar lo que muchas perpetúa al analista como depositario del veces por simple desconocimiento no se Ideal del Yo, al que se le supone incluso puede reconocer, aun cuando los efectos un saber absoluto que se asume como generen mucho malestar. incuestionable. En estos casos, los rasgos narcisistas de un analista pueden llevarlo El analista narciso y de modo ciego, y lejos de toda intención, el analizando “eco” a resolver los nudos fantasmáticos y trau- mas de la historia de un analizando, pero ¿Cuáles son las circunstancias que dejan como parte de esa misma historia, la re- a un candidato en la posición de “Eco”? lación analítica vivida generalmente en Apunto con este término a una doble sig- estado de vulnerabilidad favorecido por nificación del mismo: “eco” como repeti- la regresión, expone a otro tipo de situa- dor de lo ya dicho y ya pensado por otros, ciones y marcas que si bien apuntan al in- sin que pase por un proceso crítico, y “Eco” tento del encuentro del analizante con su haciendo alusión al personaje que susten- propio deseo, de subjetivarlo, de abrir la ta la grandiosidad de Narciso. posibilidad de asumir una identidad pro- Retomo esta reflexión en torno a la pia más allá del deseo de un Otro, puede temática del narcisismo, siguiendo la idea también propiciar una situación en la que de Maldonado (2008), quien señaló que éste quede fijado de manera permanente este concepto como hecho clínico está a una forma de vínculo atravesado por la distorsionado, puesto que ha sido consi- idealización y el sometimiento al analista, derado sólo como fenómeno intrasubjeti- las que derivan en sutiles formas de abu- vo, y nos muestra cómo en la experiencia so transferencial tales como la imposición analítica es un acontecer que se sostiene de un pensamiento, un deseo, un juicio, en la interacción. Él plantea, como metáfo- mediante cualquier forma de interven- ra de esto, el mito de Narciso y Eco en el ción autoritaria, sugestiva, crítica, o incluso cual Eco, desempeña un papel fundamen- de reproche y recriminación, todas ellas tal que sostiene la constelación narcisista acordes con la lógica del analista incapaz mediante sus constantes demostraciones de mantener las necesarias neutralidad y de amor y admiración hacia Narciso, quien abstención para interpretar. consolida en ello su vanidad. De este Yo me pregunto si este tipo de inter- modo, Maldonado plantea que cuando el venciones que rompen con la neutralidad analista ocupa el lugar de Eco, se sostiene necesaria de un análisis no evidencian las el despliegue de una estructura narcisis- dificultades de quien, en esos casos, ejer- ta que sirve de sustento a una relación en ce como tal. De ahí puede derivar la per- la que se alteran el sentido y el significa- petuación del problema al que me refiero, do del diálogo analítico que se convierte, ya que frente a esto, la posibilidad de for- entonces, en un soporte para la fantasía mar una identidad analítica propia, puede omnipotente del analizando, lo que defini- establecerse en un “falso self analítico” tivamente detiene el proceso. Ahora bien, que, en el contexto de la transferencia, se ¿qué sucede cuando el lugar de Narciso lo avoque a satisfacer los lineamientos que ocupa el analista y el que queda como Eco se sostienen detrás de las intervenciones es el analizando? En este tipo de situación, del analista, cuando, en lugar de la inter- el narcisismo del analista es sostenido por pretación, cualquiera de estas posibilida- la idealización por parte del analizando, des tiene lugar en el contexto analítico.

66 Problemáticas del eje clínico en modelos de formación en psicoanálisis Esto puede propiciar identificaciones e in- didáctica que de un verdadero análisis. La troyectos no analizados que se cristalizan didáctica, el adoctrinamiento y cualquier como mandatos superyoicos, dificultando otra forma de transmisión que en el diván el proceso analítico que entonces se torna obture la posibilidad del análisis, constitu- en una mera transmisión “didáctica”, que yen en realidad una resistencia al análisis obstaculiza el análisis u opera como resis- mismo, obstaculizando con ello, al mismo tencia al mismo, puesto que en cualquiera tiempo, el eje medular de la formación de de estas formas de intervención se cierra un candidato. el análisis de lo inconsciente que surge en Ésa sería una per-versión del análisis una escena en la que su despliegue que- que propicia una de las formas más comu- da delimitado por la escucha sorda de un nes de alienación, en especial en los casos analista sujeto a los efectos nefastos de su en los que la práctica analítica se convierte propio narcisismo. más en un suministro de gratificaciones Ya Maldonado (2008) nos había ad- narcisistas que en un verdadero proceso vertido que: analítico. Cuando la alienación opera como Múltiples son las distorsiones del resistencia al análisis, el resultado siem- interpretar que pueden perturbar la co- municación con el inconsciente del pa- pre es lamentable, pero en la cuestión ciente y alterar los objetivos del procedi- de la transmisión del psicoanálisis, es un miento analítico. Esto acontece cuando problema que conlleva a que la situación las intervenciones del analista tienen, analítica opere en una modalidad propia en forma encubierta e inconsciente, el carácter de prohibiciones, sugerencias de la “reversión de la perspectiva” descrita y consejos, o son alusiones a sucontra- por Bion (1963), en el sentido de que el transferencia y opiniones sobre la reali- objetivo del proceso deje de ser el análi- dad fáctica (p. 51). sis mismo, sofocado por las resistencias narcisistas de un analista resguardado Difícilmente puedo pensar que este tipo tras el ideal de la transmisión, que deja de de intervenciones sean propias de un ana- ser la transmisión de la experiencia analí- lista; más bien de alguien que, como dijo tica si se convierte en la transmisión que, Green4, “parece analista”, o que, aun sién- a modo de ortopedia, tienda a “formar” al dolo, quede descolocado como tal. candidato de acuerdo a ideales cristaliza- dos en nombre de la transmisión del “pen- Análisis de formación o samiento” del grupo de pertenencia. La de-formación del análisis tesis de Fainstein (2011) sobre Institución Psicoanalítica y el pensamiento grupal, me Como ya lo he mencionado anteriormen- ha dado mucha luz respecto a este tema, te, aunque este tipo de distorsiones pue- especialmente en relación a la configura- de ocurrir en cualquier proceso analítico, ción de un pensamiento grupal articulado las problemáticas que se refieren a la for- en una lógica similar al de la psicología mación de un psicoanalista hacen nece- de las masas, estudiada por Freud en los sario pensar en las implicaciones de esta años 20, en donde fácilmente se pierde la iatrogenia que puede hacer que un análi- individuación creativa y crítica, en lugar de sis “didáctico” opere más del lado de una lograr hacer parte de una identidad gru- pal, pero sin perder la propia. Así pues, en el caso del análisis di- 4 Hago alusión a la cita con la que da inicio este dáctico, el riesgo está en el hecho de que trabajo.

Cecilia Rodríguez 67 éste se centre más en los ideales de una objeto de amor o pasión, o con su deseo, transmisión que, aun con las mejores in- que identificarse con la función analítica y tenciones, opere ciegamente del lado del que sea el deseo por el descubrimiento lo adoctrinamiento y no del des-cubrimien- que sostenga dicha función. Esto explica to. Valencia (2005) lo ratifica cuando dice que en la historia del movimiento psicoa- que los destinos del narcisismo tienen en nalítico abunden ejemplos de analizandos la transferencia el mejor referente para que, al término de su análisis, se convir- expresar lo que en el analista hay de de- tieron en discípulos mucho más que en seo de fundar, de teorizar y de conquistar, analistas. no sólo de analizar. En este ámbito de análisis, transmi- Precisamente en este tipo de deseos sión e institución, concuerdo con Waisbrot pueden ubicarse los tropiezos de algunos (2002) cuando metaforiza algunas ideas analistas para realizar una interpretación de Auglanier para referirse a la situación que posibilite lo que sea necesario atra- del análisis didáctico, y habla de la aliena- vesar para la des-idealización por parte ción fundante, primaria y necesaria como del analizando, la total independencia del un momento dogmático destinado a des- candidato, y lograr mantener la integridad aparecer, porque de lo contrario, quien necesaria para no obturar un talento que desaparece es el analista. pudiera incluso superar al del propio di- dacta. Las heridas narcisistas que se de- Conclusiones ben superar, si no han sido resueltas en el propio diván o a partir de la confrontación Las propuestas de cada uno de los tres continua con cada nuevo analizante, se modelos de transmisión a los que se convertirán en puntos de resistencia para adscriben las sociedades de la IPA, tratan el analista, con el riesgo de ponerlo en una de distintas maneras de encontrar los situación defensiva, agresiva, seductora o mejores medios para lograr la transmisión cualquier otra exenta de neutralidad. En del psicoanálisis, y aunque en el ámbito los primeros estudios sobre la transferen- clínico difícilmente puede incidirse, cia y la resistencia, Freud (1914) dilucidó enunciar las problemáticas propias de claramente desde hace un siglo el modo este campo, pilar de la formación, sigue en el que el amor transferencial que no se siendo fundamental. analiza, opera del lado de esta última. Hoy Espero que este trabajo pueda con- sabemos que la manera en la que esto – tribuir en algo a la reflexión sobre una como cualquier otro aspecto pasional– sea problemática de las muchas que han dado atravesado en la transferencia, determina- cuenta de la complejidad que entraña el rá las posibilidades de resolución de los constante devenir en torno al deseo de diversos conflictos de ellas derivados. Sin ser analista, y el riesgo de los rasgos nar- embargo, como ya señalé anteriormente, cisistas que en un analista pueden dificul- cuando además todos esos aspectos se tar cualquier proceso analítico, pero que entrelazan con el deseo de ser analistas en el caso de quienes ejercen la función y lo que con relación a dicho deseo se didacta, pueden alterar incluso la misma pone en juego en los análisis didácticos, el formación del candidato. modo de atravesar y resolver estas conflic- Afortunadamente y dado que el aná- tivas incidirá también en el modo de llegar lisis es en sí mismo interminable, para a ser psicoanalista, ya que no es lo mismo cada analista la posibilidad de re-historizar identificarse con el propio analista, como y de reabrir la experiencia en el diván, en

68 Problemáticas del eje clínico en modelos de formación en psicoanálisis los distintos re-análisis a lo largo de la vida, ______(1976). “Psicología de las masas y análi- marca siempre la posibilidad de un nue- sis del Yo”. En J. L. Etcheverry (Traduc.), vo abordaje que nos permita metabolizar, Obras completas. Sigmund Freud (Vol. reelaborar y aprovechar la experiencia del 18, pp. 1-136). Buenos Aires: Amorrortu camino ya recorrido. Ahora bien, aunque (Trabajo original publicado en 1920-21). los obstáculos de un análisis no se pueden GREEN, A. (1973). El discurso vivo. Valencia: prever, abrir en los institutos espacios de Promolibro (1998). reflexión sobre las problemáticas espe- ______(2007). Conferencias en México. Vol. 1. cíficas de la clínica ligada al contexto de México, D.F.: Paradiso Editores. transmisión del psicoanálisis, puede ser KERNBERG, O.F. (1996). “Thirty methods to de gran ayuda para cualquier modelo de destroy the creativity of psychoanalytic formación que se implemente. Cuando no candidates”. En: Int. J. Psycho-Anal., 77: se conocen los riesgos de la alienación, un 1031-1040. candidato puede padecerlas en solitario, MANNONI, M. (1979). La théorie comme fic- sin poder reconocer, y mucho menos pen- tion. Seuil. París. sar en lo que le acontece, y aunque eso no ______(1989). De la pasión del ser a la locura es garantía de lo que se resuelva desde el de saber. Buenos Aires: Paidós. diván, al menos da un elemento más para . (2008). El narcisismo y el tra- poder cuestionar y pensar sobre el propio MALDONADO, J análisis. Lo que nunca estará de más. bajo del analista. Buenos Aires: Lumen. PUGET, J., y WENDER, L. (1982). “Analista y pa- Bibliografía cientes en mundos superpuestos”. Psi- coanálisis. Revista de la Asociación Psi- AUGLANIER, P. (1975). La violencia de la inter- coanalítica de Buenos Aires, 4: 503-536. pretación. Buenos Aires: Amorrortu. VALENCIA, A. (2005). “Tropiezos, criaturas de ______(1994). Los destinos del placer. Buenos lo imposible: la institución, la formación Aires: Siglo XXI. del psicoanalista y el Ideal”. Trabajo ______(2005). Un intérprete en busca de senti- presentado en Jornada. Tropiezos del do. Buenos Aires: Siglo XXI. Psicoanálisis, de Triskel, Asociación de ______(2002). Entrevista con Luis Hornstein. Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Mé- URL: http://antroposmoderno.com/an- xico, D.F. tro-articulo.php?id_articulo=202 WAISBROT, D. (2002). La alienación del analis- FAINSTEIN, A. (2011). Institución Psicoanalí- ta. Buenos Aires: Paidós. tica. “Especificidad, obstáculos y políti- WINNICOTT, D.W. (1965). “The Maturational cas”. Tesis de Maestría en Psicoanálisis. Processes and the Facilitating Enviro- Universidad del Salvador. Asociación ment: studies in the Theory of Emo- Psicoanalítica Argentina. tional Development: The International FAIMBERG, H. (2005). El telescopaje de las ge- Psycho-Analytical Library”, 64: 1-276: neraciones. Buenos Aires: Amorrortu. London: “The Hogarth Press and the FREUD, S. (1976). “Puntualizaciones sobre el Institute of Psycho-Analysys”. amor de transferencia”. En J. L. Etcheve- rry (Traduc.), Obras completas. Sigmund Freud (Vol. 12, pp. 159-174). Buenos Ai- res: Amorrortu (Trabajo original publica- do en 1914-15).

Cecilia Rodríguez 69 Explorando el encuadre

Laura Mejorada de la Mora* ECOS

itulé este trabajo “Explorando el encuadre” porque explorar es hacer un recorrido, un viaje hacia un lugar desconocido o Tpoco conocido para aprehenderlo, descubrirlo y redescubrir- lo, en un intento de conquistar un poco de saber acerca del encua- dre psicoanalítico, tal vez un poco de dominio, y el deseo de encar- narlo. Explorar también es abrir nuevos caminos, nuevas líneas de pensamiento. Es adentrarse para encontrar algo nuevo y valioso. En psicoanálisis, intentamos explorar el inconsciente de los pacientes y nos encontramos con la sorpresa de que también sur- ge el nuestro, y de que es imposible -ya lo decía Freud- dominarlo, pero estamos obligados a enterarnos, a saber de eso que surge en nosotros, para poder sostener el encuadre que requiere cada paciente. Durante esta incursión, me llamó la atención que “encuadre” es un término usado comúnmente en el arte fotográfico y cinema- tográfico para señalar la colocación del objeto o tema en el visor de la cámara, siendo éste el elemento que permite comprender cómo se construyen las imágenes y cómo en éstas podemos ver exclusivamente aquello que el realizador de las imágenes desea que percibamos. En el tratamiento psicoanalítico, el realizador del montaje es- cénico es el analista, pero él no crea las imágenes. Éstas surgen en ese singular encuentro con el paciente, que es la sesión analítica. Él es el espectador e intérprete de lo que ocurre en cada encuentro, es el guardia del encuadre que reconstruye continuamente, por

* Laura Mejorada, medio de la interpretación, cuando el paciente lo intenta romper Psicoanalista titular en o lo rompe. función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Así, en el marco del encuadre, nos asomamos a una realidad de Guadalajara. que nunca es la realidad misma. Es la ventana o el marco, que al [email protected] superponerlo a la imagen, proporciona al analista vistas inacaba-

70 das no sólo del paciente sino de lo que siempre termina en fracaso porque busca ocurre en la sesión. Si la distancia es óp- el primer encuentro y eso es imposible. tima -como diría Green-, lo que requiere De acuerdo a Green, el encuadre la diferenciación del analista de lo que le es el conjunto de condiciones, de posi- ocurre a él y lo que le ocurre al paciente, y bilidades requeridas para el ejercicio del la instalación, por medio de su análisis, del psicoanálisis. Abarca las disposiciones encuadre interno que es la sede del “pen- materiales que rigen las condiciones entre samiento clínico, fundamento de su iden- analizante y analista como pago de sesio- tidad psicoanalítica y escucha vinculada a nes a las que no acudió, acuerdo de vaca- las construcciones que van teniendo lugar ciones, duración de la sesiones, modo de durante su trabajo con el paciente”, enton- pago, condiciones fijadas desde un primer ces puede surgir un paisaje que describe momento, pasando a ser objeto de un un escenario que envuelve al analista y convenio entre las partes. Esto sólo es un le hace sentir sensaciones y emociones fragmento del encuadre diferente de la re- que guiarán la mirada por los elementos gla fundamental que forma parte de éste, de una forma que bordea al sujeto en un e involucra tanto al analista como al pa- área limitada, lo enfoca exclusivamente, lo ciente, pues, así como existe la regla fun- extrae de su contexto para aproximarlo al damental para el paciente, que es la única analista y atraer su atención a un detalle, exigencia del analista sobre el trabajo del una textura, una forma, encuadrándola en analizante, quien la aceptará aun cuando un marco representativo por medio de la le sea imposible respetarla, existe la con- palabra analítica. traparte para el analista que es la atención Es en esa escena enfocada por el libre, flotante. encuadre que nombra, limita, define y re- Esta regla sirve de tercero. Es el or- glamenta, donde surge el encuentro con den superior para ambas partes, que es el inconsciente. El encuadre puede ser necesario observar para que haya análisis, alterado una y otra vez por el paciente y puesto que el respeto a la regla funda- su pulsión, pero el analista, al aceptar la mental invita a un modo de ensueño des- renuncia de satisfacer su pulsión con el pierto en sesión -nos menciona Green-, paciente, será capaz de sostenerlo, y de y crea una relación paradójica permisiva recrearlo una y otra vez. Es este hecho, y obligatoria. Se puede y se debe decirlo asociado a la acción interpretativa del ana- todo, función moral porque, aunque auto- lista, lo que lo sostiene. Por eso, el analista riza la perversión verbal, prohíbe el hacer. es el guardián del encuadre que favore- Aquí decir es hacer; se dice porque no se ce la producción creativa del encuentro puede hacer. Entonces, el lenguaje se con- analítico, al mantener la ley y el límite. Es vierte en otra manera de hacer. contención, sostén para que se produzca El encuadre le otorga una condición la transformación creadora de esa obsti- metafórica al discurso analítico. La regla nación por parte del paciente, del encuen- básica es el ejercicio de un soliloquio di- tro entre la repetición de lo mismo que rigido a alguien invisible que no está ni encarna el rehusamiento del saber por estará. Así, el encuadre es una matriz ac- parte del inconsciente con el que siempre tiva compuesta por la asociación libre del tropezamos -lo sé por experiencia-, y la paciente y la atención y escucha flotante pulsión, en algo diferente, que ya no será del analista, impregnada de la neutralidad más la búsqueda del encuentro con el ob- benévola, que forman el diálogo donde se jeto primario, puesto que esta repetición arraiga el análisis. Es también el cofre y la

Laura Mejorada de la Mora 71 caja de Pandora del proceso psicoanalíti- las dos realidades: psíquica y material, in- co, pues su objetivo es llevar al paciente cluso entre el cuerpo y el mundo; lo que a reconocer su inconsciente que ignora incluye el cuerpo del analista, favorecien- pero quiere y no seguir ignorando, apo- do el avance de la representación del ob- yándose en la transferencia y en la inter- jeto hacia la representación de la palabra, pretación. en presencia del otro invisible e intocable. Esta benevolencia del analista —nos Ésta es la regla del juego que lleva en sí dice Green— tiene que ver con una recep- la posibilidad de que advenga el otro del tividad comprensiva que no es la complici- objeto, poniedo en juego la teoría de la dad que produce el baluarte y la interrup- triangulación con el tercero substituible: el ción del proceso analítico, sino receptividad lenguaje en su función mediadora limitada hacia las propias producciones inconscien- a lo que puede significar. tes que el analista debe tolerar y entender. Metáfora, metonimia, realidad psí- Lo cual está directamente relacionado con quica y realidad material, dramatización y el encuadre interno del analista. simbolización, son los cuatro mecanismos Así, el encuadre es un aparato psi- que Freud menciona sobre el sueño y que coanalítico cuya finalidad es transformar Green traslada al escenario que produce al máximo el aparato psíquico en un apa- el encuadre en el cual se hace hablar y se rato de lenguaje (que funcionará en con- posibilita la simbolización del complejo de tacto con un objeto presente-ausente, Edipo. Porque pase lo que pase, la sesión que intentará obedecer a una libertad de tiene un final, una duración. Así, el pacien- palabra como si se estuviera a solas-en te vive cada sesión como una repetición presencia de, sometido a los cambios que de un proceso de reunión y separación de desea recibir del objeto donde la verbali- la relación analítica. zación y la relación mutua son una meta La flexibilidad, movimiento o ruptura común y se incluye una realidad tercera, del encuadre, remiten al encuadre interno virtual, suscitada por objetos del tercer del analista que ha debido internalizar en orden, los transicionales, en los cuales los su propio análisis. Lo que le permite ins- objetos del lenguaje sustituyen a todo tipo trumentar un encuadre encarnado, pues de objetos de la realidad psíquica y mate- el propio encuadre no está ausente si se rial) que pretende poner en acción a un efectuó la cura y no deja de estar presen- sujeto que pueda jugar durante el tiempo te en su mente, rigiendo el límite de las de la sesión. modificaciones que autoriza, preservando El encuadre también es el guardián las condiciones necesarias para producir del análisis, igual que el sueño es el guar- los intercambios. De esta forma, se puede dián del dormir (Green, 1995), en el senti- explicar por qué la actitud del analista es do de que el análisis se efectúa y se sitúa tan importante para el desarrollo de cada en un espacio intermedio potencial donde sesión. Él mismo la puede facilitar o con- la palabra cambia de estatuto para con- trariar, estimular o frenar, hasta extinguir. vertirse en un objeto singular que sustitu- Estoy de acuerdo con Green cuando men- ye el acto. Se consuma una metaforización ciona que cada analista deberá pecar se- polisémica, donde se restringe lo motriz, gún su complexión, su ideología, su moral y predomina la percepción sostenida por personal y sus propias perversiones. la energía de la pulsión y el proceso pri- El encuadre también revela, a través mario, campo liberado a la expresión de de alteraciones mínimas del aparato de los deseos, difuminando la barrera entre lenguaje, las perturbaciones de las activi-

72 Explorando el encuadre dades de transformación de los objetos el paciente no neurótico, el analista es la que son herederas de los ataques contra réplica del encuadre: se duplica el objeto los objetos y contra los vínculos, que afec- en una relación dual. tan la transicionalidad del lenguaje y trans- La concepción intuitiva del encuadre forman la función simbolizante en un sis- nació sobre el modelo del sueño, de la tema de ecuaciones simbólicas, que son la hipnosis y de la sugestión. Esta excursión base del pensamiento concreto. me reveló que el encuadre no es sólo un Transformar el aparato psíquico en señalamiento material, sino una situación aparato de lenguaje, sólo es posible pri- sin equivalente en la vida, pues es el lugar vilegiando el papel emocional y evocador de un contexto señalado por una relación del lenguaje, en un contexto de presen- de no familiaridad, en donde se emprende cia-ausencia al que el encuadre da senti- la conquista de uno mismo, se está solo y do. Así, el encuadre desempeña el papel con alguien desconocido como persona. de guardián del análisis, como desligazón con vista a una religazón, preservándonos Bibliografía del riesgo de la seducción materna, que en lugar de despertar la vida, fija, bloquea ______(2014). Diccionario de la Lengua Espa- y provoca una parálisis devastadora. El en- ñola, 23° Edición. Madrid, España: edi- cuadre, dentro de los límites adecuados, torial Real Academia Española, RAE. tiene el poder de preservar su propia crea- Donnet, J. L. (2011). “El analista y su regla ción, lo que le permite nacer como sujeto. fundamental” en Unidad y Diversidad de Con relación al mundo exterior, el las prácticas del psicoanalista. Madrid, España: Editorial Biblioteca Nueva. encuadre es “un adentro”, pero con re- ______(2001). “De la regla fundamental a la lación al analizado es “un afuera”; unas situación analizante”, Revista de Psicoa- veces, proyección al afuera de un aden- nálisis APdeBA. Vol. XXIII, Nº 1. Buenos tro exteriorizado, otras veces, encuentro Aires, Argentina: Editorial APdeBA. afuera de un adentro oculto. El analista Green, A. (2011). Unidad y Diversidad de las se encuentra en la intersección de estos prácticas del psicoanalista. Madrid, Es- dos espacios. Es el objeto transicional que paña: Editorial Biblioteca Nueva. puede ser desechado cuando ya no se le ______(2010). El pensamiento clínico. Buenos requiere. Es gracias al encuadre interno Aires, Argentina: Amorrortu Editores. que cumple esa función de ser pantalla ______(2005). Ideas directrices para un pensa- sobre la que se proyecta, espejo don- miento contemporáneo. Buenos Aires, de se refleja y la cámara que le revela la Argentina: Amorrortu Editores. ______(1995). El lenguaje en Psicoanálisis. Bue- imagen, pero que no es sólo una superfi- nos Aires, Argentina: Amorrortu Edito- cie, también es afecto. El analista, para el res. neurótico, forma parte y está dentro del encuadre, siendo el objeto que ocupa el espacio definido por este encuadre. Para

Laura Mejorada de la Mora 73 Transmisión del inconsciente

Olga Varela Tello* ECOS

l funcionamiento de cualquier institución debe tener una re- lación bastante estrecha con su finalidad declarada y reco- Enocida; tratándose de psicoanálisis, tiene que regirse por lo específico de éste que, para mí, es el trabajo del inconsciente. Es por esto que prefiero hablar de transmisión en lugar de formación o enseñanza, para poner el acento sobre la participación activa del candidato o estudiante; se trata de ofrecerle las condiciones mejo- res posibles para que él mismo se encuentre con el inconsciente. La transmisión se dará a través de los tres pilares señalados por Freud: seminarios, análisis didáctico y supervisiones. De acuerdo a esta necesidad, en los seminarios, el instituto debe implementar el acceso a un pluralismo analítico que permita instaurar una mayor libertad de cada candidato al tener el con- tacto con varios tipos de pensamiento, intentando evitar que se adhieran a un solo tipo de corriente analítica, que no les permita el pensar por sí mismos más allá de la enseñanza recibida y de la transferencia. Los seminarios deben tener un método acorde con su objeto, el inconsciente. Recordando que es el enigma inacaba- ble lo que mantiene el entusiasmo y el pensamiento psicoanalítico, a pesar de las angustias, los fracasos y las desilusiones inevitables. El análisis personal “didáctico” es imprescindible para adquirir en carne propia la convicción de la existencia del inconsciente y

* Olga Varela Tello, del proceso primario, aunque nunca se podrá llegar a conocerlos y Psicoanalista en función dominarlos definitivamente. didáctica de la Asociación Psicoanalítica Y finalmente, la supervisión, aun cuando la palabra ‘supervi- de Guadalajara. Directora de Extensión sión’ sigue evocando algo de control, fue instituida para proveer el y Difusión del ILAP. aprendizaje como en cualquier actividad o disciplina, de un saber [email protected] hacer, junto a un colega más experimentado. Es la oportunidad

74 de una transmisión mucho más comple- investigación y la praxis, incluye: la regla ta e intensa del psicoanálisis, no sólo de fundamental (asociación libre), la atención su técnica, sino también de su método, flotante, la interpretación y el encuadre. por la discusión de los casos concretos y Todo esto que funciona entre el analista de las distintas preguntas que éstos pue- y el paciente, conformarán la situación den suscitar, viendo cómo la teoría sur- analítica. El espacio psicoanalítico en el ge a partir de la clínica al mismo tiempo que el inconsciente puede surgir, se debe que la va informando. Es probablemente construir, empezando en la introducción a el ámbito privilegiado para la adquisición la investigación entre el paciente y el ana- del pensamiento analítico y de su método, lista en los primeros encuentros hasta la agregándose a la convicción adquirida en construcción finalmente de este espacio. el análisis personal. Dicho espacio es el que va a permitir el Aun cuando el instituto asume cierta despliegue de la transferencia. Para Freud, responsabilidad, lo único que puede ofre- la situación analítica se desarrollará en la cer es la capacitación del analista, y éste mitad, entre realidad y ficción. Un espacio será el único responsable de asegurar su transicional siguiendo a Winnicott. La si- formación y mantenerla después de su tuación analítica coincidirá (en el mejor de reconocimiento como analista. La forma- los casos) con el proceso analítico, espe- ción analítica nunca puede confundirse rando que éste sea óptimo, para que, en con la formación Universitaria. Debemos él, se pueda disolver la Neurosis de Trans- privilegiar la investigación del inconscien- ferencia. Por lo que el Psicoanálisis sería te y tomar la dirección del desarrollo del el tratamiento basado en el postulado de pensamiento analítico; no favorecer una la dinámica transferencial del encuentro multiplicidad de reglamentos que termina entre dos. O sea, el proceso satisfactorio esterilizando y paralizando el pensamien- de: la situación de trabajo, que se convier- to en lugar de incentivarlo. Pero lo que de te en analizable. Es el jugar que Winnico- seguro es la cualidad más importante a tt explicó, digamos que el modelo que él cuidar en la transmisión, será la toleran- describió en Realidad y Juego se ha con- cia y el respeto hacia el otro, disposición vertido en un excelente modelo analítico a escucharlo y comprenderlo para poder y la transferencia no debe ser pensada en relanzar la curiosidad y la investigación. términos de si es o no real; lo que impor- Debido a que el pensamiento psi- taría es el espíritu del juego. Obviamente coanalítico no es mesurable, éste única- el analista que trabaja de este modo se mente puede ser apreciado, y el instituto encontrará con más riesgos cada vez que sólo puede controlar y garantizar los as- junto con el paciente vaya profundizando pectos formales de la formación. en la relación y con el material. La comple- Tomando estas reflexiones en consi- jidad del proceso es una carga de la fun- deración, en el presente trabajo me refe- ción analítica. De su atención flotante, su riré, especialmente, a la transmisión en la escucha, su contratransferencia que será clínica, que finalmente es la que definirá el continuamente solicitada; y el analista de- psicoanalista en el que nos convertiremos, berá confiar en su habilidad para poner, al haciendo énfasis en el movimiento trans- servicio de su función, todas las posibilida- ferencial. des que tenga disponibles. Tanto el analis- Como ya señalamos, el campo del ta como la situación analítica estarán es- Psicoanálisis es siempre el inconscien- tructurando el proceso transferencial. La te, y su método, que es el mismo para la exploración profunda de los afectos trans-

Olga Varela Tello 75 ferenciales llevará al analista a ejercer su se en técnicos del psicoanálisis? Intento, función interpretativa. Con lo que se llega- por lo tanto, encontrar alguna explicación rá a la construcción del tercero a través de que nos acerque un poco más a la com- la palabra. La meta será, entonces, que se prensión de estas diferencias. produzca la terceridad (Green), que va a Un punto esencial, que me parece ser un factor esencial en la dinámica del marcaría la diferencia, sería la posibilidad proceso. que tiene o no tiene el analista para tra- Más allá de presentar un trabajo, de- bajar en transferencia y no con la trans- seo compartir con ustedes una serie de ferencia, y peor aún, los analistas que no reflexiones que nos permitan discutir so- pueden trabajar ni con, ni en transferen- bre el trabajo en transferencia del analista. cia, o sea que el analista no se incluye para Como me parece que el trabajo del analis- nada. La diferencia entre un analista que ta implica una ecuación del analista con su juega y otro que no sabe jugar. teoría, haré este planteamiento basándo- La transferencia se convierte en el me en el modelo de trabajo genético es- objeto de investigación de lo que se pro- tructural, centrado en el funcionamiento duce en la sesión, y también incluye la idea psíquico, que nos lleve a la creación de la de que se produjo por la sesión, y su inter- terceridad. El hecho de privilegiar este mo- pretación requiere una concepción nueva delo, es porque creo que el trabajar con el de la situación analítica. Freud señaló que modelo de la regresión transferencial (con la transferencia sólo debería ser interpre- la transferencia) lleva al analista a adoptar tada cuando se convirtiera en resistencia y de nuevo la posición del hipnotizador, y el que sólo era posible dar un nuevo signifi- método freudiano se construyó a partir cado, a través de la transferencia, a todos del rechazo a la influencia de la hipnosis, los síntomas de la Neurosis de Transferen- debido a que le daba un poder a una men- cia. El paciente ha producido un síntoma te sobre la otra; es por esto que el trabajar transferencial interpretable (en transfe- con este modelo favorecería al analista y a rencia). su no renunciado narcisismo. Pero cuando se interpreta en un in- Sin embargo, antes de pensar en la adecuado contexto asociativo o cuando el relación analista-paciente, debemos pen- analista ocupa el lugar del poder porque sar que para que esta relación pueda dar- todo lo sabe y se aleja de la producción se, debe haber primero un analista. Llegar del tercero o del inconsciente, confun- a formar o a ser un ANALISTA en todo el diéndose en la transferencia con el objeto, sentido de la palabra, me parece que toma la transferencia se convertirá en resisten- mucho tiempo y paciencia, es una labor cia hacia el análisis y hacia el analista (con larga y minuciosa a través de la cual se van la transferencia), lo que se convertirá en adquiriendo las habilidades necesarias un obstáculo para la relación médico-pa- para convertirse en uno. Habilidades que, ciente. Lacan sostenía que no había otra como señalara Lacan, se adquieren en el resistencia que la del analista, es por esto diván. ¿Pero? Me pregunto qué será lo que que una distancia objetiva es indispensa- hace la diferencia, si al final todo analista ble para entender la transferencia como pasó durante su formación por el diván, un fenómeno sintomático. ¿por qué hay analistas que, aun habiendo Cuando el método de trabajo está cumplido todos los requisitos, no logran relacionado más con la preocupación por convertirse en un analista en la búsqueda el levantamiento de la amnesia infantil y del inconsciente y terminan convirtiéndo- por la reconstrucción del pasado, la trans-

76 Transmisión del inconsciente ferencia es inevitablemente considerada que como señalara Freud en Análisis Ter- desde un ángulo de su dimensión pura- minable e Interminable, sólo lo traumático mente repetitiva. Por otro lado, cuando el puede ser modificado, no así lo genético; y trabajo reside en la creación de la terce- nos encontramos también con el analista ridad, la actualización de la transferencia que, aun cuando puede adquirir cualida- representará el camino de la acción ana- des y formarse en el diván, no lo logra por lítica, es una concepción más compleja y haberse refugiado en el Narcisismo ante el más abierta, pero también más ambigua miedo a entregarse a la relación analítica. de la situación analítica. La transferencia Jaime Szpilka señalaba que el Narci- deberá ser simbólica e introducir la dife- sismo del analista y del paciente se opo- rencia dentro de la repetición. La esponta- nen al encuentro con el Inconsciente, o neidad de la transferencia puede ser vista sea, Narcisismo vs. Inconsciente. Piera en el modo en que irrumpe aprovechan- Aulagnier sostenía que la maternidad-pa- do las circunstancias y creando un suceso. ternidad se daba desde los primeros años, Finalmente, el proceso es un encuentro y que antes del advenimiento de nuestro entre dos diferencias: una, la que sostie- Yo, estaba lo que el portavoz transmitía, ne la transferencia, y otra, la que distingue que era en realidad el deseo de la madre. la situación analítica de cualquier otra si- ¿Tendremos que remontarnos hasta este tuación de vida. Ésta se da, por lo que el deseo para buscar nuestro deseo y voca- analista aporta como persona y por la in- ción? Me parece que sí, que poder conec- vestigación por el paciente de su mundo tarse con el paciente tendría también que interno. ver con la manera en cómo se conectaron Sabemos que una sesión en donde con nosotros tanto en la infancia como en no hay interpretaciones transferenciales, nuestro análisis personal. no se considera una sesión analítica, no es Si, como dijera Green, el tercero en psicoanálisis. Precisamente, la diferencia relación analítica es siempre el analista que tenemos con otras terapias es exacta- del analista o, como señalara Donnet, el mente ésta: que se trabaja la transferen- análisis del analista será siempre un telón cia o, a decir de Sigmund Freud: se trabaja de fondo en la relación del analista con su con la repetición. Entonces el analista, in- paciente. Contará también si nos analiza- capacitado para trabajar de esta manera, mos con placer o por deber, si gozamos el nos enfrenta con un analista que sería, investigar sobre nosotros mismos. Es más más bien, un técnico en psicoanálisis. la manera en que nos analizamos y lo que Aunque hay que reconocer que no significa nuestro análisis lo que cuenta todo se va a deber a lo conseguido en para convertirnos en analistas. el diván; hay valores que se traen desde Un elemento fundamental en nues- la infancia que también tendríamos que tros análisis, para poder interpretar la cuestionarnos si es posible modificar- transferencia, tendrá que ver nuestra con- los en el diván, tales como: generosidad, fianza o desconfianza en el otro (analista), agradecimiento y, sobre todo, como dijera es la confianza básica, como dijera Freud, , sin el odio ni la envidia, que y es por esto que el Paranoico no se pue- ella consideraba de origen genético. En el de analizar, al igual que el melancólico, y cuidado por el otro. es comprensible porque si la libido, que es Por lo tanto, nos encontramos ante tan necesaria para que la pulsión envuelva dos caminos: lo adquirido desde la infan- al analista, no entra en juego en el análisis, cia en la relación con los primeros objetos, no se instalará la Neurosis de Transferen-

Olga Varela Tello 77 cia, y cuando esto sucede, no podemos de suspender el conocimiento en favor de hablar de que hay un proceso de análisis la búsqueda de la verdad. La autenticidad en juego. Podemos ir a sesión, incluso a del encuentro con el inconsciente y la ex- tiempo, pagar y cumplir perfectamente periencia de la transferencia presupone con todos los requerimientos del encua- el riesgo envuelto, la incertidumbre de la dre, pero, ¿nos analizamos? ¿Realmente aventura, así como el registro traumático ir a sesión es una pasión por conocernos, del evento. La paradoja del método es por llegar a fondo, cueste lo cueste? ¿O comparable con aquel proyecto de expe- solamente vamos como a una clase más, dición que envuelve un sinfín de riesgos. como algo a cumplir que no presenta un Son riesgos que sólo el analista que placer para nosotros? Si como pacientes ha podido aceptar el tercero y la castra- nos pudimos entregar, soltarnos en nues- ción, y es únicamente en este caso que el tro análisis con la confianza básica nece- analista va a ser creativo, pudiendo jugar saria o, por el contrario, lo que predominó como método en su práctica. Desgracia- fue la desconfianza y el cuestionamien- damente, cada día hay más y más candi- to destructivo que sirve de resistencia, datos y analistas que no gozan, ni se en- para poder oír las interpretaciones sien- tregan a la búsqueda del inconsciente en do refractarios a toda escucha si no se sus análisis que repetirán esa experiencia les demuestra racionalmente que como con sus pacientes, proyectándoles sus analistas tenemos razón, típico comporta- conflictos no resueltos y convirtiéndose miento de los obsesivos que confunden el en analistas poco comprometidos que no tener pensamiento propio del temor pa- se entregarán a su tarea. tológico de ser influenciados por el otro. De más está decir que dejo fuera Desgraciadamente, este comportamiento muchos otros problemas, como la psico- se repetirá con nuestros pacientes, y ante patía, la perversión, que considero como el eterno cuestionamiento se van a perder graves impedimentos para convertirse en las interpretaciones transferenciales, dan- analistas. Solo deseo transmitir la idea de do lugar a interpretaciones del saber que que la relación que tuvimos con nuestros pueden dar certeza al analista de que está analistas se repetirá inevitablemente con en el camino correcto. Entonces, la acu- nuestros pacientes. De esta manera, el mulación de conocimientos va a tentar al analizarnos y el cómo lo hacemos marcará analista a refugiarse en la teoría, creando nuestra elección del tipo de analistas que un método cuasi programado. Pero en el queremos ser, al igual que el trabajo que campo de las fuerzas inter-psíquicas ac- estaremos capacitados de realizar. tivadas por la transferencia, este método La transmisión finalmente será el en- no enfrentará al inconsciente. El riesgo se cuentro del candidato con el inconsciente agrava por el sentimiento del analista de en cada etapa de su formación, y cualquier estar en lo correcto con la obligación de desviación nos conducirá a una formación conseguir resultados. Es por esto que en técnica que nos convertirá en repetidores el corazón del método, las condiciones de la teoría y del pensamiento de aquellos negativas deben tener un lugar espacial, que nos formaron. que le recuerden al analista la importancia

78 Transmisión del inconsciente HUELLAS “Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica

Eva Ponce de León y Noemí Lustgarten

n el marco de la actividad “Entrevista de trayectoria” que reali- za la Comisión de Intercambio Científico Iberolatinoamericano Ede APA, con el fin de destacar la trayectoria de algunos de sus miembros, se da este encuentro entre la Dra. Norah Gramajo Galimany, miembro didacta de APA y fundadora de la Asociación Psicoanalítica de Guadalajara, miembros de APA y, a través de tele- video, miembros de APG. Coordinan el encuentro las doctoras Eva Ponce de León, Coordinadora de la Comisión de Intercambio Científico Iberolati- noamericano de APA y Noemí Lustgarten de Canteros, integrante de la misma Comisión. En Guadalajara, coordina la Maestra Olga Varela, miembro didacta de APG y Directora de Difusión y Exten- sión de ILAP (Instituto Latinoamericano de Psicoanálisis).

Noemí: Hablando de trayectorias significativas, estamos aquí para acompañar, homenajear, dar testimonio de la aportación de Norah Gramajo al psicoanálisis y, sobre todo, a la trasmisión del psicoanálisis en América Latina. Casi todos sabemos que ella se fue exiliada a México en el 76, que estas vicisitudes de la vida de nues- tra generación, de la vida específica de Norah, las supo aprovechar, en el mejor de los sentidos, como un modo de trasmisión del psi- coanálisis, gestando todo un movimiento en la ciudad de Guada- lajara. En el 76, Norah se fue a México; estuvo algunos años en la

79 conmigo y que les recomiendo que nos asomemos a conocerlas y a profundizar- las. Lo que les quiero transmitir, decía, además de la riqueza de conocimientos, es el clima de entusiasmo y de pasión que tiene este grupo que tuvo a Norah como gestora. He escuchado hablar de Norah con un aprecio y un cariño muy particu- lar, que creo que es también una cualidad que ella genera, más allá de su desplie- gue científico. Algunos temas que vi en las publicaciones de Norah, que me parecen realmente muy ricos, muy vastos: escribió sobre el objeto perdido varios artículos, sobre el arte y el placer de la música, sobre el exilio -obviamente- y algo muy tentador y que luego voy a leer: del exilio dentro del exilio. Escribió sobre transicionalidad, so- bre los límites dentro-fuera y los puentes en relación a transicionalidad. Escribió so- bre el psiquismo complejo, algo que tam- bién me resulta muy tentador por el título “Imaginar un futuro”. Escribió sobre niños, sobre arte kitsch, sobre virtualidad, sobre Norah Gramajo Galimany didáctica e instituciones, y escribió sobre el tema de la pasión. Les dejo que conti- Ciudad de México, y en el 86, después del núe Eva. Y muchas gracias por estar juntos congreso de FEPAL en México, invitó a co- en este encuentro. legas de la Asociación Psicoanalítica Mexi- cana a Guadalajara y, paulatinamente, fue Eva: Hola, Norah. Quiero recordar invitando a psicoanalistas de la APA, y así nuestro primer encuentro. Fue en el con- fue generando una serie de encuentros greso de FEPAL en Buenos Aires, en 1984. que luego se tornaron clásicos en Guada- Yo había presentado un pequeño trabajo lajara. Ese primer encuentro, entonces, se sobre los efectos psíquicos de las situa- dio en el 86. Así, lentamente, se fue cons- ciones de catástrofe social y, terminado el tituyendo este grupo que, hace dos años, evento, yo ya me estaba yendo, me bus- en el congreso de Praga, fuimos testigos caste, charlamos. Estabas en Buenos Aires muchos, pasó a constituir Sociedad perte- tramitando el pasaje a ser Miembro Didac- neciente a la IPA. ta en APA, que eso se concretó en el 86. Quiero dar un pequeño testimonio Me invitaste al primer Simposium de las personal, ya que tuve la suerte de estar en Américas junto a un grupo grande de psi- Guadalajara en uno de estos encuentros coanalistas, con la ayuda de algunos muy por invitación de Norah, y lo que les quiero especiales de la APM. trasmitir es algo que va más allá de lo que uno puede ver en relación a las frondosas Norah: (Deslumbrada por la luz) publicaciones de Norah, que las tengo acá Bueno, yo en primer lugar me siento como

80 “Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica desconcertada porque me gustaría verles la cara ahora, después de haberlas visto con tanta frecuencia, hace mucho tiempo. Por ejem- plo, Eva Ponce, ya te vi, a vos también, que sos la doctora Noemí Canteros, a algunos otros como Guillermo que es el que nos acomoda todo el sillaje para que po- damos dar nuestras contri- buciones, al querido doctor Fainstein, imprescindible, si él no está, no se puede dar una conferencia que valga la pena. (Risas). Se ríen algu- nos, yo no sé por qué. Allá Olga Varela, Susana Larios, Carmen Villoro y Norah Gramajo está alguien que está medio escondido, que es Máximo Cogan. Están mis compañeritos de seminarios Juan bien, así que no me puedo explayar sobre Carlos Weissman, que escribe muy lindo. él. Bueno, aquí hemos tenido algunos in- ¿Quién más? Por ahí, escondida, está Emil- convenientes que con su fuerza descomu- ce. Porque para mí es trabajoso descifrar nal y sus ideas ad hoc se han solucionado las caras, y si nos las descifro me siento en con el transporte de una silla donde vino el éter. ¿Quién está allá atrás? ¿Juan Carlos la invitada. Suárez? No, Juan Carlos Suárez está acá. Luis Vázquez. Bueno, yo a él no lo he co- Eva: (Están presentes algunos miem- nocido tanto, así que por eso me disculpo. bros de la APG siguiendo el encuentro por ¿Quién más? No sé. televideo) Este maravilloso grupo que a lo largo de 25 años ha trabajado, trabajado, Voz del público: El mayor de tus nietos. trabajado. Ya casi vamos por los 30. Y ahí están presentes en muchos eventos y con Norah: “El mayor de tus nietos”, me una actividad muy, muy especial. dicen, se encuentra acá a la izquierda del televisor. Claro, sí te conozco. Norah: (Viendo la pantalla) Bueno, ya se ven un poco. Voz: Y está tu hijo detrás tuyo, Noritah. Olga: ¿Te digo quiénes estamos? Los Norah: Y bueno, ¿por qué se pone que en este momento somos los psicoa- ahí ese hijo? nalistas: está Micaela que es la Presidenta, Carmen Villoro, Laura Mejorada, Celia Gon- Voz: Está sacando fotos. zález, Vicky Astorga, María Esther Guzmán, Adriana Lira, Susana Larios, Paty Schmal, Norah: Ah, bueno, para la posteri- Luis Armando González, Cecilia Rodríguez, dad. Está escondido. No lo veo, no lo veo Paty Soto, Olivia Fernández, Vicenta Ra-

Eva Ponce de León y Noemí Lustgarten 81 mírez, Gaby Ramos, Paty Reyes, Cristy Es- Norah: Hay aquí personalidades de pinosa, Ángela Madero, Adriana Chávez. Y este grupo que han sido autoridades del hay muchos más que quisieron estar pero Grupo Guadalajara. Tiene que estar por redujimos el grupo para que cupiéramos. aquí, además de Olga, que ha sido Presi- Se está grabando la entrevista para pasarla dente, Susana Larios… ¿Dónde está? después al grupo amplio que en este mo- mento suma alrededor de 80 integrantes y Susana: Hola. que lo iniciaste tú. Norah: Hola. Ella dice “hola” y la oyen Norah: Muy bien. ¿Qué se hace en hasta en el infinito, ¿eh? (Risas). Está tam- estos casos? Porque es la primera vez que bién la actual Presidente que es la Micaela. fundo una Asociación. (Risas). Ochenta me parece un buen número. No sé qué dirán Micaela: Hola, ¿com’ stás? Un beso. ustedes. Norah: Ésta es de otro lado, no es Olga: Tuvimos la suerte que la pri- de Guadalajara. Porque ustedes verán mera vez que fundaste una Asociación, que dice fue la nuestra. “¿Com’ stás?”, en vez de decir: “¿Cómo estás?”. Bueno, excelentes maestras. Por- Norah: Y viceversa. Es un grupo que, que ustedes sabrán que en este grupo se por ser el primer grupo, tiene muchas actualizan los programas de enseñanza. particularidades para mí. Es la primera Esta asociación va corrigiendo los pro- generación que empezó con no pocas gramas que se tienen de formación. Olga, dificultades. Era como llevar una silla con ¿estás aquí? Así que vos hablás, que yo no una señora no tan flaca, como pasó acá. puedo hablar. (Risas). Bueno, fíjense que en esas épo- cas, era el año 76, porque recién se esta- Olga: Yo quiero contar muchas co- ba corriendo la voz de “analista argentino sas tuyas, ¿puedo? que andaba por Guadalajara”. Empieza la cosa, y empieza a acercarse la gente. Algu- Norah: Ay, pero buenas. (Risas). nos no tenían idea de nada y otros tenían bastantes ideas. (Risas). Esos se aproxima- Olga: De todo, Norah, de todo. Bue- ron más rápidamente y les gustaba par- nas y malas. ticipar, y tenían palabras que respondían a los cuestionamientos. El asunto es que Norah: A ver, buenas, buenas. Em- mucha de la gente que forma el grupo de pecemos con las buenas para que haya Guadalajara, ahora es gente que realmen- más confianza. A ver. te yo no conozco, porque son alumnos de otras generaciones. ¿En qué número de Olga: Yo quiero contar que yo te co- generación van? nocí desde que empezó todo este movi- miento. Cuando empezaban con los gru- Olga: De la maestría son ya veinti- pos de estudio, y después hicieron una trés. Y con reconocimiento de IPA, vamos formación en psicoterapia. Yo soy de la a comenzar la quinta. Yo fui de la primera, primera generación que tú formaste, y Luis fue de la segunda… con muchísimos conflictos, yo recuerdo. Soy yo la única que queda de esa gene-

82 “Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica ración; Luis, de la segunda. Y todo este trayecto estuve con- tigo viéndote trabajar. Y hay un punto que yo quiero rescatar que siempre admiré: tu aguante, tu lucha, tu pasión. Tuviste mu- chísimos conflictos de los que yo me di cuenta, lo que se tardó este grupo en hacerse Sociedad Componente de la IPA -que ya parecía una obsesión de todos ser parte de la IPA- y con todo eso nunca te vi dejar tu sueño y decir “ya es mucho”, hasta que finalmente pudimos hacer el gru- po de IPA. Iniciamos contigo que eras argentina, nosotros éramos mexicanos, el análisis que hacía- mos contigo también hacía que hubiera una ruptura con nuestra cultura, nuestra educación, por- que tú venías de otro lado y eso le iba a dar a este grupo carac- Norah Gramajo con trofeo “Luchadora incansable” terísticas muy especiales. Muchos años después, montón de años, como 30 años especiales; seguimos estudiando y nos se- después, te puedo decir que tenías razón, guimos divirtiendo, como hacías tú. Ya no este grupo tiene características especiales hacemos fiestas de disfraces, pero - hace que vienen de ti: tu pasión, tu cariño, tu mos pastorelas y otras cosas. Tu fortaleza buen humor. Me acuerdo de aquellas fies- se ha transmitido aun al que acaba de en- tas de disfraces que hacías, y siempre nos trar a estudiar. Tengo muchas frases tuyas divertimos mucho y estudiamos mucho. en mi memoria. Y recuerdo una frase que decías cuando algo no nos salía: “Aquí, la regresión es con Norah: Muchas gracias, Olga, mu- libro”. Y siempre lo ha sido. Tu exigencia chas gracias. En retribución, les puedo y tu cariño y tu buen humor dieron una decir que ella también ha sido muy estu- tonalidad a este grupo que hasta la fecha diosa, muy destacada alumna. Pero ahí persiste. No sólo con las generaciones hay varias y diversas que son destacadas que tú formaste y conociste, sino las nue- y muy enjundiosas cuando se ponían a vas han seguido con tu mismo espíritu, estudiar en serio. (Risas). Claro, y hay ve- porque al final de cuentas se ha transmiti- ces que no era tan en serio. Yo llego en el do, no sólo el psicoanálisis, tu cariño por el 76 y me vuelvo para acá en el 96. De ese psicoanálisis, tu pasión por el trabajo. Tu grupo han salido alumnos de distinto tipo: formación quedó como impresa en este lacanianos, han salido -así como cosa más grupo. Yo puedo aceptar que a lo mejor llamativa- kleinianos. Kleinianos que dicen: somos creídos, pero siempre he pensado “Esta parte y después la otra parte” y, en- que somos un grupo que tiene cosas muy tonces, ya se ve que son kleinianos. (Risas).

Eva Ponce de León y Noemí Lustgarten 83 Hay muchos que han juntado todo y han cuarto grupo de pasantías, hasta que final- hecho no una ensalada rusa sino un muy mente entramos ya a la formación de IPA; lindo psicoanálisis de Guadalajara. entonces ya no hubo pasantías. Esas pa- santías eran de mes, mes y medio, y hubo Eva: Tal vez, Norah, el pluralismo que una compañera que se quedó más tiem- pudiste transmitirles, que les transmitie- po. También estuvieron unos alumnos ron los colegas invitados a lo largo de tan- de Ecuador. Posteriormente, a todos los tos años, colegas de APA en su mayoría. Y simposios de Guadalajara venía uno o dos me gustaría que tanto vos, Norah, como psicoanalistas de APA invitados por Norah, Olga, puedan por ahí recordar, refrescar, hasta la fecha. Yo sí creo que ha habido el tiempo de las pasantías por APA, lo que mucha generosidad de parte de los ana- fue esa época y cómo esto, entiendo yo listas argentinos hacia el Grupo Guadala- que las veo a través de los años en distin- jara. Hemos vivido mucho en las mesas tos eventos, dejaron marca. Porque tengo psicoanalíticas argentinas, y directamente que decir que es un grupo dentro de La- en las pasantías adquiriendo muchísimos tinoamérica que tiene una impronta muy, conocimientos. Recuerdo que decían que muy especial. nos daban todos los conocimientos para que los procesáramos durante los siguien- Olga: Les cuento un poco desde tes meses, cosa que era cierto. Llegaba a nuestra visión de alumnos. Después del tomar hasta cuatro, cinco meses poder Congreso de 1976, se llevó a cabo el Sim- acomodar todo lo que nos daban en las posio al que Norah invitó a varios psicoa- pasantías. Y todo eso se dio por el trabajo nalistas, que fue cuando tú viniste por de Norah, Gela y Blanca, que fueron quie- primera vez a Guadalajara. Venían Blanca nes iniciaron las pasantías. Montevechio y Gela Rosenthal, entre mu- chos otros. Estábamos, me acuerdo muy Noemí: ¿Algo, Norah, que puedas bien, en una exposición de pintura mexi- agregar a esto? Todo ese movimiento que cana; a Blanca se le ocurre decir que por te tuvo como protagonista junto a colegas qué no hacían los grupos de pasantías en que te ayudaron. Ese tiempo en que el gru- Buenos Aires, y entonces gente de Gua- po circulaba por la Asociación y por algu- dalajara iría a Buenos Aires a estudiar. Se nos consultorios privados, supervisiones y fue el primer grupo, en ese año del 86, y demás cosas que vimos. Creo que eso es estudiaron con varios analistas de APA, algo a rescatar porque realmente es una quienes les dieron generosamente las cla- experiencia única en Latinoamérica: la for- ses y, de hecho, quiero resaltar que nunca mación de este grupo a lo largo del tiem- cobraron ni un cinco por las clases. Dos po, tu lucha, los momentos de sinsabores, años después fue el segundo grupo. En los momentos de disfrute que tuviste con el primer grupo fueron como cinco, en el el grupo. Ahora tiene Olga importantes ta- segundo grupo hemos de haber ido como reas en ILAP; la formación en lugares en otros cinco. Y en ese segundo grupo nos donde no hay siquiera la posibilidad de dieron clases veinticinco analistas de APA. que se formen grupos, es una gran tarea Esos veinticinco analistas de APA nos re- que está haciendo Olga en estos momen- cibían hasta en sus casas y nos daban de tos. ¿Hay algo que recuerdes que quieras comer. Blanca prestaba un departamento, remarcar de ese tiempo de pasantías, del Gela nos llevaba y nos traía, nos pasea- grupo de Guadalajara en Buenos Aires, y ron… Después vino el tercer grupo y un del pluralismo que supiste transmitirles?

84 “Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica Norah: Sí, hay muchas experiencias rios llegáramos bien leídos, porque nunca que no son todas transmisibles. (Risas). Y sabíamos si nos ibas a dar la sorpresa. Eso ellas se ríen y recuerdan algo que yo ya no nos ayudó muchísimo. Nos permitió estar sé a qué se refiere. (Risas). Lo que pasó siempre leyendo, pero de una forma muy es que al mismo tiempo que íbamos a los agradable, muy divertida. Yo, la verdad… congresos, iban todos a los congresos. es que tus seminarios los recuerdo con Éramos pocos, y, entonces, iba un grupito. mucho gusto, por lo divertidos y profun- Y en el grupo ese, también pasaban cosas dos que eran, y es un recuerdo para mí muy, muy graciosas. Por ejemplo, les cuen- muy, muy importante de lo agradable que to uno solo porque si no se pone pesado. nos hacías el aprendizaje. Tengo muchas Les cuento que íbamos caminando por ganas de seguir tu ejemplo. Santiago. Y yo, me encantan los lapislázu- lis. Entonces, mirábamos para todos lados Norah: Muchas gracias, Patricia Re- y en todos lados había lapislázulis y yo no yes, excelente terapeuta, tanto de indivi- podía pararme porque venía con todas dual como de familia. Me acuerdo yo qué estas niñas de oro, todas psicoanalistas. era cada uno, ¿eh? (Risas). No se crean Bueno, entonces yo no quería interrumpir que aquí se puede decir cualquier cosa. la caminata. Llegamos a una esquina y yo no interrumpí. Venía hablando y llegué a Noemí: Una cosita. A raíz de la anéc- la esquina y di vuelta a la esquina; seguí dota que contaste. Que voz decís que dio hablando, pero le explicaba a otra perso- lugar a que te “chancearan” tanto tiempo. na que no era la que iba conmigo. (Risas). Pienso que… me resulta muy interesante Eso lo tuvieron para burlarse de mí en ver cómo en la transmisión se deja -pare- las clases, cuando había alguna cosa me- ce de perogrullo lo que voy a decir-, cómo dio importante… Todo eso ya lo han oído en la transmisión se deja ese rasgo singu- veinte veces. (Risas). Pero yo prefiero que lar. Recién hablaban de “divertido”, de ale- cuenten ustedes… Allá está… seria, como gría y al mismo tiempo de exigencia que sosteniéndose la cabeza. permitía aprender, pero esta cosa que, Atrás, con el pelo muy corto, Paty Re- digamos, que yo sentí cuando conocí al yes. Me llamó la atención que no hablara grupo. Dejaste esa marca en el modo de nada porque es muy hablantina. (Risas). ser y de funcionar del grupo. Es un grupo alegre, divertido y muy curioso, y conoce- Paty: Hola, Norah, ¿cómo estás? Yo dor intelectualmente. Me llama la atención me acuerdo mucho de ti, cuando nos da- la impresión, al conocerlos, a partir de lo bas clases y todo lo que nos hacías reír. Y que vos contás y ellos cuentan de tu clase. ¿te acuerdas de aquel comentario que nos Esto me surgió para decirlo. Y lo que que- hacías?: “Chicas, no usen la cabeza nada ría proponer, también, es si de acá de este más para ponerse los rulos” -nos daba lado, de Buenos Aires, algunos de los pre- mucha risa la palabra “rulos” porque no- sentes quieren comentar, aportar. Damos sotros no les decimos así-, “usen la cabeza la palabra a Buenos Aires. también para pensar”. Y que, con mucha gracia y mucho chiste y todo, pero de re- Eva: Quiero recordarles que Norah, pente llegabas a darnos clases y decías: cuando volvió, estuvo formando parte de la “Saquen una hojita”, y, sin previo aviso, nos Comisión de Cultura; durante la gestión de hacías un examen y nos ponías a temblar. Abel fue miembro del Instituto en la Subco- Lo cual nos obligaba a que en los semina- misión de Función Didáctica y también for-

Eva Ponce de León y Noemí Lustgarten 85 mó parte de la Comisión de Planificación. O fue una riqueza también: Norah trabajaba sea que, a su vuelta en Buenos Aires, tuvo con todos. Nunca hubo una discrimina- una amplia actividad institucional. ción y siempre, creo yo, analizó mucho e hizo mucho énfasis en el análisis del narci- Abel: Hola, soy Abel Fainstein. ¿Cómo sismo. Ese narcisismo que muchos analis- están? Es un gusto verlos ahí a toda la gen- tas tienen. Norah peleó desde el principio te de Guadalajara y quería dar testimonio por la sencillez. Ella fue sencilla. Y éramos de la relación personal que hemos tenido todos iguales ante sus ojos. Hasta la fecha, con Norah en todos estos años, con ami- cuando hacemos simposios, a los que vie- gos comunes, historias comunes en mu- nen de otras asociaciones les llama mucho chos sentidos, pero especialmente del im- la atención que nos llevemos bien todos pacto que produce trabajar con la gente sin importar el nivel de formación. Noe- de Guadalajara. Como dijo Noemí o como mí, cuando viniste al simposio, tu primer dijo Eva, los que tuvimos la suerte de estar comentario fue: “Circula el psicoanálisis”. ahí, nos dimos cuenta de que realmente Estábamos en la discusión y empezaron es un grupo con un entusiasmo y una re- a preguntar, y tú dijiste esa frase que se ceptividad llamativa y que creo, como bien me quedó muy grabada porque ese es el decía Noemí, tiene mucho de la marca, del punto que Norah enfatizó mucho con res- estilo de lo que Norah dejó ahí. Gente muy pecto a lo que decía Paty, de que Norah dedicada, gente muy seria, gente muy es- nos hacía pensar. Cuando alguien decía: tudiosa, muy curiosa pero muy agradable. “Siento que…”, ella decía: “No, no sientes. Uno se siente como en casa ahí, y creo Piensas y fundamentas”. Y siempre repe- que tiene mucho que ver con lo que No- tía: “Y fundamentas. ¿De dónde lo sacaste? rah dejó en ese grupo. ¿Y por qué estás diciendo eso?”. Entonces, hizo un énfasis en el pensamiento psicoa- Emilce: Hola, Norah. Hola, colegas de nalítico, lo dejó muy claro cómo tenía que Guadalajara. Soy Emilce Cardozo. Un gus- ser, en el sentido de la seriedad, pero, al to volver a escucharlos. Doy testimonio de mismo tiempo, personalmente propició lo que dijeron mis colegas anteriormente. un ambiente sencillo en donde lo que uno Es un grupo brillante, diría yo, y apasiona- tenía que hacer era estudiar y no presu- do por el psicoanálisis. Es probable que mir. Y creo que lo logró. Lo logró bastante todo esto tenga que ver con la transmisión bien. Y yo vuelvo a enfatizar: fue creadora de Norah y de Olga Varela, que las dos son de los simposios que, hasta la fecha, su- muy apasionadas, pero también todos los man veintiocho; vamos para el número colegas de allá. Cuando relataba recién la veintinueve ahora en febrero de 2016. Se colega más joven la experiencia de semi- realiza cada año en febrero porque son narios, me quedé pensando en esta forma las vacaciones en Buenos Aires, porque de transmisión de Norah, que también se entonces hay chance de que los analistas la he escuchado a Olga, que es este efecto de APA vengan a los simposios. Los temas sorpresa, y cómo transmiten de esta ma- siempre los ha propuesto Norah. Además nera los fundamentos del psicoanálisis. creó la revista. Carmen Villoro entró ahora Por ejemplo, no sabían qué iba a pasar, como editora de la revista, junto con un como en la sesión. Las felicito y muchas equipo que le ha ayudado muchísimo. Se gracias por este encuentro. cambió el diseño, desde la portada y el formato interior. En el último número se Olga: Hay algo que me parece que publicó el Simposio de Comunidad y Cul-

86 “Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica tura de FEPAL, que se organizó aquí en cer una confesión. Hay una asociación Guadalajara. Están todas las ponencias, que invadió mi psiquismo mientras estuve muy bonita la tipografía. Entonces, esta re- acá escuchándolos a ustedes, y no puedo vista que cada día está mejor, la iniciaste dejar de decírselos. Lo que me invadió el tú. La primera revista se hizo manualmen- psiquismo fue una asociación que hice en- te hasta la madrugada copiándola en una tre poder femenino, que sería Norah en computadora, nos salió fatal, pero bueno, Guadalajara, con Freud en Viena. No pude fue nuestra primera revista, porque no evitar la comparación. Ella en Guadalajara, teníamos dinero para pagarla. Nos daba fue como Freud en Viena. Está dado en el la una de la mañana contigo haciendo la psicoanálisis, me parece una cosa impor- revista. Esto es otra cosa que quiero re- tantísima que ha hecho Norah. Eso quería saltar, que es que los analistas argentinos decirles. Muchas gracias. siempre nos dieron muchísimos artículos para que publicáramos. Yo me acuerdo Noemí: Creo que coincido. No tuve que Norah tenía guardada una carpe- tu asociación, pero realmente siento que ta, sobre todo los artículos que le daban tiene… el peso fundacional. Y sí, y ese peso cuando ella iba a Buenos Aires, y se fueron fundacional, no hace falta ser el creador, publicando poco a poco; siempre fueron pero el peso fundacional es un atributo muy generosos en aportar los artículos. Lo importante. Y no sé, pero creo que cada de la impronta que señala Eva, siempre ha vez que uno siente que se refunda algo, sido muy cierto… En una ocasión, durante que uno cree que tiene peso y valor, es una reunión de asociaciones psicoanalíti- un momento que tiene una trascendencia cas mexicanas, y era muy curioso, porque particular. Es como un nacimiento, como el resto de las asociaciones tenían mucha cuando renace algo. Y no sé, hablando así, relación con las asociaciones americanas, mientras hablaba de esto del renacimien- y era precisamente con los únicos que no to, a mí me surgió durante todo el tiempo teníamos relación, nuestra relación era o en distintos momentos al escuchar, el con APA. Y diario nos decían que por qué, tema del psicoanálisis vivo. O sea, el tema si estaba tan lejos Argentina, y a Estados de lo vivo. Cuando uno se divierte con lo Unidos lo teníamos arriba. Pero eso ha que hace, está vivo. Y bueno, me parece sido una característica de nuestro grupo que eso tiene un valor incalculable. Si so- que permanece hasta la fecha. Las otras mos sinceros, ¿cuántas veces nos recontra asociaciones mexicanas están más rela- aburrimos en determinadas conferencias? cionadas con las americanas y nosotros Para mí, ese es un indicador -no sé qué siempre hemos sido más relacionados opinará Olga, qué opinará Norah-, pero con APA. para mí es un indicador muy importante. Y bueno, yo siento que este espacio y este Norah: Pero no es solamente con encuentro, a través de Norah, es un testi- APA, es también con el Uruguay; del Uru- monio de vida de psicoanálisis vivo. guay también va mucha gente a Guadala- jara. Celia: Hola, Norah. Hola a todos. Qué gusto estar aquí. Soy Celia, y recuerdo Juan Carlos: Mi nombre es Juan muchas anécdotas vividas contigo. Nada Carlos Suárez. Gracias a Norah, hemos más decirte, Norah, que tengo muchos conocido con Emilce a Guadalajara, un recuerdos muy vivos que compartimos, lugar que me encantó. Ahora, quería ha- experiencias divertidas, experiencias de

Eva Ponce de León y Noemí Lustgarten 87 esos seminarios que durante largos años todavía difíciles de APA, entre el 68 y 71. estudiamos contigo, y que es un gusto es- Venía la reforma del 74, esa gran reforma tar aquí en este homenaje, en este reco- que, a partir del manifiesto de candida- nocimiento de todo lo que nos dejaste. tos, coloca ahí cantidad de movimientos. Muchas gracias, y te mando un beso. En ese momento, pudimos entrar a un pluralismo desde el que tenemos liber- Micaela: Norah, yo ahorita estuve tad de cátedra y libertad curricular. Y creo recordando cuando, finalmente, después que ahí hubo realmente un gran cambio de mucho trabajo, de poder convertirnos en todo lo que ustedes pudieron mamar, en psicoanalistas ya miembros de la IPA, digamos, de los argentinos que transi- fuimos a este congreso en el World Tra- taron por Guadalajara. Esto es un dato de Center en la Ciudad de México, y es- importante. Y otra cosa que quería res- tuvimos ahí todos contigo, disfrutando catar, tomando el tema de la importancia el que ya éramos miembros todos noso- de lo fundacional y agregando las trans- tros de IPA y nuestra Asociación también; misiones a través de las generaciones: fue el momento en que fuimos Sociedad cómo Norah, en esta generación que tie- Provisional, en el 2011. Fue realmente un ne como representante principal a Olga gusto, tanto para todos nosotros como Varela, ha podido transmitir mucho de para ti, el poder, después de tantos años, esto. Pequeños encuentros con Olga en porque fue todo tu esfuerzo pertenecer Boston, recientes, donde a través de las a la IPA, y todo el trabajo ya después de charlas sabemos que Olga está pensan- todos nosotros de seguir adelante hasta do, desde lo fundacional, en Ecuador, en que finalmente lo logramos. Entonces, eso Costa Rica, en Guatemala, en Cuba, ade- creo que te lo debemos a ti, y yo te quiero más de lo que está pasando en Paraguay, dar personalmente las gracias por haber en Bolivia, etcétera, etcétera. Cómo, No- podido llegar a todo esto con lo que nos rah, has transmitido a estas generaciones dejaste tú. algo de lo que nos sostiene de este plura- lismo y de esta riqueza que Latinoamérica Norah: Muchas gracias, Micaela. Ella tiene y que, dentro de Latinoamérica, APA hizo también un exilio desde México a es portadora y transmisora. Y realmente, Guadalajara y estudió con nosotros. Olga, creo que estás haciendo una tarea invalorable en estos momentos, por Lati- Norah: Mi primer seminario, del que noamérica y por el psicoanálisis. yo tengo recuerdo, es el de Rascovsky. Imagínense si iba a ser un seminario serio. Olga: Quiero contar una anécdota, Nada. Entonces… pero era el único que era volviendo a hilar. Hace muchos años, No- así, era el único. Los demás eran más se- rah vivía todavía en Guadalajara, y yo con- rios, mucho más serios. Y yo agarré para el taba de cuando ella y Fernando Weissman lado que a mí me gustaba, que era el de empezaron a ir a Paraguay. De hecho, Fer- él. Pero no llevé caramelos como llevaba, nando vino después a Guadalajara, y me “dulces”, dicen en México. Él sabía cuántos acuerdo que puso un CD de música de Pa- alumnos había y llevaba uno para cada uno. raguay. Estaban haciendo los grupos alia- Los demás era “la transferencia”. (Risas). dos en aquél entonces, que fue el preám- bulo de ILAP, y Norah trabajó mucho tiem- Eva: Bueno, aquí, Norah, tengo que po en esto. Entonces, cuando Abel me in- recordarte que te formaste en los años vitó a participar en ILAP, me acuerdo que

88 “Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica le hablé a Norah y le dije: “Fíjate lo que es que está ahí en Guadalajara, en lo que No- la vida, cómo se hacen los círculos. rah hizo, lo que Norah logró. Y yo insisto Tú empezaste con esto con Fernan- en lo que Norah también produjo de tra- do, en aquel entonces, y andaban traba- bajos. Gracias a poder coordinar hoy este jando en Paraguay. Iban y venían. Y ahora evento, tuve acceso a la prolífica produc- a mí me están invitando a participar en ción escrita de Norah. Y la verdad que las ILAP”, en algo que ella y Fernando empeza- temáticas tienen que ver con la vitalidad ron hace muchísimos años. Y me acuerdo del grupo de Guadalajara, de la buena en Brasil, en Río, cuando en Paraguay es- onda de Norah, y también eso está tradu- taban haciendo las entrevistas de las per- cido en las temáticas que ella eligió. sonas de Paraguay. Norah contaba mucho del impulso argentino de ir a todos lados y Abel: A mí me parece que es impor- difundir el psicoanálisis. Desgraciadamen- tante —los que tenemos algo que ver con te, aquí en México, Norah tuvo muchos la APA, con la institución, con el reconoci- problemas para difundir el psicoanálisis. A miento a Norah— que muchas de las per- ella, por ser argentina, le cerraban muchas sonas, digamos, de la APA que han visitado puertas, muchas. Y me acuerdo, porque Guadalajara, tienen que ver con la marca hubo un tiempo en que Norah quería que, de Norah. No solamente llevó a psicoana- a como diera lugar, fuéramos un grupo de listas argentinos, sino que, específicamen- IPA, que trajo a dos brasileños, Regina y su te, el psicoanálisis de la APA a Guadalajara, esposo, a que vivieran aquí en una época y eso realmente es algo que tenemos que en que ellos tenían crisis económica. Y me agradecerle muy especialmente. Como di- acuerdo que le decíamos a Norah: “Norah, jeron, me parece que, en los últimos años, pero ellos hablan portugués, nosotros Uruguay también es una visita frecuente español, no vamos a entender nada”. Y en Guadalajara, pero creo que las institu- Norah decía: “Pues aprenden portugués”. ciones tenemos que agradecer a la gente (Risas). En aquel entonces, vinieron ellos, que hace algo por el desarrollo de nues- no se quedaron, pero lo quiero transmitir tras ideas más allá de nuestras paredes, y porque Norah fue una persona a la que se creo que es el caso de Norah para con el le cerraron muchas puertas en el momen- psicoanálisis de la APA en Guadalajara. Así to, y ella siguió. Y cuando ya se regresaba a que lo que nos toca como miembros de Buenos Aires, recuerdo que me dijo: la APA, creo, es un reconocimiento institu- “Vas a ver que ahora que me regrese, la cional a tu tarea ahí. Mexicana te va a buscar a ti para ha- cer el acuerdo”. Y así fue. Cuando Norah Eva: Abel, creo que lo que muestras se regresó, los psicoanalistas de la Mexi- nos representa a muchos, y a los que es- cana hicieron contacto para que nosotros tamos interesados por lo que está ocu- entráramos a su asociación. Víctor Aíza rriendo en Latinoamérica en el campo del nos abrió las puertas de la APM. Él nos psicoanálisis. Como el ejemplo de Ecua- apoyó. Y yo sí creo que, si no ha sido por la dor, maravilloso. Están formándose con fuerza y la pasión de Norah, ahorita no es- dos personas que pasaron por APA, que taríamos aquí. Y esta parte fue admirable se formaron acá y que individualmente de ella, y ella siempre dijo que así eran los van a poder ser miembros de IPA, a tra- de Argentina. vés de ILAP. Y bueno, esta tarea creo que tiene que ver de alguna manera con estas Noemí: Pongamos el punto en lo trasmisiones que se van haciendo poco a

Eva Ponce de León y Noemí Lustgarten 89 poco, y de las que Norah es una gran artí- muchísimo, y ella es la raíz de todo este fice. Así que, muchas gracias, Norah. grupo que sigue dando y dando y dando.

Olga: Bueno, le mandamos un beso Eva: Este espacio que de Científicas he- a Norah, la queremos mucho. Sigue en mos implementado a partir de este año, todos lados aquí en esta Asociación: sus que es rescatar trayectorias y creo que, dichos, su manera de hacer las cosas. bueno, Norah se merecía este espacio y Siempre decimos: “Como decía Norah”. ustedes también. Y desearles lo mejor. Y Y aparece Norah. Y queremos darles las Olga, sobre todo tu dinamismo, y ¡adelan- gracias a ustedes por habernos incluido te! ¡Adelante! Y muchas gracias, Norah, por en este encuentro. Al final, estamos muy estar aquí. ligados con APA, muy ligados. Norah hizo una labor impresionante. Y bueno, le que- Noemí: Gracias, Norah. Gracias, Guadala- remos decir que como grupo la queremos jara. Hasta la próxima.

Grupo Guadalajara con Norah

90 “Como decía Norah”. La huella de Norah Gramajo Galimany en Latinoamérica Signos de violencia

a violencia, en las sociedades postmodernas caracterizadas Lpor la desubjetivación y por la indiferencia, se ha convertido en una insignia de las relaciones sociales, de las instituciones y del ejercicio del poder. Un símbolo social que impregna todos los lazos sociales y se manifiesta en diversos ámbitos. Es indispensable analizar este fenómeno que se ha convertido en cotidiano y, como tal, ya no sorprende. En nuestra sección “Signos” encontramos tres propuestas que apuntan a la indagación de la violencia desde el psicoanálisis, logrando plantear diferentes aspectos para penetrar e interpretar la violencia con abordaje intensivo y diverso. Podemos considerar a la violencia como inicio de la subjetivación, o bien, como el estallido ante la amenaza de anulación de la diferencia, causa de deseo, violencia que surge ante la indiferencia de la pulsión de muerte. Existen violencias legítimas y violencias que se despiertan al tratar de anular la falta y adecuar al sujeto. Violencias por un cuerpo robado en el incesto, crimen de desubjetivación que anula el deseo y niega al sujeto su estatuto como tal. Proliferación de la violencia a causa de la diferencia sexual, de la deshumanización. Signos de violencia que, al ser interrogados, pretenden atemperar sus efectos destructores.

91 Incesto: el cuerpo robado

Juan Eduardo Tesone*

“Tudo quanto o homem expóe ou exprime é uma nota à margem de um texto apagado de todo. Mais ou menos, pelo sentido da nota, tiramos o sentido que havia de ser o do texto; mais fica sempre uma dúvida, e os sentidos possíveis sáo muitos”. Fernando Pessoa (como Bernardo Soares) SIGNOS Livro do Desassossego

urídices, como llamaré a esta paciente, no deja el infierno de las prisiones de la dictadura argentina por gracia de Orfeo, sino por Elo que los militares llamaban eufemísticamente “la opción”. Es de- cir, que habiendo sido considerada prisionera política del régimen y padecido la cárcel, sin juicio ni sentencia, se le daba “la opción” de con- tinuar presa o ser expulsada del país a un destino lejano. Fue así como llegó a París, catapultada de la cárcel de una provincia argentina. Si me consienten, diré por suerte para ella, había sido encarcelada en los me- ses que precedieron el golpe militar de marzo de 1976, lo cual le valió figurar en los registros de la cárcel, condición que le permitió quizás escapar al trágico destino de “desaparecida”. Había pasado tres años en la cárcel, entre sus 17 y 20 años. Su “crimen” consistió en pegar affiches en contra del régimen político del momento, lo cual le significó ser considerada “subversiva”, de acuerdo a la lexicografía de la época. Por orientación de un grupo de ayuda, me es derivada a un servicio hospitalario de París en el cual trabajaba. Es en ese marco que tiene lugar la primera entrevista. A un corto período frente a frente en medio institucional, seguirá un análisis que duró varios años y cuyo eje fueron *Juan Eduardo Tesone las experiencias traumáticas que atravesaron su vida. Miembro titular de la Société Su estado físico, deplorable al salir de prisión, dejaba entrever, Psychanalytique de Paris y miembro titular sin embargo, sus gráciles rasgos femeninos, casi adolescentes, de una en función didáctica identidad sexual duramente castigada por los años de prisión. Prácti- de la Asociación Psicoanalítica camente desde su encarcelamiento, una anorexia que potenció la pér- Argentina dida del cabello, y una amenorrea crónica, expresaron en su cuerpo la [email protected] intensidad del sufrimiento padecido. Por razones obvias de tiempo, no

92 haré el relato de un análisis que duró varios sión no había podido disponer libremente años. Me limitaré a dos escenas traumática- de su cuerpo. Un cuerpo que le había sido mente entrelazadas. robado de manera repetitiva. Desde apro- Las condiciones de la cárcel, el haci- ximadamente los tres años y hasta los 6 o namiento, el maltrato, la repugnancia por el 7, su abuelo materno había abusado se- olor de las letrinas que invadía la celda com- xualmente de ella, bajo la forma de fellatios partida con otras dos prisioneras, formaron y tocamientos. Desde aquella época, nunca parte del relato del perjuicio padecido. Mu- había podido hacerse curar los dientes, las cho más tarde, cuando sus angustias perse- múltiples tentativas de confiarle su boca a un cutorias y de desconfianza transferencial se dentista, o sea a un otro, la sumían en crisis vieron apaciguadas, me relata una escena, de angustia expresados en forma de gritos y particularmente angustiante. Nunca la había llantos. Sus padres, separados, en particular contado; a nadie, me aclara. Quizás ni a ella la madre con quien vivía, nunca habían emi- misma. Balbuceando con dificultad para po- tido la mínima sospecha de lo que ocurría. ner en palabras lo sucedido, me cuenta que Eurídices nunca pudo contar lo sucedido ni en una oportunidad, estando ella en la celda, acusar al abuelo. La repugnancia asociada se introduce al interior de la misma un oficial a una “extraña excitación” le hacían, retros- del ejército. Ni la presencia de sus compañe- pectivamente, odiar su cuerpo. En aquella ras ni su propia resistencia habían podido ocasión, “la opción” también se planteaba impedir que el militar la penetrara digital- como de vida o muerte. No tanto de muer- mente en su vagina. Lo sucedido llegó a oí- te real como en la cárcel, sino como muerte dos del jefe de la prisión, un militar de mayor psíquica. A pesar del terror que le inspiraba, rango, quien no encuentra mejor cosa, para pudo, sin embargo, a partir de cierta edad, supuestamente averiguar lo ocurrido, que apartarse de dichas prácticas perversas a las organizar un careo entre Eurídices y el oficial cuales la compelía bajo amenazas su abuelo violador. Frente a dicho siniestro personaje, materno. y en presencia del jefe, no atinó a hacer la En este breve y doble relato de lo trau- menor acusación. En primer lugar, pues ló- mático aparece, en filigrana, cómo la ex- gicamente teme por su vida y las represalias citación generada en el cuerpo de la niña del violador. Pero en segundo lugar, y lo dice incestada por la efracción de la excitación en sollozos, sofocada, porque en el momen- venida del exterior sin acuerdo ni deseo, to de la penetración, había sentido placer... Y produce un efecto traumático. Dicho cuer- dicho placer, avergonzada, habría invalidado, po, que responde de manera incontrolada a en su vivencia, su derecho a denunciarlo. Se la excitación externa, se convierte él mismo reprochaba, o mejor dicho, reprochaba a su en cuerpo externo, en un desdoblamiento cuerpo de haberla traicionado, de haberse del Yo. Ese cuerpo que le hizo sentir cosas entregado a la violencia libidinal del carcele- es y no es su cuerpo. La excitación produ- ro, personaje detestable y que odiaba. Esta cida no la hace aun así deseante, dado que experiencia le produjo un sentimiento de ex- es una excitación desubjetivizante. Es una trañamiento, casi un momento psicótico de violencia agregada a la violencia de la pene- desdoblamiento de su personalidad. tración, que sea oral como en su infancia o Esta escena, de por sí traumática, se vaginal como en la cárcel. No interviene el revelará más tarde no exactamente como deseo, es una excitación robada, es una es- recuerdo encubridor, aunque obrara como tafa dado que dispara la excitación pulsional pantalla, sino, diría, como la vivencia de re- sin el consentimiento del sujeto. El colmo del petición: en su vida, en más de una oca- trauma “es ese encuentro bruto y brutal con

Juan Eduardo Tesone 93 un acontecimiento des-simbolizante que no un cuerpo que se suponía era el suyo, pero permite que el sujeto asegure más su con- que temía a todo momento que la traicione. tinuidad vital” (Assoun). El cuerpo adquiere Su matrimonio se había convertido para ella así un carácter de extraterritorialidad, con en la situación enclaustrante de la impo- un fuero propio, que requiere ser castigado. tencia infantil, cuando no podía escapar de Es triplemente traumático: por la efracción la opresión paterna. Tenía la “ventaja”, para y sobrecarga del hecho en sí mismo, por la ella, que a diferencia de su infancia, ningún excitación alienante producida sin acuerdo vínculo sexual despertaba sensaciones en su ni deseo y por la experiencia de desubjeti- cuerpo. Paradoja paralizante, escapando así vación que la misma implica. Es un goce aso- al imperio de una sexualidad vivida traumáti- ciado a la pulsión de muerte, desligazón de camente, conservaba simultáneamente a su las pulsiones que desestructura y aniquila padre como partenaire imaginario. Su viven- la capacidad deseante. El enemigo deviene cia de vergüenza ante la mirada del otro la no sólo el abusador, sino también el propio humillaba, pero dicha vergüenza le permitía cuerpo vivido con vergüenza y hasta con situarse respecto a su ideal mancillado; el desprecio. Es el cuerpo abusado que “mere- hecho de sentirla era la prueba que seguía ce” castigo por haber hecho sentir, a pesar existiendo como sujeto (Assoun). de sí misma, excitación. Una excitación no Cuando un padre incestuoso se sirve metaforizada, pura carga, mezclada de an- del cuerpo de su hija para obtener un cier- gustia, pero excitación al fin. El perjuicio se to tipo de goce, le niega simultáneamente hace cuerpo... en el cuerpo. su condición de niña separada de su padre. Otra paciente, que llamaré Danaides, En una relación que definiría como narcisis- pues comía de manera insaciable, maltrata- ta-omnipotente, el padre (o la madre, even- ba su cuerpo con comida, forma de castigo tualmente) abusa de la niña o el niño en este oral que puede tomar la necesidad de fla- sentido: niega su estatuto de sujeto. gelar el cuerpo. De niña, había padecido el El acto incestuoso deniega la incomple- incesto de su padre, en forma de masturba- tud. Es un intento desesperado para evitar la ción recíproca. Su madre, a quien había in- confrontación –a la que está sujeto todo ser tentado contar lo sucedido, la había tratado humano– con la ambivalencia y la pérdida de mentirosa, descalificando su relato pero del objeto. El incesto busca la aconflictuali- por sobre todo su propia percepción de lo dad, intentando borrar el conflicto con el Yo, ocurrido. Danaides había desarrollado como que supone la existencia de un otro irreduc- una fobia a su propio cuerpo, que práctica- tible. Si Derrida nos recuerda que la falta no mente no podía ver desnudo frente al espe- falta nunca, el padre abusador pretende, por jo. Si bien cuando consulta estaba casada y el contrario, que puede no haber falta. tenía una niña, hacía nueve años que no te- El hombre incestuoso no busca in- nía relaciones sexuales con su marido ni con tegrar una bisexualidad psíquica siempre ningún otro hombre. Residiendo en una ciu- conflictiva; por el contrario, querría que la dad marítima, no iba nunca a la playa. Even- sexualidad y la diferencia de sexos fuese tualmente caminaba por la arena pero vesti- a-conflictiva. da con largas túnicas que envolvían su cuer- Estamos, aquí, muy lejos de la concep- po de mujer, enmascarado por su gordura ción de Freud, que parecía admitir en todo y la ropa que elegía ponerse. Evitaba toda acto sexual la implicación de cuatro perso- mirada masculina, ante el menor riesgo de nas (carta a Fliess del 1-8-1899) en alusión a confrontarse con una mirada deseante. Diría la bisexualidad psíquica. En el caso que nos que Danaides convivía dolorosamente con interesa, no se puede ni siquiera hablar de

94 Incesto: el cuerpo robado la implicación de dos personas en la medida dado que la sexualidad permanece auto-eró- que el otro no existe. Si se aceptara, como lo tica en la medida que el otro es como si no proponía Lacan, la idea de que “la mujer, no existiera. Se podría hablar de un auto-erotis- siendo toda”, “no hay (por lo tanto) relación mo an-objetal. Este tipo de auto-erotismo se sexual”, se podría decir que el hombre inces- diferencia, por un lado, del auto-erotismo de tuoso busca una relación sexual “comple- tipo objetal descrito por Bokanowski, que es mentaria” en la medida que, en búsqueda de un auto-erotismo caracterizado por su valor una completud, quiere toda la mujer en él. de ligazón y de libidinización, mismo que se El padre incestuoso quisiera aprehen- ha visto previamente beneficiado de la rela- der la feminidad a través del acto incestuo- ción del sujeto con el objeto. Y, por otra par- so, apropiársela por medio de una actividad te, se diferencia del auto-erotismo anti-obje- pretendidamente masculina puesta al servi- tal, desprovisto éste de capacidad de ligazón cio de la denegación de la diferencia de se- y de relibidinización. En el caso del incesto, xos y de las generaciones. el objeto está presente pero no adquiere un En otras palabras, el padre incestuoso estatuto de sujeto, sino de objeto parcial en busca la completud porque teme que el des- forma de apéndice narcisístico. Es aún más garramiento narcisista provoque su desmo- mortífera que en el auto-erotismo anti-obje- ronamiento. Teme que la sexualidad de la tal, dado por el aporte incesante de excita- niña haga surgir su propia sexualidad infantil ción no elaborable por el niño. con el efecto traumático concomitante, sien- La niña, narcisísticamente seducida por do entonces vivida la niña como el espejo de el padre, se funde en el cuerpo paterno. El aumento de la sexualidad pre-genital en su mito del Uno, es decir, la ilusión de ser un dimensión femenina no integrada del padre. ser todopoderoso y sin fallas, es el fantasma Para intentar lograr sus fines, no duda común a los padres abusadores. Su descen- en demoler el deseo y, por ende, el pensa- dencia no existe sino en el interior de ese Yo miento de la niña, dejándola en un estado de que se pretende grandioso. El niño o la niña desestructuración psíquica, consecuencia no tiene otro valor que el de apéndice nar- inevitable de los traumatismos acumulativos cisístico. a los cuales es sometida. El niño, mediante El intento del padre abusador podría une forma de hipnosis, es compelido a la ser graficado como un triángulo cuyos vér- inmovilización paradójica; su silencio refleja tices no cierran, incluido en una circunferen- quizás el vacío representacional en el cual es cia circunscripta. En su utopía expansionista, aspirado. El Yo narcisístico del padre inces- el padre abusador pretende borrar los vérti- tuoso engloba al otro concebido como una ces del triángulo, englobándolo en su mega- mera extensión de sí mismo. El deseo del lomanía del Uno. Entre el padre abusador y uno no es compatible con el deseo del otro. la niña, no existe una relación de sí-mismo a En su “utopía totalizante”, el padre incestuo- un otro (que desaparece), sino de sí-mismo so se vive como dueño del tiempo y de la a sí-mismo. muerte. Queriendo abarcar en sus redes al El adulto abusador, en lugar de ser el niño, pretende ignorar que, por esencia, el soporte de la ley exogámica, se pretende otro, ya sea fantasmático o real, entra en re- hacedor de la ley, pero una ley negativa, lación conflictiva con el Yo. El Yo del padre in- endogámica, donde se presenta como un cestuoso pretende atrapar en su red al otro, ser todopoderoso y sin fallas a quien todo pero al hacer esto lo desvitaliza. le pertenece. Niega a la niña su estatuto de La “relación” sexual incestuosa no de- sujeto-separada de su padre. Es frecuente jaría de ser un equivalente masturbatorio, encontrar como estructura psíquica la per-

Juan Eduardo Tesone 95 versión narcisística, en la cual la perversidad pesar de la repugnancia del acto. Es frecuen- tiene por objeto la desestima de la existen- te que chicos que han vivido relaciones in- cia de la realidad psíquica del otro, apunta cestuosas tengan trastornos de la alimenta- a destruirla, a reducirla o a rebajarla. Niega ción como Eurídices y Danaides, accidentes toda conflictualidad interna, anexando el a repetición con fracturas o, incluso, francos otro a su narcisismo. Busca una doble inmu- intentos de suicidio, como expresión de una nidad: respecto a sus conflictos internos y necesidad de castigo interno. En “Principio respecto al objeto. Hace como una negación de relación y neocatarsis”, Ferenczi afirma preventiva ontológica de la existencia del que “padres y adultos pueden ir muy lejos otro. La forclusión psicótica o la desestima en su pasión erótica por los niños”, y sugiere perversa están a menudo en juego, toman- como hipótesis de la amnesia consecutiva a do el otro a menudo, el valor de un objeto este tipo de traumas una “psicosis pasajera”, fetichista inanimado. como primera reacción al shock. Concibe la Es así que las pulsiones de destruc- misma como “una ruptura con la realidad, ción parecen jugar el rol de último recurso por un lado en forma de alucinación nega- buscando neutralizar al objeto, engloban- tiva, y por otro en forma de compensación do la realidad que lo rodea en la misma alucinatoria positiva inmediata que da ilusión devastación. de placer”. Se genera “un clivaje psicótico de Lacan, convocando a Kant y Sade, re- una parte de la personalidad que permane- marca sus coincidencias. Y afirma que, para ce secreto”, induciendo “una auto-destruc- alcanzar absolutamente lo que define como ción psíquica”, que busca paradojalmente el Das Ding, para abrir todas las vías del de- protegerlo de la emergencia de la angustia y seo, encontramos al fin de ese camino el do- lo condena a un sufrimiento mudo. lor. El dolor del otro, pero también el dolor La efracción de lo cuantitativo, de lo del propio sujeto, dado que en dicha ocasión perceptual pulsional, induce un daño cuali- son lo mismo: “lo extremo del placer, en la tativo aún más devastador en la medida que medida que consiste en forzar el acceso a la el incesto ha sido repetitivo en el tiempo; Cosa, no podemos soportarlo”. actuando por traumatismos acumulativos, Ferenczi (1932), en su famoso artículo que impregnan el psiquismo de pulsión de sobre la confusión de lenguajes entre el niño muerte. y el adulto, subrayó precisamente que la Se produce un triple efecto traumá- confusión proviene del hecho que el adulto tico: 1) lo traumático del exceso de carga, responde al pedido de ternura del niño con 2) la descalificación perceptual a menudo el lenguaje de la erotización. La primera reac- asociada (el adulto le dice al niño que el ción del niño, dice Ferenczi, sería el rechazo, incesto no es un incesto, es decir, niega el odio, el asco; una resistencia violenta. Sin el carácter de gravedad del acto), 3) en embargo, en la medida en que la coerción el acto mismo del incesto, el niño se con- persiste, y por introyección del agresor, este vierte en huérfano (el padre y/o la madre último desaparece como realidad exterior. El siguen siendo los progenitores biológicos agresor no siente culpa, pues la proyecta en pero han borrado la función simbólica pa- el niño. Y el niño, al introyectar el sentimiento terna y/o materna). El efecto traumático de culpabilidad, que es evacuado por el adul- puede ser visiblemente inmediato o en- to, reclama luego un castigo. Y ese castigo a quistarse y obrar mucho más tarde como menudo es ejercido en el propio cuerpo, al una verdadera bomba de tiempo. cual, en un clivaje del Yo, se lo responsabiliza de haber tenido experiencias de excitación a

96 Incesto: el cuerpo robado De la teoría de la seducción que se ejerce en el niño, hay una sobrecar- a la seducción traumática: incesto ga semántica, un plus de significancia que el niño deberá, más tarde, deconstruir para no Cuando la sexualidad del adulto hace irrup- quedarse atrapado en la geografía libidinal ción en el cuerpo del niño, forzando por que le impone el agresor. Si bien el niño no efracción la barrera de para-excitación, el es una tábula rasa, en la cual el padre inces- adulto perfora el envoltorio representado tuoso imprime sus pulsiones, el curso de su por el Yo-Piel del niño y provoca una viven- organización libidinal puede verse orientado cia traumática con consecuencias psíquicas a pesar suyo. El acto incestuoso no libidiniza que tienen una grave potencionalidad pa- el cuerpo del niño, como lo hacen las caricias tógena. Estamos muy lejos de la teoría de parentales de la seducción primaria. Por el la seducción, entendida como constitutiva contrario, el incesto lo congela, lo petrifica, lo del aparato psíquico. En el caso del abuso impregna de pulsión de muerte, marca tra- sexual, diría que los significantes no son ya zada con un punzón que lo impele a la com- más enigmáticos como en el caso de la se- pulsión, a la repetición. ducción originaria; por el contrario, están de- En la seducción primaria, las cari- masiado cargados de significación. Se trata cias son portadoras de la pulsión de vida, de una significación que le viene desde el y tienden a ligar las pulsiones parciales, afuera, constituyendo para el niño un dema- dando la posibilidad al niño de esbozar siado lleno de significancia, fuente de violen- movimientos integradores de un Yo cor- cia. Pienso, y en ese sentido me alejo de la poral rudimentario. concepción de Laplanche, que la violencia no En la seducción traumática, predomina consiste tanto en la necesidad de traducción la pulsión de muerte que, en lugar de favo- que se impone al niño, sino en la necesidad recer la integración pulsional, induce una que tendrá el niño en deconstruir ese plus de función que Green llama “la función desob- sentido que no le pertenece por completo. El jetalizante de la pulsión de muerte”. El niño enigma es un sentido a construir, a revelar. El no tiene un estatuto de sujeto sino de objeto significado inoculado por el padre incestuoso al parcial. La sexualidad, externa-interna, no niño, será un sentido a deconstruir. deviene ya fuente de vida y de ligazón, sino El padre incestuoso inscribe una traza un objeto persecutorio mortífero responsa- en la topología de la superficie corporal del ble de la desmezcla de las pulsiones y del niño, modificando dramáticamente el curso pensamiento. de su organización libidinal, e induce una so- Si la pulsión de muerte es desobjetali- brecarga pulsional que desgarra la barrera zante para el otro, también lo es, simultánea- de para-excitación. Lo cuantitativo adquiere mente, para el sujeto del cual emana. Más un valor cualitativo. En Etiología de la Histeria sentirá su Yo amenazado por un narcisismo (1896), Freud dice, hablando de escenas de vacilante y que flaquea; más querrá dominar, agresión sexual: “en realidad ha sobrevenido domeñar al objeto como una tentativa des- una transferencia de la enfermedad, una in- esperada de conservar una precaria unidad. fección en la niñez”, por parte del adulto. La Y aquí la clínica plantea una pregunta imagen es fuerte y destaca, me parece, la a la teoría psicoanalítica, que es la siguiente: idea de invasión, asalto y permanencia de ¿el objeto de la pulsión es siempre contin- algo del abusador en el abusado más allá del gente? En “Pulsiones y destinos de pulsión” efecto traumático por sobrecarga de estímu- (1915), Freud dice que “el objeto es lo más los. Además del aspecto puramente econó- variable en la pulsión”, y más adelante agre- mico en función de la sobrecarga pulsional ga que el objeto: “Puede ser reemplazado a

Juan Eduardo Tesone 97 voluntad a lo largo de los destinos que conoce angustia de castración que quiere evitar a la pulsión”. Green, sin embargo, piensa que cualquier precio. En un trabajo anterior, ade- Freud no propuso un sistema cerrado que lantaba la hipótesis según la cual “el hombre negara la importancia del objeto. En el caso incestuoso intenta fundirse en el cuerpo de particular del incesto, el niño o la niña no tie- su hija, formar uno con ella, robarle la femini- ne un estatuto de sujeto sino de objeto par- dad naciente para poseer entonces los atri- cial de las pulsiones parciales del padre abu- butos de los dos sexos”. El niño incestado es sador. Y en este particular vínculo incestuo- un niño desesperado, desamparado, a la vez so, el niño-objeto parcial, me parece, no es frente al mundo de sus pulsiones y al mundo contingente para las pulsiones parciales del externo. padre abusador. La problemática narcisista Volvamos al sentido etimológico de se- tan frecuente en los padres incestuosos re- ducción que, en el caso de la seducción trau- quiere como objeto parcial aquel que se le mática, adquiere todo su valor semántico: del aproxima más desde el punto de vista de su latín seducere, o sea separar. En la seducción exigencia narcisística: es decir, sus propios traumática, y aún más en el caso del incesto, hijos, como pseudopodos, como emanación la violencia de la intrusión en el niño de una narcisística que los sitúa entre una parte de sexualidad cargada de una significación que su propio cuerpo y un objeto externo. El ob- no le pertenece, lo separa de sí mismo, lo se- jeto de la pulsión en estos casos no me pare- para de su condición de sujeto, lo separa de ce contingente, exige un lazo de filiación, vía una función parental capaz de contener su desplazada de la libido narcisista. Los padres propia pulsionalidad. Como requisito previo incestuosos no entran en la calificación ge- para poder emerger en tanto que sujeto de neral de paidofilia, sino que constituyen una deseo, el niño deberá deconstruir el plus de categoría particular de perversión donde el significancia, alejarse del goce mortífero que objeto de sus pulsiones debe tener una rela- el genitor incestuoso le inoculó a su sexua- ción necesaria de filiación. lidad en devenir. Que pueda reencontrar la ¿Y por qué hablo de pulsiones y no ha- función simbólica parental que fue barrada blo de amor o eventualmente de odio, dado por sus propios progenitores, en algún otro que se trata de relaciones entre padres e hi- adulto que esté en condiciones de asumirla. jos? Y bien justamente porque creo que en ese reino de la pulsión parcial, no se puede Entre la subjetividad deseante hablar ni de amor ni de odio. El niño no es y el poder despótico un objeto contingente sino necesario para el frágil andamiaje narcisístico del padre abu- En todo incesto hay crimen. Muerte del alma, sador. El vínculo incestuoso niega la existen- como diría Schreber, que de eso sí entendía. cia del niño como separado de los padres. Pero concomitantemente, quizás en todo El padre incestuoso no libidiniza al niño o a crimen hay una dimensión incestuosa, lo cual la niña, le vampiriza su sexualidad naciente, pone en relación el incesto con la dimensión pretende controlar en el niño lo que no logra incestuosa de todo acto abusivo de los re- sintetizar en su propia organización libidinal. gímenes despóticos, entre los cuales la tor- Es decir, su propia anarquía pulsional y la tura. ¿Acaso Creón, en su empecinamiento amenaza que la misma impone a su narci- en no permitir a Antígona honrar a su sen- sismo y a su expansión, tanto más grandioso timiento fraterno, en su violencia política en que su estructura narcisística es precaria. nombre de la razón de Estado, no retrotrae Por todos los medios, el abusador niega la a la misma a la dimensión incestuosa de su primacía de lo genital y pretende ignorar la historia familiar?

98 Incesto: el cuerpo robado ¿Antígona, en su lucha con su tirano Los regímenes despóticos pretenden tío, no busca recrear lazos familiares en instalar una lógica jurídica (¿no suelen ser los cuales reine la Ley simbólica, alejando prolíficos en leyes de todo tipo?) en detri- así el encadenamiento infernal del inces- mento de la Ley simbólica. Y cuál es la Ley to y del parricidio que recorre las distintas simbólica por excelencia sino la Ley de pro- generaciones? hibición del incesto. Curiosa mezcla la de Creón, entre su Antígona, en uno de los versos, se la- poder despótico en nombre de la ciudad y menta y exclama: “¿Padre, por qué me has su concepción de la función paterna. Aca- abandonado?”. Y como bien lo remarca La- so no aconseja a su hijo Hemón, novio de can, el suplicio de Antígona va a consistir en Antígona, quien se rebela frente al poder estar encerrada, suspendida, en la zona en- despótico de su padre: “He aquí, hijo mío, tre la vida y la muerte. Sin estar aún muerta, la regla que debes conservar en el fondo está como tachada del mundo de los vivos. de tu corazón: estar siempre ahí, detrás Antígona se identifica con Niobé, petrificada. de la voluntad paterna”. Teniendo que Y Lacan subraya que dicha petrificación es tener alejada a la mujer: “Es mejor - dice quizás la expresión de la pulsión de muer- Creón- sucumbir al brazo de un hombre, te. ¿Y no es de esa petrificación que sufre la de manera tal que no vengas a decir que niña incestada, impregnada de la pulsión de estamos bajo las órdenes de una mujer”. muerte por parte de su padre, que en el mis- Como lo remarca Segal (1981), citado por mo acto del incesto la abandona como hija? George Steiner, “el conflicto entre Creón y ¿La excluye de una filiación posible? Antígona no opone solamente la ciudad a La niña incestada, para poder advenir la casa, opone también el hombre a la mu- a la vida, debe despojarse de la cultura de jer. Creón identifica su autoridad política muerte trasvasada por un padre incestuo- a su identidad sexual”. Y pregunto: ¿Creón so, luchar contra el poder despótico de un pretende mantener alejado a la mujer o a padre narcisista omnipotente, expresión lo femenino en el hombre? En todo caso, desesperada del intento de completud de no fue matando a Antígona y empujando a este último, que se revela mortífero. La niña su esposa al suicidio, que Creón solucionó incestada debe deconstruir la sexualidad el conflicto entre lo femenino y lo mascu- inoculada, alejarse de un goce mortífero, re- lino... en él. Preludio quizás de su propia apropiarse de su cuerpo, hacerlo finalmente muerte. suyo. Disponer del cuerpo del otro ha sido Salvando las distancias, me permito siempre la manera de manifestarse de los preguntar: ¿no se parece a lo que tienen que sistemas totalitarios, públicos, privados o hacer los sujetos frente a un estado despóti- corporativos. co? Si me admiten la extrapolación, el porve- ¿Es casual que la paciente Eurídices nir de nuestras democracias es tributario de asocie las dos escenas, la del incesto con su dicha lucha incesante. En esa lucha incesan- abuelo y la escena de abuso en la cárcel? No te, para protegerse de lo narcisista omnipo- dudamos del carácter violento del incesto tente, reino de lo mortífero que representa del abuelo. ¿Pero el carcelero, al violentarla todo poder que se excede y la construcción sexualmente, no transgrede al mismo tiem- de la subjetividad deseante, radica quizás la po el basamento de toda ley simbólica, que verdadera “opción”. es la prohibición del incesto?

Juan Eduardo Tesone 99 Angustia-violencia

Jaime I. Szpilka*

ecorrer y construir el tema de la violencia nos implica en la presentación de varios espacios y contextos desde los cuales

SIGNOS Rabordarla, sociales, políticos, filosóficos, etc. Pero el punto de partida fundamental que me interesa abordar desde el psicoaná- lisis no puede dejar de referirse a la paradoja ética y lógica que la estructura edípica instituye en el sujeto humano. Así nos importan ciertas reflexiones sobre el mito del génesis acerca de la curiosa prohibición divina de comer del árbol del bien y del mal, que, sin embargo, introducirían al sujeto en una existen- cia ética. Ciertos cabalistas, y entre ellos especialmente Moisés de León, citado por Ch. Mopsik en su Cábala y los cabalistas (6) (10), insistían en que la diferencia entre lo animal y lo humano giraba esencialmente sobre el concepto de “nada”. La nada sería, así, el “invento” humano fundamental o, mejor dicho, la nada y lo humano se efectúan en un mismo movimiento. La nada no tiene sino mítica- mente una existencia previa “per se”, ya que la concepción, la crea- ción, la conservación y la experimentación de la nada, tienen todo que ver con la particular ética interdictiva que crea la estructura edípica en la instauración del inconsciente. De esa instauración se produce el radical desgarro del campo de lo natural que autono- miza a toda significación de cualquier expresionismo naturalista, culminando con la creación del concepto de falo. Y justamente en esa restricción ética donde lo simbólico nace no representando a lo natural sino produciendo a lo simbolizado “après-coup” como lo *Jaime Szpilka que cae por efecto de la simbolización misma, se cumple el presa- Psicoanalista titular en función didáctica gio de la serpiente. Ésta le había dicho a Eva que Dios no deseaba de la Asociación Psicoanalítica Argentina que comieran del árbol de la ciencia del bien y del mal porque, y de la Sociedad junto a Adán, devendrían también dioses. La consecuencia es la Psicoanalítica de Madrid primera expulsión del paraíso. Y es justamente a partir de la crea- [email protected] ción de la nada que el sujeto humano deviene en un dios, ya que

100 solamente “ex-nihilo” puede comenzar a trabajo como analistas donde una y otra crear un mundo. Distinto, en cambio, es el vez repetimos ese movimiento violento conocimiento que se obtiene del árbol de para romper la confluencia circular entre la vida a través del cual solamente se co- fantasma y recuerdo. Una y otra vez re- noce de acuerdo a fines de preservación petimos la violenta expulsión del paraíso animal natural, es decir, que se conoce desde el árbol de la ciencia del bien y del todo porque no se conoce nada, en tan- mal para que el pasado no sea futuro rea- to lo cognoscible no tiene merma alguna lizado y se convierta en futuro a realizarse por mor de lo simbólico. Así no hay “homo en el tiempo infinito de una imposibilidad sapiens” antes del “homo moralis” (9)(10), de ser (8). ya que no hay nada para saber ni conocer Cuando Freud abandona el aparen- antes de que se crea la ignorancia sosteni- temente perfecto edificio del Proyecto (3) da por la nada que la ley moral del bien y para una psicología científica, se deshace del mal introducen en la interdicción edípi- una visión simplista respecto al concepto ca del goce pleno con lo real materno. No de naturaleza al cual los psicoanalistas considerar la importancia de la nada como frecuentemente idealizamos como si en- diferencia, lleva a una idealización de la contráramos en ella una materialidad on- naturaleza (“Deus sive natura” de Spinoza), tológica firme donde aprehender y definir a una humanización de lo animal y a una mejor al sujeto que pretendemos desve- animalización de lo humano, muy en boga lar, su significado, su ética, su verdad, todo en muchos desarrollos contemporáneos, el cortejo metafísico que en la fascinación que achatan el valor esencial que desde por la presencia patente e intemporal del Freud adquirió el Edipo como complejo ente donde reside la eternidad del ser, nuclear de las neurosis. Si es así, la angus- oculta al mismo tiempo la epifanía del ser tia al igual que la violencia humana tienen mismo como ente que adviene a la pre- todo que ver, a diferencia de la agresión sencia. Es a partir de la primacía de lo sim- animal con la institución ética. Una prime- bólico y de la ley edípica que comienza a ra violencia, la ley que instituye el bien y el considerarse una serie de desnaturaliza- mal, inaugura un desgarro de algo que se ciones subjetivas que implican violencia y constituye “après-coup” como la naturale- angustia. Toda desnaturalización implica za opuesta a la cultura y que la nada como fundamentalmente la dolorosa constitu- diferencia impedirá para siempre conci- ción de un antes que no fue y que des- liar, aunque por eso mismo el sujeto debe pués no puede ser, es decir, que constitu- procurarse la creación de un mundo nue- ye la imposibilidad. Y si la violencia genera vo frente a un mundo anterior que nunca la imposibilidad, también se ejerce como se tuvo y, sin embargo, sujeto a constante intento de deshacerla, mientras que la an- pérdida. Si la violencia produce ese des- gustia señala el atasco del sujeto entre lo garrón, la angustia expresa en función de que no fue y lo que no puede ser (lo “un- la nada que se constituye la imaginería de hemlich”), como que no puede deshacerse un todo que tanto lo asfixia como signo de lo que no fue ni soportar lo que no es. ambiguo del atrapamiento en la vieja mo- Recordemos la famosa frase de mayo del rada que no puede abandonar y el nuevo 68: “sed realistas, pedid lo imposible”. Ya mundo al que tiene que acceder, marcado Lacan, en su seminario del 21 de noviem- ya por el dolor que experimenta por el re- bre de 1962 (5), L’angoisse, signe du désir, cuerdo de lo perdido. Todo esto no puede nos muestra el “impasse” que se crea en dejarnos ajenos a la violencia de nuestro Hegel en la imposibilidad a nivel imagina-

Jaime I. Szpilka 101 rio que crea la violencia de desear el deseo de ser la criatura sexual animal que jamás del otro, en el modo de concebir tanto al podrá estar a la altura de su nombre, de otro como al objeto. Si deseo el deseo del su ley o de su ideal. Como que el simple otro como objeto, solamente cabe que me sentimiento de si animal no basta para ubique como objeto del otro, lo cual como certificar al ser, ya que solamente la culpa sujeto autoconsciente me es intolerable y que surge en la fractura de la unidad nar- de lo que solamente me cabe salir a tra- cisista imaginariamente perdida inaugura vés de un nuevo acto de violencia. Salvo, la significación psíquica inconsciente. La como agrega Lacan, que el otro interese a angustia tiene lugar en esa fractura donde mi deseo en la medida de lo que le falta y se debate lo animal o lo humano, su antes que él no sabe, y que es el único circuito natural que no fue y su desnaturalización para poder encontrar lo que le falta a mi subjetiva que no lo deja ser. Así no puede propio deseo. sorprendernos que los casos princeps de Narciso es mudo sin Edipo y Edipo Freud, Hans y El hombre de los lobos, gi- habla sobre Narciso herido (2) (9). Para re- ren alrededor de los pequeños sujetos en cuperar a “his majesty the baby” se recons- un vínculo peligroso y fascinante con un truye el ideal perdido en los padres en el caballo y un lobo, como representantes no momento mismo en que sus normas y lí- solamente de la figura del padre castrador mites sustentan la primera represión de lo sino de la animalidad con la que pleitean que “après-coup” deviene en libido inces- en su devenir humanos. tuosa que hay que resignar. Como que pa- Si hacer consciente lo inconsciente radojalmente para recuperar un narcisis- insiste en establecer un saber, producir lo mo primario, una plenitud supuestamente inconsciente insiste en una destitución, en perdida, que antes no fue y después dejó una promesa, en una interrogación, en un de ser, se hace necesaria una escisión psí- instante donde el agujero se crea, el es- quica, una ignorada represión gracias a pacio se abre y la máscara cae. Se salva la cual se recupera imaginariamente una así en esa operación ética la verdad en el unidad perdida. Pero al erigirse el ideal lugar de su imposibilidad, sustrayendo a la que nos humaniza, la vida ya no vale la palabra su tentación totalitaria. ¡Que lo im- pena de ser vivida por sí misma si no tiene posible sea imposible para todos! ¡Que no un sentido, y el sentido queda fuera de la haya un padre de la horda de la palabra! vida misma. Lo único fuera de la vida mis- Como que toda palabra que se precie éti- ma y que soporta al sentido es el signifi- ca tiene que sufrir el dolor de su merma. cante, y en tanto atraviesa nuestra vida de Y es en ese difícil alumbramiento a la pa- cabo a rabo, vivimos más para salvar nues- labra, en la violencia de ese alumbramien- tro buen nombre y honor, trascendiendo to, donde la angustia juega un lugar en el cualquier racionalidad natural de acuerdo cual podemos acompañar a J. Lacan como a fines de supervivencia animal (9). siendo la única que no engaña. Desnaturalizar al inconsciente im- Desde otra perspectiva, la promoción plica creer en su constitución en torno a jubilosa del ser humano en su racionali- una palabra que hace ley, tras lo cual gran dad como ser parlante, paradójicamente, parte de la cuestión del ser se “normali- quedó destronada con la revolución freu- za” alrededor de la culpa. Cuando el suje- diana. El porque se dice se puede decir to queda atravesado por un nombre que vira a porque se dice hay algo que se quie- funciona como ideal, acusa a la palabra re saber y decir que justamente por eso tanto como es acusado por ella. Culpable mismo se nos hurta. Y la hipótesis del in-

102 Angustia-violencia consciente, dando cuenta de esa pérdida, el momento mítico de la significación pri- implica la maldición que se gesta en el ser mordial que pasa por la palabra-ley pater- por efecto del habla. na, inaugurando la primera interdicción de Quien no es sujeto de la palabra goce con lo real al proferir: “¡Ésta es tu ma- nada ignora y nada tiene por saber, por lo dre!”, con lo cual comienza el intríngulis de cual tampoco se le presenta el problema la cuestión. Porque más allá de la semán- de la verdad. Verdad que antes de hablar tica vulgar donde ‘madre’ se refiere a una no era, no había nada para decir ni nada cascada perceptual empírica de un mun- para callar, pero que después de hablar do razonablemente organizado, instaura paradójicamente dejó de ser. ¿Cómo re- la primera castración del sentido. cuperar una pérdida de lo que nunca fue? ‘Madre’ es el primer significado que Por eso me interesa citar al filósofo Ma- da la razón de lo que toda significación nuel Cruz que refiriéndose a su maestro implica, ya que todas las interrogaciones Emilio Lledó en su 80 cumpleaños titula del después refieren monótonamente la su elogio “Todo cuanto ignoro lo aprendí misma interdicción de goce con lo real, de él”, enfatizando que la exhortación ilus- una negatividad y una ausencia en el lugar trada al saber, el grito moderno de guerra de la cosa significada del mundo, un sen- kantiano “sapere aude”, de manera nece- tido que no se agota en ninguna cosa de saria tiene un reverso, atrévete a ignorar. lo real. Y por eso el júbilo tautológico “tu Porque en el comienzo no hay silencio, no madre es tu madre” del porque se dice, se hay nada, sino un insoportable ruido que puede decir, se vela en la institución del hay que saber silenciar y anonadar. Aquí porque se dice no se puede decir. Aquí me interesa discriminar el vacío como rui- yace el motor de la interminable búsqueda do físico y la nada como efecto legal. del sentido de la vida, que se persigue her- La herida narcisista se produce como menéuticamente (Heidegger, Gadamer, paraíso perdido “après-coup” que nunca Ricoeur), que se quiere conformar a las re- se tuvo, excavada sobre el fracaso del sig- glas empíricas de la lógica positivista (Wi- nificado que no puede agotar su sentido ttgenstein, Carnap, etc.), o que finalmente en lo real. Desde esta perspectiva, se con- se quiere ignorar en las deconstrucciones sidera la instauración ética del inconscien- posmodernas (Derrida, Lyotard, etc.). te y su fundamento en torno a la estruc- En este momento inaugural, lo re- tura edípica que inaugura la esencial des- primido queda postulado como un bien naturalización subjetiva. Es lo que Freud “natural” articulado a un mal moral, mien- considera como identificación primordial tras que el bien moral queda unido a lo se con el padre de la prehistoria personal, considera como un mal natural. Se crea, identificación primaria “vera” que conminó así, una paradoja lógica y ética donde, al sujeto a ser otra cosa que el ser biológi- en torno a la ley del Edipo, se constituye co u ontológico que fue, deviniendo sujeto un bien en el mal y un mal en el bien. La humano de los ideales de la cultura, y que discriminación que el alemán hace entre dice que lo humano es ser lo que no se es “Gute” y “Wohl”, lo bueno moral y lo bue- y no ser lo que se es. Como que se identifi- no en función de lo placentero y agrada- ca al sujeto que antes no fue y después no ble, el bienestar, y entre “Böse” y “Weh”, puede ser, con quien le muestra la direc- lo malo moral y lo malo en función de lo ción de su deseo como realización imposi- displacentero y desagradable para el su- ble (“así como yo has de ser”; “así como yo jeto, su malestar, es altamente fecunda y no has de ser”). Y aquí es esencial señalar apoya la sutil distinción kantiana tanto del

Jaime I. Szpilka 103 bien como del mal, fundamentados por un de la imposibilidad, castración, silencio de lado en una empiria subjetiva basada en la pulsión de muerte, o se subvierte en el placer y el dolor; por otro lado, en un omnipotencia, haciendo ruido a través de objeto formal “a priori” que permite una un acto de violencia. Cuando la impoten- universalidad soportada por una ley gene- cia no deviene imposibilidad deviene vio- ral. Sólo en la concepción freudiana del lencia, lo que finalmente logra, igual que Edipo, “Gute” no se desprende de “Wohl” y el niño que destruye su juguete, quedarse “Böse”, no sigue linealmente a “Weh”. Hay solamente con el vacío de la cosa. un entrecruzamiento radical que culmina Podríamos pensar que la pulsión de en todo lo contrario, ya que todo lo que muerte es la consecuencia de la asunción se relaciona con el “Wohl” del sujeto va ética que la estructura edípica introduce acabar articulándose con “Böse”, y todo lo en la subjetividad. Más allá del principio que se relaciona con el “Weh” del sujeto va de placer, es más allá del principio de pla- acabar articulándose con “Gute”. Así, en el cer en conjunción con el bien natural del momento de interdicción edípica, lo bue- sujeto. En el célebre apartado V de “Más no y lo malo ligados a una experiencia em- allá del principio de placer”, insiste Freud pírico-natural sufre la radical subversión en que todas las formaciones sustitutivas de que todo el aparato de placer-displa- y aun todas las sublimaciones, no basta- cer cae bajo el peso categorial de la ley. La rían para cancelar la tensión pulsional, y paradoja de un bien en el mal y un mal en la constante diferencia entre lo esperado el bien, abre la vía fecunda para una ética y hallado engendra el famoso factor pul- subjetiva más allá de la moral natural con- sionante que no admite ningún aferra- vencional de lo bueno y de lo malo, dan- miento a lo establecido, sino que acicatea do lugar a una constante elección entre el hacia delante sin ninguna domesticación bien moral o el bien natural, y el mal moral y sin meta ni clausura. Hacia atrás no hay o el mal natural. Con ello se abre la puerta vuelta posible por obra de la represión tanto a las grandes gestas heroicas como y hacia delante la realización es siempre a las mayores perversiones de la humani- asintótica. Es la imposible realización de dad (10). una diferencia insoluble, que sostiene al Se originan muchos malentendidos deseo como perenne. La violencia estalla en la relación entre pulsión de muerte, cuando, en lugar de soportar la diferencia agresión y destructividad. El que haya una como causa, y deseo es siempre diferen- imposible satisfacción, un resto pulsional cia, se apunta a la anulación de la diferen- constante, nos da cuenta, en última ins- cia con el objeto meta. Se busca, así, la in- tancia, de la impotencia del sujeto frente diferencia que finalmente culmina con la a lo real. Lo que antes no fue y después ruptura del orden simbólico. no puede ser, no puede ser abarcado ni La pulsión de muerte no es lo puro aprehendido ni gozado. La pulsión de desligado sin más, sino lo que apunta a muerte en sí misma no es ni violencia ni desligarse en función de la ligazón, que in- tendencia efectiva hacia la muerte biológi- siste en perpetuar la diferencia para siem- ca, sino el modo que en el sujeto humano pre jamás entre lo esperado y lo hallado. se presenta la negatividad implicada por También podríamos definir a la pulsión de el significante (4). El sujeto atravesado por muerte en la conjunción del goce fálico lo simbólico tiene más bien con lo real con la cosa, como una de las figuras del in- una relación desesperada, y la impotencia cesto. Así podemos entender que el sujeto frente a lo real o culmina en la aceptación humano viva por algo distinto que la vida

104 Angustia-violencia misma y que su plegamiento moral, acatar norma y el sentido común califican como la diferencia, esté siempre, además, atra- tal. Vimos cómo el falo juega un rol central vesado por una elección ética que plantea en la emergencia de la significación, como un precio a pagar por no acatarla. Así, de boya inconsciente de todo decir, en tanto la imposible repetición de un mítico haber todo decir se sostiene solamente sobre la sido, se pasa a la repetición de lo que nun- falta que el falo sostiene en su imposibili- ca fue, nunca es y nunca podrá ser (10) (8). dad, manifestando la imposible referencia No tomar al inconsciente como ór- natural, inyectando sentido y sin sentido a gano natural es lo que hace al psicoaná- la significación, rescatándola de su tauto- lisis irreductible a cualquier alianza con logía objetivante: “Mi madre es mi madre”, las neurociencias o a cualquier otra con- que mata la dialéctica entre el significa- cepción naturalista sobre el sufrimiento do, el sentido y el sin sentido. Pero si esa humano, que sólo apunta al sujeto animal función se trastoca, en lugar de ser mar- de una preservación racional a fines de ca de la imposible articulación, adquiere supervivencia. Justamente porque apunta referencia a una plenitud que solamente a que el sufrimiento humano se constitu- destaca como índice de una naturaleza ye en el nudo de la paradoja ética y lógica bruta, “hay o no hay falo”, como que si lo que trama nuestra existencia. Es en esa hay no falta nada y que si falta puede ha- identificación mínima con la prescripción berlo. Y ese desfallecimiento del falo como de la ley, en esa hiancia entre significa- significante de la falta tanto aparece en la do y sentido sostenida por el falo como estructura perversa como en toda expe- lo imposible, que se establece al mismo riencia traumática grave en el campo de tiempo un ordenamiento entre el bien y la sexualidad. Si el falo no vela, se produce el mal moral, y el bien y el mal natural que un grave defecto en la desnaturalización permite una estructuración y discrimina- subjetiva, por lo que en sus múltiples fi- ción entre preconsciente e inconsciente guraciones imaginarias y reales juegue un y entre el Yo y lo reprimido, solucionando papel tan preponderante en el escenario parcialmente el conflicto insoluble de la de la perversión. Escenario que ya viene paradoja lógica y ética que nos atraviesa. dado por la perversión estructurante en la No en vano, Freud insistía en que la neu- articulación del goce con la ley: “Mi padre rosis era el negativo de la perversión. En me pega, mi padre me ama” (9). la perversión vera, cuyo núcleo esencial Junto a esta falla, se desarticula y se es siempre el sadomasoquismo, el sujeto desautoriza al inconsciente como órgano deviene un ateo del inconsciente. Si no se ético, y la ley moral, lo “Gute” que implica cree en la mítica palabra del padre: “¡Ésta siempre un “Weh”, el silencioso pesar del es tu madre!”, se trastoca la relación con lo desgarro de lo natural, deja de diferenciar- real, fracasa la interdicción y falla el pasaje se de lo “Böse”. Al fracasar, la desnaturali- del estatuto del instinto a pulsión. Se pro- zación subjetiva y creer que se sigue una duce una vanagloria del naturalismo, un ética natural no se discrimina adecuada- hipernaturalismo que deshace la “perver- mente la paradoja de un bien en el mal y sión” normalizante que implica la interdic- de un mal en el bien; deja de funcionar lo ción del goce en lo real, y la entrada en el que debería ser un puro “Weh” de una ne- universo de lo imposible donde imperan gatividad en silencio, de un todo imposible el significado, el sentido y el sinsentido. en la positividad limitada del principio de Como que se denuncia violentamente que placer, y la conjunción entre sufrimiento no hay nada menos natural que lo que la y goce hace estallar el más allá del prin-

Jaime I. Szpilka 105 cipio de placer en lo placentero, se goza salir del “impasse” de un relativismo ético sufriendo y haciendo sufrir, y se sufre go- insoluble. Alain Badiou (1) también lo exi- zando, hay un bien, el mal, y un placer en ge desde el campo de la filosofía a tenor el displacer que se realizan. Como si se im- de la decepción de las ciencias humanas, pusiera el nietzschiano más allá del bien y del descalabro de las grandes empresas del mal, la pulsión de muerte deja de labo- colectivas que llevarían a una supuesta rar en silencio y tiene lugar la gran orgía emancipación y que resultaron un fracaso sadomasoquista. en el respeto de la singularidad y contra El desfallecimiento del falo como sig- la barbarie de lo inhumano, y finalmente nificante de la falta produce, además, una frente a la reaparición de las pasiones re- confusión entre poder performativo y po- accionarias, religiosas y racistas. der legal, tan bien ilustrado por el chiste Podríamos proponer, entonces, que del señor que orina a la vista de todos en la violencia legítima debería, siguiendo al Hyde Park y que, increpado por el “bobby” estilo de las máximas kantianas, implicar de que eso no se puede hacer, contes- un nuevo paradigma ético, una ética del ta burlonamente: “¿Y cómo yo puedo?”. no-todo (no el sacrificio de querer al pró- Esta confusión es lo que otorga al acto jimo como a sí mismo) que consiste en no perverso ese matiz hiperrealista, como si colocar en el otro el propio dolor de existir, la realidad despojada o trastocada de su ni la falta en ser que surge de la constitu- elemento simbólico emergiera como un ción de lo imposible. Y la única razón ética exceso monstruoso que la convierte en que como psicoanalistas podríamos tener extraña y bizarra, como si resaltara una frente al sádico, al torturador, al fanático, naturaleza imposible que antes de la sim- al asesino, etc., es que imputar al otro ese bolización no fue y que es forzada violen- dolor de existir y esa falta en ser los des- tamente a ser cuando después no puede tituye de su condición humana. Esta máxi- ser, cobrando un matiz estético y siniestro ma implicaría quitar a la ética cualquier re- “Unheimlich”, un desvelamiento excesivo manente narcisista donde pudiera caber de los cuerpos en una monotonía porno- la sospecha de revertir en el propio sujeto gráfica donde no se distingue lo vivo de lo el bien realizado en el otro, ignorando al muerto. Es la hiperrealidad monstruosa inconsciente. ¿Habrá, entonces, una sub- que se experimenta, por ejemplo, cuando versión que permite una trasgresión crea- se visita el campo de exterminio de Aus- tiva y que llamamos sublimación, donde chwitz (10). se puede jugar con la ley sin destruir su Claro que nos queda la difícil pregun- esencia? Esa es la nobleza del deseo, que ta de si toda violencia es perversa, si no sin realizarse en la imposible vuelta atrás hay violencias legítimas. Solamente desde ni en ninguna meta hacia delante, marca una ética natural, se puede ubicar al mal con su “esto no es” a la diferencia perenne en una determinada tendencia pulsional, como objeto de su causa y, por lo tanto, ya que desde la paradoja que explicita- propende la transformación. mos, la dirección de la cura siempre debe La angustia es señal del sujeto en tener en cuenta al mal en función de un “souffrance”, entre el antes que no fue y el otro inconsciente. Y, sin embargo, necesi- después que no puede ser, y en su atas- tamos construir una ética mínima radical co deja de circular como lo que un signifi- que pueda emanar de la ley edípica para cante representa para otro significante. La atravesar la paradoja ética del bien en el violencia es el intento de deshacer la im- mal y del mal en el bien, que nos permita posibilidad, y en su versión perversa fuer-

106 Angustia-violencia za la marcha hacia atrás o hacia delante, para una comprensión diferente del signi- transformando en meta al objeto causa ficado, la ética, las pulsiones y, por ende, del deseo en la suposición de que si no la concepción del inconsciente en general. hay prohibición desaparece la imposibili- Dentro de este marco, se intenta un reco- dad; aunque finalmente, en la ruptura de rrido sintético para poder reflexionar so- la diferencia, se termine encontrando con bre dos fenómenos singulares: la angustia el vacío de la cosa. y la violencia. Para eso importa sostener Si el inconsciente es un órgano ético, a ultranza el valor de lo que Freud deno- nuestra tarea es promover y sostener la minó el complejo nodular de las neurosis, experiencia de lo imposible, experiencia porque es la estructura del Edipo, la que, que se reduce en los intentos cada vez en última instancia, implica la verdad de la más actuales de humanizar a lo animal o verdad como falta, y asegura la instaura- de animalizar a lo humano. Como si con ción de lo imposible. el afán de una supuesta armonía y per- fección natural se buscara una cada vez Bibliografía mayor adecuación del sujeto a su objeto, a la verdad como correspondencia y ade- Badiou, A. La filosofía otra vez. Errata Natu- cuación, a la verificación como “Eureka” rae: Madrid. del encuentro perfecto de la razón con la Freud, S. Introducción del narcisimo. Vol. XIV. verdad, y a la creencia de que, a través de S.E. la ciencia moderna, por ejemplo, las neu- ______Proyecto para una psicología. Vol. I. S.E. rociencias, se podrán realizar los mitos del Juranville, A. Lacan y la filosofía. P.U. 1984. ser del saber y de la objetividad. Como si París. se quisiera suponer que el incesto es po- Lacan, J. Seminario del 21.2.1962. Du Seuil. sible. De allí que se hace tan importante París. sostener que la esencia de lo psicoanalí- Mopsik, Ch. Cabala y Cabalistas. Albin, Mi- tico pasa por poder insistir en el valor de chel. 2005. París. lo que Freud denominaba el complejo no- Szpilka, J. Deseo de Filosofía, deseo de psicoa- dular de las neurosis, porque la estructura nálisis. Rev. APM-65.12. Madrid. del Edipo es, en última instancia, la verdad ______La cura psicoanalítica. Tecnipublicacio- de la verdad como falta y la que, por ende, nes. 1988. Madrid. constituye lo imposible (11). ______Creer en el inconsciente. Síntesis. 2002. Madrid. Resumen ______La razón psicoanalítica, una razón edí- pica. Mentecata. 2014. Madrid. Freud, a través de sus sucesivas desna- ______Reflexiones sobre la angustia. turalizaciones subjetivas, creó las bases RUP.114.2012. Montevideo.

Jaime I. Szpilka 107 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios

Alicia Beatriz Iacuzzi*

Preámbulo

“Quiero averiguar si puede haber en el orden civil alguna regla de administración legítima y segura tomando a los hombres como son y las leyes tal cual pueden ser. Procuraré unir siempre en esta indagación lo que la ley permite con lo que el interés prescribe, a fin de que la justicia y la utilidad no se encuentren separadas”. Rousseau, El contrato social (libro I)

onsiderando de actualidad la grave problemática de las vio- lencias domésticas, haré hincapié en el victimario, ya que no SIGNOS Cabundan ensayos al respecto. Considero que desde las evi- dencias clínicas que moran en la institución carcelaria, se podrían aportar hipótesis de trabajo referidas al abordaje del agresor. Este escrito fue germinado a partir de mi experiencia de 25 años de tra- bajo de campo en un espacio privilegiado de encuentro con estos fenómenos clínicos. Así es que presentaré sucintamente algunas reflexiones que reposan en mi propia praxis carcelaria. Si bien Feminicidio o Femicidio se suelen usar indistintamente como categorías homólogas, personalmente hago una diferencia: —Femicidio es una palabra que se instauró para referirse al homicidio de mujeres. —Feminicidio es el resultado de la violencia de género tanto en el ámbito privado como público. En su acepción amplia, engloba un espectro de omisiones y acciones episódicas o permanentes: falta de provisión de alimentos, de cuidados y atención médica, problemas sanitarios, mutilaciones, abortos deliberados de fetos *Alicia Beatriz Iacuzzi de niñas, infanticidio de niñas en países donde se prefiere a los Psicoanalista titular en función didáctica de la varones, discriminación, explotación, violencia social, amenazas, Asociación Psicoanalítica hostigamiento, coerción, privación arbitraria de la libertad, desa- Argentina. Enlace COWAP-Filial Junín pariciones, opresión de géneros, tráfico de mujeres, tortura, vio- de la APA Consultora del Comité lación, descuartizamiento, misoginia, violencia sexual, homicidios Psicoanálisis y Ley de la de trabajadoras sexuales, lesbianas, homosexuales, transgénero y IPA transexuales en zonas de conflictos armados (donde la mujer es [email protected] botín de guerra) o no.

108 Abarca un continuum en el que algu- (1932): la idea es “introducir concepciones nas consumaciones (activas o pasivas) son que aporten mayor claridad al material la antesala anunciada de las que prosi- bruto de la observación”. Dentro de este guen. Dentro del encadenamiento de las universo multiforme, puntuaré –siempre violencias feminicidas, el homicidio (femi- cerca de la clínica– sólo algunos focos cidio) es el eslabón vinculado al momento para dimensionar estas presentaciones en que el agresor comete el asesinato de fenomenológicas. la mujer. En este ensayo me refriré al femi- nicidio en una acepción limitada, aludien- Adentrándonos en la problemática do a formas de violencias domésticas que llegan al extremo de la muerte (femicidio) “Hay que poder imaginar algo distinto a lo que está a consecuencia de conductas de hombres. para poder querer, Desde distintas visiones de la proble- y hay que querer algo distinto a lo que está mática, el derrotero es aportar a un macro para liberar la imaginación”. y microanálisis que favorezca comenzar Cornelius Castoriadis a desenredar cómo es que se encamina el dispositivo asesino, su consumación y En el último decenio se han duplicado las posterior judicialización, y, el después. denuncias por violencias vinculares endo- El feminicidio tiene trascendencia ju- familiares. El 90% de las mujeres latinoa- rídica habiéndose incorporado al Código mericanas de entre 15 y 45 años, pade- Penal Argentino. cieron algún tipo de sometimiento físico o El feminicidio cobija y encierra un me- psicológico, hostigamiento de género. Pre- morándum de opresión patriarcal. Es uno valentemente el atacante es o fue su pareja de los males que afectan a las sociedades. (en ocasiones, delante de los propios hijos Cuando su silueta se hunde en lo trágico, como únicos ‘testigos presenciales’). hace eco la pregunta: ¿psicopatología de La realidad muestra alarmantes ci- la vida cotidiana? Aunque el escenario sea fras de muerte de mujeres acaecidas en- privado, es un problema público. ¿Se lo tre jóvenes y no tan jóvenes parejas. Las privatiza sólo porque acontece en el re- ‘palizas’ de los fines de semana toman la ducto íntimo? La sociedad toda no saldrá delantera en las acusaciones. Familiares y indemne si no abandona la indiferencia vecinos, si bien intuían lo que estaba ocu- ante las contiendas de alcoba que portan rriendo, se sentían inhibidos de intervenir otras connotaciones, presagiándose que en virtud de que infundía temor ‘meterse sus efectos resentirán el por-venir de las en la boca del lobo’ captor. nuevas generaciones. Los autores fueron hombres ‘cerca- Las violencias domésticas existen en nos’ a la víctima. La vivienda es el lugar de todas las ramificaciones sociales pero, o mayor riesgo en relación a episodios acon- bien no es denunciada, o no llega a ser tecidos en la vía publica, por lo que resulta población de una cárcel. Denuncian más complejo interceptar al agresor a tiempo. quienes no tienen nada que perder. Los La mayor frecuencia se viene producien- sectores vulnerables-vulnerados realís- do mediante arma de fuego, arma blanca ticamente no reciben la tutela judicial tal o degollamiento, habiéndose agregado el como rezan las leyes. La angustia queda incineramiento. Los feminicidios de muje- sin depurar ni significar, plasmada única- res quemadas se han incrementado (en mente en papeles. varios casos estaban embarazadas). Que Atendiendo lo dicho por Freud la pareja convierta a la mujer en una pira no puede simplistamente ser contempla-

Alicia Beatriz Iacuzzi 109 do como ‘un arrebato’. En el caso de que la nero y su extremo: el femicidio, dentro de mujer no muera, las marcas en su cuerpo la emoción violenta o dramas pasionales; coadyuvan a que el sobrevivir también sea funcionando como atenuante dentro de la una condena. También terceras personas figura del Homicidio. (hombres y niños) mueren al intentar im- Desafortunadamente, la jurispru- pedir los crímenes. ¡Cuántos jóvenes hay dencia es indicativa de que las sentencias en las cárceles por asesinar a su padre o judiciales enmascaran una justicia pobre padrastro, hastiados de ser espectadores como dádiva para los más menesterosos del maltrato que la pareja le propina a su (‘doble estándar’, según las características madre! Así mismo se cometen “feminici- de las damnificadas). No existe unanimi- dios vinculados”: hijos/as violentados para dad en cuanto a la privación o no de la ocasionarle daño a la madre. ¡Por cada fe- patria potestad a los feminicidas, esco- minicidio hay muchas vidas involucradas! giéndose generalmente que la guarda de Cuando integrantes de la comuni- la prole no quede en manos de familiares dad están afectados de esta manera, toda del mismo. la sociedad se tras-torna, haciéndose ne- La ‘cruzada’ contra este ‘mal’ no pue- cesaria la problematización del desarrollo de acunarse exclusivamente en el Dere- de estas expresiones. ¡Es hora de incluir cho Penal. Sabemos de la ineficacia disua- en la agenda científica el estudio de los fe- siva que porta la sola aplicación de la ley. minicidas! Por ello estimo que es una cuestión de salud comunitaria. Una demanda social Manifiestos de lo abyecto nos está convocando a situarnos en estos planos. Ser psicoanalista en el tercer mi- “La Justicia no defiende lo justo sino lo legal”. lenio es recoger las cataduras mórbidas Michela Marzano de la cultura contemporánea que no ha (filósofa contemporánea) entrado en el gabinete analítico desde el Estamos ante una patología social, que plano del que-hacer. acarrea consecuencias para el destino de las noveles progenies. Ningún estrato Contextuando la problemática social queda inmune. Son alarmantes los “Eso de que ‘hasta la muerte nos separe’ datos de noviazgos violentos (escupirse, es una incitación al asesinato”. empujarse, insultarse, darse cachetazos...) Inodoro Pereyra “Fontanarrosa”, entre adolescentes, donde circula la agre- humorista argentino sión bajo la modalidad estallido-reconcilia- ción. Algunos ni siquiera después de ha- Desde los albores de la humanidad, los ber participado en la comisión de un delito homicidios de mujeres han sido un pattern pueden reconocer la violencia que circula- que nunca ha caducado. No obstante no ba en el vínculo. Sin tratar de equiparar a pueden analizarse al margen de la histo- la víctima y al victimario, de la circulación ria. Ancestralmente, el amedrentamiento libidinal entre ellos también hay que dar y dominio en relaciones cercanas con el cuenta y ocuparse. perpetrador, ofensor con la ofendida, han Los hechos van por delante de las arrojado a lo insidioso e implacable. Des- legislaciones. Justificaciones como “todas de el lugar de chivos expiatorios o víctimas son iguales” o “se me fue la mano”, “fue un propiciatorias, hay que delimitarlos dentro exabrupto”, “tuve un ataque de ira”, etcé- de la coloratura del entramado epocal y tera, pretenden ubicar la violencia de gé-

110 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios los imperativos que le sirven de caldo de filmación de agresiones para hacerlas cir- cultivo. Vaya contrasentido del mega mun- cular por Internet, y de más, favorece no do actual: ¡“Viva la vida”, tan enlazado a distinguir ficción de realidad. Tánatos! El extremo de la violencia intergéne- La violencia se ha internalizado insi- ro está asociado a una asimetría que se diosamente en la cultura. Se trataría de expresa en tensiones hostiles ante la ne- disturbios sociales que exceden (sin de- cesidad de autoafirmación del hombre. A jar de incluirlas) patologías individuales. El tal punto, que el “casi la mato a golpes”, “te trato social se ha tornado violento, exten- voy a matar”, “te voy a mandar al infierno”, diéndose inclusive a ámbitos instituciona- “la próxima te liquido”, “te voy a quemar les. La irrupción del uso abusivo de drogas viva”, han pasado a ser muertes anuncia- promovió otras modalidades de figuras das. De la amenaza se pasa sin más a la delictivas que incluyen violencia y muerte. concreción real. Merecen su atención los procesos Nos queda como interrogante: ¿qué económicos y socio-culturales de los co- puede hacerse con los maltratadores? En mienzos de este milenio, sosteniendo la los últimos tiempos, se ha hecho notoria puesta en escena de componentes tanáti- judicialización de las relaciones interper- cos eyectores que bestializarían al ser hu- sonales. Las relaciones vinculares son mano. Z. Bauman (2005 y 2011) plantea la llevadas a los estrados judiciales en bús- producción global de ‘residuos humanos’, queda de respuestas a una conflictividad los rezagados, degradados, cercenados, cada vez más creciente. Se espera que la parias superfluos quienes están privados ley sancione la regulación del daño produ- de medios de subsistencia, excluyéndolos cible a otro. Pero el dictado y acatamiento o invisibilizándolos. Este veredicto contri- de las normas regulatorias resultan insu- buye subrepticiamente a la creciente pro- ficientes. Los casos de violencia familiar liferación de la violencia. Como mensaje (física, psicológica, económica y sexual) lle- interhumano organizador del psiquismo, van la delantera, enraizada con una moda- se ha perdido la noción de semejante res- lidad violenta de resolución de conflictos, petable. Factores concurrentes de la des- colapsando el sistema de ‘custodia’. tructividad, opresión, agresión, crueldad, Las denuncias por violencia domés- odio del hándicap de los más desvalidos y tica se efectivizan más después del fin de segregados, merecen también miramien- semana. Los denunciados son maridos, tos metapsicológicos. La desgarradura de concubinos y ex parejas, quienes se ensa- un entorno-cascarón protector como vio- ñan también con miembros de la familia, lencia pasivizante, amplifica los alcances sobre todo hijos. del fenómeno. El entorno es un crisol en la Acorde a los bemoles de los linajes producción de lo que a posteriori dis-fun- generacionales, la patología de los ideales, ciona e ingresa en el universo tutelar. la pulsión de dominio, que van más allá En el siglo XXI, el prójimo se ha ido de la violencia necesaria y estructurante, tornando objeto para la satisfacción pul- son transmitidos transgeneracionalmente sional no mediatizable por el deseo. Hoy, dentro de los colectivos sociales. Pudor, los diques se han roto, se perdió la noción repugnancia y compasión serían los di- de semejante humano. Fluye el atractivo ques de contención psicológica para miti- de la muerte como espectáculo y entrete- gar el desprecio hacia semejante humano nimiento, contribuyendo a que el horror y retomar la civilización. El camino será de la realidad a posteriori sea mitigado. La más largo que el tiempo del crecimiento

Alicia Beatriz Iacuzzi 111 exponencial que tuvo la ruptura del instin- sentido sin ti”), pasa irasciblemente al acto. to gregario. La reacción extremada impulsa conductas desquiciadas, ya que el ataque depreda- Cuestiones del gueto doméstico dor va dirigido al cuerpo del otro para causarle daño o injuriarlo, al extremo de “El más tierno y más íntimo de nuestros vínculos no detenerse hasta llegar a la violencia cri- de amor… minal. Pagar con la vida es el precio para lleva adherida una partícula de hostilidad amortizar la ofensa de haber desertado que puede incitar el deseo inconsciente de muerte”. de una relación. Sigmund Freud, Son muchos los hombres tradicio- Consideraciones de actualidad sobre nalistas o machistas con mentalidad en la guerra y la muerte conflicto con la emancipación de la mujer. Recorremos épocas en que Narciso preva- La frecuente identificación con el agresor lece y el interés individualista es afanosa- –hasta el extremo de ser admirado– es el mente buscado. La desmentida de la cas- correlato de posicionarse en el lugar del tración trae aparejado escisiones, impul- poder, del ‘éxito con las mujeres’, aunque sando al acto y a las actuaciones. Se toma haya mediado violencia. El extremo es la a la mujer como una ‘cosa’, como objeto plasmación en Internet de la representa- de pertenencia, y, si se resiste a ello, se ción en el ciberespacio de íconos para la torna ‘desechable’. Para el homicida, en su humorada machista, ilustrativa de la tena- raptus, el trágico feminicidio es ‘la salida’. cidad de emblemas culturales de género Tras argumentos bizarros (“serás mía o de que a su vez los incentivan. De igual for- nadie”, “la maté porque la amaba”, “la maté ma, anuncios publicitarios, telenovelas, porque era mía”), se refleja la represen- películas, programas televisivos, etcétera, tación que está operando en el hombre: naturalizan manifestaciones de violen- prefiere a la mujer ‘ausente’ (muerta), ‘que cia de género, estimulándola. El lenguaje se consuma con el fuego’, ‘que duerma en tampoco es neutral. Existirían conflictos una tumba’, a lo que es vivenciado como (entre los que se pronuncian a favor y en infamia. Revalidaríamos que son prevalen- contra) dentro de los científicos de la Real tes las problemáticas signadas por la clíni- Academia Española en derredor del se- ca de la perversidad y la perversión. xismo en el lenguaje. La discusión gira en ¿Qué ocurre en torno a los patro- torno a que el sustantivo masculino gra- nes de apego? El apego busca mantener maticalmente incluye al femenino, invisibi- proximidad a cualquier precio con alguien lizándoselo. que le es significativo. Enfado, ira, furia y En estudios transculturales, se des- agresión serían el correlato de una matriz taca que las mujeres son consideradas de perturbación del vínculo de apego en blancos fáciles en las manifestaciones de sus vertientes ‘inseguro’ o ‘desorganizado’. las relaciones asimétricas de poder en la Lo degradante y la hostilidad destructiva posición de subordinación que mantienen hacia el partenaire irrumpen cuando está respecto al hombre por mandatos trans- amenazada la seguridad o se pone en generacionales, aún no siendo éstos for- riesgo (pérdida). La aflicción traumática, malizados. sensación de desprotección y aniquilación Si bien es insuficiente en sí mismo, por la disipación de la disponibilidad del celebramos que se haya designado el Día otro a la co-dependencia (“sin ti no soy Internacional para la Eliminación de la Vio- nada, sin ti no puedo vivir, la vida no tiene lencia Contra la Mujer (25 de noviembre).

112 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios Entre todos tenemos que patrocinar un por parte del abusador para asumir una paradigma –con modelos de convivencia posición de poder que redunda en un pacífica– que nos permita vivir con me- sentimiento de triunfo sobre la damnifi- nos toxicidad vincular para no tener que cada, formando parte del patrimonio del lamentar cada vez más el cataclismo de hombre. Como estrategias de poderío, desenlaces fatales. destruye pertenencias y objetos valorados y/o necesarios, utiliza tácticas de espiona- Ahondando en las características je, fiscaliza, extorsiona, instala realidades y dinámica de los ‘climas violentos’ tramposas, monta escenas que inducen sentimientos de lástima, escenifica simu- “—¿Me podrías indicar hacia dónde tengo lacros de situaciones peligrosas, despliega que ir desde aquí? agobiantes monólogos prolongados con —Eso depende de hacia dónde quieras llegar objetivos persuasivos, usa el insulto, la bo- —contestó el gato. fetada... La mujer, respaldada en el “más —A mí no me importa demasiado… te quiero, más te aporreo”, ¿ofrenda-sacri- —comenzó a explicar Alicia. fica su cuerpo a merced del hombre? Tras —En ese caso, da igual hacia donde vayas el anhelo de ser el amo abastecedor (¿re- —interrumpió el gato. —Siempre que llegue a alguna parte presentación del niño maravilloso?) de la —terminó Alicia, dicha única para la mujer, la monopoliza. a manera de explicación. Gradualmente, el victimario la aísla de fa- —¡Oh!, siempre llegarás a alguna parte”. miliares, amigos, estudio, trabajo. La mujer Lewis Carrol. comienza a mentir, dar versiones falaces y Alicia en el país de las maravillas desdecirse para protegerse. Para mante- ner el control de la situación, el hombre le En la escucha de estos conjuntos vincu- hacer sentir que lo que ocurre es por su lares en estados límites, se colegiría que culpa. Así, la negación de las propias per- en las transacciones de su interioridad cepciones es lo más complejo de neutra- se guarecen alianzas inconscientes: con- lizar en las víctimas. La perseverancia en tratos narcisistas y pactos denegativos. el padecer por afecto y la confusión, atur- Desciframos personajes que con saña si- dimiento, desesperación, impotencia y pa- guen condenando a las herejes y ‘brujas’ ralización, explicarían en parte la inacción a la esclavitud, a hacerles la guerra o a la y servidumbre. Dentro de este ‘adoctrina- hoguera. El temor a defraudar a su propio miento’ y ‘secuestro’, se va cayendo en ex- espectador interno inspira obcecadamen- cesos de la pulsión de destrucción y/o de te al hombre a atreverse a la difamación apoderamiento. lapidaria, al atosigamiento, al chantaje Basados en comprobaciones biza- emocional y la habilidad embaucadora rras, las celotipias, los componentes pa- en sus diversas variantes (para ganarse el ranoicos y la obsesión de posesividad amor y confianza o infundir temor) como son los sustratos más enfatizados por recurso recurrente usado para vulnerabi- los hombres que anidan aún al pequeño lizar a la víctima. Esta táctica se utiliza para perverso-polimorfo. Nutrido por la inscrip- amedrentar durante la situación o para ción filogenética del padre de la horda, el promover el silenciamiento posterior. Se ‘soberano’ no siempre logra testimoniar hace aprovechamiento de ‘la ventaja de la trivialidad que liberó su despiadada medios’ (superioridad física, edad, pro- in-humanización. Refrenda la ‘honra fálica’ visión económica, entre otros factores) cuando logra degradar al objeto.

Alicia Beatriz Iacuzzi 113 En la mujer se desplegaría un diso- ner conductas protectoras hacia el hom- ciativo recurso psíquico que le permite do- bre, sosteniéndolo en la validación del lu- blegarse, tolerar el martirio. gar del Ideal. El anhelo de demostraciones Estimo que, a diferencia de otro tipo amorosas del maltratador es la contraca- de homicidios en los que la vida del otro ra, sustento de aportes libidinales. Paulati- pareciera no valer nada, en los feminici- namente, las interacciones empáticas van dios aparentaría que sí. Escudriñando en perdiendo habitualidad. el victimario, un excelso placer pare- Todo lo antedicho se desmadra cuan- ciera ubicarse en el rostro de la víc- do la mujer porta alguna discapacidad (fí- tima, reflejando grados diversos de sica y/o psicológica). Al considerársela de enajenamiento a sus expensas. Ver el menor valía aún, tiene menos alternativa rostro humano aterrado, doblegado, de poner coto al perjuicio. desubjetivado por el sojuzgamiento, Es frecuente que las mujeres retiren o el semblante de la víctima que, ha- las denuncias, connotando colateralmen- biendo sucumbido a la seducción, se te un perdonar implícito de la ofensa al ‘entrega’ al amo dominador, promove- proseguir con la adhesión a la pareja. En ría satisfacción y concupiscencia. Ese ocasiones, en una folie a deux, la expecta- júbilo fundaría una insaciable necesidad tiva se emplaza en una tolerante espera a de repetición. ¿Pulsión escópica y pulsión que cese el maltrato pero no que se casti- de dominio engorrosamente enlazadas en gue al agresor. pro de una ‘seguridad’? El acto irresistible el varón lo ostenta- La subordinación al hombre idealiza- ría y entronizaría como un derecho, sien- do con poder absoluto, incrustado trans- do vivenciado sintónicamente por el Yo. históricamente, ha empujado a la mujer a Las puerilidades son sentidas como des- abnegadas y loables inmolaciones. ¿Anu- provista de malignidad. damiento amor-sufrimiento como ‘pro- En un recorrido balizado por poner a pio’ de lo femenino? Legendariamente, el trabajar los desarrollos freudianos y pos- modo sacrificado de soportar los suplicios tfreudianos, intentaré esbozar una com- (‘sufrir por amor’) se fue instituyendo en prensión (conjeturas psicoanalíticas siem- una virtud, con el consuelo de alguna pro- pre puestas a validación) de la significación mesa de compensación. Se ha acopiado, económica y dinámica de los tras-tornos de a lo largo de la historia, el amalgamar su los circuitos libidinales del proceso de hu- proyecto de vida al estatuto de tener un manización. Fijo a priori que no cederé la hombre que las acoja a su lado, fragilizán- palabra a los pacientes a través de viñetas dolas más al internarse en un patrón de clínicas porque su condición de privados de co-dependencia parasitaria. libertad no lo autoriza, pero ellos me acom- ¿Cómo es posible que con incondi- pañaron permanentemente en los recove- cional convicción se deforme tanatizan- cos de la elaboración de este ensayo. En temente de tal manera la realidad? En los palabras de Green (2010): “el paciente se vínculos de tipo parasitarios, los pactos y esconde entre los pliegues de la escritura”. acuerdos dentro de una pareja para sos- tener el ideal de virilidad fundan colusio- El feminicida. Intento nes que luego se trasmudan en alianzas de aproximación psicoanalítica de pleitesías patrocinadas muchas veces por el temor. El autosacrificio altruista es “La vida cambia. El psicoanálisis también cambia... conexo. Algunas mujeres hasta llegan a te- Conseguí desenterrar monumentos enterrados

114 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios en los sustratos de la mente. Pero allí vestiduras libidinales, ya que de las puer- donde yo descubrí algunos templos, otros podrán tas para el afuera social se muestra afable, descubrir continentes”. gentil. ¿Denuncia de un funcionamiento Sigmund Freud, 1926 psíquico que deja por fuera la represión, escisión del Yo mediante? La reticencia a En la singularidad de cada sujeto con cada la sinceridad y la mala fe para burlar la ley quien, que he abordado clínicamente, me desvanece a veces la posibilidad de inter- he planteado: el feminicidio, ¿qué función venir inicialmente en estas mentes. cumpliría en el equilibrio de la economía El fondo de la muerte suele circular psíquica del autor? ¿Estaría al servicio de en este tipo de vínculos. La víctima se ilu- eludir una disgregación psicótica? ¿La li- siona con la desaparición (remedo del de- beración de las pulsiones parciales obra- seo de muerte en la infancia) del agresor ría como una suerte de retorno-antídoto sin involucrarse en la concreción de esta contra un cuadro subclínico? Como últi- meta. Pero no han faltado casos en que la mo refugio ante la disolución, ¿se apela- mujer agobiada ha cometido ella misma el ría desenfrenadamente a la cancelación homicidio. He supervisado a colegas que virulenta del empuje pulsional? ¿Cómo abordan a estas mujeres (ya en prisión), pensar la eventual identificación del victi- surgiendo interesantes aspectos (“¿Es po- mario con la víctima? El no reconocimiento sible el duelo?, ¿qué peculiaridad adopta?”, de la diferencia de deseos en juego atra- “¿La tendencia al autocastigo es más seve- viesa la dramática subyacentemente. La ra que el que impone la ley?”, y otros). alteridad subjetiva busca ser abolida. Po- ¿Cómo exonerar a las víctimas de vio- niendo a trabajar los desarrollos de Joyce lencia familiar? Se han presentado casos McDougall, el agresor, al intentar recrear de solicitud de indemnización. Pero… ¿y fallidamente la ilusión de unidad con la la reparación de la economía psíquica? Se madre, no tendría borde para contener impone la pregunta: ¿cómo erguirse para el enfurecimiento. Aparece muy temida seguir? la apatía conyugal y la eventualidad de Surgen otros interrogantes: ¿es pura separación o toma de distancia del otro, descarga hacia un ente corpóreo? ¿Qué vivenciada como persecutoria y mortífera. deseo se satisface en la evacuación? ¿La Para mantener la homeostasis, se defien- descarga en sí misma? ¿Cuál es la quime- de de traumas precoces con una implaca- ra que subtiende la descarga? Habría que ble resistencia. Concurrentemente, desde pesquisar las diversas legalidades: ¿existe resabios de megalomanía infantil de la distancia yo-objeto?, ¿existe tensión inter- consagración narcisista, la abolición de los subjetiva?, ¿o hay abroquelamiento? No diques morales se intercalaría en los veri- habiéndose logrado la necesaria rasgadu- cuetos de la dramática. En el devenir de ra del narcisismo primario para dar paso la infancia, el rehusamiento pulsional y las al narcisismo secundario (Narcisismo guar- renuncias cotidianas propician conquis- dián de la vida, Green, 1990), ¿el objeto es tas que re-sitúan al humano en lo social. inquirido en una tentativa de fusionarse ¿Cómo, para qué y por qué se viciaron es- a él en busca del paraíso perdido? ¿Es un tos procesos? ataque donde el otro no cuenta como tal? En simultáneo, la doble fachada de El placer en juego de las pulsio- lo escindido, cuando eclosiona obscena- nes agresivas es controlar y dominar mente, desconcierta e impacta. No se ob- cínicamente a la persona que se con- serva en el agresor retracción de otras in- vierte en objeto con rostro humano

Alicia Beatriz Iacuzzi 115 aterrado, des-subjetivado y menos- no calibrados ni interceptados a tiempo? preciado. Los vestigios de las constelacio- Por la concepción de prójimo como nes preedípicas y las pulsiones parciales amenazante, no faltan a la cita componen- prevalecerían. ¿Qué es lo investido libidi- tes paranoicos reveladores con caracte- nalmente? Las mociones hostiles dominan rísticas delirantes. ¿Es en el hueco de la y sofocan con efecto barrido las represen- escisión donde aparece el pasaje al acto? taciones cariñosas, de reconocimiento. No Frente a las fallas en la constitución del le temen a la ley procurando que la víctima psiquismo, ¿estaríamos ante ‘patologías les tema a ellos. El resentimiento y ven- residuales’? ¿Vasos comunicantes con la ganza por la evidencia de la inexistencia psicosis? ¿O estructuras no-neuróticas del poder alimenta el vértigo del summum funcionando con la lógica de la desespe- extremo del homicidio. El carácter demo- ración (Green, 2005)? níaco de las pulsiones y lo indisociable de Las contribuciones del Dr. Kancyper lo erótico y destructivo dicen presente por (Resentimiento terminable e interminable, la falla en la regulación inter-instancias. 2010), referidas a “trauma encubridor”, Escuchamos a mucha gente que se funcionando en sincronía con mociones sorprende ante el hecho de que sea toma- anímicas de la memoria del pavor y del do el cuerpo de la mujer como escena de rencor, aportan claridad y brújula en la un crimen, argumentando que nacieron clínica del desmontaje de las violencias. del cuerpo de una mujer (la madre). ¿Se En estas psicodinámicas de resentimien- aludiría a la posibilidad de ‘estragos ma- to patológico, la desdicha por agravios (a ternos’? ¿La imago materna tornose acen- diferencia de la memoria del dolor, que tuadamente peligrosa? El desasimiento de acepta con pena la castración de la reali- lo que podríase llamar ‘complejo materno’ dad) se torna implacable e indetenible al no se cumplió o sufrió postergaciones. momento de la descarga. Cuando la re-edición no tolerada del retra- De cara al abordaje psicológico a pos- to materno aparece, imperaría el arrojar teriori del dictado de la sentencia judicial fuera de sí lo ominoso inquietante. por feminicidio, es sustancial explorar y El “no matarás” inscribe a un sujeto en ocuparse de la ‘autopsia psicológica’ del la cultura. ¿Qué circunstancias detonan con victimario, la cualidad y la función del ob- masividad en un momento dado? ¿Huellas jeto y su nueva morada. ¿Cómo se alber- y memorias de las series complementarias ga a la víctima? ¿El Yo puede identificarse que empujan como exigencias indómitas con ese objeto? ¿El objeto ejerce algún de la pulsión hacia una tragedia? ¿Desmez- tipo de persuasión moral como W. Baran- cla pulsional, defusión libidinosa tanática ger (1961) propuso en el “muerto-vivo”? que con energía pulsional se descarga pri- ¿Hay pena durante el cumplimiento de la mitivamente por el polo motor? condena? ¿Qué se perdió con la pérdida? La gradación del vector proximi- Remarcaría tres aspectos importantes: dad–apartamiento pareciera dar lugar la subjetivación de la escena del crimen; a la emergencia de los desenlaces fata- dónde y cómo queda la víctima dentro les. ¿Miedo a la separación, desamparo y del mundo interno de victimario; y, si se abandono? hace un proceso de duelo (¿se podrá ha- Si una relación objetal está atrave- cer el duelo de un objeto que no se estu- sada por sesgos narcisistas, ¿estaríamos vo dispuesto a perder?), qué modalidades ante las vicisitudes, riesgos y peligros de adopta. La cualidad de la angustia ante la reajustes de fracturas e injurias narcisistas pérdida del otro significativo desde algún

116 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios lugar, ¿qué singularidades toma? ¿Se hace visual (expresiones del rostro, mirada, ges- presente la turbación por la víctima; o, por tos, mímica, ademanes, y más), así como lo contrario, se insiste en su deshonra o la posterior puesta en figuración que hace acusaciones y reproches hacia el objeto? el analista. Me permito aquí hacer una Cuando la víctima desestimable es pequeña digresión: al momento de justi- incorporada simbióticamente como parte preciar un proceso clínico en marcha, par- del Yo, en ocasiones el victimario se suici- ticularmente dentro de los destinos del da luego de cometer el feminicidio. sentimiento de culpa, considero relevante Si bien no me abocaré a ello aquí, no poner el acento en vislumbrar si el sujeto se podrían dejar al margen a las víctimas es atravesado por una vivencia de extra- colaterales, los huérfanos, aquellos que ñamiento respecto de sí en relación a lo reciben efectos contaminantes en for- ocurrido, y en la diferencia entre arrepen- ma directa, los ‘equivalentes feminicidas’. timiento y remordimiento. Todo el mundo personal y social de estas Ver las tinieblas genera una sobre- criaturas se ve perturbado. carga de las investiduras preconscientes Aclarando que ansiar comprender del analista. Y después, más allá de las no es justificar, y dejando de lado el furor resonancias (psico-somáticas inclusive), curandi, estamos ante una irrefutable rea- cuesta mantener el aplomo, sostener la lidad clínica. Freud (1905) ya nos advertía: sutileza analítica… “quien convoca los más malignos demo- Para desencadenarse un acto violen- nios que moran, apenas contenidos, en to, se requieren variables que impidan la un pecho humano y los combate, tiene eficacia de los procesos secundarios en que estar preparado para la eventualidad la dimensión inhibidora de la malignidad de no salir indemne de esta lucha”. En la componente de la pulsión de apodera- forma de pensar, la clínica de las organi- miento. La coparticipación de fallas en la zaciones borderline, a predominio del mo- arista reguladora del principio de realidad delo del acto, es nodal escoltarnos con la da lugar a la descarga de aflujo desmesu- segunda tópica freudiana y sus afluentes. rado de lo indómito. Así, la factibilidad de No resulta fácil acompañar al suje- instalar represiones secundarias sobre to para que la roca de su narcisismo ar- las primarias acotaría la contingencia de caico sea atravesada por la angustia de la emergencia masiva de lo pulsional so- castración. Más aún por estar privados terrado, en su característica de anárquica de libertad por mucho tiempo, obstruyén- infantil y de la organización pregenital de dose investir un por-venir. El fantasma de la libido y sus desvíos. Empatizando con el sucumbir a la autodestuctividad que flota modelo de la Tercera Tópica (Green, Ma- en la atmósfera carcelaria exige un enérgi- rucco, Zukerfeld y otros), considero que co compromiso contratransferencial para para aspirar a vincular de algún modo los que se pueda proseguir con alguna otra aspectos escindidos, se impone un ana- manufactura psi. Pero es en ese escenario lista en operaciones que se entenderían transfero-contratransferencial donde se como procesos terciarios (ponen en rela- jugará lo intra clínico. ción los procesos primarios con los secun- Porque no se da la sonorización de darios para que los primarios limiten la sa- la sintaxis de los afectos ni de sus pensa- turación de los secundarios, y viceversa). mientos, para el proceso clínico acredita- Por las condiciones particulares de ría que cobran relevancias las transmisio- las matrices de estos pacientes, luego de nes metaverbales a través del contacto una antesala de encuentros individuales

Alicia Beatriz Iacuzzi 117 de duración variable según el caso, se pue- de la monoparentalidad no vienen siendo de proponer también la inclusión en un propicias de lo ‘suficientemente buenas’. dispositivo grupal. He comprobado que el Estas filiaciones anidarían disposiciones abordaje grupal cobra eficacia en relación psíquicas hacia diversas perturbaciones. a aspectos efraccionados. Un ‘continente Ciertamente, estas trazas incidirán en las mayor’ es una buena herramienta técnica investiduras de objeto. para que se tejan matrices compartidas Se viene concibiendo que llegar a con más chance de movilidad y fluidez de la masculinidad es más sencillo que ‘lo los hechos transferenciales a los que el femenino’. Las evidencias muestran el analista tendrá que dar figurabilidad. colapso de este modelo del sobreenten- Esta telaraña trae aparejados dema- dido obvio, que, por malogrado, merece siados interrogantes, pero estas hipótesis ser des-armado. La asociación del estí- de trabajo serán seguramente simiente mulo materno y el paterno para ser hom- para relanzarlas a otros miramientos e in- bre es el nexo para la salida al mundo. dagaciones integradoras de investigacio- Una antología de refranes, bromas, nes empírico-clínicas (Leuzinger-Bohleber). chistes, acertijos humorísticos (¿En qué se parecen un hombre y….?”), dichos po- La masculinidad y sus voces pulares, letra de canciones y parodias, connotan sarcasmos respecto a la vincu- “La metapsicología sólo sirve para pensar. Y siempre lación entre los géneros, etcétera. con posterioridad, no en el sillón del analista, Abuelo, padrastro, concubino de la sino en aquel madre, cuidadores, tutores, son cada vez donde se sienta ante la hoja en blanco…” más victimarios de ultrajes varios. Desde A. Green, 1982 la perspectiva psicoanalítica, amerita pen- sar el complejo proceso de la construcción El lado oscuro humano ha salido del clo- de la subjetividad masculina en este mile- set. En lo relacional, asistimos a una épo- nio. Nos incumbe interrogarnos: ¿cuáles ca de revuelta de roles parentales; hom- son los aspectos que convergen en la evo- bres que se transforman en mujeres, lución del devenir hacia la virilidad? Cabe hombres que desean ser madres, hom- interesarnos acerca de las marcas de fu- bres que desean hombres, mujeres que tilidad que dejan las dificultades en la fun- han masculinizado su conducta social, dación, desarrollo y destinos de la sexua- etcétera. Las representaciones colecti- ción y la masculinidad en estos comienzos vas no siempre recusan la validez de las del siglo XXI. Conocidos son los rituales de hipótesis endogenistas. Incumbe aten- ‘pruebas de virilidad’ que el varón se ha der la cimentación del sujeto humano y visto compelido a transitar a través de los el malestar del varón desde los estadios tiempos para ser reconocido en su honor tempranos de la estructuración del psi- como hombre. Ante el ver pulverizado su quismo para la adquisición de la subjeti- rol preeminente, se viene confundiendo vidad sexuada y las modalidades propias autoridad-poder. Lograr por la fuerza im- de procesamiento de la hostilidad desde poner poderío se instituye en emblema las identificaciones primarias. celebrado. El prototipo de masculinidad En las clases sociales desprotegidas hegemónica se encuentra bombardeado —medio de procedencia mayoritario de y amenazado. Una variable a considerar la población carcelaria—, el curso de las es que la mujer ha ido insertándose en funciones de la crianza (sostén, y otros) lugares sociales, que era prerrogativa de

118 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios los varones, promoviendo repudio en el entre los sexos y la diversidad de géne- molde del colectivo hombre. ¿Qué ocurre ros ha tenido una escalada pasmosa. De- con el varón desertor que rehúye (por el bemos precavernos para que los huma- creciente abandono) de la función pater- nos no degeneremos en monstruos. na? ¿Cuáles serán sus efectos en cuanto a El relato bíblico reza que la mujer retornos sintomáticos cuando prospera la surgió de la costilla del hombre. La obli- desolación en la prole? gación de obedecer a los poderes plenos Que la mujer se haya corrido del lu- del cónyuge, la prohibición de deshonrar gar de dependencia ha promovido heridas al esposo mediante adulterio, etcétera, lacerantes. La fémina se ha escapado del legendariamente han sido considerados control masculino. Estos reordenamientos preceptos sagrados. Jessica Benjamín de la mujer en su alteridad, ¿dejarían de ser (1988) alerta que las relaciones de domi- coordenadas que organizan el sostén inter- nación y sumisión es un proceso comple- no del varón? Desahuciados por lo intolera- jo que atrapa a ambas partes en lazos de ble de esta situación amenazante el ‘sexo complicidad. Esto implica también afron- fuerte’, apela como reaseguro a paliativos tar la persistencia de las mujeres en re- exacerbados, erotizándose la violencia. El laciones destructivas, el permanecer en manejo de la hostilidad, la agresividad y el dinámicas de maltrato por esclavitud poder reclaman un notable esfuerzo para afectiva, ya que oculta relaciones de po- arribar a nuevos procesamientos. Son pu- der de género dentro de la pareja. Estas silánimes tanto ante la excesiva proximidad coyunturas, que muestran los restos de como la distancia o alejamiento del otro. De subjetividad en una folie a deux en des- allí que se afinque la necesidad de limitar y trucción recíproca, ameritan intervencio- controlar el intersticio con el objeto. Freud nes vinculares que, aunque formalmente apunta que ‘lo siniestro’ hace su aparición sean dificultosas, no son quiméricas. cuando vestigios de mociones primarias Apremia revisar la concepción de se vivifican por impresiones que proceden mujer que se anida en el imaginario co- del afuera, afectando a los más queridos. lectivo, para que a ese magma emergen- Estas heridas han llevado a ‘una protesta te dé más chance de acunar a las nuevas viril’ con aristas patógenas. El pasaje al acto generaciones desde el respeto y cuidado se convierte en la vía por la cual el acoso y del semejante humano. Se impone enar- el poder sobre la mujer, se hallarían adhe- bolarse para salvaguardar el psiquismo ridos a una “locura de dominio”. Se ha transgeneracional. sustituido –y sobreinvestido– el placer de amar por el de someter. Desde la animali- Acerca de los amores (¿?) que matan dad instintual latente, se enfatiza el frenesí que desata el matar en estos casos. El in- “Aunque el mundo se fuera a acabar mañana, flujo de las manifestaciones de las pulsio- todavía hoy plantaría un árbol. Y esta nes de la historia pregenital comandando y es mi manera de plantar el árbol”. operando en la eclosión de los vejámenes, Martín Luther King produciría la caída de los garantes en el seno de la dramática vincular. Más que la La Justicia está materializada en la figura pérdida del objeto en sí, se me presentaría de una mujer. El feminicidio la interroga a una pérdida de sentido. través del sistema judicial. Pero como se ¿Cómo advenir hombre no vilipen- suele pensar en dos destinos: internación diado sin lacerar a la mujer? La tensión psiquiátrica-cárcel, también interroga al

Alicia Beatriz Iacuzzi 119 sistema de salud. Las ciencias sociales y —Revisión de la concepción de la cár- políticas, al unísono con lo jurídico y judi- cel como rincón destinado a los atávicos. cial, deben trabajar para rescatar a las —Medidas para monitorear al agre- víctimas de la violencia, y también a los sor (pulseras de vigilancia electrónica). violentos (en esto hago hincapié) de esta Aunque no existan antídotos, la seguridad guerra fratricida. se hace entre todos. Es alentador que, por Freud invitó a atender lo dicho por ejemplo, algunos hombres se hayan movi- Platón: “El virtuoso se contenta con soñar lizado para no apañar ni encubrir abusos lo que el malvado hace realmente”. No de género, y así cambiar el porvenir de sus obstante escucharse que no hace falta hijas. ocuparse de la re-inserción social de los Es perentorio articular sin desdén Sa- feminicidas (porque deberían ‘podrirse en lud <-> Seguridad. Si bien sin lo jurídico el la cárcel’), que sólo queden desaprensi- sujeto quedaría arrojado sólo a sus pulsio- vamente tragados por el hueco de estas nes, el aumento punitivo y de la persecución colapsadas instituciones, no alcanza ni sir- penal no resuelve en sí mismo el panorama, ve. Hay que forjar prácticas sociales en las más aún sin otras propuestas doctrinales. que cada quien realice sus funciones con Nos ataña hacer el viaje por la experiencia eficiencia, responsabilidad y ética. de trabajar con pensamiento clínico —en Así es que trasunta que congruen- el decir, de Green (2010)— con sujetos víc- temente no podemos dejar de pregonar timas y victimarios para que problemáticas que la meca como centro específico es la no terminen sólo judicializándose. Salud Pública. Habría que diagramar en- trecruzadamente Programas de Preven- Palabras finales (pero no últimas) ción Primaria monitoreados en su siner- gia, coordinación, operativización y efica- “Me gusta la gente que no hay que decirle cia con estrategias creativas que incluyan que haga las cosas, en simultáneo varios canales. Sólo por sino que sabe qué hay que hacer y la hace”. mencionar algunos: —Medidas comunitarias (fórum de Mario Benedetti hombres para reorganizar las masculini- dades, trabajo en grupo con hombres vio- Sin olvidarnos que somos analistas, el de- lentos que quieran recuperarse; que des- safío entonces es intentar el cambio en el de las ONG, centros culturales y barriales, hacer desde el adentro de las inquisidoras las universidades, etcétera, se impulsen miserias múltiples que mantienen cautivas iniciativas para el mejoramiento del índice a las instituciones involucradas. Es un ob- de desarrollo humano). Medidas sanita- servable que en su mayoría son mujeres rias, laborales, educativas, publicitarias, y las profesionales que abocan su capital li- más. bidinal a estas contingencias humanas, ya —Medidas para formar a funciona- sea desde la víctima como el victimario. No rios, jueces, policías, trabajadores socia- es una buena idea que los varones sean les, médicos, enfermeros, para enmarcar más esquivos a estos albures. y monitorear las praxis, y que no se des- La demanda de escucha de los agre- acoplen o deslicen hacia lo administrativo sores —tanto de motus propio como por (incluyendo medidas para salvaguardar a coacción (por orden judicial)— tiene que las potenciales víctimas: alarmas de auxi- encontrar también lugar dentro del ámbito lio, por ejemplo). de la salud mental.

120 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios Discernimos que es muy tortuoso do. Es este un alegato para que saquemos mantener la neutralidad. El analista pue- nuestras herramientas para agasajarlas, no de ir perdiendo perspectiva, corriendo el esquivando iniciar un viaje que nos traslade riesgo de deslizarse hacia intervenciones a la escena clínica con una escucha invis- meramente superyoicas. Muchas veces se tiente de lo que está depositado en el ‘patio producen dolorosas ‘asimetrías’ entre el/ de atrás’. Me contentaría que este bosque- la consultante y los psicoanalistas entre- jo provisional de ideas sirva de embrión nados en los cánones del consultorio, al para estimular nuestro narcisismo trófico concebírselos como ‘pacientes de segun- y así sortear vallas externas y resistencias da’. Esto abona la ruptura de los enlaces internas que ponen márgenes a nuestras intersubjetivos deseables para algún tipo maniobras clínicas. La Humanidad no pue- de intervención clínica. Sería atinado que de extinguir las tempestades pero puede el movimiento psicoanalítico mantenga vi- evadir que la devaste, cayendo en embos- taliciamente llameante la antorcha que en- cadas mortíferas. cendiera Freud, ensanchando su herencia. Puedo dar cuenta de la soledad de Poniendo en relación sus bases, podremos nuestro trabajo en el campo forense. No allegarnos a fenómenos que fogonean des- obstante estar enterada por experiencia de el paradigma de la violencia y la pulsión propia, que es espinoso hacerse cargo de de destrucción instalada en la cultura. Es la gente-lastre (aspectos compartidos en una falacia (mero error de razonamiento diálogos con la Dra. Estela Welldom), aspi- no atravesado por la premisa de una ex- raría a que no nos presentemos ‘faltos de periencia que le dé sustento) desacreditar competencia’. intervenciones clínicas en penitenciarías, ya Encontrar la manera de tratar a suje- que a mediano o largo plazo el encarcela- tos de esta talla suele convertirse en una do obtiene beneficios externatorios que lo odisea. Soy testigo de que hace a la actitud de-vuelven a la sociedad. Cuando un psi- clínica encontrar la templanza para efec- coanalista se ‘instala’ en la complejidad del tuar el pasaje de sujeto juzgado a sujeto sitial de la institución carcelaria, tiene que paciente. Creo oportuno traer aquí lo que desmontar los desatinos que pretenden plantea D. Winnicott como ‘gesto espon- mantener maniatadas las funciones clíni- táneo’ en cuanto al movimiento del infans cas. Aprendí que de la incredulidad psico- que se aventura hacia lo extraño para inau- terapéutica resulta una actitud iatrogénica gurar mundos más o menos magnánimos. y dañina para nuestra disciplina. Siguiendo Para luego ir dando lugar al campo de los la perspectiva de A. Green, el encuadre in- fenómenos transicionales. Existen rendijas terno del analista, aunado a los procesos que hacen propicia la posibilidad de una terciarios, juega un rol decisivo. relación de objeto con el analista para no Sería deseable que la teorización flo- seguir alimentando la desobjetalización. A tante (P. Aulagnier, 1977) coadyuve a pro- esta operación que determina la transfor- cesar la experiencia clínica. Ubicados en mación de procesos en objetos, Green la la encrucijada de la realidad psíquica y la denominó “función objetalizante”, dándose social (a la que también pertenecemos), más chance al investimiento y al predo- se exhorta a participar y avanzar con en- minio de las intrincaciones pulsionales. El tusiasmo en el diseño de prácticas en re- tiempo de condena legal, en principio, es lo des transdisciplinarias con intervenciones suficientemente trascendente para que los en contextos diversos. Estamos invitados profesionales psi se sitúen y consigan esta- al ágape que Eros y Tánatos han organiza- blecer un contrato terapéutico para iniciar

Alicia Beatriz Iacuzzi 121 (y luego avanzar hacia la adherencia a algún mujer. Aludiremos el feminicidio como la tipo de tratamiento) la siempre inacabable forma de violencia doméstica que llega al tarea de enlazar las cadenas de Eros des- extremo de la muerte. de la perspectiva greeniana. Empero, para La demanda de escucha de los agre- que el tránsito al que alude Winnicott sea sores tiene que encontrar también lugar franqueable sin desvanecer, las institucio- dentro de nuestro ámbito, ya que, a me- nes psicoanalíticas de pertenencia deben diano o largo plazo, el encarcelado ob- funcionar como piso firme-sostén de va- tiene beneficios excarcelatorios que lo lidación de esta clínica. En mi experiencia de-vuelven a la sociedad. En una invita- carcelaria, la receptividad y aceptación del ción a trabajar para rescatar a los sujetos receptáculo psi es significativa, producién- violentos, la idea es aportar a un macro dose generalmente transferencia con el es- y microanálisis que favorezca comenzar pacio clínico y la intersubjetividad. Aspectos a desenredar cómo es que se encamina nada despreciables si lo pensamos como el dispositivo asesino, su consumación y oportunidad para iniciar algún tipo de re- posterior judicialización. Desde las eviden- corrido tras-formador, sobre todo porque cias clínicas recogidas durante 25 años de dejan ver que no son sujetos que sólo van trabajo de campo en una institución car- a la búsqueda de lo catártico. celaria, se aportan hipótesis de trabajo re- A partir de la fraternidad humana y el feridas al abordaje del agresor a posteriori instinto de conservación, elevo con mi voz del dictado de la sentencia judicial. difundiendo que –dentro del vía crucis del linaje humano– ello es factible. La Dra. Eva Resumo Giberti plantea la necesidad de revaloriza- ción de los agentes de salud involucrados No século XXI a violência se internalizou en la acción pública con anclaje social, no na cultura. Houve aumento nas violências secundarizando en nuestra formación la vinculares endofamiliares, e seus efeitos conciencia comunitaria y ciudadana. se refletem no porvir das novas gerações. Considero atual o tema do femini- “Una cosa es no tener respuesta y otra no cídio, enfocando-o desde o autor, uma tener escucha (porque ni siquiera hay interés)”. vez que não abundam escritos a respei- Silvia Bleichmar (2011) to. Dentro do encadeamento das violên- cias familiares, o homicídio é o elo per- Resumen dido no momento em que o agressor comete o assassinato da mulher. Aludirei En el siglo XXI, la violencia se ha interna- o feminicídio como forma de violência do- lizado en la cultura. Han aumentado las mestica que leva ao extremo da morte da violencias vinculares endofamiliares, y sus mulher. efectos resentirán el por-venir de las nue- A demanda de escuta aos agressores vas generaciones. tem que encontrar também lugar dentro Consideré de actualidad la proble- do nosso âmbito, já que a médio ou lon- mática del feminicidio, enfocándolo des- go prazo o encarcerado obterá benefícios de el autor, ya que no abundan ensayos que o devolverá a sociedade. É um con- al respecto. Dentro del encadenamiento vite trabalhar para resgatar os sujeitos de las violencias familiares, el homicidio violentos. A ideia é contribuir para uma es el eslabón vinculado al momento en macro e micro análises que favoreça co- que el agresor comete el asesinato de la meçar a desenredar como é que se enca-

122 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios minha o dispositivo assassino, sua consu- BADIOU, A. (2012). Elogio del amor. Editorial mação e posterior judicialização,desde as Paidós. Buenos Aires. evidências clínicas coletadas durante 25 BARANGER, W., y otros (1980). “El corruptor y la locura”. Revista de Psicoanálisis de la anos de trabalho de campo em uma ins- Asociación Psicoanalítica Argentina N. 3, tituição carcerária e contribuir com hipó- 1980. Buenos Aires. teses de trabalho referidas na abordagem BAUMAN, Z. (2005). Vidas desperdiciadas. La do agressor após sentença judicial. modernidad y sus parias. Ed. Paidós. B. Aires. Sumary ______(2011). Daños colaterales. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. BAUMAN, Z., DESSAL, G. (2014). El retorno In the XXI century, violence has been inter- del péndulo. Sobre psicoanálisis y el fu- nalized in the culture. Increased domestic turo del mundo líquido. Editorial Fondo relational violence and its effects resent de Cultura Económica. Buenos Aires. the future of new generations to come. BENJAMÍN, J. (1996). Los lazos del amor: psi- coanálisis, feminismo y problemas de do- I have considered femicide as a to- minación. Ed. Paidós. B. Aires. pical subject, approaching it from the au- BLEGER, J. (1966). Psicohigiene y Psicología thor given that there are not many essays institucional. Editorial Paidós. Buenos on such subject. Within the chain of family Aires. violence, homicide is the link where the (1987). Temas de psicología. Editorial Nueva Vi- sión. Buenos Aires. offender commits the murder of the wo- BLEICHMAR, E. (1998). La sexualidad femeni- man. Femicide is taken here as the form of na: de la niña a la mujer. Ed. Paidós. B. domestic violence that reaches the death Aires. BLEICHMAR, S. (2006). Paradojas of the woman. de la sexualidad masculina. Ed. Paidós. Offenders demand to be listened, B. Aires. such demand should be considered in ______(2014). Las teorías sexuales en psicoaná- lisis. Ed. Paidós. Buenos Aires. our areas because in the medium or BOURDIEU, P. (2000). La dominación masculi- long run the prisoner will get released and na, Editorial Anagrama, España. will return to society. BURÍN Y MELER, I. (2000). Varones, género y This is an invitation to work with the subjetividad masculina. Ed. Paidós. B. aim of rescuing the violents, the idea is Aires. (2003). Cuerpos que importan. Ed. to provide a macro and micro analysis BUTLER, J. Paidós. B. Aires. to unravel the murderer mechanism, its CASTORIADIS, C. (1992). El Psicoanálisis, Pro- consummation and subsequent prosecu- yecto y elucidación. Ed. Nueva Visión. tion. Clinical evidence collected over 25 Buenos Aires. years of fieldwork in a penal institution pro- CHASSEGUET SMIRGEL, J. (1977). La sexuali- vide hypothesis related to the approach of dad femenina, Ed. Laia. Barcelona. CÓDIGO PENAL de la República Argentina. the offender, following the official verdict. COROMIDAS, J. (1983). Breve diccionario eti- mológico de la lengua castellana. Edito- Bibliografía rial Gredos. Madrid. DENIS, P. (2005). “La cuestión del dominio en ABADI, GARMA, YAMPEY y otros (1973). La psicoanálisis” – Conferencia UCES. fascinación de la muerte. Editorial Pai- ESPÓSITO, R. (2006). Bios, Biopolítica y Filoso- dós. Buenos Aires. fía. Amorrortu Editores. Buenos Aires. AGAMBEN, G. (1999). Homo Sacer: el poder FAUCAULT, M. (2008). Vigilar y castigar. Siglo soberano y la nuda vida. Editorial Pre- XXI Editores. Buenos Aires. Textos. Buenos Aires. FREUD, S. Obras completas, Amorrortu Edito- AULAGNIER, P. (1979). Los destinos del placer. res. Buenos Aires. Editorial Petrel. Barcelona. GILMORE, D. (1994). Hacerse hombre. Concep-

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124 Intersticios de las violencias feminicidas y sus excesos. Feminicidios Vitalizando el objeto interno en la depresión crónica. Reporte de caso

Aira Laine*

Aira Laine ha sido galardonada con el Premio al Servicio Excepcionalmente Meritorio a la IPA. Pao- lo Fonda, director del Instituto de Psicoanálisis de Europa del Este (PIEE), le entregó el premio en el Congreso de Boston en 2015, en reconocimiento a su compromiso con el desarrollo del psicoanálisis en Europa del Este.

ace más de 25 años, una mujer médico me contactó con motivos profesionales. Pretendía obtener ayuda en su tra- Hbajo, pero pronto me quedó claro que ella tenía, además, motivos de consulta personales. En su etapa de estudiante, Anja

LA BRUJA había iniciado contacto con una mujer psiquiatra. Mas apenas cua- tro meses después de haber iniciado el tratamiento, la psiquiatra se trasladó a vivir a otra ciudad. Esta situación conllevó un trauma profundo para la paciente. Luego de un tiempo, comenzó a llevar un proceso psicoterapéutico con un psicoanalista varón. Sin em- bargo, la relación de ambos también se interrumpió a la brevedad, tras una rabieta por parte de la paciente. A pesar de la situación, Anja había sido capaz de trabajar en su profesión sin interrupcio- nes; casi de inmediato comprendí cuán grave era el riesgo suicida en que se encontraba, por lo que propuse iniciar el análisis cuanto antes. En los inicios del tratamiento, cuya extensión total fue de aproximadamente 20 años, Anja tenía 37 años. El análisis se efec- tuó a razón de cuatro veces por semana durante los primeros cua- tro años. Después, el número de sesiones se incrementó a cinco * Aira Laine es un distinguido miembro de por semana, durante 12 años más; una vez que nos acercábamos la Sociedad Psicoanalítica hacia las etapas finales del tratamiento, volvimos a las 4 sesiones de Finlandia y Directora Adjunta del Instituto por semana propuestas inicialmente. Psicoanalítico Groen- Anja fue hija única de una madre trabajadora del área de sa- Prakken Han de Europa del Este (PIEE) lud. A los 29 años de la paciente, ambos padres ya estaban reti-

125 rados. Anja vivió una etapa con múltiples hasta sus señales más pequeñas, y estar crisis durante ese año: su abuelo paterno presente tan intensamente como me fue- y su abuela materna murieron, sus padres ra posible. A pesar de todo esto, ella no se separaron y Anja Comenzó una relación me irritaba. Después de unas semanas, con Tom, un hombre 20 años mayor que tuve una fuerte sensación de que Anja te- ella, que tenía una relación de familiaridad nía la intención de suicidarse. con el padre y ejercían el mismo oficio. Le pregunté: “¿Vas a matarte?”. La hija de Tom, quien tendría aproxima- A: “Sí, he acumulado la cantidad sufi- damente la misma edad de Anja, había ciente de píldoras para hacerlo”. muerto en un accidente de tren, apenas Tras la correcta suposición y la inter- algunos meses antes de que Anja cono- vención oportuna, rescaté a la paciente ciera a Tom. Según la propia Anja, ante- del riesgo en que se encontraba. Le pedí riormente tenía una sensación de estar a que devolviese las pastillas a la farmacia y punto de volverse loca, pero encontrarse así lo hizo. con Tom le rescató. Los momentos amenazantes conti- Tom vivía en otra ciudad, por lo que nuaron. En una ocasión, después de una se reunía con Anja únicamente durante sesión muy dolorosa, le pedí que me llama- los fines de semana y días festivos. Tom ra por la noche, asegurándole que si ella llevaba dos divorcios. En el primer matri- no lo hacía, llamaría a la policía inmedia- monio tuvo tres hijos, ahora adultos, y los tamente, para que diera con ella. En otra frecuentaba a ellos y a su ex-esposa. Era ocasión, tras varios intentos de contactar- un deportista bien conocido. la telefónicamente sin respuesta, visité su Anja odiaba a su propia madre, quien casa y le dejé una postal pasando el sobre aún vivía en la misma ciudad donde Anja por debajo de la puerta. La tarjeta, que pasó su infancia. Anja no la frecuentaba; tenía una imagen de un bosque, se volvió rompía los regalos y rasgaba hasta hacer muy preciada para ella. Poco después, me trizas el dinero que le enviaba su madre. comentó que había estado durmiendo en Nunca antes había visto ese tipo de odio su lugar de trabajo para estar a salvo de hacia la madre, en toda mi trayectoria de sí misma. Durante las noches, solía cami- trabajo. De ninguna manera Anja que- nar por el centro de la ciudad cerca del río ría tener mujeres analistas. Ella amaba e y comentó que era incapaz de controlar idealizaba a su padre y al abuelo materno, sus propios impulsos. Dijo: “Usted puede quien fue muy importante para ella. Anja ver que aquí hay alguien que no es capaz fue la primera nieta de ambas familias. de controlar sus impulsos”. Anja comía, y El tratamiento resultó ser extrema- recordaba que padecía de constipación. damente difícil. Las conversaciones trans- No tenía la posibilidad de leer ni de escri- currían con lentitud, abundaban las frases bir, tampoco de dar ni recibir. Escribía lo rotas y los contenidos de las sesiones des- menos posible en su trabajo y vivía cons- aparecían. Nada parecía tener estructura. tantemente preocupada por la posibilidad En las sesiones, estábamos como entre la de enfrentar dificultades a causa de esto. niebla. Mi paciente desapareciendo y yo Su confianza en sí misma era muy baja; y procurando encontrarla; ella perdiendo el tenía un juez interno, que cruelmente le camino, y yo tratando de agarrar de ella reprochaba todo el tiempo.

126 Vitalizando el objeto interno en la depresión crónica. Reporte de caso Después de unos 6 años de análisis, raba el viaje. Primero no me dijo nada res- empezó a culparme furiosamente por su pecto a los viajes. Después de varios años, incapacidad para quitarse la vida. Ella se en una primavera, me sorprendió al decir- mostraba en extremo molesta y dijo que me que después de escuchar el cierre de había perdido las oportunidades debido a la puerta al terminar su sesión del viernes, mí. Nadie me había dicho esto antes. no había podido viajar con Tom. Se que- Los recesos en el análisis significaban dó acostada inmóvil en su cama todo el el fin del mundo para Anja, quien se com- fin de semana sin decirme ni una palabra portaba tan fría como un iceberg, a su re- al respecto. El cerrado de la puerta había greso, siendo muy difícil conseguir contac- sido el absoluto abandono para ella. Más to alguno con ella. Todo su ser se cerraba tarde, en el análisis empezó a leer con re- y se tornaba tan rígida, que me recordaba gularidad todos sus escritos para mí sen- a la catatonia. Ella podría interrumpir la tada en el borde del sofá; ella escribía bien sesión sin aviso alguno y salir de mi ofici- en el sentido analítico. Me sentí aliviada, na. En su casa, podía golpearse la cabeza los escritos me ayudaban a entenderla y contra la pared o contra el piso; también a mantener la continuidad. Por medio de se golpeaba las manos contra la barandilla la escritura y la lectura, ella era capaz de de la escalera, apenas regresaba de su se- decirme lo que había sido imposible decir sión. Incluso llegó a lanzar su bolso y sus en voz alta. pertenencias contra el exterior de mi casa. Los recesos eran todavía muy dificul- Los recesos entre sesiones eran tan difí- tosos. Durante un receso, ella se percató ciles, que le propuse que pudiera llamar- de que estábamos bajo el mismo cielo y me o escribirme cuando lo requiriera. Mi estrellas, habiendo una conexión entre propuesta la ayudó, y me llamaba en sus nosotras. La forma en que se expresó momentos de crisis. fue muy conmovedora. Sus escritos me Empecé a encontrar un ritmo en mi comunicaban y además preservaban sus impotencia: el ritmo de sus periodos. Le pensamientos. Anja necesitaba sentir mi dije: “Los periodos parecen representarte presencia todo el tiempo, de lo contra- desapareciendo, perdiendo; son como la rio, su ansiedad sería abrumadora. Podía separación para ti. Podríamos encontrar dormir con el cuaderno bajo su almohada una cierta continuidad”. Anja se sorpren- mientras estaba en la casa de Tom. Man- dió, pero sintió que mis palabras tenían tenía el cuaderno cerca, incluso mientras algo especial. Ella mantenía psique y cuer- cocinaba. Varias veces al verme, tenía po separado, las sensaciones corporales una fuerte sensación de que yo no era la no debían tener ningún efecto psíquico, misma persona a la que pensaba le había pues si llegaban a tenerlo, sería en dema- estado hablando. Me miraba sorprendi- sía penoso para ella. El paso del tiempo no da, permaneciendo estupefacta. Muchos era importante, ya que ella no tenía senti- años después, describió estas experien- do del tiempo. cias subrayando que ahora ella era capaz Ella comenzó a escribir sus pensa- de decirlo: “Es una gran diferencia en com- mientos y sentimientos cuando viajaba en paración con otros tiempos”, dijo. el camión hacia la ciudad de Tom; a menu- Anja era una mujer muy atractiva, do lloraba durante la hora y media que du- como una copia de su madre, a la que

Aira Laine 127 conocí a través de una fotografía que ella mí y me recordó las palabras de la madre. me mostró. La sexualidad de Anja estaba Anja aventó sus anteojos, pero se sintió como almacenada, tan muerta como su aliviada. Más tarde llamó a este momento, departamento, al que nunca llamó “casa”. su nuevo cumpleaños. Fue dos semanas Describía cómo, en él, estaban las cajas sin después de nuestras vacaciones de vera- abrir con cosas diferentes adentro. Era ab- no. solutamente incapaz de hacer nada para que el departamento fuese más cómodo. Una viñeta clínica La casa de la madre era agradable. Anja vivía una doble vida. Nadie había visto su Anja había sido capaz de criticar algo en departamento. Decía: “Si usted pudiera una reunión de trabajo. Anteriormente, verlo, seguramente terminaría mi trata- hacer una crítica había sido absolutamen- miento”. Estoy segura de que ninguno de te imposible para ella, y ahora otras per- sus amigos ni compañeros podía imaginar sonas la elogiaban y apoyaban. Algunas cómo vivía en realidad. Ella nunca invitó a sesiones más tarde, Anja rompió en llanto nadie. en forma muy conmovedora y acarició su Algunos años más tarde, exigió que mano con ternura y dolorosamente du- fuera a visitarla a su departamento; esta rante toda la sesión. demanda duró varios años. Cuando me Repitió llorando: “El tiempo se ha aca- encontraba desesperada con su análisis, bado”. pensaba que quizá debería ir; que quizá Contesté: “El tiempo se acaba cuan- eso pudiera ayudarla. Sin embargo, siem- do comienzan los periodos”. pre le dije que no podía ayudarla más que R: “Comienzan ahora”. por medio de la palabra. I: “El niño se pierde”. Tom trató de ayudarla a comprar un Anja: “A como he estado viviendo, departamento propio, pero Anja no se concentrada en trivialidades, tal vez es permitió recibir esta ayuda. Tom vivía en mejor que nada”. una casa grande y bonita; tenía también Analista: “Has estado tocando tu dos casas de veraneo. Tom y Anja eran mano como una madre lo haría con su opuestos: Tom era muy vital y activo a hijo”. pesar de su edad, haciendo todo el tiem- R: “No tengo ningún hijo”. po actividades manuales, y tenía muchos Dos sesiones más tarde, ella me trajo amigos. El padre de Anja advertía a su hija un regalo envuelto en una toalla; mientras acerca de la reputación de mujeriego de lo desenvolvía, tuve la sensación de que Tom. sacaba a un bebé. Durante la fase en la que me había Anja dijo: “Esto ha sido hecho para ti, acusado de no haber podido suicidarse, para agradecerte. He estado tan cerca de tuvimos una sesión extremadamente do- la muerte que también quiero darte pla- lorosa. Anja quería sentarse en una silla cer y esperanza. Esto podría protegerte pero todo su cuerpo se encontraba ado- de mi ira, y que algo bueno existió entre lorido. La madre le había dicho años an- nosotros”. tes que su parto había sido muy doloroso. El presente era un pequeño ángel De alguna manera, pude sentir el dolor en de cerámica hecho a mano, con un pá-

128 Vitalizando el objeto interno en la depresión crónica. Reporte de caso jaro en sus manos a punto de volar. Des- de ella. Supongo que estos traumas tem- de entonces, la figurilla ha estado en mi pranos, el repentino cese del amamanta- escritorio de la oficina. Algunos años más miento materno y la ausencia de la ma- tarde, se le agregó un compañero: un de- dre, dejaron espacios vacíos en la vida monio de madera de Siberia que me re- interna de Anja. Más tarde, extrañaba a galó uno de los candidatos del Este. Anja su madre pero lo negaba. No quería lle- lo vio y me dijo: “Si hay ángeles, habrá gar a ser madre, decía que era la vengan- también demonios”. za hacia la madre, convertirse en mamá Anja fue capaz de hablar de sus sen- hubiera sido perdonarla. Tom tampoco timientos sexuales hacia mí y sobre la de- quería hijos, y, más tarde, Anja dijo: “En- cepción de que nuestra relación no pudie- tiendo que mi madre no hizo estas cosas ra ser sexualmente satisfactoria. Ella decía: a propósito, no le fue posible encontrar “Nada va a nacer”. Se sentía como si fuera soluciones diferentes”. a explotar. Durante la siguiente sesión, Su madre le había dicho a Anja que tuvo de nuevo una sensación de volver a había sido como una muñeca de bebé, un lugar extraño; yo y mi oficina éramos casi nunca lloraba. Le comenté que los extraños. Ella estaba absolutamente sola. bebés que lloraban tenían esperanza; ella Me he referido a McDougall, que en afirmó: “Aquí lloro todas las sesiones, y no su libro Las muchas caras de Eros cita a Ja- soy más una muñeca. Por primera vez ten- mes Lynch, psicólogo estadounidense de go un lugar donde estar y un cuerpo don- los años treinta: “Vivir una vida en un cuer- de vivir”. Ella pudo sentir su cuerpo, y por po, que uno mismo no puede sentir. Creo, primera vez le fue posible la masturba- es la mayor soledad existente”. ción. René Spitz escribió: “Las bebés que Estas palabras tocaron a Anja pro- tienen un buen contacto con sus madres fundamente, y más tarde las repitió nu- acarician sus genitales”. merosas veces. Ella se sintió sola siempre. Hace ocho años, en 2006, cuando Cuando su madre estaba embarazada, su Anja fue a ver a su madre, la encontró in- padre tuvo que permanecer en el hospital consciente en el suelo. Había tenido un durante dos meses a causa de sus pulmo- infarto cerebral. La madre se recuperó nes. El padre le dijo esto a su esposa en el bastante bien, pero si Anja no hubiese acu- mismo día en que salió del hospital. dido, ella hubiera muerto. Anja la cuidó, Anja tenía 5 semanas de nacida cuan- pudiendo sentir amor hacia ella, y mantu- do fue bautizada. Durante la ceremonia, la vieron conversaciones cariñosas. Anja tam- madre sintió que le quitaban a su bebé y bién recordó cuánto admiraba a su madre fue incapaz de amamantarla otra vez. La de pequeña. Su padre ya había muerto en ceremonia de bautismo se efectuó en la 1999 de cáncer, y Anja lo había cuidado casa de la niñez del padre y fue organiza- también; a pesar de que sus padres vivie- da por el abuelo materno. ran separados, mantenían contacto entre Este abuelo tuvo un serio accidente, ambos. Cuando su padre murió, la madre por lo que la madre tuvo que viajar a cien- quiso estar a solas con el cuerpo en el hos- tos de kilómetros de distancia. No sabe- pital para despedirse de su esposo. Anja mos por cuánto tiempo estuvo ausente. apreció esto mucho; en ese momento, sus El padre y una niñera se hicieron cargo padres estaban juntos de nuevo.

Aira Laine 129 Cuatro años atrás, Tom murió de para usted, no hay progreso, felicidad ni cáncer después de padecerlo durante 4 confianza. El sadismo y masoquismo en años. Anja lo trató durante su último año mí son una maldición espantosa. ¿Cómo hasta su muerte, en casa. Admiré su capa- pudo volverse este ciclo tan poderoso, cidad para hacerlo. Habían estado juntos casi tan importante y más fuerte que la por 25 años y, de acuerdo a Anja, el último vida misma? En este momento, desearía año fue el mejor de la relación. Ellos no que usted se protegiese y de todos modos habían tenido vida sexual durante muchos se mantuviera fuerte y deseosa de conti- años porque Anja así lo había querido. Era nuar conmigo. Esto es un horrible conflic- su reacción ante la negativa de Tom hacia to en mi interior, que es una gran parte la paternidad. Además, estaba segura de mía. Temo perder mi identidad en caso de que Tom había estado con otras mujeres. perder la batalla”. Durante el último año con Tom, Anja El sufrimiento es, de cierto modo, bá- me llamaba de vez en cuando, e incluso sico para Anja. El cambio y el movimiento venía a verme cuando le era posible; quizá para despertar de su ansiedad profunda, una vez al mes. Entonces tuvimos un re- eran parte esencial de su experiencia per- ceso de un año del análisis, y comenzó a sonal. Dejar de sufrir era perder una par- tomar antidepresivos. te de sí misma y volverse absolutamente Anja regresó al análisis después de solitaria y fuera de sí. Entendía esto muy la muerte de Tom, sintiéndose muy triste bien, como es posible observarlo en su y solitaria. Empezó a hablar de suicidio. carta, pero todavía necesitaba este sufri- Tenía aún los fuertes analgésicos de Tom miento o “prisión segura”, como solíamos en casa. Pensaba lo fácil que le resultaría llamarle. A pesar de esto, ahora tenía un matarse con esta medicina. Asimismo pla- compañero interno para sus discusiones. neaba conseguir en la farmacia las píldo- Su objeto interno había sido vitalizado a ras que compraba en los inicios del aná- través del tratamiento. lisis. Afortunadamente, esto ya no le era posible. Últimos años de análisis Después de recuperarse un poco, pensó en conseguir trabajo en el hogar En el otoño, cuando Anja regresaba a aná- para enfermos terminales en la ciudad de lisis después de dos meses de vacaciones Tom. Ahí se le pidió que entregara papeles de verano, era otra persona, me dijo con sobre la experiencia del tratamiento en entusiasmo que iba a comprar su propio casa con Tom. Poco a poco se rindió con departamento. Mi pensamiento fue: “La estos planes y regresó a su antiguo traba- buena madre ha sido encontrada”. Tom jo. Para ese tiempo, me escribió una carta: había ofrecido su casa a ella pero no pudo “Soy implacable con usted. Además aceptarla. Compartimos el mismo sen- de la crueldad que incluyo en mis pen- timiento: ¡un milagro había pasado! Ella samientos suicidas, le estoy exigiendo hablaba vívidamente. Económicamente demasiado. Sin embargo, no acepto su había tenido dinero suficiente para com- ayuda, tampoco recibo ni utilizo nada de prar su departamento propio, desde hace lo que usted dice, me siento apenada. No años, pero psicológicamente le había sido permito ningún tipo de alivio para mí ni imposible. Ahora estaba emocionada y lle-

130 Vitalizando el objeto interno en la depresión crónica. Reporte de caso na de energía. Recordó muchos momen- en otoño, el progreso era extremadamen- tos y sueños de las sesiones de antaño. te positivo y de pronto se volvía hacia una Modificó el sueño donde caía y -era sufi profunda depresión y sufrimiento. A ma- cientemente valiente para llegar hasta el yor positividad, mayor negatividad. Ella se fondo; este sueño no era más una pesadi- sintió vacía. Le dije: “Cuando el sufrimiento lla. Comenzó a soñar con regularidad que es insoportable uno se siente vacío”. buscaba agua para traérsela a alguien. La última sesión de la semana, fue Sueña que le doy jugo de durazno; su es- de nuevo como el final de su vida. Se vol- poso está en el sueño también. Se sentía vía muy cruel hacia sí misma y sentía un amargada por la forma en la que había es- profundo sentimiento de culpa hacia su tado viviendo, perdiendo su vida, y lo más madre. Anja se dio cuenta de lo sola que difícil resultaba su carencia de hijos. estaría cuando su madre muriera. El de- “Ni a ti te dejé ayudarme a conseguir partamento se volvió frío y Anja pensó que un hijo”. había pagado de más por él y que había A lo que contesté: “Era la venganza sido engañada. Se volvió pasiva en cuanto hacia tu madre”. a su departamento, dejando todo como Anja planeaba terminar su análisis estaba, volviendo a acumular cajas, como para el siguiente otoño, pero después lo hizo en su departamento anterior. En su concluyó que aún no era tiempo. Respon- mente, sólo la ubicación del departamen- dí: “Puedes venir por el tiempo que te sea to estaba bien, debido a que se encontra- necesario”. ba cercano a mi casa y a su lugar de traba- Anja compró el departamento que jo. Se sentía muy apenada y pensó en los amaba y su madre estuvo feliz también; factores psicológicos que la enfermaban tenía diferentes planes sobre el amuebla- físicamente. do, trajo algunos muebles de casa de Tom, que habían estado almacenados durante Otra viñeta dos años. Había cambiado la totalidad de la atmósfera en las sesiones. A: “Tengo un sentimiento miserable, Justo antes de vacaciones navideñas, no puedo controlarlo, controlar es segu- Anja se cayó en las escaleras y empezó a ridad”. dudar si realmente había comprado un Describí el proceso positivo del oto- buen departamento o si la compra había ño: “Te sentiste bien, quizá ahora te sea sido ilusoria o la habían engañado. Le dije: posible alcanzar tus faltas más profundas”. “Te decepcionaste porque te caíste, sen- A: “Dependo tanto de ti. Nunca había tiste que el departamento te hizo caer, tenido ese tipo de confianza. Te estoy ex- que la mala madre está allí”. trañando demasiado”. Entradas las vacaciones navideñas se Analista: “Extrañar es estar vivo”. enfermó, se sentía mareada (vértigo) y con A: “Me doy cuenta cómo vuelvo a re- vómito. Por suerte, uno de sus colegas le traerme”. ayudo llevándola al hospital donde pasó Las sesiones eran muy dolorosas y la noche. La dirección del proceso había me arrepentí de haber iniciado este aná- cambiado y las dificultades regresaron. El lisis: este es el infierno, no lo puedo tole- proceso analítico era como un péndulo: rar. Evoqué las palabras de Norman: “Para

Aira Laine 131 mantener la esperanza viva, el analizando bía estado en una conferencia y tenía una delega ésta hacia su analista”. Cuando presentación allí. Después de una larga quiere recuperarla el analista, debe pri- pausa, dijo: “Vi en internet dónde estuviste mero experimentar una pérdida de la es- y qué hiciste, me siento culpable por sa- peranza. Leí a Ogden: él afirma que usual- berlo. Lo más doloroso es mi profunda en- mente los analizando saben lo que está vidia”, comenzó a llorar desde lo profundo pasando en la vida del analista. Mi cuarto del corazón. Continuó: “No tengo nada y nieto había nacido. También escribió so- tú tienes todo: hijos, nietos, esta casa, jar- bre cómo los problemas profundos se ex- dín y presentaciones. En cambio, yo estoy perimentan únicamente por la vía física. en la tumba abierta”. Era extremadamente doloroso ver- Me fue muy doloroso escucharla; la cambiar, su ser entero, su cuerpo y su tenía miedo de que su objeto interno hu- apariencia parecían romperse, su cara lle- biera sido destruido. Entonces pregunté: na de dolor. “¿Todavía tienes a tu compañero interno Ella me manda un SMS, donde me para la discusión?”. Ella respondió afirma- pedía perdón por su existencia, por estar tivamente. Esta sesión fue muy importan- viva. Esto me irritó, traje a tema el men- te, pues nunca había hablado de su en- saje durante la siguiente sesión, a lo que vidia de esta manera, tan honestamente. respondió que se sentía mala y malvada. Más tarde, Anja dijo: “Ha sido muy difícil Le recordé que cada primavera le había para mí recibir cualquier cosa tuya y, por sido difícil en su análisis. Es el tiempo supuesto, una razón ha sido la gran envi- cuando su madre dejó de darle pecho y dia que te tengo”. se ausentó. Nuevamente pasamos a un tiempo A: “Estiro mi brazo, pero no alcanzo a difícil. Anja describió su ansiedad y omni- contactar, no toco nada”. potencia, diciendo: “Estoy sola en la cima Analista: “Cuando eras bebé, inten- de una montaña, con miedo de dónde tabas alcanzar a tu madre, pero ella no pueda caer. No necesito a nadie pero de estaba allí. Ahora temes la muerte de tu no haber tenido a este compañero de dis- madre”. cusión interno, hubiese muerto. Me apeno A: “Cuando me voy, mi madre man- de que seas tan importante para mí”. tiene mi mano y me mira a los ojos. En Analista: “Estás apenada por cuánto cada ocasión, creo que ese será el último me amas”. momento, también me he dado cuenta de A: “Esto no está permitido. Tuve un lo diferente que veo mi departamento en sueño: estaba en esta casa y te veía en la comparación a como lo veía en otoño. En ventana tomando café, caminaba hacia la otoño lo amaba y ahora sólo es malo”. calle. No podía usar ese camino, y quería La sesión terminó pacíficamente. compartir todo contigo; me era imposible Después de un corte de vacaciones ver a otras personas allí”. en Semana Santa, Anja estaba muy rígida Las sesiones anteriores a las vacacio- al acostarse en el diván, sin movimiento; nes de verano fueron muy ricas en cuan- después de un largo silencio, dijo lenta- to al material. Anja recordó lo mucho que mente que sabía de algo de lo cual no se le sus padres solían pelear y cuánto miedo permitía saber. Yo estaba esperando, ha- sentía de que se divorciaran. Anja peleó

132 Vitalizando el objeto interno en la depresión crónica. Reporte de caso del lado del padre, quien comúnmente se la foto sin sentimientos de culpa y planea- salía de la casa cuando la madre de Anja ba quedársela después de la muerte de se enojaba. Anja se quedaba defendiendo su madre. Durante la misma sesión, Anja al padre. Le dije: “Seguramente también comentó: “Yo creo y siento que mis padres te sentías decepcionada y enojada con tu me amaron y estoy agradecida con ambos. padre porque no podía defenderse por sí Ya no los acuso ni a mí misma sobre cómo mismo”. viví ni lo que perdí en la vida. Puedo acep- A: “Nunca lo había pensado así”. tarme a mí misma, no rechazarme. Tu voz Pudo darse cuenta de cuánto había lo hace posible”. Me conmoví y Anja pudo idealizado al padre en su vida sintiéndose sentir esto; también recordó el momento sorprendida y aliviada. cuando consideraba suicidarse y cómo fui Anja tenía muchos sueños eróticos; hacia su puerta. La siguiente noche, Anja la hacían recordar cómo su padre la be- tuvo un sueño en el que tenía dos bebés, saba en la cama de una manera especial nunca antes había tenido sueños donde cuando regresaba de sus paseos, cuando tuviera hijos. Ella dijo: “Había un bebé para Anja tenía 12 años. También recordó otro la madre y uno para el padre”, y yo agre- momento en que su padre había tocado gué: “Para ti y para mí”. Fue como un adiós su seno. Era claro que el padre había roto muy cálido. el límite sexual. Durante muchos años, la Algunos pensamientos: familia entera durmió en la misma habita- La relación temprana con su madre y ción, y seguramente Anja presenció múlti- su calidad confusional no había sido satis- ples encuentros sexuales de sus padres. factoria debido a sus traumas tempranos; Ayudada por sus sueños, Anja encontró su como describí, Anja me sentía extraña y deseo sexual, sintiéndose más libre para desconocida en repetidas ocasiones, yo ejercerlo. era como su madre quien regresó des- La situación edípica revivo en la pués de su ausencia como desconocida; transferencia. Murió un reconocido analis- cada receso significaba otro abandono. ta cercano a mí, pero Anja no atinaba a de- Cuando ella empezó a escribir y me cirme lo mucho que pensaba en él; inten- lo leía con continuidad, su cuaderno era taba mantenerlo en secreto porque ella el objeto transicional. Cuando reconoció y pensaba que necesitaba mi permiso para realmente experimentó que vivíamos bajo sus sentimientos. El analista nació el mis- las mismas estrellas, se produjo un gran mo año que su padre y ambos fueron a la progreso: el objeto interno comenzó a vi- guerra como voluntarios a sus 17 años. Le talizarse. La reacción terapéutica negativa dije: “Necesitabas el permiso de tu madre era defensa contra la diferenciación. Cuan- para amar a tu padre”. do ella sufría, ya no estaba sola y nadie Recordó que, tiempo atrás, su madre podía lastimarla (N&N). El sufrimiento era le decía a Anja que ella era lo más impor- una parte importante de su propia expe- tante para su padre. Su madre tenía una riencia (Laakso). Según Freud: “Percibimos foto en la pared que su padre había toma- los auto-reproches como reproches en do, en donde Anja le sonreía. Nunca antes contra del objeto amado el cual había sido había mencionado nada sobre esta foto. cambiado desde allí hacia el Yo del pacien- Ahora que se sentía aliviada, podía amar te”. En lo que concierne al desarrollo del

Aira Laine 133 Self, me referiré a Tähkä: “El evento crucial Laine, A. (2004). “When mother wasn’t there que inicia el proceso de diferenciación, to be left. From functional to develop- es el primer descubrimiento del niño de mental object: a case report”. In Laine, que su llanto va a traer la experiencia gra- A. (ed.). Power of Understanding Essayes tificante después de que el cumplimiento in honour of Veikko Tähkä. Karnac. alucinatorio de deseo se haya mostrado Norman, J. (1999). “Det blåa havet och käns- insuficiente”. Este proceso, en parte, había lan av hopplöshet”. In Norman J. Ylander fallado durante el desarrollo de Anja. F., eds.: Motöverföring, Stockholm, Natur och Kultur. Bibliografía Novick, J. & Novick, K.K. (1991). Some Com- ments on Masochism and the Delusion Freud, S. (1917a). Mourning and melancholia. of Omnipotence from the Developmental SE 14. Perspective. JAPA, 39, 307-331. McDougall, J. (1995). The many faces of Ogden, T. (2009). Rediscovering Psychoanaly- Eros. W.W. Norton & Company. sis. The New Library of Psychoanalysis. Furman, E. (2001). On being and having a Mo- ______(2012). Creative Readings. The New Li- ther. Madison, IUP. brary of Psychoanalysis. Laakso, M. L. (1999). Psyykkiseen kipuun kiin- Tähkä, V. (1993). Mind and Its Treatment. Ma- nittymisen dynamiikasta. Nuorisopsyko- dison IUP. terapia 5.

134 Vitalizando el objeto interno en la depresión crónica. Reporte de caso El vacío mental estructural y la edición en el análisis (Nuevas patologías; nuevas técnicas en el Psicoanálisis)

Dr. Jaime M. Lutenberg*

ara comprender la intimidad del problema del vacío mental y su relación con lo nunca representado en la mente de estos Ppacientes, es apropiado que nos ubiquemos en la intimidad del vínculo transferencial, lugar en el cual se gesta la verdad psicoa- nalítica en todos sus niveles. La experiencia clínica actual nos ha ido indicando que muchos de los pacientes que nos consultan hoy en día, cuando se quedan LA BRUJA en silencio en la sesión, nos están mostrando simultáneamente dos fenómenos muy distintos: a) algunos silencios son derivados directos de El Vacío Mental Estructural y La Edición en El Análisis de la acción de la represión; b) otros obedecen a un problema dife- rente, ya que son la expresión directa o indirecta del “vacío mental estructural” que estos pacientes portan en un sector de su perso- nalidad. Debajo de su silencio asociativo, sólo hay vacío mental. En estos casos, la emoción que subyace es la vivencia de terror, no la angustia señal, como en el primer caso. La diferenciación clínica entre cada uno de estos silencios es fundamental, ya que llevan a conductas técnicas muy distintas: a) el análisis de las resistencias y del contenido de sus fantasías cons- cientes e inconscientes para el primer caso; b) la “edición transfe- rencial” para el segundo. La edición transferencial es un proceso técnico basado en la posibilidad de transformar en representaciones psíquicas incons- cientes lo nunca representado en el inconsciente; y también gene- rar -a partir de su “ello”- nuevas identificaciones estructirantes del Yo y del Superyó. * Jaime M. Lutenberg Miembro titular en función Los pacientes que padecen del vacío mental estructural sue- didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina len convivir en equilibrio con su severa patología narcisista, escin- Miembro de honor de diendo su Yo en diferentes sectores que jamás interactúan entre sí. la Sociedad Peruana de Psicoanálisis Cada segmento del Yo escindido aloja una concepción del mundo

135 interno y del mundo externo que resulta Desde una perspectiva teórica gene- incompatible con las otras. Por este mo- ral, el concepto de “Vacío Mental Estructu- tivo, las experiencias evolutivas de cada ral” nos remite a una nueva visión del pro- uno de estos sectores permanecen aje- blema estructural del psiquismo humano. nas a los otros sectores del Yo, ya que sus Se trata de una revisión metapsicológica transformaciones no son intercambiables general y radical, que involucra tanto a la entre los diferentes sectores escindidos “mente normal” como a todas las “enfer- del Yo, por la severidad y la radicalidad de medades mentales”. la escisión. Su articulación con los diferentes Entre dichos sectores escindidos, cuadros psicopatológicos vigentes en la se encuentra el correspondiente al vacío nosología psicoanalítica y psiquiátrica mental estructural; alojado en la intimidad (neurosis, perversiones, adicciones, per- de la simbiosis secundaria defensiva y el sonalidades borderline y psicosis), nos “Autismo Secundario Defensivo”. Se trata ayuda a reconocer de un modo diferente de un estado virtual del vacío mental, pues los múltiples problemas de la clínica psi- los referidos vínculos simbióticos (simbio- coanalítica contemporánea. También nos sis secundaria) y autistas secundarios lo abre la posibilidad de una revisión de la compensan y simultáneamente lo ocultan técnica psicoanalítica. a los ojos del clínico. Sólo cuando una persona transita Cuando ocurren situaciones traumáti- por la vivencia de separación -física y/o cas muy precoces -antes de los 9 meses de mental- de aquellos objetos o institucio- vida-, se interrumpe el proceso evolutivo nes con los cuales se hallaba simbiótia- normal de la personalidad, que parte de la mente fusionado, o se rompe una defensa simbiosis primaria normal y se dirige hacia autista secundaria, se pone clínicamente la maduración evolutiva del Yo y del Super- de manifiesto o “en positivo” la dramática yó. Como consecuencia de dicha situación turbulencia del “Vacío Mental Estructural”. trumática, se genera la “Simbiosis Defensi- Por lo general, se expresa simple y va Secundaria” y el “Autismo Secundario De- claramente mediante el sentimiento de fensivo”, en cuyo interior quedan atrapados “terror”. El súbito e inesperado “ataque de sectores del Ello del paciente, que pasan a pánico” es una de las formas más comu- formar parte del vínculo simbiótico secun- nes bajo la cual la descompensación del dario defensivo y del vínculo autista secun- “Vacío Mental Estructural” se presenta en dario defensivo. Este en el núcleo “virtual”, la clínica psicoanalítica y psiquiátrica. del vacío mental estructural. Para aclarar mi visión teórica del va- El Vacío Mental Emocional (sentimiento cío mental estructural, considero que es de vacío): indispensable discriminar el “sentimiento” de vacío, al cual manifiestamente un pa- Corresponde a una vivencia de oquedad ciente puede aludir (“Vacío Mental Emo- interior, a la cual los pacientes se suelen cional”), del concepto del “Vacío Mental referir como: “Tengo la sensación de no te- Estructural”, base del problema narcisista ner nada adentro mío”. Considero que lo que vamos a sintetizar y discutir en este que les “falta”, atañe al plano de las emo- panel. ciones, de los afectos y a los derivados de

136 El vacío mental ellas. En relación con esta sensación, los ción de la personalidad. pacientes suelen decir: “Siento un vacío de f) Es muy útil tener en cuenta la posibi- sentimientos”, o más puntualmente: “Me lidad de que el sentimiento de vacío aparezca en un analizan- siento vacío de sensaciones”, “No tengo ga- do durante los primeros meses nas de vivir ni de nada”, “Siento que perdí posteriores a la finalización de su el sentido del estar vivo”. proceso psicoanalítico exitoso. Lo que acabo de describir corrres- Aparece como consecuencia de ponde, como lo anticipé, a las sensaciones los cambios trascendentes que está viendo en forma incons- típicas del “sentiminento consciente de va- ciente. cío”. Este sentimiento puede tener los más variados orígenes: Vacío Mental Estructural:

a) Puede ser la expresión consciente del “Vacío Mental Estructural” subya- El vacío mental estructural corresponde a cente en un sector escindido de lo que le ocurre sólo a un sector escindido la personalidad. de la totalidad del Yo y de la mente. Dentro b) Puede corresponder a una transitoria de dicho sector, se ha producido un dete- sensación de inexistencia fáctica; nimiento en el proceso de diferenciación que expresa un nuevo conflicto del Yo o del Superyó con el mun- del “Ello”, en su camino en la construcción do externo. y la génesis evolutiva del Yo y del Superyó. c) También puede generarse este sen- Debido a situaciones traumáticas timiento cuando estamos vivien- muy precoces (anteriores a lo 9 meses de do un cambio favorable y evolu- edad) y como respuesta a dichos traumas, tivo en nuestras vidas. se genera una defensa extrema y radical, d) Puede aparecer como un sentimien- to que acompaña la sensación como lo es la “Defensa Simbiótica Secun- de que somos protagonistas de daria” y el “Autismo Secundario Defensivo”, un cambio positivo en nuestra que reemplaza y sustituye, como matíz de subjetividad, de un giro evoluti- la evolución psíquica que parte del “Ello”, a vo en el valor de los paradigmas la simbiosis normal evolutiva. éticos, estéticos o científicos que nos sustentan. Como consecuencia de esta defensa e) Aparece como consecuencia de un tan precoz, se produce una radical esci- súbito e inesperado cambio fa- sión del Yo, por lo cual se ha de generar vorable en nuestra vida; en esos una escisión en la evolución de toda la momentos, tenemos la sesación personalidad: de estar dando un “salto al va- cío”. Se experimenta como una 1) una parte sigue la evolución normal, sensación de “estar apoyado so- bre el vacío”. Corresponde a la a partir del sector de la unidad vivencia de habernos enriqueci- “Ello-Yo incipiente” que se separó do con “contenidos”, sin un “con- del otro sector correspondiente tinente mental” adecuado que al que va a formar parte de la De- los sustente. Es por ello que este fensa Simbiótica Secundaria; sentimiento perdura hasta que 2) la otra parte de la unidad “Ello-Yo in- el cambio creativo en la función cipiente” se escinde y forma el mental continente, se amalgama núcleo de la Defensa Simbiótica y articula con el resto de la evolu- Secundaria, en cuyo núcleo se

Jaime M. Lutenberg 137 aloja el “vacío mental estructural” el hecho de que cualquier tipificación psi- en estado virtual; copatológica corre el riesgo de generar en 3) la otra parte de la unidad “Ello-Yo in- el analista la posibilidad de un uso clínico cipiente” se escinde y forma el rígido y poco flexible de esta perspectiva. núcleo del “Autismo Secundario Ello puede condicionar y/o alterar la “aten- Defensivo”, que acompaña al an- ción libremente flotante” del analista y, por terior. lo tanto, eclipsar o cegar su registro de los acontecimientos mentales potencialmen- Esta escisión primaria y fusión simbiótica te novedosos, que el analizando es capaz defensiva secundaria, le genera al bebé de crear o recrear en cada sesión. una severa perturbación evolutiva que, En síntesis, debo reconocer que no es- por lo general, no se resuelve nunca. Una toy del todo de acuerdo con las tipificaciones vez que se consolidó su defensa simbióti- morfológicas cerradas, pues, en el mismo ca secundaria, el sector yoico, simbiótica- mente escindido, vive una vida condicio- momento que se crea una figura psicopato- nada a la personalidad de los individuos lógica, se imponen acotaciones conceptua- o las instituciones con las que el sujeto se les que pueden contaminar la “memoria” y ha fusionado. el “deseo” del analista. Ello puede desfigurar Cuando estas personalidades inician la experiencia total de cada sesión, así como un proceso analítico, regularmente esta- la intuición del analista. blecen con su analista un vínculo transfe- Sin embargo, no podemos dejar de rencial simbiótico, generado en la parte de reconocer la enorme ayuda que le ofrece su personalidad escindida correspondien- al psicoanalista clínico, la posibilidad de vi- te a su simbiósis secundaria. sualizar anticipadamente aquello que se le Los procesos de identificación aborta- puede presentar en forma sorpresiva. Sin da o interrumpida suelen ser muy frecuen- dicha “advertencia”, tal vez un problema tes en su vida. Se evidencian en la clínica que presenta un analizando puede llegar cuando el analizando cuenta, en la sesión, a desbordarlo o, en otros casos, puede sus dificultades derivadas de su incapaci- dar lugar a una ceguera clínica del analista, dad para tomar decisiones o elegir una al- cuando no es capáz de reconocer el pro- ternativa entre varias que se le presentan. blema que se le presenta, sin esta previa Entiendo que puede resultar útil que, categorización psicopatológica. antes de iniciar mis correlaciones psicopa- Teniendo en cuenta todos estos fac- tológicas, aclare mi punto de vista respec- tores, voy a tipificar los problemas clínicos to a cuál es la perspectiva conceptual que relacionados con el vacío mental según la propone la psicopatología, en su división predominancia visible de la estructura psi- de las personalidades en diversas entida- copatológica que, como aclaré más arriba, des clínicas: entiendo que todo intento por se le superpone como compensación de- delimitar las fronteras que tipifican cada fensiva del mismo. cuadro psicopatológico no está exento de Voy a exponer, a continuación, una limitaciones y errores, relatividades y par- síntesis muy apretada de las diferentes cialidades, sino todo lo contrario. formas bajo las cuales se presentan en En diferentes contextos científicos, “positivo” los cuadros clínicos y psicopato- locales e internacionales, se ha discutido lógicos que compensan (y a la vez develan)

138 El vacío mental la virtualidad del vacío mental estructural psíquica total de una persona tiene la capa- subyacente a estas defensas. Para aclarar cidad de quedar escindida en distintos sec- un poco más mi propuesta, diré que se tores tabicados y desvinculados entre sí. trata de una especie de máscara periférica Dentro de cada uno de los sectores que “contiene” y disimula el vacío mental escindidos del Yo, existe una lógica mental estructural. diferenciada a la del resto; dicha lógica es la Voy a enumerar sólo algunas de es- que da sentido psíquico al funcionamiento tas figuras psicopatológicas; las más fre- autónomo de cada sector escindido. cuentes: La hipótesis general acerca del vacío mental, está centrada en la posibilidad de 1) Afecciones psicosomáticas de distinta que en una personalidad total existan, en naturaleza; estado virtual, sectores “vacíos”; disimula- 2) perturbaciones de su vida sexual; 3) adicción a drogas; dos y compensados por la simbiosis se- 4) reforzamiento de falso self, que se cundaria defensiva y el “Autismo Secunda- expresa en episodios de hipe- rio Defensivo”. Esta visión teórica sugiere ractividad que simulan crisis ma- que, en dichos sectores, la evolución que níacas; va del “Ello” al Yo-Superyó, ha sido inte- 5) estructuras borderline en las cuales se estabiliza la confusión; rrumpida. La misma defensa simbiótica y 6) actitudes psicopáticas primarias y se- autista secundaria ha detenido el movi- cundarias; miento que conduce a la construcción de 6) intentos de suicidio conscientes o in- las estructuras psíquicas desde lo indife- conscientes; renciado, hacia la diferenciación. 7) actitudes homicidas; No es lo mismo suponer que el va- 8) huida a la realidad, escindiendo par- cialmente sus vínculos con el cío mental pone en evidencia “un conflicto mundo externo; psíquico”, en el sentido clásico del término, 9) desadaptación: inadaptación y sobre- que considerar –teóricamente– que el va- adaptación social; cío mental devela una incapacidad sectori- 10) cuadros de anorexia y bulimia; zada de la mente (en particular del “Ello”) 11) conductas neuróticas y psicóticas de diversa índole. para instalarse en la dinámica del conflicto psíquico y, por ende, en la evolución. Entiendo que todas estas figuras psico- En la addenda de “Inhibición, Síntoma patológicas enumeradas no constituyen y Angustia” (Freud, 1926), Freud postula cin- la enfermedad misma, sino, como aclaré co tipos de “resistencias”; una de ellas co- más arriba, son una forma de compensa- responde a las resistencias del “Ello”. Pero, ción secundaria de la “enfermedad prima- ¿cuál es la significación metapsicológica del ria”: el “Vacío Mental Estructural”. concepto “resistencia del Ello”, si tomamos en cuenta que el Ello es pura pulsión? El problema teórico del vacío Personalmente, me he guiado por mental estructural la acepción freudiana (Freud, 1920) que afirma que la pulsión de vida nos indica la Entiendo que para concebir teóricamen- presencia de una fuerza (“trieb”) que em- te el vacío mental, previamente debemos puja hacia la “complejización del psiquis- aceptar la posibilidad de que la estructura mo”; es una “tendencia”. Por el contrario,

Jaime M. Lutenberg 139 la pulsión de muerte nos indica la acción del Yo, durante todo el curso de su vida, de una fuerza que procura o “tiende” a la siempre han eludido sus crisis evolutivas, “descomplejización” del psiquismo. Para pues tempranamente han congelando el Freud, la pulsión de muerte es “muda”. movimiento transformacional que los lle- Esta acepción freudiana del concep- varía hacia un cambio psíquico estructural to de pulsión de muerte, me permite en- (formación del Yo-Superyó y de las identi- tender mejor el concepto de “resistencias ficaciones estructurantes correspondien- del Ello”. También, justificar la hipótesis de tes). De allí el especial cuidado técnico que que la escisión del Yo puede involucrar la estos pacientes requieren por parte del “escisión en el Ello”. Se trata de una “Resis- analista, en el momento en el cual el ana- tencia” a la ramificación evolutiva de la vida lista intenta introducirse en el terreno de psíquica y la mente: nos muestra, de esta las transformaciones mentales evolutivas manera, Freud una modalidad diferente de su “inconsciente”, proceso que yo de- de resistencia. nomino “edición” en el análisis. Para mí, esta figura resistencial es Estamos describiendo los problemas muy importante, por lo cual entiendo que técnicos que los analistas enfrentamos vale la pena nominarla con un rótulo que con los analizandos que no toleran que el destaque su especificidad como defensa vínculo analítico sea un factor decisivo en muy primitiva; es así que entiendo que la la generación de cambios favorables en su podemos denominar “resistencia transfor- vida mental y en su vida fáctica, es decir, macional evolutiva”. Se trata de una “defen- en su mundo interno y externo. sa del Ello” originada en la pulsión de muer- Involucra a un amplio espectro de te, que es fortalecida y, a la vez, compensa- “resistencias” que no guardan mucha rela- da, al escindirse el Ello en varios segmentos ción con el concepto freudiano de repre- que acompañan a la escisión del Yo. Se sión, sino con los conceptos de “transfe- trata de una “resistencia a la estructuración rencia negativa, impase analítico y rever- evolutiva de la mente”, estructuración que sión de la perspectiva”, así como con el permite la transformación del Ello en Yo y concepto freudiano de “integración del Yo Superyó. Considero que forma parte del mediante el “domeñamiento de la pulsión” espectro defensivo que alimenta la génesis (Bändigung) por el ligamen inter- repre- de la “Defensa Simbiótica Secundaria” y del sentacional de las pulsiones. “Autismo Secundario Defensivo”. La vivencia de un posible cambio psí- Se trata de un precoz problema quico favorable, durante el proceso ana- global de la mente en evolución, genera- lítico, nos presenta un variado espectro do por los traumas ocurridos durante el de problemas clínicos y técnicos, muy se- periodo de “gestación extrauterino” (que mejantes a los que enfrentamos con los dura hasta los 9 meses de vida del bebé, drogadictos ante la supresión de la droga. según Montegú), alimentado por una des- Estoy de acuerdo con los autores proporción pulsional a favor de las pulsio- que sostienen que cuando nace un bebé, nes de muerte. se establece con su madre y, de entrada, En definitiva, entiendo que, histórica- un vínculo simbiótico primario “normal”. mente, las personas que portan el vacío Vale la pena revisar esta hipótesis, mental sectorizado y escindido del resto con la que propone Montagu (que él sinte-

140 El vacío mental tiza así): “(…) la gestación (humana) se com- na. Es como un “buffer” que amortigua y pone en realidad de una fase intrauterina, neutraliza los desequilibrios biológicos y o ‘útero gestación’, y una fase extrauterina psíquicos del bebé. o externo gestación (…) la externo gesta- Por esta razón, he denominado ción termina cuando el niño empieza a ga- como “útero mental” a la síntesis de to- tear (...) duraría el mismo periodo que la das las funciones maternas que tipifican útero gestación (nueve meses cada una)”. el periodo de “exterogestación”, en el cual Esta concepción onto-filogenética se genera un vínculo simbiótico (simbiosis de la gestación humana total coincide, en normal o primaria). La ruptura de su con- muchos puntos, con las descripciones de tinuidad desencadena el sentimiento de varios autores psicoanalíticos. En particu- terror y da lugar a la configuración inicial lar con aquellos autores que, como Klein, del potencial “vacío mental estructural”. Bion y Winnicott, han tipificado la evolu- En el mismo momento en que se ción del niño con base en un periodo de produce dicha discontinuidad traumática dependencia absoluta inicial, que se conti- -por la ruptura de la simbiosis primaria-, núa con un periodo de dependencia relati- se genera como defensa, en el sector es- va, hasta llegar a su autonomía existencial. cindido de la incipiente unidad “Ello-Yo” en Poner nuestra atención en los nueve proceso de diferenciación, la “Simbiosis primeros meses de vida postnatal desde Secundaria Defensiva” “y el Autismo Secun- la perspectiva de la “gestación humana dario Defensivo”. extrauterina”, nos ayuda también a recon- Se trata de una escisión yoica muy siderar el valor de los traumas psíquicos precoz, destinada a neutralizar la vivencia que se producen durante dicho periodo. de amenaza ante el sentimiento de terror, Se trata de “traumas psíquicos” cuya na- que es disparado a raíz de la ruptura de la turaleza es muy diferente a los que se simbiosis primaria. producen con posterioridad a ese periodo Cada vez que opera defensivamen- crucial de la evolución mental humana. te la simbiosis secundaria, se funda un Entiendo que durante estos primeros núcleo de escisión en la unidad “Ello-Yo” nueve meses de vida postnatal, la estruc- (en evolución). Esta defensa, que es ex- tura psíquica de la madre pasa a ocupar trema, se genera sólo cuando la emoción -para el psiquismo del bebé- el lugar de subyacente a la separación evolutiva es “continente” que aloja como “contenido” el “terror sin nombre”. Según Freud, el el mutante psiquismo del bebé en plena terror es la vivencia propia del estado de evolución. “des-estructuración” total del “Yo”. Se trata Dicha función mental “continente” se de una vivencia originaria, que denuncia asemeja mucho a la que cumple el útero la ausencia de tejido psíquico: es el vacío. anatómico durante la gestación biológica El terror es equivalente a la de la angustia del bebé (o “uterogestación”). Así como automática que, para Freud, es de origen resultan fundamentales las funciones del filogenético. La angustia señal es la “señal útero biológico durante el periodo de ute- de alerta” o alarma yoica, ante el peligro rogestación, del mismo modo resultan que se genere esta situación desestructu- imprescindibles las funciones de la mente rante más radical. materna durante la gestación extrauteri- La operación defensiva que resuelve

Jaime M. Lutenberg 141 dicho estado emocional caótico (terror sin Por ese motivo, la emoción subyacente a nombre, según Bion), precipita en la es- las “defensas simbióticas secundarias” y tructura de la simbiosis secundaria defen- al “autismo secundario defensivo” siem- siva y/o el “Autismo Secundario Defensivo”. pre es el terror, nunca la angustia señal. Al retomar nuevamente el vínculo simbió- Ello nos brinda un referente clínico para tico con su madre (simbiosis secundaria detectar la problemática del vacío mental defensiva), y al generarse en la intimidad estructural en la consulta clínica diaria. de la mente del bebé el “Autismo Secunda- También nos orienta hacia la inves- rio Defensivo”: un sector de la unidad “Ello- tigación del lenguaje icónico, aquel que Yo” del bebé aborta o corta bruscamente podemos encontrar cuando intentamos el proceso de diferenciación que estaba analizar las descompensaciones del vacío viviendo. Este movimiento defensivo inte- mental estructural. No se trata de imáge- rrumpe el proceso evolutivo que hacía po- nes que nos pueden remitir a las conoci- sible que se diferencie el Yo y el Superyó a das “representaciones inconscientes de partir del Ello. cosa” que han sido “desmanteladas”, sino De este modo, los sectores del Yo a un tipo de lenguaje especial que H. Ecco incipiente, que iniciaron la diferenciación estudió en su libro Signo. del “Ello”, pero que están involucrados en el hecho traumático que hizo intolerable La edición en el análisis la separación, son escindidos del resto del Yo del bebé y configuran el núcleo de la El silencio asociativo del analizando ha defensa autista y simbiótica secundaria. constituido un eterno desafío para la téc- El resto del “Yo real primitivo”, que no nica psicoanalítica. La resistencia a recor- está involucrado en esta defensa precoz, va dar con palabras, lleva a la reedición (repe- a continuar su camino de maduración tra- tición) en la transferencia y en la vida co- zado por la evolución psicosexual natural. tidiana que, por otro lado, es un peculiar En el interior de la simbiosis secun- modo de “rememorar mediante actos” el daria y del autismo secundario, subyacen pasado traumático olvidado. precipitados -indiferenciados y congela- Bajo la lógica de la repetición “más dos- tanto el sector del “Yo real primiti- allá” del principio del placer, según Freud, vo” que quedó abortado en su evolución, se reiteran las escenas traumáticas sólo como los restos psíquicos del objeto sim- hasta un punto específico: el momento en biótico desmantelado, el cual queda así que se abortó la inscripción psíquica. En- capturado en la trama fusional. En este tiendo que, en este tipo de reiteración, la magma indiferenciado también se aloja el repetición escenifica simultáneamente el sector del “Ello” que quedó escindido. El recuerdo y el vacío semántico de lo impo- primer movimiento defensivo que condu- sible de ser recordado. ce hacia el vacío mental estuctural, nace Si no estamos prevenidos ante esta como defensa de un afecto específico: el eventualidad, podemos —equivocadamen- terror sin nombre. te— efectuar operaciones técnicas destina- La simbiosis secundaria y el autismo das a resolver la “resistencia” en lugar de secundario congelan este estado de de- intentar proceder técnicamente a “editar” sastre vincular con los objetos primarios. que permanece inédito en la mente.

142 El vacío mental Entiendo que la repetición fundada Por el contrario, el analista sí puede en la lógica del más allá, del principio del tener evidencias psicoanalíticas (transfe- placer, tiene, como función potencial, la renciales y contratransferenciales) de lo espectativa de generar la “carga psíquica” que el analizando no puede evocar debido faltante en el sistema representacional a la ausencia de una adecuada inscripción inconsciente del sujeto, no sólo la mera psíquica de su historia vivencial. En ello “descarga” pulsional. consiste el proceso de edición. Entiendo que se trata de una pecu- Semánticamente, la edición transfe- liar repetición que guarda oculta la espe- rencial pretende significar las vicisitudes ranza de que, mediante dicha repetición de un proceso cuya función es dar lugar automática, el individuo logre semantizar, al nacimiento mental a facetas de la per- mediante un lenguaje simbólico, sus irre- sonalidad del analizando que nunca fue- frenables actos automáticos, aquellos a ron ni conscientes ni inconscientes, ya los que se siente “compelido” a realizar. que permanecieron fuera del área de la Por ello podemos entender que la dinámica de la mente. Se trata de sectores “compulsión a la repetición” corresponde de la personalidad engolfados dentro de a una serie de actos automáticos destina- vínculos simbióticos (simbiosis secundaria dos tanto a generar una “descarga pulsio- defensiva) o enquistados en el interior de nal sin un pensamiento que la organice”, la personalidad, dentro de sus defensas como una compleja sucesión de “actos” autistas secundarias. destinados a generar potencialmente Del análisis del interjuego transferen- una “carga semantizante” en el sistema cia-contratransferencia, depende que el representacional, propio de la estructura futuro del analizando sea una mera repe- inconsciente (representación de cosa). Se tición que reedita la historia o una edición trata de la “edición” de lo inédito para la en la que se combina la “creatividad” y la mente, según la teoría de Freud. “cura”. Si traducimos el proceso técnico que En cada sesión que compartimos con he denominado “edición en el análisis”, en el paciente, podemos apreciar los proce- términos de la teoría de Bion, dicha “edi- sos de transforma­ción que se van produ- ción” corresponde a la transformación ciendo en él y en nosotros: de acuerdo a en elementos alfa de los componentes dichas apreciaciones, podemos llegar a del pensamiento eliminados de la mente generar la aparición de pensamientos edi- como elementos beta, por un lado, y a la tados o inéditos en la mente del paciente. ampliación de la función mental “continen- Para editar lo inédito se requiere te”, por el otro. que el analista capte los pensamientos sin Los fracasos terapéuticos con los pa- pensador a través de su propio insight. A cientes graves, muchas veces, se deben a veces hacen falta varios años de trabajo de la suposición del analista de que detrás esa pareja analítica, para que el analizando del silencio del analizando, siempre hay un esté en condiciones de recibir, como inter- pensamiento. Para los pacientes que pa- pretación, aquellos contenidos que el ana- decen del vacío mental estructural, es im- lista ha detectado como un pensamiento posible evocar “recuerdos” que jamás han sin pensador del paciente. Previamente­ tenido una inscripción en su mente. hay que restaurar la función mental (conti-

Jaime M. Lutenberg 143 nente) alterada en el analizando. e) la forma bajo la cual el analizando En síntesis, la concepción técnica de la semantiza la morfología singular edición tiene dos componentes­ nucleares: de cada uno de los elementos y objetos del encuadre (zona geo- gráfica del consultorio, adornos, 1) El más importante consiste en la crea- horarios, honorarios). ción de la estructura mental que será continente de futuros conte- nidos. Las distintas teorías psi- La discriminación semántica que la pala- coanalíticas aportan conceptos bra genera, posibilita separar los emer- complementarios­ que ayudan al gentes transferenciales de los contra- analista a reconocer la especifi- transferenciales; también introduce una cidad de su labor. Es la tarea del armado de la “imprenta” para las pausa o cesura que intercepta­ la repeti- ediciones. ción sin edición y la transforma en edición 2) El otro componente atañe a los con- sin repetición. tenidos a ser editados: represen- Como síntesis final, deseo comuni- taciones inconscientes; o trans- car que tanto el concepto de “Vacío Men- formar en elementos “alfa” los tal Estructural” como el de “edición en el elementos “beta” eyectados. análisis”, son dos entidades interdepen- dientes que se fueron generando en mi La tarea de edición transferencial es al- pensamiento, cuando intenté “escuchar” tamente compleja, ya que nos enfrenta qué había más allá del silencio que se ge- con el terror como emoción subyacente. neraba en las sesiones con los pacientes La edición se construye a través de una severamente perturbados. gramática especial. Esta gramática se El “Vacío Mental Estructural” es un configura con la combinación de varios concepto teórico con significativas reso- elementos, entre los cuales podemos nancias psicopatológicas, ya que, en cierto mencionar: modo, cambian el origen genético de los a) las asociaciones verbales y los sueños distintos cuadros clínicos, aunque mantie- del analizando; nen sus características fenoménicas. b) las asociaciones libres corporales del La “edición en el análisis” es el com- analizando; plemento técnico que me ayudó a gestar c) gramática y semántica de los distin- una estructura píquica complementaria a tos acting out del analizando. En la que el paciente ya tenía, pero que esta- varias comunicaciones recientes, he efectuado un estudio porme- ba destinada a cubrir los “agujeros menta- norizado de toda la información les estructurales” que ellos portaban im- que nos pueden proporcionar perceptiblemente. los “pasajes al acto” de los pa- Deseo subrayar que, mientras pro- cientes, mirados con los ele- cedo técnicamente a pperas mediante la mentos que nos proporciona la lingüística moderna. Por ello es “edición en el análisis”, siempre he podido que he propuesto denominar mantener mi “neutralidad analítica”, de al “actig out” como “creatividad acuerdo con los principios epistemológi- negativa”; cos propuestos por Heisemberg. d) la contratrans­ferencia del analista; in- cluye sueños y resonancias cor- porales;

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Jaime M. Lutenberg 147 Lo primario y secundario en la identificación- desidentificación

Patricia Reyes López*

“Para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia”. Octavio Paz.

l concepto de identificación es uno de los conceptos princeps en la teoría psicoanalítica, ya que es considerado como uno Ede los elementos constitutivos del psiquismo. Sin embargo, es

LA BRUJA indispensable hacer todo un rastreo en la obra de Freud, ya que sus desarrollos teóricos sobre este tema no se encuentran agrupa- dos en uno solo de sus artículos, sino que es necesario hacer todo un recorrido a lo largo de sus escritos, puesto que este concepto fue evolucionando en las distintas etapas de su pensamiento. En Tótem y Tabú, Freud abordaba la identificación como prin- cipio de agrupamiento comunitario; en Introducción al Narcisismo, plantea la dialéctica entre la identificación y la elección narcisista de objeto; en Duelo y melancolía, desarrolla la noción de identifi- cación por incorporación oral; en el capítulo siete de Psicología de las masas y análisis del Yo, afirma que la identificación es la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto, y finalmente, en 1923, con la introducción de la segunda tópica, en El Yo y el Ello, desarrolla ampliamente la conceptualización del concepto de iden- tificación primaria y asienta que el Yo es un precipitado de identi- ficaciones. Es necesario entender el concepto de identificación como un concepto bisagra entre lo tópico y lo estructural, tomando en cuen- ta a la identificación como un proceso inconsciente, característico del proceso primario. *Psicoanalista titular en En psicoanálisis, consideramos a la identificación como una función didáctica de la Asociación Psicoanalítica de las operaciones fundamentales que genera las condiciones de Guadalajara para instituir la subjetividad, propiciando los requisitos de la cons- [email protected] titución psíquica.

148 Siguiendo a Kristeva, entendemos tificación primaria, represión primaria, por identificación el movimiento por el narcisismo primario, fantasías originarias) cual el sujeto adviene en la medida en que es constituyente del núcleo de nuestro se confunde en uno con otro, idéntico a él; ser; sin embargo, hay que tener presente por esta vía, yo formo UNO con él, es por que lo primario se articula siempre a lo se- esto que se puede afirmar que es estruc- cundario, no hace referencia a lo que está turante pero al mismo tiempo es alienan- antes y después cronológicamente, sino te en tanto un sujeto se construye en el que son premisas permanentes de la es- encuentro con otro. Lagache dice que “an- tructura, en permanente articulación. tes de existir en sí mismo, por sí mismo y En El Yo y el Ello es donde Freud se para sí mismo, el niño existe por y para el refiere explícitamente a la identificación prójimo, que es ya un polo de esperas, de primaria y lo hace en el siguiente párrafo: proyectos, de atributos” (1). “la identificación primera, y de mayor va- Laplanche y Pontalis, en su dicciona- lencia del individuo: la identificación con rio, dicen que hay que diferenciar el tér- el padre de la prehistoria personal. A pri- mino en su sentido transitivo (identificar) mera vista, no parece ser el resultado ni y el reflexivo (identificar-se), es decir, antes el desenlace de una investidura de objeto: de identificarse a sí mismo, todo sujeto re- es una identificación directa e inmediata quiere identificar los objetos del mundo. (no mediada), y más temprana que cual- Es a partir de la vuelta sobre sí de esos quier investidura de objeto (...)”; respecto a objetos ya identificados que el niño puede la identificación con el padre de la historia identificarse. En Duelo y melancolía, Freud personal, en una nota al pie de página dice puntualiza: “la identificación es la eta- que quizás sería más prudente decir “con pa previa de la elección de objeto y es los progenitores”, pues padre y madre no el primer modo, ambivalente en su se valoran como diferentes. expresión, como el Yo distingue a un Según Kristeva, un rasgo indicado por objeto” (2). Freud bajo el nombre de identificación pri- Hayde Faimberg sostiene que las maria con el “padre de la prehistoria per- identificaciones que intervienen en el ori- sonal”, es el grado cero de la identificación gen de la constitución del psiquismo, son que moviliza los afectos, la pulsionalidad, alienantes porque el sujeto se somete in- grado cero de la autonomía del sujeto. conscientemente a las historias de un otro La identificación es la fusión de re- que no le conciernen, pero de las cuales presentaciones de uno mismo y de re- permanece cautivado. Estas identificacio- presentaciones de rasgos de objetos que nes cristalizan en una organización escin- conforman el fantasma inconsciente; la dida; por lo tanto, alienada. identificación es en sí el investimento de La identificación primaria sería el pri- este fantasma inconsciente, y que es lo mer enlace afectivo con una persona, se- que aparece en los sueños. ría lo más originario, sería el deseo de ser La identificación con el padre prehis- el otro, pues ser como el objeto equivale tórico o preedípico sería la base de la iden- a tenerlo, todo lo primario se encuentra tificación primaria y que marca el paso a la en el origen de la estructuración psíquica. identificación secundaria; el paso del nar- Para Freud, lo primario o primordial (iden- cisismo primario al narcisismo secundario.

Patricia Reyes López 149 Este Yo inicialmente identificado con este Si la identificación secundaria queda padre de la prehistoria se convierte en el asentada sobre la base de una identifica- objeto del Ello: “Mira, puedes amarme, ‘yo’ ción narcisista, es decir, sobre la base de me parezco tanto al objeto”, dice Kristeva. un deseo de parecerse al otro; identifica- Es así como la problemática de la identifi- ción no con un rasgo del objeto sino con el cación encuentra su punto de articulación objeto total, con el objeto perdido, el ob- con el narcisismo. jeto ausente física o psíquicamente como Partiendo de la segunda tópica, en El objeto de amor y de confirmación narci- Yo y el Ello, Freud define, además del Ello sista; esta identificación será patológica, y el Yo, una instancia nueva, el Súper Yo pues en la medida en que ese ser como el y al ideal del Yo como parte de éste, cuyo objeto equivalía a tenerlo, el dejar de serlo origen él sitúa en la identificación primaria, equivale a perderlo con los consecuentes la cual está detrás del ideal del Yo. Podría- sentimientos de extrañeza en relación con mos decir que el Súper Yo es una fusión de uno mismo y de un déficit de identidad, lo identificaciones de dos personas importan- que nos lleva a afirmar que el estableci- tes: el padre y la madre, pero compatibles. miento de una identidad es un proceso de La identificación secundaria se pro- devenir, y dice Kristeva que si entendemos duce en la salida de la trama edípica. De a la identificación en el sentido de obten- acuerdo al modelo edípico, inicialmente ción de una identidad, es una distinción, tanto para el niño como para la niña, la no una unificación. primera investidura de objeto es la madre, A continuación presentaré algunas el objeto primario. Posteriormente, en la observaciones relativas al tema, de una etapa de la resolución y el sepultamiento paciente border con 10 años de trata- del complejo de Edipo, se sustituye por la miento que inició su terapia con un grave identificación con el padre para el varón, y déficit de identidad, además de muchos con la madre para la niña, desenlace de la otros problemas. larga fase preedípica ligada a la estructu- Una de las cosas que llamó mucho ración narcisista del aparato psíquico. La mi atención, al inicio del tratamiento, fue estructura preexiste al complejo. que el nombre que lleva es el mismo que La estructuración defectuosa y la par- tenía su abuela y su mamá; además que ticular constelación que adquiera el com- ella también lo impuso a su hija mayor y, plejo de Edipo, dificultará la aceptación de adicionalmente, el primer nombre (pues la castración y la ulterior elaboración hacia tiene un nombre compuesto) también se una sexualidad relativamente lograda. La lo puso a su segunda hija. Bien sabemos adolescencia, etapa de la reviviscencia del todos que el nombre que nos ponen es un complejo de Edipo, ofrece un material de signo de identidad que nos lleva a singu- observación particularmente interesan- larizarnos o nos condena a identificarnos te en ocasión de la dialéctica identifica- con el o los antecesores de ese nombre, ción-desidentificación en el Yo y en el ideal hipotecando así su ser. del Yo, que se tiene que llevar a cabo para Otro hecho que ha tenido mucho la consolidación de la identidad; podemos peso en el análisis es la historia de su Edi- ver con esto la estrecha relación existente po, ya que cuando la paciente recién en- entre identificación e identidad. traba en la adolescencia, se quedó huér-

150 Lo primario y secundario en la identificación-desidentificación fana de madre. Incapaz de hacer el duelo cual puede ser cierto para algunos pacien- por la madre, se ve llevada a vestirse con tes aunque no para muchos de los que ac- la ropa de la madre y a usar sus accesorios tualmente concurren con mayor frecuen- con el afán de parecerse a ella. Aunado a cia a nuestra consulta, en los cuales lo que esto, su problemática psíquica se vio agra- se pone en juego es el dualismo entre Ser vada por el hecho de que su papá, inca- y Tener: en ellos, ciertas identificaciones pacitado también de hacer el duelo de su han sido de mayor impacto estructurante esposa, la toma a ella como tal, regalán- y de más graves consecuencias patológi- dole el anillo de compromiso que le había cas. dado a su mamá y haciéndose acompañar Ahora, más que nunca, con la llega- por ella a cenas y reuniones de las parejas da de pacientes borderline, psicosomáti- de amigos que tenían él y su esposa. En el cos y con estructuras narcisistas, la cura tratamiento, ella se empezó a autodeno- contemporánea plantea el problema de la minar “la impostora” o “sustituta”. desidentificación con el fin del abandono Ya más avanzado el tratamiento, un de la identificación patógena y como la día llegó a sesión enseñándome una ci- condición que posibilita liberar el deseo y catriz producida por la extirpación de un construir el futuro, en el mejor de los ca- lunar en el cuello que, según me dijo, tam- sos. bién su mamá tenía; todo esto como un W. Baranger et ál. dicen que “la cura intento en lo concreto de desidentificarse psicoanalítica tiene un fin que no puede de la mamá. ser otro que la desalienación, en la me- Recientemente, ha iniciado un nego- dida que esto es posible, pero no la des- cio para el cual mandó diseñar una ima- estructuración” (3), y Kancyper dice que gen que identifique su marca; esta imagen “durante la desidentificación se produce representa una imagen de una diosa de la defusión de la pulsión de muerte, pues la mitología pero con ciertas característi- se disuelven -desestructuración implícita cas que ella pidió. Cuando yo le digo que y transitoria en toda elaboración del pro- a través de esa imagen está tratando de ceso desidentificatorio- los lazos afectivos diseñar una imagen de sí misma, me dice: con determinados objetos, para posibilitar “Es que ella soy yo, esa es mi esencia y me su pasaje hacia otros objetos, lo cual rea- representa a mí”. bre el acceso a configuraciones de nuevas Hace unas semanas, llega a sesión identificaciones” (4). llena de júbilo, diciéndome que su marca Para lograr este proceso dialéctico ya quedó registrada y con derechos de au- de identificación-desidentificación, tene- tor; que ya nadie podrá quitarle o usar su mos a nuestra disposición la repetición registro. Le digo que ya empieza a tener transferencial, que en este tipo de pacien- una marca o registro propio, y me dice: “Es tes que presentan una represión proble- que ahora ya puedo existir por mí misma”. mática que hace circular a la pulsión, des- Octave Mannoni señala que el darse de las representaciones verbales hasta las cuenta de que algo de uno ha sido toma- representaciones psíquicas, provocando do de otro, puede bastar para provocar el la transferencia, para lo cual tenemos necesario distanciamiento entre el sujeto que recurrir a lo que Kristeva denomina y la persona con la cual se identificó, lo “la identificación transverbal” del analista

Patricia Reyes López 151 -identificación que, sin duda, se remonta Freud, Sigmund. Duelo y melancolía. Obras a las identificaciones primarias-, recurrien- completas Vol. XIV. Amorrurtu Editores. do tanto al verbo como al afecto del ana- 1996. Baranger, W., et ál. “Acerca de la desidenti- lista. A este respecto, terminaré con una ficación”. Revista de Psicoanálisis. Tomo cita de Kristeva: “Para conducir mi palabra 46, #6. Asociación Psicoanalítica Argen- al lugar psíquico, yo debo de acompañarla tina. 1989. en afecto en su sufrimiento, pero también Kancyper, Luis. “Adolescencia y desidentifi- dar un salto al lenguaje de los signos y dar cación”. Revista de Psicoanálisis. Tomo XLVII #4. Asociación Psicoanalítica Ar- un nombre a nuestro afecto común, que gentina. 1990. por un tiempo había permanecido innom- Kristeva, Julia. Lo real de la identificación brable” (5). en “Las identificaciones”. Ediciones Nue- va Visión. 1988. Bibliografía

Lagache, Daniel. “El psicoanálisis y la es- tructura de la personalidad”. Publica- ción interna de la Biblioteca Freudiana de Barcelona. 1998.

152 Lo primario y secundario en la identificación-desidentificación La extraña consulta

Jaime Isaac Szpilka*

—¿Qué lo trae por aquí? —Mire doctor. Necesito contarle algo muy extraño que me ha sucedido y que cambió totalmente mi vida. —¿Totalmente? —Sí, aunque le cueste creerlo fue como una trans- formación mágica. De pronto me convertí en una persona nueva. En realidad es como si no pudiera reconocerme. Si no fuera que siento vergüenza podría decirle que me sien- to mejor de lo que nunca me sentí en mi vida. Fue como un cambio tan largamente deseado, como si por fin me hubiera convertido en un hombre de verdad. No sé si va a poder entenderme, es tán difícil de explicar. —¿Porqué cree que no voy a entenderle? —No sé, usted es un “goy”1, no sé si sabe lo que sig- nifica eso, es como los judíos llamamos a los no judíos, a los que eufe-

*Médico, psiquiatra y místicamentellamamos gentiles. Bueno, le decía que usted es un “goy”, doctor en medicina por nació “goy” de padres “goy” en España, y seguramente siempre se sintió la Universidad de Buenos Aires. Fue presidente seguro, dueño de su país, de su persona, con derecho a hacerse respe- de la Asociación Psicoanalítica Argentina tar y a ir y a venir cómo cuándo y donde le daba la gana. Yo de niño en desde 1974 a 1976; cambio estaba siempre tan preocupado por mi madre. vicepresidente de la Asociación Psicoanalítica —¿Por su madre? de Madrid desde 2000 a 2004. En la actualidad —Sí por mi madre. La recuerdo tan hermosa! muy rubia y de gran- ejerce como psicoanalista des ojos azules. Ya sé, usted va a decir que estaba enamorado de ella, con función didáctica de la Asociación que tenía eso que ustedes llaman un complejo de Edipo bárbaro. Bueno, Psicoanalítica de Madrid y de la Asociación puede que sí pero no me importa. Cantaba como los ángeles ¿sabe? Can- Psicoanalítica Argentina. ciones polacas del pueblo de al lado de Varsovia donde nació, yo tam- Autor de diversos libros entre ellos: La realización bién nací allí ¿sabe? También cantaba en hebreo, en ruso y en “yidisch”2. imposible; Sobre la cura psicoanalítica; Una Siempre eran canciones de amor. Cantaba cuando no estaba triste y to- palabra de amor; Creer en el inconsciente y Crítica de la razón natural (en colaboración). Siendo el 1 presente libro de cuentos Literalmente en “yidisch” no judío,gentil. su primera publicación de 2 Idioma que hablan los judíos centroeuropeos, mezcla de Alemán arcaico, localismos genero literario. y palabras hebreas.

153 dos nos sentíamos tán felices cuando empe- de inmigrantes judíos, porque no se si usted zaba a cantar. Era una señal de que se le había lo entiende pero no era lo mismo ser hijo de pasado la tristeza y entonces todos podíamos inmigrantes judíos que hijo de otros inmigran- alegrarnos. Yo quería ser un violinista famo- tes, españoles, italianos, y ni que decir ingleses so¿sabe? Los violinistas más famosos eran ju- o suecos o alemanes. No soportaba que dijeran díos, habrá oído hablar de Jascha Heifetz, o “joives” o “boino” en vez de jueves o bueno, y Yehudi Menuhin. De chico pensaba que era cuando íbamos juntos de paseo o de compras porque era el instrumento más fácil de trans- yo me hacía el desentendido y andaba siem- portar, eso que se dice de irse con el violín a pre unos pasos por delante o por detrás o al otra parte, y como los judíos siempre tenían costado, como que no tenía nada que ver con que escaparse. Claro, transportar un piano ellos, y cuando hablaban en “yidisch” bueno, es más difícil, aunque también hubo grandes ya era el colmo. Estaba seguro que para poder pianistas judíos, Rubinstein, Horowitz, que se ser fuerte había que poder ser malo y estaba yo, un montón. Lo cierto es que yo tocaba el convencido de que todos los sufrimientos del violín, acompañaba a mi madre en las cancio- pueblo judío eran por eso, por una falta congé- nes y cuando ella dejó de cantar yo dejé de nita de maldad. Porque en realidad los héroes tocar. Me dí cuenta que sólo quería acompa- judíos que yo encontraba, un tal Bar Kojba, ese ñar su canto y que después ya no me intere- de la rebelión contra los romanos del siglo II y saba. Cuando no cantaba estaba melancólica, que motivó seguramente la primera gran diás- sus padres y hermanos murieron todos en el pora, o los macabeos del siglo II antes de Cris- guetto de Varsovia, bueno, mis abuelos y tíos, to, siempre me parecían una versión mejorada sólo ella se salvó y no podía con la culpa. Me pero en el fondo igual a la del pastorcillo David quería muchísimo y yo también a ella, sentía con su honda contra Goliath, Goliath murió y que me daría la vida si se la pidiera para sal- perdió pero David nunca se transformó en un varme. ¿Usted sabe doctor lo que es la certe- gigante. ¿Entiende doctor lo que quiero decir? za de que otra persona daría su vida por uno? ¿Y no cree doctor que son en el fondo las “yi- —¿Qué es? dische mames”4 las verdaderas responsables —Te obliga a ser tan bueno, tan compla- de esa falta de maldad. ciente, te hace cobarde, no puedes enfadarte —¿Las “yidische mames” que es eso? nunca, no puedes ser malo, joder. ¿Sabe lo —Las madres judías doctor, con su tris- que es no poder ser malo? No me gustaba que teza y con su melancolía obligan a sus niños me dijeran “rusito”, seguro que a usted nunca a que sean siempre buenos, tiernos, obe- lo llamaron rusito. dientes, y al final los vuelven cobardes, como —¿Rusito? dirían ustedes, los castran. A mi me fascina- —Así era como llamaban a los judíos en ba ver esas películas italianas en las que los mi país, y me moría de ganas de matarlos a mafiosos volvían con sus metralletas aun trompadas, pero no, un chico judío bueno no humeantes de disparar y haber liquidado a tiene que hacer eso, y daba rodeos por las es- cincuenta de la banda rival, y la “mamma” los quinas para no encontrarme con la pandilla de recibía con una fuente rebosante de tallari- “goym”3 con los que no debía pelearme ni aún nes y ravioles con tuco animándoles, “mangia para salvar mi honor. Y al lado del intenso ca- mangia que te fa benne”, y ellos tan campan- riño me avergonzaba tantas veces de ser hijo tes y felices llenándose la panza casi premia-

3 Literalmente en “yidisch” no judíos, gentiles. 4 Literalmente en “yidisch” madres judías.

154 La extraña consulta dos por la “mamma” después de la masacre. miarte con un soso dietético hervido“guefil- Si doctor créame la culpa de todo la tienen te fish”5 en la noche de “pesaj”6 por portarte las “yidische mames”, porque los que dicen bien, te premiara con unos buenos ravioles que la judía y la italiana se parecen están con tuco todos los domingos y por portarte completamente equivocados. ¿Nunca escu- mal.¿me entiende doctor? chó el chiste ese en que una madre italiana —¿Porqué me pregunta tanto si lo en- le dice a su hijo, si no comes te mato, mien- tiendo? tras que la judía dice, si no comes me mato y —Porque el que no tuvo una “yidische me muero? Púes ahí está toda la verdad de la mame” no puede entenderlo. Ahí empecé a milanesa, los chicos judíos no podíamos ser buscar desesperadamente ídolos judíos ma- mafiosos porque nuestras madres se mata- los, pero malos de verdad, como para po- ban, mientras que los “goym” podían serlo der identificarme como dicen ustedes, pero porque las madres los mataban. En la fiesta no Bar Kojbas ni Macabeos del tiempo de la de Reyes me moría de ganas de que me re- pera que vaya uno a saber si eran o no eran galaran una escopeta, aunque fuera de esas de verdad. Después de mucho buscar por fin que disparaban una balita de corcho que iba los encontré, dos boxeadores judíos famosísi- unida al cañón con un piolín, púes no, prime- mos! No lo podía creer, uno se llamaba Daniel ro que Reyes era una fiesta de “goym” y nada Mendoza. de regalos y después que lo único que faltaba —¿Mendoza? era una escopeta, a ver si te transformabas —Sí, Mendoza, claro usted no puede en un gangster del Bronx. Seguro que eso ya creer que se llamara Mendoza y fuera judío, viene desde la historia del rey Salomón y las seguro que usted sólo conoció a Ramón Men- dos madres que se disputaban la pertenen- doza el presidente del Madrid. Pero es que cia del bebé, seguro que una era una italiana los judíos sefardíes parecen más “goy” que los y la otra una “yidische mame”, y mientras la askenazis, si ni se los reconoce por los apelli- primera decía que lo corten en dos con tal dos. Pues la vida del tal Mendoza me la em- pollé concienzudamente, un boxeador inglés que ella se saliera con la suya, la judía prefe- sefardí, campeón de Inglaterra de todos los ría resignarse y matarse ella como madre en pesos desde 1792 a 1795, el llamado padre del lugar de que le partan al nene en dos. ¿Y que boxeo científico ¿se imagina? Por fin, un cien- hizo Salomón? Como el también había tenido tífico judío malo y que pegaba golpes brutales una “yidische mame” juzgó que la que se ma- y machacaba a sus rivales aún más pesados. Y taba para salvar al nene esa era la verdadera lo descubrieron haciendo justo lo que mi ma- madre. Pero Salomón no se preocupó por lo dre no me dejaba, en una pelea con un clien- que iba a pasarle al nene que se salvaba, to- te que amenazaba al propietario de la tienda tal como el era el rey no pudo pensar que el donde trabajaba, casi lo mata. Se hizo tan fa- nene salvado de partirse en dos iba a ser un moso que lo llamaban la estrella de Israel y eterno y desgraciado deudor de la resigna- hasta llamó la atención del príncipe de Gales ción melancólica de su madre. Como si siem- que lo tomó bajo su patrocinio. Incluso ma- pre le dijeran, tú vives gracias a que yo me muero. Sí, estaba cada vez más convencido que para ser fuerte había que poder ser malo y que para ser malo había que tener una ma- 5 Literalmente en “yidisch” pescado relleno. Comida típica judía. dre italiana que te podía querer pero también 6 La pascua judía, conmemora la salida de los judíos te podía partir en dos, y que en lugar de pre- de Egipto.

Jaime Isaac Szpilka 155 chacó a un tal Saint Martin al que llamaban el mi mamá que quería ser boxeador y que po- carnicero de Bath, ja ja se parece a San Martín dían llegar a despedazar a su nene? Se me iba nuestro prócer patrio, mientras todos lo re- a morir no una sino mil veces de dolor. Púes cibían orgullosos en Londres por haber casi entonces me hice médico, un buen médico matado al de Bath no cantando el” Hatikva”7 judío que iba a curar a todas las “yidische ma- sino “See the Conquering Hero Comes”. Y me mes” de todos sus dolores para siempre, y mi imagino que sabrá que al final del siglo XVI- sueño de ser boxeador se me quedó guarda- II y principios del XIX el boxeo no era como do para siempre en el subconciente, perdón hoy, que guantes especiales, que pantalon- en el inconciente, jorobándome la vida. Y en citos, que protector bucal, que asistente en medio de esas torturas empecé un montón el rincón que te refresca, que va, entre asalto de tratamientos psicoanalíticos a ver si podía y asalto sólo descansaban apenas treinta se- volverme malo con menos culpa. Pasé por di- gundos y los asaltos duraban hasta que uno vanes, kleinianos, freudianos, lacanianos etc. se caía al suelo o doblaba sus rodillas, así mu- etc. Unos me decían que estaba demasiado chos morían como moscas. Y en 1789, cuando castrado, otros que me faltaba castración, todos festejaban la revolución francesa, liber- otros que no terminaba de matar a mi mamá, tad igualdad y fraternidad, Mendoza abre su otros que no me atrevía a vivir con ella plena- academia de boxeo y publica su famoso libro mente mi Edipo, y así pasaron muchos años El arte del boxeo, del cual se nutrieron todos hasta que pensé que la única solución sería los boxeadores modernos. Dicen que incluso migrar y poner un océano por medio. fue el primer judío que hablo con el rey Jor- —¿Y aquí como le fue? ge III. Ese sí que era un modelo ideal. Y del —Bueno, a los pocos días de llegar sentí otro seguro que ni se enteró, se llama Arthur que se reproducían los mismos sentimientos y le juro que tiene el mismo apellido que yo, de siempre. Ya no era que me llamaran ru- qué orgulloso me sentía que de mi tan noble sito, sino que cuando descubrieran que no y antigua familia rabínica hubiera podido en- diferenciaba bien las eses de las ces y no pro- gendrarse un bestia así! Si no me cree vaya nunciaba bien las zetas y las elles, enseguida a Google y lo va a encontrar, polaco de Cra- me dirían “sudaca” y que me daría casi la mis- covia súper campeón de peso crucero ¿sabe ma vergüenza que cuando mis padres decían qué es el peso crucero? entre mediano y pe- “joives” o “boino” en vez de jueves y bueno. A sado. Tenía una pinta de bruto maravillosa, y veces me cruzaba con un mendigo en la mis- también fue descubierto en una pelea donde ma esquina de Chamberí y con un tono to- se estaban masacrando los seguidores de dos talmente argentino me decía, ché dame algo equipos de Cracovia, hasta estuvo preso casi por favor que tengo a la vieja enferma hace un año, y cuando lo veía con esos bíceps ta- cuarenta años. Al principio pensaba, vaya con tuados me parecía el ideal de lo más fabulo- este listillo que se gana la vida con el cuento so que se podía ser, vamos, mi ídolo, ser un de la madre enferma, y me daban ganas de capeón judío de boxeo era mi gran sueño, y contestarle, andá a sacarle la guita a otro o en esa época en vez de mirarme en un espejo me tomaste por boludo! Después me dio lás- sacaba la foto de Arthur y me miraba fascina- tima y pensé que sería un mendigo judío y do en ella. Pues no ¿Se imagina diciéndole a que lo que parecía un cuento chino de él era tal vez una profunda verdad, seguramente te- nía dentro una “yidische mame” enferma que 7 El himno de Israel que significa en hebreo la espe- lo había llevado a ese estado de pobrecito, y ranza.

156 La extraña consulta seguí pensando que igual toda la humanidad se doctor ¿cómo iba yo a ser compatriota estaría enferma porque eran todos hijos de de un conde polaco cuando mis padres se una “yidische mame”. Eva o Sara o como se escaparon por los pelos en el último barco llame del antiguo testamento. Total que todo del guetto de Varsovia? ¿Cómo iba yo a ser el mundo comenzó a darme pena empezan- compatriota de un conde polaco cuando mi do por mi mismo, como si yo fuera mi propia mamá se asustaba y se sentía culpable frente “yidische mame” ¿entiende doctor? Seguí así a Jehová por pasar por delante de una iglesia? durante un tiempo, pero después empezaron ¿Cómo iba yo a ser compatriota de un con- a pasarme cosas que cambiaron de a poco el de polaco cuando cada vez que le pedía a mi rumbo de mi vida y me hicieron ver lo bien padre para ir al cine o para una porción de que había hecho cruzando el océano. pizza me decía, ¿pero que te crees que soy el —¿Sí, que pasó? conde Potocky? Total doctor que me sentí un —Un día entre al Banco Hispanoameri- mezquino traidor por dejarme confundir con cano a abrir una cuenta y cuando el director un patriota católico polaco, pero al mismo me preguntó el apellido comenzó a halagar- tiempo, para ser sincero sentí una profunda me, qué orgulloso debe sentirse de tener la satisfacción. Era la primera vez que cuando misma nacionalidad que el Papa Juan Pablo, decía que había nacido en Varsovia no me ojalá yo fuera polaco, un país católico de ver- preguntaban ¿judío, no? Y no agregaban, dad, como éramos en España antes en vida cuánto debes haber sufrido por los campos del Caudillo que dios lo tenga en la gloria. Pí- de concentración. No, ahora me felicitaban dame el crédito que quiera, jamás desconfia- porque era compatriota de un conde polaco ría de un paisano del Papa que nos salvó de nacionalcatólico y del Papa Juan Pablo. ¿Se los jodidos rojos, a ver si nos salva también de lo puede imaginar? Corrí a casa y me puse a estos sociatas ateos que nos están arruinado estudiar toda la historia del conde Potocky, el país. Pero ahí no termino la cosa, porque igual descubría que tenía algo de bueno, que en ese momento entró un hombre muy alto no había sido un antisemita feroz, que inclu- y elegante, de pelo rubio muy lacio y de ojos so igual en sus castillos habrían dejado que muy azules muy profundos a quien el director se escondiera y salvara algún judío. ¿Y sabe lo saludó de una manera aparatosamente servil, que descubro? Escuche bien ¿está preparado pero qué casualidad conde Potocky, le voy a doctor? El conde Jan Nepomuceno Potocky presentar a un médico compatriota suyo que de Pilawa, nacido en 1761 y muerto en 1815 fue acabo de conocer y a quien le dije lo orgulloso un científico, historiador y novelista polaco, que debía estar siendo paisano del Papa Juan capitán de zapadores y célebre por su novela Pablo. El conde Potocky hizo una reverencia El manuscrito de Zaragoza. Pertenecía a una cortés y un suave taconeo y se ofreció para de las más acaudaladas familias de la más alta lo que pudiera necesitarle, porque la primera nobleza, con orígenes austríacos, polacos y obligación que se tiene después de la fami- ucranianos. Pero escuche bien y agárrese al lia es con los compatriotas, y más ahora que sillón. Se cree que era un judío askenazi y nuestro país volvió a la senda de la verdade- se convirtió al catolicismo para poder desa- ra fe católica escapando por fin de las garras rrollar las relaciones con la alta aristocracia del comunismo, me dijo al mismo tiempo que polaca mayoritariamente católica. Tuvo un me daba su tarjeta. Yo salí casi corriendo del espíritu progresista y liberal muy cerca de la banco empapado en sudor, aterrado de que corte polaca y de Estanislao Augusto que era pudieran descubrir la impostura, imagíne- uno de los grandes protectores de la maso-

Jaime Isaac Szpilka 157 nería a la que pertenecían muchos señores dische mame” que se moría por nosotros lle- de la nobleza. Escribió una Cronología de los vándonos también al suicidio como al pobre hebreos, estudio el Talmud y la Cábala, y en Jan Nepomuceno Potocky? Comencé a sentir su célebre novela incluyó casi un centenar que podía empezar a ser el malo que soña- de páginas sobre la figura del judío errante. ba ser, que tal vez no se trataba solamente Entre 1810 y 1815 decidió eliminar esas refe- de no tener una “yidische mame” sino saber rencias judías seguramente para ocultar sus esconderla muy bien detrás de una austría- orígenes hebreos dado que se casaba en se- ca, ucraniana, polaca, italiana, española, rica, gundas nupcias con la muy católica prince- aristócrata, noble o vaya a saber cuántas co- sa Julia. España lo atrajo más que cualquier sas más, hasta igual prostituta. Decidí que iba otro país en el momento en que gobernaba el a aprovechar todos los créditos que mi ami- ilustrado Carlos III, viajó por toda Andalucía go director del banco me había ofrecido para y Sierra Morena y estudio las costumbres gi- comprarme muchos pisos y hacerme muy tanas y su lengua, admiró a Diderot, Buffon y rico, saqué mi nueva ciudadanía española y D’Alambert, acompañó a Blanchard en su cé- dejé de temer que con la nueva oleada de in- lebre ascensión en globo y tenía una vida rica migración latinoamericana iban a empezar a llena de creatividad y peripecias diversas. Se reconocerse a los apellidos judíos, porque la casa con su prima Constance después de la verdad doctor no me dirá que acá no había muerte de la princesa Julia, y cuando Water- antisemitismo, en realidad era porque hacía loo acaba definitivamente con el imperio na- como quinientos años que no había judíos, poleónico y por ende con las ilusiones de los porque si no! Dejé de tener lástima de mi y polacos de lograr una polonia independiente de los otros y me prometí que iba a tener un del dominio ruso, cae en una profunda me- acto de bautismo contundente, un acto de- lancolía y se suicida con una bala de plata que finitivo para estrenar mi nueva nacionalidad el mismo preparó pacientemente limando el y mi nueva identidad de “goy” malo, y que asa de un azucarero. Pero además el conde entonces podría ser para siempre como un Potocky era un gran mujeriego y contrajo Daniel Mendoza, un Arthur campeón de peso la sífilis, lo que lo llevó a tener episodios de crucero, un mafioso italiano o el bueno malo demencia y melancolía que lo le hicieron en- de Jan Nepumoceno Potocky que dios tenga cerrase en su castillo. ¿Quién era al final Po- en la gloria. Por fin todos mis compañeros de tocki? Aristócrata, educado en Suiza, novicio golf podian ser auténticos “goym” españoles, de la orden de caballeros de malta, oficial de Jose Manueles, Jose Luises,Florencios, etc. ingenieros del ejército polaco, viajero empe- Así fue que un buen día paseando en mi dernido, políglota, etnólogo, jacobino, masón, Hummer recién estrenado, ¿vio esos coches judío askenazi, librepensador. Total que yo ya acorazados con supertracción en las cuatro no sabía quien era él y quien era yo, ni quién ruedas, que más que para pasear por la ciu- había mentido a quién en el encuentro con dad parecen tanques listos para entrar en la ese descendiente del conde Potocky que me guerrilla urbana, y que son tan altos que uno habían presentado en la sucursal del Banco mira a los demás coches como si fueran esos Hispanoamericano. ¿Los dos nos habíamos coches de juguete de los parques de atraccio- mentido, los dos ocultábamos a la “yidische nes? Bueno, iba yo tan acorazado en mi Hum- mame” que llevábamos dentro? ¿Entonces mer y me paró el semáforo de la esquina don- ya no tenía que sentirme avergonzado ni de estaba siempre el mendigo argentino, ¿se acobardado? ¿Todos ocultábamos a una “yi- acuerda ese que yo creía que era judío? Es-

158 La extraña consulta taba pesadísimo, más insistente que nunca y cuarenta años que no te deja vivir! Y es como hasta llegó a meter su mano torpemente por si me hubiera sacado el veneno que llevaba la ventanilla que apenas podía alcanzar, ché dentro de mí desde que nací. Desde entonces dame algo por favor que hace cuarenta años doctor, usted no me lo va a creer, pero ya no que tengo a la vieja enferma! En ese momen- me siento un impostor ni tengo miedo de que to sentí una rabia tan profunda, un desprecio nadie me descubra, como si por fin fuera un tan visceral, un asco que me habría llevado a auténtico “goy” malo que no va a sentir nunca matar, y entonces en voz muy alta y con mi más la menor angustia frente a la vida. Aun- mejor acento español, casi gritando para que que no me lo crea me sentí por primera vez oyera la gente que en ese momento cruzaba realmente curado. la calle e incluso los que estaban en los coches —Pero hay algo que no entiendo ¿Y en- de al lado, porqué no te vuelves a mendigar a tonces para que ha venido a verme? tu país, sudaca de mierda, o te crees que los —Sé que es difícil que me entienda doc- de aquí somos tan gilipollas que vamos a pen- tor, pero vine a verlo porque desde entonces sar que tienes una madre enferma desde hace he dejado de soñar.

Jaime Isaac Szpilka 159 Leer: Placer de un encuentro

Vicenta Ramírez González*

“Vivir es experimentar en forma continua lo que se origina en una situación de encuetro”

P. Aulagnier

“La vida no es sino una conversación previa al silencio”

J. Brodsky

eemos con el cuerpo, es una experiencia erótica en la que po- nemos en juego todos nuestros sentidos. Es una vivencia en la Lpiel en donde algo interno y externo al lector confluyen. Al leer nos colocamos en un estado de ensoñación en donde silencio, sonido e imagen armonizan, produciendo escenas en nuestra mente. Leer es un placer (sé que no para todo sujeto, pero no es propósito de este trabajo explorar ese otro lado de la experiencia). Este placer tiene su origen en una serie de encuentros que permitieron experimentar la palabra del otro en su expresión erógena, un baño de palabras que proporcionaron una experiencia de satisfacción tanto en el trasmisor como en el oyente. En un viaje de los encuentros personales, quiero mostrar inicial- mente la idea mencionada. En el lugar donde nací, no había luz eléctri- ca; después de las largas jornadas de trabajo en el campo, era usual que nos reuniéramos a la hora del crepúsculo a escuchar las narraciones parentales. La siguiente era una de las favoritas en la voz de mi madre:

“Y allá por la mina de la Yerbabuena, hay una cueva en la que algunos mineros fueron llevando poco a poco oro y plata, y algunas monedas que rescataron algunos hacendados en el tiempo de los cristeros. Con el tiempo se hizo un tesoro muy grande y después muchos han intentado sacarlo pero no han podido porque dicen que quien saque el tesoro tiene que sacarlo todo de una vez para podérselo llevar, así nos contó que mi tío Elías, quien ya había oído de la cueva, un día él mismo se animó a buscarla y andando en el monte la encontró, y quiso entrar con su caballo, pero el caballo no pudo *Vicenta Ramírez, Psicoanalista adherente pasar, como que había algo que se lo impedía; entonces entró solo y cuál fue de la Asociación su sorpresa y su júbilo cuando efectivamente vio bolsas y bolsas repletas de Psicoanalítica de Guadalajara monedas, centenarios y alazanas, también piedras preciosas regadas por [email protected]

160 el piso. Entonces cargó con algunas bolsas y, hombres que se taparan sus oídos con cera y no como pudo, se las echó al hombro, pero án- se los quitaran hasta que atravesaran la isla. dale que al querer salir oyó una voz que le Por su parte, pidió que lo ataran a un mástil decía: ‘¡Todo o nada!’, que pensó que alguien para gozar de esta experiencia. Así fue como lo había seguido y a la mejor había entrado Odiseo fue el único que escuchó el canto de las con él, pero no, volteó y no vio a nadie; sólo escuchó otra vez la voz que le decía: ‘¡Todo sirenas y sobrevivió a su hechizo. Muchos años o nada!’, era una voz que venía del interior después, entre las pertenencias de mi padre, de la cueva, y él intentaba salir con las bol- encontré unos libros de hojas amarillentas, sas en sus hombros, pero como que algo se lo algunos sin pasta. Entre ellos estaban La Ilía- impedía, y no era una puerta o un candado, da y La odisea, en sus páginas ubiqué la ver- era esa voz fantasmal que se oía, y enton- sión escrita de esa historia que tanto me fas- ces que suelta los costales, y pies para qué te cinaba escuchar, aunque allí con el nombre quiero, se echó a correr, montó su caballo y de Ulises. En la primera hoja venía un sello de no regresó”. la Secretaría de Educación Pública, año 1926. Este dato me maravilló, puesto que en esos Tiempo después, me parecía que reencontra- libros encontraba el vestigio de un hombre, ba variantes de esta historia en Las mil y una José Vasconcelos, cuyo deseo de educar y de noches. Encontraba a mi madre-Scherezada, cambiar al mundo trascendió hasta tocar la portavoz de las historias, cuentos y delirios vida de mi padre; en él, este ideal cumplió su de la humanidad. Sherezada es el vestigio de cometido, pues le abrió a este campesino un un encuentro primero, vive en cada mujer mundo más allá de su parcela. que cuenta historias a sus hijos. Mi padre no tuvo la posibilidad de ir a El radio de transistores era el objeto la escuela más que una semana; sin embargo, tecnológico más sofisticado con el que con- un encuentro extraordinario con su maestra tábamos. Cada día esperábamos con ilusión Aurora Santana marcó un cambio importan- el siguiente capítulo de la trama de Chucho tísimo en su vida, pues le abrió su deseo de el Roto y su amada Matilde. Entre uno y otro, aprender otra expresión de la lengua que fuera se entreveraban también las historias que más allá de la palabra oral; los signos escritos nos compartía mi padre acerca de un tal Odi- le fueron atractivos, signos que le prometían seo, nombre por lo demás enigmático, pues un mundo diferente al otro lado de las letras. no conocíamos a nadie por nuestros rumbos Después de la frustración de haber tenido que que se llamara así, pero eso sí, de que era un dejar la escuela, esta maestra hizo llegar a sus gran aventurero, nos quedaba claro. Una de manos los libros que José Vasconcelos, dota- mis favoritas era aquella en donde, en una de do de un entusiasmo mesiánico, proporcionó sus travesías, se encontró con unas sirenas que a las poblaciones rurales incluso más recón- cantaban melodías mágicas, lo malo de esto es ditas, con la idea de impulsar una educación que, atraídos por los cantos, los marineros po- universal. Se proponía divulgar la sabiduría nían rumbo a la isla y sus naves naufragaban de todos los tiempos. La debatida edición de al chocar contra las rocas; y ellos, imposibili- los clásicos intentaba dar cumplimiento a esta tados de llegar a la orilla, morían ahogados, empresa: Platón, Homero, Shakespeare, Cer- lo cual me parecía muy triste, pues en aquel vantes, los trágicos griegos, entre otros, eran, tiempo yo creía que las sirenas existían y no desde su concepción, las fuentes de las que las pensaba capaces de tales atrocidades. Por debía “beber el alma nacional”. El proyecto fortuna, Odiseo había sido avisado del peligro y educativo de Vasconcelos, nos dice Eva Hicks como quería escuchar los cantos, ordenó a sus

Vicenta Ramírez González 161 (1989), proponía un “viraje espiritual de Robin- Me atrevo a pensar que es en la confor- son a Odiseo, Robinson representa el modelo mación de este Yo-piel audiofónico en donde de educación(…) del hombre técnico e impro- se prefigura el encuentro con la letra en tan- visador. Odiseo es el soñador viajero que no to penetra como eco de una voz en una ca- puede separarse de su ingenio y de una cul- verna. La voz primera, la materna, la primera tura milenaria (…)”. Él mismo se escribió como lengua, voz que tranquiliza al recién nacido un alter ego de Ulises en su obra, con el mismo como respuesta a los ruidos exteriores cuan- nombre. En un viaje distinto a Odiseo, pero do son bruscos o fuertes, gorgorismos inquie- impulsado por su deseo de aprender a leer, tantes del cuerpo sin localizar en el interior. mi padre caminaba tres horas para ir a misa Es sobre este fondo ruidoso que se erige la en domingo y, después de esto, reunirse con voz humana, de la madre y del padre. Una voz la maestra para que le enseñara el nombre de que habla al infante, que lo contiene, que lo las letras y algunas palabras. Se apropiaba, así, va conformando en su piel sonora. Una expe- de una tarea que realizaba día con día en las riencia muy próxima es la que vivía, muy lejos páginas escritas por Homero, precisamente en de ser ya una bebé, cuando en el crepúsculo el libro de La Odisea; en él encontraría tantas y avanzaba la oscuridad, ese mundo perdido, tantas narraciones extraordinarias que, tiem- entrañable y amenazante, que era habitado po después, formarían parte de los relatos en desde el habla de mis padres por tantas y tan- los que mezclaba sus cuitas en sus viajes de tas escenas en donde aparecían tesoros per- ida y vuelta como bracero; él era nuestro pa- didos en los muros de las casas o en los pozos dre-Ulises. de agua, sirenas y cíclopes en otras tierras, Madre-Sherezada, padre-Ulises, mis vándalos y héroes, mundos donde se libra- primeros contactos con las letras, contactos ban grandes batallas entre el bien y el mal. Lo que evocan en cualquier lector el encuentro bueno es que en estas historias no teníamos primario con las voces que nos acunaron, me- que esperar los años que duró la radionovela lodías parentales que, en sus narraciones, son de Chucho el Roto para saber si el bien triun- portadoras de un sentido global del mundo. faría, pues, por fortuna, el bien siempre se Anzieu (1982) se refiere a las voces pa- imponía al final de la noche. Para entonces, rentales como un baño sonoro y nos dice que parecía que la línea que dividía el bien y el mal “el bebé está unido a ellos por un sistema de estaba muy clara tanto en la fantasía como en comunicación verdaderamente audiofónico”, la realidad, aunque aceptábamos como parte en donde destaca la existencia precoz de un de esta última, uno que otro delirio. espejo sonoro o de una piel audiofónica cons- La psique y el mundo se encuentran y tituida por un baño de palabras, emociones, nacen uno con otro, nos dice, por su parte, P. estímulos hechos sonidos y silencios que tie- Aulagnier (1977), “uno a través del otro”; son nen una función importante en la adquisición el resultado de un encuentro inaugural entre por el aparato psíquico de la capacidad de sig- la boca del infante y el pecho de la madre. El nificar y luego de simbolizar (p. 171). Para este mundo se hace presente en este pecho, que autor, el baño de sonidos es el primer espacio es fuente tanto de placer como de displacer, psíquico de todo ser humano, ya que prefigura puesto que no puede haber lo uno sin lo otro, el “Yo-piel y su doble faz vuelta hacia adentro así como en las narraciones que son placen- y hacia fuera, porque la envoltura sonora está teras gracias a sus momentos displacenteros. compuesta de sonidos emitidos alternativa- Como el nacimiento de un río que tiene lugar mente por el entorno y el bebé” (p. 181). por la confluencia de diversas vertientes de

162 Leer: Placer de un encuentro arroyos o torrentes en una cuenca, el naci- de esos signos llamados letras, me intriga- miento del psiquismo tiene lugar en el en- ban de sobremanera. Tal vez me quedé pica- cuentro entre la boca y el pecho, encausando da con los relatos que escuchaba en mi casa el encuentro de otras zonas-objeto a manera natal y que fueron menos frecuentes una vez de una pendiente, como el ojo y la mirada de que nos trasladamos a la Ciudad de México, la madre, la piel y el tacto, la voz y el oído, y que su ritmo impuso un hueco en nuestra las ideas y el pensamiento; todo esto tiene, nueva forma de vida; hueco que, sin embar- a manera de música de fondo, como el so- go, generó en algunos de nosotros el deseo nido del río, la “voz materna como atributo de leer y, así, alimentar nuestras propias na- sonoro del pecho, voz cuya presencia se con- rraciones. En la escuela nos ponían a leer vertirá para el fantaseante en signo de deseo en voz alta; al pánico inicial de mi balbuceo, materno, tanto si experimenta placer como siguió una inmensa emoción. Al leer en voz si no” (Ídem, 92). Así, en este trayecto que va alta, se oye uno a sí mismo, el Yo se desdobla, de la percepción de una sonoridad a la apro- se encuentra con una música interna que en piación del campo semántico, confluyen, en algún momento fue externa y que, aun así, no algún momento, la voz, el tacto y la imagen. es la misma, es una música que nos conecta El cauce de un río desemboca a un mar, a un con ese baño de palabras en las narraciones lago o a otro río; el cauce de esta cascada de más próximas a nuestra infancia y que invo- encuentros de diversas zonas con su objeto can una melodía más antigua, la melodía del “desembocan” en la integración de un cuer- otro que resuena en nosotros porque integra po erógeno, que se experimenta como un nuestras sensaciones, emociones y fantasías Sí-mismo. “La buena o bella inteligencia (…) añejas en las actuales. Por esto es que aun se convierte en el último fruto de este cuerpo en la lectura en silencio hay sonido, es des- cuidado, alimentado, acunado, educado, con de este sonido interno en donde uno puede la esperanza, podríamos decir, de que ofrez- conectarse en la lectura con armonía, incluso ca” su actividad de pensar a la renovación del en el silencio está la voz del otro, del tercero, mundo (Ídem, 148). madre-Sherezada, padre-Ulises, y la voz de Las aguas de los ríos, cuando no están sí-mismo como otro. contaminadas, enriquecen la vida, así el baño Lamento mucho que, en algún momen- positivo de palabras que vienen de las voces to, en la vida de nuestras aulas en educación parentales. Las narraciones con las que so- básica, se haya reprobado y suspendido la mos acompañados en nuestro crecimiento, lectura en voz alta y sus modalidades, en un enriquecen nuestra vida interior. Desde las solo, a dúo o en coro. Me parece que es un ideas anteriores, planteo que leer es un pla- ataque a la libidinización de la palabra en una centero encuentro porque evoca a su vez un de sus modalidades. No por esto me voy a ins- encuentro primario en el que hizo eclosión talar en la añoranza; por fortuna, la libidiniza- la vida propia, un encuentro pasado que se ción de la palabra, como los ríos, busca sus actualiza y se renueva en el contacto con la cauces; ahora, se ha fortalecido la práctica de palabra escrita como si se tratara del cuerpo los cuenta-cuentos, la presentación de libros del otro. y las representaciones teatrales como recur- En mi caso, no tuve obstáculos para sos pedagógicos no sólo de la comprensión, aprender a leer y escribir, lo deseaba desde sino como una manera de fortalecer la expre- antes de entrar a la escuela; al igual que a mi sión oral. En todo caso, pienso que al promo- padre, me urgía saber qué había al otro lado ver la lectura, se promueve la libidinización

Vicenta Ramírez González 163 de la fantasía, del pensar y, por supuesto, del a través del otro, esperando encontrar esa mundo, pues al leer, y no sólo a los clásicos, voz armónica que nos permita construir una como lo pregonaba Vasconcelos, “como que vida con melodía, como la que escribe Octa- el mundo es más amplio”. vio Paz en su poema Hermandad, dedicado al La palabra es infinita y sólo se produ- astrónomo Claudio Ptolomeo: ce en el encuentro con el otro, en lo que se siente con el otro, de descifrar al mundo en Soy hombre: duro poco el otro. La continua experiencia correlativa y es enorme la noche. Pero miro hacia arriba: a este encuentro entre el sujeto y el mundo las estrellas escriben. se traduce en forma igualmente continua a Sin entender comprendo: través de sus producciones, entre muchas de también soy escritura ellas, la lectura, podríamos contar una histo- y en este mismo instante ria de nosotros por lo que leemos, como lo alguien me deletrea. dice Antonio Deltoro (1998): Bibliografía: “Cada lector hace a lo largo de la vida un entramado de lecturas característico. ANZIEU, D. (1982). El Yo-piel. España, Biblio- Como en un folletín o en una telenovela, en teca Nueva. la literatura hay hermanos que no saben que ____(2004). Las envolturas psíquicas. Bue- lo son. El lector los reúne y se da cuenta que nos Aires, Amorrortu. podrían haber vivido juntos en armonía o pelearse a muerte como quienes tienen afi- AULAGNIER, P. (1977). La violencia de la inter- nidades que los separan” (Antonio Deltoro, pretación. Del pictograma al enuncia- 1998). do. Buenos Aires, Amorrortu. HICKS GÓMEZ, E. (1989). “Las misiones cul- Buscamos nombrarnos en lo que contamos, turales: un proyecto de alfabetización como mi madre, que prefiere los refranes y para la integración”. En: Revista de las historias de espanto como la de mi tío Educación de Adultos. Vol. 2, Número Elías; buscamos nombrarnos en lo que lee- 3. México: julio-septiembre. mos, como mi padre, que le gustaban las his- DELTORO, A. (1998). “De un cuaderno”. En torias de Odiseo; al nombrarnos, nombramos Revista Biblioteca de México. Número lo que somos y lo que no somos, y lo que qui- cuarenta y tres/enero-febrero. Méxi- siéramos ser. A veces lo buscamos en lo que co: Consejo Nacional para la Cultura y leemos, cuando las palabras aprendidas se las A nos han acabado, buscamos palabras nuevas

164 Leer: Placer de un encuentro Presentación del libro Jugar con dinamita

Una comprensión psicoanalítica de las perversiones, la violencia y la criminalidad, de Estela Welldon

Alicia Beatriz Iacuzzi*

ugar con dinamita salió a la luz en el año 2011, en Londres. Celebro la posibilidad de enriquecernos Jcon este texto traducido al español de esta mun- dialmente reconocida psiquiatra y psicoanalista de na- cionalidad argentina (que, aunque radicada en Londres desde 1964, periódicamente nos viene a traer, con la calidez humana que la caracteriza, sus aportes, pro- ducto de un recorrido profesional que atesora). Dedica capítulos a: “La verdadera naturaleza de las perversiones”; “Transferencia perversa y vínculo maligno”; “Los bebés como objetos transicionales: otra manifestación de la maternidad pervertida”; “¿Es el síndrome de Munchausen por poder otro caso de perversión de la mujer?”; “El cuerpo a través de las distintas generaciones y los ciclos del abuso”; “A los niños que presencian escenas de violencia doméstica, ¿qué futuro les espera?”. Posteriormente, en una serie de capítulos se detiene en los victi- marios, los perpetradores de los actos más viles, aberrantes, crueles e in-humanos con algún/algunos semejante/s. *Alicia Beatriz Iacuzzi Al igual que su anterior producción escrita (Madre, virgen, puta, Miembro titular en función didáctica de la FILIAL JUNÍN un estudio de la perversión femenina, Psimática Editorial, Madrid, 2013), de la APA Enlace COWAP - Filial Junín el valor agregado del presente libro está en el hecho de que su lugar de la APA de enunciación es la investigación desde la praxis misma. Sus planteos Consultora del Comité Psi- coanálisis y Ley de la IPA parten de la experiencia in situ (en la Clínica Portman de Londres y [email protected] otras).

165 Recorriendo sus páginas, da cuenta -a un tiempo activo para trabajar con los ‘con- partir de la intensidad de las dramáticas- de denados’. los aspectos contratransferenciales que pal- La Maestría de Estela Welldon, para pitan en una de las áreas más complejas de abordar problemáticas que no llegan al con- nuestro que-hacer. sultorio, faculta extender con experiencias fi- Con el despliegue de viñetas y casuís- dedignas nuestro acervo psicoanalítico tanto tica, ilustra con generosidad sus modalida- en su doxa como en su episteme. Aboga que, des de intervenciones y la de sus discípulos, aproximándonos a la ‘mente criminal’, ampli- abriendo un camino esperanzado para un ficaremos los alcances de nuestros dispositi- por-venir diferente para los sujetos ‘delin- vos psicoanalíticos, a la vez que se favorece cuentes’, ‘criminales’ a través de re-situarlos también poner luz a cómo trabajar en pre- como ‘pacientes forenses’. vención. Destaca en un capítulo, especialmente Esta obra nos pone en sobre aviso acer- dedicado a ello, el valor en estos lares de la ca de la necesidad de formar recursos pro- psicoterapia psicoanalítica de grupo, dete- fesionales para abocarse a estos des-lindes, niéndose minuciosamente en cuestiones que inclusive para paliar lo solitario de la ardua sine quanon hay que tener en cuenta para el labor que no siempre halla interlocutores despliegue de un genuino proceso de grupo. para que, en grupo, se sostengan en tan difí- Muestra con solidez el proceso atrave- cil desafío de ‘encontrarse’ clínicamente con sado para que los infractores más irraciona- este prójimo que ha traspasado las barreras les, violentos y crueles puedan ser concebi- civilizatorias. dos seriamente como humanos dignos de ser Compartiendo personalmente un área ‘tratados’. O sea, que obtengan nuestro mira- de trabajo muy cercana a la que se refiere la miento invistiente. Dra. Welldon, no puedo menos que loar esta En el libro se intercalan tres entrevistas obra que, diría, era esperada, respaldando sus que le fueron realizadas a ella (1996, 1999 y planteos. Doy fe que era necesaria. A partir de 2010), donde pone en evidencia su humani- muchísimas coincidencias es que me uno a dad a través de hacer un racconto testimonial sus alegatos y me sumo a los que con mucho de su trayectoria con los mojones significati- gusto darán la bienvenida a Jugar con dinami- vos de su carrera, no silenciando los obstácu- ta,y con emoción felicitamos a Estela por su los con los que tuvo que lidiar. vitalidad y valentía. La riqueza de esta obra se extiende en transdisciplina al Derecho y otras teorías fo- Jugar con dinamita. Una comprensión renses, al presentar estudios que permiten psicoanalítica de las perversiones, la construir marcos de referencias que posibi- violencia y la criminalidad, de Estela litan desmitificar que el transcurso del cum- Welldon. Psimática Editorial, Madrid, plimiento de las condenas legales puede ser 2014.

166 Jugar con dianmita NORMAS para publicación en la Revista de Psicoanálisis de Guadalajara

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167 Se terminó de imprimir

en septiembre de 2016

en Grafisma editores S.A. de C.V.

Jaime Nunó 670 colonia Santa Teresita

Guadalajara, Jalisco. México.

El cuidado de la edición estuvo

a cargo de sus editores.

Su tiraje fue de 500 ejemplares

más sobrantes de reposición y se emplearon las familias tipográficas:

Open Sans, Barkentina y Lora

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