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HOMOTECIA Nº 12 – Año 18 Martes, 1º de Diciembre de 2020 1 Diciembre 2020. Haremos un alto en relación a los temas que hemos tratado en los más recientes editoriales. Hoy nos toca despedir el año. Presentar esta edición significa haber publicado durante 18 años continuos a nuestra Revista HOMOTECIA. Cuando nos iniciemos en el 2021, esperamos seguir realizando esta tarea que siempre nos ha agradado realizar. Diciembre de por sí es un mes especial, no es simplemente el final del año, es el mes del cual no dudamos en afirmar que es el más esperado por niños, jóvenes y adultos en el país, sea cuales sean las situaciones que estemos viviendo. Con él, llega la Navidad, época fundamental en el mantenimiento de nuestra fe, no solamente celebramos el nacimiento de Jesús sino que sentimos renacer en nuestros corazones el legado de su prédica. Es una celebración que comienza recordando a los seres queridos que ya se han marchado de este mundo y que siempre nos acompañaban en estas fechas. También sentimos la añoranza por la ausencia de nuestros seres queridos que por circunsta ncias lamentables en el país, han tenido que ir más allá de las fronteras buscando un mejor vivir. Aun así, nos entusiasmamos por el reencuentro familiar de los que hemos quedado, obsequiar regalos afectuosos a nuestros familiares y a nuestros niños, a los mejores amigos como muestra de hacerles ver nuestros deseos de seguir manteniendo una amistad que linda en lo fraterno. Arreglamos nuestros hogares con motivos navideños, abundantes luces de colores destellan por doquier, en se colabora entre todos en la elaboración de los platos tradicionales como las hallacas y los postres; detalles que son importantes en la vida de la mayoría de nosotros. Pero en lo más profundo de nuestros seres, sentimos lo bello y lo humano que está involucrado en el significado de las fiestas navideñas. Ciertamente, las fiestas navideñas nos sirven para celebrar, como ya lo señalamos, la llegada al mundo de Jesucristo, quien al asumir la condición humana y hacerse igual a nosotros, menos en el pecado, demostró de muchas maneras amor hacia nosotros los humanos, curando, ayudando, perdonando, salvando, orando y en el punto culminante de su amor hacia nosotros, dar hasta la vida. Con estas acciones dio verdad a las palabras de las sagradas escrituras: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz: los que moraban en tierra de sombra de muerte, la luz resplandeció sobre ellos” (Isaías, capítulo 9, versículo 2). La realidad entonces es que Jesús es el medio venido de Dios para ofrecer a la humanidad la oportunidad de alcanzar el perdón de sus pecados. Pero también es cierto que vivimos un mundo de oropel y estrellas fugaces. El aparentar, el tratar siempre de hacer creer verdad a la mentira, hacerse el olvidadizo y borrar su propia historia caracterizada por el maltrato consciente al prójimo; con ello engañará al vecino, al ingenuo, al cándido pero no al justo ni al virtuoso. Estos seres, de seguir así, perderán la oportunidad de disfrutar el regalo divino que se les ha enviado. Es por ello que un decir muy común en las fechas navideñas es señalar que las mismas son tiempos de reflexión, de arrepentimiento y de rectificación. Esforcémonos siempre en estas fechas para recapitular nuestros pensamientos y sentimientos y hacer de la Navidad un punto de inflexión en nuestras vidas, un punto de cambio en nuestros caminos para mejorarnos como ciudadanos y como seres humanos. Reflexiones "La verdad es incontrovertible. El pánico puede resentirla; la ignorancia burlarse de ella, y la malicia destruirla; pero allí está". WINSTON CHURCHILL HOMOTECIA Nº 12 – Año 18 Martes, 1º de Diciembre de 2020 2 LEONIDA TONELLI (1885 - 1946) Nació el 19 de abril de 1885 en Gallipoli, Lecce, y murió el 12 de marzo de 1946 en Pisa; ambas localidades en Italia La familia de Leonida Tonelli era veneciana. Leonida pasó su infancia en diferentes ciudades italianas, viviendo la mayor parte del tiempo en Gemona, Pavía y Pesaro. Completó sus estudios en Pesaro, donde emprendió estudios técnicos y luego entró en la Universidad de Bolonia en 1902 a la edad de diecisiete años. Entre sus profesores de Bolonia se incluyen Salvatore Pincherle, quien le enseñó análisis, Federigo Enriques, quien le enseñó geometría proyectiva y descriptiva y Cesare Arzelà, quien le enseñó teoría de funciones. Tonelli fue afectado por una grave infección durante una excursión a las montañas al sur de Bolonia y esto significó que él no pudo estudiar durante un tiempo considerable. Sus estudios universitarios, como consecuencia, tuvieron que esperar. Cesare Arzelà (1847-1912), que había estudiado en Pisa con Ulisse Dini y Enrico Betti, fue tutor de la tesis de Tonelli en Bolonia. Tonelli obtuvo un doctorado en 1907 por la tesis I polinomi di approssimazione di Tchébychev. Este trabajo sobre polinomios de Chebyshev fue publicado en un libro de 72 páginas en el Annali di Matematica pura e applicata en 1908. No fue su primera publicación para Sulle funzioni derivate que fue publicado en 1907, con la Sulla rettificazione delle curve (1908) y Discontinuità di 1a specie e gruppi di punti (1908) que apareció el año siguiente. Después de obtener su doctorado, Tonelli fue nombrado asistente de Salvatore Pincherle en Bolonia, en álgebra y geometría analítica. Este acuerdo se realizó mientras Tonelli era todavía un estudiante, y molestó mucho a Arzelà quien estaba entusiasmado de tener a Tonelli de asistente. La tensión entre Pincherle y Arzelà fue una situación bastante triste, especialmente cuando, después de algunos años, Arzelà enfermó y no pudo dar sus cursos. Pidió un asistente para que lo ayudara con sus deberes de enseñanza pero Pincherle se negó a dejar que Tonelli asumiera este papel ya que él quería seguir teniendo su colaboración. Como resultado, Tonelli terminó impartiendo tres cursos junto con las correspondientes clases de ejercicios. A pesar de esta pesada carga en la enseñanza, la investigación matemática de Tonelli se hizo más profunda y más amplia y en 1910 él calificó como conferenciante en Análisis Infinitesimal. Publicó dos trabajos importantes en 1910, titulados Sull'iterazione y Sulla rappresentazione analitica delle funzione di pi• variabili reali. Se anunció un concurso para la Cátedra de Análisis Infinitesimal en la Universidad de Parma y Tonelli participó. Fue el ganador unánime del concurso en 1911 pero se presentaron problemas que impidieron que se hiciera el nombramiento. Primero se enfermó Arzelà, quien luego murió en marzo de 1912. La decisión final fue tomada por la Junta de Gobernadores en su reunión de junio de 1913 cuando decidieron cancelar el concurso. Sin embargo, a pesar de no ser nombrado para la Cátedra de Parma después de ganar el concurso, Tonelli pronto compitió por otra cátedra, esta vez por la Jefatura de la Cátedra de Análisis Algebraico en la Universidad de Cagliari. Nuevamente alcanzó el primer lugar y el 16 de octubre de 1913, se encargó de ésta. Tonelli estaba encargado de la cátedra pero no era enteramente feliz. Tenía dos problemas, uno que no le gustaba estar en Cerdeña y prefería estar residenciado en el continente italiano; el otro era que le gustaría tener una Cátedra de Análisis Infinitesimal que la de Análisis Algebraico. Por lo tanto participó en el nuevo concurso para la Cátedra de Análisis Infinitesimal en la Universidad de Parma y esta vez sí lo logró. Él se encargó de esta cátedra en Parma en 1914, cuando se iniciaba la I Guerra Mundial en Europa. (CONTINÚA EN LA SIGUIENTE PÁGINA) HOMOTECIA Nº 12 – Año 18 Martes, 1º de Diciembre de 2020 3 (VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR) Al principio, Italia no participó en la guerra, a diferencia del resto de los países europeos que en su mayoría sí lo hizo. Tonelli aprovechó esta situación para impartir cursos de mecánica racional en Parma. Sin embargo, en mayo de 1915 Italia entró en el conflicto bélico, declarándole la guerra a Austria-Hungría. Pero su ofensiva no tuvo éxito y los austriacos comenzaron una contraofensiva en marzo de 1916. Más adelante en ese año Tonelli decidió ser voluntario al servicio de la guerra. Sirvió en la artillería del Séptimo Ejército, luchando con gran valentía en las montañas de Macedonia cerca de la ciudad de Monastir (ahora llamada Bitola) donde contrajo la malaria. Posteriormente Tonelli marchó con el Séptimo Ejército, yendo en el frente desde el paso de Stelvio hasta el lago de Garda y en la mañana del 4 de noviembre de 1918 se izó la bandera italiana en Mezzolombardo. Con el fin de la guerra, el rector de la Universidad de Parma informó a Tonelli que se le permitía volver a asumir sus funciones en la Universidad. Recibió muchos reconocimientos por su valentía durante los combates. Además de la Croce al Merito di Guerra (Cruz al Mérito de Guerra) y el bronce de la Medaglia Al Valore Militare (Medalla al Valor Militar) por su valentía en la acción militar en Mezzolombardo, él también recibió dos Menciones y dos Promociones al Mérito de Guerra. El comandante de artillería del Séptimo Ejército describe a Tonelli como sigue [1]: Un oficial de una calidad realmente excepcional, capaz de llevar a cabo cualquier tarea con habilidad, agilidad y decisión, fue uno de los actores más inteligentes bajo mi mando. También es un soldado valiente, quien honró dignamente su puesto. Como era de esperarse, Tonelli no tuvo publicaciones durante 1917 y 1918, pero en 1919 retornaron con regularidad las publicaciones de trabajos de notable calidad. Él había tomado otra vez los deberes de su cátedra en Parma en 1918 pero en la primavera de 1922 fue llamado para la Cátedra de Análisis Superior en la Universidad de Bolonia.